Liderazgo

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 8

LIDERAZGO Y

TRABAJO EN EQUIPO

Formadora: Marcela Perdiguero

Sesión 1
LIDERAZGO

DEFINICIÓN Y ELEMENTOS

Cada día se nos presentan numerosas oportunidades para ejercer el liderazgo en


distintos ámbitos de nuestra vida. En muchas de esas ocasiones, sin saberlo -y
aún, sin quererlo- nos comportamos como verdaderos líderes que plantean un
camino para modificar la situación actual de un conjunto de personas, por una
mejor situación. Tal puede ser el caso de un vecino al cual Ud. socorre porque se
averió un caño de agua e inundó su casa, el de una empresa que desea mejorar sus
ventas para el próximo año o, el de una comunidad que lo elige como intendente
o gobernador para que mejore sus condiciones de vida.

Para introducirnos en el tema de liderazgo cabe, en primer lugar, definirlo y,


luego, analizar sus elementos. En tal sentido, nuestra definición es la siguiente:

El liderazgo es la capacidad para conducir un conjunto de personas para que,


por su propia voluntad, transiten desde el estado actual en que se encuentran,
hacia el estado deseado.

La definición precedente contiene elementos que nos permiten desarrollar una


idea completa de lo que significa ejercer el liderazgo. En primer lugar, aclararemos
que la definición citada hace foco en el liderazgo interpersonal, pero de ningún
modo dejamos fuera del alcance de esta definición al liderazgo intrapersonal, es
decir, la situación en donde uno se lidera a sí mismo. En este artículo sólo nos
referiremos al liderazgo interpersonal.

A continuación, analizaremos los elementos, competencias, habilidades, virtudes,


etc., que se encuentran contenidos explícita o implícitamente en la definición de
liderazgo brindadaprecedentemente.

1. Pensamiento.

Pensar bien implica aprender a descifrar nuestro pensamiento y el de los otros


mediante el análisis de su estructura universal. En este sentido, existen ocho
estructuras en todo pensamiento: 1) un propósito; 2) un punto de vista; 3)
suposiciones; 4) implicaciones y consecuencias; 5) datos, hechos y experiencias;
6) conceptos, ideas y teorías; 7) inferencias y juicios; 8) preguntas y problemas.

La primera competencia que un buen líder debe desarrollar es la capacidad para


pensar, es decir, conocer cómo opera la estructura universal del pensamiento para
mejorar la calidad de sus decisiones. Paro aún hay más: el pensamiento se
manifiesta en diferentes formas, cada una de las cuales resulta útil en diferentes
momentos y en diferentes contextos. Por ello, es necesario que un buen líder
desarrolle la capacidad para poner en práctica diferentes tipos de pensamiento
que le permitan enfrentar y resolver con éxito los desafíos que se le plantean
cotidianamente.

Entre los tipos de pensamiento más importantes y útiles que debe desarrollar un
buen líder se encuentran: el analítico, el crítico, el sistémico, el lateral y el creativo.

Por otro lado, resulta fundamental que un buen líder conozca y comprenda las dos
formas en que el ser humano procesa la realidad que percibe: el pensamiento
rápido y el pensamiento lento. Específicamente, debe conocer y comprender
cómo operan los sesgos y heurísticos en el pensamiento humano, y cuáles sus
consecuencias.

2. Seguidores.

Continuamos con un elemento esencial del liderazgo: los seguidores. En la


literatura especializada sobre liderazgo, a las personas que siguen a un líder suele
llamárselas seguidores. Un seguidor es alguien que recibe la influencia de un líder.
No debe confundirse el seguidor con el subordinado; éste último se reporta
siempre a un individuo de mayor rango que no necesariamente es un líder. Más
aún, en la práctica el subordinado puede tener una actitud de antagonismo o de
indiferencia para con su autoridad o jefe. En cambio, el seguidor comparte una
visión y un propósito común con el líder; quiere y trabaja para que su líder triunfe
pues lo siente como propio.

