Sontag. Reseña. Ante El Dolor de Los Demas

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 4

Ante el dolor de los demás

Susan Sontag
Buenos Aires, Alfaguara, 2003

Por María Valeria Álvarez

Ante el dolor de los demás, las preguntas Un catalogo de imágenes de guerra son
sobran y las respuestas escasean, las pre- convidadas a recordar, si bien el libro no
guntas se vuelven insoportables y las res- contiene las imágenes que evoca, al menos
puestas no calman. El texto de Sontang, que en la versión en español, la autora se encar-
se lee casi sin pausa y con una animosidad ga de brindar una descripción bajo la
que solo la autora puede darle desde su al- demoledora pregunta por el otro, y ese otro
tura intelectual, es, podría decirse, la conti- no es cualquiera sino quien sufre.
nuación o una suerte de puesta en juego de Sontag comienza su libro retomando un
una pregunta que Sontag ya se había formu- texto de la escritora inglesa Virginia Wolf,
lado en su libro de ensayos On photography que publicara en 1938 “Tres Guineas”, de
(Sobre la Fotografía, 1977). Pero el enfoque allí rescata la pregunta y la respuesta que
es diferente y casi contradictorio con la res- motiva a Wolf a dar curso a su libro, la pre-
puesta que ella misma se diera entonces. gunta había sido formulada por un abogado
Ante el dolor de los demás es un recorrido londinense a la escritora años antes “¿Cómo
histórico sobre las representaciones foto- hemos de evitar la guerra en su opinión?”
gráficas de los horrores de la guerra y una , a lo que Virginia comienza admitiendo que
suerte de análisis filosófico del lugar del es- un dialogo verdadero entre ellos sea imposi-
pectador. ble, la brecha es amplia, el es hombre y ella
202 Por María Valeria Álvarez

mujer: “Los hombres emprenden la guerra, tros” (asumido por el abogado londinense)
a la mayoría les gusta”. Veamos, escribe que Wolf recusa al comienzo de su libro, aca-
Wolf, si al ver las mismas fotografías senti- ba perdiéndola.
mos lo mismo (las fotos a los que alude la Por ello agrega Sontag, “no debería su-
autora inglesa eran aquellas que iba recibien- ponerse un ‘nosotros’ cuando el tema es la
do sobre la guerra civil española). Wolf res- mirada al dolor de los demás”.
ponde y propone una mirada que le valiera ¿Quiénes son el “nosotros” al que se diri-
el no tan buen recibimiento de dicho libro, gen esas fotos conmocionantes? Las foto-
no es para menos dice Sontag, ya que, “pro- grafías, afirma Sontag, son un medio que dota
puso un original enfoque sobre algo que se de “realidad” a asuntos que algunos prefie-
tenía por demasiado evidente o inoportu- ren ignorar, muestran como la guerra expul-
no para ser mencionado y mucho menos sa, destruye, rompe, allana el mundo cons-
cavilado: que la guerra es un juego de hom- truido; “el paisaje urbano, sin duda, no está
bres; que la máquina de matar tiene sexo, y hecho de carne”. La guerra rasga, desgarra,
es masculino”. Pero Sontag agregará que la destripa, abrasa, desmembra, arruina.
idea que sostenía el libro de la autora ingle- No condolerse con esas fotos (las de la
sa, parece ya carecer de sentido: evitar la Guerra Civil española); para Wolf, ésa sería
guerra “¿quién cree en la actualidad que la reacción de un moustro moral, dice Sontag,
se puede abolir la guerra?”, se pregunta y sostiene: “No somos moustros, somos in-
Sontag, a lo cual se responde inmediatamen- tegrantes de la clase instruida. Nuestro fa-
te: “Nadie, ni los pacifistas. Sólo aspira- llo es de imaginación, de empatía”. Pero
mos (en vano hasta ahora) a impedir el aquí mismo realiza la incomoda pregunta so-
genocidio, a presentar ante la justicia a los bre el repudio a la guerra; y piensa en las
que violan gravemente las leyes de la gue- imágenes que evoca Wolf, y sostiene que
rra (pues la guerra tiene sus leyes, y lo com- aquellas fotografías no muestran la guerra,
batientes deberían atenerse a ellas)…”. sino un modo específico de hacerla, repudiar
Por ello el recorrido sobre las representa- la guerra, en el caso específico de la Guerra
ciones fotográficas no es un recorrido con- Civil española, es apartarse de la política. Para
vencional, meramente descriptivo o desapro- Wolf, la guerra es genérica y las imágenes
batorio, sino un análisis sobre las represen- que describe son genéricas y anónimas.
taciones fotográficas de las violaciones a los Aquí también la mirada de Sontag se vuel-
derechos humanos en situaciones de con- ve incisiva, aguda, y sostiene que la causa
flictos armados y la incesante pregunta de sobre la guerra, no se sustenta en la infor-
¿por qué la guerra? mación sobre el quién, cuándo y dónde; la
Pero la respuesta que se bosqueja a lo lar- arbitrariedad de la matanza incesante es prue-
go de las 150 páginas no es ingenua, y, como ba suficiente.
la misma autora lo sostiene, las fotografías Pero para los que están seguros de que lo
de las víctimas de la guerra son en sí mismas correcto está de su lado, la opresión y la
una suerte de retórica: reiteran, simplifican, injusticia del otro, y que la guerra debe se-
agitan, crean la ilusión de consenso. guir, lo que importa precisamente es quién
Esto mismo le reprocha a la narradora in- muere y en manos de quién. “Para los mili-
glesa, su rechazo a la guerra no es menos tares la identidad lo es todo.”
convencional que su retórica, ese “noso- Las fotografías de cuerpos mutilados pue-
Comentario a Susan Sontag: Ante el dolor de los demás 203

