CN340 Barranco de Maro. Espacio de Memoria Democrática.
CN340 Barranco de Maro. Espacio de Memoria Democrática.
CN340 Barranco de Maro. Espacio de Memoria Democrática.
memoria demo-
crática
propuesta
antigua CN-340 del barranco de Maro
ETSA-UGR
PATRIMONIO CULTURAL • MEMORIA HISTÓRICA
Este libro es el resultado de la colaboración entre la Asociación Cultural y Memorialista
‘Entre Cañas’ y la plataforma ‘Otro Maro y Nerja es posible’ con el alumnado de Proyectos I,
Grupo F, de la ETS de Arquitectura de la Universidad de Granada, curso 2020-2021, junto a
docentes, colaboradores e investigadores en diversas disciplinas.
Coordinación de la publicación:
Alaminos / Romero
Diseño y maquetación:
Jorge Alaminos
Portada:
Imagen extraída de los trabajos del Grupo 2
Impresión:
Lozano Impresores
Atribución: Usted debe dar crédito de manera adecuada, brindar un enlace a la licencia o indicar si se
han realizado cambios. Puede hacerlo de cualquier forma razonable, pero no de forma tal que sugiera
que usted o su uso tienen el apoyo de la licenciante.
No Comercial: Usted no puede hacer uso del material con propósitos comerciales.
propuesta
antigua CN-340 del barranco de Maro
espacio de
memoria demo-
crática
Universidad de Granada
presen-
tación
Los tramos que aún perduran a lo largo de todo el recorrido de esta an-
tigua carretera N-340 de Málaga a Almería fueron declarados Lugar de
Memoria Histórica por la Junta de Andalucía mediante Acuerdo de 20 de
marzo de 2012 del Consejo de Gobierno, debido al éxodo y bombardeo
que sufrió la población civil malagueña en 1937 en su desesperada hui-
da a Almería ante la inminente toma de Málaga por las tropas golpistas,
episodio conocido popularmente como la Desbandá, al que buena parte
de la población de Nerja se sumó al paso por la localidad.
Entre cañas de azúcar se escondieron miles de personas que huyeron por la carretera
N-340 durante la Desbandá en febrero de 1937 para no ser masacrados por los aviones y
barcos de los golpistas y sus aliados. Muchos son los testimonios que apuntan a la caña de
azúcar como único alimento que encontraron por el camino.
Entre cañas se refiere, además, a la importancia que el cultivo de la caña dulce y su pro-
cesamiento tuvo en Nerja y Maro durante siglos, siendo el auténtico motor económico de
nuestro pueblo hasta mediados del siglo pasado, generando un rico patrimonio industrial y
cultural, marcando las relaciones sociales y laborales, de propiedad y los conflictos de clases
durante este largo periodo de nuestra historia.
Frecuentemente se escucha la consigna “donde hubo muerte, que haya vida”, que da por
sentado que la muerte es lo propio del pasado y la vida lo propio del presente. Pero también
podríamos pensar que hay algo que atesoran los sitios que evocan hechos históricos de
muerte que siguen vivos, que nos interpelan, que nos ayuda a la reflexión, que sacude el au-
tomatismo con el que nos aproximamos al pasado, y que todo eso tiene valor en el presente.
Nerja tiene una deuda pendiente que saldar con las víctimas de la carretera N-340 de Má-
laga-Almería, pues no se conoce en la historia reciente de nuestro pueblo un episodio tan
atroz como el sufrido por los miles de huidos, muchos de ellos nerjeños y nerjeñas, como
aquel crimen de lesa humanidad durante la Guerra de España.
Notas:
Wittgenstein, Ludwig (1922). Tractatus logico-philosophicus
Loos, Adolf (1908). Ornamento y delito
“Ética y estética son lo mismo”
Ludwig Wittgenstein
* https://vimeo.com/500133370
**https://emapic.es/custom/nundo/nods/results?id=49
propuesta
crática
memoria demo-
un espacio de
Eduardo Serrano
Dr. Arquitecto
el espacio
Las intervenciones para la Fase-I de esta propuesta se sitúan
en un segmento de 300 m de longitud que abarca desde las
cornisas rocosas de entrada al barranco de Maro a poniente, y
la salida del mismo a levante, quedando su histórico puente
como punto central.
actuaciones
Las intervenciones para la Fase-I de esta propuesta se sitúan en un segmen-
to de 300 m de longitud que abarca desde las cornisas rocosas de entrada al
barranco de Maro a poniente, y la salida del mismo a levante, quedando su
histórico puente como punto central.
