04 El Arbitraje en Las Distintas Áreas Del Derecho - Tomo II
04 El Arbitraje en Las Distintas Áreas Del Derecho - Tomo II
04 El Arbitraje en Las Distintas Áreas Del Derecho - Tomo II
Capítulo 13
EL ARBITRAJE EN EL
ÁMBITO MARÍTIMO
I. INTRODUCCIÓN
La presente obra colectiva pone de manifiesto que el arbitraje es el
método de solución extrajudicial de controversias de carácter interna-
cional de mayor utilización en el ámbito empresarial, dadas las notas
características que lo diferencian del procedimiento de carácter judi-
cial. Estas notas son: mayor rapidez y menor coste económico, simpli-
cidad y escaso formalismo, posibilidad de seleccionar como árbitros a
personas con formación específica en una determinada área de conoci-
miento y mayor privacidad y reserva para las partes.1
Superadas algunas reticencias históricas, en la actualidad los arbi-
trajes marítimos son universalmente aceptados en todos los
1 En relación al arbitraje en el ámbito empresarial, Verdera y Tuells, «Algunas
consideraciones en torno al arbitraje comercial». En Revista de la Corte Españo-
la de Arbitraje, vol. X, 1994, pp. 137 y ss.
14 BÁRBARA DE LA VEGA JUSTRIBÓ
ordenamientos jurídicos, por diversos que resulten sus sistemas. Lejos
de ser una excepción en el desarrollo de la institución arbitral, desde anti-
guo la materia marítima requiere, quizá más que ninguna otra, de las
soluciones arbitrales, sobre todo en la práctica internacional. A pesar de
la importancia práctica de esta materia, la doctrina española le ha
dedicado una escasa atención siendo pocos los estudios publicados
al respecto.2
13 Entre las escasas publicaciones españolas que recogen laudos arbitrales en mate-
ria de Derecho marítimo, destacan el Anuario de Derecho Marítimo, que además
de publicar reseñas de jurisprudencia de tribunales españoles incluye en ocasio-
22 BÁRBARA DE LA VEGA JUSTRIBÓ
En el caso del arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional,
entre las virtudes propias de la institución arbitral, destaca una espe-
cial garantía de confidencialidad. Solo en el caso de que las partes so-
metidas al arbitraje autoricen expresamente a dicha institución a pu-
blicar el resumen del laudo arbitral en su boletín y en la Colección de
Laudos Arbitrales de dicha Cámara, el laudo será cognoscible por ter-
ceros. Este conjunto de laudos contribuye a la creación de una juris-
prudencia de carácter arbitral que constituye un instrumento impor-
tante facilitando a los árbitros y a los abogados el desempeño de sus
funciones, a la vez que contribuye a la consecución de la seguridad
jurídica de la comunidad marítima internacional.
20 La Ley procesal civil inglesa, o White Book, puede ser consultada en The White
Book Service 2006,Lord Justice Brooke et al., Thomson Sweet & Maxwell, London,
2006.
21 La regulación de las costas procesales en el Derecho inglés se encuentra en el
artículo 44.3 del Civil Procedure Rules, que es el volumen primero del White
Book.
22 En materia de costas del arbitraje marítimo en Londres, es de destacar la regula-
ción detallada que realiza la Ley de Arbitraje de 1996 (sec. 59 a 65), y que es
analizada por ROCA LÓPEZ/ CALDIN, El arbitraje marítimo ..., pp. 48 a 50 y
74 a 80.
28 BÁRBARA DE LA VEGA JUSTRIBÓ
A) La Arbitration Act de 1996
De manera similar a otras leyes reguladoras del arbitraje, la Ley de
Arbitraje de 199623 encuentra su origen en la Ley Modelo de la Comi-
sión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional
(UNCITRAL) sobre Arbitraje Comercial Internacional de 1985, en
adelante Ley Modelo. Su incorporación al sistema británico represen-
tó la oportunidad para ordenar la legislación inglesa en materia de
arbitraje, dispersa en varias leyes, reglamentos y, sobre todo, senten-
cias.
La interpretación y aplicación de la Ley de Arbitraje de 1996 ha de
inspirarse en sus objetivos fundamentales que son: promover la auto-
nomía de las partes, de modo que la mayoría de sus preceptos sólo
entren en juego en el caso de que las partes no lleguen a un determi-
nado acuerdo sobre aspectos del proceso arbitral; respetar la decisión
de las partes, siendo ejemplo de ello la propia elección del tribunal
arbitral; lograr que el arbitraje resulte un método justo, rápido y eco-
nómico de resolución de conflictos; limitar la intervención de los tri-
bunales ordinarios a los momentos que la misma resulte imprescindi-
ble; y conseguir que el arbitraje sea un método sencillo de aplicación
evitando los tecnicismos en la medida de lo posible.
No obstante, el respeto a la autonomía de la voluntad de las partes
es limitada por el establecimiento expreso del carácter imperativo de
determinados preceptos. Ejemplo de ello es el supuesto de la gestión
inadecuada del procedimiento arbitral por el árbitro con resultado de
un perjuicio importante a la parte que solicita su recusación (section,
en adelante sec., 24.1.d). En consecuencia, todo precepto de cumpli-
miento facultativo puede ser modificado por el acuerdo de las partes,
como es la facultad del tribunal arbitral de determinar los intereses24
23 HARRIS, et. al., The Arbitration Act 1996. Blackwell Publishing, 3ª ed.
24 La posibilidad del árbitro de fijar el devengo de unos intereses simples u otros
agravados, en función de que los mismos se produzcan desde la emisión del laudo
arbitral o a partir de la notificación del mismo a las partes, representa una venta-
EL ARBITRAJE EN EL ÁMBITO MARÍTIMO 29
que se van a devengar (sec. 49). En todo caso, las disposiciones de la ley
son de aplicación supletoria a los supuestos que no han sido expresa-
mente acordados por las partes, así como en el caso de que las partes,
en ejercicio de su autonomía, decidan aplicar las reglas institucionales
reguladoras de arbitraje que adolezcan de alguna laguna en su regulación.
La aplicación de la Ley de Arbitraje de 1996 no es automática, exi-
giéndose una mínima conexión con el sistema inglés, que se producirá
siempre que la sede del arbitraje esté en Inglaterra, en el País de Gales
o en Irlanda del Norte (sec. 2), lo que ha de interpretarse en sentido
jurídico y no físico. La sede en cuestión vendrá determinada por la
elección de las partes en la cláusula arbitral, por la institución o perso-
na autorizada por las partes para dicha elección, o por el propio tribu-
nal arbitral si las partes lo han autorizado y, en caso contrario, el juz-
gado de primera instancia habrá de señalar la sede del arbitraje. En
consecuencia, las partes sometidas al arbitraje que no deseen Londres
como sede del arbitraje o que rechacen la aplicación de las reglas
institucionales allí existentes sobre arbitraje, habrán de expresarlo con
claridad y con la mayor prontitud.
En cuanto a la cláusula arbitral, la Ley de Arbitraje de 1996 (sec. 5)
requiere que sea acordada por las partes por escrito, por cualquier medio
entre los que se incluye el electrónico. La particularidad frente a otras
leyes de arbitraje nacionales estriba en que la validez de la cláusula
arbitral no precisa de la firma expresa de las partes, siendo suficiente,
por ejemplo, consignar “arbitraje en Londres” en un correo electróni-
co. Asimismo, la validez de la cláusula arbitral no resulta afectada por
la declaración de nulidad del contrato al que hubiera sido incorporada
(sec. 7). Esta disposición es esencial a fin de garantizar la eficacia del
arbitraje acordado, por cuanto es frecuente que la cláusula arbitral se
integre en otro acuerdo de las partes, como un contrato cuya propia
ja para el demandante que suele ser objeto de negociación entre las partes, dado
que no se trata de una disposición de carácter imperativo. Es de destacar que la
imposición de intereses de carácter agravado es una facultad del tribunal arbitral
de la que no gozan los tribunales de justicia ordinarios.
30 BÁRBARA DE LA VEGA JUSTRIBÓ
validez es objeto de arbitraje. Asimismo, el tribunal arbitral puede de-
cidir, siempre que las partes no hayan dispuesto de otra forma en su
acuerdo o cláusula arbitral, sobre su propia competencia en cuanto a la
validez o no de la cláusula arbitral, entre otras cuestiones.
La Ley de Arbitraje de 1996 (sec. 33) establece el principio del
overriding objective, en la misma línea que la Ley procesal civil ingle-
sa. En esta ocasión se impone a los árbitros la obligación de actuar de
forma justa e imparcial entre las partes, dándoles a cada una de ellas la
oportunidad de exponer su caso y defender el que se les presente. En
consecuencia, los árbitros han de establecer un procedimiento adecua-
do a las circunstancias particulares de cada caso, evitando retrasos o
costes innecesarios, para garantizar con ello los medios idóneos para la
resolución de la controversia que se esté dirimiendo. En lo atinente a
las partes, se impone la obligación de hacer todo lo necesario para el
correcto y eficaz desarrollo del procedimiento arbitral.
A diferencia de la Ley Modelo, la Ley de Arbitraje de 1996 (sec. 29)
prevé expresamente una disposición de carácter tuitivo de los árbitros
que establece una exoneración de responsabilidad personal, en el sen-
tido de no tenerles por responsables por los actos u omisiones realiza-
dos en el ejercicio de sus funciones salvo que concurra dolo por su
parte, en el sentido de mala fe (bad faith). Con acierto, esta exonera-
ción se extiende a los sujetos que participan en el arbitraje, tanto a los
dependientes como a los independientes, por ejemplo, expertos o ase-
sores, en las mismas condiciones que resultara aplicable al árbitro.
Especial trascendencia reviste el hecho de que el laudo se dicte de
forma motivada o no motivada, pues de ello deriva la posible renuncia
de las partes a apelar el propio laudo arbitral. La motivación del laudo
es uno de los aspectos que quedan a la voluntad de las partes, por lo
que si éstas no acuerdan expresamente que el mismo sea motivado, la
aplicación supletoria de la ley comportará la falta de motivación y con
ello la pérdida automática del derecho a apelar el laudo, tanto en el
caso de aplicar la Ley de Arbitraje como algunas de las reglas
institucionales relativas a arbitraje.
EL ARBITRAJE EN EL ÁMBITO MARÍTIMO 31
En todo caso, la apelación (sec. 67 y ss.) del laudo arbitral se condi-
ciona a que la parte interesada haya agotado previamente las posibili-
dades de revisión previstas en el arbitraje, así como a las relativas a la
corrección del laudo o a solicitar la emisión de otro laudo acerca de
alguna cuestión planteada por las partes que haya quedado sin resol-
ver. Si las partes no acordaron expresamente la posibilidad de apelar el
laudo, la parte interesada habrá de solicitar al juzgado competente la
autorización para apelar, que será reconocida siempre que el inte-
resado pruebe una serie de circunstancias previstas en la ley (sec.
69.3). Con independencia de la posible apelación por falta de juris-
dicción del tribunal y por grave irregularidad del tribunal, del pro-
cedimiento o del laudo, en general la apelación del laudo ha de fun-
damentarse en razones de derecho y no de hecho. La Ley y la juris-
prudencia han ido definiendo lo que haya de considerarse razones
de derecho. En todo caso, sobre una cuestión de derecho puede pro-
nunciarse un tribunal ordinario, además de en apelación, con ante-
rioridad al dictado del laudo.
B) Las Reglas de la London Maritime Arbitrators Association
En Londres, la mayoría de los arbitrajes que tienen por objeto contro-
versias relacionadas con la industria marítima son resueltas conforme
a las Reglas elaboradas por la London Maritime Arbitrators Association,
en adelante LMAA, cuya última versión consultada data de 2006. Estas
Reglas institucionales establecen un procedimiento específico para el ám-
bito de la industria marítima, a la vez que garantizan una aplicación de las
mismas de manera clara, eficaz y ajustada a los intereses de esta particular
industria. En todo caso, el arbitraje es sólo una de las posibles formas de
resolución de las controversias que las Reglas LMAA establecen.
En primer lugar, es preciso aclarar que estas Reglas resultan aplica-
bles siempre que las partes así lo hayan acordado, por ejemplo, a través
de una referencia a las mismas en la propia cláusula de sumisión a
arbitraje. La Regla 5 dispone que se entenderá que las partes han con-
venido su aplicación cuando el arbitraje se solicite a un miembro de
pleno derecho de la LMAA, o cuando los dos árbitros cumplan dicha
32 BÁRBARA DE LA VEGA JUSTRIBÓ
categoría, salvo que las partes pacten otra cosa. Asimismo, las Reglas
se aplicarán si los árbitros especifican la aplicación de las Reglas en la
aceptación de su nombramiento. En el caso de que la aplicación de las
Reglas no sea del interés de las partes, éstas pueden optar por excluir
su utilización siempre que no la hubieran acordado.
Las propias Reglas LMAA (Regla 7.a) establecen su conexión con
la Ley de Arbitraje de 1996, en el sentido de que la misma se aplica
supletoriamente al proceso arbitral y a los derechos y obligaciones de
las partes, salvo en aquellas disposiciones que resultan distintas, mo-
dificadas o complementadas por las Reglas institucionales. Por ejem-
plo, las Reglas pueden aplicarse solo al nombramiento del arbitro sin
necesidad de que las mismas rijan el resto del procedimiento arbitral.
Las Reglas institucionales a las que nos referimos son de tres clases:
las ordinarias (The LMAA Terms), las relativas al procedimiento de
menor cuantía (The LMAA Small Claims Procedure), y las denomi-
nadas FALCA (The LMAA Fast and Low Cost Arbitration Terms) que
no son comentadas dada su escasa aceptación. El empleo de unas u
otras depende de lo que las partes acuerden, pudiendo modificar su
elección si las circunstancias del objeto del arbitraje lo justifican. No
obstante, en general se aplican las reglas ordinarias.
Las reglas ordinarias comparten los mismos objetivos en torno al
arbitraje que la Ley de Arbitraje de 1996, y se considera que el acuerdo
de aplicar las mismas conlleva, de un lado, la adopción de la ley inglesa
como ley aplicable al procedimiento arbitral y, de otro, que la sede del
arbitraje es Inglaterra. Conviene destacar que el objetivo de lograr una
resolución justa sin dilaciones o gastos innecesarios puede frustrarse
en el caso de no precisar correctamente, desde el inicio del arbitraje, la
cuestión o cuestiones bien delimitadas, que son objeto del mismo. En
efecto, la Regla 10 se refiere a la jurisdiction25 del tribunal arbitral, en
el sentido de que las partes pueden atribuirle una competencia bien
25 La Regla 10 LMAA Terms 2006 dispone «notwithstanding the terms of any
appointment of an arbitror, unless the parties otherwise agree the jurisdiction
of the tribunal shall extend to determining all disputes arising under or in
EL ARBITRAJE EN EL ÁMBITO MARÍTIMO 33
restringida para conocer exclusivamente de un asunto concreto y deli-
mitado, o bien amplia sometiendo a arbitraje, además, todas las cues-
tiones que puedan plantearse en relación con el asunto que se dirime.
La elección de la segunda opción evitará inconvenientes en el desarro-
llo del procedimiento arbitral como el derivado de la presentación de
una reconvención a la demanda arbitral, desde el momento que el ob-
jeto de dicha reconvención podrá considerarse incluido en el objeto del
conocimiento del tribunal arbitral, configurado por las partes de ma-
nera amplia. La elección de atribuir un conocimiento limitado al tri-
bunal arbitral puede ocasionar el efecto contrario, pues quedando el
objeto de la reconvención fuera del que se ventila en el arbitraje, las
partes habrán de iniciar un nuevo arbitraje, distinto del primero, rela-
tivo al objeto de la reconvención con los graves inconvenientes que
ello representa para los intereses de las partes.
Otra cuestión que merece ser destacada son las facultades que las
Reglas otorgan al tribunal arbitral, dado que algunas de ellas no se
establecen en la Ley de Arbitraje de 1996. En particular, la Regla 14
regula las facultades del tribunal en torno a la acumulación de proce-
dimientos y la limitación de la intervención de expertos en el arbitraje.
Asimismo, el tribunal arbitral ha de decidir cuál va a ser el procedimiento
conforme al cual el arbitraje va a discurrir y, si bien respetará en la medida
de lo posible los acuerdos de las partes al respecto, generalmente se segui-
rá el proceso que las propias Reglas establecen en su anexo segundo.
En cuanto al laudo arbitral, a diferencia de las precedentes LMAA
2002, ha de ser motivado salvo que las partes acuerden lo contrario
(Regla 22), teniendo como consecuencia la renuncia de las partes del
derecho a apelar el laudo ante un tribunal de justicia ordinario. En este
caso, el tribunal arbitral elabora un documento confidencial, que no
connection with the transaction the subject of the reference, and each party
shall have the right before the tribunal makes its award (or its last award, if
more than one is made in a reference) to refer to the tribunal for determination
any further dispute (s) arising subsequently to the commencement of the arbi-
tral proceedings».
CAPÍTULO 14
ARBITRAJE Y DERECHO DE FAMILIA
Isabel Viola Demestre
ARBITRAJE Y DERECHO DE FAMILIA 43
Capítulo 14
I. INTRODUCCIÓN
1
Sentencia del Tribunal Constitucional 43/1988 de 23 de mayo de 1988, en la que
se señala que el arbitraje es un medio para la solución de conflictos basado en la
44 ISABEL VIOLA DEMESTRE
Por todo ello, la mayor parte de las normas del Derecho de fami-
lia tienen un carácter imperativo. Se trata de normas de ius cogens,3
que se caracterizan porque el mandato normativo no admite que
los particulares lo modifiquen en modo alguno. La voluntad de los
particulares, contraria a la previsión legal, no puede derogarla ni
tampoco sustituirla. Son pues, normas en las que la autonomía pri-
vada o no es admitida o si lo es, está limitada a supuestos concretos.
3
La Sentencia del Tribunal Constitucional 120/1984, de 10 de diciembre, aludió a
los elementos no dispositivos, sino de ius cogens de todo proceso matrimonial,
«precisamente, por derivar y ser un instrumento al servicio del Derecho de fami-
liar».
4
DÍEZ-PICAZO, L. y A. GULLÓN BALLESTEROS. Sistema de Derecho Civil. Op. cit., p.
44.
5
Acerca de esta cuestión, véase ROCA TRIAS, E. «Familia, familias y Derecho de
familia». En Anuario de Derecho Civil, 1990, pp. 1056 y ss.
46 ISABEL VIOLA DEMESTRE
6
Artículo 32 CE: «1. El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio
con plena igualdad jurídica. 2. La ley regulará las formas de matrimonio, la edad
y capacidad para contraerlo, los derechos y deberes de los cónyuges, las causas de
separación y disolución y sus efectos».
7
Artículo 39 CE: «1. Los poderes públicos aseguran la protección social, económi-
ca y jurídica de la familia. 2. Los poderes públicos aseguran, asimismo, la protec-
ción integral de los hijos, iguales éstos ante la ley con independencia de su filia-
ción, y de las madres, cualquiera que sea su estado civil. La ley posibilitará la
investigación de la paternidad. 3. Los padres deben prestar asistencia de todo
orden a los hijos habidos dentro o fuera del matrimonio, durante su minoría de
edad y en los demás casos en que legalmente proceda. 4. Los niños gozarán de la
protección prevista en los acuerdos internacionnales que velan por sus derechos».
8
El artículo 18 CE garantiza el derecho a la intimidad familiar junto con la intimi-
dad personal.
9
El artículo 27 CE reconoce el derecho de los padres para que sus hijos reciban la
formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.
10
El artículo 50 CE viene a consagrar la existencia de obligaciones familiares res-
pecto de los ciudadanos durante la tercera edad.
ARBITRAJE Y DERECHO DE FAMILIA 47
11
DÍEZ-PICAZO, L. y A. GULLÓN BALLESTEROS. Sistema de Derecho Civil. Op. cit., p.
45; ROCA TRIAS, E. «Crisis matrimonial y arbitraje». En Anuario de justicia alter-
nativa, 2005, p. 176.
12
DÍEZ-PICAZO, L. Familia y Derecho. Madrid: Civitas, 1984, p. 31.
13
DÍEZ-PICAZO, L. Familia y Derecho. Madrid: Civitas, 1984, p. 33.
14
DÍEZ-PICAZO, L. Familia y Derecho. Madrid: Civitas, 1984, p. 33.
48 ISABEL VIOLA DEMESTRE
A. Normas imperativas
15
Roca Trías las califica como relaciones horizontales. ROCA TRIAS, E. «Crisis matri-
monial y arbitraje». En Anuario de justicia alternativa. Op. cit., p. 178.
16
El Proyecto de Ley por el que se aprueba el Libro II del Código Civil de Cataluña,
relativo a la persona y la familia incluye la regulación de las uniones estables de
pareja en el capítulo IV, a continuación de las normas relativas al matrimonio,
integradas en la parte relativa al Derecho de familia, corrigiendo, como se indica
en su exposición de Motivos, el trato separado que hasta el momento se le había
dispensado en la Ley 10/1998, de 15 de julio de 1988, de forma independiente y
separada del Código de familia de 1998. (Boletín Oficial del Parlamento de Cata-
luña n.° 353, 15 de junio de 2006, p. 58).
17
Éstas son calificadas como relaciones verticales. ROCA TRIAS, E. «Crisis matrimo-
nial y arbitraje». En Anuario de justicia alternativa. Op. cit., p. 177.
ARBITRAJE Y DERECHO DE FAMILIA 49
Por otra parte, las normas que regulan la relación jurídica de los
progenitores con su hijo son claramente imperativas. El interés de los
menores constituye el fundamento primordial de las reglas que esta-
18
En caso de celebración en forma religiosa, «el consentimiento matrimonial podrá
prestarse en la forma prevista por una confesión religiosa inscrita, en los térmi-
nos acordados con el Estado o, en su defecto, autorizados por la legislación de
éste», de conformidad con el artículo 59 del Código Civil.
19
Artículo 3 y 22 de a Ley 10/1998, relativos a la unión estable de pareja hetero-
sexual y homosexual, respectivamente.
50 ISABEL VIOLA DEMESTRE
Artículo 39. 3.- «Los padres deben prestar asistencia de todo orden a
los hijos habidos dentro o fuera del matrimonio, durante su minoría
de edad y en los demás casos en que legalmente corresponda».
20
Son de destacar algunos preceptos del Derecho civil catalán en los que se permite
sustituir la actuación judicial por la intervención de determinados parientes, en los
casos en que los progenitores así lo decidan y se ajuste a los términos establecidos
por la propia norma. Es el artículo 138.2 del Codi de família, al que nos referiremos
más adelante, cuando analicemos los relaciones jurídico-familiares en particular.
21
El que una norma sea imperativa no debería interpretarse en el sentido de que el
derecho que contenga sea indisponible. Al menos, así se desprendería de la Sen-
tencia del Tribunal Supremo, de 18 de abril de 1998, relativa a la arbitrabilidad de
la impugnación de acuerdos sociales, en la que se señala que «la impugnación de
acuerdos sociales está regida por normas de «ius cogens» pero el convenio arbitral
no alcanza a las mismas, sino al cauce procesal de resolverlas; el carácter imperativo
de las normas que regulan la impugnación de acuerdos sociales, no empece el carác-
ter negocial y, por tanto, dispositivo de los mismo». Así lo considera YÁÑEZ VELASCO,
R., con la colaboración de ESCOLÀ BESORA, E. Comentarios sistemáticos a la Ley 60/
2003 de 23 de diciembre de 2003, de arbitraje, Op. cit., p. 164 y también PERALES
VISCASILLAS, P. Arbitrabilidad y convenio arbitral. Op. cit., p. 144.
ARBITRAJE Y DERECHO DE FAMILIA 51
22
Sentencias del Tribunal Supremo de 5 de abril de 1966 y 31 de diciembre de 1979.
23
DÍEZ-PICAZO, L. y A. GULLÓN BALLESTEROS. Sistema de Derecho Civil. Madrid:
Tecnos, reimpresión, 1998, vol. I, p. 378.
24
El límite negativo del orden público en cuanto a la renuncia de derechos refuerza
la función que le asigna el artículo 1.255 del Código Civil, también como límite
negativo al principio de la autonomía de la voluntad dentro del cual se inscribiría
el compromiso o convenio arbitral. Así lo considera HERNÁNDEZ-GIL ÁLVAREZ
CIENFUEGOS, en DE MARTÍN MUÑOZ, A. y S. HIERRO ANIBARRO, en Comentario a la
Ley de Arbitraje. Madrid-Barcelona: Marcial Pons, 2006, p. 124.
25
Tradicionalmente, si una materia es de orden público, se ha considerado que no
es susceptible de arbitraje, posiblemente, por la aprehensión de los estados a que
su orden público pueda ser violado por un procedimiento privado de resolución
de conflictos. Sin embargo, las relaciones entre el orden público y el arbitraje han
52 ISABEL VIOLA DEMESTRE
28
GÓMEZ JENÉ, M., en ARIAS LOZANO, D. (Coord.), Comentarios a la Ley de Arbitraje
de 2003. Navarra: Thomson-Aranzadi, 2003, p. 33. GARBERÍ LLOBREGAT, J. (Dir.).
Comentarios a la Ley 60/2003 de 23 de diciembre, de arbitraje: doctrina, juris-
prudencia, formularios, legislación. Barcelona: Bosch, 2004.
29
Yáñez Velasco señala que establecer que se excluye del arbitraje el derecho de
familia sería erróneo, pues dentro de esta disciplina bien existen posibilidades de
disposición arbitrable, por ejemplo, respecto de efectos vinculados a las crisis ma-
trimoniales, bajo ciertas limitaciones (mayores y capaces). YÁÑEZ VELASCO, R.,
con la colaboración de ESCOLÀ BESORA, E. Comentarios sistemáticos a la Ley 60/
2003 de 23 de diciembre, de arbitraje. Valencia: Tirant lo Blanch, 2004, p. 167.
30
MONTERO AROCA, J. en BARONA VILAR, S. (Coord.). Comentarios a la Ley de arbitraje
(Ley 60/2003 de 23 de diciembre de 2003). Madrid: Thomson-Civitas, 2004, p. 117.
31
OLIVENCIA RUIZ, M., en GONZÁLEZ SORIA, J. (Coord.). Comentarios a la nueva Ley
de Arbitraje, 60/2003 de 23 de diciembre de 2003. Navarra: Thomson-Aranzadi,
Cizur, 2004, p. 46. En este sentido, y recordando lo dispuesto en la Ley de arbitra-
54 ISABEL VIOLA DEMESTRE
33
Este precepto señala que “no se puede transigir sobre el estado civil de las perso-
nas, ni sobre las cuestiones matrimoniales, ni sobre alimentos futuros”. Acerca
del estado civil de las personas y de las cuestiones matrimoniales, ya hemos he-
cho alguna referencia y alguna más realizaremos. Respecto de la obligación de
alimentos cabe decir que se pude disponer de las pensiones atrasadas, que ya han
sido devengadas porque el tiempo de su pago ya llegó y no se realizó, puesto que
el legislador interpreta ese retraso en el sentido de que no son ya vitales para el
alimentista. Véase al respecto, DÍEZ-PICAZO, L. y A. GULLÓN BALLESTEROS, en Siste-
ma de Derecho Civil, Op. cit., tomo IV, p. 49.
34
El estudio de este particular contrato fue objeto de mi tesis doctoral, publicado
por el Servicio de Estudios del Colegio de Registradores en el año 2003.
35
Es favorable a la aplicación analógica del régimen de la transacción a la libre dispo-
nibilidad del arbitraje, HERNÁNDEZ-GIL ÁLVAREZ CIENFUEGOS, en DE MARTÍN MUÑOZ,
A. y S. HIERRO ANIBARRO, en Comentario a la Ley de Arbitraje. Op. cit., p. 131.
36
Es de destacar el contenido literal del artículo 19, que intitulado «Derecho de
disposición de los litigantes. Transacción y suspensión», dispone en su punto 1 lo
siguiente: «Los litigantes están facultados para disponer del objeto del juicio y
podrán renunciar, desistir del juicio, allanarse, someterse a arbitraje y transigir
sobre lo que sea objeto del mismo, excepto cuando la ley lo prohíba o establezca
limitaciones por razones de interés general o en beneficio de tercero». Por su parte,
el artículo 22, en correspondencia con el 19, establece las normas de terminación del
proceso por satisfacción extraprocesal o carencia sobrevenida del objeto.
37
ROCA TRIAS, E. «Crisis matrimonial y arbitraje». En Anuario de justicia alterna-
tiva. Op. cit., p. 197.
56 ISABEL VIOLA DEMESTRE
38
UTRERA GUTIÉRREZ, J.L. «La mediación familiar». En Revista Baylio, edición elec-
trónica, p. 18.
39
NIEVA FENOLL, J. «Las materias inseparablemente unidas a aquellas sobre las que
las partes no tienen poder de disposición». En Anuario de justicia alternativa,
n.° 3, 2002, pp. 25 y 27.
40
Que no debe identificarse con arbitraje, pese a su similitud.
41
ROCA TRIAS, E. «Crisis matrimonial y arbitraje». En Anuario de justicia alterna-
tiva. Op. cit., p. 179.
ARBITRAJE Y DERECHO DE FAMILIA 57
42
El estudio de todas las cuestiones familiares que podrían ser objeto de análisis en
relación con su arbitrabilidad, uniones estables de pareja, pensión de alimentos
atrasadas, etc. excedería con mucho la extensión de este trabajo por lo que hemos
optado por centrarnos en las básicas.
58 ISABEL VIOLA DEMESTRE
a) Matrimonio
Los aspectos del matrimonio objeto de estudio, en relación con la ad-
misión o no del arbitraje, ofrecen un resultado dispar, según que se
trate de su constitución, extinción, o de las cuestiones patrimoniales
constante y terminado el matrimonio.
1. Vínculo matrimonial
43
ROCA TRIAS, E. «Familia, familias y Derecho de familia» En Anuario de Derecho
Civil, 1990, cit., p. 1072 y ss.
44
La relevancia que el Estado otorga a las formas del matrimonio queda patente en
el hecho de que se trata de una de las materias respecto de las cuales el Estado
tiene competencia exclusiva para legislar (artículo 149.1. 8ª CE).
45
Son varias las sentencias que aluden a la unanimidad de la doctrina respecto de la
inarbitrabilidad por indisponibilidad de las cuestiones matrimoniales relativas a
la constitución del estado civil de las personas, así como de los derechos de la
personalidad y del estado civil de las personas. Así por ejemplo, la resolución de
la Audiencia Provincial de Madrid, de 24 de septiembre de 2002, Fundamento de
Derecho Segundo (Ar. 2003/22969) y la sentencia de la Audiencia Provincial de
Girona, de 17 de noviembre de 2004, n.° 352/2004, Fundamento de Derecho
Tercero, párrafo 5º (Ar. 2004/2353).
46
ROCA TRIAS, E. «Crisis matrimonial y arbitraje», en Anuario de justicia alternati-
va, cit., p. 182. En este sentido, Yáñez Velasco, R., con la colaboración de Escolà
Besora, E. Comentarios sistemáticos a la Ley 60/2003 de 23 de diciembre, de
arbitraje. Op. cit. p. 165.
ARBITRAJE Y DERECHO DE FAMILIA 59
2. Régimen económico-matrimonial
47
Aunque respecto de la Ley 36/1988, de 5 de diciembre, de Arbitraje, derogada por
la de 2003, continua aplicable la consideración recogida en el Auto del Juzgado de
lo Mercantil de Bizkaia, Bilbo, de 2 de noviembre de 2005, Fundamento de Dere-
cho Primero, párrafo 2º, según la cual están expresamente excluidas de someter-
se a arbitraje aquellas respecto de las que se pudiera disponer conforme a las
leyes, las que se refieren a la personalidad, estado civil de las personas o las ma-
trimoniales, que no tuvieran un estricto sentido económico. Por tanto, a sensu
contrario, podrían someterse a arbitraje las cuestiones matrimoniales que ten-
gan un contenido patrimonial.
48
Son ejemplos en el Derecho civil catalán, la responsabilidad por deudas domésti-
cas (artículo 8 del Código de familia catalán) o, también, la prohibición de pactar
sobre la disposición de la vivienda familiar y la necesidad de consentimiento del
cónyuge no titular (artículo 9.1 del Código de familia de Cataluña). ROCA TRIAS,
E. «Crisis matrimonial y arbitraje». En Anuario de justicia alternativa. Op. cit.,
ibidem.
49
Los efectos económicos vinculados a las crisis matrimoniales son susceptibles de
disposición y arbitrables, bajo ciertas limitaciones mayores y capaces9, como se-
60 ISABEL VIOLA DEMESTRE
b) Pensión compensatoria
53
GÓMEZ JENÉ, M. Comentario al artículo 2, en Comentarios a la Ley de Arbitraje
de 2003. Navarra: Thomson-Aranzadi, 2003, p. 33.
54
La Sentencia del Tribunal Supremo, n.° 508/1999, de 8 de junio (Ar. 1999/4103),
en su Fundamento de Derecho Cuarto admite la posibilidad de que la liquidación
del régimen que disciplina las relaciones patrimoniales de los cónyuges se lleve a
cabo, bien voluntariamente, bien habiéndose sometido al arbitraje de un tercero,
dice la sentencia «permitido por el artículo 2.1 a) de la Ley 36/1988, de 5 de
diciembre, de arbitraje», la entonces vigente, pero de igual aplicación para la ac-
tual de 2003. Esta sentencia fue acogida como argumento por la Sentencia del
Juzgado de Primera Instancia de Cantabria, de 12 de diciembre de 2005, en su
Fundamento de Derecho Cuarto.
Anteriormente, el Tribunal Supremo, ya había indicado que las consecuencias de
la naturaleza puramente patrimonial que puedan derivarse de las cuestiones ma-
trimoniales, puede ser objeto de transacción, puesto que «al revestir carácter pri-
vado no afectan al orden social ni al interés público». Sentencia, de 4 de diciem-
bre de 1985 (Aranzadi, Ar. 1985/6202).
En esta misma línea, la Sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla, n.° 2387/
2001, de 29 de marzo (Ar. 2001/ 233535) señala, en su Fundamento de Derecho
Tercero, que «lo que es objeto de discordia encomendada al árbitro son las cues-
tiones privadas de contenido patrimonial entre los cónyuges, algo perfectamente
disponible por ellos».
55
Sentencia del Tribunal Supremo de 2 de diciembre de 1987 (Ar., 1987/9174). En
su Fundamento de Derecho Segundo, B) destaca que «si, pues, la ley no autoriza
62 ISABEL VIOLA DEMESTRE
B) Filiación
al juez a que señale tal pensión de oficio y, en cambio, las partes pueden incluirla
en el convenio regulador o pedirla en el procedimiento, demostrando la concu-
rrencia de las circunstancias a que se refiere el artículo 97 del Código civil, es
claro que no nos encontramos ante norma de derecho imperativo, sino ante otra
de derecho dispositivo, que puede ser renunciada por las partes, no haciéndola
valer y que no afecta a las cargas del matrimonio, precisamente, por no afectar a
los hijos, respecto a los cuales si se refiere a la función tuitiva […]. C) Hay, pues,
un derecho subjetivo, una situación de poder concreto, entregada al arbitrio de la
parte, que puede hacerlo valer o no, sin que deba intervenir en tal aspecto y de
modo coactivo el poder público, al no afectar al sostenimiento de la familia, ni a la
educación o alimentación de los hijos comunes, ni a las cargas del matrimonio,
salvaguardadas por otros preceptos; se pretende sólo mantener un equilibrio y
que cada uno de los cónyuges pueda continuar con el nivel económico que tenía
en el matrimonio». Esta sentencia es acogida por la dictada por el Tribunal Supe-
rior de Justicia de Cataluña, el 4 de octubre de 2002 (Ar. 2002/6949).
56
Así lo reconoce la Sentencia del Tribunal Supremo, anteriormente citada, 1069/
1992, de 28 de noviembre (Ar. 1992/9449), en su Fundamento de Derecho Terce-
ro, y que por su interés, reproducimos nuevamente «[…] sobre todo, es de resal-
tar que las cuestiones relativas a la filiación, matrimonial o no matrimonial, son
cuestiones de orden público y quedan sustraídas, en principio, a la libre autono-
mía de la voluntad (artículo 1814 del Código Civil), que sólo puede desplegar su
eficacia dentro de los límites excepcionales que en cada caso marca la Ley […]».
En este sentido, véase también la Sentencia de la Audiencia Provincial de Murcia
383/2005, de 7 de diciembre (Ar. 2006/162056), en su Fundamento de Derecho
Primero: «[…] En efecto, nos encontramos ante un proceso especial, sobre filia-
ción, en el que concurren notables e importantes peculiaridades procesales no
sólo por la naturaleza jurídico material de su objeto perteneciente al derecho de
familia en cuanto afecta la acción al estado civil sino también por los principios
jurídico-procesales que lo rigen, consecuencia del interés público afectado, que lo
convierten en un proceso cuasi-inquisitivo, con intervención del Ministerio Fis-
cal, amplios poderes del órgano jurisdiccional sobre las pruebas y mitigación del
ARBITRAJE Y DERECHO DE FAMILIA 63
Los pactos que afecten al interés de los hijos no son admisibles pues la
potestad parental se ejerce siempre en beneficio de los descendientes,
sin que tengan cabida renuncias, transacciones u otro tipo de negocia-
ción sin homologación judicial posterior. Además, en los procesos que
puedan afectar a menores de edad y a incapacitados, el Ministerio Fis-
cal debe intervenir siempre (artículos 757.2 y 758.2 Ley de Enjuicia-
miento Civil, en relación con los procesos sobre la capacidad de las
personas y los artículos 771.2 y 775.1 LEC respecto del menor). Esta
participación cualificada del Ministerio Fiscal en estos concretos pro-
cesos impide que para dichas cuestiones pueda recurrirse al sistema
59
Así lo manifestó el Tribunal Supremo, en su sentencia n.° 308/1994, de 7 de abril
de 1994, (Ar. 1994/2728), en su Fundamento de Derecho Segundo, párrafo se-
gundo: «[…] y lo primero que hay que afirmar es que todas las cuestiones de
derecho de familia pertenecen al orden jurisdiccional civil», para añadir, respecto
al objeto del recurso planteado, en el párrafo cuarto, «que no se diga que hubo
transacción puesto que no tiene los caracteres de la transacción la decisión sobre
materia que afecta a los hijos, que debe ser resuelta siempre pensando en el bien
de los menores y con intervención del Ministerio Fiscal».
