978 84 7993 340 1 - Alergia2018pdfweb
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EN ALERGOLOGÍA
PARA MÉDICOS
DE ATENCIÓN PRIMARIA
Manuel Alcántara Villar
(Coordinador)
Manuel Alcántara Villar
(Coordinador)
ACTUALIZACIÓN EN ALERGOLOGÍA
PARA MÉDICOS DE ATENCIÓN PRIMARIA
Manuel Alcántara Villar
(Coordinador)
ACTUALIZACIÓN EN ALERGOLOGÍA
PARA MÉDICOS DE ATENCIÓN PRIMARIA
EDITA:
UNIVERSIDAD INTERNACIONAL DE ANDALUCÍA
Servicio de Publicaciones UNIA (Sevilla, 2018)
Monasterio de Santa María de las Cuevas
Américo Vespucio, 2. Isla de la Cartuja, Sevilla
[email protected]
https://www.unia.es/publicaciones
© De la coordinación: Manuel Alcántara Villar
Cubierta: Diseñada a partir de una fotografía de Luis Palacios Colom
Presentación���������������������������������������������������������6
Capítulo 1.
Manejo práctico de una crisis asmática������������������8
Capítulo 2.
Dermatitis atópica. Actualización clínica,
diagnóstica y terapéutica��������������������������������������22
Capítulo 3.
Alergia a medicamentos. Conceptos básicos
y actitud a seguir por el médico de atención
primaria��������������������������������������������������������������48
Capítulo 4.
Anafilaxia. Manejo práctico de autoinyectores
de adrenalina�������������������������������������������������������72
Capítulo 5.
¿Qué pacientes debemos derivar a Alergología?����88
Capítulo 6.
Inmunoterapia con alérgenos: Técnicas
de administración, protocolos de actuación,
control reacciones adversas y seguimiento
ambulatorio�������������������������������������������������������116
Capítulo 7.
Diagnóstico alergológico: Realización
e interpretación de pruebas en alergología���������127
Capítulo 8.
Urticaria crónica. Peculiaridades en la infancia,
embarazo y lactancia������������������������������������������145
6
de la inmunoterapia y el conocimiento de los criterios de derivación a alergolo-
gía, con objeto de asegurar una adecuada coordinación entre niveles asistenciales.
Para finalizar, quiero expresar mi más sincero agradecimiento, por el esfuerzo
y tiempo dedicado en la elaboración de esta obra a todos los autores de los dis-
tintos capítulos.
De igual forma, quiero agradecer al personal de publicaciones de la Univer-
sidad Internacional de Andalucía, sin la cual no hubiera sido posible la edición
de esta obra.
7
CAPÍTULO 1
MANEJO PRÁCTICO
DE UNA CRISIS ASMÁTICA
1. Introducción
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GERARDO PÉREZ CHICA, CELIA LACÁRCEL BAUTISTA Y MARÍA LÓPEZ LÓPEZ
revertir la obstrucción bronquial y preservar la vida del paciente. Todo ello con-
lleva una elevada carga económica y representa por lo menos un 50 % del coste
total de la asistencia en esta enfermedad.
La Guía Española para el manejo del Asma (GEMA) en su última edición define
las exacerbaciones (agudizaciones, ataques o crisis) como episodios de empeora-
miento de la situación basal del paciente que requieren modificaciones en el tra-
tamiento. Deben identificarse clínicamente como cambios en los síntomas, o en
la medicación de alivio, o en la función pulmonar respecto a la variación diaria
de un paciente en concreto.
Según la rapidez de instauración de las crisis, existen dos tipos: las de ins-
tauración lenta (normalmente en días o semanas) y las de instauración rápida (en
menos de 3 horas), que deben identificarse por tener causas, patogenia y pro-
nóstico diferentes. Las de instauración lenta (más del 80 % de las que acuden a
Urgencias) se deben frecuentemente a infecciones respiratorias altas o a un mal
control de la enfermedad por incumplimiento terapéutico; el mecanismo funda-
mental del deterioro es la inflamación y la respuesta al tratamiento es también
lenta. Mientras que las de instauración rápida se deben a alérgenos inhalados,
fármacos (AINE o β-bloqueantes), alimentos (por alergia alimentaria, especial-
mente, leche y huevo en la infancia y panalérgenos relacionados con proteínas
transportadoras de lípidos en frutos secos, frutas y vegetales; o por aditivos y con-
servantes) o estrés emocional; el mecanismo es la broncoconstricción y, aunque
tienen una mayor gravedad inicial (con mayor riesgo de intubación y muerte), la
respuesta al tratamiento es más favorable y rápida.
Desde el punto de vista clínico son episodios caracterizados por un aumento
progresivo en la dificultad para respirar, sensación de falta de aire, sibilancias, tos
y opresión torácica, o una combinación de estos síntomas. A esto se le agrega una
disminución en el flujo de aire espirado, que puede documentarse y cuantificarse
a través de la medida de la función pulmonar (volumen espiratorio máximo en el
primer segundo [FEV1] o flujo espiratorio máximo [FEM]).
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Frecuencia < 100 lpm 100-120 lpm > 120 lpm Bradicardia No más del
cardiaca (x’) 15 % con
crisis graves
presentan una
frecuencia
cardíaca > 120
Uso de Ausente Suele aparecer Habitual Movimiento Indicador de
musculatura paradójico obstrucción
accesoria toracoabdominal grave de la vía
aérea y/o fatiga
diafragmática
Sibilancias Sibilancias Sibilancias Sibilancias Silencio Presentes
espiratorias inspiratorias inspiratorias auscultatorio en casi todos
y espiratorias y espiratorias los pacientes.
abundantes abundantes Pobre
y fuertes, o correlación con
hipofonesis la obstrucción
importante
Nivel de Normal Suele Algo Disminuido, Signo tardío
consciencia o algo agitado estar agitado disminuido confuso,
o muy agitado obnubilado
Pulso Ausente 10-25 mm Hg > 25 mm Hg Ausencia (fatiga Difícil
paradójico <10 mm Hg muscular) de medir
y poco fiable
FEV1 o PEF > 70% 50-70% 33-50% Medida
objetiva de la
obstrucción de
la vía aérea y de
la respuesta al
tratamiento
SaO2 (%) > 95% 92-95% < 92% < 90% Determina
el nivel de
hipoxemia.
Pobre predictor
de la respuesta
al tratamiento
PaO2 mmHg Normal 80-60 < 60 Pobre
correlación con
el nivel
de obstrucción
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GERARDO PÉREZ CHICA, CELIA LACÁRCEL BAUTISTA Y MARÍA LÓPEZ LÓPEZ
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Los pacientes deben disponer de un plan escrito de control de la crisis: esteroide sistémico + broncodilatador.
El empleo de estos fármacos no suple a la terapia combinada para el control a largo plazo.
La falta de control de los síntomas a corto plazo es indicación para acudir al hospital.
El paciente debe ser remitido para su seguimiento/revisión a su Médico de Familia.
Abreviaturas: IP: inhalador presurizado; NEB: nebulizado; vo: vía oral; ev: vía endovenosa.
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GERARDO PÉREZ CHICA, CELIA LACÁRCEL BAUTISTA Y MARÍA LÓPEZ LÓPEZ
Las crisis más leves pueden tratarse, además de en los Servicios de Urgencias hos-
pitalarios, en casa por el propio paciente y en centros de Atención Primaria siem-
pre que se asegure una correcta valoración clínica y funcional respiratoria, y de la
respuesta al tratamiento en las primeras 2 horas.
