Schwartzman, M. - La Psicosis y El Lazo Social

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SEGUNDO ENCUENTRO CURIOSO

NOVIEMBRE 2019

“LA PSICOSIS Y EL LAZO SOCIAL”

Mariana Schwartzman

Eje: Lazos y síntomas sociales (sub-eje:


síntomas sociales, lo social sintomático)
Introducción

En este trabajo, inscripto en el sub-eje “síntomas sociales, lo social


sintomático”, me interesa trazar un recorrido desde los autores de la psiquiatría
clásica hacia Freud, concluyendo con Lacan, a partir de lo que éstos proponen
para pensar el lazo social en la psicosis. Lo central tendrá que ver con el lazo
social en la esquizofrenia, distinto al de la paranoia. A su vez, se mencionará el
particular lazo propuesto por Lacan como actual, presente en lo que llama el
“Nombrar-para”.

Esquizofrenia y paranoia desde la psiquiatría clásica

Una de las grandes diferencias entre la paranoia y la esquizofrenia, a partir de


la lupa de los autores de la psiquiatría clásica, como por ejemplo Kräpelin 1,
está vinculada a la relación que estos pacientes mantienen en lo que respecta
a sus lazos sociales (a la realidad exterior). Por un lado, el esquizofrénico
(demente precoz), cuyo principal síntoma es el repliegue afectivo, pierde los
impulsos voluntarios. Todos tienen una indiferencia parcial afectiva con el
entorno y, en los casos más graves, puede llegarse al negativismo, donde cada
impulso hacia el afuera es aniquilado por su contrario2.

Por otro lado, en el caso del paranóico, el síntoma fundamental es el sistema


delirante inquebrantable3. Se presenta como centro de un complot, el afuera
arma una red en contra suyo, de la cual él es el eje. Comienza por tener ciertas
sospechas hacia su entorno, se aleja paulatinamente… hasta que, en medio de
un abismo entre sí mismo y el resto, comienza a construirse (a una edad
avanzada de la vida) un sistema delirante de persecución hacia él. El entorno
cobra así, en el delirio paranóico, importancia desmesurada. Él es el centro de
una maquinación que simula malas jugadas y golpes bajos…
1 Todo lo mencionado acerca de Kräpelin en este trabajo, fue tomado de la ficha de la Cátedra
II de Psicopatología “Escritos psicopatológicos. Primer conjunto temático”, Edición corregida.
2 KRÄPELIN, E. (1899), “Las psicosis irreversibles (Demencia precoz)”. En”Escritos

psicopatológicos. Primer conjunto temático”, Edición corregida.


3 KRÄPELIN, E. (1899) “La locura sistemática (paranoia)”, Ibídem.
En el caso del delirio de querulancia4, una variedad de la paranoia, Kräpelin
señala que, a partir de un proceso judicial se tiene una concepción singular de
la justicia: hay un perjuicio en contra del paciente, que se convierte en el núcleo
(que permanece siempre en primer plano) de un sistema delirante. Esto lleva al
querulante a exigir justicia, a la reivindicación. Para esto dirige todos sus
esfuerzos y herramientas a mano (como cartas, nuevas demandas judiciales,
etc.) para alcanzar la justicia quebrada en primera instancia. Sin embargo,
ninguna de las respuestas del entorno a su reivindicación, logra satisfacerlo.
Nuevamente, el entorno, en el centro del asunto, ya que de éste se espera
reparación de la injusticia acontecida y hacia éste se elevan todos los
reclamos.

