Trabajo Social

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Universidad Autónoma

de Honduras

Facultad de ciencias sociales

Carrera de Licenciatura en Trabajo Social

Asignatura:
Historia y Campo del Trabajo Social

Alumno:
Pedro Arturo Rodríguez Escoto
2022100

Catedrática:
Lic. Juana Martina Lobo

30/01/2023
Historia del Trabajo Social.
(Primera parte)
El Trabajo Social surge, como actividad organizada, a fines del siglo XIX, en los
países industrializados. En Francia, surgen, como en Inglaterra, las primeras
«residentes sociales» instaladas en el corazón de los barrios obreros. Así, se inicia
en 1896 el servicio social, que ya entonces era una práctica colectiva, en los
centros de barrio, que luego se llamarían centros sociales. Cada una de ellas
contribuyó al surgimiento de una de las tres primeras escuelas de Trabajo Social
en París, entre 1911 y 1917.
El Servicio Social asume, a lo largo de la historia, períodos de gran conflictualidad
y contradicción, sobre todo en los períodos de conflicto armado como fueron la
primera y la segunda guerra mundial. Durante la primera guerra mundial, el trabajo
de las mujeres en las fábricas reemplazó al de los hombres enviados al frente, así
surgió la especialidad de las asistentes sociales, superintendentes de fábricas,
para aportar ayuda a la mano de obra femenina y a los niños. Durante la segunda
guerra mundial, el servicio social no daba abasto con toda la atención necesaria
para ayudar a la población de evacuados, refugiados, clandestinos.
El Trabajo Social se ha transformado en una profesión articulada a las políticas
sociales de un país, o una región determinada. La iniciativa privada, y
frecuentemente religiosa, de las primeras épocas, se transformó luego en la
participación activa de las instituciones públicas y privadas encargadas de aplicar
las políticas sociales. Tales políticas tratan de resolver los problemas sociales
existentes y de dar respuesta a ciertas necesidades. Así, por ejemplo, cuando en
los años 80 se comprobó que un número cada vez más importante de familias
estaba sumamente endeudado, una legislación específica estableció la ayuda
necesaria a la corrección de las deudas. Los trabajadores sociales facilitaron a las
personas poder beneficiarse de dichos recursos y las ayudaron a no perder todas
sus pertenencias vendiéndolas en remate. En el marco de las políticas sociales, el
trabajo social no tiene únicamente como rol el poner al servicio de las personas los
recursos existentes, se trata también de adaptar dichos recursos a la situación
específica de los solicitantes. Más aún, para hacer frente a nuevos problemas
sociales emergentes, el trabajador social concibe y crea nuevos recursos a través
de proyectos elaborados a partir de un diagnóstico social establecido.
Durante los años 70, la función del Trabajo Social fue definida como integrada a la
reproducción de la fuerza de trabajo. Los trabajos de Louis Althusser establecen
que dicha reproducción no es solamente física, sino que también concierne a la
reproducción de la calificación y el aprendizaje de técnicas en la que participa la
enseñanza. Althusser ve en los aparatos ideológicos una pluralidad de
instituciones: religiosas, familiares, escolares, jurídicas, políticas, informativas,
culturales, deportivas, dentro de las cuales podríamos también incluir al trabajo
social.
Por lo tanto, los mismos aparatos ideológicos del Estado existen en todos los
países, independientemente del tipo de estructuración política éstos que tengan.
Hoy en día, casi todos los países llamados «socialistas» han sido borrados del
mapa de la historia, pero en la época de los escritos de Althusser también ellos
participaban, como Estados, en los aparatos represivos e ideológicos.
Una vez dicho esto, ¿A dónde nos puede llevar la comprensión de la función
social del Trabajo Social en un análisis de este tipo? Nos lleva a una definición
esquemática y estereotipada, que da poco espacio a un análisis de la realidad,
siempre compleja. Durante su desarrollo histórico, el trabajo social fue también
definido con otras funciones. Podríamos decir que el trabajo social tiene una
función de suplencia familiar, y de respuestas a algunos problemas sociales
emergentes. Pero también el trabajo social se estructuró a partir de los problemas
emergentes en cada época y también se les trato de darles respuestas positivas.
El Trabajo Social se ha transformado en una profesión articulada a las políticas
sociales de un país, o una región determinada. Tales políticas tratan de resolver
los problemas sociales existentes y de dar respuesta a ciertas necesidades. Así,
por ejemplo, cuando en los años 80 se comprobó que un número cada vez más
importante de familias estaba sumamente endeudado, una legislación específica
estableció la ayuda necesaria a la corrección de las deudas.Y también los
trabajadores sociales facilitaron a aquellas personas que pudieron beneficiarse de
dichos recursos y las ayudaron a no perder todas sus pertenencias vendiéndolas
en remate.
