Ensayo Lopezzarraga

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MARÍA DEL ROCÍO LÓPEZ ZARRAGA

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA, UNIDAD IZTAPALAPA

La teoría política de Nicolas Maquiavelo

“El príncipe”, escrita en 1513, es la obra más relevante de Nicolas Maquiavelo y la más
polémica, en esta obra se pretende explicar los medios por los que un príncipe (jefe de
un principado) puede mantenerse en el poder analizando las causas por las que
muchos perdieron el poder y otros lo conservaron.

El libro, por como da a entender el autor, no pretende ser un libro sobre cómo deben
actuar los que están en el poder, sino cómo actuar cuando se tiene el poder para
respetarlo. El autor no intenta explicar cómo lograr el "bien social" o la "justicia", sino
cómo ganar y mantener el poder. En este libro hay una clara división entre ética y
política, pero división no significa confrontación; Irónicamente, esta obra fundamental
del llamado "realismo político" termina con un capítulo que insta a Lorenzo de' Medici a
"liberar a Italia de los bárbaros", lo que implica que el punto central de este crudo
escrito es un llamado contra la injusticia y la opresión de Italia.

En esta obra Maquiavelo intenta mostrar cuáles deben ser las virtudes del príncipe, que
no deben coincidir con las virtudes de los hombres comunes, pero el autor reconoce
que la virtud no sólo trae el éxito político, sino que también depende de la riqueza. La
virtud y la riqueza son elementos clave de su pensamiento político y para explicar su
relación utiliza una famosa metáfora: La felicidad es como un río caudaloso que cuando
se enfada lo arrastra todo, pero en tiempos de calma se actúa contra la violencia como
hacen los ríos. diques y canales para frenarlos; Asimismo, el príncipe ante un destino
poco favorable utilizará su inteligencia para detenerlo o aprovechar el posible impulso
benéfico.

Según Maquiavelo, el hombre se deja engañar fácilmente por las apariencias y


obedece por miedo y no por voluntad propia. El hombre trata con la ley, pero también
con la violencia. El autor opina que sería maravilloso que la gente siempre obedezca la
ley, pero como no lo hacen, el príncipe debe saber cómo usar la fuerza. Los príncipes
que usaron una fuerza excesiva no lograron sus objetivos porque agitaron a la nobleza
o al pueblo. Los príncipes que renunciaban al poder eran considerados débiles y
también perdían poder. El gobernante debe ser un león y un zorro, porque el león cae
en las trampas, aunque asusta a los lobos, y el zorro evita las trampas, pero los lobos
lo desprecian, si el príncipe sabe cómo usar su poder con fuerza, pero si también es
inteligente, conservará su poder.

Lógicamente, para Maquiavelo, el papel de las armas en el Estado es fundamental. Un


gobierno debe tener buenas armas y leyes, pero como no pueden existir buenas leyes
sin buenas armas, el príncipe debe asumir que el conocimiento del arte de la guerra
tiene un lugar privilegiado en la política.

Hemos visto que muchos líderes han perdido su poder por el uso excesivo de la fuerza,
entonces, ¿cómo es que la fuerza debe ser usada? El príncipe debe tratar de ser
amado y temido, pero si no puede lograr ambas cosas, debe preferir ser temido, porque
la gente obedece más firmemente por miedo que por amor. Pero si bien el príncipe es
de temer, debe hacer todo lo posible para no ser odiado por sus súbditos. Si los
gobernados odian al príncipe, se unirán para derrocarlo, no importa cuánta fuerza use,
siempre habrá gente dispuesta a unirse contra él. Por eso la crueldad debe ejercerse
con cautela, pero también con mano firme, es mejor infligir un gran castigo de una vez
que infligir pequeños castigos repetidamente, porque en el primer sentido el odio puede
olvidarse o disminuir, pero en el odio del segundo sentido siempre estará presente.
directo. Los poderosos también deben ser castigados con dureza, porque si los
castigamos un poco serán lo suficientemente fuertes para vengarse de nosotros pero si
los castigamos con severidad, no podrán causar daño alguno. Un príncipe nunca debe
atacar la propiedad o la esposa de sus súbditos por codicia o lujuria, esto provoca un
profundo odio y miedo entre los gobernados de ser las próximos afectados que se
unirán contra su príncipe.

De lo anterior concluimos que el príncipe debe temer a las personas que lo odian, así
como a sus enemigos. El mejor antídoto contra el odio de las personas es dejarlas en
paz, no cargarlas con problemas o decisiones comprometedoras. La organización de
fiestas, la promoción de las artes y el comercio adornan todos los principados, y el
buen gobernante se preocupa de ganarse la preferencia del pueblo.
En la vida ordinaria hay cosas que llamamos cualidades beneficiosas, pero que no
están en el príncipe. La honestidad, por ejemplo, tiene sentido en la sociedad civil,
donde hay tribunales que juzgan y condenan la mentira, pero si el jefe de Estado
miente, ¿quién lo juzgará? Si un príncipe, amenazado con incumplimiento de contrato o
con el asesinato a traición de sus enemigos, permanece en el poder, debe mentir y
matar si es necesario.

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