Entre El Folklore y La Etnomusicologia 6

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Escriben en este numero: - ··
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Gerardo Dirie •• · #11
Argentina. Compositor residente en los Es-
tados Unidos. Trabaja en la actualidad en el "'
Centro de Musica Latinoamericana, Indiana
University.

Philip V. Bohlman
Estados Unidos. Estudia las tradiciones mu-
sicales judias en Europa y el Medio Oriente
y realiza investigaciones sobre la historia de
la etnomusicologia. Profesor de Etnomusi-
cologia de la Universidad de Chicago.

Carlos Miftana
Colombia. Etnomusic6logo . Profesor en el
Departamento de Antropologia de la Univer- Caratula
sidad Nacional" de Colombia. Ha escrito Mariela Agudelo
Kuvi: Musica de Flautas entre las Paeces, De
Fastos a Fiestas: Navidad y Chirimfas en Po-
payan, y producido videos y cartillas bilin-
Fot6grafo invitado:
gues para educaci6n indigena. Fred Lopez
Colombia. Ha sido reportero grafico de El
Antonio Lopez Sanchez Heraldo de Barranquilla. Ha publicado sus tra-
Cuba. Es licenciado en Comunicaci6n So- bajos fotograficos en distintos medios de pren-
cial en la Universidad de La Habana. Su tra- sa como Cromos, Magazin 7 Dias y Gaceta.
bajo de diploma fue una investigaci6n sobre Miembro asesor de la Fototeca de Cartagena
la historia del movimiento de la Nueva Tro- (Archivo Hist6rico de Cartagena). Destacado
va . Actualmente se encuentra ampliando en la Primera Marat6n Fotografica de la Fun-
dicha investigaci6n. daci6n Nuevo Milenio (1998).

A Contratiempo

Analisis Politico su expresion


A,quitectwas cuando A.-te en CotombiJ
lnte-rnMionat
Boletin Museo d~l Oro le hablan ilotetin Cultuial
y Sib!iografko
Cuadernos de Geografia de cultura?

..-
Educ,1ci6n y Cultura
Gaceta Descubra las
revistas culturales Genus
Ensayo y [nm
Suscribase El Malpens,mte
forma y Fund:in a ellas
Hlstoria CrHfrc
Hojas de Lectura Ideas y Valores
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Ltt~ratura Maguare
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Avda (CaUe} 40 No 16-46 PISO 5 • Bogota C-.ib,a 0Jo de Agu,l
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2438851 . 3410304 · 3415534

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la musica austera de Oscar Bazan
4 y unas canciones urbanas del Uruguay
\
por Gerardo Dirie

Muszcas oeL Munoo y ReLzc;wnes oeL Munoo:


iMunoo oe Qyzen?
15

por Philip V. Bohlman

Entre el folklore y la etnomusicologia


60 afi.os de estudios sobre la musica popular tradicional en Colombia
36

Por Carlos Mifiana Blasco

50

SE HACE CAMINO AL TROVAR


Por Antonio Lopez Sanchez
~
Musicos del
58

Fotograffas de Fred Lopez

JlJJ:iJy.t~
R SEPARATA
e
65 s ARMERO
34
e Preludio y Avalancha
ii
a por
s Hector Fabio Torres
"Un pais muy folkl6rico" bro . La identidad esta en "la" cumbia, pero no en cual-
quier cumbia, sino en "esa" cumbia que cumple con
']'( qs estudios sobre la musica popular tradicional las condiciones y requisitos fijados por los folkloris-
14.. en Colombia han estado marcados - coma en otras tas. "La" cumbia o "el" bambuco "folkl6ricos" son, en
partes del mundo-por el concepto de folklore , termi- ultimas, una elaboraci6n, un producto de los "folklo-
no que propane en.1846 William]. Thoms en el am- r6logos ,, , lo mismo que el "traje ti pico del sanjuane-
bito de los estudiosos y aficionados a las "antigueda- ro··. Se abre, entonces, la casuistica, la enumeraci6n
des", tan de moda desde comienzos del siglo XVIII. de "rasgos autenticos", las bases para los concursos y
Este concepto es en ten dido de diferente forma segun festivales "folkl6ricos" con el fin de preservar la "pu-
los autores, las epocas y las tendencias, y ha tenido reza" de las "expresiones folkl6ricas". En el caso de
dificultades para encontrar su objeto de estudio y su Colombia estas concepciones han tornado tal fuerza
especificidad como "ciencia" -aspiraci6n de Carlos que el mismo concepto de folklore es "intocable".
Vega- en tre los estudios literarios, musicales, la ar- Cuestionar, interrogar el concepto de folklore y las
queologia, la sociologia y la antropologia. 1 elaboraciones que de la cultura tradicional han hecho
Una constante entre los folklor6logos, a pesar de los folkloristas bajo ese mismo nombre, es herir la
sus diferencias, es su concepci6n apocaliptica de la sensibilidad popular, es negar la identidad, las raices,
cultura popular frente a la modernizaci6n de la socie- los valores "propios" de la cultura colombiana, es ser
dad: se estan acabando las tradiciones bajo la loco- un apatrida que - en determinados contextos- merece
motora implacable del progreso; por eso hay que re- ser linchado, o al menos excluido.
cogerlas, fotografiarlas, filmarlas y grabarlas. La cul- Como expresi6n de esta forma de entender la cul-
tura popular tradicional no es actual, es una "supervi- tura popular tradicional, y a manera de brigadas de
vencia" del pasado, una especie de f6sil viviente que rescate o de "clubes" de coleccionistas, surgen socie- ·
hay que proteger y exhibir en esos "zool6gicos cultu- dades y asociaciones de folkloristas en todo el mun-
rales" que son los festivales folkl6ricos, los museos y do. Ya en 1881 habia una Sociedad de Folklore en
2
los centros de documentaci6n. Espana dirigida por Antonio Machado y otra en
Ligada a la recolecci6n-conservaci6n esta la clasi- EE.UU .. Por esta misma epoca empiezan a realizarse
ficaci6n, la taxonomia coma producto final o sintesis , algunos estudios -especialmente literarios- en Ame-
y como esfuerzo por superar la descripci6n anecd6ti- rica Latina. 3
ca. Los trabajos folkloristas suelen ser, ademas, ambi- En Colombia, hay que esperar a los aflos 50 para
ciosos desde el punto de vista cuantitativo, pretencio- encontrar una producci6n escrita de cierta significa-
samente exhaustivos; pretension posible por la con- ci6n en la linea de los estudios musicales y hasta 1959
cepci6n estatica, terminada y cerrada de la cultura, y para que esta concepci6n de la cultura popular se con-
que se expresa en grandes listados y obras de sabor crete en un "Centro de Estudios Folkl6ricos y Musi-
enciclopedico como "compendios generales", diccio- cales" .1 De esta misma epoca son las primeras graba-
narios, vocabularios, manuales ... Al folklorista le in- ciones de musica popular tradicional, en especial en-
teresa mas perseguir una melodia olvidada, pieza fal- tre comunidades indigenas, y en la costa norte para
tante de su colecci6n, que entender poblaciones afro y mestizas. 5
las practicas musicales en sus trans- Existen, no obstante, algunos
formaciones yen su contexto socio- .iUA N 0£ D 1 0S ARlJ-1..c,
trabajos pioneros publicados, como
cultural; prefiere acumular y cata- los de Emirto de Lima sobre melo-
logar cuidadosamente la informa- dias costeflas (1935, 1938, 1942),6
ci6n, a arriesgar una interpretaci6n. el de Daniel Zamudio -un panora-
Los proyectos folkloristas se li- FOLKLORE ma pretendidamente nacional-
gan desde un comienzo a proyec- ( 1936), el del Padre Francisco de
SANT AND EREAN 0
tos nacionalistas. En el folklore, en Igualada sobre "Musicologia indige-
ese iasado idealizado, embalsama- na de la Amazonia colombiana"
do Y. copsagrado por la autoridad TOMO IT (1938) y las anotaciones del padre
del folklorista, esta la esencia de la Jose Ignacio Perdomo en el "Glosa-
identidad nacional. La cultura po- rio folkl6rico de terminos relativos a
pular tradicional se "cosifica", se danzas, cantares e instrumentos ti-
"objetualiza" en el museo o en el li- picos de Colombia" de su Historia de
BUCARAMANOA • BIBLJOTECA SANTANDER - VOL. XXIV

I954
'NARCISO GARAY

la musica en Colombia (1945). 7 La TRADICIONES ellas); el analisis musical coma tales


