Entre El Folklore y La Etnomusicologia 6
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Escriben en este numero: - ··
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Gerardo Dirie •• · #11
Argentina. Compositor residente en los Es-
tados Unidos. Trabaja en la actualidad en el "'
Centro de Musica Latinoamericana, Indiana
University.
Philip V. Bohlman
Estados Unidos. Estudia las tradiciones mu-
sicales judias en Europa y el Medio Oriente
y realiza investigaciones sobre la historia de
la etnomusicologia. Profesor de Etnomusi-
cologia de la Universidad de Chicago.
Carlos Miftana
Colombia. Etnomusic6logo . Profesor en el
Departamento de Antropologia de la Univer- Caratula
sidad Nacional" de Colombia. Ha escrito Mariela Agudelo
Kuvi: Musica de Flautas entre las Paeces, De
Fastos a Fiestas: Navidad y Chirimfas en Po-
payan, y producido videos y cartillas bilin-
Fot6grafo invitado:
gues para educaci6n indigena. Fred Lopez
Colombia. Ha sido reportero grafico de El
Antonio Lopez Sanchez Heraldo de Barranquilla. Ha publicado sus tra-
Cuba. Es licenciado en Comunicaci6n So- bajos fotograficos en distintos medios de pren-
cial en la Universidad de La Habana. Su tra- sa como Cromos, Magazin 7 Dias y Gaceta.
bajo de diploma fue una investigaci6n sobre Miembro asesor de la Fototeca de Cartagena
la historia del movimiento de la Nueva Tro- (Archivo Hist6rico de Cartagena). Destacado
va . Actualmente se encuentra ampliando en la Primera Marat6n Fotografica de la Fun-
dicha investigaci6n. daci6n Nuevo Milenio (1998).
A Contratiempo
..-
Educ,1ci6n y Cultura
Gaceta Descubra las
revistas culturales Genus
Ensayo y [nm
Suscribase El Malpens,mte
forma y Fund:in a ellas
Hlstoria CrHfrc
Hojas de Lectura Ideas y Valores
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Ltt~ratura Maguare
AMx-iut iOu dt Kt , i-.la'i C ull ura ll~ Colom hian11~
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FILATELIA S J!lO y Pen,amiento
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la musica austera de Oscar Bazan
4 y unas canciones urbanas del Uruguay
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por Gerardo Dirie
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65 s ARMERO
34
e Preludio y Avalancha
ii
a por
s Hector Fabio Torres
"Un pais muy folkl6rico" bro . La identidad esta en "la" cumbia, pero no en cual-
quier cumbia, sino en "esa" cumbia que cumple con
']'( qs estudios sobre la musica popular tradicional las condiciones y requisitos fijados por los folkloris-
14.. en Colombia han estado marcados - coma en otras tas. "La" cumbia o "el" bambuco "folkl6ricos" son, en
partes del mundo-por el concepto de folklore , termi- ultimas, una elaboraci6n, un producto de los "folklo-
no que propane en.1846 William]. Thoms en el am- r6logos ,, , lo mismo que el "traje ti pico del sanjuane-
bito de los estudiosos y aficionados a las "antigueda- ro··. Se abre, entonces, la casuistica, la enumeraci6n
des", tan de moda desde comienzos del siglo XVIII. de "rasgos autenticos", las bases para los concursos y
Este concepto es en ten dido de diferente forma segun festivales "folkl6ricos" con el fin de preservar la "pu-
los autores, las epocas y las tendencias, y ha tenido reza" de las "expresiones folkl6ricas". En el caso de
dificultades para encontrar su objeto de estudio y su Colombia estas concepciones han tornado tal fuerza
especificidad como "ciencia" -aspiraci6n de Carlos que el mismo concepto de folklore es "intocable".
Vega- en tre los estudios literarios, musicales, la ar- Cuestionar, interrogar el concepto de folklore y las
queologia, la sociologia y la antropologia. 1 elaboraciones que de la cultura tradicional han hecho
Una constante entre los folklor6logos, a pesar de los folkloristas bajo ese mismo nombre, es herir la
sus diferencias, es su concepci6n apocaliptica de la sensibilidad popular, es negar la identidad, las raices,
cultura popular frente a la modernizaci6n de la socie- los valores "propios" de la cultura colombiana, es ser
dad: se estan acabando las tradiciones bajo la loco- un apatrida que - en determinados contextos- merece
motora implacable del progreso; por eso hay que re- ser linchado, o al menos excluido.
