Zohar y Marshall - Inteligencia Espiritual
Zohar y Marshall - Inteligencia Espiritual
Zohar y Marshall - Inteligencia Espiritual
Inteligencia
espiritual
AMAN ZOHAR / IAN MARSHALL
La inteligencia
que perm ite ser creativo,
tener valores y fe.
Inteligencia
espiritual
DAN AH ZOHAR / IAN MARSH ALL
Traducción de
Marcelo Covián
P L A Z A & J A N É S E D I T O R E S , S.A.
A la memoria de mi padre, Donald E. Logan
ISBN: 84-01-37737-4
Depósito legal: B. 42.512 2001 ־
Impreso en Limpergraf
Mogoda, 29. Barbera del Valles (Barcelona)
L 377374
I N D I C E
N o t a d e l o s a u t o r e s .............................................................................................................. 11
A g r a d e c im ie n t o s .................................................................................... 13
p r im e r a p a r t e
¿QUÉ ES IES?
. . SEG UN D A PARTE
TERCERA PARTE
CUARTA PARTE
QU IN TA PARTE
A p é n d i c e .....................................................................................................................2 7 3
Bib l io g r a f ía ...............................................................................................................2 7 7
N o t a s .......................................................................................................................... 2 8 5
Í n d ic e t e m á t i c o ........................................................................................ 293
A G R A D E C I M I E N T O S
Quiero saber lo que ansias, y si osas soñar con lo que desea tu corazón.
Quiero saber si te arriesgas buscando como un loco el amor, los sueños, la aventura
de estar vivo.
Quiero saber si has tocado el corazón de tu propio dolor, si te han abierto las
traiciones de la vida o si te has contraído y cerrado
de miedo a más dolor. Quiero saber si te puedes sentar con el dolor, el mío
o el tuyo sin moverte para esconderlo o apagarlo o conciliario. Quiero saber si
puedes estar con alegría, mía o tuya;
si puedes bailar con desenfreno y
dejar que el éxtasis te llegue a la yema de los dedos sin precaverte a ser cuidadoso,
realista o a recordar las limitaciones del ser humano.
Quiero saber qué te sostiene por dentro cuando se derrumba todo lo demás.
EL LO TO DEL SER
El descubrimiento de que la IES abre en la psicología un proceso
terciario exige el desarrollo de un nuevo modelo psicológico del ser
humano y su personalidad. Los modelos anteriores tenían dos «ca-
pas»; la exterior, la personalidad consciente y racional, y la interior,
en gran parte asociaciones subconscientes, motivaciones, neurosis y
elementos similares. El proceso terciario introduce una tercera capa o
núcleo central.
En este libro, el ser se presenta como un loto de seis pétalos. La
capa exterior de cada pétalo representa al ego distribuido entre los
seis tipos o funciones posibles de personalidad que reconocen nume-
rosos psicólogos. Me basaré en tres fuentes ampliamente investiga-
das: el trabajo de j. E Holland sobre guía de vocaciones y seis tipos de
personalidad, los seis tipos de Jung tal como los usa Myers-Briggs (in-
troversión, extraversión, pensamiento, sentimiento, sensación e intui-
ción), y en el trabajo de Cattell sobre motivación.
INTRODUCIENDO IES 25
USANDO LA IES
mano. Este centro espiritual incorporado está localizado entre las co-
nexiones־ñeuraIes־He los lóbulos temporales del cerebro. En los esca-
neres tomados con topografía de emisión de positrones, estas zonas
neurales se iluminan siempre que los sujetos estudiados deben hablar
sobre temas espirituales o religiosos. Estos varían con las culturas: los
occidentales reaccionan ante la mención de «Dios»; los budistas y
otros lo hacen ante símbolos significativos para ellos. Hace años que
esas actividades en el lóbulo temporal habían sido asociadas a Tasvi-
siones místicas_de los epilépticos o de la gente que toma l s d . El traba-
jo de Ramachandran es el primero en demostrar que también ocurren
en gente normal. El punto divino no prueba la existencia de Dios, sino
que el cerebro ha evolucionado para hacer preguntas trascendentales
y usar una sensibilidad para significados y valores más profundos.
b) El trabajo del neurólogo austriaco Wolf Singer en los años no-
venta sobre el «problema de fijación» prueba que existe un proceso
neural en el cerebro dedicado a unificar y dar significado a nuestra
experiencia, un proceso neural que literalmente «fija» nuestra expe-
riencia. Antes del trabajo de Singer sobre las oscilaciones neurales
unificadoras y sincrónicas a lo largo y ancho del cerebro, los neurólo-
gos y los científicos cognitivos sólo reconocían dos formas de organi-
zación cerebral neural. Una de estas formas, la de conexiones neura-
les en serie, es la base de nuestro CI. Los tractos neurales conectados
serialmente permiten que el cerebro acate normas, piense lógica y ra-
cionalmente, paso a paso. En la segunda forma de red de organiza-
ción neural, grupos de cientos de miles de neuronas están conectados
al azar con otros grupos múltiples. Estas redes son la base de nuestra
IE, nuestra inteligencia impulsada por emociones, reconocedora de
pautas y creadora de hábitos. Existen tanto los ordenadores seriales
como paralelos y tienen capacidades diferentes, pero ninguno de los
dos pueden operar con significados. Ningún ordenador existente
puede preguntar «¿Por qué?». El trabajo de Singer sobre las oscilado-
nes neurales unificadoras ofrece la primera pista de un tercer tipo de
pensamiento, el pensamiento unitario, y su correspondiente modelo
de inteligencia, la IES, que puede tratar esas cuestiones.
c) Como resultado del trabajo de Singer, la investigación de me-
diados de los años noventa de Rodolfo Llinas sobre la conciencia dor-
mida y despierta y la conexión de eventos cognitivos en el cerebro ha
sido muy reforzada por la nueva tecnología MEG (magnetoencefalo-
gráfica) que permite estudios en todo el cráneo de los campos eléctri-
eos de oscilación y sus asociados campos magnéticos.
INTRODUCIENDO IES 29
TEST DE IES
Las características para una alta IES incluyen:
. Es posible que una persona de alta IES llegue a ser un líder eficaz;
alguien responsable de brindar una mejor visión y valores a los de-
más y enseñarles cómo usarlos; en otras palabras, una persona que
ןinspira a los demás. Este libro planteará preguntas a través de las cua-
j les los lectores podrán medir su propia IES. Asimismo, hablaremos
i con gente famosa de alta y baja IES.
MEJORANDO LA IES
En la sociedad moderna, la IES es baja. Vivimos en una cultura
espiritualmente pobre caracterizada por el materialismOj la eficacia,
la estrechez de miras y carencia de significado y compromiso. Pero
28 ¿QUÉ ES IES?
EL CENTRO PERDIDO
Mientras escribía este libro, mi familia y yo hemos pasado un mes
de Navidad cada año en Nepal. Este mágico tiempo pasado en una
cultura premoderna hindú o budista es tan rico en colores, sonidos,
aromas y significados que ha influenciado muchas de las ideas que se
expresan a lo largo de este libro. Por jóvenes y románticos, nuestros
hijos adolescentes se han dispuesto a cambiar toda su riqueza y co-
modidad occidentales por la pobreza del Nepal. «¡No volvamos nun-
ca a casa!», nos rogaban al final de cada visita. Mis reacciones y las de
mi marido han sido más complejas.
La sociedad nepalí se aferra a cosas que no existen en casa: fuer-
tes lazos comunitarios y familias numerosas, vivas tradiciones espiri-
tuales compartidas por todos, la espontaneidad y el apremio de la
vida cotidiana, la riqueza simbólica de la vestimenta, los alimentos,
la vida y la muerte, las pautas repetitivas de la vida diaria, el cuidado
y las reverencias que emplean en el diseño de objetos corrientes como
platos y carros, las simples y repetitivas pautas de cada día, las cose-
chas y los festivales estacionales. Pero nosotros sabemos que estas co-
sas no son propias de nuestra cultura. Nepal es profundamente espi-
ritual (pleno de sentido trascendental) porque su vida cotidiana está
imbuida de una rica cultura espiritual. Muy diferente de nuestra ac-
tual cultura occidental.
Las pocas culturas tradicionales como la nepalí que aún sobrevi-
ven pertenecen a una etapa anterior de la consciencia humana. Las
denomino «culturas asociativas» porque sus hábitos y valores están
marcados por un estilo de pensamiento «asociativo» que está ligado
al hábito y la tradición y que vive del reconocimiento y la repetición
de pautas conocidas (volveremos al tema en el capítulo 3). También
las llamo culturas del «centro saludable» porque sus fuerzas y debili-
dades son las de la capa media del ser, la capa que Freud llamaba el
«proceso primario», o Ken Wilber «prepersonal», y que yo coloco en
la capa media del Loto del Ser, junto con las imágenes mitológicas y
los arquetipos del subconsciente de Jung.
34 ¿QUÉ ES IES?
nales que hablaban de ideales y valores y que fueron mis héroes re-
sultaron asesinados: John Kennedy, Martin Luther King y Bobby
Kennedy.
La nuestra era una familia acomodada de clase media, pero mi
padrastro pasaba de un trabajo a otro y de un lío extramatrimonial a
otro mientras, muy inteligente, tomaba pastillas «para no tener que
pensar». Luego se suicidó para no pensar definitivamente. En la últi-
ma etapa de mi infancia tuve muy pocos parientes próximos, la ma-
yoría se mudaba de ciudad o de estado y los vecinos eran también
bastante fugaces. Asistí a seis escuelas diferentes. Primero busqué mis
raíces en la religión de los abuelos, luego en otras, pero esta búsqueda
de muchos años nunca me ha dejado satisfecha con ninguna religión
determinada. Al igual que Anders, he buscado el sentido de las cosas
toda mi vida adulta, una forma de vivir o una visión con la que vivir
que fuera más allá de mis límites.
Mi historia no es atípica. Nuestra época moderna está definida
por cosas como rupturas de familia, comunidades o religiones, la au-
'senda de héroes y las multitudes de jóvenes que luchan por que sus
vidas tengan sentido. Vivimos una época en que no hay objetivos cía-
ros, reglas ni valores claros, ningún modo claro de crecer ni una vi-
sión clara de responsabilidad.
Carecemos de un amplio contexto donde situar nuestras vidas,
un flujo natural de significado del que podamos formar parte. De
muchas maneras, este desierto espiritual es el producto de nuestra
elevada inteligencia racional. Por medio de la razón nos hemos aleja-
do de la naturaleza, de nuestros semejantes y de la religión. En núes-
tro gran salto tecnológico hacia adelante, hemos dejado atrás la cultu-
ra tradicional y los valores que implicaba. Nuestro C1 ha reducido las
horas de trabajo, aumentado la riqueza y la longevidad e inventado
incontables baratijas, algunas de las cuales hoy amenazan con des-
truir nuestro entorno y a nosotros mismos. Pero no hemos encontra-
do el modo de que todo esto valiera la pena.
La cultura moderna es espiritualmente pobre no sólo en Occi-
dente, sino cada vez más en esos países asiáticos influenciados por
Occidente. Con «espiritualmente pobre» quiero decir que hemos
perdido el sentido de los valores fundamentales, aquellos enraizados
a la tierra y sus estaciones, al día y a las horas que pasan, a los instru-
mentos y rituales cotidianos de nuestras vidas, al cuerpo y sus cam-
bios, al trabajo y sus frutos, a las etapas de la vida y a la muerte como
, fin natural. Vemos, usamos y experimentamos sólo lo inmediato, visi-
LA CRISIS DEL SENTIDO 37
suya fue una vida que ejemplificó una espontaneidad, una calidez,
una cualidad amorosa y una vulnerabilidad que ansiamos contactar
por medio de algún icono o símbolo colectivo.
En ausencia o carestía de este sano centro asociativo, sólo nos
queda encontrar o crear nuestro propio sentido de las cosas o simple-
mente sentir su pérdida. A menudo hemos intentado reemplazar esta
ausencia dando una importancia exagerada a nuestros propios egos
individuales, a nuestras ambiciones y supuestas necesidades. Hemos
buscado en la capa del ego recursos que allí no existen. Privados del
centro profundo y significativo, estamos atrapados en la periferia
fragmentada de la vida, aislados en los pétalos exteriores del Loto.
Como resultado, con frecuencia buscamos sentido en actividades dis-
torsionadas o periféricas como el materialismo, el sexo promiscuo, la
rebelión insensata, la violencia, el abuso de drogas o el ocultismo de
la New Age.
EL PAPEL DE LA CIENCIA
En Occidente, la cultura tradicional y todas las razones y valores
que la acompañaban empezaron a derrumbarse como resultado de la
revolución científica del siglo xvn y el auge consiguiente del indivi-
dualismo y el racionalismo. El pensamiento de Isaac Newton dio pie
no sólo a la tecnología que llevó a la Revolución Industrial, sino tam-
bien a_una seria erosión de las creencias religiosas y del marco filoso-
fico que habían caracterizado a la sociedad. La nueva tecnología trajo
consigo muchas bendiciones, pero también desplazó a la gente del
campo a las grandes ciudades, fracturó comunidades y familias, rele-
gó tradiciones y oficios e hizo que la confianza en los hábitos y en la
repetición fuera prácticamente imposible. Los significados y valores
asociativos fueron arrancados del suelo en el que habían crecido. La
consecuente revolución filosófica desarraigó el alma humana.
Los principios centrales de la filosofía de Newton pueden verse
en las palabras «atomismo», «determinismo» y «objetividad». Aun-
que suenen abstractos y remotos, los conceptos que estas palabras re-
presentan nos han impactado en medio de nuestro ser.
El atomismo es la visión de que en última instancia el mundo
consiste en fragmentos, en partículas aisladas en el espacio y el tiem-
po. Los átomos son cosas duras e impenetrables con límites fijos e
inalterables: no pueden penetrarse, sino relacionarse por medio de
36 ¿QUÉ ES IES?
«ENFERMEDADES DE SIGNIFICADO»
Una de las maneras más comunes con que la gente corriente bus-
ca dar sentido y plenitud a sus vidas es mediante una obsesión con la
salud. En inglés, las dos palabras tienen la misma raíz germánica: es-
tar sano equivale a estar pleno. Y así nos apuntamos a toda novedad
saludable, dieta vitamínica o régimen de adelgazar que podamos in-
corporar en nuestras vidas carentes de tiempo libre. Sin embargo, la
corriente central de la medicina moderna es muy newtoniana. Ve el
38 ¿QUÉ ES IES?
