Suerte y Aristoteles

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ESCUELA SUPERIOR DE COMPUTO

¿Qué es la suerte?

Materia: Probabilidad y Estadística

Grupo: 2CV15

Profesor: Zarate Cardenas Alejandro

Nombre del alumno:


Montufar Pérez Javier

19/03/2021
¿Qué es la suerte?
Muchos dudan de si en efecto existe el azar y la espontaneidad, pues esta claro -dicen-
que nada se genera al azar sino que hay una causa determinada de todas las cosas que
decimos se generan por espontaneidad o azar; también hay algunos que postulan la
espontaneidad como la causa de este universo ; en efecto, afirman que el torbellino y el
movimiento que separa y dispone todo en orden se genera por espontaneidad, también
afirman que el azar es una causa, aunque oculta al entendimiento humano, por ser algo
divino y completamente extraordinario.
De esa forma empezaba Aristóteles su libro llamado Física II, es evidente que, para él,
miembro y discípulo de la escuela platónica, la suerte y el azar no tenían las propiedades
de los autores citados y criticados al comienzo de su libro. ¿Entonces cómo la
consideraba?
Aristóteles divide los fenómenos en tres clases: hechos que siempre ocurren regularmente
o constantes, hechos más o menos constantes y hechos excepcionales o fortuitos; en este
ultimo tipo, él coloca los fenómenos atribuidos al azar, la propia definición ontológica de
este tipo de fenómenos lleva directamente a su eliminación del campo de estudio de la
física y de las ciencias en general (pues son excepcionales y no generales). Los fenómenos
excepcionales azarosos no son naturales, porque son irregulares, carecen de finalidad y no
poseen por sí mismos el principio de su movimiento; en cada uno de estos fenómenos
pueden ocurrir infinitos accidentes, esto imposibilita la capacidad de conocerlos tanto a
priori como a posteriori, Aristóteles hablaba del azar como una causa divina y demoniaca,
indeterminada e inescrutable.
Habiendo hecho esta distinción, Aristóteles procedería a hacer la distinción entre azar,
suerte y casualidad, distinción aplicable a estos últimos fenómenos excepcionales y poco
comunes. Al respecto del azar quedará restringido a cosas carentes de fin o que no
generan nada, esas características hacen que del azar nada se pueda decir (pues 1.-no
sabemos cómo se origina un fenómeno azaroso y 2.- el fenómeno azaroso no genera nada
que nos permita conocerlo o lo que es lo mismo no tiene fin) y por lo tanto se abandona el
estudio del azar.
Posteriormente analiza los fenómenos excepcionales que, si generan algo o tienen un fin,
pues solo donde podemos señalar fines se abre un poco de espacio para la racionalidad;
en este caso el fin es el testigo de que el fenómeno accidental ocurrió puesto que es
gracias a el es que el fin existe; un ejemplo puede ser: A va al mercado y se encuentra por
casualidad a B que le debe dinero, así A consigue que B al fin le page; el fin o hecho de A le
page a B, es causa del fenómeno fortuito de que B fue al mercado al mismo tiempo que A
y a su vez el fin es testigo de que el fenómeno fortuito ocurrió. Este segundo tipo de
fenómenos, frente a los puramente azarosos, constituyen ejemplos de anomalías. En ellos
se viola la ordenación natural hacia el fin de la cosa por la acción de una causa
indeterminada, en nuestro ejemplo lo natural sería que A siguiera sin recibir su pago.
Ahora entre las cosas que suceden con un fin, Aristóteles distingue entre las que suceden
por elección y las que no; así separa al conjunto de fenómenos surgidos de la acción
humana y al conjunto de fenómenos surgido de la acción de la naturaleza. En el primer
caso, el resultado accidental recibe el nombre de suerte, si fue positiva, o desgracia, si fue
negativa; este tipo de fenómeno accidental se vincula con el pensamiento -pues sin
pensamiento no hay elección-; las cosas inanimadas no son capaces de elegir y son
incapaces de lo fortuito en el sentido de suerte o desgracia.
Dicho esto, ahora nos centramos en el segundo tipo de fenómenos, aquellos que se
remiten a la acción de la naturaleza. Aristóteles emplea la noción de casualidad, que es
una noción mas amplia, todo lo que se debe a la suerte se debe a la casualidad, pero no
todo lo que se debe a la casualidad se debe también a la suerte. La casualidad puede ser
señalada como la causa accidental de un resultado en que una cosa no llega a ser lo que
se espera; un ejemplo es que, si aventamos una pelota al suelo, puede existir un hecho
fortuito como el que un clavo este en el suelo para cambiar el resultado esperado de que
la pelota rebote. Para enfatizar Aristóteles sostiene que casualidad es equivalente a la
expresión “en vano” empleada cuando algo no se logra como es naturalmente dispuesto.
¿Pero que tanto puede variar el resultado de una cosa o su indeterminación? Es decir,
¿existe la posibilidad de que algo llegue a ser cualquier cosa o que ocurra cualquier
fenómeno? La respuesta es que no, pues como hemos visto la casualidad afecta de
manera general a las causas de las cosas, no a las cosas en su comportamiento o
configuración. Aristóteles señala este hecho diciendo que nada accidental es anterior a lo
que es por sí. De ello se sigue que la casualidad y la suerte son posteriores a la
naturaleza. Si esto se acepta resulta obvio contestar que las posibilidades de ocurrir de
cada cosa se limitan al estado inicial de la cosa y no se pude volver en cualquier otra.
Relacionando el concepto que Aristóteles tiene de la casualidad y suerte, me doy cuenta
de que este hecho explica muy bien el porque algunos fenómenos no son posibles
estando en un estado inicial; por ejemplo, yo no puedo esperar ganar la lotería, si no me
compro un boleto para empezar. Primero debo poner de mi parte el estado inicial
propicio para que la causalidad entre a mi favor. Relacionando con el video, quizá esto
explica la razón por la que debemos esforzarnos para tener éxito, puesto que al
esforzarnos nos acercamos mas a un estado en el que podemos esperar recibir suerte.
Como ejemplo, yo no puedo esperar convertirme por suerte en un científico famoso en
química, si para empezar no se nada de química; se necesita acercarse al estado: “Soy un
profesional en química” y un poco de suerte para conseguirlo y me gustaría decir que
entre mejor seas en química mas te acercas al fin deseado.
Fuentes:
https://www.anaminecan.com/post/aristoteles-el-azar
https://www.elsigma.com/filosofia/la-suerte-y-la-fortuna-en-aristoteles/12151

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