Según los criterios de clasificación de la gravedad de la exacerbación descritos
con anterioridad, se entiende como exacerbación leve la que cursa con un FEV1 o
FEM > 70 % del valor teórico, una SaO2 > 95 % y sin signos de fracaso ventila-
torio. Su tratamiento puede realizarse en el medio ambulatorio (no hospitalario);
no obstante, la falta de respuesta favorable en los primeros 30-40 minutos de tra-
tamiento, o la progresión a una mayor gravedad, obligará al traslado inmediato
del paciente a un Servicio de Urgencias.
La pauta de tratamiento a seguir no depende del lugar en donde se atiende al
paciente y debe incluir la administración de broncodilatadores agonistas β2-adre-
nérgicos de acción rápida (salbutamol o terbutalina) (SABA), glucocorticoides
orales y oxígeno, si lo precisa. No es necesario añadir bromuro de ipratropio en
crisis leves, ni deben prescribirse antibióticos de forma rutinaria.
La utilización de glucocorticoides vía sistémica proporciona una mejoría más
rápida y previenen las recaídas tempranas. Excepto en crisis muy leves, deben ad-
ministrarse siempre y de forma lo más precoz posible.
Se entiende como tal las que cursan con un FEV1 o FEM < 70 % del valor teó-
rico, o con una SaO2 < 95 % y/o con signos clínicos de fracaso ventilatorio. La
mayoría de ellas, al momento de recibir tratamiento, presentan una evolución >
6 h, días e incluso semanas. Esto implica la existencia de un período suficiente
como para iniciar un tratamiento efectivo.
La primera medida a tomar en este tipo de exacerbaciones es la administra-
ción de oxígeno sin demora, mediante cánula nasal o mascarilla tipo Venturi, a
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7. ¿Cuáles deben de deben ser los criterios del alta del Servicio de Urgencias?
El paciente puede ser dado de alta cuando tiene síntomas escasos y ha reducido la
necesidad de medicación de rescate, y se puede indicar un tratamiento que puede
realizar en su domicilio.
Antes del alta debería realizarse un plan educativo mínimo que incluya com-
probación de la técnica de inhalación y administración de un Plan de Acción por
escrito. Así mismo, se concertará visita con su médico habitual antes de siete días.
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GERARDO PÉREZ CHICA, CELIA LACÁRCEL BAUTISTA Y MARÍA LÓPEZ LÓPEZ
8. Bibliografía
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CAPÍTULO 2
1. Introducción
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FÁTIMA G. MORENO-SUÁREZ Y PEDRO ACEITUNO MADERA
2. Epidemiología
3. Etiopatogenia
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FÁTIMA G. MORENO-SUÁREZ Y PEDRO ACEITUNO MADERA
Infecciones:
Bacterianas: Staphylococcus aureu.
Virales: Mayor frecuencia de infecciones por herpes simple, virus del pa-
piloma humano y poxvirus (molusco).
Fúngicas: Malassezia, sobre todo en afectación de cara, cuello y porción
alta de tronco.
Alérgenos:
Alimentos: más importante en niños. Huevo como alérgeno más frecuente.
Aeroalérgenos: ácaros, maleza, epitelios animales y mohos
Factores irritantes:
Ropa de tipo lana, agua y agentes químicos irritantes.
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FÁTIMA G. MORENO-SUÁREZ Y PEDRO ACEITUNO MADERA
Autoantígenos:
Autorreactividad en forma de Ig E frente a proteínas humanas (queratinas).
Sequedad ambiental
Estrés psicológico:
Factores neuroinmunológicos en ciclo prurito-rascado.
4. Características clínicas
En esta etapa predomina la afectación facial (mejillas, frente, mentón con respeto
del surco nasolabial y zona periorbitaria), cuero cabelludo, superficies extensoras
de las extremidades y área del pañal. Las lesiones suelen tener un marcado carácter
exudativo, con eritema, vesículas, exudación y costras sobre todo a nivel facial (fi-
guras 1 y 2). Es típica la afectación de la cara anterior del cuello, con lesiones tipo
Figura 1. Lactante de 4 meses con eritema Figura 2. Lactante de 3 meses con lesión
y edemas en mejillas y excoriaciones en frente exudativa e impetiginizada en mejilla izquierda.
por rascado.
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FÁTIMA G. MORENO-SUÁREZ Y PEDRO ACEITUNO MADERA
Esta fase está caracterizada por la afectación de las flexuras. Las lesiones predo-
minan en fosas antecubitales, huecos poplíteos, muñecas, tobillos y región poste-
rior del cuello (fig.4). Afectación frecuente de manos y de región periorbitaria y
peribucal (figura 5). La liquenificación es la manifestación más notable en forma
de pápulas y placas eritematosas infiltradas de superficie engrosada y tacto áspero
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Puede aparecer de novo, aunque es más frecuente que sea una continuación
de la anterior fase. Existe un predominio de afectación labial (figura 8), peribu-
cal, periocular y flexural. En esta etapa predominan las lesiones secas y descama-
tivas junto con liquenificación y acentuación de pliegues. Es frecuente el eccema
de manos (figura 9) y pueden darse casos de eritrodermia exfoliativa. Otras ma-
nifestaciones cutáneas que se pueden objetivar son la dishidrosis (figura 10), ec-
cema numular o liquen simple crónico.
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FÁTIMA G. MORENO-SUÁREZ Y PEDRO ACEITUNO MADERA
Figura 10. Dishidrosis en dedos de ambas manos en mujer de 50 años con dermatitis atópica.
5. Diagnóstico
Los criterios más aceptados son los criterios de Hanifin-Rajka, deben cumplirse 3
de los 4 criterios mayores y 3 de los 23 menores (Tabla 1).
En 2008, Brenninkmeijer y cols., propusieron una modificación simplificda
de estos criterios, adaptados para la población pediátrica, manteniendo el prurito
como criterio esencial, pero modificando los criterios de localización (Tabla 2).
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6. Diagnóstico diferencial
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8. Tratamiento
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Figura 12. Definiciones según la “World Gastroentereology Organisation. 2008. Guías prácticas
de la OMGE. (Extraído de GARNACHO-SAUCEDO, G. et al. “Actualización en dermatitis
atópica. Propuesta de algoritmo de actuación”, Actas Dermosifiliogr. 2013;104(1):4-16.
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Los paciente con DA presentan una mayor colonización por S.aureus de la piel y
narinas por la disfunción de la barrera epidérmica. La sobreinfección bacteriana
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8.5.4. Fototerapia
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8.5.6. Ciclosporina
8.5.7. Azatioprina
8.5.9. Metotrexate
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Es una citocina producida por los linfocitos T. Inhibe in vitro a la IL-4 que in-
duce la síntesis de Ig E. Se puede emplear en pacientes con formas severas y recal-
citrantes que no responden o toleran otros tratamientos. Ha demostrado frente a
placebo la reducción del eritema, prurito y excoriaciones sin reducir niveles de Ig
E. Se administra en forma de inyecciones subcutáneas (1.5 millones de UI/m2) 3
veces por semana hasta mejoría.
