Numerologia Lachrima Obra Dowland
Numerologia Lachrima Obra Dowland
Numerologia Lachrima Obra Dowland
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de la Institución.
La Biblioteca posee la autorización del autor para su divulgación en línea.
Corona Alcalde, Antonio. “Tears of joy or tears of woe? : el emblema de la Lachrima en la obra de John Dowland : un
ensayo de interpretación” [en línea]. Revista del Instituto de Investigación Musicológica “Carlos Vega”, 24, 24 (2010).
Disponible en: http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/revistas/emblema-lachrima-obra-dowland.pdf [Fecha de
consulta:........]
Revista del Instituto de Investigación Musicológica “Carlos Vega”
Año XXIV, Nº 24, Buenos Aires, 2010, pág. 203
Resumen
La canción “Come Heavy Sleep”del laudista inglés de fines del siglo XVI John
Dowland muestra evidencia de la influencia de las ideas neoplatónicas en boga
entre ciertos círculos de la aristocracia y de los intelectuales ingleses de ese
periodo. En ese contexto sobresale la lágrima, un emblema musical adoptado por
Dowland como su emblema personal muestra un complejo y rico simbolismo que
apunta hacia una concepción de la música como una vía de conocimiento y
desarrollo espiritual.
Palabras clave: Dowland - lágrima - neoplatonismo - melancolía - numerología.
Abstract
The song “Come heavy sleep”, by John Dowland, an English lutenist from late
sixteenth-century, shows evidence of the influence of neoplatonic ideas currently
in favour among certain British aristocratic and intelectual circles from the time.
Within this context, the lachrima, a musical emblem adopted by Dowland as his
own, is noteworthy for its disclosure of a rich and complex symbolism that points
towards a conception of music as a means of spiritual knowledge and development.
Key words: Dowland - lachrima - neoplatonism - melancholy - numerology.
***
A) Introducción
1
Sobre Bach y su posible uso de la numerología se pueden mencionar, entre otros
trabajos, a: Humphreys 1983, Mellers 1980, Lang 1985, Tatlow1991, Melamed &
Marissen 1998, Boyd 2000 y Chafe 2000.
2
Entendemos aquí “persona” en el sentido clásico del término derivado del latín
persona –que designaba las máscaras usadas por los actores griegos y romanos de
la antigüedad– como la imagen que un individuo proyecta de si mismo ante un
contexto social determinado. Para mayor información sobre el tema, véase, por
ejemplo, Sadoski 1992: 272-273 y Gibson 1969.
204
Tears of joyo r tears of woe?...
3
Se puede encontrar más información sobre las “songs of darkness” en Rooley
1983; el concepto de “tunefull and well measur'd song” proviene del elogio que
hiciera en 1648 John Milton a Henry Lawes, en un soneto de la dedicatoria a su
obra Choice Psalms (1648), que reza: “Harry, cuya canción melodiosa y bien
medida fue la primera en enseñar a nuestros ingleses como reunir las palabras con
las notas justas y el acento y no hacer escanciones con las orejas de Midas” (Harry
whose tunefull and well-measur'd song first taught our English how to span words
with just note and accent, not to scan with Midas eares), citado en Frankel 1999:
33 y Spink 2000: 6-7. el concepto de Ars bene modulandi” es todavía repetido por
Robert Fludd en Utriusque cosmi maioris scilicet et minoris Metaphysica, physica
atque technica Historia (1617-1624): “la música harmónica es la acción de medir
bien, la ciencia de cantar correctamente, fácil vía, ciencia y consonancia para la
perfección de muchas y distintas voces proporcionales, o ciencia de los números
relativa a los sonidos” (Fludd 1979: 34).
4
Para los pitagóricos y neoplatónicos el número tenía una función primordial como
principio que gobernaba a la creación, vid. Headlam Wells 1981: 35; Pico della
Mirandola afirma, en sus Conclusiones Matemáticas, que “mediante el número
puede encontrarse el modo de investigar y comprender todo lo que es posible
saber”, citado en Yates 1982: 50. La misma investigadora menciona, entre otros
autores, a Francesco Giorgo, afirmando que “El secreto del universo de Giorgo era
el número, ya que según él creía había sido construido por su Arquitecto como un
templo de proporciones perfectas y de acuerdo con las leyes inmutables de la
geometría cósmica”, op. cit. p. 57.