60
Se trata de un negocio jurídico familiar que en ningún caso excluye definitiva-
mente la intervención judicial ya que contiene una cláusula de cierre para el
supuesto en que el acuerdo no se alcance, por lo que dicha intervención del juez
se llevará cabo. Podría interpretarse que en estos pactos, la intervención judicial
queda temporalmente aplazada, (en stand-by) mientras se persigue la resolución
del conflicto de forma más eficiente a través de la vía prevista por el artículo
138.2 del Código de familia catalán. ROCA TRIAS, E. «Crisis matrimonial y arbi-
traje». En Anuario de justicia alternativa, cit., p. 182.
61
Artículo 25.- «Oposición de intereses.
1. Cuando entre el menor y quienes hayan de prestarle la asistencia exista opo-
sición de intereses en algún asunto: a) Si es por parte de uno solo de los
padres o tutores, la asistencia será prestada por el otro, a no ser que en la
delación de la tutela se hubiera dispuesto otra cosa de modo expreso. b) Si es
por parte del único padre titular de la autoridad familiar o del tutor único, así
como si es por parte de ambos padres o tutores, la asistencia será suplida por
la Junta de Parientes o un defensor judicial. […]. La cursiva es nuestra».
ARBITRAJE Y DERECHO DE FAMILIA 65
62
Artículo 63.-
«[…]
Ejercicio.- Las funciones inherentes a la patria potestad se ejercerán por el padre
y la madre según lo convenido y, en defecto de pacto, por ambos conjuntamente.
Serán sin embargo válidos los actos que cualquiera de ellos realice por sí solo
para atender a las necesidades ordinarias de los hijos, según las circunstancias
familiares, y el uso del lugar, o en situaciones que exijan una urgente solución.
En los casos de declaración de ausencia o de incapacitación de uno de los padres,
la patria potestad será ejercida por el otro; en el de imposibilidad de uno de los
padres, podrá el otro recabar del Juez la atribución exclusiva del ejercicio de la
patria potestad.
Si hubiera desacuerdo, los Parientes Mayores, a solicitud conjunta de ambos
padres, y el Juez, a petición de cualquiera de éstos, resolverán su discrepancia,
después de oír a los interesados e intentar la conciliación, atribuyendo sin ulte-
rior recurso la facultad de decidir, en el caso concreto sometido a su conocimien-
to, al padre o a la madre».
63
JOU MIRABENT, L. «Les relacions paterno-filials en el futur codi de familia de
Catalunya», a Materials de les Vuitenes Jornades de Dret català a Tossa 1994,
Universitat de Girona, Tirant lo Blanch, Valencia, 1996, p. 124.
64
Respecto del Derecho civil catalán, véase B OSCH C APDEVILA , Esteve. «La
administracion de los bienes de los hijos en el ‹Codi de familia›». Barcelona: Bosch,
Centro de Estudios Registrales de Cataluña, 1999, pp. 257-264 y 269-300.
66 ISABEL VIOLA DEMESTRE
Desde una perspectiva teórica, puede parecer que esta forma de re-
solver conflictos tenga poca aplicación práctica. En efecto, puede resul-
tar difícil pensar que ante un desacuerdo grave en el ejercicio de su potes-
tad, los progenitores conseguirán ponerse de acuerdo para deferir formal-
mente la resolución del conflicto a parientes, y sobre todo si, como sucede
en casos de desavenencias, los progenitores viven separados.68
65
FERRER RIBA, J. «Comentario al artículo 138 del Código de familia». En EGEA I
FERNÁNDEZ, J. y J. FERRER I RIBA, (Dirs.). Comentaris al Codi de família, a la Llei
d’Unions Estables de Parella i a la Llei de Situacions convivencials d’ajuda mútua.
Madrid: Tecnos, 2000, p. 664.
66
ROCA TRIAS define la intervención de los parientes como «colegio arbitral». ROCA
TRIAS, E. «Crisis matrimonial y arbitraje». En Anuario de justicia alternativa,
cit., p. 178.
67
FERRER RIBA, J. «Comentario al artículo 138 del Código de familia». En EGEA I
FERNÁNDEZ, J. y J. FERRER I RIBA, (Dirs.). Comentaris al Codi de família, a la Llei
d’Unions Estables de Parella i a la Llei de Situacions convivencials d’ajuda mútua,
cit., p. 664.
68
Así lo consideró FERRER RIBA, J. «Comentario al artículo 138 del Código de fami-
lia». En EGEA I FERNÁNDEZ, J. y J. FERRER I RIBA (Dirs.). Comentaris al Codi de
família, a la Llei d’Unions Estables de Parella i a la Llei de Situacions convivencials
d’ajuda mútua, cit., ibidem.
ARBITRAJE Y DERECHO DE FAMILIA 67
69
Ley 13/2006 de 27 de diciembre, de Derecho de la Persona (Boletín Oficial de
Aragón, 30 de diciembre), p. 17053.
68 ISABEL VIOLA DEMESTRE
70
BOE n.°s 57 a 63 de 7, 8, 9, 10, 12, 13 y 14 de marzo de 1973; correcc. errores BOE
n.° 129 de 30 de mayo de 1974.
ARBITRAJE Y DERECHO DE FAMILIA 69
c) Tutela
71
También en el ámbito sucesorio se contempla la intervención de los Parientes
Mayores. Leyes 180, 281, 283, 285 y 288 del Fuero Nuevo de Navarra.
72
La decisión de los Parientes Mayores se circunscribe principalmente en el ámbito
patrimonial, aunque también se permite su intervención en algunas cuestiones
de hecho, como la relativa a la existencia o no de convivencia de la sociedad fami-
liar, recogido la Ley 97 del Fuero Nuevo de Navarra.
73
NIEVA FENOLL, J. «Las materias inseparablemente unidas a aquellas sobre las que
las partes no tienen poder de disposición». En Anuario de justicia alternativa,
n.° 3, 2002, p. 23.
70 ISABEL VIOLA DEMESTRE
74
Sentencia del Tribunal Supremo de 27 de abril de 2005 (Ar. 2005/164251).
75
Salvo la excepción del artículo 207.2 del Código de familia de Cataluña, según el
cual, el administrador patrimonial debe facilitar al tutor los recursos correspon-
ARBITRAJE Y DERECHO DE FAMILIA 71
dientes para que pueda cumplir adecuadamente con sus obligaciones y en caso de
desacuerdo, resuelve la autoridad judicial.
76
A ello se refiere CASANOVAS MUSSONS, A. en su comentario al artículo 234, en la
obra dirigida por EGEA I FERNÁNDEZ, J. y J. FERRER RIBA (Dirs.) Comentaris al Codi
de família, a la Llei d’Unions Estables de Parella i a la Llei de Situacions
convivencials d’ajuda mútua, cit., p. 969.
72 ISABEL VIOLA DEMESTRE
Capítulo 15
I. INTRODUCCIÓN
1
Así lo refleja GARCÍA PÉREZ, «El arbitraje testamentario». Valencia: Tirant lo Blanch,
1999, p. 40.
2
Vid ALBALADEJO GARCÍA. «El arbitraje testamentario». En Actualidad Civil, n.º 1,
1990, pp. 80 y ss. El citado autor destaca la opinión de aquellos diputados que, como
Granados, defendía la existencia de este arbitraje. Tampoco para Albaladejo tiene
sentido esa supresión, aunque sí propone la sustitución de la expresión «herederos
no forzosos y legatarios» por «sucesores no forzosos» (Op. cit., p. 80).
3
Así lo subraya VERDERA TUELLS. «La Ley 60/2003 de 23 de diciembre, de arbitraje,
entre la tradición y la innovación». En Real Academia de Jurisprudencia y Legis-
lación, 2005.
78 Mª FÁTIMA YÁÑEZ VIVERO
mejoras que el cónyuge viudo puede realizar por actos ínter vivos (ar-
tículo 831 Código Civil), o en Cataluña, el codicilo en el que, como
complemento del testamento en el que se instituye heredero, se insti-
tuya este tipo de arbitraje.4
4
Díez-Picazo y Ponce de León, en la obra colectiva Comentarios a la nueva Ley de
Arbitraje 60/2003 de 23 de diciembre, GONZÁLEZ SORIA (Coordinador). Navarra:
Thomson-Aranzadi, 2004, p. 110.
80 Mª FÁTIMA YÁÑEZ VIVERO
«juez» para dirimir las diferencias surgidas con ocasión de aquella par-
tición. Sólo en este segundo caso estaríamos ante un verdadero arbi-
traje, porque la partición arbitral, sin más, no es arbitraje en la medida
en que no se da el presupuesto del mismo: la controversia.
5
MERINO MERCHÁN y CHILLÓN MEDINA. Tratado de Derecho Arbitral. Madrid:
Thomson Civitas, 2006, p. 421. Distinta es la opinión de Verdera Server, para
quien Cataluña está perfectamente legitimada, al amparo del artículo 149.1.8º
C.E., para abordar la regulación del arbitraje en el ámbito de la sucesión mortis
causa. Vid el comentario de este autor al artículo 10 de la Ley, en Comentarios a
la Ley de Arbitraje, BARONA VILAR (Coordinadora). Madrid: Thomson Civitas,
2004, p. 417.
6
Sentencia del Tribunal Constitucional 62/1991, de 22 de marzo, reflejada en su
trabajo por Merino Merchán y Chillón Medina, ibidem.
ARBITRAJE Y DERECHO DE SUCESIONES: EL ARBITRAJE TESTAMENTARIO 81
7
Quedan fuera del objeto de este estudio las consideraciones relativas a la natura-
leza contractual o jurisdiccional del arbitraje, por entender que desbordan la fi-
nalidad de un trabajo que, como éste, sólo pretende acercar al lector hacia un
concreto modelo de arbitraje.
82 Mª FÁTIMA YÁÑEZ VIVERO
8
GONZÁLEZ CARRASCO. «Comentario del artículo 10 de la Ley de Arbitraje». En
Comentarios a la Ley 60/2003 de 23 de diciembre, de Arbitraje. GARBERÍ LLOBREGAT
(Director). Barcelona: Bosch, 2004, p. 226.
9
Así lo describe GARCÍA PÉREZ. El arbitraje testamentario. Valencia: Tirant lo Blanch,
1999, p. 28.
ARBITRAJE Y DERECHO DE SUCESIONES: EL ARBITRAJE TESTAMENTARIO 83
1. Árbitro y Arbitrador
10
Vid el debate parlamentario en torno a esta cuestión en el Boletín de las Cortes
Generales (n.° 166). Publicaciones del Pleno del Senado, 10 de diciembre de 2003
(www.senado.es)
84 Mª FÁTIMA YÁÑEZ VIVERO
11
Sentencias del Tribunal Supremo de 20 de marzo de 1918, 6 de octubre de 1932,
ó 24 de junio de 1940. También se produce esta confusión de funciones en las
Resoluciones de la Dirección General de los Registros y del Notariado de 1 de
septiembre de 1902, 25 de septiembre de 1903, 22 de octubre de 1935 ó 28 de
marzo de 1944.
12
Así, por ejemplo, en la Sentencia del Tribunal Supremo de 28 de noviembre de
1908 el testador designaba albacea a un sujeto determinado, con la facultad de
adjudicar bienes a las personas elegidas por éste (entre sucesores voluntarios),
señalando en la propia disposición testamentaria que la decisión de este albacea
se llevaría a efecto y se consideraría irrevocable, pues era constituido como un
amigable componedor.
ARBITRAJE Y DERECHO DE SUCESIONES: EL ARBITRAJE TESTAMENTARIO 85
2. Árbitro y Albacea
13
Sentencia reflejada por Verdera Server, en su estudio sobre el artículo 10 de la
Ley de Arbitraje, Op. cit., nota 14, p. 419.
86 Mª FÁTIMA YÁÑEZ VIVERO
3. Árbitro y Contador-Partidor
14
Volveremos sobre ello al tratar los elementos subjetivos del arbitraje testamen-
tario (apartado V).
15
Vid apartado V, sobre los elementos subjetivos del arbitraje testamentario.
ARBITRAJE Y DERECHO DE SUCESIONES: EL ARBITRAJE TESTAMENTARIO 87
1. Ámbito subjetivo
Las personas designadas como árbitros deben reunir los requisitos ge-
nerales establecidos en la Ley. Estos requisitos se hallan definidos en
tres preceptos de la vigente Ley de Arbitraje (artículos 13, 15 y 17).
Todos ellos conducen al nombramiento de árbitros que desempeñen el
arbitraje de modo independiente e imparcial. «En todo caso, no podrá
mantener con las partes relación personal, profesional o comercial»,
dice el apartado segundo del artículo 17 de la Ley. Esta norma vincula
al testador si en el testamento designa árbitro o árbitros, pero si enco-
88 Mª FÁTIMA YÁÑEZ VIVERO
16
El arbitraje institucional está regulado en el artículo 14 de la Ley de Arbitraje y
permite que se adjudique la administración del arbitraje y la designación de árbi-
tros tanto a corporaciones de derecho público que puedan desempeñar funciones
arbitrales (en especial, el Tribunal de Defensa de la Competencia), como a asocia-
ciones o fundaciones, o a cualquier otra entidad que carezca de ánimo de lucro y
prevea en sus estatutos funciones arbitrales.
17
VERDERA SERVER. Op. cit., p. 422. También MERINO MERCHÁN y CHILLÓN MEDINA.
Op. cit., p. 426.
18
Así lo entiende GARCÍA PÉREZ, Op. cit., p. 69. Sigue este criterio, HIDALGO GARCÍA,
«Comentario del artículo 10 de la Ley de Arbitraje». En Comentarios prácticos a
la Ley de Arbitraje, dirigidos por GUILARTE GUTIÉRREZ. Lex Nova, 2004, p. 208
ARBITRAJE Y DERECHO DE SUCESIONES: EL ARBITRAJE TESTAMENTARIO 89
19
Por todo ello, no comparto el criterio doctrinal según el cual «nada impide que
efectuada la partición por un contador-partidor se encomiende a este mismo su-
jeto la función de resolver las diferencias que entre los sucesores puedan surgir
con ocasión de esa distribución de la herencia». Vid SERVERA VERDER. Op. cit., p.
423.
20
Así, MERINO MERCHÁN y CHILLÓN MEDINA. Op. cit., p. 426.
90 Mª FÁTIMA YÁÑEZ VIVERO
21
Se lo plantea el Profesor Albaladejo, Op. cit., p. 86.
22
Vid, a estos efectos, la cláusula testamentaria que se recoge al final de este trabajo.
23
Cuestión que se plantea GARCÍA PÉREZ, pp. 201 y ss.
24
GONZÁLEZ CARRASCO. Op. cit., p. 227.
ARBITRAJE Y DERECHO DE SUCESIONES: EL ARBITRAJE TESTAMENTARIO 91
25
ALBALADEJO. Op. cit. pp. 82 y 88 y ss.
26
La expresión «herederos o legatarios no forzosos» fue propuesta por una en-
mienda al Proyecto de Ley de Arbitraje de 1988, pero no prosperó finalmente.
Vid el Boletín Oficial de las Cortes Generales, III Legislatura. Serie A, n.° 69-7,
de 17 de junio de 1988.
27
Así, GARCÍA PÉREZ. Op. cit., p. 44. También DÍEZ-PICAZO y PONCE DE LEÓN. Op.cit., p. 111.
ARBITRAJE Y DERECHO DE SUCESIONES: EL ARBITRAJE TESTAMENTARIO 93
28
Así, CAPILLA RONCERO, «Comentario al artículo 7 de la Ley de Arbitraje». En Co-
mentarios a la Ley 36/1988, de Arbitraje, Coordinada por BERCOVITZ RODRÍGUEZ-
CANO. Madrid: Tecnos, 1999, p. 89.
29
DÍEZ-PICAZO. Op. cit., p. 112. Para GONZÁLEZ CARRASCO la legítima ha de considerarse
de modo unitario respecto de la posibilidad de someterla a arbitraje. Op. cit., p. 230.
30
DÍEZ-PICAZO. Op. cit., p. 111.
94 Mª FÁTIMA YÁÑEZ VIVERO
2. Ámbito objetivo
31
GARCÍA PÉREZ. Op. cit., pp. 354 y ss. Para VERDERA SERVER. (Op. cit., p. 433) la
exclusión es clara respecto a los acreedores, pero dudosa respecto a los albaceas o
contadores-partidores.
32
Así lo defiende HERNÁNDEZ BURRIEL. «Comentario de los artículos 9 y 10 de la Ley
de Arbitraje». En Comentarios a la nueva Ley de Arbitraje, dirigidos por HINOJOSA
SEGOVIA. Grupo Difusión, 2004, pp, 67 y ss.
ARBITRAJE Y DERECHO DE SUCESIONES: EL ARBITRAJE TESTAMENTARIO 95
33
Albadejo, Op. cit., p. 87.
34
Lo que, desde luego, no puede incluirse bajo la palabra «distribución» es la deter-
minación de quíén o quiénes han de suceder al causante cuando procede abrir la
sucesión intestada (y ello aun habiendo testamento), ya que estaríamos ante
una cuestión de orden público y, por tanto, no disponible para el testador. Así lo
estima Gonzáles Carrasco, Op. cit., p.p. 233 y 234.
35
La negrita es nuestra.
36
«La intención del legislador no creemos que fuese la de restringir el concepto
distribución a los señalado en el artículo 1058, sino que se debe entender que el
término distribución es utilizado como sinónimo de partición”. Así lo expresa
GARCÍA PÉREZ. Op. cit., p. 309».
96 Mª FÁTIMA YÁÑEZ VIVERO
37
ALBALADEJO. Op. cit., p. 88.
38
GARCÍA PÉREZ, Op. cit., p. 325, ó VERDERA SERVER, Op. cit., p. 425.
39
Como se sabe, son varias las posibilidades de realizar la partición de la herencia.
La partición puede ser efectuada directamente por el testador (artículo 1056.1
Código Civil) o por un contador-partidor designado por éste en testamento (1057.1.
C.C). También los propios coherederos, de común acuerdo, podrán realizar direc-
tamente la partición (artículo 1058 C.C). Si no existiese unanimidad entre los
coherederos y legatarios, aquéllos que representen al menos el 50 por ciento del
haber hereditario podrán solicitar del juez el nombramiento de un contador-par-
tidor dativo (artículo 1057.2 C.C). Ahora bien, a falta de acuerdo entre los cohe-
rederos mayores de edad sobre la forma de hacer la partición, podrán acudir al
Juez para que sea él el que realice la partición (artículo 1059 C.C). Ello se efectua-
rá de acuerdo con lo establecido en el artículo 782.1 de la Ley de Enjuiciamiento
Civil (procedimiento judicial para la división de la herencia).
ARBITRAJE Y DERECHO DE SUCESIONES: EL ARBITRAJE TESTAMENTARIO 97
40
El Prof. Albaladejo García se limita a plantear una cuestión que en la práctica
podría tener cierta trascendencia. Vid «El arbitraje testamentario». En Actuali-
dad Civil, cit. pp. 79-80. El Prof. Díez-Picazo, por su parte, entiende que el testador
no puede remitir a arbitraje de un tercero la validez o nulidad de su testamento,
cuestión que, sin embargo, sí podrían hacer los destinatarios del testamento. Vid
Op. cit. p. 112.
98 Mª FÁTIMA YÁÑEZ VIVERO
41
VERDERA SERVER. Op. cit., p. 439.
42
Vid DÍEZ-PICAZO. Op. cit., pp. 112-113. También MERINO MERCHÁN y CHILLÓN
MEDINA. Op. cit., p. 423.
43
Con la excepción de países como Alemania que, como hemos apuntado sucintamente,
constituiría el precedente de la regulación española del arbitraje testamentario.
44
Vid un mayor desarrollo del derecho francés en este aspecto en GARCÍA PÉREZ.
Op. cit., p. 46.
ARBITRAJE Y DERECHO DE SUCESIONES: EL ARBITRAJE TESTAMENTARIO 99
45
Las posiciones en contra y a favor de la cláusula arbitral testamentaria son pues-
tas de manifiesto por FESTI, en «Testamento e devoluzione ad arbitri delle liti tra
i successori». En Revista di Diritto Processuale Civile, 2002, pp. 809 y ss.
46
Vid las opiniones recogidas en FESTI. Op. cit., p. 817.
47
Así TRIMARCHI. La clausola penale, Milano, 1954, p. 154. En contra de la licitud de
la cláusula penal, puede verse MARINI. La clausola penale, Napoli, 1984, p. 92.
100 Mª FÁTIMA YÁÑEZ VIVERO
Artículo 5.-
«I.- Salvando las limitaciones establecidas por el orden público suce-
sorio, el arbitraje instituido por la sola voluntad del testador será
válido, a efectos de resolver controversias que puedan surgir en-
tre sus herederos y legatarios, con referencia a las siguientes
materias: 1. Interpretación de la última voluntad del testador.
2. Partición de los bienes de la herencia.
3. Institución de sucesores y condiciones de participación.
4. Distribución y administración de la herencia.
II.- Cuando la disposición testamentaria no contemple la designa-
ción del tribunal arbitral o de la institución encargada del arbitraje,
se procederá a la designación del tribunal arbitral con auxilio juris-
diccional de conformidad a lo dispuesto por la presente ley.
III.- A falta de disposiciones expresas en el testamento, se aplicarán a
esta modalidad de arbitraje las disposiciones contenidas en la pre-
sente ley».
48
Vid http://www.camaravalencia.com/servicios/
102 Mª FÁTIMA YÁÑEZ VIVERO
49
Así lo sostiene GARCÍA PÉREZ. Op. cit., p. 123 y p. 141.
50
Vid, en la doctrina italiana, FESTI. Op. cit., p. 816.
51
VERDERA SERVER. Op. cit., pp. 442 y ss.
ARBITRAJE Y DERECHO DE SUCESIONES: EL ARBITRAJE TESTAMENTARIO 103
Por el contrario, en el caso del árbitro, las cosas discurren por otros
derroteros. El árbitro tiene funciones similares a las jurisdiccionales.
Su misión es la de sustituir al juez cuando así se ha pactado o cuando
el testador lo ha ordenado en sus disposiciones de última voluntad.
Consiguientemente, prescindir de él —aunque se haga con el acuerdo
unánime de todas las partes en conflicto— no puede ser inicuo cuando
el testador se ha preocupado de incluir una cláusula penal que sancio-
na la no sumisión al arbitraje. Si se omitiese esa cláusula y todos los
52
MERINO MERCHÁN y CHILLÓN MEDINA. Op. cit., p. 427.
53
Vid, a título de ejemplo, la Sentencia del Tribunal Supremo de 20 de octubre de
1992.
104 Mª FÁTIMA YÁÑEZ VIVERO
54
ÁLVAREZ CAPEROCHIPI, Curso de Derecho hereditario, 1990, p. 249.
55
ÁLVAREZ CAPEROCHIPI. Ibidem.
56
Vid SERRANO ALONSO. «El arbitraje en la Ley de 5 de diciembre de 1988». En
Actualidad Civil, 1989, n.º 8, pp. 515 y ss.
ARBITRAJE Y DERECHO DE SUCESIONES: EL ARBITRAJE TESTAMENTARIO 105
57
Especialmente legislaciones hispanoamericanas (Perú, Bolivia, Honduras …).
58
Así lo considera VERDERA SERVER. «Comentario de los artículos 9 y 10 de la Ley de
Arbitraje». En Comentarios a la Ley de Arbitraje, coordinados por BARONA VILLAR.
Navarra: Thomson-Civitas, 2005, pp. 444 y ss, criterio que parece compartir ROGEL
VIDE. «El convenio arbitral y el arbitraje testamentario». En Revista General de
Legislación y Jurisprudencia, n.º 3, 2006, p. 484.
59
Este es el parecer del Prof. Albaladejo, para quien estamos ante una figura de
escasa utilidad práctica, entre otras razones, porque contempla cuestiones muy
poco frecuentes en la práctica (administración de la herencia) y deja, sin embar-
go, fuera del campo del arbitraje los casos más frecuentes de sucesión
(legitimarios), Op. cit., pp. 90 y ss. Por su parte, Hidalgo García señala que se
sigue dejando de lado, para arbitrar, a las sucesiones con legitimarios, lo cual hace
que no sea una vía de resolución de los problemas que más frecuentemente se
dan en esta materia, Op. cit., p. 210
106 Mª FÁTIMA YÁÑEZ VIVERO
60
«Comentario de los artículos 9 y 10 de la Ley de Arbitraje», Comentarios a la
nueva Ley de Arbitraje, coordinados por GONZÁLEZ SORIA. Navarra: Thomson-
Aranzadi, 2004, pp. 99 y ss.
61
VERDERA SERVER, Op. cit., p. 444.
ARBITRAJE Y DERECHO DE SUCESIONES: EL ARBITRAJE TESTAMENTARIO 107
62
Son los casos en los que no existe contador-partidor, ni nombrado por el testador,
ni designado por el Juez, ni elegido por los propios coherederos.
108 Mª FÁTIMA YÁÑEZ VIVERO
I. INTRODUCCIÓN
1
TEJEDOR BIELSA, J.C. Público y Privado en el Deporte. Barcelona: Bosch, 2003, p.
19.
114 ARÁNZAZU ROLDÁN MARTÍNEZ
2
La división política y administrativa de España tiene la forma de diecisiete comu-
nidades autónomas, además de Ceuta y Melilla, cuyos estatutos de autonomía
les otorgan el rango de ciudades autónomas. Una Comunidad Autónoma es una
entidad territorial que, dentro del ordenamiento constitucional del Reino de Es-
paña, está dotada de autonomía legislativa y competencias ejecutivas, así como
de la facultad de administrarse mediante sus propios representantes. El texto de
la Constitución establece los poderes que pueden ser asumidos por las Comuni-
dades Autónomas y aquellos que sólo se le pueden atribuir al Estado.
3
SEOANE, J.J. «El Tribunal Vasco de Arbitraje Deportivo», comunicación presenta-
da en el Congreso de Deporte Federado, http://www.bizkaia.net/kirolak/
kongresua/pdf/comunicaciones2.pdf (última consulta 13 de julio 2007).
4
TEJEDOR BIELSA, J.C. Público y Privado en el Deporte. Barcelona: Bosch, 2003, p. 20.
ARBITRAJE Y DERECHO DEPORTIVO 115
5
RODRÍGUEZ MERINO, A. «Los conflictos deportivos y sus formas de solución. Especial
referencia al sistema disciplinario deportivo». En AA.VV. Introducción al Derecho
del Deporte, ESPARTERO Casado, J. (Coord.). Madrid: Dykinson, 2004, p. 233.
116 ARÁNZAZU ROLDÁN MARTÍNEZ
Era también usual que esa regulación interna prohibiese a los aso-
ciados o miembros federativos acudir a instancias ajenas (públicas o
privadas) para dirimir y solucionar esos conflictos. Debe precisarse, no
obstante, que la fórmula del arbitraje no fue tan rechazada como el
recurso a la jurisdicción pública (fuere la ordinaria o alguna extraordi-
naria).6 Como se verá a continuación, en la mayoría de los países de-
mocráticos estas cláusulas son ilegales en la medida que vulneran el
derecho a la tutela judicial efectiva de los asociados.
6
SEOANE, J.J. «El Tribunal Vasco de Arbitraje Deportivo». Op. cit.
118 ARÁNZAZU ROLDÁN MARTÍNEZ
7
La recientemente aprobada Ley Orgánica 7/2006 de 21 de noviembre de 2006, de
Protección de la Salud y de la Lucha contra el Dopaje en el Deporte, establece que
la revisión de las sanciones se hará mediante arbitraje ante una sección específica
del Comité Español de Disciplina Deportiva (CEDD) en un plazo de un mes y las
resoluciones de éste agotan la vía administrativa. En la exposición de motivos se
indica que se trata de «un régimen novedoso de revisión de las sanciones en la
materia, que trata de dar satisfacción al conjunto de intereses que conviven en el
ámbito deportivo, de forma que, sin merma alguna del derecho de defensa ni del
derecho a la tutela efectiva, se busquen formas jurídicas diferentes a las del régimen
revisor común, a efectos de conseguir que la revisión no suponga una mayor demo-
ra, que acabe perjudicando, gravemente, un valor de importancia decisiva: la equi-
dad de las reglas y de las condiciones de participación en la competición deporti-
va». Este específico sistema de revisión tiene, de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 107.2 de la Ley 30/1992 de 26 de noviembre de 1992, de Régimen
Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo
Común, la condición de mecanismo sustitutivo del recurso administrativo (artí-
culo 29.3 de la LO 7/2006). No se trata indudablemente de un arbitraje privado.
8
CAMPS POVILL, A. «La conciliación extrajudicial del deporte en España». En Derecho
del Deporte. El nuevo marco legal. Unisport, Deporte y Documentación, n.° 19,
1992, p. 221.
ARBITRAJE Y DERECHO DEPORTIVO 119
9
Seguimos nuevamente a CAMPS POVILL, A. «La conciliación extrajudicial del de-
porte…». Op. cit., pp. 221-223.
120 ARÁNZAZU ROLDÁN MARTÍNEZ
10
ALONSO MARTÍNEZ, R. [«Tutela judicial en materia deportiva», Revista Digital,
Buenos Aires, n.° 60, año 9, mayo de 2003 (última consulta 16 de julio de 2007)]
nos pone dos ejemplos muy significativos del desfase temporal entre la resolu-
ción definitiva del pleito y el momento durante el que la decisión judicial aún
resulta realmente efectiva. Son, entre otras, las Sentencias de 1 de junio de 2000
y de 18 de marzo de 2002 de las Salas III y I, respectivamente, del Tribunal Su-
premo. En la primera de ellas, el recurrente «Hockey Club Liceo» pretendía la
fijación de nueva fecha para la disputa de la final de la Copa del Rey de hockey
sobre patines de la temporada 1987/1988, pretensión que le había sido inicialmente
reconocida por la Audiencia Nacional en Sentencia de 18 de noviembre de 1992,
aunque el Tribunal Supremo acabó revocando dicho pronunciamiento. En la segun-
da, el órgano judicial, confirmando otra anterior Sentencia de 14 de septiembre de
1994 del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, da al «Club Obradoiro de ba-
loncesto» como ganador del play-off de 1990 de ascenso a la liga ACB. En ambos
ejemplos la resolución definitiva al asunto ha llegado doce años después de
sucedidos los hechos que originaron el litigio. En la mayoría de las ocasiones será
realmente dificultoso poder reponer la situación a su debido estado, por lo que el
interesado favorecido por la resolución será indemnizado por los perjuicios cau-
sados, los cuales serán también muy difíciles de determinar por hipotéticos.
11
Indica Terol Gómez, que la necesidad de dar una rápida respuesta a las controver-
sias planteadas es, si cabe, mayor cuando se trata del deporte profesional, «ya que
ARBITRAJE Y DERECHO DEPORTIVO 121
los señalados conflictos tienen una trascendencia indudable para el negocio que
es hoy este tipo de deporte [...] una excesiva judicialización de los conflictos,
precisamente por la ya contrastada tardanza de los tribunales para resolver los
problemas que se le planteen, puede ser incompatible con el funcionamiento de
la actividad mercantil que hoy constituye el deporte profesional». Vid, TEROL
GÓMEZ, R. «El estrecho marco jurídico del arbitraje privado en el deporte». En
Revista de la Corte Española de Arbitraje, vol. XVI, 2000/2001, pp. 41 y 42.
122 ARÁNZAZU ROLDÁN MARTÍNEZ
12
También conocido por el acrónimo francés T.A.S (Tribunal Arbitral du Sport) o
inglés C.A.S. (Court of Arbitration for Sport). Vid, página oficial http://www.tas-
cas.org/fr/present/frmpres.htm. Sobre el TAD vid, CARRETERO LESTÓN, J.L., A.
CAMPS POVILL. «El Tribunal Arbitral del Deporte». En Derecho del Deporte. El nue-
vo marco legal. Unisport, Deporte y Documentación, n.° 19, 1992, pp. 259-268.
LARUMBE BEAIN, K. «El procedimiento ante el Tribunal Arbitral del deporte (TAS).
Marco teórico. El procedimiento ordinario». En Revista Jurídica de Deporte y
Entretenimiento. Navarra: Thomson-Aranzadi, 2006, n.° 18, pp. 487-497.
ARBITRAJE Y DERECHO DEPORTIVO 123
Por último, pone en marcha tribunales ad hoc, por ejemplo con oca-
sión de los Juegos Olímpicos, los Juegos de la Commonwealth u otras
grandes manifestaciones deportivas del mismo tipo. En atención a las
circunstancias de tales eventos, se dictan reglas especiales de procedi-
miento para cada ocasión.
13
Por ejemplo, el artículo 60 de los Estatutos de la FIFA señala que: «1. La FIFA
reconoce el derecho a interponer recurso de apelación ante el Tribunal de Arbi-
traje Deportivo (TAD), un tribunal de arbitraje independiente con sede en Lausana,
Suiza, para resolver disputas entre la FIFA, los miembros, las confederaciones,
las ligas, los clubes, los jugadores, los oficiales, los agentes de partidos y los agen-
tes de jugadores con licencia».
14
Vid, versión francesa en http://www.tas-cas.org/fr/pdf/code.pdf. El Código en-
tró en vigor el 22 de noviembre de 1994.
124 ARÁNZAZU ROLDÁN MARTÍNEZ
15
Vid, de forma más exhaustiva sobre el procedimiento ordinario, LARUMBE BEAIN,
K. «El procedimiento ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAD). Marco teórico.
El procedimiento ordinario». En Revista Jurídica de Deporte y Entretenimiento.
Navarra: Thomson-Aranzadi, 2006, n.° 18, pp. 488-497.
16
Por ejemplo, el artículo 60 de los Estatutos de la FIFA señala que: «2, El procedi-
miento arbitral se rige por las disposiciones del código de arbitraje en materia
deportiva del TAS. El TAS aplica en primer lugar los diversos reglamentos de la
FIFA y, adicionalmente, el derecho suizo».
ARBITRAJE Y DERECHO DEPORTIVO 125
Como conclusión puede decirse que la labor del T.A.D. puede califi-
carse de exitosa. Cada año aproximadamente 200 asuntos llegan ante
el T.A.D.
Entre los factores que han contribuido a este éxito pueden destacar-
se los siguientes:
17
Vid, supra nota 7.
126 ARÁNZAZU ROLDÁN MARTÍNEZ
18
SEOANE, J.J. «El Tribunal Vasco de Arbitraje Deportivo». Op. cit.
19
CAMPS POVILL, A. «La conciliación extrajudicial del deporte…». Op. cit., pp. 225 y
229.
ARBITRAJE Y DERECHO DEPORTIVO 127
20
Artículo 62.- «Las confederaciones, los miembros y las ligas se comprometen a
reconocer al TAD como instancia jurisdiccional independiente, y se obligan a
adoptar todas las medidas necesarias para que sus miembros, jugadores y oficia-
les acaten el arbitraje del TAD. Esta obligación se aplica igualmente a los agentes
organizadores de partidos y a los agentes de jugadores licenciados.
[…]
2. Se prohíbe el recurso ante tribunales ordinarios, a menos que se especifique
en la reglamentación FIFA.
3. En aplicación de lo que precede, las asociaciones deberán incluir en sus esta-
tutos una disposición según la cual sus clubes y miembros no podrán presen-
tar una disputa ante los tribunales ordinarios, y deberán someter cualquier
diferencia a los órganos jurisdiccionales de la asociación o confederación o de
la FIFA».
21
En el 57 Congreso de la FIFA se ha aprobado una modificación de los Estatutos
que incluye el reforzamiento del artículo 62 anteriormente citado, para prohibir
el acceso de sus asociados a los tribunales ordinarios. Se acordó, además, que la
FIFA podrá recurrir ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD) las sanciones
adoptadas por sus confederaciones, miembros o ligas. Las 207 asociaciones de
FIFA, respaldaron la creación y la supervisión de un comité de árbitros dentro de
cada una de ellas y la prohibición de acudir a la justicia ordinaria para resolver
disputas deportivas. La nueva normativa señala que estos conflictos tendrán que
solucionarse en un tribunal arbitral independiente reconocido por la propia aso-
ciación o por el T.A.D. Vid, noticia en http://www.lostiempos.com/noticias/31-
05-07/31_05_07_ultimas_dep3.php (última consulta 20 de julio de 2007).
22
CAMPS POVILL, A. «La conciliación extrajudicial del deporte…». Op. cit., p. 226.