AMENAZAS DE EXTINCION
no, ya sea en el comercio, las artes o la religión, forma parte del gran-
dioso tejido del universo. Y los humanistas asiáticos no son arrogan-
tes. Su visión del ser verdadero y su origen en el terreno más profun-
do del ser les llena de una sensación de humildad y gratitud. Son
conscientes constantemente de la fuente de donde emergen el ser, el
sentido de todo y los valores. En el lenguaje de este libro, yo diría que
el humanismo occidental heredado de la Ilustración es espiritual-
mente idiota y que el asiático es espiritualmente inteligente.
LA POBREZA
DEL HUMANISMO OCCIDENTAL
Otra razón de que nos echásemos en busca del placer y la satis-
facción inmediatos es que hemos perdido la capacidad de imaginar
algo más. En los últimos doscientos o trescientos años, hemos limita-
do nuestros horizontes a lo meramente humano y caído cada vez más
en el egocentrismo que nos separa de un significado más profundo y
de una perspectiva más amplia. Los grandes pensadores ilustrados
del siglo xviu afirmaban que el hombre era la medida de todas las co-
sas. En sí misma, esta idea no es ajena a la noción bíblica de que Dios
creó todas las cosas para nuestro beneficio. El egocentrismo humano
es una característica fundamental de la tradición occidental, pero el
pensamiento de la Ilustración nos metió en un humanismo más estre-
cho porque su propio concepto de lo humano era más limitado.
Partiendo de la filosofía de Aristóteles, los pensadores ilustrados
definen al hombre como un animal racional. Las raíces de lo verdade-
ramente humano están en la razón (en términos modernos, en núes-
tro CI) y en los productos de la razón: la ciencia, la tecnología, la lógi-
ca, lo. pragmático. Los filósofos sociales y políticos siguieron esa
corriente subrayando la importancia de los derechos del hombre por
encima de servicios o deberes. El humanismo occidental, alienado de
la naturaleza por la gran divulgación de las ideas de Newton y de ha-
bitar las grandes ciudades, alienado de la magia y el misterio por me-
dio del pensamiento científico reduccionista, animado por Freud y
sus seguidores a ver el ego y su insignificante soberbia como el verda-
dero ser, se ha convertido en una mezcla de prepotencia y desespe-
ración. Somos los mejores, estamos en la copa del árbol de la evolu-
ción. Pero ¿y qué más da?
En Oriente, el humanismo es la base de la verdadera espirituali-
dad. Los budistas e hindúes critican las religiones occidentales por
ser insuficientemente humanistas, por poner a Dios por encima del
hombre. Cuando intento argumentar que el humanismo está en la
raíz de nuestro problema, los asiáticos sacuden las cabezas sin creer-
me. La base de este malentendido es que el suyo es un humanismo
superior, un «egoísmo» superior basado en mucho más que poder y
racionalidad. En un sentido tradicional oriental, un humanista tiene
un sentido profundo de la interconexión entre la vida y todo lo que
es, un profundo sentido de compromiso y responsabilidad con todo
el mundo y todas las cosas. Es consciente de que todo empeño huma-
LA CRISIS DEL SENTIDO 45
gencia o conciencia desde más allá del cerebro individual y sus es-
tructuras neurales? ¿Qué puede significar, en términos neurológicos
y físicos, que nuestro ser centrado en el ego pueda acceder a un nivel
más profundo de conocimiento? ¿Por qué, en suma, estamos bioló-
gicamente equipados por nuestros cerebros para ser criaturas espiri-
tuales? En los capítulos 3, 4 y 5 me ocuparé de estas cuestiones ofre-
ciendo todo lo que la investigación científica ha puesto a nuestra
disposición.
3
TRES CLASES
DE PENSAMIENTO,
TRES CLASES IDE INTELIGENCIA1
LA INFINITA CAPACIDAD
DIE CRECIM IENTO DEL CEREBRO
Los científicos pensaban que el cerebro era un «circuito integra-
do». Nacemos, decía la teoría, con cierta cantidad de neuronas co-
nectadas de modos especiales, y a medida que envejecemos esa red se
deshace lentamente. Se creía que la gente alcanzaba la plenitud a los
dieciocho años y que a partir de entonces Tenía lugar un lento pero
constante deterioro. En la actualidad, los neurocientíficos saben algo
más que eso. Es verdad que nacemos con una cantidad determinada
de neuronas y que perdemos muchas a medida que vivimos. Un jubi-
lado tiene menos neuronas que un bebé. Pero a lo largo de la vida nos
crecen conexiones neurales, o al menos tenemos la capacidad de que
eso nos suceda.2Por el contrario, los sistemas neurales de poco uso se
encogen, desaparecen o son aplicados a otros fines.
Y lo que nos da inteligencia son estas conexiones neurales. El
bebé humano nace con los atributos básicos para mantener la vida, es
decir, conexiones neurales que regulan la respiración, los latidos del
corazón, la temperatura corporal y todo lo demás. Pero los bebés no
pueden ver rostros ni objetos, crear conceptos ni emitir sonidos inte-
ligibles. Estas capacidades se desarrollan con el tiempo: a través de la
experiencia de la realidad, el cerebro crea nuevas conexiones neura-
les. Cuanto más rica y variada la experiencia, más grande y más com-
piejo es el laberinto de conexiones neurales resultante. Por esa razón,
podemos potenciar la inteligencia de los bebés, e incluso su coordi-
nación física, ofreciéndoles estímulos: objetos de intensos colores, di-
ferentes sonidos y voces, toda una gama de olores y gustos, caricias y
calidez emocional. A medida que crecen, nuevas conexiones neurales
brindan a nuestros hijos el lenguaje y la formación de conceptos; es-
tas conexiones almacenan los hechos y las experiencias de la memo-
ría, posibilitando la escritura, la lectura y el conocimiento abstracto.
No hay un límite definible a la cantidad ni a la complejidad de cone-
xiones que puede desarrollar el cerebro de un niño.
En una cultura sumamente compleja como la nuestra, si fuera es-
table, la mayoría de nosotros podría haber hecho crecer suficientes
conexiones neurales para el resto de la vida a la edad de dieciocho
años. Podríamos haber alcanzado una imagen general del mundo y
sus usos, haber adquirido hábitos mentales y emocionales, pautas
de respuesta a los demás y a distintas situaciones. En suma, podría-
mos haber «integrado» toda una serie subconsciente y subyacente
TRES CLASES DE PENSAMIENTO... 53
LA NEURONA
El cerebro humano contiene entre diez mil millones y cien mil
millones de células neurales o neuronas. Hay unas cien clases distin-
tas y la mitad está en la parte más evolucionada del cerebro, la corte-
za. Una neurona típica tiene forma de árbol con raíces (dendritas), un
cuerpo celular (soma) y ramas (axones terminales). Cada neurona re-
cibe estímulos sensoriales en sus dendritas que las pueden estimular
o inhibir. Estos estímulos viajan hacia el cuerpo celular perdiendo in-
tensidad a medida que avanzan. Si suficiente estímulo llega al cuerpo
celular, provoca una acción a lo largo del axón. Este potencial de ac-
ción viaja como una mecha encendida hasta las terminales del axón.
Estas terminales a su vez forman sinapsis (empalmes) en las dendritas
de las neuronas vecinas.
Una neurona cortical piramidal tiene entre mil y diez mil sinapsis
que se comunican directamente con otras muchas neuronas, la ma-
yoría próximas a la corteza. Gran parte de las sinapsis funcionan por
señales químicas. La terminal de axón de una neurona segrega una
cantidad diminuta de una materia química eonocida como neuro-
transmisor, que a su vez excita o inhibe a la dendrita que contacta. Se
sabe que más de una docena de neurotransmisores semejantes son
usados por diferentes sistemas cerebrales que afectan nuestras capa-
cidades o estados mentales y emocionales.
La noradrenalina, por ejemplo, estimula todo el cerebro. Una
cantidad insuficiente puede contribuir a la depresión; una excesiva
puede dar lugar a manías. La acetilcolina despierta la capa exterior de
la corteza y permite las coherentes oscilaciones neurales responsables
de la conciencia; la falta de acetilcolina perturba estas oscilaciones y
está implicada en el origen del mal de Alzheimer. La serotonina esti-
muía sistemas específicos del cerebro, su carencia da como resultado
la depresión. El famoso antidepresivo Prozac actúa para subir los ni-
veles de serotonina. Si los niveles de serotonina y acetilcolina son ba-
jos, los síntomas del Alzheimer son mucho peores. Un cuarto neuro-
52 LAS PRUEBAS CIENTÍFICAS DE LA EXISTENCIA DE LA IES
D E N D R IT A
CUERPO C ELU LA R
AXÓN
Una neurona
B A ST O N C IL L O S
Y CONOS
C A PA S D E
C É L U L A S N ER V IO SA S
La transmisión
es básicamente
hacia abajo y no
de lado
:] N E R V IO Ó PTIC O T Á LA M O
LU Z C O R T E Z A Ó P T IC A P R IM A R IA
EL PENSAMIENTO ASOCIATIVO.
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
DEL CEREBRO
bras, es decir, el orden sometido a reglas. Pero sólo los seres humanos
pueden comprender la semántica, o sea, el significado de una serie de
palabras y por ende, tienen la capacidad de decodificar algo como
una metáfora.
Todas estas capacidades humanas tienen en común un sentido de
unidad en la comprensión de una situación o en nuestra reacción
ante ella. La comprensión es esencialmente holística, una capacidad
de captar el contexto general que vincula las distintas partes que lo
componen. Esta comprensión contextual es la que no tienen los es-
quizofrénicos, que no pueden unificar la experiencia y por tanto no
pueden reaccionar apropiadamente ante ella. La denominamos «pen-
samiento unificador». Esta capacidad unificadora forma parte esen-
cial de la conciencia y es clave para comprender las bases neurológi-
cas de la IES.
Muchas neuronas están conectadas entre sí en cadenas y circuitos
seriales, y otras muchas están conectadas íntimamente con hasta diez
mil más en las redes neurales. Pero ningún tipo de conexión neural fí-
sica liga a todas las neuronas entre ellas ni a todas las cadenas o mó-
dulos diferentes de neuronas entre sí. Desde el punto de vista físico,
el cerebro consiste en numerosos «sistemas especializados» indepen-
dientes; unos procesan el color; otros, el sonido; otros, las sensacio-
nes táctiles, etc. Cuando echo una mirada a la habitación en que tra-
bajo, todos estos sistemas especializados son bombardeados por
millones de unidades de información perceptiva: visual, auditiva,
táctil, térmica, etc. Sin embargo, mi cerebro percibe la habitación
como una unidad pues dispongo de un campo perceptivo unificado.
El misterio de cómo es posible esto se conoce en neurología, psicolo-
gía y filosofía como el «problema vinculante». ¿Cómo vincula y reúne
mi cerebro todas estas distintas percepciones?
Además, mientras miro en derredor, puedo distinguir muchos
objetos diferentes: el escritorio, el ordenador, el reproductor de c d ,
cuadros en las paredes, la taza de café a mi lado. No hay una neurona
central de reproductor de c d ni un modelo neural de taza de café que
pueda explicar esta capacidad discriminatoria. Se ha investigado a
fondo el problema y ahora se lo comprende, al menos parcialmente.
Un equipo de investigación encabezado por Wolf Singer y Char-
les Gray en Francfor conectó electrodos en diferentes partes del ce-
icbro de un sujeto. En todo momento, todas las partes del cerebro
emiten señales eléctricas que pueden ser leídas por aparatos de elec-
1roencefalografía y que oscilan a diferentes frecuencias. El equipo
66 LAS PRUEBAS ('IENTIMUAS OI I A EXISTENCIA DE LA IES
EL PENSAMIENTO UN IFICADO S
LA INTELIGENC IA ESPIRITUAL
DEL CFRi URO
descubrió que cuando se percibe un objeto como una taza de café, las
neuronas de todas las partes cerebrales implicadas en esa percepción
oscilan al unísono con una frecuencia entre 35 Hz y 45 Hz (35-45 ci-
clos por segundo). Las oscilaciones sincrónicas unen las distintas
reacciones perceptivas a la taza (la redondez, el color, la altura, etc.) y
proporcionan la experiencia de un objeto único y sólido.12
Del mismo modo, si se conectan los electrodos a varias zonas de
mi cerebro que perciben el reproductor de c d , estas también oscila-
rán al unísono, pero a una frecuencia ligeramente distinta —aunque
siempre en la escala de 35-45 Hz— de aquellas que perciben la taza
de café. Y así con los demás objetos de la habitación.
La investigación de Singer ha conseguido estudiar las oscilado-
nes neurales para la percepción unitaria de objetos. Los estudios neu-
rológicos de gente en meditación refuerzan y amplían estas ideas
perceptuales. Fisiológicamente hablando, se ha descubierto que prác-
ticas como la meditación budista Vipassana o el raja yoga (por ejem-
pío, en la meditación trascendental) reducen la presión sanguínea y
hacen disminuir el ritmo del metabolismo, demostrándose eficaces
para aliviar tensiones. Pero también se han llevado a cabo estudios
electroencefalográficos (EEG) de las ondas cerebrales13 de los sujetos
(y afortunadamente los meditadores, a diferencia de tazas de café y
reproductores de c d , pueden describir sus experiencias).
En las prácticas orientales, el meditador se sienta erguido en un
lugar apacible al menos veinte minutos. Fija la atención en la respira-
ción, en un sonido (conocido como mantra) o en algo como la llama
de una vela. Debido a la inexistencia de distracciones, la mente se so-
siega y el sujeto se relaja. En esta fase se notan los efectos en la co-
rriente sanguínea y el metabolismo. Asimismo, en los indicadores
EEG se captan ondas alfa coherentes, propias de cuando decrece el
estado de alerta.
En la segunda fase más profunda, el meditador pasa a un estado
de conciencia vacío de contenidos y de cualquier pensamiento espe-
cífico. También puede percibir una visión determinada. Los estudios
de EEG en esta fase de la práctica muestran mayor cantidad de ondas
cerebrales coherentes en varias frecuencias (incluyendo 40 Hz) a lo
largo y ancho de grandes zonas cerebrales. Tal como la describen los
sujetos, la experiencia de los contenidos conscientes que pasan a for-
mar parte de una unidad va acompañada por otra unidad de oscila-
dones neurales.
