Tema Las Revoluciones Rusas
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Tema Las Revoluciones Rusas
Rusia, a principios del siglo XX era un extenso imperio de más de 20 millones de kilómetros
cuadrados, que se extendía desde los mares Báltico y Negro, en el oeste, hasta el mar de
Ojostk, en el océano Pacífico. Estaba habitado por 175 millones de personas pertenecientes a
más de 100 grupos étnicos diferentes, entre los que predominaban los rusos que constituían
alga más del 40% de la población.
Los rasgos que caracterizaban a este inmenso país eran un sistema político basado en el poder
absoluto de los zares y unas estructuras económicas y sociales arcaicas. La estructura social
presentaba rasgos muy semejantes a los del Antiguo Régimen. La población, gobernada por el
zar, se organizaba en grupos cerrados y con acusadas diferencias en cuanto al nivel de vida:
Existía una incipiente industria que se desarrollo tardíamente con respecto al resto de
Europa y que estaba controlada por el Estado y concentrada en ciudades como San
Petersburgo y Moscú y en las cuencas mineras ( Don en Ucrania, Urales y el Cáucaso ). El
crecimiento industrial estuvo vinculado a la construcción del ferrocarril ( especialmente el
Transiberiano ), la financiación del Estado y el capital extranjero.
En el plano político, Rusia continuaba siendo, a principios del siglo XX, una autocracia, es
decir, un régimen absoluto bajo la autoridad todopoderosa del zar. No existía ningún tipo
de órgano representativo, como un Parlamento, ni algo que se pareciera a un Constitución.
No se permitían los partidos políticos y se reprimía duramente la difusión de ideas
revolucionarias, lo que alentó los movimientos clandestinos de protesta.
Entre los principales grupos políticos opuestos al zarismo encontramos al Partido Social
Revolucionario ( SR, eseritas ), que buscaban la socialización de la tierra; los
Mencheviques o socialistas moderados, creían que antes de la revolución socialista era
necesaria una fase capitalista y burguesa; y los Bolcheviques o socialistas radicales,
dirigidos por Lenin. Partido muy disciplinado y centralizado, pretendía acabar con el
zarismo y establecer una dictadura del proletariado y el campesinado.
En esta coyuntura, la derrota de Rusia ante Japón ( 1904-1905 ) por unas disputas
territoriales en Extremo Oriente conmocionó a la población y se convirtió en el detonante
de la protesta.
El día 22 de enero de 1905, una manifestación pacífica, encabezada por el sacerdote
ortodoxo Georgi Gapon, se dirigió hacia el palacio de invierno ( residencia de los zares
durante los meses fríos ) en San Petersburgo para presentar al zar una demanda de
mejoras laborales y reclamar el reconocimiento de ciertos derechos y libertados políticas.
La manifestación fue salvajemente reprimida por la guardia zarista, que acabó con la vida
de varios cientos de personas. Aquel suceso fue conocido como el Domingo Sangriento.
Pero muy pronto estas expectativas se vieron defraudadas. En los años siguientes, el zar
limitó el poder de la Duma y, paulatinamente, retornó a la autocracia. Además, se rebajó el
nivel de los compromisos adquiridos, como la reforma agraria que no afectó a los grandes
latifundios de la nobleza; los liberales no consiguieron imponer un régimen realmente
democrático; y las condiciones laborales de los obreros empeoraron.
La impopularidad del zar se incrementó, debido a decisiones como los duros castigos
contra la oposición, las crisis de gobierno, el recurso a una camarilla de cortesanos ( entre
los que destacó el monje místico Rasputín ) y, sobre todo, por la decisión de enrolar a Rusia
en la Primera Guerra Mundial.
Los desórdenes se multiplicaron a partir del día 23 de febrero. Al día siguiente, se convocó
una huelga general. Inicialmente, el ejército reprimió duramente a los manifestantes, pero
el día 27 la guarnición de Petrogrado se puso del lado de los huelguistas. La Duma,
controlada por los liberales, estableció un Gobierno provisional, compuesto
mayoritariamente por kadetes, con el socialista Alexander Kérenski como ministro de
justicia y presidido por el príncipe Lvov.
2.2 El Gobierno provisional.
Después del fracaso de una nueva ofensiva rusa en la Gran Guerra, los bolcheviques
intentaron un primer golpe de Estado, pero el ejército y los mencheviques apoyaron al
Gobierno provisional y pudieron frenarlo. Como consecuencia, el príncipe Lvov dimitió y se
constituyó un nuevo gobierno de coalición de mencheviques y socialrevolucionarios
dirigidos por Kérenski.
El nuevo gobierno fue bautizado como Consejo de Comisarios del Pueblo, presidido por
Lenin y con la participación de Trotski.
El Consejo de Comisarios del Pueblo tomó de inmediato las primeras disposiciones para la
instauración del socialismo en Rusia. Con ellas intentaba atraerse a los soldados, a los
campesinos, a los obreros y a las nacionalidades.