cogerlas, fotografiarlas, filmarlas y grabarlas. La cul- Como expresi6n de esta forma de entender la cul-
tura popular tradicional no es actual, es una "supervi- tura popular tradicional, y a manera de brigadas de
vencia" del pasado, una especie de f6sil viviente que rescate o de "clubes" de coleccionistas, surgen socie- ·
hay que proteger y exhibir en esos "zool6gicos cultu- dades y asociaciones de folkloristas en todo el mun-
rales" que son los festivales folkl6ricos, los museos y do. Ya en 1881 habia una Sociedad de Folklore en
2
los centros de documentaci6n. Espana dirigida por Antonio Machado y otra en
Ligada a la recolecci6n-conservaci6n esta la clasi- EE.UU .. Por esta misma epoca empiezan a realizarse
ficaci6n, la taxonomia coma producto final o sintesis , algunos estudios -especialmente literarios- en Ame-
y como esfuerzo por superar la descripci6n anecd6ti- rica Latina. 3
ca. Los trabajos folkloristas suelen ser, ademas, ambi- En Colombia, hay que esperar a los aflos 50 para
ciosos desde el punto de vista cuantitativo, pretencio- encontrar una producci6n escrita de cierta significa-
samente exhaustivos; pretension posible por la con- ci6n en la linea de los estudios musicales y hasta 1959
cepci6n estatica, terminada y cerrada de la cultura, y para que esta concepci6n de la cultura popular se con-
que se expresa en grandes listados y obras de sabor crete en un "Centro de Estudios Folkl6ricos y Musi-
enciclopedico como "compendios generales", diccio- cales" .1 De esta misma epoca son las primeras graba-
narios, vocabularios, manuales ... Al folklorista le in- ciones de musica popular tradicional, en especial en-
teresa mas perseguir una melodia olvidada, pieza fal- tre comunidades indigenas, y en la costa norte para
tante de su colecci6n, que entender poblaciones afro y mestizas. 5
las practicas musicales en sus trans- Existen, no obstante, algunos
formaciones yen su contexto socio- .iUA N 0£ D 1 0S ARlJ-1..c,
trabajos pioneros publicados, como
cultural; prefiere acumular y cata- los de Emirto de Lima sobre melo-
logar cuidadosamente la informa- dias costeflas (1935, 1938, 1942),6
ci6n, a arriesgar una interpretaci6n. el de Daniel Zamudio -un panora-
Los proyectos folkloristas se li- FOLKLORE ma pretendidamente nacional-
gan desde un comienzo a proyec- ( 1936), el del Padre Francisco de
SANT AND EREAN 0
tos nacionalistas. En el folklore, en Igualada sobre "Musicologia indige-
ese iasado idealizado, embalsama- na de la Amazonia colombiana"
do Y. copsagrado por la autoridad TOMO IT (1938) y las anotaciones del padre
del folklorista, esta la esencia de la Jose Ignacio Perdomo en el "Glosa-
identidad nacional. La cultura po- rio folkl6rico de terminos relativos a
pular tradicional se "cosifica", se danzas, cantares e instrumentos ti-
"objetualiza" en el museo o en el li- picos de Colombia" de su Historia de
BUCARAMANOA • BIBLJOTECA SANTANDER - VOL. XXIV
I954
'NARCISO GARAY
38
ACONTRA T EMr'l
Despues de los estudios pioneros mencionados y por el exito de los movimientos musicales "naciona-
de Emirto de Lima y Daniel Zamudio, los primeros listas" en el continenle, viajan por todo el pais reco-
que s~ refieren especificamente a la musica basandose giendo y transcribiendo melodias indigenas, campe-
en trabajo de campo, grabaciones, transcripciones sinas y afrocolombianas. Muchas de las publicaciones
musicales y analisis _musicologicos -aunque sean de- de esta epoca son simplemente una o dos melodias
masiado descriptivos y superficiales o se basen en transcritas y comentadas, melodias que posteriormente
muestras pequeii.as o poco representativas- son los de! apareceran -transformadas- en una obra sinfonica o
Centro de Estudios Folcloricos y Musicales (CEDEFIM) de camara. Tanto las primeras transcripciones de los
de! Conservatorio Nacional de Musica fundado en Bo- aii.os 40 y 50, como estas de los aii.os 60 y 70, resultan
gota en 1959. De cerca de media docena de publica- "encajonadas" un poco mecanicamente en los patro-
ciones bastante breves se destaca la de Andres Pardo nes academicos de la musica centroeuropea. La ma-
Tovar y Jesus Pinzon Urrea sobre Ritmica y mel6dica yoria de ellas no resistirian una confrontacion con las
delfolklore chocoano (1961, 72 p.). De la misma epoca grabaciones, a excepcion de las de Jesus Pinzon Urrea
es el trabajo del padre Andres Rosa sobre el rajalena (y tal vez Blas Emilio Atehortua), sin lugar a dudas el
en Neiva (1964), los penetrantes escritos sobre la que mas logra aproximarse con las herramientas de la
musica andina urbana y campesina de Jesus Pinzon grafia musical occidental al fenomeno sonoro "salva-
Urrea (1970) y Luis Torres Zuleta sobre el bambuco je" y distinto de la musica indigena y popular tradi-
urbano (1974); un estudio sobre la fiesta de San Pas- cional. Buena pane de estos estudios siguen movien-
cual Bailon en el Iago de Tota (Boyaca) con transcrip- dose en el paradigma folklorista y resultan funciona-
ciones musicales de Blas Emilio Atehortl'.rn ( 19 70), pero les a el, aportando "ilustraciones musicales" a los tra-
sin ningun analisis musicologico. 15 En Medellin, Tres bajos de los folkloristas.
danzas de Momp6s (Extension Cultural - Ciprofolc,
1970, 74 p.) va a ser un trabajo pionero, aunque mas Los antrop6logos, soci6logos y linguistas
centrado en lo dancistico. Una buena pane del equi- como musicos
po responsable de esta investigacion (Alberto Londo-
no, Oscar Vahos ... ) va a liderar posteriormente una ')'( os estudios realizados por profesionales pro-
serie de procesos investigativos, pedagogicos y de pro- 14, venientes de las ciencias sociales se han orien-
yeccion en torno a la Escuela Popular de Arte (EPA) y tado a entender no tanto la musica como fenomeno
al Centro de Estudios Folcloricos (CEF). En el Valle, sonoro sino los contextos y espacios donde se pro-
Lubin Mazuera publica un analisis musical del bam- duce, y el papel mediador que juega en las relacio-
buco en su libro Origenes hist6ricos del bambuco (Cali, nes sociales. Los primeros trabajos de este tipo han
1972), aunque sin basarse en un trabajo de campo. estado centrados en los contextos afrocolombianos e
Carmen Ortega Ricaurte elabora una primera "Con- indigenas.