205
Antonio Corona Alcalde
Imagen 1. Lachrima
5
Sobre la Lachrima como emblema , vid Manning 1944; Pinto 1997, Rooley 1983
y Gale & Crawford 2004.
6
Vid. Gale & Crawford: “John Dowland's 'Lachrimae' in its Continental Context”.
7
Ibid; Poulton 1982: 131-133.
8
Rooley 1983.
206
Tears of joyo r tears of woe?...
B) Antecedentes
1) El neoplatonismo en el renacimiento
Dentro del rico y confuso conglomerado de conceptos que
conformaron el neopitagorismo florentino difundido por filósofos como
Marsilio Ficino y Pico della Mirandola sobresalen la idea del alma como un
ente divino separado de su origen y encerrado en una prisión carnal, la idea
de la melancolía como la manifestación de un furor creativo, asimismo de
origen divino, así como la asimilación de principios matemáticos y
207
Antonio Corona Alcalde
9
Sobre estos puntos se puede consultar, entre otros trabajos: Mellers 1953, Walker
1958; Klibansky, Panofsky & Saxl 1964; Rooley 1983; Headlam Wells 1985;
Lyons 1971; Voss 1992; Ficino 1993, Briton 2003; Arikha, “Melancholia and
Humoural Passions in Early Modernity”; Perlow, “The Image of Melancholy and
the Evolution of Baroque Idiom”; Voss “Orfeo redivivo: la magia musical de
Marsilio Ficino”, Yates, “Chapman and Dürer on Inspired Melancholy”.
10
Vid., por ejemplo, Plotino 1925: 443, donde declara, siguiendo a Platón (en
Fedro), que “la vida, aquí abajo, en medio de las cosas sensibles es para el alma
una caída un exilio, la pérdida de sus alas”. El mismo Plotino añade (op. cit.: 59-
60) que “todas las sustancias universales y perfectas se vuelven hacia los principios
que las han engendrado. [...] Todos los seres aspiran al Uno, cada cual en la medida
de su poder, aún el que ocupa el último rango en el universo. Este retorno de los
seres a lo primero es necesario, ya sea que se produzca mediata o inmediatamente”.
11
Marsilio Ficino, el célebre filósofo neoplatónico florentino nos recuerda el
origen divino de la música en una de sus cartas sobre el Divino Furor: “el alma
recibe las armonías más dulces y los números a través de los oidos, y por este
medio recuerda y se despierta a la música divina que puede escucharse or el
sentido más sutil y penetrante de la mente” (the soul receives the sweetest
harmonies and numbers through the ears, and by these echoes is reminded and
aroused to the divine music which may be heard by the more subtle and
penetrating sense of mind) Ficino 1975: 110; citado en Perlow “The Image of
Melancholy” y Voss “Orpheus redivivus”. Vid. también Ficino 1993.
208
Tears of joyo r tears of woe?...
12
Fedro o de la Belleza: “Hay una tercera clase de delirio y de posesión, que es la
inspirada por las Musas; cuando se apodera de un alma inocente y virgen aún, la
transporta y le inspira odas y otros poemas que sirven para la enseñanza de las
generaciones nuevas, celebrando las proezas de los antiguos héroes. Pero todo el
que intente aproximarse al santuario de la poesía, sin estar agitado por este delirio
que viene de las Musas, o que crea que el arte solo basta para hacerle poeta, estará
muy distante de la perfección; y la poesía de los sabios se verá siempre eclipsada
por los cantos que respiran un éxtasis divino” (Platón 1921: I, 372-372).
13
Sobre el furor poético como inspiración vid. Walker 1958, Ficino 1993 y Vega
2005; acerca del propósito del alma, Plotino declara (1925: 378): “El alma, pues,
yace sin luz cuando está privada de la presencia de este Dios; iluminada por él,
tiene lo que buscaba. El verdadero fin del alma es estar en contacto con esta luz; es
ver esta luz al resplandor de ella misma, sin el recurso de otra luz extraña; es ver
este principio con cuya ayuda ve”.