Hasta hace muy poco no hubo nuevas investigaciones sobre la
TRES CLASES DE PENSAMIENTO. 71
MIPERPENSAMIENTQ EL PROCESO
TERCIARIO Y LA IES
A su nivel neurológico más simple, he descrito la IES como la ca-
pacidad de reíormular y recontextualizar la experiencia y, por ende,
una capacidad para transformar nuestra comprensión de la realidad.
Elay una teoría matemática llamada «hiperespacio» que echa alguna
luz en este nivel más básico. El truco es pensar que no hay tres di-
mensiones espaciales ni siquiera cuatro, sino n dimensiones, cada
una de las cuales aumenta la perspectiva de la anterior. En su libro Hi-
perespacio, el físico Michio Kaku usa el ejemplo de una familia de pe-
ces de colores nadando en derredor de una pecera. Desde su perspec-
tiva actual, los peces no tienen la sensación de estar en el interior de
una pecera ni de que está llena de un líquido llamado agua. Es su
mundo, lo dan por sentado.
Pero en el ejemplo de Kaku, uno de los pececillos de repente
pega un gran salto que lo eleva por encima de la superficie del agua.
«¡Ah! —exclama— . Mirad de dónde vengo.» Ve la pecera, los otros
peces y el agua desde esta nueva perspectiva y reconoce que viene de
un mundo de peceras y agua. Y ahora el pez sabe que hay un mundo
mayor fuera de la pecera y otros medios distintos al agua por los que
moverse. Ha recontextualizado su situación original y transformado
su visión de la realidad.
Por medio de pequeñas experiencias perceptuales como esta, la
1ES permite que esta capacidad recontextualizadora y transformado-
ra se manifieste casi cada día. Siempre que miramos el mundo con
cijos renovados vemos que los objetos tienen nuevas relaciones entre
sí y con el entorno. Pero esta sólo es la dimensión más básica de una
inteligencia y sus correspondientes procesos neurales, que en sus for-
mas más complejas nos puede tocar y transformar la vida a cualquier
70 LAS PRUEBAS CIENTIFICAS DE LA EXISTENCIA DE LA IES
D e n is Pa r e y 1
R o d o l f o L u n a s , Ncuropsychologia
LA BASE NEUIRAL
DE LA TRASCENDENCIA
La trascendencia es quizá la calidad más esencial de lo espiritual.
Según los teólogos y muchos otros pensadores religiosos, lo trascen-
dente normalmente significa algo que está más allá del mundo físico.
En este libro uso el concepto para referirme a algo más modesto y al
mismo tiempo más fundamental. Sugiero que lo trascendente es lo
que nos lleva más allá, más allá del momento actual, de nuestra actual
alegría o sufrimiento y de nuestros egos actuales. Nos transporta más
allá de los límites de nuestro conocimiento y pone estas realidades en
un contexto más amplio. Nos da una idea de lo extraordinario y lo in-
finito dentro de nosotros mismos y de nuestro entorno. Muchos que
lo han experimentado lo llaman Dios; otros dicen haber tenido una
experiencia mística; otros lo sienten a través de la belleza de una flor
o de una obra musical.
Según los psicólogos, el 70 por ciento de las personas ha tenido
algún tipo de experiencia de trascendencia,4 lo cual me predispone a
rechazar la «asombrosa hipótesis» de Crick. El comportamiento de
las moléculas y células nerviosas es finito; los seres humanos pueden
experimentar lo infinito. La capacidad de usar y acceder a la expe-
rienda de valores y significados más elevados es la base de lo que de-
MÁS SOBRE LAS OSCILACIONES NEURALES... 77
Hasta hace muy poco tiempo, poco más se podía descubrir sobre
la naturaleza, función o alcance de las oscilaciones neurales porque la
máquina electroencefalográfica era la única tecnología disponible
para observarlas. Los campos eléctricos del cerebro son muy débiles;
el mismo cerebro conductor de electricidad y el cráneo actúan como
barrera entre ellos y los electrodos del EEG aplicados sobre el cuero
cabelludo (los electrodos se pueden aplicar sobre o dentro del cere-
bro sólo cuando son imprescindibles en las operaciones quirúrgicas).
Por tanto, las lecturas eran limitadas y condicionadas. Incluso el tra-
bajo de Singer y Cray se había hecho midiendo las oscilaciones en
neuronas específicas con electrodos individuales y, por tanto, tam-
bien era limitado. Esas mediciones eran suficientes para ilustrar la
70 LAS PRUEBAS CIENTÍFICAS DE LA EXISTENCIA DE LA IES
De arriba no es brillante;
De abajo no es claro:
Una hebra sin rotura ni descripción.
Regresa a la nada.
La forma de lo informe,
La imagen de lo sin imagen
Se llama indefinible
y más allá de la imaginación.
Pero aunque los sabios orientales sentían que no podían decir nada
del Vacío, que no podían atrapar el Tao, creían que los practicantes de
la meditación podían experimentar un estado de sabiduría o estados
menores pero conducentes a la sabiduría. Dicha experiencia es, por así
decirlo, una versión espiritual del efecto Casimiro de los físicos.
Las excitaciones del vacío cuántico son como las cuerdas de la
guitarra tras haber sido rasgueadas. Esas cuerdas oscilan o vibran.
Esta analogía nos acerca al cerebro cuyas neuronas oscilan cuando
son estimuladas. El trabajo de Wolf Singer y Charles Gray sobre el
«problema de fijación» (véanse páginas 67-69) demuestra que en
todo el cerebro los paquetes de neuronas oscilan al unísono a simila-
res frecuencias (alrededor de 40 Hz) si perciben el mismo objeto.
Esas oscilaciones coherentes, tal como demostraron esos científicos,
proporcionan unidad a nuestras percepciones. A un nivel neural, se
puede describir esta unidad como una dimensión trascendente a la
actividad de las neuronas individuales. Sin ella, nuestro mundo con-
sistiría en fragmentos sin sentido.
Volviendo a la analogía del océano, dichas oscilaciones coheren-
tes son el océano de la conciencia de fondo mientras que las percep-
ciones, los pensamientos y las emociones específicas son las olas en el
océano: modulaciones de la actividad oscilatoria básica. Por tanto y
cuanto menos, cada pensamiento o emoción tiene su dimensión tras-
cendente contra el amplio fondo oscilante.
Nueva York. Su trabajo se ha visto inspirado por una pasión por com-
prender el «paradigma cuerpo-mente». «Como neurocientífico —di-
ce— , lo más importante a que uno se puede dedicar tiene que ver con la
manera en que el cuerpo y la mente se relacionan entre sí.»7 Su trabajo
aclara más la investigación de Singer y Gray sobre las oscilaciones neura-
les coherentes y su papel en la resolución del «problema de fijación».8
Los estudios con MEG han demostrado que las oscilaciones reía-
tivamente rápidas de 40 Hz se encuentran en todo el cerebro, en dife-
rentes niveles y sistemas. En los sitios periféricos, se las encuentra en
la retina9 y el bulbo olfatorio.10 También se hallan en el tálamo, en el
núcleo reticular talámico y en la neocorteza. De hecho, las oscilado-
nes de 40 Hz cubren toda la corteza, se mueven en ondas de adelante
atrás y tienen dos componentes. En la capa más exterior las ondas de
40 Hz se comportan como una corriente fluida y tranquila. Se cree
que hacen posible la fijación espacio/temporal de experiencias espe-
cíficas perceptuales o cognitivas. En zonas más profundas de la cor-
teza, donde tienen lugar las entradas o ínputs sensoriales, ondas de
40 Hz más concretamente localizadas actúan como un «oleaje» en el
«océano» de oscilaciones ligeramente fluidas. Se piensa que estas os-
cilaciones localizadas posibilitan el contenido de una experiencia per-
ceptual o cognitiva determinada.11
Tanto las oscilaciones locales como las más generalizadas tras-
cienden la capacidad de cualquier neurona o de cualquier grupo de
ellas porque comunican o compaginan los procesos perceptuales e
intelectuales por todo el cerebro. En otras palabras, ponen la activi-
dad de una neurona individual en un contexto más amplio y signifi-
cativo (los inicios de la IES). Estas oscilaciones se encuentran en los
cerebros de todos los mamíferos y también se las ha hallado en algu-
ñas aves y langostas, aunque todavía no entendemos lo suficiente el
cerebro de esos animales como para saber si sus oscilaciones signifi-
can lo mismo que en los mamíferos.
Las investigaciones más recientes de Llinas prueban que las osci-
laciones de 40 Hz están presentes tanto en la vigilia como en el sueño
profundo o REM (siglas inglesas para movimientos rápidos de ojos)
que probablemente acompaña la «acción» del sueño. Las implicacio-
nes son grandes tanto para la naturaleza de la conciencia en general
como para la base neural de nuestra inteligencia espiritual.
El trabajo de Llinas ha demostrado, primero, que la presencia de
la conciencia (o mente) está asociada con la actividad de oscilaciones
de 40 Hz; esa actividad cesa si el cerebro está en coma o anestesiado;
I AS I'UIIIÍBAS CIENTIIMCAS DI: LA EXISTENCIA DE LA IES
LAS OSCILACIONES
NEGRALES DE 40 HZ
Gran parte de la investigación sobre la naturaleza y función de las
oscilaciones de 40 Hz en el cerebro ha sido llevada a cabo por Rodolfo
Llinas y sus colegas de la facultad de medicina de la Universidad de
MÁS SOBRE LAS OSCILACIONES NEURALES... 81
<
N
Capa W
del m edio fe
O
u
O
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H
entrada o i n p u t sensorial
¿QUÉ s ig n if ic a t o d o e s t o ?
La noción de que el cerebro es capaz de un tercer tipo de pensa-
miento y de que, por tanto, esa tercera inteligencia está conectada
inherentemente al significado, es algo radicalmente nuevo. Flota en el
aire ante el rostro de la ciencia cognitiva del siglo xx que ve a la men-
te esencialmente como una máquina computadora. No hay explica-
ciones anteriores sobre la información científica que corroboren la
propuesta de este libro de que existe una inteligencia espiritual; cier-
tamente, no hay escritos técnicos que combinen y sinteticen toda la
investigación pertinente llevada a cabo. ¿Cuáles son entonces y en
palabras simples las implicaciones de toda esta neurología y esta físí-
ca cuántica? ¿Qué nos pueden contar sobre los orígenes de la IES y
sobre la dimensión trascendente que añade a nuestra experiencia?
La investigación experimental aquí presentada demuestra que:
EL PUNTO DIVINO
EN EL CEREBRO
el paciente diga, por ejemplo, que hay «una luz divina que lo ilumina
todo», o «una verdad última absolutamente fuera del alcance de las
mentes corrientes, demasiado inmersas en las pequeneces cotidianas
como para percatarse de la belleza y la grandeza,del todo», o «de re-
pente todo era más claro que el agua; no había más dudas». El pa-
dente que hizo esta última mención también dijo haber experimenta-
do «un éxtasis que hizo palidecer todo lo demás. En el éxtasis había
una claridad, una posesión de lo divino; ninguna categoría, nada de
límites, sólo Uno con el Creador».2
Se sabe que la epilepsia origina fuertes y frecuentes oleadas de ac-
tividad eléctrica en ciertas zonas del cerebro. De este modo, se han re-
lacionado esas intensas experiencias espirituales con el aumento de
actividad en el lóbulo temporal. Lo que la investigación de Persinger
ha añadido es una especie de condición de control. Tras haber descu-
bierto que podía estimular artificialmente los lóbulos temporales con
actividad de campo magnético, ha podido identificar e investigar
dentro del control del laboratorio diferentes clases de experiencias
místicas: de más allá del propio cuerpo, del pasado, de ovnis, etc. En
la gran mayoría de los casos, la estimulación de los lóbulos témpora-
les produjo una o más experiencias de este tipo.34׳
Una colega de Persinger, Peggy Ann Wright, del Lesley College
en Cambridge (Massachusetts), ha estudiado una relación similar en-
tre una intensa actividad en el lóbulo temporal y las llamadas expe-
riendas chamánicas.5 Se trata de viajes espirituales a fin de comuni-
carse con los espíritus de vivos y muertos y recibir consejos curativos.
El trabajo de Wright también ha probado que el ritmo de tambores
como los usados en una amplia diversidad de rituales espirituales ex-
cita el lóbulo temporal y las zonas asociadas del sistema límbico.
Así pues, el trabajo de Persinger se ha centrado en experiencias
espirituales «creadas» artificialmente mediante la estimulación de los
lóbulos temporales. En 1997, V S. Ramachandran y sus colegas die-
ron un paso más adelante en la relación entre la actividad del lóbulo
temporal y las experiencias espirituales. Esta ,vez, el experimento se
realizó con gente «normal» y en condiciones normales. Se fijaron
electrodos EEG a las sienes de los sujetos normales así como de pa-
cientes epilépticos. Los investigadores descubrieron que cuando la
gente normal es expuesta a palabras evocadoras de religión o espiri-
tualidad, la actividad en el lóbulo temporal aumenta casi como la de
un epiléptico durante una crisis.6 Su conclusión fue: «Puede haber
una maquinaria neural en los lóbulos temporales (de gente bastante
44 LAS PRUEBAS CIENTIFICAS DE LA EXISTENCIA DE LA IES
EL «MÓDULO DE DIOS»
Hace años que se sabe que la gente propensa a ataques epilépti-
eos en los lóbulos temporales tiene mayor tendencia que lo normal a
vivir intensas experiencias espirituales. El profesor V S. Ramachan-
dran, director del Centro para el Cerebro y la Cognición de la Univer-
sidad de California en San Diego, ha trabajado toda su vida profesio-
nal con pacientes epilépticos. Después de un ataque, es frecuente que
EL P U N T O D IV IN O EN EL CEREBRO 97
m ente poseído por alguien que no era yo, pero sin embargo también
me sentí yo mismo como nunca antes. Me sentí embargado por una
intensa felicidad y alegría como nunca había conocido ni he vuelto a
conocer desde entonces. A mi alrededor había una profunda sensa-
ción de paz, seguridad y certeza. Comprendí que no somos átomos
solitarios en un universo frío, hostil e indiferente, sino que cada uno
de nosotros está ligado a u n todo del que tal vez no seamos conscien-
tes y que jamás conoceremos, pero al que podemos entregarnos con-
iiadamente y sin reservas.9
Científicos 42,2%
Compositores 61,6%
Estadistas 63%
Intelectuales 74%
Artistas 75%
Escritores 90%
CARACTERÍSTICAS ESQUIZOFRÉNICAS
Y LA CAPACIDAD DE RESOLVER
PROBLEMAS
EXPERIENCIAS DEL
PUN TO DIVINO Y LA IES
Hasta ahora, la gran cuestión planteada en este libro ha sido si la ac-
tividad en el punto divino contribuye a la inteligencia espiritual. La res-
puesta tiene que ser afirmativa. Ciertamente el punto divino contribuye a
nuestra experiencia espiritual y a otras experiencias asociadas con la crea-
ción de mitos y la apertura mental. Al igual que los sueños y la mente in-
fantil, nos da acceso a la mente preconsciente o subconsciente y a flujos
de pensamiento simbólicamente ricos. Pero el 60-70 por ciento de los
seres humanos (todos presentamos rasgos esquizoides de personali-
dad) experimentamos un aumento notorio de actividad en el punto divi-
no mientras que sólo unos pocos creamos, por ejemplo, grandes obras
de arte o resolvemos problemas paradigmáticos.