tribucion a la bibliografia de la musica en Colombia" Si bien se pueden rastrear numerosas referencias
(Revista U.N., Bogota, N° 12, 1973: 83-255), en la que a la musica en las obras antropologicas y sociologicas
aparece un capitulo titulado "Folklore colombiano: (por ejemplo, en Aquiles Escalante o Rogerio Velas-
musica y danzas" (12 p.). Unos quez y en general en casi todas las
aii.os mas tarde, Jorge Morales Go- etnografias de grupos indigenas co-
)Jlez publicara una Contribuci6n a lombianos) , 16 queremos destacar los
la bibliografia sobrefolclor colombia- trabajos magistrales de Norman E.
no en la que la musica tiene una
COMPENOIO GENERAL
OE FOLKLORE COLOMBIANO Whitten Jr. sobre los contextos mu-
presencia significativa (1978, aun- Guillermo Abadia Morales sicales de las "tierras bajas" del Pa-
que unicamente recoge trabajos cifico de Ecuadory Colombia. 17 Des-
editados hasta 1973, 130 p.). de una perspectiva tambien antro-
Los musicos academicos de po logica son los trabajos de Benja-
esta tpoca desean nutrirse de las min Yepes 18 y, mas recientemente, los
fuentrs µ,opulares para sus compo- de Peter Wade sobre contextos afro-
siciones. Motivados por los traba- 0 colombianos urbanos. 19 La Univer-
jos de folkloristas -e incluso tra- sidad de Antioquia publica en 1989
bajando en equipo con ellos, como una meritoria monografia de corte
Guillermo Abadia en el CEDIFIM- antropol6gico y musicol6gico de Ser-
gio Ivan Carmona Maya sobre los kuna
...
J/\VlEQ OCAMPO LOPEZ
40
A CONTRA T I EMPO
(publicado recientemente por el Ministerio de Cultu- rico (contra los textos de Abadia) como en el hist6ri-
ra con el titulo De fastos a fiestas. Navidad y chirimias co (contra la historiografia del padre Perdomo, Pardo
en Popayan, 1997, Bogota, 197 p.) . En esta misma Tovar...) .29 Posteriormente asume una posici6n cons-
perspectiva, en 1989 escribi6 Musica campesina de jlau- tructiva proponiendo nuevos acercamientos sobre los
tas y tambores en el Cauca y sur del Huila (250 pagi- temas anteriores. Sus trabajos cubren un amplio pa-
nas), trabajo -inedito- que recibi6 el apoyo econ6mi- norama: la musica colonial, los estudios hist6ricos de
co de Colcultura a traves del concurso Becas Francis- la musica popular (ineditos) , la organologia y las ma-
co de Paula Santander. Fruto de un breve trabajo de nifestaciones actuales de la musica tradicional y etni-
campo en Guapi y Buenaventura, y analizando las ca (en especial San Andres y Providencia, y la etnia
marimbas de los museos organol6gicos, tambien es- wayu). Ha desarrollado tambien una labor importan-
cribi6 Afinaci6n de las marimbas en Ia costa Pacifica co- te de difusi6n y divulgaci6n dirigiendo colecciones dis-
Iombiana: un ejempio de Ia memoria africana en Colom- cograficas y series para la television. 30
bia, en el que a partir del analisis intervalico y de su En el Tolima, y vinculado a un trabajo de proyec-
ejecuci6n se propane una interpretaci6n de su afina- ci6n musical con el grupo Cantatierra, Humberto Ga-
ci6n (1990, 34 p.). En 1994 el ICAN public6 un estu- lindo ha publicado una serie de estudios biograficos y
dio sobre fiestas y musica nasa, realizado tambien con musicol6gicos sobre la cana y Cantalicio Rojas. En el
el apoyo econ6mico de otra beca de Colcultura .27 Llano, el libro Cantan Ios aicaravanes recoge una serie
Maria Eugenia Londono (musica), Silvio Aristi- de trabajos sobre tradici6n oral y musica llanera, en-
zabal (antrop6logo) y Ana Maria Arango (psic6loga) tre los que destaca el de Carlos Rojas H. -un recono-
realizan un novedoso trabajo interdisciplinario que cido arpista-, aunque sin analisis propiamente musi-
combina el estudio de lo musical, el juego, los proce- cal.31Alfonso Davila Riveiro ha publicado tambien un
sos de socializaci6n infantil y la educaci6n formal ha- trabajo sobre "La cuenca amaz6nica. Musicas popula-
cia un modelo educativo bilingue y bicultural entre res urbanas" (en A Contratiempo, 1988 , N° 3: 24-37).
los embera-chami de Cristiania (Universidad de An- A finales de los ochenta y comienzos de los no-
tioquia , 1990, inedito). Una version de este trabajo, venta se empieza a abrir paso una producci6n signifi-
mas centrada en lo propiamente musical , elaborada cativa de trabajos de grado, monografias e investiga-
por Maria Eugenia Londono con la colaboraci6n de ciones en universidades colombianas con un nivel
Jorge Franco , recibi6 en 1993 el premio de investiga- aceptable o meritorio y que abren importantes pers-
ci6n de musica de La Casa de las Americas de la Ha- pectivas en este campo. Aunque todas ellas se centran
bana. 28 en lo musical, lo abordan desde enfoques y perspecti-
En 1985 la Universidad Nacional trat6 de reto- vas diferentes: unas mas orientadas a la descripci6n y
mar su experiencia investigativa de los anos sesenta analisis del fen6meno sonoro, otras a sus contextos
desde el lnstituto de lnvestigaciones Esteticas y desde desde una perspectiva antropol6gica o sociol6gica; fi-
una perspectiva academica, contra la tradici6n folklo- nalmente, otras -tal vez las mas interesantes- realiza-
rista, publicando la Revista coiombiana de investigaci6n das por estudiantes que han cursado estudios tanto
musical , pero desgraciadamente se frustr6 despues de en el cam po de las ciencias sociales como en musica y
aparecer el primer numero, centra- que, en su mayoria, ameritan ser
do en la clasificaci6n de instrumen- RAICES DE MI TERRUNO publicadas.
