2015 TGP LaGreciamicenica
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2015 TGP LaGreciamicenica
La Grecia micénica
por la guerra
oriental durante este periodo. Nótense los escudos con escotadura, el empleo de grebas y corazas, así como de cascos
decorados con cuernos. Estos últimos los veremos en torno a un siglo más tarde empleados por los denominados
Pueblos del mar, grupos migratorios de origen incierto –quizá en parte egeo– que asolaron las costas del
Mediterráneo con ocasión de la Crisis del 1200 a. C. [véase el artículo de G. Middleton en este mismo número]. Es
probable que la escena aquí narrada les fuera familiar a los usuarios de la pieza y es un indicio más del gran pro-
tagonismo de la guerra en el mundo micénico. Museo Arqueológico Nacional de Atenas.
por omas G. Palaima –University of Texas at austin claramente definido: ne-do-wo-ta-de (“al río nedwōn”). este río
recorre, hoy en día, 17 km desde la vertiente occidental del
¡Que al menos no peRezCa sin esfueRzo y sin gloRia, monte taigeto en mesenia oriental hasta el mar en la actual po-
sino tRas una pRoeza Cuya fama llegue a los blación de Kalamata.
hombRes futuRos! (homeRo, Ilíada XXii.304). la mencionada pintura mural de la sala 64 podría responder
a este fenómeno y celebrar una victoria militar obtenida bajo la
a
quellos a quienes hoy denominamos “antiguos griegos”, dirección del lāwāge(r)tās. estaría a la vista de los invitados que,
tanto de época histórica como prehistórica, eran ple- con ocasión de un banquete celebrado en el palacio, lo verían y
namente conscientes de los peligros e inevitabilidad de se asombrarían del poder militar del lāwāge(r)tās micénico.
la guerra. los dos poemas que definían su cultura y valores, la uno de los pasajes más antiguos de la Ilíada es Vii.166. Con-
Ilíada (15 693 versos) y la Odisea (12 110 versos), eran el pro- forme a su estilo (Ur-form) podemos datarlo en el s. XV a. C. hace
ducto final de una tradición secular consistente en recitar estos referencia a meríones, el Waffengefährte (“compañero de armas”)
versos en todo evento público de importancia, como por ejemplo lar al epíteto homérico poimēn lāōn (“pastor de los combatien- de idomeneo, comandante a su vez del contingente cretense en
un festival religioso o banquete comunitario sufragado por el rey tes”) del lāwos (los combatientes masculinos adultos). troya. en este pasaje, el rapsoda indica que meríones es “émulo
u otros. los banquetes se documentan con claridad en las tablillas el mencionado fresco representa una escena de combate entre del homicida enialio”; este segundo personaje tiene un nombre
escritas en lineal b, empleadas en aquel entonces (ca. 1400-1200 tropas (ver imagen en pág. 23 de este mismo artículo), algunas de no indoeuropeo e idéntico al de un dios cretense de la guerra que,
a. C.) para guardar un registro de toda la contabilidad de palacio. las cuales aparecen equipadas con armaduras de gran calidad téc- en época histórica, se asocia como epíteto al dios ares (el principal
merced a las pinturas al fresco, las urnas funerarias de arcilla (lar- nica. las tropas “palaciegas” aparecen combatiendo en torno a un dios de la guerra en época homérica y posterior). la expresión
nakes), la evidencia arqueológica y la mención de “tañedores de río contra unos “hombres primitivos” carentes de armadura y ves- “homicida” que leemos aquí hubo de ser ajustada para acomo-
lira” (ru-ra-ta-e) en las tablillas de tebas, sabemos que en estos tidos únicamente con pieles. las primeras visten grebas y cascos darse al verso, pues el propio idioma griego evolucionó notable-
eventos se transmitían y repetían los mitos heroicos, casi siempre de jabalí, faldellines que protegen la muy vulnerable zona de las mente durante el lapso de tiempo en que estos poemas fueron
guerreros, por medio del canto y de la música. ingles y los genitales, así como parte de los muslos. emplean es- recitados. y, para expresar la igualdad entre meríones y el dios de
en el fresco de la sala 64 del ala suroccidental del llamado padas “listas para ser ceñidas” (e-pi-zo-ta), y lanzas de gran calidad la guerra cretense, enialio, el poeta emplea un compuesto del tér-
palacio de néstor, en pilo, se representa uno de estos eventos. fabricadas en talleres dependientes del palacio. las lanzas que se mino talantos que comparte raíz con el término micénico
esta sala se ha identificado, con razonable funda- mencionan en los textos en lineal b son de dos tipos: dividuo. nada de lo que sorprenderse; las tropas de stalin, por ejem- tala[n]siā, que en las tablillas en lineal b sirve para aludir a una
mento, como propia del ra-wa-ke-ta (leído 1.- E-ke-a (leído enkheha), lanzas empleadas en el choque plo, iban sin armas a combatir a la Wehrmacht con la esperanza de asignación de materias primas distribuidas por el palacio entre
lāwāgetās), cuyo nombre se traduciría como cuerpo a cuerpo y descritas como *ka-ka-re-a poder hacerse con un arma del enemigo o del compañero caído. individuos o grupos, que adquieren, al recibirlas, la obligación de
“líder” (derivado de la raíz *ag-). alterna- (*khalkāreha), es decir, “unidas con bronce”. Dado que los ríos sirven a menudo como fronteras naturales, transformarlas en productos manufacturados. se trata, por tanto,
tivamente, tampoco podemos desesti- 2.- Pa-ta-ja (leído paltaia), “lanzas arrojadizas”. sus moha- la escena puede estar representando alguna acción por parte del de una metáfora de raigambre claramente micénica.