128 ARÁNZAZU ROLDÁN MARTÍNEZ
1. MARCO LEGAL
23
ADÁN DOMENECH, F. «Deporte y Arbitraje: vía para la resolución de conflictos
deportivos». En Revista Jurídica de Deporte y Entretenimiento. Navarra:
Thomson-Aranzadi, 2006, n.° 17, p. 19.
24
La anterior Ley de Arbitraje de 5 de diciembre de 1998 no recogía dentro de los
arbitrajes especiales el arbitraje deportivo. Dicha omisión encontraba su justifi-
cación en la falta de regulación de tal modalidad arbitral, al no encontrarse en
vigor la Ley del Deporte de 1990. Por ello, el hecho de que un arbitraje no estu-
viera previsto de forma expresa en esta norma, no debía constituir obstáculo
para su aceptación y reconocimiento. Vid, ADÁN DOMENECH, F. «Deporte y Arbi-
traje…». Op.cit., p. 19
ARBITRAJE Y DERECHO DEPORTIVO 129
Interesa ahora destacar que la ley, como no podía ser de otra mane-
ra, no impone el recurso a los medios extrajudiciales de solución de
25
CAMPS POVILL, A. «La conciliación extrajudicial del deporte…». Op. cit., pp. 233-
234; RODRÍGUEZ MERINO, A. «Los conflictos deportivos y sus formas de solución…».
Op. cit., p. 273.
130 ARÁNZAZU ROLDÁN MARTÍNEZ
Artículo 88.2.-
a. Método para manifestar la inequívoca voluntad de sumisión de los
interesados a dicho sistema.
b. Materias, causas y requisitos de aplicación de las fórmulas de concilia-
ción o arbitraje.
c. Organismos o personas encargadas de resolver o decidir las cuestiones
a que se refiere este artículo.
d. Sistema de recusación de quienes realicen las funciones de concilia-
ción o arbitraje, así como de oposición a dichas fórmulas.
e. Procedimiento a través del cual se desarrollarán estas funciones, res-
petando, en todo caso, los principios constitucionales y, en especial, los
de contradicción, igualdad y audiencia de las partes.
f. Métodos de ejecución de las decisiones o resoluciones derivadas de las
funciones conciliadoras o arbitrales».
26
Vid, sobre la distribución de competencias de competencias en materia deportiva
entre el Estado y las Comunidades Autónomas, TEJEDOR BIELSA, J.C. Público y
Privado en el Deporte. Op. cit., pp. 35-49.
ARBITRAJE Y DERECHO DEPORTIVO 131
27
El Título XII «Justicia deportiva» dedica el Capítulo 2º a regular el Arbitraje. En
concreto en artículo 142 se indica que:
«1.- Las normas estatutarias y reglamentarias de las federaciones deportivas de-
berán prever y regular, respectivamente, fórmulas de arbitraje para resolver
extrajudicialmente las diferencias que puedan plantearse entre sus miem-
bros. La aplicación de dichas fórmulas se verificará en los términos, condicio-
nes y efectos de la legislación general sobre arbitraje.
2.- Dichas normas reglamentarias deberán contemplar los siguientes aspectos:
a) Relación de cuestiones que puedan ser objeto de arbitraje.
b) Formas de aceptación de tales fórmulas de arbitraje por las personas afec-
tadas.
c) Procedimiento de aplicación de dichas fórmulas arbitrales, respetando en
todo caso los principios de contradicción e igualdad.
d) Órganos o personas encargadas de resolver las diferencias y procedimien-
to para su designación.
e) Fórmulas de ejecución de los laudos».
28
En el artículo 128 se indica que:
«1. Los estatutos y reglamentos de las federaciones deportivas deberán prever y
132 ARÁNZAZU ROLDÁN MARTÍNEZ
31
El Capítulo IV lleva por título «La resolución extrajudicial de conflictos en el
deporte». En concreto en el artículo 73 se regula «El Tribunal Arbitral del De-
porte Canario»:
«1. Se crea el Tribunal Arbitral del Deporte Canario, adscrito orgánicamente al
departamento competente en materia de deporte, como órgano
institucionalizado dedicado a la mediación y arbitraje en materia deportiva.
2. Su constitución, composición, organización y régimen de funcionamiento se
determinarán reglamentariamente».
32
La ley dedica el Título VI a regular la «Conciliación extrajudicial (en el deporte
extremeño)». En el artículo 90 «Se crea la Junta Arbitral del Deporte Extremeño
como órgano adscrito a la Consejería de Educación y Juventud de la Junta de
Extremadura, que conocerá de las solicitudes de Arbitraje presentadas por cual-
quier persona, física o jurídica, integrada en alguno de los estamentos a los que se
hace referencia en el artículo anterior para las cuestiones indicadas en el mis-
mo».
Respecto de su composición el artículo 91 señala que:
«1.ºLa Junta Arbitral del Deporte Extremeño estará compuesta por un Presiden-
te y dos miembros, nombrados todos ellos entre Licenciados en Derecho, por
el Consejero de Educación y Juventud, a propuesta del Director General de
Deportes.
2.º La Junta Arbitral del Deporte Extremeño fomentará la solución de los proble-
mas suscitados en el ámbito deportivo por el procedimiento arbitral que se
determinará reglamentariamente».
Interesa destacar que el artículo 92 establece el acceso gratuito al arbitraje.
134 ARÁNZAZU ROLDÁN MARTÍNEZ
33
La ley dedica el Título VIII a la «conciliación extrajudicial en el deporte». En el
artículo 86 se regula la «Composición de la Junta de Conciliación del Deporte
Andaluz» en el siguiente sentido:
«1. La Junta de Conciliación del Deporte Andaluz estará compuesta por un presi-
dente y dos vocales y otros tantos suplentes, designados, todos ellos, por el
Consejero competente en materia de deporte entre juristas de reconocido pres-
tigio en el ámbito deportivo.
2. Estará asistida por un secretario, licenciado en Derecho, designado por el Con-
sejero competente en materia de deporte entre funcionarios de carrera.
34
Actuará con voz y sin voto».
La ley dedica el Título XI al «arbitraje deportivo». El artículo 108 crea la llamada
«Junta Arbitral Deportiva de la Región de Murcia»:
1. Se crea la Junta Arbitral Deportiva de la Región de Murcia como órgano admi-
nistrativo encargado de la resolución por medio de arbitraje de las cuestiones
litigiosas en materia deportiva a las que hace referencia el artículo anterior.
2. La Junta Arbitral Deportiva de la Región de Murcia, adscrita a la Consejería
competente en materia deportiva, actúa con total independencia de la misma.
Estará compuesta por cinco miembros, personas de reconocido prestigio en el
mundo del deporte, designados por el titular de la citada Consejería, de acuerdo
con el procedimiento fijado en la normativa de desarrollo de la presente Ley.
3. El sistema y procedimiento para la designación de los miembros de la Junta
Arbitral, competencias y funcionamiento de la misma se establecerán
reglamentariamente.
4. La duración de su mandato será de cuatro años y su ejercicio no será remune-
rado, devengando tan sólo las dietas e indemnizaciones a que hubiera lugar,
35
de acuerdo con la normativa aplicable».
Vid, sobre el Tribunal Vasco de Arbitraje Deportivo, GARCÍA SILVERO, E.A. Tribu-
nal Vasco de Arbitraje Deportivo, FAQS y Código de Arbitraje de Deporte y
Entretenimiento: deportes, juegos de azar, entretenimiento y música. Navarra:
Thomson-Aranzadi, 2005 , n.° 14, pp. 389-392. SEOANE, J.J. «El Tribunal Vasco de
Arbitraje Deportivo», comunicación presentada en el Congreso de Deporte Fe-
derado, http://www.bizkaia.net/kirolak/kongresua/pdf/comunicaciones2.pdf (úl-
tima consulta 13 de julio de 2007).
ARBITRAJE Y DERECHO DEPORTIVO 135
Por último hay que señalar que la Ley catalana del Deporte (Ley 8/
1999, de 30 de julio de 1999, de la jurisdicción deportiva y de modifi-
cación de las Leyes 8/1988 del Deporte y 11/1984 de creación del or-
ganismo autónomo instituto nacional de educación física de Cataluña)
no regula procedimientos extrajudiciales, pero atribuye al Tribunal
Catalán del Deporte funciones arbitrales.36
36
Artículo 56.- «El Tribunal Catalán del Deporte puede actuar para resolver de
forma inapelable, mediante el arbitraje de equidad, las cuestiones de litigio de
naturaleza jurídico-deportiva no reguladas en la presente Ley y que le hayan
sido sometidas de común acuerdo por los interesados».
136 ARÁNZAZU ROLDÁN MARTÍNEZ
37
CAMPS POVILL, A. «La conciliación extrajudicial del deporte…». Op. cit., p. 235.
ARBITRAJE Y DERECHO DEPORTIVO 137
A ello hay que añadir que según el legislador no debe estar previsto
en la Ley ni en los reglamentos de desarrollo, lo que supondría, como
ha señalado Camps Povill, que cualquier materia del deporte que se
reglamente desde los poderes públicos quedará automáticamente ex-
cluida. Es lógica la conclusión a la que llega este autor cuando afirma
que limitándonos a la lectura de la LD «no existe ningún aspecto de la
relación deportiva que pueda ser objeto de arbitraje a tenor de la Ley
38
Ibidem, p. 237. Vid, también Terol Gómez, R. «El estrecho marco jurídico del
arbitraje privado en el deporte». Op. cit., p. 45.
39
En materia de transferencia de jugadores, la FIFA ha creado un sistema de arbi-
traje y resolución de disputas, constituido por un servicio de mediación y otro de
arbitraje ante la Cámara de Resolución de Disputas de la Comisión del Estatuto
del Jugador o, si las partes así lo han acordado por escrito, ante un arbitraje de-
portivo nacional, para los supuestos de incumplimiento contractual —con o sin
causa justificada tanto del club como del deportista— y los litigios relacionados
con la indemnización por formación (artículo 42 del Reglamento de la FIFA so-
bre el estatuto y la transferencia de los jugadores). Vid, sobre este tema, Esquivel,
U. «La Cámara de Resolución de Disputas (CRD) y su jurisprudencia». En Revis-
ta Jurídica de Deporte y Entretenimiento. Navarra: Thomson-Aranzadi, 2005,
n.° 3, pp. 133-167.
138 ARÁNZAZU ROLDÁN MARTÍNEZ
40
CAMPS POVILL, A. «La conciliación extrajudicial del deporte…». Op.cit., p. 237.
41
Artículo 34.- «Las fórmulas específicas de conciliación y arbitraje a que se refiere
el Título XIII de la Ley del Deporte, están destinadas a resolver cualquier dife-
rencia o cuestión litigiosa producida entre los interesados, con ocasión de la apli-
ARBITRAJE Y DERECHO DEPORTIVO 139
2.2. Procedimiento
43
GAMERO CASADO, E. Las sanciones deportivas. Barcelona: Bosch, 2003, p. 449.
ARBITRAJE Y DERECHO DEPORTIVO 141
a) El Convenio Arbitral
44
CAMPS POVILL, A. «La conciliación extrajudicial del deporte…». Op. cit., p. 244.
45
CAZORLA PRIETO, L.M. (Coord.). AA.VV. Derecho del Deporte. Madrid: Tecnos,
1992, p. 362.
142 ARÁNZAZU ROLDÁN MARTÍNEZ
de solución de conflictos debe ser expresa. Ello supone que dicho re-
quisito no queda cumplido con el mero hecho de la afiliación a una
Federación, Club o Liga en cuyos estatutos se incluya la obligatoriedad de
acudir a un arbitraje, pues entre otras razones, dicho acto de afiliación no
tiene naturaleza de contrato de adhesión.46 El artículo 35 es claro al exigir
que dichos estatutos prevean la exigencia de un acto de voluntad expreso
de las partes manifestado en un convenio arbitral.47 Por otro lado:
Como sea que el objeto del convenio debe ser una controversia
determinada o determinable en base a algunos criterios, no es válida la
renuncia general a la acción judicial en relación con todos los derechos de
una persona; por ello tampoco sería válido un convenio donde se renunciara
absolutamente a todas las acciones judiciales que pudiera ejercer con
ocasión de los conflictos derivados de la práctica deportiva».48
46
El artículo 9.2 LA indica que «Si el convenio arbitral está contenido en un con-
trato de adhesión, la validez de dicho convenio y su interpretación se regirán por
lo dispuesto en las normas aplicables a ese tipo de contrato. Por otro lado, como
señala Alonso Martínez, R. ‹Tutela judicial en materia deportiva›. Op. cit., cuan-
do existe un único cauce para participar en una competición oficial, sin posibili-
dad alguna de elección, no puede mantenerse que sea voluntario el acatamiento
de unas normas que excluyen la revisión jurisdiccional ni tampoco que sea vo-
luntaria la sumisión a un único órgano arbitral, con exclusión de una posterior
47
impugnación en sede judicial».
48
CAMPS POVILL, A. «La conciliación extrajudicial del deporte…». Op. cit., p. 246.
49
Idem.
50
CAMPS POVILL, A. «La conciliación extrajudicial del deporte…». Op. cit., p. 246.
El artículo 9 LA regula la «Forma y contenido del convenio arbitral» en los si-
guientes términos:
«1. El convenio arbitral, que podrá adoptar la forma de cláusula incorporada a un
contrato o de acuerdo independiente, deberá expresar la voluntad de las par-
ARBITRAJE Y DERECHO DEPORTIVO 143
Artículo 88.-«[...]
a. Los Organismos o personas encargadas de resolver o decidir las cues-
tiones a que se refiere este artículo.
b. El Sistema de recusación de quienes realicen las funciones de conci-
liación o arbitraje, así como de oposición a dichas fórmulas».
Artículo 37.-«[...]
a. Corporaciones de derecho público que pueden desempeñar funcio-
nes arbitrales.
b. Asociaciones y entidades sin ánimo de lucro en cuyos estatutos se
prevean funciones arbitrales».
51
Artículo 14.- «Arbitraje institucional:
1. Las partes podrán encomendar la administración del arbitraje y la designación
de árbitros a:
Corporaciones de derecho público que puedan desempeñar funciones arbitrales,
según sus normas reguladoras, y en particular el Tribunal de Defensa de la Com-
petencia.
Asociaciones y entidades sin ánimo de lucro en cuyos estatutos se prevean fun-
ciones arbitrales».
52
CAMPS POVILL, A. «La conciliación extrajudicial del deporte…». Op. cit., p. 243.
ARBITRAJE Y DERECHO DEPORTIVO 145
53
El Código de Arbitraje se puede consultar en la página http://www.coe.es
146 ARÁNZAZU ROLDÁN MARTÍNEZ
Las fases que deben dar cuerpo a esta vía de resolución de conflictos,
con la exigencia de un respeto obligado a los principios constituciona-
les, y en especial, a los de contradicción, igualdad y audiencia de las
partes, según dicción del artículo 88 LD, a efectos de que ninguna de
ellas pueda encontrarse en una situación de indefensión o desigualdad
respecto a la otra, que le pueda suponer un perjuicio para demostrar la
fehaciencia de sus argumentaciones.54
54
ADÁN DOMÉRECH, F. «Deporte y Arbitraje…». Op. cit., p. 26.
55
Idem.
ARBITRAJE Y DERECHO DEPORTIVO 147
BIBLIOGRAFÍA EMPLEADA:
Capítulo 17
1
Vid la STSJ de Valencia de 11 de noviembre de 2002, rec. 13/2002 (La Ley 577/
2003) que trate a colación la Recomendación 12/1986 del Comité de Ministros
del Consejo de Europa, referente a ciertas medidas tendentes a prevenir y redu-
cir la sobrecarga de trabajo de los Tribunales y que señala, «que los Gobiernos
adopten las disposiciones adecuadas para que, en los casos que se presten a ello, el
arbitraje pueda constituir una alternativa más accesible y más eficaz a la acción
judicial», facilitando la Ley un cauce sencillo y económico para la eliminación de
conflictos mediante el uso de su libertad por parte de los ciudadanos, garantizan-
do, al mismo tiempo, que el sistema que se instaura es igualitario, tratando, en
ARBITRAJE Y DERECHO LABORAL: PUNTOS CONFLICTIVOS DEL ARBITRAJE ... 143
2
CRUZ VILLALÓN, J. «El arbitraje laboral en la reforma legislativa». AA.VV. En El
arbitraje laboral. Los acuerdos de empresa (Coord. OJEDA AVILÉS, A.), VI Congre-
so Nacional de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. Madrid: Tecnos,
1996, p. 41.
3
RÍOS SALMERÓN, B. «Aspectos procesales de la reforma laboral de 1994”, Relacio-
nes Laborales (RL), 1994, Tomo II, pp. 409.
4
IGARTUA MIRO, Mª T. «El nuevo procedimiento de reclamación en materia
electoral:¿verdadero arbitraje», En Actualidad Laboral, 1997, Ref. XXVI, p. 489.
ARBITRAJE Y DERECHO LABORAL: PUNTOS CONFLICTIVOS DEL ARBITRAJE ... 145
5
En el caso resuelto por la STSJ de Cataluña de 16 de enero de 2007, rec. 5656/
2006 (La Ley 6560/2007) la cuestión era la de determinar si, en la lista de la
candidatura para un colegio electoral, los candidatos han de ser únicamente aque-
llos que se encuentren en las categorías profesionales a las que el censo se refiere.
El Tribunal señala: que «no puede negarse que la condición de representante
legal de los trabajadores se halla íntimamente conectada con la pervivencia y
permanencia de las condiciones en que se produjo la elección. Hay una directa y
nítida relación entre el representante y el ámbito de representación, de tal mane-
ra que la alteración de este binomio rompe la representatividad y, por tanto, ha-
bría de provocar la extinción del mandato….»Y concluye señalando: «El derecho
de participación de los trabajadores de la empresa pudiera verse mermado de
conferirse la representación a quien no reúne las condiciones propias de los ele-
gibles en relación al censo electoral al que representa».
148 MARTA ARROYO GONZÁLEZ
Una de las cuestiones más polémicas que durante años se han plan-
teado, es la relacionada con la impugnación del preaviso electoral. En
concreto, las dos opiniones discrepantes han sido las siguientes:
Ley 124527/2004.-
«a) Que el objeto del arbitraje viene prefijado ope legis, estableciéndo-
se que los actos electorales impugnables son:1º) La elección misma; 2º)
Las decisiones que adopte la mesa electoral y 3º) Proceso electoral (ar-
tículo 76.2 del ET) […]
b) Que la fecha de inicio del procedimiento electoral es la de constitu-
ción de la Mesa Electoral, pues el artículo 74 del ET establece expresa-
mente, que la Mesa se constituirá formalmente en la fecha fijada por
los promotores en su escrito de preaviso, que será la de iniciación del
procedimiento electoral».
6
Por ejemplo, en el caso resuelto por la STSJ de Valencia de 13 de mayo de 1999,
rec. 1142/1999, se considera adecuado el procedimiento especial en materia elec-
toral frente al laudo arbitral que desestimó la petición de dejar sin efecto la
inadmisión de la candidatura del sindicato por no contar con el número de inte-
grantes exigido (decisión que había sido adoptada por la mesa electoral). Vid STSJ
de Madrid, de 7 de marzo de 2000, rec. 5963/1999 : «[…] en este caso concreto se
trata de determinar si se ajusta a la legalidad el proceso electoral y los incidentes,
sin que aparezca indicio alguno de la existencia de una conducta por parte de la
empresa demandada que lleve consigo un comportamiento antisindical [...]».
7
Dada la similitud de este precepto con el artículo 127.2 TRLPL, nos remitimos al
mismo, y a los temas relevantes en materia de legitimación.
154 MARTA ARROYO GONZÁLEZ
El árbitro podrá ser designado por las partes del procedimiento, pu-
diendo recaer la designación en el sujeto que estimen oportuno (o en el
incluido en la lista, exartículo 76.3 TRETT). A falta de acuerdo, la oficina
pública lo designará, de entre los que figuren en una lista elaborada de
acuerdo con el procedimiento establecido en el artículo 76.3 TRETT, esto es:
8
STS de 17 de junio de 2002, rec. 1161/2001 (La Ley 7606/2002)
156 MARTA ARROYO GONZÁLEZ
Ley 18/1994.- «Dicho laudo arbitral podrá ser impugnado ante el or-
den jurisdiccional social, a través de la modalidad procesal establecida
en el libro II, título II, capítulo V, sección segunda, subsección primera
del texto articulado de la Ley de Procedimiento Laboral».
9
RUIZ MORENO, J.Mª. «El Nuevo Procedimiento electoral sindical tras la Ley 11/1994, de 11
de mayo de 1994 (comentario a los artículos 127 a 136 LPL). En AL n.° 46/1994.
10
ÁLVAREZ SACRISTÁN, I. «El arbitraje en materia electoral como novedad en el Esta-
tuto de los Trabajadores». En Problemas procesales de la reforma laboral. Ma-
drid: Ed. CGPJ, noviembre, 1994, p. 242.
11
Vid Boletín de Información, 3ª época, año XIII, n.º 115, Madrid, enero 1994, p. 49.
12
ALFONSO MELLADO, C.L. «Novedades en el proceso laboral». En RTSS, enero-mar-
zo, 1994, p. 111.
13
BLASCO PELLICER, C. «La reforma del proceso de elección y mandato de los representantes
de los trabajadores en las empresas». En Tribuna Social, n.º 43, julio 1994, p. 93.
158 MARTA ARROYO GONZÁLEZ
14
GUASP DELGADO, J. El arbitraje en el Derecho español. Barcelona: Ed. Bosch, 1956.
15
STSJ del País Vasco de 13 de junio de 1995, (Ref. Actualidad Laboral (AL) 100/
96)
16
GONZÁLEZ VELASCO, J.P. «La impugnación de los laudos arbitrales dictados en ma-
teria electoral (Breve comentario a los artículos 127 y 129 a 131, ambos inclusi-
ve, de la LPL). En Jornadas sobre significado y alcance de la Ley 11/1194 de 19
de mayo, sobre reforma laboral. Organizadas por el Ministerio de Justicia e Inte-
ARBITRAJE Y DERECHO LABORAL: PUNTOS CONFLICTIVOS DEL ARBITRAJE ... 159
rior, los días 7, 8 y 9 de junio de 1995, pp. 8 y 9. Para MARÍN CORREA, J.Mª, «Se trata
de un recurso, con naturaleza de extraordinario, en cuanto que tiene contenidos
tasados legalmente [...]». Cfr. MARÍN CORREA, J.Mª. Comentarios a la Ley de Pro-
cedimiento Laboral. Anexo de Actualización. Madrid: Ed. Civitas, 1994, p. 34.
17
Nos parece más acertado el empleo del término procedimiento, y en páginas su-
cesivas así lo haremos. Y ello porque, proceso y procedimiento son conceptos
completamente diferentes, a saber: el proceso es el «medio puesto por el ordena-
miento para que la jurisdicción, y en concreto sus órganos, realicen su función»,
vid MONTERO AROCA, J. En Introducción al Derecho Procesal. Madrid: Ed. Marcial
Pons, p. 65.
18
Debido a esta posible causa de impugnación, se habla de la posibilidad de que en
la fase judicial las partes puedan presentar pruebas. En concreto, la STSJ de Ma-
drid de 19 de diciembre de 200, rec. 1372/2000 (La Ley 231362/2000) admite la
posibilidad por lo siguiente: «A) Durante la fase de procedimiento arbitral, regu-
160 MARTA ARROYO GONZÁLEZ
19
Vid VALDÉS DAL-RÉ, F. «La impugnación de los Acuerdos de las Comisiones Pro-
vinciales Electorales». En Relaciones Laborales (RL), n.°s 18-19/1991. El cual
diferencia «el control sobre la vertiente interna de las elecciones compete a la
jurisdicción social, debiendo tramitarse las demandas por el cauce del proceso
especial en materia electoral. El control sobre la vertiente externa de dichas elec-
ciones corresponde a la administración electoral, cuyas decisiones son impugnables
ante los órganos del orden jurisdiccional laboral por el proceso ordinario, salvo
que el acto constituya vulneración de los derechos de libertad sindical, en cuyo
caso el sindicato puede facultativa y opcionalmente promover una demanda de
amparo ordinario». En el mismo sentido BAYLOS, CRUZ, FERNÁNDEZ. En Institucio-
nes de Derecho Procesal. Valladolid: Ed. Trotta, 1991, p. 264.
20
Así la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Murcia de 19 de enero de 1991
(Ref. AL 601/1991), establece que la modalidad procesal adecuada es la de tutela de
los derechos de libertad sindical y no la de materia electoral, cuando se demanda
contra la conducta empresarial que niega la celebración de la votación para repre-
sentantes de los trabajadores. También la Sentencia de la AN de 27 de agosto de
1990 (Ref. RL n.° 17/1990), considera que es adecuado el cauce procedimental de
tutela de los derechos de libertad sindical y no el establecido en los artículos 127 y
siguientes de la LPL, cuando, se impugnan los preavisos para celebrar elecciones.
21
La Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Galicia de 11 de julio de 1991,
(Ref. AL 1138/91), considera que no se debe tramitar a través de la modalidad
procesal de «materia electoral», la resolución de la Comisión Provincial que re-
chaza actas en que figuran como candidatos trabajadores que no cuentan con la
antigüedad necesaria, sino la modalidad procesal «conflicto colectivo».
162 MARTA ARROYO GONZÁLEZ
25
Vid lo señalado en el epígrafe 2.2.3.
26
STS de 26 de octubre de 1991 (Ref. AL 222/92).
27
«[...] Estamos ante una decisión tomada, por aquellas Comisiones, computando
un acta a efectos de atribución a las distintas organizaciones sindicales de los
resultados electorales [...], es cierto que la finalidad del cómputo es a los efectos
de la proclamación de los resultados globales y la expedición de certificaciones en
los ámbitos que se soliciten, pero tampoco puede desconocerse que con aquél se
culmina el proceso electoral, sin que deba separarse una y otra fase, al formar
parte de un todo [...]. La proclamación y atribución respectiva de los resultados
electorales, no puede olvidarse que otorga a una determinada confederación sin-
dical la condición de sindicato más representativo, cuestión ésta con extraordina-
rias repercusiones en el ámbito laboral, [...] no siendo indiferente al trabajador lo
que se decida por la Comisión Provincial [...]». (FJ.7º).
28
Esta Sentencia del Tribunal Supremo dictada en unificación de doctrina, P.: Sr.
Fuentes López, contó con el voto particular, muy bien fundamentado de los Se-
ñores Desdentado Bonete, Gil Suárez y Del Riego Fernández, los cuales conclu-
yen señalando: «1º que los actos de las Comisiones de Elecciones Sindicales son
164 MARTA ARROYO GONZÁLEZ
31
GONZÁLEZ VELASCO, J.P. «La impugnación de los laudos arbitrales...». En Jornada
sobre el significado y alcance de la Ley 11/1994. Op. cit. p. 16.
32
GARCÍA DE ENTERRÍA, E y T.R. FERNÁNDEZ. Curso de Derecho Administrativo. Ma-
drid: Ed. Civitas, 1993, tomo II, p. 602.
33
Vid STS de 5 de julio de 1972: «Las meras expectativas no bastan ni legitiman
para plantear el recurso […] el interés directo es el derivado de una relación del
166 MARTA ARROYO GONZÁLEZ
mismo con el acto o disposición recurridos que no sea lejana, derivada, ni indi-
recta [...] para reputar que es directo el interés legitimador basta con que la decla-
ración jurídica pretendida coloque al accionante en condiciones naturales y lega-
les de consecución de un determinado beneficio, sin que simultáneamente quede
asegurado que forzosamente le haya de obtener».
34
STC Sala Segunda 195/1992 de 16 de noviembre (BOE de 18 de diciembre de
1992) (FJ 2º y 4º), la cual trae a colación otras SS del mismo Tribunal así: 60/
1982, 62/1983, 257/1988 y 97/191.
35
STC Sala Primera 285/1993, de 4 de octubre de 1993 (BOE de 9 de noviembre de
1993). Aunque, en esa misma Sentencia reconoce que «al conceder el artículo
24.1 CE el derecho a la tutela judicial a todas las personas que sean titulares de
derechos e intereses legítimos está imponiendo a los Jueces y Tribunales la obli-
gación de interpretar con amplitud las fórmulas que las leyes procesales utilicen
en orden a la atribución de legitimación activa (sic) para acceder a los procesos
judiciales». (FJ.2º).
ARBITRAJE Y DERECHO LABORAL: PUNTOS CONFLICTIVOS DEL ARBITRAJE ... 167
No hay duda de que los sindicatos que han sido parte en el proceso
en su fase arbitral, la cual concluyó con un laudo desestimatorio de sus
pretensiones (al darse el gravamen que todo recurso exige) tienen in-
terés legítimo. Y estos sindicatos podrán ser:
36
En este mismo sentido se pronuncia ALBIOL MONTESINOS, I. «El proceso en mate-
ria electoral». En Reforma de la legislación laboral. Estudios dedicados al Prof.
Manuel Alonso García. Asociación española de Derecho del Trabajo y de la Se-
guridad Social. Madrid: Ed. Marcial Pons, 1995, p. 548.
ARBITRAJE Y DERECHO LABORAL: PUNTOS CONFLICTIVOS DEL ARBITRAJE ... 169
Artículo 131.- «En estos procesos podrán comparecer como parte, cuan-
do tengan interés legítimo, los sindicatos, el empresario y los compo-
nentes de candidaturas no presentadas por sindicatos».37
37
Por supuesto, ello no quiere decir que este artículo 131 sea incompatible con el
artículo 127.2 TRLPL, porque como hemos señalado en páginas anteriores, si ha
intervenido en el proceso arbitral en base a un interés legítimo y directo, estará
legitimado para impugnarlo.
No es ésta la opinión de ROA RICO para quien son superfluas las previsiones del
artículo 131 LPL. «Parece institucionalizar una intervención adhesiva o coadyu-
vante a cuantos en él vienen mencionados. Mas es de observar que los Sindicatos
y el empresario no solamente tienen el interés directo que les permite la promo-
ción del proceso, sino que son sujetos obligadamente participantes en la litis, por
razón de los efectos de la sentencia que recaiga». Vid ROA RICO, L.F. «Vacaciones,
materia electoral y clasificaciones profesionales». En Comentarios a las Leyes
Laborales. La nueva Ley de Procedimiento Laboral. AA.VV. (Coord. Borrajo
Dacruz). Madrid: Ed. Edersa, 1990, vol. 2, tomo XIII, p. 991. Para Gullón Rodríguez,
la posible comparecencia, una vez iniciado el proceso previsto en el artículo 131
170 MARTA ARROYO GONZÁLEZ
Artículo 129.1.- «1. […] contra las personas y sindicatos que fueron
partes en el procedimiento arbitral, así como frente a cualesquiera otros
afectados por el laudo objeto de impugnación. 2. En ningún caso ten-
drán la consideración de demandados los comités de empresa, los dele-
gados de personal o la mesa electoral».
LPL, supone una limitación y ello no cabe porque los titulares de un interés
legítimo tienen la posibilidad de ejercitar la pretensión correspondiente. «De esta
forma se conecta el artículo 17.1 y 2 de la LPL con el 127 y 131, obviándose los
inconvenientes del rigorismo del ‹interés directo›, pudiendo decirse que el Sindi-
cato, [...] tendrá legitimación activa (sic), aun cuando no haya sido interviniente
directo en el procedimiento electoral concreto llevado a cabo en una empresa o
promotor del mismo, siempre que, como mínimo, existiese el interés legítimo en
la presentación de candidatos, derecho reconocido en el artículo 2.2d) de la LOLS
y 69.2 del ETT, no condicionado a cuotas de representatividad o implantación».
Vid GULLÓN RODRÍGUEZ, J. «La modalidad procesal para el conocimiento de pre-
tensiones que se deduzcan de la materia electoral». En Estudios sobre la nueva
Ley de Procedimiento Laboral. Op. cit., p. 696.
Linares Lorente califica el supuesto del artículo 131, al igual que el de los artícu-
los 152 y 174.2 como de «incorporación sobrevenida»: «La solución podría con-
sistir en que, sólo en el supuesto en que la Ley lo diga expresamente, el Sindicato
tendrá una posición procesal limitada, [...] y en aquellos supuestos en que la Ley
no le asigna esta posición, debe entenderse que interviene en el proceso con la
condición de parte principal». Vid LINARES LORENTE, J.A. «Los sindicatos en el
proceso». En Lecturas sobre la nueva Ley de Procedimiento Laboral. AA.VV.
Madrid: Ed. CGPJ, 1991, p. 577.
PALOMEQUE LÓPEZ habla de «intervención procesal posterior o personación como
parte, pero distinta de la establecida en el artículo 127 LPL, ya que de otro modo
no se acierta a comprender la función del referido artículo 131 de la LPL». Vid
Palomeque López, M.C. «La presencia del Sindicato en la Nueva Ley de Procedi-
miento Laboral». En AL, n.°1/1991, p. 3.
38
DE LA VILLA GIL, L.E., «Proceso de impugnación de laudos arbitrales en materia
electoral y de las resoluciones que deniegan el registro de las actas de elecciones
ARBITRAJE Y DERECHO LABORAL: PUNTOS CONFLICTIVOS DEL ARBITRAJE ... 171
40
LÓPEZ FERNÁNDEZ, M. «Reclamaciones en materia electoral». En La Reforma del
Mercado... Op. cit., p. 577.
41
En este sentido Vid RUIZ MORENO, J.Mª. «El nuevo procedimiento electoral sindi-
cal tras la Ley 11/1994, de 11 de mayo ...». Op. cit., p. 719. «La posibilidad de que
el juez de oficio llame a juicio a todos los afectados constituye un verdadero
ARBITRAJE Y DERECHO LABORAL: PUNTOS CONFLICTIVOS DEL ARBITRAJE ... 173
todos los afectados […] —la impugnación del laudo— […] citará a las
partes». Por ello pensamos, que «sólo para esto ha querido, desgracia-
damente, que se cite a las partes».42 Cualquier otro tema de legitima-
ción deberá esperar a la sentencia, probablemente, cuando estimando
como motivo, el no haber concedido el árbitro la oportunidad de ser
oído a quien debió ser parte,43 el juez anule el laudo arbitral.
Capítulo 18
1
En lo sucesivo LAU. Su texto ha sido modificado.
La Disposición Adicional Quinta (apdo. 2), por la Ley 50/1998 de 30 de diciem-
bre, de Medidas Fiscales, Administrativas y de Orden Social.
La Disposición transitoria Tercera según redacción dada por la Ley 55/1999, de
29 de diciembre de 1999 de Medidas fiscales, administrativas y del orden social.
Los artículos 38, 39, y 40 derogados por Ley 1/2000, de 7 de enero de 2000 de
Enjuiciamiento Civil.
El artículo 36.6 incorporado por Ley 13/1996, de 30 de diciembre de 1996 de
Medidas Fiscales, Administrativas y de 1999 Orden Social.
178 SOL GONZÁLEZ SEOANE
Claro está que, como tuvo ocasión de precisar la Sala de lo Civil del
Tribunal Supremo, se trataba de la prohibición de la renuncia antici-
pada a los derechos o beneficios que otorgaba la ley, sin que estuviese
prohibida la renuncia posterior, una vez integrado el derecho en el
patrimonio del arrendatario, interpretación que se puede ver en las
sentencias de 8 de febrero de 1955, 26 de noviembre de 1962, 30 de
junio de 1965, 26 de enero de 1966, 31 de agosto de 1968, 18 de junio
de 1969, 14 de octubre de 1976 y 14 de mayo de 1982, citadas ad
exemplum, y de la que se puede deducir como posible el arbitraje de
derecho privado, una vez surgido el litigio, y cuando el derecho o be-
neficio ex lege, ya se encontrase en el patrimonio del arrendatario, y,
por ello, pudiera parecer lícito el convenio privado sobre la resolución
del contrato, aunque implicase una renuncia a la prórroga legal.
Del tenor literal del precepto parece posible someter los litigios
arrendaticios al arbitraje, si bien esa posibilidad se ha de cohonestar
con la prohibición de establecer «cláusulas o estipulaciones que modi-
fiquen en perjuicio del arrendatario las normas del Título II, salvo los
casos en que la propia norma los autorice», contenida en el artículo 6
de la LAU.2
2
LAU será la forma de aludir a la Ley de Arrendamientos Urbanos en lo sucesivo.
3
Un ejemplo es el que ofrece la sentencia de la Sala de lo Civil del Tribunal Supre-
mo de 14 de julio de 1989 en que el arrendatario discutía la eficacia de la cláusula
por la que los contratantes convenían someter a arbitraje la validez o no de una
de las causas de resolución del contrato de arrendamiento de local de negocio
pactada por ellos y no prevista en la LAU, lo que merece la solución afirmativa
del Tribunal Supremo afirmando que «es materia de la libre disposición de todo
arrendatario el poder pactar con el arrendador la resolución del contrato de arren-
damiento que les une».
180 SOL GONZÁLEZ SEOANE
4
Como advierte ORAÁ GONZÁLEZ, J. «El régimen procesal de la nueva Ley de arren-
damientos urbanos». En Notas críticas, La Ley, 1995, año XVI, n.° 3833, p. 5.
5
No se debe olvidar que en la actualidad, la vigente es la Ley de arbitraje aprobada
como Ley 60/2003, de 23 de diciembre de 2003.