LA ENCICLOPEDIA J'OLCLORICA DEL TOUMENSE
tos musicales . Sobre este mismo
tema la UN public6 un libro de Eg- El papel de los grupos
berto Bermudez (Los instrumentos "de proyecci6n", centros,
musicales en Colombia, 1985, 126 escuelas e institutos de
p .). El profesor Egberto, con estu- cultura popular
dios musicol6gicos de doctorado en
Inglaterra, ha desarrollado un tra- / ~ n los anos setenta en Colom-
bajo constante de investigaci6n y di- "-l,.., bia la mayoria de los musicos
fusi6n cpscografica. Sus primeras urbanos no inscritos en los circui-
publicaciones se concentran en una tos comerciales: estudiantes de mu-
labor critica demoledora hacia la sica, mel6manos y aficionados en
musicologia desarrollada en Colom- general nos considerabamos "inves-
bia, tanto en el campo de lo folkl6- tigadores" . Ir al cam po o a un festi-
cusi6n en la cumbia). Los trabajos de este grupo estu- Consejo Internacional de la Musica de UNESCO), y
vieron visiblemente influenciados por los enfoques dos Encuentros Internaciona!es de Investigadores de Ia
estructuralistas en el analisis musical. 36 Mu.sica Popular (en realidad binacionales Ecuador-
Colombia), organizados por el IADAP de Quito, even-
Eventos y publicaciones tos formales, cada vez mas burocraticos, con escasa
participaci6n y sin debates de fondo.
".1( os eventos como congresos, seminarios, encuen- Ante la ausencia de eventos academicos -lo al
14, tros ... y las publicaciones especializadas estan reves, tal vez?- los festivales y concursos de musica
intimamente ligados a los procesos de construcci6n y como los del Mono Nunez, Aguadas, el Festival del
consolidaci6n de comunidades academicas y discipli- Porro, por ejemplo, han abierto pequefl.os espacios
nares. El panorama en este sentido es preocupante y entre el sonar de tiples, guitarras y trompetas, con este
revelador, pues confirma las debilidades y la disper- fin. Espacios, en ultimas, marginales. Los debates so-
sion que hemos ido mostrando a lo largo de este arti- bre la musica popular tradicional se han descentrali-
culo. De las cinco Conferencias Interamericanas con- zado y democratizado, y estan en la calle, en la con-
vocadas por el Consejo lnteramericano de Mtlsica, cha acustica o en la taberna durante los dias que dura
(CIDEM) tlnicamente la primera, realizada en Carta- el festival, pero creemos que esto no ayudara a conso-
gena ( Colombia) del 2 4 al 28 de febrero de 1963, lidar comunidades academicas. En los congresos de
cont6 con la participaci6n de ponentes colombianos. antropologia de vez en cuando hay alguna ponencia
El Encuentro NacionaI de Folcloristas, realizado en aislada, pero no hay simposios .
Medellin organizado por la Biblioteca Publica Piloto y Colcultura -hoy Ministerio de Cultura-, con su
la EPA (16-18/09/1981), un evento realmente masi- programa de becas para estimular la investigaci6n
vo, lo percibimos hoy -a la distancia- como el mo- cultural desde 1987, ha dedicado anualmente una
menta culminante del paradigma folklorista en el pais suma de dinero para una investigaci6n musical. Sin
y como el inicio de su resquebrajamiento. El I Fora- embargo, el programa ha descuidado la publicaci6n
Taller NacionaI de Mu.sica y Danza Campesinas de Boya- de los trabajos premiados y tampoco ha promovido la
cd y areas de interinfluencia: joropo-torbellino, realizado conformaci6n de comunidades academicas.
en Tunja, del 29 de mayo al lo. de junio de 1985, y Las publicaciones peri6dicas son un fiel reflejo del
organizado por el ICBA y el CICP, seflala otro quiebre panorama esbozado hasta aqui. El paradigma folkloris-
del folklorismo pero desde otra perspectiva. La pro- ta dominante durante mas de 50 aflos en Colombia ha
puesta estuvo a cargo del grupo de la Fundaci6n Nue- tenido siempre un medio de expresi6n -con frecuen-
va Cultura y Samuel Bedoya, grupo que emergia como cia promovido desde la antropologia- .37
un nuevo paradigma frente a la musica popular tradi- Una perspectiva mas antropol6gica asumen la
cional. El V Taller Latinoamericano de Musica Popular Revisla de! Instituto Etnol6gico NacionaI, en la cual se
organizado en Bogota, del 25 de marzo al 3 de abril destaca un trabajo de Gerardo Reichel-Dolmatoff con
de 1988, tambien por la Fundaci6n Nueva Cultura, algunos aspectos musicales de los Kogi (vol IV, 1949/
contrast6 con el anterior por la presencia de mtlsicos 50), y la Revista Colombiana de Antropologia, 6rgano
populares argentinos y uruguayos de! lnstituto Colombiano de Antro-
en el comite organizador. Estos lle- pologia, y que substituy6 a la Revis-
&aron con una mirada mas fresca,
creativa e irreverente de la musica
popular tradicional, menos academi-
ca y acartonada.
