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Miscelánea Matemática 75 (2022) 55-70 SMM

DOI: https://doi.org/10.47234/mm.7505

Recurrencia: análisis funcional, ergodicidad


y algunas reflexiones acerca del tiempo

Rodrigo Iñigo Vargas


Sorbonne Université
Paris, Francia
[email protected]

1. Introducción

Existe una frase que reza ası́: ((las matemáticas son el arte de hacer
complicado lo sencillo))1 . Creemos, sin embargo, que aunque algunas
veces es cierta, no lo es siempre. Para mostrar este hecho tomaremos
como inspiración un problema de la filosofı́a y veremos que las ma-
temáticas pueden transformar un problema bastante engorroso en algo
más sencillo.
A finales del siglo XIX el filósofo alemán F. Nietzsche en Ası́ Habló
Zaratustra 2 afirmaba haber descubierto una verdad profunda: el eterno
retorno. Este concepto filosófico afirma, grosso modo, que todas las co-
sas tal y como han sucedido volverán a suceder no solo una sino una
infinidad de veces, de hecho ya han sucedido una infinidad de veces.
¿Es posible probar de manera rigurosa esta afirmación? Unos años más
tarde el matemático francés H. Poincaré discutı́a un resultado que lleva
hoy dı́a su nombre y que serı́a probado más tarde por el matemático
griego C. Carathéodory: la recurrencia de un sistema que evoluciona a
lo largo del tiempo. Con dicho resultado nace una de las ramas que más
desarrollo ha tenido hoy en dı́a: la teorı́a ergódica. ¿Son estos resulta-
dos una prueba matemática de lo que afirmaba Nietszche? Para poder
responder procedemos a realizar un análisis más riguroso del asunto. El

Palabras clave: teorı́a ergódica, análisis funcional, espacios de Hilbert, proyecciones, teorema
de recurrencia de Poincaré.
1 El autor ya no recuerda de quién tomó prestada la frase pero lo que sı́ es seguro es que no es

producto suyo.
2 La primera vez que menciona este concepto es en La Gaia Ciencia (Die fröhliche Wissenschaft,

tı́tulo en alemán), publicado algunos años antes que Ası́ Hablo Zaratustra (Also sprach Zarathustra.
Ein Buch für Alle und Keinen, tı́tulo en alemán), pero es en este último que lo desarrolla de manera
más extensa.
56 RODRIGO IÑIGO VARGAS

objetivo es probar que, bajo ciertas hipótesis, todo sistema que evolu-
ciona en el tiempo eventualmente se acerca tanto como queramos a su
estado inicial. La herramienta principal para hacerlo es un teorema del
análisis funcional. Comenzamos por definir el marco matemático en el
cual se plantea el problema.

2. Espacios de Hilbert

Se supone cierta familiaridad del lector con los espacios de Banach y


de Hilbert. No obstante para su comodidad recordamos algunas defini-
ciones y resultados. Los cuales pueden ser consultados en [10].
Definición 2.1 (Producto interno). Sean V un espacio vectorial, K el
campo de los números reales o el campo de los números complejos. Un
producto interno es una función h·, ·i : V × V → K que satisface las
siguientes propiedades:
(1) hu, vi = hv, ui, ∀u, v ∈ V .
(2) h·, ·i es lineal en la primera entrada.
(3) hu, ui > 0, ∀u ∈ V .
Trabajaremos únicamente con espacios vectoriales sobre el campo de
los reales; por lo que K = R.
Definición 2.2 (Norma). Una norma es una función || · || : V → R que
satisface las siguientes propiedades:
(1) ||u + v|| ≤ ||u|| + ||v||, ∀u, v ∈ V .
(2) ||λu|| = |λ| ||u||, ∀λ ∈ R, ∀u ∈ V . En donde | · | denota el valor
absoluto.
(3) Para todo u ∈ V , si ||u|| = 0 entonces u = 0.
Definición 2.3 (Espacio de Hilbert). Un espacio de Hilbert H es un
espacio vectorial normado, cuya norma es inducida por un producto
interno y que es completo bajo esta norma. Es decir,
p es un espacio
vectorial normado tal que para todo x ∈ H, kxk = hx, xi y tal que
cualquier sucesión de Cauchy converge en H.
En lo subsiguiente trabajaremos en un espacio de Hilbert con la to-
pologı́a inducida por la norma asociada al producto interno.

2.1 Ortogonalidad y proyección

Recordamos algunos resultados acerca de la ortogonalidad y proyeccio-


nes en los espacios de Hilbert que nos serán de mucha utilidad. Todos
ellos son bastante conocidos; las demostraciones que no se incluyen aquı́
RECURRENCIA: ANÁLISIS FUNCIONAL, ERGODICIDAD Y. . . 57

pueden ser consultadas ya sea en [10] en la sección dedicada a los es-


pacios de Hilbert o en la misma sección sobre espacios de Hilbert en
[8]. En particular, el teorema de proyección sobre un conjunto cerrado
y convexo (teorema 2.6) puede ser consultado en [8, p. 189].
Definición 2.4. Sea H un espacio de Hilbert. Se dice que dos vectores
x, y ∈ H son ortogonales si hx, yi = 0. Denotamos el hecho de ser orto-
gonales como x⊥y. Si A ⊂ H, definimos entonces el conjunto ortogonal
a A como
A⊥ = {x ∈ H| ∀a ∈ A, x⊥a}.
No es difı́cil ver que el ortogonal de un conjunto es un subespacio
vectorial cerrado.
Proposición 2.5. A⊥ es un subespacio vectorial cerrado de H.
Teorema 2.6 (Proyección sobre un subespacio vectorial cerrado). Sea
C un subespacio vectorial cerrado de H. Entonces para todo x ∈ H
existe un único punto dentro de C, el cual denotamos pC (x), tal que
ı́nf kx − yk = kx − pC (x)k.
y∈C

Observación 2.7. La función pC : H → H x 7→ pC (x) es lineal.