6
Tampoco debe desconocerse que en el actual momento, la LEC vigente fue apro-
bada como Ley 1/2000 de 7 de enero de 2000
ARBITRAJE Y DERECHO INMOBILIARIO: LOS PROCESOS ARRENDATICIOS... 181
Fuera del caso del artículo 1.561 LEC de 1881, desahucio por falta
de pago, tampoco se podrán someter a arbitraje las materias
indisponibles e irrenunciables y de derecho necesario, ni aquéllas
inseparablemente unidas a otras sobre las que las partes no tengan
derecho de disposición, además de las comprendidas en los artícu-
los 1 y 2 de la Ley de Arbitraje.
7
En igual sentido ORAÁ GONZÁLEZ, J. y A.V. ILLESCAS RUS, en sus «Aspectos proce-
sales de la Ley 29/1994, de 24 de noviembre de 1994 de Arrendamientos Urba-
nos», Boletín de información del Ministerio de Justicia e Interior, n.°s 1736 y
1737, 1995, p. 16. Éste es también el criterio jurisprudencial tradicional, manifes-
tado en la sentencia de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo de 28 de febrero
de 1962, con fundamento en el artículo 1.561 de la LEC de 1881, en relación con
el antiguo 1.820 del CC.
8
Por ejemplo, la necesidad de consignar para recurrir (artículos 1.566 y 1.567 LEC
de 1881), la equiparación de los efectos de la incomparecencia del demandado con
el allanamiento (artículos 1.575 y 1.577 LEC de 1881) y la limitación de los me-
dios de prueba del demandado (artículo 1.579 LEC de 1881).
182 SOL GONZÁLEZ SEOANE
9
Por ejemplo, el derecho de subrogación en los arrendamientos de duración pacta-
da superior a los cinco años (artículo 16.4 LAU), el precio de la renta (artículo
17), devengo de la misma, momento, lugar y modo del pago (17.2 y 3), las actua-
lizaciones de rentas a partir del sexto año de duración del contrato (18.2), eleva-
ciones de renta por obras de mejora a partir del sexto año de duración del arren-
damiento (19.1), la renuncia a los derechos de tanteo y retracto en contratos de
duración pactada superior a cinco años (25.8).
10
Según ILLESCAS RUS, A. V. «Algunas precisiones en torno a la enervación». En
Boletín del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, n.° 2, monográfico sobre los
Procesos Judiciales en la LAU, septiembre 1996, Boletín n.° 1736, pp. 113 y 114.
ARBITRAJE Y DERECHO INMOBILIARIO: LOS PROCESOS ARRENDATICIOS... 183
11
Disposición Transitoria Primera 1 y 2, Segunda A y B, Tercera A y Cuarta.
184 SOL GONZÁLEZ SEOANE
12
Así, el artículo 4.1 establece que «los arrendamientos regulados en la presente
ley se someterán de forma imperativa a lo dispuesto en los Títulos I, IV y V», es
decir, lo relativo al ámbito de la Ley, Disposiciones Comunes y procesos arrendaticios.
13
Entre otras, el subarriendo para destino distinto a vivienda (artículo 8.2), la de-
terminación de forma, lugar y modo del abono de las rentas (artículo 17), determi-
nación de su cuantía a partir del sexto año de vigencia del contrato (artículo 18), etc.
ARBITRAJE Y DERECHO INMOBILIARIO: LOS PROCESOS ARRENDATICIOS... 185
300 m2 o en los que la renta inicial exceda de 5,5 veces el salario míni-
mo interprofesional.
La nueva LAU rompió con la idea que gravitaba sobre la ley ante-
rior, cuyos artículos 6 y 120, que parecían negar la posibilidad del arbi-
traje en materia arrendaticia urbana, por entender que se trataba de
derechos fuertemente «indisponibles», como pusieron de relieve las
sentencias de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo de 22 de julio de
1955, de 3 de mayo de 1961 y 28 de febrero de 1962, entre otras, al
considerar ajena al arbitraje la materia de desahucio y no las demás,
pero con la posibilidad de acudir luego a la decisión judicial, lo que
hacía desdibujarse la esencia del arbitraje.
14
En este sentido puede verse GUASP DELGADO, J. «El arbitraje en Derecho español».
Barcelona: Bosch, 1981, p. 56, que se refería al pavoroso problema de la ciencia
jurídica.
188 SOL GONZÁLEZ SEOANE
15
GUASP DELGADO, J. «La pretensión procesal». En Anuario de Derecho Civil, ene-
ro-marzo, 1952, p. 16, también como Cuaderno de Civitas, Madrid, 1981 y en el
volumen de «Estudios Jurídicos». Madrid: Civitas, 1996, pp. 565 y ss.
16
Vid MONTERO AROCA, J. Derecho Jurisdiccional, Parte General. Valencia: Tirant lo
Blanch, 13ª edición, 2004, tomo I, pp. 112 y ss., y «Derecho jurisdiccional», Pro-
ceso Civil (con Gómez Colomer, Montón Redondo y Barona Vilar). Valencia:
Tirant lo Blanch, 13ª ed., tomo II, 2004, pp. 116 y ss.
ARBITRAJE Y DERECHO INMOBILIARIO: LOS PROCESOS ARRENDATICIOS... 189
sal tanto ante los tribunales estatales como ante los arbitrales,
no es un conflicto o controversia sino una pretensión.
17
Sobre el tema de la legitimación, puede consultarse la construcción realizada por
GONZÁLEZ VELASCO, J. P. «Cuestiones procesales que suscita una primera lectura
de la Ley 7/1998 de condiciones generales de la contratación», n.° 20, Iurisbanc,
Madrid, 1999, pp. 156-163. «El proceso para la declaración y los procedimientos
ordinarios en la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil». En Estudios Jurídicos. Ma-
drid: CEJAJ, 2000, pp. 415-547. «Los Principales actos procesales en los procesos
para la declaración en la LEC del 2000». En Estudios Jurídicos. Madrid: CEJAJ,
2000, pp. 679-807.
ARBITRAJE Y DERECHO INMOBILIARIO: LOS PROCESOS ARRENDATICIOS... 191
Lo normal es que sólo quien afirme ser titular del derecho a tenor
de los esquemas legales pueda ejercitarlo, esto es, pueda formular pre-
tensiones en las que se pida una consecuencia jurídica, favorable para el
demandante y de la que él se considera el único que puede beneficiarse.
En estos casos, que son, sin duda, la inmensa mayoría de los posi-
bles, parece claro que si la consecuencia jurídica puede ser obtenida
por los particulares directamente, nada puede oponerse a que los mis-
mos particulares acudan a otros medios posibles para llegar a ella, y
uno de esos medios es el arbitraje.18
18
Hay casos evidentes, como el examinado en la sentencia por la Audiencia Provin-
cial de Baleares de 22 de enero de 2002, relativo a la ejecución de un contrato de
obras de albañilería, en que las partes podrían haber llegado por ellas mismas a
cualquier tipo de acuerdo y, no logrado éste, cabe acudir al arbitraje.
194 SOL GONZÁLEZ SEOANE
3) Para instar la remoción del tutor, según el artículo 248 del CC.
Éstos pueden parecer los únicos casos en los que en nuestro orde-
namiento privado la consecuencia jurídica prevista en la norma se im-
pone como necesaria, de modo que, concurriendo el supuesto de he-
cho, la ley dispone que debe hacerse efectiva la consecuencia jurídica y
para ello, manteniendo el principio de ajeneidad, imparcialidad, apli-
cando el sistema acusatorio, concede legitimación al Ministerio Fiscal.
Por otro lado existen supuestos en los que no es posible otra vía
alternativa, y la defensa de esos intereses es necesaria.
19
Vid MONTERO AROCA, J. Separación, divorcio y nulidad matrimonial. Valencia:
Tirant lo Blanch, 2003, tomo I, pp. 68 y ss.
20
Insistiendo en lo dicho en páginas anteriores, éste no es el supuesto en que la
sentencia es necesaria por la postura del demandado, pues con su colaboración la
vía jurisdiccional podría haberse olvidado. Ante su oposición, la sentencia se hace
necesaria.
ARBITRAJE Y DERECHO INMOBILIARIO: LOS PROCESOS ARRENDATICIOS... 197
21
MERINO MERCHÁN, J. «El arbitraje en la Ley de Arrendamientos Urbanos». En
RDP, 1996, pp. 722-735
22
VATIER FUENZALIDA, C. «Arrendamientos urbanos, arbitraje y arbitraje de consu-
mo». En La Ley, 1996, tomo I, pp. 143-154.
198 SOL GONZÁLEZ SEOANE
23
Vid MUÑOZ GONZÁLEZ, L. «El desahucio arbitral». En Actualidad Civil, 1997, n.º
8, pp. 169-182.
24
Una síntesis de la tutela jurisdiccional plenaria y de la sumaria puede verse en
FAIREN GUILLÉN, V. La transformación de la demanda en el proceso civil. Santiago
ARBITRAJE Y DERECHO INMOBILIARIO: LOS PROCESOS ARRENDATICIOS... 199
Por lo mismo, deben manejarse con cuidado las sentencias que se pro-
nuncian sobre la posibilidad del arbitraje en materia de arrendamiento.
25
«Los desahucios de los pisos se resolverán con arbitraje», firmado por L. Ramírez
y publicado en EXPANSIÓN, Economía y Política - Economía Europea 16/02/
2006.
ARBITRAJE Y DERECHO INMOBILIARIO: LOS PROCESOS ARRENDATICIOS... 205
Fuentes del departamento ministerial que dirige María Antonia Trujillo admi-
tieron que el Gobierno no participa en el proyecto. A pesar de la falta de apoyo
público, desde la organización arbitral se recuerda que el plan es compatible con
los proyectos de las administraciones a nivel estatal, autonómico y local.
Los objetivos son, sobre todo, de tipo macroeconómico: casar la oferta latente
de un parque total de viviendas que se podrían alquilar con la demanda y, de
esta forma, favorecer la movilidad geográfica a nivel laboral, que hoy por hoy
se hace, en muchos casos, inviable.
ARBITRAJE Y
DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO
INTRODUCCIÓN
1
Vid. CASANOVAS LA ROSA, O. «Unidad y pluralismo en el Derecho Internacional
Público». En Cursos Euromediterrános Bancaja de Derecho Internacional, vol.
II, p. 195; CARRILLO SALCEDO, J. «Funciones del Derecho Internacional 1998, con-
temporáneo: Garantía de la independencia de los Estados e instrumento para la
cooperación entre los Estados». En MARTÍN-RETORTILLO BAQUER, S. Estudios sobre
la Constitución española: Homenaje al profesor Eduardo García de Enterría,
vol. 1, 1999, pp. 251 y ss.
214 JORGE LUIS COLLANTES GONZÁLEZ
2
Para un extenso y preciso recorrido sobre el arbitraje previamente al Tratado de
Jay, véase DREYFUS, F. L’arbitrage international. París, 1892, pp. 3 y ss.
ARBITRAJE Y DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO 215
3
Las partes en una controversia cuya continuación sea susceptible de poner
en peligro el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales trata-
rán de buscarle solución, ante todo, mediante la negociación, la investiga-
ción, la mediación, la conciliación, el arbitraje, el arreglo judicial, el recurso a
organismos o acuerdos regionales u otros medios pacíficos de su elección
(artículo 33).
216 JORGE LUIS COLLANTES GONZÁLEZ
4
Vid artículos 5, 6, 7 y 8. Principalmente, el artículo 5 señala que:
1. Todo Estado Parte dispondrá lo que sea necesario para instituir su jurisdic-
ción sobre los delitos […] en los siguientes casos:
a) Cuando los delitos se cometan en cualquier territorio bajo su jurisdicción
o a bordo de una aeronave o un buque matriculados en ese Estado;
b) Cuando el presunto delincuente sea nacional de ese Estado;
c) Cuando la víctima sea nacional de ese Estado y éste lo considere apropiado.
2. Todo Estado Parte tomará asimismo las medidas necesarias para establecer su
jurisdicción sobre estos delitos en los casos en que el presunto delincuente se
halle en cualquier territorio bajo su jurisdicción y dicho Estado no conceda la
extradición […]
3. La presente Convención no excluye ninguna jurisdicción penal ejercida de
conformidad con las leyes nacionales».
218 JORGE LUIS COLLANTES GONZÁLEZ
5
Piénsese que la controversia es entre Estado «A» y Estado «B», mientras el
acusado está en un Estado «C». Y en pararelo hay más Estados que pretenden
ejercer jurisdicción.
6
Téngase en cuenta que una instancia arbitral podría aplicar no sólo la misma
Convención, sino también el DI consuetudinario o los Principios de Coopera-
ción Internacional en la Identificación, Detención, Extradición y Castigo de los
Culpables de Crímenes de Guerra, o de Crímenes de Lesa Humanidad de 1973.
7
El artículo 188, que aborda el sometimiento de controversias a una sala especial
del Tribunal Internacional del Derecho del Mar, a una sala ad-hoc de la Sala de
ARBITRAJE Y DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO 219
Artículo 287.3.- «Se presumirá que el Estado Parte que sea parte en
una controversia no comprendida en una declaración en vigor ha acep-
tado el procedimiento de arbitraje previsto en el Anexo VII».
«Si las partes en una controversia no han aceptado el mismo procedimiento para la
solución de la controversia, ésta sólo podrá ser sometida al procedimiento de arbitraje
previsto en el Anexo VII, a menos que las partes convengan en otra cosa».
8
Ha de tenerse en cuenta que si bien la Convención de 1944 habla de la
Corte Permanente de Justicia Internacional, el artículo 92 de la Carta de
Naciones Unidas reconoce que el Estatuto de la CIJ está basado en el de la
Corte Permanente de Justicia Internacional.
ARBITRAJE Y DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO 221
Por otro lado, también en el ámbito del DI regional los Estados han
reconocido en el arbitraje a un mecanismo pacífico de solución de con-
flictos, tal como se puede ver en la Carta de la Organización de Estados
Americanos (artículo 25) o en la Carta de la Organización de la Uni-
dad Africana (artículo XIX).
El sistema arbitral del CIADI permite que los particulares, sean per-
sonas físicas o jurídicas, pueda constituirse como Parte en un proceso
arbitral y, a la vez, se presenta como un sistema excluyente de todo
mecanismo de solución de controversias.
En estos procesos arbitrales, los Estados Parte del Sistema del CIADI
ven recortada la posibilidad de brindar protección diplomática a sus
nacionales10 considerados como inversores internacionales, toda vez que
el artículo 27 del Convenio de Washington señala que:
9
Al respecto, véase el trabajo de Claros Alegría en las siguientes páginas de
este libro.
10
Vid DIEZ-HOCHLEITNER. «Protección diplomática v. arbitraje de inversiones».
En VVAA, El Derecho Internacional. Normas, hechos y valores. LIBER
AMICORUM José Antonio Pastor Ridruejo. Madrid: Universidad
Complutense de Madrid, 2005, pp. 499-503.
224 JORGE LUIS COLLANTES GONZÁLEZ
11
Vid. COLLANTES GONZÁLEZ. «La protección diplomática entre los mecanismos de
protección de inversión extranjera (Apropósito del Derecho de las reclamaciones
internacionales)». En COLLANTES GONZÁLEZ, J. Temas Actuales de Derecho Co-
mercial. Trujillo: Normas Legales, 2004, pp. 849 y ss.
12
Hague Permanent Court of Justice. Publications. SÉRIE A. n.º 2, p. 12.
13
Recueil CIJ, 1970, p. 43.
ARBITRAJE Y DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO 225
14
Al respecto, véase el trabajo de López Barrero en las siguientes páginas de este libro.
15
En DIEZ DE VELASCO. Las organizaciones internacionales. Madrid: Tecnos. 1997,
p. 41.
226 JORGE LUIS COLLANTES GONZÁLEZ
16
Vid POZO SERRANO. «La Sentencia de la Corte Internacional de Justicia en el Asunto
LaGrand». En Anuario de Derecho Internacional, vol. XVI, 2001, pp. 443, nota al pie 1.
228 JORGE LUIS COLLANTES GONZÁLEZ
17
Párrafo 26.
18
Vid DEL VECCHIO, A. «Nuovi profili della giurisdizione internazionale». En VVAA
Studi di Diritto Internazionale in onore di Geatano Arangio-Ruíz. Nápoles:
Editoriale Scientifica, 2004, pp. 971 y ss; DUPUY, P.M. «Multiplications des
jurisdictions internationales et dangers de fragmentation de l’ordre juridique
international». En Cursos Euromediterráneos Bancaja de Derecho Internacio-
ARBITRAJE Y DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO 229
nal, 1999, vol. III, pp. 263 y ss. FERNÁNDEZ LIESA, C. «Sobre la unidad del Derecho
Internacional». En MARIÑO MENÉNDEZ, F. El Derecho Internacional en los albo-
res del siglo XXI. Homenaje al profesor Juan Manuel Castro-Rial Canosa. Ma-
drid: Trotta, 2002, pp. 265 y ss. (principalmente desde la p. 293).
19
Aclaremos que no son sociedades de actividad transfronteriza ni organizaciones
internacionales.
20
MARIÑO MENÉNDEZ. Derecho Internacional. Madrid: Trotta, 1999. pp. 204-205.
21
Vid DEL VECCHIO, A. Nuovi profili della giurisdizione... Op. cit., pp. 973-979.
230 JORGE LUIS COLLANTES GONZÁLEZ
22
Según el artículo 2 del proyecto de Moynier:
«Este tribunal estará así integrado:
Tan pronto como se declare la guerra, el presidente de la Confederación Suiza
designará, por sorteo, a tres de las potencias signatarias del Convenio, exceptua-
dos los beligerantes.
ARBITRAJE Y DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO 231
Los Gobiernos de estas tres Potencias, así como los de los Estados beligerantes,
serán invitados a nombrar cada uno de ellos a un árbitro, y los cinco árbitros se
reunirán, lo antes posible, en el lugar que provisionalmente señale el presidente
de la Confederación Suiza.
Si la contienda se entablara entre más de dos Estados soberanos, aquéllos que
hagan causa común se pondrán de acuerdo para elegir un árbitro común.
Si en el transcurso de la guerra, uno de los Estados neutrales que haya designado
árbitro, tomara parte en la contienda, se realizaría un nuevo sorteo para sustituir
al mencionado árbitro».
http://www.icrc.org/Web/spa/sitespa0.nsf/htmlall/5TDLKQ?Open
Document&View=defaultBody&style=custo_print
23
Trasnational Law. New Haven: Yale University Press, 1956.
232 JORGE LUIS COLLANTES GONZÁLEZ
CAPÍTULO 20
ARBITRAJE Y DERECHO DEL COMERCIO INTERNACIONAL
(A PROPÓSITO DE LOS PROBLEMAS EN EL DERECHO
INTERNACIONAL PRIVADO)
Lidia Moreno Blesa
ARBITRAJE Y DERECHO DEL COMERCIO INTERNACIONAL... 235
Capítulo 20
I. CUESTIONES PREVIAS
1
Para entender más claramente dónde se encuentra la eficacia del sistema arbitral,
traemos a colación el siguiente planteamiento: «El arreglo de controversias a
través del arbitraje no pretende suplantar el ámbito de actuación conferido a los
órganos de la justicia estatal. De hecho el artículo 39 LEC incluye la sumisión de
la cuestión litigiosa a arbitraje como un supuesto de falta de jurisdicción de los
juzgados y tribunales. Dicha labor puede cumplirse de manera imparcial, inde-
pendiente, inamovible, responsable y sometida al imperio de la Ley. No obstante,
si esto acontece con la operación de ‹juzgar›, que es una de las facetas de la fun-
ción jurisdiccional, no ocurre lo mismo con la otra faceta, relativa a ‹hacer ejecu-
tar lo juzgado› (artículo 2.1º LOPJ). En definitiva, puede establecerse un procedi-
miento a través del cual determinados particulares digan lo que es justo en rela-
ción con ciertas controversias que versen sobre materias de libre disposición de
las partes, pero la función de ejecutar lo juzgado requiere inexorablemente la
potestas del Estado a través de los órganos judiciales. Y son precisamente esos
órganos judiciales quienes, por ministerio de la Ley, deben ejecutar lo acordado
en el juicio arbitral cuyo valor es el de título de ejecución que lo equipara a una
sentencia judicial. Por esta razón el artículo 8.4 Ley 60/2003, de 23 de diciembre
de 2003 (LA/2003) establece que ‹Para la ejecución forzosa del laudo será compe-
tente el Juzgado de Primera Instancia del lugar en que se haya dictado, de acuer-
do con lo previsto en el ap. 2 del artículo 545 LEC y, en su caso, el previsto en el
artículo 958 LEC/1881›. La labor de los árbitros carecería de eficacia material si
no gozase de la referida ejecutoriedad que corresponde a la jurisdicción. Vid
FERNÁNDEZ ROZAS J.C., Derecho de los Negocios Internacionales, Madrid, 2007,
primera edición, pp. 625 y 626. En un sentido parecido se manifiesta A. Fiadjoe,
ARBITRAJE Y DERECHO DEL COMERCIO INTERNACIONAL... 237
juzgar y hacer ejecutar lo juzgado que emana del pueblo (artículo 117
CE), revestido, por tanto, de imperium, y del «árbitro», desprovisto de
tal carisma o cualidad, cuyo mandato tiene su origen en la voluntad de
los interesados, dentro de una concreta contienda o controversia. En
definitiva es un particular que ejerce una función pública […]. La fun-
ción que ejerce el árbitro es para-jurisdiccional o cuasi-jurisdiccional y
en ese «casi» está el quid de la cuestión. Efectivamente, la inexistencia
de jurisdicción en sentido propio se traduce en la carencia de potestas
o poder».4
4
RTC 1993/259 AUTO.
5
En esta línea, la Sentencia del Tribunal Constitucional número 43/1988 (Sala
Segunda), de 16 de marzo de 1988, cataloga al arbitraje como un proceso especial,
caracterizado por la simplicidad de formas procesales. En concreto, recogemos un
extracto de su Fundamento Jurídico quinto, que incluso rebaja todavía más las
exigencias formalistas en el arbitraje de equidad, aunque siempre teniendo como
límite último dar a las partes la oportunidad adecuada de ser oídas y de presentar
las pruebas que estimen necesarias. Establece la Sentencia lo siguiente: «La Ley
que regula los arbitrajes […] permite, mediando contrato, deferir el conflicto al
juicio arbitral de terceros para que lo resuelvan, bien mediante la aplicación de
las reglas del Derecho, bien con sujeción sólo al ‹saber y entender› de los árbitros
que designen. Esta última forma, o arbitraje de equidad, constituye, desde el pla-
no sustantivo, uno de los supuestos excepcionales a los que indirectamente se
refiere el artículo 3.2 del Código Civil, cuando al hablar de la equidad en la apli-
cación de las normas jurídicas sólo autoriza su uso de manera exclusiva en las
resoluciones de los Tribunales en el caso de que la Ley expresamente lo permita.
En la vertiente procesal, esto se traduce en la previsión de un proceso especial,
ajeno a la jurisdicción ordinaria, caracterizado por la simplicidad de formas pro-
cesales y el uso del arbitrio (‹saber y entender›) por los Jueces árbitros designa-
dos por las partes, no obligados a la motivación jurídica, aunque sí, en todo caso,
a ‹dar a aquéllas la oportunidad adecuada de ser oídas y de presentar las pruebas
que estimen necesarias›».
240 LIDIA MORENO BLESA
6
El artículo 5 a) de la Ley de Arbitraje dice así: «Toda notificación o comunicación
se considerará recibida el día en que haya sido entregada personalmente al des-
tinatario o en que haya sido entregada en su domicilio, residencia habitual, esta-
blecimiento o dirección. Asimismo, será válida la notificación o comunicación
realizada por télex, fax u otro medio de telecomunicación electrónico, telemático
o de otra clase semejante que permitan el envío y la recepción de escritos y docu-
mentos dejando constancia de su remisión y recepción y que hayan sido designa-
dos por el interesado. En el supuesto de que no se descubra, tras una indagación
razonable, ninguno de esos lugares, se considerará recibida el día en que haya
sido entregada o intentada su entrega, por correo certificado o cualquier otro
medio que deje constancia, en el último domicilio, residencia habitual, dirección
o establecimiento conocidos del destinatario».
7
RTC 2005/301 AUTO.
ARBITRAJE Y DERECHO DEL COMERCIO INTERNACIONAL... 241
8
Para entender mejor la regulación de la notificación de las Sentencias, traemos a
colación los comentarios esgrimidos por el Fiscal General del Estado en los Ante-
cedentes del Auto que estamos analizando y que dicen así: «[…] cuando las par-
tes no cuentan con representación procesal, la conclusión a la que se llega es que
también se reconoce a la notificación intentada la misma eficacia que a la realiza-
da, puesto que en la cédula que se remita por correo, telegrama u otros medios
semejantes se apercibirá al destinatario de que, entregada aquélla, se tendrá por
efectuado el traslado (artículo 160 LECiv), apercibimiento que igualmente se rea-
liza cuando el interesado se niega a recibir la copia o a firmar la diligencia
acreditativa de la entrega (artículo 161 LECiv); otro tanto sucede en aquellos
casos en los que resulte desconocido el domicilio, supuestos en los cuales se pro-
cede a la publicación edictal (artículo 156 LECiv). En todos estos supuestos no se
puede asegurar que la Sentencia haya sido puesta en conocimiento del interesado
sino, a lo sumo, que se le ha brindado la posibilidad de tener conocimiento de ella,
por lo que, dependiendo de su exclusiva voluntad, ese conocimiento se hará o no
efectivo, pero el acto de comunicación se entiende realizado con plenitud de efectos,
continuándose la tramitación del procedimiento. Por tanto, si también las Senten-
cias pueden entenderse notificadas cuando se ha intentado comunicarlas y el inten-
to se ha frustrado por voluntad del destinatario, no debe haber obstáculo para apli-
car el mismo criterio a los Laudos. En particular, a la vista de la mayor preponde-
rancia que reviste en los arbitrajes el principio de la autonomía de la voluntad».
242 LIDIA MORENO BLESA
9
Tal es así que según datos recientes el arbitraje es el sistema de resolución de
conflictos alternativo a la justicia estatal más empleado por las empresas españo-
las, en particular por aquellas que operan en la esfera internacional, y el número
de arbitrajes se incrementa en nuestro país cada año en todos los ámbitos. Así, a
modo de ejemplo, el Tribunal de Barcelona administró en 2004 un 18% más de
ARBITRAJE Y DERECHO DEL COMERCIO INTERNACIONAL... 243
tral se convierte en la opción más elegida por las empresas. Esta prefe-
rencia es debida al momento álgido en el que se encuentra la evolu-
ción de la economía y la integración internacional de España. Nuestro
país se ha transformado y también las relaciones económicas con el
extranjero. Como manifestación de este cambio, se constata la inser-
ción de la economía española en una economía mundial, en una pers-
pectiva uniformizadora de las relaciones comerciales, que ha situado al
arbitraje español en el lugar que le corresponde, y que no es otro, que
el de erigirse en un foro atractivo de arbitrajes internacionales, ha-
ciéndolo competir con otros países de más larga tradición y mejores y
demostradas habilidades en la ubicación y atracción de arbitrajes lle-
gados de otros países.10 A la consecución de este último objetivo ha
contribuido de manera clara la promulgación de la nueva Ley de Arbi-
traje, la 60/2003 de 23 de diciembre de 2003,11 aunque también se han
perseguido otros por el legislador, como el homologar nuestra legisla-
ción a los países más dinámicos en el arbitraje internacional; moderni-
zar la norma de 1988 en diversas materias como el convenio arbitral,
la posibilidad de dictar medidas cautelares para los árbitros, etc.; defi-
nir y regular el arbitraje internacional; y atraer arbitrajes del área lati-
noamericana con el que España se halla histórica, cultural y económi-
camente vinculada.12 En cualquier caso, son las cuestiones relativas al
arbitraje internacional las que centrarán nuestros comentarios en el
siguiente trabajo, por ser este elemento una novedad significativa res-
13
De manera parecida se expresa J.M. Chillón Medida, cuando dice que: «Pero sin duda,
el aspecto que más llama la atención en nuestra Ley vigente de Arbitraje de 2003, es
la inclusión, de manera explícita y sin rodeos, del arbitraje internacional, como sin-
gular y diferente del arbitraje común o del interno que se aplica a relaciones conecta-
das en todos sus elementos al derecho patrio. Esto constituye una novedad mayor,
tanto más que nunca en el ordenamiento español se había abordado de manera tan
explícita esta suerte de arbitraje ni se habían dedicado preceptos aplicables a la nueva
categoría extraída del fondo común del arbitraje en general. Interesa conocer en con-
secuencia el sentido, el carácter, la naturaleza y el alcance del arbitraje internacional
entre nosotros, para dar cuenta de los lineamientos de un sistema que se percibe mas
como un jus singulare, que como un jus specialis, propiamente dicho». En «Visión
del arbitraje internacional: de la regulación unitaria a la consideración de un ordena-
miento singular». En GONZALO QUIROGA M. (Ed.). Op. cit., pp. 248 y 249.
14
Dicha norma se encuentra en el Documento de las Naciones Unidas A/40/17, Anexo
I y se puede consultar en: http://www.uncitral.org/sp-index.htm// .
Además, a título informativo sobre el Derecho comparado indicamos, a continua-
ción, que se han promulgado leyes basadas en la Ley Modelo de la CNUDMI sobre
arbitraje comercial internacional en los siguientes territorios: Alemania, Australia,
Austria (2005), Azerbaiyán, Bahrein, Bangladesh, Bielorrusia, Bulgaria, Camboya
(2006), el Canadá, Chile, China: Hong Kong y Macao, regiones administrativas
especiales; Chipre, Croacia, Dinamarca (2005), Egipto, España, la Federación de Rusia,
Filipinas, Grecia, Guatemala, Hungría, la India, Irán (República Islámica del), Ir-
landa, Japón, Jordania, Kenya, Lituania, Madagascar, Malta, México, Nicaragua
(2005), Nigeria, Noruega (2004) , Nueva Zelanda, Omán, Paraguay, Perú, Polonia
(2005), la República de Corea, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte:
Escocia y las Bermudas, territorio de ultramar, Singapur, Sri Lanka, Tailandia, Tú-
nez, Turquía (2001), Ucrania; los Estados Unidos de América: California, Connecticut,
Illinois, Louisiana, Oregón y Texas; Zambia, y Zimbabwe.
15
Sobre el valor jurídico de toda exposición de motivos, se comparte la opinión de
J. Burgos Ladrón de Guevara, de considerar que, sin ser propiamente texto legal,
ARBITRAJE Y DERECHO DEL COMERCIO INTERNACIONAL... 245
16
Esta catalogación de supuestos que pueden convertir al arbitraje en internacional
se ha obtenido de las aportaciones esgrimidas por C. Esplugues Mota, «Artículo
3. Arbitraje internacional». En S. Barona Vilar (Coord.), Comentarios a la ley de
arbitraje (Ley 60/2003, de 23 de diciembre). Madrid, 2004, pp. 151 y 152.
ARBITRAJE Y DERECHO DEL COMERCIO INTERNACIONAL... 247
17
Todo el planteamiento que se acaba de esbozar sobre las consecuencias de la te-
rritorialidad del arbitraje comercial internacional se deben a C. Esplugues Mota,
«Artículo 3. Arbitraje internacional», Op. cit., pp. 152 y 153.
18
Aunque en el Informe del Secretario General al proyecto de texto de una ley
modelo sobre arbitraje comercial internacional, documento A/CN.9/264, repro-
ducido en el Anuario de la CNUDMI, vol. XVI, 1985 (publicación de las Naciones
Unidas, n.° de venta S.87.V.4), párrafo 4 del comentario analítico al artículo 1, se
barajan dos posibilidades para la determinación del ámbito de aplicación territo-
rial del todavía proyecto de norma. Por un lado, se podría utilizar como factor
determinante el lugar del arbitraje, es decir, abarcar todos los arbitrajes que tu-
ARBITRAJE Y DERECHO DEL COMERCIO INTERNACIONAL... 249
viesen lugar en «este Estado» (X). Por otro, se podría reconocer la libertad de las
partes para seleccionar una ley distinta a la del lugar del arbitraje y abarcar todos
los arbitrajes que tuvieran lugar en el Estado (X), a menos que las partes hubie-
sen escogido la ley de otro Estado, así como los arbitrajes «extranjeros» para los
que las partes hubiesen seleccionado la ley de «este Estado» (X).
19
Vid Nota de la Secretaría de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho
Mercantil Internacional sobre la ley modelo de la CNUDMI, en el documento A/
CN.9/309, reproducido en el Anuario de la CNUDMI, vol. XIX, 1988 (publica-
ción de las Naciones Unidas, n.° de venta S.89.V.8), apartado II.A.13.
20
Además, se especifica que la aplicación del principio pacta sunt servanda ha servido
de fundamento a diferentes resoluciones judiciales dictadas en Francia y Suiza en
supuestos en que los Tribunales han rechazado las pretensiones de Estados u organi-
250 LIDIA MORENO BLESA
zaciones estatales de hacer valer las prerrogativas que les reconocen sus derechos
para desconocer las obligaciones que libremente había asumido en virtud del conve-
nio arbitral. Todo ello se encuentra en los comentarios de J. Hernández Burriel, «Ar-
tículo 3. arbitraje internacional», esgrimidos en la obra colectiva de R. Hinojosa Segovia
(Coord.), Comentarios a la nueva ley de arbitraje. Barcelona, 2004, pp. 38 y 39.
21
Estos argumentos proceden de la obra colectiva de J. Garberí Llobregat, Comen-
tarios a la Ley 60/2003 de 23 de diciembre, de arbitraje. Barcelona, 2004, tomo I,
p. 49. Además, dichos argumentos se matizan con las ideas siguientes: «la capaci-
dad del Estado o de los entes públicos estatales para concluir convenios arbitrales
es posible desde el momento en que el Estado y las entidades públicas de él de-
pendientes operan en el tráfico comercial internacional como sujetos privados.
Como ha manifestado la doctrina de nuestro entorno, ‹el origen y carácter públi-
co de la entidad no se transmite al negocio jurídico›. Éste es en efecto, el supuesto
al que hace expresamente referencia el artículo 2.2 de la ley de arbitraje».
ARBITRAJE Y DERECHO DEL COMERCIO INTERNACIONAL... 251
22
Así se manifiesta, C. Esplugues Mota, «Arbitraje internacional con intervención
de un Estado u organismo estatal». En S. Barona Vilar (Coord.). Op. cit., p. 144.
23
La clasificación de los criterios que sirven para calificar de internacional a un
arbitraje según la Ley de 2003 procede de J.M. Chillón Medida, «Visión del arbi-
traje internacional: de la regulación unitaria a la consideración de un ordena-
miento singular». En GONZALO QUIROGA M. (Ed.). Op. cit., p. 259.
252 LIDIA MORENO BLESA
24
Para ilustrar las diferencias entre la definición de arbitraje internacional conte-
nida en la ley española y la prevista en la ley modelo, transcribimos a conti-
nuación los preceptos de una y otra norma. El artículo 1.3 de la ley modelo
establece lo siguiente: «Un arbitraje es internacional si: a) las partes en un
acuerdo de arbitraje tienen, al momento de la celebración de ese acuerdo, sus
establecimientos en Estados diferentes, o b) uno de los lugares siguientes
está situado fuera del Estado en el que las partes tienen sus establecimientos:
i) el lugar del arbitraje, si éste se ha determinado en el acuerdo de arbitraje o
con arreglo al acuerdo de arbitraje; ii) el lugar del cumplimiento de una parte
sustancial de las obligaciones de la relación comercial o el lugar con el cual el
objeto del litigio tenga una relación más estrecha; o c) las partes han conve-
nido expresamente en que la cuestión objeto del acuerdo de arbitraje está
relacionada con más de un Estado». Por su parte, el artículo 3 de la ley espa-
ñola señala lo siguiente: «1. El arbitraje tendrá carácter internacional cuando
en él concurra alguna de las siguientes circunstancias: a) Que, en el momento
de celebración del convenio arbitral, las partes tengan sus domicilios en Esta-
dos diferentes. b) Que el lugar del arbitraje, determinado en el convenio arbi-
tral o con arreglo a éste, el lugar de cumplimiento de una parte sustancial de
las obligaciones de la relación jurídica de la que dimane la controversia o el
lugar con el que ésta tenga una relación más estrecha, esté situado fuera del
Estado en que las partes tengan sus domicilios. c) Que la relación jurídica de
la que dimane la controversia afecte a intereses del comercio internacional. 2.
A los efectos de lo dispuesto en el apartado anterior, si alguna de las partes
tiene más de un domicilio, se estará al que guarde una relación más estrecha
con el convenio arbitral; y si una parte no tiene ningún domicilio, se estará a su
residencia habitual».
25
Estas consideraciones se han extraído de la obra dirigida por J. Garberí Llobregat,
Comentarios a la Ley 60/2003, de 23 de diciembre, de arbitraje. Barcelona, 2004,
tomo I, p. 59.
ARBITRAJE Y DERECHO DEL COMERCIO INTERNACIONAL... 253
26
Aparecen recogidas en el capítulo titulado «Artículo 3. Arbitraje internacional».
En la obra colectiva de S. Barona Vilar (Coord.), Op. cit., pp. 159 y 160.
ARBITRAJE Y DERECHO DEL COMERCIO INTERNACIONAL... 255
27
Recogemos, para comentar el tercer criterio de internacionalidad del arbitraje
en la ley española, los comentarios de J. Hernández Burriel, «Artículo 3. arbi-
traje internacional», esgrimidos en la obra colectiva de R. Hinojosa Segovia
(Coord.), Op. cit., p. 42.
28
Vid Documento A/CN.9/264, reproducido en el Anuario de la CNUDMI, vol.