En estos ultimos diez afl.os los
lNr~hE:! MUSICA Y DANZA
ta Colombiana de Folclor. Este cam-
bio de nombre pareciera expresar
simb6licamente la expulsion de los
estudios folkl6ricos del ambito aca-
demico de la antropologia. En for-
eventos relativamente masivos para ma muy ocasional aparecen articu-
encontrarse e intercambiar ideas e los sobre musica en las revistas uni-
.,
investigaciones sobre la musica po- versitarias de antropologia (UN y
pular · tradicional en general no se Universidad de Antioquia).
han d·adci como tales. Onicamente La EPA, el IPC y en general los
algunas reuniones peri6dicas de la centros de cultura popular regiona-
TRIMALCA (Tribuna de Musica les con mayor trayectoria han pu-
para America Latina y el Caribe, del blicado en forma muy esporadica
I I I I I
\\.\'\I (IJ) f
ORAFIA OESD& NOTACION 8EPmD1
43
pequenos boletines de folklore con do por la Cniversidad de Michigan
algunos estudios musicologicos. En y realcado en marzo 21 y 22 de
~pecial hay que reconocer el tra- 199,, resulta evidente que los estu-
bajo del Boletin del CEF (Centro de dios emomusicologicos a nivel in-
Estudios Folcloricos) en Medellin. ternacional hace rato que tomaron
Para el Encuentro Nacional de Fol- otros rumbas· 1. Musica en la dias-
cloristas de 1981 se lanzo Emberct. Yf!neroy pora, 2 Ra::a, etnicidad, clase y ge-
Revis ta defolclor, de Medellin, de la 'Yac16ne11 nera, 3 Mov1mientos transnaciona-
que solamente se publicaron dos I'/ 7Jam6uco les en musica, +. Danza y la politica
m1meros. Numerosas revistas de del performance, 5. Musica y memo-
cone literario y con enfoque tam- ria, 6. Folklore, musicas riluales y
bien folklorista se han venido pu- populares , 7. Musica popular y los
blicando en provincia yen Bogota. 38 medias masivos , 8. MOsica popular
Los concursos y festivales folklori- y movimientos sociales, 9. Nacio-
cos publican tambien con cierta fre- nalismo y musica, 10. Oralidad, his-
cuencia boletines y folletos con ar- toricidad e identidad, 11. Exploran-
ticulos de interes para los estudios regionales. do metodologias, 12. Musica y globalizacion.
Rompiendo con el paradigma folklorista y situan- Se trata de la irrupcion de las miradas posmoder-
dose en una perspectiva academica y universitaria, nas, interdisciplinarias y, en concreto, del campo lla-
surge la Revista Colombiana de Investigaci6n Musical, mado de los "estudios culturales". En Colombia estos
dirigida por Egberto Bermudez y editada por el lnsti- planteamientos se han popularizado a traves de los
tuto de Investigaciones Esteticas de la UN, pero solo trabajos de Nestor Garcia Canclini y Jesus Martin Bar-
se publica un numero (1985). Dos anos despues, en bero, pero el impacto en los estudios musicales es to-
la misma linea, pero sin pretensiones academicas apa- davia incipienle. Alga se percibe en los estudios de
rece A Contratiempo. Musica y danza, que publico 8 corte mas sociol6gico y antropologico. Una investiga-
numeros -unas mil paginas- entre 1987 y 1992 sin dora recientemente llegada al pais, Ana Maria Ochoa,
apoyo oficial (editada por la Fundacion Dimension esta ejerciendo un liderazgo importante en t9rno a este
Educativa), con corresponsales en mas de diez ciuda- nuevo paradigma de los estudios etnomusicologicos
des, fundada y dirigida por el que escribe estas lineas. y culturales, desde su puesto en el Ministerio de Cul-
Concebida como un espacio abierto y pluralista in- tura. Para este proyecto intelectual se necesitaba un
cluyo una amplia -excesiva, sin duda- variedad de media de difusion adecuado que, obviamente, no era
tematicas y enfoques. No obstante, el peso mayor la Nueva Revista Colombiana de Folclor. Ana Maria pro-
-mas de un 30%- recayo en los estudios de cone mu- puso retomar la iniciativa de la revista A Contratiem-
sicologico sobre la musica popular tradicional, de ahi po. Musica y danza -fuera de circulacion desde 1992-
su valor indiscutible para este campo que nos ocupa . orientandola hacia otros rumbos, con una excelente
Finalmente, es necesario reconocer los trabajos edicion y con un criteria mas critico, academico y
divulgativos de grabaciones de campo y videos. Es- contemporaneo en la seleccion de los articulos. El cam-
tos, normalmente, han sido acompanados por comen- bio en el subtitulo es muy diciente: A Contratiempo.
tarios no muy especializados, pues iban dirigidos para Musica en la cultura (segunda epoca, Ministerio de
un publico amplio. 39 Desde una perspectiva tambien Cultura, N° 9, 1997). La tesis de doctorado de Ana
divulgativa habria que encarar tambien los escritos de Maria -inedita- se centra en la nueva musica andina
cone periodistico que con frecuencia aparecen en la colombiana, y adelanta en la actualidad una serie de
prensa nacional y regional, en especial en los magazi- investigaciones musicologicas en el contexto de los
nes y suplementos, y la produccion radial. 40 estudios culturales (ver por ejemplo, "Tradicion, ge-
nera y nacion en el bambuco", en A Contratiempo 1997,
~La emergencia de un nuevo paradigma 9: 34-44) . La plataforma de dichos estudios cultura-
les ha sido planteada en un articulo titulado "tQue
~ i observamos las tematicas propuestas para el cultura va a tener? Un paseo musical y literario por
~ reciente congreso The Rhythms of Culture: Dan- los estudios culturales" (N6madas, Bogota, 1998, 8:
cing to Las Americas. An International Research Confe- 179-189), plataforma que abre un nuevo panorama y
rence on Popular Musics in Latin(o) America, orgam::a- que resitua la investigacion en este campo.