mar por completo la posibilidad de que rras (a3-ka-sa-ma) se fabricaban con bronce “reciclado palacio para someter a sus vecinos fronterizos. en apoyo de esta los poemas homéricos, así como otros géneros históricos de
se deba leer lāwagertās (“convocante”), de los templos”. hipótesis, contamos con la referencia en los textos en lineal b de ellos derivados –esquilo, por ejemplo, declara que sus tragedias,
en cuyo caso derivaría de la raíz *ager-, solo uno de los hombres “primitivos” de la escena blande espada, la ciudad de pilo a unos o-ka (pronunciado *orkhā), que se traduce en las que la guerra y el poder son protagonistas, no eran sino
que se traduce como pastoreo, en este lo que sugiere que, o bien se trata de un error del artista, o del robo como “destacamentos” o “unidades militares de mando”. De un “migajas del banquete de homero”– ofrecían un modelo de com-
caso de carácter militar, de forma simi- de una espada palacial *pa-ka-no (phasganon) por parte de este in- corpus de más de 5000 tablillas, únicamente cinco de ellas men- portamiento –para hombres, mujeres y niños– que remitía insis-
Figura de marfil tallado que representa a un VARÓN TOCADO CON CASCO DE COLMILLOS DE JABALÍ, hallada en la acrópolis de Micenas. El protagonismo
cionan esta palabra. asimismo, la palabra e-pi-ko-wo (“los que ob-
t
tentemente al contexto de la guerra. la Ilíada y la Odisea dejaban
social de este animal se testimonia en la poesía griega de siglos posteriores, y es probable que tenga su origen en la cultura micénica. Así, en la servan”), que aparece en el encabezamiento de la primera tablilla, bien claro lo que la guerra exigía de cada miembro de la sociedad,
Odisea (XIX.450 y ss.) leemos: “Salió [el jabalí] de las frondas a su encuentro, erizadas las cerdas, los ojos en llamas; […] y Ulises, primero de todos, señala el emplazamiento de 800 hombres a modo de centinelas a de sus líderes tanto militares como políticos, de sus soldados y
se lanzó levantado la pica en su mano robusta deseoso de herirle, mas antes la fiera, de flanco, le alcanzaba en el muslo. Gran trozo de carne en
© Carlos de la Rocha
sus dientes […] arrancada le llevó, mas Ulises a su vez le acertó en el costado derecho: la punta de la lanza brillante salió al otro lado, la bestia
lo largo de la costa y fronteras del Reino de pilo. de su población civil. la épica sirve también para tomar concien-
sobre el polvo bramando cayó y escapósele el alma”. Lo interesante de este episodio es que antes del mismo Ulises es descrito como un niño, a
estas tropas se dividen en contingentes de entre 10 y 110 cia de los efectos que la guerra tiene, a largo plazo, sobre los gru-
quien su abuela besa y abraza, pero una vez acaecido se le define como un hombre (XIX.523). Se trata, con toda claridad, de un ritual de paso,
hombres acompañados por lo que interpretamos como sus “mo- pos étnicos, las comunidades, los clanes, las familias y personas.
imprescindible para mutar de la condición de niño a la de adulto, tanto más entre los aristócratas. Además, la belicosa sociedad micénica se dotaba vilizadores” (e-qe-ta). el destino de uno de esos grupos aparece los griegos de época histórica, no lo olvidemos, pensaban que la
de una aristocracia igualmente belicosa, para quienes la caza del jabalí debió de servir de entrenamiento para la labor que se esperaba de ellos: la
guerra. Museo Arqueológico de Micenas.
Fresco
micénico hallado en la sala 64 del palacio de Pilo que representa una ESCENA
22 DESPERTA FERRO DE BATALLA en torno al cauce de un río. Los guerreros de una de las facciones visten
cascos de colmillos de jabalí; la opuesta carece de cualquier tipo de armadura. En otro
punto de este mismo fresco (aquí no visible) los guerreros aparecen ataviados con
simples pieles, lo que probablemente sirva para identificar a un enemigo al que se le
guerra era el estado natural de la vida civilizada, y que la paz era dican a consignar transacciones económicas y la fabricación de atribuyen rasgos de primitivismo y barbarie, por oposición a la civilización que representa
un mero respiro entre dos guerras, un alejamiento de la norma. objetos, entre ellos las propias armas. guardan una contabilidad el Estado palacial y sus huestes bien equipadas.
los textos en lineal b y la cultura micénica en su conjunto pare- de todo lo relevante en aquel momento, poco antes o poco des-
cen haber sido de la misma opinión. pués del momento de escribirse. los únicos casos de alusiones de la negación (del latín “no amigo”: in-amicus), el término
si los griegos de época histórica hubieran descubierto y a periodos lejanos que hallamos en las tablillas son aquellas en griego para indicar al enemigo (polemioi) es en cambio afir-
sido capaces de leer las tablillas en lineal b, empleadas por las las que se citan los nombres de los meses o los festivales, y aque- mativo, y se traduce como “aquellos relacionados con la gue-
élites gobernantes de las ciudades fortificadas de tirinte, mi- llas en las que aparecen cláusulas temporales [bajo la expresión rra”. De ello parece deducirse que los hablantes de griego
cenas, argos, midea, gla y atenas, cuyas contundentes mura- o-te (hote) o “cuando…”] como en aquellos casos en los que se entendían que el espíritu de la guerra era omnipresente y que
llas ciclópeas eran aún parcialmente visibles en época histórica, especifica la fecha de reunión de un gobernador local o de los nadie escapaba a ello.