14
Vid. Godwin 1992, James 1993 y Voss, “The Music of the Spheres”. Marsilio
Ficino, en la epístola De divino furore, señala que “Hay entre los intérpretes
platónicos una doble música divina. Creen que una se encuentra de modo real en la
mente eterna de Dios, y la otra, en cambio, en el orden y movimiento de los cielos.
Por ella las esferas celestes y las órbitas producen una cierta armonía admirable.
De ambas había sido partícipe nuestro espíritu, antes de qe fuera encerrado en los
cuerpos; pero en estas tinieblas se sirve de los oídos como de pequeños resquicios,
y de todos los sentidos, y gracias a éstos alcanza, como ya hemos dicho muchas
veces, las imágenes de aquella música incomparable. Por ellos es devuelto a cierto
recuerdo íntimo y callado de la armonía de que antes gozaba, todo entero se
inflama en deseo y anhela gozar de nuevo de la verdadera música” (Ficino 1993:
19-21).
209
Antonio Corona Alcalde
3) La melancolía
La idea del furor que postula Platón fue posteriormente asociada con
otra concepción parecida que aparece en los Problemata physica,
erróneamente atribuidos a Aristóteles (problema XXX) donde se pregunta
el porqué los hombres eminentes en la filosofía, la política, la literatura o
las artes eran eminentemente melancólicos, algunos de ellos a tal extremo
que les afectaban las enfermedades producidas por la atrabilis,
mencionando entre estos hombres célebres a Hércules (como epiléptico),
Ayax, Empédocles, Platón y Sócrates.17 La respuesta es que el furor, que
según Platón es la fuente de toda inspiración, produce grandes hombres
cuando se combina con la bilis negra del temperamento melancólico: esta
combinación produce el temperamento del genio. La formulación de los
Problemata, en abierta contradicción con los principios de Galeno, sentó
las bases que permitieron considerar a la melancolía, durante el
renacimiento, como un estado deseable y relacionado con la inspiración. El
melancólico mantendrá las características físicas que lo caracterizan según
los postulados de Galeno: la piel, los cabellos y los ojos oscuros, la facies
nigra o color ceniciento ocasionado por el predominio de la atrabilis, pero
ahora ocupa el lugar más alto de la escala al manifestar los “dones” de
Saturno –su planeta rector– consistentes en una gran facilidad para el
estudio de las ciencias, especialmente las relacionadas con los números y
las medidas que, en la concepción renacentista, acercaban al hombre más
15
Headlam Wells 1985: 515.
16
San Agustín de Hipona, De Vera Religione, xli, 77. Sobre la relación entre San
Agustín y el platonismo vid. Lössl 1994.
17
Yates 1982: 95.
210
Tears of joyo r tears of woe?...
que ninguna otra disciplina a las cosas divinas (ilustración 3). Henry
Cornelius Agrippa también menciona en una de sus obras, De occulta
philosophia, que:
18
Klibansky, Panofsky & Saxl 1964: 355; citado en Yates 1982: 97.
19
Rooley 1990, pp. 65, 72.
211
Antonio Corona Alcalde
4) El número y la música
Otro de los principios fundamentales del neoplatonismo –heredado
directamente del pensamiento pitagórico– es la correspondencia universal
entre los números y las cosas, postulando también una relación primordial
entre el número y la música y afirmando que el universo está construido
sobre estas bases.20 El mundo es música y la música es número; en
consecuencia, la música se consideraba fundamentalmente como una
ciencia del número: el número en una manifestación perceptible por el
oído. Por lo tanto, la música aparece como una expresión del orden del
mundo, al cual también simboliza. El fundamento teórico de los principios
pitagóricos se encuentra en el descubrimiento –atribuido a Pitágoras– de la
relación matemática entre ciertos intervalos musicales: el diapason u
octava, cuya relación proporcional es 2:1, la quinta o diapente, 3:2, y la
cuarta o diatessaron, 4:3.21 El impacto de este descubrimiento fue tal que
los pitagóricos pensaron que habían hallado en él la base de de las leyes
primordiales del universo, reflejado en la aparente simplicidad de los
números involucrados (1, 2, 3, 4) que, sin embargo, contenían en sí a la
década, objeto de su reverencia. Los pitagóricos generalizaron los
principios de la relación entre la música y los números, considerándolos
como el fundamento del conocimiento verdadero del alma y el cosmos.