44
A CONTRA TIEM PO
45
A C0NTRA T I EMPO
6
Folklore colombiano, Barranquilla, 1942, 210 p. El libro del pro- El diccionariofolk,,m dt Cc' rr.b1a. Mtisica, instrumentos y dan-
fesor Emirto, tal vez el primer trabajo musicologico de cierta en- zas, de Harry C. Davidson en 1 tomos, si bien se inscribe
vergadura en Colombia sobre musica popular, es una recopila- en este contexto, tiene un va. r ia-iportante como recopilaci6n
cion de• diversas conferencias que el mismo ilustraba musical- de fuentes hist6ricas documentales , aunque no resulte muy rigu-
mente al piano: cantos de vendedores callejeros, toques de gai- roso ni critico.
tas, melodias de la cana de millo ... El libro incluye las partituras 10
Guillermo Valencia S Cordobt1. su gentr, su folclor, Monteria,
que le servian como guion para tocar los ejemplos en el piano.
1987, 1990 y 1994, 196 p .. \\"tlham Fonich Diaz (sa-
7
Daniel Zamudio. "El folklore musical en Colombia" 1936 y 1949, bre el Fandango cantado en d Simi Medw, \fonteria,
en Revista de las Indias, Bogota, 30 p.; Francisco de lgualada, en 1985, y sobre el porro pelayero Con bombosy platillos,
Boletin Latinoamericano de Musica, Bogota, IV, 1938: 675- 708. Vale Monteria, Domus Libri, 1994), Consuelo Araujo de
la pena tambien mencionar el excelente trabajo de Narciso Garay Molina. Vallenatologia. Origenes y fundamentos de la
(Bruselas, 1930) Tradiciones y cantares de Panama, pues recoge musica vallenata, Bogota, Tercer Mundo 1973; Miguel
una serie de expresiones musicales comunes a Panama y al Cari.- Angel Martin. Del f olclor llanero. Villancenc10, 1979 y CORDOBA
be colombiano. Hay que tener en cuenta que las fronteras politi- 1986, 216 p.; Blanca Alvarez. Raices de mi terruflo. En-
cas entre los paises no siempre -o mejor, casi nunca- responden ciclopediafolkl6rica del to/imense, Ibague, 2a ed. 1985,
a las "regiones culturales", y que una frontera -mas que una se- 475 p.; Misael Devia. "Folclor tolimense", en Revista
paracion- es un lugar de contacto. La bibliografia musicologica Colombiana de Folclor, Bogota, 1962, tambien reeditado reciente-
venezolana es fundamental para el estudio de la musica llanera mente en la Nueva Revista Colombiana de Folclor.
en Colombia, o para la musica de la comunidad wayu, e incluso 11
No se entra en detalles en la critica a estos textos, pues serfa
para los cantos de vaqueria Oose Perrin, Luis F. Ramon); lo mis-
interminable. A manera de ejemplo, puede verse la devastadora y
mo puede decirse de los estudios ecuatorianos sobre la musica
minuciosa critica de Egberto Bermudez a la clasificaci.6n de los
afroesmeraldefia.
instrumentos musicales realizada por Abadia -y que copian ta! cual
Por ejemplo, frente a la valoracion positiva de la musica costena todos los demas textos- (Revista Colombiana de Investigaci6n Musi-
por el barranquillero Emirto de Lima, Zamudio, con una vision cal, UN, N° 1, 1985); una critica al manejo de las fuentes en Mifia-
·cachaca", afirma: "Ellos (los negros africanos) vinieron con su na (Kuvi, Bogota, !CAN, 1994) ya su concepcion folklorista y sexista
musica, que mezclada con la espanola nos ha dado un producto en Ana Maria Ochoa ("Tradicion, genera y nacion en el bambuco",
hibrido y perjudiciaL Es necesario, y se impone una depuracion". en A Contratiempo, Bogota, Ministerio de Cultura N° 9, 1997).
(405). 1
~ Para un estudio de caso de los concursos de musica y su im-
Guillermo Abadia publico algunos breves articulos desde 1943, pacto en los procesos musicales regionales ver Minana (De fastos
pero su producci6n masiva comienza en los anos 60, en especial afiestas, Ministerio de Cultura, Bogota, 1997. pp. 47-60). Un
en forma de programas radiales que fueron publicados por el equipo de la Universidad de Antioquia, liderado por Maria Euge-
Boletin de Programas de la Radiodifusora Nacional de Colombia. En nia Londono, elaboro una serie de estudios -ineditos- sobre va-
1973 aparece una sintesis bajo el tilulo La musica folhl6rica co- rios concursos y festivales de musica en Colombia. Ana Maria
lombiana (Universidad Nacional, Bogota, 158 p.). Editara nume- Ochoa trabaj6 en su tesis doctoral el concurso del Mono Nunez
rosos libros posteriormente, pero la obra emblematica y sintesis (Plotting Musical Territories, Indiana U., 1996).
de todo su trabajo es el Compendia general del folhlore colombiano 13
(Colcultura, Bogota, 1977, 557 p.), obra que ha sido reeditada La musica tradicional de estos paises fue estudiada con deteni-
miento desde finales de! siglo pasado, destacandose en especial
una y otra vez, y que escribio en funcion de una catedra de folklo-
la obra monumental de los esposos D'Harcourt publicada en 1925
re en el Conservatorio de la Universidad Nacional de Colombia.
y los registros de Louis Girault en los anos cincuenta. Delos anos
Octavio Marulanda -fallecido recientemente- desarroll6 su
actividad principalmente en el Valle del Cauca, como docente e setenta son los estudios de Luis Segundo Moreno en el Ecuador,
mvestigador en el lnstituto Popular de Cultura de Cali yen FUN- o el excelente tratado organol6gico de Carlos Coba. Reciente-
\1US1CA, fundaci6n organizadora del Concurso de Musica Andi- mente se destacan los trabajos de Max Peter Bauman y del Insti-
na Colombiana "Mono Nunez" de Ginebra. Ademas de numero- tuto Andino de Artes Populares de! Convenio Andres Bello con
Patricio Mantilla y Patricio Sandoval; es importante tambien el
sos articulos sobre musica en el Valle, sus obras de mayor reso-
nancia son El folclor de Colombia. Prdctica de la identidad cultural impulso a la difusion de trabajos investigativos y compositivos
(Bogota, Artestudio, 1984) y un trabajo sobre ludica infantil. Sus en la revista Opus del Banco Central del Ecuador.