Corolario 2.8 (Descomposición ortogonal). Sea F un subespacio vec-
torial cerrado de un espacio de Hilbert H. Entonces
H = F ⊕ F⊥ y x = pF (x) + pF ⊥ (x) ∀x ∈ H.
La notación ⊕ indica que H es la suma directa ortogonal, es decir,
la suma directa de dos espacios que son ortogonales entre sı́.
A continuación enunciamos un resultado técnico que nos será de uti-
lidad en las demostraciones principales.
Proposición 2.9. Sea A un subconjunto de un espacio de Hilbert H.
Entonces A⊥ = Span(A)⊥ y (A⊥ )⊥ = Span(A).

2.2 Operador adjunto y operador autoadjunto


Dados dos espacios de Hilbert reales (E, k · kE ) y (F, k · kF ) se considera
L(E, F ) el espacio de funciones L : E → F que son lineales y continuas.
El hecho de que una función L sea continua es equivalente a que exista
un número real no negativo c tal que kL(x)kF ≤ ckxkE para toda
x ∈ E. Entonces se define una norma en dicho espacio de la siguiente
manera:
kLkL(E,F ) := ı́nf{c ∈ R| kL(x)kF ≤ ckxkE }.
La idea detrás de esta definición de norma es obtener el tamaño de la
función L, es decir, obtener que tanto ((estira)) o ((encoge)) cada vector.
58 RODRIGO IÑIGO VARGAS

La forma más intuitiva de hacerlo es tomar el más pequeño de lo núme-


ros que acotan el crecimiento de x bajo L, para toda x ∈ E; que es la
definición proporcionada. Usualmente, y por comodidad, se trabaja con
las siguientes definiciones equivalentes3
kLkL(E,F ) := sup kL(x)kF = sup kL(x)kF .
kxkE ≤1 kxkE =1

A los elementos de L(E, F ) se les llama operadores lineales y a ||·||L(E,F )


se le llama la norma operador. No es difı́cil ver que L(E, F ) equipado
con la norma k · kL(E,F ) es un espacio vectorial normado y completo.
Más aún, se tiene lo siguiente:
kL(x)kF ≤ kLkL(E,F ) kxkE .
Además si L1 ∈ L(G, F ) y L2 ∈ L(E, G), con G un espacio de Hilbert,
entonces L1 ◦ L2 ∈ L(E, F ) y
kL1 ◦ L2 kL(E,F ) ≤ kL1 kL(G,F ) kL2 kL(E,G) .
En efecto, la primera desigualdad es inmediata: si kxkE = 1 entonces
por la definición de supremo:
kL(x)kF ≤ sup kL(y)kF kxkE = kLkL(E,F ) kxkE .
kykE ≤1

La segunda desigualdad se sigue de aplicar la primera dos veces:


k(L1 ◦ L2 )(x)kF ≤ kL1 kL(G,F ) kL2 (x)kG ≤ kL1 kL(G,F ) kL2 kL(E,G) ||x||E

≤ kL1 kL(G,F ) kL2 kL(E,G) .


Como el supremo es la mı́nima cota superior se sigue el resultado.
Cuando E = F se denota L(E, F ) como L(E). Asimismo, para ali-
gerar la notación, normalmente se escribe L(x) = Lx para cualquier
operador lineal L. En lo sucesivo se usarán las dos notaciones indistin-
tamente. Tampoco haremos referencia al espacio sobre el cual se está
tomando la norma cuando no haya motivo de confusión. Por último,
notemos que se tiene dos tipos de convergencia en L(E, F ) una es la
puntual: {L}n∈N converge a L puntualmente si Ln (x) converge a L(x)
para toda x ∈ E; la otra es la convergencia en norma: {L}n∈N converge
a L en norma si ||Ln − L||L(E,F ) converge a 0.
Observación 2.10. Una observación importante es el hecho de que
Ker L es un subespacio vectorial cerrado de E para toda L ∈ L(E, F ).
En efecto, L es un operador continuo entonces Ker L = L−1 ({0}) es
cerrado.
3 Enla gran mayorı́a de cursos de análisis funcional la equivalencia de las normas se deja como
ejercicio formativo, la prueba puede consultarse en [8, p. 92].
RECURRENCIA: ANÁLISIS FUNCIONAL, ERGODICIDAD Y. . . 59

