Curso Rayos X
Curso Rayos X
Curso Rayos X
El propio Becquerel (Fig. 1) sufrió daños en la piel causados por la radiación de un frasco de radio
que guardó en su bolsillo. Marie Curie (Fig. 1), merecedora en dos ocasiones del Premio Nobel
por sus investigaciones sobre las propiedades de las sustancias radiactivas, falleció víctima de
leucemia, sin duda a causa de su exposición a la radiación. Más de trescientos de los primeros
trabajadores en este campo murieron a causa de las dosis recibidas, con casos significativos como
el de los pintores que dibujaban con sales de radio los números en las esferas luminosas de los
relojes y mirillas de cañones, afinando el pincel con la boca, que en su mayoría desarrollaron
cáncer de mandíbula. El empleo de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki produjo la
irradiación de las poblaciones supervivientes a la explosión, con secuelas que aún continúan
siendo estudiadas y son fuente de valiosa información acerca de los efectos biológicos producidos
por la radiación a largo plazo. La utilización de las radiaciones en medicina, con fines terapéuticos
o de diagnóstico, constituye sin duda uno de los aspectos más destacados del beneficio que éstas
suponen para la Humanidad, pero en su desarrollo también se causaron exposiciones a los
pacientes, que en la actualidad serían injustificables, provocando en ciertos casos el desarrollo de
daños atribuibles a la radiación recibida.
Henry Becquerel y Marie Curie
Toda esa experiencia negativa sin duda ha ido creando en el subconsciente colectivo una idea
deformada sobre la radiación y la radiactividad, que se perciben como intrínsecamente peligrosas,
con independencia del tipo de radiación, de la cantidad recibida o del motivo por el que se reciba.
Además, a nivel popular, suele desconocerse que radiación y radiactividad forman parte de la
Naturaleza y de nuestro propio cuerpo, siendo vistas en general como un nefasto invento del
Hombre.
Sin embargo, la radiactividad es uno de los grandes descubrimientos del hombre contemporáneo,
y a la par que se fueron conociendo sus efectos, también se fueron encontrando aplicaciones de
gran utilidad, en las que las sustancias radiactivas o los aparatos emisores de radiaciones
ionizantes resultan insustituibles: además de la medicina, la agricultura, la industria, las ciencias
de la tierra, la biología y otras muchas ramas dependen hoy en día en muchos aspectos de su
utilización.
Posteriormente se presenta la naturaleza de la radiación ionizante y los efectos que causa sobre la
materia y en particular los tejidos vivos, los procedimientos para su detección y medida, así como
las diferentes fuentes de radiación, naturales y artificiales, a las que los seres humanos estamos
expuestos. A consecuencia de todo ello es necesario protegerse adecuadamente, para evitar sufrir
daños, pero sin limitar innecesariamente la utilización beneficiosa que se puede hacer de la
radiación y las sustancias radiactivas en numerosos ámbitos. Ese es el objetivo de la Protección
Radiológica, cuyos principios y métodos serán también revisados.
Radiaciones ionizantes
Se define una radiación como ionizante cuando al interaccionar con la materia tiene suficiente
energía para producir la ionización de la misma, es decir, origina partículas con carga eléctrica
(iones). El origen de estas radiaciones es siempre atómico, se producen tanto en el núcleo del
átomo como en los orbitales y pueden ser de naturaleza corpuscular (partículas subatómicas que
se mueven a altas velocidades) o electromagnética, rayos X, rayos gamma (γ), caracterizada por
tener una energía fotónica muy elevada.
Clases de radiaciones
Las principales clases de radiaciones ionizantes son:
La radiactividad natural siempre está presente en el medio ambiente, tanto de origen cósmico
como procedente de los materiales radiactivos existentes en la naturaleza.
El ser humano ha estado expuesto a las radiaciones ionizantes desde el comienzo de los tiempos.
El conjunto de radiaciones naturales se conoce como radiación de fondo (Fondo), que depende de
numerosos factores como el lugar de residencia, la altitud, materiales de construcción, la
composición del suelo y otras. Recibimos continuamente esa radiación, ingerimos a diario
productos que contienen cantidades muy pequeñas de sustancias radiactivas y todos los seres
vivos acumulamos pequeñas cantidades de algunos isótopos radiactivos.
La radiactividad artificial es la que se produce por la intervención humana, aunque su fuente sea
natural, para obtener beneficios que, obviamente, tienen que ser superiores al riesgo que
representan. Actualmente el uso de radiaciones ionizantes se extiende a campos muy diversos:
medicina, tanto en el diagnóstico como en los tratamientos clínicos, investigación, obtención de
energía, radiografías industriales, en la agricultura y otros muchos.
Los generadores de radiación son equipos en los que partículas cargadas se aceleran mediante
campos eléctricos hasta producir radiación ionizante. En unos casos el objetivo del equipo es
producir la radiación, como en el caso de los equipos de rayos X y en otros muchos, como la
microscopía electrónica, la radiación ionizante se produce como efecto secundario indeseable.
Del conjunto de fuentes radiactivas a las que nos encontramos sometidos el mayor porcentaje de
dosis recibida procede de la radiactividad natural. La figura siguiente muestra la distribución de
la dosis por las distintas fuentes.
Estructura de la materia
El átomo consta de un núcleo, que está formado por protones con carga positiva y neutrones y
una corteza, formada por electrones con una masa muy pequeña y cargados negativamente. El
número y la carga de los electrones es igual que la de los protones, de forma que el átomo resulta
neutro y la masa se concentra prácticamente en el núcleo. El número atómico Z, que corresponde
al número de protones, define la posición en la tabla periódica, qué elemento es y sus
características químicas. El número total de nucleones (protones y neutrones) existentes en el
núcleo recibe el nombre de número másico (A). La diferencia entre el número másico y el número
atómico, A-Z, nos da el número de neutrones contenidos en el núcleo atómico.
Isótopos, isótonos, isóbaros e isómeros
En función de las características físicas de los elementos químicos podemos distinguir entre
isótopos, isóbaros, isómeros e isótonos: Los ISÓTOPOS son átomos del mismo elemento, con
igual número de protones, pero distinto número másico A y por tanto distinto peso atómico.
A = N + Z
Notación:
Los nucleidos, así denominamos a los elementos cuando los caracterizamos por sus núcleos, que
tienen el mismo número de neutrones, N, se denominan ISÓTONOS.
Los nucleidos caracterizados por tener el mismo número másico A, reciben el nombre de
ISÓBAROS.
Desintegraciones radiactivas
Los protones, que están cargados positivamente, se repelen y se mantienen unidos en el núcleo
por la intercalación de los neutrones, que tienen masa similar a los protones sin carga eléctrica,
mediante las llamadas fuerzas nucleares. No todos los isótopos son estables. A veces la relación
número de protones y neutrones no es la óptima y se requieren altos niveles energéticos para
mantenerlos unidos. En estos casos, los núcleos inestables se reestructuran, a veces se desintegran,
y emiten el exceso de energía por distintos mecanismos para transformarse en otros isótopos que,
a su vez, pueden desintegrarse hasta que al final de la cadena se llega a isótopos estables.
Los isótopos radiactivos decaen por distintos mecanismos que resultan en la emisión de diferentes
tipos de radiaciones ionizantes que pueden tener naturaleza corpuscular o electromagnética. Los
principales tipos de desintegraciones las agrupamos en: partículas α, partículas β, neutrones y
radiación γ. En el laboratorio de investigación biológica los materiales radiactivos usados son
emisores β o γ.
Desintegración α
La partícula α es equivalente a un núcleo de Helio con masa cuatro y 2 protones. Por tanto, cuando
un núcleo emite una partícula alfa, su número másico se reduce en cuatro unidades y su número
atómico en dos unidades. Este proceso se da en átomos con un número atómico elevado. El
proceso de desintegración alfa va acompañado de la emisión de una gran cantidad de energía
procedente del defecto másico producido. Los emisores α, que corresponden a átomos pesados
como el radio y el uranio, no se suelen usar en el ámbito de la investigación biológica.
La energía de las partículas α emitidas por radionucleidos naturales se encuentran entre 1,8 MeV
( 144Nd) y 8.785 MeV (212 Po), alcanzando velocidades elevadas. Los espectros alfas son
discretos, pudiendo encontrarse espectros monoenergéticos y polienergéticos.
Desintegración β
Consiste en la emisión de una partícula β, procedente del nucleo atómico, que tiene la
masa y carga de un electrón. En consecuencia el núcleo descendiente es un ISÓBARO,
distinto elemento y misma masa, del núcleo precursor. La desintegración beta se extiende
a la totalidad de la carta de nucleidos.
Desintegración β-.
•
Desintegración β+.
•
•
Desintegración por captura electrónica.
Desintegración β-
Es la emisión espontánea de partículas negativas, electrones, que emergen del núcleo a
velocidades muy próximas a la velocidad de la luz.
Los espectros energéticos de las partículas desintegración β son continuos, y se extienden desde
energía cero, hasta una energía máxima o límite superior que depende del radionucleido
estudiado. En la desintegración desintegración β se emite, además del electrón, una nueva
partícula llamada neutrino, carente de carga y masa. La energía de desintegración se reparte entre
el electrón, el neutrino y el núcleo de retroceso.
Según Fermí, dado que en el núcleo no existen electrones, la transformación nuclear que se
produce será que un neutrón se convierte en un protón, en un electrón y en un neutrino, según:
Las energías máximas de las emisiones beta se extienden desde los emisores blandos como el
tritio (3H) [Emáx = 17 KeV] y el (32P) [Emáx = 1.7 MeV]
Son emisores β-, los radionucleidos muy ricos en neutrones y la emisión β-, que transforma un
neutrón en un protón, reduce el valor del cociente N/Z con lo que el nucleido descendiente se
encuentra más próximo a la zona de estabilidad.
Desintegración β+
Consiste en la emisión de positrones por ciertos radionucleidos. El positrón tiene una masa igual
a la del electrón pero su carga eléctrica es positiva aunque con valor absoluto igual al electrón.
Al no existir positrones libres en el interior de los núcleos, el proceso que tiene lugar es el
siguiente:
Al emitirse un positrón, el nucleido descendiente queda con una carga nuclear Z-1, pero con Z
electrones, del que se desprende un electrón cortical. Los positrones emitidos son partículas
inestables y cuando pierden su energía, mediante choques con la materia, se combinan con un
electrón libre del entorno, produciendo el fenómeno llamado de aniquilación del positrón, con la
emisión de dos fotones de 511 keV. De esta forma la masa de ambas partículas se convierten en
energía de 511 keV que se propaga en la misma dirección pero en sentido opuesto. A esta
radiación electromagnética se le denomina de aniquilación.
Los radionucleidos emisores β+ son aquellos que se encuentran situados por encima de la línea
de estabilidad. Es decir, aquellos núcleos excesivamente ricos en protones. El espectro β+ es
continuo, desde energía nula a un valor máximo que depende del radionucleido considerado y que
para las emisiones más duras alcanza el valor de unos 5 MeV.
Captura Electrónica
Los electrones de la corteza atómica en el curso de su movimiento, se aproximan en ocasiones al
núcleo, y según la mecánica ondulatoria, incluso pueden penetrar en su interior. La probabilidad
que esto ocurra aumenta para los electrones de la capa K.
En átomos ricos en protones, estos electrones pueden ser capturados por el núcleo y se produce
el proceso:
característicos.
Como ejemplo completo de desintegración beta se muestra el diagrama de desintegración
correspondiente al 64Cu.
Radiación γ
La radiación gamma se produce en transiciones nucleares entre niveles excitados. La emisión de
radiación gamma es un proceso mediante el cual un núcleo que se encuentra en uno de sus niveles
excitados pasa a otro de menor energía mediante emisión de radiación electromagnética. La
energía de los fotones de radiación gamma se encuentra, en los casos más habituales, entre el keV
y el MeV.
Las radiaciones γ producen ionización indirecta que libera electrones de los átomos con los que
interaccionan, ionizándolos. El poder de penetración de estas radiaciones es grande, ya que
únicamente son desviadas o neutralizadas por impacto con los electrones orbitales.
Rayos X
La emisión de rayos X corresponde a la zona del espectro electromagnético por encima de la
radiación ultravioleta, su intervalo energético abarca entre unos 100 eV y 250 keV.
Para que se produzca la emisión de rayos X, es necesario que se produzca una vacante electrónica,
o inonización en una capa electrónica profunda, ya que los electrones de estas capas poseen una
energía de ligadura muy alta.
Por lo general, los rayos X se generan artificialmente en un tubo de vacío a partir de un material
que no tiene radiactividad propia, por lo que su activación y desactivación tiene un control fácil
e inmediato. La energía de los rayos X y su poder de penetración son proporcionales a la tensión
eléctrica utilizada para su producción, alrededor de los 100 kV para los rayos X de diagnóstico y
entre 15 kV y 50 kV en los equipos para análisis.
Radiación de neutrones
La radiación de neutrones es la generada durante la reacción nuclear. Los neutrones tienen mayor
capacidad de penetración que los rayos gamma y sólo pueden detenerlos una gruesa barrera de
hormigón, agua o parafina.
La figura siguiente nos muestra el poder de penetración e ionización de los distintos tipos de
desintegraciones vistas en los apartados anteriores.
Como ya se ha indicado la emisión de radiaciones ionizantes es una característica común a
muchos átomos en cuyo núcleo el número de neutrones resulta escaso o excesivo, lo que les hace
inestables. Esos átomos son llamados "radiactivos". En ellos, las ligaduras nucleares se
transforman en busca de configuraciones más estables, a la vez que se libera energía, asociada a
la radiación emitida. Esta puede ser de cuatro tipos fundamentales: partículas alfa (α), partículas
beta (β), radiación gamma (γ) y neutrones.
