Fármacos en El Embarazo y Lactancia - Medwave
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ATENCIÓN PRIMARIA
Medwave 2003 Dic;3(11):e1964 doi:
10.5867/medwave.2003.11.1964
Fármacos en el embarazo y
lactancia
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Los datos que tenemos acerca de este tema no son muy claros.
El manejo de los períodos de embarazo y lactancia son muy
complicados; gran parte de los fármacos atraviesan la barrera
placentaria y se excretan por la glándula mamaria, de manera
que muchos están presentes en la leche gracias a sus
propiedades fisicoquímicas, aunque su sola presencia no es
una contraindicación para la lactancia. El periodo mas crítico
del embarazo para la administración de cualquier
medicamento es entre las cuatro y diez semanas de gestación,
pues en ese lapso ocurre la organogénesis. Antes, es decir,
durante las cuatro primeras semanas, rige la ley del “todo o
nada”: o bien el embrión sobrevive sin anomalías o bien
muere.
Antipiréticos
En las primeras semanas de gestación, los antipiréticos
pueden provocar daño fetal o embrionario, incluso el aborto.
El paracetamol es el antipirético de elección durante esta
etapa de la gestación, ya que pertenece a la categoría B y
además, es absolutamente compatible con la lactancia.
Analgésicos
En el embarazo son frecuentes los dolores de distintos tipos,
algunos de los cuales se van acentuado a medida que aquel
avanza, especialmente el lumbago. El dolor en el embarazo y la
lactancia se puede tratar con múltiples anti inflamatorios no
esteroidales, que en su mayoría solamente se pueden usar
durante los dos primeros trimestres del embarazo. En el tercer
trimestre, pasan a la categoría D, porque pueden provocar el
cierre del ductus. La mayor parte de ellos son compatibles con
la lactancia.
Antihistamínicos
Gran parte de estos medicamentos son de uso seguro. El de
elección es la clorfenamina, que se ubica en la categoría B,
pero provoca mucha somnolencia. Como alternativa, se usa la
loratadina o la cetirizina, que darían menos somnolencia y las
pacientes las toleran relativamente bien, sin presentar este
efecto perjudicial. La mayor parte de los antihistamínicos
pueden ser utilizados durante la lactancia.
Antiepilépticos
Todos los anticonvulsivantes pertenecen a la categoría D, con
excepción de algunos que se está usando últimamente por
estar en la categoría B, pero que sólo son coadyuvantes del
tratamiento antiepiléptico y no se usan como medicamento
único. Todos los anticonvulsivantes provocan malformaciones
graves, como fisuras palatinas, malformaciones cardíacas,
hipoplasia ungueal y de dedos y síndrome hidantoínico fetal,
que se presenta en alrededor de 30% de las pacientes que
reciben fenitoína. El problema está en que no se puede
suspender el tratamiento, porque la embarazada quedaría
sometida a un mayor riesgo de convulsiones. Lo que se hace
en la práctica es tratar de usar la dosis más baja posible de
este tipo de medicamentos durante el embarazo.
Terapia antihipertensiva
Los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina no
se deben usar en el embarazo, porque provocan alteraciones
en la función cardíaca, como bradicardia e hipotensión cerca
del parto. Además, se ha descrito disminución del APGAR e
hipotonía; por eso, en general, tampoco se recomiendan
durante la lactancia. Están en la categoría B. No se han descrito
efectos perjudiciales de los antagonistas del calcio en el feto,
tampoco en el lactante; también estarían incluidos en la
categoría B. Los glucósidos cardíacos, como la digoxina, están
en categoría C, pero en ningún estudio se han descrito efectos
sobre el feto y son compatibles con la lactancia. Los diuréticos,
en general, se evitan, a menos que sean estrictamente
necesarios para no disminuir la perfusión placentaria. Su uso
está permitido solamente en casos estrictamente necesarios y
en dosis bajísimas. No hay información acerca del uso de
furosemida en la lactancia, pero la hidroclorotiazida es
absolutamente compatible con ella.
Tratamiento de la tuberculosis
No hay información sobre las drogas que se usan en el
tratamiento de la tuberculosis, ni a favor ni en contra de su uso.
La estreptomicina pertenece a la categoría D, ya que provoca
malformaciones bastante graves, por lo que se evita su uso. La
isoniazida está en categoría C. Es decir, la paciente se trata de
todas maneras, pero no se usa la estreptomicina sino que se
prefiere la combinación de isoniazida y pirazinamida,
prolongada por nueve meses. No se han descrito efectos
perjudiciales de estos dos fármacos sobre la lactancia.
Antisárnicos y pediculicidas
Otra consulta frecuente en el CITUC se refiere al uso de
antisárnicos o pediculicidas, tanto durante el embarazo como
en la lactancia. El lindano está en la categoría B. Es una
sustancia que se absorbe por la piel y puede provocar efectos
en el sistema nervioso central, tanto durante el embarazo
como en la lactancia; en general, no se recomienda.
Anticoagulación
Hasta ahora, el medicamento de elección durante el embarazo
es la heparina, aunque pertenezca a la categoría C; también es
compatible con la lactancia. En cuanto a las heparinas de bajo
peso molecular, son de categoría D, a pesar de que en estudios
recientes no se ha encontrado ningún tipo de efectos
perjudiciales ni malformaciones en los RN de madres que usan
este tipo de heparinas; incluso, el riesgo de fracturas en las
embarazadas sería menor, pero, por el reducido número de
casos no es significativo. De la misma manera, aún no se ha
determinado si causan efectos perjudiciales en el RN o el
lactante. Los cumarínicos, en la categoría D, provocan el
síndrome warfarínico fetal, pero su uso es compatible con la
lactancia.
Drogas de abuso
En su mayoría provocan malformaciones graves. Las
anfetaminas reducen el peso de nacimiento y se asocian con
retardo de crecimiento intrauterino y malformaciones
craneofaciales y de extremidades. Su uso en dosis altas
cercano al parto causa síndrome de privación, hipotonía,
flaccidez del RN y problemas de distrés respiratorio. Estas
drogas son excretadas en la leche y provocan efectos severos
en el lactante.
Estudios originales
Descripción de síntomas frecuentes y persistentes de COVID-19
en asistentes a centros del adulto mayor
Artículo de revisión
Respondent-driven sampling: ventajas e inconvenientes de un
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Notas metodológicas
Conceptos clave para la búsqueda de evidencia: una
introducción para profesionales de la salud
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Barreras y desafíos en salud mental de refugiados y solicitantes
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comparado con fotocoagulación láser para el tratamiento de la
retinopatía del prematuro tipo 1
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