República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz
Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria
Universidad Nacional Experimental de la Seguridad
Programa Nacional de Formación Policial
Centro de Formación XXXXX
Ética, Derechos Humanos y Seguridad Ciudadana

DERECHOS HUMANOS, FUNCIÓN POLICIAL

Elaborado por: XXXXXXXXX

C.I. V-XX.XXX.XXX
Prof. XXXXX XXXXXX
Los Derechos Humanos y la Policía, han sido dos elementos que
manifiestan aspectos diferentes sobre los derechos y la seguridad; ya que,
presentan diferencias fundamentales entre uno y otro, logrando así propiciar
significativos errores de comunicación. Para ello, es importante destacar que las
normas de derechos humanos, se desarrollaron desde un inicio con la finalidad de
aplicar inspecciones al Estado poderoso y su aparato de poder, buscando proteger
a las personas contra los abusos de poder del Estado. Dentro de estas normas
internacionales, se destaca cómo utilizar de forma fidedigna los poderes policiales,
centrando sus facultades. Ahora bien, los funcionarios de policía, sostienen que
estas normas internacionales de derechos humanos, coartan su margen de
actuación; por lo que es de suma importancia, especificar que su labor policial
siempre está sujeta a las decisiones que emane el Estado, donde normalmente no
son nada positivas. Estas normas internacionales, no buscan restringir el trabajo o
labor policial, sino al contrario, busca hacer uso de sus facultades para resguardar
la integridad física y moral de las personas, así como sus derechos y libertades.
Como ya sabemos, la policía es una institución garante del mantenimiento del
orden público y el Estado de derecho; así como de la prevención e investigación
de actos delictivos, y de otros considerados abusos o violaciones de derechos
humanos. Para ello, es importante establecer estrategias y vías, donde cada
órgano gubernamental fomenten a sus funcionarios policiales, el deber de hacer
cumplir la Ley, junto a los derechos humanos, logrando garantizar la seguridad de
toda la ciudadanía. Dentro de la función policial, se logra evidenciar que, la
seguridad ciudadana, tiene como misión constituir el respeto a cada ciudadano, y
respetar los derechos humanos ya establecidos. Vale destacar que, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos ha referido que la seguridad ciudadana es:
“aquella situación donde las personas pueden vivir libres de las amenazas
generadas por la violencia y el delito, a la vez que el Estado tiene las capacidades
necesarias para garantizar y proteger los derechos humanos directamente
comprometidos frente a las mismas. En la práctica, la seguridad ciudadana, desde
un enfoque de los derechos humanos, es una condición donde las personas viven
libres de la violencia practicada por actores estatales o no estatales”. Es aquí,
donde se busca que la función policial, tenga un aporte importante a la seguridad
ciudadana, buscando la legitimidad y eficacia de las actuaciones de los
funcionarios, que no solamente resguardan administración del Estado, sino a
todos los ciudadanos, a través de la seguridad, la justica y los derechos humanos
en las sociedades democráticas. La Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano, ha sido uno de los documentos de mayor escala, debido a su
contenido defensor de los derechos y libertades fundamentales. Uno de los
artículos primordiales de este documento, fue el artículo 12, donde estableció que:
“la garantía de los derechos del hombre y del ciudadano necesita de una fuerza
pública. Esta fuerza se instituye, por tanto, para beneficio de todos y no para la
utilidad de aquellos que la tienen a su cargo”. Razón por la cual, se toma a la
fuerza pública como componente de coerción y orden social, logrando buscar el
bien común y el aseguramiento de la dignidad de las personas. Existen muchas
interrogantes por parte de los funcionarios policiales; en vista de que es algo
ilógico cuidar y proteger los derechos humanos de los ciudadanos, cuando no se
protegen sus propios derechos como funcionarios; es por ello que, se debe buscar
la manera de solucionar el respeto y la defensa en la protección de los derechos
humanos para los funcionarios de la policía; a través de mecanismos donde se