monumental obra de Otto Mayer- y inexistente; abundan los comentarios
~erra (l 94 7. Musica y musicos de La- CANTARES y apreciaciones poco precisos, erro-
tinoame,ica, Mexico, Atlante, 2 vols., DE neos y sin sustentacion. Tampoco
, ,J,.,
1134 p., il. musicales) recoge, en PAN AMA A,,,j;'i.d[;; suelen presentar una discografia. 11
buena parte, los aportes de estos pio-
neros. Aunque incipientes, estos tra-
bajos tienen un gran valor musico- ENSAYO FOLK.LOO~
4.M - Estos textos han cumplido -y
siguen cumpliendo- un papel fun-
damental en la creacion de un ima-
logico pues fueron escritos por mu- ginario de "la musica folklorica co-
sicos profesionales o por personas lombiana" y de "la cultura colom-
con una formacion musical basica. biana". Prueba de ello son las nu-
En ellos hay valoraciones diferentes merosas ediciones, el altisimo nivel
e incluso contradictorias de la m11si- de consulta en bibliotecas y su uti-
ca popular tradicional, 8 pero todos coinciden en atri- lizacion coma texto obligado tanto en el ambito uni-
buirle la esencia de la nacionalidad, en advertir los ries- versitario coma en la educacion basica. Han servido -
gos de su "perdida" por la avalancha de la moderniza- ante la ausencia de otros materiales de mayor calidad-
cion y en recomendar su estudio y conservacion. para mostrar la diversidad del pueblo colombiano, para
Recalcamos que es necesario recoger lo masque se pueda dar a conocer y valorar algunas manifestaciones de la
en esta materia; hacer una compi1aci6n de las melodias cultura popular tradicional, aunque dentro de su es-
(. .. ) Quiza no sea demasiado tarde, porque es indudable quematismo y rigidez. Motivados por su lectura, al-
que todo eso desaparecera entre las manos de la civiliza-
gunos jovenes de las ciudades fuimos al campo, gra-
ci6n mecanica (Zamudio 1961: 420-421).
bamos, vivenciamos y aprendimos musica tradicional.
Esta concepcion folklorista, si bien es tardia con Los festivales y concursos folkloricos se organizaron a
respecto a otros paises, ha tenido un profundo im- partir de estos "manuales" del folklore. Es decir que la
pacto en el pais. Pronto surgieron centros de estu- musica viva y las expresiones populares se reglamen-
dios folkloricos y academias folkloricas por todo el taron a partir de investigaciones muy deficientes y que
territorio nacional. Se crearon catedras universitarias no daban cuenta de la complejidad y de los procesos
y se publicaron "compendios generales", manuales y de la musica popular tradicional en el pais. Se regla-
diccionarios, verdaderos best sellers, coma los de Gui- mento el vestido "tipico", la coreografia, la instrumen-
llermo Abadia, Octavio Marulanda, Javier Ocampo y tacion, se adoptaron versiones "oficiales" de melodias
Harry C. Davidson. 9 anonimas o se daban -y se clan- encendidos debates
Otros estudios de caracter local, coma los del sabre la mayor "autenticidad" de una version con res-
"Compae Goyo", William Fortich, Consuelo Araujo, pecto a otra. Esto genero un proceso de uniformiza-
Miguel Angel Martin, Blanca Alvarez o Misael Devia, 10 cion de la cultura popular en todo el pais, satanizan-
por su mayor delimitacion y por la insercion de sus do su creatividad, y condenando y negando su diver-
autores en el medio, logran una mayor profundidad y sidad y dinamismo 12 La omnipresencia de estos tex-
un tono mas vivencial y afectivo: son los recuerdos y tos es practicamente total no solo por lo seflalado an-
experiencias personales organizados y sistematizados. teriormente, sino porque entre ellos se nutren, se re-
Todos estos textos -tanto los generales coma los fuerzan, se copian, se re-producen en una espiral cada
locales- se caracterizan por ser grandes trabajos de vez mas amplia.
recopilacion, fruto de toda una vida, por utilizar fuen-
tes -acriticamente- de segunda y tercera mano, por Los musicos coma investigadores
un trabajo de campo muy debil o poco sistematico,
por acumulacion/yuxtaposicion de mucha informa- /'1% 1 relativo poco interes de los musicos profesiona-
cion, por un inadecuado uso de las fuentes y casi ~ les con formacion academica por la musica po-
inexistente aparato critico, y por su enfoque folkloris- pular y por la investigacion, ha contribuido al atraso
ta. Desde el punto de vista estrictamente musical, no de Colombia en este campo en comparacion con otros
suele haber ilustraciones musicales; cuando las hay, similares de la region andina (Peru, Bolivia, Ecuador 13 )
las transcripciones no son realizadas por los autores o caribefia (Venezuela 14) y ubicarla a decadas de dis-
-pues no son musicos- ni son utilizadas por ellos tancia con respecto a paises como Mexico, Brasil, Ar-
para mostrar o indicar alga (se puede prescindir de gentina o Cuba.

38
ACONTRA T EMr'l

Despues de los estudios pioneros mencionados y por el exito de los movimientos musicales "naciona-
de Emirto de Lima y Daniel Zamudio, los primeros listas" en el continenle, viajan por todo el pais reco-
que s~ refieren especificamente a la musica basandose giendo y transcribiendo melodias indigenas, campe-
en trabajo de campo, grabaciones, transcripciones sinas y afrocolombianas. Muchas de las publicaciones
musicales y analisis _musicologicos -aunque sean de- de esta epoca son simplemente una o dos melodias
masiado descriptivos y superficiales o se basen en transcritas y comentadas, melodias que posteriormente
muestras pequeii.as o poco representativas- son los de! apareceran -transformadas- en una obra sinfonica o
Centro de Estudios Folcloricos y Musicales (CEDEFIM) de camara. Tanto las primeras transcripciones de los
de! Conservatorio Nacional de Musica fundado en Bo- aii.os 40 y 50, como estas de los aii.os 60 y 70, resultan
gota en 1959. De cerca de media docena de publica- "encajonadas" un poco mecanicamente en los patro-
ciones bastante breves se destaca la de Andres Pardo nes academicos de la musica centroeuropea. La ma-
Tovar y Jesus Pinzon Urrea sobre Ritmica y mel6dica yoria de ellas no resistirian una confrontacion con las
delfolklore chocoano (1961, 72 p.). De la misma epoca grabaciones, a excepcion de las de Jesus Pinzon Urrea
es el trabajo del padre Andres Rosa sobre el rajalena (y tal vez Blas Emilio Atehortua), sin lugar a dudas el
en Neiva (1964), los penetrantes escritos sobre la que mas logra aproximarse con las herramientas de la
musica andina urbana y campesina de Jesus Pinzon grafia musical occidental al fenomeno sonoro "salva-
Urrea (1970) y Luis Torres Zuleta sobre el bambuco je" y distinto de la musica indigena y popular tradi-
urbano (1974); un estudio sobre la fiesta de San Pas- cional. Buena pane de estos estudios siguen movien-
cual Bailon en el Iago de Tota (Boyaca) con transcrip- dose en el paradigma folklorista y resultan funciona-
ciones musicales de Blas Emilio Atehortl'.rn ( 19 70), pero les a el, aportando "ilustraciones musicales" a los tra-
sin ningun analisis musicologico. 15 En Medellin, Tres bajos de los folkloristas.
danzas de Momp6s (Extension Cultural - Ciprofolc,
1970, 74 p.) va a ser un trabajo pionero, aunque mas Los antrop6logos, soci6logos y linguistas
centrado en lo dancistico. Una buena pane del equi- como musicos
po responsable de esta investigacion (Alberto Londo-
no, Oscar Vahos ... ) va a liderar posteriormente una ')'( os estudios realizados por profesionales pro-
serie de procesos investigativos, pedagogicos y de pro- 14, venientes de las ciencias sociales se han orien-
yeccion en torno a la Escuela Popular de Arte (EPA) y tado a entender no tanto la musica como fenomeno
al Centro de Estudios Folcloricos (CEF). En el Valle, sonoro sino los contextos y espacios donde se pro-
Lubin Mazuera publica un analisis musical del bam- duce, y el papel mediador que juega en las relacio-
buco en su libro Origenes hist6ricos del bambuco (Cali, nes sociales. Los primeros trabajos de este tipo han
1972), aunque sin basarse en un trabajo de campo. estado centrados en los contextos afrocolombianos e
Carmen Ortega Ricaurte elabora una primera "Con- indigenas.
tribucion a la bibliografia de la musica en Colombia" Si bien se pueden rastrear numerosas referencias
(Revista U.N., Bogota, N° 12, 1973: 83-255), en la que a la musica en las obras antropologicas y sociologicas
aparece un capitulo titulado "Folklore colombiano: (por ejemplo, en Aquiles Escalante o Rogerio Velas-
musica y danzas" (12 p.). Unos quez y en general en casi todas las
aii.os mas tarde, Jorge Morales Go- etnografias de grupos indigenas co-
)Jlez publicara una Contribuci6n a lombianos) , 16 queremos destacar los
la bibliografia sobrefolclor colombia- trabajos magistrales de Norman E.
no en la que la musica tiene una
COMPENOIO GENERAL
OE FOLKLORE COLOMBIANO Whitten Jr. sobre los contextos mu-
presencia significativa (1978, aun- Guillermo Abadia Morales sicales de las "tierras bajas" del Pa-
que unicamente recoge trabajos cifico de Ecuadory Colombia. 17 Des-
editados hasta 1973, 130 p.). de una perspectiva tambien antro-
Los musicos academicos de po logica son los trabajos de Benja-
esta tpoca desean nutrirse de las min Yepes 18 y, mas recientemente, los
fuentrs µ,opulares para sus compo- de Peter Wade sobre contextos afro-
siciones. Motivados por los traba- 0 colombianos urbanos. 19 La Univer-
jos de folkloristas -e incluso tra- sidad de Antioquia publica en 1989
bajando en equipo con ellos, como una meritoria monografia de corte
Guillermo Abadia en el CEDIFIM- antropol6gico y musicol6gico de Ser-
gio Ivan Carmona Maya sobre los kuna
...
J/\VlEQ OCAMPO LOPEZ

