Romano 12 Tablas Iv Ciclo

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1.

Derecho Penal

a) Tabla VIII – De los Delitos

Figura 8
La Ley de las Doce Tablas, TABLA VIII.

Nota. La figura muestra el contenido de la Tabla VIII de las XII Tablas. Fuente: Mojer
(1994).
Figura 9
La Ley de las Doce Tablas, TABLA VIII.

Nota. La figura muestra el contenido de la Tabla VIII de las XII Tablas. Fuente:
Mojer (1994).
En esta Tabla se recogen principalmente como su nombre indica, los delitos, sin
embargo, al introducirnos en análisis de sus normas contenidas, podemos mencionar
que no se llegarían establecer algunos vínculos entre víctima y victimario, o en el
derecho predial, en cuanto a la existencia de deudores y la relación con la persona
afectada. Estas leyes principalmente estaban organizadas en sentido del delito, para los
usos más comunes o situaciones recurrentes que necesitarían en ese momento un
tratamiento importante.
Se distinguen por el hecho de que contienen estándares muy antiguos y
modernos, lo que refleja un período de transición. En estos cuadros aparece
implícitamente una distinción entre dos áreas del derecho penal, público y privado. El
público se ocuparía de delitos graves o criminales que fueran ataques al pueblo romano,
como el fraude o la traición al pueblo romano, y delitos más graves como el matrimonio
prohibido explícitamente o el asesinato. Los criminales son procesados formalmente y
castigados con la pena de muerte o el exilio. El sector privado se ocupará de los delitos
menos graves, las condenas injustas y la persecución a petición de la víctima o sus seres
queridos. Tales actos atroces son sancionados con multas a favor de la víctima, siempre
dependiendo de la gravedad de los hechos. El delito es el delito de daño a la propiedad
ajena, hurto o hurto, interrupción de la orina o lesiones por tortura.

Es un hecho que estas demuestran el primitivismo presente en la redacción de


estas leyes. Marcos (2000) nos menciona al respecto:

Si alguien le rompe a una persona un miembro y no llega a un arreglo con él, que
sufra la ley del talión ‘Ya apuntamos cómo la ley tenderá a sustituir la
satisfacción de la venganza por compensaciones pecuniarias o de otro tipo,
siempre por encima del daño causado. En ocasiones los castigos son capitales y
parecen desmedidos a tenor del delito llevado a cabo. (p. 369)

En lo que se refiere a la pena capital (art. 1, XIII) no necesariamente se referiría


a la pena de muerte, sino aquellas penas que puedan estar relacionadas a la libertad, la
ciudadanía o el estado familiar. Los libelios en este artículo no son más que los escritos
destinados a difamar a un ciudadano, a una institución o al estado. Así como muchas
otras leyes a continuación se aplicaba recurrentemente la Ley de Talión, expresamente
en los subsiguientes cuatro artículos (art. 2, 3, 4, 5, XIII) donde se configuran los delitos
de injurio o lesiones corporales dónde no se hace distinción entre la intencionalidad
mayor o menor de la acción a condenar, reflejando la practicidad de estas normas. Si la
víctima se presentaba ante un magistrado y se comprobaba el daño este sería resarcido
con una multa. Estos apartados son importantes ya que establecen el resarcimiento del
daño mediante la intervención de la justicia, y la posterior entrega de una suma de
dinero, a fin de reemplazar la venganza privada, muchas veces con consecuencias
desproporcionadas al daño causado.
El Actio De Pauperie que permitía que el dueño del animal que hubiere causado
el daño entregase una suma de dinero compensatoria, o en su lugar la entrega del animal
que hubiese causado el daño (art. 6, XIII). También se menciona en cuanto no hubiera
un daño directo en la propiedad sino en la pena por pastar al ganado en predio ajeno lo
que se conocía como actio de pastu pecoris (art. 7, XIII). No eran ajenas las leyes en
cuanto al misticismo presente todavía en esta etapa en la sociedad roma, puesto que se
creía que mediante hechizos se podía pasar las cosechas de un campo a otro, lo mismo
con atraer o repeler las lluvias (art. 8, XIII). En este mismo ámbito, producto de la
naturaleza de la sociedad romana, eminentemente una comunidad pastoril, no era
extraño que aquellos que atentasen contra las cosechas ajenas fueran sacrificados a
Ceres, Diosa de la agricultura (art. 9, XIII).