no se habrían sorprendido al ver la cantidad de materiales, re- ancianos de un lugar. en las tablillas en lineal b los nombres propios suponen un
cursos y personas dedicados al ámbito militar. las mencionadas palabras polemos y makhā son, a todas 70-80% del total de palabras, y en ellos se refleja la enorme im-
mi intención aquí es mostrar la impresión que proporcionan luces, de origen no indoeuropeo, lo que significa que los hablan- portancia que tenía la ideología de la guerra. es preciso com-
estos documentos del enorme grado en que la guerra y lo bélico tes de griego hubieron de adoptar estos términos de aquellos prender, antes de nada, la relevancia de dar a un niño uno u otro
permearon las comunidades humanas en el mundo micénico. las pueblos con los que entraron en contacto a su llegada al mar nombre, sobre todo en una sociedad que –al menos en época
propias herramientas de guerra son analizadas aparte (véase el egeo. en el caso de polemos, la hipótesis más fundamentada histórica– no esperaba recibir recompensa alguna en ultra-
artículo de Dan howard, en este mismo número), baste para nos- apunta a que procede de una raíz verbal cuyo significado es “agi- tumba, ni siquiera para quienes hubieran tenido las vidas más
otros señalar que la preocupación de los palacios micénicos por tar”, y su forma pasiva “temblar”. De este modo, la guerra recibi- brillantes. se comprende, por tanto, que aquellos que hubieran
la industria bélica era enorme, tal y como demuestran el gran nú- ría su nombre por su cualidad de generar miedo y terror. sea sido guerreros persiguieran la klewos aphthiton (“fama impere-
mero de referencias en las tablillas en lineal b a los carros de gue- como fuere, no todos los especialistas defienden esta interpre- cedera”), obtenida mediante la demostración de la areté (“exce-
rra (y a sus ruedas), el instrumento bélico más avanzado de su tación. lencia”) en el combate, en defensa de su familia y comunidad.
momento y el más difícil de fabricar y mantener. solo en Cnoso por su parte, la palabra “paz” (eirānā) parece ser –a juzgar también se perseguía la continuación del nombre en los hijos y
se mencionan, directa o indirectamente, unos 500-600 carros, y por su terminación y por su empleo en dialectos de época pos- nietos.
en pilo otros 120. en tablillas de tirinte y Khania se alude a rue- terior– lo que se conoce como “préstamo”, es decir, una palabra De los muchos nombres documentados en las tablillas, los si-
das de carro y armaduras (la tablilla sq1 menciona hasta 10 pares que igualmente procedería de las lenguas indígenas del egeo guientes aluden al mundo militar o a sus conceptos (señalo las con-
de ruedas de carro). con anterioridad al pueblo griego. el mismo sufijo aparece en notaciones militares de estos nombres, tal y como confirman la
no ha de sorprendernos la ausencia de alusiones explícitas topónimos pre-griegos de athānā y Mukānā. Ilíada y la Odisea, embebidos ambos de contenido militar): klewos
a la guerra en las tablillas de lineal b, donde no hallamos la pa- De modo que las palabras “guerra” y “paz” proceden, con (“fama en la guerra, gloria en el combate”), lāwos (“contingente de aparece en distintas tablillas bajo los nombres de Makhātās (“ha-
labra polemos (“guerra”) ni su variante ptolemos, ni tampoco la toda probabilidad, de las culturas no griegas del egeo. y, a la hombres armados”), ptolemos (“guerra”), makhā (“batalla”), dāï- cedor de batallas”) y Makhāwōn (“provocador de batallas”), lo
palabra makhā (“batalla”). ello se debe a que las tablillas se de- inversa que con la palabra castellana “enemigo”, que procede (“abatir, matar; sustantivo derivado del dativo daï = “combate””), que sugiere que ambos nombres eran intercambiables o variantes
phonos (“asesinato, matanza”), sūlā (“arrebatar la armadura”), wīs de un mismo nombre común.
(“fuerza”), nes- (“regresar con vida del combate”), alk-/alek- (“re- el lāwos (o contingente de hombres armados para el combate)
peler, defender de un atacante”), men- (“resistir, mantenerse es, quizá, la palabra más reveladora del léxico micénico. el coman-
firme”), *sekh- (“dominar y controlar, sujetar, conservar”). dante supremo de las fuerzas armadas, el ya mencionado ra-wa-
las palabras empleadas por los griegos de época histórica ke-ta, lleva el título que lo designa como “líder” o “convocante”.
para referirse al ejército y al soldado (stratos y stratiōtās respec- los guerreros son, etimológicamente, aquellos que “caen” dentro
tivamente), así como guerra y paz, no aparecen mencionadas en del grupo así denominado, e incluyen a los extranjeros en el
tablilla micénica alguna. en los poemas homéricos la palabra cuerpo de ciudadanos adultos. en las tablillas concernientes al
stratiōtās no significa “soldado”, pero sí emplean stratos para re- servicio de estos inmigrantes como remeros en las naves, se les
ferirse a un contingente de tropas acantonado y diseminado. conoce como ki-ti-ta (“colonos”) y meta-ki-ti-ta (“colonos tardíos”,
tampoco hallamos el término lāwos, ya descrito, en las tablillas quizá por pertenecer a una segunda oleada de colonos enviados a
micénicas, pero sí lo encontramos formando parte del título del un nuevo territorio). una vez se había servido en el lāwos, no hay
líder supremo del ejército, el ra-wa-ke-ta. duda de que entrarían a formar parte del cuerpo de ciudadanos,
en las tablillas de pilo aparece un individuo llamado Europ- incluso aunque no disfrutaran de la totalidad de sus derechos. no
tolemos (“guerra abierta”), que posee esclavos y recibe una asig- sabemos cómo funcionaba el concepto de ciudadanía en el mundo
nación de grano (del palacio). otro personaje, de nombre micénico, pero sin duda debió de existir.
