Descubrí de Qué Se Trata El Síndrome Del Nido Lleno
Descubrí de Qué Se Trata El Síndrome Del Nido Lleno
Descubrí de Qué Se Trata El Síndrome Del Nido Lleno
Seguro escuchaste hablar del Síndrome del nido vacío, ese momento en el que los hijos se
van de casa y comienzan a hacer su propia vida, mientras los padres sienten una soledad
difícil de llenar. Pero hoy no les vine a hablar de eso, sino todo lo contrario.
El Síndrome de nido lleno va de la mano del Síndrome de Peter Pan: hijos que pasan la
barrera de los 30 años y no se van de casa. Y en algunos casos, forman su propia familia en
el hogar de sus papás. Entonces, además del hijo, los padres tienen en casa a la nuera o
yerno y, más tarde, a los nietos.
El nido lleno se produce generalmente con jóvenes que trabajan y son "económicamente
independientes" pero que siguen viviendo en la casa de sus padres, por lo cual hay gastos
que no cubren ellos mismos. Es un estado de comodidad que impide al joven crecer e
independizarse.
A continuación, una serie de pautas para hacer frente al síndrome del nido lleno:
Ya no son niños
Es conveniente dejar atrás la típica frase de 'mientras vivas en mi casa, se hará lo que yo
diga', al menos si se quiere fomentar una buena relación y convivencia con los hijos. Ellos
ya no son niños a los que se está educando y que deben acatar las normas de sus
progenitores. Son adultos por lo que necesitan tener voz y voto y que se les respecte sus
opiniones.
Normas para convivir
El punto anterior no significa que los hijos pueden hacer lo que les venga en gana. Ellos
también han de ver que conviven con otros adultos y que ya no son niños pequeños sin
responsabilidades. Es conveniente y necesario establecer unas normas para organizar
tareas domésticas, horarios y repartición de responsabilidades económicas que se
adapten a las necesidades de todos y que impliquen la colaboración de cada miembro de
la familia.
Hablar, hablar y hablar
Dialogar para poner en común las cuestiones que pueden generar disputas y ver así
posibles soluciones es clave para una buena convivencia. Verbalizar aquello que nos
preocupa, molestia o agobia es una buena vía para poner soluciones además de lograr que
los otros entiendan por lo que se está pasando.
Respetar los espacios
De nuevo, hay que incidir en que estamos hablando de adultos por lo que es
necesario respetar el espacio propio de cada uno (normalmente las habitaciones) donde
poder disfrutar de independencia y de un espacio en soledad cuando se necesite. Y, de
nuevo es importante establecer que las normas van en doble dirección (los hijos y
también los padres necesitan el espacio personal propio).
Pensar en positivo
Y tratar de dejar de lado los agobios o pequeños problemas de convivencia y plantear la
situación como una oportunidad de seguir disfrutando de los hijos jóvenes que aún no se
han independizado o volver a disfrutar de los que se han visto obligados a volver al hogar.
En ambos casos es conveniente planificar actividades en común que apetezcan a todos los
miembros para construir y reforzar una buena convivencia.