incluya la realización de un estudio ecuánime de su contexto. Previendo que, es
un poco factible para los defensores de los derechos humanos, pero es una
secuela lógica de su trabajo como defensores para todos por igual; ya que, tienen
un concepto sobre la policía, como si normalmente incurriera en violaciones
graves de los derechos humanos, y no resguarden la vida de las personas. Por
ello, las normas internacionales han establecido determinados límites para el uso
de estos poderes, donde se destaca que, la labor policial orientada a los derechos
humanos debe tratar de evitar utilizar la fuerza; ya que, no siempre es fácil evaluar
qué grado de fuerza resulta proporcionado, y para ello es preciso haber recibido
una formación intensiva y contar con una sólida experiencia, por lo que, es
importante que los funcionarios policiales, se sometan a constantemente
supervisión y evaluaciones, logrando mejorar la profesionalidad de la institución,
con un buen trabajo de respecto y acciones que ayuden a mejorar las prácticas
impartidas en la policía. Como ya es de saber, existen varias situaciones de orden
público, como protestas y manifestaciones espontáneas causadas por diferentes
causas, políticas, comunitarias, delictivas, laborales; las cuales pueden ser lícito o
ilícito; en las cuales normalmente se requiere emplear algún tipo de fuerza policial,
la cual deberá ser necesaria y proporcionada según se requiera, con su debida
información. Dentro de las manifestaciones, podemos encontrar una que a
menudo se desarrolla, y que sus manifestantes lo hacen apegados al derecho de
manifestación pacífica; y es allí, donde la policía debe supervisar los actos
públicos del tipo que sean, incluidas manifestaciones políticas o de otra índole con
su debida programación, a fin de proteger los derechos de los participantes a
reunirse pacíficamente y proteger la seguridad de todas las personas, incluidas las
que no participen en la manifestación. Vale acotar que, un acto público puede
generar focos de violencia, por lo que es necesario que los funcionarios policiales,
acordonen el lugar, evitando que se genere una estampida en disturbios, con
empleo de armas improvisadas o de fuego. Dentro de esta misma idea, se debe
relacionar a los funcionarios policiales, con los equipos o material que utilizan para
ejercer la fuerza, en particular esposas, porras y armas de fuego; aunque, la
mayoría de estos funcionarios policiales no conllevan el empleo de la fuerza, ya
que el empleo de este tipo de acción contra la población, es una de las medidas
más extremas que un Estado puede tomar. Una cuestión subyacente a todas ellas
es la definición de fuerza legítima: los agentes deben evaluar rápidamente la
naturaleza del peligro y el grado de la amenaza planteada para elegir la manera
más adecuada de abordarlo causando el mínimo daño posible. En el caso de las
detenciones, por parte de estos funcionarios policiales, se puede tomar como
definición, el siguiente termino, “Toda persona detenida o retenida debe ser
llevada, sin demora, ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley para
ejercer funciones judiciales y tendrá derecho a ser juzgada dentro de un plazo
razonable o a ser puesta en libertad, sin perjuicio de que continúe el proceso. Su
libertad podrá estar condicionada a garantías que aseguren su comparecencia en
el juicio. (Convención Americana sobre Derechos Humanos, 1981)”. Para lo cual
se establece que el principio de legalidad, resalta que puede darse la violación a
los derechos humanos al momento de la detención, sin ningún límite, y a la vez
como un objetivo de las instituciones de seguridad pública. Por otra parte, se debe
dejar claro que, el ejercicio de la función policial es preciso para garantizar el
desarrollo y progreso de cada Estados, constituyendo así una herramienta con
gran valor para el aseguramiento de las personas, de sus bienes y de la sociedad
misma. Razón por la cual, es propicio que los funcionarios policiales, tengan una
adecuada formación y capacitación en relación a la garantía del respeto a los
derechos humanos, y que se realice una evaluación constante en esta materia,
buscando una mejor formación en la actividad policial.
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