MÉDULA ÓSEA y HEMOPOYESIS

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MÉDULA ÓSEA

La médula ósea se encuentra en la cavidad medular de los huesos largos como en los espacios
que hay entre las trabéculas del hueso esponjoso. A simple vista aparece roja o amarilla. La
médula ósea roja tiene actividad hematopoyética y el color se debe al contenido de eritrocitos
y sus precursores con hemoglobina abundante. La médula ósea amarilla casi no tiene actividad
hemopoyética, con predominio de adipocitos que le confieren el color amarillo. La médula ósea
roja y amarilla puede transformarse una en otra, según las necesidades. Por ejemplo, la médula
amarilla puede transformarse en roja en respuesta a la altura, en hipoxia, después de una
hemorragia grave. En los neonatos y niños pequeños toda la médula ósea es roja, a partir de los
5 años comienza a transformarse en amarilla, la cantidad de precursores comienza a disminuir y
aumenta el número de células adiposas. En un adulto la médula ósea roja sólo se encuentra en
los huesos de cráneo, pelvis, vértebras, costillas, esternón, y las zonas próximas de la epífisis
del fémur y el húmero. La médula ósea amarilla es la forma principal de médula ósea en los
huesos del adulto ya que no son hemopoyéticamente activos, como los huesos largos de las
extremidades.
Compartimiento Células Hemopoyéticas
Hemopoyético
(cordones)
Células: reticulares o adventicias,
Estroma
adipocitos, macrófagos
MÉDULA ÓSEA Fibras reticulares
MEC (matriz
extracelular)
Compartimiento Matriz amorfa: agua,
Sinusoides
Vascular proteoglucanos,
glucoproteínas
multiadhesivas

La médula ósea está compuesta por vasos sanguíneos llamados sinusoides que forman el
compartimiento vascular y una malla de células hemopoyéticas que forma columnas o
cordones irregulares entre los vasos, el compartimiento hemopoyético. El compartimiento
hemopoyético está formado por células hemopoyéticas incluidas en un escaso tejido conectivo,
denominado estroma de la médula ósea. El estroma o tejido de sostén está formado por células
y matriz extracelular. Las células del estroma incluyen células reticulares (en su mayor parte)
que forman fibras reticulares, además de macrófagos, y adipocitos que se forman por
acumulación de grasa en las células reticulares. Además de las fibras reticulares, la matriz
extracelular se compone de proteoglucanos y de glucoproteínas multiadhesivas como
fibronectina y laminina. Las células reticulares o adventicias emiten prolongaciones hacia el
interior de los cordones hemopoyéticos que proveen sostén para las células en desarrollo. Casi
la mitad de la pared del sinusoide está recubierta externamente por las células reticulares, que
dejan el resto de la superficie para que las células sanguíneas puedan migrar a través de la
pared. Los sinusoides son un tipo de capilares grandes de recorrido sinuoso y paredes delgadas
formadas por endotelio y una membrana basal discontinua. Las células sanguíneas se
desarrollan extravascularmente y, para entrar en la circulación sanguínea, deben atravesar la
pared de los sinusoides. Cuando una célula sanguínea completó su maduración, empuja una
célula endotelial de la pared del sinusoide y se forma un orificio o abertura transitoria. Todo
elemento figurado debe deslizarse a través de esta abertura para alcanzar la luz del sinusoide y
la circulación, una vez que la célula sanguínea ha completado su paso, la abertura desaparece.

Existen microambientes celulares del estroma donde distintos estadios de células madre quedan
retenidos por un tiempo, por unión de glucoproteínas multiadhesivas a los receptores de
superficie de células hemopoyéticas. Las células del estroma producen factores de crecimiento,
estos factores son fijados, concentrados y presentados a las células madre por la matriz
extracelular de los distintos microambientes celulares del estroma. Las células madre tienen
receptores superficiales para citocinas y factores de crecimiento específicos, incluidos los
factores estimulantes de colonias, que ejercen una influencia directriz sobre su proliferación y
maduración hasta convertirse en linajes específicos. Existen factores de crecimiento o factores
estimulantes de colonias (CFS) que estimulan la diferenciación de las células madre como el
factor steel o factor de células madre, GM-CFS (factor estimulante de colonias de granulocitos-
monocitos), la IL-3, la IL-7. Las células hemopoyéticas no se ubican al azar en la médula ósea.
Los tipos específicos de elementos figurados se desarrollan en cúmulos o nidos. Todo nido
eritropoyético (nido rojo) contiene un macrófago y está ubicado cerca de la pared de un
sinusoide. La granulopoyesis granulocítica ocurre en los nidos blancos alejados de la pared del
sinusoide, cuando el granulocito está maduro migra porque estas células pueden desplazarse
hacia el sinusoide y entra en la circulación. Las células formadoras de plaquetas, los
megacariocitos, se ubican junto a la pared del sinusoide y sus expansiones o prolongaciones
tienen que protruir a través de una abertura para que las plaquetas puedan ser liberadas en la luz
sinusoidal. Los macrófagos y los linfocitos están dispersos por toda la médula. La relación entre
nidos blancos y nidos rojos (relación mielo-eritroide) es de 3 a 1, dado que la vida media de los
leucocitos es mucho más breve que la de los eritrocitos, además la mielopoyesis es más lenta
(10 días) que la eritropoyesis (5 días).

HEMATOPOYESIS
La hematopoyesis es la formación de las células sanguíneas, debido a su vida relativamente
corta y limitada se requiere una producción constante de células nuevas para mantener los
valores normales en circulación. Se forman en los tejidos u órganos hematopoyéticos. Después
del nacimiento el órgano hematopoyético más importante es la médula ósea. La formación de
células sanguíneas en la médula ósea se denomina mielopoyesis. La hematopoyesis o
hemopoyesis comprende la eritropoyesis (formación de los eritrocitos), la leucopoyesis
(formación de los leucocitos) y la trombopoyesis (formación de las plaquetas).
Los eritrocitos y las plaquetas pasan toda su vida en la sangre circulante; los leucocitos, en
cambio abandonan la circulación, poco después de haberla alcanzado en la médula ósea y pasan
la mayor parte de su vida en los tejidos. Los eritrocitos, granulocitos, monocitos y las plaquetas
se forman en la médula ósea roja. Parte de los linfocitos (linf B y NK) también se generan en la
médula ósea roja, pero el resto se origina en los tejidos y órganos linfoides (timo, ganglios
linfáticos y bazo).
Todas las células sanguíneas se originan a partir de una célula madre común, la célula madre
pluripotencial que se caracteriza por:
- Ser capaz de dar origen a cualquiera de las células sanguíneas,
-Es autosustentable, es decir que puede mantener su propia existencia por divisiones mitóticas,
sólo 5-10% se divide, el resto permanece en estado latente. Poseen gran capacidad proliferativa
cuando son estimuladas por un aumento de la necesidad de producción.
-Están definidas por la presencia de la proteína marcadora superficial CD34+, no pueden
identificarse por su morfología con el microscopio.
-Es una porción muy pequeña de la cantidad total de células nucleadas de la médula ósea,
menos de 1 cada 100.000.
-Pueden diferenciarse originando un tipo celular capaz de autorreplicarse que perdió la
capacidad de pluripotencialidad y es capaz de seguir una sola línea celular.
Las células madre proliferan lentamente, los descendientes de esta célula se diferencian en
CFU-GEMM (célula madre mieloide multipotencial) y CFU-L (célula madre linfoide
multipotencial). El término CFU significa unidad formadora de colonias, este tipo celular
puede dar origen a colonias de todas las células mieloides o de todas las células linfoides. Estos
dos tipos de células hematopoyéticas son sólo multipotentes, es decir
-Dan origen a linfocitos las CFU-L, y al resto de los elementos figurados de la sangre
las CFU-GEMM
-No tienen capacidad de autorrenovación por tiempo indeterminado.
Por la proliferación de las célula madre multipotentes, se forman células madre unipotentes
específicas de linaje, que proliferan rápidamente, éstas constituyen las unidades formadoras de
colonias (UFC) que se dedican a la producción de una determinada línea celular. La CFU-
GEMM se diferencia en: CFU-GM (una célula progenitora bipotencial que origina el linaje
neutrófilo y monocítico), CFU-Eo (una célula de la que derivarán los eosinófilos), CFU-Ba
( una células precursora de los basófilos) y CFU.Meg (una célula que da origen a los
megacariocitos). La CFU-L da origen a células madre de linfocitos T y células madre de
linfocitos B que a su vez originarán el linaje de los linfocitos T y B, respectivamente. Las
células madre de los linfocitos B permanecen en la médula ósea, donde tiene lugar la
maduración. Las células madre de los linf T son transportadas por el torrente sanguíneo hasta el
timo, donde maduran.
El proceso evolutivo de la mayoría de las células sanguíneas se caracteriza porque los estadios
celulares más tempranos son más grandes que las células maduras y tienen un núcleo de mayor
tamaño, en relación con el citoplasma basófilo y sin contenido de componentes específicos (por
ej hemoglobina, gránulos). En su desarrollo, la célula madura disminuye de tamaño, al igual que
el núcleo, tanto en valores absolutos como en relación con el citoplasma; la cromatina se hace
más densa y se tiñe con mayor intensidad (en el eritrocito el núcleo es finalmente eliminado), y
en el citoplasma se observa la gradual aparición de componentes específicos, como
hemoglobina y gránulos.

ERITROPOYESIS
En la eritropoyesis, la célula madre unipotente específica se llama CFU-E. Su proliferación y
diferenciación conduce a la formación de la primera célula de la línea eritroide reconocible por
microscopio óptico, el proeritroblasto, célula bastante grande con leve basofilia del
citoplasma. Después de una mitosis, cada célula hija recibe el nombre de eritroblasto basófilo,
algo más pequeño, exhibe intensa basofilia en su citoplasma debido a los ribosomas abundantes
que sinteitzan hemoglobina. La acumulación de hemoglobina en la célula cambia gradualmente
la coloración del citoplasma, que comienza a teñirse con eosina. Tras una mitosis, las células
hijas se denominan eritroblastos policromatófilos, en esta etapa el citoplasma muestra
acidofilia (porque se tiñe la hemoglobina) y basofilia (porque se tiñen los ribosomas) debido al
contenido creciente de hemoglobina. El núcleo de las células es más pequeño que el de los
eritroblastos basófilos y los grumos gruesos de heterocromatina se distribuyen en un modelo
cuadriculado. Es la última célula que sufre mitosis en la serie eritroide. Después de una nueva
mitosis, las dos células formadas han continuados su diferenciación a eritroblastos
ortocromáticos o normoblastos con intensa acidofilia en todo el citoplasma por estar ocupado
por hemoglobina. En esta etapa ya no es capaz de dividirse. Contienen un pequeño núcleo
redondo que adopta una posición excéntrica en la célula, hasta que es expulsado. El núcleo
expulsado, rodeado por un angosto borde de citoplasma, es fagocitado de inmediato por un
macrófago. La célula se transforma entonces en un reticulocito o eritrocito policromatófilo en
cuyo citoplasma aún quedan polirribosomas capaces de seguir sintetizando hemoglobina, no
pueden distinguirse de los eritrocitos con las tinciones habituales en un extendido de sangre.
Pero con técnicas de coloración especiales se visualizan los ribosomas como una red azul
(retículo). En la sangre normal, los reticulocitos constituyen el 1-2% de los eritrocitos
circulantes, permanecen en sangre 1-2 días; tras lo cual desaparecen los ribosomas y se
transforman en eritrocitos maduros. Si aumenta la cantidad de eritrocitos que pasan a la sangre
desde la médula ósea (como sucede en una hemorragia), también aumenta la cantidad de
reticulocitos, son una reserva que se moviliza con facilidad. La maduración desde eritroblasto a
eritrocito maduro dura 5-7 días en total.
GRANULOPOYESIS
El mieloblasto es el primer estadio de la serie granulocítica reconocible por microscopio óptico.
Es una célula grande, con núcleo oval que ocupa gran parte del volumen celular, el citoplasma
es basófilo y agranular. El mieloblasto se divide y da origen a los promielocitos, las únicas
células que producen gránulos azurófilos en su citoplasma. Las células en las etapas posteriores
de la granulopoyesis no producen gránulos azurófilos o primarios. Por lo cual, estos gránulos se
reducen con cada división celular siguiente. Los promielocitos sufren una o varias mitosis, y las
células formadas se diferencian a mielocitos, células de menor tamaño, con un núcleo cada vez
más pequeño y aplanado, este núcleo adquiere una escotadura bien definida en las divisiones
ulteriores. Los mielocitos son la última célula que sufre mitosis, y son los primeros en exhibir
gránulos secundarios o específicos. Los mielocitos se dividen y las células hijas presentan un
núcleo cada vez más pequeño, que por último se incurva y adopta una forma arriñonada o de
bastón curvo, la célula se denomina metamielocito y ya no se divide. El metamielocito es la
etapa en la cual se pueden identificar con claridad los linajes de neut., eos. y bas. por la
presencia de muchos gránulos específicos. La transición a granulocito maduro se nota por la
formación de los lóbulos nucleares. La denominación en cayado se utiliza para los
metamielocitos neutrófilos cuyos núcleos presentan la forma de un bastón curvo. En la serie
neutrófila la etapa de célula en banda o en cayado es anterior al desarrollo de los primeros
lóbulos nucleares reconocibles. Más tarde aparecen en el núcleo constricciones hasta que se
pueden reconocer dos a cuatro lóbulos nucleares, entonces la célula se considera un neutrófilo
maduro o neutrófilo segmentado. Sólo los granulocitos maduros poseen movilidad
independiente y son los únicos que llegan al torrente sanguíneo. La sangre contiene 0 a 3% de
neutrófilos en banda, este porcentaje puede aumentar en casos de inflamación y de infección
agudas o crónicas. La maduración de mieloblasto a granulocito maduro dura aprox. 10 días. En
la médula ósea, la reserva de metamielocitos y de granulocitos maduros capaz de ser movilizada
a la sangre representa más de 15 veces la cantidad de granulocitos circulantes. En caso de
infección bacteriana, se produce un incremento notable e inmediato de la cantidad de leucocitos
circulantes, denominado leucocitosis aguda, con predominio de los neutrófilos. En estos casos,
en la sangre se observa un porcentaje de metamielocitos mayor que el normal, situación que se
conoce como desviación a la izquierda. Por el contrario, la desviación a la derecha se refiere a la
presencia de una fracción mayor de lo normal de granulocitos hipersegmentados circulantes.

TROMBOPOYESIS
Las plaquetas se forman por fragmentación de células gigantes denominadas megacariocitos.
Son células de 50-100µm de diám., el úcleo es grande, con numerosos lóbulos, es poliploide
contiene varios juegos de cromosomas. La CFU-Meg da origen al megacarioblasto, que es la
primera célula identificable por su morfología en la serie trombocítica, de menor tamaño que el
megacariocito, con un núcleo no lobulado, no muestra indicios de formación plaquetaria.
Después de repetidas replicaciones del DNA no seguidas de división celular (endomitosis), el
núcleo disminuye de tamaño y se hace lobulado, la célula se convierte en un megacariocito
formador de plaquetas. Tanto el núcleo como la célula aumentan de tamaño en proporción a la
ploidía celular. El citoplasma periférico del megacariocito en contacto con la pared del
sinusoide parece estar dividido por invaginaciones de la membrana plasmática en fragmentos
que son liberados al torrente sanguíneo, estos fragmentos son las plaquetas.

MONOCITOPOYESIS
La CFU-GM es una célula madre bipotencial que puede madurar hasta convertirse en
monocitos o en neutrófilos. Los primeros precursores de los monocitos reconocibles son los
monoblastos, que por división y diferenciación dan origen a los promonocitos. Los
promonocitos se dividen por mitosis y las células hijas se diferencian finalmente a monocitos,
que son liberados al torrente sanguíneo. La transformación de CFU-GM en monocito tarda
alrededor de 55 hs. Existe un pequeño fondo común de reserva en la médula ósea de
promonocitos, que se movilizan en relación con un proceso inflamatorio.

LINFOPOYESIS
La progenie de las CFU-L destinada a convertirse en linfocitos T abandona la médula ósea y se
traslada hacia el timo, en donde completa su diferenciación y adquieren marcadores de
superficie característicos, luego vuelve a la circulación en la forma de linfocitos T. Las células
destinadas a convertirse en linfocitos B se originan en la médula ósea, en el tejido linfoide
asociado a mucosas (GALT) y el bazo. La primera célula de la serie linfocítica es el linfoblasto,
célula grande con citoplasma basófilo; le sigue el prolinfocito y luego el linfocito maduro
(núcleo con cromatina condensada). Los linfocitos pueden proliferar ante la demanda en los
órganos linfoides.

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