publicaciones han tenido una difusi6n menor que las de Abadia 14
Si bien en este pais los estudios pioneros sistematicos son re-
\lorales y sigue casi en forma literal los trabajos de Abadia. cientes (hacia 1950) han tenido un impulso importante en el li-
Javier Ocampo Lopez, historiador profesor en la Universidad derazgo de Luis Felipe Ramon y Rivera e Isabel Aretz. Aqui cum-
Pedag6gica y Tecnol6gica de Colombia en Tunja, ha centrado sus pli6 un papel fundamental el INlDEF (lnstituto Interamericano
estudios en Boyaca. Sus libros sobre folklore adolecen de un tra- de Etnomusicologia y Folklore) financiado por la OEA y el go-
baJO de campo pero incorporan informaciones valiosas fruto de bierno venezolano.
su acercamiento a las fuentes hist6ricas pero, parad6jicamente,
15
sucumbe ante la rigidez y estatismo del folklorismo. Comenz6 a Andres Rosa. "Esencia, estilo y presencia de! rajalefia", en The-
publicar sobre el tema desde 1970; sus obras mas difundidas - saurus, Bogota, Instituto Caro y Cuer\'O. XIX. 1964, pp. 510-542;
vercl.,ideros best sellers pues rompen un poco el caracter enciclo- Jesus Pinzon Urrea, 1970, 16 paginas. editado en el
pedico y "ladrilludo" de los trabajos de Abadia y Marulanda- son Boletin Interamericano de Mus,ca en Washington; Luis
ESUCIA,CSTU
El fo[clory las bailes tipicos colombianos (Manizales, 1981, 220 p.), Torres Zuleta, 1974, 27 pagmas, inedito, Lilia \1on- TPIUlKIA
Mtisica y folclor de Colombia (Plaza y Janes, Bogota, 1984, 14 2 p.) tana de Silva Celis. 1970 M!tos, lcycndas, tradiciones DEl 'RUALEilt
y Las fiestas y el folclor en Colombia (El Ancora, Bogota, 1985, 2 73 y f olclor del Lago de Tota, Tunp, CPTC
p.). Estos tres libros son, en realidad, tres versiones con peque- 1
Aquiles Escalante. El negroen Colombia, Bogota, UN,
"
nas modificaciones de una misma obra. 1964, 198 p. -cuarta pane-. ,·er el trabaJo de Egber-
46
A CONTRA T I EMPO
to Bermudez "Musica indigena colombiana" (en Maguare, Uni- poblaci6n negra. Las tierras bajas occidentales de Colombia, Bogota,
versidad Nacional de Colombia, Bogota, N° 5, 1987: 85-98) para lnstituto Caro y Cuervo, 1977, 366 p.) y Susana Friedmann
un panorama general de los estudios sabre musica indigena, asi -esta ultima del lnstituto de lnvestigaciones Esteticas de la Uni-
coma la bibliografia elaborada por Blaz Telban para las etnogra- versidad Nacional de Colombia- quien publico "Estrategias ora-
fias (Grupos etnicos de Colombia, Quito, Abya-Yala, 1988, 526 p.). tes y la transmisi6n musical de! romance en las tierras bajas de
17
Colombia", en El folclor en la construcci6n de las Ameri-
Diferentes trabajos publicados desde 1967 ("Musica y relacio- cas, obra citada, 1992, 103-118), y tambien el libro
nes sociales en las tierras bajas colombianas y ecuatorianas de sabre Las fiestas de junio en el Nucvo Reino, Bogota, lns-
Pacifico", en America indigena, Mexico, 1967, 27( 4)635-666), pero
en especial Pioneros negros. La cultura afro-latinoame1icana del Ecua-
tituto Caro y Cuervo y Patronato Colombiano de Artes
y Ciencias, 1982, un texto de caracter historico que __ __ ,_
I.AS flf:STAS DE JUN/0
.,
t:.\ /'J
Nl/f:r1om:rN11
dor y de Colombia, Quito, Centro Cultural Afro-Ecuatoriano, 252
p.; editado en 1992, traducido de la segunda edicion en ingles
pretendia terminar con una comparacion con las fies- ··--·-·-
tas en la actualidad. Segun las afirmaciones de la auto-
de 1986. La primera edicion es de 1974. ra, al no encontrar en el campo las expresiones espe-
IR La musica de las guahibo [sikuani-cuiba], 1984, Ban- radas , se "desmotivo" y realizo un trabajo no muy con-
co de la Rep1:iblica, con un casete; "La musica de los cienzudo. Las escasas transcripciones musicales , co-
LA MUSICA OE LOS murui-muinane", en el Boletin de Antropologia, Mede- nociendo la musica de la region, creemos que presen-
GUAHIBO
llin, 1987, 6(21)199-210; y el disco Musica de las tan problemas y que no se acercan a las interpretaciones de los
S!KUANI CUIBA
huitotos, Finarco, Bogota, 1981. grupos de base del Tolima Grande. Los estudios sabre coplerio y
■
cancioneros despues de los 70 han estado marcados por un enfo-
19
"Black music and cultural syncretism in Colom- que sociol6gico o antropologico y por un tratamiento tematico,
bia", en Slavery and Beyond, Wilmington, Scholarly tratando de superar las taxonomias de los folkloristas; un trabajo
Resources Books, 1995: 121-146 y "Entre la homo- recientemente publicado en este sentido es el de Pablo Mora Cal-
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geneidad y la diversidad: La identidad nacional y la deron ("Contribuciones al cancionero infame de Colombia", en
musica costefla en Colombia", en Maria Victoria Uri- A Contratiempo, Bogota , Ministerio de Cultura,1998, 10: 23-35).