Teorema 2.11. Sean H un espacio de Hilbert y A ∈ L(H). Entonces


existe un único operador lineal continuo A∗ ∈ L(H) tal que
hAx, yi = hx, A∗ yi ∀(x, y) ∈ H × H.
Más aún, se tiene kAk = kA∗ k.
Para la prueba referimos al lector a [8, prop. 3.4, p. 102].
Definición 2.12. Al operador A∗ se le llama operador adjunto de A.
Un operador A ∈ L(H) se llama autoadjunto si A = A∗ .
Un ejemplo de operador autoadjunto es el operador identidad I. En
efecto, hIx, yi = hx, yi = hx, Iyi para toda x y para toda y en H. Deno-
taremos al operador adjunto del operador adjunto (A∗ )∗ simplemente
como A∗∗
Observación 2.13. Es fácil ver que la operación ∗ : L(H) → L(H),
A 7→ A∗ es aditiva, es decir, (A + B)∗ = A∗ + B ∗ : si x ∈ H
hx, (A∗ + B ∗ )yi = hx, A∗ yi + hx, B ∗ yi = hAx, yi + hBx, yi
= h(A + B)x, yi = hx, (A + B)∗ yi.
Proposición 2.14. Sea A ∈ L(H). Entonces
(Ker A)⊥ = ImA∗ y Ker A = (ImA∗ )⊥ .

2.3 Proyección sobre el espacio invariante de un operador


El objetivo de esta subsección es demostrar el resultado principal del
cual se desprenden los resultados de la teorı́a ergódica.
Consideremos un espacio de Hilbert H y A ∈ L(H) tal que kAkL(H) ≤
1. Definimos el espacio invariante de A como Ker(I − A) en donde I es
el operador identidad. Lo llamamos espacio invariante pues consiste en
todos los vectores x ∈ H tales que Ax = x.
Teorema 2.15. Sea A ∈ L(H) tal que kAkL(H) ≤ 1. Denotamos por
p(x) a la proyección ortogonal4 de x ∈ H sobre Ker(I − A). Entonces
 n 
1 X k
∀x ∈ H lı́m A (x) = p(x). (1)
n→∞ n + 1
k=0

Antes de comenzar la demostración observemos lo que dice el teo-


rema: nos dice que si A es un operador de norma menor o igual a 1
entonces el promedio de las iteraciones de A en un punto x converge
a la proyección ortogonal de x en el espacio invariante. Lo cual puede
ser pensado en analogı́a con el teorema del punto fijo de Banach, aquı́
4 Existe y es única pues Ker(I − A) es un subespacio vectorial cerrado, por lo tanto podemos

aplicar el teorema 2.6. Para no hacer más pesada la notación omitimos en este caso hacer referencia
al subconjunto sobre el cual se está proyectando pero tendremos en mente que p(x) = pKer(I−A) (x).
60 RODRIGO IÑIGO VARGAS

el punto fijo es en realidad un subespacio fijo y A es una contracción,


cuando ||A||L(H) < 1 entonces se dice que A es una contracción estricta.
Demostración. La demostración procede en varios pasos.
1) Mostramos que x ∈ Ker(I − A) si y solo si hAx, xi = kxk2 :
⇒] Si x ∈ Ker(I − A) entonces Ax = x, ası́ hAx, xi = hx, xi = kxk2 .
⇐] Si x 6= 0, hAx, xi = kxk2 utilizamos la desigualdad de Cauchy-
Schwarz y el hecho de que kAk ≤ 1
kxk2 = |hAx, xi| ≤ kAxkkxk ≤ kAkkxkkxk ≤ kxk2 .
Entonces kAxkkxk = kxk2 , i. e., kAxk = kxk y como la igualdad en la
desigualdad de Cauchy-Schwarz se da cuando un vector es linealmente
dependiente del otro, esto es, Ax = λx se sigue que kAxk = |λ|kxk, por
lo tanto λ = ±1. Ya que kxk2 = hAx, xi = λkxk2 entonces necesaria-
mente λ = 1, ası́ Ax = x, i. e., x ∈ Ker(I − A).
2) Mostramos ahora que el espacio de invariantes de A es igual al
espacio de invariantes de A∗ , i. e. Ker(I − A∗ ) = Ker(I − A). Por 1) (y
ya que kA∗ k = kAk ≤ 1)
x ∈ Ker(I − A) ⇔ hAx, xi = kxk2
⇔ hx, A∗ xi = kxk2 ⇔ hA∗ x, xi = kxk2 ⇔ x ∈ Ker(I − A∗ ).
3) Mostramos que H = Ker(I − A) ⊕ Im(I − A). En efecto, como A
es un operador continuo, I − A lo es también, entonces Ker(I − A) es
un subespacio vectorial cerrado de H, podemos aplicar el corolario 2.8
y descomponer a H como
H = Ker(I − A) ⊕ Ker(I − A)⊥ . (2)
Por otro lado, observamos que (I − A)∗ = I ∗ − A∗ = I − A∗ . Por 2) se
tiene Ker(I − A)⊥ = Ker(I − A∗ )⊥ = Ker([I − A]∗ )⊥ . La proposición
2.14 implica que
Ker(I − A)⊥ = Ker([I − A]∗ )⊥ = Im{[(I − A)∗ ]∗ } = Im(I − A).
Por lo tanto H = Ker(I − A) ⊕ Im(I − A).
4) Mostramos que si x ∈ Im(I − A) entonces
n
!
1 X k
lı́m A (x) = 0.
n→∞ n + 1
k=0