Las fieslas sicol6gico como antropol6gico, se con-


en la frontera con Panama, con influen- y el folclor solida en los anos cincuenta ligada a la
oias claras del esLructuralismo de Levi- en Colombia Society for Ethnomusicology y a la obra de
Strauss. 20 Alan Merriam. Hablamos, pues , de una
Numerosos estudios antropol6gicos disciplina moderna basada en el trabajo
sobre la musica han estado influenciados de campo y en los metodos de la antro-
tambien por el paradigma folklorista, in- pologia cultural y de la musicologfa, y que
cluso en fechas recientes. Por ejemplo, en pretende estudiar la musica como pro-
el VI Congreso de Antropologia en Co- ducto cultural y en la cultura: una antro-
lombia (1992), se realiz6 un simposio ti- pologia de la musica que no elude el ana-
tulado "El folclor en la construcci6n de lisis tecnico de los materiales musicales,
las Americas", con 20 ponencias. 21 asi como la etno-linguistica no puede
Respecto a los estudios linguisticos y literarios, obviar los estudios fonol6gicos, morfol6gicos, sintac-
ya habiamos mencionado anteriormente las recopila- ticos ... 25
ciones de coplas cantadas y cancioneros. Aunque se Consideramos que en Colombia apenas se han
siguen publicando trabajos de este tipo, los investiga- realizado algunos acercamientos a los estudios emo-
dores despues de los afws 70 han tornado otros rum- musicol6gicos en el sentido mas estricto de la disci-
bas marcados por tematicas de caracter social (vio- plina. Esto es comprensible pues no existen institu-
lencia , genera, clases sociales). El lnstituto Caro y ciones que formen etnomusic6logos, formaci6n pro-
Cuervo es el que ha desarrollado un trabajo mas cons- pia de un postgrado. Solo hasta hace poco estan re-
tante en esta area y desde una perspectiva lingufstica.22 gresando algunas personas que han terminado sus
Los estudios sobre la musica vallenata han sido estudios en el extranjero en este campo.
siempre un poco especiales, dificiles de enmarcar, co- Sin embargo, y hechas estas aclaraciones, desde
menzando por el libro de Consuelo Araujo ya citado finales de la decada de los setenta empiezan a apare-
(1973). Sin embargo, todos coinciden en otorgar un cer estudios que se aproximan bastante a un estudio
peso fundamental a los textos de las canciones -asf etnomusicol6gico "clasico", es decir, basados en un
los estudios no sean literarios- por su fuerza narrati- trabajo de campo relativamente amplio y utilizando
va, por su sabor local, por la variedad en la versifica- rigurosamente tecnicas de observaci6n, registro, trans-
ci6n. Resulta diffcil eludir el compromiso de contex- cripci6n y analisis en la tradici6n de esta disciplina.
tualizaci6n que exige cada canci6n . Dos de los mejo- En 1977 se termina un primer trabajo de cierta enver-
res trabajos publicados son los de Ciro Quiroz y Rito gadura. Se trata de la obra de Dirk Koorn sobre la
Llerena. 23 Sin embargo, todavia esta por escribirse el guabina velena y el torbellino (Folk music of the Co-
estudio propiamente musicol6gico sobre el vallenato lombian Andes, Universidad de Washington) con tra-
y sobre las profundas transformaciones de los ultimas bajo de campo en Velez, Guavata, Barbosa, Bolivar y
anos que lo han llevado a convertirse en una de las Puente Nacional (Santander) . En 1983 aparece una
musicas con mas ventas en el pais y con impacto in- investigaci6n de George List en la Universidad de In-
ternacional. 24 diana (Bloomington), de mas de 600 paginas, en la
Dos trabajos muy diferentes , pero ambos entre lo que analiza la musica de un pequeno pueblo de la
literario y lo biografico, que consideramos merecen la costa norte de Colombia (Evitar) sobre un trabajo de
pena destacarse son el de Arturo Escobar Uribe sobre campo realizado a finales de los sesenta. Coinciden-
Salvo Ruiz, el ultimo juglar (Bogota, Presencia , 1964, cialmente ambos trabajos son tesis de doctorado en
184 p.) y el de Jorge Villegas y Hernando Grisales, universidades norteamericanas, ambos fueron publi-
Crescencio Salcedo. Mi vida (Medellin, Hombre Nuevo, cados en ingles , ambos son muy locales y tuvieron
1976 , 144 p.). poca difusi6n en Colombia 26 .
Combinando el estudio de fuentes documentales
Acercandose a la etnomusicologia en una perspectiva diacr6nica con el trabajo de cam-
po, y relacionando los conLextos festivos con las prac-
A i bien las relaciones entre musicologia, estudios ticas musicales y el analisis musicol6gico, en 1987 el
~ folkl6ricos y antropologia pueden reLrotraerse au tor de esLas hneas termin6 su trabajo Musica de flau-
hasta el siglo XIX, la etnomusicologfa como discipli- tas y chirimias en Popayan, que fue premiado por el
na con cierto reconocimiento tanto en el campo mu- lnstituto de Cooperaci6n Iberoamericana en Madrid

40
A CONTRA T I EMPO

(publicado recientemente por el Ministerio de Cultu- rico (contra los textos de Abadia) como en el hist6ri-
ra con el titulo De fastos a fiestas. Navidad y chirimias co (contra la historiografia del padre Perdomo, Pardo
en Popayan, 1997, Bogota, 197 p.) . En esta misma Tovar...) .29 Posteriormente asume una posici6n cons-
perspectiva, en 1989 escribi6 Musica campesina de jlau- tructiva proponiendo nuevos acercamientos sobre los
tas y tambores en el Cauca y sur del Huila (250 pagi- temas anteriores. Sus trabajos cubren un amplio pa-
nas), trabajo -inedito- que recibi6 el apoyo econ6mi- norama: la musica colonial, los estudios hist6ricos de
co de Colcultura a traves del concurso Becas Francis- la musica popular (ineditos) , la organologia y las ma-
co de Paula Santander. Fruto de un breve trabajo de nifestaciones actuales de la musica tradicional y etni-
campo en Guapi y Buenaventura, y analizando las ca (en especial San Andres y Providencia, y la etnia
marimbas de los museos organol6gicos, tambien es- wayu). Ha desarrollado tambien una labor importan-
cribi6 Afinaci6n de las marimbas en Ia costa Pacifica co- te de difusi6n y divulgaci6n dirigiendo colecciones dis-
Iombiana: un ejempio de Ia memoria africana en Colom- cograficas y series para la television. 30
bia, en el que a partir del analisis intervalico y de su En el Tolima, y vinculado a un trabajo de proyec-
ejecuci6n se propane una interpretaci6n de su afina- ci6n musical con el grupo Cantatierra, Humberto Ga-
ci6n (1990, 34 p.). En 1994 el ICAN public6 un estu- lindo ha publicado una serie de estudios biograficos y
dio sobre fiestas y musica nasa, realizado tambien con musicol6gicos sobre la cana y Cantalicio Rojas. En el
el apoyo econ6mico de otra beca de Colcultura .27 Llano, el libro Cantan Ios aicaravanes recoge una serie
Maria Eugenia Londono (musica), Silvio Aristi- de trabajos sobre tradici6n oral y musica llanera, en-
zabal (antrop6logo) y Ana Maria Arango (psic6loga) tre los que destaca el de Carlos Rojas H. -un recono-
realizan un novedoso trabajo interdisciplinario que cido arpista-, aunque sin analisis propiamente musi-
combina el estudio de lo musical, el juego, los proce- cal.31Alfonso Davila Riveiro ha publicado tambien un
sos de socializaci6n infantil y la educaci6n formal ha- trabajo sobre "La cuenca amaz6nica. Musicas popula-
cia un modelo educativo bilingue y bicultural entre res urbanas" (en A Contratiempo, 1988 , N° 3: 24-37).
los embera-chami de Cristiania (Universidad de An- A finales de los ochenta y comienzos de los no-
tioquia , 1990, inedito). Una version de este trabajo, venta se empieza a abrir paso una producci6n signifi-
mas centrada en lo propiamente musical , elaborada cativa de trabajos de grado, monografias e investiga-
por Maria Eugenia Londono con la colaboraci6n de ciones en universidades colombianas con un nivel
Jorge Franco , recibi6 en 1993 el premio de investiga- aceptable o meritorio y que abren importantes pers-
ci6n de musica de La Casa de las Americas de la Ha- pectivas en este campo. Aunque todas ellas se centran
bana. 28 en lo musical, lo abordan desde enfoques y perspecti-
En 1985 la Universidad Nacional trat6 de reto- vas diferentes: unas mas orientadas a la descripci6n y
mar su experiencia investigativa de los anos sesenta analisis del fen6meno sonoro, otras a sus contextos
desde el lnstituto de lnvestigaciones Esteticas y desde desde una perspectiva antropol6gica o sociol6gica; fi-
una perspectiva academica, contra la tradici6n folklo- nalmente, otras -tal vez las mas interesantes- realiza-
rista, publicando la Revista coiombiana de investigaci6n das por estudiantes que han cursado estudios tanto
musical , pero desgraciadamente se frustr6 despues de en el cam po de las ciencias sociales como en musica y
aparecer el primer numero, centra- que, en su mayoria, ameritan ser
do en la clasificaci6n de instrumen- RAICES DE MI TERRUNO publicadas.
LA ENCICLOPEDIA J'OLCLORICA DEL TOUMENSE
tos musicales . Sobre este mismo
tema la UN public6 un libro de Eg- El papel de los grupos
berto Bermudez (Los instrumentos "de proyecci6n", centros,
musicales en Colombia, 1985, 126 escuelas e institutos de
p .). El profesor Egberto, con estu- cultura popular
dios musicol6gicos de doctorado en
Inglaterra, ha desarrollado un tra- / ~ n los anos setenta en Colom-
bajo constante de investigaci6n y di- "-l,.., bia la mayoria de los musicos
fusi6n cpscografica. Sus primeras urbanos no inscritos en los circui-
publicaciones se concentran en una tos comerciales: estudiantes de mu-
labor critica demoledora hacia la sica, mel6manos y aficionados en
musicologia desarrollada en Colom- general nos considerabamos "inves-
bia, tanto en el campo de lo folkl6- tigadores" . Ir al cam po o a un festi-