4
4
3
actuaciones
1 2 Arcos vegetales
3 Firme de asfalto
4 Pretil puente
5 6 Zonas descanso
1
1
5
arcos vegetales
1
actuación•1 arcos vegetales
(Fig.1)
Consideraciones previas:
2- El conjunto de las obras forma una intervención completa. Sin embargo, las obras
también se pueden ejecutar por fases independientes.
3- Los sistemas constructivos y los materiales a utilizar darán prioridad a los locales,
o a más cercanos al lugar de las intervenciones.
4- Por el carácter de las obras, sería recomendable realizarlas con mano de obra
local; y si pudiese ser, que se llevasen a cabo con personal de mantenimiento del
Ayuntamiento (ello abarataría las intervenciones).
Grupo 2
ARCHILLA CAMPOS, JUAN JOSÉ
DÍAZ MEDINA, MARÍA ALEJANDRA
GIL MORALES, ALEJANDRA
MARTÍN MARTÍN, SANDRA
RUIZ TRAVE, JORGE
SEGURA GONZÁLEZ, JOSÉ ÁNGEL
UTRABO PRADOS, JOAQUÍN
Grupo 3
CERVILLA TRUJILLO, BERTA
THEOPHANOUS, GREGORIA
PARRADO MÁRQUEZ, PATRICIA
SÁNCHEZ GÓMEZ, LORENA
DEN RIDDER, TIMOTHY SANCHO
DE LUNA GONZÁLEZ, ÓSCAR ALBERTO
http://citywiki.ugr.es/mediawiki/index.php/Proyectos_1_grupo_F_2020-2021
paneles
vegetación
agricultura
bocetos
re-
flexio-
nes
Detalle maqueta de Lorena Sánchez
El respeto es más fuerte que el olvido
“A menudo los ‘hogares’ de mi vida han sido los cuerpos de los demás, así como también,
probablemente mi propio cuerpo”.
John Berger
Los trabajos que se presentan aportan ideas que son siempre perseguidas por los traba-
jos de la Fundación Rizoma. Estas ideas se fundan en la comprensión de los lugares en
su propia inmanencia y respeto como un modo de habitar. Para ello, se plantean la cons-
trucción por cooperación, contacto, e intercambio, contando con las relaciones complejas
y biodiversas de la población entre sí y con el medio.
Con economía de medios, y sin preocupaciones estéticas aparentes, las acciones remiten
al tacto; acarician el lugar con gestos. Sin embargo, modifican la relación con el mismo,
adquiriendo una dimensión no lineal, y convirtiendo lugar e historia en entidades insepa-
rables. Podrían entenderse como un grito legítimo de resistencia y dignidad que transfor-
man el efecto en la causa, y el respeto en más fuerte que el olvido. La muerte y la dignidad
no son concebidos sin referencia al tiempo, sino que remiten a cierta idea de lo eterno.
Esas personas habían conocido la violencia de los golpistas en sus pueblos, por lo
que muchos escaparon hacia Málaga, que se vio poblada de refugiados. Pero en la
ciudad costera sufrieron los bombardeos periódicos y el terror que emanaba de las
charlas nocturnas del general Queipo de Llano a través de Radio Sevilla, contando
lo que ya habían hecho y estaban dispuestos a seguir haciendo.
Al igual que existe una historiografía que niega el Holocausto nazi, en nuestro
país se está desarrollando también un revisionismo que blanquea y justifica los
crímenes de franquismo, y que en el caso de la llamada Desbandá, elude contar
los bombardeos sufridos y atribuye lo ocurrido a los problemas defensivos de la
República en Málaga. Poniendo la lupa sobre esto último, algo que desde lue-
go debe de investigarse rigurosamente, se obvia el crimen de los bombardeos
sobre la población y el sufrimiento que supusieron, o se minimizan y relativizan,
cuando no se niegan directamente. Las fuentes orales, los testimonios de los
supervivientes, adecuadamente analizados, han sido decisivos para fijar lo ocu-
rrido, pero se ha llegado, incluso, a descalificarlos, ignorándose que suponen
un valiosísimo campo de investigación. Y que sus contenidos coinciden muchas
veces con las fuentes escritas, incluso con aquellas que proceden del bando gol-
pista: “Los rojos huyeron en grandes masas hacia Motril y fueron certeramente
bombardeados por nuestra aviación”, recogía el periódico Ideal en su primera
página el 9 de febrero de 1937, un día después de la caída de Málaga.