Profundizar en el conocimiento de los aspectos numéricos de la música es,
en consecuencia, el medio de acceder, por analogía, a las leyes secretas del
universo. La doctrina pitagórica de los números concebida como ciencia
racional del orden divino del cosmos influyó de manera determinante en la
integración de la música en el quadrivium de los estudios medievales,
junto con la aritmética, la geometría y la astronomía, como una de las
ciencias de la medición, tal y como lo expresa la famosa definición de San
Agustín, quien la describe como “scientia bene modulandi” (entendiéndo
“modulari” en el sentido del término matemático “modulus”, medida, i.e.
“well measur'd song”).22
20
San Agustín de Hipona, Civitas Dei XI, 30: “thou hast ordered all things in
number and measure and weight”, citado en Butler 1970: 24. Ficino repite el
concepto en su epístola De musica, vid. Ficino 1993: 101.
21
Sobre Pitágoras y el pitagorismo vid. Cornford 1922 y Ferguson 2008.
22
Esta definición fue posteriormente repetida por Casiodoro e Isidoro de Sevilla.
Vid. León Tello 1962, p. 26, véanse también las Institutiones musicae 2 de
Casiodoro en “Thesaurus Musicarum Latinarum” y Warszawsky, “Bibliographie
Musicale. El aspecto de medida se enfatiza en Le Mée 2001: 146-147.
212
Tears of joyo r tears of woe?...
5) La numerología
Ya desde los primeros tiempos del platonismo se pueden distinguir
dos vertientes del estudio de los números; la concepción de la música como
una ciencia que expresaba la idea de un universo matemático y, de manera
paralela, una tendencia mística asociada con el número mismo,
adjudicándole atributos y significados más o menos precisos, los cuales
forman la base de la numerología.26 Los interesados en este último aspecto
del significado de los números forman un nutrido grupo, entre los cuales se
pueden citar a Platón mismo, Macrobio (en su comentario al Somnium
Scipionis), Giorgi, Fludd, e incluso a Leibnitz; también es conveniente citar
23
Opera Omnia, Basilea, 1572, p. 101, citado or John Dee en su prólogo a la
traducción al inglés de las obras de Euclides, por Henry Billingsey (1570): “por
medio de los números existe una forma de explorar y entender toda cosa disponible
para ser conocida” (By Numbers, a way is had, to the searchyng out and
understanding of every thing, habel to be knowen), vid. Yates 1982: 139.
24
Butler 1970: 67.
25
Ibid: 56.
26
Sobre los diferentes atributos asignados a los números se pude consultar, entre
otras obras, a Bongo 1585, Ingpen 1624, Butler 1970; Iamblico 1988 y Rooley
1990.
213
Antonio Corona Alcalde
C) El contexto isabelino
27
Vid. Butler 1970, capítulo 2: “The Early Medieval Period: Biblical exegesis and
World Schemes”.
28
Vid. Yates 1982, segunda parte, “La filosofía oculta en la época isabelina”.
214
Tears of joyo r tears of woe?...
29
Yates 1982: 131-132: “la filosofía dominante de la época isabelina fue
precisamente la oculta, con su magia, su melancolía, su deseo de penetrar en
esferas profundas del conocimiento y de la experiencia científica y espiritual, y su
temor ante los peligros de semejante empresa, así como con la fiera oposición que
encontró en su camino”.
30
Yates 1982: 148-149.