BLANCA ALVAREZ ill EOl(JOJi


MUSICA, REGION
y
val folkl6rico con una grabadora de PEDAGOGIA y el ICBA (Tunja) lograron avanzar
El caso de la musica popular en Boyaca
casetes y con una camara fotografica, PABLO MORA CALDERON • AMADO GUERRERO RIN CON
(Compiladon:$)
hacia procesos investigativos mas
y, registrar lo que se oyera y viera, era sistematicos y serios cumpliendo
ser investigador. Desde la mirada -incluso hoy- una labor importan-
folklorista, investigar era recoger, co- te. Todos ellos tienen archivos con
leccionar lo que se estaba perdiendo. valiosas grabaciones de campo -asi
Algunos ibamos mas alla: estu- coma el Centro de Documentaci6n
diabamos algunas de las melodias o Musical de Colcultura, hoy Minis-
toques de tambor que habiamos gra- terio de Cultura-, pero su analisis y
bado, comprabamos los instrumen- difusi6n es todavia muy incipiente. 34
tos (a veces dejando sin instrumen-· Conformado por profes ores de
tos a los musicos campesinos e in- la EPA, el Centro de Estudios Fol-
digenas) y formabamos grupos mu- cl6ricos (CEF) public6 durante va-
sicales que trataban de imitar a los rios aflos un boletin con partituras
INSTITUTO DE CULTURA Y BELLAS ARTES DE BOYACA
grupos "de base". Investigar en este Centro de lnvestlgad6n de Cultura Popular y articulos breves bajo el liderazgo
MINJSTERIO OE EDUC ACION NACIONAt OE COLOMBIA
caso era no solo grabar sino tam- 1NSTITUTO ANOlNO DE AR TES POPULARES
de Gustavo Lopez; algunos profe-
bien estudiar la musica para ejecu- sores han publicado recopilaciones
tarla fielmente . Algunas imitaciones fueron tan bue- de danzas y ludica infantil, con ilustraciones musica-
nas que los folklo r6logos se vieron en la necesidad de les y grabaciones, pero sin enfasis en lo musicol6gico
distinguir entre el "autentico folclor" y el "folclor pro- (Oscar Vahos y Alberto Londono). En un sentido si-
yectivo" o de proyecci6n, es decir, el preparado por milar, a la sombra de grupos de danzas de "proyec-
los de la ciudad para su difusi6n en circuitos comer- ci6n folcl6rica", se han realizado nurnerosos trabajos
ciales y culturales diferentes a los tradicionales. El con un componente investigativo en diferentes luga-
ambito de la "musica colombiana", monopolizado res del pais, la mayoria de ellos ineditos. 35
hasta ese momenta por estudiantinas y diferentes va- El ICBA (lnstituto de Cultura y Bellas Artes de
riedades de "garzones y collazos" ,32 se ampli6 a otras Boyaca) public6 en 1989 el libro Musica, region y pe-
musicas ignoradas, a las denominadas "musicas de dagogia, con articulos de sus investigadores sabre el
base". El acercamiento a las culturas musicales popu- merengue -tambien con problemas en la transcrip-
lares adquiria visas de compromiso y militancia poli- ci6n y analisis musical-, la regionalizaci6n de la mu-
tica. En la "proyecci6n" habia, por otra parte, una se- sica tradicional en Colombia y aspectos metodol6gi-
lecci6n y reelaboraci6n de los contenidos "investiga- cos y didacticos de la musica popular. Este trabajo del
dos"; habia que depurar el folklore filtrando las ex- ICBA fue, en buena parte, liderado por un equipo de
presiones propiamente "de clase", y dejando por fue- profesores vinculados a la Fundaci6n Nueva Cultura
ra las expresiones "ideol6gicas" introyectadas en el y al desaparecido Plan Piloto de estudio de musicas
pueblo por la elite y las clases dominantes. 33 hispano-caribenas, hoy Escuela de Musica de la Aca-
Finalmente, algunos con cierta formaci6n acade- demia Superior de Artes de Bogota, novedosa y pole-
mica musical y que tenian dificultades para imitar a mica experiencia que otorga titulos a nivel de educa-
los ml'.1sicos tradicionales "a oido", se vieron -nos vi- ci6n superior. Ellos han producido varios materiales
mos- en la necesidad de analizar y transcribir para didacticos, estudios hist6ricos y numerosas transcrip-
poder estudiar. La mayoria de las transcripciones ciones musicales de musicas regionales colombianas
musicales de los aflos setenta y ochenta -ineditas casi con fines pedag6gicos , la mayoria de ellas ineditas.
todas- no tuvieron una intenci6n propiamente inves- Destacarnos los trabajos del ya fallecido Samuel Be-
tigativa sino pedag6gica y, con frecuencia, se realiza- doya Sanchez sobre cornposici6n a partir de las musi-
ron en contextos pedag6gicos coma academias. Eran cas populares (Conducci6n de lineas), sabre musica lla-
transcripciones sin interes musicol6gico: guias, estra- nera (arnbos ineditos), sabre regionalizaci6n de la rnti-
tt tegias mnemotecnicas, esquemas orientados a la eJe- sica en Colombia publicado en A Contratiempo N° 1 y
. cu~i6n y no al analisis. 2) y los 10 m6dulos para directores de bandas, edita-
En este contexto, algunos centros dedicados a la dos por Colcultura en 1990. Otros profesores del pro-
pedagogia e investigaci6n de las musicas regionales yecto han elaborado artfculos que han sido publicados
desde hace varios aflos coma el Instituto Popular de tambien en la re\is a A Contratiempo Gorge Sossa, sa-
Cultura (Cali) , la Escuela Popular de Arte (Medellin) bre el cuatro-joropo. y Nestor Lambuley sabre la per-
A CONTRA TIEMPO

cusi6n en la cumbia). Los trabajos de este grupo estu- Consejo Internacional de la Musica de UNESCO), y
vieron visiblemente influenciados por los enfoques dos Encuentros Internaciona!es de Investigadores de Ia
estructuralistas en el analisis musical. 36 Mu.sica Popular (en realidad binacionales Ecuador-
Colombia), organizados por el IADAP de Quito, even-
Eventos y publicaciones tos formales, cada vez mas burocraticos, con escasa
participaci6n y sin debates de fondo.
".1( os eventos como congresos, seminarios, encuen- Ante la ausencia de eventos academicos -lo al
14, tros ... y las publicaciones especializadas estan reves, tal vez?- los festivales y concursos de musica
intimamente ligados a los procesos de construcci6n y como los del Mono Nunez, Aguadas, el Festival del
consolidaci6n de comunidades academicas y discipli- Porro, por ejemplo, han abierto pequefl.os espacios
nares. El panorama en este sentido es preocupante y entre el sonar de tiples, guitarras y trompetas, con este
revelador, pues confirma las debilidades y la disper- fin. Espacios, en ultimas, marginales. Los debates so-
sion que hemos ido mostrando a lo largo de este arti- bre la musica popular tradicional se han descentrali-
culo. De las cinco Conferencias Interamericanas con- zado y democratizado, y estan en la calle, en la con-
vocadas por el Consejo lnteramericano de Mtlsica, cha acustica o en la taberna durante los dias que dura
(CIDEM) tlnicamente la primera, realizada en Carta- el festival, pero creemos que esto no ayudara a conso-
gena ( Colombia) del 2 4 al 28 de febrero de 1963, lidar comunidades academicas. En los congresos de
cont6 con la participaci6n de ponentes colombianos. antropologia de vez en cuando hay alguna ponencia
El Encuentro NacionaI de Folcloristas, realizado en aislada, pero no hay simposios .
Medellin organizado por la Biblioteca Publica Piloto y Colcultura -hoy Ministerio de Cultura-, con su
la EPA (16-18/09/1981), un evento realmente masi- programa de becas para estimular la investigaci6n
vo, lo percibimos hoy -a la distancia- como el mo- cultural desde 1987, ha dedicado anualmente una
menta culminante del paradigma folklorista en el pais suma de dinero para una investigaci6n musical. Sin
y como el inicio de su resquebrajamiento. El I Fora- embargo, el programa ha descuidado la publicaci6n
Taller NacionaI de Mu.sica y Danza Campesinas de Boya- de los trabajos premiados y tampoco ha promovido la
cd y areas de interinfluencia: joropo-torbellino, realizado conformaci6n de comunidades academicas.
en Tunja, del 29 de mayo al lo. de junio de 1985, y Las publicaciones peri6dicas son un fiel reflejo del
organizado por el ICBA y el CICP, seflala otro quiebre panorama esbozado hasta aqui. El paradigma folkloris-
del folklorismo pero desde otra perspectiva. La pro- ta dominante durante mas de 50 aflos en Colombia ha
puesta estuvo a cargo del grupo de la Fundaci6n Nue- tenido siempre un medio de expresi6n -con frecuen-
va Cultura y Samuel Bedoya, grupo que emergia como cia promovido desde la antropologia- .37
un nuevo paradigma frente a la musica popular tradi- Una perspectiva mas antropol6gica asumen la
cional. El V Taller Latinoamericano de Musica Popular Revisla de! Instituto Etnol6gico NacionaI, en la cual se
organizado en Bogota, del 25 de marzo al 3 de abril destaca un trabajo de Gerardo Reichel-Dolmatoff con
de 1988, tambien por la Fundaci6n Nueva Cultura, algunos aspectos musicales de los Kogi (vol IV, 1949/
contrast6 con el anterior por la presencia de mtlsicos 50), y la Revista Colombiana de Antropologia, 6rgano
populares argentinos y uruguayos de! lnstituto Colombiano de Antro-
en el comite organizador. Estos lle- pologia, y que substituy6 a la Revis-
&aron con una mirada mas fresca,
creativa e irreverente de la musica
popular tradicional, menos academi-
ca y acartonada.
En estos ultimos diez afl.os los
lNr~hE:! MUSICA Y DANZA
ta Colombiana de Folclor. Este cam-
bio de nombre pareciera expresar
simb6licamente la expulsion de los
estudios folkl6ricos del ambito aca-
demico de la antropologia. En for-
eventos relativamente masivos para ma muy ocasional aparecen articu-
encontrarse e intercambiar ideas e los sobre musica en las revistas uni-
.,
investigaciones sobre la musica po- versitarias de antropologia (UN y
pular · tradicional en general no se Universidad de Antioquia).
han d·adci como tales. Onicamente La EPA, el IPC y en general los
algunas reuniones peri6dicas de la centros de cultura popular regiona-
TRIMALCA (Tribuna de Musica les con mayor trayectoria han pu-
para America Latina y el Caribe, del blicado en forma muy esporadica
I I I I I
\\.\'\I (IJ) f
ORAFIA OESD& NOTACION 8EPmD1