La velocidad con que dichas transformaciones tienen lugar en una sustancia radiactiva se
denomina actividad, y se medirá como el número de átomos que se desintegran por unidad de
tiempo, teniendo como unidad natural (1 desintegración / segundo) al Becquerel, así llamado en
honor al descubridor de la radiactividad. Una unidad anteriormente utilizada, pero que no
pertenece al Sistema Internacional, es el Curie, correspondiente a la actividad existente en un
gramo de 226Ra (3,7·1010 desintegraciones / segundo). El Becquerel (abreviadamente Bq) es
una unidad muy pequeña y de poco uso práctico (sería como medir longitudes o distancias en
micras), baste decir que nuestro propio organismo contiene aproximadamente 4.000 Becquerel de
40K, por lo que siempre se emplean sus múltiplos. Por el contrario 1 Curie (Ci) es una actividad
considerable, e incluso peligrosa según las sustancias, por lo que se emplean a menudo sus
submúltiplos. Para sustancias radiactivas cuya concentración sea inferior a 100 Bq/g o sustancias
naturales sólidas de menos de 500 Bq/g, la reglamentación vigente no exige ningún tipo de
declaración o autorización, al considerarse prácticamente inocuas.
Emisión de radiaciones ionizantes desde el núcleo atómico
3. Interacción de la radiación con la materia
A su paso por la materia, la radiación sufre distintos tipos de interacción, según su
naturaleza. Si bien el tratamiento detallado de las interacciones entre las radiaciones y los
medios materiales es un tema de extremada complejidad, para partículas cargadas (α y β)
puede afirmarse que la interacción básica responde a la Ley de Coulomb entre cargas
eléctricas, la cual da lugar a dos fenómenos elementales: la excitación atómica (o
molecular) y la ionización. En el primero, los electrones corticales son impulsados a un
nivel superior, volviendo posteriormente al estado inicial tras emitir fotones luminosos.
En el segundo, los electrones son expulsados del átomo o molécula, según se ilustra en la
figura 3.
En el caso de los fotones, su energía puede ser absorbida por el medio mediante tres
procesos fundamentales: el efecto fotoeléctrico, el efecto Compton y la producción de
pares electrón-positrón, cuyas probabilidades de ocurrencia dependen de la energía inicial
de los fotones. Todos ellos originan la aparición de partículas cargadas, con lo cual se
desarrollarán posteriormente las interacciones comentadas anteriormente. El efecto
fotoeléctrico supone la absorción de toda la energía del fotón por el átomo. Esa energía
es transferida a un electrón cortical, que resulta expulsado del átomo. El efecto Compton
puede interpretarse como una colisión elástica del fotón incidente con un electrón, en la
que una parte de la energía del fotón será transferida al electrón como energía cinética,
saliendo el fotón en distinta dirección a la inicial, con menor energía y frecuencia (mayor
longitud de onda). Este efecto es más probable para energías intermedias de los fotones
(entre 0'5 y 10 MeV aproximadamente), disminuyendo el rango de energías al aumentar
el número atómico del absorbente. Por último, el proceso de formación de pares electrón-
positrón consiste en la materialización de parte de la energía de un fotón en un par de
partículas (electrón-positrón) que se reparten la energía sobrante; es un proceso que
solamente puede producirse dentro del campo eléctrico del núcleo atómico y para
energías superiores a 1,022 MeV. El alcance de la radiación γ en aire puede llegar a los
centenares de metros, pudiendo traspasar el cuerpo humano, y hasta varios centímetros
de plomo.
Esquema del dispositivo experimental para estudiar la atenuación de la radiación con al atravesar
un trozo de material de espesor x.
En general el principal proceso por el cual una partícula cargada pierde energía al atravesar la
materia es la interacción con los electrones atómicos.
Radiación de frenado
Cuando una partícula cargada con alta energía colisiona con un núcleo atómico por interacción
coulombiana se pueden producir bruscas aceleraciones de acuerdo con las leyes de la
electrodinámica. Estas aceleraciones darán lugar a la emisión de radiación electromagnética de
espectro continuo. Este fenómeno se conoce como radiación de frenado o Bremsstrahlung y
constituye un importante mecanismo de pérdida de la radiación beta.
Las partículas alfa, que son núcleos de Helio , junto con los protones , los
Las partículas beta son mucho más penetrantes que las alfa, lo que hace necesario el empleo de
métodos muy distintos para las mediciones de absorción. Para tener una idea comparativa hay que
tener en cuenta que una partícula alfa, de 3 MeV, tiene un alcance de 2,8 cm en aire en condiciones
patrón y produce alrededor de 4000 pares iónicos por mm de recorrido, mientras que una partícula
beta de igual energía tiene un alcance en aire de más de 1000 cm y sólo produce 4 pares iónicos
por mm. El que sean tan penetrantes permite emplear absorbentes sólidos que resultan más
prácticos que el aire.
Densidad radiográfica
Éste es un determinante primordial de la cantidad de rayos que impresiona la placa radiográfica
que, como cualquier otro negativo fotográfico, da un tono más oscuro mientras más rayos recibe.
Este método diferencia netamente sólo algunos niveles de densidad: en un extremo está la
densidad del calcio (hueso) que, al impedir el paso de los rayos, produce un color blanco en el
negativo y, en el otro, la densidad del aire que permite el libre paso de los rayos, dando color
negro; en medio existe una gama de grises que no siempre permiten diferenciar con claridad los
tejidos blandos, la sangre, los líquidos y la grasa.
Así, por ejemplo, la pleura que recubre las cisuras oblicuas o mayores no se ve en la
placa frontal, ya que en esta posición esta estructura laminar se encuentra orientada
en un plano aproximadamente perpendicular al haz de rayos, que sólo debe
atravesar las dos finas hojas pleurales adosadas. En cambio, en la posición lateral
las cisuras se disponen en un plano tangencial al haz de rayos, de manera que éste
debe atravesar varios centímetros de pleura dando, en consecuencia, origen a una
fina línea blanca oblicua, visible en la placa lateral. El fenómeno es similar al de una
puerta de cristal que cerrada y de frente no se ve, pero que si está abierta, su borde
se ve claramente como una franja vertical.
Contraste de interfaces
La opacidad a rayos de una estructura no basta por sí sola para dar origen a las imágenes que se
ven en la radiografía. Es necesario que la densidad en cuestión contraste sobre otra densidad
netamente diferente, de manera que se delimite una interfase perceptible.
Este fenómeno explica por qué los bronquios no son normalmente visibles: sus paredes son muy
finas y el aire que los llena no contrasta con el parénquima pulmonar, también lleno de aire. En
cambio, si los alvéolos circundantes no contienen aire por estar llenos con líquido (edema) o con
exudado (neumonía) o por estar colapsados (atelectasia), los bronquios resultan claramente
distinguibles Esta imagen se denomina broncograma aéreo.
Imagen radiográfica de los bronquios. En el pulmón normal los bronquios llenos de aire no
contrastan con los alvéolos también llenos de aire. Si los alvéolos están ocupados por líquido o
sólido, el aire de los bronquios se contrasta y se produce la imagen llamada de broncograma aéreo.
Al contrario de los bronquios, los vasos pulmonares llenos de sangre se destacan sobre el
parénquima normalmente aireado y se borran cuando el pulmón a su alrededor se condensa.
Imagen radiográfica de los vasos pulmonares. En el pulmón normal los vasos llenos de sangre
dan una imagen por contraste con el contenido aéreo de los alvéolos. Si el parénquima está
condensado los vasos dejan de verse por falta de contraste.
Este mismo mecanismo explica que si a una estructura que normalmente da origen a una silueta
de borde preciso, se le adosa otra de similar densidad, desaparece el contraste y con ello, la silueta
de esa estructura. Más adelante veremos algunos ejemplos y analizaremos la interpretación de
este signo, llamado "de la silueta".
Formación de la imagen radiológica
Se realiza por absorción y penetración de los rayos x en el organismo. Conceptos
opuestos, cuando uno disminuye, el otro aumenta.
La densidad es peso/volumen. Ej: Músculo y pulmón tienen átomos con igual Z, pero
agrupados en distinta densidad por lo que tienen distinta imagen radiológica.
Técnicas radiográficas
La elección del kilovoltaje nos determinará el tipo de técnica radiográfica.
Tiene la ventaja de producir mucho contraste, pero el paciente recibe mucha radiación y
los tiempos de exposición son largos.
Técnicas radiológicas
1. Radiografía estándar.
3.
▪ Radioscopia televisada con intensificador de
imágenes.
7. Sustracción Digital.
1. Generador
Los Rayos X fueron descubiertos por un científico alemán, Wilhelm Conrad Roentgen en
11/1895, registrando éste hallazgo por medio de una publicación que la tituló “una nueva
especie de Rayos”; posteriormente, en enero de 1896, en Inglaterra, el Dr. John F. Hall
Edwards hizo las primeras radiografías clínicas mostrando una aguja enterrada en la mano
de una paciente. A partir de entonces, su uso se extendió por todo el mundo y la
incorporación de estos equipos ha ido en un aumento considerable por los múltiples
beneficios que esta actividad reporta en la práctica médica y odontológica; es obvio, que
se han incorporando a la vez, múltiples modificaciones y evoluciones en los tubos
generadores de Rx y en los sistemas de registros con vista a lograr una mayor calidad en
la imagen radiológica, con una menor exposición a las radiaciones.
Esto es importante porque en este caso solo hay emisión de radiaciones ionizantes,
exclusivamente, por el tiempo que se activa y se hace el disparo con el equipo.
Un equipo generador de Rx con fines de diagnóstico consta esencialmente de:
En los equipos hay tres principales indicadores o variables que nos expresan las
características esenciales de la calidad y formación del haz de rayos X, así como del
tiempo por el que éstos, se producen. Estos son:
2. Tubo
Un tubo de Rx consta principalmente de una ampolla de vidrio Pirex (resistente al calor) al vacío
en cuyo interior se encuentran dos elementos con una separación entre ellos que son los
electrodos, el cátodo (electrodo negativo) y el ánodo (electrodo positivo). En el cátodo se
encuentra el filamento, donde, durante la activación y disparo del equipo, se producen por una
emisión termoiónica, una corriente de electrones que se proyecta a grandes velocidades al
electrodo positivo (ánodo). Por tal motivo tiene que estar hecho de un material con un punto de
fusión elevado, por ejemplo, el tungsteno; por lo general, los equipos de Rx de uso médico tienen
dos filamentos, uno fino y otro grueso, dado por el diámetro de él y el uso que se quiera dar. El
ánodo es llamado “blanco” y puede ser fijo (como el de los equipos de Rx dental convencional y
portátiles) o rotatorio (como el de los equipos fijos de Rx de uso médico); es aquí donde inciden
e impactan estos electrones producidos en el filamento del cátodo por la diferencia de potencial
que se crea cuando se hace el disparo.
Esquema de un tubo de Rx
Los rayos X son producidos cuando se crea entre ambos electrodos, una diferencia de potencial
eléctrica (de decenas a centenas de Kv) generándose así una corriente electrónica (de algunos
mA) entre el cátodo y el ánodo. Cuando estos electrones violentamente acelerados impactan en
el ánodo, interactúan con sus átomos, desviándose o perdiendo velocidad por lo que se origina
una liberación de energía, el 99 % en calor y el 1% de Rayos X por diversos mecanismos, el
principal por el fenómeno de Bremstrahlung (radiación de frenado).
Por la cantidad de energía calórica que se produce, el “blanco” del ánodo también debe estar hecho de
un material de alta fusión y conductividad térmica, por ejemplo, el tungsteno y el walframio; el
molibdeno, también es muy utilizado en los equipos de mamografía; a su vez, éste lo asocian o lo
incluyen dentro de una gran masa de cobre que actúa como recipiente y disipador del calor. En los
tubos de mayor carga y potencia, se utiliza además un medio refrigerante como el aire, agua o aceite
(éste último el más utilizado) que se ubica entre el tubo y su carcasa o cabezote de plomo.
El haz de fotones (rayos X) que se produce tiene un espectro con energías que oscila desde casi 0 hasta
el valor máximo de voltaje aplicado al tubo. No todos estos rayos son útiles para fines diagnósticos,
por eso se hace necesario absorber toda la radiación secundaria que no contribuya a la formación de
la imagen radiográfica, ya que ésta incide en una dosis innecesaria e injustificada para los operadores
y pacientes. Para esto, existe una filtración inherente que depende de la absorción del propio vidrio de
la ampolla, del refrigerante, de la ventana de cristal de la coraza de plomo, la cual debe ser equivalente
al menos de 0,5 mm de Al.
A lo anterior, se le agrega la filtración añadida, con el objetivo de disminuir al máximo posible la
radiación secundaria no útil, por medio de un filtro que se coloca a la salida del haz primario en la
“ventana” del tubo, de cobre o de aluminio (el más utilizado) cuyo espesor oscila desde los 0,5 mm
para los equipos de Rx dental hasta 1,5 – 2,5 mm para los equipos de mayor potencia de radiología
médica.
Además, el tubo de rayos X se encierra dentro de una cúpula o cabezal construido de plomo con un
espesor acorde a las características técnicas de él, evitando así la salida al medio circundante de las
radiaciones innecesarias. Por otra parte, para que el paciente sea irradiado solamente en el área de
interés, el haz primario ya filtrado debe ser limitado (colimado) a través de diafragmas o colimadores
luminosos. En radiología dental convencional se utiliza los localizadores, dispositivos diseñados para
“fijar” el área a estudiar, no tienen que ser de plomo; los actuales son cilíndricos de plástico con un
tamaño (distancia tubo piel) que puede oscilar entre 15 a 18 cms con un diámetro no mayor de 6 cms
como máximo. Los antiguos colimadores cónicos de plomo están prohibidos, por la múltiple
irradiación secundaria e innecesaria que producen (por reflexión del haz primario) con el subsiguiente
aumento de la dosis al paciente.
