GRAFOLOGIA OPERATIVA Mediciones y Proced
GRAFOLOGIA OPERATIVA Mediciones y Proced
GRAFOLOGIA OPERATIVA Mediciones y Proced
Mediciones y procedimientos.
I ntroducción
Cuando hablamos de predominio de una determinada característica grafonómica, aunque la misma no sea
esencialmente mensurable, por ejemplo, la forma, o la continuidad, sí lo es su predominio y, en general, su
grado de aparición o manifestación en un escrito.
Como puede apreciarse, por los numerosos géneros y subaspectos escriturales incluidos en la enumeración
anterior, aunque no todo es cuestión de medida, mayoritariamente empieza siéndolo: las mediciones forman
parte del análisis grafonómico. Dependiendo de este análisis se efectúan las interpretaciones, con las que se
elabora el producto final: el informe.
La calidad del informe, estará determinada sustancialmente, aunque no en forma excluyente, por la fidelidad
de tales mediciones.
Si bien para realizarlas se requiere el uso de elementos sencillos (reglas, semicírculos graduados, calibres, etc.),
están expuestas a inconvenientes, muchos de ellos, netamente operativos.
A través de las siguientes páginas, se comenzará a tratar esta problemática, acercando a los interesados
información sobre distintas perspectivas de abordaje, en cada caso, y sugiriendo o recomendado el que se
considere adecuado en términos de objetividad, facilidad de diálogo interdisciplinario, de realización de tareas,
de mejora y transmisión de logros, de comparación.
I niciaremos esta tarea exponiendo la terminología en uso vinculada con el espaciamiento entre líneas.
Como manifiesta Anna Koren , utilizamos papel pautado (rayado) desde que empezamos a aprender a escribir
hasta que dejamos la escuela. El uso de esta clase de papel puede habituarnos a escribir en líneas rectas
horizontales, aunque el papel sea liso. No obstante, pocas personas escriben en líneas absolutamente rectas.
Si usted se encuentra con una hoja de papel no pautado, con las líneas horizontales de escritura, separadas
entre sí por un espacio constante, su primera reacción es presumir que el escritor utilizó una pauta.
“Faullenzer”, palabra alemana, conque aún se designa al papel rayado –colocado debajo de una hoja lisa-
cuyas líneas se visualizan por transparencia sirviendo de guía para la escritura, significó originalmente “persona
perezosa”. La conexión es clara. Quien utiliza una hoja rayada, debajo del papel sobre el que escribe, piensa
Una de las formas en que se puede verificar esto, es colocando una regla milimetrada, por ejemplo, al lado del
margen izquierdo, si hay espacios fijos entre líneas, de entre 9 y 10 mm , se puede estar seguro, de que
el escritor utilizó una pauta 1
Con respecto al mismo tema, Barry Branston señala que quienes tienen práctica de escribir relacionan
sus letras con una línea imaginaria y son capaces de hacer una línea de escritura recta sobre el
papel sin utilizar pauta debajo. 2
José del Picchia ( h) y Celso del Picchia amplían este tema diciendo que:
Las líneas de pauta, son trazos rectilíneos, impresos, dibujados o vistos por transparencia que
sirven o deberían servir para orientar la dirección de las palabras a través de la extensión lateral
de la hoja.
Agrega que, comúnmente, los papeles conteniendo pautas impresas son llamados papeles pautados, que, los
demás, son conocidos como papeles sin pauta y que,
aún cuando el papel no sea pautado, algunos escritores obedecen a una pauta imaginaria.
Los espaciamientos gráficos interlineares son las distancias entre líneas en un papel sin pauta. 3
Concepto de pauta
Pauta , es un término que aparece en 1611, cuyo significado es “dispositivo que ayuda a dar dirección
horizontal a los renglones de un escrito”, proviene del latín “pacta”, plural de pactum ( convenio) , que en
la Edad Media tomó el sentido de “ley, texto legal”, de donde, figuradamente, se lo utiliza como “norma”. Por
otra parte renglón ( línea de escritura) , es un término que aparece en 1386, deriva de reglón (1298),
aumentativo de regla ( varita para trazar líneas). 4
F
uentes:
1
Koren, Anna: “The Secret Self. A comprehensive guide to handwriting analysis”. Ed. Kuperard, (London) Ltd. 1988. Pág
139/ 40
2
Branston, Barry: “Curso práctico de Grafología. Cómo interpretar la personalidad a través de la escritura”. SUSAETA
EDI CI ONES S.A. España. 1995. Pág. 41.
3
Picchia, José del (h) y Celso: “Tratado de Documentoscopia (La falsedad documental)”. Ediciones La Rocca. Buenos Aires.
1993. Pág. 152/ 3
4
Corominas, Joan: “Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana”. Ed. Gredos. Madrid. 1997. Pág. 445, 503
Esto puede verificarse en el sentido y uso dados a dicha expresión por grafólogos, calígrafos,
diseñadores de máquinas de escribir, de programas de procesamiento de textos para
computadoras, etc.
La única excepción, parecería constituirla el papel de doble pauta que suelen utilizar los niños,
aproximadamente en segundo o tercer grado de la escolaridad primaria, que contiene una línea adicional como
norma de la altura del cuerpo medio de la escritura.