Ptolemātās (“hacedor de guerras”) es armero a tiempo parcial y se entiende por tanto que un número relativamente amplio de
recibe 8 kg de bronce (del palacio). entre los herreros conoce- individuos integre la raíz lāwo- en su propio nombre. entre ellos
mos otro caso curioso: en las tablillas que enumeran a aquellos podemos citar lāwokestās (“quien dispone el lāwos en formación
que han recibido su tala[n]siā de bronce, el mismo individuo de combate”), integrado por *kes- y el sustantivo kosmos (“orden”).
Fresco parietal de la acrópolis de Micenas con la imagen de un ESCUDO EN FORMA DE OCHO, una de las armas defensivas más llamativas de la cultura micénica. Se formaba, Detalle
del ritón de plata hallado en la tumba IV del Círculo A de Micenas, datado en torno al s. XVI a. C. En él se aprecia una ESCENA DE ASEDIO de una población, o combate
aparentemente, con una o varias capas de piel bovina estiradas en torno a un marco en forma de ocho, quizá dotado también de una base de mimbre, y reforzado todo ello por frente a la misma, episodio en el que quizá participara el difunto y en honor al cual se habría producido originalmente la pieza. Arriba a la derecha vemos lienzos de muralla desde
un nervio longitudinal de madera (lo que los romanos denominarían spina) visible al exterior. Quizá la descripción del escudo de Sarpedón aluda a algo semejante cuando indica que cuya cima asoman figuras que parecen estar arrojando objetos a un enemigo no visible. A los pies de la muralla se aprecian dos hombres armados con lanzas y escudos rectangulares,
“en el interior había zurcido apretadas pieles bovinas con áureas varillas que las atravesaban en todo el contorno” (Ilíada XII.296). La elección de escudos para decoración de una arqueros y honderos. Estos últimos practican una forma de tiro que será característica de la Hélade y el Mediterráneo oriental en los siglos posteriores, en la que el hondero sostiene
pared quizá sea el reflejo de la costumbre de suspender los ejemplares físicos reales en torno a las estancias. Museo Arqueológico Nacional de Atenas. la bolsa con el proyectil en su mano izquierda y los cabos con la derecha, posición de partida antes de lanzar. Dado el limitado desarrollo de la poliorcética y la ausencia de armas
específicas, los asedios podrían ser muy prolongados, de hasta una década de dar crédito al mito troyano.
también lāwophorgwos (“quien alimenta al lāwos”); lāwosthios, ya se ha dicho, la posición exacta de los grupos de centinelas a lo
variante de lāwosthenēs (“quien tiene fuerza para o por el lāwos”); largo de la costa y fronteras de mesenia, y contienen los nombres más importante en lineal b hallado sar que la conexión entre ku-re-we y ke-ki-de consiste
w
agelāwos o arkhelāwos (“quien lidera el lāwos”); amphi-, Peri-, y de los comandantes, designados como hek etās (literalmente, hasta la fecha”. y, a pesar de todo, en que ambos aluden a grupos de personas de ra-
Meta-lāwos (“quien es flanqueado o acompañado por el lāwos”); “quien estimula a otros a que le sigan o acompañen”) que dirigen aún hoy día se resisten a ser satis- zonable autoridad y poder.
Ertilāwos (“quien incita al lāwos a actuar”); lāwodokos (“quien re- estas unidades del ejército de pilo. uno de estos comandantes es factoriamente interpretados, ha- la información consignada en las ta-
cibe al lāwos”), tal vez en el sentido de hospitalidad –compárese alektruwōn (“defensor, protector”), cuyo aristocrático patroní- biendo incluso un historiador blillas en lineal b corrobora que el
con el nombre de época histórica Ksenodokos (“quien recibe a ex- mico es Etewoklewehios (o hijo de *Etewoklewēs, cuyo nombre a próximo-oriental que ha propuesto que mundo micénico corresponde a algo si-
tranjeros o inmigrantes”). finalmente, y sintomático de la función su vez se traduce como “verdaderamente famoso en combate”). quizá ni siquiera tengan un significado milar a los dos periodos descritos por he-
de liderazgo, es Nehelāwos (“quien trae de vuelta a salvo al lāwos”). podemos también señalar la presencia de la raíz *men- en la militar. síodo como “edad de bronce” y “edad de
muy similar es el nombre Nestiānōr (“quien trae a los hombres de tradición mitológica griega, donde se comprueba en los dos hijos ahora bien, lo cierto es que el enca- los héroes”, ambos violentos y belicosos.
vuelta”). Compárese con el personaje homérico de Nestōr (“quien de atreo: agamemnon o agamenón (“extraordinariamente bezamiento de estos textos reza así: “De prepararse para la guerra, lucharla, de-
trae de vuelta”), un avezado rey curtido en la guerra que, habiendo firme” –o que motiva esto mismo entre sus tropas), y Menelāwos este modo los que observan (e-pi-ko-wo) fenderse y recuperarse de ella habría
conocido tres generaciones de combatientes, sabe cómo guiar a sus o menelao (“quien mantiene firmes a sus tropas”). similar a estos están guardando áreas sobre el mar”. los sido el pan de cada día de los habitan-
tropas con prudencia, traerlas de regreso a casa y establecer un es el nombre que leemos pintado sobre un contenedor de aceite: hombres aparecen mencionados en grupos de tes de los territorios de la grecia mi-
reino pacífico y duradero (Odisea iii.180 y ss.). areïmenēs (“quien se mantiene firme en la guerra”). el nombre 10 a 110 y asociados directa o indirectamente a cénica, y sustanciales a la historia de
a la inversa, otros nombres formados por la misma raíz ten- masculino de areios (“maldición de guerra” en el e-qe-ta (“movilizadores”), que son líderes militares. cada uno de los distintos estados que
drían una connotación negativa, al aludir en Viv
es sentido de maldición que cae sobre el enemigo el alto estatus de estos e-qe-ta se refleja en sus patronímicos la componían.