Los filtros son materiales que se interponen en la trayectoria del haz de rayos X y absorben
los fotones poco energéticos. Pueden diferenciarse dos tipos de filtración: inherente y
añadida:
Existen recomendaciones para trabajar con una filtración total mínima en función del
kilovoltaje utilizado:
Efecto anódico
Aunque se pueda disponer de un haz de rayos X del tamaño máximo, la intensidad de radiación
no será uniforme en la región cubierta por el haz. En la figura se observa que las intensidades que
llegan a la película son diferentes en el lado del cátodo y en el del ánodo.
En la zona de la película enfrentada al cátodo se detecta mayor dosis de radiación -o
ennegrecimiento- que en la zona de la película correspondiente al ánodo. Este fenómeno físico
inevitable en el tubo de rayos X debe ser utilizado en la práctica para compensar los diferentes
volúmenes de las estructuras anatómicas, optimizando la imagen radiológica así obtenida.
Se define como coeficiente de homogeneidad el cociente entre los valores obtenidos de la primera
capa hemirreductora y de la segunda CHR. Cuanto más próximo a la unidad sea este cociente,
más homogéneo es el haz de radiación. Capa hemirreductoraEs el espesor de material
queinterpuesto en el haz de rayos X consigue reducirlo a la mitad.
Radiación dispersa
El haz de radiación, al salir del tubo de rayos X, constituye el haz de radiación directa,
que al interaccionar con el paciente sufre una serie de modificaciones:
• Una parte es absorbida por el paciente, por efecto fotoeléctrico.
• Otra porción es dispersada en todas las direccione por efecto Compton
y constituye la radiación dispersa propiamente dicha.
• Una última parte atraviesa al paciente dando lugar a la imagen
radiográfica. Sin embargo, una determinada cantidad de los fotones de este
haz atraviesa el chasis y la película, choca contra el suelo o las paredes de
la sala radiográfica, haciendo que aumente la dosis de radiación dispersa
dentro de la sala en la que se realizan las exploraciones. A esta radiación
que se suma a la radiación dispersa se le denomina radiación residual.
Aunque hay rejillas de láminas paralelas, es frecuente el uso de rejillas enfocadas, en las
que las láminas poseen una cierta inclinación relacionada con la divergencia del haz en el
punto en el que se coloca la rejilla. El llamado factor de rejilla (h/D) representa la relación
de la altura de la lámina (h) con la distancia entre láminas (D). La frecuencia de rejilla
representa el número de láminas por centímetro que ésta posee.
Con este dispositivo se consigue eliminar los fotones que iban a incidir sobre la película
con diferentes ángulos de inclinación, generalmente producidos al ser desviados de su
trayectoria por el choque contra los átomos del paciente y producir una interacción
Compton. Sin embargo, su utilización implica elevar la técnica radiológica hasta valores
en los que la dosis de radiación que recibe el paciente se sitúa entre 2'5-5 veces por encima
de la que recibiría sin el empleo de la rejilla antidifusora. Este incremento de dosis se
asume por la mejoría evidente que se obtiene en la imagen radiológica. Su utilización
inadecuada provoca aumento de la dosis al paciente sin tener ningún tipo de beneficio, e
incluso perjudicando notablemente la imagen radiológica obtenida.
Esta imagen latente debe ser procesada en el cuarto oscuro o bien en la procesadora luz-día,
mediante la introducción de la misma en los líquidos revelador y fijador, transformándose así la
imagen latente en imagen visible, también llamada “copia dura”. La imagen visible así obtenida
es visualizada en un negatoscopio. Este sistema está cayendo poco a poco en desuso.
Sistemas digitales
Dentro del término “radiología digital” se incluyen equipos o sistemas de adquisición de
imágenes cuyos fundamentos físicos son muy diferentes entre sí, aunque todos ellos
tienen en común la transformación de la señal analógica del haz de rayos x que emerge
del paciente, y que es portadora de la imagen latente, en cargas eléctricas de intensidad
variable según el número de fotones que incidió en cada punto del receptor, a
continuación los valores de de esas cargas eléctricas son cuantificadas en un Convertidor
Analógico-Digital (CAD) donde les será asignado un valor numérico o dígito. El número
de valores que el CAD aplicará dependerá de la profundidad de bip del sistema
(normalmente más de 12 bit, es decir, más de 4096 valores digitales). Tras su
digitalización, la imagen es tratada por un ordenador, donde será procesada, y finalmente
visualizada en la pantalla del monitor.
Una de las principales ventajas de los sistemas de radiología digital es la menor dosis que
recibe el paciente debido principalmente a que es posible obtener una imagen de calidad
con un menor número de fotones gracias a su gran resolución de contraste. En este
sentido, la pantalla del ordenador nos informa del valor del índice de exposición o
cantidad de “señal” con el que se ha obtenido la imagen que debe mantenerse dentro de
unos límites ya que si es bajo da lugar a una imagen con peor calidad debido a la aparición
de un mayor “moteado cuántico” o ruido, y si es alto supone una dosis inecesariamente
alta para el paciente. Para que el índice de exposición sea adecuado se aconseja la
utilización del exposímetro automático siempre que se pueda.
Cuando no se trabaja con exposimetría automática como en los portátiles se dice que los
sistemas de radiografía digital permiten compensar sobrexposiciones del 500% y
subexposiciones del 80% lo que evita muchas repeticiones. ¡Cuidado! Con sobreexponer
innecesariamente las placas, sobredosificando a los pacientes con la confianza de que
luego podemos compensar la calidad de la imagen. Autor: Adela Calatayud Sáez.
Los equipos o sistemas de radiología digital que ofrecen las casas comerciales pueden ser
de 2 tipos:
Hay que tener en cuenta que las placas de fósforo son muy caras y
su tiempo de vida es limitado, según los fabricantes garantizan unos
100.000 disparos, es decir, unos 6 años.
Todos los chasis llevan una etiqueta o marca en una esquina para su
posicionamiento sobre la bandeja, debiendo quedar ésta en la parte
superior de la imagen tanto si el chasis es introducido longitudinal
como transversalmente.
Actividad
La actividad se define como el número de desintegraciones nucleares por unidad de tiempo. La
unidad en el Sistema Internacional es el Bequerelio (Bq), que corresponde a una desintegración
por segundo. El Curio (Ci) es una unidad histórica que equivale a 37 MBq. La desintegración
radiactiva es un proceso espontáneo imposible de predecir para un átomo pero la proporción de
núcleos que se desintegran es constante a lo largo del tiempo, es una constante estadística
conocida como constante de desintegración l.
La vida media es el valor medio de duración de los átomos de una sustancia radiactiva. Es una
constante característica de cada isótopo, independiente de las influencias del entorno. Existen
radionucleidos que tienen vidas medias que duran segundos como el Po-211, días como el P-32
y miles de años como el C-14.
La energía que transporta la emisión radiactiva, que se mide en electronvoltios (eV), es del orden
de keV a MeV. Depende del radioisótopo y en general aumenta con el tamaño de la partícula
emitida.
Es muy importante no confundir la actividad o la energía de la radiación con la dosis, que es una
medida del efecto que causa la radiación sobre el receptor. La dosis depende tanto de la energía
que se libera en el receptor como de la calidad de la radiación.
Exposición
Se emplea para medir la capacidad de la radiación para producir iones en el aire. Su unidad en el
sistema internacional de medida es el C/Kg.
Dosis absorbida
La dosis absorbida se define como el cociente entre el valor medio de la energía cedida por la
radiación y absorbida por una cantidad de masa dm.
Dosis equivalente
La dosis equivalente, que se mide en Sievert (Sv), que equivale a 100 rems en el Sistema
Cegesimal, tiene en cuenta tanto la cantidad de energía que absorbe el tejido vivo como
la calidad de sus repercusiones biológicas según el tipo de partículas. En los
• Naturaleza de la radiación.
• Energía y espectro de la radiación.
• Tipo de efectos biológicos.
En la tabla siguiente se muestran los coeficientes de ponderación, WR para cada tipo y
rango de energías.
Dosis efectiva
La dosis efectiva, que se mide en Sievert, se define como la suma de las dosis equivalentes
ponderadas en todos los tejidos y órganos del cuerpo procedentes de irradiaciones internas y
externas.
En la tabla siguiente se muestran los coeficientes de ponderación, WT, para cada uno de los
órganos y tejidos considerados.
2. Detección y medida de la radiación
Obviamente, la detección de la presencia de radiación ha de basarse en los efectos que produce
sobre la materia. No estando dotado el organismo de sentidos para ello, ha de recurrirse a
instrumentos adecuados capaces de detectar —e incluso hacer visibles— las partículas
fundamentales subatómicas. Su complejidad va, desde el conocido contador Geiger portátil hasta
cámaras de destellos o de burbujas con el tamaño de una habitación, empleadas por los físicos de
altas energías.
Otros detectores se llaman de trazas, porque permiten a los investigadores observar las
trazas que deja a su paso una partícula. Las cámaras de destellos o de burbujas son
detectores de trazas, igual que la cámara de niebla o las emulsiones fotográficas
nucleares. Fundamentalmente se aplican en el estudio de la física de las partículas
elementales.
• A) Cámara de burbujas que permite visualizar las trayectorias de las
partículas cargadas desviadas por un campo magnético, con una trayectoria
dependiente de su carga, masa y velocidad.
• B) Otros sistemas de detección habituales para protección radiológica:
Cámara de ionización. Detector Geiger. Monitor de contaminación, de
centelleo. Dosímetro personal de película fotográfica.
Para contabilizar la cantidad de radiación recibida por una persona (la dosis) también se
emplean emulsiones dosimétricas, más gruesas y menos sensibles a la luz visible que las
empleadas en fotografía, en las que los granos de plata ionizados adquieren un color
negro cuando se revela la emulsión, pudiendo establecerse una relación directa entre el
ennegrecimiento y la cantidad de radiación recibida. Otros dosímetros se basan en el
empleo de materiales plásticos termoluminiscentes, en los que se libera luz visible al ser
calentados, mediante un proceso que implica dos pasos: 1) la ionización inicial hace que
los electrones de los átomos del material se exciten y salten de las órbitas internas de los
átomos a las externas; 2) cuando se calienta el material y los electrones vuelven a su
estado original, se emite un fotón de luz, que puede ser amplificado y medido al igual
que se hacía con los materiales de centelleo.
Con respecto a los neutrones, suelen detectarse de forma indirecta a partir de las
reacciones nucleares que tienen lugar cuando colisionan con los núcleos de
determinados átomos. En el caso de los neutrones térmicos, se producen partículas alfa,
detectables con facilidad, al colisionar con los núcleos de boro del trifluoruro de boro.
4. Equipos de medida
La detección de las radiaciones ionizantes se realiza de la siguiente manera:
Monitores portátiles
Para corregir los efectos del quenching se tiene en cuenta la eficiencia de contaje para
unas condiciones experimentales concretas.
El dosímetro de solapa será colocado en la zona del tronco más expuesta, a la altura del
pecho, sobre la bata. Si se utiliza ropa de protección, el dosímetro se colocará debajo de
esta vestimenta.
Recomendaciones para usar el dosímetro:
Siempre que se manipulen isótopos y actividades que sean detectadas por el dosímetro.
A continuación figura una tabla, en la que aparecen reflejados diferentes isótopos
utilizados, indicando los casos en los que se estima necesario, conveniente y no necesario
el uso del dosímetro. Cuando se indica que no es necesario, no es porque los isótopos o
actividades utilizadas sean inocuas, sino porque el dosímetro no lo detecta.
Cuando un profesional expuesto va a comenzar a trabajar con un isótopo que requiera uso
de dosímetro, lo notificara al responsable correspondiente.
Límites de dosis:
Los límites de dosis para las personas en formación y estudiantes mayores de 18 años que
durante sus estudios tengan que utilizar fuentes, el límite de dosis será el mismo que el
de los trabajadores expuestos.
Tema 4: Efectos biológicos de las radiaciones ionizantes
1 Aspectos generales de la interacción de la radiación
2 Efectos somáticos y genéticos
3 Efectos estocásticos y no estocásticos
1 Aspectos generales de la interacción de la radiación
El hombre siempre ha estado expuesto a las radiaciones ionizantes provenientes de un fondo
natural radiactivo, a esto hay que sumarle la exposición por la creciente incorporación, desde
finales del siglo XIX, de un gran numero de fuentes artificiales en todas las actividades del ser
humano.
Desde los primeros estudios sobre los Rx y materiales radiactivos (Roentgen, 1895; esposos
Curie, 1898), hasta las prolongadas investigaciones epidemiológicas efectuadas en poblaciones
expuestas, especialmente en los sobrevivientes de los bombardeos atómicos de Hiroshima y
Nagasaki (agosto/1945), en pacientes tratados con radioterapia y mas recientemente, en los
accidentes ocurridos principalmente el de Chernobyl, (abril/1986), en del Goiania, Brasil,
(septiembre/1987) además, por los estudios experimentales de laboratorios efectuados en
animales, han demostrado los efectos dañinos sobre la salud de las radiaciones ionizantes a corto
y a largo plazo.
En la Dosis Efectiva se tiene, además, una medida del riesgo de desarrollo de cánceres o daños
hereditarios, en la que se asigna un peso diferente a la dosis equivalente recibida por cada órgano,
según el riesgo asociado a su irradiación. Con ello, éste resulta ser el índice de toxicidad más
completo, especialmente si se realiza el cálculo de la dosis recibida en el organismo desde el
momento de la ingestión o inhalación de productos radiactivos hasta su completa eliminación.
Esta medida la ofrece la Dosis Efectiva Comprometida, que será el índice empleado con carácter
más general.
Se pueden indicar valores de referencia que ayuden a comprender mejor la transcendencia de un
determinado valor de dosis, lo que se presenta en la siguiente tabla. Se observa que, frente a la
dosis que podría suponer efectos letales de recibirse de forma rápida, la dosis recibida al año por
término medio, sumando todas las contribuciones naturales y artificiales está a una distancia
inferior en más de mil veces. El origen de esta exposición continuada a las radiaciones ionizantes
se comenta seguidamente.