Esta excepción es asimilable al concepto de “cajón”, uno de los procedimientos comúnmente utilizados por
calígrafos y grafólogos para medir la misma altura.
5
Corominas, Joan: “Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana”. Ed. Gredos. Madrid. 1997. Pág, 88. Hace
constar que el término base que significa fundamento o apoyo principal, se origina en 1709, proviene del latin “basis”
y éste, a su vez del griego “básis”, antes “basa” (hasta 1250)
6
Vels, Augusto: “Diccionario de Grafología y términos psicológicos afines”. Ed. Herder. Barcelona. 1991. Pág. 45
No obstante, existe una hipótesis7 , según la cual, dados dos renglones sucesivos (1º y 2º de la FI GURA 2, por
ejemplo), las mencionadas “3 veces” se verifican, perpendicularmente, entre la línea de pauta del primero
b1 y el borde superior de la zona media del renglón siguiente. Dicho de otro modo, se trataría de la
distancia entre cajones de palabras escritas en dos renglones sucesivos o, la altura del espacio no ocupado
por el cuerpo medio (c.m.) de la escritura, entre dichos renglones.
Según esta misma teoría, las “4 veces” se verificarían entre las dos líneas de pauta sucesivas b1 y b2.
Es evidente, que ambas magnitudes no son de la misma especie. La distancia entre cajones y la
distancia entre líneas de pauta son objetos de naturaleza diferente.
medir significa estimar o evaluar una magnitud comparándola con otra de su misma especie
tomada por unidad 8 .
El enfoque grafométrico
Cada interpretación incluida en la obra del profesor Vels, “ lleva el aval de medio siglo de experiencia en
la aplicación de la grafología conjuntamente con baterías de tests proyectivos, psicotécnicos y
7
No ha sido posible detectar la fuente, su transmisión ha sido oral.
8
Neofons, Diccionario Enciclopédico. Sopena. España. 1980.
Es indispensable, no obviar que su método de grafoanálisis, implica un enfoque grafométrico, donde cada signo
es valorado cuantitativamente de acuerdo con su desviación de los módulos establecidos
estadísticamente 10 . Con respecto a los módulos, expresa:
“El punto de partida para definir o valorar cuantitativamente cada signo lo tomamos de los
módulos o reglas establecidos por las normas caligráficas.
La caligrafía es el prototipo neutro del cual parte el grafólogo para estimar, por ejemplo, si un
grafismo es grande o pequeño, ordenado o desordenado, simplificado o complicado, etc.
Damos a continuación los módulos patrón de cada aspecto gráfico, que deben servirnos como guía
para valorar cuantitativamente el exceso o deficiencia de cada uno de los signos, ....”
El módulo considerado por el profesor Vels para la escritura de dimensiones normales está ubicado en el rango
de 2,5 a 3 mm 11 . El modelo caligráfico que hemos adquirido en la infancia, a través de la educación formal,
implica distanciar los renglones de 9 a 10 mm, espacio que, como podemos comprobar en los papeles pautados
comercializados para uso escolar, sigue vigente 12 .
El módulo interlineal fijado por dicho autor en el rango de 3 a 4 veces la altura de las letras m , n y
u del tipo de letra que se analice 13 , es una directa consecuencia aritmética de aquellos valores (2,5
mm x 4 10 mm y, 3 mm x 3 9 mm) y la medición del espacio homólogo, entre líneas de pauta
imaginarias, guarda coherencia interna con ello.
a) La distancia entre líneas de pauta y la distancia entre cajones, son conceptual y gráficamente objetos
distintos. Su utilización, indiscriminada, alternativa o supletoria, con el mero ajuste del valor numérico del
módulo (3 o 4), no conlleva comparar lo mismo de distinta forma, sino comparar elementos de distinta
naturaleza, lo cual, por definición, no es medir.
b) Tal procedimiento elimina el rango del módulo, que deja de ser “de 3 a 4”, para ser “3 ó 4”,
dependiendo de donde elija interrumpir la medición el profesional, convirtiéndose en un valor absoluto.
Esta elección, fruto de una discrecionalidad de lógica desconocida, resulta incomprensible a la luz del
tratamiento dado por el profesor Vels a los aspectos grafométricos.
9
Vels, Augusto: “Escritura y Personalidad. Las bases científicas de la grafología”. Prólogo a la Octava Edición.. Ed. Herder.
Barcelona. 1997. Pág. 18/ 9
10
Vels, Augusto: “Escritura y Personalidad. Las bases científicas de la grafología”. Prólogo a la Octava Edición.. Ed. Herder.
Barcelona. 1997. Pág. 15
11
Vels, Augusto: “Diccionario de Grafología y términos psicológicos afines”. Ed. Herder. Barcelona. 1991. Pág. 45
12
Ver párrafo inicial de este escrito
13
Vels, Augusto: “Diccionario de Grafología y términos psicológicos afines”. Ed. Herder. Barcelona. 1991. Pág. 45
e) La medición del interlineado a través de la distancia entre cajones, para el caso de escrituras con
desproporciones, irregularidades, desigualdades, etc., adiciona obstáculos operativos. El grafólogo ya
no sólo se tendrá que enfrentar con los inconvenientes gráficos del límite inferior del cuerpo medio de cada
renglón, sino con los del límite superior de dicho cuerpo.