43
pequenos boletines de folklore con do por la Cniversidad de Michigan
algunos estudios musicologicos. En y realcado en marzo 21 y 22 de
~pecial hay que reconocer el tra- 199,, resulta evidente que los estu-
bajo del Boletin del CEF (Centro de dios emomusicologicos a nivel in-
Estudios Folcloricos) en Medellin. ternacional hace rato que tomaron
Para el Encuentro Nacional de Fol- otros rumbas· 1. Musica en la dias-
cloristas de 1981 se lanzo Emberct. Yf!neroy pora, 2 Ra::a, etnicidad, clase y ge-
Revis ta defolclor, de Medellin, de la 'Yac16ne11 nera, 3 Mov1mientos transnaciona-
que solamente se publicaron dos I'/ 7Jam6uco les en musica, +. Danza y la politica
m1meros. Numerosas revistas de del performance, 5. Musica y memo-
cone literario y con enfoque tam- ria, 6. Folklore, musicas riluales y
bien folklorista se han venido pu- populares , 7. Musica popular y los
blicando en provincia yen Bogota. 38 medias masivos , 8. MOsica popular
Los concursos y festivales folklori- y movimientos sociales, 9. Nacio-
cos publican tambien con cierta fre- nalismo y musica, 10. Oralidad, his-
cuencia boletines y folletos con ar- toricidad e identidad, 11. Exploran-
ticulos de interes para los estudios regionales. do metodologias, 12. Musica y globalizacion.
Rompiendo con el paradigma folklorista y situan- Se trata de la irrupcion de las miradas posmoder-
dose en una perspectiva academica y universitaria, nas, interdisciplinarias y, en concreto, del campo lla-
surge la Revista Colombiana de Investigaci6n Musical, mado de los "estudios culturales". En Colombia estos
dirigida por Egberto Bermudez y editada por el lnsti- planteamientos se han popularizado a traves de los
tuto de Investigaciones Esteticas de la UN, pero solo trabajos de Nestor Garcia Canclini y Jesus Martin Bar-
se publica un numero (1985). Dos anos despues, en bero, pero el impacto en los estudios musicales es to-
la misma linea, pero sin pretensiones academicas apa- davia incipienle. Alga se percibe en los estudios de
rece A Contratiempo. Musica y danza, que publico 8 corte mas sociol6gico y antropologico. Una investiga-
numeros -unas mil paginas- entre 1987 y 1992 sin dora recientemente llegada al pais, Ana Maria Ochoa,
apoyo oficial (editada por la Fundacion Dimension esta ejerciendo un liderazgo importante en t9rno a este
Educativa), con corresponsales en mas de diez ciuda- nuevo paradigma de los estudios etnomusicologicos
des, fundada y dirigida por el que escribe estas lineas. y culturales, desde su puesto en el Ministerio de Cul-
Concebida como un espacio abierto y pluralista in- tura. Para este proyecto intelectual se necesitaba un
cluyo una amplia -excesiva, sin duda- variedad de media de difusion adecuado que, obviamente, no era
tematicas y enfoques. No obstante, el peso mayor la Nueva Revista Colombiana de Folclor. Ana Maria pro-
-mas de un 30%- recayo en los estudios de cone mu- puso retomar la iniciativa de la revista A Contratiem-
sicologico sobre la musica popular tradicional, de ahi po. Musica y danza -fuera de circulacion desde 1992-
su valor indiscutible para este campo que nos ocupa . orientandola hacia otros rumbos, con una excelente
Finalmente, es necesario reconocer los trabajos edicion y con un criteria mas critico, academico y
divulgativos de grabaciones de campo y videos. Es- contemporaneo en la seleccion de los articulos. El cam-
tos, normalmente, han sido acompanados por comen- bio en el subtitulo es muy diciente: A Contratiempo.
tarios no muy especializados, pues iban dirigidos para Musica en la cultura (segunda epoca, Ministerio de
un publico amplio. 39 Desde una perspectiva tambien Cultura, N° 9, 1997). La tesis de doctorado de Ana
divulgativa habria que encarar tambien los escritos de Maria -inedita- se centra en la nueva musica andina
cone periodistico que con frecuencia aparecen en la colombiana, y adelanta en la actualidad una serie de
prensa nacional y regional, en especial en los magazi- investigaciones musicologicas en el contexto de los
nes y suplementos, y la produccion radial. 40 estudios culturales (ver por ejemplo, "Tradicion, ge-
nera y nacion en el bambuco", en A Contratiempo 1997,
~La emergencia de un nuevo paradigma 9: 34-44) . La plataforma de dichos estudios cultura-
les ha sido planteada en un articulo titulado "tQue
~ i observamos las tematicas propuestas para el cultura va a tener? Un paseo musical y literario por
~ reciente congreso The Rhythms of Culture: Dan- los estudios culturales" (N6madas, Bogota, 1998, 8:
cing to Las Americas. An International Research Confe- 179-189), plataforma que abre un nuevo panorama y
rence on Popular Musics in Latin(o) America, orgam::a- que resitua la investigacion en este campo.

44
A CONTRA TIEM PO

Sin embargo, Colombia no es EE.UU. ni Europa.


En los afios 40, cuando los trabajos pioneros apenas
comenzaban a contar c6mo era la musica popular en
nuestro pais, en otros lugares ya no habia musica "tra-
dicional" para transcribir y analizar pues toda, practi-
Notas
camente toda, estaba editada en cientos de cancione-
ros, discos y estudios musicol6gicos que permitian 1
Carlos Vega. 1960. La ciencia delfolhlore, Buenos Aires. Claude
desarrollar libros de texto para escuelas y universida- Levi-Strauss plantea que "los estudios folkloricos pertenecen, o
des, estudios comparativos, analisis macro-musicol6- bien por su objeto o bien por su metodo (y sin duda por ambas
cosas a la vez) a la antropologia" (Antropologia estructural, Bue-
gicos ... 41 Por eso, nosotros seguimos necesitando tra-
nos Aires, Eudeba, 1968 [1958], p. 323). Actualmente no ten-
bajo de campo, grabaciones de campo de calidad y dria sentido ni siquiera mantenerlo coma una especie de "cam-
con criterios etnomusicol6gicos, con rigor en la reco- po" o sub-disciplina dentro de ella. Ver un excelente analisis sa-
lecci6n de la informaci6n, cancioneros, transcripcio- bre la problematica del folklore en America Latina, en Nestor
Garcia Canclini. Culturas hibridas. Estrategias para entrar y salir
nes, analisis, textos didacticos, estudios hist6ricos y de la modernidad. Mexico, Grijalbo , 1989 (Capitulo V. La puesta
tambien estudios sobre las transformaciones de la en escena de lo popular), donde lo folklorico podria ser absorbi-
musica popular en el contexto de la globalizaci6n. Hoy do por los estudios culturales desde una perspectiva mas inter-
disciplinaria y acorde con la manera como se piensa y hace la
en dia es imposible pretender publicar un panorama
ciencia actualmente.
general del pais como el que nos han acostumbrado
2
Es tan fuerte la concepcion coleccionista de los folkloristas que
los folkloristas con sus manuales. Para acercarnos a
uno de sus maximos exponentes en America Latina e incluso a
esa mirada general necesitamos numerosos estudios nivel mundial, coma el musicologo Carlos Vega, llega a afirmar:
locales y regionales en profundidad, construir esos "En cierto modo, hasta es secundaria la muerte de las cosas folklo-
pequefios pedacitos que nos permitiran poco a poco ricas una vez documentadas, porque no es frecuente que se vuelva
a verlas" (1960: 124).
armar ese espejo -trizado- de Colombia donde poda-
3
mos mirarnos, reconocernos y proyectarnos. Felix Coluccio. 1951. Folhloristas e instituciones folhl6ricas del
mundo, Buenos Aires. En Colombia , aunque un poco mas tarde,
El panorama presentado hasta aca muestra que, a van a ser tambien significativas las recopilaciones de literatura
pesar de que la mayoria de las veces no contamos con popular. Por su interes para los estudios musicologicos vale la
apoyo oficial ni institucional, un grupo numeroso de pena mencionar algunos coplerios editados antes de los anos 70
investigadores y estudiosos hemos sido atrapados por que han tenido cierta difusion: los de Antonio Jose
"Nita" Restrepo (1930. De la tierra colombiana. El can-
la riqueza, diversidad y vitalidad de la musica popu- cionero de Antioquia), Juan de Dias Arias (194 3 -se-
lar tradicional en Colombia. Todos ellos, asi sean cues- gunda edicion- Folhlore santandereano), Benigno Gutie-
tionables por sus enfoques, procedimientos metodo- rrez (1944. De todo el maiz; importante este texto tam-
bien por el rnlmero de partituras que trae. A proposito
l6gicos, o falta de rigurosidad, son realmente merito- de este texto, en 1982 el autor de estas lineas escribio
rios y han sentado las bases para la consolidaci6n de La musica antioquena en el cancionero de Benigno A Gutie-
un campo de estudios y de una comunidad academica. / rre:::. Analisis musical y comentarios pedag6gicos e hist6ri-
cos de 27 tonadas, Bogota, 44 p.), Sergio Elias Ortiz
(1946. Cantares de! Departamcnto de Na1ino), Octavio
Quinones Pardo (194 7. Interpretaci6n de la poesia po-
pular), Joaquin Medina (1949 Cantas del Valle de Ten-
za) , Jose Antonio Leon Rey (1951. Espiritu de mi Oriente. Cancio-
nero popular), Lucio Pabon Nunez (1952. Muestras folhl6ricas de!
Norte de Santander), Jaime Exbrayat (1959. Canta res de vaqueria:
del folclor cordobes y bolivarense), Ricardo Sabio ( 1963. Corri dos y
coplas. Llanos orientales de Colombia) y la sintesis de caracter mas
general de Andres Pardo-Tovar (1966. La poesia popular colom-
biana y sus origenes espanoles).
4
Este centro dependia del Conservatorio Nacional de Mi:1sica de
la UN de Colombia. Su director fue el abogado Andres Pardo
Tovar con un conseJ0 consultivo integrado por Fabio Gonzalez
Zuleta (Director del Conservatorio),Jesus Bermudez Silva y Luis
Duque Gomez.
5
Para una resefla bastante completa de las "misiones" , expedicio-
nes y grabaciones realizadas entre los anos 40 y 80 en Colombia ,
ver Aretz, Isabel. 1991. Historia de la etnomusicologia en America
Latina (Desde la epoca precolombina hasta nuestros dias). Caracas,
FUNDEF-CONAC-OEA, pp. 245-249.