También fueron consideradas penas para aquellos que con intención y pleno
conocimiento provocasen un incendio en predio ajeno, diferenciando entre la pena de
ser arrojado al fuego si fuera con plena intención y el resarcimiento equitativo del daño
si fuese accidental (art. 10, XIII). Es importante también mencionar un dato curioso
sobre la tala de árboles pues se aplicaba lo que se conocería como actio arborum furtim
caesarum, o la tala furtiva de árboles, lo que quiere decir que aquellos que realicen la
acusación por ejemplo ``por el corte de vides´´ ha perdido el caso, ya que se ciñe a la
textualidad de la norma la cual en las XII Tablas es nombrada por árboles (art. 11, XIII).

A partir de estos apartados se hablaría de hurto expreso y sus diversas


modalidades y penas, como para el ladrón que haya acometido durante la noche con el
fin de hurto, y haya muerto, justo sería su fin. (art. 12, XIII). En caso esto sucediera
durante el día y el ladrón fuera descubierto, no habría necesidad de matarle a menos que
este resistiera con armas (art. 13, XIII), sin embargo, ya se hacían distinciones de las
penas para los ladrones manifestos, los cuales eran azotados con varas y entregados al
que hubiesen robado si fueran hombres libre; en el caso de los esclavos estos eran
azotados y luego condenados a la pena de muerte, y en última forma a los impúberes o
ciudadanos que no hubiesen llegado a la pubertad eran azotados a consideración del
magistrado y condenados a pagar el daño causado (art. 14, XIII). Se introduce también
el concepto de furtum lance et licio, lo cual significaba la búsqueda del objeto robado
por el ladrón al desnudo, estando este ritual discuto por numerosos autores que
consideran que fue otra la naturaleza de la aplicación de esta pena (art. 15, XIII).
Expresamente en cuanto al furtum nec manifestum se refieren al ladrón que es
encontrado en flagrancia con el objeto robado
(oculto), estableciendo la pena al doble de lo robado (art. 16, XIII). En el siguiente
apartado podemos encontrar el tratamiento de los bienes robados que fueren transferidos
por el método de usucapio a otro ciudadano, lo que llamaríamos la prescripción
adquisitiva de dominio, es decir la adquisición por el uso o posesión natural durante un
tiempo determinado (art. 17, XIII).

Otro alcance importante es la determinación de los intereses para los préstamos


los cuales no podían exceder el 12%, cuya pena por exceder este monto sería de 4 veces
la deuda (art. 18, XIII), también se establece que para los que se llamarían depositarios
infieles, es decir el depósito de una cantidad no acordada sería la pena por el doble de la
deuda (art. 19, XIII). Otra acción importante que se establece en este apartado es la de
actio suspecti tutoris, la cual se refiere a la sanción o pena efectuada al tutor que se
apropiase de los bienes de su pupilo y siendo estos mismos separados de la tutela (art.
20, XIII).

Otra causa contenida sobre la pena de muerte es la que se ocasiona a efecto de


fraude de un patrono a su cliente, dando por entendido que este tipo de relaciones
estaban consagradas por los dioses y quienes fueran en contra de esto, no podían sino
ser condenados por los dioses y no por la ley de los hombres (art. 21, XIII), entre otras
consideraciones, en un acto similar, o pleito que ha de resolverse mediante la
testificación, que haya sido testigo o portabalanza (aquel que porta la balanza usada
como acto solemne para transferir una propiedad en acto conocido como mancipatio) si
se negase a testificar será penado con la degradación de su nombre y vuélvase indigno
de atestiguar por él (art. 22, XIII). Para este mismo acto si el testigo fuese falso, este
sería arrojado desde la roca conocida como tarpeya (art. 23, XIII).