Esquizofrenia y paranoia desde Freud

¿Cómo retoma Freud todo esto? Utiliza hipótesis psicopatológicas para dar
cuenta de los fenómenos clínicos. Va a decir que es la fijación libidinal la
predisposición a enfermar5. En la esquizofrenia la fijación es al autoerotismo. El
síntoma esquizofrénico dará cuenta de este punto de fijación, fragmentando al
yo, presentándose como goce en el cuerpo o como alucinaciones que van en
detrimento del yo, ya que son hostiles contra él. De este modo, señala Freud, la
represión (que consiste en la psicosis en una retracción, un quite de
investiduras de la realidad – o de la pérdida de la realidad… como dirá en
19256) triunfa en la esquizofrenia, ya que se hace muy difícil la reconstrucción
de la realidad, la posibilidad de volver a colocar las investiduras en la realidad
exterior. Vemos acá como de este modo se puede leer, con Freud, la dificultad
del esquizofrénico en hacer lazo social, en sostener sus vínculos sociales.

En la paranoia las cosas son bastante diferentes. Freud propone una lectura
original del delirio paranóico, que tiene como eje el lazo social. ¿Por qué?

4 Ibídem.
5 FREUD, S. (1911) "Puntualizaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia descrito
autobiográficamente". En Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1986, vol. XII.
6
FREUD, S. (1925) "La pérdida de la realidad en la neurosis y la psicosis". En Obras
completas, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1986, vol. XIX.
Porque señala que en la paranoia se produce una re-sexualización de los
vínculos sociales. ¿Qué quiere decir con esto? Tendrá que ver con las fases de
desarrollo libidinal, más precisamente con el narcisismo. Allí el yo se toma
como primer objeto de amor, libido yóica y objetal coinciden; el yo, el cuerpo,
es el primer objeto de amor y esto se hace sobre la base de lo homosexual (no
en el sentido vulgar, dice Freud, sino de la colocación libidinal en una imagen
con genitales semejantes). En la “normalidad” estas aspiraciones narcisistas -
homosexuales se subliman, creando así los vínculos sociales. Pero al estallar
la enfermedad en la paranoia, la libido regresa al punto previamente fijado y se
produce una re-sexualización de lo social. Lo social, nuevamente, en el centro
del conflicto paranóico, quien tendrá por delante el arduo trabajo de defenderse
de aquello.

A partir de la defensa de esta re-sexualización que irrumpe, se construye nada


más y nada menos que un delirio de persecución como intento de solución, de
hacer algo con eso (como ocurre entre Schreber y Flechsig). Este trabajo le
permitirá al paranóico, al revés que lo que ocurre con la esquizofrenia, devolver
su libido al exterior y reconstruir el lazo con la realidad, es decir, fracasa la
cancelación libidinal previa. El delirio funciona como parche que sutura la
pérdida de la realidad previa7.

Esquizofrenia y paranoia desde Lacan

“¿Cómo definiremos aquí al esquizofrénico? Propongo definirlo, por el


momento, con Lacan, como el sujeto que se especifica por no estar acogido en
ningún discurso, en ningún lazo social”, (MILLER, 19888). Jacques-Alain Miller
toma así una referencia lacaniana del escrito “L´etourdit”, señalando (en
consonancia con lo mencionado a partir de la psiquiatría clásica y a partir de
Freud) que el esquizofrénico se encontraría fuera de discurso. Hay que

7 Para el paranóico también se supone un tiempo de represión en el que se produce una


retracción libidinal (o pérdida de la realidad), al igual que en la esquizofrenia. La diferencia
estará en los síntomas de retorno de lo reprimido.
8 MILLER, J.-A- (1988), “Ironía”, en Revista Consecuencias, Edición nro.7, noviembre de 2011.

http://www.revconsecuencias.com.ar/ediciones/007/template.php?file=arts/alcances/Ironia.html
entender aquí que el modo del ser hablante de hacer lazo social, es a través de
los discursos – tal como propone Lacan a la altura del Seminario 17 –. Dicho
esto, podría leerse aquí que el paranóico tendría otras herramientas, como
situaré a continuación.