La bibliografía
No ha sido posible detectar bibliografía que respalde o mencione el procedimiento de determinación de espacios
interlineales a través de distancias entre cajones, ni siquiera como medición indirecta, procedimiento que, por
otra parte sería innecesario.
La lista completa del material revisado incluye las obras de las que se han extraído las citas incluidas en estas
páginas y las de los siguientes autores ordenados alfabéticamente: Pedro G. D’Alfonso, María Elina Echavarría,
Antonio Escobar, Gille-Maisani, Ada Guarini, Curt Honroth y Ramón Ribera, Albert E. Hughes, Ludwig Klages,
Max Pulver, Matilde Ras, I sabel Sanchez-Bernuy y Mauricio Xandró.
14
Simón, Javier: “El gran libro de la grafología”. Ed. Martinez Roca. España 1992. Pag. 76
15
5 a 6 veces la altura del cuerpo medio de la letra
16
3 a 4 veces la altura del cuerpo medio de la letra
Este estudio, como puede verse, sería útil, pero aparentemente irrelevante para esclarecer el interrogante que
diera origen a estas páginas.
Consideraciones finales
Resulta oportuno resaltar que los sistemas de medición, son aspectos altamente objetivables. Sobre ellos, hay
convenciones de vieja data que posibilitan el diálogo interdisciplinario, la realización de las tareas, su mejora, la
transmisión de los logros y su comparación.
Por lo tanto, con respecto a conceptos y sistemas de aceptación generalizada, cuya idoneidad no ofrezca
cuestionamientos, salvo que dispongamos de otros visiblemente más ventajosos, sería conveniente propiciar
recomendaciones técnicas consecuentes.
A efectos de aplicar la metodología del Dr. Vels, ello implicaría adoptar, con carácter excluyente, la
distancia entre las líneas de pauta imaginarias, para medir el espacio entre renglones de escritura
que no presenta ninguna de las carencias señaladas para la utilización de la distancia entre cajones.
17
0,5 a 1 vez la altura del cuerpo medio de la letra
SU M EDI CI ON
Estas páginas tienen por objetivo clarificar, a través de una breve investigación bibliográfica,
la pertinencia del uso de los sistemas métrico decimal y sexagesimal para medir la inclinación de la
escritura.
A tal efecto es necesario, acordar cuál es la magnitud objeto de la medición, resultando
particularmente útil verificar cómo distintos autores han definido el concepto gráfico de inclinación,
han explicado de qué modo la miden, la unidad de medida que utilizan o, simplemente, en qué
términos se refieren a las diversas modalidades que puede adquirir la inclinación de la escritura.
La lista completa del material revisado incluye obras de Augusto Vels, Antonio Escobar,
Armando Carranza, Barry Branston, Gille-Maisani, Margaret Gullan-Whur, María Elina Echavarría, María
Rosa Panadés, Matilde Ras, Pedro José Foglia, Robert Olivaux y aquéllas de las que se han extraído
las citas incluidas en estas páginas.
Los párrafos siguientes, son transcripciones literales, excepto por la utilización del formato
de letras en negrita que, en la casi totalidad de los casos, corresponde a una decisión propia.
1
Simón, José Javier: “El gran libro de la Grafología”. Ediciones Martínez Roca S.A. Barcelona. España 1992. Capítulo XI V,
páginas 177/ 180.
Medida de inclinación.
Antes de continuar con el estudio detallado de las interpretaciones que corresponden a cada
modo de escritura según la inclinación de la misma, pasemos a explicar cómo puede medirse de
manera objetiva este parámetro.
Para ello es necesario considerar, en principio, la denominada “línea inferior de la
escritura”, respecto a la cual se van a realizar todas las medidas de la inclinación.
Una vez trazada esta línea procurando que se apoye lo más ajustadamente posible en la
parte inferior del cuerpo medio de cada letra, procederemos a trazar una serie de líneas siguiendo la
inclinación de las propias letras, que podremos apreciar mucho mejor si presentan rasgos lineales en
la vertical como sucede en la b, d, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, p, q, t, u e y.
En estos casos hay que seguir la dirección del rasgo vertical de la letra y calcular el
ángulo que éste forma con la línea inferior de escritura, contando siempre a partir de la
izquierda . Para ello se utiliza un sencillo aparato denominado “transportador de ángulos”.
……….. para realizar una correcta medida de la inclinación, conviene ajustar de
forma precisa la línea horizontal del transportador de ángulos con la línea base de
escritura, así como el vértice central de este sencillo aparato con los puntos de
intersección de las líneas de inclinación de las letras con la citada línea base de escritura.
En el caso de que la letra no pertenezca al grupo citado, es decir, se trate de una a, c, e, o, r,
s, v o x , la medida de la inclinación se hace algo más complicada y -desde luego- menos objetiva,
pues es necesario aproximar una línea procurando que ésta pase por el centro de la letra siguiendo la
dirección de la misma.
Esto es -en ocasiones- algo complicado, por lo que a veces es preferible prescindir de la
medida de la inclinación de algunas letras que tomar datos inexactos.