La tabla muestra algunos valores característicos medios de la dosis de radiación. Para dosis
equivalente a todo el cuerpo del orden de 10.000 miliSievert (mSv), las probabilidades de
supervivencia son mínimas. Cuando la dosis baja a 4.000 mSv, recibiendo tratamiento médico
adecuado la probabilidad de supervivencia aumenta al 50% por término medio. Dosis inferiores
a 250 mSv no producirían efectos observables de tipo inmediato en la persona, salvo alguna
variación temporal en los recuentos de células sanguíneas (leucocitos). Por debajo de los 100 mSv
no existe evidencia concluyente de efectos sanitarios en seres humanos, ya que los colectivos que
presentan mejores características para los estudios epidemiológicos recibieron dosis más
elevadas. Por debajo de estas cifras resulta muy difícil establecer relaciones causa-efecto entre la
dosis recibida y la aparición de cánceres o defectos hereditarios, ya que la radiación no es sino
uno más entre muchos factores causantes a los que el ser humano está expuesto. Cifras
características de la dosis media anual serían 3,5 y 2,5 mSv, residiendo la diferencia en el uso
médico que de las radiaciones se hace en los países desarrollados frente al promedio mundial.
Una exploración radiográfica de aparato digestivo o un escáner de cabeza pueden suponer en
media una dosis de 3 mSv, mientras que una simple radiografía de tórax supone 0,02 mSv. Frente
a estos valores, la dosis media anual recibida por causa de la industria nuclear es del orden de
0,001 a 0,002 mSv, que resultan equivalentes, por ejemplo, a la dosis que la radiación cósmica
produce cuando se realiza un vuelo de 3 horas en un avión comercial.
La importancia de la ionización inducida en los tejidos vivos por una radiación, se cuantifica
mediante un concepto de amplia utilización en radiobiología: la transferencia lineal de energía
(TLE, o LET en abreviatura inglesa) o la cantidad de energía cedida por unidad de recorrido de
la radiación en el tejido. La TLE depende del tipo de radiación (masa, carga y energía de las
partículas) así como del medio absorbente. En general, de forma simplificada, pero útil, se suelen
clasificar las radiaciones en dos categorías: de baja y de alta TLE; a la primera pertenecerían los
electrones (radiación ß) y la radiación X o γ, mientras que la radiación α y los neutrones, se
consideran de la segunda. A mayor TLE de una radiación, mayor concentración en la energía
transferida al medio y mayor localización de las moléculas modificadas por la ionización.
Si las moléculas afectadas están en una célula viva, la propia célula puede verse dañada, bien
directamente si la molécula resulta crítica para la función celular, o indirectamente al provocar
cambios químicos en las moléculas adyacentes, como por ejemplo mediante la formación de
radicales libres. El daño celular es particularmente importante si la radiación afecta a las
moléculas portadoras del código genético (ácido desoxirribonucleico, ADN) o de la información
para sintetizar las proteínas (ácido ribonucleico mensajero). Estos daños pueden llegar a impedir
la supervivencia o reproducción de las células, aunque frecuentemente sean reparados por éstas.
No obstante, si la reparación no es perfecta, pueden resultar células viables pero modificadas. El
proceso descrito aparece representado en la siguiente figura.
Figura - Representación de los efectos de la radiación ionizante sobre los tejidos
vivos.
La aparición y proliferación de células modificadas puede verse influenciada por un buen número
de otras causas (agentes cancerígenos o mutágenos) aparte de la radiación, que pueden actuar
antes o después de la exposición a la misma. Por ello, el peligro de la radiación no es la producción
de mutaciones en si, sino que ésta pueda inducir un número de éstas superior al espontáneo que
se produce en todo ser vivo, provocando una situación cuyas condiciones el organismo no sea
capaz de superar.
Estudios de laboratorio, mediante la irradiación celular in vito, permiten afirmar que la cantidad
de mutaciones es mayor cuanto mayor es la dosis de radiación aplicada, no existiendo umbral de
dosis por debajo del cual no puedan producirse mutaciones, observándose, para una misma dosis,
una mayor cantidad de mutaciones cuanto mayor TLE posea la radiación.
No obstante, la reacción después de una irradiación varía mucho entre las distintas partes del
organismo, y depende también del tratamiento médico que pueda suministrarse al paciente y de
si la dosis se recibe de una sola vez o en varias etapas. En general, los órganos pueden reparar
hasta cierto punto los daños provocados por la radiación, de forma que una misma dosis
suministrada de forma paulatina es mejor tolerada que si se recibe de forma instantánea.
Figura - Relación entre el incremento relativo del riesgo y la dosis. Un problema significativo de
la protección radiológica reside en saber con certidumbre suficiente qué relación existe, para dosis
bajas, entre el incremento relativo del riesgo, con respecto al natural, de contraer cáncer que
experimenta un individuo y la dosis por él recibida. En la gráfica, sin tener valor cuantitativo, se
incluyen las cinco hipótesis que han ido surgiendo a lo largo del tiempo y aún se consideran en la
actualidad. De entre ellas, la que más se presta y más atención ha recibido desde el lado
cuantitativo es la aproximación lineal. En la gráfica, deducida de datos de UNSCEAR94 y basada
en análisis de supervivientes japoneses, se da por supuesto que se conoce con suficiente certeza
el punto P de la representación - en realidad no es así - en el que se supone que el riesgo natural
aumenta en el 9% cuando la dosis recibida es de 200 mSv, lo que corresponde a un incremento
relativo del riesgo de 4.5 E-4 por mSv. La Comisión Internacional de Protección Radiológica y
la mayor parte de las instituciones nacionales consideran que la extrapolación lineal es una
hipótesis aceptable, sin que lo avale la observación de la realidad. Las incertidumbres asociadas
a los datos disponibles, representados en la figura por una vez la desviación típica, justifican
cualquiera de las hipótesis representadas. Nuevos proyectos de investigación actualmente en
curso tratarán de aportar datos a tal cuestión.
El principal problema reside en que los grupos de población de los estudios que han resultado
concluyentes recibieron dosis de radiación significativamente superiores a las habituales en el
campo profesional, o en la vida cotidiana. Por ello, no queda más alternativa que extrapolar los
riesgos conocidos, producidos por dosis altas, al campo de las dosis reducidas. Prudentemente,
los organismos internacionales expertos suponen la inexistencia de umbral para la aparición de
cánceres o de efectos hereditarios, y además que existe un incremento lineal constante del riesgo
con el aumento de las dosis recibidas.
Para ofrecer estimaciones que puedan ser de aplicación general, la Comisión Internacional de
Protección Radiológica indica unos factores de riesgo promediados, que indican una probabilidad
de muerte por cáncer del orden de 5 x 10-2 por cada Sievert (dosis efectiva) en una población de
todas las edades, siempre que la exposición recibida sea pequeña. Con respecto a los daños
hereditarios graves, en la primera generación después de la población que sufra la irradiación, la
probabilidad es del orden de 1,5 a 4 x 10-3 por cada Gray recibido en las gónadas. Si esta
probabilidad se integra para todas las generaciones posteriores a la irradiada, el valor resultante
es del 1 por ciento por Gray.
Efectos determinísticos (no estocásticos): Existe un umbral de dosis para su aparición y hay una
relación directa dosis efecto, tanto en las alteraciones como en la gravedad de las mismas.
Ejemplos: Radiodermitis, radiocataratas, infertilidad temporal y permanente radioinducidas,
alteraciones hematologicas radioinducidas, etc.
Efectos estocásticos: Es aleatorio, probabilístico, se asume la no existencia de un umbral de dosis
para su aparición. No obstante y es una realidad, que al aumentar la dosis recibida, aumenta la
probabilidad del riesgo de incidencia de estos efectos. Su severidad es independiente a la dosis.
Dentro de estos efectos se encuentran, solamente, la carcinogénesis (cánceres radioinducidos) y
los efectos genéticos radioinducidos.
Factores externos
Son ajenos al organismo, principalmente están dados por las características de la radiación.
Tipo de radiación ionizante: Principalmente aquí hay que tener en cuenta la transferencia lineal
de energía (TLE), que no es más que la cantidad de energía que es capaz de ceder al medio el tipo
de radiación ionizante que esta interactuando con la materia. Además, hay que tener en cuenta su
poder de penetración.
Ejemplos: Radiaciones con alta T.L.E.: Radiaciones Alfa y Beta con alto nivel de ionización
cuando interactúan con el medio pero con poco recorrido en el (de 0.5 a 3 cm.), por lo tanto, con
poco poder de penetración. Por otro lado, están los Neutrones, que tienen, además de una elevada
TLE (alto nivel de ionización), un gran poder de penetración.
Radiaciones con baja T.L.E.: Rayos X y Gamma, las que tienen poco nivel de ionización pero
pueden alcanzar grandes distancias, por lo que su poder de penetración es también elevado.
Dosis y potencia de dosis (tasa de dosis): Hay una relación directa entre la magnitud (cantidad)
de la energía depositada en la materia por la radiación ionizante que interactúa con el organismo,
con el tipo y la gravedad de la lesión, así como el tiempo de aparición de la sintomatología. Es
innegable que los mecanismos adaptativos, reparatorios y compensatorios del cuerpo humano son
mucho mas efectivos a exposiciones a bajas dosis.
En línea general y como dato practico, todas las radiaciones (tanto las de alta o baja T.L.E.) que
tengan una tasa de dosis (dosis en tiempo) menor a 0.05 Gy/min. son bajas, mientras que tasas
superiores a 0.5 Gy/min son consideradas como altas.
Área y localización de la irradiación: A mayor área irradiada, mayor es la dosis absorbida, por
tanto, el daño también es mayor. Las manifestaciones clínicas varían enormemente según sea el
tamaño y la localización del área irradiada, con alteraciones especificas atendiendo a esto último,
dado por la diferencia de radiosensibilidad de los distintos tejidos del organismo.
Estos dependen del propio sujeto. En este sentido son importantes los factores siguientes:
La edad: Las células de los organismos jóvenes (embrión, niños) son más radiosensibles, debido
al promedio elevado de poblaciones celulares en división. Por otra parte, las personas de la tercera
edad son también mas radiosensibles, en este caso particular, por la disminución de las defensas
y de los procesos reparativos del organismo.
Concentración de oxígeno: A una mayor concentración de oxigeno en los tejidos, mayores serán
también los efectos nocivos de las radiaciones (efecto oxigeno). La causa es por el aumento de la
formación de radicales libres que son tóxicos para las células.
Metabolismo: Un aumento de éste, incrementa los efectos nocivos de las radiaciones, también es
por un aumento de la formación de radicales libres, elemento muy dañino para el funcionamiento
normal de las células (efecto oxigeno).
Radiosensibilidad: Como se conoce, no todos los seres vivos poseen igual radiosensibilidad y
aunque las causas no están del todo esclarecidas, se plantea entre otros aspectos, que sea por las
diferencias del metabolismo que pueden existir entre las distintas especies.
Sexo: Aunque no es categórico, se plantea que el sexo femenino es más radioresistente, esto es
por la extrapolación de resultados de determinados estudios efectuados en animales de
experimentación.
LEY_25-1964.pdf
2 Ley 33-2007
Ley 33/2007, de 7 de noviembre, de reforma de la Ley 15/1980, de 22 de abril, de Creación
del Consejo de Seguridad Nuclear (BOE nº 268, de 8 de noviembre de 2007)
LEY 33-2007.pdf
Se adjunta Real decreto 783/2001, de 26 de julio, por el que se aprueba el Reglamento sobre
Protección Sanitaria contra Radiaciones Ionizantes.
LEY_783-2001.pdf
Se adjunta Real decreto 1836/1999, de 3 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento sobre
Instalaciones Nucleares y Radiactivas.
LEY_1836-1999.pdf
LEY_1891-1991.pdf
RD_1132-1990.pdf
Se adjunta Real decreto 1976/1999, de 23 de diciembre, por el que se establecen los criterios de
calidad en radiodiagnóstico.
RD_1976-1999.pdf
Son normas técnicas en materia de seguridad nuclear y protección radiológica que tienen carácter
vinculante para los sujetos afectados por su ámbito de aplicación, una vez han sido publicadas en
el Boletín Oficial del Estado
IS publicadas
En cuanto a su naturaleza legal, son verdaderos reglamentos con vocación de permanencia y pasan
a integrarse en el ordenamiento jurídico, pudiendo ser objeto de revisión contencioso
administrativa como cualquier norma general. Su incumplimiento está tipificado como infracción
administrativa.
Las instrucciones son comunicadas al Congreso de los Diputados y, aquellas que afectan a la
protección radiológica, también a la Unión Europea, en cumplimiento del artículo 33 del Tratado
EURATOM. Todo ello, con carácter previo a su aprobación por el Consejo.
Las instrucciones técnicas son actos administrativos con efecto vinculante dictados por el CSN
basándose en su potestad de inspección y control, dirigidos a uno o a varios sujetos determinados
sometidos al CSN, en virtud de relaciones especiales de supremacía, derivadas de la posesión de
licencias o autorizaciones previas, o del ejercicio de competencias propias del CSN.
Tienen el carácter de actos jurídicos administrativos, que consolidan formalmente acuerdos o
decisiones del Consejo y no se integran en el ordenamiento jurídico. Deben ser debidamente
notificadas, haciendo constar pie de recurso y motivada en su caso, pero no llevan aparejada la
exigencia de publicación en el BOE. Su incumplimiento está asimismo tipificado legalmente
como infracción administrativa.
Adicionalmente, el Consejo de Seguridad Nuclear podrá remitir directamente a los titulares de las
autorizaciones instrucciones técnicas complementarias para garantizar el mantenimiento de las
condiciones y requisitos de seguridad. Estas ITC son actos administrativos de cumplimiento
obligatorio integrado en la licencia. Las ITC se incluyen en los Informes Anuales al Congreso de
los Diputados y al Senado para cada tipo de instalación.