uisa
ar ía l
esta ocasión al lāwos del enemigo y no ©m
en forma de guerra) aparece como posesor de (que apenas aparecen mencionados en los textos en lineal b) y
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
al propio. así, lāwokhwonos (“quien un carro en una tablilla de Cnoso; y el patro- en el carácter marcial de sus nombres. los mencionados contin-
mata al lāwos”); lāwokhwontās nímico arehios o arēïos aparece en la tabli- gentes se disponen desde Kuparissia, en el extremo norte de me-
(“responsable de matar al lla an 656 de la guardia costera. el hijo senia, hasta tirminthōn ankos (“Valle de los terebintos”, Bennet, J.; Davis, J. L. (1999): “Making Mycenaeans: Warfare, Territorial
Expansion, and Representations of the Other in the Pylian Kingdom”,
Polemos, pp. 105-120.
lāwos”); y por encima de de este último es un reclutador de tro- correspondiente al yacimiento arqueológico de nichoria) y el
todos ellos, akhilleus (o pas cuyo nombre es, a su vez, otro pa- río neda, en el sureste de mesenia.
aquiles), variante de tronímico: Pēlekwhonios (“hijo de la mayoría de los nombres que designan a los grupos de guar- Chadwick, J. (1976): The Mycenaean World. Cambridge: Cambridge University
*akhilāwos, que se traduce quien mata a distancia”). das de la costa, tales como ku-re-we, ke-ki-de y pe-di-je-we, nos Press.
como “quien ocasiona penoso Quizá el más significativo de son aún inescrutables. son claramente nombres colectivos y quizá Laffineur, R. (ed.) (1999): Polemos. Le context guerrier en Égée à l’Âge du
sufrimiento –akhos, de donde entre todos los nombres propios aludan al origen étnico o al tipo de tropa. Pe-di-je-we probable- Bronze (Aegeaum 19), vols. 1- 2.
deriva la palabra inglesa ache documentados hasta la fecha mente deba leerse como pediēwes (“soldados de infantería”), hi- Palaima, T. G. (1999): “Mycenaean Militarism from a Textual Perspective”,
(“dolor”)– al lāwos”. otros sea el de E-ke-ra2-wo, que pótesis que confirma, además, el hecho de que la tablilla Va 1324 Polemos 2, pp. 367-378.
nombres en esta misma familia parece sustituir al wanaks enumere una serie de piezas de madera como “idóneas para la fa- Palmer, Leonard R. (1977): “War and Society in a Mycenaean Kingdom” en
semántica de violencia contra el (“gran rey”) en sendos tex- bricación de lanzas de infantería” [nde: donde la palabra infan- A. Chastagnol et al. (eds.), Armées et fiscalité dans le monde antique,
enemigo son: daïkhwontās (“quien tos de pilo (er 312 y un tería corresponde a pediēwes], en contraste con otras piezas pp. 35-62.
Ruipérez M. S.; Melena, J. L. (1990): Los griegos micénicos. Biblioteca
wh
mata en combate”); Pēlek ontās 718) alusivos a una particu- apropiadas para lanzas de combate cuerpo a cuerpo y ejes de
(“quien mata a distancia”); daïtrāros or lar fórmula de tenencia de tie- carro. la palabra ku-re-we quizá derive de kūros (“autoridad”), a Historia 16.
daïtlāros (“quien es ágil o persevera en el rras (temenos), fórmula que en su vez derivado del indoeuropeo *ḱeuh1- (“ensanchar, ser fuerte”), Schofield, L. (2007): The Mycenaeans. Oxford: Oxford University Press, pp.
combate”); y dos compuestos más con daï- época homérica y posterior se asocia al y podría designar un tipo de tropas de mayor eficacia. en cuanto 118-126.
Schon, R. (2007): “Chariots, Industry, and Elite Power at Pylos” en Galaty, M.L.;
que por el momento no somos capaces de in- ámbito religioso o de las grandes perso- a ke-ki-de, solo podemos proponer una posible asociación a la pa-
terpretar (se ha propuesto que aludan a los nalidades. la tradicional interpretación de labra pre-griega kerkos, que originariamente podría haber signi- Parkinson, W.A. (eds.), Rethinking Mycenaean Palaces (Cotsen Institute
conceptos de “empujar o apoyar” o bien “en- este nombre como Ekhe-lāwōn (“quien man- ficado “vara” o “bastón”, aunque con posterioridad servirá para of Archaeology Monograph 60), pp. 133-145.
tusiasmo por algo”). tiene seguro al lāwos –o triunfa sobre el lāwos ene- aludir a la lanzadera de un telar o a la cola de un animal. y, dado
nombres de este tipo que confirman nuestra impresión de una que aluda al ambiente militar: Enkhes-lauwōn (“quien disfruta –o sirve como emblema de poder y gobierno, no es descabellado pen-
sociedad en la que la violencia era omnipresente, y donde los pe- se hace– con la lanza”).
ligros, el poder y el conflicto formaban parte consciente e incons- Dada la importancia de la guerra en el contexto político y Thomas Palaima es profesor (armstrong Centennial professor) de Hria. Clásica y director del program in aegean
scripts and prehistory de la Universidad de Texas, austin. Ha sido premiado con una beca de investigación (macarthur
ciente de la mente del hombre micénico. el primero de ellos es socioeconómico de las élites de los palacios micénicos, leonard
fellowship) por su trabajo en los sistemas de escritura y textos del Egeo, y es doctor honoris causa por la Universidad de
Wīsulos (“quien despoja por la fuerza”). el segundo es una ex- palmer, uno de los primeros intérpretes de los textos en lineal
Uppsala, Suecia. En la actualidad imparte seminarios acerca de la respuesta humana a la guerra y la violencia –incluso
traña combinación de nombres documentada en las tablillas de b (por entonces recientemente descifrados), no exageraba al
a través de la música– tanto durante la antigüedad como hoy en día.
destacamentos, ya mencionadas. estas tablillas describen, como decir que los cinco textos o-ka eran “el documento histórico
LA GRECIA MICÉNICA.