También las mayúsculas son susceptibles de ser medidas en cuanto a su inclinación se
refiere, existiendo también -como en el caso de las minúsculas- algunas letras que ofrecen más
facilidad que otras para este tipo de medición.
………………………………………………………………………………………………………………….
Como es lógico, estas medidas se realizan en grados sexagesimales, e insistimos
en que corresponden a los ángulos que forma la parte izquierda de la línea base de
escritura con la línea de inclinación de las letras consideradas.”
“Si trazásemos una línea recta debajo de la línea de la escritura, diríamos que la
prolongación de los palotes verticales formaría ángulos de un determinando grado de
cierre o abertura.
Un ángulo de 90º , hace lo que nosotros llamamos la escritura de inclinación RECTA, donde
ni se inclina a la derecha ni se invierte a la izquierda.
……………………………………………………………………………………………………………….….
Si iniciamos la valoración por la izquierda , tendremos que todos los ángulos que no
lleguen a 90º son los que provienen de escrituras I NVERTI DAS o inclinadas a la izquierda. Por el
contrario, los que dan cifras superiores a los 90º corresponden a escrituras inclinadas.
2
Pulver, Max: “El Simbolismo de la Escritura”. Editorial Victoriano Suarez. Madrid. España. 1953. Capítulo VI I I , “La posición
de la Escritura”, páginas 98 y 100.
3
Xandró, Mauricio: “Grafología para todos”. Sexta edición. Ediciones Xandró. Madrid. España. 1993. Página 85.
4
Xandró, Mauricio: “Grafología Superior”. Cuarta Edición. 1996.Editorial Herder. Barcelona. España. Capítulo VI I , “El grado
de inclinación de la Letra”, página 148.
5
Sanchez-Bernuy, I sabel: “Grafología (Prácticas de Morfología)”. Ediciones Xandró. Primera edición. 1995. Madrid. España.
Página 119.
6
D’Alfonso, Pedro G.: “La personalidad Humana en los símbolos gráficos. Grafología simbólica”. Buenos Aires. Argentina.
1996. Capítulo 12: “Normas y modelos escriturales”, página 121.
“Se llama ángulo de inclinación al formado por los rasgos o trazos descendentes de las
letras, en relación con la base lineal, en los tres planos.
Estos ángulos se miden con el transportador , y preferentemente en las prolongaciones
inferiores o superiores de las letras. Por ejemplo, en las letras “g”, “p”, “f”, “t”, “b” y “l”, sin
considerar las mayúsculas.”
“I nclinación: …..
7
Hughes, Albert E.: “Guía Práctica de Grafología”. Editorial EDAF S.A. Madrid. España. 1982. Capítulo 8, páginas 69 y 70.
8
Honroth, Curt y Ribera, Ramón: “La escritura infantil”. Segunda Edición. Editorial Kapelusz. Buenos Aires Argentina. 1958.
Capítulo I I I . Página 28.
9
Guarini, Ada: “Grafología. Técnicas para el conocimiento de la personalidad a través de la escritura.”. Ediciones Martínez
Roca, S.A. Tercera edición. 1994. Buenos Aires. Argentina. Capítulo I V, páginas 35 y 37.
10
Tomati, Graciela Z. y Fernández, Ricardo A.: “La Grafología como Técnica Proyectiva Gráfica”. Editorial Bonum. Buenos
Aires. Argentina. 1997. Capítulo 8, páginas 85 y 86.
…………………………………………………………………………………………………………………………….............................. ”
11 Fuente: ENCARTA97
La lectura de las citas incluidas en este trabajo permiten diferenciar dos aspectos netamente
operativos:
1. Cuando los autores miden y/ o clasifican inclinación, posición de la escritura, grado de inclinación,
sesgo o ángulo de escritura –en su mayoría- están midiendo y/ o clasificando ángulos y, utilizando
para ello el sistema sexagesimal. Hay manifiesto consenso, explícito o implícito, sobre este tema.
2. Cuando apoyan el transportador para efectuar la medición, algunos lo colocan con el 0º a la
derecha, y otros lo colocan con el 0º a la izquierda de la línea que indica la verticalidad (90º ).
Los primeros, lo miden como un ángulo dirigido que comienza a rotar desde la derecha y, los
segundos como un ángulo dirigido que inicia su trayectoria desde la izquierda (ver Figura 1).
Esta divergencia carece de contenido significativo por cuanto no debiera esperarse, del
proceder de los unos ni de los otros, distorsión alguna ni en la clasificación de la escritura que se esté
analizando, ni en la consiguiente interpretación.
De cualquier modo, resulta de interés considerar:
a) la exposición de Simón referida al aspecto simbólico de la inclinación,
b) el significado del término inclinación: “Acción de inclinar o inclinarse. I nclinar:
Desviar una cosa de su posición vertical, o hacer que pierda su
perpendicularidad respecto a otra” 12 , y
12
Fuente: Neofons. Diccionario Enciclopedico Sopena
La persona que dibuja la t que hemos utilizado como ejemplo, puede -entre otras cosas-
13
Este párrafo y/ o las notas al pie vinculadas con el mismo, incluyen palabras en griego, latín y portugués que pueden
contener tildes mal diseñados por déficit de los mapas de símbolos disponibles.