Son documentos técnicos de carácter no obligatorio con los que el Consejo dirige orientaciones a
los sujetos afectados por la normativa vigente en materia de seguridad nuclear y protección
radiológica. Su finalidad es orientar y facilitar a los usuarios la aplicación de dicha normativa.
Puesto que las guías no son de obligado cumplimiento, los usuarios pueden seguir métodos y
soluciones diferentes a los contenidos de las mismas, siempre y cuando estén debidamente
justificados.
Circulares informativas
Son documentos técnicos de carácter informativo que el Consejo podrá dirigir a uno o a más
sujetos afectados por su ámbito de aplicación para notificarles hechos o circunstancias
relacionados con la seguridad nuclear o la protección radiológica que son de interés para su
instalación.
Ningún país está exento de lo anterior, siendo conocido el aumento sostenido tanto en número de
exámenes como de incorporación de nuevas técnicas en el campo de la imagenología.
La siguiente Tabla muestra distintas tasas de dosis efectivas según las actividades del quehacer
humano.
Los efectos nocivos de las radiaciones ionizantes se conocieron también desde el mismo momento
en que éstas fueron descubiertas, demostrados más tarde, por los estudios efectuados en
poblaciones expuestas en accidentes radiológicos, durante el ataque nuclear de las ciudades de
Hiroshima y Nagasaki, (Japón, 8/1945) y en las múltiples investigaciones realizadas al efecto, en
las personas sobreexpuestas en accidentes, así como en animales de experimentación a nivel de
laboratorio.
Principio de Justificación: Tiene como objetivo, garantizar que toda exposición esté
debidamente justificada. Casuísticamente, ante cada aplicación de una práctica que conlleva
exposición a las radiaciones, es necesario realizar un análisis “riesgo beneficio”, donde prevalezca
el último aspecto. La idea es evitar la realización de prácticas que supongan exposiciones
injustificadas que conlleven un riesgo innecesario de las personas expuestas.
Toda práctica debe producir el suficiente beneficio a los individuos expuestos o a la sociedad
como para compensar el detrimento por causa de la exposición a la radiación.
Principio de Optimización: Con este principio se trata de que desde el origen, planificación,
hasta su uso y aplicación de cualquier fuente de radiaciones ionizantes se realice, de forma tal,
que se aseguren los niveles más bajos que razonablemente se puedan conseguir, teniendo en
cuenta factores económicos y sociales. Este principio satisface de modo cualitativo el trabajo con
las radiaciones ionizantes.
Antiguamente se conocía como el “Principio de ALARA” cuyas siglas en ingles, significa “as
low as reasonably achievable”.
Para cualquier fuente de radiación, las dosis individuales, el número de personas expuestas, y la
probabilidad de verse expuestas, deben mantenerse tan bajas como sea razonablemente posible,
teniendo en cuenta consideraciones sociales y económicas.
Estos límites no deben considerarse como la frontera entre la seguridad y el peligro, sino como
un indicador evaluativo de exposición, de riesgo y de detrimento a la salud. Actualmente, el
cumplimiento de estos límites garantiza, la no aparición de los efectos determinísticos y limita al
máximo, el riesgo a padecer los efectos estocásticos (canceres y alteraciones genéticas)
producidos por las radiaciones ionizantes.
Los anteriores principios implican que, además de las operaciones o situaciones normales, haya
que considerar las exposiciones potenciales por causa de accidentes. Generalmente, para estos
casos, las limitaciones se establecerán con respecto a su probabilidad de ocurrencia. Este requisito
se puede satisfacer aplicando técnicas probabilistas para la cuantificación del riesgo.
3 Normas básicas de protección radiológica operacional
Sólo se hará mención a los principales aspectos regulatorios vinculados con las prácticas en
radiología médica y dental.
A manera de resumen, este Decreto establece las condiciones y requisitos que deben cumplir las
instalaciones radiactivas o los equipos generadores de radiaciones ionizantes, el personal que
trabaja en ellas u opere estos equipos, la importación, exportación, distribución y venta de
sustancias radiactivas que se utilicen o se mantengan en las instalaciones, el de los desechos
radiactivos, así como los aspectos fundamentales relacionados con los equipos generadores en el
ámbito sanitario.
En relación al personal, se refiere a la autorización de capacitación que debe tener toda persona
que por la realización de su trabajo se exponga a las radiaciones ionizantes por una fuente emisora
artificial en el campo sanitario.
Por último, la limitación de dosis tiene como finalidad la protección de los individuos
más expuestos, para garantizar que no se alcancen niveles inaceptables del riesgo de
sufrir daños a la salud. La tabla recoge los límites aplicables a la exposición
ocupacional, definida como la recibida en el trabajo o como consecuencia de él, así
como la producida en el trabajo por fuentes naturales cuando supere considerablemente
los niveles ambientales en el entorno.
Por su parte, la tabla siguiente muestra los límites establecidos para acotar la exposición
del público en general. También en este caso se fijan límites derivados de incorporación
al organismo, por inhalación e ingestión, para cada radionucleido. Para cada instalación
concreta, han de aplicarse en el diseño límites restringidos, que eviten con razonable
prudencia la superación de estos límites por cualquier individuo, tomando como
referencia aquellos que puedan estar más expuestos. Así, en el caso de las centrales
nucleares, para limitar la exposición del público por vertido de efluentes se toman como
referencia los límites indicados en la tabla V. El titular ha de realizar un estudio
Analítico-Radiológico del emplazamiento, en un radio de 30 km, teniendo en cuenta el
uso de la tierra y agua, demografía, costumbres, etc., además de la meteorología e
hidrología locales, con el objetivo de determinar el grupo crítico de población y las
dosis resultantes.
La protección de los trabajadores, el público y el medio ambiente
Además de lo ya expuesto, se pueden citar otras cuestiones de tipo práctico con las que
la reglamentación ayuda a garantizar una utilización segura de las radiaciones ionizantes
y las sustancias radiactivas, tanto para los trabajadores, como para el público en general
y el medio ambiente.
Con respecto a la protección del público y del medio ambiente, además de establecerse
los límites para los vertidos de efluentes de cada instalación, se lleva a cabo una
estrecha vigilancia del medio ambiente, reforzada en el entorno de los emplazamientos
nucleares. Para comprobar el impacto real de las centrales nucleares, el CSN establece
los programas de vigilancia radiológica del medio ambiente, en los que se comprueba
mediante la toma de miles de muestras de sustancias ambientales, la ausencia de
contaminación significativa. Se toman muestras de suelos, agua de lluvia, cultivos,
leche, carne, aves y huevos, peces, agua potable, agua subterránea, agua superficial y
sedimentos. Además existen una serie de puntos en los que se mide continuamente la
radiación de fondo y la presencia de radiactividad para poder detectar cualquier
desviación. Las muestras tomadas y los análisis practicados son objeto de verificación y
contraste por entidades independientes de las centrales, a las que el CSN encomienda
esa misión.
Además, para cubrir la vigilancia de la totalidad del territorio nacional, el CSN dispone
de una red de vigilancia de la radiación que comprende tres sistemas diferenciados:
• Una serie de estaciones de detección y medida en continuo de la
radiactividad ambiental, con transmisión de señales al CSN (y cuyos
valores medios se pueden consultar por el público en general en
Internet).
• Unos laboratorios asociados que llevan a cabo un programa de
muestreo y análisis de la radiactividad ambiental en todo el país.
• La vigilancia radiológica de las aguas continentales españolas.
Sobre el medio ambiente, hay que tener definidas las distintas acciones a realizar
con el objetivo de mantener una vigilancia y control estricto sobre los equipos o
fuentes de radiaciones ionizantes, sobre los locales y puestos de trabajo y el medio
ambiente en general.
La capacitación y entrenamiento en materia de radioprotección es fundamental y
es un aspecto que todo Programa debe tener muy en cuenta. Con éste se logra un
aumento sostenido de una cultura radiológica con la subsiguiente optimización de
las prácticas y menor exposición de los trabajadores y población.
De manera general, todos los componentes del Programa deben estar encaminados
a la prevención, en primer lugar, todas las acciones deben dirigirse a obtener una
efectiva prevención primaria, “evitar el efecto dañino a la salud y al medio
ambiente por las radiaciones ionizantes”, pero también tienen que estar
contempladas las acciones que se realizarían, de manera oportuna y rápida, a nivel
secundario y terciario de la prevención, en caso de algún accidente con sobre
exposición de personas y/o contaminación ambiental.
Los elementos básicos de un Programa de este tipo, lo resumimos en el siguiente
esquema:
2 Diseño de instalaciones
La instalación y aceptación de equipos nuevos o modificados, cuyo funcionamiento
implique riesgo radiológico, debe llevarse a cabo siguiendo criterios de optimización.
Esto es, además de permitir que se logren los objetivos clínicos, diagnósticos o
terapéuticos perseguidos deben de minimizarse las dosis asociadas a dichos estudios.
El resultado se reflejará en un documento autorizado por el titular y servirá de referencia para las
fases posteriores.
Una vez realizado el estudio previo, será preceptiva la consulta al SPR para que determine las
consideraciones que estime oportunas en los aspectos de su competencia, e indique las acciones
que se deben realizar según la legislación vigente.
Cuando se solicite un permiso de funcionamiento, una modificación del mismo o una declaración
de funcionamiento de una instalación, el SPR supervisará o realizará, según sea el caso, el Estudio
de Seguridad correspondiente. En este sentido y según el artículo 22 del RD 783/2001 RPSCRI
apartado b), el titular de la instalación es el responsable de que el SPR, la UTPR, el Supervisor o
la persona a quien se le encomiende las funciones de Protección Radiológica examine y controle
la autorización de puesta en marcha de fuentes nuevas o modificación de la mismas.
Diseño de proyectos
El titular de la instalación es el responsable de que la entidad o persona que diseñe el
proyecto haga llegar el mismo al SPR, quien deberá comprobar que en él se ha
contemplado:
Todos los proyectos deberán incluir una definición de los parámetros que definen el
funcionamiento de la instalación, con sus características, así como una relación de los
elementos de funcionamiento que deberán ser comprobados en la recepción de la obra o
montaje, y del cumplimiento de los niveles de tolerancia y procedimientos de
verificación. Cuando sea aplicable incluirán las condiciones de aceptación.
En cualquier caso, el SPR asesorará en todos los aspectos relativos a materias de su competencia.
Se deberán realizar las pruebas de aceptación de acuerdo con la legislación vigente que
incluirán, como mínimo, los parámetros detallados en las especificaciones de
contratación, y harán referencia a protocolos nacionales o a protocolos internacionales
cuando se estime oportuno. Asimismo se prestará especial atención a las especificaciones
de carácter radiológico y de Protección Radiológica.
Las pruebas de aceptación deberán ser realizadas por el suministrador del equipamiento
en presencia de un representante del comprador.
El resultado de las pruebas de aceptación deberá recogerse por escrito y archivarse como
documentación de base para los futuros programas de garantía y control de calidad que
en cada caso se establezcan.
5 Características técnicas de las salas de radiodiagnóstico
Requisitos técnicos de los equipos
Los requisitos técnicos a que están sujetos los equipos de rayos X para diagnóstico médico se
corresponden con las especificaciones técnicas establecidas en los Decretos de Homologación.
Las áreas de trabajo se clasifican, en función del riesgo de exposición, en zona controlada
y zona vigilada, de acuerdo con lo establecido en el Reglamento sobre Protección
Sanitaria contra Radiaciones Ionizantes. Dichas zonas han de estar delimitadas y
señalizadas adecuadamente y el acceso a las mismas estará limitado a personas
autorizadas siempre que los pupitres de control estén conectados o haya emisión de rayos
X.
A tal efecto, se recomienda la clasificación de zona vigilada para todos los lugares
situados detrás de las mamparas de protección de los pupitres de control, y zona
controlada al interior de las salas con equipos fijos, al menos mientras el generador esté
conectado a la red. En el interior de las salas se deberá siempre utilizar delantales
plomados cuando hay emisión de radiación, Asimismo, se recomienda que las zonas
controladas estén delimitadas por elementos de construcción estructurales. Se recomienda
que pasillos y dependencias de utilización pública, colindantes con las salas de
radiodiagnóstico, sean zonas de libre acceso donde no se puedan superar los límites de
dosis establecidos para los miembros del público.
Señalización de áreas
Se recomienda que las mencionadas señales lleven una leyenda en la que se indique que
dicha señal únicamente es válida, cuando los generadores y equipos de rayos X estén
conectados a la red.
El diseño irá orientado a contribuir a la obtención de una buena calidad de imagen con el
mínimo de exposición a la radiación, evitando en especial repeticiones indebidas.
• Temperatura, humedad.
• Blindaje frente a radiación.
• Ausencia de entradas de luz.
• Luz de seguridad, distancia y filtro; distribución y color de las
superficies de trabajo de manera que el operador tenga la visibilidad
necesaria con el mínimo de velo a las películas.
• Ventilación y separación de zona húmeda y seca.
• Evitar confundir chasis expuestos de los no expuestos.
La ubicación y blindaje del almacén de películas se hará de tal modo que la temperatura
a que estén sometidas las mismas sea la recomendada por el fabricante y su exposición a
la radiación sea mínima.
En particular, se proveerá los medios para que la posición de las películas sea vertical, y
con las fechas de caducidad bien visible. El nivel de radiación será lo bastante reducido
como para que sean aceptables los tiempos de almacenamiento previstos y las películas
no deben recibir más radiación, que aquella que produzca un aumento de velo hasta 0,05
(valor orientativo de dosis en torno a 2-5 micro Gy, dependiendo de la sensibilidad de las
películas).
Blindajes
En el cálculo de las barreras de protección de una sala de radiodiagnóstico, es razonable
considerar una carga de trabajo que cubra las previsiones futuras en función del volumen
máximo de exploraciones que puedan ser practicadas.