En caso del homicidio explícito solo sería castigado por la pena capital (art. 24,
XIII) sin embargo, Cicerón nuevamente hace mención de la intencionalidad y que solo
debería ser penado de esta manera aquel que lo haga intencionalmente. También era
castigado con la pena capital aquel que haya realizado un encantamiento en contra de
otro, haciendo una clara referencia al misticismo presente en estas leyes (art. 25, XIII).
En relación a los actos en contra del bienestar social, se menciona la sedición
sancionada con la pena capital (art. 27, XIII). Y por último en el caso de las
asociaciones se les concede plena de libertad de normarse internamente sin
contraposición de las leyes públicas.
Comentario:

Es innegable el aporte de todas estas leyes que, aunque no perdieron en algunos


sentidos los aspectos supersticiosos y poco prácticos de su aplicación, constituyen en
general y en específico algunas en una mejora para las relaciones judiciales de los
ciudadanos romanos. Estableciendo parámetros de los tratos las obligaciones y las
sanciones, defendiendo la propiedad y reglamentando la convivencia y la correcta
aplicación de la justicia. Considerando los efectos de muchas de estas leyes, en
principio pueden representar una vulgarización del ámbito penal, sin embargo, si lo
tomamos como un antecedente de la evolución de las leyes romanas, marcan
significativamente un hito en cuanto a las sanciones, la definición de los delitos y las
penas impuestas. Es importante observar de esta Tabla XIII que se empieza por
generalizar la aplicación de las sanciones para toda la sociedad sin distinción pues no
expresa la condición social de asesino, ladrón, etc. Lo que nos da a entender que la
igualdad ante la ley es de algún modo expresada en las leyes de este apartado.

En la actualidad, si bien es cierto por nuestra legislación penal tiene influencia de


la antigua legislación romana, estas ya no son los mismas, pues, gracias a la creación de
leyes superiores y de impacto global que garantizan el respeto a la dignidad humana, como
por ejemplo la Declaración de los Derechos Humanos, es que ahora en nuestro país las
penas no pueden llegar a cobrarse con la vida del victimario por más culpable que este sea,
como lo fue siglos atrás. El primer punto para contrastar las tablas romanas con tiempo
presente es primeramente general, es decir, toda la Tabla VIII contiene las obligaciones y
sanciones, las cuales a la vez están intrínsicamente referida al accionar ilegal e ilegítimo
que ejerce una persona sobre otra, ya sea al bien ajeno o a su integridad. El termino
general en latín corresponde a Iniuria, que podría traducirse como “lo que ha sido injusto”,
En este sentido, la penalidad que merece el sujeto agraviante busca ser erradicado por
sanción jurídica también en el contexto contemporáneo.
A continuación, la Tabla VIII es más específica y explica el delito de daños.
En nuestro país, podemos recurrir al Art. 205 del Código Penal Peruano cuando se
trata de un daño simple: “El que daña, destruye o inutiliza un bien, mueble o inmueble,
total o parcialmente ajeno, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de tres
años y con treinta a sesenta días-multa.
Posteriormente, detalla las formas agravadas del delito de daños en el Art. 206:
La pena para el delito previsto en el artículo 205 será privativa de libertad no
menor de uno ni mayor de seis años cuando:

1. Es ejecutado en bienes de valor científico, artístico, histórico o cultural, siempre


que por el lugar en que se encuentren estén librados a la confianza pública o destinados al
servicio, a la utilidad o a la reverencia de un número indeterminado de personas.
2. Recae sobre medios o vías de comunicación, diques o canales o instalaciones
destinadas al servicio público.
3. La acción es ejecutada empleando violencia o amenaza contra las personas.
4. Causa destrucción de plantaciones o muerte de animales.
5. Es efectuado en bienes cuya entrega haya sido ordenada judicialmente.
6. Recae sobre infraestructura o instalaciones de transporte de uso público, de sus
equipos o elementos de seguridad, o de prestación de servicios públicos de saneamiento,
electricidad o telecomunicaciones.
7. Si la conducta recae sobre la infraestructura o instalaciones públicas o privadas
para la exploración, explotación, procesamiento, refinación, almacenamiento, transporte,
distribución, comercialización o abastecimiento de gas, de hidrocarburos o de sus
productos derivados conforme a la legislación de la materia.

Claramente el Código Penal Peruano sanciona con la pena privativa de la libertad


en ambos casos de daños a la propiedad desde los más leves a más graves, diferenciándose
únicamente en la temporalidad de la penalidad. Sin embargo, nos damos cuenta de que al
igual que la tabla VIII, el artículo 206 detalla explícitamente las condiciones bajo las que
se aplicarían las sanciones que también se estipula en el mismo.

Finalmente, la Tabla VIII tipifica el delito por apropiación al bien no propio, es


decir de otra persona. Entendido en la actualidad como hurto. Para lo cual, teste delito se
explica y extiende en mas de un solo artículo, el primero es el de hurto simple en el
articulo 185 del Codigo Penal Peruano:
El que, para obtener provecho, se apodera ilegítimamente de un bien mueble, total
o parcialmente ajeno, sustrayéndolo del lugar donde se encuentra, será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres años. 

Luego se derivan especificaciones en los siguientes artículos como el de hurto


agravado, hurto de uso y los robos.
a) Tabla IX – Del Derecho Público

Figura 10
La Ley de las Doce Tablas, TABLA IX.

Nota. La figura muestra el contenido de la Tabla IX de las XII Tablas. Fuente:


Mojer (1994).
La Ley de las XII Tablas no hace énfasis en el derecho público, de ahí a que se
considere más una legislación en torno al derecho privado, los seis artículos de esta
Tabla corresponden a los derechos del ciudadano frente al estado, y también los del
estado mismo. Uno de los más importante es el dicho a la pena capital la cual solo podía
ser efectuada por la asamblea general más importante, así como la libertad de asociación
sin y normarlas sin contravención de las leyes del estado. Aunque algunos historiadores
insisten en que las Doce Tablas no se estableció claramente que "todos iguales ante la
ley" lo cual la tradición ha afirmado y que no bastaban por sí solas para ser definidas
como un código de derecho completo, no cabe duda de que sentaron las bases de lo que
se convertiría en un sistema de derecho plenamente codificado en el mundo romano. A
los decemviri se les debe atribuir también la creación de leyes de valor práctico,
separadas de cualquier consideración religiosa, visibles para todos, y esbozadas en un
lenguaje preciso con definiciones explícitas. Así, los romanos crearon un enfoque de los
asuntos legales que imitarían innumerables sociedades y gobiernos desde entonces.
Aunque podríamos observar cuestionamientos sobre lo explícitas de algunas leyes, estas
bases sirvieron de muchos modos para el desenvolvimiento de la sociedad romana
siendo un antes n después de la Ley de las XII Tablas. Sobre esto Pastor y Alvira (2015)
menciona:

Tan parcas en imponer la pena capital, castigaron con esa pena al autor y al
recitador de versos que atrajera sobre otro la infamia. Esta disposición fue sabia,
porque debemos tener sometida nuestra vida a los fallos legítimos de los jueces y
de los magistrados, más no al ingenio de los poetas, y no debemos oír cargos sino allí
donde la contestación es lícita y podemos defendernos judicialmente. (p. 371)

La igualdad ante ley y la correcta justicia, y la prohibición de concesión de


privilegios contenidos en esta los consideramos sino el aporte más importante uno de
los que marcan ese punto de diferenciación no solo del derecho público o privado sino
el del sistema jurídico romano en su totalidad.