Cuando mencionamos a un conjunto de personas en la definición de liderazgo,


nos estamos refiriendo a una, a decenas, a cientos, a miles o a millones de personas
que siguen a otra persona a quien consideran un líder. Tal puede ser el caso de
una persona que sigue a otra persona a quien considera un líder, de una familia
que es liderada por alguno de sus miembros, de un equipo de trabajo o un equipo
deportivo que es liderado por uno de sus integrantes, de una empresa u
organización, de una comunidad o de toda una sociedad.

Durante muchos años los seguidores fueron considerados sujetos pasivos dentro
del proceso de liderazgo. Actualmente, la mayoría de las investigaciones señalan
que el seguidor tiene un papel activo y esencial. El liderazgo implica una relación
multidireccional entre líder y seguidor, y de sus seguidores entre sí. El líder y sus
seguidores se retroalimentan e influyen en sus comportamientos en forma
recíproca, moldeando permanentemente la relación entre ellos.

Una persona se convierte en líder cuando, en determinado contexto, es percibida


como tal por otras personas, y ambas partes aceptan ejercer el rol que les toca en
la relación de liderazgo, asumiendo la responsabilidad, las obligaciones y los
derechos que ello implica.

3. Realidad.

Para conducir a un conjunto de personas, el líder debe necesariamente saber en


qué lugar, se encuentra él, tanto como aquellas personas a quienes pretende
conducir. Solo es posible adquirir ese conocimiento mediante la capacidad para
analizar e interpretar la realidad que vive cada persona, grupo, sector,
comunidad, sociedad, etc. Esa realidad interpretada es el estado actual en que se
encuentran aquellos a quienes el líder pretende conducir. Y esa interpretación
depende del modelo mental del líder, tanto como el de cada persona que se
transformará en un seguidor. De acuerdo a sus creencias, ideologías, valores e
intereses, entre otros filtros, cada quien interpretará si la realidad en que vive le
es favorable, desfavorable o neutra. Un buen líder debe tener una elevada
capacidad de empatía para entender los diversos modelos mentales de las
personas que pretende liderar y la forma en que cada uno interpreta su realidad
para, luego, encontrar puntos o intereses en común que le permita construir un
relato de la realidad colectiva que viven esas personas, es decir, una descripción
única de la realidad con la cual todos -o casi todos-se sientan total o parcialmente
identificados y, de tal forma, generar entre ellos cohesión, sinergia y sentido de
pertenencia. Los intereses o puntos en común serán engranajes que facilitarán la
tarea de alinear a las personas para que traccionen colectivamente hacia una
meta, objetivo, propósito o fin. Para fortalecer dicha tracción dichos intereses o
puntos en común, un buen líder suele sumar factores de motivación intrínseca o
extrínseca diferenciados para cada persona, grupo, sector, comunidad, etc.

Mientras más grande sea el conjunto de personas que se pretende liderar, más
diversos serán los modelos mentales, más complejas serán las realidades
colectivas y más difícil será encontrar intereses o puntos en común. Los grandes
líderes son aquellos que logran interpretar la realidad de sectores sociales muy
diversos -incluso sectores opuestos entre sí- y encontrar puntos en común entre
ellos. Por ejemplo, en el ámbito político y en una situación de crisis como la que
actualmente vive nuestro país, un líder que proponga una política de desarrollo
que aumente la producción y el empleo y, a la vez logre bajar la inflación y los
precios de los artículos de primera necesidad, estará articulando los intereses de
tres sectores que, en situaciones de crisis, generalmente se consideran
contrapuestos: los empresarios, los trabajadores y los sectores sociales más
vulnerables.

4. Visión.

La meta, el objetivo, el propósito o fin es el estado deseado. Otra vez, con base en
el conocimiento de la realidad colectiva del conjunto de personas, un buen líder
tiene la capacidad para interpretar y describir el estado deseado bajo la forma de
una visión.