El prurito constituye sin duda uno de los síntomas más importantes y constan-
tes y que más afectan a la calidad de vida de los pacientes con dermatitis atópica.
El prurito nocturno de los pacientes con dermatitis atópica parece estar mediado
por la sustancia P que induciría la cascada del ácido araquidónico y produciría un
aumento de los leucotrienos. Todo ello explicará el mal resultado de los antihista-
mínicos en el control del prurito en estos pacientes. También se ha implicado en
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9. Bibliografía
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CAPÍTULO 3
1. Introducción
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ALFONSO MIRANDA PÁEZ
2. Epidemiologia.
49
ALFONSO MIRANDA PÁEZ
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ALFONSO MIRANDA PÁEZ
En otro estudio publicado hace algunos años en Francia, sobre los 100 pri-
meros casos declarados de reacciones severas inmediatas por medicamentos a una
Red Alergológica de Farmacovigilancia, los antibióticos fueron los más implica-
dos (amoxicilina -40 incluyendo una muerte-, cefalosporinas -15-, quinolonas
-3-, vancomicina -1- y en segundo lugar los AINES (16). (6)
Muy recientemente la OMS ha incluido a las RHM en un subgrupo dentro de las En-
fermedades del Sistema Inmune, a su vez parte de una Clasificación Internacional de
Enfermedades (ICD, International Classification of Diseases), como muestra la figura 1.
51
ALFONSO MIRANDA PÁEZ
Esta clasificación hace sobre todo referencia a cuadros clínicos, como el Sín-
drome de Samter clásicamente descrito como, asma con poliposis nasal, y que se
desencadena por aspirina, u otros cuadro clínicos de presentación de alergia a me-
dicamentos que veremos más adelante en este capítulo.
En términos prácticos, la RHM se pueden clasificar en Inmediatas (RSI, Re-
acciones Sistémicas Inmediatas)) y Tardías (RST, Reacciones Sistémicas Tardías), así
ocurren en vida real; se consideran RSI, a aquellas que tienen lugar dentro de la
hora siguiente a la administración del fármaco, y mientras más rápida sea su apa-
rición, mayor es la gravedad; hay un “ territorio intermedio”, que son aquellas re-
acciones cuyos síntomas aparecen más allá de la hora, e incluso hasta 6-8 horas
después de la toma, se dan frecuentemente y se las denomina Reacciones Acelera-
das (RHAc, Reacciones de Hipersensibilidad aceleradas). (Figura 2).
Figura 2. Inmediatas normalmente menos de una horas tras la toma, y más tiempo se consideran
tardía, con las Reacciones Aceleradas haciendo como frontera entra ambas . La reacción inmediata
típica es la urticaria con o sin angioedema, y la tardía, por excelencia, el Exantema maculopapular.
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ALFONSO MIRANDA PÁEZ
Figura 3. Las 4 clásicas reacciones de hipersensibilidad, Tipo I, mediadas por IgE, las Reacciones
Citolíticas o Tipo II dependiendo de Anticuerpos IgG o IgM con la participación del sistema de
complemento, las reacciones tipo III mediadas por inmunocomplejos también con participación
del complementos y por últimos las Reacciones de Hipersensibilidad tipo IV o Citotóxicas
fundamentalmente mediadas por Células T.
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ALFONSO MIRANDA PÁEZ
La mayoría de los medicamentos son moléculas con peso molecular insuficiente para
ser antigénicamente activos, normalmente < 800 Daltons, y requieren combinarse
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ALFONSO MIRANDA PÁEZ
con péptidos o proteínas, entonces son reconocidos o detectados por las células pre-
sentadoras de antígeno (APC) concretamente por sus moléculas HLA, en tal cir-
cunstancia hay una interacción con el receptor antigénico del linfocito T (TCR)(12).
Figura 4: se muestra la interacción entre el receptor del linfocito T (TCR) con el medicamento/
carrier y la célula presentadora de antígeno (APC). Estructura cristalográfica de TCR en rojo la
molécula HLA adherida al medicamento-carrier (en amarillo).
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Exantema Maculopapular
Exantema fijo medicamentoso
Vasculitis
Pustulosis Exantematica generalizada aguda
DRESS (Drugs reaction with eosinophilia and systemic Symptoms)
Stevens - Johnson syndrome (SJS) / Toxic Epidemal Necrolisis (TEN) (Lyell Syndrome)
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Tabla 3.
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ALFONSO MIRANDA PÁEZ
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ALFONSO MIRANDA PÁEZ
Una anamnesis súper detallada es lo más importante; hay que preguntar obvia-
mente por la droga implicada, tiempo transcurrido entra la toma de esta y el ini-
cio de los síntomas, e intentar un minuciosa descripción de los mismos, viendo
si son típicos de alergia (prurito, urticaria ….) así como su duración. A veces solo
con esto podemos establecer un diagnóstico de sospecha rotundo, o descartar
alergia medicamentosa, solucionando de manera fácil un problema.
Métodos diagnósticos “in Vitro” hay pocos y con escasa rentabilidad diag-
nóstica. La detección IgE especifica (CAP) al fármaco solo es útil en algunos casos
de reacciones inmediatas, o aceleradas por betalactámicos; el porcentaje de posi-
tividades rara vez sobrepasa el 30% de los casos; y aun menos con relajantes mus-
culares. Existen kits comerciales en ambos casos, para detectar IgE específica a
penicilina, amoxicilina y cefuroxima. El test de de granulación de basófilos, lleva
décadas en estudio pero su utilidad diagnostica en general es de escasa utilidad; se
mide la expresión de una molécula de superficie del basófilo, el marcador CD63,
pero solo es detectable si estos están activados; se ha empleado con betalactámi-
cos, relajantes musculares, quinolonas, pero los resultados nunca fueron conclu-
yentes. En el futuro habrá que intentar mejorar esto en lo posible.
Los métodos diagnósticos “in vivo” son dos, los test cutáneos (TC) y las
pruebas de provocación con el medicamento sospechado, lo que se conoce con
Test de Provocación controlado con Placebo (TPCP), a doble ciego sería lo ideal,
pero la mayoría de las veces, por operatividad suelen hacerse a simple ciego. Nin-
guno de ambos métodos diagnósticos están exentos de riesgo.
Los TC, han de estar bien estandarizados en cada caso, es decir con cada me-
dicamentos a una concentración peso/volumen, que en voluntarios sanos no sea
irritante (falso positivo), y en pacientes, sea suficiente para dar una prueba posi-
tiva, sin general síntomas a nivel sistémico. (9,10) En primer lugar habría que reali-
zarlas en prick y si este es negativo, por vía intradérmica (PID). En la mayoría de
los medicamentos la PID da falso positivo; en el caso de los antibióticos betalactá-
micos la sensibilidad es aceptable, pero no hay que olvidar que ha habido raccio-
nes sistémicas con los test cutáneos con estos antibióticos, incluso graves.
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Esto lo hace inhibiendo una enzima la ciclooxigenasa (COX), que existe en dos
isoformas, COX-1 que es constitucional de todas las células, y COX-2 que es in-
ducible, ambas tienen acción antiinflamatoria. (Figura 11)
65
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Figura 12. Se describen los fenotipos de RH por AINES, así como tipo de reacción,
manifestaciones clínicas, mecanismo sospechado. (18)
66
ALFONSO MIRANDA PÁEZ
Ante una clara sospecha de Una RAM, basada en una minuciosa anamnesis, lo
que siempre no es posible, la actitud a tomar es la recomendación de medicación
alternativa, evitando complicaciones. Esto siempre no es posible y hay que inten-
tar hacer un estudio diagnóstico.