Esto es demostrado a partir de establecer que las leyes no puedes ser propuestas
acerca de ciudadanos en particular, prohibiendo esta acción expresamente (art. 1, IX).
Sobre los comicios centuriados, los cuales solo podían ser convocados y presididos por
los magistrados que tenían poderes militares (cónsules, pretores, dictadores). La
votación en una primer a época se producía dentro de las centurias y luego se contaban
las centurias que habían votado a favor y en contra. Se le designa la función unilateral de
ser los únicos en poder decidir sobre las decisiones capitales del ciudadano (art. 2, IX).
También, establece la sanción de la pena capital contra los magistrados que hayan
aceptado sobornos para favorecer a una de las partes y hayan dictado sentencia
condicionados por dinero (art. 3, IX), por lo cual también se dispone la cuestión relativa
de los homicidas al derecho a apelación al pueblo contra la sentencia penal, en el acto
conocido como provocatio ad populum. Y algo conocido como lo que sería conocido
hoy en ía como traición a la patria, de forma literal, la excitación del enemigo en contra
del pueblo romano o la entrega de algún ciudadano romano al enemigo (alta traición).

Comentario:

Aunque el apartado del derecho público no comprende más allá de las


delimitaciones de las autoridades encargadas de efectuar las decisiones más
importantes en cuanto a las sentencias, cabe mencionar que las leyes en general de las
XII Tablas hacen mención a incluir a toda la sociedad en su totalidad. Sin embargo,
debemos entender que en su mayoría estas leyes se encargaron de normar
específicamente el derecho privado y las relaciones entre los ciudadanos limitándose a
definir funciones y delimitar la jurisdicción de las autoridades máximas del pueblo
romano, lo cual no resta importancia al aporte en cuanto al derecho público a través
del tiempo.
La tabla IX generalmente está avocada a un derecho principal, este es el de
igualdad ante la ley. Por ejemplo, para que se dicte un veredicto justo, las condiciones de
las partes deben tener las mismas oportunidades ya sea en cuestión a la presentación de
evidencias que sustente sus argumentos, al plazo que se les brinda para entregar estas,
entre otras. Así, al enfatizar la ley la Tabla X en esta condición general, podemos decir que
nos ha brindado un pilar fundamental para la resolución de la justicia contemporánea. En
nuestro país, es en el artículo 7 de nuestra Constitución, en donde se positiviza dicho
derecho para todo ciudadano en territorio nacional.
Sin embargo, como lo fue en la antigua Roma y como lo es aún en nuestros días, la
corrupción puede intentar carcomer el sistema judicial de una nación, dándose paso a la
contratación de nuevos delitos por parte de infractores de la ley. Uno de ellos es el delito
de cohecho, según Vidal:
El cohecho es un delito que cometen aquellos que solicitan, aceptan u ofrecen
dinero, regalos o favores a cambio de un acto relacionado con el ejercicio de la
función pública.

El siguiente artículo explica el cohecho activo genérico y es el artículo 397 del


Código Penal:

El que, bajo cualquier modalidad, ofrece, da o promete a un funcionario o servidor


público donativo, promesa, ventaja o beneficio para que realice u omita actos en violación
de sus obligaciones, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cuatro ni
mayor de seis años; inhabilitación, según corresponda, conforme a los incisos 1, 2 y 8 del
artículo 36; y, con trescientos sesenta y cinco a setecientos treinta días-multa.