45
A C0NTRA T I EMPO

6
Folklore colombiano, Barranquilla, 1942, 210 p. El libro del pro- El diccionariofolk,,m dt Cc' rr.b1a. Mtisica, instrumentos y dan-
fesor Emirto, tal vez el primer trabajo musicologico de cierta en- zas, de Harry C. Davidson en 1 tomos, si bien se inscribe
vergadura en Colombia sobre musica popular, es una recopila- en este contexto, tiene un va. r ia-iportante como recopilaci6n
cion de• diversas conferencias que el mismo ilustraba musical- de fuentes hist6ricas documentales , aunque no resulte muy rigu-
mente al piano: cantos de vendedores callejeros, toques de gai- roso ni critico.
tas, melodias de la cana de millo ... El libro incluye las partituras 10
Guillermo Valencia S Cordobt1. su gentr, su folclor, Monteria,
que le servian como guion para tocar los ejemplos en el piano.
1987, 1990 y 1994, 196 p .. \\"tlham Fonich Diaz (sa-
7
Daniel Zamudio. "El folklore musical en Colombia" 1936 y 1949, bre el Fandango cantado en d Simi Medw, \fonteria,
en Revista de las Indias, Bogota, 30 p.; Francisco de lgualada, en 1985, y sobre el porro pelayero Con bombosy platillos,
Boletin Latinoamericano de Musica, Bogota, IV, 1938: 675- 708. Vale Monteria, Domus Libri, 1994), Consuelo Araujo de
la pena tambien mencionar el excelente trabajo de Narciso Garay Molina. Vallenatologia. Origenes y fundamentos de la
(Bruselas, 1930) Tradiciones y cantares de Panama, pues recoge musica vallenata, Bogota, Tercer Mundo 1973; Miguel
una serie de expresiones musicales comunes a Panama y al Cari.- Angel Martin. Del f olclor llanero. Villancenc10, 1979 y CORDOBA
be colombiano. Hay que tener en cuenta que las fronteras politi- 1986, 216 p.; Blanca Alvarez. Raices de mi terruflo. En-
cas entre los paises no siempre -o mejor, casi nunca- responden ciclopediafolkl6rica del to/imense, Ibague, 2a ed. 1985,
a las "regiones culturales", y que una frontera -mas que una se- 475 p.; Misael Devia. "Folclor tolimense", en Revista
paracion- es un lugar de contacto. La bibliografia musicologica Colombiana de Folclor, Bogota, 1962, tambien reeditado reciente-
venezolana es fundamental para el estudio de la musica llanera mente en la Nueva Revista Colombiana de Folclor.
en Colombia, o para la musica de la comunidad wayu, e incluso 11
No se entra en detalles en la critica a estos textos, pues serfa
para los cantos de vaqueria Oose Perrin, Luis F. Ramon); lo mis-
interminable. A manera de ejemplo, puede verse la devastadora y
mo puede decirse de los estudios ecuatorianos sobre la musica
minuciosa critica de Egberto Bermudez a la clasificaci.6n de los
afroesmeraldefia.
instrumentos musicales realizada por Abadia -y que copian ta! cual
Por ejemplo, frente a la valoracion positiva de la musica costena todos los demas textos- (Revista Colombiana de Investigaci6n Musi-
por el barranquillero Emirto de Lima, Zamudio, con una vision cal, UN, N° 1, 1985); una critica al manejo de las fuentes en Mifia-
·cachaca", afirma: "Ellos (los negros africanos) vinieron con su na (Kuvi, Bogota, !CAN, 1994) ya su concepcion folklorista y sexista
musica, que mezclada con la espanola nos ha dado un producto en Ana Maria Ochoa ("Tradicion, genera y nacion en el bambuco",
hibrido y perjudiciaL Es necesario, y se impone una depuracion". en A Contratiempo, Bogota, Ministerio de Cultura N° 9, 1997).
(405). 1
~ Para un estudio de caso de los concursos de musica y su im-

Guillermo Abadia publico algunos breves articulos desde 1943, pacto en los procesos musicales regionales ver Minana (De fastos
pero su producci6n masiva comienza en los anos 60, en especial afiestas, Ministerio de Cultura, Bogota, 1997. pp. 47-60). Un
en forma de programas radiales que fueron publicados por el equipo de la Universidad de Antioquia, liderado por Maria Euge-
Boletin de Programas de la Radiodifusora Nacional de Colombia. En nia Londono, elaboro una serie de estudios -ineditos- sobre va-
1973 aparece una sintesis bajo el tilulo La musica folhl6rica co- rios concursos y festivales de musica en Colombia. Ana Maria
lombiana (Universidad Nacional, Bogota, 158 p.). Editara nume- Ochoa trabaj6 en su tesis doctoral el concurso del Mono Nunez
rosos libros posteriormente, pero la obra emblematica y sintesis (Plotting Musical Territories, Indiana U., 1996).
de todo su trabajo es el Compendia general del folhlore colombiano 13
(Colcultura, Bogota, 1977, 557 p.), obra que ha sido reeditada La musica tradicional de estos paises fue estudiada con deteni-
miento desde finales de! siglo pasado, destacandose en especial
una y otra vez, y que escribio en funcion de una catedra de folklo-
la obra monumental de los esposos D'Harcourt publicada en 1925
re en el Conservatorio de la Universidad Nacional de Colombia.
y los registros de Louis Girault en los anos cincuenta. Delos anos
Octavio Marulanda -fallecido recientemente- desarroll6 su
actividad principalmente en el Valle del Cauca, como docente e setenta son los estudios de Luis Segundo Moreno en el Ecuador,
mvestigador en el lnstituto Popular de Cultura de Cali yen FUN- o el excelente tratado organol6gico de Carlos Coba. Reciente-
\1US1CA, fundaci6n organizadora del Concurso de Musica Andi- mente se destacan los trabajos de Max Peter Bauman y del Insti-
na Colombiana "Mono Nunez" de Ginebra. Ademas de numero- tuto Andino de Artes Populares de! Convenio Andres Bello con
Patricio Mantilla y Patricio Sandoval; es importante tambien el
sos articulos sobre musica en el Valle, sus obras de mayor reso-
nancia son El folclor de Colombia. Prdctica de la identidad cultural impulso a la difusion de trabajos investigativos y compositivos
(Bogota, Artestudio, 1984) y un trabajo sobre ludica infantil. Sus en la revista Opus del Banco Central del Ecuador.
publicaciones han tenido una difusi6n menor que las de Abadia 14
Si bien en este pais los estudios pioneros sistematicos son re-
\lorales y sigue casi en forma literal los trabajos de Abadia. cientes (hacia 1950) han tenido un impulso importante en el li-
Javier Ocampo Lopez, historiador profesor en la Universidad derazgo de Luis Felipe Ramon y Rivera e Isabel Aretz. Aqui cum-
Pedag6gica y Tecnol6gica de Colombia en Tunja, ha centrado sus pli6 un papel fundamental el INlDEF (lnstituto Interamericano
estudios en Boyaca. Sus libros sobre folklore adolecen de un tra- de Etnomusicologia y Folklore) financiado por la OEA y el go-
baJO de campo pero incorporan informaciones valiosas fruto de bierno venezolano.
su acercamiento a las fuentes hist6ricas pero, parad6jicamente,
15
sucumbe ante la rigidez y estatismo del folklorismo. Comenz6 a Andres Rosa. "Esencia, estilo y presencia de! rajalefia", en The-
publicar sobre el tema desde 1970; sus obras mas difundidas - saurus, Bogota, Instituto Caro y Cuer\'O. XIX. 1964, pp. 510-542;
vercl.,ideros best sellers pues rompen un poco el caracter enciclo- Jesus Pinzon Urrea, 1970, 16 paginas. editado en el
pedico y "ladrilludo" de los trabajos de Abadia y Marulanda- son Boletin Interamericano de Mus,ca en Washington; Luis
ESUCIA,CSTU
El fo[clory las bailes tipicos colombianos (Manizales, 1981, 220 p.), Torres Zuleta, 1974, 27 pagmas, inedito, Lilia \1on- TPIUlKIA

Mtisica y folclor de Colombia (Plaza y Janes, Bogota, 1984, 14 2 p.) tana de Silva Celis. 1970 M!tos, lcycndas, tradiciones DEl 'RUALEilt

y Las fiestas y el folclor en Colombia (El Ancora, Bogota, 1985, 2 73 y f olclor del Lago de Tota, Tunp, CPTC
p.). Estos tres libros son, en realidad, tres versiones con peque- 1
Aquiles Escalante. El negroen Colombia, Bogota, UN,
"
nas modificaciones de una misma obra. 1964, 198 p. -cuarta pane-. ,·er el trabaJo de Egber-

46
A CONTRA T I EMPO

to Bermudez "Musica indigena colombiana" (en Maguare, Uni- poblaci6n negra. Las tierras bajas occidentales de Colombia, Bogota,
versidad Nacional de Colombia, Bogota, N° 5, 1987: 85-98) para lnstituto Caro y Cuervo, 1977, 366 p.) y Susana Friedmann
un panorama general de los estudios sabre musica indigena, asi -esta ultima del lnstituto de lnvestigaciones Esteticas de la Uni-
coma la bibliografia elaborada por Blaz Telban para las etnogra- versidad Nacional de Colombia- quien publico "Estrategias ora-
fias (Grupos etnicos de Colombia, Quito, Abya-Yala, 1988, 526 p.). tes y la transmisi6n musical de! romance en las tierras bajas de
17
Colombia", en El folclor en la construcci6n de las Ameri-
Diferentes trabajos publicados desde 1967 ("Musica y relacio- cas, obra citada, 1992, 103-118), y tambien el libro
nes sociales en las tierras bajas colombianas y ecuatorianas de sabre Las fiestas de junio en el Nucvo Reino, Bogota, lns-
Pacifico", en America indigena, Mexico, 1967, 27( 4)635-666), pero
en especial Pioneros negros. La cultura afro-latinoame1icana del Ecua-
tituto Caro y Cuervo y Patronato Colombiano de Artes
y Ciencias, 1982, un texto de caracter historico que __ __ ,_
I.AS flf:STAS DE JUN/0

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Nl/f:r1om:rN11
dor y de Colombia, Quito, Centro Cultural Afro-Ecuatoriano, 252
p.; editado en 1992, traducido de la segunda edicion en ingles
pretendia terminar con una comparacion con las fies- ··--·-·-
tas en la actualidad. Segun las afirmaciones de la auto-
de 1986. La primera edicion es de 1974. ra, al no encontrar en el campo las expresiones espe-
IR La musica de las guahibo [sikuani-cuiba], 1984, Ban- radas , se "desmotivo" y realizo un trabajo no muy con-
co de la Rep1:iblica, con un casete; "La musica de los cienzudo. Las escasas transcripciones musicales , co-
LA MUSICA OE LOS murui-muinane", en el Boletin de Antropologia, Mede- nociendo la musica de la region, creemos que presen-
GUAHIBO
llin, 1987, 6(21)199-210; y el disco Musica de las tan problemas y que no se acercan a las interpretaciones de los
S!KUANI CUIBA
huitotos, Finarco, Bogota, 1981. grupos de base del Tolima Grande. Los estudios sabre coplerio y