31
[…] the Almighty and incomprehensible wisdom of the Creator, in the distinct
creation of all creatures: in all their distinct partes, natures, and vertues, by order,
and most absolute number brought, from Nothing, to the Formalitie of their being
and state. By Numbers propertie therefore, of us, by all possible meanes (to the
perfection of the science) learned, we may both winde and draw ourselves into the
inward and deepe search and vew, of all creatures distinct vertues, natures,
properties, and Formes. Citado en Rooley 1990: 34.
215
Antonio Corona Alcalde
32
Sydney, A Defence of Poetry (1581): “la función de la poesía es la de guiarnos y
llevarnos a la perfección más alta que nuestras almas degeneradas, empeoradas por
su morada de barro, sean capaces de alcanzar” (the function of poetry is to lead and
draw us to as high a perfection, as our degenerate souls, made worse by their clay
lodgings can be capable of) Miscellaneous Prose of Sir Philip Sidney, ed. K.
Duncan-Jones and J. Van Dorsten, Oxford 1973, p. 82. Citado en Headlam Wells
1984: 176.
33
Fowler 1964; vid. también a Fowler 1962 y 1970.
216
Tears of joyo r tears of woe?...
34
Yates 1982: 230.
35
Ibid.: 245-246; véase también Rooley 1990: 68-69.
36
Sobre la vida de Lucy de Bedford, vid. Maurer 1980 y Lawson 2008; vid.
también Rooley 1990: 68-69.
37
Dowland 1600, Libro 2; vid. También Maurer 1980 y Rooley 1990: 69.
217
Antonio Corona Alcalde
218
Tears of joyo r tears of woe?...
2) Numerología isabelina
Entre los isabelinos, como entre sus antecesores renacentistas, el
concepto del número como factor de organización del universo se ve
reflejado en la idea de que la numerología proporciona las claves ocultas de
toda la creación. Los mismos conceptos, ya expresados por Dee,
continuaran apareciendo durante el siglo XVII; William Ingpen menciona
en The Secrets of Numbers according to Theologicall, Arithmeticall,
Geometricall and Harmonicall Computation que “todas las cosas están
compuestas […] de números: los cielos, la tierra, el mar, el alma y el
cuerpo del hombre, e incluso los ángeles mismos”.39 Robert Fludd, por su
parte, reitera la función de la música como un reflejo de la organización del
mundo:
38
Shakespeare 2002: 348-349,
39
[…] all things are made [...] of Numbers; the heavens, earth, sea, the soule and
body of man, yea, the Angels themselves, Ingpen 1624: 9.
40
Comentario de Luis Robledo en Fludd 1978: 20.
219
Antonio Corona Alcalde
41
Atque cum omnis musica in vocibus, et corporis motione versetur [...] vocum
autem ratio dividatur in numeros, et cantum; has omneis quidem parteis in poetica
profecto reperies. Neque enim dubitandum est numeros quidem omnibus Poetis
cum musicis semper fuisse communis. Citado en Butler 1970: 102.
42
[…] by measure and concordes of sundry Proportions doth counter fait the
harmonicall tunes of the vocal and instrumental Musickes”, Butler 1970: 101.
43
Ibid.: 102.
220
Tears of joyo r tears of woe?...
44
That harmony (Right honorable) which is skillfullie exprest by Instruments,
albeit, by reason of the variety of number and proportion of its selfe, it easilie stirs
up the minds of the hearers to admiration and delight, yet for highe authoritie and
power hath been ever worthily attributed to that kinde of Musicke, which to the
swetness of instrument applies the lively voice of man, expressing some worthy
sentence or excellent Poeme. Hence (as al antiquitie can witnesse) first grew the
heavenly Art of musicke: for Linus,Orpheus and the rest, acording to the number
and time of their Poemes, first framed the numbers and times of musicke: So that
Plato defines melody to consist of harmony, number, and words; harmony, naked
of it selfe; words the ornament of harmony, number the common friend and uniter
of them both: This small booke containing the consent of speaking harmony,
joyned with the most musicall instrument the Lute, being my first labour, I have
presumed to dedicate to your Lordship, Dowland 1597, hoja sin foliar; citado en
Rooley 1990: 15.