Una mera vivencia espiritual no es garantía de que podamos
usarla creativamente en nuestra vida. Poseer un alto nivel de inteli-
gencia ofrece la oportunidad de usar lo espiritual para proporcionar
un mayor contexto y sentido a la existencia, para lograr una experien-
cia de totalidad, destino y realización personal, pero la inteligencia
por sí sola no garantiza nada. Una mera experiencia espiritual puede
crear confusión, desorientación o algún deseo indefinible. Puede aca-
bar en locura o una ansiedad conducente a comportamientos auto-
destructivos como la drogadicción, el alcoholismo o un consumismo
absurdo. En otras palabras, una mera experiencia efímera de lo espi-
ritual puede conducir a una verdadera pérdida de perspectiva. Su im-
prevista riqueza puede hacer que nuestras vidas cotidianas parezcan
tan grises que nos retraemos en vez de desarrollarnos.
El punto divino es un módulo aislado de redes neurales en los ló-
bulos temporales. Al igual que otros módulos aislados del cerebro
—el centro oral, el centro visual, etc.— , confiere una capacidad espe-
cífica, pero tiene que estar integrado. Podemos «ver» a Dios, pero eso
no lo trae a nuestra vida. La inteligencia espiritual, al contrario, se
basa en todo el tenómeno integrador de las oscilaciones de 40 Hz en
el cerebro.
108 LAS PRUEBAS CIENTÍFICAS DE LA EXISTENCIA DE LA IES
UN N U E V O MODELO
DEL SER
110 LAS PRUEBAS CIENTÍFICAS DE LA EXISTENCIA DE LA IES
2. GA IA
3. POLARIDAD
G.: Gaia era la madre de Urano, el gran arco del cielo, «a quien ella
hizo su par en grandeza de modo que él la cubrió por completo».
Hesíodo, T eo g o n ia
EN EL PRINCIPIO
UNA NARRACIÓN PARA CUATRO VOCES
LAS VOCES
J.C. Judeocristiano/esotérico
F. Físico
G. Griego antiguo
O. Oriental (taoísta, hindú, budista)
I . EL CAOS
J.C.: «Al principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra estaba con-
fusa y vacía y las tinieblas cubrían la haz del abismo.» Así dice el
sagrado libro del Génesis.
Génesis 1:1-2
G.: «Al principio era el caos, inmenso y oscuro...», el vacío del que
salen todas las formas y al que pueden retornar. Así decíamos en ־
la antigua Grecia.
Hesíodo, T eo gonia
J.C.: Más tarde, vimos sus símbolos en los siete planetas visibles: Jú-
piter y Venus, Marte y Mercurio, y el Sol, la Luna y Saturno. En
nuestra tradición ocultista, los situamos en el Árbol de la Vida.
5 . LAS ESTRELLAS
Dijo luego:
—-Júntense en un lugar las aguas de debajo de los cielos, y apa-
rezca lo seco.
Así se hizo; y se juntaron las aguas de debajo de los cielos en sus
lugares y apareció lo seco; y a lo seco llamó Dios tierra, y a la
unión de las aguas, mares.
Y vio Dios que era bueno.
Génesis 1: 6-10
O.: «El Tao engendró a uno. Uno engendró dos. Dos engendraron
tres. Y tres engendraron las mil cosas.»
Tao Te C h in g , 42
4. MATERIA Y FUERZAS
8 . EL ALMA
Tao Te C h in g , 5
F.: Las fuerzas y partículas que hicieron las estrellas y luego los pía-
netas, también hicieron nuestros cuerpos. Algunos piensan que
las mentes y las almas siguen los mismos ritmos. Somos un mi-
crocosmos.
FIN
1 18 UN NUEVO MODELO DEL SER
ó. LOS ELEMENTOS
7 . LA VIDA
Todos: Cada nueva vida es una nueva estrella, un sol con su propio
reino. Los elementos fluyen a su alrededor y a su través. Siguen
sus pautas como planetas y cometas. Crean sustancias nuevas,
el alimento de las futuras generaciones. Por tanto, honramos la
vida y sus ritmos.
EL LOTO DEL SER I:
ILA CAPA DEL EGO
SHUNYATA
En el Loto del Ser tal como aquí lo formulo, partimos de fuera ha-
cia dentro, del último al primero ya que ese es el modo de compren-
derse a sí mismo en la moderna cultura occidental. Hoy día primero
nos conocemos desde la perspectiva del ego consciente, o sea, desde
la periferia del ser. Este ego es esencialmente racional en su enfoque
de la experiencia, y está asociado con los tractos neurales secuencia-
les y los programas del cerebro. Yo coloco al ego en el borde más ex-
terior de los pétalos del loto.
Luego tomamos conciencia del subconsciente personal y colecti-
vo, ese inmenso fondo de motivaciones, energías, imágenes, asocia-
ciones y arquetipos que influencian «desde dentro» el pensamiento,
la personalidad y el comportamiento. Se trata del «medio» asociativo
del ser, esa parte de la mente que se asocia con las redes neurales pa-
ralelas del cerebro. Este medio funciona por el cuerpo y a través de las
emociones. Coloco este subconsciente asociativo en el borde interior
de los pétalos del loto.
Esos occidentales —que están entre el 50 por ciento que ha teni-
do alguna experiencia mística de unidad, o sea, una sensación pro-
funda de ser uno con la realidad— pueden haber tomado conciencia,
122 UN NUEVO MODELO DEL SER
aunque fuera breve, del centro del ser. De hecho todos, conscientes o
no, estamos en contacto con el centro del ser cuando vivimos una
nueva visión, vemos la vida en un mayor contexto o nos hacemos
preguntas trascendentales. Ese centro está asociado con las oscilacio-
nes neurales sincrónicas de 40 Hz en el cerebro y su función es esen-
cialmente unificadora o integradora. Coloco el centro del ser en el
centro del loto, en el pimpollo.
Y finalmente, según todas las tradiciones orientales y también los
grandes místicos de Occidente, hay un aspecto del ser que está más allá
de toda forma. Se trata de la fuente, Dios, el ser que tiene diferentes nom-
bres en las diferentes tradiciones. Pero en todas la fuente del ser que está
más allá de la conciencia es tanto el territorio del mismo ser, la fuente de
toda manifestación y la última fuente de energía que se convierte en la
mente consciente y subconsciente. En la ciencia del siglo xx esta fuente
tanto de la existencia como del ser está asociada con el vacío cuántico, el
básico estado de energía del universo. En el Loto del Ser, la describo
como el lodo primigenio del que crecen las raíces y el tallo del loto.
El Loto del Ser se parece a un mandala, esos mapas budistas e
hindúes de la psique y el cosmos que guían a los meditadores por los
distintos niveles del ser y la experiencia rumbo a la iluminación que
está en contacto con el centro. Con nuestro «mandala», el objetivo es
obtener un mayor conocimiento del ser en los tres niveles e integrar-
los en una totalidad psíquica que denomino inteligencia espiritual.
En los capítulos 7, 8 y 9 presentaré ese mapa colocándole encima los
principales tipos de nivel de personalidad, algunas de las motivado-
nes, energías y arquetipos subconscientes primordiales del medio del
ser y luego del centro.
El loto aquí descrito puede reflejar incontables detalles de una
amplia gama de tradiciones como, por ejemplo, las numerosas escue-
las de la psicología occidental, el material del cabalista Árbol de la
Vida, las deidades de la mitología griega, las tradiciones alquimistas y
astrológicas, los bardos tibetanos, los chacras hindúes, los sacramen-
tos de la cristiandad, etc. Los lectores interesados en dichas córrela-
ciones pueden consultar el Apéndice de la página 273.
PRIMER PÉTALO
LA PERSONALIDAD CONVENCIONAL
Sólo el 10-15 por ciento de la gente2 satisface los criterios de Ho-
lland para el tipo convencional, aunque para muchos es su segunda o
tercera posibilidad. Se trata de gente cuidadosa, conformista y meto-
dica. Son eficientes y responsables, pero también pueden estar a la
defensiva y ser inflexibles. Los convencionales tienden a ser inhibidos
y nunca quieren sorprender a los demás ni destacar. Son obedientes,
ordenados, persistentes, prácticos y ahorrativos, pero también pue-
den ser puritanos y carentes de imaginación. Quienes prefieren se-
guir las convenciones son lo opuesto del tipo de personalidad artísti-
ca. Algunas de las ocupaciones idóneas que sugiere Holland para
el tipo convencional son recepcionistas, secretarias, administrativos,
operadores informáticos y contables.
SEGUNDO PÉTALO
LA PERSONALIDAD SOCIABLE
Las personalidades sociables forman el grupo más numeroso. Un
30 por ciento cae en esta categoría y la mayoría son mujeres. A los de
tipo sociable, como es de esperar, les gusta la gente y las relaciones
sociales. Son amistosos, cooperativos y generosos. A los sociables les
resulta fácil identificarse con los demás y también pueden ser muy
persuasivos. Son pacientes y para ellos la cooperación es algo natural.
Holland también los describe como idealistas, responsables, pruden-
tes y cariñosos. Son buenos maestros a cualquier nivel. Los terapeutas
y los consultores de empresa también suelen provenir de este grupo
al que pertenecen los constructores de casas con auténtica vocación.
TERCER PETALO
LA PERSONALIDAD INVESTIGADORA
La personalidad investigadora conforma un 10-15 por ciento de
la población. Son de ideas apasionadas y, tal como indica su denomi-
nación, les encanta la investigación. Representan el tipo de personal¿-
dad más racional, el arquetipo de lo intelectual. Analíticos, comple-
jos, curiosos y precisos, pueden ser hipercríticos con los demás y con
UN NUEVO M O M IO Ul l NI'K
□ el convencional
□ el sociable
□ el investigador
□ el artístico
□ el realista
□ el emprendedor.
SEXTO PETALO
LA PERSONALIDAD EMPRENDEDORA
Estas personas extrovertidas y de gran confianza en sí mismas
constituyen el 10-15 por ciento restante de la población. Son curio-
sos, simpáticos y ambiciosos, pero pueden ser dominantes. Aventu-
reros y llenos de energía, les gusta el riesgo. Les encanta flirtear y
pueden llevar las cosas a extremos exhibicionistas. Los de personali-
dad emprendedora suelen ser muy optimistas, estar siempre listos
para intentar algo nuevo y a menudo inspiran tanta confianza como
la que tienen en sí mismos. Son muy sociables y les encanta la con-
versación. No es de sorprender que muchos políticos provengan de
esta categoría, así como vendedores, ejecutivos, gerentes y pequeños
comerciantes. También se encuentran en la policía y en las fuerzas
armadas.
EL DESARROLLO Y EL EQUILIBRIO
DE NUESTRAS PERSONALIDADES
En gran parte, la tipología de Holland encaja perfectamente con
el esquema que he sugerido para el Loto del Ser, pero es importante
señalar que, tal como el mismo Holland reconoce, la persona media
es una mezcla de dos o más de estos tipos. Idealmente, en el curso de
nuestra vida espiritualmente inteligente, nuestras personalidades de-
hieran crecer hasta alcanzar un equilibrio entre los seis tipos. Cuando
la persona media hace el test de Holland primero cuando joven y más
tarde como ser plenamente maduro, los resultados no presentan ma-
yores variaciones. En otras palabras, la mayoría de la gente no cambia
mucho en el transcurso de los años adultos. Pero en este libro nos
centraremos en los pocos que sí cambian y en la noción de que mu-
chos más podrían cambiar si aumentara la inteligencia espiritual en la
¿H UN NUEVO MODELO DEL SER
CUARTO PÉTALO
LA PERSONALIDAD ARTÍSTICA
Es lo opuesto al tipo convencional y a menudo en conflicto con el
tipo investigador (a veces dentro de la misma personalidad), el tipo
artístico abarca otro 10-15 por ciento de la población. Esta gente
complicada con frecuencia es desordenada, emocional y poco prácti-
ca. Su idealismo puede perderles tal como le sucedió a Don Quijote y
sus molinos de viento. Al igual que el tipo investigador, el artístico es
independiente e introspectivo, pero no tiene dificultad en expresar su
osada imaginación. Profundamente inconformista y original, es intuí-
tivo, sensible y abierto y, por tanto, frecuentemente muy popular.
Obviamente, esta personalidad se encuentra entre escritores, músicos
y artistas, pero también pueden ser buenos periodistas, diseñadores,
críticos de arte y actores.
QUINTO PETALO
LA PERSONALIDAD REALISTA
La personalidad realista tiene siempre un pie en la tierra, es direc-
ta y no malgasta palabras. Son personas muy prácticas, materialistas y
tenaces. Abarcan un 20 por ciento de la población y la gran mayoría
es masculina. No les atraen las relaciones íntimas, evitan los grupos
sociales y no se dan muchos aires de grandeza. Cuando hablan, lo ha-
cen con franqueza, pero tienden a ser conformistas y pueden mos-
trarse inflexibles. No se les conoce por sus ideas brillantes, pero son
persistentes y ahorrativos. Este es el único tipo de personalidad que
EL LOTO DEL SER I: LA CAPA DEL EGO 131
□ sociabilidad
□ intimidad (paternal)
□ curiosidad
□ creatividad
□ construcción
□ autoañrmación.