5. Conocimiento.

Para pasar del estado actual al estado deseado es necesario definir el camino o el
proceso que el conjunto de personas debe transitar, y convencerlos de que es la
mejor opción. Para hacerlo, es esencial poseer el conocimiento que se traduzca en
capacidad técnica, capacidad política y capacidad operativa: Técnica para
definir prioridades y asignar recursos, y para planificar estratégica, participativa
y operativamente; política, para sumar aliados o remover obstáculos de
opositores, y; operativa para ejecutar el plan diseñado.

6. Conducción.

El tránsito desde el estado actual al estado deseado por el camino adecuado es, en
definitiva, un proceso de cambio que contiene -explícita o implícitamente- la
promesa de encontrar en el futuro una mejor situación respecto del presente. Para
que ese proceso de cambio fluya, es necesario que el líder lo conduzca y que los
seguidores lo transiten voluntariamente. Esto solo es posible cuando los
seguidores están convencidos de que ese cambio resulta necesario o es
conveniente en relación con el estado actual. El proceso de cambio nunca es un
camino de rosas; existirán buenos y malos momentos, recompensas y castigos,
alegrías y sufrimientos, y otros innumerables obstáculos.

7. Motivación.

Para transitar ese difícil proceso de cambio, un buen líder es capaz de motivar a
las personas y sostener esa motivación durante todo el tiempo que sea
necesario. Para ello, el líder no sólo debe apoyarse en la visión compartida del
estado deseado; es imprescindible sostener la motivación con recompensas
periódicas, sean intrínsecas o extrínsecas, que sostengan la adhesión de sus
seguidores y los impulse a transitar elproceso de cambio hacia el estado deseado.

8. Poder.

Según Manuel Castells, el poder es la capacidad relacional que permite a un actor


social influir de forma asimétrica en las decisiones de otros actores sociales de modo
que se favorezcan la voluntad, los intereses y los valores del actor que tiene el poder.
El poder se ejerce mediante la coacción (o la posibilidad de ejercerla) y/o mediante
la construcción de significado partiendo de los discursos a través de los cuales los
actores sociales guían sus acciones.1

El poder es el principal sustento del liderazgo. Pero un buen líder no ejerce


cualquier forma de poder: la violencia, el miedo, la intimidación, las sanciones y
otras formas de coerción no encuadran en la relación que establece un líder con
sus seguidores. El poder de líder reside en su capacidad para construir significado,
motivar y convencer a sus seguidores en la búsqueda de un propósito común. Un
verdadero líder no tortura los cuerpos; conquista las mentes.

9. Autoestima.

La autoestima es la disposición a considerarse competente para hacer frente a los


desafíos básicos de la vida y sentirse merecedor de la felicidad. Esta definición tiene
dos componentes relacionados entre sí: el primero es la eficacia personal, es decir,
la sensación de confianza frente a los desafíos de la vida o, en otras palabras, es la
confianza que tengo en mí mismo, en el buen funcionamiento de mi mente, en mi
capacidad para pensar, entender, aprender, elegir y tomar buenas decisiones. El
segundo componente es el respeto por uno mismo, es decir, la sensación de
considerarse merecedor de la felicidad, o en otras palabras, es un actitud positiva
en la vida y un sentimiento de que la alegría y la satisfacción son derechos
naturales de cualquier ser humano.

Ninguna persona que tenga una baja autoestima está en condiciones de ejercer el
liderazgo. Un verdadero líder tiene altos niveles de autoestima, los cuales no
deben confundirse con orgullo, soberbia o necedad.

10. Empatía.

Como hemos resaltado antes, es esencial para un buen líder el desarrollo de la


empatía, entendida comúnmente como la capacidad para ponerse en los zapatos
del otro. Para ello, es fundamental comprender como funcionan los modelos
mentales.
Por otro lado, un buen líder, además de ser empático, es compasivo, es decir, tiene
siempre la disposición para ayudar a quien lo necesite.

11. Emociones
Además de empatía y compasión, un buen líder debe comprender como surgen
las emociones propias y ajenas, y como pueden gestionarse para sacarle el
máximo provecho, o para minimizar sus impactos negativos.