221
Antonio Corona Alcalde
D) Análisis
45
“The lute itself, as the noblest of musical instruments, was widely treated as a
symbol of the harmony that underlies the cosmos.” Headlam Wells 1981: 33.
46Poulton 1982: 487-488.
47Barley 1596: sig. Fr.
48
Vid. Gale & Crawford “John Dowland's 'Lachrimae' in its Continental Context”.
222
Tears of joyo r tears of woe?...
49
Los posibles antecedentes de la Lachrima se discuten en Henning 1974; Poulton
1977: 25 y Pinto 1997: 54-61.
50
Dowland 1600: no. II. Para una discusión de Dowland como probable autora de
los textos vid. Manning 1944: 46-47 y Poulton 1982: 255-256.
223
Antonio Corona Alcalde
224
Tears of joyo r tears of woe?...
51
Holborne 1967: nos 17, 18 y 21.
52
Vid. Por ejemplo, lo que Plotino refiere al respecto (1925: 79): “Nuestro
alejamiento fuera de nosotros mismos y nuestra ignorancia de nosotros mismos,
resultan, por este motivo, un justo castigo de nuestra separación del Ser. Por el
contrario, el amor que el alma experimenta por sí misma la conduce a conocerse y
a unirse a Dios. Por eso se ha dicho con razón que el hombre está aquí abajo en una
cárcel, porque es prófugo del cielo y trata de romper sus ligaduras”.
53
David Pinto y Peter Holman han realizado estudios especializados sobre este
ciclo: Holman 1999, Pinto 1997 y 2002.
225
Antonio Corona Alcalde
54
And though the title doth promise teares, unfit guests in these joyful times, yet no
doubt pleasant are the tears which Musicke weeps, neither are the tears shed
alwayes on sorrow, but sometmes in joy and gladnesse. Vouchsafe them (worthy
Godesse) your Gracious protection to these showers of Harmonie, least if you
frown on them, they bee Metamporphosed into true teares, citado en Rooley 1983:
6 y Pinto 1997: 45.
55
Dowland 1600: no. I.
56
Headlam Wells 1984: 183.
57
Henning 1974.
58
Rooley 1983: 9.
59
Vid. Heninger 1961. Cf. Headlam Wells 1981: 39: “the tetrad is the principle
upon which depends the concord and harmony of the universe”.
226
Tears of joyo r tears of woe?...
60
Rooley 1983: 9.
227
Antonio Corona Alcalde
61
La referencia a Bongo se encuentra en Butler 1970: 139.
62
Se ha respetado escrupulosamente la ortografía y puntuación del original.
228
Tears of joyo r tears of woe?...
63
[…] it is very important to emphasize right at the beginning that the structure
must have an intelligible and apt meaning relationship to the content of the poem.
The semantics of the numbers involved must be in a reciprocal relationship with
what we read in the first place. Only in this way, in default of any external
evidence, can a numerical interpretation of the text be supported. Thus number
symbolism 'gets into' poetry in two ways; either as aspects of the structure of the
work, or as substantive symbols within it, Butler 1970: 133.
229
Antonio Corona Alcalde
230
Tears of joyo r tears of woe?...
66
La presente descripción es producto de un detallado análisis de la obra, el cual
no puede incluirse por las limitaciones de espacio.
231
Antonio Corona Alcalde
232
Tears of joyo r tears of woe?...
233
Antonio Corona Alcalde
(lugar 4)
whose spring of tears doth stop my vitall breath,
└───(3)───┘ └──(2)──┘
67
José Vasconcelos, en una nota a Plotino, señala: “el hombre puede y debe
desligarse del cuerpo, morir para él y vivir para el alma, esto es lo que [Plotino]
llama la segunda manera de morir. Morir para los sentidos es doctrina de todo
místico” (Plotino 1925: 47, n). Yates 1943: 102 menciona, a propósito de un
emblema literario de Pico della Mirandola en De Gli Eroici Furore, que dicho
autor aclara su sentido así: “the death which the glance of the eyes can give
signifies the mystical death of the soul”; más adelante, comentando otro emblema
similar, indica que cierta imagen de dos estrellas “have the power to kill the
enthusiast, a power which is benevolent because it causes him to die to everything
except to his divine subject”. Macrobio, en su Comentario al sueño de Escipión,
señala que la muerte que lleva al conocimiento es alegórica, se trata de la “muerte
del hombre con rspecto a la vida cotidiana y sensual, la muerte de los sentidos”,
citado en Ficino 1993: LIX, nota 129.