En el marco de las políticas sociales, también el Trabajo Social no tiene
únicamente como rol el poner al servicio de las personas los recursos existentes,
que se trata también de adaptar dichos recursos a la situación específica de los
solicitantes. Más aún, que, para hacer frente a nuevos problemas sociales
emergentes, el trabajador social concibe y crea nuevos recursos a través de
proyectos elaborados a partir de un diagnóstico social establecido. Los valores en
origen del surgimiento del trabajo social siempre han sido la promoción de las
personas, la lucha contra la miseria, la reparación de la injusticia. Forman parte de
un ideal de justicia y se unen así al pensamiento judeocristiano y humanista de la
época. Incluso hoy, estos valores son la base del profesional. Y los trabajadores
sociales también están comprometidos con un ideal de justicia social, como:
mejorar el bienestar y los derechos de las personas y los grupos, y también,
trabajar por el logro de un cambio en las actitudes y políticas que crean o
mantienen desigualdades o desventajas sociales y estos principios guían la acción
del Trabajo Social. Es a partir de ellos que el trabajador social favorece una
posición diferente de la persona como: salir de la asistencia (que a veces
necesaria) para ejercer plenamente su derecho de ciudadano; y adquirir poder
sobre su vida ya siendo capaz de influir en ella y tomar decisiones que afirmen su
autonomía; que acompañan a las personas en la búsqueda de nuevas formas de
expresión y de participación; que también favorece a la auto organización de los
grupos y colectividades.
Historia del Trabajo Social.
(Segunda parte)
También el capitalismo, en el curso de su desarrollo histórico en el trabajo social,
junto con instituir la acumulación de algunas riquezas, que produjo el fenómeno de
la extrema pobreza. Tal como podemos constatar, ya que en el siglo XIX estaba
arraigado el problema que vendría a desafiar en el siglo XXI: la indiscutible
tendencia a la exclusión de los procesos productivos y del acceso a los bienes
materiales y culturales que socialmente son producidos.
Lo que diferencia la problemática y la programática de la situación anterior
respecto de la actual es el horizonte expansivo del capitalismo, con una brutalidad
reducción de la mano de obra (en los procesos de trabajo y producción), la
subordinación de la producción material a los imperativos del capital financiero, y
los cambios en la intervención social del Estado y el acento de este proceso en las
luchas en la historia de la clase trabajadora. Si en el periodo expansivo de la post-
guerra el estado era el que mediaba la acumulación a través de la intervención
social, que hoy en día éste gestiona la financierización y que le entrega a la
sociedad y a sus organizaciones la responsabilidad de encontrar formas creativas
de abordar el problema social, depositando en la ayuda, en la solidaridad
interpersonal, en el voluntarismo personal y empresarial y en el trabajo social, la
única posibilidad de intervención social.Todas estas son efímeras, ocasionales, y
que surgen en regímenes de excepción o de emergencia. Del mismo modo,
transforma aquellos que fueran los pilares de sustentación de los sistemas
mundiales de protección social en servicios comerciales o en negocio, que
despojando con esto a los usuarios de los servicios públicos y colectivos de su
condición de sujetos con derechos y transformándolos en genéricos ciudadanos
consumidores. Así, el panorama mundial, subordinado al equilibrio de poder y a
una inédita capacidad de concentrar el poder en unas pocas manos, pone en
evidencia la existencia de problemas que afectan gravemente la forma de ser y de
vivir: el desempleo estructural, la crisis del trabajo asalariado, la desarticulación
del estado de bienestar, la cancelación de los derechos sociales, que afectan el
tenor ideológico de sus luchas sociales.
Más que las normas y disposiciones económicas, lo que el nuevo imperialismo
instala en el mundo es la construcción de una hegemonía plasmada por la difusión
de culturas y valores de una determinada clase: la de los que acumulan riqueza y
poder a costa del trabajo de los millones de hombres, mujeres y niños de todo el
mundo. Esta calificado por muchos como un periodo en el que el trabajo perdió su
centralidad o como un periodo en el cual el capitalismo dejó de tener miedo, el
hecho es que estas últimas dos décadas son el escenario de un proceso de
restauración capitalista asentado en un doble movimiento: como la redefinición de
las bases de la economía del mundo a través de la reestructuración productiva y
de los cambios en el mundo del trabajo; y la ofensiva ideo-política necesaria para
la creación del predominio del gran capital, que se evidencia en el surgimiento de
un nuevo imperialismo, y característico de esta nueva fase del capitalismo. Y que
los trabajadores se transforman en accionistas mayoritarios de las mayores
corporaciones mundiales, así como en ejecutivos del capital financiero, y que
también implica lo que es la degradación del medioambiente, que con el aumento
de la industria de los desechables y con la producción de las mercancías con
caducidad programada, que esto va generando una sociedad de basura y de
productos desechables.