1 54 U N NUEVO M O D E L O DEL SER
ción en masa, esa gente podía expresar sus sentimientos por medio
de la cerámica, la ebanistería y demás artesanías. Cuanto más se desa-
rrollan, estas personalidades realistas siguen las pautas de motivacio-
nes aprendidas que Cattell denomina «autosentimientos». Hacen
hincapié en el autocontrol, el autorrespeto, el buen ejercicio del civis-
mo y el respeto a los intereses comunitarios.
La autoafirmación está asociada con la personalidad emprende-
dora y el sexto pétalo del loto. Implica interesarse en grandes benefi-
cios, la reputación, la competitividad, en proveer bien a la propia fa-
milia, el éxito en el trabajo y en la política (para la propia mejora
personal). Cuanto más desarrollada, esta personalidad sigue disfru-
tando de la independencia y el liderato, pero se siente más motivada
para servir a la comunidad o incluso a intereses transpersonales. Las
formas negativas de la autoafirmación son el abandono de responsa-
bilidades, el menoscabarse a sí mismo o el abuso de poder por moti-
vos personales.
Cattell descubrió otra motivación, a la que llamó «religiosa». Yo
la acepto como motivación central, pero prefiero llamarla «unificado-
ra» debido a las experiencias con que está asociada. Cattell la asoció
con «la sensación de estar en contacto con Dios o con algún principio
que da sentido o ayuda» y con un interés por la religión organizada.
Sin embargo, esta motivación no parece estar asociada con una perso-
nalidad o actividad determinadas, sino ser más bien una fuerza po-
tencial de impulso en las vidas de todas las personalidades, una moti-
vación destinada a encontrarle sentido y valor a todo lo que hacemos.
Por tanto, no la coloco en un pétalo sino en el mismo centro del loto.
EL SUBCONSCIENTE ASOCIATIVO:
LA CAPA MEDIA DEL LO TO
En el medio del ser están los hábitos, las asociaciones y las tradi-
dones de la vida cotidiana, el subconsciente personal, el id de Freud.
Aquí también están las narraciones, las imágenes de nuestras religio-
nes y mitologías y los ritmos internos de nuestra cultura. Aquí se ha-
lian los dramas que evocan nuestros sueños nocturnos y los modelos
psíquicos de nuestro comportamiento diurno. Este también es el lu-
gar donde cada uno de nosotros experimenta la sabiduría o la locura
de allende el ego, el mundo de pesadilla de la esquizofrenia y el éxta-
sis sublime del vidente. Este es el sitio donde hablamos con los dio-
136 UN NUEVO M O H I'U ) DEL SER
ses, las diosas y los héroes, con todos los demonios de ultratumba, y
donde las energías que crean las motivaciones echan raíz en el pro-
fundo y continuo proceso del ser.
El medio es la primera zona que expuso Freud en su estudio de
las neurosis y los sueños; luego fue profundizada por Jung y otros
quienes, a fin de describir el subconsciente, combinaron el estudio de
pacientes psicóticos y pueblos primitivos, las grandes mitologías, las
imágenes y los símbolos de la humanidad a través de toda la historia
escrita. En esa masa de material, hay pautas, imágenes y símbolos re-
currentes que sugieren la existencia de una estructura universal para
la psiquis subconsciente. Jung la denominó subconsciente colectivo.
¿Qué son esas pautas y arquetipos profundos y recurrentes en di-
ferentes civilizaciones? ¿Cómo se relacionan con las capas del ego de
nuestras personalidades? ¿Qué arquetipos se corresponden con los ti-
pos de personalidad? ¿Qué energías profundas enlazan con el con-
junto, con las motivaciones básicas personales que acabamos de es-
bozar? ¿Y cuál es la estructura de estas profundas energías psíquicas?
¿Por qué son tan universales?
En la capa externa del ser, la del ego, se es a medias. El ego no se
puede reparar ni transformar: esas son propiedades de las capas más
profundas del subconsciente. Pero incluso aquí, en el subconsciente
profundo, los símbolos e imágenes de la tradición occidental a menú-
do tienen una cualidad estática. Así pues, ¿qué los mueve? ¿Cómo
puede ser que el mero contacto con ellos proporcione energía al ser?
En suma, ¿cómo sucede la transformación?
Estos interrogantes nos llevan al sitio en el loto donde se deben
introducir los chacras del yoga Kundalini. No hay un equivalente oc-
cidental a esta «escalera de loto» de energía transformadora y con for-
ma de serpiente, un conjunto de siete localizaciones vitales dentro del
cuerpo que representan las etapas de desarrollo psíquico en el proce-
so y desarrollo del ser. Al incorporar los chacras al loto, hallamos una
energía dinámica que representa una etapa más primaria de motiva-
ción personal. Dije antes que las motivaciones, debido a que pueden
ser conscientes, cambiar y, por tanto, contribuir a la transformación
personal, son un elemento importante para ampliar nuestra inteli-
gencia espiritual. Esto es aún más verdad en el caso de los chacras. En
la tradición india, abrirse paso entre los chacras es clave para la trans-
formación personal.
EL LOTO DEL SER II: EL MEDIO ASOCIATIVO 141
este loto está Hakini, la diosa de seis cabezas, que ofrece ayuda y re-
cursos para superar el miedo. Joseph Campbell cita a estudiosos in-
dios que ven a quienes están en el escenario de este chacra siendo to-
talmente consumidos por visiones de lo divino, pero otros expertos
8
Tao Te Ching, 1 1
,í
u
i
I
EL LOTO DEL SER 111: EL CENTRO 149
donde nos encontramos con Dios: «Estelo interior, que siempre está
solo, es siempre universal; porque en estelo más recóndito, mi solé-
dad se encuentra con la de todos los hombres y con la de Dios. »6
Los textos místicos del judaismo de los siglos xvii y xvm expresan
ideas parecidas: «El conocimiento del ser es un medio de conocer
a Dios, el Creador, y a todo el universo creado», escribió el rabino
Schneur Zalman. El pilar de la filosofía de Sócrates era «conócete a ti
mismo». Su conocimiento del ser conduce al conocimiento de la ver-
dad, la bondad y la belleza. El conocimiento de un ser profundo y de
un centro profundo no está limitado a místicos y filósofos. La esculto-
ra inglesa Anish Kapoor, cuya obra magna muestra un Vacío preñado
de ser y realidad, describe el centro del ser como «un lugar de quie-
tud y singularidad». Y en una novela de P. W Martin, un soldado que
vive el horror de la muerte en la Primera Guerra Mundial, se da cuen-
ta en el fragor de la batalla de que en su interior hay un centro pro-
fundo «completamente indestructible»:
LA NEUROLOGÍA
Y LA FÍSICA DEL CENTRO
En el Surangama Sutra, Ananda, el principal discípulo de Buda,
hace la siguiente pregunta: «Buda; mi señor, tú has hablado de la uní-
dad y sustancia de la Esencia pura, misteriosa y eterna, pero no com-
prendo del todo. Tan pronto mis seis sentidos perciben esta realidad,
aparece como compuesta de muchas emanaciones. ¿Cómo puede el
Uno aparecer como tantos?» En respuesta, Buda saca un pañuelo y
dice: «Ves, esto es un pañuelo. Ahora le haré seis nudos. Entonces te-
nemos seis nudos, pero aun así es un solo pañuelo.»14
Hasta fines del siglo xx, sólo este tipo de lenguaje describía la
energía unificadora que se encuentra en el centro del ser y la existen-
cia, pero no atraía a la mentalidad moderna. Hoy día, esos asuntos re-
quieren respuestas «científicas», fenómenos cerebrales que podamos
«pesar y medir», experimentos que podamos comprobar.
Desde el punto de vista neurológico, en el capítulo 4 vimos que la
experiencia unificadora del cerebro emana de las sincrónicas oscila-
ciones neurales de 40 Hz que funcionan por todo el cerebro. Ellas
proporcionan un «estanque» o «fondo» en el que las ondas más exci-
tadas del cerebro pueden «ondular» a fin de generar la rica variedad
de experiencias mentales conscientes y subconscientes. Estas oscila-
ciones son el «centro» del ser, la fuente neurológica de donde emerge
el «yo». Representan el trasfondo neurológico de nuestra inteligencia
espiritual unificadora, contextualizadora y transformadora. A través
de dichas oscilaciones ponemos nuestra experiencia en el marco de
significados y valores y determinamos el propósito de nuestra vida.
152 UN NUEVO MODELO DEL SER
USAR LA INTELIGENCIA
ESPIRITUAL
9
ta», «el que no puede responder». Según la mitología bíblica del De-
monio, su orgullo era tan inmenso que no podía responder a Dios
—no podía amar a Dios— y, por tanto, no podía formar parte del rei-
no de Dios. Lo sorprendente de la posesión en general y del mal en
particular es la incapacidad del poseso para responder a una realidad
más amplia y a la gente que le rodea. El psicópata sádico no responde -
a los ruegos o sufrimientos de su víctima; no se identifica con ella
como un semejante. Los nazis llamaban «cerdos» a los judíos y «de-
generados» a los artistas que asesinaban. En Vietnam los soldados
americanos responsables de matanzas llamaban «porquería amarilla»
a sus víctimas. El mal sólo es posible cuando se comete contra «el
otro», contra quienes sentimos que no hay que responder.
La etimología latina de la palabra «respuesta» es la misma que la
de «espontaneidad». En el idioma cotidiano no se distingue entre ser
espontáneo o impulsivo o actuar sin motivo. Pero ese no es el signifi-
cado original. Si pensamos en la espontaneidad como una respuesta
al centro —de nosotros mismos, de los otros y de la misma existencia
universal— , entonces ser espontáneo es equivalente a estar en estado
de gracia, en un estado de profunda conexión. El ser humano espon-
táneo se vincula con los demás como las olas del mar. Está relaciona-
do con el mar como la ola al agua de la que sólo es forma. El rabino
místico del siglo xx Abraham Heschel define la espontaneidad como
«esos momentos de intimidad durante la comunión del ser con la
realidad».4
La atrofia espiritual es un estado carente de espontaneidad y, por
tanto, de escasa respuesta al centro. Nuestros egos quedan atrapados
por juegos, poses y pretensiones. Nos comportamos con afectación,
nos preocupan las formas y las apariencias y casi nos cerramos a lo
que importa de verdad. Quedamos atrapados en un «pétalo del loto».
Cuando se nos desconectan las energías arquetípicas del centro,
nuestra falta de espontaneidad nos deja indefensos ante las fuerzas de
la posesión y el mal. Y cuando nuestra espontaneidad es tan pobre
que ya no podemos responder ni siquiera a una energía psíquica atra-
pada o distorsionada, caemos en la desesperación.
La desesperación era lo que el filósofo danés Kierkegaard deno-
minó la «enfermedad mortal». Se trata de la abdicación definitiva
ante la vida, una especie de acto unilateral de casi suicidio. El deses-
perado se ha rendido, no puede encontrarle sentido a la vida ni tiene
persona alguna o cosa de valor a la que responder. Sus días son una
monótona sucesión de lo mismo y sus noches a menudo son escena-
CURÁNDONOS CON LA IES
EL RECOGIMIENTO EN TIEMPOS
DE CRISIS ESPIRITUAL
¿Cómo llegamos al recogimiento? ¿Por qué o cuándo nuestra IES
nos sumerge en él? Muchos de nosotros estamos espiritualmente en-
fermos en algún grado; algún grado de fragmentación personal es casi
inevitable en nuestra moderna sociedad dominada por el ego. No
obstante, nuestro ser profundo siempre está allí. La IES es una capaci-
dad innata del cerebro humano y no tenemos que ser héroes espiri-
tuales para oír su llamada. El alma siempre es capaz de recogimiento.
Como dice el rabino Heschel, «En nosotros hay una soledad que oye.
Cuando el alma se distancia del ego y de su séquito de vanas presun-
ciones; cuando dejamos de explotar todas las cosas y nos ponemos a
rezar con el grito del mundo, el suspiro del mundo, nuestra soledad
puede oír la gracia viviente más allá de todo poder».3 Esa solé-
dad puede ser provocada por experiencias como los sueños, el uso
creativo del sufrimiento o la muerte de un ser querido. Puede ser des-
pertada porque cesan de funcionar las estrategias del ego con que he-
mos lidiado toda la vida. De repente cede el pegamento que une
nuestras partes fragmentadas. Cuando oímos su llamada, se produce
una crisis espiritual.
En una crisis espiritual se pone en cuestionamiento todo el sentí-
do y quizá todos los valores de nuestra vida. Podemos estresarnos o
deprimirnos, buscar refugio temporal en drogas o alcohol, volvernos
aletargados o disfuncionales o incluso enloquecer. Esas crisis son
siempre dolorosas, pero si se las afronta con coraje y se las utiliza,
pueden ofrecer una oportunidad de recogimiento y la consiguiente
cura y transformación del ser.
En el trasfondo de este libro hay una historia personal que puede
ayudarnos a dar un buen ejemplo de a qué me refiero con crisis espi-
ritual y con búsqueda de la gracia del recogimiento y la inteligencia
espiritual para curarse y crecer. Aunque resulte doloroso y a veces
arriesgado que una autora comparta las experiencias personales que
176 USAR LA INTELIGENCIA ESPIRITUAL
dieron pie al texto, las ofrezco aquí por la luz que pueden proyectar
en el proceso que estoy intentando describir.
Concebí la idea de este libro un año antes de sentirme capaz de
empezar a escribirlo. Mi annus horribilis empezó justo después de que
en compañía de mi familia empezara unas vacaciones en Katmandú.
Hacía meses que viajaba dando conferencias y me sentía agotada
mental y emocionalmente. De noche, mientras mi familia dormía
tranquilamente, no concillaba el sueño y sentía ardores y dolores en
el estómago. Cuando finalmente me dormía, noche tras noche expe-
rimentaba sueños perturbadores de estar atrapada en la situación fa-
miliar de mi infancia. Poco después empecé a sufrir un insomnio que
duraría meses. Cuando regresamos a Inglaterra, traté en vano de po-
nerme a escribir.
Los meses siguientes fueron más de lo mismo: insomnio noctur-
no y sueños angustiosos siempre centrados en mi infancia. Durante el
día dormía de doce a dieciséis horas. Cuando estaba despierta, me
sentaba en la sala en penumbra y con las cortinas bajas y bebía sin
parar.
Mientras estaba inmóvil en casa, el editor vendía mi nuevo libro
en diversos países. Las expectaciones de varios editores aumentaban
día a día. «¿Cómo va ese libro?», me preguntaban. Yo estaba desespe-
rada y al final decidí consultar a un terapeuta. Juntos descifraríamos
lo que intentaban decirme esos sueños de la infancia y la sensación de
ardor estomacal.