Las más de las veces, el estudio no termina con un TPCP porque en muchos
de los casos, la sospechada RAM, es una reacción grave y correríamos riesgos in-
necesarios. Lo que se hace es una Prueba de Exposición Controlada (PEC), con
medicación alternativa, siempre recurriríamos a comprobar que el paciente puede
tolerar una medicación alternativa.
10. Sumario
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ALFONSO MIRANDA PÁEZ
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Con gran diferencia los antibióticos betalactámicos y los AINES son los me-
dicamentos mayormente responsables de RHM, constituyendo casi el 80% de
los casos.
Es del mayor interés diferenciar entre reacciones tipo A, los clásicos efec-
tos secundarios y colaterales, que constituyen casi el 80% de todas las Reacciones
Adversas a Medicamentos (RAM), y las de tipo B, conocidas como Reacciones
de Hipersensibilidad a Medicamentos (RHM), y que no sobrepasan el 15% de
todas las RAM.
Dentro de lo que son las RHM, las mediadas por mecanismo inmunológico
específico, la estrictamente RA, si constituyen un grupo muy elevado. Su diag-
nostico como hemos visto se sustenta en una buena anamnesis, que no siempre es
posible, y en la Prueba de Exposición, recordemos, siempre controlada con pla-
cebo, porque los métodos in vitro y las Pruebas Cutáneas son de muy escasa ren-
tabilidad diagnostica.
Y como resumen de todo, si tras una buena anamnesis, sospechamos alergia
a un medicamento, lo más acertado es recomendar medicación alternativa siem-
pre que sea posible.
11. Bibliografía
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cephalosporins: clinical and immunologic studies», J Allergy Clin im-
munol 83, pp.381-5.
70
ALFONSO MIRANDA PÁEZ
71
CAPÍTULO 4
1. Introducción
72
JOAQUÍN QUIRALTE, TERESA DE ARAMBURU Y MARINA LABELLA
A principios del siglo XX, Paul Richet descubrió los efectos hipotensivos de los
alérgenos de la anemona sulcata (ortiga de mar) en perros. Este estudio preten-
día buscar la tolerancia a cantidades subletales de esta anémona en mamíferos de
mediano tamaño (en griego, la phylaxis). Y lo que de verdad encontró, fue lo con-
trario, la anaphylaxis. El perro Neptuno murió a los 25 minutos de la adminis-
tración de cantidades no mortales de veneno de anémona, al ser inoculado por
segunda vez. Richet recibió el premio Nobel de Medicina en 1913 por sus apor-
taciones en la descripción de la anafilaxia y sus mecanismos fisiopatológicos.
La primera causa de anafilaxia son los fármacos, seguida de los alimentos y las
picaduras de insectos. Los fármacos más frecuentemente implicados son los an-
tibióticos betalactámicos y los antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Los ali-
mentos más frecuentemente involucrados en la edad infantil son la leche y el
huevo, mientras que en la edad adulta son las frutas y los frutos secos. Existe un
porcentaje de anafilaxias en las que no se logra identificar el factor desencade-
nante a las que denominamos idiopáticas en las que habría que llevar a cabo un
diagnóstico diferencial con otras posibles causas. En la Tabla 1 aparecen refleja-
das las principales causas de anafilaxia.
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4. La Epidemiología Clínica
5. ¿Cuáles son los síntomas que nos van a dar las claves para identificarla?
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Tabla 4. Los criterios clínicos en el diagnóstico de anafilaxia según la Guía de actuación clínica en
anafilaxia: GALAXIA.
Estas características son similares para niños y adultos, aunque en la edad in-
fantil la anafilaxia tiende a asociarse con una menor tasa de complicaciones car-
diovasculares, mientras que predominan de forma clara las formas respiratorias
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La medición de los biomarcadores nos puede ser de gran utilidad para dilucidar
los mecanismos que se esconden detrás de una reacción. Sin duda, en la actua-
lidad la medición de triptasa sérica es la prueba más útil y más accesible para el
clínico, que apoya el diagnóstico de anafilaxia. Puede elevarse entre los 15 y 180
minutos del comienzo de los síntomas y vuelve a recobrar los valores normales
en unas 24 horas. Un incremento mayor de 11,4 ng/L (o ≥ 2 ng/mL + 1.2 x su
valor basal) es significativo. Un valor basal por encima de 20 ng/m debería hacer-
nos descartar un síndrome de activación mastocitaria. La medición de otros me-
diadores como la IL-6 en la sospecha de una reacción mediada por citoquinas tras
la administración de un anticuerpo monoclonal nos podría ser de gran utilidad,
aunque a día de hoy no está validada.
En todo caso, la petición de alguna de esta pruebas, no debe retrasar nunca
la instauración del tratamiento de la anafilaxia.
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Tabla 6. Algunos biomarcadores en la anafilaxia mediada por IgE en diversos grupos de pacientes
alérgicos.
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9. Tratamiento
La guía clínica GALAXIA establece una forma racional para establecer una grada-
ción eficaz de los síntomas, que permite rápidamente evaluar la gravedad y la rapi-
dez de instauración de los síntomas, a través del sistema ABC del Working Group
of Resuscitation Council.
Los criterios diagnósticos principales son:
- Comienzo brusco y rápida progresión de los síntomas en minutos u horas
- Dificultad respiratoria de origen alta (disfonía, estridor – fase A) y/o baja
(disnea, sibilancias, opresión torácica, tos – fase B) y/o afectación cardio-
vascular (hipotensión sistólica o arritmia asociada a síntomas asociados a
disfunción orgánica: hipotonía, incontinencia - fase C)
- Desorientación y/o inquietud y/o malestar y/o mareo/síncope (fase D)
- Concomitancia con signos de piel y/o mucosas: eritema, urticaria/angioe-
dema, prurito (fase E).
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Cualquier anafilaxia debe ser estudiada y seguida en su evolución por una uni-
dad de Alergología.
El estudio de la anafilaxia se realiza en 2 fases fundamentales: i) la evalua-
ción histórica del paciente: a través bien de la historia clínica dirigida o bien de
los informes previos durante el desarrollo, tratamiento y evolución de la anafi-
laxia; ii) la tecnificación del estudio: se evalúa la posibilidad de utilizar algunos
de los métodos in vitro e in vivo que permiten obtener evidencias del mecanismo
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10. Bibliografía
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CAPÍTULO 5
1. Introducción
Se estima que en España una de cada cuatro personas padece algún tipo de en-
fermedad alérgica (rinitis alérgica, asma, urticaria, angioedema, alergia a me-
dicamentos o alimentos, reacciones alérgicas a picadura de insecto , dermatitis
atópica, anafilaxia etc), lo que hace que el médico de atención primaria atienda
de forma habitual a muchos pacientes que sufren este tipo de enfermedades. Para
ofrecer al paciente una atención complementaria tanto para su diagnóstico como
para su tratamiento, se plantea en muchos casos la derivación al alergólogo.