También en el ámbito del trabajo hay cambios substantivos, ya sea bajo una
nueva versión de antiguas formas de trabajo, como la producción de partes, en el
hogar, etc., o bien instituyendo nuevos procesos de trabajo, externalizando y
desterritorializando por parte del ciclo productivo o construyendo unos nuevos
modos de cooperación, donde se adaptan en un mismo proceso productivo,
actividades que implican altas tecnologías y la absoluta precariedad.Y nos
preguntamos: ¿Empoderamiento de quién? ¿Y Para qué? Y en este panorama, el
gran capital desea que los lugares ocupados por las clases trabajadoras en los
procesos de producción y reproducción social que se separen cada vez más de su
convivencia de clase, fragmentándosela, y a veces, está confrontando sus
intereses, ya que a la vez que el proceso de mundialización consigue articular y
reunir los capitales de todas partes del mundo, ya que fragmenta las identidades y
las necesidades de aquellos que viven de su trabajo. Es la razón de que sea
necesario crear una interface con el movimiento antiglobalización anticapitalista y
anti-imperialista con acento en la tensión entre lo global y lo local, en una
perspectiva de clases, como la única manera de resistir y revertir el proceso social
en curso. Y esto no es tarea exclusiva de los asistentes sociales, si bien como
trabajadores sociales que somos, como profesionales reconocidos socialmente y
por la utilidad de nuestro trabajo, tenemos la obligación, de que cada uno desde
su lugar y desde su país, de no desconocer este proceso.
Y es necesario tener en claro que los mecanismos de enfrentamiento y superación
de las desigualdades sociales deben considerarse en dos dimensiones como:
1 Es la que apunta al enfrentamiento a través de la lucha por la emancipación
política y el campo del derecho, del acceso universal, del reconocimiento
público y civil de la condición del ciudadano.
2 Es la que percibe su superación a través de la búsqueda de la
emancipación humana de los pueblos, cuya estrategia se puede ser la inter-
nacionalización de las luchas y de los trabajadores, proceso para el cual
tenemos contribuciones, teorías, políticas y prácticas para ofrecer. Y es en
esta atmósfera que están puestos los desafíos del Servicio Social mundial.
Que, en primer lugar, un supuesto para todos nosotros: si se confunde la
esencia con la apariencia, toda investigación sería innecesaria. Y, en
segundo lugar, investigar nuestra práctica docente de una condición de
trinchera teórica, académica y de formación y capacitación de las nuevas
generaciones de profesionales, respetando las diferencias, pero sin
renunciar a la posibilidad de ser profesionales críticos, formadores de
cultura y protagonistas de la construcción de una sociedad distinta.

Fundamentos del Trabajo Social.


(primera parte)
Es uno de los componentes esenciales para comprender la intervención; esto
incluye los conocimientos que dan sustento ético, político, filosófico, teórico /
conceptual, metodológico y técnico al ser y quehacer profesional), y apropiados,
que están reflexionados desde la experiencia; esto posibilita en construir y
sustentar sentidos en torno a las intencionalidades, objetos, sujetos y propuestas
metodológicas en contextos particulares. Que se relaciona con la apropiación
epistemológica crítica de paradigmas, teorías, conceptos y propuestas
metodológicas. También el trabajo social es una praxis transformadora; y que
también es una disciplina de acción y conocimiento; que se basa en teorías y
desarrolla procesos de conceptualización, que para intervenir problemáticas
sociales; se apoya en aportes de ciencias y disciplinas humanas y sociales; que
estas no poseen una teoría propia; configura su fundamentación en procesos de
construcción de teorías de intervención, en una apropiación mediada; que aporta
al objeto de conocimiento y desde éste vuelve a la teoría para retroalimentarla y
enriquecerla.
Las ciencias y las disciplinas aportan enfoques teóricos, conceptos y propuestas
metodológicas sobre los fenómenos sociales, a partir de los cuales los
profesionales construyen la intervención; también desde las experiencias crean
nuevos saberes, los reconstruyen, para articularlos, re-dimensionarlos. Para Shön
el proceso iniciado en la práctica, tiene forma y lógica interna que debe introducir a
los profesionales en una reflexión sobre la acción, pues se emiten juicios que no
se pueden justificar con criterios firmes, despliegan destrezas para las que no
pueden prescribir procedimientos o reglas. La epistemología permite construir
teorías, basadas en la práctica social. Que es pertinente fundamentar la
comprensión de los fenómenos sociales, para reconocer la acción y el
posicionamiento profesional.
Y es relevante basar la comprensión de los fenómenos en el reconocimiento de la
acción y el posicionamiento profesional. Y las profesiones, como colectivos,
construyen su historia a partir del trabajo que realizan, la misión que cumplen y el
sentido que le dan a su experiencia. Por lo tanto, la Fundación permite
argumentar, apoyar, y comprender realidades. Y es decir que no existe una forma
única de saber intervenir, ya que en cada caso respondemos a los individuos. Y la
justificación es contextual; que permite generar una memoria colectiva, un diálogo
entre las generaciones en torno a los temas clave de la profesión. Margarita Rozas
propone considerar si hay un fundamento en la intervención porque en la práctica
profesional se construyen habilidades y conocimientos que tienen valor
significativo. El fundamento puede entenderse a partir de componentes tales como
principios y valores éticos, enfoques. El proceso de construcción de la
especificidad opera a través de la delimitación y conjunto de prácticas y
representaciones que den cuenta del problema social y tipo de interacción
existente entre los sujetos sociales y el problema social, de modo que la
especificidad se construye en el mismo proceso de estructuración que otorga un
significado particular a los elementos constitutivos que incluyen los procedimientos
metodológicos.