UNA SOCIEDAD MARCADA POR LA GUERRA
por Thomas G. Palaima (University of Texas at Austin)
Bennet, J. (2011): “The Geography of the Mycenaean Kingdoms”, in Duhoux, Y. and Morpurgo Davies, A. eds., A Companion to Linear B. Louvain-La-
Neuve, vol. 2, pp. 137-168. Bennet nos ofrece un análisis detallado de lo que hasta la fecha se conoce acerca de la organización y distribución
territorial de los distintos estados palaciales. En las páginas 152-155 encontramos, además, información relevante referida a los textos o-ka.
Bennet, J. y Davis, J. L. (1999): “Making Mycenaeans: Warfare, Territorial Expansion, and Representations of the Other in the Pylian Kingdom”, en
Laffineur, R. (ed.) Polemos, pp. 105-120. Bennet y Davis reconstruyen la evidencia de cómo el edificio suroeste de Pilo y su iconografía encajan
bien en la hipótesis del funcionamiento del poder palaciego en el territorio gobernado por Pilo durante el s. XIII a. C.
Bernabé, A. y Luján, E. R. (2006): Introducción al Griego Micénico. Universidad de Zaragoza, pp. 252-254. Bernabé y Luján incluyen una breve serie
de ejemplos de guardas costeras en el contexto del análisis completo de lo que los textos en Lineal B muestran acerca del lenguaje griego
entre los años 1400 y 1200 a. C.
Chadwick, J. (1976): The Mycenaean World, pp. 159-179. Aunque antiguo, sigue siendo un libro muy útil, particularmente en cuanto a armas y mundo
militar, con algunos elementos muy especulativos, diríamos románticos, en cuanto a la reconstrucción del empleo de los guardas costeros
como respuesta a una amenaza desde el mar que condujo a la destrucción del palacio de Néstor y de la sociedad en su conjunto. Véase Risch
(1958) para contrastar esto con la hipótesis anterior que responsabilizaba de la crisis a los dorios.
Driessen, J. (1995): “The Arsenal of Knossos (Crete) and Mycenaean Chariot Forces”, en Lodewijckx, M. (ed.) Archaeological and Historical Aspects
of West-European Societies, Acta Archaeologica Lovaniensia, Monographiae 8, Leuven, pp. 481-498. Este es el mejor y más completo, aunque
sucinto, trabajo dedicado a los textos que tratan acerca de las armas en Cnoso. Driessen es muy cauteloso a la hora de estimar la cuantía de
carros de guerra y otras armas (tales como corazas o caballos) a partir de la denominada “Sala de las tablillas de carros”. La comparación
de estos textos con los arsenales de otros reinos de Asia Menor y de Oriente Medio es particularmente interesante. Véase Uchitel (1984) para
el empleo de conjuntos de textos de Oriente Medio como ejemplo para comprender las tablillas o-ka.
García Ramón, J. L. (2011): “Mycenaean Onomastics”, en Duhoux, Y. y Morpurgo Davies, A. (eds.), A Companion to Linear B. Louvain-La-Neuve, vol. 2,
pp. 213-252. El mejor inventario general de tablillas Lineal B para el estudio de los nombres propios y topónimos en el periodo (más de 200
nombres personales y ca. 400 topónimos, así como algunos nombres de dioses, tales como Enualios), algunos de los cuales se han analizado
en el artículo de Desperta Ferro.
Killen, J. T. (2007): “’Followers’ and ‘Watchers’ at Pylos and Knossos”, en Alram-Stern, E. and Nightingale, G. (eds.), The Formation of Elites and Elitist
Lifestyles from Mycenaean Palatial Times to the Homeric Period, Vienna, pp. 263-267. Killen trata, de forma controvertida, un fragmento de
texto hallado en Cnoso (As 4493) y defiende que su vocabulario es muy similar al de los textos o-ka de Pilo. Y, por lo mismo, suscita la pregunta
de si los textos de Pilo dedicados a los o-ka y a los remeros responden a un momento de gran crisis, de emergencia, o son parte del día a día
de la defensa costera frente a los piratas o invasores.
Laffineur, R. (ed.) (1999): Polemos. Le context guerrier en Égée à l’Âge du Bronze (Aegeaum 19: 1999) vols. 1- 2. Una magnífica colección de artículos
acerca de la guerra redactados por especialistas en muchas áreas distintas de la Prehistoria del Egeo. La mayoría de los artículos resultan
comprensible al público no especializado.
Lang, M. L. (1990): “The oka Tablets Again”, Kadmos 29, pp. 113-125. Lang estudia los agrupamientos de tropas o-ka y sus conexiones con la toponimia,
argumentando a través del análisis detallado que los términos repetidos ke-ki-de (8 veces), ko-ro-ku-ra-i-jo (5x), o-ka-ra/ra3 (4x), ku-re-we
(3x), i-wa-so (3x) y u-ru-pi-ja-jo (3x) nombran a los distintos tipos o categorías de tropas que formaban estas unidades o-ka. Además, cada
unidad viene señalada por adjetivos étnicos. Lang propone un nuevo esquema de organización de los textos cuyo resultado es la concentración
de las defensas en las costas más cercanas al palacio de Pilo.