cancioneros despues de los 70 han estado marcados por un enfo-
19
"Black music and cultural syncretism in Colom- que sociol6gico o antropologico y por un tratamiento tematico,
bia", en Slavery and Beyond, Wilmington, Scholarly tratando de superar las taxonomias de los folkloristas; un trabajo
Resources Books, 1995: 121-146 y "Entre la homo- recientemente publicado en este sentido es el de Pablo Mora Cal-
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w,-.:;.,c,..,~ """"JO<>.~
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geneidad y la diversidad: La identidad nacional y la deron ("Contribuciones al cancionero infame de Colombia", en
musica costefla en Colombia", en Maria Victoria Uri- A Contratiempo, Bogota , Ministerio de Cultura,1998, 10: 23-35).
be, ed. Antropologia en la modernidad: identidades, et- Finalmente, un estudio tambien centrado en lo lingi.iistico pero
nicidades y movimientos sociales en Colombia, Bogota, ICAN, 1997, ligado a lo musical es el excelente trabajo de Armin Schwegler
61-91. Chi ma nhongo sabre los ritos de lumbalu en San Basilio de Palen-
20
La musica, un fen6meno cosmog6nico en la cultura Kuna, 281 p. que (Frankfurt am Main, Vervuert, 1996, 2 vol. , manuscrito de
Curiosamente, Carmona ignora el trabajo pionero de Narciso 1989)
Garay (Bruselas, 1930); hubiera sido interesante comparar su 23
Ciro Quiroz Otero. Vallenato, hombre y canto, Bogota, icaro,
transcripcion de] canto de kantule hace 60 aflos, con las versio- 1983, 244 p.; Rita Llerena Villalobos. Memoria cultural en el va-
nes contemporaneas de los kuna. llenato. Un modelo de textualidad en la canci6n folcl6rica colombia-
21
Jorge Morales - Eugenia Villa, ed. El folclor en la construcci6n de na, Medellin, Universidad de Antioquia, 1985, 293 p. Otro estu-
las Americas. Memorias del VI Congreso de Antropologia en Co- dio centrado en lo literario es la obra de la profesora de la Uni-
lombia, Bogota, Universidad de los Andes, 1992, 260 p. De las versidad de Antioquia, Consuelo Posada (Canci6n vallenata y tra-
20 ponencias, una es sabre la problematica social expresada en dici6n oral, 1986, Medellin , Universidad de Antioquia, 254 p.).
las canciones vallenatas (Felix Carrillo) y otra sabre "Estrategias 2
➔ En el estudio de Rita Llerena, Maria Eugenia Londono escribio
orales y la transmision musical del romance en las tierras bajas una contribucion titulada "lntroducci6n al vallenato coma feno-
de Colombia" (Susana Friedmann). Obviamente, no podia faltar meno musical" (pp. 125-134) que abunda en generalidades y que
una ponencia de! maestro Guillermo Abadia. La presentacion de! en el analisis musical se reduce practicamente a seflalar los tempi ,
libro habla por si sola: "Los antropologos, soci6logos e historia- la instrumentacion y el compas de cada una de las "especies
dores no podemos descanar ni menospreciar el esfuerzo etno- musicales que conforman el genera vallenato" (129)
grafico de decenas de personas fervorosas por estas actividades,
25
sin cuya labor local, regional , y aun nacional, seria imposible la La consolidaci6n de la antropologia de la musica o etnomusi-
recuperaci6n de muchos materiales folcl6ricos [me pregunto: 1.re- cologia es hoy un hecho. Algunas muestras de ello son las publi-
coger materiales folcloricos es hacer etnografia?]. A pesar que caciones internacionales coma Ethnomusicology, o textos que re-
sus ponencias no tengan el rigor bibliografico exigible en estos cogen su trayectoria y su desarrollo coma Comparative Musicolo-
casos, las hemos considerado como aportes para el conocimiento gy and Anthropology of Music. Essays on the History of Ethnomusico-
de nuestro criollismo dentro de todo el proceso formador de las logy (Bruno Netti and Philip V Bohlman, The University of Chi-
americanidades" (p. 11) cago Press , 1991, 378 p.), o en castellano, Manual de antropologia
22
de la musica Qose Antonio Martin Herrero, Salamanca, Amaru ,
En el contexto de su proyecto Atlas !inguistico-etnografico de 1997 , 345 p.); o las perspectivas contemporaneas y posmoder-
Colombia, publico un suplemento al Torno lll y dos discos, re- nas del trabajo de campo en Shadows in the field. New Perspectives
dactado por Maria Luisa Rodriguez de Montes, recogiendo las for Fieldwork in Etlmomusicology (Gregory F. Barz, Timothy J.
muestras musicales cantadas durante el trabajo de campo, aun- Cooley, ed., Oxford University Press, 1997, 243 p.).
que -nuevamente- las transcripciones presenran algunos proble-
26
mas (Bogota, 1983, 92 p.). En un estudio casi exhaustivo sobre El JNIDEF de Caracas public6 en su revista (N° 3, 1978) un
el romance en Colombia, de Gisela Beutler, tambien publicado extracto de la tesis de Koorn traducida al espaflol.
por ehjnstituto, se incluyeron numerosas transcripciones musi- Once aflos despues de escrito ( 1994) el Patronato de
cales sip an~lisis (Studien :::um spanischen Romancero in Kolumbien ... , Anes y Cienc1as tradujo el libro de George List con el
Heidelberg, 1969. Traducido en 1977 bajo el titulo Estudios sob re titulo Musica y poesia en un pueblo colombiano. Respec-
el romancero espanol en Colombia en su tradici6n escrita y oral desde to al excelente trabajo de List, realizado con el apoyo
la epoca de la Conquista hasta la actualidad). Otros investigadores de los avances tecnologicos <lei momenta en trans-
que han continuado los estudios sabre el romancero son German cripci6n musical, hay que seflalar un "error" de apre-
de Granda (Estudios sabre un area dialectal hispanoamericana de ciacion -si es que en esto podemos hablar asi- fruto

47
A C0NTRA T I EMPO

de la no distincion entre acentos metricos y estructurales: trans- 30


La musica en Colombia: s,glt,s \\I c.l xvm, Bogota, 1994, 210 p.
cribe el llamador en la cumbia a tiempo y no a contratiempo, (inedito), Catalogo colrcci6n de ln\tr mentos musicales "Jose Ignacio
dejandose llevar por la fuerza de los acentos estructurales de la Perdomo Escobar", Bogota, Banco de la Repi1bltca, 1986, 61 p.; La
percusion y no considerando sus relaciones con la voz cantada y mLisica en el arte colonial en Colombia, Bogota, Fvndacion De Mv-
con el sentido metrico global Curiosamente List, en su extensa sica, 1994, 138 p , con un CD t1tulado Musica del periodo colonial
bibliografia ignora el trabajo precursor de Emirto de Lima. List en America Hispanica, interpretado por el grupo Canto y dirigido
venia publicando articulos sobre el tema en el extranjero desde por el mismo Egberto Bermudez; el libro Las iglesias de madera de
1966 ("The Musical bow at Palenque", en Journal of the Interna- San Andres y Providencia, Arquitectura y /1.ftisica, Bogota, Fvnda-
tional Folk Music Council XVIII: 36-49; "The mbira in Cartage- cion De Mvsica, 1988, p. 65-93, con un CD titulado Pr-ice Him,
na", idem 1968, XX: 54-58; "El conjunto de gaitas de Colombia: con folleto de 36 paginas; tambien de las islas, el CD Nobody
la herencia de tres culturas", en Revista Musical Chilena, 1973, business but my own, 1996, con folleto de 32 paginas.
123-124. Tambien publico el disco Cantos costenos. Folksongs of
' Publicacion dirigida por Maria Eugenia Romero M., investiga-
the Atlantic Coast a Region of Colombia (Ethnosound, USA, 1973).
dora de larga trayectoria de la cultura del Llano, y financiada por
27
Kuvi. M,isica de flauta entre las paeces, Bogota, 171 p.; en 1998 la Asociacion Cravo Norte-Occidental de Colombia, Bogota, 1990,
el Ministerio de Cultura y la Fvndacion De Mvsica, publicaron 300 p y un casete.
un CD con grabaciones de campo que complementa 31
Garzon y Collazos: dueto vocal-instrumental (1938-1977), con
dicha investigacion: Nasa Kuv', con un folleto de 36
amplia produccion discografica y que se convirtio en un verda-
paginas. En 1997 en A Contratiempo aparece un tra-
dero paradigma de la "musica colombiana" de la region andina.
bajo titulado "Los caminos del bambuco en el siglo
XIX" (9: 7-11) El autor tambien ha mostrado un in- " Para contextualizar el debate sobre la cultura popular y el
teres por el estudio de los fenomenos musicales urba- folklore, la vision tradicional de la izquierda diferenciaba y sepa-
nos y por lo pedagogico, tratando de que las investi- raba ambos. El folklore era retardatario, atrasado, pues estaba
gaciones musicologicas no quedaran en las bibliote- impregnado de la cultura aristocratica y burguesa, del mito (re-
cas y tuvieran un impacto en los procesos de valora- cordemos el concepto negativo de Paulo Freire frente al mito),
cion y transformacion de las musicas populares y tra- del rito y de la religion alienante. La cultura popular o proletaria
dicionales. Por ejemplo, Kuc'h yuuya' u'hwectha'w De era la nueva cultura de las masas conscientes y de las vanguar-
correria con las "negritos", que incluye un libro para el maestro de dias vinculadas y lideradas por el partido. Gramsci a manera de
120 paginas, una cartilla para el nino de 60 paginas, un casete y postulado y el antropologo italiano Luigi Maria Lombardi-Satria-
un video documental (Popayan, Programa de Educacion Bilin- ni con estudios de caso (por ejemplo el de los trabajadores de los
gt\e de! CRIC y UPN, 1996 y 1997), y Culturas musicales juveniles puertos en Italia) aproximaron estos dos conceptos mostrando
y escuela, Bogota, 1997, 130 p. como la cultura popular no puede estar alejada de la cotidiani-
dad de las clases populares y como el folklore oculta una serie de
'" Una pane de este trabajo fue publicado en A Contraticmpo 7,
"impugnaciones" a la cultura burguesa o hegemonica. En Ameri-
1990: 13-21. El titulo de la obra premiada es La mt.isica en la
ca Latina, va a ser sobre todo el folklorista Paulo de Carvalho
comunidad indigena embera-chami de Cristia-
Neto el que va a evidenciar -en la poesia y literatura oral- esa
nia. Desoipci6n de su sistema musical y aporte
metodol6gico para el aprovechamiento de la capacidad de impugnacion de la cultura popular. Garcia Cancli-
ni llevara al limite esta reflexion elaborando distinciones sutiles
miisica en las procesos de reapropiaci6n cul-
tural y desarrollo etnoeducativo, 174 p. Fru- al comienzo (cultura elitista, de masas, popular, popular tradi-
to de dicho trabajo se han editado un case- cional, hegemonica .. ) y borrando practicamente las fronteras en-
te (Musica indigena embera-chami. Cristia- tre ellas hacia el final. Garcia pondra el enfasis no en las fronteras
nfa - Colombia) y un CD titulado Cantos em- sino en las relaciones, en las mediaciones yen los "viajes" por los
bera-chamf. Comunidad indfgena de Cristia- que se desplazan los "productos" sufriendo permanentes resigni-
ficaciones y reubicaciones en la praxis social.
nia, Colombia, acompanado de un folleto de
12 paginas (1998). Liderado por la profe- 14
Ver Minana, Carlos. "Escuelas y experiencias pedagogicas de
sora Londono, se ha ido consolidando un musica popular. Estado actual y perspectivas en Colombia", en A
equipo de trabajo conformado por Alejan- Contratiempo. Musica y danza, N° 8. El !PC de Cali fue fundado
dro Tobon,Jorge Franco,Jesus Zapata, Luis en 194 7; tiene una buena coleccion de partituras ineditas y ma-
Fernando Franco, Fernando Mora ... , equi- teriales de trabaJo de campo fruto de las expediciones de recolec-
po que ha adelantado diferentes proyectos de investigacion y di- cion organizadas por su Departamento de Investigaciones Folklo-
fusion de la musica popular tradicional, entre ellos una recopila- ricas (fundado en 1960). Caracteristicas similares tiene la EPA de
cion y adaptacion de partituras de musica de base (104 obras) Medellin, con 35 aflos de existencia y 28 de vida legal. Cerca de
con fines didacticos (Valores musicales regionales y educaci6n musi- Cali, en Ginebra (Valle), la sede del Concurso o Festival de Musi-
cal en Colombia. Subproyecto N° 1. Region andina colombiana, 3 vols. ca de la Region Andina "Mono Nunez", cuenta tambien con un
y un casete, inedito). Dentro de este proyecto (Valores musicales centro de documentacion musical denominado "Heman Restre-
regionales) el equipo escribio un cuarto volumen -tambien in- po Duque" que estuvo durante varios anos baJO la direccion de
edito- en el que se analizan en detalle cuatro concursos o festiva- Octavio Marulanda. Aunque de creacion mas reciente, resulta tam-
les de musica tradicional y popular en la region andina (Velez, bien meritorio el trabajo de documentacion realizado por el so-
Ginebra, Aguadas y Antioquia le canta a Colombia). Reciente- ciologo Alvaro Pareja en el Centro de Documentacion e Investi-
mente (1996), y por iniciativa de este grupo, se creo el Fondo de gaciones Musicales <lei Quindio, en Armenia. El Centro de Do-
lnvestigacion y Documentacion de M1'.1sicas Regionales, depen- cumentacion Musical de! Ministerio de Cultura, el mas impor-
diente de la Facultad de Anes y del lnstituto de Estudios Regio- tante de! pais por sus fondos de partituras (tanto de musica eru-
nales de la Universi.dad de Antioquia. dita, como popular urbana), libros (por ejemplo, la biblioteca
personal del maestro Guillermo Abadia), grabaciones y videos,
n "Historia de la musica vs. Historia de los musicos", en Revista
ha realizado una labor indiscutible y valiosa en la recoleccion de
Universidad Nacional de Colombia, 3 (1985) 5-17.