14
Fuente: Corominas, Joan: “¨ Breve diccionario etimológico de la lengua castellana”. Editorial Gredos S.A. Madrid. España
1997. Páginas 334 y 154.
15
Fuente: Faría, Ernesto: “Dicionário Escolar Latino-Portuguès”. Río de Janeiro. M.E.C. 1956. Páginas 184 y 464.
3
2. Las conclusiones obtenidas, también indiscutiblemente distintos.
serán subjetivas. El grafólogo podrá
estar absolutamente convencido de Muestreo estadístico.
que los resultados del muestreo en El muestreo estadístico permite:
que basó la elaboración de su informe
son aceptables, pero otro grafólogo 1 . Disminuir los factores subjetivos en la
analizando el mismo documento, determinación del tamaño de las
mediante una muestra distinta ya sea muestras, dado que éstas pueden ser
por su tamaño o por los elementos establecidas en base a fórmulas
incluidos en la misma, podría elaborar matemáticas adecuadamente
un perfil diferente. Dichas fundamentadas.
diferencias, serían no sólo de “estilo 2 . Medir la precisión obtenida en las
literario”. Esta es la clase de conclusiones y el grado de seguridad
diferencias en las que basan sus conque éstas pueden ser defendidas.
críticas más severas, los principales
detractores del uso de la grafología 3 . Comprender mejor el trabajo a
con fines serios. realizar, dado que la aplicación de
fórmulas matemáticas requiere
3. Los riesgos del muestreo no estadístico, definiciones rigurosas sobre lo que debe
no son mensurables. ser considerado universo, error,
desviación, etc.
Riesgo, precisión, seguridad.
4 . Economizar tiempo cuando el universo
Para comprender adecuadamente cuáles son es muy grande. Ello se debe a que,
esos riesgos, es conveniente introducir los merced a las relaciones matemáticas que
conceptos estadísticos de precisión y gobiernan la aplicación del muestreo
seguridad. estadístico, los incrementos en el
La precisión es el margen o tolerancia con tamaño del universo requieren aumentos
que se realiza una estimación. Suele ser de muestra menos que proporcionales.
definida numéricamente como un porcenaje Es decir que dado un grado de seguridad
que sumado o restado al valor y una cierta precisión deseable, el
representativo que la muestra puso en trabajo adicional que provocaría el
evidencia, determina los extremos de aumento del tamaño del universo es
confiabilidad de la estimación. menor que el que resultaría de ampliar
la muestra proporcionalmente.
Se llama grado de seguridad al porcentaje
que indica la probabilidad de que las 5 . Mejorar la calidad de los fundamentos
conclusiones extraidas mediante el examen de la extensión del trabajo realizado.
de la muestra sean representativas de lo que La aplicación del muestreo estadístico
efectivamente ocurre con el universo o está sujeta a deteminadas condiciones,
población total. como:
La relación entre precisión y seguridad es 1 . Masividad. El universo debe estar
inversamente proporcional. Cuanto mayor formado por un número grande de
es la precisión deseada, menor es la elementos. Un universo pequeño
seguridad obtenida. Esto es lógico, dado también puede ser tratado
que es menos arriesgado efectuar estadísticamente pero los tamaños de
afirmaciones amplias que restringidas. Para muestra a emplear suelen resultar
ilustrar esto con un ejemplo que nos proporcionalmente muy altos, por lo
atañe, recordemos otra de las severas cual el uso del muestreo estadístico
críticas de las que suelen ser blanco los pierde sentido, siendo más adecuado en
informes grafológicos: la inclusión de tales casos el examen completo de la
interpretaciones tan genéricas que población.
podrían corresponder a multitud de
personas con perfiles de personalidad 2 . Probabilidad igual, para todos los
4
elementos del universo de pertenecer a Muestreo dirigido.
la muestra. El no cumplimiento de esta
condición invalidaría los resultados del También se suele elegir los ítems de una
muestreo. muestra mediante un muestreo dirigido o
deliberado, en el que el criterio desempeña
Análogamente al análisis de tipo censal (de
un importantísimo papel. Suelen ser de gran
la población total), el muestreo estadístico
utilidad, en particular si el investigador
puede ser irrealizable o antieconómico.
está bien familiarizado con la población y
El diseño de la muestra, implica seguir puede elegir en forma coherente elementos
una serie de pasos: “representativos” para la integración de la
muestra. La precisión de las estimaciones
a. Fijar el tamaño de la muestra, en
obtenidas de muestras dirigidas no puede
base a fórmulas matemáticas
evaluarse sobre la base de la muestra
empleando tablas que permiten
misma. El analista debe aplicar su propio
determinar los tamaños de muestra a
discernimiento para decidir si una
partir de valores, como la precisión y el
estimación es “buena” o “mala”. También
grado de seguridad deseados, etc..
en este caso podemos imaginar variantes,
b. Elegir los ítems de la muestra, al en cuy a elección incidirá el objetivo del
azar. Teóricamente esta operación estudio:
puede realizarse así: cada letra se
Incluir en la muestra las letras de
señala con un número de orden. Estos
determinada zona del escrito, por
números se anotan en tantos
ejemplo superior, media, inferior,
pedacitos de papel como letras
derecha, izquierda, etc.
existan en el escrito. Estos papelitos
se colocan en una bolsa y se mezclan Incluir en la muestra las letras del
cuidadosamente. Las letras a medir, primer y último renglón de cada zona.
serán las identificadas por los
papelitos extraidos a ciegas de la Incluir en la muestra la letra central de
bolsa, uno a uno, sin reponerlos, cada palabra.
conforme el tamaño de muestra que Es importante tener en cuenta que este tipo
se haya fijado. Se concibe que una de diseño es especialmente pasible de
muestra constituida de tal modo, errores y manipulaciones en el perfil, en
presenta una imagen, aproximada, pero, tanto que voluntaria o involuntariamente la
sin duda, imparcial de la población muestra podría quedar constituida por:
total. Este camino es ilustrativo, pero letras de análoga altura, semejante ancho,
tal vez, no el más operativo, por suerte inclinación, forma, ...etc. La variedad, los
hay otros: matices, serían nulos y la muestra no nos
1. Emplear una tabla de números daría sobre la población total, may ores
aleatorios. Para que su uso sea conocimientos que los que proporciona una
posible, es necesario establecer sola letra.
previamente una correspondencia Resulta difícil justificar las
entre los ítems del universo y los generalizaciones hechas sobre las
dígitos contenidos en la tabla, poblaciones cuando aquellas se
establecer al azar un punto de fundamentan en muestras no aleatorias, en
partida (la primera letra que se especial, si están basadas en estimadores
incluirá) y determinar un recorrido a que se derivaron bajo el supuesto de
ser seguido para seleccionar los aleatoriedad. En este orden de cosas, no
elementos. debe subestimarse el hecho de que las
2. Fijar al azar un punto de partida y interpretaciones grafopsicológicas que
elegir, a partir del mismo, cada utilizamos habitualmente, provienen de
enésima letra, vigésima, etc. estadísticas, sobre cuya construcción
poco o nada sabemos.
5
El hecho esencial que debe retenerse es que la distribución de
cualquier característica de una población, está definida, en la medida
en que se ha precisado el modo del muestreo.
(1) (1792-1871)
.
7
Revisión de la utilidad del uso grafotécnico
del cálculo del promedio. Por Silvia Irene Aizenberg
CASO I
Medida de la letra "m" en mm.
(1)
2,1 2,4 5,2 5,6 6,7 Totales
///// ///// ///// ///// /////
///// ///// / /// ///
Registro de mediciones (cada barra corresponde a una letra "m" del ///// /////
tamaño indicado en el encabezamiento de la columna) ///// /////
///// ////
/////
Cantidad de letras "m" del mismo tamaño (recuento de las
barras de cada columna). 30 24 6 8 8 76
(2)
Sumatorias de los tamaños de las "m" en mm (Suma de
los productos de la cantidad de "m" recontadas, por su tamaño). 63 57,6 31,2 44,8 53,6 250,2
(3) = (1) x (2)
Promedio de mediciones (Suma de los tamaños de todas las "m"
medidas / Cantidad total de "m" medidas). 3,29
(4) = Total (3) / Total (2)
CASO II
Medida de la letra "m" en mm.
(1)
1,5 1,8 2 2,2 2,5 2,9 4 5,5 6,3 Totales
Registro de mediciones (cada barra ///// ///// ///// ///// ///// ///// ///// ///// /////
corresponde a una letra "m" del tamaño indicado
en el encabezamiento de la columna) /// /// //// //// //// ///// /// /// ///
Cantidad de letras "m" del mismo
tamaño (recuento de las barras de cada
8 8 9 9 9 9 8 8 8 76
columna).
(2)
Sumatorias de los tamaños de las "m" en
mm (Suma de los productos de la cantidad de
12 14,4 18 19,8 22,5 26,1 32 44 50,4 239,2
"m" recontadas, por su tamaño).
(3) = (1) x (2)
Promedio de mediciones (Suma de los
tamaños de todas las "m" medidas / Cantidad
total de "m" medidas).
3,15
(4) = Total (3) / Total (2)
1
CASO III
Medida de la letra "m" en mm.
2,2 2,6 2,9 6,9 Totales
(1)
///// ///// ///// /////
///// ///// ///// /////
Registro de mediciones (cada barra corresponde a una letra "m" del
///// ///// /////
tamaño indicado en el encabezamiento de la columna)
///// ///// /////
/ // ///
Cantidad de letras "m" del mismo tamaño (recuento de las
barras de cada columna). 21 22 23 10 76
(2)
Sumatorias de los tamaños de las "m" en mm (Suma de
los productos de la cantidad de "m" recontadas, por su tamaño). 46,2 57,2 66,7 69 239,1
(3) = (1) x (2)
Promedio de mediciones (Suma de los tamaños de todas las "m"
medidas / Cantidad total de "m" medidas). 3,15
(4) = Total (3) / Total (2)
CASO IV
Medida de la letra "m" en mm.
(1)
1,5 3,7 4 4,3 Totales
///// ///// ///// /////
///// ///// ///// /////
Registro de mediciones (cada barra corresponde a una letra "m" del
///// ///// /////
tamaño indicado en el encabezamiento de la columna)
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Cantidad de letras "m" del mismo tamaño (recuento de las
barras de cada columna). 10 23 22 21 76
(2)
Sumatorias de los tamaños de las "m" en mm (Suma de
los productos de la cantidad de "m" recontadas, por su tamaño). 15 85,1 88 90,3 278,4
(3) = (1) x (2)
Promedio de mediciones (Suma de los tamaños de todas las "m"
medidas / Cantidad total de "m" medidas). 3,66
(4) = Total (3) / Total (2)
2
Observaciones sobre los casos.
1. En el CASO I, el promedio corresponde a una letra de tamaño discretamente grande (a).
Las mediciones indican que el predominio gráfico pertenece al 71% de las 76 las letras
medidas que resultaron ser pequeñas (b). El 29% restante está compuesto por letras
muy grandes (c).
2. En el CASO II, el promedio corresponde a una letra de tamaño también discretamente
grande. Las mediciones indican que dicho escrito exhibe tantas letras grandes (d) como
muy pequeñas (e) y que cualquiera de ambos tamaños es menos frecuente, que las “m”
pequeñas (f), que las normales (g) y que las muy grandes (h). Si bien no hay un
predominio gráfico significativo de ningún tamaño de “m”, las pequeñas son mayoría.
3. En el CASO III, el promedio corresponde a una letra de tamaño también discretamente
grande. Esto se logra merced al efecto distorsionanate de un 13% de letras muy
grandes (i). De hecho, el 59% (j) muestra un claro predominio de letras normales,
seguido por un 28% (k) de letras pequeñas.
4. Los CASOS II y III exhiben igual promedio (3 ,15 mm: grande), pero uno de ellos no
tiene un predominio gráfico real claramente definido y en el otro, el predominio del
tamaño normal, es claro.
5. En el CASO IV, el promedio corresponde a una letra grande. Este es el único de los
cuatro ejemplos en que hay coincidencia entre promedio y predominio gráfico. No
obstante ello, merced al efecto distorsionante de un 13% (l) de letras “m” muy
pequeñas, el valor promedio es inferior al tamaño real del 87% (ll) de las “m” grandes
observadas. En otros términos, el promedio está fuera del conjunto empírico al que
se pretende representar.
6. En todos los casos vemos que el promedio no coincide con ninguna de las mediciones
efectuadas. Esto es comprensible desde el punto de vista aritmético, pero desde la
óptica de la interpretación psicológica asociada a cada rango de medidas, las
implicancias pueden adolecer de razonabilidad. ¿Es esperable que un promedio que no
es representativo con respecto a las medidas de la respectiva escritura real, provea
una interpretación psicológica representativa del perfil psicológico del autor del
escito?.
3
personalidad pueden ser grafométricamente confundidos merced a sus promedios
idénticos o comprendidos por un mismo rango de medidas.
Siempre se calcula sobre la base de datos numéricos. Esta es una de las principales
limitaciones del promedio. Aunque grafométricamente, una escritura muestre tantos
rasgos mensurables de extraversión como de introversión, el estado del arte, no nos
permite inferir de ello que el perfil psicológico de su autor, incluye una
característica psicológica promedio entre ambos extremos. No podemos promediar
cualidades.
Se ve afectado por los números muy grandes o muy pequeños, por lo que no siempre
constituye una medida representativa. Esto se visualiza en los casos II y III.
Esta última desventaja puede resultar particularmente seria cuando se trabaja con
conjuntos de cifras poco numerosos.
El promedio sólo coincide con el predominio cuando la distribución de valores del
conjunto observado, es simétrica.
Cuando de las observaciones de las letras de un documento, podemos concluir que sus
dimensiones son iguales o altamente regulares, el cuestionamiento propuesto en estas
páginas resulta intrascendente. En tales casos, también lo es calcular o no, el promedio.
Las irregularidades, cuando son significativas, conllevan interpretaciones dependientes de
su magnitud, aunque se refieran al mismo género grafológico. Por ello, es necesario superar
o trascender sus interpretaciones genéricas dimensionándolas.
Habitualmente, el grafoanalista se vale para ello de instrumentos estadísticos: trata de
averiguar características de personalidad dominantes a través de modalidades gráficas,
supuestamente, también dominantes. Pero, utiliza con frecuencia, entre las herramientas
estadísticas más difundidas, una de las denominadas medidas centrales, conocida como
promedio, media aritmética o simplemente media. Esta, no es una herramienta diseñada
para determinar predominios, no es apta para ello. En nuestro campo, una de las lecturas
que admite toda media aritmética empírica, implica asumir que “ésa” sería la medida de
cada una de las letras observadas “si todas las letras incluidas en la medición tuvieran el
mismo tamaño o, por lo menos, las diferencias entre éstas no fueran significativas”. En tal
supuesto, reposa buena parte de la ineptitud de la media, porque el objetivo de la
grafometría no es definir cómo sería esa persona si todas sus letras tuvieran el tamaño de
la media aritmética, sino conocer cómo es, psicológicamente, quien escribió tales letras.