Monks, S. (2000): “The Aegean”, chapter six of Richard Osgood, Sarah Monks and Judith Toms, Bronze Age Warfare, Sutton Publishing UK”, pp. 115-
137. Monks presenta un excelente panorama de las evidencias de guerra y otros aspectos militares a través del análisis de los patrones de
asentamiento, formas de enterramiento, paleopatología (heridas vistas en los esqueletos), armas e iconografía (el libro está de hecho dotado
de muchas ilustraciones). Se resumen, además, todos los testimonios de armas que podemos ver en los textos en Lineal B. Las conclusiones
tienen en cuenta el ethos militar de los poemas homéricos.
Mühlestein, H. (1983): “Nochmals zu den oka-Tafeln von Pylos,” en Heubeck, A. and Neumann, G. (eds.), Res Mycenaeae, Göttingen, pp. 311-327. Una
reconstrucción muy detallada de las tablillas o-ka, analizadas en conjunto, y un intento de entender cómo funcionaría, desde el punto de vista
organizativo, la distribución de estas tropas. Véanse especialmente las pp. 312-315. Mühlestein analiza las interpretaciones alternativas del
término o-ka, no solo desde el punto de vista lingüístico, sino también conforme a la lógica o falta de lógica del número de tropas empleadas.
Palaima, T. G. (1995): “The Last Days of the Pylos Polity,” en Laffineur, R. and Niemeier, W. D. eds., Politeia: Society and State in the Aegean Bronze
Age (Liège and Austin, 1995) 623-633. Un análisis detallado de las tablillas y documentos de Pilo que permiten dudar de la hipótesis del “estado
de emergencia” que otros autores han propuesto como explicación de los textos o-ka, y otros.
Palaima, T. G. (1999): “Mycenaean Militarism from a Textual Perspective”, in Polemos (1999) vol. 2, pp. 367-378. Un análisis de la nomenclatura,
onomástica y vocabularios micénicos relacionados con el equipamiento militar, así como títulos militares y grupos, en comparación con la evi-
dencia homérica, siglos posterior.
Palmer, L. R. (1956): “Notes on the Personnel of the O-KA Tablets (Pylos 1952)”, Eranos 54, pp. 1-13. Asumiendo la alusión de estos textos a una
“guardia costera”, Palmer analiza los nombres de los individuos y señala algunos elementos llamativos, tales como el hecho de que en la
tradición posterior Klumenos es el nombre propio del suegro de Néstor (Odisea III.452), y que Orestas es el hijo de Agamenón (Ilíada IX.142 y
284), un “fustigador de caballos” o un auriga que perece a manos de Héctor (Ilíada V.705), o un troyano (Ilíada XII.129 y 193). Por su parte, Deu-
calión significa “meritorio, respetable” en micénico.
Palmer, L. R. (1977): “War and Society in a Mycenaean Kingdom,” en Chastagnol, A. et al. (eds.), Armées et fiscalité dans le monde antique, pp. 35-
62. Como el propio autor declara, este artículo está dedicado especialmente al estudio de la estructura económica y social, así como el aparato
institucional, en los que se apoyaba el esfuerzo bélico, tal y como se puede ver en las tablillas Lineal B de Pilo que tratan temas de preparación
militar como los textos o-ka y los ereta (de temática naval estos últimos), preparaciones de defensa frente a un eventual ataque por mal.
Risch, E. (1958): “L’Interpretation de la série des tablettes caractérisées par le mot O-KA (PY An 519, 654, 656, 657, 661)” Athenaeum 46, pp. 334-
359. Este trabajo corresponde a las primeras hipótesis publicadas acerca de las tablillas o-ka. Risch analiza el trabajo de Mühlestein, Palmer,
Ventris y Chadwick, así como otros, y concluye señalando los logros, pero también las limitaciones, del empleo del método “combinatorio” o
“interno” que estudia el modo en que las palabras, frases y estructura general del texto funcionan en un conjunto específico de textos (en este
caso cinco textos alusivos a contingentes o-ka), así como su relación con los contenidos de otras tablillas. Los principales textos no pertene-
cientes al conjunto o-ka son: (1) Cn 3 que refiere el envoi de un buey, en relación con cinco hombres, todos ellos enumerados en las tablillas o-
ka, así como cinco topónimos (véase Lang 1990, p. 113 para correspondencias) así como un di-wi-je-u que también aparece en las tablillas o-ka;
y, finalmente (2) textos relativos a la propiedad de tierras, como Aq 64 y 218. Risch enfatiza la importancia histórica de estas cinco tablillas,
viéndolas de forma conjunta como “un documento de l’organisation militaire du royaume de Pylos”. También menciona la antigua hipótesis que
asocia estas tablillas con las preparaciones de guerra para defenderse de la “invasión doria” (o de los dorios), su posible alusión a etnias aso-
ciadas con el área de Olimpia (u-ru-pi-ja-jo) y su similitud con el catálogo de naves del segundo libro de la Ilíada. También discute el método
etimológico o “externo” de interpretación de estas tablillas, que resulta demasiado peligroso y, por lo mismo, debe emplearse con la debida
precaución. Véase por ejemplo la hipótesis de etimología de la palabra o-ka ofrecida por Sucharski (2001-2003). Para el método “interno”,
véase Lang 1990 y también Uchitel 1984. Risch critica la interpretación del encabezamiento de estas tablillas: o-u-ru-to , o-pi-a2-ra , e-pi-ko-
wo as ‘y de este modo (o-) los observadores (e-pi-ko-wo = plural epikowoi) guardan (wruntoi) la zona costera (opihala = acusativo neutro
plural correspondiente al Homérico ephalos que deriva de epi ‘sobre’ y hals ‘agua salada’)’ porque en Homero el sonido nasal en el imperfecto
de la forma verbal se transforma en vocal (eruato = *erunto) de modo que en micénico debería ser *u-ru-a-to para wruntoi). En consecuencia,
interpreta el verbo como un singular y e-pi-ko-wo como un singular colectivo, al igual que sucede con la palabra francesa la garde o la alemana
Die Wache. Podríamos acaso añadir a estas dos la palabra castellana guardia, que también puede emplearse en sentido colectivo, como en
guardia civil o guardia municipal. Continúa Risch, profundizando en este análisis y preocupándose por las cuatro secciones de las aperturas de
los textos o-ka: (1) enumeración de los “oficiales” o jefes de o-ka (a menudo a través de su patronímico); (2) un listado de tres a ocho nombres
propios, correspondientes a los “suboficiales”; (3) el ideograma de “hombre” con el número de soldados que hay en ese grupo; y (4) la frase
que especifica “con ellos un e-qe-ta llamado X”, en ocasiones con la indicación de que es el hijo de tal o cual. En esta sección, tres grupos o-ka
carecen de e-qe-ta; cuatro tienen un único e-qe-ta; dos tienen dos e-qe-ta; y uno tres e-qe-ta.