234
Tears of joyo r tears of woe?...
68
Rooley 1983: 9 señala que para Bongo, Ingpen y Fludd la quinta simbolizaba
“the security and strenght received by the devout man of deep wisdom through his
awareness of God”. Estos conceptos se confirman por el examen de la evidencia
interna en la obra.
235
Antonio Corona Alcalde
(lugar 4)
whose spring of tears doth stop my vitall breath
(5) + (6) + (2) + (5) + (4) + (4) + (2) + (6) + (6) = 40 ► 4
69
Plotino 1925: 45.
236
Tears of joyo r tears of woe?...
(lugar 4)
whose spring of tears ║ doth stop my vitall breath
└─(5)─┘ └─(6)─┘ └─(7)─┘ = (9) └──(8) ──┘ └──(8)──┘ └─(6)─┘ = 40 ►4
╔══════════(4)══════════╗
whose spring of tears doth stop ║ my vitall breath
└─(5)─┘ └─ (6)─┘ └─ (7)─┘ └─ (8)─┘
└─(8)─┘ └─(6)─┘ = (14) ► (5)
70
Walker 1958 señala que, de acuerdo con Ficino, “through music man is capable
of achieving a state of mystical union with the spiritus mundi or divine spirit that
animates the universe”, citado en Headlam Wells 1985: 518.
237
Antonio Corona Alcalde
71
Vid. nota 68.
238
Tears of joyo r tears of woe?...
239
Antonio Corona Alcalde
E) Conclusiones
72
Plotino 1925: 447.
240
Tears of joyo r tears of woe?...
241
Antonio Corona Alcalde
***
73
Headlam Wells 1981: 39, menciona que: “the tetrad is the principle upon which
depends the concord and harmony of the cosmos”; Butler 1970: 9 señala que el
tetratkis se trataba “as a key to the understanding of the whole of life”. Para más
información sobre el tetraktis, vid. Heninger 1961 y Apatow “The Tetratkys”.
74
Ficino 1993: LVII.
75
M. Ficino, De amore, VII, 14. Citado en Ficino 1993: LVIII.
76
Ibid.
242
Tears of joyo r tears of woe?...
77
El escèptico puede plantear la pregunta: ¿Es natural el proceso intelectual? La
respuesta es afirmativa. Cuando nos comunicamos empleamos el proceso
continuamente. En una comunicación significativa se debe concentrar en el tema
en cuestión. Entre más concentrado es este foco se obtiene más discernimiento,
dado que se se está más inmerso en la idea o sentimiento. Entre más importe, se
tiene más cuidado, se es más preciso, más ritualista, más simbólico para dotar al
interés con identificadores universales –símbolos– significado. La expresión se
vuelve fundamentalmente más universal debido a que es más personal en este
sentido mas profundo, elaborado, enriquecido. Así, la definición de música del
filósofo Leibnitz parece una conclusión adecuada: ‘la música es un ejercicio
secreto de aritmética que realiza el alma, inconciente del acto de estar contando’
(The Skeptic may raise the question: Is the intelectual process a natural one? The
answer is affirmative. When we communicate, we employ the process continually.
In meaningfull communication,you must concentrate on the subject at hand. The
greater this concentrated focus, the more insigh you gain, since you are further
immersed in your idea or feeling: The more you care, the more careful you are, the
more precise, the more ritualistic, the more symbolic to endow your care with
universal identifiers – symbols – meaning. Your expression becomes fundamentally
more universal because it is more personal in this deepened, elaborated, enriched
sense. Thus the philosopher Leibnitz's definition of music seems a fitting
conclusion.: “Music is a secret exercise in arithmetic of the soul, unaware of its
act of counting), Gaulddin & Benson 1985: 181.
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Plotino 1925, p. 440.
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