XVI: 1985 (publicación de las Naciones Unidas, n.° de venta S.87.V.4), párrafo
30, del comentario analítico al artículo 1 de la ley modelo.
256 LIDIA MORENO BLESA
29
Resulta interesante mencionar la presunción que contiene el artículo 4.5 del Con-
venio sobre la ley con la que el contrato presenta los vínculos más estrechos. Al
respecto, se establece que lo tendrá con el país en que la parte que deba realizar la
prestación característica tenga, en el momento de la celebración del contrato, su
residencia habitual o, si se tratare de una sociedad, asociación o persona jurídica,
ARBITRAJE Y DERECHO DEL COMERCIO INTERNACIONAL... 257
34
En efecto, el artículo 39 del Reglamento (CE) n.° 44/2001 del Consejo de 22 de
diciembre de 2000, relativo a la competencia judicial, el reconocimiento y la eje-
cución de resoluciones judiciales en materia civil y mercantil (DOCE n.° L 012,
de 16 de enero de 2001; corr. de errores, DOCE n.° L 307 de 24 de noviembre;
DOCE n.° L 176 de 5 de julio de 2002; modif. DOCE n.° L 225, de 22 de agosto de
2002; modif. DOUE n.° L 236, de 23 de septiembre de 2003) declara competente
para conceder la ejecución al Juzgado de Primera Instancia. Por su parte, los artí-
culos 21 y 29 del Reglamento (CE) n.° 2201/2003 del Consejo de 27 de noviem-
bre de 2003, relativo a la competencia, el reconocimiento y la ejecución de las
resoluciones judiciales en materia matrimonial y de responsabilidad parental,
por el que se deroga el reglamento (CE) número 1347/2000 (DOUE n.° L 338 de
23 de diciembre de 2003) también atribuyen la competencia para el reconoci-
miento y la ejecución a los Juzgados de Primera Instancia. Todo ello en M. Gómez
Jene «El arbitraje internacional en la nueva Ley de Arbitraje», Diario La Ley, n.°
5952, año XXV, 11 de febrero de 2004, versión electrónica en Base de Datos Ge-
neral La Ley 1/2007, p. 3.
260 LIDIA MORENO BLESA
Para empezar, podemos decir que nos encontramos ante una norma
de conflicto compuesta por varios criterios alternativos y aplicable al
arbitraje internacional, ya se desarrolle en España o fuera de nuestras
fronteras.35 Se trata, por tanto, de una respuesta flexible a las cuestio-
nes de validez suscitadas por el convenio arbitral. Las posibilidades de
considerar eficaz el acuerdo arbitral son tres: si cumple los requisitos
establecidos por las normas jurídicas elegidas por las partes, o por las
normas jurídicas aplicables al fondo de la controversia, o por el dere-
cho español. Por lo tanto, la ductilidad con la que ha sido diseñado el
precepto permite catalogar la regulación que contiene de favorable a la
operatividad de la cláusula compromisoria, si se ajusta a cualquiera de
las opciones previstas por el legislador.
35
En este sentido, el artículo 1.2 de la ley española de arbitraje establece lo siguien-
te: «Las normas contenidas en los apartados 3, 4 y 6 del artículo 8, en el artículo
9, excepto el apartado 2, en los artículos 11 y 23 y en los títulos VIII y IX de esta
ley se aplicarán aun cuando el lugar del arbitraje se encuentre fuera de España».
ARBITRAJE Y DERECHO DEL COMERCIO INTERNACIONAL... 261
36
En contra de esta interpretación se manifiesta A.M. Lorca Navarrete, en Comenta-
rios a la nueva ley de arbitraje 60/2003 de 23 de diciembre, San Sebastián, 2004, pp.
113 y 114, con los siguientes argumentos: «El artículo 9.6 LA asume, por tanto, la
técnica de las normas de conflicto. Y renuncia a los usos mercantiles como criterio
para evaluar la validez del convenio arbitral. Para justificar esta postura, alude a los
planteamientos que esgrimimos a continuación: ‹La no renuncia a los usos mercan-
tiles como criterio para evaluar la validez del convenio arbitral fue explícitamente
invocada en el trámite parlamentario del PLA por el grupo parlamentario socialista
en el Congreso de los Diputados a través de la enmienda número 104 que proponía
que el artículo 9.6 PLA tuviera la siguiente redacción: ‹6. En el comercio internacio-
nal, será válido el convenio arbitral celebrado en una forma conforme a los usos que
las partes conocieren o debieren conocer y que, en dicho comercio, fueran amplia-
mente conocidos y regularmente observados por las partes en los contratos del mis-
mo tipo en el sector comercial considerado». Según el grupo parlamentario socialis-
ta ‹la verdadera razón de ser de este precepto es la de consagrar los criterios de
validez del convenio arbitral tradicionalmente aceptados en los usos mercantiles. En
nuestra opinión, para dar cabida a los usos mercantiles como criterio para evaluar la
validez del convenio arbitral, bastaría con decirlo expresamente en la norma. Esto
es, regulando desde una perspectiva material; renunciando a la técnica conflictual.
Un ejemplo en este sentido nos lo brinda el artículo 23.1 c) del Reglamento 44. Su
incorporación nos permite tener en cuenta la relevante jurisprudencia del TJCE en
la materia, circunstancia que, a su vez, aporta en un alto grado de uniformidad y
seguridad jurídica. A mayor abundamiento, debe recordarse que en el Derecho com-
parado la regulación del convenio arbitral se hace mediante una norma imperativa
no disponible para las partes. La enmienda número 104 planteada en el Congreso de
los Diputados fue reproducida como la número 42 en el Senado por el grupo parla-
mentario Entesa catalana de progrés y como la número 58 del grupo parlamentario
socialista. Las enmiendas no fueron admitidas›.
262 LIDIA MORENO BLESA
37
Vid el comentario al artículo 46 de la ley española de arbitraje, infra, realizado en
el apartado 3.10 de este trabajo.
38
En concreto, el artículo VII.1 del Convenio señala que: «Las disposiciones de la
presente Convención no afectarán la validez de los acuerdos multilaterales o bi-
laterales relativos al reconocimiento y la ejecución de las sentencias arbitrales
concertados por los Estados contratantes ni privará a ninguna de las partes inte-
resadas de cualquier derecho que pudiera tener a hacer valer una sentencia arbi-
tral en la forma y medida admitidas por la legislación o los tratados del país
donde dicha sentencia se invoque».
39
De esta forma se expresa M. Gonzalo Quiroga, «Situación actual del arbitraje en
España como método alternativo de solución de conflictos», en M. Gonzalo
Quiroga (Ed.). Op. cit., 220.
ARBITRAJE Y DERECHO DEL COMERCIO INTERNACIONAL... 263
40
Esta posición totalmente contraria al corporativismo de los abogados en ejercicio
como únicos profesionales competentes para decidir un arbitraje interno de de-
recho, se contiene en el prólogo a la obra de A.M. Lorca Navarrete, en Comenta-
rios a la nueva ley de arbitraje 60/2003 de 23 de diciembre. Op. cit. Además, el
autor continúa diciendo que: «Cuando un profesional no cree decididamente en
el arbitraje «entregarle» la institución arbitral es asegurar su más atinado fraca-
so. No sería descartado indicar que la Ley 60/2003 es una ley contraria al arbitra-
je. Los que no sean abogados en ejercicio han sido preteridos. Sólo les queda
aconsejar la modalidad de arbitraje de equidad recluyéndose el arbitraje de dere-
cho en unos profesionales que, por lo demás, no están preparados, por muy abo-
gados en ejercicio que sean, para ser árbitros».
41
Vid Gómez Jene, M. «El arbitraje internacional en la nueva Ley de Arbitraje».
Op. cit., pp. 3 y 4.
264 LIDIA MORENO BLESA
Sobre el tipo de normas que pueden ser elegidas por las partes, tan-
to la ley modelo UNCITRAL como la ley española son muy claras a
42
También pudimos ver cómo la libertad de las partes servía para resolver el dere-
cho aplicable a la validez del convenio arbitral en el comentario al artículo 9.6, ut
supra, contenido en el apartado 3.5 de este trabajo.
ARBITRAJE Y DERECHO DEL COMERCIO INTERNACIONAL... 265
este respecto y dejan libertad a los sujetos para remitirse a las normas
de derecho elaboradas por un organismo internacional pero no incor-
poradas aún a ningún ordenamiento jurídico nacional, a las normas de
varios ordenamientos o a las reglas comunes del comercio internacio-
nal.43 Esta libertad de la que hace gala el precepto se complementa con
el rechazo a la técnica conflictual, en el sentido de entender que toda
indicación del derecho u ordenamiento jurídico de un Estado determi-
nado se refiere, a menos que se exprese lo contrario, al derecho sustan-
tivo de ese Estado y no a sus normas de conflicto de leyes. Finalmente,
en el caso de que las partes no hayan llegado a ponerse de acuerdo
sobre las normas aplicables al fondo del litigio o hayan guardado silencio
sobre el particular, la ley española señala que los árbitros aplicarán las
normas jurídicas que estimen apropiadas. Para la decisión del tipo de nor-
mas que los árbitros aplicarán en este supuesto, la ley española se aparta
de la ley modelo UNCITRAL, ya que esta última se inclina por aplicar las
normas de conflicto de leyes que el tribunal arbitral considere convenien-
tes. Para entender esta solución, considerada contraria a la práctica del
arbitraje comercial internacional, traemos a colación la explicación apor-
tada por la Secretaría de la Comisión de las Naciones Unidas para el Dere-
cho Mercantil Internacional sobre la ley modelo de la CNUDMI y que
dice así: «Las atribuciones del tribunal arbitral, por otra parte, se ajustan a
pautas más tradicionales. Cuando las partes no hayan indicado la ley apli-
cable, el tribunal arbitral aplicará la ley, es decir la ley nacional, que deter-
minen las normas de conflicto de leyes que estime aplicables».
III.8. Artículo 37.2: Plazo para dictar laudo y artículo 39.5: Correc-
ción, aclaración y complemento del laudo
43
Estas referencias se contienen, por un lado, en los comentarios de la Secretaría de
la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional
sobre la ley modelo de la CNUDMI, en el documento A/CN.9/309, reproducido
en el Anuario de la CNUDMI, vol. XIX, 1988 (publicación de las Naciones Uni-
266 LIDIA MORENO BLESA
das, n.° de venta S.89.V.8), apartado II.F.35. Y por otro, en la exposición de moti-
vos de la ley española de 2003.
44
Vid GÓMEZ JENE, M. «El arbitraje internacional en la nueva Ley de Arbitraje».
Op. cit., p. 4.
ARBITRAJE Y DERECHO DEL COMERCIO INTERNACIONAL... 267
45
Vid en la obra colectiva de R. Hinojosa Segovia (Coord.). Op. cit., p. 208.
268 LIDIA MORENO BLESA
46
BOE n.° 164 de 11 de julio de 1977. Actualmente forman parte de dicha Conven-
ción los siguientes Estados: Afganistán, Albania, Alemania, Antigua y Barbuda,
Arabia Saudí, Argelia, Argentina, Armenia, Australia, Austria, Azerbaiyán,
Bahrein, Bangladesh, Barbados, Bélgica, Benin, Bielorrusia, Bolivia, Bosnia-
Herzegovina, Boswana, Brasil, Brunei Darussalam, Bulgaria, Burkina Faso,
Camboya, Camerún, Canadá, Colombia, Costa de Marfil, Costa Rica, Croacia,
Cuba, Chile, China (región administrativa especial de Hong Kong), Chipre, Di-
namarca, Djibuti, Dominica, Egipto, Ecuador, El Salvador, Eslovaquia, Eslovenia,
España, Estados Unidos, Estonia, ExRepública Yugoslava de Macedonia, Filipi-
nas, Finlandia, Francia, Georgia, Ghana, Grecia, Guatemala, Guinea, Haití, Hon-
duras, Hungría, India, Indonesia, Irán, Irlanda, Islandia, Israel, Italia, Jamaica,
Japón, Jordania, Kazajstán, Kenia, Kirguistán, Kiribati, Kuwait, Lesotho, Letonia,
Líbano, Liberia, Lituania, Luxemburgo, Madagascar, Malasia, Maldivas, Mali,
Malta, Marruecos, Mauricio, Mauritania, México, Mónaco, Mongolia,
Mozambique, Nepal, Nicaragua, Níger, Nigeria, Noruega, Nueva Zelanda, Omán,
Países Bajos, Pakistán, Panamá, Paraguay, Perú, Polonia, Portugal, Qatar, Reino
Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, República Centroafricana, República
de Corea, República Checa, República Democrática de Laos, República Domini-
cana, República de Moldavia, Rumania, Federación de Rusia, San Marino, San
Vicente y Granadinas, Santa Sede, Senegal, Serbia y Montenegro, Singapur, Siria,
Sri Lanka, Sudáfrica, Suecia, Suiza, Tailandia, Tanzania, Trinidad y Tobago, Tú-
nez, Turquía, Uganda, Ucrania, Uruguay, Uzbequistán, Venezuela, Vietnam,
Zambia y Zimbabwe.
ARBITRAJE Y DERECHO DEL COMERCIO INTERNACIONAL... 269
47
Ahora bien, siguiendo a la doctrina mayoritaria, el Convenio de Nueva York no
resulta aplicable a los laudos que responden a un modelo contractual de contro-
versias como es, por ejemplo, el arbitratto irrituale italiano y cuya eficacia es la
propia de los contratos. Asimismo, el Convenio tampoco se aplica al «dictamen
arbitral», ni al «arbitrio de tercero», puesto que no son laudos en sentido estricto,
esto es, decisiones arbitrales que resuelven una controversia jurídica entre las
partes y cuyo resultado les vincula y es susceptible de producir efectos análogos
a los de una sentencia judicial (cosa juzgada y/o fuerza ejecutiva). Vid Garberí
Llobregat J. (Dir.). Comentarios a la ley 60/2003, de 23 de diciembre, de arbitra-
je. Barcelona, 2004, tomo II, p. 1455.
48
Así catalogan al Convenio de Nueva York los autores J.M. Chillón Medina y J.F.
Merino Merchán, «Valoración crítica de la nueva ley de arbitraje». Op. cit., pp. 8 y 9.
49
Al respecto, se puede apuntar que incluso la Unión Europea, en su libro verde,
sobre las modalidades alternativas de solución de conflictos en el ámbito del de-
recho civil y mercantil, COM (2002) 196 final, de 19 de abril de 2002, p. 6, cuan-
do se refiere a la noción de modalidad alternativa de solución de conflictos exclu-
ye expresamente al arbitraje, al mismo tiempo que lo considera perfectamente
regulado, tanto en los Estados miembros como a escala internacional, por el Con-
venio de Nueva York de 1958 para el reconocimiento y ejecución de las senten-
cias de arbitraje extranjeras.
270 LIDIA MORENO BLESA
1
OPPETIT, Bruno. Teoría del Arbitraje, traducido por Eduardo Silva Romero, Fabricio
Mantilla Espinoza y José Joaquín Caicedo Demoulin. Bogotá: Legis Editores, 2006,
p. 248.
278 CRISTINA HERMIDA DEL LLANO
2
Aunque el arbitraje comercial internacional constituye la figura más importante
de la solución extrajudicial de conflictos no es la única, como más adelante vere-
mos.
3
CALVO CARAVACA Alfonso-Luis, y Luis FERNÁNDEZ DE LA GANDARA. El arbitraje
comercial internacional. Madrid: Tecnos, 1989, p. 55.
4
GONZALO QUIROGA Marta, Orden Público y Arbitraje internacional en el marco
de la globalización comercial (Arbitrabilidad y Derecho aplicable al fondo de la
controversia internacional). Madrid: Editorial Dykinson, 2003, p. 17 del «Prólogo».
EL ARBITRAJE Y DERECHO COMUNITARIO EUROPERO... 279
El proceso arbitral es, por esencia, muy simple e informal, frente a las formas
ordinarias que adoptan los trámites procesales ante juzgados y tribunales,
que, por lo general, son pesadas, lentas y excesivamente formalistas, caracte-
rísticas que en el momento actual aparecen como incuestionables y se hallan
en progresión con la importancia del asunto. Por ello, en ese contexto la doc-
trina ha puesto, además de relieve cómo el arbitraje puede cumplir una doble
finalidad:
a) De una parte, desjudicializar la Administración de justicia ofreciendo al-
ternativas de solución rápidas, económicas y con las mismas garantías
que los tribunales ordinarios.
b) Servir, de otra, de eficaz estímulo para que el Estado preste una mayor
atención al funcionamiento de los tribunales, cuyas deficiencias serán más
notables por contraste con las soluciones que aporta el arbitraje.6
5
Alfonso-Luis Calvo Caravaca y Luis Fernández de la Gandara. El arbitraje co-
mercial internacional. Op. cit., p. 73.
6
LORCA NAVARRETE, Antonio María. Derecho de Arbitraje interno e internacional.
Madrid: Tecnos, 1989, p. 31. Asimismo, como el autor continúa explicando: «De
otro lado, el arbitraje se justifica, asimismo, por ofrecen soluciones técnicas a
280 CRISTINA HERMIDA DEL LLANO
10
Sentencia del Tribunal Constitucional español 288/1993, de 4 de octubre.
11
ORTUÑO MUÑOZ, Pascual. «El Libro Verde sobre las modalidades alternativas de
resolución de conflictos en el ámbito civil y mercantil de 19.04.2002 de la Comi-
sión de las Comunidades Europeas». En Revista Iuris-La Ley, n.° 77, noviembre
2003, p. 42.
EL ARBITRAJE Y DERECHO COMUNITARIO EUROPERO... 283
12
Cfr. ESPULGUES MOTA, Carlos y Daniel HARGAIN (Coordinadores). Derecho del Co-
mercio Internacional. Mercosur-Unión Europea. Madrid: Reus, 2005, p. 3.
13
Desde la perspectiva que aquí voy a asumir, la liberalización podría identificarse
con la propia institución arbitral, como forma privada de justicia. Mientras que,
por otra parte, el proteccionismo vendría a coincidir con el orden público, consi-
derado como el límite tradicional del arbitraje. Cuestión sobre la que me deten-
dré más adelante.
14
CARRASCOSA GONZÁLEZ, Javier. Globalización y Derecho Internacional Privado.
Op. cit., p. 259.
284 CRISTINA HERMIDA DEL LLANO
15
GONZALO QUIROGA, Marta. Orden Público y Arbitraje internacional en el marco
de la globalización comercial (Arbitrabilidad y Derecho aplicable al fondo de la
controversia internacional). Madrid: Editorial Dykinson, 2003, p. 36.
16
Vid, ibidem, p. 37.
17
Casi todos los países del mundo han firmado esta Convención de 10 de junio de
1958, por eso el Arbitraje donde quiera que se haya realizado tiene validez uni-
versal. Si bien los Estados europeos se han mostrado receptivos al Convenio de
Nueva York, éstos a su vez han desarrollado su propia legislación a través de sus
Códigos Civiles, Comerciales y Procesales.
EL ARBITRAJE Y DERECHO COMUNITARIO EUROPERO... 285
Al igual que ocurre en otras partes del mundo, la importancia del arbi-
traje en la Unión Europea, en buena parte, obedece al incesante creci-
miento de los intercambios comerciales, así como al permanente au-
mento de los contenciosos derivados de esta modalidad de tráfico jurí-
dico. Tengamos en cuenta que el arbitraje es un tipo de resolución de
litigios más cercano a un procedimiento judicial que a las modalidades
alternativas en la medida en que el objetivo de la sentencia arbitral es
sustituir la decisión de justicia. El arbitraje se regula tanto en los Esta-
dos miembros como a escala internacional por el ya citado Convenio
de Nueva York de 1958 para el reconocimiento y ejecución de las sen-
tencias de arbitraje extranjeras, y, en el marco del Consejo de Europa,
por el Convenio Europeo de 1966 por el que se establece una ley uni-
forme en materia de arbitraje.
18
Tengamos en cuenta que la CCI se preocupa por la defensa del libre comercio y el
sistema de economía de mercado, la autorregulación de empresas, la lucha contra
la corrupción o la lucha contra el crimen comercial.
EL ARBITRAJE Y DERECHO COMUNITARIO EUROPERO... 287
19
CALVO CARAVACA, Alfonso-Luis y Luis FERNÁNDEZ DE LA GANDARA. El arbitraje
comercial internacional. Op. cit., p. 13.
20
Así, por ejemplo, en el ámbito del arbitraje de consumo, en el cual entre otras
actuaciones se ha constituido la denominada Red EJE.
21
Vid ESPLUGUES MOTA, Carlos y Daniel HARGAIN (Coordinadores). Derecho del Co-
mercio Internacional. Mercosur-Unión Europea. Op. cit., pp. 746-747.
288 CRISTINA HERMIDA DEL LLANO
22
GONZALO QUIROGA, Marta. Orden Público y Arbitraje internacional en el marco
de la globalización comercial (Arbitrabilidad y Derecho aplicable al fondo de la
controversia internacional). Op. cit., pp. 35-36.
23
Así, entre otros autores, GONZÁLEZ CAMPOS, J.D. «El paradigma de la norma de
conflicto multilateral». En Estudios jurídicos en homenaje al profesor Aurelio
Menéndez. Derecho Civil y Derecho Público. Madrid: Civitas, 1996, tomo IV, p.
5269.
24
CREMADES, Bernardo M. «El arbitraje en la Doctrina Constitucional Española».
Lima Arbitration n.° 1, 2006, p. 186.
25
Vid, ibidem, p. 190.
EL ARBITRAJE Y DERECHO COMUNITARIO EUROPERO... 289
26
Cfr. GONZALO QUIROGA, Marta. Arbitrabilidad de la controversia internacional
en Derecho de la Competencia. Condiciones Generales de Contratación: Arbi-
traje Internacional de Consumo, Seguros y Trabajo. Granada: Ed. Alhulia, 2003,
p. 15, correspondiente al «Prólogo» de José María Chillón Medina.
27
Vid, ibidem, p. 34.
290 CRISTINA HERMIDA DEL LLANO
Los principios de orden público se considera que son los que inspi-
ran un ordenamiento jurídico determinado, reflejando los valores esen-
ciales de una sociedad en un momento dado. La idea general —obser-
va Carbonnier— responde a una supremacía de la sociedad sobre el
individuo, y el orden público traduce la voluntad comunitaria, amena-
zada por determinadas iniciativas individuales en forma de contrato.28
Por consiguiente, se trata de un mecanismo mediante el cual el Estado
reprime las convenciones particulares que puedan atentar contra sus
intereses esenciales.
28
CARBONNIER, Jean. Derecho Civil. Traducción por Manuel M. Zorrilla Ruiz. Bar-
celona: Editorial Bosch, 1971, vol. II, tomo II, p. 266.
EL ARBITRAJE Y DERECHO COMUNITARIO EUROPERO... 291
29
Vid Libro Verde sobre la transformación del Convenio de Roma de 1980 sobre la
ley aplicable a las obligaciones contractuales en instrumento comunitario y so-
bre su actualización (COM/2002/0654) (http://europa.eu.int/eurlex/lex/
LexUriServ/LexUriServ.do?uri=CELEX:52002DC0654:ES:HTML).
30
A pesar de ello, actualmente, todavía no se puede decir que estén perfectamente
definidos los límites del arbitraje comercial internacional por el orden público
comunitario.
292 CRISTINA HERMIDA DEL LLANO
31
Según esta disposición, cuando un órgano jurisdiccional de un Estado miembro
tiene que aplicar Derecho comunitario, en relación con una causa de la que esté
conociendo, dicho tribunal podrá suspender el procedimiento nacional y formu-
lar una solicitud al TJCE sobre la forma en que debe interpretarse un acto jurídi-
co comunitario o los Tratados de la Unión Europea.
EL ARBITRAJE Y DERECHO COMUNITARIO EUROPERO... 293
32
CREMADES, Bernardo M. «El arbitraje en la Doctrina Constitucional Española».
En Lima Arbitration, n.° 1, Op. cit., p. 216.
294 CRISTINA HERMIDA DEL LLANO
Por último, el caso Renault (C-38/98) del año 2000, me parece lla-
mativo en cuanto que el TJCE señala que aunque no le corresponde a
él definir el contenido del concepto de orden público de un Estado con-
tratante, «Sí le corresponde controlar los límites dentro de los cuales
los tribunales de un Estado contratante pueden recurrir a este concep-
to para no reconocer una resolución dictada por un órgano jurisdiccio-
nal de otro Estado contratante»,33 cuestión en la que remite a la sen-
tencia Krombach. Asimismo, el Tribunal de Luxemburgo deja bien claro
que corresponde al órgano jurisdiccional nacional garantizar con la
misma eficacia la protección de los derechos establecidos por el orde-
namiento jurídico nacional y los derechos conferidos por el ordena-
miento jurídico comunitario.34
Junto a estos tres casos referidos, también otro caso digno de consi-
deración es el de Ingmar GB Ltd contra Eaton Leonard Technologies
Inc. del Tribunal de Justicia del año 2000 (C-381/98). El Tribunal de
33
Apartado 28 de la Sentencia del Tribunal de Justicia (Sala Quinta) de 11 de mayo
de 2000.
34
Apartado 32 de la Sentencia del Tribunal de Justicia (Sala Quinta) de 11 de mayo
de 2000.
EL ARBITRAJE Y DERECHO COMUNITARIO EUROPERO... 295
35
Vid MORENO RODRÍGUEZ, José A. «Orden Público y arbitraje: algunos llamativos
pronunciamientos recientes en Europa y el Mercosur». Recogido en http://
www.cedep.org.py/doctrina.asp
36
Así lo ha declarado en su punto número 2 la Resolución del Parlamento Europeo
sobre el fomento del recurso al arbitraje de Derecho para la resolución de conflic-
tos, Arbitraje en los conflictos de orden jurídico, A3-0318/94, DOCE, viernes, 6
de mayo de 1994.
EL ARBITRAJE Y DERECHO COMUNITARIO EUROPERO... 297
37
SCHLOSSER P. F. : «Arbitration and the European Public Policy». En L’ arbitrage et
le droit européen, Actas del coloquio de la CEPANI de 25 de abril de 1997, Bruse-
las, Bruylant, 1997, p. 81.
38
NAVARRO CONTRERAS, Enrique. La ampliación de Europa y el Derecho del comer-
cio internacional: los Acuerdos Europeos, Granada, Ahulia, 2002, pp. 228-230.
298 CRISTINA HERMIDA DEL LLANO
39
Ello se debe a que el laudo arbitral tiene muchas más semejanzas con la sentencia
judicial que, por ejemplo, con el acuerdo de mediación.
40
Las partes pueden decidir su aplicación, quién se hará cargo del proceso, ya sea
una persona física o una organización, cómo se va a desarrollar el procedimiento
y si van a acudir personalmente o hacerse representar por un tercero durante el
desarrollo de la causa.
EL ARBITRAJE Y DERECHO COMUNITARIO EUROPERO... 299
Las ADR pueden aplicarse por un juez, confiadas por éste a un ter-
cero en el marco de un procedimiento judicial o ser utilizadas por par-
ticulares con la finalidad de encontrar una respuesta de consenso al
conflicto generado por un contrato, más aún cuando el litigio goza de
un carácter transfronterizo.
41
En lo que al coste se refiere, lo usual es que éste sea sufragado por las partes.
Puede suceder que la propia organización encargada del procedimiento, especial-
mente en el supuesto de que tenga carácter público, corra con los gastos produci-
dos por su gestión, o que los profesionales responsables de la ADR no perciban
remuneración alguna.
42
Apartado 83 de las conclusiones de la Presidencia del Consejo Europeo de Viena
de 1998: «El Consejo Europeo aprueba el plan de acción del Consejo y de la Co-
misión referente a las modalidades óptimas de aplicación de las disposiciones del
Tratado de Ámsterdam relativas al establecimiento de un espacio de libertad, de
seguridad y de justicia». Este plan de acción se publicó en el DO C 19 de 23 de
enero de 1999, p. 1. El párrafo b) del apartado 41 de este plan de acción dispone
que: «estudiar la posibilidad de elaborar modelos de solución no judicial de los
litigios, especialmente cuando se trata de conflictos familiares transnacionales. A
este respecto, sería conveniente pensar en la mediación como un medio de resol-
ver los conflictos familiares». Las conclusiones de las reuniones del Consejo Eu-
ropeo pueden consultarse en la siguiente dirección: http://ue.eu.int/fr/Info/
euroconcil/index.htm
300 CRISTINA HERMIDA DEL LLANO
ración de las medidas concretas que conviniera adoptar. Debía darse prio-
ridad a la posibilidad de establecer principios fundamentales, en ámbitos
generales o específicos, que ofrecieran garantías necesarias para que la
solución de los conflictos por instancias extrajudiciales supusiera el nivel
de seguridad requerido en la administración de justicia.
43
La Comisión Europea ha definido la mediación del siguiente modo: «Todo proce-
so, sea cual sea su nombre o denominación, en que dos o más partes en un litigio
son asistidas por un tercero para alcanzar un acuerdo sobre la resolución del
litigio, independientemente de si el proceso es iniciado por las partes, sugerido u
ordenado por un órgano jurisdiccional o prescrito por el Derecho nacional de un
Estado miembro.
No incluirá los intentos del juez por solucionar el litigio en el curso del proceso
judicial referente a ese litigio».
Por otra parte, entiende por mediador: «Todo tercero que lleva a cabo una media-
ción, independientemente de su denominación o profesión en el Estado miembro
concernido y del modo en que haya sido designado o se le haya asignado la me-
diación». Vid Directiva marco sobre la mediación, a la que me referiré de un
modo exhaustivo más abajo.
EL ARBITRAJE Y DERECHO COMUNITARIO EUROPERO... 301
(ii)Las ADR son objeto de especial atención por parte de los Estados
miembros, atención que en ocasiones desemboca en trabajos de ca-
rácter legislativo.
44
Bruselas, 19.04.2002. COM (2002) 196 final. El Libro Verde trata de las ADR en
el ámbito del Derecho civil y mercantil, incluidos el Derecho laboral y el relacio-
nado con el consumidor.
45
El objetivo principal de este Libro Verde era proceder a una amplia consulta de
los medios interesados sobre una serie de cuestiones jurídicas que se planteaban
respecto a las modalidades alternativas de solución de conflictos en el ámbito del
derecho civil y mercantil.
302 CRISTINA HERMIDA DEL LLANO
Las ADR están en auge desde hace algunos años. Interesa recordar
que en 1994 se creó una red de centros de arbitraje y mediación mer-
cantil, con sede en España, Francia, Italia y el Reino Unido, bajo forma
de agrupación europea de interés económico. Esta red, llamada «Red
Europea de Arbitraje y de Mediación» (REAM) o «European Network
for Dispute Resolution» (ENDR) pudo disfrutar en sus comienzos, en
particular, de un apoyo financiero comunitario administrado por la
Comisión Europea, Dirección General XXIII «Pequeña y mediana
empresa».
46
Libro Verde, ibidem, p. 5.
EL ARBITRAJE Y DERECHO COMUNITARIO EUROPERO... 303
47
Por ello, se viene usando cada vez más en complicados litigios comerciales en los
que las partes, además de solucionar el conflicto, quieren seguir manteniendo en
la medida de lo posible una relación comercial. De hecho, está siendo muy común
en los litigios derivados de accidentes médicos en los que mediante la mediación
se puede llegar a la adopción de soluciones creativas e innovadoras, fuera del
alcance de los tribunales de justicia.
304 CRISTINA HERMIDA DEL LLANO
48
Bruselas, 22.10.2004 COM (2004) 718 final. 2004/0251 (COD). «Propuesta de
Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo sobre ciertos aspectos de la me-
diación en asuntos civiles y mercantiles». SEC (2004) 1314. Presentada por la
Comisión.
49
Vid Exposición de motivos de «Propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y
del Consejo sobre ciertos aspectos de la mediación en asuntos civiles y mercanti-
les». Bruselas, 22. 10. 2004. COM (2004) 718 final. 2004/0251 (COD). SEC (2004)
1314. Presentada por la Comisión, p. 2.
EL ARBITRAJE Y DERECHO COMUNITARIO EUROPERO... 305
50
Vid, ibidem, p. 3.
51
Vid, ibidem, p. 4.
306 CRISTINA HERMIDA DEL LLANO
52
En algunos Estados miembros las transacciones inscritas en los actos de una ins-
tancia de ADR autorizada sí que tienen título ejecutivo.
308 CRISTINA HERMIDA DEL LLANO
53
Otros sistemas de resolución informal de conflictos entre consumidores y em-
presas son: 1) la Red FIN-NET, que permite a los consumidores obtener una
resolución rápida de los problemas en el sector de los servicios financieros
transfronterizos; 2) la Red de centros europeos de los consumidores «Red CEC»
o ECC-NET para la resolución de litigios de consumo transfronterizos.
La Comisión participó también en la puesta en funcionamiento de la platafor-
ma electrónica ECODIR para la resolución de conflictos relacionados con el
consumo.
54
En este sentido hay que destacar la Recomendación de la Comisión de 7 de di-
ciembre de 2001 sobre los principios para la utilización de «SOLVIT» —Red de
Resolución de Problemas en el Mercado Interior— [Diario Oficial L 331 de
15.12.2001]. El Consejo ha ratificado esta Recomendación de la Comisión. Vid
EL ARBITRAJE Y DERECHO COMUNITARIO EUROPERO... 309
VIII. CONCLUSIONES
1
MIGA: Multilateral Investment Guarantee Agency.
ARBITRAJE Y PROTECCIÓN DE INVERSIONES 315
2
Vid Convención de la Haya de 1907 (convención Drago-Porter), sobre la limita-
ción del empleo de la fuerza para el cobro de deudas contractuales.
3
Vid casos Lena Goldfields, Sapphire, Ruler of Qatar y Ruler of Abu Dhabi.
ARBITRAJE Y PROTECCIÓN DE INVERSIONES 317
4
Donde no se diga otra cosa, este trabajo sigue la regulación del arbitraje conteni-
da en el Convenio CIADI.
318 NICOLÁS ZAMBRANA TÉVAR
tanto que organismo dependiente del Banco Mundial, actúa como una
corte de arbitraje comercial, proporcionando diversos servicios a las
partes, e impidiendo que la ausencia o falta de cooperación de una de
ellas entorpezca el procedimiento. Los reglamentos arbitrales existen-
tes hasta ese momento, así como los convenios internacionales que
aseguraban el reconocimiento y ejecución de los laudos dictados con-
forme a esos reglamentos —de los cuales el más importante era y es el
Convenio de Nueva York de 1958— habían sido redactados teniendo
en cuenta, sobre todo, conflictos de naturaleza comercial entre perso-
nas o entidades no estatales.
También hay que advertir que tanto el Convenio CIADI como otros
instrumentos (Ley Modelo de la CNUDMI/UNCITRAL, Reglamento
CCI, etc.) prevén la posibilidad de someter la controversia a concilia-
ción, en vez de arbitraje. La conciliación es otro mecanismo voluntario
de resolución de disputas, en el que un tercero imparcial, después de oír a
las partes, propone una solución a la controversia, pero que las partes no
están obligadas a acatar. La conciliación es más barata que el arbitraje, más
flexible incluso, y el menor antagonismo que provoca entre las partes
hace que a su término sea más sencillo reanudar relaciones económicas.
5
Vid artículos 2 y 4 del Reglamento del mecanismo complementario.
6
Ibid. artículo 20.
320 NICOLÁS ZAMBRANA TÉVAR
7
Vid SPP v Egipto, segunda decisión sobre jurisdicción, de 14 de abril de 1988.
8
Vid artículo 25(1) Convenio CIADI.
9
Ibid. artículo 26.
ARBITRAJE Y PROTECCIÓN DE INVERSIONES 321
10
Ibid, artículo 27.
11
Ibid, artículos 53 y 54.
12
Artículo 25(1).
13
Vid Amco v. Indonesia, decisión de jurisdicción de 25 de septiembre de 1983.
14
Vid SPP v. Egipto, laudo final de 20 de mayo de 1992.
15
Vid Maffezini v. Reino de España, decisión de jurisdicción de 25 de enero de 2000.
322 NICOLÁS ZAMBRANA TÉVAR
16
Artículo 1116(2) TLCAN.
17
Vid SPP v Egipto, laudo CCI sobre el fondo, de 16 de febrero de 1983, para. 37.
ARBITRAJE Y PROTECCIÓN DE INVERSIONES 323
traje, pero advirtiendo de que para ello será necesario un acuerdo pos-
terior entre el Estado y el inversor. Algunas normas nacionales exigen
que los inversores soliciten y obtengan licencias de inversión, en las
cuales se describirán los diversos métodos de resolución de disputas
disponibles. Ciertos APPRIs sólo contienen la obligación del Estado
receptor de otorgar el consentimiento en el futuro, por ejemplo, cuan-
do lo solicite un inversor que quiera iniciar un arbitraje,18 pero sin que
ese consentimiento se otorgue efectivamente mediante el tratado. Otro
ejemplo de este mecanismo son los APPRIs en los que se prevé que
cualquier inversor podrá exigir que se incluya una cláusula arbitral en
sus contratos con el Estado receptor.19 En presencia de estas disposi-
ciones, un Estado receptor que se negara a prestar su consentimiento o
a incluir una cláusula arbitral en el contrato incumpliría su legislación
interna o el tratado internacional de que se tratara, pero probable-
mente, la institución arbitral rechazaría la solicitud de arbitraje que
presentara el inversor, o el tribunal arbitral se declararía falto de com-
petencia si el Estado persistiera en su negativa. En otras ocasiones el
Estado receptor simplemente afirma que se considerará con
detenimiento cualquier solicitud de someterse a arbitraje, afirmación
que sólo se podría interpretar como impidiendo una negativa arbitra-
ria o de mala fe a acudir al arbitraje.