Es importante unificar pautas de actuación, criterios de derivación y segui-
miento de la patología alérgica más frecuente, con objeto de asegurar una ade-
cuada coordinación entre niveles asistenciales,
En este capítulo expondremos los criterios de derivación de las enfermeda-
des alérgicas más frecuentes.
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2. Rinitis alérgica
1.1 Clínica
1.2. Diagnóstico
1.3. Tratamiento
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3. Asma bronquial
3.1. Clínica
El asma bronquial alérgica es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías res-
piratorias, caracterizada por una obstrucción variable del flujo aéreo.
Los síntomas guías son: tos, disnea, sibilancias y opresión torácica y que en
un alto porcentaje de pacientes se acompaña de síntomas oculonasales (rinocon-
juntivitis). Dependiendo de la causa estos síntomas, pueden ser perennes o esta-
cionales, en base a los alérgenos responsables de la clínica.
3.2. Diagnóstico
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3.3. Tratamiento.
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Tabla 3. Tratamiento del asma según gravedad, adulto (Tomado de GEMA 4.3).
Tabla 4. Tratamiento del asma según gravedad, niño menor 3 años (Tomado de GEMA 4.3).
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Tabla 5. Tratamiento del asma según gravedad, niño mayor de 3 años (Tomado de GEMA 4.3).
Los pacientes con asma en los que se haya confirmado etiología alérgica en aten-
ción primaria, solo deberían derivarse si tienen asociadas otras enfermedades ató-
picas (rinoconjuntivitis, dermatitis atópica, alergia alimentos) o exista indicación
de inmunoterapia (la evitación de la exposición no es suficiente para el control de
los síntomas o en el caso de que el paciente no controle su asma a pesar de un tra-
tamiento farmacológico estándar correcto)
También deberemos derivar a los asmáticos con sospecha de alergia que no
haya podido ser confirmada con las pruebas disponibles en atención primaria.
Los criterios para una interconsulta a alergología que propone el Proceso in-
tegral Asma, editado por la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía están es-
quematizados en la figura 2.
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4. Urticaria
4.1. Clínica
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4.2. Diagnóstico
4.3. Tratamiento.
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MANUEL ALCÁNTARA VILLAR, MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ MUÑOZ Y LUIS PALACIOS COLOM
La duración del proceso es una característica importante que nos puede ayudar a
orientar si su origen es alérgico o no, y por tanto a la necesidad de la realización
de una derivación a alergología (Figura 3).
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5. Angioedema
5.1. Clínica
5.2. Diagnóstico
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5.3. Tratamiento.
Los pacientes con cuadro de angioedema deben derivarse a alergología, una vez se
hayan descartado otros cuadros que pueden llegar a confundirse con este (Figura
4). No se recomienda derivar a la Sección de Alergia:
- Sin haber descartado previamente las causas no alérgicas descritas.
- Angioedema en paciente en tratamiento con IECA/ARA II o anticoncepti-
vos sin una prueba de evitación de estos fármacos.
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6.1. Clínica
6.2. Diagnóstico.
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6.3. Tratamiento
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7.1. Clínica
Las reacciones adversas a fármacos se definen como una respuesta nociva y no in-
tencionada a dosis normales de un medicamento.
Ante una reacción adversa a un fármaco es necesario valorar si se trata de un
efecto secundario especificado en su ficha técnica o se trata de una posible reac-
ción alérgica.
Sospecharemos que se trata de una reacción alérgica a medicamentos (5-
10% de las reacciones adversas a fármacos), si se cumplen los siguientes crite-
rios clínicos:
1) Que ocurra solamente en una minoría de pacientes.
2) Que las manifestaciones clínicas no se parezcan en nada a su acción far-
macológica.
3) Que la reacción sea semejante a un cuadro aceptado como alérgico (urti-
caria, asma, anafilaxia, etc.).
4) Que exista un periodo de inducción, entre 7-10 días, después de la pri-
mera exposición.
5) Que se pueda reproducir al volver a administrar pequeñas dosis del mismo
fármaco.
6) Que también pueda reproducirse con otros fármacos de similar estructura
química (reacciones cruzadas).
7) En ocasiones, aparece eosinofília sanguínea y/o tisular acompañante.
8) La reacción debe desaparecer, más tarde o más temprano, al suspender el
fármaco.
Clínicamente, las reacciones inmediatas ocurren en menos de 1 hora tras
la toma del fármaco y se manifiestan como urticaria, angioedema, rinitis, bron-
cospasmo o anafilaxia/shock anafiláctico. Las reacciones no inmediatas ocurren
más de 1 hora e incluso días tras la toma del fármaco, y se manifiestan como ur-
ticaria, exantemas y menos frecuentemente como el Síndrome de Steven-Johnson
o el Síndrome de Lyell.
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7.2. Diagnóstico
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MANUEL ALCÁNTARA VILLAR, MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ MUÑOZ Y LUIS PALACIOS COLOM
ser de varias horas y el paciente debe estar bajo constante supervisión para recibir
tratamiento inmediato en caso de que se produzca una reacción alérgica.
7.3. Tratamiento
En caso de sospecha de una reacción adversa a un fármaco, éste deberá ser suspen-
dido de inmediato, se realizará tratamiento sintomático de la reacción y se valo-
rará si es necesario un estudio alergológico, ya que no todas las reacciones adversas
a medicamentos son tributarias de la realización del mismo.
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8.1. Clínica
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8.2. Diagnóstico
8.3. Tratamiento
Las bases para el tratamiento de la dermatitis atópica son: mejorar la barrera cu-
tánea y evitar la sequedad, controlar el prurito, evitar la colonización microbiana
e inhibir la respuesta inflamatoria, siendo los corticoides tópicos los fármacos
de elección para el tratamiento de esta enfermedad. También podemos utilizar
inhibidores de la calcineurina, antihistamínicos (NUNCA TÓPICOS), terapia
antimicrobiana tópica o sistémica. Existen tratamientos adyuvantes: fototerapia,
inmunomoduladores, etc.
El tratamiento del Eczema de contacto se basa en la evitación del desencade-
nante y tratamiento con corticoides tópicos de las áreas afectadas. Si se afecta más
del 20% de la superficie corporal se requieren corticoides sistémicos.
Se deben derivar a alergología solo los pacientes con dermatitis atópica que
presenten además de la dermatitis clínica sugestiva de rinitis, asma o reacción a
medicamentos y/o alimentos (Figura 7).
Dada la complejidad de la realización de un diagnóstico preciso de estas pa-
tologías, es recomendable que los pacientes sean evaluados inicialmente por Der-
matología para poder realizar un diagnóstico diferencial cuando no hay clínica
compatible con etiología alérgica. Ejemplos:
- Otros tipos de dermatitis como los eczemas irritativos, dermatitis sebo-
rreica, etc.
- Psoriasis.
- Sospecha de infecciones cutáneas como escabiosis, micosis, etc.
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MANUEL ALCÁNTARA VILLAR, MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ MUÑOZ Y LUIS PALACIOS COLOM
9.1. Clínica
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MANUEL ALCÁNTARA VILLAR, MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ MUÑOZ Y LUIS PALACIOS COLOM
Las reacciones sistémicas pueden poner en riesgo la vida del paciente. Las
reacciones locales grandes son induraciones con eritema mayores de 10 cm. y
duración superior a 24 horas, pudiendo persistir hasta diez días; las reacciones sis-
témicas pueden variar desde urticaria-angioedema (grado I y II) hasta la anafilaxia
y el shock anafiláctico (grado III y IV).