Materiales de blindaje
En las paredes de ladrillo hueco, o en los suelos y techos de forjado con bovedilla, es
preciso prestar atención a que los espesores considerados sean los reales, es decir no
incluyan los huecos, y si el muro no es homogéneo tomar en consideración las zonas más
desfavorables.
Cálculo de Blindajes
Como principio general, el diseño del blindaje debe basarse en la aplicación del criterio
ALARA, al igual que en todos los aspectos de protección radiológica.
Sin embargo dada la dificultad de este cálculo, la mayor parte de la normativa existente,
continúa adoptando el método tradicional de cálculo basado en los límites individuales
de dosis El método no contradice el criterio ALARA a pesar de seguir basándose en los
límites individuales, ya que las dosis que resultan en la práctica vienen a estar entre 1/10
y 1/30 de dicho límite. Ello es debido a que todas las hipótesis de cálculo contienen un
factor de seguridad, los cuales multiplicados entre sí arrojan las reducciones de dosis
indicadas.
Dichos factores de seguridad se introducen al:
Por tanto, a continuación se explica el método tradicional basado en fijar un tope de dosis
individual al otro lado del blindaje. En la práctica, para esta baja energía de fotones
propios del Radiodiagnóstico se utilizan tres procedimientos para determinar el espesor
de la barrera por el método tradicional:
Prácticas constructivas
Las puertas (en otros medios de acceso a la sala) y las ventanas de observación, requieren
una consideración especial para asegurar una protección adecuada sin perjuicio de la
eficiencia operacional.
• A) Juntas
Las juntas entre las planchas de plomo deberán ser construidas de modo que
las superficies estén en contacto y con un solapamiento de al menos 1 cm o
dos veces el espesor de la plancha.
Siempre que sea posible, la abertura deberá estar localizada en una barrera
secundarla, en las que los espesores de blindaje requeridos son menores. El
diseño de estos apantallamientos depende de los siguientes factores:
o Energía de la radiación.
o Orientación y tamaño del campo de radiación.
o Tamaño y localización de la abertura en la barrera
protectora.
o Relación geométrica entre la fuente de radiación y la
abertura.
o Relación geométrica entre la abertura y las personas,
materiales 0 instrumentos a proteger.
Prácticas de funcionamiento
Equipos móviles
Todas estas revisiones se han de llevar a cabo por personal o entidades debidamente
autorizados. La retirada de los equipos defectuosos y la inutilización de los tubos podrá
ser realizada por estas mismas entidades.
6 Desarrollo de la protección radiológica operacional
El CSN, en función de las características del Centro, y considerando el riesgo radiológico
existente, podrá requerir al titular para que disponga de un Servicio de Protección
Radiológica propio o de una Unidad Técnica de Protección Radiológica contratada
(UTPR), con el fin de proporcionarle asesoramiento específico y de que asuma las
funciones que en esa materia le pertenecen.
Organización
Funciones y obligaciones
• Vigilancia operacional.
Otras actuaciones que son competencia del Jefe de Servicio de Protección Radiológica
son:
Para la verificación se tomarán como base de comparación los resultados de las pruebas
de aceptación del equipamiento que servirán de niveles de referencia, o el estado de
referencia anterior a la avería, tanto de la calidad de las imágenes como de los indicadores
de dosis.
La normativa establece que los informes de verificación se archivarán durante toda la vida
útil de cada equipo, estando ese informe a disposición de la autoridad sanitaria
competente y del CSN.
8 Consideraciones particulares respecto a la protección del paciente
El paciente merece una consideración especial, ya que la exposición radiológica le
proporciona un gran beneficio diagnóstico o terapéutico frente al pequeño riesgo al que
puede estar sometido. Por ello, de acuerdo con la normativa sobre Protección Radiológica
en exámenes y tratamientos médicos, esta exposición debe:
Existe una responsabilidad directa, tanto del médico responsable de la exploración, como
del médico prescriptor. Por ello, éstos deberán poseer una formación adecuada, no solo
acreditada inicialmente, sino basada en programas de formación continuada en el área de
la Protección Radiológica. La exposición médica que no pueda justificarse deberá
prohibirse.
Si bien a los pacientes no se les puede aplicar el principio de la limitación de dosis, se han
reglamentado unos niveles de referencia para el Radiodiagnóstico. Estos niveles no se
deberían sobrepasar cuando se aplica una buena práctica.
En relación al equipamiento, se han establecido medidas rigurosas para evitar su
proliferación innecesaria, así como para su control (inventario nacional, criterios mínimos
de aceptabilidad, vigilancia periódica, etc.). Asimismo, todos los nuevos equipos de
radiodiagnóstico deben poseer un dispositivo que informe sobre la dosis administrada al
paciente en cada exploración o intervención.
Aparte de ello, se debe prestar una atención particular, a tres categorías de exposición,
que la legislación europea denomina “prácticas especiales”:
Asimismo, se deberán tomar medidas para asegurar la protección radiológica del feto y
del lactante especialmente en relación a la justificación (urgencia) y a la optimización del
procedimiento.
Registros
Se contempla la obligatoriedad de registrar la información concerniente a la Protección
Radiológica de las personas y áreas relacionadas con la actividad donde exista riesgo
potencial de exposición a fuentes de radiación.
El sistema de archivo puede ser tanto “en papel” como “informático o electrónico”. El
archivo informático presenta ventajas indudables como la rapidez en el acceso a los datos
o el posible tratamiento estadístico de los mismos, ventaja importante en cualquier estudio
como prevención de riesgos.
Existirá un archivo donde se registrarán los datos derivados de la vigilancia del ambiente
de trabajo que deberá incluir si el trabajador está expuesto a radiaciones en más de una
instalación se han de consignar los valores de dosis que correspondan a cada lugar de
trabajo:
En el archivo se consignarán:
• Fecha de recepción.
• Nombre que identifique el producto o compuesto químico y albarán de
transporte.
• Actividad del radionucleido que marca el producto y fecha de la
calibración.
• Fecha de cierre.
• Porcentaje de actividad estimada de los residuos sólidos y líquidos
generados por dicha fuente.
• Nombre del supervisor u operador responsable de su control.
• Fecha prevista de la evacuación.
Equipos productores de radiación de uso en Radioterapia
• Ubicación.
• Identificación y descripción: Marca, modelo y número de serie de la
unidad de irradiación.
• Tipo y valor de la energía nominal máxima emitida por ésta.
• Características de la fuente encapsulada si la hubiese.
• Copia de los certificados de fabricación y control de calidad del equipo.
• Radionucleidos contaminantes.
• Volumen de efluente evacuado.
• Concentración de actividad (Bq/g) y fecha de su determinación.
• Fecha(s) de evacuación.
• Vía de evacuación.
• Estimación de concentraciones finales y comparación con los criterios
de evacuación aplicables.
• Identificación del responsable.
Para los efluentes líquidos que no precisen ser almacenados y que se evacuen
directamente a la red, se llevarán a cabo evaluaciones trimestrales que se registrarán con
indicación de los parámetros siguientes:
• Radionucleidos contaminantes.
• Actividad total estimada.
• Periodo de evacuación.
• Vía de evacuación.
• Estimación de concentraciones finales y comparación con los criterios
de evacuación aplicables.
• Identificación del responsable.
Quedarán archivados durante al menos cinco años bajo la custodia del Titular de la
instalación.
Vigilancia médica
A cada trabajador expuesto de categoría A se le abrirá un historial médico que contendrá
al menos:
El historial médico será archivado en los SPRL correspondiente donde el trabajador preste
o haya prestado sus servicios. El archivo se mantendrá, al igual que el historial
dosimétrico, hasta que la persona hubiera alcanzado la edad de 75 años y nunca por un
periodo inferior a 30 años desde su cese en la actividad.
2 Información de las instalaciones radioactivas
De cada una de las instalaciones radiactivas y/o de rayos X, deberá existir un registro que
constará de:
• Estudio de seguridad.
• Reglamento de funcionamiento.
• Plan de emergencia interior.
• Autorización de funcionamiento.
• Diario de operación (Instalaciones radiactivas).
• Intervenciones de los Servicios Técnicos.
• Pruebas de hermeticidad de las fuentes.
Toda esta documentación estará bajo la custodia del titular de la práctica y a disposición
del SPR.
1. Identificación de la Imagen.
Sin embargo, lo realmente importante para garantizar la calidad, es que todos los
procedimientos definidos se lleven a la práctica diaria de forma controlada y sistemática.
Para ello es necesario establecer un sistema que permita evaluar periódicamente las tareas
que se llevan a cabo cada día y comprobar que, éstas, han sido efectuadas tal y como se
describieron. Además se deberá estructurar un sistema activo y de ágil reacción ante la
posibilidad de un eventual incumplimiento de los objetivos acordados, dentro de un clima
abierto de cooperación entre todos los profesionales afectados que permita el análisis de
errores.
Para poder establecer el sistema de calidad es preciso que se cumplan las siguientes
premisas:
Elaboración de procedimientos
La documentación archivada deberá estar controlada para asegurar que los cambios que
se producen, son introducidos en dicho archivo, son difundidos sistemáticamente entre el
personal afectado y se eliminan los documentos en desuso.
Para ello deberá existir un responsable del mantenimiento del archivo quien:
Toda la información generada por el sistema de calidad debe ser analizada y servir de
base para las acciones de mejora que permitan avanzar en el desarrollo del programa de
calidad.
De estas reuniones se deberá elaborar acta y enviar copia a la Dirección del Centro.
Incidentes
El Sistema de Calidad debe garantizar que todo incidente, además de resolverse de forma
inmediata, vaya a ser objeto de análisis y de desarrollo de oportunidades de mejora.
Para ello deberá elaborarse un procedimiento que asegure que se ponen en marcha las
acciones correctivas e informativas necesarias en todos los incidentes que puedan afectar
directa o indirectamente a exposiciones con radiaciones ionizantes no previstas.
Quejas
Todo sistema de calidad debe ocuparse de las quejas tanto de los profesionales a los que
el SPR presta su servicio como del propio personal de dicho Servicio, estableciendo
mecanismos primero de escucha activa y después de análisis y detección de oportunidades
de mejora.
A tal fin se deberá elaborar un procedimiento que asegure que, tanto las quejas internas
como las externas, se responden apropiadamente y se aplica una acción correctiva para
rectificar el problema con la mayor rapidez posible, garantizando el análisis posterior para
evitar futuras reincidencias del problema.
Encuestas de satisfacción
Con objeto de evaluar la calidad del servicio percibida por los trabajadores expuestos se
elaborarán encuestas periódicas que contemplen las diversas actividades que el SPR
realiza.
Los datos cuantitativos más importantes de las mismas formarán parte de los indicadores
de calidad, serán trasladados al cuadro de mando y analizados por los responsables de la
garantía de calidad.
5 Ciclo de mejora continua
El Sistema de Calidad propuesto se basará fundamentalmente en un sistema de
aseguramiento de la calidad, sin embargo todo esto debe estar inmerso dentro de una fase
de planificación que permita mediante el ciclo PDCA de mejora continua (Plan Do Check
Act) avanzar hacia la calidad total.
Desde que se decide captar una estructura anatómica hasta que se realiza el diagnóstico
sobre la imagen se realiza un complejo trabajo en el que intervienen diferentes procesos
físicos, equipos y especialistas, dependientes unos de otros como los eslabones de una
cadena. Si se produce algún fallo en alguno de estos elementos, tendremos un detrimento
en la calidad de la imagen final o un aumento en la cantidad de radiación que reciba el
paciente. El programa de garantía de calidad debe servir para asegurar que las imágenes
diagnósticas producidas por una instalación de radiodiagnóstico tengan una calidad
suficientemente elevada para que se den en todo momento una información diagnóstica
adecuada, al menor costo posible y con la mínima exposición del paciente a las
radiaciones. De todos estos aspectos, sólo vamos a centrarnos en los técnicos y de medida
de control de calidad, los cuales podemos clasificarlos como sigue:
El control de calidad de los parámetros técnicos de los equipos se agrupa en los siguientes
bloques:
Teniendo en cuenta que existen parámetros muy específicos de cada uno de los grupos
señalados anteriormente, cuya comprobación es muy dependiente del equipo en cuestión.
Sin embargo la filosofía del control de calidad es común a todos ellos.
El control de calidad para todos ellos se podría dividir en tres grandes apartados:
El interés general que tiene el control de los parámetros geométricos es la de evitar que el paciente
reciba dosis innecesarias en zonas sin interés clínico, sin olvidar la importancia que dichos
parámetros, como pueden ser el tamaño de foco o la perpendicularidad del receptor de la imagen
con el foco, tienen en la calidad de la imagen obtenida.
La medida de la calidad del haz de radiación consiste en determinar la energía que posee la
radiación, en términos de longitud de onda, o del kilovoltaje necesario para su producción. Para
determinarla se estudia la atenuación que sufre el haz de radiación, el método más empleado
consiste en determinar el valor de la capa hemirreductora (CHR).
La determinación experimental de la CHR del haz que sale del tubo de rayos X, consiste en
calcular el espesor de absorbente necesario para que la radiación de salida nos dé una exposición
mitad que la de entrada. Una vez conocido este valor de CHR, se recurre a unas tablas donde se
indica cual es la energía de la radiación monocromática que presenta esta misma CHR, de esta
forma sabemos cuál es la energía de nuestro haz de radiación.
La calidad del haz depende de la tensión pico (kVp); una pequeña variación de esta produce un
cambio importante en la intensidad transmitida y, por tanto, en el contraste de la imagen.
El rendimiento del tubo se mide en dosis en aire sin retrodispersión y por mAs y expresada a 1
metro de distancia del foco. Este parámetro junto con los correspondientes al tiempo de
exposición y a la calidad del haz nos permite tener un indicador del ajuste de la corriente y, si esta
fuera correcta, del estado del tubo. Si el rendimiento se mide para varias tensiones pico, puede
utilizarse como parámetro para estimar la dosis a pacientes en condiciones reales de trabajo.