El proceso de construcción de la especificidad opera a través de la delimitación y
conjunto de prácticas y representaciones que den cuenta del problema social y
tipo de interacción existente entre los sujetos sociales y el problema social, de
modo que la especificidad se construye en el mismo proceso de estructuración
que otorga un significado particular a los elementos constitutivos que incluyen los
procedimientos metodológicos. ¿Y por qué es importante para nuestra disciplina
definir su objeto? Porque tienes que lidiar con complejidad, como dice
Wagensberg. Y porque más allá de las cuestiones de estatus científico que no son
insignificantes pero que no tienen tanta importancia de estas reflexiones, lo cierto
es que cada disciplina debe su objeto de estudio. Para el método, la elección del
objeto de los fenómenos que pueden ser investigados y las teorías, los
paradigmas del modelo teórico nos ayudarán a elegir las categorías analíticas
para la investigación. Y porque todo este proceso contribuirá a la elaboración de
nuevas teorías, que al menos de tercer nivel, que consigan desarrollar hipótesis
para la intervención. Que, por lo tanto, estamos ante una cuestión de primer orden
en el nacimiento y posterior desarrollo del Trabajo Social como disciplina científica.
Esta delimitación es la más repetida en la literatura del Trabajo Social, por lo que
ha de ser considerada como elemento constitutivo del sistema de referencia del
Trabajo Social, en el sentido que confiere Nisbet al concepto de ideas-elementos,
esto es: la fuerza de estas ideas radica en su continuidad, que son aquéllas que la
dan coherencia. Y en efecto, ya que en 1967 observa David Kaplan que el
concepto de situación como un aspecto de los problemas humanos no es una idea
nueva en el trabajo social. A este respecto dice que “Ada E. Shepield, en 1937,
decía que el individuo ha enfrentado con un problema de situación era la
apropiada y unidad de atención en el Trabajo Social, ya que el concepto de
situación designa el tratamiento de la unidad como un segmento de la experiencia
y no solamente al individuo. Y, así pues, el objeto de la disciplina, hasta este
momento, varió entre las categorías mencionadas: individuo, bien “desajustado o
anómico o cualquier individuo que presentara un problema social cualquiera,
situación de carencia social o problema situacional de la persona.
Fundamentos del Trabajo Social.
(Segunda parte)
El Trabajo Social ha de tener presente una perspectiva compleja e integradora de
los Derechos Humanos (DDHH), como marco ético que inspire las prácticas de los
profesionales en la intervención. Para abordar los DDHH desde esta perspectiva
que se supone romper con la lógica de la defensa de los derechos en función de
generaciones, olvidando la integridad de los seres humanos. El contexto actual
obliga a dar respuestas más o menos urgentes a los problemas sociales, por lo
que podríamos decir que existen más bien generaciones de problemas que
obligan a contemplar a la persona desde una perspectiva holística. Y en esta
representación se puede extraer del texto de la Federación Internacional de
Trabajadores Sociales (FITS) en la que define el Trabajo Social como: La
profesión del Trabajo Social que promueve el cambio social, la resolución de
problemas en las relaciones humanas y el fortalecimiento y liberación del pueblo
para incrementar el bienestar. Mediante la utilización de teorías sobre el
comportamiento humano y los sistemas sociales, el Trabajo Social interviene en
los puntos en los que las personas interactúan con su entorno. Y los principios de
los Derechos Humanos y la Justicia Social son fundamentos para el Trabajo
Social.
Y busca una ética necesaria, que inspire una nueva forma de afrontar los nuevos
retos sociales, es donde la relación entre Trabajo Social y Derechos Humanos que
se hace tan estrecha que será el marco ideológico que inspire la teoría, la praxis y
la metodología del Trabajo Social. Y adoptar esta visión para el Trabajo Social que
tendrá consecuencias prácticas a nivel local y global, individual y colectivo,
profesional e interdisciplinar, es decir, que creará una onda expansiva que
contagiará cada uno de los espacios sociales ocupados por los trabajadores
sociales.
El trabajador social aporta su conocimiento sobre los recursos y las posibilidades
de mejora de las habilidades del cliente y su entorno, proponiendo estrategias de
actuación alternativas. Por su parte el cliente aporta sus objetivos y valores que
afectan a las actuaciones recomendadas en función de las cuales se han de
evaluar dichas actuaciones. con respeto a la autonomía personal, como dice
Salcedo, uno de los valores en torno a los cuales se construyó la identidad
profesional del Trabajo. Social, pero la práctica de la disciplina indica que
demasiadas veces se trabaja desde a partir de valores políticos, económicos, y la
relega a un segundo plano. Pero las prioridades relativas a derechos humanos
obligatorios no tienen sentido, ya que la visión integradora impide, como hemos
dicho anteriormente, es establecer un orden de prioridad, que, en todo caso, no se
puede establecer que, por el sujeto autónomo según sus valores, es decir que
sabiendo que la vulneración cualquiera de los derechos atenta contra la dignidad
de las personas Los estudios de las competencias del trabajo social son bastante
concluyentes en relación a la confirmación de la hipótesis que principalmente es
sobre la participación activa de los estudiantes en su aprendizaje, que influye de
forma positiva en la adquisición de competencias profesionales necesarias para su
formación. La supervisión en Trabajo social, y sus potencialidades, ofrece a los
profesionales de los equipos de Servicios Sociales una oportunidad para mejorar
las destrezas profesionales a través de la reflexión, el pensamiento y el
autocuidado. Y las circunstancias actuales de incertidumbre necesitan ser
lideradas por los profesionales con el fin de adaptarse a los cambios, generando
culturas organizativas basadas en la confianza, el compromiso y la capacidad de
aprendizaje. Que en el presente está el cambio continuo. Que por lo tanto
tenemos que ser más claros en qué se quiere conservar, a la vez que estar
preparados para los cambios. Y para ello la supervisión ayuda a desarrollar
habilidades y competencias con el fin de mejorar resultados y lograr una mayor
eficiencia profesional. Y la implementación de las políticas sociales destinadas a la
integración de las personas migrantes depende en buena medida de la práctica
profesional.