Luego, en los siguientes artículos se extienden las tipificaciones en el caso del


cohecho como el tipo pasivo y activo, asimismo, e esta sección, específicamente en el
articulo 400 tenemos al trafico de influencias, situación muchas veces relacionado a la
obstrucción de la justica peruana.

a) Tabla X – Del Derecho Sagrado

Figura 11
La Ley de las Doce Tablas, TABLA X.
Nota. La figura muestra el contenido de la Tabla X de las XII Tablas. Fuente:
Mojer (1994).
Los letrados en el Derecho romano consideran a la Ley de las Doce Tablas como
el Código más longevo referente al Derecho romano, en ese sentido, Quisbert (2006)
señala que a partir de la creación del Código empezó la separación entre lo sacro y el
Derecho romano:

Hasta el momento había tenido un carácter sagrado por haber estado ligado al
colegio de los Pontífices, que interpretaban el derecho consuetudinario a
conveniencia de los patricios. A partir de Las XII Tablas el “fas” (lo lícito) y el
“ius” (lo justo) se disgregan y el Derecho emprende su secularización. (p. 4)

En esta oportunidad se abordará y comentará el contenido de la Tabla X, los


artículos que aquí se presentan, responden al derecho sagrado y todos presentan como
tema primordial el ritual fúnebre. Así mismo, se buscó velar por la seguridad y salud de
las urbanizaciones al prohibir las cremaciones e inhumaciones dentro de las ciudades
(art. 1, X). Además, se pretendía evitar los posibles incendios causados por las
cremaciones realizadas en las urbes romanas. En suma, se prohíbe la alimentación del
fuego o arreglar los montículos de leña que se utilizan en las cremaciones (art. 2, X). Es
lógico que se realice esta prohibición; pues, al tener prescrito que las cremaciones en la
ciudad están prohibidas es necesario sancionar a quienes fomenten, de algún modo, la
realización de dicho rito funerario.

Por otro lado, también se hicieron prohibiciones a las suntuosidades funerarias


(art. 3, X). Se prohibió que el cadáver fuera sepultado o quemado con más de tres
vestidos o fajas de purpura con el fin de preservar el orden público y dejar atrás las
tradiciones fúnebres de los etruscos que solían estar llenas de ostentaciones. Así mismo,
Celestino (2000) señala que las prohibiciones se realizaron con el fin de reducir los
gastos santuarios procedentes de la realización de un funeral.

Del mismo modo, se prohibió que las mujeres se arañen el rostro y se lamenten
de manera descompasada (art. 4, X). Al establecer estas prohibiciones se buscó
mantener y resguardar el orden público durante las honras fúnebres. Es más, se prohibió
recoger los huesos de los cadáveres para hacerles otros funerales, excepto a aquellos
muertos en combate o en el extranjero (art. 5, X). Se presenta el mismo fin que en el
artículo 4, salvaguardar el orden público, esta prohibición buscó reducir el número de
funerales celebrados en Roma y de esta manera evitar los tumultos que se pudieran
ocasionar.

En esta misma línea, se prohibió embalsamar el cuerpo de los esclavos y los


acompañamientos tradicionales de un ritual fúnebre de la época como: los banquetes,
las aspersiones suntuosas, las largas filas de coronas, y los altaritos utilizados para
quemar perfumes (art. 6, X). Estas restricciones tuvieron como fin mantener el orden
público y reducir los gastos santuarios que se ocasionaban por las celebraciones propias
de un funeral.

No obstante, se establece que los que hayan conquistado una corona se les deben
hacer los honores y durante los funerales la corona la llevase el muerto y su padre (art.
7, X). Se tiene como fin, homenajear al difunto que logró conquistar una corona y se
establecieron parámetros que se lleven a cabo durante la celebración de los funerales.
De igual manera, se prohibió la realización de muchos funerales y de levantar
muchos túmulos por un solo muerto (art. 8, X). Nuevamente se hace presente el fin
de salvaguardar el orden público y evitar los gastos funerarios. Del mismo modo, se
prohibió la sepultación o cremación de cadáveres que contengan piezas de oro (art. 9,
X). Se buscó preservar la pureza del cadáver ante la muerte y, otra vez está presente
el fin de desligarse de las tradiciones etruscas.