Ruijgh, C. J. (2011): “Mycenaean and Homeric Language”, en Duhoux, Y. and Morpurgo Davies, A. (eds.), A Companion to Linear B, Louvain-La-Neuve,
vol. 2, pp. 253-298. Contiene el análisis lingüístico definitivo de la mención homérica temprana de Enualios, así como otros muchos temas re-
lacionados con el mundo militar.
Ruipérez M. S.; Melena, J. L. (1990): “Aspectos militares. Los últimos días de los palacios y su reflejo en los documentos” en Los griegos micénicos
(Biblioteca Historia 16), pp. 199-216. Contiene un excelente análisis de los temas militares aludidos en las tablillas de Lineal B y cómo estos se
relacionan con las crisis que eventualmente llevaron al colapso del sistema palacial micénico.
Schofield, L. (2007): The Mycenaeans, pp. 118-126. Schofield trata los temas militares en el contexto de una visión panorámica de la evidencia material
de la cultura micénica. Ofrece y analiza una serie de imágenes de guerreros y de equipamiento de guerra (puntas de flecha, moharras, cascos
de colmillos de jabalí, armaduras corporales) vistos en los frescos y en cerámica.
Schon, R. (2007): “Chariots, Industry, and Elite Power at Pylos”, en Galaty, M. L. and Parkinson, W. A. (eds.), Rethinking Mycenaean Palaces (Cotsen
Institute of Archaeology Monograph 60), pp. 133-145. Este trabajo constituye el equivalente para Pilo de lo que supone el trabajo de Driessen
para Cnoso. Contiene una crítica cuidadosa de las tres teorías del modo en el que los carros pudieron ser empleados, así como las tres escalas
de guerra del periodo: internacional (tropas micénicas luchando fuera del Egeo); interpalacial (tropas micénicas luchando contra las de otro
palacio); territorial (lucha contra las tropas vecinas, o pueblos primitivos). También se analiza en profundidad la evidencia de una posible red
de caminos, así como la producción de carros de guerra.
Sucharski, R. A. (2003): “The Mycenaean o-ka Etymologically Reconsidered,” DO-SO-MO 4-5 (2001-2003), pp. 109-115. En este artículo, Sucharski ex-
plora una explicación alternativa del lexema o-ka, conforme a la hipótesis de Hjalmar Frisk, Griechisches Etymologisches Wörterbuch (Heidelberg
1960) vol. 1, p. 5, según la cual el verbo griego ag n “excesivamente” (como en m den ag n = “nada en exceso”) podría ser el acusativo de un
sustantivo desconocido cuyo significado pudiera ser “grandeza”, de modo que o-ka podría ser su forma nominativa, con el prefijo o- propio del
micénico. La palabra sería, por tanto, una forma de enfatizar el “poderío” o “fuerza” del grupo de guerreros así denominado.
Uchitel, A. (1984): “On the ‘Military’ Character of the o-ka Tablets,” Kadmos 23, pp. 136-163. Uchitel argumenta, a modo de abogado del diablo, que
los textos o-ka han de ser interpretados mediante su comparación con los llamados textos erín, de la Tercera Dinastía de Ur. Hace hincapié en
el hecho de que, lejos de tratarse de una guardia de costa, los números y los oficiales mencionados corresponden a algún esfuerzo colectivo
de tipo agrícola, concretamente el arado de las tierras, de modo que los observadores efectivamente observan las áreas costeras, pero sin
ningún tipo de connotación militar.
Ventris, M.; Chadwick, J. (1973): “Rowers and Troops at Pylos” en Documents in Mycenaean Greek 2nd edition (Cambridge 1973) 183-194 and 427-432.
Este sigue siendo el mejor texto, y más conciso, en lengua inglesa, dedicado a los textos en los que se mencionan “remeros” y “guardacostas”.
El texto original, de 1956, fue actualizado en 1973, lo que es prueba de la gran velocidad a la que se produjeron los avances en nuestro conocimiento
en los primeros 21 años tras el desciframiento de los textos en Lineal B, en junio de 1952.
ICONO DE PODER: EL CARRO DE GUERRA
EN EL MUNDO MICÉNICO
por Fernando Quesada Sanz (Universidad Autónoma de Madrid)
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