En efecto, si x ∈ Im(I −A) existe y ∈ H tal que (I −A)(y) = x entonces


x = y − Ay, ası́ Ak x = Ak y − Ak+1 y, de esta manera obtenemos
Xn Xn
k
A x= [Ak y − Ak+1 y] = A0 y − An+1 y = y − An+1 y,
k=0 k=0
RECURRENCIA: ANÁLISIS FUNCIONAL, ERGODICIDAD Y. . . 61

entonces ! " #
n
1 X k 1
A (x) = y − An+1 y
n + 1 k=0 n+1
Al tomar la norma tenemos
!
n  
1 X
k
1 n+1
1 n+1
A (x) = y − A y ≤ kyk + kA yk

n+1 n + 1 n + 1

k=0
   
1 n+1 1 n+1
≤ kyk + kAk kyk ≤ kyk + 1 · kyk
n+1 n+1
2kyk
= → 0 cuando n → ∞.
n+1
Por lo tanto,
n
!
1 X
lı́m Ak (x) = 0 si x ∈ Im(I − A).
n→∞ n + 1
k=0

5) Mostramos por último que si x ∈ Im(I − A) entonces


n
!
1 X k
lı́m A (x) = 0.
n→∞ n + 1
k=0

Si x ∈ Im(I − A), por la definición de cerradura se tiene que para


todo  > 0 existe y ∈PIm(I − A) tal que kx − yk < . Por otro lado,
1 n k
denotamos Sn = n+1 k=0 A , entonces
n n n
1 X k 1 X 1 X k
kSn k ≤ kA k ≤ kAkk ≤ 1 = 1.
n + 1 k=0 n + 1 k=0 n + 1 k=0
Entonces
kSn (x)k ≤ kSn (x − y)k + kSn (y)k
≤ kSn kk(x − y)k + kSn (y)k <  + kSn (y)k,
ası́,
lı́m sup kSn (x)k ≤  + lı́m sup kSn (y)k =  + 0.
n→∞ n→∞
Por lo tanto Sn (x) → 0 cuando n → ∞.
Finalmente, gracias a la descomposición mostrada en 3) se tiene que
cualquier x en H se puede descomponer como la suma de su proyección
sobre Ker(I −A) y su proyección sobre Im(I − A), que denotamos p(x)
y p0 (x) respectivamente. Como Sn (y) = y para todo y ∈ Ker(I − A),
pues
n
1 X k 1
Sn (y) = A y= (n + 1)y = y,
n + 1 k=0 n+1
62 RODRIGO IÑIGO VARGAS

p(x) ∈ Ker(I − A) y p0 (x) ∈ Im(I − A), entonces por 5.


Sn (x) = Sn (p(x) + p0 (x)) = Sn (p(x)) + Sn (p0 (x)) = p(x) + Sn (p0 (x)).
Al tomar el lı́mite cuando n tiende a infinito obtenemos
n
!
1 X k
lı́m A (x) = p(x) + 0 = p(x).
n→∞ n + 1
k=0

3. Teorı́a ergódica y sistemas dinámicos

Un sistema que evoluciona con el tiempo (en este caso un tiempo dis-
cretizado) puede ser modelado mediante un espacio (los estados del
sistema) y una transformación (el cambio del sistema) del espacio en
sı́ mismo que al iterarla nos da la nueva disposición del sistema. De-
bido al gran número de sistemas en los que se conserva una cantidad
(la energı́a, el volumen, etc.) resulta natural introducir alguna noción
de medida para poder medir dicha cantidad. Es importante notar que
se debe pensar el sistema no necesariamente como una representación
exacta de lo que sucede en el espacio y en el tiempo sino una repre-
sentación abstracta del fenómeno estudiado, por ejemplo: el espacio de
estados de un péndulo no tiene que ser necesariamente la posición del
péndulo en el espacio, puede ser los estados de energı́a del péndulo, por
ejemplo. Los teoremas 3.3 y 3.10 y la proposición 3.9 son tomados de
[3].
Definición 3.1. Sea (X, F, µ) un espacio de medida, en donde F es
una σ-álgebra de subconjuntos de X y µ una medida sobre la σ-álgebra
F. Una transformación que preserva la medida es una función medible
T : X → X tal que para todo conjunto medible B, µ(T −1 (B)) = µ(B).
También se dice que la medida µ es invariante bajo T . Un subconjunto
B ∈ F se dice que es invariante bajo T si T −1 (B) = B y una función
medible f se dice que es invariante bajo T si f ◦ T = f .
Podemos definir, entonces, un sistema dinámico que conserva la me-
dida (measure-preserving dynamical system).
Definición 3.2. Sean (X, F, µ) un espacio de medida y T : X → X
una transformación que preserva la medida µ. Se dice que (X, F, µ, T )
es un sistema dinámico discreto que preserva la medida.
El siguiente teorema es el teorema ergódico de von Neumann también
conocido como ((mean ergodic theorem)). Para poder enunciarlo recor-
damos la definición de los espacios L2 . Consideremos unR espacio de
medida (X, F, µ) y el conjunto L2 (X, µ) := {f : X → R| X |f |2 dµ <
∞}. Se define la siguiente función, || · ||L2 (x,µ) : L2 (X, µ) → [0, ∞),
RECURRENCIA: ANÁLISIS FUNCIONAL, ERGODICIDAD Y. . . 63
R
f 7→ X |f |2 dµ. Esta función cumple todas las propiedades de una nor-
ma excepto que ||f ||L2 (X,µ) = 0 no necesariamente implica que f = 0.
Por ello se define el nuevo conjunto L2 (X, µ) como el conjunto de clases
de equivalencia módulo µ, es decir, se considera que f y g pertenecen
a la misma clase de equivalencia si f = g salvo Ren un conjunto de
medida cero. En este caso se define ||f ||L2 (X,µ) = X |f |2 dµ para toda
f ∈ L2 (X, µ). Entonces (L2 (X, µ), || · ||L2 (X,µ) ) es un espacio de Ba-
nach. Más aún, este esR un espacio de Hilbert con el producto interno
definido por hf, gi = X f g dµ. Cuando se está trabajando con una
medida µ fija, este espacio se denota simplemente como L2 (X). Recor-
demos también que se tiene dos tipos de convergencia en L2 (X); una
es la convergencia puntual —llamada también convergencia casi donde
sea—, es decir {f }n∈N ⊂ L2 (X) converge casi donde sea hacia f si fn (x)
converge a f (x) para toda x ∈ X, salvo en un conjunto de medida cero;
la otra, es la convergencia en norma || · ||L2 (X) , es decir {f }n∈N ⊂ L2 (X)
converge en norma || · ||L2 (X) hacia f si ||fn − f ||L2 (X) converge a 0. No
es nuestro cometido recordar todas las implicaciones entre los distintos
tipos de convergencia; para fines de este trabajo basta recordar que la
convergencia en norma implica que existe una subsucesión que converge
casi donde sea.
Teorema 3.3 (von Neumann (1932)). Sea (X, F, µ) un espacio de me-
dida y T : X → X una transformación que preserva la medida µ. Sean
f ∈ L2 (X) y Γ = {g ∈ L2 (X)| g ◦ T = g} el espacio de funciones
invariantes bajo T. Entonces
(a) Γ es un subespacio vectorial cerrado de L2 , y por lo tanto pΓ (f )
existe.
(b) Se tiene
n
1 X
lı́m f ◦ T k = pΓ (f ) en norma k · kL2 . (3)
n→∞ n + 1
k=0