9.2. Diagnóstico
9.3. Tratamiento.
111
MANUEL ALCÁNTARA VILLAR, MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ MUÑOZ Y LUIS PALACIOS COLOM
cardiovasculares y una prueba diagnóstica positiva (prueba cutánea y/o IgE sé-
rica específica) constituye una indicación absoluta para cualquier grupo de edad.
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MANUEL ALCÁNTARA VILLAR, MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ MUÑOZ Y LUIS PALACIOS COLOM
10. Anafilaxia
10.1. Clínica
10.2. Diagnóstico
10.3. Tratamiento
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MANUEL ALCÁNTARA VILLAR, MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ MUÑOZ Y LUIS PALACIOS COLOM
115
CAPÍTULO 6
1. Introducción
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MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ MUÑOZ, LUIS PALACIOS COLOM Y MANUEL ALCÁNTARA VILLAR
no sea posible o completa. De forma general, serán candidatos a recibir ITE los
pacientes con clínica respiratoria en caso de aeroalérgenos o de anafilaxia en caso
de himenópteros, en los que se demuestre sensibilización (mecanismo IgE) a un
alérgeno y éste sea relevante clínicamente, siendo responsable de los síntomas del
paciente.
Numerosos estudios avalan la incuestionable eficacia de la inmunoterapia
cuando está correctamente indicada. Esta eficacia viene determinada por factores
como son: 1) la adecuada selección del paciente; 2) selección de un extracto de
calidad; 3) administración adecuada.
Hoy en día con la literatura médica disponible resulta incuestionable la efica-
cia de la ITE específica en el alivio de los síntomas y el control de la enfermedad
alérgica respiratoria. Los resultados de diversos estudios parecen adjudicarle tam-
bién un papel preventivo en la evolución de estas enfermedades.
Existen dos tipos de ITE según la vía por la que se administra: puede ser subcu-
tánea (ITSC) o sublingual (ITSL).
2.1. Inmunoterapia subcutánea
2.1.1. Tipos de extractos subcutáneos (SC).
a) Extractos acuosos.
- Liofilizados: conservados en fenol y glicerinados.
b) Extractos nativos: con adyuvantes de liberación gradual.
- Hidróxido de aluminio.
- Tirosina.
- Sales de calcio (fosfato cálcico).
c) Alergoides: polimerizados.
d) Con adyuvantes estimulantes TH1.
2.1.2. Pautas de tratamiento
Dependiendo del tiempo que se tarda en llegar a la dosis de manteni-
miento:
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Para una administración correcta se debe tener disponible todo el material nece-
sario, tanto para la administración de las dosis de ITE como para el control y tra-
tamiento de una eventual reacción adversa.
3.1. Medios para tratar reacciones adversas:
- Estetoscopio y esfingomanómetro.
- Torniquetes, jeringas y agujas de gran calibre (calibre 14).
- Equipo para la administración de oxígeno, ambú, etc.
- Equipo para la administración de fluidos intravenosos.
- Adrenalina acuosa 1/1.000.
- Antihistamínicos y corticoides por vías parenteral y oral.
- Broncodilatadores con cámaras de inhalación y nebulizadores.
- Vasopresores.
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MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ MUÑOZ, LUIS PALACIOS COLOM Y MANUEL ALCÁNTARA VILLAR
Figura 1 y Figura 2.
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MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ MUÑOZ, LUIS PALACIOS COLOM Y MANUEL ALCÁNTARA VILLAR
Aunque existe un bajo riesgo de reacciones sistémicas (RS) graves con la inmunotera-
pia con alérgenos administrada por personal entrenado en su manejo (pueden apare-
cer reacciones que pueden ser leves, moderadas o, incluso, suponer compromiso vital.
El tratamiento de elección ante una reacción sistémica durante la inmuno-
terapia es la adrenalina intramuscular. Además, debe valorarse su administración
ante un compromiso respiratorio que no responde a tratamiento con broncodila-
tadores o, incluso, en cuadros cutáneos generalizados con inyección conjuntival,
intenso prurito generalizado resistente al tratamiento previo (antihistamínicos y
corticoides). La dosis de adrenalina en adultos es de 0,5 mg y 0,01 mg/kg (0,1
ml por cada 10 kg de peso) en niños, sin sobrepasar los 0,5 ml. En ambos casos
por vía intramuscular. Esta dosis podrá repetirse cada 15 minutos si no responde.
En reacciones leves o como complemento de la adrenalina se podrán emplear
antihistamínicos por cualquier vía y corticoides que pueden ser útiles para preve-
nir una posterior reactivación.
Si el paciente presenta un broncoespasmo podrán añadirse broncodilatado-
res inhalados (salbutamol) o nebulizados, así como oxigenoterapia a flujo de 4 a
8 litros/minuto con mascarilla o catéter nasal y fluidoterapia según la gravedad.
Se mantendrá al paciente bajo observación de parámetros clínicos: ausculta-
ción respiratoria, cardiaca, medición del pico de flujo espiratorio, tensión arterial,
saturación de O2 para ver evolución y respuesta al tratamiento.
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6. Inmunoterapia en el embarazo
7. Bibliografía
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CAPÍTULO 7
1. Introducción
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LUIS PALACIOS COLOM, MANUEL ALCÁNTARA VILLAR Y MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ MUÑOZ
2. Pruebas cutáneas
Una vez realizada una exhaustiva historia clínica intentaremos llegar al diagnóstico
mediante la realización de las pruebas cutáneas. Con este tipo de pruebas preten-
demos reproducir esa reacción de hipersensibilidad tipo I, ocasionalmente III (fe-
nómeno Arthus) y IV, que sospechamos según la clínica, en la piel del paciente, y
demostrar de esa manera que una persona está sensibilizada a una determinada sus-
tancia. Se pueden subdividir en tres grandes grupos, pruebas intraepidérmicas (prick),
pruebas intradérmicas o intradermorreacción y pruebas epicutáneas o de parche. Las
pruebas intraepidérmicas como las intradermorreacciones se utilizan, fundamental-
mente, para el estudio de reacciones inmediatas o del tipo I; las pruebas de parche son
la única forma aceptada de demostrar una sensibilización tipo IV o retardada.
Para la realización de las pruebas cutáneas utilizaremos como norma general
extractos alergénicos. Los extractos alergénicos son el resultado final de un proceso
de fragmentación, dilución, filtración, purificación de proteínas, esterilización y
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LUIS PALACIOS COLOM, MANUEL ALCÁNTARA VILLAR Y MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ MUÑOZ
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LUIS PALACIOS COLOM, MANUEL ALCÁNTARA VILLAR Y MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ MUÑOZ
Son las pruebas mas extendidas, habituales, seguras, sencillas y rápidas. Los Prick
test se utilizan para el diagnostico de las enfermedades alérgicas de tipo inme-
diato, es decir las mediadas por IgE.
La metodología consiste en depositar una gota del extracto del alérgeno la
cara anterior del antebrazo ( o en una zona de piel sana ), y se hace una ligera pun-
ción con una lanceta a través de la gota del extracto y la capa más externa de la piel
(epidermis). Con esta punción el extracto penetra y contacta directamente con las
células responsables de las reacciones alérgicas, los mastocitos. Si el paciente está
sensibilizado, los mastocitos reaccionan, liberando unas sustancias que producen
inflamación, lo que se traduce en la aparición de una roncha o habón, rodeada de
un eritema (piel roja). Esta respuesta se inicia en pocos minutos, y es máxima a
los 15 o 20 minutos, para ir cediendo a lo largo de las horas.