1
Castells, Manuel, Comunicación y Poder, Alianza Editorial: Madrid, 2009.
12. Ética.

La ética generalmente consiste en examinar preguntas sobre lo que es correcto y


lo que es incorrecto, la virtud, el deber, la justicia, la equidad y la responsabilidad
hacia los demás. Desde una perspectiva ética, el punto más importante para
estudiar el liderazgo es responder a la pregunta: ¿Qué es el buen liderazgo? En
este contexto, la palabra "bueno" tiene dos significados: lo técnicamente bueno (o
efectivo) y lo moralmente bueno. La ética del liderazgo se enfoca en el concepto
de lo "moralmente bueno".

El líder con ética se orienta al logro de los objetivos de una manera socialmente
responsable. Ello implica que se enfoca tanto en los resultados como en los medios
para lograrlos.

El liderazgo ético es importante por porque la posición de los líderes les brinda
mayores oportunidades de influir en el comportamiento de sus seguidores y, por
lo tanto, en la moralidad de los resultados logrados. La mayoría de las personas
estaría de acuerdo en que todos tenemos la responsabilidad de actuar éticamente,
pero es evidente que los líderes están sujetos a estándares éticos más elevados
que los seguidores pues sus valores influyen en la cultura de las organizaciones o
las sociedades.

13. Decisiones.

También la toma de decisiones es fundamental para liderar. Nuestra visión y el


camino que elegimos para recorrer se cristalizan permanentemente en todas y
cada una de las pequeñas o grandes decisiones que tomamos día a día. Para tomar
buenas decisiones es necesario poner en juego el pensamiento en sus diversas
formas, gestionar las emociones positivas y negativas que influyen en forma
previa a la decisión, considerar cuestiones éticas, comprender los modelos
mentales de los otros, negociar y comunicar, entre otras cosas.

14. Negociación.

En todos los aspectos de nuestra vida negociamos permanentemente, con propios


y extraños. La capacidad de negociación es esencial para un líder pues le permite
articular los distintos intereses que pueden presentarse entre sus seguidores.
En todas sus negociaciones, un buen líder intenta siempre intenta que todas las
partes implicadas se vean beneficiadas.

15. Equipo.

En cualquier ámbito de la vida, salvo escasas excepciones, nadie puede lograr sus
objetivos en forma individual. Siempre se requiere de la ayuda de otras personas.
Si esas personas conforman un equipo, mucho mejor. Conformar y desarrollar un
buen equipo de trabajo requiere una gran inversión en tiempo y esfuerzo. Un buen
líder tiene la capacidad para construir y gestionar equipos de trabajo adecuados a
los desafíos que debe enfrentar.

16. Tiempo.

El día tiene la misma cantidad de horas y minutos para todos los seres humanos.
Pero no todos tienen las mismas responsabilidades, obligaciones, compromisos,
etc. Un factor importante en la productividad personal es el tiempo. Un buen líder
sabe que para ser más productivo debe gestionar su tiempo y el de sus seguidores
de forma efectiva. Para eso, debe comprender la dimensión biológica, legal y real
del tiempo de una persona, y encontrar las herramientas adecuadas para
gestionar y optimizar el tiempo, tanto el propio como el de sus seguidores.

17. Creatividad e innovación.

Se ha definido a la creatividad como la capacidad de generar ideas con valor, y a


la innovación como la capacidad de aplicar esas ideas a la práctica para generar
nuevos bienes y servicios con valor para sus destinatarios.

Una de las características más valoradas en un buen líder es la creatividad y la


capacidad para innovar permanentemente, asumiendo los riesgos que ello
implica.

18. Comunicación.

Por último, la comunicación es, quizá, el factor más importante de todos. El


lenguaje no solo describe la realidad; también la crea y recrea permanentemente.
La interacción, la cooperación y la coordinación, la negociación, la motivación, etc.,
para alcanzar un acuerdo sobre el estado actual en que nos encontramos, el estado
deseado y el camino elegido para transitar ese cambio, solo es posible mediante la
comunicación en sus diversas formas.

También podría gustarte