Demostración. Definimos el operador lineal continuo AT : L2 (X) →


L2 (X) mediante AT f = f ◦ T . La linealidad se deduce de la definición
de la suma y la multiplicación por escalar en L2 (X), i. e. si f, g ∈ L2 (X)
yλ∈R
AT (λf + g) = (λf + g) ◦ T = (λf ) ◦ T + g ◦ T = λAT f + AT g.
Más aún, AT es una isometrı́a, es decir, kAT f k = kf k. En efecto, es
simplemente una aplicación del teorema de cambio de variable para
medidas: como T preserva la medida µ se tiene µ(B) = µ(T −1 (B)) =
T∗ µ(B) para todo B ∈ F en donde T∗ µ es el push-forward 5 de µ a través
5 También llamada medida imagen de µ bajo T , cf. [8, p. 432].
64 RODRIGO IÑIGO VARGAS

de T y como la norma en L2 (X) está dada por la integral entonces


Z Z
2 2
kAT f k = |f ◦ T | dµ = |f ◦ T |2 dµ
X −1
T (X)
Z Z
= |f |2 dT∗ µ = |f |2 dµ = kf k2 ,
X X
en donde en la segunda igualdad simplemente reescribimos X como
T −1 (X).
(a) La demostración de que es un subespacio vectorial es el mismo
argumento para ver que AT es lineal. En efecto, claramente la función
constante cero es invariante bajo T ; si f, g ∈ Γ y λ ∈ R entonces
(λf + g) ◦ T = λf ◦ T + g ◦ T = λf + g,
i. e. λf + g es invariante bajo T . Ahora bien, observemos que Γ =
Ker(I − AT ), como I − AT es un operador lineal continuo entonces
Γ = (I − AT )−1 ({0}) es cerrado.
(b) Como AT es una isometrı́a (kAT k = 1), entonces el resultado se
sigue directamente del teorema 2.15. En efecto, el lado de izquierdo de
(3) se reescribe en términos del operador AT como
n
!
1 X k
lı́m AT (f ),
n→∞ n + 1
k=0

por el teorema 2.15 este último lı́mite es igual a pΓ (f ).


Observación 3.4. El lector interesado en la teorı́a de la probabilidad
puede notar que si µ es un medida de probabilidad entonces pΓ (f ) es
una esperanza condicional. En efecto, es posible mostrar que el conjunto
de subconjuntos de X que son medibles e invariantes bajo T forman
una σ-álgebra I (se deduce del ((buen comportamiento)) de la imagen
inversa respecto a la intersección y unión de conjuntos). Más aún, una
función g es invariante bajo T si y solo si g es medible respecto a I,
(no es difı́cil mostrarlo, de hecho es un buen ejercicio para el lector; la
prueba puede consultarse en [3, p. 6]). Entonces pΓ (f ) = E(f |I), en
donde esta última denota la esperanza condicional6 de f respecto a I,
y en este caso el resultado puede ser escrito como
n
1 X
lı́m f ◦ T k = E(f |I). (4)
n→∞ n + 1
k=0

Usualmente se trabaja con transformaciones denominadas ergódicas.