En “Presentación de las Memorias de un neurópata”9, Lacan sitúa: “(…) leamos


(…) en la pluma de Schreber que él mismo se ofrece como soporte para que
Dios (…) goce de su ser pasivizado, mientras se abandona al pensar-nada
para que Dios, ese Otro hecho de un discurso infinito, se escabulla (…)”.
Señala que el texto da cuenta de una diferencia fundamental, la del sujeto del
significante y la del sujeto paranóico, “(…) sujeto del goce (…) identificando el
goce en ese lugar del Otro en tanto tal” (LACAN, 1966, p. 233). Es decir, a
pesar de la cuestión delirante, el paranóico, al ubicarse como soporte del goce
del Otro, no deja de hacer lazo con él (a pesar de ser, en un principio, un lazo
mortificante).

En esta misma línea, Eric Laurent propone lo siguiente, a partir de una lectura
sobre el escrito “De una cuestión preliminar…” de Lacan. Señala: “Lacan no
dice quiebra del Otro, sino del Nombre del padre. Entonces se revela, de
acuerdo con la expresión de Schreber (…) que ¨Dios es una p…¨, dicho de otro
modo, un partenaire de goce. Esta revelación es una reducción que constituye
la clave de la maniobra de la transferencia con un partenaire de goce sin la
garantía del Nombre del Padre” (LAURENT, 2018)10. En otras palabras, el
paranóico no rompe lazo con el Otro, quien es su partenaire de goce…
simplemente hay que tener en cuenta que este lazo con el Otro no cuenta con
la garantía del Nombre del Padre. Por esta última razón, lo mortificante e
ilimitado del goce del Otro que padece, sin ningún tope… excepto el de la
elaboración delirante, que funcionaría como un velo simbólico, velo que no se
encuentra presente en la esquizofrenia (que, como dije previamente, se
encuentra fuera de lazo, de discurso11).

9 LACAN, J. (1966), en Otros escritos, segunda reimpresión, Buenos Aires, Paidós, 2014.
10 LAURENT, E. (2018), “Disrupción del goce en las locuras bajo transferencia”, en la revista
Freudiana nro. 84, Barcelona, RBA Libros, 2018.
11 Esto no implica, sin embargo, que pueda hallar algún otro tipo de solución ante aquello que

padece. La última enseñanza de Lacan dará cuenta de distintos tipos de suplencias cuando no
se cuenta con el Nombre del Padre, también para la esquizofrenia.
Nombrar-para, otro tipo de nudo social

Dentro del campo de la psicosis podría ubicarse también el concepto lacaniano


de Nombrar-para, trabajado por Lacan en el Seminario 21, que tiene una
importancia central para este eje.

En la clase del 19 de marzo de 1974 del Seminario12 Lacan habla de un tipo de


nominación a la que define del siguiente modo y que vincula con algo de la
época: “Hay algo cuya incidencia quisiera indicar. Porque se trata del sesgo de
un momento que es aquel que vivimos en la historia… la pérdida de lo que se
soportaría en la dimensión del amor… a ese Nombre del Padre se sustituye
una función que no es otra cosa que la del “nombrar para”. Ser nombrado para
algo, he aquí lo que despunta en un orden que se ve efectivamente sustituir al
Nombre del Padre. Salvo que aquí, la madre generalmente basta por sí sola
para designar su proyecto, para efectuar su trazado, para indicar su camino”
(LACAN, 1973-1974, 126). Un párrafo más abajo agrega: “… es sin embargo
ella, ella, su deseo, lo que señala a su crio ese proyecto que se expresa por el
“nombrar para”. Ser nombrado para algo,… se ve preferir – quiero decir
efectivamente preferir, pasar antes – lo que tiene que ver con el Nombre del
Padre” (LACAN, 1973-1974, 126).

Lacan está proponiendo como algo presente en la época que, antes que al
Nombre del Padre, se prefiera a la madre sola… a su deseo, que designa un
proyecto para el hijo, donde “lo social toma forma de nudo”. Habría que
investigar qué quiso decir allí con este término, pero podríamos afirmar que se
trata de un lazo social en el que las dimensiones del amor están forcluidas.
Esto resuena al punto anterior, en el hecho de que en el lazo no estará
presente la garantía del Nombre del Padre, no estará presente la falta, la
castración.