Como he mencionado anteriormente, mi padre era un ferroviario
polaco, ignorante y alcohólico; mi madre, una profesora de clásicas
muy culta que abusaba de las drogas. Había mucha violencia entre la
pareja y se divorciaron antes de que yo cumpliera cinco años. A partir
de ese momento se me instó a que desistiera de ver a mi padre. Era la
«sombra» de la familia, algo para ser reprimido y olvidado. Cuando
sacaba buenas notas en la escuela, ganaba premios y me iba bien en la
universidad, era la buena hija de mi madre. «Te quiero porque eres
una ganadora», me repetía. Cuando hacía algo mal, fallaba en algo o
me comportaba torpemente de adolescente, yo era la «pequeña Loga-
ninsky», una forma envilecida del apellido de mi padre y un recorda-
torio de que por mis venas corría sangre polaca. Siempre traté de ser
una buena chica. Nunca vi a mi padre, pocas veces pensé consciente-
mente en él.
De adulta, empecé a tener éxitos como escritora. Después de va-
rías publicaciones en The Quantum Self y otras revistas, me convertí
CURÁNDONOS CON LA IES 181
«una casa del Ser», y todos moramos en esa casa. Portamos toda la
historia del universo dentro de nuestro subconsciente profundo que
a su vez forma parte del subconsciente colectivo de la humanidad.
Cada uno forma parte de una comunidad humana más grande y casi
todos también de una comunidad más pequeña, más local, de amista-
des y familiares. Podemos recurrir a todas estas cosas.
Se nos puede ayudar de muchas maneras en nuestra búsqueda de
curación, por ejemplo, por medio de la compasión de los seres queri-
dos, de un buen sacerdote o rabino, de un terapeuta eficaz, del acer-
camiento a la naturaleza, de una interpretación personal de los sím-
bolos espirituales que significan algo para nosotros, como la Cruz, la
estrella de David, el Shema Israel, el Árbol de la Vida, una estatua de
Buda o una vela encendida, de la lectura o el recuerdo de un poema
que nos aviva el subconsciente, del recitado de una canción que nos
ha impactado, de la inspiración que nos brindan las vidas y actos de
los demás, de prestar atención a los sueños o de una valiente disposi-
ción a afrontar los propios demonios. Como dijo en una ocasión un
lama tibetano, podemos encontrarle el sentido a la vida incluso be-
biendo un vaso de agua si lo hacemos con el espíritu apropiado.
LA EMERGENCIA ESPIRITUAL
NO ES LA ÚNICA MANERA
Hasta ahora he hablado de encontrar la luz de la IES y, por tanto,
el centro personal por medio de una crisis espiritual o lo que los psi-
cólogos Christina y Stanislav Grof han llamado, en los casos más ex-
tremos, emergencias espirituales.4 Sin duda, esos momentos brindan
una oportunidad de crecimiento si se los maneja sabiamente, pero no
representan el único camino para experimentar y usar la IES. Muchí-
simas personas equilibradas tienen experiencias en las que brilla la
luz de la IES y muchas otras la desean con tal fuerza que su búsqueda
se convierte en inteligencia espiritual.
Los niños, por ejemplo, según la definición que ofrece este libro,
muestran un alto nivel de inteligencia espiritual. Siempre preguntan
por qué, siempre buscan el sentido de las cosas y siempre tratan de
poner los sentimientos y los hechos en un contexto más amplio. Los
niños aún no están bloqueados por un conjunto de supuestos ni por
un modo determinado de ver las cosas. Todo es nuevo para ellos.
La espiritualidad natural de los niños sobre la que escribe el ame-
CURÁNDONOS CON LA IES 185
mundano esquema de las cosas, una línea directa con el Dios judeo-
cristiano que creó el mundo y a nosotros. Pero a un nivel más sutil y en
mi opinión más creíble, podemos decir que Walsch conversa en rea-
lidad con su propia IES. En el esquema de Walsch, Dios representa el
marco definitivo de valores y sentidos; es el último portador de contex-
tos. Dios puede ofrecerle a Walsch la «gran imagen». Esto es precisa-
mente lo que nos brinda la IES: recontextualiza las cosas y las coloca en
un mayor marco de significado en cualquier etapa de nuestro creci-
miento espiritual. Cuando «hablamos» con Dios o rezamos, estamos
haciendo lo mejor que podemos para alcanzar esa sabiduría innata en
el centro de nuestro ser que nos pone en contacto con la totalidad de la
realidad. Cuando Él contesta, le oímos desde lo más profundo de núes-
tro ser. Pero por esa razón, «la palabra de Dios» o el poder curativo de
nuestra IES no puede jamás ser final. Se trata de un proceso de comu-
nicación en curso, de un diálogo. «Dios» siempre está cambiando.
hubiera caído con él todo lo que formaba parte de su vida, los debe-
res hacia su familia, hacia su trabajo; hubieran desaparecido todos
sus deseos y esperanzas. Estuvo a punto de morir. ¿Por qué?» El filó-
sofo Schopenhauer dice que en una crisis semejante puede surgir una
especie de verdad metafísica: la verdad de que tú y el otro son uno,
que no hay separación, que tú y el «desconocido» son dos aspectos
de la misma vida. Nuestra verdadera realidad es nuestra identidad
con toda la vida.
«El héroe —dice Campbell— es el único que ha dedicado su vida
a alguna clase de consecución de esta verdad.»6 Haciéndolo así, su
vida se amplía y de un modo u otro se purifica.
Hay experiencias de muerte o de cuasi muerte que también hacen
brillar la luz. En Auschwitz, creyendo que su muerte era inminente,
Viktor Frankl decía haber encontrado el sentido de la vida:
Tienes que ir más allá de lo que quieres hacer y más allá de lo que piensas
que deberlas hacer y sólo entonces podrás ver esa clara luz que te indica qué
hacer.
Un cuáquero
ción, las agujas del compás ya no tienen un norte y los mapas se han
vuelto inservibles».1
En consecuencia, hoy mucha gente se siente perdida, desorienta-
da, incluso aterrorizada. Sin embargo, tal como escribió Rilke a ini-
cios del siglo xx, a veces nuestros temores más profundos son como
dragones que resguardan nuestros tesoros más recónditos.2 En pala-
bras del maestro tibetano Sogyal Rinpoche:
LA VIEJA ÉTICA
En algún momento de la historia de la evolución, los seres huma-
nos perdimos esos instintos naturales que hacen la vida mucho más
segura a los animales más simples. Pudimos entonces romper las ñor-
mas y limitaciones que nos imponía la naturaleza y labrarnos una
nueva forma de vida más compleja basada en el libre albedrío y ex-
presada en una cultura. Sin embargo, tras haberse liberado de las ca-
denas de los instintos, Occidente al menos trató de reemplazarlos con
normas y certidumbres impuestas por Dios o la razón.
Moisés bajó del Sinaí con las Tablas de la Ley. La cristiandad y el
islam honraron esas leyes y añadieron las propias. En la tradición filo-
sófica de la antigua Grecia, los principios universales del bien y la jus-
ticia parecían esenciales en cualquier sistema de ética genuina.4 Cier-
NUESTRO COMPÁS EN EL LÍMITE... 191
VIVIENDO AL LÍMITE
DISCIPLINA Y COMPASIÓN
¿QUÉ TIPO DE
PERSONALIDAD TENGO?
El siguiente cuestionario nos puede dar una idea del tipo (o tipos)
de personalidad que tenemos, y de ese modo podremos situarnos en
los pétalos del Loto del Ser. Las preguntas son «transparentes» y no
tiene sentido engañarnos. Lo único que está enjuego es conocerse un
poco mejor a sí mismo.
Las primeras siete preguntas de cada tipo de personalidad se re-
fieren a intereses laborales o de ocio. Se basan sólidamente en los
tests ocupacionales de Holland, pero no incluyen preguntas sobre la
capacidad real de nadie. Las últimas cinco preguntas se armonizan
con la obra de Cattell sobre motivación y de Jung sobre los tipos de
personalidad tal como se desarrollan en el cuestionario de Myers-
Briggs. Todos están explicados en el capítulo 8. Estas preguntas no
están copiadas de tests anteriores y sólo se pretende que sirvan como
guía preliminar.
Contesta todas las preguntas usando una hoja aparte para cada
serie de doce preguntas (un total de seis hojas de papel). Contesta
cada pregunta con una S (sí o probable) o N (no o improbable) tra-
tando de elegir la que más corresponda a la verdad. Cuando hayas
terminado, suma el número de respuestas S en cada hoja.
LA PERSONALIDAD CONVENCIONAL
(PERCEPCIÓN EXTROVERTIDA DE JUNG)
LA PERSONALIDAD INVESTIGADORA
(EL PENSAMIENTO INTROVERTIDO DE JUNG)
□ programador informático
□ técnico de laboratorio
□ traductor
□ médico
□ profesor universitario, investigador
□ juegos de mesa (por ejemplo, ajedrez, Scrabble)
□ lectura de ensayos.
LA PERSONALIDAD ARTÍSTICA
(LA PERCEPCIÓN INTROVERTIDA DE JUNG)
'□ administrativo
□ recepcionista
□ asistente de bibliotecario
□ contable
□ inspector inmobiliario
□ coleccionista (por ejemplo, de antigüedades, de sellos)
□ juegos de cartas.
PERSONALIDAD SOCIAL
(SENTIMIENTO EXTROVERTIDO DE JUNG)
□ enfermera
□ maestra de escuela
□ consejero
□ pastor/sacerdote/rabino
□ constructor
□ deportes (por ejemplo, tenis, esquí)
□ socio de un club.
LA PERSONALIDAD EMPRENDEDORA
(El PENSAMIENTO EXTROVERTIDO DE JUNG)
□ representante comercial
□ agente de viajes
□ directivo o ejecutivo
□ político
□ abogado
□ juegos de azar (bingo, póquer)
□ viajar.
U escritor
□ diseñador
□ actor/actriz
□ músico
□ arquitecto
□ fotógrafo
□ bailarín/bailarina.
LA PERSONALIDAD REALISTA
(ELSENTIMIENTO INTROVERTIDO DE JUNG)
□ cocinero
□ carpintero
□ óptico
□ ingeniero
□ granjero
□ bricolage
□ navegar a vela o en barca.
¿ P O D E M O S M E JO R A R
NUESTRA IES?
¿06 USAR LA INTELIGENCIA ESPIRITUAL
C A M I N O I
EL CAMINO DEL DEBER
Tipo de personalidad Convencional
Motivación Sociabilidad, pertenencia, seguridad
Arquetipos Saturno, la tribu, participación mística
Énfasis religioso Observancia
Mito La alianza entre Dios y la humanidad
Práctica Cumplir con su deber
Chacra Base, raíz (seguridad, orden)
Mira: hoy pongo ante ti la vida con el bien, la muerte con el mal.
Si oyes el precepto de Yahvé, tu Dios, que hoy te mando de amar a
Yahvé, tu Dios, seguir sus caminos y guardar sus mandamientos, de-
cretos y preceptos, vivirás y te multiplicarás, y Yahvé, tu Dios, te ben-
decirá en la tierra en que vas a entrar para poseerla. Pero si se aparta tu
corazón y no escuchas, sino que te dejas arrastrar a la adoración y al
servicio de otros dioses, hoy te anuncio que irás a la segura ruina y
que no durarás largo tiempo sobre la tierra a cuya conquista vas en
pasando el Jordán. Yo invoco hoy por testigos a los cielos y a la tierra
de que os he propuesto la vida y la muerte, la bendición y la maldi-
ción. Escoge la vida para que vivas, tú y tu descendencia, amando a
Yahvé, tu Dios, obedeciendo su voz y adhiriéndote a Él, porque en eso
está tu vida y tu perduración: en habitar la tierra que Yahvé juró a tus
padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les daría.
Deuteronomio, 30: 15-20
SEIS CAMINOS A UNA MAYOR INTELIGENCIA ESPIRITUAL 215
C A M I N O 2
EL CAMINO IDEII AMOR Y DE LA ENTREGA
Tipo de personalidad Social
Motivación íntima, paterna
Arquetipos Venus (Afrodita), la Gran Madre, tierra
Énfasis religioso Amor, compasión, ágape
Mito La Gran Madre
Práctica Nutritiva, protectora, curativa
Chacra Sacro (sexo, empatia, nutrición)
ven diosa. Pero fue seducida o violada por Poseídón, el dios del mar.
Atenea, enfurecida y celosa, transformó a Medusa en la espantosa
Gorgona, una mujer llena de odio cuyos cabellos eran un nido de vi-
boras y cuya mirada convertía en piedra a los hombres. A través de
los tiempos, Medusa ha vivido como el símbolo más poderoso tanto
de la mujer ultrajada como de furia destructiva generada por el ultra-
je. Hablando de su propia inocencia perdida a manos de Poseidón,
Medusa dice:
C A M I N O 3
EL CAMINO DEL CONOCIM IENTO
ñado. Cuanto más genuino pueda ser yo, la relación será de mayor pro-
vecho. Sólo brindando la realidad genuina que hay en mí, la otra perso-
na puede buscar con éxito la realidad que hay en ella... La relación es
significativa hasta el punto de que yo siento un profundo deseo de com-
prender con total independencia de cualquier evaluación moral o cien-
tífica.3
Estas palabras, acaso las más grandes que se hayan escrito jamás
sobre el amor, indican el modo más espiritualmente inteligente de
avanzar por el camino del amor y de la entrega. Porque no basta con
ser espiritualmente inteligente acerca del amor. No basta con aceptar
al otro tal como lo encontramos sin hacer nada por satisfacer sus ne-
cesidades o reconocer su propia realidad. La espiritualidad profunda,
el centro espiritualmente inteligente del ser, se refiere a lo potencial;
es sobre lo que nosotros y los otros podemos llegar a convertirnos o
sobre lo que somos pese a lo que digamos. El amor que corresponde
a una inteligencia altamente espiritual es transformador, nos abre a
una más alta expresión de nosotros mismos y permite que el otro
vaya más allá de sí mismo.
Sin duda, una paternidad sabia alimenta el potencial de nuestros
hijos. Los padres espiritualmente inteligentes no hacen una mera im-
posición de sus propios valores y expectativas en su hijo. Ellos ofre-
cen un espacio, un terreno nutritivo en el que puede crecer el vástago
yendo más allá de sus padres e incluso de sí mismo.
