Romano 12 Tablas Iv Ciclo
Romano 12 Tablas Iv Ciclo
Romano 12 Tablas Iv Ciclo
Derecho Penal
Figura 8
La Ley de las Doce Tablas, TABLA VIII.
Nota. La figura muestra el contenido de la Tabla VIII de las XII Tablas. Fuente: Mojer
(1994).
Figura 9
La Ley de las Doce Tablas, TABLA VIII.
Nota. La figura muestra el contenido de la Tabla VIII de las XII Tablas. Fuente:
Mojer (1994).
En esta Tabla se recogen principalmente como su nombre indica, los delitos, sin
embargo, al introducirnos en análisis de sus normas contenidas, podemos mencionar
que no se llegarían establecer algunos vínculos entre víctima y victimario, o en el
derecho predial, en cuanto a la existencia de deudores y la relación con la persona
afectada. Estas leyes principalmente estaban organizadas en sentido del delito, para los
usos más comunes o situaciones recurrentes que necesitarían en ese momento un
tratamiento importante.
Se distinguen por el hecho de que contienen estándares muy antiguos y
modernos, lo que refleja un período de transición. En estos cuadros aparece
implícitamente una distinción entre dos áreas del derecho penal, público y privado. El
público se ocuparía de delitos graves o criminales que fueran ataques al pueblo romano,
como el fraude o la traición al pueblo romano, y delitos más graves como el matrimonio
prohibido explícitamente o el asesinato. Los criminales son procesados formalmente y
castigados con la pena de muerte o el exilio. El sector privado se ocupará de los delitos
menos graves, las condenas injustas y la persecución a petición de la víctima o sus seres
queridos. Tales actos atroces son sancionados con multas a favor de la víctima, siempre
dependiendo de la gravedad de los hechos. El delito es el delito de daño a la propiedad
ajena, hurto o hurto, interrupción de la orina o lesiones por tortura.
Si alguien le rompe a una persona un miembro y no llega a un arreglo con él, que
sufra la ley del talión ‘Ya apuntamos cómo la ley tenderá a sustituir la
satisfacción de la venganza por compensaciones pecuniarias o de otro tipo,
siempre por encima del daño causado. En ocasiones los castigos son capitales y
parecen desmedidos a tenor del delito llevado a cabo. (p. 369)
También fueron consideradas penas para aquellos que con intención y pleno
conocimiento provocasen un incendio en predio ajeno, diferenciando entre la pena de
ser arrojado al fuego si fuera con plena intención y el resarcimiento equitativo del daño
si fuese accidental (art. 10, XIII). Es importante también mencionar un dato curioso
sobre la tala de árboles pues se aplicaba lo que se conocería como actio arborum furtim
caesarum, o la tala furtiva de árboles, lo que quiere decir que aquellos que realicen la
acusación por ejemplo ``por el corte de vides´´ ha perdido el caso, ya que se ciñe a la
textualidad de la norma la cual en las XII Tablas es nombrada por árboles (art. 11, XIII).
En caso del homicidio explícito solo sería castigado por la pena capital (art. 24,
XIII) sin embargo, Cicerón nuevamente hace mención de la intencionalidad y que solo
debería ser penado de esta manera aquel que lo haga intencionalmente. También era
castigado con la pena capital aquel que haya realizado un encantamiento en contra de
otro, haciendo una clara referencia al misticismo presente en estas leyes (art. 25, XIII).
En relación a los actos en contra del bienestar social, se menciona la sedición
sancionada con la pena capital (art. 27, XIII). Y por último en el caso de las
asociaciones se les concede plena de libertad de normarse internamente sin
contraposición de las leyes públicas.
Comentario:
Figura 10
La Ley de las Doce Tablas, TABLA IX.
Tan parcas en imponer la pena capital, castigaron con esa pena al autor y al
recitador de versos que atrajera sobre otro la infamia. Esta disposición fue sabia,
porque debemos tener sometida nuestra vida a los fallos legítimos de los jueces y
de los magistrados, más no al ingenio de los poetas, y no debemos oír cargos sino allí
donde la contestación es lícita y podemos defendernos judicialmente. (p. 371)
Esto es demostrado a partir de establecer que las leyes no puedes ser propuestas
acerca de ciudadanos en particular, prohibiendo esta acción expresamente (art. 1, IX).
Sobre los comicios centuriados, los cuales solo podían ser convocados y presididos por
los magistrados que tenían poderes militares (cónsules, pretores, dictadores). La
votación en una primer a época se producía dentro de las centurias y luego se contaban
las centurias que habían votado a favor y en contra. Se le designa la función unilateral de
ser los únicos en poder decidir sobre las decisiones capitales del ciudadano (art. 2, IX).
También, establece la sanción de la pena capital contra los magistrados que hayan
aceptado sobornos para favorecer a una de las partes y hayan dictado sentencia
condicionados por dinero (art. 3, IX), por lo cual también se dispone la cuestión relativa
de los homicidas al derecho a apelación al pueblo contra la sentencia penal, en el acto
conocido como provocatio ad populum. Y algo conocido como lo que sería conocido
hoy en ía como traición a la patria, de forma literal, la excitación del enemigo en contra
del pueblo romano o la entrega de algún ciudadano romano al enemigo (alta traición).
Comentario:
Figura 11
La Ley de las Doce Tablas, TABLA X.
Nota. La figura muestra el contenido de la Tabla X de las XII Tablas. Fuente:
Mojer (1994).
Los letrados en el Derecho romano consideran a la Ley de las Doce Tablas como
el Código más longevo referente al Derecho romano, en ese sentido, Quisbert (2006)
señala que a partir de la creación del Código empezó la separación entre lo sacro y el
Derecho romano:
Hasta el momento había tenido un carácter sagrado por haber estado ligado al
colegio de los Pontífices, que interpretaban el derecho consuetudinario a
conveniencia de los patricios. A partir de Las XII Tablas el “fas” (lo lícito) y el
“ius” (lo justo) se disgregan y el Derecho emprende su secularización. (p. 4)
Del mismo modo, se prohibió que las mujeres se arañen el rostro y se lamenten
de manera descompasada (art. 4, X). Al establecer estas prohibiciones se buscó
mantener y resguardar el orden público durante las honras fúnebres. Es más, se prohibió
recoger los huesos de los cadáveres para hacerles otros funerales, excepto a aquellos
muertos en combate o en el extranjero (art. 5, X). Se presenta el mismo fin que en el
artículo 4, salvaguardar el orden público, esta prohibición buscó reducir el número de
funerales celebrados en Roma y de esta manera evitar los tumultos que se pudieran
ocasionar.
No obstante, se establece que los que hayan conquistado una corona se les deben
hacer los honores y durante los funerales la corona la llevase el muerto y su padre (art.
7, X). Se tiene como fin, homenajear al difunto que logró conquistar una corona y se
establecieron parámetros que se lleven a cabo durante la celebración de los funerales.
De igual manera, se prohibió la realización de muchos funerales y de levantar
muchos túmulos por un solo muerto (art. 8, X). Nuevamente se hace presente el fin
de salvaguardar el orden público y evitar los gastos funerarios. Del mismo modo, se
prohibió la sepultación o cremación de cadáveres que contengan piezas de oro (art. 9,
X). Se buscó preservar la pureza del cadáver ante la muerte y, otra vez está presente
el fin de desligarse de las tradiciones etruscas.
Comentario: