Adolescencia y Exclusión
Adolescencia y Exclusión
Adolescencia y Exclusión
1-INTRODUCCIÓN
El objetivo de esta ponencia es analizar los procesos de inclusión social de los
adolescentes y jóvenes con menos oportunidades, la tarea que le corresponde a las
organizaciones de base y el rol del Estado frente a la actual coyuntura de exclusión en el
diseño de Políticas Públicas.
Además tiene como finalidad compartir algunas reflexiones alcanzadas en el marco
del desarrollo de mi Beca de Iniciación a la Investigación Científica, otorgada por la
UNLP, cuyo tema es el Diseño e implementación de las Políticas Públicas, centrando mi
atención en el caso de las Políticas Sociales de Juventud.
En un contexto como el actual, profundamente complejo y cambiante, en el que el
"pacto de convivencia" social en los países latinoamericanos se ha quebrado en función de
las gravísimas consecuencias de la implementación de la llamada "etapa estatal" del
neoliberalismo en la región, hace mas de 20 años y su posterior aggiornamiento, es
imposible pensar en quienes han sido los grandes perjudicados. Entiendo que los jóvenes
son uno de ellos.
Algunos datos significativos, en este sentido son los siguientes:
*
Lic. María Lourdes Farias. Docente e Investigadora. Integrante del programa "Movimientos Sociales y
condiciones de vida". Escuela Superior de Trabajo Social. UNLP
La población Joven argentina (entre 15 y 24 años) comprende el 35,6% de la población
total, casi 10 millones de los cuales el 70% es pobre.1
En los últimos años el 80% de los niños y adolescentes de nuestro país paso por
situaciones de pobreza2
Del año 1991 al 2002 las personas menores de 18 años bajo la línea de pobreza han
crecido un 30%, llegando al 67.9% en junio del 20023
Hay 1.145.177 jóvenes entre 15 y 24 años que están en inactividad absoluta: no
trabajan, no estudian y no buscan trabajo4
El 76.9% no terminó la secundaria y el 40% de ellos solo curso la primaria5
1
DINAJU. 2003
2
Siempro.2002
3
INDEC. Junio 2002
4
Diario La Nación. Septiembre 2002
5
Siempro.2002
que tiene la sociedad civil, las organizaciones comunitarias, las ONG, para poder lograr un
impacto en el diseño de las políticas de juventud.
A fin de no caer en una análisis meramente teórico incluyo transversalmente el
trabajo realizado en una localidad pobre del Conurbano Bonaerense, para dar cuenta de
cómo se expresa en lo local la problemática juvenil.
Finalmente esbozo algunas sugerencias o temas que considero quedan pendientes
tanto para pensar como para intervenir en esta temática.
Vale resaltar que este trabajo parte de considerar la necesidad de profundizar el
análisis participativo de los resultados de dicha investigación y extender su socialización a
través de un proceso de transferencia e intercambio de conocimientos para la comprensión
de la problemática juvenil y el diseño de estrategias adecuadas de atención y contención.
4- CONCLUSIONES
Creo imprescindible apuntalar procesos participativos que promuevan el análisis de
la problemática juvenil y a partir de allí el desarrollo de líneas estratégicas alternativas.
Por otra parte y con la misma importancia existe la pretensión de potenciar las
capacidades de las organizaciones comunitarias, fortaleciendo un trabajo en red para el
desarrollo de un abordaje conjunto y articulado que supere la fragmentación y dispersión
habitual.
La atención del sector joven es quizás una de las áreas de mayor vacancia en las
políticas públicas. Especialmente aquella que refiere a los jóvenes de sectores populares,
ausentes o expulsados de las instituciones educativas, con escasos espacios de inserción,
ubicados frente a la fragilidad de sus grupos de pertenencia y contención y en el
debilitamiento de las organizaciones barriales. Todo ello lo convierte en un grupo de alta
vulnerabilidad, que demanda el compromiso de todos los sectores de la sociedad.
Además se requiere del desarrollo de una perspectiva generacional que se incorpore
decididamente a las Políticas Públicas. Esto implicaría cambiar el enfoque predominante en
el último medio siglo, caracterizado por políticas sectoriales desplegadas con pretensión de
universalidad, que en realidad no han logrado atender adecuadamente a sectores afectados
por agudos cuadros de pobreza e indigencia.
Esto supone también, un trabajo arduo que es abandonar el realismo ingenuo, que
cree que de lo único que se trata es de descubrir los problemas reales de la juventud para
elaborar luego una política en la que se dé una respuesta apropiada.
No quiere esto decir que los datos que proporcionan las estadísticas y las encuestas
no sean útiles, pero de lo que se trata ante todo, de reflexionar sobre las diversas
representaciones de juventud, a fin de escoger un enfoque que corresponde a la situación
actual.
El avance en el tema de la juventud es solo dentro de un sector específico de
profesionales dedicados al tema, no hay estrategia de difusión, comunicación y debate, que
posibiliten instalarlo en el discurso oficial y público, hegemonizado con la visión de joven
dañado y en riesgo psicosocial, que no revela las potencialidades, las capacidades y los
haceres.
A modo de enunciación y sabiendo de lo discutible y lo limitado que puede parecer,
propongo, en la misma línea que Davila León (2002:15) asuntos que quedan a definir, no
solamente por el Estado, sino por todos los que están preocupado por el tema de la
juventud.
1- Dejar de concebir a los jóvenes bajo la noción de joven problema y carenciado, visión
que ha tendido a la generación de un determinado tipo de política de juventud de carácter
compensatoria, para avanzar en la comprensión del mundo juvenil como un actor
estratégico del desarrollo del país.
2- Intimamente ligado al anterior, se precisa considerar a los jóvenes como sujetos de pleno
derecho, no solo como beneficiarios de ciertas prestaciones de la política pública. Tanto el
Estado, como los jóvenes , las organizaciones y movimientos de la sociedad civil que
trabajen en pro de la juventud, deberían concertar las políticas y un plan que contribuyera a
la promoción social, económica, cultural y política de los jóvenes.
3- Las políticas públicas de juventud, tal como lo señala la Organización Iberoamericana de
la juventud, deberían ser integrales, específicas, concertadas, descentralizadas,
participativas y selectivas.
4- Es imprescindible contar con un soporte institucional si se pretende avanzar y hacer algo
sustentable en el tiempo.
5- El financiamiento necesario: en este punto es donde se debe fortalecer el trabajo en red,
para lograr ciertos niveles de impacto en la discusión presupuestaria.
6- es necesario un órgano rector y coordinador de la política ya que es un área bastante
acéfala y con una tremenda dispersión de todo lo que se va realizando.
7- Profesionalizar el tema de juventud.
Para finalizar habría que tener en cuenta dos aspectos de relevancia. El primero, la
muy escasa o nula experiencia en articulación y coordinación de políticas que impide o
dificulta las propuestas de coordinación programatica.
El segundo aspecto es señalar la muy baja articulación con los actores de la sociedad
civil, en primer término, las propias organizaciones de jóvenes o que realizan trabajo con
jóvenes.
5- BIBLIOGRAFIA