De manera paralela, se prohibió las construcciones de piras o sepulcros a


menos de setenta pies de distancia, a no ser con el consentimiento del propietario (art.
10, X). Se realizó con el fin de evitar posibles incendios en las urbes romanas y
proteger el orden público. Por último, se dictaminó que el sepulcro y su vestíbulo no
son susceptibles de ser adquiridos por usucapio (derecho por una propiedad) (art. 11,
X). Esto es más que evidente si entendemos que usucapir es adquirir por uso,
entonces, se deja claro que los sepulcros y su vestíbulo no se pueden adquirir por
derecho a la propiedad.

Comentario:

Es evidente como a través de todo el contenido de La Tabla X se presentan,


artículo por artículo, unas bases legales que regulen los rituales fúnebres que se
realicen en la antigua Roma. Desde el artículo primero hasta el undécimo, se
estipularon leyes específicas que resguarden el orden público durante la celebración
de los funerales. Así mismo, se buscaba preservar la República y dejar de lado las
tradiciones de los etruscos llenas de ostentaciones al momento de realizar los
rituales fúnebres. En resumen, la presente tabla goza de contenido sagrado en el
marco del pensamiento romano de aquel entonces.

En su sentido literal y directo, la tabla X está enfocada a las antiguas costumbres


funerarias de los antiguos ciudadanos romanos y los demás acontecimientos de estas, se sabe
que se realizaban distintos rituales a sus divinidades cuando alguno fallecía, métodos como la
cremación era parte de uno estos procedimientos. Sin embargo, como el rito de la muerte podía
llegar a ser tan ostentosa, el orden público podría verse alterado e incluso podría generarse
contaminación en sus calles ya que las cremaciones se realizaban también en zonas céntricas.
El punto general de la Tabla X vela por el orden y la seguridad de las ciudades, sin
ofender la necesidad que tenían las familias romanas de dar una despedida digna al cuerpo de su
fallecido pariente.

Actualmente, nuestro contexto social y religioso es otro a pesar de ciertas similitudes,


ya que los eventos fúnebres suelen ser privados y mucho mas seguros e higienicos. Aporposito
de ello, se menciona sobre la cremacion y las medidas sanitarias en la ley peruana,
específicamente en el articulo 24 de la ley N° 26298:
Todo cadáver que haga posible la propagación de un daño a la salud humana, por la
naturaleza de la enfermedad de la persona antes de morir, será cremado previa autorización de
la Autoridad Sanitaria
Es verdad que este artículo hace alusión a una medida sanitaria especial y de
prevención, pues para contextualizar a nuestros días, esto nos trae a la memoria los sucesos del
2019 en plena pandemia del Covid19, donde lo que menciona el artículo 24 fue constantemente
practicado debido a la gran cantidad de muertes que dejo el virus tras su paso, y debido a que
los simples entierros habituales no garantizaban que la contaminación por esta enfermedad no
iba a estancarse en los cementerios de las ciudades y localidades donde se enterraban los
cuerpos.

En situaciones más sencillas, antes y después de la gravedad del Covid, la operación de


los cementerios se ha dado bajo las condiciones de registro y licencia legal municipal
tomándose en cuenta para su funcionamiento, detalles como las medias del predio, una
ubicación ideal para el cementerio, las condiciones en que deben sellarse los nichos e incluso la
profundidad debida. Todo esto se encuentra en los artículos de la Ley anteriormente
mencionada.

Finalmente, la tabla X menciona en afán de comprometer a la ciudadanía, que se


prohíbe actos escandalosos en los funerales, menciona especialmente a las mujeres.
Actualmente, no existen especificaciones en nuestra legislación, pero es sobre entendido cuando
nuestra Constitución establece junto al derecho a la libre reunión, la condición de que no se
vulnere el orden público para garantizar la convivencia pacífica de la ciudadanía o se ejecuten
actos que violen las buenas costumbres.

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