Quizá sea fácil amar a nuestros hijos de este modo, pero también
es importante ver y alimentar el potencial de aquellos que no necesa-
idamente nos caen tan simpáticos a primera vista. Los criminales se-
xuales que visité en la penitenciaría me parecieron repulsivos de en-
trada, y sus delitos no dejan ninguna duda al respecto. No obstante,
SEIS CAM INOS A UNA MAYOR IN TE LIG E N C IA ESPIRITU A L 223
Pero por medio del conocimiento místico logran poco a poco su libe-
ración. Llegan a la entrada de la caverna y la luz les deslumbra. Pero
entonces aprenden a ver con la luz y saben cómo es de verdad la rea-
lidad. Se dan cuenta de que en su ignorancia sólo veían la sombra de
las cosas. El objetivo de la filosofía platónica es crear una conciencia
semejante.
La búsqueda de una realidad más allá de las apariencias ha inspi-
rado gran parte del cristianismo, el gnosticismo, la magia y la alqui-
mia renacentista, la ciencia moderna y la obra de grandes pensadores
como Freud y Marx. Tanto el subconsciente freudiano como la con-
ciencia de clases marxista fueron ejemplos del velo de ignorancia. La
verdad no es evidente de entrada sino que debe ser revelada por me-
dio de alguna disciplina especial ya sea la oración o la meditación, el
estudio, la experimentación de laboratorio, quitando defensas psico-
lógicas (Freud) o presiones sociales (Marx). En los términos usados
por el filósofo de la ciencia Thomas Kuhn, la comprensión realmente
profunda y verdadera requiere que pasemos por un «cambio de para-
digma», o sea, que aprendamos a ver las cosas de una manera total-
mente nueva.
El camino del conocimiento es transitado por quienes están moti-
vados por un amor a aprender o una necesidad profunda de com-
prender, como son los estudiosos, los científicos y los médicos. El
emblema mundial de los médicos es el caduceo, un haz de varas en
torno a las cuales se enrosca la serpiente de Epidauro y que fue usado
originalmente por Hermes (Mercurio), heraldo de los dioses y men-
tor de los hombres. El tercero de los chacras hindúes, el plexo solar,
está asociado con la comprensión y también con el fuego y la luz. Se
trata de una comprensión más amplia que la mera lógica o razón. En
su versión más profunda es la comprensión del alma transportada
por las visiones de la literatura, el arte, la poesía y la gran ciencia, y vi-
vida como una intensa experiencia. Pienso en Arquímedes saltando
desnudo de la bañera y corriendo por las calles al grito de «¡Eureka!».
Flabía descubierto el principio físico de la flotación.
El conocimiento y la comprensión son cosas importantes que lie-
van a un profundo compromiso con el mundo exterior o interior. La
forma negativa de este camino es el hombre o la mujer que se niega al
compromiso y prefiere no entender. Mi madre solía decirme que yo
hacía demasiadas preguntas y que eso sólo me causaría sufrimiento.
«Yo me niego a preguntar», decía. A esas personas les parece peligro-
so o incluso doloroso reflexionar sobre sus experiencias; de ese
222 ¿PODEMOS MEJORAR N UESTRA IES?
C A M I N O 4
EL CAMINO DE LA TRANSFORMACIÓN
PERSONAL
Tipo de personalidad Artístico
Motivación Creatividad, Eros, instinto vital
Arquetipos Luna (Diana), Artemisa, el caldero,
la mujer sabia, la sombra
Énfasis religioso Totalidad, búsqueda, individuación
(Jung), ritual
Mito Viaje a los Infiernos, el Santo Grial
Práctica Trabajo onírico, diálogo
Chacra Corazón (compromiso)
describir son fruto de una incapacidad para conocer y vivir los con-
ñictos. La personalidad artística es especialmente conflictiva ya que el
conflicto puede brindarles motivación creadora. Poseen la capacidad
de conocer y experimentar los extremos de la luz y las tinieblas, o sea,
del júbilo y la desesperación. El miedo a los conflictos o el intentar
evitarlos representa alejarse de la inteligencia espiritual; la predispo-
sición de afrontar y tratar de resolver los conflictos es un modo de
acercarse a ella. Pero las personalidades en el límite también pueden
ser demasiado inestables para embarcarse en este peligroso viaje.
Una predisposición a recordar los sueños y reflexionar al respec-
to, a entablar un diálogo creativo con uno mismo o los demás, meter,
en una palabra, la cabeza en las fauces del demonio, todo esto condu-
ce a una mayor inteligencia espiritual. Cuanto más extremos los con-
flictos, más exóticos los sueños y las fantasías, más posible es que nos
arraiguemos en algún aspecto de la realidad cotidiana: una relación,
una familia, una rutina, una disciplina. Jung dio el mérito a su familia
y a su trabajo el haberse podido conservar moderadamente sano du-
rante el viaje de siete años que casi le conduce a la locura.
El viaje más espiritualmente inteligente que existe en este camino
es la travesía al centro. Es un viaje de increíbles terrores para el que se
requiere una gran fe. Y es menester la voluntad de matar el propio ego
y que allí no quede más que el tesoro que uno finalmente encuentra y
el poder curativo que puede beneficiar a los demás. Esto, a su vez, re-
quiere superar el conflicto más profundo que es el miedo a la muerte.
C A M I N O 5
EL CAMINO DE LA HERMANDAD
El listado es infinito.
El riesgo de acercarse al límite es que podemos perder la cabeza.
Las fauces del demonio suelen ser muy rápidas, pero el riesgo de no
acercarse es que vivamos a la sombra de este camino o que lo transi-
temos de un modo espiritualmente enfermizo.
La sombra de la creatividad es la destrucción o el nihilismo, el
«deseo letal» de Freud. Quienes están en este camino son propensos
a entregarse con pasión al comportamiento autodestructivo o tienden
a buscar y crear cosas grotescas. Se trata de creatividad vuelta contra
sí misma: son los vándalos que destruyen una mansión, quienes ha-
cen gala de violencia gratuita o los «artistas» que exhiben carcasas de
reses pútridas o fetos abortados dentro de una jarra. Son los enemi-
gos de las formas, enemigos de la misma vida, pero son enemigos
apasionados. Están tan impulsados al daño y lo grotesco como el ar-
tista positivo en su busca de equilibrio o belleza.
Otros seres espiritualmente enfermos que andan por este camino
de transformación son los estetas, que producen obras estériles y di-
vorciadas de la vitalidad. Les apasiona la adquisición y la ostentación.
También están los que imponen formas arbitrarias sin referencia al ere-
cimiento orgánico o al caos original. Esta gente ama la línea recta y los
ángulos nítidos. No pueden soportar que algo esté fuera de su sitio.
Lo opuesto al orden es el caos y tener una tendencia fuerte al caos
a menudo sólo arroja desastres como resultado. Los perpetradores de
tales engendros son personas temerosas de la forma o el orden, se re-
sisten a comprometerse, se rebelan por el mero hecho de rebelarse y
están en desacuerdo con casi todo. Los más desgraciados luchan in-
cluso contra su orden interior, llegan tarde a las citas, no entregan sus
trabajos a tiempo y sufren el «bloqueo» del escritor, o sea que se les
corta la inspiración.
Los dos extremos espiritualmente enfermos que acabamos de
SEIS CAMINOS A UNA MAYOR INTELIGENCIA ESPIRITUAL 233
La misma corriente de vida que fluye por mis venas noche y día
corre a través del m undo y baila en medidas rítmicas.
Es la misma vida que explota de alegría por el polvo de la tierra en
innumerables hojas de hierba y rompe en tumultuosas olas de hojas y
flores.
Es la misma vida que se mece en la cuna del océano, en nacimien-
to y muerte, en flujo y reflujo.
Siento que mis piernas están hechas por la caricia de este m undo
de vida. Y mi orgullo proviene de vitales latidos que bailan en mi san-
gre en este mismo momento:
¿Acaso no logras alegrarte con la alegría de este ritmo? ¿De ser
arrojado y perdido y roto en los remolinos de esta alegría temerosa?
Todo continúa, nada se detiene, no mira hacia atrás, ningún po-
der lo puede retener, sigue adelante.
Manteniendo el paso con esa música incansable y rápida, las esta-
ciones llegan bailando y se alejan. Colores, melodías y perfumes ma-
nan en interminables cascadas en la alegría abundante que se despa-
rrama, cede y muere a cada momento.
Rabindranath Tagore8 .
C A M I N O ó
EL CAMINO DEL LIDERAZGO
CON VO LUN TAD DE SERVICIO
Tipo de personalidad Emprendedora
Motivación Poder, redención, servicio leal
Arquetipos Júpiter (Zeus), Gran Padre, Profeta
Énfasis religioso Entrega, unión con Dios, sacerdocio
Mito Éxodo, la Crucifixión, el árbol budista
Práctica Conocimiento de sí mismo, meditación,
guru-yoga
Chacra La frente (espíritu, mando)
R a i n e r M a r ía R il k e , « E l u n ic o r n io »
SEIS CAMINOS A UNA MAYOR INTELIGENCIA ESPIRITUAL 239
Cada uno de los seis caminos hacia una mayor IES tiene una pro-
gresión que va de lo espiritualmente enfermizo a lo espiritualmente
inteligente. Se debe llevar a cabo un trabajo específico en cada cami-
no. Por ejemplo, el del amor y la entrega requiere pasar de un amor
ausente, egoísta o celoso a un amor generoso y de entrega. El camino
del deber requiere que uno deje de ser un mero seguidor de la multi-
tud para ser alguien que celebra lo que hay de sagrado en la cotidiani-
dad. Pero pese a todas las diferencias existentes, las progresiones
comparten un conjunto de siete pasos:
1. ° Tomar conciencia de dónde estamos ahora. Por ejemplo,
¿cuál es tu actual situación? ¿Cuáles son sus consecuencias y repercu-
siones? ¿Te estás dañando a ti mismo o a los demás? Este paso exige
cultivar el análisis de sí mismo, lo que a su vez obliga a cultivar el há-
bito de reflexionar sobre nuestras experiencias. Muchos no lo hace-
mos. Vivimos día a día, actividad tras actividad, etc. Una mayor IES
significa llegar al fondo de las cosas, pensar en ellas y evaluarse a sí
mismo y a nuestra conducta de tanto en tanto. Cada día es el mejor.
Esto se puede lograr dedicando un rato de tranquilidad, una medita-
ción diaria, trabajar con un terapeuta o un consejero o simplemente
repasando el día en el momento de acostarse.
2. ° Si las reflexiones te llevan a pensar que tú, tu comportamien-
to, tu vida o tu actuación en el trabajo podrían mejorar, entonces tú
quieres cambiar y sellar un compromiso interior con el cambio. Esto
implica pensar honestamente acerca de lo que te costará ese cambio
en términos de energía y sacrificio. ¿Estás dispuesto a dejar el tabaco
o la bebida? ¿A prestar más atención a ti mismo y a los demás? ¿A se-
guir una disciplina diaria como leer, hacer ejercicios físicos o cuidar a
un animal?
3. ° Ahora se necesita un nivel más profundo de reflexión. Debes
conocerte a ti mismo, dónde está tu centro y cuáles son tus motiva-
ciones profundas. Si fueras a morir la semana próxima, ¿qué te gusta-
ría decir sobre lo que has logrado en esta vida o sobre la contribución
que has realizado? Si aún tuvieras un año de vida, ¿qué harías?
4. ° ¿Cuáles son los obstáculos que te cierran las puertas? ¿Qué
ha hecho que dejes de vivir en tu centro? ¿La ira? ¿La codicia? ¿El
240 ¿PODEMOS MEJORAR NUESTRA IES?
He pensado en la diferencia
entre el agua
y las olas sobre ella. Al subir,
el agua sigue siendo agua, al caer
se trata de agua, ¿me daréis una pista
para distinguirlas?
%
Descubre las huellas del buey (que contienen las enseñanzas
sobre la vida y el ser)
SEIS CAMINOS A UNA MAYOR INTELIGENCIA ESPIRITUAL 249
No dejaremos de explorar
y el final de nuestra exploración
será llegar al punto de partida
y conocer el sitio por vez primera.
Por la puerta desconocida y recordada
cuando lo último por conocer en la tierra
es aquello que estaba al principio.
En el origen del río más largo
la voz de la encubierta catarata
y de los niños desconocidos en el manzano,
desconocidos porque no se los busca sino oye,
se los oye a medias, en la tranquilidad
entre dos olas del océano.
Rápidos ahora, aquí, ahora, siempre,
una condición de completa simplicidad
(que cuesta no menos de nada)
y estará bien y todo
el modo de las cosas estará bien
cuando las lenguas de fuego están plegadas
en el nudo coronado del fuego
y el fuego y la rosa son uno.
Todos los caminos van y vienen del centro. Seguirlos es una bús-
queda, pero tomar conciencia de ellos en algún momento es un acto
de entrega. Hasta el ansia de llegar a ser un iluminado desaparece con
el tiempo.
250 ¿PODEMOS MEJORAR NUESTRA IES?
/
-■A W f i £U'׳
/ ^ '\ 'V V *
EVALUANDO Mi IES
*
EVALUANDO MI IES 255
C A M I N O 4
DE LA TRANSFORMACIÓN PERSONAL
C A M I N O I
DEL DEBER
1. ¿A qué grupos te ha satisfecho pertenecer en tu vida? ¿Familia?
¿Amigos? ¿Vecindario? ¿Trabajo? ¿Nación? ¿Grupo étnico? ¿Ninguno?
2. ¿De cuáles de estos grupos te has alejado (si lo has hecho)?
¿Por qué? ¿Te dejó mal sabor de boca? ¿Desacuerdos? ¿Incidentes
traumáticos? ¿Culpabilidad? ¿Aún te sientes obligado por algunas de
las normas o costumbres del grupo? De ser así, ¿por qué?
3. ¿Hay algún grupo al que te gustaría pertenecer? ¿Se trata de
algo práctico?
4. ¿Cuál es ahora tu código moral? ¿Cuál es su fuente? ¿Hasta qué
punto lo acatas? ¿Se te ha ocurrido algún cambio que podría mejorar
uno de tus grupos para todos los participantes (o para casi todos)?
¿Has hecho algo al respecto? ¿Este último año has tomado alguna de-
cisión importante y la has llevado a cabo?