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LUIS PALACIOS COLOM, MANUEL ALCÁNTARA VILLAR Y MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ MUÑOZ
Una variante del prick test cuando estos se realizan con la sustancia natural se
denomina Prick prick. Generalmente los Prick prick se realizan con alimentos por
no disponer de extractos de calidad, además tienen una sensibilidad mayor que
la que efectuamos con el extracto alergénico y tienen mayor concordancia con las
pruebas de provocación a alimentos.
De forma general con las pruebas de prick es suficiente para detectar la mayoría
de los casos de hipersensibilidad inmediata mediada por IgE. No obstante, para
alérgenos como fármacos, veneno de himenópteros (abeja y avispa), o en personas
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LUIS PALACIOS COLOM, MANUEL ALCÁNTARA VILLAR Y MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ MUÑOZ
con una sensibilización débil, es necesario la realización de pruebas con mayor sen-
sibilidad. En estos casos, se recomienda hacer pruebas intradérmicas. Para su rea-
lización se inyecta el extracto (a una concentración determinada dependiente de
cada extracto) en la dermis del paciente dejando un depósito intermedio. Se pro-
cede a la lectura de forma similar a como se hace en el prick (a los 15-20 minutos).
La intradermorreacción sirve también para investigar la hipersensibilidad de
tipo tardío (IV), si bien para este caso habrá que hacer una nueva lectura a las 24,
48 e incluso 96 horas. La prueba intradérmica tiene mayor complejidad, mayor
coste y laboriosidad, por todas estas razones tiene mas riesgo de falsos positivos
y al poner mas cantidad de alérgeno en contacto con el paciente tiene un mayor
riesgo de provocar reacciones alérgicas generalizadas en personas muy sensibles.
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epicutáneas son solo rentables en pacientes con una clara sospecha de dermati-
tis alérgica de contacto y solo si se utilizan sustancias relevantes en relación con
el problema descrito. Como en el resto de pruebas cutáneas en alergología para
una correcta interpretación de los resultados es fundamental su correlación con
la historia clínica y la experiencia del profesional que indica, realiza e interpreta
la prueba.
Las pruebas cutáneas son un método diagnóstico muy sensible y también con una
especificidad elevada. Aunque pueden parecer sencillas en general las pruebas cu-
táneas requieren de personal entrenado para su realización, de extractos de cali-
dad, y de una experiencia para su indicación e interpretación.
Una prueba cutánea por si sola no es diagnóstica de ninguna enfermedad,
tan solo indica sensibilización que habrá que poner en relación con una historia
clínica concluyente. Las pruebas cutáneas tampoco son predictivas de la aparición
de enfermedad, por lo que no se deben utilizar con tal fin, no se deben tomar de-
cisiones basándose solo en las pruebas cutáneas sin una historia clínica que nos
apoye. Algunos estudio resaltan que con los prick test y las pruebas de parche
hasta un 10% de los pacientes presenta pruebas positivas, es decir sensibilización,
asintomáticas o sin relevancia clínica. Fenómenos como la reactividad cruzada
también pueden dar lugar a resultados falsos positivos en las pruebas cutáneas.
Cuando existe discordancia entre el resultado de las pruebas cutáneas y la
historia clínica tendremos que confirmar o descartar los resultados con los test de
exposición, si no están contraindicados, que son la prueba definitiva de referencia
para el diagnóstico de las enfermedades alérgicas.
3. Inmunoglobulina E (IgE)
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LUIS PALACIOS COLOM, MANUEL ALCÁNTARA VILLAR Y MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ MUÑOZ
Sus niveles suelen estar elevados en pacientes alérgicos pero también en personas
con otras patologías como son infecciones por parásitos, inmunodeficiencias, en-
fermedades reumatológicas, neoplasias (especialmente hematológicas).
Aunque los niveles elevados de IgE sérica total se asocian con más frecuencia
a enfermedades atópicas, de forma global los estudios muestran que la determina-
ción de IgE sérica total tiene un valor limitado como método de cribado para las
enfermedades alérgicas. Aparte de algunas enfermedades ya comentadas, la edad,
la atopia, el sexo, el hábito tabáquico, el consumo de alcohol, la raza, la genética y
el estado inmunológico pueden afectar a los niveles de IgE total mostrando nive-
les elevados. En la tabla 5 se muestran ejemplos de enfermedades que cursan con
IgE total levada. Además los niveles elevados de IgE no siempre indica patología
por lo tanto pueden existir niveles elevados en personas sanas.
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diagnostico, lo que si es típico es que exista una rápida progresión de los sínto-
mas y su gravedad.
Aunque cuando los síntomas cutáneos están presentes la sospecha clínica de
anafilaxia es relativamente sencilla, en ocasiones en las que estos síntomas no exis-
ten o son leves, o se produce tan solo el shock cardiovascular o respiratorio, no es
tan sencillo llegar al diagnóstico de anafilaxia. La lista de enfermedades de diag-
nóstico diferencial en estos casos es realmente amplia.
Conviene, por tanto, conocer que la determinación de las concentraciones
plasmáticas de histamina y de triptasa total pueden apoyar el diagnóstico de ana-
filaxia en casos en los que el diagnóstico clínico es dudoso. Hay que dejar claro
que en casos como la anafilaxia por alimentos, en anafilaxias donde no existe hi-
potensión y en anafilaxias en niños estos valores pueden permanecer no aumen-
tados a pesar de estar ante una verdadera anafilaxia.
La histamina en sangre se eleva alcanzando un pico a los 10-15 minutos,
coincidiendo con el inicio de los síntomas, que descenderá alrededor de los 60
debido a un rápido metabolismo. Esta velocidad en su degradación condicionara
que, aunque útil, no sea la mejor prueba de laboratorio de anafilaxia para apo-
yarnos, generalmente cunando procedemos a su determinación sus valores ya se
han normalizado.
La medición de la triptasa sérica es la prueba más útil para el diagnóstico de
anafilaxia. Debería de solicitarse de forma rutinaria siempre ante la sospecha de
anafilaxia independientemente de la causa. Su determinación se realiza de forma
similar a la de una curva de enzimas cardiacas en el síndrome coronario agudo.
Deben extraerse muestras entre los 15 minutos y las primeras 3 horas después del
inicio de los síntomas. Para mejorar la sensibilidad y especificidad se aconseja ex-
traer tres muestras: la primera tras la instauración del tratamiento, la segunda a
aproximadamente a las 2 horas y una tercera alrededor de las 24 horas con el fin
de establecer unos valores basales del paciente (Los valores se normalizan entre las
6 y 9 horas). Aunque en la mayoría de centros se considera 11,4 ng/ml el punto
de corte para considerar la triptasa basal elevada, una elevación por encima de dos
veces el basal del paciente es lo que realmente se ha considerado es indicativo de
anafilaxia. Los lactantes pueden tener valores altos sin ser patológicos y en medi-
cina legal su medición esta indicada para estudios post mortem.