Al calcular el promedio, las medidas son transformadas aritméticamente, creándose una
ficción más o menos forzada, cuyo grado de alejamiento de las cifras reales y
consecuentemente de los significados psicológicos que las mismas representan, tanto puede
ser irrelevante, como comprometer dramáticamente los resultados del análisis.
4
La significatividad
Entre las tareas previas a toda interpretación grafológica, las mediciones y los cálculos que
se realizan con las respectivas cifras, son sustancialmente mecánicas e inciden en
aproximadamente tres docenas de indicadores grafológicos, con diverso grado de
significatividad.
La magnitud de la significatividad no está claramente definida en el campo que nos ocupa,
pero podemos considerar provisionalmente que es insignificante cualquier diferencia que
no introduzca distorsiones en la clasificación atribuible a la letra analizada. Por ejemplo, si
la altura del conjunto de letras medidas en un escrito comprende el rango entre 1,8 mm y
2,4 mm, la consideramos pequeña independientemente de que hay a mayoría de 1,8 mm, 1,9
mm, 2 mm, 2,3 mm o 2,4 mm. Cualquier error de medición o de procesamiento de las
mediciones que no ubique a la escritura en cuestión en una dimensión ≤ 1,5 mm, ni ≥ 2,5
mm será insignificante porque no modificará la interpretación psicológica atribuible.
Contrariamente, cualquier error de medición o procesamiento de mediciones que sí ubique a
la misma escritura en un nivel ≤ 1,5 mm, o ≥ 2,5 mm, será significativa.
En cuanto a la letra “m”, elegida para nuestros ejemplos, la determinación de su tamaño
tiene implicancias directas derivadas del significado atribuido a dicha letra en sí, y además
tiene implicancias indirectas, derivadas de su calidad de referente para la determinación del
módulo del espacio entre líneas. Las consecuencias de la calidad de su medición, exceden
ampliamente el ámbito de la simbología de la misma. Por ello nos pareció especialmente
interesante utilizarla para la observación del comportamiento de la media aritmética.
Alternativas
Frente a las dificultades de la media aritmética, se han propuesto diversas alternativas(m)
(n):
a) No incluir en el cálculo los valores excepcionales extremos, o sea, los muy grandes y
los muy pequeños. Esta exclusión no resuelve la mayor parte de los inconvenientes
ejemplificados en los cuatro casos.
b) Reemplazar el uso de la media aritmética por alguna herramienta que no sea
sensible a los valores extremos, por ejemplo la moda, modo o dominante (p) que
ofrece la solución a la mayor parte de los problemas ejemplificados.
El modo, moda o dominante es definido como el valor que se presenta con mayor
frecuencia en un conjunto de observaciones. Sus principales características, ventajas y
limitaciones se pueden sintetizar del siguiente modo:
Su determinación no está afectada por valores extremos.
Puede no ser único. Un conjunto puede tener dos o más valores compartiendo la may or
frecuencia significativa que el resto. Esta propiedad, facilita la distinción de matices
entre las características de personalidad.
5
El concepto de valor modal puede utilizarse tanto con datos numéricos como no
numéricos.
Hay conjuntos en que los valores están muy atomizados, presentan mucha diversidad. En
tales situaciones se considera que no existe modo.
Conclusión
El modo o dominante es, por su propia definición, una herramienta apta, para inferir rasgos
de personalidad predominantes, representados por rasgos gráficos predominantes también.
Al determinarse el modo no se transforman los datos medidos, se los cuenta, y se da cuenta
de ellos, tal como son. Por lo tanto, el modo puede aplicarse a variables de índole
cualitativa, como las que conforman un perfil psicológico y que, en algunos casos pueden
ser objeto de medición.
Vels, Augusto: “Escritura y Personalidad. Las bases científicas de la grafología”. Ed. 9ª. Editorial Herder. 1997.
(b) 30 letras de 2,1 mm y 24 letras de 2,4 mm que totalizan 54 letras pequeñas sobre las 76 mediciones
(c) 6 letras de 5,2 mm, 8 de 5,6 mm y 8 de 6,7 mm que totalizan 22 letras muy grandes sobre las 76 mediciones
(d) 8 letras de 4 mm
(f) 8 letras de 1,8 mm, 9 letras de 2 mm y 9 letras de 2,2 mm que totalizan 26 letras pequeñas sobre las 76 mediciones
(h) 8 letras de de 5,5 mm y 8 de 6,3 mm que totalizan 18 letras muy grandes sobre las 76 mediciones
(j) 22 letras de 2,6 mm y 23 letras de 2,9 mm que totalizan 45 letras conforme la norma, sobre 76 mediciones.
(ll) 23 letras de 3,7 mm, 22 de 4 mm y 21 de 4,3 mm que totalizan 66 letras grandes sobre un total de 76 mediciones
(m) Merrill, William y Fox, Karl: “Introducción a la estadística económica”. Amorrortu editores. Buenos Aires. 1972.
(n) Toranzos, Fausto I.: “Teoría estadística y aplicaciones” Editorial Kapelusz. Buenos Aires. 1971.
6
(o) Management Update, revista: “Uso y abuso de las estadísticas”. Harvard Business School Publishing Corp. 09/2000.
(p) Vessereau, André: “La estadística”. EUDEBA. 7ª edición. Buenos Aires. 1970.