18
Vid artículo 10 del APPRI Países Bajos-Pakistán, de 1988.
19
Vid artículo 5 del APPRI Francia-Malasia de 1975.
20
Vid artículo 1122 TLCAN.
21
Vid artículo 26 ECT.
324 NICOLÁS ZAMBRANA TÉVAR
22
Vid artículos 54 et seq. Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados de
1969.
23
Artículo 36(1) Convenio CIADI.
24
Ibid. artículo 25(1).
25
Ibid. artículo 72.
26
Ibid. artículo 41(1).
ARBITRAJE Y PROTECCIÓN DE INVERSIONES 325
27
Artículos 6(4) Reglamento CCI y 21(2) Reglamento UNCITRAL.
28
Vid artículos 37(2)(b) y 38 Convenio CIADI.
29
Ibid. artículo 45.
30
Ibid. artículo 54.
326 NICOLÁS ZAMBRANA TÉVAR
31
Vid Amco v Indonesia («a convention to arbitrate is not to be construed
restrictively, nor, as a matter of fact, broadly or liberally. It is to be construed in
a way which leads to find out and to respect the common will of the parties») y
SPP v. Egipto.
ARBITRAJE Y PROTECCIÓN DE INVERSIONES 327
32
Artículos 6(2) del Reglamento CCI y 41(1) Convenio CIADI.
33
Artículos 6(1) del Reglamento CCI y 44 Convenio CIADI.
328 NICOLÁS ZAMBRANA TÉVAR
El artículo 25(1) del Convenio CIADI también permite que sea par-
te cualquier «subdivisión política u organismo público de un Estado
Contratante acreditados ante el Centro por dicho Estado». Este pre-
cepto permite al inversor demandar a entidades distintas de un Estado
parte cuando quien ha perjudicado la inversión ha sido una subdivi-
sión territorial del Estado (provincia, Estado federado), un organismo
34
Ibid, artículo 25(1).
35
Artículos 1115 a 1117 TLCAN y 26(4) ECT.
36
Artículos 68 y 71 Convenio CIADI.
37
Vid Holiday Inns v. Morocco, decisión sobre jurisdicción de 12 de mayo de 1974
(no publicada).
ARBITRAJE Y PROTECCIÓN DE INVERSIONES 329
Para poder demandar a estas entidades, las mismas han tenido que
ser designadas al CIADI y su consentimiento habrá tenido que recibir
la aprobación del Estado al que pertenecen, a no ser que el mismo
Estado notifique al Estado que tal aprobación no es necesaria.38 Esta
aprobación no requiere una forma determinada y no tiene que comu-
nicarse a nadie. De modo práctico, la aprobación puede estar contenida
en un acuerdo separado entre el inversor o el Estado, o ser comunicada
de modo oficial al CIADI. También puede estar limitada a una deter-
minada inversión o inversiones. La aprobación también se puede con-
seguir introduciendo al Estado como parte en el contrato entre el in-
versor y la subdivisión o agencia. Como en el caso de los Estados, una
vez emitido válidamente el consentimiento por la subdivisión o agen-
cia, no podrá retirarse. La aprobación del Estado puede realizarse antes
o después de que la subdivisión o agencia exprese su consentimiento
pero, en caso de que se haga después, la fecha real del consentimiento
será la de la aprobación, pues sólo entonces la subdivisión o agencia
reunirá todos los requisitos para ser parte. Además, la aprobación ha-
brá de haberse producido antes de la presentación de la solicitud de
arbitraje, a riesgo de que ésta se rechace por el Secretario General del
CIADI.39
38
Artículo 25(3) Convenio CIADI
39
Ibid, artículo 36(3).
330 NICOLÁS ZAMBRANA TÉVAR
40
Vid Mine v. Guinea, laudo de 6 de enero de 1988.
41
Vid Vacuum SALT v. Ghana, laudo de 16 de febrero de 1994.
332 NICOLÁS ZAMBRANA TÉVAR
42
Vid Amco v. Indonesia.
43
Vid Klöckner v. Cameroon, laudo de 21 de octubre de 1983. El tribunal afirmó
que sería absurdo incluir una cláusula CIADI si las partes no hubieran estado de
acuerdo en que, debido al control extranjero, el inversor podía ser parte en el
arbitraje. Vid, asimismo, LETCO v Liberia, decisión de jurisdicción de 24 de octu-
bre de 1984.
ARBITRAJE Y PROTECCIÓN DE INVERSIONES 333
los tribunales se han negado a mirar más allá del primer nivel de con-
trol.44 En otros casos, se ha considerado suficiente el control indirecto.45
Por último, el inversor persona jurídica debe ser una entidad priva-
da y actuar como tal, aunque sea parcial o totalmente de titularidad de
un Estado. Lo esencial es que no desempeñe funciones estatales, consi-
deradas propias de un Estado soberano.
44
Vid Amco v. Indonesia.
45
Vid SOABI v. Senegal.
46
Vid artículos 2 y 4 del Reglamento del mecanismo complementario.
334 NICOLÁS ZAMBRANA TÉVAR
47
Vid Ceskoslovenska Obchodni Banka, S.A. v. Slovak Republic, decisión de juris-
dicción de 24 de mayo de 1999, para. 75.
48
Informe de los directores ejecutivos, punto 27.
49
Vid artículo 1.1 APPRI España-China de 2005.
ARBITRAJE Y PROTECCIÓN DE INVERSIONES 335
50
Vid Salini v. Morocco, decisión de jurisdicción de 23 de julio de 2001, donde el
tribunal entendió que el contrato de construcción sí era una inversión.
51
Vid SD Myeres, Inc. v. Canadá, laudo parcial de 12 de noviembre de 2000, en la
que el tribunal afirmó que tenía competencia.
52
Vid Fedax NV v Venezuela, decisión de jurisdicción de 11 de julio de 1977, donde
el tribunal afirmó que el capital era substancial, se había prestado durante un
período sustancial, originaba ingresos regulares en forma de intereses y tenía un
riesgo.
53
Vid Mihaly v. Sri Lanka, laudo de 15 de marzo de 2002.
336 NICOLÁS ZAMBRANA TÉVAR
V. EL TRIBUNAL ARBITRAL
54
Las cuestiones relativas al tribunal y al procedimiento arbitral no contienen tan-
tas diferencias respecto al arbitraje comercial, por lo que se van a tratar con me-
nor profundidad.
55
Artículos 36 a 40 Convenio CIADI; artículos 2, 3 y 4 Reglamento CIADI; artícu-
los 1123 a 1125 TLCAN. El reglamento UNCITRAL tiene sus propias, pero simi-
lares, normas al respecto.
56
Artículo 14(1) Convenio CIADI.
57
Artículos 56 Convenio CIADI y 8 Reglamento CIADI.
58
Artículos 57 y 58 Convenio CIADI y 9 Reglamento CIADI.
ARBITRAJE Y PROTECCIÓN DE INVERSIONES 337
59
Regla 14(3)(d) Reglamento Administrativo y Financiero CIADI.
60
Artículos 2 y 6 de las Reglas de iniciación y 36 Convenio CIADI; artículos 2 a 5
Reglamento de Arbitraje (Mecanismo complementario).
338 NICOLÁS ZAMBRANA TÉVAR
61
Artículo 41 Convenio CIADI, artículo 41 Reglamento CIADI; artículo 45 Regla-
mento de Arbitraje (Mecanismo complementario).
62
Artículo 43 Reglas de Arbitraje CIADI; artículo 49 Reglamento de Arbitraje (Me-
canismo complementario).
63
Artículos 62 y 63 Convenio CIADI.
64
Artículos 19 y 20 Reglamento de Arbitraje (Mecanismo complementario); artí-
culo 1130 TLCAN.
65
Ibid, artículo 46.
66
Artículo 1126 TLCAN.
ARBITRAJE Y PROTECCIÓN DE INVERSIONES 339
67
Artículos 47 Convenio CIADI y 39 Reglamento CIADI.
68
Artículos 1134 TLCAN y 46 Reglamento de Arbitraje (Mecanismo complemen-
tario).
69
Artículos 31 a 38 y 46 Reglamento CIADI; artículos 36 a 44 Reglamento de
Arbitraje (Mecanismo complementario); artículo 1133 TLCAN.
340 NICOLÁS ZAMBRANA TÉVAR
70
Artículos 54 Reglamento de Arbitraje (mecanismo complementario) y 33(1) Re-
glamento UNCITRAL.
71
Artículo 52(1)b Convenio CIADI.
72
Artículo 34(2)(a)iv Ley Modelo UNCITRAL, que se aplicaría cuando no resulta-
ra aplicable el Convenio CIADI y sí la ley de la sede del arbitraje, de haberse
adoptado dicha ley modelo.
ARBITRAJE Y PROTECCIÓN DE INVERSIONES 341
73
Vid Informe de los Directores ejecutivos, n.° 40.
74
Artículo 8(6) del APPRI entre Países Bajos y la República Checa de 1991.
75
Vid SPP v. Egipto.
342 NICOLÁS ZAMBRANA TÉVAR
76
Vid LETCO v. Liberia, donde el tribunal apreció una elección implícita en la men-
ción al Derecho nacional en el contrato de concesión.
77
Vid Laudo CCI sobre cuestiones preliminares, de 5 de junio de 1996, caso n.°
7375 (arbitraje comercial).
ARBITRAJE Y PROTECCIÓN DE INVERSIONES 343
nismos propios del Derecho escogido, la segunda parte del artículo 42(1)
prevé que se aplicará la legislación del Estado parte en el arbitraje (in-
cluyendo sus normas de conflicto de leyes) y las normas de Derecho
internacional que «pudieren ser aplicables». Este artículo es un com-
promiso entre los países importadores y exportadores netos de inver-
siones. Para los primeros (países en vías de desarrollo y, en su día,
recientemente independizados), la aplicación de su propio Derecho era
una cuestión de soberanía y una manera de asegurar que podrían diri-
gir su economía —en lo que a inversiones extranjeras se refiere— de
la manera que estimaran apropiada. La aplicación del Derecho inter-
nacional junto al nacional, como se ha dicho antes, protegía al inversor
frente a normas abusivas78 y aseguraba la aplicación de ciertos princi-
pios y normas consuetudinarias internacionales, como la obligación
de pagar indemnización en caso de expropiación. Por otro lado, duran-
te la negociación del Convenio CIADI, se aseguró que el Derecho esta-
tal sería de aplicación primordial, afirmando que tan sólo se aplicarían
ciertos principios del Derecho internacional como el de buena fe y
pacta sunt servanda. La segunda parte del artículo 33(1) Reglamento
UNCITRAL, así como el artículo 54 del Reglamento del mecanismo
complementario, indican que el tribunal arbitral aplicará la ley —nor-
mas jurídicas— que determinen las normas de conflicto de leyes que
estime aplicables. En este caso, el tribunal empleará principios y reglas
generales como el centre of gravity test o el closest connection test, lo
que debería llevarlos a la aplicación exclusiva del Derecho del Estado
parte, pues ahí coinciden casi todos los puntos de conexión de la tran-
sacción, Derecho tal vez atemperado por normas imperativas de Dere-
cho internacional.
78
Artículo 3 Draft Articles on Responsibility of States for Internationally Wrongful
Acts.
344 NICOLÁS ZAMBRANA TÉVAR
79
Vid Antoine Goetz v. Burundi, laudo de 29 de enero de 1999, paras. 97-99.
80
Vid Siemens v. Argentina, laudo de 6 de febrero de 2007, paras 245 et seq.
81
Artículos 42(3) Convenio CIADI, 54(2) Reglamento de Arbitraje (Mecanismo
complementario) y 33(2) Reglamento UNCITRAL.
82
Vid Benvenuti et Bonfant srl. v. The government of the People’s Republic of
Congo, laudo de 8 de agosto de 1980.
ARBITRAJE Y PROTECCIÓN DE INVERSIONES 345
83
Artículo 48 y 49 Convenio CIADI, Reglas 46 y 47 Reglamento CIADI, artículo
52 Reglamento de Arbitraje (Mecanismo complementario) y anexo 1137.4
TLCAN.
84
Artículo 61(2) Convenio CIADI.
85
Ibid. artículo 49(2) y regla 49 Reglamento CIADI.
86
Ibid. artículo 50 y 54 Reglamento CIADI.
346 NICOLÁS ZAMBRANA TÉVAR
87
Ibid. artículo 51 y regla 51 Reglamento CIADI.
88
Regla 27 Reglamento CIADI.
89
Artículo 52(1) Convenio CIADI.
ARBITRAJE Y PROTECCIÓN DE INVERSIONES 347
90
Vid MINE v Guinea, decisión sobre nulidad de laudo CIADI, de 22 de diciembre
de 1989.
91
Vid Klöckner v Cameroon, decisión sobre nulidad, de 3 de mayo de 1985.
92
Ibid.
93
Regla 50(3) Reglamento CIADI.
348 NICOLÁS ZAMBRANA TÉVAR
94
Artículo 52(6) Convenio CIADI y Regla 55 Reglamento CIADI.
95
. Regla 1(4) Reglamento CIADI.
96
Artículos 53 y 54 Convenio CIADI, 1136 TLCAN. Vid asimismo artículos 26(8)
ECT, 3 Convenio de Nueva York.
ARBITRAJE Y PROTECCIÓN DE INVERSIONES 349
97
Artículos 27(1) y 64 Convenio CIADI.
98
Artículos V Convenio de Nueva York y 36 Ley Modelo UNCITRAL.
350 NICOLÁS ZAMBRANA TÉVAR
99
Artículo 22(3).
CAPÍTULO 23
EL ARBITRAJE A LA LUZ DE LAS JURISDICCIONES
INTERNACIONALES:
LOS TRIBUNALES ARBITRALES INTERNACIONALES
Carmen Parra
Capítulo 23
Carmen Parra
I. INTRODUCCIÓN
vez más frecuente que se utilicen nuevos sistemas que aboguen por la
búsqueda de métodos que compaginen la rapidez, la especialización y
la fiabilidad en los procedimientos. Para cumplir estos objetivos han
nacido sistemas de asesoramiento continuado a lo largo de todo el pe-
ríodo de vida de los contratos (Dispute Board), junto a sistemas de
resolución de controversias que ya existían en el ámbito jurídico, pero
que se han adaptado al marco internacional como es el caso de los
denominados ADR (Alternative Dispute Resolution). Ambos meca-
nismos se utilizan como sistemas previos al conocido arbitraje que se
ha utilizado tradicionalmente como método de arreglo de controver-
sias, contando con unas características propias que lo sitúan en una
posición intermedia próxima a las soluciones judiciales, pero con las
ventajas de las soluciones extrajudiciales.
Es por ello que lo que se pretende con este trabajo es hacer una
exposición ejemplificativa de algunas de las instituciones que partici-
pan en estos procesos, ya que su número es ilimitado por existir tribu-
nales arbitrales prácticamente en cada asociación profesional.
Sin ánimo de hacer aquí una exposición exhaustiva sobre los diferen-
tes mecanismos de solución de controversia que son considerados como
ADR y arbitraje, la intención que se persigue con esta breve introduc-
ción es reproducir de forma esquemática aquellos que son utilizados
EL ARBITRAJE A LA LUZ DE LAS JURISDICCIONES INTERNACIONALES:... 355
1.2. Conciliación
Este sistema de ADR permite que las partes pongan fin a su con-
flicto con la ayuda de un tercero que no impone ni propone la so-
lución, aunque facilita la negociación al mismo tiempo que la
potencia.
Una de sus características es que las partes ponen fin a las discre-
pancias sin que la solución tenga necesariamente que incluir una re-
nuncia recíproca de las pretensiones iniciales, lo que quiere decir que
podría darse el caso de que una parte reconociera al final de la negocia-
ción, que la otra parte tenía razón.
1.3. Mediación
1.4. Arbitraje
a) Su carácter consensual
1
La mercantibilidad está relacionada con la exclusividad del arbitraje para los con-
flictos que afectan al ámbito comercial. Existen, no obstante, diferencias entres
los diferentes ordenamientos jurídicos sobre sus límites.
2
La internacionalidad depende de la nacionalidad del laudo. El arbitraje interna-
cional actúa sobre laudos que deben ser ejecutados en Estados diferentes al lugar
donde han sido resueltos. Esta limitación podría ser discutida por su simplicidad,
que no tiene en cuenta las normas establecidas en cada ordenamiento jurídico.
3
Normalmente las partes eligen la institución arbitral a la que someterán la reso-
lución de litigio, en cuyo caso harán referencia al Reglamento que regula dicho
arbitraje.
358 CARMEN PARRA
c) Su carácter neutral
d) Su carácter confidencial
4
Firmado por 140 países. Convenio sobre reconocimiento y ejecución de senten-
cias arbitrales extranjeras, hecho en Nueva York el 10 de junio de 1958.
360 CARMEN PARRA
- Por la materia:
- Arbitraje comercial
- Arbitraje especializado
• Deportivos
• Inversiones
• Propiedad intelectual
• Dominio de Internet
• Energía
• Gubernamentales
• No gubernamentales
5
A fecha de junio del 2007 son 107 Estados miembros.
6
El Convenio de 1899 fue revisado tras la segunda Conferencia de la Paz de La
Haya en 1907.
7
A diferencia del Tribunal Internacional de Justicia que forma parte del organi-
grama de Naciones Unidas como uno de sus órganos principales.
EL ARBITRAJE A LA LUZ DE LAS JURISDICCIONES INTERNACIONALES:... 363
Entre las materias que son objeto de resolución destacan las que
hacen referencia a los Derechos humanos, el comercio y las inversio-
nes internacionales realizando la Corte junto a su labor arbitral, una
importante labor como centro de investigación y de publicaciones, así
como lugar de encuentro de la doctrina.
1.2. Estructura
8
Una de las pocas organizaciones internacionales que existían en 1899.
9
La Comisión de Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional tam-
bién denominada UNCITRAL en terminología inglesa, www.uncitral.org
10
Ver Doc. A/CONF.62/SR./182.- Conferencia sobre Derecho del Mar de 1982.
11
Ver Sección 2: Procedimientos obligatorios conducentes a decisiones obligato-
rias.
EL ARBITRAJE A LA LUZ DE LAS JURISDICCIONES INTERNACIONALES:... 365
12
Ver nota 9.
366 CARMEN PARRA
13
Ver el artículo I del Reglamento de Arbitraje del Centro Regional de Arbitraje de
Kuala Lumpur, y los artículos 4 y 11 de los Estatutos del Centro de Arbitraje
Comercial Internacional de El Cairo.
14
Cámara de Comercio Internacional.
15
Un ejemplo de la utilización de este sistema fue la inclusión de la «cláusula compromisoria
optativa» utilizada en los contratos del comercio EEUU/URRS de 1977, en que actuaba la
Cámara de Comercio de Estocolmo como autoridad nominadora.
EL ARBITRAJE A LA LUZ DE LAS JURISDICCIONES INTERNACIONALES:... 367
a) Autoridad nominadora
b) Servicios administrativos
16
De las muchas instituciones que han declarado estar dispuestas a actuar como
autoridad nominadora y proporcionar servicios administrativos en arbitrajes so-
metidos al RACNUDMI, destaca la Asociación Estadounidense de Arbitraje, que
ha creado un conjunto concreto de «Procedimientos administrativos para arbi-
trajes sometidos al RACNUDMI». En estas normas se enumeran de manera de-
tallada la forma en que esta Asociación desempeña las funciones de autoridad
nominadora y el tipo de servicios que ofrece.
368 CARMEN PARRA
17
2. Comisión interamericana de arbitraje comercial (CIAC)
17
Comisión Interamericana de Arbitraje Comercial (CIAC), www.ciac-iacac.org
EL ARBITRAJE A LA LUZ DE LAS JURISDICCIONES INTERNACIONALES:... 369
1.1. Estructura
1. Consejo de la Comisión
2. Comité Ejecutivo
4. Funcionarios
- Presidente Ejecutivo.
- Director General.
- Los que se creen de conformidad con los Estatutos.
370 CARMEN PARRA
18
Internacional Chamber of Commerce (ICC) www.iccbo.org
EL ARBITRAJE A LA LUZ DE LAS JURISDICCIONES INTERNACIONALES:... 371
Para ello, cuenta con un Reglamento interno que establece las pau-
tas de desarrollo para estos procedimientos que fue revisado en 1998
para hacer más efectivo su funcionamiento, ya que el gran número de
casos presentados ante su Tribunal había repercutido en la rapidez y
eficacia de sus laudos. No obstante, se mantuvieron una serie de ras-
gos esenciales dentro de la actividad arbitral, como por ejemplo, la
internacionalidad de los árbitros, el reforzamiento de la figura del Se-
cretario General y la elaboración del acta de misión que compromete a
árbitros y partes.
19
De todos ellos, sólo vamos a referirnos a los dos primeros, por estar directamente
relacionados con el tema objeto de análisis.
372 CARMEN PARRA
tes y los plazos, así como asegurando el derecho de las partes a ser
oídas.
c) En cuanto a las cláusulas tipo relativas a los DB, son tres, estable-
ciendo cada una de ellas una clase distinta de DB, seguido del proce-
dimiento de arbitraje como último recurso, si la desavenencia no se
puede resolver mediante este mecanismo.
20
The London Court of Arbitration www.lcia-arbitration.com
21
En su inauguración se dijo lo siguiente: «This Chamber is to have all the virtues
which the law lacks. It is to be expeditious where the law is slow, cheap where
the law is costly, simple where the law is technical, a peacemaker instead of a
stirrer-up of strife».
EL ARBITRAJE A LA LUZ DE LAS JURISDICCIONES INTERNACIONALES:... 375
a) La sociedad
b) La Secretaría
c) El Tribunal arbitral
22
International Centre for Dispute Resolution (ICDR) www.adr.org/icdr
EL ARBITRAJE A LA LUZ DE LAS JURISDICCIONES INTERNACIONALES:... 377
23
Corporación de Internet para asignar nombres y números (ICANN)
www.icann.org
EL ARBITRAJE A LA LUZ DE LAS JURISDICCIONES INTERNACIONALES:... 379
24
5. International Bar Association (IBA)
24
International Bar Association ( IBA) www.ibanet.org
380 CARMEN PARRA
A pesar de que esta guía no tiene ningún valor legal y, por tanto, no
se impone a ningún ordenamiento nacional, sí se puede decir que ha
tenido una aceptación general por la comunidad arbitral, ya que es
una importante ayuda para los abogados, los árbitros, así como para
todas aquellas instituciones que dictan laudos basados en la imparcia-
lidad, la independencia y el sentido común.
25
En siglas inglesas WIPO World Intellectual Property Organization, www.wipo.int
EL ARBITRAJE A LA LUZ DE LAS JURISDICCIONES INTERNACIONALES:... 381
ción, con sede en Ginebra (Suiza), que fue creado en 1994 para pro-
mover la solución de controversias en materia de propiedad intelec-
tual por medio de métodos alternativos de solución de controversias
incluyendo arbitraje y mediación en relación con controversias, inter-
nacionales comerciales entre partes privadas, especialmente, en el campo
de la tecnología, el espectáculo y otras controversias en materia de
propiedad intelectual a escala mundial.
26
Fuente: www.arbiter.wipo.int.
382 CARMEN PARRA
a) Procedimiento general
b) Procedimiento acelerado
27
Por ejemplo, en un reciente Arbitraje Acelerado de la OMPI, el árbitro único
designado por la OMPI, dictó un laudo definitivo 6 semanas después del inicio
del procedimiento.
384 CARMEN PARRA
28
En siglas inglesas CAS (Court of Arbitrarion for Sport) www.tas-cas.org
386 CARMEN PARRA
Esta organización internacional que forma parte del Grupo del Banco
Mundial (World Bank Group), tiene como misión promover la inver-
30
sión directa en el extranjero (Foreign Direct Investment FDI) en paí-
ses en vías de desarrollo a través del apoyo económico, la reducción de
la pobreza y la mejora en el nivel de vida de las personas.
29
En siglas inglesas Multilateral Investment Guarantee Agency www.miga.org
30
El FDI está jugando un papel básico en la reducción de la pobreza invirtiendo por
ejemplo en la construcción de carreteras, equipando a los países con agua potable
y electricidad y creando empleo. El sector privado ayuda de este modo al creci-
miento de las economías haciendo que los gobiernos utilicen mejor los fondos y
las ayudas sociales, al mismo tiempo que los inversores sacan mayor rendimien-
to de sus activos.
388 CARMEN PARRA
Por otro lado, el MIGA puede recuperar estos pagos en base al acuer-
do existente entre el Estado en el que se ha hecho la inversión y la
propia organización.
31
En su terminología inglesa se denomina International Centre for Settlement of
Investment Disputes (ICSID) www.wordlbank.org/ICSID
32
Convenio sobre arreglo de diferencias relativas a inversiones entre Estados y
nacionales de otros Estados, hecho en Washington el 18 de marzo de 1965.
390 CARMEN PARRA
4.1. Estructura
33
Las últimas enmiendas al Reglamento y las Reglas del CIADI adoptadas por el
Consejo Administrativo del Centro entraron en vigor el 10 de abril de 2006.
EL ARBITRAJE A LA LUZ DE LAS JURISDICCIONES INTERNACIONALES:... 391
34
Energy Charter Treaty www.encharter.org
EL ARBITRAJE A LA LUZ DE LAS JURISDICCIONES INTERNACIONALES:... 393
tral y del Este, Japón, Australia y las Comunidades Europeas con todos
sus Estados miembros. Está basado en los objetivos políticos estableci-
dos en la declaración política de la Carta Europea de la Energía que fue
firmada en diciembre de 1991.
Por otro lado, los Estados se han comprometido a ejecutar las deci-
siones de arbitraje sin demora y a garantizar que serán efectivamente
cumplidas en todos sus territorios.
35
Los litigios relativos a la competencia y el medioambiente están excluidos de
cualquiera de los sistemas de arbitraje previstos.
36
Salvo para Australia, Hungría y Noruega.
EL ARBITRAJE A LA LUZ DE LAS JURISDICCIONES INTERNACIONALES:... 395
V. CONCLUSIÓN
1
Sobre el Grupo del Banco Mundial, así como el origen, estructura y fines de cada
una de las instituciones que lo conforman, puede verse en general la página web
del Banco Mundial (www.worldbank.org).
2
El texto del Convenio CIADI puede verse en www.worldbank.org/icsid/basicdoc/
basicdoc.htm.
3
Por ejemplo, en I Macabeos 8, 17 puede encontrarse una reseña al pacto de amis-
tad y comercio entre Roma y la nación judía, en el siglo II A.C. Otro ejemplo
puede ser el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación firmado entre los Esta-
dos Unidos de Norteamérica y España en 1795. En el Derecho Internacional clá-
sico, la protección jurídica de los intereses económicos de los extranjeros en otros
países se reconoce por medio de la Protección Diplomática: «Es un principio ele-
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 401
A finales de los años 50, los trabajos en el seno del Banco Mundial
para la constitución de la agencia de garantía de inversiones no fructi-
ficaron, debido a las dificultades políticas para el acuerdo.7
6
Pueden verse en este sentido la Resolución 368 (XIII) del Consejo Económico y
Social sobre métodos para financiar el desarrollo económico de los países sufi-
cientemente desarrollados, de 22 de agosto de 1951, E/RES/368(XIII), particular-
mente su apartado B; o la Resolución de la Asamblea General de las Naciones
Unidas 824 (IX) sobre corriente internacional de capitales privados para el desa-
rrollo económico de los países insuficientemente desarrollados, de 11 de diciem-
bre de 1954, A/RES/824(IX).
7
Hubo que esperar hasta 1985 para que el Banco Mundial pudiera establecer tal
agencia, hoy el OMGI (MIGA en inglés), mediante la adopción de la Convención
de Seúl de 11 de octubre de 1985. La agencia inició sus operaciones en 1988.
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 403
8
En su modestia, la constitución del CIADI se planteó de manera muy inteligente
y audaz por el personal del BIRF, a fin de asegurar la adopción de un instrumento
internacional que pudiera servir de base para desarrollos posteriores. Personas
que pudieron vivir aquellos momentos convienen en señalar a la figura de D.
Aron Broches como el auténtico artífice e impulsor del Convenio CIADI, en lo
que se ha reconocido públicamente como un ejercicio de eficaz diplomacia y buen
hacer por parte del entonces Consejero Jurídico Principal del BIRF.
9
La Junta de Gobernadores del BIRF es el máximo órgano de la institución, que se
reúne una vez al año, y donde se sientan los representantes de cada uno de los
Estados miembros (accionistas del Banco), por lo común los Ministros de Econo-
mía o Hacienda de cada Estado. La Junta de Gobernadores delega facultades en
los Directores Ejecutivos (en número de 24, antes 20), que se reúnen normal-
mente dos veces por semana. El Presidente del Banco preside las reuniones de los
Directores Ejecutivos y es el responsable de la gestión administrativa del BIRF,
junto a los Vicepresidentes y el resto del personal del Banco.
404 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
10
El texto del Informe de los Directores Ejecutivos puede verse en
www.worldbank.org/icsid/basicdoc/basicdoc.htm.
11
Para una completa documentación sobre los trabajos preparatorios del Convenio
CIADI puede verse la colección Documents Concerning the Origin and
Formulation of the Convention on the Settlement of Investment Disputes
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 405
between States and Nationals of other States, en cuatro volúmenes, editados por
el propio CIADI, 1968-1970. El vol. IV corresponde a la versión en español de los
trabajos preparatorios.
406 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
12
La propia Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo
(UNCTAD), que gestiona un programa de seguimiento sobre el tema, publicó un
completo estudio en el que se concluía que la influencia de los Tratados Bilatera-
les de Inversión sobre la Inversión Extranjera Directa era débil, Vid UNCTAD,
Bilateral Investment Treaties in the Mid-1990’s, Ginebra 1998, p. 122. El propio
Banco Mundial ha publicado un estudio que concluye que no existe correlación
estadística significativa, Vid HALLWARD-DRIEMEIER, M. «Do Bilateral Investment
Treaties Attract FDI? Only a bit… and they could bite», World Bank Policy
Research Paper WPS 3121, 31 de agosto de 2003 (disponible en
www.worldbank.org). TOBIN , J. y ROSE -ACKERMAN, S., en «Foreign Direct
Investment and the Business Environment in Developing Countries: the Impact
of Bilateral Investment Treaties», Yale School Center for Law, Economics and
Public Policy Research Paper n.° 293 (2005), encuentran incluso una correlación
negativa para la mayoría de los países. Por contra, SALACUSE, J.W. y SULLIVAN,
NICHOLAS P. en «Do BITs Really Work? An Evaluation of Bilateral Investment
Treaties and Their Grand Bargain», en Harvard International Law Journal, 46,
67-130, consideran que hay un efecto positivo, al menos para las inversiones
exteriores de EE.UU. NEUMAYER, E. y SPESS, L., «Do bilateral investment treaties
increase foreign direct investment to developing countries?», en World
Development 33 (10), Elsevier 2005,1567-1585, disponible en http://
eprints.lse.uk/archive/00000627, sostienen que hay un claro efecto positivo.
13
Vid NEUMAYER, E. y SPESS, L. NEUMAYER, ibídem, p. 1570. Es el caso evidente de
países como Brasil, México o India.
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 407
ello puede ser cierto, como cierto es que los factores que influyen en la
decisión empresarial de invertir en el extranjero son múltiples, y de
ellos, la posibilidad de acudir a un mecanismo internacional de resolu-
ción de disputas es sólo una variable menor. Pero, sin perjuicio de
todas estas consideraciones y los estudios econométricos al respec-
to, la idea bastante intuitiva es que, ceteris paribus (a iguales nive-
les de rentabilidad y riesgo, definido este último por otras varia-
bles), la existencia de una vía alternativa para resolución de dispu-
tas en un foro internacional es simplemente un elemento positivo
más para el inversor extranjero. Este análisis, ponderado y modes-
to, ya se encontraba en el propio Informe de los Directores Ejecuti-
vos de 18 de marzo de 1965.14
14
Vid párr. 12: «Los Directores Ejecutivos creen que el capital privado continuará
fluyendo hacia los países que ofrezcan un clima favorable para inversiones pro-
vechosas aunque tales países no se adhieran al convenio, o siendo parte no ha-
gan uso del Centro. Pero, por otro lado, la adhesión de un país al convenio pro-
porcionaría un incentivo adicional y estimularía un mayor flujo de inversiones
privadas internacionales hacia su territorio, lo que constituye el propósito prin-
cipal del convenio».
15
Determinados privilegios e inmunidades se extienden también a las personas
que actúen como conciliadores o árbitros, así como a otros sujetos que participen
en los procedimientos ante el CIADI, Vid artículos 21, 22, y 24 del Convenio
CIADI.
408 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
16
Desde su constitución en 1966 el CIADI ha tenido seis Secretarios Generales. En
la actualidad el cargo lo ocupa Dña. Ana Palacio, antigua Ministra de Asuntos
Exteriores de España. El primer Secretario General Adjunto, D. Antonio Parra,
no fue nombrado hasta 1999, retirándose en 2005. Existe además un Consejero
Jurídico Principal. Según el Informe Anual de 2006, el CIADI cuenta también con
una plantilla de 8 consejeros jurídicos, 5 consultores jurídicos y 6 asistentes
paralegales, además del personal administrativo (disponible en www.worldbank.org/
icsid/pubs/main.htm).
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 409
Por otro lado, como tal institución arbitral que administra procedi-
mientos de resolución de controversias, el CIADI se distingue
netamente de Comisiones de Conciliación Internacional o Tribunales
Internacionales en los que las disputas son mediadas o decididas por
los propios órganos internacionales.18 En este sentido, el CIADI se ase-
meja en su funcionamiento a cualquier otra institución arbitral de ca-
rácter privado o corporativo que administra procedimientos de reso-
lución de disputas.19 Sin embargo, se distingue claramente de éstas en
17
El Arbitraje de Derecho Internacional Público ha sido tradicionalmente un arbi-
traje ad hoc entre Estados, como por ejemplo el arbitraje entre EE.UU. y Reino
Unido en el asunto del buque Alabama (1872). Históricamente, esta fórmula de
arreglo ha servido para decidir reparaciones de guerra o derivadas de nacionali-
zaciones o crisis revolucionarias, en las que progresivamente se fue dando entra-
da a los propios inversores privados (el antecedente claro son los Tribunales
Arbitrales Mixtos constituidos por los Tratados de Paz de Versalles tras la I Gue-
rra Mundial). Por otro lado, la progresiva generalización de contratos comercia-
les con entidades estatales fue dando lugar a arbitrajes de este tipo entre inversores
y Estados, como por ejemplo en el caso entre Lena Goldfields Ltd. v. U.S.S.R.
(1930), referido en NUSSBAUM, A., «The Arbitration Between the Lena Goldfields
Ltd. and the Soviet Government», 36 Cornell L.Q. 43.
18
El más destacable de todos los Tribunales Internacionales es sin duda el Tribunal
Internacional de Justicia, órgano de las Naciones Unidas. Otro ejemplo es el Iran-
US Claims Tribunal. Sobre las Comisiones Internacionales de Conciliación, hoy
en desuso, puede verse el Acta General para Arreglo Pacífico de Controversias de
la Sociedad de Naciones de 26 de septiembre de 1928, revisada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas el 28 de abril de 1949.
19
Algunas de las instituciones arbitrales de carácter privado más conocidas son la
Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional (CCI);
la London Court of International Arbitration; la American Arbitration Association;
410 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
Vemos así que el CIADI ofrece una serie de peculiaridades que con-
forman una especial condición, caracterizada por tratarse de una insti-
tución permanente constituida bajo derecho internacional público, que
administra procedimientos de resolución de disputas en los que se otor-
ga legitimación directa a inversores privados frente a Estados. En este
sentido el CIADI emparenta con el Tribunal Permanente de Arbitraje,
otra organización internacional con el carácter de institución arbitral,
que se constituyó en 1899 para promover el arbitraje y otras formas
de resolución de disputas entre Estados.21 Posteriormente, el mandato
del Tribunal Permanente de Arbitraje fue ampliado en 1935, a fin de
administrar un arbitraje entre un inversor extranjero y un Estado (Ra-
dio Corporation of America v. China), sentando el primer precedente
22
Vid Informe Anual 2006 del Tribunal Permanente de Arbitraje, p. 2, accesible en
www.pca-cpa.org.
23
Este Reglamento fue sucedido por otro más moderno que entró en vigor el 6 de
julio de 1993, accesible en www.pca-cpa.org
24
Vid UNCTAD, Dispute Settlement: Investor-State, UNCTAD/ITE/IIT/30
(UNCTAD Series on issues in international investment agreements), 27 de julio
de 2003, pp. 35-36.
25
Esta confluencia es apreciable no sólo en la Jurisprudencia Arbitral del CIADI
(en gran medida conformada por decisiones de árbitros formados en la práctica
comercial internacional), sino también en otras instituciones arbitrales: el Tribu-
nal Permanente de Arbitraje ha adoptado Reglamentos inspirados en gran medi-
da en el Reglamento de Arbitraje de la Comisión de las Naciones Unidas para el
Derecho Mercantil Internacional (UNCITRAL) de 28 de abril de 1976, pensado
inicialmente para el arbitraje comercial. A su vez una institución arbitral privada
412 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
como la Corte Internacional de Arbitraje de la CCI administra cada vez más arbi-
trajes entre inversores privados y entidades estatales o paraestatales. Según su
Presidente, D. Pierre Tercier, en 2005 el porcentaje de arbitrajes administrados
por la CCI que involucraban a Estados alcanzaba más del 13% del volumen total
de casos ante la CCI, con una tendencia claramente creciente (Vid «Emerging
Trends in ICC Arbitration and Institution’s vision for the future» en Global
Arbitration Review, febrero 2007, accesible en www.globalarbitrationreview.com).