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Las reacciones del tipo IV se clasifican en cuatro subtipos intentando dar res-
puesta a diferentes patrones clínicos sobre todo en relación a las reacciones por
fármacos. Se exponen en la tabla 5.
6. Bibliografía
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CAPÍTULO 8
1. Definición
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Figura 1.
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2. Clasificación
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3. Fisiopatología
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5. Diagnóstico
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6. Factores desencadenantes
7. Tratamiento
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El consenso sigue siendo muy amplio, aunque con algunas diferencias en los
tratamientos de tercera línea, sobre todo en función de la disponibilidad o el ac-
ceso en cada país, a las nuevas terapias biológicas (1) (Figura 2).
* The EAAC/GA2LEN/EDF/WAO guideline for the definition, classification, diagnosis and management of urticaria.
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7.1. Antihistamínicos
7.2. Corticoides
7.3. Omalizumab
7.4. Ciclosporina
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Otras alternativas farmacológicas están basadas en ensayos clínicos con nivel bajo
de evidencia (doxepina, hidroxicloroquina, nifedipino, warfarina), ensayos no
controlados o series de casos (metotrexato, dapsona, sulfasalazina, colchicina, in-
munoglobulinas i.v., micofenolato mofetilo, interferón, fototerapia, plasmafére-
sis, hormona tiroidea…), muchos de ellos difíciles de manejar y asociados a veces
a efectos secundarios importantes, por tanto no se puede recomendar su uso de
forma generalizada.
8. Urticarias inducibles
8.1. Dermografismo
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Figura 3.
8.2. Urticaria por frío
La urticaria por frío, “a frigore”, se produce a los pocos minutos del contacto con
líquidos, sólidos o aire a bajas temperaturas. Representa un 3-5% del total de ur-
ticarias inducibles. Se suele presentar en adultos jóvenes y suele durar una media
de entre 5 y 10 años. Se diagnostica por la historia clínica, una prueba del cu-
bito de hielo positiva y la ausencia de una enfermedad sistémica asociada. Se ha
descrito una clara relación entre la intensidad de los síntomas y el tiempo de la-
tencia de la prueba de provocación con hielo. A mayor velocidad de la respuesta
a la prueba, mayor riesgo de presentar manifestaciones sistémicas. Puede cursar
con hipotensión, síncope y otros síntomas de reacción alérgica grave, por lo que a
veces puede ser muy peligroso la inmersión total del cuerpo en agua fría.
El llamado Temp-Test® permite aplicar en la piel del antebrazo diferentes
temperaturas (de 4 a 26°C) y así detectar la temperatura umbral crítica, a partir
de la cual el paciente comienza a tener reacción (Figura 4). Ello nos puede orien-
tar sobre la gravedad de la urticaria y/o respuesta a la medicación.
Los pacientes presentan, en la zona donde se ha ejercido presión sostenida sobre la piel,
entre 30 minutos y 6 horas después, eritema y edema, mal delimitado, doloroso y li-
geramente pruriginoso. Las lesiones suelen aparecer en la zona de contacto previo con
superficies duras como, por ejemplo, en las plantas o glúteos, tras caminatas o perma-
nencias de pie o sentado, cargar peso con las manos o en zonas de ropas ajustadas.
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Figura 4.
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Figura 5.
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está relacionado con la inhibición de la COX-1, ya que los pacientes con este tipo
de reacciones presentan síntomas con la primera dosis de un determinado AINE
y a los AINES inhibidores de la COX-1 estructuralmente diferentes. Además,
tales pacientes generalmente toleran los AINES altamente selectivos que inhiben
la COX-2 (p. ej., celecoxib)
El diagnóstico de la Urticaria aguda de causa alérgica, se establece mediante
la corroboración de una historia clínica, consistente con una reacción de hiper-
sensibilidad inmediata que ocurre en breve (por lo general en minutos y sin duda
no más de 1 hora después de la exposición) y el uso de pruebas cutáneas, niveles
de IgE específicos y, si es necesario prueba de reexposición. Es importante confir-
mar un diagnóstico de alergia, en las urticarias agudas, para evitar el falso etique-
tado de alergia en niños que no lo son.
En cuanto a la urticaria crónica en niños, los datos epidemiológicos son esca-
sos y con un amplio rango (6.7 +/- 4.7 años) de edad en el inicio de la sintomato-
logía. El 80% de los casos suelen ser espontáneas y alrededor del 20% inducibles
y de ellas la mayoría son dermografismo, por frio o colinérgicas. Hasta la cuarta
parte de los pacientes, presentan síntomas de angioedema asociados.
La prevalencia de Urticaria a frigore en niños, puede variar de acuerdo con la
latitud, siendo más frecuente en localizaciones con temperaturas bajas durante el
invierno. Junto a la evitación de la exposición a frío, los antihistamínicos no se-
dantes deben administrarse diariamente aunque en algunos casos podría ser sufi-
ciente su uso de forma previa a la exposición. Debido a que la urticaria por frío
puede estar asociada síntomas sistémicos y reacciones que pongan en peligro la
vida, (p. ej., al nadar sin supervisión en agua fría), se podría considerar la prescrip-
ción de un auto-inyector de adrenalina (14).
La urticaria colinérgica afecta entre un 2,2% y 6.5% de los niños diagnosti-
cados de urticaria crónica inducible. Se caracteriza por el desarrollo de ronchas de
muy pequeño tamaño y prurito intenso en condiciones asociadas con aumento
de temperatura. Esta forma de urticaria es más común en adolescentes y especial-
mente en aquellos con atopia. Disminuir el grado de ejercicio, y la exposición a
la temperatura es obviamente la primera medida a adoptar aunque en los niños
pequeños, así como en los adolescentes que participan es deportes regularmente
pude ser difícil de llevar a la práctica.
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irritabilidad y otros efectos sobre el SNC. Loratadina y cetirizina son los antihis-
tamínicos H1 recomendados.
Los corticoides en pacientes embarazadas deben considerarse con la mínima
dosis y tiempo posible tanto por el riesgo potencial sobre el feto, aunque bajo, de
malformaciones congénitas en el primer trimestre, como por el riesgo de insufi-
ciencia adrenal neonatal o el impacto en el bajo peso. Durante la lactancia, los
corticoides alcanzan bajos niveles en la leche materna y se considera que tienen
un buen perfil de seguridad para el lactante.
El uso de omalizumab en el embarazo ha demostrado ser seguro y hasta la
fecha no hay indicios de teratogenicidad (15). Por su parte, la ciclosporina, aun-
que no es teratogénica, es embriotóxica en modelos animales y se asocia con parto
prematuro y bajo peso al nacimiento en humanos.
10. Bibliografia
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SOBRE LOS AUTORES
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SOBRE LOS AUTORES
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J. FERNANDO FLORIDO LÓPEZ, Mª
SOBRE
JOSÉLOS
ROJAS
AUTORES
VÍLCHEZ Y JULIÁN LÓPEZ CABALLERO
Joaquín Quiralte Enríquez
Doctor en Medicina y Cirugía. Especialista en Alergología. Actualmente desem-
peña su actividad profesional como Jefe de Sección de Alergología (Certificación
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SOBRE LOS AUTORES
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SOBRE
JOSÉLOS
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AUTORES
VÍLCHEZ Y JULIÁN LÓPEZ CABALLERO
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SOBRE LOS AUTORES
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