Intuitivamente una transformación que preserva la medida es ergódica
si los únicos subconjuntos medibles que deja intactos son el espacio total
6 El
concepto de esperanza condicional puede ser consultado en cualquier libro de probabilidad
intermedia y/o avanzada. Sugerimos al lector [4].
RECURRENCIA: ANÁLISIS FUNCIONAL, ERGODICIDAD Y. . . 65

y el vacı́o, es decir, la transformación cambia localmente el espacio pero


globalmente lo conserva. La definición formal es la siguiente:
Definición 3.5. Sea (X, F, µ) un espacio de probabilidad. Una trans-
formación T : X → X que preserva la medida es ergódica si para
cualquier conjunto B ∈ F que es invariante bajo T se tiene µ(B) = 1
o bien µ(B) = 0.
Notemos que si T es ergódica entonces los únicos subconjuntos inva-
riantes bajo T son X y ∅, salvo conjuntos de medida cero. Ası́, I es la
σ-álgebra trivial y entonces E(f |I) = E(f ), por lo que (4) se escribe
como
n Z
1 X k
lı́m f ◦ T = E(f ) = f dµ en norma k · kL2 . (5)
n→∞ n + 1 X
k=0

Aquı́ mencionamos de manera explı́cita que la convergencia es en norma


para que no exista motivo de confusión: en (5) el término de la izquierda
es una función y el término de la derecha es la función constante E(f ).
Lo que estamos diciendo es que la proyección de f sobre el espacio
de invariantes de T es la función constante definida por la integral de
f . Es posible mostrar este hecho sin hacer referencia a la teorı́a de la
probabilidad, lo hicimos de esta manera con fines estéticos para mostrar
una interesante conexión con el lenguaje probabilı́stico. Este último
resultado es conocido como el teorema de Birkhoff e informalmente nos
dice que para tiempos muy largos el comportamiento promedio en el
tiempo es igual al comportamiento promedio en el espacio.
Probamos por último el teorema de recurrencia de Poincaré. Para
ello mostramos primero que p es un operador autoadjunto, y segundo
que si f ∈ L2 (X) es positiva entonces su proyección ortogonal en el
conjunto de invariantes de T es también positiva.

Definición 3.6. Sea V un espacio vectorial. Se dice que una función


lineal y continua π : V → V es una proyección si π 2 = π.
Observación 3.7. El operador proyección ortogonal sobre un subes-
pacio vectorial cerrado de un espacio de Hilbert H es una proyección
en el sentido de la definición anterior.
Sea π : H → H una proyección sobre un subespacio vectorial cerrado
de H. Notemos que H = Ker(π) + Im(π) y Ker(π) ∩ Im(π) = {0}. Ası́,
se tiene el siguiente lema.
Lema 3.8. π es autoadjunto si y solo si la suma directa es ortogonal,
es decir, Ker(π)⊥ = Im(π).
66 RODRIGO IÑIGO VARGAS

Proposición 3.9. Sea f ∈ L2 (µ) tal que µ(X) < ∞, T : X → X


una función que preserva la medida y pΓ (f ) la proyección de f en Γ, el
espacio de invariantes de T. Entonces se tiene lo siguiente:
R R
(a) Para toda f ∈ L2 (X), X pΓ (f ) dµ= X f dµ.
(b) Para toda f ∈ L2 (X) tal que f (x) > 0 casi en todas partes, se
tiene pΓ (f )(x) > 0 casi en todas partes.
Demostración. Primero observemos que como pΓ es la proyección orto-
gonal, por el lema 3.8 se tiene pΓ = p∗Γ . Entonces, si f, g ∈ L2 (X) y si
g es invariante bajo T se sigue
Z Z
pΓ (f ) g dµ = hpΓ f, gi = hf, pΓ gi = hf, gi = f g dµ. (6)
X X

Ası́, como µ(X) < ∞, la función constante 1 es integrable e invariante


bajo T , al usar g = 1 obtenemos (a). Observemos además, que para
cualquier conjunto medible B invariante bajo T , la función g = 1B es
invariante bajo T ; entonces la identidad (6) nos proporciona
Z Z
pΓ (f ) dµ = f dµ.
B B

La prueba de (b) es ligeramente más técnica: sean N > 0 y


CN := {x ∈ X|p(f )(x) ≤ −1/N }.
el conjunto CN es medible respecto a F pues pΓ (f ) lo es. Entonces
Z Z Z
1 1
− µ(CN ) = − dµ ≥ p(f ) dµ = f dµ ≥ 0.
N CN N CN CN

La única manera de que esto suceda es si µ(CN ) = 0 para toda N ∈ N,


i. e., µ({x|p(f )(x) ≤ 0}) = 0.
Probamos ahora el teorema de recurrencia de Poincaré.
Teorema 3.10 (Recurrencia de Poincaré). Sea (X, F, µ, T ) un sistema
dinámico discreto que preserva la medida y tal que µ(X) < ∞. Sea
B ⊂ X un conjunto de medida positiva. Entonces para casi todo x ∈ B
existe una cantidad infinita de n ∈ N tales que T n (x) ∈ B.
Demostración. El teorema 3.3 aplicado a 1B , que pertenece a L2 (X)
pues la medida de X se supone finita, nos proporciona
n
1 X
lı́m 1B ◦ T k = pΓ (1B ) en norma k · kL2 ,
n→∞ n + 1
k=0

en donde pΓ (1B ) denota la proyección de 1B en Γ, el conjunto de fun-


ciones invariantes bajo T . La convergencia en la norma L2 implica que
RECURRENCIA: ANÁLISIS FUNCIONAL, ERGODICIDAD Y. . . 67

existe una subsucesión {nj }j∈N tal que para casi todo x ∈ X
nj
1 X
lı́m (1B ◦ T k )(x) = pΓ (1B )(x).
j→∞ nj + 1
k=0