be, ed. Antropologia en la modernidad: identidades, et- Finalmente, un estudio tambien centrado en lo lingi.iistico pero
nicidades y movimientos sociales en Colombia, Bogota, ICAN, 1997, ligado a lo musical es el excelente trabajo de Armin Schwegler
61-91. Chi ma nhongo sabre los ritos de lumbalu en San Basilio de Palen-
20
La musica, un fen6meno cosmog6nico en la cultura Kuna, 281 p. que (Frankfurt am Main, Vervuert, 1996, 2 vol. , manuscrito de
Curiosamente, Carmona ignora el trabajo pionero de Narciso 1989)
Garay (Bruselas, 1930); hubiera sido interesante comparar su 23
Ciro Quiroz Otero. Vallenato, hombre y canto, Bogota, icaro,
transcripcion de] canto de kantule hace 60 aflos, con las versio- 1983, 244 p.; Rita Llerena Villalobos. Memoria cultural en el va-
nes contemporaneas de los kuna. llenato. Un modelo de textualidad en la canci6n folcl6rica colombia-
21
Jorge Morales - Eugenia Villa, ed. El folclor en la construcci6n de na, Medellin, Universidad de Antioquia, 1985, 293 p. Otro estu-
las Americas. Memorias del VI Congreso de Antropologia en Co- dio centrado en lo literario es la obra de la profesora de la Uni-
lombia, Bogota, Universidad de los Andes, 1992, 260 p. De las versidad de Antioquia, Consuelo Posada (Canci6n vallenata y tra-
20 ponencias, una es sabre la problematica social expresada en dici6n oral, 1986, Medellin , Universidad de Antioquia, 254 p.).
las canciones vallenatas (Felix Carrillo) y otra sabre "Estrategias 2
➔ En el estudio de Rita Llerena, Maria Eugenia Londono escribio
orales y la transmision musical del romance en las tierras bajas una contribucion titulada "lntroducci6n al vallenato coma feno-
de Colombia" (Susana Friedmann). Obviamente, no podia faltar meno musical" (pp. 125-134) que abunda en generalidades y que
una ponencia de! maestro Guillermo Abadia. La presentacion de! en el analisis musical se reduce practicamente a seflalar los tempi ,
libro habla por si sola: "Los antropologos, soci6logos e historia- la instrumentacion y el compas de cada una de las "especies
dores no podemos descanar ni menospreciar el esfuerzo etno- musicales que conforman el genera vallenato" (129)
grafico de decenas de personas fervorosas por estas actividades,
25
sin cuya labor local, regional , y aun nacional, seria imposible la La consolidaci6n de la antropologia de la musica o etnomusi-
recuperaci6n de muchos materiales folcl6ricos [me pregunto: 1.re- cologia es hoy un hecho. Algunas muestras de ello son las publi-
coger materiales folcloricos es hacer etnografia?]. A pesar que caciones internacionales coma Ethnomusicology, o textos que re-
sus ponencias no tengan el rigor bibliografico exigible en estos cogen su trayectoria y su desarrollo coma Comparative Musicolo-
casos, las hemos considerado como aportes para el conocimiento gy and Anthropology of Music. Essays on the History of Ethnomusico-
de nuestro criollismo dentro de todo el proceso formador de las logy (Bruno Netti and Philip V Bohlman, The University of Chi-
americanidades" (p. 11) cago Press , 1991, 378 p.), o en castellano, Manual de antropologia
22
de la musica Qose Antonio Martin Herrero, Salamanca, Amaru ,
En el contexto de su proyecto Atlas !inguistico-etnografico de 1997 , 345 p.); o las perspectivas contemporaneas y posmoder-
Colombia, publico un suplemento al Torno lll y dos discos, re- nas del trabajo de campo en Shadows in the field. New Perspectives
dactado por Maria Luisa Rodriguez de Montes, recogiendo las for Fieldwork in Etlmomusicology (Gregory F. Barz, Timothy J.
muestras musicales cantadas durante el trabajo de campo, aun- Cooley, ed., Oxford University Press, 1997, 243 p.).
que -nuevamente- las transcripciones presenran algunos proble-
26
mas (Bogota, 1983, 92 p.). En un estudio casi exhaustivo sobre El JNIDEF de Caracas public6 en su revista (N° 3, 1978) un
el romance en Colombia, de Gisela Beutler, tambien publicado extracto de la tesis de Koorn traducida al espaflol.
por ehjnstituto, se incluyeron numerosas transcripciones musi- Once aflos despues de escrito ( 1994) el Patronato de
cales sip an~lisis (Studien :::um spanischen Romancero in Kolumbien ... , Anes y Cienc1as tradujo el libro de George List con el
Heidelberg, 1969. Traducido en 1977 bajo el titulo Estudios sob re titulo Musica y poesia en un pueblo colombiano. Respec-
el romancero espanol en Colombia en su tradici6n escrita y oral desde to al excelente trabajo de List, realizado con el apoyo
la epoca de la Conquista hasta la actualidad). Otros investigadores de los avances tecnologicos <lei momenta en trans-
que han continuado los estudios sabre el romancero son German cripci6n musical, hay que seflalar un "error" de apre-
de Granda (Estudios sabre un area dialectal hispanoamericana de ciacion -si es que en esto podemos hablar asi- fruto
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