Los trabajadores sociales hemos sido socializados profesionalmente de acuerdo
con unos modelos de intervención monoculturales y noroccidentales de tipo clínico
y terapéutico, que no se evidencian como los más apropiados para abordar la
intervención en las nuevas realidades de diversidad cultural. Y, en definitiva, no
todos los modelos teóricos y metodológicos de intervención profesional en el
ámbito social son adecuados ni oportunos ni pertinentes, si los analizamos en
perspectiva intercultural y bajo el prisma de la construcción de una ciudadanía
inclusiva. Analizamos una experiencia formativa que ha sido considerada por la
IASSW como ejemplo de buena práctica educativa internacional en Trabajo Social.
Se trata de un programa on-line de formación de postgrado para trabajadores
sociales y otros profesionales de la intervención social que está basado en el
análisis crítico de modelos implícitos (no conscientes y frecuentemente
etnocéntricos) y el desarrollo de competencias interculturales.
Y el programa forma a profesionales globalmente conscientes y localmente
comprometidos con la defensa activa de las minorías y grupos vulnerables, que
son capaces de implementar procesos de empoderamiento a nivel individual y
colectivo. Y al hablar de la concientización intercultural como la toma de
conciencia de nuestros presupuestos implícitos, de las creencias, y valores
implícitos que, a menudo de forma automática, influyen en nuestras
interpretaciones del mundo y en nuestros comportamientos. Y con la empatía
buscamos comprender la experiencia de la otra persona a partir de nuestro marco.
Es una forma de salir de una visión narcisista, pero no de salir de una visión
etnocéntrica. Retos del Trabajo Social como disciplina de las ciencias sociales. Es
identifica que claramente es el compromiso social de lo que es la profesión en sí y
también de la profesional con sus fundamentos de la justicia social, la equidad, la
libertad y la fraternidad entre otros seres humanos. Por lo tanto, es la necesidad
de conocer lo que es entorno, con lectura integral de lo que la realidad que
caracterizo la diversidad. Por lo tanto, lo social se ha manifestado como cuestión
en que marca una conflictividad que está a nivel de las condiciones y simbólicas
en su reproducción. Y en esta perspectiva la dimensión de la vida cotidiana esta
aporta al análisis o interpretación de la construcción y también de la subjetividad
de los sujetos que están a través de los significados que los mismos le dan a su
situación actual. Esto puede tratarse del reconocimiento de lo que es la acción de
los sujetos en relación a lo que son las construcciones problemáticas, la
significación de esta acción nos lleva a un análisis de la intersubjetividad, lenguaje,
la noción espacial y temporal, ineludibles dimensiones al abordar el entendimiento
de lo cotidiano.
Como superar la cotidianidad.
Ser amigable
Tener amigos
Tener que viajar
También es bueno tener una nueva rutina
Hacer algunas actividades creativas
Decirte a ti mismo que puedes hacerlo que es imposible
Se una persona positiva
Y hace unas décadas que la investigación es reconocida como parte constituyente
del método profesional y que también como método complementario al Trabajo
Social. Y a estas alturas del desarrollo del servicio social en el siglo, parecería
innecesaria una reflexión de esta índole. Y en efecto, el tema de investigación
integra en forma medular los textos que pueden llamarse tradicionales y la
destacan. Que defendemos la necesidad de tematizarla ampliamente en las
cátedras de servicio social, tanto teóricas como prácticas. También comprende
que la investigación entonces es un proceso que frecuentemente está en el
desarrollo de formación intelectual del hombre que le permite el descubrimiento y
la adquisición de un nuevo conocimiento.
Y toda que toda investigación ha de partir desde una existencia de un problema o
una situación requiere de una respuesta o también una solución. Y es por eso que
una investigación social configura como un proceso de aplicación de métodos y
técnicas científicas a situaciones y problemas concretos que van al área de la
realidad social para que busque algunas respuestas a ellos y también para
obtener nuevos conocimientos.