12 LACAN, J. (1973-1974) Los no incautos yerran, inédito.


Conclusiones

Quisiera concluir realizando una síntesis del camino recorrido.

Partimos de situar que la psiquiatría clásica (más precisamente, Kräpelin) ubica


un corte con los afectos, con el entorno, del lado de la esquizofrenia.
Contrariamente, planteé la hipótesis a partir del mismo autor, que el paranóico,
el centro de su conflicto es entre él y su entorno, ya que es el centro de un
complot en su contra ó se dirige a su entorno exigiendo una reivindicación, del
lado del paranóico querulante.

Freud continúa esta línea de pensamiento pero a partir de su hipótesis


psicopatológica de la fijación como predisposición. El esquizofrénico, fijado al
autoerotismo, padecerá síntomas que lo fragmentan, no siéndole posible
restablecer la realidad perdida en el tiempo de la represión propiamente dicha.
En cambio el paranóico sí podría rearmarla, a partir del delirio de persecución,
que funcionará como solución ante la irrupción de lo sexual en sus vínculos
sociales.

Lacan propone al esquizofrénico como fuera de discurso, teniendo en cuenta


que los discursos son los modos de hacer lazo social para el ser hablante. En
cambio, el paranóico, tendrá como partenaire delirante al Otro. No se rompe
con el Otro, simplemente no se cuenta con la garantía del Nombre del Padre.
Ubiqué que, a pesar de la mortificación de goce que padece, este lazo delirante
con el Otro podrá eventualmente funcionar como velo, como tejido simbólico
que rearme y reorganice (ponga un tope) a la invasión de goce.

Por último, ubiqué un tipo de nudo social psicótico que es actual, que es el
Nombrar-para. Allí tenemos un anudamiento o tipo de nominación donde la que
nombra un proyecto rígido para el hijo es la madre, prefiriéndose a éste por
sobre el Nombre del Padre. Quedarán así, estos sujetos, anudados a lo social
pero forcluidas las cuestiones del amor, la falta y la castración.

En síntesis… la psicosis presenta con respecto a su lazo social, distintos


matices, ya sea el estar fuera de lazo, el síntoma delirante como lazo a un Otro
gozador (sin la garantía del Nombre del Padre), o el anudarse rígidamente en
lo social a partir del Deseo materno, prefiriendo a éste antes que al Nombre del
Padre.
BIBLIOGRAFÍA

- FREUD, S. (1911) "Puntualizaciones psicoanalíticas sobre un caso de


paranoia descrito autobiográficamente". En Obras completas, Buenos
Aires, Amorrortu editores, 1986, vol. XII.
- FREUD, S. (1925) "La pérdida de la realidad en la neurosis y la
psicosis". En Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1986,
vol. XIX.
- KRÄPELIN, E. (1899), “Las psicosis irreversibles (Demencia precoz)”.
En”Escritos psicopatológicos. Primer conjunto temático”, Edición
corregida.-
- KRÄPELIN, E. (1899) “La locura sistemática (paranoia)”, Ibídem.
- MILLER, J.-A- (1988), “Ironía”, en Revista Consecuencias, Edición nro.7,
noviembre de 2011.
http://www.revconsecuencias.com.ar/ediciones/007/template.php?file=arts/alcances/Iro
nia.html
- LACAN, J. (1966), “Presentación de las Memorias de un neurópata”, en
Otros escritos, segunda reimpresión, Buenos Aires, Paidós, 2014.
- LACAN, J. (1973-1974) Los no incautos yerran, inédito.
- LAURENT, E. (2018), “Disrupción del goce en las locuras bajo
transferencia”, en la revista Freudiana nro. 84, Barcelona, RBA Libros,
2018.

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