den usarse como lo hace Wolf, para conde- Pero la autora insiste sobre ésta idea: la
nar la guerra o pueden ser parte de la reali- fotografía “no puede ser la mera transpa-
dad a quienes no lo han vivido nunca, sin rencia de lo sucedido. Siempre es la ima-
embargo “quienes acepten que en un mun- gen que eligió alguien; fotografiar es en-
do dividido como el actual la guerra puede cuadrar, y encuadrar es excluir”. Y aquí
llegar a ser inevitable, e incluso justa, las también intervienen los gobiernos, la cen-
fotografías no ofrecen prueba alguna, sal- sura, la autocensura, lo que queda “afuera”
vo para quienes los conceptos de valentía también representa, lo que “aparece” por
y sacrificio han sido despojados de su sen- ausencia igualmente es un grito que puede
tido y credibilidad”. esgrimirse como denuncia. Las guerras que
Sontag continúa el texto complejizando cuentan con sus imágenes, y asimismo esas
aquella primera pregunta sobre la guerra, afir- otras que no tienen las suyas, la de su sufri-
mando que la índole destructiva de la ac- miento.
ción bélica no es argumento suficiente en Y por otro lado, remarca la ubicuidad de
contra de la guerra, a menos que se crea que esas fotografías, de esos horrores que no
la violencia es “siempre injustificable, que hacen otra cosa que confirmar la creencia de
la fuerza está mal siempre y en toda cir- que ciertas tragedias son inevitables en las
cunstancia”. regiones “ignorantes y atrasadas del pla-
Son múltiples los usos para las inconta- neta”, es decir, pobres. Por ello la autora
bles oportunidades que depara la vida mo- agrega con ironía: “Las exhibiciones foto-
dera de mirar, con distancia, el dolor de otras gráficas de las crueldades inflingidas a los
personas. Las imágenes sobre atrocidades individuos de piel más oscura en países
de la guerra no eran abundantes en el invier- exóticos, olvidan las consideraciones que
no en que Virginia Wolf escribió su libro; nos disuaden de semejante presentación de
hoy la realidad es completamente distinta. nuestras propias víctimas de la violencia;
Ser espectador de calamidades que tienen pues al otro, incluso cuando no es un ene-
lugar en otro país es una experiencia intrín- migo, se le tiene por alguien que ha de ser
seca de la modernidad; las imágenes sobre visto. No alguien (como nosotros) que tam-
atrocidades se han ido convirtiendo en en- bién ve”.
tretenimiento doméstico de la pequeña pan- Y las preguntas no acaban. ¿Quiere la gente
talla; en un era de carga informativa, la foto- que la horroricen? (con imágenes) Probable-
grafía ofrece un modo expeditivo de com- mente no. Las fotografías de lo atroz ilus-
prender algo y un medio compacto de tran pero también corroboran.
memorizarlo. “La fotografía es como una Las fotografías del sufrimiento son más
cita, una máxima o un proverbio”. que el recordatorio de muerte, invocan la
Se supone que una fotografía no evoca supervivencia, todo pueblo que ha sido víc-
sino muestra, por ello a diferencia de una tima quiere un Museo de su Memoria. Pero,
imagen hecha a mano, por ejemplo la serie ¿por qué no existe en Estados Unidos un
de ochenta y tres grabados de Goya “Los Museo sobre la Memoria de la Esclavitud?,
desastres de la guerra”, una fotografía se se pregunta y también inmediatamente se
puede tener como prueba. Pero ¿prueba de responde: “Al parecer es un recuerdo cuya
qué? Y aquí Sontag dice que “todo el mun- activación y creación son demasiado peli-
do es literal cuando de fotografía se trata”. grosas para la estabilidad social”.
204 Por María Valeria Álvarez

Sontag terminará redoblando la pregunta padecido por ellos. No nos cabe pensarlo.
por la que comienza Wolf y disparará a la No podemos imaginar lo espantosa que es
manera de la cámara del fotógrafo las suyas la guerra; y cómo se convierte en normali-
propias: “¿Hay un antídoto a la perenne dad. No podemos entenderlo. No podemos
seducción sobre la guerra? ¿Es más posi- imaginarlo. Es lo que cada soldado, cada
ble que esta pregunte se la formule una periodista, cooperante y observador inde-
mujer que un hombre? (Probablemente sí.) pendiente que ha pasado tiempo bajo el
¿Podemos llegar a movilizarnos activamen- fuego, y ha tenido la suerte de eludir la
te en contra de la guerra por una imagen muerte que ha fulminado a otros a su lado,
(o un conjunto de imágenes)…”. siente con terquedad. Y tiene razón.
“¿Por qué habrían de buscar nuestra mi- Y Sontag tiene razón al detenerse en este
rada?”, y aquí en una suerte de círculo, pero lugar del mirar y hacernos sentir la obliga-
no de cierre sino de espiral, vuelve al princi- ción de pensar en lo que implica dicha ac-
pio y contesta: “‘Nosotros’ es todo aquel ción, en la capacidad efectiva de asimilar
que nunca ha vivido nada semejante a lo aquello que miramos: el dolor de los demás.

También podría gustarte