El inciso (b) de la proposición 3.9 implica que pΓ (1B )(x) > 0 para casi
toda x ∈ B. Supongamos que existe solo una cantidad finita de n ∈ N
tales que T n (x) ∈ B, en este caso
nj
1 X
0 < pΓ (1B )(x) = lı́m (1B ◦ T k )(x) = 0.
j→∞ nj + 1
k=0
lo cual es una contradicción.
Es posible demostrar el teorema 3.10 mediante la teorı́a de la me-
dida, sin utilizar el teorema 3.3; lo hicimos de esta manera con fines
ilustrativos. En efecto, la prueba del teorema 3.10 usando la teorı́a de
la medida es más corta; no obstante, se pierde en riqueza de conceptos
e ideas, sobre todo del análisis funcional.
La ergodicidad juega un papel importante dentro de las matemáti-
cas, pues proporciona una idea poderosa y sencilla al mismo tiempo,
informalmente nos dice que, bajo ciertas hipótesis, un sistema termina
por aproximarse a todos los estados para un tiempo largo. Las conexio-
nes con otras áreas de las matemáticas han resultado muy fructı́feras,
por ejemplo con la geometrı́a, con la teorı́a de números7 , entre muchas
otras. Una introducción a todos estos temas puede ser consultada en
[3] y en [5].

4. Algunas reflexiones acerca de los resultados

La idea principal de la recurrencia puede compararse con el principio de


la caja de Dirichlet comúnmente conocido en teorı́a de conjuntos como
el principio del palomar. Informalmente el principio dice que si hay poco
espacio y mucho que albergar siempre habrá un traslapamiento. La idea
es retomada en teorı́a de la probabilidad con el comúnmente llamado
teorema del mono infinito8 : cuando se considera un tiempo muy largo el
mono logra escribir cualquier obra de Shakespeare. Un ejemplo literario
7 Por ejemplo: el teorema de Birkhoff es usado para probar de manera muy sencilla el teorema

de Borel sobre los número normales que dice en pocas palabras que casi todos los números en
[0, 1) son normales en base 2, i. e. que para casi todo número en [0, 1) la frecuencia de 1’s en
su expansión binaria es 1/2. Es importante destacar que probar que un número es normal o su
negación es altamente no trivial, de hecho hoy en dı́a no se sabe si muchos números importantes
como π lo son, véase [11, p. 35].
8 Luis Rincón tiene un excelente artı́culo también en Miscelanea Matemática llamado Sobre el

problema del mono que escribe caracteres al azar en el cual calcula el tiempo que tardarı́a un
mono eterno en escribir las obras enteras de Shakespeare; dicha cifra es, por supuesto, más que
astronómica. cf. [9]
68 RODRIGO IÑIGO VARGAS

de esta misma idea es el cuento de Jorge Luis Borges, La Biblioteca de


Babel, aparecido en su libro Ficciones; en él el tiempo es representado
como una biblioteca que se especula es infinita pero que nadie lo sabe
de manera certera; los libros son las posibles situaciones, o las combi-
naciones de la materia, si se quiere pensar. Dado que hay un número
finito de sı́mbolos —un número finito de átomos— entonces en algún
punto de la biblioteca los libros, que suponemos con un numero finito
de páginas y un número finito de caracteres por página, se terminan
y se comienzan a repetir, y ası́ sucesivamente. En otro cuento llama-
do El Inmortal, Borges reflexiona acerca de la inmortalidad y concluye
que una persona inmortal terminarı́a por desear solamente la muerte —
aquello que no puede tener— pues vive todas las vidas posibles, termina
siendo todas las personas posibles y por lo tanto la identidad indivi-
dual se diluye; la vida pierde todo significado pues se cometen todos
los actos loables pero también todos los actos deleznables. En resumen,
un inmortal se aproximarı́a a todos los estados posibles, no una sino
una infinidad de veces. Podemos pensar estas ideas como una misma
idea: una aproximación a todos lo estados del sistema cuando se consi-
dera una cantidad extremadamente grande, ya sea de tiempo o espacio.
Claro está que todos estos ejemplos (con excepción del principio del
palomar, que, de hecho, puede generalizarse a conjuntos infinitos) su-
ponen un hipotético infinito que, hasta donde se sabe, no es realizable.
¿Además qué significarı́a tener un tiempo sin fin?9 .
Volvamos a la cuestión de Nietzsche. La recurrencia no sucede en
todos los sistemas, de hecho solo sucede en los sistemas que se denomi-
nan conservativos, los que no lo son se llaman disipativos. Hasta el dı́a
de hoy la comunidad cientı́fica sigue discutiendo qué tipo de sistema
podrı́a ser el universo o incluso si tiene sentido hacer un modelo de
él con este tipo de herramientas. Otro problema es el hecho de que el
tiempo que le toma a un sistema aproximarse al estado en el que inició
es inversamente proporcional a la medida de dicho estado; las cifras que
se obtienen son, de nuevo, más que astronómicas10 . Consideremos esto
último y supongamos que el universo es un sistema conservativo; hoy