La segunda página data de finales del siglo XIX (1879-1880), cuando se cons-
truyó la primera infraestructura para atravesar el barranco sin tener que vadear-
lo. Esta página nos muestra un testimonio histórico de la actividad agrícola en
esta región, relacionada con la caña de azúcar que durante cuatro siglos se lleva-
ba a cabo en las tierras nerjeñas de Maro. Es una infraestructura ideada, no para
facilitar el paso de los transeúntes, sino para trasladar el agua del manantial
de Maro hasta las tierras de las Mercedes o de Tetuán, situadas al otro lado del
barranco, dentro de un ambicioso proyecto agrícola. Se trata del acueducto del
Aguila, construido por el arquitecto Francisco Cantarero, por encargo el dueño
de estas tierras, Joaquín Pérez del Pulgar.
Puente del
barranco de Maro
Una cuarta página aparece en los años 1970, terminando a principios de 1980,
cuando se decidió terminar con esta sinuosa carretera, eliminando curvas y tra-
tando de alcanzar la ansiada rectitud del trazado. Es una operación que en el
barranco de Maro se saldó con la desconexión de la antigua carretera, de la cual
hoy día persiste el viaducto sobre dicho barranco, y se construyó un nuevo via-
ducto, más al norte y mejor alineado al nuevo trazado de la carretera nacional.
Son tiempos más modernos, en los que se dispone de máquinas de transporte
más rápidas, lo que tiene la ventaja (o inconveniente, según se mire) de acele-
rar las vidas de los transeúntes, mayor seguridad (teórica) pero a costa de una
fuerte reducción de exhibición paisajística de que gozaba la carretera anterior.
La quinta página y, hasta hoy, la última de este libro de la historia que nos brin-
dan las infraestructuras del barranco de Maro, aparece en el año 2007, en el que
se terminó de construir uno de los tramos más complicados de una infraestruc-
tura moderna, ideada para tránsitos muy rápidos, y de gran volumen: la autovía
A-7, también llamada “autovía del Mediterráneo”, de trazado más rectilíneo, a
costa de tener que atravesar, con numerosos puentes y túneles la abrupta zona
de los acantilados de Maro. Esta moderna infraestructura se sitúan al norte de
las anteriores históricas, atravesando el barranco de Maro por un viaducto colo-
cado cerca de la Cueva de Nerja. Es un momento histórico que nos muestra el
desarrollo del país, su apuesta por las infraestructuras rápidas, acordes con una
nueva época de vocación europeísta y actividad comercial y turística. Pero, si con
la N-340 de la página histórica anterior, perdimos este tempo necesario para
admirar el paisaje de las acantilados de Maro, en esta nueva página, el paisaje
ya ni se ve, no sólo por la velocidad, sino porque gran parte del trayecto se hace
por túneles.
Rafael Yus Ramos
Coordinador de GENA-Ecologistas en Acción
No hay quizá circunstancia más propicia que una guerra para
la agudización de las desigualdades de genero y el reforzamien-
to del orden patriarcal. En las representaciones dominantes de
la guerra, en su relato épico, el protagonismo masculino es
prácticamente absoluto. Es verdad que en la propaganda bélica
no faltan imágenes de mujeres en actitud combatiente, pero su
finalidad no suele diferir de las mismas identificaciones y aso-
ciaciones que la publicidad comercial persigue para vender un
producto cualquiera. La estrategia es paralela a la de aquellas
idealizadas formas de la juventud y la belleza femenina en el
monumento público. Figuras de muchachas más o menos des-
nudas, pero siempre mudas, instaladas a lo largo del siglo XIX y
XX en las ciudades de Europa y América para dar cuerpo alegó-
ricamente a las ideas abstractas favoritas del Estado-nación. La
guerra no hace sino intensificar esas mitologías.