C A M I N O 2
DEL AMOR Y EL SUSTENTO
C A M I N O 3
DE LA COMPRENSIÓN
EL CENTRO ׳
1. ¿Te has sentido alguna vez en presencia de alguna fuerza espi-
ritual poderosa que superaba tu ego cotidiano? De ser así, ¿incluía
una sensación de amor por todas las cosas o de comunión con ellas?
¿Incluía la sensación de estar ante una fuente sagrada e inteligente de
energía proveniente de más allá de ti mismo? ¿Fue la experiencia más
allá del tiempo, el espacio y la forma, es decir, un vacío indescriptible
pero del que eras plenamente consciente? ¿Alguna de estas experien-
cias ha seguido siendo importante para ti?
2. ¿Tienes pesadillas a menudo? ¿Sientes a veces que tu suerte,
buena o mala, está causada por fuerzas ocultas? ¿Te resulta difícil inti-
mar con otra persona? ¿Sientes con frecuencia que la vida carece de
sentido? ¿Te disgusta estar a solas? (Estas son todas formas negativas
de energía espiritual que tendrás que superar si quieres elevar tu coe-
ficiente de IES)
V Si tras largas discusiones, todavía estuvieras cu desacuerdo con
¿PODEMOS MEJORAR N UESTRA IES?
C A M I N O ■5
DE HERMANDAD
C A M I N O 6
DEL LIDERAZGO CON
VO LUNTAD DE SERVICIO
1. ¿Has sido aceptado como líder en algún grupo? ¿Cómo te hizo
sentir? ¿Alguna vez has tenido visiones o deseos de cómo debía vivir
15
SER ESPIRITUALICENTE
INTELIGENTE EN UNA CULTURA
ESPIRITUALICENTE ENFERMIZA
RESPONDIENDO AL SER
MÁS PROFUNDO
Y finalmente está el ser profundo que vive dentro de cada uno de
nosotros, anclado en el cosmos como un todo y originándose con la ne-
cesidad humana de vivir con sentido, con visión y valores. Un alto coe-
ficiente de IES nos obliga a servir conscientemente a ese ser profundo.
No siempre es posible percibir ese ser profundo en uno mismo,
sentir lo que real y profundamente me motiva, saber profundamente
lo que más valoro. Nuestra cultura espiritualmente enferma no alien-
ta ni sustenta esta profundidad de visión personal y tiene pocos mitos
o valores colectivos que propicien la capa media y asociativa del ser.
El moderno subconsciente colectivo resuena al ritmo de la publici-
dad consumista o del sexo o la violencia de la gratificación inmediata.
Son muy pocos los que se alimentan de una visión personal y vital
262 ¿PODEMOS MEJORAR NUESTRA IES?
ENFRENTADOS A LA M U LTITU D
Nuestra cultura está masificada. Los medios de comunicación
nos condicionan a pensar lo mismo y a tener las mismas opiniones.
La producción en masa nos empuja a reducir nuestra gama de gustos
mientras que la publicidad masiva hace todo lo que puede por asegu-
rarse cuáles son esos pocos gustos. Asimismo, se trata de una cultura
de modas. Si dejar de fumar se pone de moda, todos tiramos el taba-
co al cubo de la basura. Los intelectuales hacen gala de las mismas
ideas de moda; los consultores empresariales venden■ el mismo pa-
quete de «transformación»; los líderes espirituales se vuelcan a las
mismas pociones^ las mismas bolas de cristal. Ya no sabemos pensar
por nosotros mismos.
Uno de los principales criterios para una elevada inteligencia es-
piritual es ser lo que los psicólogos denominan «campo independien-
te». Significa ser capaz de plantarle cara al mundo o sostener una opi-
nión impopular si uno cree en ella de verdad. Pero en este punto
volvemos a la necesidad de tener conciencia de uno mismo y de que
׳poseemos un centro personal. Si yo sólo existo desde la capa media
del ego de mí mismo, no soy más que un conjunto de mecanismos in-
dividualizados que he creado como reacción a mis experiencias; no
soy más que una máscara. De un modo negativo, todavía dependo de
las reacciones y opiniones de los demás. Y si vivo desde la capa media
y asociativa de mí mismo, formo parte del grupo.
Una alta IES requiere que tengamos un ego en funcionamiento y
264 ¿PODEMOS MEJORAR NUESTRA IES?'
tros, los actos de los santos, las pautas de algún código ético. La ma-
yoría nos apoyamos en algunas creencias básicas muy profundas.
Muchos de nosotros nos sentiríamos perdidos sin ellas. Ciertamente,
la existencia de un punto divino en la composición neurológica del ce-
rebro revela que la capacidad de alguna forma de experiencia, fe o
creencia religiosa le confiere una ventaja evolutiva a nuestra especie.
Nos conecta con el sentido y los valores de una forma accesible, nos
empuja a esforzarnos, nos otorga un sentido de propósito y de con-
texto.
Por tanto, ¿cuál es la diferencia entre una religión espiritualmente י
enferma y otra espiritualmente inteligente? Por cierto, no se trata de
diferencias entre religiones ya que hay versiones espiritual mente en-
fermas e inteligentes de todas las religiones. La diferencia estriba
en mi actitud, en la calidad de mis interrogantes y búsquedas, en la
profundidad y amplitud de mis creencias, en la fuente profunda de
mi fe.
Como ya sabemos, la IES se origina en el centro profundo del ser;
aquella parte que se hunde en la potencialidad infinita del vacío
cuántico. En la naturaleza, el vado es capaz de tomar cualquier for-
ma; tiñe y envuelve cualquier forma. Del mismo modo, cualquier sis-
tema religioso en contacto con el centro contiene su propia versión
de toda esa verdad contenida en el vacío cuántico. Cualquier forma
religiosa radicada en el centro es una versión válida para ese centro.
Esto es lo máximo y lo mejor que puede ser cualquiera de nosotros o
cualquier conjunto de creencias o cualquier tradición: una expresión
válida, una forma válida del centro. Si soy un cristiano espiritualmen-
te inteligente lo que más amo de mi religión es que expresa el océano
final y profundo de la potencialidad universal; sé que es una hermosa
* forma que puede asumir Dios. Pero tal como nos recuerdan los místi-
eos judíos, Dios «tiene diez caras» (en otras palabras, muchas caras),
y un auténtico místico es quien le conoce más caras de modo que
puede reconocer a Dios detrás de cualquiera de ellas.
Como cualquier creyente espiritualmente inteligente de cual-
quier religión (musulmana, cristiana, budista, etc.), amo y respeto mi
tradición, pero la amo porque es una de las numerosas formas que
expresan la potencialidad del centro. Siento un respeto profundo y
permanente por otras tradiciones y otras formas y hasta podría imagi-
narme a mí misma viviendo en una de esas tradiciones. Tal como lo
expresó al’Arabi, el místico sufí del siglo xm:
SER ESPIRITUALMENTE INTELIGENTE EN UNA CULTURA. 271
e x tro v e rtid a e x tro v e rtid o in tro v e rtid o n tro v e rtid o ir t r o v e r t i d o s e x t o v e rtid o tra s c e n d e n te )
(0 -1 7 2 añ o s) 0 7 2- 6 )
RARO!;FTi'Pir.O
5. PLA N ETA S R om ano ATURNO V SNUS M iR C U R IO L U I ÍA ( D i a n a ) M AP TE JÚ P IT E R SO L
lS U ÍA /N iñ o /
APÉND ICE
7 . G E N E R A L ( J u n g , e tc .) 'R I B U / P a r t i c i p a c i ó n 4 A D R E T IE R R A 5 )M B R A /H é ro e AL M A D E L M U N D O G IU lN P A D R E SER
% M ís tic a Ei íb u c a d o r E re s / D o n c e l l a Á g a )e -G a ia L o g o s/ r e d e n c ió n Ens
C.RELIGIOSO
8 . S A C R A M E N T O S (C ris tia n o s ) B A U T IS M O S O M U N fÓ N F E N IT E N C IA B( ) D A C O -JF IR M A C IÓ N O R D :N A C IÓ N FU N t 1ÓN
EXTREM A
9 . C H A C R A S (H in d ú e s ) R a íz , B a se 1 S a g ra d o III P l e x o s o l a r IV S o r a z ó n V G; rg a n ta V I F r e í ite V II C o n n a
c o n tr a a n s ia s c o n tr a o d io c o n tr a ig n o r a n c ia c o n tr a la S o m b ra o n t r a la M u e r te a n tra o r g u llo d a a)
DM
OVIM
IENTOHACIAADENTRO
1 3 . C A M IN O S E EBER SU S T E N T O C O M P R E N S IÓ N T R 4 N S F O R M A C IÓ N HEF M A N D A D L ID E I A Z G O (N IR V ; N A )
PERSO N A L DI S E R V IC IO
1 5 . T E R A P IA T a u m a s , c u lp a P r o y e c c io n e s De en sas I n c id e )te s
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BIBLIOGRAFÍA 283
PRÓLOGO
CAPÍTULO l
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 5
CAPITULO 4
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
2. Ibíd.
3. M. A. Persinger, «Feelings of Past Uves as Expected Perturbations Wi-
thin the Neurocognitive Processes That Generate the Sense of Self: Con-
tributions from limbic Liability and Vectorial Hemisphericity».
4. C. M. Cook y M. A. Persinger, «Experimental Induction of a Sensed Pre-
sence in Normal Subjects and an Exceptional Subject».
5. Peggy Ann Wright, «The Interconnectivity of Mind, Brain and Beha-
viour in Altered States of Consciousness: Focus on Shamanism».
6. Según el Daily Times de Londres, 2 de noviembre, 1997. Véase también
capítulo 9 de Phantoms in the Brain, de V S. Ramachandran y Sandra
Blakeslee.
7. M. A. Persinger, véase nota 1.
8. William James, Las variedades de la experiencia religiosa, pp. 17-19.
9. F. C. Happold, Mysticism, pp. 134-135.
10. William James, Las variedades de la experiencia religiosa.
11. Rainer María Rilke, «Experiencia» en Briefe aus den Jahren 1914-1921,
p. 227.
12. Michaeljackson, «Benign schizotypy? The Case of Spiritual Experience».
13. Geoffry Ahern, «Spiritual/Religious Experience in Modern Society».
Este estudio es comentado ampliamente en «Benign Schizotypy. The
Case of Spiritual Experience», de M ichaeljackson.
14; Comentado en «Benign Schizotypy? The Case of Spiritual Experience»,
en p. 238 de Schizotypy, de Gordon Claridge.
15. Ibíd., p. 239.
16. Michael Jackson, «A Study of the Relationship Between Spiritual and
Psychotic Experience».
17. M ichaeljackson, «Benign Schizotypy? The Case of Spiritual Experien-
ce», en Schizotypy, de Gordon Claridge, p. 236.
18. Ibíd., p. 237.
19. Ibíd., p. 242.
20. D. Caird, «Religiosity and Personality: Are Mystics Introverted, Neuro-
tic or Psychotic?»
21. William James, Las variedades de la experiencia religiosa.
22. E. Underhill, citado en «Benign Schizotypy? The Casé of Spiritual Expe-
rience», de M ichaeljackson.
2 3. Gordon Claridge, Schizotypy, p . 31.
24. Citado en The Beginningojaerror, p. 227, de David Kleinbard.
25. Citado en Schizotypy, de G. Claridge.
26. A. J. Richardson, «Dyslexia and Schizotypy», en Schizotypy, de G. Cía-
ridge.
27. Félix Post, «Creativity and Psychopathology».
28. Kay Redfield Jamison, Touched with Fire.
29. Ibíd., Apéndice B.
NOTAS 291
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 9
CAPITULO 10
CAPITULO 11
Man’s Search for Meaning (Búsqueda hu- Myers-Briggs, tipos de personalidad 22,
mana de significado) (Frankl) 31 126, 130,201,273
Manual del budismo zen (Suzuki) 245 Myss, Caroline 141, 143, 145, 273
Marshall, Ian 86, 113, 287
Marte 143 narcisismo 165-166, 213
Martin, O. W. 149-150 Nepal 35-36,94, 180, 194
Marx, Karl 162, 189,223 neuronas 50, 53-54
masas, cultura de 265 anatomía de 53
masoquismo 165-166 corticales piramidales 88-89
materia 116-117 neuronas corticales piramidales 88
materialismo 83-85, 97 neurotransmisor 53-54
materialismo eliminador 83 Newton, Isaac 37-39, 183, 189, 224
Matisse, Henri 183 Nietzsche, Friedrich 191, 193-194
Maturana, Humberto 266 nihilismo 230
May, Rollo 163 niño interior 183
mecanismo 39-41 niños 109, 182-183
Mediados de marzo (Eliot) 224 véase también infancia
medicina 147-148 noradrenalina 53
Medioevo 36
meditación 71, 155, 176, 183, 198, 269 objetivismo 39
neurología de 68 obsesión 165-166
y conciencia de sí mismo 240, 262 obstáculos 241-242, 253
y conocimiento 225 odio 217-218
y trascendencia 75 odio a sí mismo 165,167,234
Medusa 217-218 ojos del corazón 194-195
memoria 50, 96 Ojos del corazón, Los 194
a corto plazo (en funcionamiento) 62, oración 176, 183, 185, 198, 225
64 «Oración del estudiante, La» (Matura-
a largo término (asociativa) 62 na) 266
Menón, El (Platón) 195-196 ordenadores 20, 26, 27, 53, 55-56, 66
mente 82,85, 89 cuántum 87
Mercurio 141 red neutral 62, 66
Merton, Thomas 148, 155, 175 orfismo 222
Milarepa 229 oscilaciones neurales 73, 75-78, 84
misticismo 148-149,243-244 causa de 88
Misticismo, El (Happold) 97-98 40 Hz 74, 76, 78-82, 85, 88, 90, 92,
mitología 151, 214 109,124,150
motivación 133-138, 140,151, 209-211, como centro del ser 153
241 sincrónicas 22, 26, 54, 68-69
profunda 213, 261-262
y personalidad 135-136, 274 panpsiquismo 85
muerte 40, 184, 233-234, 244, 264-265 Paraíso (Dante) 153
experiencias de casi 152-153, 184 paranoia 160, 165, 167, 2 18
IES y 269-271 Pare, Denís 73-74
miedo a 231,269-270 Pascal, Blaise 29
Múltiples inteligencias (Gardner) 19- paternidad 136, 218, 220, '<- i
20 pautas 133, 138-139
298 In d ic e i 1\¡a ! r a í