Control del kV
Generalmente los métodos indirectos, se basan en el diferente poder de penetración del haz en
función del kV que lo genera. El más empleado, por su simplicidad es el de la cuña formada por
escalones de un material tal como el aluminio, que define hasta 21 espesores diferentes.
La idea básica es filtrar fuertemente el haz a caracterizar de tal forma que se comporte como
quasi-monoenergético. Para el haz resultante, basta conocer qué espesor ha de interponerse para
reducir su intensidad en una fracción (cualquiera) para poder inferir el kVp. La absorción
producida por los distintos escalones de la cuña se compara con la que produce un espesor de
referencia. La comparación se realiza inspeccionando densidades de velado en una película
expuesto, sin chasis, al haz a través de la cuña.
Con este principio trabajan los equipos de medida no invasiva, emplean dos detectores de
semiconductor apantallados por diferentes espesores del material, y el kV se deduce por
procedimientos electrónicos, comparando las caídas de potencial de contacto, las corrientes en
cortocircuito (o las conductivididades de los diodos) o ambas. Basados en este principio de
operación funcionan los kilovoltímetros digitales.
Forma de onda de kV
Se averigua en la práctica disponiendo de una cámara de ionización o un detector de estado sólido
y usa oscilógrafo o sistema de registro apropiado. La medida es, por tanto, la variación de la dosis
o la exposición con el tiempo, de la que puede obtenerse la forma de onda. Esta medida puede
llevarse a cabo también por medio de diodos de semiconductor, de un modo similar a la utilización
para la medida de kV.
Calidad del haz: Son siempre métodos indirectos basados en la determinación de la CHR o
similar (es decir, mediante medidas de la atenuación que experimenta el haz de rayos X), aunque
trabajando a una tensión fija a la que se haya calibrado el equipo de medida.
La filtración se conoce a partir de ese valor, mirando en tablas adecuadas que relacionan uno y
otro parámetros para unos datos concretos de Generador (tipo de rectificación) y tensión de
trabajo a la que la CHR que sido medida.
Rendimiento
Consiste en la medida, utilizando una cámara, de la ionización producida por el haz de rayos X y,
simultáneamente o mediante medidas auxiliares, determinar la duración del disparo. Esta última
requiere conducir la salida de la cámara (si es adecuada para ello) a un oscilógrafo, con memoria
preferiblemente, o disponer de equipos de control de calidad que realizan la medida del tiempo
de modo simultáneo.
9 Fotoexposímetro
Control de la exposición
Los equipos de rayos X modernos disponen de un sistema automático para controlar la exposición
(CAE), es decir, un sistema mediante el cual el equipo es capaz de producir ennegrecimientos
constantes, en el caso de que el receptor de la imagen sea una película radiográfica, o brillos
constantes(CAB), en el caso de que el receptor de imagen sea una pantalla de TV. La eficacia de
dicho control automático se describe por la reproducibilidad y exactitud de la exposición bajo
condiciones variables tales como diferentes espesores del paciente y tensiones del tubo.
10 Calidad de la imagen
La calidad de imagen es el resultado del efecto combinado de muchos factores y parámetros como
pueden ser, el material del ánodo, la filtración, el kilovoltaje pico utilizado, el receptor de imagen
utilizado, etc.
Imagen de maniquí para el control de calidad de la imagen en equipos
mamográficos
El enfoque más práctico desde el punto de vista del control de calidad consiste en utilizar
maniquíes especialmente diseñados para cada tipo de equipo. Estos maniquíes tienen que tener la
suficiente sensibilidad para detectar variaciones en los parámetros indicativos de la calidad de
imagen como pueden ser el contraste, la borrosidad, la visibilidad de pequeños detalles, etc.
10 Calidad de la imagen
La calidad de imagen es el resultado del efecto combinado de muchos factores y parámetros como
pueden ser, el material del ánodo, la filtración, el kilovoltaje pico utilizado, el receptor de imagen
utilizado, etc.
11 Reveladoras
Control de la película radiográfica y del procesado
El proceso de películas radiográficas es un componente fundamental en la cadena de formación
de la imagen radiológica.
En la práctica no es imprescindible realizar la lectura de los 21 escalones; basta con tomar tres
valores: en el primer escalón, que corresponde al velo, en el escalón cuyo valor de densidad sea
más próximo a 1 (A) y en el escalón de valor más cercano al 2 (B). El valor A corresponde a la
velocidad y el valor B-A representa una medida del contraste.
Para realizar el control debe partirse de unos valores de referencia que se obtienen promediando
los correspondientes, al menos, a 10 películas, impresionadas y procesadas en un mismo día,
tornando las medidas en los mismos escalones en el resto de las películas que diariamente se
impresionen y procesen a lo largo del control. Una vez reveladas las películas, deben tomarse las
temperaturas correspondientes a los líquidos de procesado, especialmente la del revelador, dada
la relación que ésta tiene con los valores de velo, velocidad y contraste. Realizadas las lecturas,
se representan gráficamente las variaciones que diariamente se produzcan respecto a los valores
de referencia. Variaciones superiores a 0,05 en el velo, 0,15 en velocidad o contraste requerirán
una acción correctora en las condiciones de procesado.
Tasa de rechazo de películas
Deberá señalarse que el programa busca mejorar la eficiencia general y no se busca criticar
deficiencias individuales. Se recomienda iniciar un análisis de rechazo antes de iniciar un
programa general de control y garantía de calidad para establecer valores de referencia (que cabe
pensar estarán entre un 10 y un 15%) y después con periodicidad al menos anual. Las películas
rechazadas deberán recogerse al menos durante un período de dos a cuatro semanas.
En su forma más simple, un estudio deberá consistir en el recuento de las películas rechazadas,
expresando la tasa de rechazo como un porcentaje del número total de películas usadas durante
un cierto período. El número total de películas usadas deberá obtenerse a partir de la indicación
que el responsable de control de calidad estime más fiable (datos del almacén de películas de los
contadores de exposición o procesado de las estadísticas y registros del propio servicio de
radiodiagnóstico, etc.).
Otras opciones, que permiten obtener más información acerca de los orígenes y causas de los
rechazos suponen registrar la sala de donde procede cada una de las películas rechazadas, el tipo
de examen y la causa del rechazo (que pueden clasificarse en categorías como: subexposición,
sobreexposición, mala posición o colimación, fallo del equipo, artefactos en la placa, movimiento
del paciente, sin valor diagnóstico, etc.).
12 Cámara oscura
Control de los cuartos oscuros y de las condiciones de almacenamiento de películas
El cuarto oscuro es, por definición, una habitación en la que la iluminación es escasa y
por añadidura atraviesa filtros especiales, y por función, un laboratorio científico en el
que las películas radiográficas pueden alterarse por radiación, luz, calor, presión,
humedad, vapores químicos, electricidad estática o manipulación inadecuada. Por
sentido común este laboratorio debe mantener un alto nivel de organización, estar bien
ventilado, limpio, seguro, bien distribuido y cómodo para desarrollar un trabajo
científico en condiciones de escasa iluminación.
Un control de calidad elemental en un cuarto oscuro puede realizarse con las siguientes
pruebas:
Condiciones de iluminación
La cámara oscura debe ser totalmente oscura a la luz blanca, un simple test de percepción
visual debe realizarse para detectar entradas de luz, al menos cuatrimestralmente,
prestando especial atención, tras un período de acomodación a la oscuridad, a entradas de
luz por cercos de puertas y pasachasis o sistemas de ventilación. Las luces de seguridad,
por otra parte, no son seguras hasta que no se ha constatado su efectividad con un test de
control. Un filtro puede perder su eficacia como resultado de grietas, perforaciones o por
el uso de bombillas de potencia inadecuada (máximo 25 W).
Una prueba simple puede realizarse manteniendo una película durante unos 5 segundos
en contacto con el filtro de cada luz de seguridad. En la película posteriormente procesada
no deberían aparecer ennegrecimientos apreciables a la vista si la luz de seguridad es
correcta.
13 Almacenamiento de películas
Condiciones de almacenamiento de películas
Un control de calidad elemental en un cuarto oscuro puede realizarse con las siguientes
pruebas:
Condiciones de iluminación
La cámara oscura debe ser totalmente oscura a la luz blanca, un simple test de percepción
visual debe realizarse para detectar entradas de luz, al menos cuatrimestralmente,
prestando especial atención, tras un período de acomodación a la oscuridad, a entradas de
luz por cercos de puertas y pasachasis o sistemas de ventilación. Las luces de seguridad,
por otra parte, no son seguras hasta que no se ha constatado su efectividad con un test de
control. Un filtro puede perder su eficacia como resultado de grietas, perforaciones o por
el uso de bombillas de potencia inadecuada (máximo 25 W).
14 Percepción visual de la calidad de la imagen
La búsqueda visual es el primer paso en la lectura radiográfica. La primera mirada a una
radiografía está realizada con la visión periférica o estetoscópica. El uso de visión periférica
permite un campo mucho mayor de visualización, aunque no muy fino. En este campo de visión,
es posible seleccionar áreas anormales a partir de numerosas áreas de calidad subóptima que se
proyectan en la retina. Existe una relación directa entre tamaño del campo visual y el tiempo que
se requiere para localizar un área anormal. Una vez que el área de interés es localizada, el ojo se
mueve para enfocar la fóvea central de dicha área. Con ello se emplea la visión fotópica, es decir,
la de mayor agudeza visual (debido a que los conos responsables de la agudeza visual están allí
concentrados). De esta manera, se puede obtener una información más detallada. Una vez que
esta información es registrada en la retina, el ojo se mueve hacia otras áreas de interés. Este
movimiento se conoce con el nombre de movimiento sacádico.
Una prueba simple puede realizarse manteniendo una película durante unos 5 segundos
en contacto con el filtro de cada luz de seguridad. En la película posteriormente procesada
no deberían aparecer ennegrecimientos apreciables a la vista si la luz de seguridad es
correcta.
La medida del brillo y uniformidad de los negatoscopios es, por otra parte, fácilmente realizable
con ayuda de un fotómetro y puede expresarse en unidades absolutas sin influencia del resto de
los soportes de la imagen, por lo que comparaciones entre diferentes servicios u hospitales puede
realizarse de forma rápida y realizar correcciones inmediatas. Por estas razones, el control de los
negatoscopios puede elegirse como primer paso en un programa de garantía de calidad de la
imagen.
La medida en diferentes puntos de la superficie difusora del negatoscopio (por ejemplo en las
esquinas, laterales y centro) nos dará una idea de la uniformidad de la iluminación. Es muy
importante que la iluminación utilizada sea uniforme sobre la totalidad de la radiografía pues una
iluminación que no cumpla esta condición (variaciones mayores de un 10%) puede dar lugar a
una distribución aparente de la densidad errónea y afectar al diagnóstico.
Como normas para su correcto estado de los negatoscopios podemos seña- lar: realizar el control
de brillo y uniformidad al menos una vez al año-, limpiar las superficies difusoras; exterior e
interior, de forma periódica (una limpieza de ambas superficies puede llegar en algunos casos a
mejorar la iluminación en un 100%); cambiar si es preciso un tubo por rotura o envejecimiento,
realizar la sustitución de todos los tubos que formen el negatoscopio y sustituir aquellos con
iluminación vibrante o color diferente al resto. La iluminación ambiental debe ser del orden de
100 lux para obtener una acomodación y visión óptima a los negatoscopios sin deslumbramientos
o reflexiones.
1. Práctica Clínica
Para una buena aplicación y desarrollo del programa de estos programas de control y
garantía de calidad, es necesario definir prioridades que están dirigidas a la optimización
de los recursos del establecimiento; de esta manera el programa deberá estructurarse en
cadena, controlando y optimizando en primer lugar los sistemas o dispositivos más
sencillos y que no están influenciados por el resto de los sistemas a controlar.
Para una segunda etapa se implementará el programa de control de calidad en los equipos
generadores de rayos X, la evaluación de la calidad de imagen y la aplicación de
protocolos de estudio para determinar la posibilidad de establecer niveles de referencia
en radiodiagnóstico e intervencionismo.
Objeto
El objeto principal de la Protección Radiológica es asegurar un nivel apropiado de
protección al hombre y al medio ambiente sin limitar de forma indebida las prácticas
beneficiosas de la exposición a las radiaciones. Este objetivo no sólo se puede conseguir
mediante la aplicación de conceptos científicos. Es necesario establecer unas normas que
garanticen la prevención de la incidencia de efectos biológicos deterministas
(manteniendo las dosis por debajo de un umbral determinado) y la aplicación de todas las
medidas razonables para reducir la aparición de efectos biológicos estocásticos
(probabilísticos) a niveles aceptables. Para conseguir estos objetivos, se deben aplicar los
principios del Sistema de Protección Radiológica propuestos por la Comisión
Internacional de Protección Radiológica (ICRP):
Establecer las actuaciones básicas a llevar a cabo, tanto por los trabajadores
expuestos, como por los Servicios, Unidades ó personas responsables de
conseguir estos objetivos y del cumplimiento de la legislación vigente,
determinando la relación entre ellos.
• Servir de base para el desarrollo del Manual específico.
Ámbito de aplicación del manual
Será de aplicación a todo el personal de los centros sanitarios de un área determinada, que utilice
equipos emisores de radiación ionizante o material radiactivo, o que esté involucrado en su
adquisición, mantenimiento o en cualquier otra actividad relacionada con dichos equipos o
materiales.
El Manual, una vez revisado de acuerdo con las directrices marcadas en el Manual General, se
deberá remitir al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) para su apreciación favorable según lo
dispuesto en la autorización del SPR.
Tendrán conocimiento y acceso al Manual todos los trabajadores expuestos y/o relacionados con
actividades que impliquen riesgo radiológico, por lo que se les comunicará su existencia y
contenido antes de ocupar su puesto de trabajo.