48
A C0NTRA TIEMPO

las musicas tradicionales. Desgraciadamente ha sufrido de diver- 39


Entre estos trabajos hay que mencionar lntroducci6n al cancio-
sos males: manejos burocraticos, personalistas, falta de profesio- nero noble de Colombia, de Joaquin Pii'ieros Corpas (Universidad
nalismo y de organizacion en el maneJ0 de la informacion, pre- de los Andes, 1963) y varias series editadas por Colcultura bajo
supu(:$tos reducidos y una debil proyeccion y difusion. Con la la direccion de Octavio Marulanda (Costa Pacifica de Colombia,
transformacion de Colcultura en el Ministerio de Cultura se per- 1979) y Benjamin Yepes (Antologfa de la mu.sica popular y tradicio-
ciben cambios hacia un manejo mas profesional y hacia una pro- nal de Colombia, 1985; esta coleccion nova acompanada de folle-
yeccion nacional del Centro. Lamentablemente el manejo gobier- to). El proyecto mas ambicioso y difundido, pero inconcluso, es
nista y no a nivel de Estado de las politicas culturales no garanti- el editado por Procultura, bajo la direccion de Egberto Bermudez
za la continuidad de las labores emprendidas ni la financiacion (Musica tradicional y popular colombiana, 1987). La Fvndacion De
de los proyectos a largo plaza. Mvsica, y tambien bajo la direccion del profesor Bermudez, se
35
perfila en la actualidad con su coleccion Mvsica Americana, coma
Un ejemplo tipico de este enfoque, ademas del libro de A. Lon-
el mayor productor de grabaciones de campo, con folletos expli-
dono, es el importante esfuerzo desarrollado por el grupo de dan- cativos rigurosos y de cierta amplitud (30 p.).
zas de la Universidad Tecnologica del Magdalena, bajo la direc- No anotamos aqui los discos publicados en el extranjero, en es-
cion de Ibsen Diaz (ver por ejemplo, A Contratiempo N° 5, 1988,
pecial sabre musica indigena, y musica de las costas Atlantica y
"El paloteo", pp 50-68)
Pacifica (ver el libro ya citado de Aretz. 1991). Tampoco nos re-
36
El grupo musical Nueva Cultura ha cumplido una labor im- ferimos a la amplia produccion discografica de las disqueras co-
portante en torno a la musica popular tradicional en un esfuerzo merciales e independientes con grabaciones en estudio que son
por integrar los aspectos investigativos, proyectivos (varios dis- fundamentales para el analisis, por ejemplo, de la musica llane-
cos grabados que tuvieron gran impacto a nivel nacional), peda- ra, el vallenato, la musica de banda, la rnusica de cafia de millo y
gogicos (el proyecto del Plan Pilato en la Academia Musical Luis gaita ...
A. Calvo, luego en el ICBA en Tunja, posteriormente en la Escue- so Es el caso, por ejemplo, de Jose Arteaga (que publico un no
la de Musica de la ASAB a nivel universitario y tambien con un
muy afortunado libro sabre Musica del Caribe, Bogota, Voluntad,
proyecto de escuela infantil y juvenil) y organizativos (congresos
1994) ode Jose Portaccio , con su obra Colombia y su musica, en
y eventos). Sin embargo, la parte menos visible del proyecto es la
varios tomos (Bogota, 1994-1996); este ultimo, aunque todavia
invest.igativa.
comparte muchos rasgos de los sei'ialados para los folkloristas,
A nivel internacional hay que senalar el papel jugado por el
tiene un manejo un poco mas respetuoso de las fuentes escritas y
INIDEF de Venezuela (lnstituto Interamericano de Etnomusico-
se refiere con frecuencia a grabaciones comerciales. Pablo Mora
logia y Folklore, fundado en 1970 y financiado parcialmente por
realiza actualmente una serie de programas desde una perspecti-
la OEA) y -mas recientemente- el IADAP de Ecuador (Instituto
va antropologica y en un lenguaje radial contemporaneo , algu-
Andino de Anes y Tradiciones Populares, financiado por el Con-
nos de ellos publicados.
venio Andres Bello) en la formacion de algunos investigadores
En cuanto a videos de campo lo mas significativo ha sido la
colombianos (entre ellos, Maria Eugenia Londono y Benjamin
monumental serie Yurupari, dirigida por Gloria Triana y produ-
Yepes, ya mencionados) en las tecnicas de la recoleccion musico-
cida por Audiovisuales, grabada en los afios 80. El surgimiento
logica y del trabajo de campo, aunque desde una perspectiva to-
de los canales regionales de television ha propiciado actualmen-
davia muy marcada por el folklorismo. El centro de documenta-
te la proliferacion de programas locales sabre musica tradicional.
cion del INIDEF -junta con el de Indiana en Estados Unidos- es
probablemente el archivo mas importante de] continente en cuan- 41
Por ejemplo, un estudio coma el de Miguel Palacios Garoz (ln-
to a musica popular tradicional latinoamericana. Sin embargo, troducci6n a la musica popular castellana y leonesa, Segovia, 1984)
de las 33 misiones de 3 meses de duracion cada una, que se rea- no habla de trabajo de campo, sino que compara a traves de me-
lizaron para recoger material de campo en casi todos los paises todos estadisticos una muestra de 1 700 melodias recogidas y
latinoamericanos, solo una se realizo en Colombia, concretamente transcritas desde 1869 en una region espai'iola de! tamai'io de
en la Sierra Nevada de Santa Marta (Aretz 1991: 248 y 354). Antioquia, con otra muestra de 2181 melodias de otra region
37
similar.
La Revista de Fo/lilore de Colombia, organo de la Comision Na-
cional de Folklore del Jnstituto Etnologico y de Arqueologia del
Ministerio de Educacion Nacional (Bogota, 7 numeros entre 1946
y 1951), la Revista Colombiana de Folclor, 2a. epoca, organo de!
Instituto Colombiano de Antropologia, y, finalmente, la Nueva
Revista Colombiana de Folclor editada por el Patronato Colombia-
'no de Anes y Ciencias (desde 1986 hasta hoy) que cumple una
importante labor de divulgacion de la cultura popular pero que
no ha publicado ningun estudio con cierto rigor musicologico
hasta hoy, a excepcion de la reproduccion del trabajo citado an-
teriormente del padre Andres Rosa sabre el rajalei'ia, aparecido
por primera vez en 1964.
3
~La que mayor trayectoria ha tenido es, sin duda, la revista lite-
raria El Aleph de Manizales, tambien El tunel en Monteria , o La
corocltfa en el Llano. Una revista cultural, excepcional para la
epoca (194 7), es Hojas de cultura popular colombiana, con algu-
nos articulos sabre musica popular y erudita. Continuando con
este mismo enfoque divulgativo, aunque mucho mas modesto
editorialmente, es el Boletfn de programas del Instituto Nacional de
Radio y Television; este fue el media en que se empezaron a divul-
gar los trabajos de Guillermo Abadia y del padre Perdomo.

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