Por su parte, el Grupo de Trabajo de Arbitraje y Conciliación (Working Group II)
de la UNCITRAL se encuentra ahora mismo discutiendo una revisión del Regla-
mento de Arbitraje UNCITRAL de 1976, a fin de acomodarlo a las exigencias de
orden público que están implícitas en los arbitrajes con intervención de un Esta-
do o una entidad paraestatal (publicidad, acceso a los documentos, posibilidad de
personación de amicus curiae, etc.). El Informe de su 46º período de sesiones (5-
9 de febrero de 2007) y la agenda para su próxima reunión en septiembre de
2007 pueden consultarse en www.uncitral.org/uncitral/es/commission/
working_groups.
26
El artículo 25(1) del Convenio CIADI señala: «La jurisdicción del Centro se ex-
tenderá a las diferencias de naturaleza jurídica que surjan directamente de una
inversión entre un Estado Contratante (o cualquiera subdivisión política u or-
ganismo público de un Estado Contratante acreditados ante el Centro por dicho
Estado) y el nacional de otro Estado Contratante y que las partes hayan consen-
tido por escrito en someter al Centro. El consentimiento dado por las partes no
podrá ser unilateralmente retirado». En puridad técnica, como ya sabemos (Vid
apartado 2.1. supra), la «Jurisdicción» no corresponde al Centro, sino a los árbi-
tros o conciliadores designados conforme a los procedimientos ante el Centro.
Esta forma de expresarse, según el tenor literal del Convenio CIADI, se ha gene-
ralizado, y en realidad obedece a un concepto más general que es explicado en el
Informe de los Directores Ejecutivos, párr. 22.
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 413
27
«Declarando que la mera ratificación, aceptación o aprobación de este Convenio
por parte del Estado Contratante, no se reputará que constituye una obligación
de someter ninguna diferencia determinada a conciliación o arbitraje, a no ser
que medie el consentimiento de dicho Estado».
414 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
28
He aquí la verdadera inteligencia del sistema CIADI, que tenía ínsita la fórmula
de su éxito y que ha llevado a los autores anglosajones a hablar de un auténtico
arbitraje «without privity» (esto es, un pacto arbitral sin que haya realmente
una conexión transaccional entre las dos partes, Vid PAULSSON, J. «Arbitration
without privity», en ICSID Review–Foreign Investment Law Journal, n.° 10-2,
1995, p.p. 232 y ss.). Con todo, siendo tan trascendental al sistema del CIADI, la
Jurisprudencia Arbitral recaída en las disputas ante el Centro no ha terminado de
agotar el análisis jurídico de la oferta vinculante a arbitrar emitida por un Estado.
En general, sobre la oferta vinculante, puede verse el artículo 14 de la Conven-
ción de las Naciones Unidas sobre los Contratos de Compraventa Internacional de
Mercaderías (accesible en la página www.uncitral.org/pdf/spanish/texts/sales).
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 415
29
El primer caso ante el CIADI en el que se estimó el sometimiento a arbitraje
sobre la base de una disposición de derecho interno del Estado demandado fue el
asunto Southern Pacific Properties (Middle East) Limited v. Egipto (caso n.° ARB/
84/3). El Laudo Parcial sobre Jurisdicción es de 14 de abril de 1988, publicado en
ICSID Reports, vol. 3, p. 131 (1995). El primer caso en el que se estimó el some-
timiento a arbitraje sobre la base de un APPRI suscrito por el Estado demandado
fue el asunto Asian Agricultural Products Limited v. Sri Lanka (caso n.° ARB/
87/3), Laudo de 27 de junio de 1990, publicado en ICSID Review – Foreign
Investment Law Journal, vol. 6, p. 526 (1991). En la actualidad, la abrumadora
mayoría son casos sobre la base de APPRI’s suscritos por el Estado receptor de la
inversión.
30
Vid SCHREUER, C. The ICSID Convention: A Commentary. Cambridge University
Press 2001, p. 253, párr. 386.
416 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
31
Lo que se dio en denominar en la Doctrina arbitral como «la batalla de las for-
mas». Vid e.g. los materiales y comentarios recopilados en VÁRADY, T., J. BARCELÓ,
y A. VON MEHREN. International Commercial Arbitration, WestGroup 1999, pp.
166-169.
32
Vid e.g. el asunto Amco Asia Corporation y otros v. Indonesia (Caso n.° ARB/81/
1), Laudo Parcial sobre Jurisdicción de 25 de septiembre de 1983, ICSID Reports,
vol. 1, p. 400 (1993), en el que se trataba de la solicitud de inversión presentada
por el inversor extranjero ante las autoridades indonesias, que fue aceptada por
éstas, y que contemplaba el sometimiento al CIADI.
33
Vid e.g. el asunto Cable Television of Nevis, Ltd. y Cable Television of Nevis
Holdings, Ltd. v. Federación de las Islas St. Kitts y Nevis (Caso n.° ARB/95/2),
Laudo de 13 de enero de 1997, en ICSID Review–Foreign International Law
Journal, vol. 13, 1998, pp. 328 y ss., en el que se intentó fundar la Jurisdicción del
Centro frente al Estado federal sobre la base del inicio de procedimientos judicia-
les contra el inversor por parte del Estado federal, sin éxito.
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 417
34
Vid e.g. el asunto American Manufacturing & Trading, Inc. v. República Demo-
crática del Congo (Caso n.° ARB/93/1), Laudo de 21 de febrero de 1997, ICSID
Reports, vol. 5, p. 14 (2002); o el asunto Tradex Hellas S.A. v. Albania (Caso n.°
ARB/94/2), Laudo Parcial sobre Jurisdicción de 24 de diciembre de 1996, ICSID
Review-Foreign Investment Law Journal, vol. 14, p. 187 (1999).
418 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
35
El propio CIADI publica una colección actualizable de 10 volúmenes titulada
Investment Laws of the World, donde se compilan las legislaciones nacionales de
promoción de inversiones. Para una posible clasificación de distintos tipos puede
verse PARRA, A., «Provisions on the Settlement of Investment Disputes in Modern
Investment Laws, Bilateral Investment Treaties and Multilateral Instruments on
Investment», en ICSID Review-Foreign Investment Law Journal, vol. 12-2, p.p.
287 y ss. (1997).
36
Por ejemplo, el artículo 16 del Decreto Legislativo n.° 662 por el que se aprueba
la Ley peruana de Promoción de las Inversiones Extranjeras, no constituiría una
oferta en este sentido, por cuanto exige un acuerdo específico entre Estado e
inversor en virtud de los llamados Convenios de Estabilidad (disponible en
www.mef.gob.pe/peruinv/esp/legal/dl662.htm). Las dificultades que puede su-
poner en la práctica la interpretación de la legislación estatal interna de promo-
ción de inversiones extranjeras están bien ilustradas en el asunto Southern Pacific
Properties (Middle East) Limited v. Egipto (Caso n.° ARB/84/3, cit. supra n˚. 29),
en el que se discutió y decidió el alcance a estos efectos del artículo 8 de la Ley
egipcia n.° 43 de 1974, sobre inversión de capital árabe y extranjero y zonas
libres, que tras el caso fue objeto de reforma legislativa.
37
Téngase en cuenta la importancia que históricamente tuvo en Latinoamérica la
Doctrina Calvo, que en algunos países quedó sancionada con rango constitucio-
nal, según la cual la Jurisdicción nacional es igualmente soberana tanto para na-
cionales como extranjeros, ejerciéndose territorialmente sin posibilidad de inje-
rencia externa. Vid Tamburini, F., «Historia y destino de la (Doctrina Calvo):
¿Actualidad u obsolescencia del pensamiento de Carlos Calvo?». En Revista de
Estudios Histórico-Jurídícos, n.° 24, Valparaíso 2002, pp. 81-101.
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 419
38
Tal revisionismo judicial se ha dado, por ejemplo, en Bolivia, donde se planteó
recurso directo o abstracto de inconstitucionalidad contra la Ley de Ratificación
de la Adhesión al Convenio CIADI, así como contra otras Leyes de ratificación
de APPRI’s. El Tribunal Constitucional de Bolivia declaró la constitucionalidad
de estas Leyes en su Sentencia n.° 31/2006, de 10 de mayo de 2006. Asimismo,
en Colombia se planteó acción pública de inconstitucionalidad ante la Corte Cons-
titucional contra diversos artículos de la Ley n.° 963 de 8 de julio de 2005, de
estabilidad jurídica para los inversionistas en Colombia, que fueron declarados
exequibles en virtud de Sentencia de la Sala Plena de la Corte Constitucional de
24 de abril de 2006, C-320/06. Otra acción pública de inconstitucionalidad se
planteó, por razones contrarias, frente al artículo 7 de dicha Ley que establece
que la cláusula compromisoria que se incluya en los Contratos de Estabilidad
Jurídica sólo lo podrá ser con sometimiento a arbitraje nacional regido por leyes
colombianas. La Sala Plena de la Corte Constitucional también declaró la
exequibilidad de este artículo en virtud de su Sentencia de 7 de marzo de 2007,
C-155/07. Igualmente, en Venezuela se planteó recurso de inconstitucionalidad
contra el artículo 22 de la Ley de Promoción y Protección de Inversiones (Decre-
to-Ley n.° 356 de 3 de octubre de 1999), que fue desestimado en virtud de la
Sentencia n.° 186 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, de
14 de febrero de 2001 (caso Fermín Toro Jiménez y otro). Posteriormente se
volvió a plantear recurso, esta vez de interpretación, en el sentido de si el citado
artículo 22 podía entenderse o no, justamente, como una oferta incondicionada
de sometimiento al CIADI. La Sala Constitucional remitió el caso a la Sala Polí-
tico-Administrativa, que declaró inadmisible el recurso por falta de legítimo in-
terés de los recurrentes, en virtud de Sentencia del pasado 5 de junio de 2007.
420 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
39
Aquí también hará falta el consentimiento concurrente del inversor, de la misma
manera que cuando la oferta de sometimiento al CIADI aparece en una disposi-
ción de derecho interno (Vid supra apartado 3.1.2).
40
De los que se estima que un 70% están en vigor. Para un completo análisis de los
APPRI’s existentes puede verse UNCTAD, Bilateral Investment Treaties 1995-
2006: Trends in Investment Rulemaking, UNCTAD/ITE/IIT/2006/5, Febrero
2007; e igualmente, UNCTAD, Recent Developments in International Investment
Agreements, UNCTAD/WEB/ITE/IIT/2005/1, 30 de agosto 2005, p. 7, ambos
disponibles en www.unctad.org.
41
Sobre la posibilidad de un Tratado Mutilateral de Protección de Inversiones a
nivel mundial Vid supra n. 5. Además de los que se citan, el Acuerdo para Promo-
ción y Protección de Inversiones de 15 de diciembre de 1987 suscrito en el seno
de Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) entre Brunei, Indonesia,
Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia, ya preveía el recurso a arbitraje CIADI,
si bien exigiendo el posterior consentimiento expreso de las partes en disputa.
42
Disponible en www.encharter.org
43
Disponible en www.nafta-sec-alena.org
44
Disponible en www.sice.oas.org/Trade/MRCSR/colonia/pcolonia_s.asp
45
Acuerdo de Cartagena o del «Grupo de los 3», Acuerdo de Complementación
Económica n.° 33 en el seno de la Asociación Latinoamericana de Integración
(ALADI). Venezuela, el otro país miembro del «Grupo de los 3» denunció este
Tratado con efectos del 19 de noviembre de 2006. Disponible en www.sice.oas.org/
Trade/go3/G3INDICE.ASP#Inversión
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 421
46
Disponible en www.sice.oas.org.
47
Éste es el caso de la cláusula de resolución de disputas entre una parte contratan-
te e inversores de la otra parte contratante incluida en el artículo 9 del Acuerdo
para la promoción y protección recíproca de inversiones entre la República del
Perú y el Reino de España, de 17 de noviembre de 1994, y que entró en vigor el
16 de febrero de 1996 (disponible en www.sice.oas.org/Investment/
BITSbycountry/BITs/PER_Spain_s.pdf), que reza:
«1. Toda controversia relativa a las inversiones que surja entre una de las partes
contratantes y un inversor de la otra parte contratante respecto a cuestiones
reguladas por el presente acuerdo, será notificada por escrito, incluyendo una
información detallada, por el inversor a la parte contratante receptora de la
inversión. En la medida de lo posible las partes en controversia tratarán de
arreglar estas diferencias mediante un acuerdo amistoso.
2. Si la controversia no pudiera ser resuelta de esta forma en un plazo de seis
meses a contar desde la fecha de notificación escrita mencionada en el párrafo
1, será sometida a elección del inversor:
- A los tribunales competentes de la parte contratante en cuyo territorio se reali-
zó la inversión;
- Al tribunal de arbitraje ad-hoc establecido por el reglamento de arbitraje de la
comisión de las naciones unidas para el derecho comercial internacional;
- Al Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones
(C.I.A.D.I.), creado por el «convenio sobre el arreglo de diferencias relativas a
inversiones entre Estados y nacionales de otros Estados», abierto a la firma en
Washington el 18 de marzo de 1965, cuando cada Estado Parte en el presente
acuerdo se haya adherido a aquel».
48
Para un completo análisis de los distintos tipos y modalidades Vid el documento
elaborado en el marco del programa de trabajo UNCTAD sobre acuerdos inter-
422 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
57
Vid el Laudo de 21 de noviembre de 2000, publicado en ICSID Review-Foreign
Investment Law Journal, vol. 16, p. 641 (2001), y su posterior anulación parcial
por Laudo de Anulación de 3 de julio de 2002, publicado en ICSID Review-Foreign
Investment Law Journal, vol. 19, p. 89 (2004), en el Asunto Compañía de Aguas
del Aconquija S.A. y Vivendi Universal v. Argentina (Caso n.° ARB/97/3). Igual-
mente, puede verse el Asunto Azurix Corp. v. Argentina (Caso n.° ARB/01/12),
Laudo Parcial sobre Jurisdicción de 8 de diciembre de 2003, disponible en
www.worldbank.org/icsid/cases/azurix-decision-sp.pdf. En general, sobre la dis-
tinción treaty/contract claims puede verse CREMADES, B. y D. CAIRNS, «Contract
and treaty claims and choice of forum in foreign investment disputes». En Parallel
State and Arbitral Procedures in International Arbitration, ICC Publishing 2005,
pp. 13 y ss.
58
Con lo que también se difumina la distinción conceptual entre treaty/contract
claims. Contra una interpretación aún más extensiva de la Jurisdicción del CIADI
con base en esta artificiosa distinción puede verse FADLALLAH, I. «La distinction
«treaty claims-contract claims» et la compétence de l’arbitre (CIRDI: faisons-
nous fausse route?)». En Gazette du Palais: Les cahiers de l’arbitrage, vol. III,
2006, p. 3. En el sentido de una interpretación aún más extensiva de la Jurisdic-
426 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
59
Vid SCHREUER, C. The ICSID Convention… Op. cit., p. 104, párr. 39.
60
Quizás lo único que se ha podido plantear al respecto por los autores (sin que
haya surgido todavía en la Jurisprudencia Arbitral del CIADI) es la cuestión de si
la intención de renegociar un contrato puede ser o no una disputa jurídica. Vid
BERNARDINI, P. «The renegotiation of the Investment Contract». En ICSID Review-
Foreign Investment Law Journal, vol. 13-2, p.p. 411 y ss. (1998). A nuestro modo
de ver la cuestión no es de gran alcance puesto que siempre habrá cauces para
plantearla en términos jurídicos.
61
Vid SCHREUER, C. The ICSID Convention… Op. cit., p. 122, párr. 81. El primer
Borrador contenía una definición según la cual, «inversión» significaba «toda
aportación de dinero u otros activos de valor económico por plazo indefinido o,
en caso de un plazo definido, por no menos de cinco años».
428 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
62
Vid por todos, Asunto Fedax N.V. v. Venezuela (caso n.° ARB/96/3), Laudo Par-
cial sobre Jurisdicción de 11 de julio de 1997, publicado en ICSID Reports, vol. 5,
p. 186 (2002); así como Asunto Salini Costruttori S.p.A. e Italstrade S.p.A. v.
Marruecos (caso n.° ARB/00/4), Laudo Parcial sobre Jurisdicción de 23 de julio
de 2001, publicado en ICSID Reports, vol. 6, p. 400 (2004).
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 429
63
Vid Asunto Kaiser Bauxite Company v. Jamaica (caso n.° ARB/74/3), Laudo Par-
cial sobre Jurisdicción de 6 de julio de 1975, publicado en ICSID Reports, vol. 1, p.
296 (1993), en el que se considera tal circunstancia como de «gran peso» en la
determinación de la jurisdicción objetiva del tribunal; así como Asunto
Ceskoslovenska obchodni banka, a.s. v. Eslovaquia (caso n.° ARB/97/4), Laudo
Parcial sobre Jurisdicción de 24 de mayo de 1999 (disponible en
www.worldbank.org/icsid/cases), en el que se consideró que un préstamo podía
considerarse como «inversión» a los efectos del Convenio cuando en el contrato
se hacía referencia a un APPRI que contemplaba la sumisión al CIADI.
430 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
64
Véase el completo análisis en el estudio de la UNCTAD, Bilateral Investment
Treaties 1995-2006: Trends in Investment Rulemaking, cit. supra n. 40, pp. 4-20.
Vid también RUBINS, N. «The notion of investment in International Investment
Arbitration». En Studies in Transnational Economic Law, vol. 19 (Arbitrating
Foreign Investment Disputes), Kluwer 2004, p.p. 283-324.
65
Vid como ejemplo de definición amplia, con lista abierta y requisito de conformi-
dad a la legislación nacional el artículo 1.2 del APPRI entre Perú y España, cit.
supra n. 47.
66
La Jurisprudencia Arbitral del CIADI interpreta muy restrictivamente estas li-
mitaciones al concepto de inversión que se incluyen en los APPRI’s. Vid Asunto
Salini v. Marruecos, cit. supra n˚. 62, que dejó sentado que el requisito de confor-
midad con la legislación nacional no se refiere a la definición de «inversión» sino
a su validez a efectos internos.
67
Uno de los escasos ejemplos de declaración de incompetencia por la definición
restrictiva incluida en un APPRI puede verse en el Asunto Philippe Gruslin v.
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 431
71
Vid Asunto Fedax N.V. v. Venezuela, cit. supra n.˚ 62, en el que se asumió Jurisdic-
ción sobre una disputa relativa a unos efectos comerciales emitidos por Venezuela.
72
Desde préstamos, bonos estatales, efectos cambiarios, contratos de construcción,
concesiones administrativas, y hasta contratos de servicios. Una referencia a las
materias objeto de disputa ante el CIADI puede verse en www.worldbank.org/
icsid/cases.
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 433
73
Vid SCHREUER, C. The ICSID Convention… Op. cit., p. 149, párr. 143.
74
Sólo 10 Estados Contratantes han realizado acreditaciones con carácter general,
Vid www.worldbank.org/icsid/pubs/icsid-8/icsid-8-c.htm.
75
Sólo 4 Estados Contratantes han comunicado al Centro que no es necesaria su
aprobación, ibídem.
434 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
76
Cit. supra n.˚ 33. En el Laudo, el Tribunal también razonó expresamente que el
Estado Federal tampoco había dado su aprobación conforme al artículo 25(3) del
Convenio CIADI.
77
Particularmente en el Asunto Compañía de Aguas del Aconquija S.A. y Vivendi
Universal v. Argentina (caso n.° ARB/97/3), cit. supra n.˚ 57, en el que se admitió
la Jurisdicción del CIADI para discutir la responsabilidad de Argentina por actos
de la Provincia de Tucumán. Vid también Asunto E. A. Maffezini v. España (caso
n.° ARB/97/7), Laudo Parcial sobre Jurisdicción de 25 de enero de 2000 (disponi-
ble en www.worldbank.org/icsid), en el que se admitió la Jurisdicción del CIADI
para discutir la responsabilidad de España por actos de la empresa «Sociedad para
el Desarrollo Industrial de Galicia» (SODIGA), participada por determinadas
entidades públicas. Los principios de Derecho Internacional Público sobre res-
ponsabilidad de los Estados por actos ilícitos internacionales se consideran codi-
ficados en el Proyecto de Artículos sobre la Responsabilidad del Estado por Actos
Ilícitos Internacionales de la Comisión de Derecho Internacional de las Naciones
Unidas, 2001, disponible en http://untreaty.un.org/ilc/texts/instruments. Para
una crítica de la extensión de la Jurisdicción del CIADI en el Asunto Compañía
de Aguas del Aconquija S.A. y Vivendi Universal puede verse LARSEN, C. «ICSID
Jurisdiction; The Relationship of Contracting States to Sub-States Entities». En
Studies in Transnational Economic Law, vol. 19 (Arbitrating Foreign Investment
Disputes), Kluwer 2004, p.p. 354-386.
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 435
78
Ibidem, Laudo Parcial sobre Jurisdicción de 25 de enero de 2000, párr. 77 y ss.
79
El artículo 25(2) del Convenio CIADI señala: «(2) Se entenderá como ‹nacional
de otro Estado Contratante›:
(a) toda persona natural que tenga, en la fecha en que las partes consintieron
someter la diferencia a conciliación o arbitraje y en la fecha en que fue regis-
trada la solicitud prevista en el apartado (3) del Artículo 28 o en el apartado
(3) del Artículo 36, la nacionalidad de un Estado Contratante distinto del
Estado parte en la diferencia; pero en ningún caso comprenderá las personas
que, en cualquiera de ambas fechas, también tenían la nacionalidad del Esta-
do parte en la diferencia; y
(b) toda persona jurídica que, en la fecha en que las partes prestaron su consen-
timiento a la jurisdicción del Centro para la diferencia en cuestión, tenga la
nacionalidad de un Estado Contratante distinto del Estado parte en la dife-
rencia, y las personas jurídicas que, teniendo en la referida fecha la naciona-
lidad del Estado parte en la diferencia, las partes hubieren acordado atribuir-
le tal carácter, a los efectos de este Convenio, por estar sometidas a control
extranjero.»
436 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
Persona jurídica
80
Rige aquí de manera estricta la norma de no sometimiento a jurisdicción inter-
nacional de disputas de un Estado con sus propios nacionales, largamente esta-
blecida en Derecho Internacional para los casos de Protección Diplomática. Así,
el Informe de los Directores Ejecutivos señala en su párr. 29 que «la persona
natural que poseyere la nacionalidad de un Estado que sea parte en la diferencia
no puede ser parte en los procedimientos que se tramiten bajo los auspicios del
Centro, ni aun cuando al propio tiempo tuviere la nacionalidad de otro Estado.
Esta incapacidad es absoluta y no puede ser subsanada ni siquiera en los casos
en que el Estado que sea parte en la diferencia hubiere dado su consentimiento».
La cuestión se está discutiendo en el Asunto Víctor Pey Casado y Fundación
Presidente Allende v. Chile (caso n.˚ ARB/98/2), pendiente, y en el que la parte
demandante intenta hacer valer la doctrina de la «nacionalidad efectiva», tam-
bién reconocida en la Jurisprudencia Internacional.
81
E.g. artículo 1.1.a) del APPRI entre la República del Perú y el Reino de España,
cit. supra n.° 47.
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 437
82
La referencia constante a este respecto es el caso Barcelona Traction, Decisión de
la Corte Internacional de Justicia de 5 de febrero de 1970 (Segunda Fase, Segun-
da Demanda), I.C.J. Reports 1970, p.p. 3, y 42, disponible en www.icj-cij.org/
docket/files/50/5387.pdf.
83
Vid, e.g., Société Ouest Africaine des Bétons Industriels v. Senegal (caso n.° ARB/
82/1), Laudo sobre Jurisdicción de 1 de agosto de 1984, ICSID Reports, vol. 2, p.
180; el asunto Amco Asia Corporation y otros v. Indonesia (caso n.° ARB/81/1),
cit. supra, n.˚ 32; o el asunto Autopista Concesionada de Venezuela, C.A. v. Vene-
zuela (Caso n.° ARB/00/5), Laudo Parcial sobre Jurisdicción de 27 de septiembre
de 2001, disponible en www.worldbank.org/icsid. Este criterio formal, más tra-
dicional, deja paso, poco a poco, a un criterio más sustantivo como el de la sede de
la dirección efectiva, al menos en determinadas circunstancias excepcionales como
cuando existe control extranjero y la sociedad no desarrolla actividad en el lugar
de constitución o del domicilio social. Vid Proyecto de Artículos sobre Protección
Diplomática, elaborados por la Comisión de Derecho Internacional de las Nacio-
nes Unidas, 2006, disponible en http://untreaty.un.org/ilc/texts/instruments.
84
Esta posibilidad fue rechazada en el primer caso ante el CIADI, Asunto Holiday
Inns S.A. y otros v. Marruecos (caso n.° ARB/72/1), Laudo Parcial sobre Jurisdic-
ción de 1 de julio de 1973, ICSID Reports, vol. 1, p. 663, pero la evolución
Jurisprudencial posterior llevó a la conclusión contraria: Asunto Klöckner
438 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
92
El Reglamento Administrativo y Financiero, las Reglas de Iniciación, las Reglas
de Conciliación y las Reglas de Arbitraje, están también disponibles en
www.worldbank.org/icsid/basicdoc/basicdoc-2003.htm.
93
A 31 de agosto de 2007, el CIADI ha registrado 249 casos, de los que están pen-
dientes 116. De todos los casos, sólo 6 han sido de conciliación (información ob-
tenida de www.worldbank.org/icsid).
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 441
94
La solicitud deberá acompañarse de 5 copias (Regla de Iniciación 4), y asimismo
deberá abonarse un derecho de registro no reembolsable de 25.000 US$ (Regla
16 del Reglamento Administrativo y Financiero). Mientras no se abone este de-
recho no se tramita la solicitud.
442 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
Conforme a las Reglas de Arbitraje, y salvo que las partes hayan acor-
dado alguna derogación de las mismas, el procedimiento ordinario com-
prende, en general, una fase de actuaciones escritas y una fase de ac-
tuaciones orales (Capítulo IV de las Reglas de Arbitraje).
Cada parte, dentro de los plazos fijados por el Tribunal, hará su pro-
posición de prueba, y el Tribunal decidirá sobre su admisibilidad.
444 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
La decisión final del tribunal se plasma por medio del Laudo donde
se resuelven todas las pretensiones de las partes. El Laudo es moti-
vado y, en su caso, pueden acompañar votos particulares (Regla de
Arbitraje 47). Debe formularse y firmarse a los 120 días del cierre
del procedimiento, ampliables por otros 60 días (Regla de Arbitraje
46).
tearse lo antes posible y, a más tardar antes del vencimiento del pla-
zo fijado para la presentación del Memorial de Contestación o, si se
refiere a una petición incidental o adicional, de la Dúplica (Regla de
Arbitraje 41.1).95
95
La versión española de esta Regla 41.5 en las publicaciones habituales del propio
CIADI contiene una errata, confundiendo Réplica con Dúplica.
96
Esta excepción preliminar por manifiesta falta de mérito jurídico fue introducida
en la última reforma del Reglamento Administrativo y Financiero y las Reglas
de Conciliación y Arbitraje, que entró en vigor el 10 de abril de 2006. Esta refor-
ma afectó, además, a otros aspectos concretos del procedimiento arbitral, tales
como la posibilidad de solicitar medidas cautelares antes de la constitución del
Tribunal Arbitral (Regla 39.5); una mayor explicitación de las obligaciones de
independencia e imparcialidad de los árbitros en la declaración que deben firmar
(Regla 6.2); una mayor posibilidad para que puedan asistir terceros observadores
a las actuaciones orales (Regla 32.2); la posibilidad de que terceros ajenos al pro-
cedimiento puedan presentar consideraciones escritas sobre la disputa (a modo
de amicus curiae, Regla 37.2); un criterio algo más amplio para la publicación de
los Laudos del Centro (Regla 48.4).
446 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
97
La antigua discusión doctrinal sobre el carácter obligatorio o no de las medidas
provisionales, sobre la base del uso de esta expresión («recomendar»), ha sido
finalmente superada por la Jurisprudencia Arbitral del Centro, concluyendo la
naturaleza obligatoria de las medidas que acuerde el Tribunal. Vid Asunto Víctor
Pey Casado y Fundación Presidente Allende v. Chile (Caso n.˚ ARB/98/2), cit.
supra n.˚ 80, Decisión sobre Medidas Provisionales de 25 de septiembre de 2001,
ICSID Review – Foreign Investment Law Journal, vol. 16, p. 567 (2001).
98
Ibídem, párr. 4 y ss.
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 447
A todos estos gastos y honorarios se hace frente con los pagos anti-
cipados que efectúan las partes, de conformidad con la Regla 14(3) del
Reglamento Administrativo y Financiero.
Por otro lado, el artículo 53 del Convenio establece que el Laudo CIADI
es obligatorio para las partes, sin que pueda ser objeto de apelación ni de
cualquier otro recurso, excepto en los casos previstos en el propio Conve-
nio. Esta salvedad hace referencia a los recursos de revisión y anulación
previstos en los artículos 51 y 52 del Convenio, y que, necesariamente, se
sustancian ante el propio Centro.99
99
Vid, Informe de los Directores Ejecutivos, párr. 41.
100
Uno de los autores que primero recogió la noción de «arbitraje deslocalizado»
fue FOUCHARD, P. A este respecto pueden consultarse las interesantes reflexiones
de CUARTERO RUBIO, Mª V., El recurso de anulación contra el laudo arbitral en el
arbitraje comercial internacional, Eurolex, 1997, pp. 32-37.
448 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
101
Vid SCHREUER, C. The ICSID Convention… Op. cit., p. 1114, párr. 42 y ss.
102
Esta Convención, adoptada bajo los auspicios de las Naciones Unidas, es uno de
los instrumentos internacionales más reconocidos en la práctica comercial, del
que son parte 142 Estados (Vid, www.uncitral.org).
103
Vid la información disponible en www.worldbank.org/icsid/pubs/icsid-8/icsid-
8-e.htm. España y Perú no han realizado ninguna designación, a pesar de que el
artículo 69 del propio Convenio CIADI exige que los Estados Contratantes adop-
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 449
ciones realizadas por los Estados como por la falta de regulación espe-
cífica, se produce cierta confusión e incorrecta asimilación de los Lau-
dos CIADI a laudos extranjeros.
ten las medidas legislativas y de otro orden que sean necesarias para asegurar la
vigencia de sus disposiciones. Entre los Estados que han aprobado legislación
específica sobre el reconocimiento y ejecución de los Laudos CIADI puede men-
cionarse a los EE.UU., Reino Unido y Holanda.
104
Laudo de 8 de agosto de 1980, ICSID Reports, vol. 1, p. 330 (1993), que se intentó
ejecutar en Francia: Sentencia del Tribunal de Gran Instancia de París de 23 de
diciembre de 1980, y confirmatoria de 13 de enero de 1981, que fue parcialmente
revocada por la Sentencia de la Corte de Apelación de París de 26 de junio de
1981. Un posterior intento de ejecutar el Laudo frente a activos del Banque
Commerciale Congolaise fue finalmente rechazado por la Corte de Casación en
su Sentencia de 21 de julio de 1987. Finalmente, el Congo pagó voluntariamente
la condena del Laudo. Extractos de todas estas decisiones judiciales francesas
pueden encontrarse en ICSID Reports, vol. 1, p. 369 y ss. (1993).
105
Laudo de 25 de febrero de 1988, ICSID Reports, vol. 2, p.p. 164 (1994), cuya
ejecución fue ordenada en primer lugar por el Tribunal de Gran Instancia de
París. Esta decisión fue revocada por la Corte de Apelación de París de 5 de di-
ciembre de 1989 (ICSID Reports, vol. 2, p. 337, 1994). Posteriormente, la Corte
de Casación revocó la decisión de la Corte de Apelación de París en su Sentencia
de 11 de junio de 1991 (ICSID Reports, vol. 2, p. 341, 1994).
106
Laudo de 31 de marzo de 1986 (ICSID Reports, vol. 2, p. 346, 1994), que fue
reconocido y ejecutado en una Orden de la Southern District Court of New York
de 25 de septiembre de 1986 (ICSID Reports, vol. 2, p. 384, 1994). Esa Orden fue
luego revocada por el mismo tribunal en Sentencia de 12 de diciembre de 1986
450 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
Ciertamente, hasta ahora han sido pocos los casos de ejecución for-
zosa de Laudos CIADI, pero su actual proliferación puede hacer cam-
biar la situación. He aquí sin duda uno de los retos que tiene frente a sí
el sistema arbitral del CIADI. La cuestión se hace especialmente inte-
resante en contextos de crisis, como ocurrió en Argentina en el año
2002, cuando se adoptaron medidas de emergencia económica que han
originado más de una treintena de demandas de arbitraje frente a Ar-
gentina ante el CIADI.
111
Como podría ser el caso de Argentina, a pesar de su anunciada resistencia a los
Laudos CIADI derivados de la crisis de 2002. Sin duda se ha abierto un compás
de espera para la vía de la negociación política. Vid, e.g., «Will the Argentine
Government pay what it owes to Foreign Firms?» en Economist Intelligence
Unit: ViewsWire, 23 de mayo de 2005; “Argentina: Kirchner asks to meet French,
German and Spanish Leaders in New York”, en World News Connection, 23 de
agosto de 2005. En algunos Tratados Multilaterales de Protección de Inversiones
se han previsto incluso mecanismos institucionales para el caso de incumpli-
miento del Laudo CIADI: Vid, Capítulo XX TLCAN.
112
Los comentaristas anglosajones consideran indistintamente estas figuras como
formas de «impugnación» contra el Laudo, en una imprecisión seguida a veces
por autores de tradición civilista. Los únicos «recursos» son los de revisión y
452 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
Los motivos tasados para fundar una solicitud de anulación son los
siguientes (artículo 52.1 Convenio): (a) que el Tribunal se hubiere cons-
tituido incorrectamente; (b) que el Tribunal se hubiere extralimitado
manifiestamente en sus facultades; (c) que hubiere habido corrupción
de algún miembro del Tribunal; (d) que hubiere quebrantamiento gra-
ve de una norma de procedimiento; o (e) que no se hubieren expresado
en el laudo los motivos en que se funde.
anulación (Vid Informe de los Directores Ejecutivos, párr. 41). Y aún tales «recur-
sos» lo son de manera discutible: técnicamente, el «recurso de revisión» es una
acción autónoma de impugnación de la firmeza de un Laudo sobre la base de
hechos nuevos. El llamado «recurso de anulación» es igualmente una acción au-
tónoma de nulidad sobre motivos tasados, aunque su especial configuración en el
sistema CIADI lo asemeja mucho más a un «recurso» ante el propio Centro. La
precisión técnica ayudaría a aclarar la confusión sobre la naturaleza de estas so-
licitudes, y que en la práctica ha resultado a veces, por ejemplo, en «solicitudes de
aclaración» poco técnicas y sobre cuestiones nuevas (Vid, e.g., asunto Wena Hotels
Limited v. Egipto, case n.° ARB/98/4). Aunque en relación a las «solicitudes de
aclaración», la posibilidad que prevé el artículo 50(2) del Convenio de que las
mismas sean conocidas por un Tribunal Arbitral de nueva constitución, alimenta
justamente esa confusión.
113
En el arbitraje comercial internacional se conocen arbitrajes institucionales con
«doble instancia» o posibilidad de revisión ante la propia institución, particular-
mente en arbitrajes especializados en mercados de commodities. El mecanismo
de anulación en el arbitraje CIADI constituye sin duda una de sus características
peculiares, única en el arbitraje de inversiones.
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 453
Ninguno de estos tres árbitros puede haber formado parte del Tri-
bunal que dictó el Laudo, ni ser de la misma nacionalidad que cual-
114
Vid, Asunto Klöckner Industrie-Anlagen GmbH y otros v. Camerún y Société
Camerounaise des Engrais (caso n.° ARB/81/2), primera Decisión sobre Anula-
ción de 3 de mayo de 1985 (ICSID Reports, vol. 2, p. 95, 1994); y Asunto Maritime
International Nominees Establishment v. Guinea (case n.° ARB/84/4), Decisión
sobre Anulación de 22 de diciembre de 1989 (ICSID Reports, vol. 4, p. 79, 1997).
115
Vid, Asunto «Klöckner», ibídem; y Asunto Amco Asia Corporation y otros v.
Indonesia (caso n.° ARB/81/1), primera Decisión sobre Anulación de 16 de mayo
de 1986 (ICSID Reports, vol. 1, p. 509, 1993).
116
Según una distinción que se introdujo por primera vez en la Decisión sobre Anu-
lación del asunto Maritime International Nominees Establishment v. Guinea (case
n.° ARB/84/4), cit. supra n. 114.
454 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
117
Vid Decisión sobre Jurisdicción de 10 de mayo de 1988 del segundo Tribunal
Arbitral en el Asunto Amco Asia Corporation y otros v. Indonesia, caso n.° ARB/
81/1 (ICSID Reports, vol. 1, p. 543, 1993).