Pero también es decir que es el principal interés de las ciencias sociales y es
estudiar el comportamiento social humano. Y para especificar más, las ciencias
sociales estudian la subjetividad y su relación con algunos aspectos estructurales
de la sociedad. Y lo anterior se divide den muchas especialidades de distintos
procesos sociales y así como su impacto en los individuos. Partimos de considerar
la epistemología como una reflexión de segundo orden frente a las producciones
de la disciplina y profesión, siendo importante analizar qué relaciones mantiene
con los contextos sociales donde se producen. Y en nuestro caso, vemos cuáles
son los marcadores que más influyeron en el nacimiento del trabajo social y sus
repercusiones en la consideración social de la disciplina. También creemos que la
epistemología del trabajo social ha de hacerse teniendo en cuenta las
aportaciones de este debate en el conjunto de las ciencias sociales, del cual nos
interesa destacar lo que se denomina la concepción ampliada o con una de las
nuevas ciencias humanas, donde las características particulares del trabajo social
se encuentran la justificación para poder generar conocimiento.
Establecido ya lo que nos aportan las ciencias sociales, y aquí abordamos el
análisis de nuestra disciplina centrándonos en su concepto, objeto y método.
Creemos que es posible la construcción de conocimientos puesto que, en las
intervenciones del trabajo social, están presentes los grandes problemas teóricos
de las ciencias sociales. Y que establezcamos una mínima distancia sobre las
mismas para poder reflexionar sobre ellas.
Y ambas aspiraciones se han articulado en torno a un renovado interés por otorgar
un lugar de relevancia al conocimiento científico en su quehacer, incorporando
acciones de sistematización, investigación y construcción de teoría. En ese
espectro temático se suscita la discusión sobre la pertinencia de una
epistemología regional para el Trabajo Social. A partir del siglo XVIII esta forma de
ayuda comenzaron a la estructuración bajo nuevas teorías.
Y en Europa y también en Estados Unidos surgieron durante la industrialización y
organizaciones que aglutinaron las actividades anteriores que están dentro de una
intervención más especializada. Y la acción social adquirió cuatro nuevas
características fundamentales tales como: las instituciones de la beneficencia
privada, la aparición de algunos movimientos de la reforma social y el desarrollo
de las ciencias sociales.
Reflexión del trabajo social.
Una de las primeras tareas a realizar, como trabajadores sociales, es desvelar
nuestras claves de observación de la realidad. Siguiendo con este planteamiento,
es necesario reflexionar sobre qué tipo de profesión queremos, para lo cual es
fundamental asumir que dentro del campo de la investigación y del conocimiento
científico hay que tener en cuenta la existencia de paradigmas, teorías y modelos.
Y en ciencias sociales, y particularmente en Trabajo Social, el paradigma se
entiende como el modo de ver, analizar e interpretar los procesos sociales que
tienen los miembros de la comunidad científica, tanto como los que se dedican a la
investigación y docencia como los que se dedican al ejercicio práctico, ya que
todos ellos comparten un conjunto de valores, postulados, fines, normas, lenguaje,
creencias y formas de percibir y comprender los procesos sociales.
Y, por lo tanto, los contextos y escenarios cambiantes caracterizan a nuestras
sociedades en las últimas décadas y marcan una serie de nuevos interrogantes
hacia la intervención en lo social. Estos cambios pueden observarse a partir de
diferentes esferas que abarcan desde lo socioeconómico hasta el sentido de la
vida cotidiana en las diversas y heterogéneas tramas sociales actuales.
La crisis de los espacios de socialización, como la familia, el barrio, la escuela, la
universidad o el trabajo muestran el surgimiento de interpelaciones dirigidas
especialmente a su sentido, a la posibilidad y necesidad de una reconfiguración de
la cual se es testigo en forma aturdida y desorientada. Pero en esas crisis también
da cuenta de un conflicto de los espacios cerrados como lugares de construcción
de subjetividad, de trasmisión de pautas, códigos, identidades y pertenencia. Hay
lugares donde los individuos se materializaban en imágenes esperadas y previstas
por el todo social. Y así el sujeto producido por la escuela era esperado por la
fábrica o la universidad. La caída del modelo keynesiano de la economía y la
imposición del neoliberalismo trajo aparejada una nueva forma de las relaciones
sociales. El vínculo y el lazo social como elementos constitutivos de solidaridades
se fueron diluyendo en la medida que avanzaba la competencia en forma
desesperada, muchas veces como necesidad o mandato ligado a la sobrevivencia.
Y el interés por el conocimiento de la situación europea comenzó a crecer en los
90’ promovido por las políticas educativas europeas de movilidad educativa y
laboral, dando lugar a trabajos que han ido proporcionando mapas de la diversa
realidad, pero, también, han permitido la identificación de elementos comunes.
