Trabajo Integrador Final

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4

Espacio curricular.

Pobreza, vulnerabilidad social y judicialización

Profesora. Verónica Seman

Temario. Vulnerabilidad

Derecho penal y protesta social.

Alumnas Balborín Johana.

González, Rosalía.

Moya Carolina
El siguiente trabajo lo desarrollaremos con los siguientes conceptos,
vulnerabilidad, derecho penal y protesta social, ya que nos pareció sumamente
interesante relacionarlas.

La vulnerabilidad social se establece dentro de un conjunto de limitaciones o


desventajas que los sujetos atraviesan, como también, la falta de oportunidades.

El autor Roberto Pizarro nos señala algunos conceptos de vulnerabilidad social el


cual, tiene dos componentes importantes, por una parte la inseguridad que
atraviesan las comunidades, tanto las familias como los individuos y de qué
manera transitan sus vidas en condiciones desfavorables tanto económicamente,
como de salubridad.

Otro componente es la falta de empleo las familias se ven obligadas a enfrentar su


situación económica subastándose con mínimos recursos o solo con la ayuda
social que ofrece el gobierno de turno.

La industrialización por sustentación de importaciones tuvo gran impacto en lo


social, haciendo que familias enteras estén al borde de la marginación,
colocándolo al estado en el centro del conflicto y de su desordenado manejo de
los recursos de estado y no brindando soluciones, ni estrategias como por
ejemplo, enfrentar los efectos de la pobreza.

El estado debe mejorar y facilitar el ingreso económico de todas las familias para
no abatirse en la pobreza y reducir la misma generando oportunidades para todos,
como también, mejoramientos de la infraestructura social (agua potable,
alcantarillados, disponibilidad de electricidad y teléfonos); también es fundamental
la educación, salud, previsión, vivienda; focalizándose en los grupos vulnerables
especialmente en favor de los indigentes.

La falta de recursos afecta a todas aquellas personas que carecen de trabajo,


haciendo que su independencia corra riesgo de caer en la exclusión,
discriminación, marginación, etc. Las familias a modo de sustentarse tratan de
buscar o generar sus propios recursos para poder subsistir en lo básico.

El modelo de estado social que estamos adaptados por las comunidades está
altamente arraigado o adiestrado por las imposiciones del autoritarismo
económico sobrevaluado en la globalización, esta situación ocasiona malestar en
las personas y a su vez, las protestas son más frecuentes dándole importancia
los reclamos públicos para obtener u hacerse escuchar sus derechos. En nuestro
país una manera pacífica de hacer valer sus derechos, lo ejecutan por intermedio
de corte en el tránsito vehicular donde se obstaculizan la libre circulación.
Los autores Hobbes y Locke, nos invita al debate, ambos plantean en garantizar
la seguridad y la libertad de la comunidad mediante de una buena gestión del
poder gubernamental sin caer en la anarquía logrando establecer una relación, por
ende, consideran importante generar y ejercer los derechos de cada individuo.
Además, la protesta social en nuestro medio no pretende derrocar a ningún
gobierno, sino provocar el funcionamiento prospero, así garantizar el bienestar
comunitario.

A pesar que en algunas ocasiones, los manifestantes, pueden ejercer acciones


violentas, dependiendo el motivo y las necesidades producidas por la violación de
derechos sociales básicos de la colectividad. La protesta social desorganizada, no
conoce por completo la táctica de la no violencia, llevando como consecuencia
errores que conspiran contra sus propios fines, puede anular la publicidad que
busca. Se puede prohibir una manifestación, cuando se considera ilícitas las leyes
penales, como alteraciones en la vía pública, con peligro hacia las personas que
voluntarias o involuntarias están presentes.

El derecho de protesta está expresamente reconocido por la Constitución


Nacional y por los tratados internacionales universales y regionales de Derechos
Humanos, pues necesariamente está implícito en la libertad de pensamiento, de
conciencia y de religión.

-ART 14 de la constitución todo habitante tiene derecho a la libertad de opinión o


de expresión, sin censura previa.

-ART. 15 reconoce que los ciudadanos tienen el derecho a la libertad de reunión y


de asociación pacífica.

-ART. 20 Estos dispositivos imponen a todos los estados el deber de respetar el


derecho a disentir y a reclamar públicamente por sus derechos, pudiendo
expresarse públicamente sus disensos y reclamos.

Para que una manifestación sea exitosa, deben concurrir muchas personas o una
parte significativa de la población, ya sea, que esté a favor o en contra de un
determinado partido político, es una manera favorable de hacerse escuchar y a su
vez, obtener la protección del Estado, validando una vida digna con derechos y
oportunidades más equitativas para todas las familias, por una parte que cuenten
con todos los servicios públicos, obtener un trabajo digno, poder enviar a sus hijos
a escuelas públicas y gratuitas, alimentos diaria en sus mesas, ropa adecuada
para cada integrante, calzado, entre otras oportunidades.
Por otra parte nos parece relevante hacer alusión a los textos de “La
administración de la infancia en debate. Entre tensiones y reconfiguraciones
institucionales Carla Villalta* y “La conformación de una matriz interpretativa La
definición jurídica del abandono y la pérdida de la patria potestad. Carla Villalta” y
que por medio de la lucha de las organizaciones sociales se logra una de las
modificaciones más importantes que inauguró la denominada ley de Protección
Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes fue la derogación de la
antigua ley de Patronato de Menores. Así, quedó suprimida la facultad de la tutela
estatal para los menores de 18 años cuando se encontraran en una “situación de
abandono o peligro moral y/o material” que, desde el año 1919, era una de las
prerrogativas de los jueces de menores, quienes “disponían tutelarmente” de los
niños y jóvenes, ya fueran autores o víctimas

de delitos o se encontraran en una “situación de peligro”. Esta facultad era ejercida


conjuntamente con los asesores o defensores públicos de menores –funcionarios
dependientes del Ministerio Público Nacional10- y con las autoridades del Consejo
Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (en adelante CONNAF), un organismo
técnico-administrativo del que dependían los institutos y hogares para “menores”.
A partir de esta “disposición”, los jueces podían ordenar la internación de los
niños, su derivación a distintos programas o resolver la adjudicación de la “guarda”
a sus padres u otros familiares junto con un “seguimiento” que consistía en la
realización de entrevistas periódicas con los asistentes sociales o psicólogos del
juzgado, quienes evaluaban la situación de los niños y jóvenes.

También podría gustarte