A pesar de la larga exclusión y del silencio impuesto sobre los vencidos, los
relatos orales de los supervivientes de aquella barbarie no dejan de insistir en
ese mismo punto del que aquellas fotografías dan fe: en medio de la ebriedad
genocida, las mujeres mantuvieron el último rescoldo de dignidad humana.
Para reconstruir una memoria que eluda los clichés militaristas y la apología del
macho que domina mediante el ejercicio de la violencia es preciso revertir esa
lógica y poner en el centro la atención a quienes, en medio del terror, fueron y
son capaces de cuidar, de proteger, de preservar la vida.
Elo Vega
Artista visual e investigadora
“¡Ah, el horror!¡El horror!”
Joseph Conrad. El corazón de las tinieblas
mentos con los que se quiere destacar y rendir homenaje a las víctimas de la
Desbandá. En Nerja no hay ninguno, pero desde hace algunos años, cada mes
de febrero gente anónima convocada por distintas asociaciones memorialistas
convierte el puente del barranco de Maro en un monumento sobrevenido en
memoria de los que por él transitaron en aquellas circunstancias. El lugar ad-
quiere entonces, durante unos instantes, memento mori, el carácter propio de
un recinto solemne e inviolable en el que es posible oír el eco del pasado. Esa
dignificación del espacio debiera ser permanente y en esa línea se inscribe la
propuesta, a la que desde aquí muestro todo mi apoyo, de la Asociación Cul-
tural y Memorialista ‘Entre Cañas’ de Nerja y la asignatura Proyectos I, Grupo
F, de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Granada
(curso 2020/2021), en la que se tienen en cuenta sus distintos valores, se evoca
con gran sutileza el drama histórico que allí se vivió, se recupera la memoria
de aquellas víctimas y se ilumina la conciencia de los hombres y mujeres del
presente y esperemos que de las generaciones futuras.
Hay que entender que el espacio público no es un museo al aire libre donde
se coleccionan obras de arte en razón de sus cualidades artísticas. Esa es una
circunstancia que fortuitamente se da o no. El paisaje urbano forma parte del
archivo que preserva o excluye a determinados personajes o acontecimientos
con el fin de servir de referencia en el proceso de construcción de la memoria y
la identidad colectiva. Y una cultura democrática exige experimentar otros mo-
dos de hacer memoria, menos autoritarios (también menos “de autor”), menos
personalistas y arbitrarios; también más colectivos y participativos, menos uni-
direccionales, más horizontales y apegados tanto a su contexto físico, al espa-
cio en que se insertan, como a su finalidad; no al exhibicionismo habitual en
tanta escultura pública. En fin, obras inscritas en su contexto social e histórico
y formando parte de un proceso vivo; y, sobre todo –lo contrario de unas calles
desgraciadamente demasiado llenas ya de cachivaches y ruido–, intervenciones
mínimas, casi camufladas con el entorno, respetuosas, mínimas, no impositi-
vas, casi clandestinas: tan discretas pero tan vitales como una caricia.
Yolanda Romero
Dra. Turismo
Goyesca antibelicista. Jorge Alaminos
Ante el dolor de los demás*
Con los grabados Los desastres de la guerra Goya introduce en el arte un nuevo
criterio de respuesta ante el sufrimiento. Pretendían ser un asalto a la sensibilidad
de los espectadores mostrando las atrocidades que produjo la invasión napoleóni-
ca de España. Aunque los grabados no eran copia fiel de estas atrocidades, Goya lo
que pretendía decir es que cosas así ocurrieron.
Jorge Alaminos
Diseñador gráfico
Eduardo Serrano
Dr. Arquitecto
Rubén Mora
Dr. Arquitecto
Elo Vega
Artista visual e investigadora
Yolanda Romero
Dra. Turismo
Tropas nazi germana en el barranco de Maro. Febrero, 1937.
CN-340: Espacio de Memoria Democrática es una pro-
puesta de la Asociación Cultural y Memorialista ‘Entre Cañas’ de
Nerja y la asignatura Proyectos I, Grupo F, de la ETS de Arquitectura
de la Universidad de Granada, curso 2020/2021.
Eduardo Serrano
Dr. Arquitecto
Universidad de Granada