De Milenios de Autoritarismo A La Búsqueda de La Participación

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De milenios de autoritarismo a la búsqueda de la participación.

La emergencia de la subjetividad en
individuos, grupos y colectivos… hacia una definición del trabajo de la psicología-del-trabajo-en
organizaciones.
Desde las universidades intervenidas por el gobierno de Onganía en el ‘66, a la fecha han transcurrido 44
años. A partir de entonces, la práctica interdisciplinaria en el campo de las organizaciones, instituciones y
empresas ha estado marcada por los vaivenes de al menos tres grandes ofensivas neoliberales sobre el
país y su “estado de bienestar”. Dos de ellas impulsadas por la fuerza de las armas y en particular por el
terrorismo de estado. Una de ellas, después de los intentos fallidos de la democracia de 1983, la de la
década de los ’90 (Cavallo-Menem), exitosa y brutal en la virulencia de la apertura de Argentina a la
“globalización” y a la quasi-desaparición de la acción colectiva, tanto como de miles de empresas.- En el
proceso, y no siempre de manera consciente y crítica, la práctica en el territorio de la psicología del trabajo
estuvo marcada por las siguientes corrientes de pensamiento: 1. Psicotecnias y orientación profesional 2.
Organización científica del trabajo, Taylorismo y Fordismo 3. La psicología del cambio organizacional, el
procesamiento de la información, liderazgos y equipos de trabajo 4. Psicologías de la participación, el
“bien-ir-siendo-en-el- trabajo” y la democracia como un sueño postergado, pero construible con fuerte
influencia de la psicología laboral italiana por contraposición a las psicologías del malestar. 5. Las
psicologías de la investigación y la acción en espirales de aprendizaje y la gestión del conocimiento 6. Las
psicologías y pedagogías críticas y de la esperanza. 7. Las psicologías de los aprendizajes
organizacionales y colectivos en grandes grupos 8. La formación, los aprendizajes en las organizaciones y
el dilema de la gestión de la adultez. 9. Las psicologías del ejercicio de la palabra y la interacción en los
pequeños grupos y colectivos organizacionales y la emergencia de la empresa como construcción del
negocio para todos. Cuando en 1984 realizábamos unas jornadas de Psicología en Horco Molle,
imaginábamos la posibilidad de que miles de obreros accedieran a los frutos de la psicología, con una
mentalidad todavía bancaria de la acumulación de saber… Hoy, ese sueño todavía no se ha logrado,
permanece postergado, aunque sabemos de experiencias posibles de generalización a gran escala, que
ciertamente podrán ser en el futuro poderosas herramientas de construcción de colectivos, organizaciones
y empresas de subjetividad1 emergente. Nuestra tarea es afianzar y profundizar los conocimientos y
fundamentos de una psicología laboral todavía en ciernes: para que el “obrero vuelva a reír mientras
trabaja” como diría el maestro Carlos Rodríguez2 en los ’80.- El riesgo sigue siendo la veleidad y el
discurso acrítico y pseudo-omnipotente de la consultoría de cuño neoliberal al que muchos, tentados por
ilusorias carreras gerenciales, incluso imbuídos por símbolos de poder, (camionetas o blackberries), se
dedican sin darse cuenta que aún en cárceles de oro, el sometimiento es una trampa en la incurren
también “los de arriba”. De oro, pero jaulas, al fin. Así, sostenido por centenares de miles de miembros de
la alta dirigencia y “mandos medios” el discurso del poder y la escasez, del malestar y del hambre como
disciplinadores del mundo del trabajo, atraviesan todos los órdenes de la vida laboral de miles y miles de
trabajadores. Las cadenas y poleas que reproducen el malestar psíquico en el trabajo, más eficaces
incluso que las desafiantes y peligrosas condiciones de trabajo sobre las que se asientan el progreso, la
civilización y el confort… condenan a perpetuidad a subordinados… ¡y a jefes!. Duro de sostener y llevar a
la práctica, todavía hoy para millones de trabajadores el horizonte de la propia esperanza es el del día:
construir y gestionar la esperanza del día sigue siendo, -en países marcados por profundas diferencias y
atrasos dentro de la ilusión de la modernidad y la postmodenidad-, un imperativo de un día más… día a
día. Inventar futuros es mucho más difícil que convivir en el malestar. Como en la Balsa de la Medusa3 o
en la mina San José en Copiapó (Chile), construir la esperanza del día es un desafío titánico, que tiene
que ver más con el heroísmo, -sin héroes, heroísmo de muchos, (dedicación, renunciamiento y apuesta,
juego e inversión de psiquismo en los otros)-, del aprendizaje colectivo que con la disciplina y el orden: el
de la construcción de un rumbo colectivo aún en la adversidad y en la “inviabilidad de nuestras
sociedades”. Justamente, lo que todavía no sabemos cómo hacer: criar4 en libertad, criar sin miedos,
educar sin “noes”, sin terror ni amenazas, invertir en los otros y superar los niveles de relación parentales
para abrirnos a la magia de la diversidad y la interacción con la pluralidad y diversidad de los otros. Con
tierno, sensitivo, discreto y a la vez dialogante y urgente respeto a la balbuceante e incoante subjetividad y
bienestar de los otros. Como psicólogos, sería deseable que el cortoplacismo y la miopía de tanta
dirigencia connivente no colonice nuestra propia psiquis; que, lejos de mantenerse a la defensiva, deberá
transitar la pro-actividad de imaginar y aprender a realizar un mundo de subjetividad emergente, desde
milenios de la opresión y el autoritarismo a la aurora de la participación: un desafío para la construcción de
la psicología, especialmente en el mundo del trabajo.- Todavía hoy la psicología está en pañales, y hay un
mundo enorme de posibilidades de creación y de elaboración de ciencias de la convivencia en la alegría,
en el bienestar, en el juego y en la diversidad de la construcción de futuros compartidos sin miedos ni
violencias. Del diálogo como construcción de saberes nuevos, complejos y compartidos aún en lafluidez de
lo incierto, a la negociación como construcción de un clima de abundancia e invención del negocio
comunal, sin “escaseadores” ni vencidos. Sin miedo y con esperanza5 , la de sembrar futuro, el futuro de
la participación y el bienestar común como finalidad del trabajo, de las empresas, de las organizaciones,
de la comunidad, de la sociedad humana. Toda una heurística y re-invención del futuro, de la esperanza y
de la libertad. En fin, “Democracia” como un sueño diferido que viene lento, pero viene; si lo construimos
en conjunto. Involucrándonos, invirtiendo psiquicidad en el otro, arriesgando, también de manos de la
psicología del trabajo. Sin lágrimas aún cuando con sudor, no solo con “las manos en la obra”, sino “con el
alma en las manos”, cuando de trabajar juntos se trata. En fin, el arte de trabajar, de crear, de cultivar el
futuro de nuestras organizaciones, empresas, colectivos y sociedades de subjetividad emergente. Algunos
hitos como ayuda memoria de casi 40 años de psicología laboral.

Conclusión: Desde el discurso de Pico della6 Mirándola sobre la Dignidad del Hombre a las ideas hoy
emergentes todavía de la psicología del trabajo y las organizaciones ha transcurrido poco más de medio
milenio. Conscientes del fluir de las representaciones del mundo y sus paradigmas 50 años de psicología
del trabajo no han transcurrido en vano7 , y nuestra práctica profesional ha sido testigo de los
entrecruzamientos e influencias de corrientes de pensamiento diversas y en contradicciones.

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