3.1. Valsiner, J. y Van Der Veer, R. (1996) Desde El Gesto Al Self
3.1. Valsiner, J. y Van Der Veer, R. (1996) Desde El Gesto Al Self
3.1. Valsiner, J. y Van Der Veer, R. (1996) Desde El Gesto Al Self
JAAN VALSINER
University nf North Caroline
Lo que lleva a cabo Mead es un acto de internalización del contraste Sujeto <-
Objeto dentro de la totalidad del self, posicionando a estos dos componentes en
un circuito de experiencia de un reflejo constante que hace que el circuito YO
<—> MI genere nuevas experiencias subjetivas y nuevos actos que transforman
el entorno de la persona (ver Mead, 1908 sobre el desarrollo de los entornos).
Meacl mostró su sorpresa ante el desapercibimiento de Bergson en ver la concien-
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cia como un fenómeno émergente (Mead, 1907, p. 384) y defendió una perspec-
tiva sociogenética (p.e. «la conciencia del significado es en su origen social»,
Mead, 1909, p. 406). Al criticar a Baldwin (por la simplificación que hacfa de las
relaciones ego < — > socto), Mead afirmó que:
«Siempre han de existir otros si mtsmos para que el de uno mismo exista. El analisis psicológico,
la retrospección y el estudio de los/as ninos/as y de los pueblos primitivos no dan ningün mdi-
cio de las situaciones en las que un selfpuede haber existido excepto como contrapartida de otros
simismos. Hasta podemos reconocer que en la definición de estos si' mtsmos dentro de la concien-
cia, el/la nino/a y los pueblos primitivos han definido los mârgenes y el caracter de los demds
antes de que hayan definido sus propios sf mtsmos.» (Mead, 1909, p. 407).
Por lo tanto, los movimientos del self a. craves de los rôles sociales juegan un
papel fundamental en la coordinación de lo social y lo personal en el desarrollo
(Mead, 1925, p. 271-273). Es justamente «el movimiento dentro, a través de y
fuera de los roles» de los otros si mismos el que hace posible la construcción de la
autonomfa interna:
«... la respuesta a la conclucta social del self puede hallarse en el papel del otro/a; presentamos
sus argumentos en la imaginación y lo hacemos con sus entonaciones y gestos, y quizâs hasta con
su expresion facial. De esta manera iiigamos los papeles de todo nuestro grupo; en efecto, tan
solo si liaiemos ésto se convertirait en parte de nuestro entorno social. Percatarse de la existen-
i ia del otro como un self implica que hemos jttgaJo fit papel n el de otra persona con cuyo tipo le idtn-
tiftcamas con la idea de establecer una relation. La respuesta interna a nuestra reacción hacia los otros
es por lo tanto tan variada como lo es nuestro entorno social... el/la nino/a puede pensar sobre su
conducta como buena o mala solo ciiando reacciona a sus pro/uns aitm ion A/( paliihra\ que remerda de
i//i /Wirt H,ist.i que se haya dcsarrollado este proceso dentro del proceso ahstracto de pensant tenta, la
auto-conciencia permanece en \u nnel ptiraimnte dramaturgno, y el self que es una fusion del actor
recordado y el coro que le aiompana esta île alguru manera imprecisamente organizado siendo
claramente social. Mas adelante el estadio interior u transforma en e/foro y taller de trabaja del pen -
samiento. Los rasgos y entonaciones del dramatis personae se desvanecen y el énfasis recae en el sig-
nifkado del habla interna, las imâgenes se convierten simplemente en las pistas necesarias. Pero
el meiantsmo SIRUC siendo social y en uialquier minnetitii cl proie.w se puede convertir en personal». (Mead,
1913, p. 377-378. Énfasis anadido).
De esta manera Mead formuló una poderosa alternativa a las teon'as que afir-
maban que el otro (el ego externo) tan solo puede ser conocido por analogia con
lo que esta presente en la conciencia introspectiva. Este tema tuvo una continua-
ción parecida en la obra de Lev Vygotski, quien se basaba en recursos intelectua-
les parecidos a los de Mead, pero sin seguir la pauta marcada por este de manera
explfcita.
Fue en la obra de Janet donde Vygotski encontró argumentos a favor de esta ley;
era en este contexto en el que citaba a menudo esta obra de Janet (ver también van
der Veer y Valsiner, 1988 para mas datos sobre la relación Janet-Vygotski).
De acuerdo con Vygotski la transición desde afuera hacia adentro puede sub-
dividirse en très sub-fases. Al principio, el bébé puede realizar una determinada
acción social relevante pero no puede todavfa alcanzar a comprender su significa-
do objetivo. Objetivamente tiene todas las caracteristicas de una función superior,
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pero subjetivamente para el/la propio/a nino/a, que todavi'a no se ha dado cuenta
de ésto, es una forma de comportamiento totalmente natural, innata. Es tan solo
gracias al hecho de que otras personas llenan esta forma natural de comporta-
miento con un determinado contenido social cuando adquiere (para los demas
antes que para el propio bebé) el sentido de una función superior. Finalmente en
el proceso de un largo desarrollo el/la nino/a comienza a darse cuenta de manera
consciente de la estructura de esta función, comienza a guiar y regular sus opera-
ciones internas:
«Tómese el primer gesto de senalar que tiene el bébé. No es mas que un intente sin éxito de rea-
lizar un movimiento de asir. El bébé intenta alcanzar un objeto distante, no lo puede obtener,
su brazo permanece estirado en dirección al objeto. Lo que tenemos es un gesto de senalar en el
sentido objetivo de la palabra. El movimiento del bébé no es un movimiento para asir sino un
movimiento para senalar algo No puede ejercer influencia sobre el objeto. Tan solo puede influir
a la gente que Ie rodea. Objetivamente hablando, no es un acto destinado hacia el mundo exte-
rior sino que es ya un medio de influencia social sobre las personas que lo rodean. Pero esta es la
situación tan solo desde el punto de vista objetivo. El bebé se ve atraïdo hacia el objeto. Su mano
estirada en el aire permanece en esta position solo debido a la fuerza hipnótica del objeto. Esta
fase en el desarrollo del gesto de senalar podri'a llamarse la fase del gesto en si. A continuación
ocurre lo siguiente: la madre Ie da al bebé el objeto; para ella, antes que para el bebé, el movi-
miento sin éxito para asir el objeto se convierte en un gesto de serial, y debido al hecho de que
ella lo entiende de esta manera, el movimiento también se convierte objetivamente cada vez mas
en un gesto de serial en el verdadero sentido de la palabra. Podn'amos llamar a esta fase la del
gesto hacia los demâs. Es tan solo bastante después cuando esta acción se convierte en un gesto
de serial por si' mismo (una acción de la que el/la propio/a nino/a se da cuenta conscientemente
y entiende)». (Vygotski, 19M, p. 487).
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