9 El problema del tiempo es una cuestión tratada por casi todos los filósofos, entre ellos Imma-

nuel Kant quién postuló en Crı́tica de la Razón Pura que el tiempo no es más que un concepto
de la mente que hace posible el conocimiento, es decir, el tiempo no es una entidad por sı́ misma
fı́sica sino, como él la llama, una intuición pura a priori. Por otro lado, Martin Heidegger sostuvo
en Ser y Tiempo que la pregunta ¿qué es el tiempo? no tiene sentido, es en realidad un error
lingüı́stico pues solo se es en el tiempo y por lo tanto el tiempo no puede ser.
10 En [7] D. Page hace el cálculo del tiempo que tardarı́a en regresar a su estado inicial un
1076.66
hipotético agujero negro del tamaño del sol confinado en una caja y resultó ser 1010 , ni
siquiera tiene sentido poner unidades a este número, es tan grande que no hay diferencia entre
medirlo en tiempos de Planck —que es el intervalo de tiempo más pequeño que puede ser medido—
o milenios.
RECURRENCIA: ANÁLISIS FUNCIONAL, ERGODICIDAD Y. . . 69

en dı́a lo más aceptado11 es que el destino del universo será alcanzar


el equilibrio termodinámico —el cuál será su fin—12 en un tiempo cal-
44
culado aproximadamente entre 10100 años y 1032 milenios, lo cual es
infinitamente menor a los tiempos de regreso calculados en [7] tan solo
para un sistema que describe a un agujero negro: es imposible que el
universo regrese a un estado anterior antes de llegar a su fin.
Quizá el lector se vio tentado a pensar que exhibirı́amos una prueba
matemática de lo que afirmaba Nietszche (pues ası́ lo insinuamos en la
introducción); lamentamos desilusionarlo (sı́ es que ası́ fue) pero como
hemos visto hay varias dificultades y, por el contrario, esto nos ayuda
a dudar de su aseveración13 . Tal parece que el tiempo es irrecuperable
y nuestro destino es el olvido; quizá Proust tenı́a razón y las casas, los
caminos, los paseos, desgraciadamente son tan fugitivos como los años.

5. Comentarios finales

Creemos que a pesar de todos los problemas inherentes a estas ideas


(algunas bastante especulativas) estas por sı́ mismas sirven para fomen-
tar la creatividad de la mente y de paso la creatividad dentro de las
matemáticas que, para nosotros, es lo importante. Sin embargo, hay
que saber distinguir entre lo que es matemática y lo que no lo es. Por
último, hemos comprobado también que la frase mostrada en la intro-
ducción no es del todo cierta pues hemos usado las matemáticas para
esclarecer un problema filosófico que, en general, son más problemáti-
cos. En cuanto a la veracidad e implicaciones de los temas tratados,
dejamos que el lector juzgue y obtenga sus propias conclusiones. No
obstante, al discutir todo esto no podemos dejar de pensar en una frase
—de Borges— distorsionada por nuestra opinión: El mundo afortuna-
damente es real14 . Y entonces recobramos el tiempo.

11 La evolución del universo se estudia a través de las distintas geometrı́as que puede tener,

notablemente la curvatura de este. El escenario más plausible es el de un universo abierto que


sigue una expansión sin fin.
12 Decimos ((fin)) ya que es el único concepto temporal con el que estamos familiarizados pero,

como el tiempo está intrı́nsecamente relacionado con la entropı́a, cuando el universo alcance su
equilibrio termodinámico no se sabe exactamente que sucederá pero se cree que el tiempo dejará
de transcurrir tal y como lo experimentamos.
13 No es que estemos en contra del eterno retorno, de hecho poco importa, literariamente ha-

blando, si es verdad o no; su lugar en el sistema de Nietzsche es solo como figura retórica para
establecer una ética.
14 La frase original es con la que termina su ensayo Nueva Refutación del Tiempo perteneciente

al libro de ensayos Inquisiciones/Otras Inquisiciones: ((El mundo desgraciadamente es real, yo


desgraciadamemte soy Borges)).
70 RODRIGO IÑIGO VARGAS

6. Agradecimientos

Me gustarı́a agradecer a Ana Meda por motivarme a escribir un artı́culo


para Miscelánea Matemática. Aunque pasó algo de tiempo entre su
invitación y el momento en el que logré formar las ideas del presente
artı́culo, fue gracias a ella que este vio la luz. Me gustarı́a agradecer
también a los dos revisores anónimos por sus valiosos comentarios y
correcciones que ayudaron a mejorar la presentación y la claridad de
este trabajo.

Bibliografı́a
[1] J. Borges, Inquisiciones/otras inquisiciones, Debolsillo, 2011.
[2] , Ficciones, Debolsillo, 2021.
[3] Y. Coudène, Ergodic theory and dynamical systems, Springer-Verlag, 2016.
[4] R. Durret, Probability, theory and examples, 5.a ed., Cambridge University Press,
2019.
[5] D. Kerr y H. Li, Ergodic theory, Springer-Verlag, 2016.
[6] F. Nietzsche, Ası́ Habló Zaratustra, Alianza, 2011.
[7] D. N. Page, ((Information loss in black holes and/or conscious beings?)), 1994.
[8] J.-P. Penot, Analysis, Springer-Verlag, 2016.
[9] L. Rincón, ((Sobre el problema del mono que escribe caracteres al azar)), Miscelanea
Matemática, núm. 42, 2006, 79–90.
[10] W. Rudin, Functional analysis, 2.a ed., McGraw-Hill, 1991.
[11] P. Walters, An introduction to ergodic theory, Springer-Verlag, 1981.

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