Después de la conquista del poder, el nuevo ejecutivo adoptó las siguientes decisiones con
el fin de implantar un Estado comunista soviético:
- Decreto de paz. Lenin anunció la inmediata salida de Rusia del conflicto y la firma de
una paz sin anexiones ni indemnizaciones. En noviembre se acordó un armisticio y el 3
de marzo de 1918 se rubricó la paz de Brest-Litovsk.
- Decretos sobre la propiedad de la tierra. Las tierras de los grandes terratenientes, de la
Corona y de la Iglesia ortodoxa fueron confiscadas y repartidas, por los soviets locales,
entre los campesinos. La propiedad privada de la tierra y el empleo de trabajo
asalariado fueron abolidos.
- Decretos sobre el trabajo. Los soviets de obreros tomaron el control de las fábricas y de
las minas. Se nacionalizaron los bancos y quedó establecida la jornada laboral de ocho
horas.
- Decretos sobre la prensa. Las publicaciones contrarias al gobierno del Consejo de
Comisarios del Pueblo fueron clausuradas. Se creó la checa, una policía política cuyo
cometido principal fue acabar con la oposición contrarrevolucionaria a los
bolcheviques.
- Derecho a la autodeterminación de los pueblos del imperio zarista.
La revolución no triunfó en todas las zonas de Rusia e incluso en algunas surgió una
oposición al carácter autoritario del régimen. El resultado fue el estallido de una cruenta
guerra civil entre 1918 y 1921.
Los bolcheviques crearon el Ejército Rojo para defender el nuevo régimen. El encargado de su
organización fue Trotski, que impuso una disciplina muy rigurosa y un férreo control mediante
comisarios.
León Trotski.
Hasta 1919, los ejércitos blancos controlaron la mayor parte del país, con una fuerte presencia
en el este, incluida Siberia y los territorios del norte; mientras que los revolucionarios
controlaban el centro de Rusia.
En estos años se afianzó el poder del Partido Comunista como partido único y se impidió
cualquier tipo de disidencia interna o de oposición política. En 1922 se instituyó la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas ( URSS ).
Los bolcheviques organizaron una nueva internacional que rechazase a los partidos
socialdemócratas europeos, por haber apoyado a sus gobiernos en la Gran Guerra.
Desde 1922, año en que Lenin cayó enfermo,, se desató una lucha feroz por su sucesión, que se
agudizó a su muerte en 1924. Los dos candidatos mejor situados eran León Trotski y Iósif
Stalin.
En un principio, Trotski parecía mejor situado. Venía precedido por su prestigio de teórico de la
revolución y avalado por su gran popularidad como organizador del Ejército Rojo, pero el
dominio de Stalin de los resortes del partido y el apoyo de otros dirigentes le catapultaron a la
sucesión.
En consecuencia, Trotski fue destituido en 1925 de su puesto de comisario del pueblo para la
guerra y, en 1929, fue expulsado de la URSS. En 1940, sería asesinado en México por un agente
enviado por Stalin, quien ocuparía la secretaría general del partido entre 1927 y 1953.
Una vez que Stalin se deshizo de sus posibles rivales comenzó a dar los primeros pasos para
transformar el sistema en una auténtica dictadura personal. Los rasgos de este periodo fueron:
Se conoce como la etapa de las purgas o las depuraciones, que alcanzaron al PCUS, al
ejército y al conjunto de la sociedad. Además de los altos dirigentes eliminados, Stalin
también aplicó una implacable represión a las minorías étnicas: desplazó a millones de
personas para garantizar la sumisión al totalitarismo, a campesinos opuestos a las políticas
colectivizadoras o a intelectuales disidentes. Se estima que hasta 8 millones de personas
fueron deportadas a campos de concentración o gulags.
Para aplicar esta política de terror Stalin utilizó a la NKVD ( Comisariado del Pueblo para
Asuntos Internos ) o policía política ( la antigua checa ).
I. Stalin.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, se llevaron a cabo tres planes quinquenales, en los
que se especificaban los objetivos que debían cumplirse en períodos de cinco años.
En el campo desde 1929 se aplicó una ingente colectivización. Se acabó con la propiedad
privada y se obligó a los campesinos a integrarse en Koljós ( granjas colectivas ) y Sovjós (
granjas estatales ). La resistencia de los kulaks y de otros campesinos se respondió con una
violenta represión ( entre 5 y 10 millones de pesonas fueron deportadas y, en ocasiones,
asesinadas ). La mala organización de la colectivización produjo fuertes hambrunas.
En el sector industrial, los planes de Stalin buscaban conseguir una sólida industria pesada
y la independencia económica, militar y tecnológica. Los capitales requeridos para la
industrialización fueron extraídos de los dedicados a la agricultura, a la minería y a otras
actividades del sector primario. Esto provocó un fuerte desequilibrio entre la ciudad y el
campo, donde los niveles de vida fueron más bajos.
Las industrias militar y pesada ( acero, armas, buques ) alcanzaron un enorme desarrollo,
pero a costa de la de bienes de consumo. La URSS se transformó en una de las primeras
potencias industriales del mundo, sin que sus habitantes experimentasen una mejora
substancial en su nivel de vida.