trabajo social tiene una larga trayectoria en América Latina. Ha mostrado
claramente que estas interrogantes comenzaron incluso antes del movimiento de
la re-conceptualización, aunque evidentemente fue en este momento histórico
cuando la propuesta por aunar fuerzas en un proyecto latinoamericano alcanzó su
máxima expresión. Durante este periodo no sólo se cuestionó el carácter funcional
de la profesión y las relaciones dependientes y coloniales que se traducían en el
uso a-crítico de las propuestas del trabajo social estadounidense, sino que
también se inicia una búsqueda y adopción de las perspectivas y modelos de
intervención propiamente latinoamericanos. Independientemente de las críticas
que pueden hacerse al movimiento de la re-conceptualización, ha sido reconocido
que éste motivó la discusión epistemológica, política y metodológica que ha
permitido pensar al trabajo social y encontrar en él un proyecto disciplinar
fructífero. Como es sabido, este movimiento crítico y su proceso de búsqueda
teórico metodológica se vio violentamente truncado con el advenimiento de las
dictaduras militares en la región. Y los intentos de auto-re-construcción del trabajo
social post-dictadura se han visto reflejados en la creciente creación de programas
de post graduación, realización de congresos regionales y desarrollo de líneas de
investigación disciplinar que se han ido incrementando a partir de la década de los
noventa, sin embargo, los referentes europeos y angloamericanos siguen teniendo
gran influencia en el desarrollo del trabajo social en nuestra región. Desde la
óptica de las teorías post-coloniales, se asume que la transferencia de la teoría del
trabajo social de los países “del Norte” (países “desarrollados” europeos y
angloamericanos, específicamente Estados Unidos e Inglaterra) hacia los países
“del Sur” (“en desarrollo”, colonizados y dependientes) no es casual, sino que es el
resultado de un proceso de colonización intelectual, que como todo proceso de
colonización, ha estado basado en la expansión occidental y en el privilegio
epistemológico de los países colonizadores.
Aunque las sociedades industriales avanzadas hayan desarrollado, en mayor o
menor medida, sistemas de Bienestar Social, en los que las líneas divisorias entre
las clases sociales se fueron atenuando, a nivel internacional el contraste entre
privilegiados y no privilegiados, entre ricos y pobres, ha ido aumentando. Es más,
se ha ido acentuando el porcentaje de individuos y de colectivos que viven fuera,
es decir, al margen de la sociedad. Y la satisfacción de estas necesidades es
precisa, tanto en lo que concierne a los colectivos pobres y marginados de los
países desarrollados, como a las masas de pobres y marginados de los países en
vías de desarrollo. Sin embargo, se establece una distinción entre necesidades
básicas materiales y necesidades básicas no-materiales, teniendo prioridad las
primeras sobre las segundas, en función de los grados de pobreza o de los niveles
de desarrollo. Esta diferenciación entre lo material y lo no-material implica una
jerarquización de las necesidades básicas, muy presente todavía en la actualidad
en las políticas sociales que proviene de la tradición, arraigada especialmente en
la cultura occidental, de separar cuerpo y mente, o cuerpo y espíritu; es decir lo
física de lo psíquico, asociándose el cuerpo con la condición animal del hombre e
inferior, mientras que la mente, distintiva del hombre, es valorada en términos de
superioridad.

Cuadro Comparativo del TS en países europeos y latinoamericanos

Observamos que en los países Y también Europa es un


Latinoamericanos hay algunas catalizador para el cambio social,
transformaciones de la sociedad que busca apoyar mercados
mundial, que tiene como el propósito de laborales justos y que funcionen
crear un sistema fundamentado en una
bien y sistemas de protección
estructura social, económica, política y
cultural que se superpone nacional e
social de acuerdo con los 20
internacionalmente, trastocando los principios clave del Pilar Europeo
conceptos y las realidades de los de Derechos Sociales.
estados nacionales, la soberanía, y la
Por lo tanto, en los países
independencia de los países. Y se suma
europeos observamos que hay
a esto el hecho de que la unificación
mundial que posibilita el desarrollo economías muy maduras. Y en
tecnológico, que constituye un sistema Europa también hay iniciativas
mundial que afecta a las sociedades que es para el consumo. Y
entre sí, estableciendo nuevas reglas a mientras tanto en Europa hay
la convivencia entre los estados. poco territorio y depende de
materias primas.
Y también en Latinoamérica
observamos que estas son más En Europa hay presión al Buen
emergentes que por lo tanto en Gobierno, incluso Europa
Latinoamérica se trata de sobrevivir. Y también dispone de recurso
en Latinoamérica hay un amplio sentido
humanos capacitados. Y en
de menor necesidad de conservar las
Europa hubo tres momentos que
tierras y los recursos naturales. Y en
Latinoamérica existe mucha corrupción generaron cambios en el trabajo
La corrupción puede estudiarse a partir social: revolución industrial,
de dos orientaciones: la visión clásica y revolución francesa y
el enfoque contemporáneo. promulgación de los derechos
humanos. El objetivo del
Incluso la corrupción en el ámbito
proyecto europeo siempre ha
público ocurre cuando un funcionario
público o una persona perteneciente a la sido principalmente crear
esfera gubernamental, con mercados y se ha prestado poco
responsabilidades y atribuciones interés a la política social.
establecidas, es persuadido para Durante la mayor parte de la
realizar acciones que favorecen a aquel historia de la Unión Europea y de
que provee de los beneficios, a través sus instituciones predecesoras
de recursos que no están legalmente ha habido compromisos, a
previstos, lo que daña al público y a sus menudo creativos, entre los
El trabajo docente inició un En las primeras décadas
proceso de de la integración europea,
transformaciones que no se la necesidad de lograr un
detendrá. Las respuestas a equilibrio entre la creación
la crisis sanitaria, con la de mercados y la política
multiplicación no planificada social fue en gran parte
de las tecnologías de ignorada porque ambas
educación a distancia, eran independientes una
aceleran ese proceso de de la otra. Y el consenso
mutaciones. Sin embargo, lo era que la labor principal de
importante no es si habrá o las instituciones europeas
no cambios, sino quién y sería incrementar el grado
cómo se gobernarán esos de apertura de los
cambios. Y aquí, hay mercados.
claramente dos opciones: o
los gobierna el poder
democrático con
participación plena y
efectiva de la sociedad y los
trabajadores o los gobierna
el poder fáctico.