118
En los dos primeros casos de anulación, «Klöckner» y «Amco», cit. supra nros.
114 y 115.
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 455
119
La aprobación fue inicialmente provisional por un período de cinco años, y luego
se hizo definitiva por Decisión del Consejo Administrativo de 26 de septiembre
de 1984. Vid Schreuer, C. The ICSID Convention… Op. cit., p. 92, n.˚ 4.
456 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
120
Las Comisiones de Comprobación de Hechos están reconocidas en Derecho In-
ternacional Público, y también en la práctica privada de métodos alternativos de
resolución de disputas. En el caso del CIADI, no se conoce que haya habido un
uso práctico reseñable de este tipo de procedimientos.
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 457
121
La autorización que supone el Reglamento del Mecanismo Complementario
aproxima sin duda el CIADI, aún más, a una institución arbitral privada. Es por
ello que se hacía necesaria esta reserva a criterio del Secretario General del Cen-
tro para poder rechazar solicitudes sobre disputas comerciales ordinarias que des-
naturalizarían los fines y funciones del CIADI.
458 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
122
En los últimos años se han dado varios casos de revisión por tribunales naciona-
les de Laudos del Mecanismo Complementario. Una relación puede encontrarse
en la página web http://ita.law.uvic.ca/annulment_judicialreview.htm. De ahí,
precisamente, que el artículo 19 del Reglamento de Arbitraje (Mecanismo Com-
plementario) prevea que los procedimientos de arbitraje se celebren únicamente
en Estados que sean parte del Convenio de Nueva York de 1958.
123
Asunto Metalclad Corporation v. México (case n.° ARB(AF)/97/1).
124
Una lista de los Estados Contratantes y firmantes del Convenio CIADI puede
encontrarse en www.worldbank.org/icsid/constate/c-states-sp.htm.
EL SISTEMA ARBITRAL DEL CENTRO INTERNACIONAL DE ARREGLO... 459
Esta proliferación de asuntos tiene que ver sin duda con la expan-
sión de la suscripción entre Estados de APPRIS, y que se estiman en la
actualidad en unos 2.500 tratados.126
125
El primer caso no se registró hasta 1972 (Asunto Holiday Inns S.A. y otros v.
Marruecos), y desde entonces sólo se registraban pocos casos. A partir de 1997, el
número de casos que se registran ante el CIADI ha venido creciendo anualmen-
te. Sólo en el año 2006 se registraron 26 nuevos casos de arbitraje. Vid
www.worldbank.org/icsid.
126
Vid, UNCTAD, Bilateral Investment Treaties 1995-2006: Trends in Investment
Rulemaking, UNCTAD/ITE/IIT/2006/5, Febrero 2007; e igualmente, UNCTAD,
Recent Developments in international investment agreements, UNCTAD/WEB/
ITE/IIT/2005/1, 30 de agosto 2005, ambos disponibles en www.unctad.org.
127
Puede visitarse, e.g., www.bilaterals.org, página web de varias ONG’s.
128
Vid. www.worldbank.org/icsid/highlights/05-16-07.htm. A finales de abril de
2007, Bolivia había hecho pública su intención de denunciar el Convenio CIADI,
en una cumbre con Venezuela, Cuba y Nicaragua, a la que también asistieron
como observadores representantes de Ecuador y Haití. En la cumbre se forma-
lizó una declaración en la que Venezuela y Nicaragua expresaron también
su compromiso de denunciar el Convenio CIADI. Esta cumbre se enmarca
en las reuniones periódicas del ALBA (Alternativa Bolivariana para Améri-
ca Latina y el Caribe), una iniciativa internacional encabezada por Venezuela.
460 PEDRO CLAROS ALEGRÍA
129
Vid, intervención de D. Osvaldo Siseles, Subsecretario de Asuntos Legales del
Ministerio de Economía de la República Argentina, en las Jornadas sobre «La
Seguridad Jurídica y las inversiones extranjeras en América Latina: El caso ar-
gentino», organizadas por el Real Instituto El Cano, Madrid, 11 y 12 de diciem-
bre de 2003.
CAPÍTULO 25
EL ARBITRAJE EN EL MARCO DE
LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO
Esther López Barrero
Capítulo 25
EL ARBITRAJE EN EL MARCO DE
LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO
1. INTRODUCCIÓN
1
Artículo VI del Acuerdo sobre la OMC. Consultar en www.wto.org, documentos
en línea.
466 ESTHER LÓPEZ BARRERO
cada dos años, por lo que las labores de la Conferencia, para dar conti-
nuidad al sistema, las asume el Consejo General durante los períodos
inter-conferencias. Tanto en estos dos órganos, como en resto de los
órganos políticos de la OMC, pueden participar todos los miembros,
salvo tasadas excepciones.2 De ahí que se afirme que la OMC es una
organización abierta, en la que los miembros pueden formar parte
de cualquiera de los órganos del sistema. Esta parte de la organiza-
ción, el aparato institucional político, es el que tiene atribuida la
competencia de crear normas, bien a través de su estructura
organizativa habitual, bien mediante la convocatoria de una Ronda
de Negociaciones Multilaterales.
2
Son órganos de composición restringida del aparato institucional político de la
OMC: el Comité de Asuntos Presupuestarios, Financieros y Administrativos, así
como los grupos de trabajo y los grupos de adhesión. En todos ellos se limita la
participación en beneficio de la eficacia del funcionamiento de dichos órganos.
3
El Acta Final en que se incorporan los resultado de la Ronda Uruguay de
Negociaciones Comerciales Multilaterales, en su apartado 4 establece que:
«Los representantes convienen en que el Acuerdo sobre la OMC estará abierto a
la aceptación como un todo, mediante firma o formalidad de otra clase, de todos
los participantes, de conformidad con el artículo XVI. La aceptación y entrada en
vigor de los Acuerdos Comerciales Plurilaterales incluidos en el anexo 4 del Acuer-
do sobre la OMC se regirán por las disposiciones de cada Acuerdo Comercial
Plurilateral».
4
El Acuerdo de Marrakech por el que se establece la OMC, conocido como Acuerdo
sobre la OMC, es el tratado internacional a través del cual se crea la organización.
EL ARBITRAJE EN EL MARCO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO 467
Los compromisos materiales, por los que se regulan los intercambios comerciales
entre los miembros, se recogen en otros textos, que están anexados al Acuerdo
sobre la OMC. Así el paquete de compromisos aceptados por los Estados
negociadores en la Ronda Uruguay, en la que se creó la OMC, consistía en el Acuerdo
sobre la OMC, más los casi treinta acuerdos anejos a dicho tratado, más las
obligaciones contenidas en las Listas de Compromisos Específicos. Los acuerdos anejos
al Acuerdo sobre la OMC se estructuraron en cuatro anexos, de los cuales tres eran
de aceptación obligatoria: el Anexo 1, compuesto por los tratados que contenían las
obligaciones comerciales materiales sobre intercambios de mercancías, servicios y
derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio, el Anexo 2, que fija
la estructura del Sistema de Solución de Diferencias, y el Anexo 3, que regula el
funcionamiento del Mecanismo de Examen de Políticas Comerciales. El Anexo 4,
que era el que contenía los Acuerdos Comerciales Plurilaterales, era el único en el
que los miembros podían elegir si firmaban o no. Cfr J.H. Jackson, The World Trade
Organization. Constitution and Jurisprudence, The Royal Institute of International
Affairs, Chatham House Papers, 1998, pp. 36 y ss.
468 ESTHER LÓPEZ BARRERO
5
Artículo 3.2 del Entendimiento de Solución de Diferencias (ESD), Anexo 2 del
Acuerdo sobre la OMC. Consultar en www.wto.org, documentos en línea.
6
La automaticidad, por existir un consentimiento previo sobre su funcionamiento,
es una de las grandes ventajas que presenta el sistema de solución de diferencias
de la OMC con respecto a otro tipo de mecanismos de resolución de conflictos
internacionales. Esto permite que una vez presentadas las controversias se resuelva
en un plazo medio estimado de entre dos y tres años. Cfr J.D. Gonzalez Campos
et alt., Curso de derecho Internacional Público, Civitas, 2003, 3ª Edición Revisada,
Capítulo XXIV sobre «El arreglo pacífico de las controversias internacionales»
7
Para un estudio más detallado del funcionamiento del SSD consultar: V. Bou
Franch, «El mecanismo de Solución de Diferencias en la Organización Mundial
del Comercio», en la obra colectiva Temas Actuales de Derecho Comercial. Normas
Legales, Lima, 2004, pp 865-894; A. LIGUSTRO , Le controversia tra Statu nel diritto
del Commercio Internazionale: Dal GATT all´OMC Milano: CEDAM, 1996; LÓPEZ
BARRERO E. «El Sistema de Solución de Diferencias de la Organización Mundial
del Comercio: Funcionamiento y revisión en la Ronda del Milenio». En Revista
Jurídica del Perú, año LIII n.° 49, agosto 2003, pp 95-117; D. Luff, Le Droit de
l´Organization Mondiale du Commerce, Bruylant, Bruxelles, 2004; M. Montañá
Mora, La OMC y el reforzamiento del sistema GATT. MC GRAW-HILL, Madrid:
1997; F. PIÉROLA CASTRO, Solución de Diferencias en la Organización Mundial de
Comercio, Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2002; Waincymer J.
WTO litigation. Procedural aspects of formal dispute settlement,London:
Cameron May, 2002.
EL ARBITRAJE EN EL MARCO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO 469
8
Artículo 4 del ESD.
9
Artículos 6 y siguientes del ESD.
10
Vid infra apartado siguiente.
11
Artículo 5 del ESD.
470 ESTHER LÓPEZ BARRERO
Una vez adoptados por los informes por el OSD, se pasa a la fase de
vigilancia y supervisión del cumplimiento de las resoluciones, que se
regula en los artículos 19 y siguientes del ESD. En esta fase, nueva-
mente, se mezclan medios diplomáticos, cuasi-jurisdiccionales y juris-
diccionales de resolución de conflictos, para desbloquear los posibles
escollos que aparezcan y evitar que los miembros puedan no cumplir
con las resoluciones adoptadas o pactadas.
12
Artículo 16 y 17.14 del ESD.
13
Sobre el funcionamiento del procedimiento de apelación consultar, además de la
bibliografía de la nota 8, ANDRIANARINOVY, M.J. «L´Organe d´appel de l´OMC».
EL ARBITRAJE EN EL MARCO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO 471
En RBDI, vol. XXXIII, n.° 1, 2000, pp. 276-340; EHLERMANN C.D. «Six years on
the bench of the ‹World Trade Court›. Some personal experiences as Member of
the Appellate Body of the World Trade Organization». En Journal of World Trade,
vol 36, n.° 4, 2002, pp. 605-640; STEGER D.P. «The appellate body and its contri-
bution to WTO dispute settlement». En The political economy of international
law: essays in honor of Robert E. Hudec. Ed. Kennedy and Soutwick, Cambridge
University Press, 2002, pp 482-495; ZIEGLER A.R. «Scope and function of the WTO
Appellate System: What future after the Millennium Round?». En Max Planck
UNYB, vol 3, 1999, pp. 439-470.
472 ESTHER LÓPEZ BARRERO
14
Vid documento WT/DSB/RC/1.
15
Cfr J. Waincymer, WTO litigation. Procedural aspects of formal dispute settle-
ment. Op. cit. supra, pp 264-266.
16
El artículo 3.4 del ESD establece que:
«Las recomendaciones o resoluciones que formule el OSD tendrán por objeto
lograr una solución satisfactoria de la cuestión, de conformidad con los derechos
y las obligaciones dimanantes del presente Entendimiento y de los acuerdos
abarcados».
17
Cfr PIÉROLA CASTRO, F. Solución de Diferencias en la Organización Mundial de
Comercio. Op. cit. supra, p. 133.
18
Según el artículo 3.5 del ESD:
«Todas las soluciones de los asuntos planteados formalmente con arreglo a las
disposiciones en materia de consultas y solución de diferencias de los acuerdos
abarcados, incluidos los laudos arbitrales, habrán de ser compatibles con dichos
acuerdos y no deberán anular ni menoscabar las ventajas resultantes de los mis-
mos para ninguno de sus Miembros, ni deberán poner obstáculos a la consecu-
ción de ninguno de los objetivos de dichos acuerdos».
19
Artículo 25.4 del ESD.
EL ARBITRAJE EN EL MARCO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO 473
20
Laudo arbitral WT/DS160/ARB25/1, Estados Unidos, Artículo 110 (5) de la Ley
de Derechos de Autor de los Estados Unidos, Recurso al arbitraje del artículo 25
del ESD, 9 de noviembre de 2001.
21
Ver MALKAWI, B.H. «Arbitration and the World Trade Organization. The forgot-
ten provision of article 25 of the Dispute Settlement Understanding». En Jour-
nal of International Arbitration, 2007, vol. 24, n.° 2, pp. 173-188.
474 ESTHER LÓPEZ BARRERO
El escaso uso que se ha hecho del arbitraje del artículo 25 del ESD
no implica que nos encontremos ante un mecanismo innecesario y,
por tanto, cuya supresión podría ser formulada en la actual Ronda de
Negociaciones Comerciales. Bien al contrario, este arbitraje continúa
22
Cfr. WAINCYMER, J. WTO litigation. Procedural aspects of formal dispute settle-
ment. Op. cit. supra, p. 236; M. MONTAÑÁ MORA. La OMC y el reforzamiento del
sistema GATT. Op. cit. supra, p. 150. Sobre el funcionamiento de la adopción de
decisiones en la OMC, consultar E. LÓPEZ BARRERO, El sistema institucional y el
proceso de toma de decisiones en la Organización Mundial del Comercio. Tesis
defendida en la Universidad Complutense de Madrid, julio 2005.
23
En el asuntos sustanciados ante los grupos especiales, el mandato de éstos lo
determina la parte reclamante en su solicitud de establecimiento del panel,
independientemente de que la otra parte esté de acuerdo o no. Ver artículo 6 del
ESD y bibliografía nota 8.
EL ARBITRAJE EN EL MARCO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO 475
24
Vid WAINCYMER, J. WTO litigation. Procedural aspects of formal dispute settle-
ment. Op. cit., p. 237; documento TN/DS/W/49, propuesta de Australia;
documentos TN/DS/W/42, propuesta de Kenia.
476 ESTHER LÓPEZ BARRERO
Una vez que el OSD ha aprobado una resolución sobre una diferen-
cia (es decir, ha aprobado el informe del panel o del Órgano de Apela-
ción, se le ha comunicado el laudo arbitral o la solución acordada
por las partes), el miembro vencido tiene obligación de cumplir lo antes
posible con el contenido de dicha resolución, ex artículo 21.1 del ESD. En
los casos en los que el miembro no pueda cumplir inmediatamente, existe
la posibilidad de que se fije un «plazo prudencial» dentro del cual se debe-
rá cumplir. El «plazo prudencial» tiene la finalidad de dejar al miembro
obligado el tiempo necesario para que, de acuerdo con sus procedimientos
legislativos normales, pueda poner en conformidad sus normas con lo
prescrito en la resolución.25
25
Laudo arbitral, Corea Impuestos a las bebidas alcohólicas (Corea-Bebidas
alcohólicas), Arbitraje de conformidad con el párrafo 3.c) del artículo 21 del ESD,
párrafo 42; Laudo arbitral, Canadá Protección mediante patente de los productos
farmacéuticos (Canadá-Patentes para productos farmacéuticos), Arbitraje de
conformidad con el párrafo 3.c) del artículo 21 del ESD, párrafo 47.
26
Sirvan como ejemplos los tres últimos documentos presentados al OSD: WT/
DS302/13, República Dominicana-Medidas que afectan a la importación y venta
EL ARBITRAJE EN EL MARCO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO 477
29
Laudo arbitral, Corea-Impuestos a las bebidas alcohólicas (Corea-Bebidas
alcohólicas), Arbitraje de conformidad con el párrafo 3.c) del artículo 21 del ESD,
párrafo 45; Laudo arbitral, Canadá Protección mediante patente de los productos
farmacéuticos (Canadá-Patentes para productos farmacéuticos), Arbitraje de
conformidad con el párrafo 3.c) del artículo 21 del ESD, párrafos 41-42.
30
Ver FUKUNAGA, Y. «Securing compliance through the WTO Dispute Settlement
System: Implementation of the DSB Recommendations». En Journal of Inter-
national Economic Law, 2006, vol. 9, n.° 2, pp. 383-426.
31
Laudo arbitral, Comunidades Europeas-Medidas que afectan a la carne y a los
productos cárnicos (CE-Hormonas). Arbitraje de conformidad con el párrafo 3.c)
del artículo 21 del ESD, párrafo 38.
32
Ver FUKUNAGA, Y. «Securing compliance through the WTO Dispute Settlement
System: Implementation of the DSB Recommendations». Op. cit. supra, p. 402.
EL ARBITRAJE EN EL MARCO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO 479
Hay que señalar que en las actuales negociaciones de reforma del ESD,
desarrolladas dentro de la Ronda de Negociaciones Multilaterales denominada
del Desarrollo, algunos miembros han presentado propuestas que siguen esta
idea. Vid infra nota al pie 70.
33
Artículo 26.1.c) del ESD.
34
El plazo más corto se fijó en el laudo arbitral en el asunto Canadá-Patentes para
productos farmacéuticos, WT/DS114/13, Arbitraje de conformidad con el párrafo
3.c) del artículo 21 del ESD, párrafo 64. Y el plazo más largo lo estableció el laudo
arbitral del asunto CE-Banano III, WT/DS27/15, Arbitraje en virtud del párrafo
3.c) del artículo 21 del ESD, párrafo 20.
35
En el caso CE-Hormonas, WT/DS26/15 y WT/DS48/13, la Comunidad Europea
solicitó un plazo prudencial de cuatro años sobre la base de que le era necesario
hacer una evaluación del riesgo, antes de comenzar con la adopción de la medida
legislativa, y por tanto, tardaría más en poder aprobar este acto legislativo. Sin
embargo, el árbitro, Julio Lacarte Muró, consideró que el tiempo necesario para
hacer la evaluación del riesgo no se podía incluir en el plazo prudencial de
cumplimiento, y consideró que quince meses eran suficientes para la adaptación
de la normativa europea —desde 13 de febrero de 1998 hasta 13 de mayo de
1999—. Laudo arbitral, Comunidades Europeas-Medidas que afectan a la carne
y a los productos cárnicos (CE-Hormonas), Arbitraje de conformidad con el
párrafo 3.c) del artículo 21 del ESD, párrafos 40-42 y 48.
480 ESTHER LÓPEZ BARRERO
siempre que las circunstancias del caso lo permitan.36 Sobre este particu-
lar, hay que tener presente que, el hecho de que una de las partes implica-
das en la diferencia sea un país en desarrollo constituye una circunstancia
especial, que debe ser tenida en cuenta por los árbitros a la hora de fijar el
plazo, según se establece en los apartados 2, 7 y 8 del artículo 21 del ESD.37
Según el artículo 21.3 del ESD, los árbitros cuentan con un plazo de
noventa días desde la adopción del informe del grupo especial o del
Órgano de Apelación para finalizar su misión. No obstante, en la prác-
tica casi siempre se solicita una prórroga de este período de tiempo. Dicha
solicitud es aceptada sin problemas por las partes, por resultar manifiesta-
mente insuficiente el plazo, básicamente debido a dos razones. En primer
lugar, porque la solicitud del arbitraje suele hacerse cuando ya ha transcu-
rrido bastante tiempo desde la adopción del informe, lo cual reduce aún
más el tiempo para la elaboración del laudo. Y en segundo lugar, porque la
elaboración de los laudos suele requerir unos debates y una justificación
jurídica, para cuyo desarrollo son necesarios más de noventa días.38
36
Laudo arbitral, Comunidades Europeas-Medidas que afectan a la carne y a los
productos cárnicos (CE-Hormonas), Arbitraje de conformidad con el párrafo 3.c)
del artículo 21 del ESD, párrafo 26; Laudo arbitral, Corea-Impuestos a las bebidas
alcohólicas (Corea-Bebidas alcohólicas), Arbitraje de conformidad con el párrafo
3.c) del artículo 21 del ESD, párrafo 37; Laudo arbitral, Canadá-Protección
mediante patente de los productos farmacéuticos (Canadá-Patentes para
productos farmacéuticos), Arbitraje de conformidad con el párrafo 3.c) del artículo
21 del ESD, párrafo 47; Laudo arbitral, Estados Unidos-Ley Antidumping de 1916
(Estados Unidos-Ley 1916), Arbitraje de conformidad con el párrafo 3.c) del
artículo 21 del ESD, párrafos 32.
37
En este sentido sirve de ejemplo el laudo arbitral del asunto Indonesia-
Automóviles, WT/DS54/15, WT/DS55/14, WT/DS59/13, WT/DS64/12. En el
caso, el plazo normal para completar el proceso legislativo en Indonesia y cumplir
con la resolución de la OMC sería seis meses. No obstante, el árbitro concedió
seis meses más a este país en atención a sus circunstancias comerciales especiales
y por ser país en desarrollo. Laudo arbitral, Indonesia-Determinadas medidas
que afectan a la industria del automóvil (Indonesia-Automóviles), Arbitraje de
conformidad con el párrafo 3.c) del artículo 21 del ESD, párrafo 24.
38
Ver Organización Mundial del Comercio, Manual sobre el Sistema de Solución
de Diferencias de la OMC, Éditions Yvons Blais, 2004, p. 100. Laudo arbitral,
EL ARBITRAJE EN EL MARCO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO 481
42
El funcionamiento en profundidad de este mecanismo de la OMC se expone
claramente en RUIZ FABRI, H. «Le contentieux de l´exécution dans le règlement
des différends de l´Organisation mondiale du commerce». En JDI, vol. 27, n.° 3,
2000, pp. 605-645.
EL ARBITRAJE EN EL MARCO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO 483
43
Laudo arbitral Comunidades Europeas-Régimen para la importación, venta y
distribución de bananos (CE-Banano III), Recurso de las Comunidades Europeas
al arbitraje previsto en el párrafo 6 del artículo 22 del ESD, párrafos 7.1-7.8;
laudo arbitral, Comunidades Europeas-Medidas que afectan a la carne y a los
productos cárnicos (CE-Hormonas), Recurso de las Comunidades Europeas al
arbitraje previsto en el párrafo 6 del artículo 22 del ESD, párrafos 36-79. Contra
esta teoría, consultar los laudos arbitrales de los asuntos: Estados Unidos-Ley
Antidumping de 1916 (Estados Unidos-Ley 1916), WT/DS136/ARB, párrafos
6.1-6.17, y Estados Unidos-Ley de compensación por continuación del dumping
o mantenimiento de las subvenciones de 2000 (Estados Unidos-Ley de
compensación (Enmienda Byrd)), párrafos 3.80-3.81 y 3.105 a 3.126. Cfr H.
Spamann, «The Myth of ‹rebalancing› retaliation in WTO Dispute Settlement prac-
tice». En Journal of International Economic Law, 2006, vol 9, n.° 1, pp. 31-79.
44
Ver artículo 22.7 del ESD.
484 ESTHER LÓPEZ BARRERO
45
Laudo arbitral, Comunidades Europeas. Medidas que afectan a la carne y a los
productos cárnicos (CE–Hormonas), Recurso de las Comunidades Europeas al
arbitraje previsto en el párrafo 6 del artículo 22 del ESD, párrafo. 9; laudo arbitral
Brasil–programa de financiación de las exportaciones para aeronaves (Brasil–
Aeronaves), Recurso del Brasil al arbitraje previsto en el párrafo 6 del artículo 22
del ESD y al párrafo 11 del artículo 4 del Acuerdo SMC, párrafo 2.8; laudo arbi-
tral Estados Unidos-Trato fiscal aplicado a las «empresas de ventas en el
extranjero» (Estados Unidos–EVE) , Recurso de los Estados Unidos al arbitraje
previsto en el párrafo 6 del artículo 22 del ESD y al párrafo 11 del artículo 4 del
Acuerdo SMC, párrafos 2.8 y 2.10; laudo arbitral Canadá-Créditos a la exportación
y garantías de préstamos para las aeronaves regionales (Canada–Créditos y
garantías para las aeronaves) , Recurso del Canadá al arbitraje previsto en el
párrafo 6 del artículo 22 del ESD y al párrafo 11 del artículo 4 del Acuerdo SMC,
párrafo 2.6.
46
Laudo arbitral Comunidades Europeas-Régimen para la importación, venta y
distribución de bananos (CE-Banano III), Recurso de las Comunidades Europeas
al arbitraje previsto en el párrafo 6 del artículo 22 del ESD, párrafos 37 y 38;
laudo arbitral, Comunidades Europeas-Medidas que afectan a la carne y a los
productos cárnicos (CE-Hormonas), Recurso de las Comunidades Europeas al
arbitraje previsto en el párrafo 6 del artículo 22 del ESD, párrafos 9 a 11; laudo
arbitral Brasil–programa de financiación de las exportaciones para aeronaves
(Brasil-Aeronaves), Recurso del Brasil al arbitraje previsto en el párrafo 6 del
EL ARBITRAJE EN EL MARCO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO 485
artículo 22 del ESD y al párrafo 11 del artículo 4 del Acuerdo SMC, párrafos 2.8
y 2.9; laudo arbitral Estados Unidos-Trato fiscal aplicado a las «empresas de ventas
en el extranjero» (Estados Unidos-EVE), Recurso de los Estados Unidos al arbitraje
previsto en el párrafo 6 del artículo 22 del ESD y al párrafo 11 del artículo 4 del
Acuerdo SMC, párrafo 2.11; laudo arbitral Canadá - Créditos a la exportación y
garantías de préstamos para las aeronaves regionales (Canadá-Créditos y
garantías para las aeronaves), Recurso del Canadá al arbitraje previsto en el
párrafo 6 del artículo 22 del ESD y al párrafo 11 del artículo 4 del Acuerdo SMC,
párrafos 2.6-2.8.
47
El propio artículo 22.7 del ESD establece que: «Las partes aceptarán como
definitiva la decisión del árbitro y no tratarán de obtener un segundo arbitraje».
486 ESTHER LÓPEZ BARRERO
48
Ver RHODES, S.A. «The Article 21.5/22 problem: Clarification Through bilateral
agreements?». En Journal of International Economic Law, vol. 3, 2000, pp. 553-
558. Asunto Canadá-Medidas que afectan a la importación de leche y a las
exportaciones de productos lácteos (Canadá-Productos lácteos), Entendimiento
complementario entre el Canadá y los Estados Unidos con respecto a los
procedimientos previstos en los artículos 21 y 22 del ESD, documento WT/DS103/
24; Asunto Estados Unidos-Medidas que afectan al suministro transfronterizo
de servicios de juegos de azar y apuestas (Estados Unidos-Juegos de azar), Acuerdo
entre Antigua y Barbuda y los Estados Unidos, con respecto a los procedimientos
previstos en los artículos 21 y 22 del ESD, documento WT/DS285/16.
49
Asunto Estados Unidos-Trato fiscal aplicado a las «empresas de ventas en el
extranjero» (Estados Unidos-EVE), Entendimiento entre las Comunidades
Europeas y los Estados Unidos con respecto a los procedimientos previstos en los
artículos 21 y 22 del ESD, documento WT/DS108/12.
50
Ver BRONCKERS M. y N. VAN DER BROCK. «Financial compensation in the WTO.
Improving remedies of WTO dispute settlement». En Journal of International
Economic Law, vol. 8, n.° 1, 2005, pp. 101-126.
51
A finales de diciembre de 2006, el número de informes adoptados por los grupos
especiales era de 108 y los informes circulados por el Órgano de Apelación, 76. El
número de laudos arbitrales del artículo 21.3.c) aprobados ascendía a 23, mien-
tras que sólo se habían adoptado 9 laudos del artículo 22.6 del ESD. De los cuatro
EL ARBITRAJE EN EL MARCO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO 487
países que solicitaron arbitraje conforme a este artículo sólo uno de ellos era país
en desarrollo, Brasil. Cfr. K. Leitner y S. Lester, «WTO Dispute Settlement 1995-
2006, A Statistical Analysis». En Journal of International Economic Law, 2007,
vol. 10, n.° 1, pp. 165-179; y el apartado de Solución de Diferencias, www.wto.org
52
Ver FUKUNAGA, Y. «Securing compliance through the WTO Dispute Settlement
System: Implementation of the DSB Recommendations». Op. cit. supra, p. 413.
Este autor cita como ejemplo el acuerdo de compensación al que se llegó en el
asunto Estados Unidos-Sección 110(5), el cual fue fijado por un arbitraje de los
del artículo 25 del ESD. En cuanto a las propuestas de los miembros que apoyan
esta mejora del artículo 22, consultar las propuestas de la CE (TN/DS/W/1), la
de Japón (TN/DS/W/32) y la de Ecuador (TN/DS/W/9).
53
En este sentido, el artículo 3.7. in fine establece que:
«[…] El último recurso previsto en el presente Entendimiento para el Miembro
que se acoja a los procedimientos de solución de diferencias es la posibilidad de
suspender, de manera discriminatoria contra el otro Miembro, la aplicación de
concesiones o el cumplimiento de otras obligaciones en el marco de los acuerdos
abarcados siempre que el OSD autorice la adopción de estas medidas».
54
Las subvenciones de productos primarios se encuentran reguladas en el Acuerdo
488 ESTHER LÓPEZ BARRERO
El artículo 4 del Acuerdo SMC detalla las acciones que deben seguir
los miembros cuando crean que otra parte está concediendo o mante-
niendo subvenciones prohibidas por el acuerdo.55 El procedimiento
fijado por este artículo sigue el desarrollo normal de las controversias
56
A diferencia del procedimiento general, el grupo especial estará asistido por el
Grupo Permanente de Expertos en subvenciones, regulado en el artículo 24 del
Acuerdo SMC.
57
Laudo arbitral Brasil–programa de financiación de las exportaciones para
aeronaves (Brasil–Aeronaves), Recurso del Brasil al arbitraje previsto en el párrafo
6 del artículo 22 del ESD y al párrafo 11 del artículo 4 del Acuerdo SMC, párrafo
3.18.
58
Laudo arbitral Estados Unidos-Trato fiscal aplicado a las «empresas de ventas en
el extranjero» (Estados Unidos-EVE), Recurso de los Estados Unidos al arbitraje
previsto en el párrafo 6 del artículo 22 del ESD y al párrafo 11 del artículo 4 del
Acuerdo SMC, párrafo 2.6.
490 ESTHER LÓPEZ BARRERO
deriven del análisis del nivel de equivalencia.59 Por otra parte, según el
apartado 12 de este mismo artículo, los plazos para el desarrollo del
procedimiento señalados en el ESD se reducirán a la mitad en los asun-
tos de subvenciones prohibidas.
59
Laudo arbitral Estados Unidos - Trato fiscal aplicado a las «empresas de ventas en
el extranjero» (Estados Unidos-EVE), Recurso de los Estados Unidos al arbitraje
previsto en el párrafo 6 del artículo 22 del ESD y al párrafo 11 del artículo 4 del
Acuerdo SMC, párrafos 5.23 y 5.49; Laudo arbitral Brasil-programa de
financiación de las exportaciones para aeronaves (Brasil-Aeronaves), Recurso
del Brasil al arbitraje previsto en el párrafo 6 del artículo 22 del ESD y al párrafo
11 del artículo 4 del Acuerdo SMC, párrafo 3.47 y 3.57.
60
Hasta la fecha no existe jurisprudencia de este artículo.
EL ARBITRAJE EN EL MARCO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO 491
Hay que señalar que según el artículo 31 del Acuerdo SMC, la vi-
gencia de los artículos 8 y 9 del dicho acuerdo era temporal —cinco
años—. Transcurrido este período de tiempo, los miembros tendrían
que llegar a un acuerdo para su prórroga. El plazo se cumpló en di-
ciembre de 1999, sin que se lograse tal acuerdo en las reuniones del
Comité SMC,62 por lo que se entiende que este tipo de subvenciones
han caducado y deben ser eliminadas.63
61
Documento G/SCM/19.
62
Consultar las actas de las reuniones del Comité de esas fechas, contenidas en los
documentos G/SCM/M/18, G/SCM/M/20, G/SCM/M/22, G/SCM/M/24.
63
Cfr. G.E. Luengo Hernández de Madrid, El derecho de las subvenciones en la
OMC, pp 200-202.
492 ESTHER LÓPEZ BARRERO
b) El arbitraje en el GATS
Por otra parte, las diferencias que puedan surgir entre los miem-
bros sobre la determinación de si una medida está abarcada por un
acuerdo de doble imposición establecido entre ellos, deberán
64
Como estudio general del GATS se recomienda M. López Escuedro, El comercio
internacional de servicios después de la Ronda Uruguay. Madrid: Tecnos, 1996;
R. García López, La liberalización del comercio de servicios en la OMC. Valencia:
Tirant lo Blanch, 1999; WTO Secretariat, A Handbook on the GATS Agreement,
Cambridge Unversity Press, London, 2006.
65
Cfr. W. Zdouc, «WTO Dispute Settlement practice relating to the GATS». En
Journal of International Economic Law, vol 2, n.° 2, 1999, pp. 295-346.
66
El Consejo del Comercio de Servicios dando cumplimiento al mandato del artículo
8.5 del GATS aprobó en julio de 1999 el procedimiento para la modificación de
Listas de Concesiones, donde también se fija le estructura básica del arbitraje a
seguir en estos casos. Tal información se encuentra en el documento S/L/80.
EL ARBITRAJE EN EL MARCO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO 493
67
Consultar WT/MIN(01)/DEC/1, p. 30.
494 ESTHER LÓPEZ BARRERO
68
Todos estos temas son los que se están debatiendo en las últimas consultas
informales que han mantenido los miembros sobre la reforma del ESD, según el
informe del presidente del OSD reunido en sesión extraordinaria para las
negociaciones, documento TN/DS/20.
Las diferentes propuestas de los miembros para mejorar el ESD se pueden con-
sultar en la página web de OMC. Igualmente resultan ilustrativos el informe de
P. SUTHERLAND et alt., «The Future of the WTO: Addressing institutional challenges
in the new millennium», Report by the Consultative Board to the former Direc-
tor-General Supachai Panitchpakdi,World Trade Organization, 2004, http://
www.wto.org/English/thewto_e/10anniv_e/future_wto_e.pdf.; T. COTTIER, «The
WTO permanent panel body: a bridge too far?», Journal of International
Economic Law, vol 6, n.° 1, 2003, pp 187-202; W.J. DAVEY, «The case for a WTO
permanent panel body», Journal of International Economic Law, vol 6, n.° 1,
2003, pp. 177- 186; W.J. DAVEY, «The Sutherland Report on Dispute Settlement:
a Comment». En Journal of International Economic Law, vol 8, n.° , 2005, pp
321-328; F. Roessler, “Comment on a WTO Permanent panel body”, Journal of
International Economic Law, vol 6, n.°1, 2003, pp. 230-235; D.P. Steger, «WTO
Dispute Settlement: systemic issues», en http://www.international.gc.ca/eet/
research/TPR-2005/TPR-2005_Chapter_03_-_Steger.pdf .
Las propuestas de algunos países en desarrollo discurren justo en sentido contra-
rio, es decir, tratan de fortalecer el recurso a los medios no jurisdiccionales conte-
nidos en el artículo 5 del ESD. En este sentido, consultar los documentos TN/DS/
W/16, propuesta Paraguay, TN/DS/W/43, propuesta Jordania.
EL ARBITRAJE EN EL MARCO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO 495
69
Consultar los documentos TN/DS/W/32, propuesta de Japón; TN/DS/W/33,
propuesta de Ecuador; TN/DS/W/38, propuesta CE; TN/DS/W/43, propuesta de
Jordania; TN/DS/W/49, propuesta de Australia.
70
Documento TN/DS/9, artículo 21, párrafo 3.
71
Documento TN/DS/M/20, Acta de la sesión extraordinaria del OSD celebrada
en el Centro William Rappard, 22 de octubre de 2004, para 5-13; TN/DS/W/43,
propuesta de Jordania. Vid supra apartado 3.b) El arbitraje empleado en la
determinación del nivel o naturaleza da las suspensiones (Artículo 22.6 y 7 del
ESD), in fine.
496 ESTHER LÓPEZ BARRERO
72
Documento TN/DS/9, artículo 22, párrafo 1 bis; TN/DS/W/22, propuesta de
Japón; TN/DS/W/91, propuesta de México.
73
Documento TN/DS/9, artículo 22; documento TN/DS/M/32, Acta de la sesión
extraordinaria del OSD celebrada en el Centro William Rappard, 24-25 de abril
de 2006, para 5; TN/DS/W/32, propuesta de Japón, resultado de su coordinación
con la CE.
74
Documento TN/DS/W/49, propuesta de Australia.
75
Documento TN/DS/W/42
EL ARBITRAJE EN EL MARCO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO 497
76
Documento TN/DS/9, artículo 18, párrafo 2; documento TN/DS/W/41, propuesta
de Canadá.
498 ESTHER LÓPEZ BARRERO
77
Fuente: Elaboración propia sobre los datos obtenidos del apartado Solución de
Diferencias página web OMC (visita 30 de julio de 2006). www.wto.org.
500 ESTHER LÓPEZ BARRERO
LOS AUTORES
La profesora Yánez se doctoró (2001) con una Tesis titulada «Las capi-
tulaciones matrimoniales en perjuicio de acreedores y la anotación
de embargo sobre bienes ex-gananciales».
NICOLÁS ZAMBRANA-TÉVAR