Procedimiento a seguir
Cualquier modificación del Manual deberá ser realizada por SPR y aprobada por el
Director Gerente, como máximo responsable y representante del Titular en el Centro
sanitario. En cualquier caso, cualquier modificación deberá ser emitida al CSN para su
apreciación favorable.
2 Requisitos del personal
Conseguir los objetivos de la Protección Radiológica es una tarea en la que están involucrados
todos los estamentos de cada Centro: las personas que ostentan la autoridad en los órganos de
Dirección y Gestión, los profesionales dedicados al ejercicio de la protección radiológica y los
trabajadores, expuestos o no a las radiaciones ionizantes. Del conocimiento de sus obligaciones y
del estricto cumplimiento de las normas con relación a dichos objetivos dependerá la disminución
del riesgo, con el consiguiente beneficio, tanto para los profesionales sanitarios y no sanitarios,
como para los pacientes y miembros del público.
El Director del Centro implantará el Programa de Garantía de Calidad en las distintas Unidades
asistenciales en las que se haga uso de radiaciones ionizantes, y nombrará al responsable en cada
caso para su confección, desarrollo y ejecución.
En las inspecciones preceptivas que los funcionarios del CSN realicen al Centro, vendrá obligado
a facilitar el acceso, la documentación y los medios necesarios para el cumplimiento de su misión.
Aunque la responsabilidad final no puede delegarse, el Director Gerente del Centro atribuirá al
Jefe del SPR la autoridad necesaria para velar por el cumplimiento de las normas establecidas en
este Manual, y que obligan a todos los miembros de los distintos Servicios y Unidades del Centro.
Dirección Médica
El Director Médico, de acuerdo con las atribuciones de su cargo, es el responsable del
cumplimiento de las normas establecidas en este Manual, relativas al personal facultativo y al
funcionamiento de los Servicios y Unidades.
Necesariamente debe establecer las líneas de responsabilidad de las unidades asistenciales de cada
instalación radiactiva, dependiendo de las peculiaridades y recursos de cada Centro.
Estará obligado a comunicar al SPR los movimientos de personal facultativo producidos en los
Servicios con riesgo radiológico, con antelación suficiente para adoptar las medidas necesarias
para su adscripción o baja en la instalación correspondiente.
Dirección de Enfermería
El Director de Enfermería, de acuerdo con sus atribuciones, es el responsable del cumplimiento
de las normas establecidas en el Manual relativas al personal a su cargo debiendo asignar las
funciones de cada puesto de trabajo en las instalaciones con riesgo radiológico, con objeto de que
el SPR pueda clasificar adecuadamente al personal que las desempeñe.
Estará obligado a comunicar al SPR los movimientos de personal (altas, bajas y traslados)
producidos en los Servicios con riesgo radiológico, con la suficiente antelación que permita
adoptar las medidas necesarias para su adscripción a la instalación radiactiva correspondiente.
Dirección de Gestión
El Director de Gestión, de acuerdo con sus atribuciones, es el responsable del
cumplimiento de las normas establecidas en este Manual en lo relativo a:
En los Servicios o Unidades Médicas, los responsables de los respectivos Programas de Garantía
de Calidad deben redactar los procedimientos específicos de su instalación, en colaboración con
el SPR en lo que se refiere a aspectos relacionados con la protección radiológica.
Las responsabilidades y funciones de cada una de estas personas son las siguientes:
• A) Supervisor de instalación radiactiva o Titulado que dirija una
instalación de rayos X: En virtud de su licencia o acreditación, está
capacitado para dirigir el funcionamiento de la instalación y las actividades
de los operadores, siendo responsable de tener actualizado el Diario de
Operación.
Trabajadores externos
Se entiende por trabajador externo cualquier trabajador clasificado como expuesto que efectúe
una intervención de cualquier carácter, en la zona controlada de una instalación radiactiva y que
esté empleado de forma temporal o permanente por una empresa externa al ámbito hospitalario.
La empresa externa deberá hallarse inscrita en el Registro de Empresas Externas, que a tal efecto
fue constituido por el CSN, y será la responsable de la Protección Radiológica de sus trabajadores.
El titular exigirá a la empresa externa que intervenga en la instalación radiactiva, que satisfaga
los requisitos establecidos en la legislación al respecto.
Todo trabajador externo tiene la obligación de colaborar con los responsables de la protección
radiológica, tanto de su empresa como propios de la instalación, en su protección contra las
radiaciones ionizantes, cumpliendo las normas establecidas por los mismos y las legalmente
aprobadas.
Jefe del Servicio de Protección Radiológica
Las funciones del Jefe del SPR son encomiendas del Reglamento de Protección Sanitaria contra
Radiaciones Ionizantes, de las que, en materia de Protección Radiológica, tiene asignadas el
Director del Centro como titular de la instalación radiactiva.
Por razones de seguridad, vigilancia y control radiológico, las personas que trabajan en
las instalaciones con riesgo radiológico se clasifican, en función de las condiciones en
que realizan su trabajo, en:
• Trabajadores expuestos.
• Miembros del público.
Trabajadores expuestos
Son personas que, por las circunstancias en que se desarrolla su trabajo, bien sea de
modo habitual, bien de modo ocasional, están sometidas a un riesgo de exposición a las
radiaciones ionizantes susceptible de entrañar dosis superiores a alguno de los límites de
dosis para miembros del público.
Los estudiantes y personas en formación, mayores de dieciocho años, que, durante sus
estudios, se encuentren expuestos a radiaciones ionizantes, se consideran incluidos en
esta categoría.
• Categoría A Pertenecen a esta categoría los que puedan recibir una dosis
efectiva superior a 6 mSv por año oficial, o una dosis equivalente superior
a 3/10 de los límites de dosis equivalente para el cristalino, la piel y las
extremidades.
• Categoría B Pertenecen a esta categoría aquellos que es muy improbable
que reciban dosis efectivas superiores a 6 mSv por año oficial, o a 3/10 de
los límites de dosis equivalente para el cristalino, la piel y las extremidades.
Una vez superados los requisitos anteriores, el SPR, en colaboración con el SPRL
correspondiente, arbitrará el procedimiento más oportuno para proporcionar al
trabajador la información en Protección Radiológica adecuada a su instalación
específica y a su puesto de trabajo y, en su caso, entregarle el dosímetro personal.
Por todo ello, y para ejercer un adecuado control sobre este material, y minimizar los riesgos en
todos los aspectos, es necesaria la aplicación de normas de seguridad desde el momento de su
adquisición.
La Dirección de Gestión, los Servicios Médicos que utilizan material radiactivo y el SPR
establecerán un procedimiento específico de forma que el SPR tenga conocimiento, en todo
momento, de la adquisición y entrada de material radiactivo.
Los equipos generadores de rayos X, tanto en el rango de energías propio del diagnóstico como
de la terapia, no son objeto de este capítulo ya que sólo supone riesgo radiológico durante su
utilización y no su posterior desmantelamiento.
Adquisición
El SPR vigilará que la compra de los radionucleidos se efectúe a un proveedor autorizado.
Recepción
Los radionucleidos serán entregados en la instalación radiactiva, en la que la persona encargada
en el procedimiento para su recepción comprobará que el material recibido coincide con el
solicitado.
Asimismo, se comprobarán visualmente las características del bulto, realizándose una medida de
los niveles de radiación en contacto y a un metro del mismo.
En el caso de que los controles realizados sobre ese bulto den lugar a sospechas en cuanto a la
integridad del contenido, se deberá notificar tal circunstancia al SPR.
Si se recibe el listado informatizado del pedido con estos datos, tras su firma se adjuntará al Diario
de Operación de la Instalación.
Las empresas que realicen las maniobras de carga deberán figurar en el Registro de empresas
externas del CSN.
Almacenamiento
Tras la recepción del material radiactivo, éste se almacenará en la propia instalación, en
contenedores específicos y apropiados al tipo y energía de la radiación emitida, y a la actividad
del mismo, en la zona habilitada al efecto. Todo el material radiactivo de características similares
se agrupará en contenedores comunes, quedando registrado junto a la identificación del material
recibido, su contenedor de almacenamiento.
La zona en que se almacene el material radiactivo será clasificada como zona controlada.
Utilización
Los procedimientos de utilización se establecerán de tal forma que se evite en lo posible el
movimiento innecesario del material radiactivo.
El movimiento puede ser interno (entre diferentes unidades del centro) o externo (entre diferentes
hospitales).
El movimiento interno se realizará por personal autorizado de la instalación, bajo el control del
SPR y utilizando contenedores adecuados al tipo de material radiactivo transportado y a su
actividad.
El movimiento interno se considerará como una aplicación y como tal se anotará en el diario de
operaciones.
En los casos excepcionales en los que se tuviera que utilizar material radiactivo para diagnóstico
o terapia fuera de las dependencias de la instalación, deberá existir un procedimiento establecido
y se hará siguiendo las recomendaciones del SPR.
El SPR realizará periódicamente las medidas de radiación que estime oportunas para comprobar
los niveles de radiación y contaminación de las zonas de tratamiento.
Transporte
En aquellas instalaciones en las que, además de utilizar material radiactivo, se disponga de
capacidad de producción y hayan sido específicamente autorizadas para su distribución a otros
centros, se deberán establecer procedimientos específicos de Protección Radiológica para el
transporte del material radiactivo.
El SPR deberá supervisar que los bultos de radionucleidos que salgan al exterior estén
debidamente etiquetados y señalizados y que se hayan realizado los controles necesarios de los
niveles de radiación y contaminación antes del envío de los mismos.
El dosímetro de solapa permite estimar las dosis equivalentes individuales, profunda y superficial,
a cuerpo entero.
Cuando se registren dosis que superen los límites establecidos, en condiciones normales de
trabajo, se deberá iniciar una investigación con objeto de averiguar las causas que originaron el
suceso. Al mismo tiempo, se separará al trabajador de su puesto de trabajo, hasta que el SPRL
que desarrolle la función de vigilancia y control de la salud de los trabajadores determine que
dicho trabajador es apto para trabajar con radiaciones ionizantes. El momento de la
reincorporación al puesto de trabajo, así como la posible necesidad de recibir atención médica,
los determinará el SPRL.
El dosímetro se debe de colocar en aquella posición que sea más representativa de la parte
más expuesta de la superficie del cuerpo.
Las dosis a las extremidades, especialmente a las manos, pueden ser algo mayores, pero
a menos que sea probable que estas dosis se aproximen a los tres décimos de los límites
de dosis equivalente apropiados, no será necesaria la utilización de dosímetros
adicionales.
En aquellos casos en los que sea necesario el uso del delantal plomado, el dosímetro se
colocará debajo de este, y en la posición recomendada anteriormente.
En los casos particulares en que los valores registrados estén próximos a los niveles de
investigación, puede ser necesaria, a juicio del SPR, la utilización de dos dosímetros, uno
debajo del delantal para estimar la dosis efectiva, y otro por encima del delantal para
estimación de la dosis equivalente en cristalino y piel.
Como orientación general, no será preciso entregar dosímetro personal a los trabajadores
que se citan a continuación:
• Radiodiagnóstico: Administrativos, celadores y limpiadoras.
• Radioterapia e instalaciones con fuentes no
encapsuladas: Administrativos.
Historial dosimétrico
Todas las dosis recibidas por un trabajador expuesto quedarán registradas en su historial
dosimétrico. Este historial es individual para cada trabajador, se mantendrá debidamente
actualizado y estará en todo momento a su disposición.
Las dosis recibidas como consecuencia de una exposición especialmente autorizada, así
como las recibidas por exposiciones en caso de accidente o de emergencia, figurarán en
el historial dosimétrico, registradas por separado de las recibidas durante el trabajo en
condiciones normales.
Al producirse el cese definitivo de la actividad, los titulares de las mismas harán entrega
al CSN de los expedientes médico y dosimétrico correspondientes a cada trabajador.
A los pacientes que deban ser objeto de pruebas diagnósticas o tratamientos se les dará toda la
información y medios necesarios para que no se irradien accidentalmente por motivos ajenos al
acto médico del que van a ser protagonistas.
Dosimetría de área
La vigilancia de las áreas de trabajo puede dividirse en tres categorías:
La vigilancia de rutina en el puesto de trabajo debe realizarse para confirmar que dicho
trabajo se realiza satisfactoriamente. Ésta se hará mediante los procedimientos adecuados,
de forma continuada y en tanto no se produzcan cambios significativos.
Cuando se midan las tasas de dosis externas se especificará la naturaleza y calidad de las
radiaciones de que se trate.
Instrumentación
Se realizará la vigilancia de las dosis absorbidas, las tasas de dosis absorbidas o de
fluencia con los equipos del tipo y sensibilidad adecuados a la naturaleza y calidad de la
radiación emitida.
Niveles de actuación
Se deberán definir niveles de actuación en términos de tasa de dosis de radiación, de manera que
en caso de alcanzarse, se tomen las medidas de investigación o de intervención necesarias.
Registro de documentación
Los documentos correspondientes al registro, evaluación y resultado de la vigilancia y control de
la radiación externa deberán ser archivados por el Titular, quién los tendrá a disposición de la
Autoridad competente.
Se debe disponer de una zona específica con todo lo necesario para la descontaminación
de las personas.
Las personas que trabajan con fuentes no encapsuladas deberán notificar al SPR cualquier
sospecha de contaminación interna. De la misma forma se notificarán las situaciones de
contaminación externa persistente.
Instrumentación
La medida de la posible contaminación se realizará por medio de equipos, fijos o portátiles,
adecuados en sensibilidad y respuesta en energía al radionucleido empleado en cada caso.
Los equipos fijos se situarán a la salida de las zonas con riesgo de contaminación. Los equipos
portátiles estarán disponibles en el SPR y en los Servicios que manejan fuentes radiactivas.
Niveles de actuación
• Contaminación externa.
Registro de documentación
Los documentos correspondientes al registro, evaluación y resultado de la vigilancia y control de
la contaminación deberán ser archivados por el titular de la práctica, quién los tendrá a disposición
de la Autoridad competente.