Breve Resumen de los temas estudiados
El trabajo social apareció, como como actividad organizada, a finales del siglo XIX,
en los países industrializados. Así comenzó el servicio social en 1896, que ya era
una práctica colectiva en ese momento, en centros de barrio, luego llamados
centros sociales. Cada uno de ellos contribuyó al surgimiento de una de las
primeras escuelas de trabajo social en París, entre 1911 y 1917. El Servicio Social
supone, todos a lo largo de la historia, períodos de grandes conflictos y
contradicciones, en particular los períodos de conflictos armados como las
Primeras Segundas Guerras Mundiales. Durante la Segunda Guerra Mundial, el
servicio social no pudo hacer ante toda la atención necesaria para acudir en ayuda
de la población de evacuados, refugiados, inmigrantes ilegales. El trabajo social se
ha convertido en una profesión ligada a los sistemas sociales de un país o una
determinada región.
Y nos conduce a una definición esquemática y estereotipada, que deja poco
espacio para un análisis de lo siempre complejo. Que, durante su desarrollo
histórico, el trabajo social también se definió con otras funciones. Que podríamos
decir que el trabajo social tiene un reemplazo familiar y responde a determinados
problemas sociales pero el trabajo social también se estructura a partir de los
problemas emergentes de cada época y también tienen que dar sus respuestas
positivas. El trabajo social se ha convertido en una profesión ligada a los sistemas
sociales de un país o una determinada región. Estas políticas tratan de resolver
los problemas sociales existentes para satisfacer determinadas necesidades. Así,
por ejemplo, cuando en los años 1980 se constató que un número creciente de
familias estaban muy endeudadas, una legislación específica dispuso las ayudas
necesarias para la corrección de deudas.
También el capitalismo, durante su desarrollo histórico labor social, al mismo
tiempo que instituyó la acumulación de riqueza, lo que produjo el fenómeno de la
pobreza extrema. Lo que diferencia la problemática y la programática de la
situación anterior frente a la actual que es el capitalismo expansivo, con una brutal
reducción del trabajo, la subordinación de la producción material al capital
financiero, y la cambia la intervención social y el énfasis de este proceso en las
luchas de la clase obrera. Y es aquel que percibe su superación a través de la
emancipación humana de los pueblos, cuya estrategia puede ser la
internacionalización de luchas y trabajadores, proceso para el cual tenemos
aportes, teorías, políticas y propuestas. Y es en esta atmósfera en la que se sitúa
la gente del Servicio Social Mundial. Esto se vincula con la apropiación
epistemológica crítica de paradigmas, teorías, conceptos y propuestas
metodológicas. Para Shön el proceso iniciado en la práctica, tiene y lógica interna
que debe introducir a los profesionales una reflexión sobre la acción, pues se
emiten juicios no se pueden justificar con criterios de firmas, despliegan destrezas
las que no pueden prescribir procedimientos o reglas. La epistemología permite
construir teorías, basadas en la práctica social. Que es pertinente fundamentar la
comprensión de los fenómenos sociales, para reconocer la acción y el
posicionamiento profesional. Y es relevante fundamentar la comprensión de sobre
el reconocimiento de la acción y el posicionamiento profesional. Margarita Rozas
propone examinar si existe una base en porque en la práctica profesional se
construyen habilidades y valores que tienen un valor significativo.
El trabajo social debe tener presente una perspectiva inclusiva y de los derechos
humanos, como ética que inspira las prácticas de los profesionales de la
intervención. A través del uso de las teorías del comportamiento humano y de los
sistemas sociales, el trabajo social interviene en los puntos donde las personas
interactúan con su entorno. Y los principios de derechos humanos y justicia social
son los cimientos del trabajo social. Y está buscando una ética necesaria, que
inspire una manera de enfrentar nuevos desafíos sociales es que la relación entre
trabajo social y humano se vuelve tan estrecha que será el marco que inspirar
teoría, práctica y metodología de trabajo. Se identifica que se trata claramente del
compromiso social lo que es la profesión misma y también del profesional sus
fundamentos de justicia social, equidad, libertad y hermandad entre otros seres
humanos. A partir de entonces, lo social se manifiesta como una apuesta en la
que marca un conflicto que se sitúa a nivel de las condiciones y de lo simbólico en
su reproducción. Y desde hace algunas décadas, la investigación ha sido
reconocida como un elemento constitutivo del método profesional y también como
un método complementario al trabajo social.
Se identifica que se trata claramente del compromiso social lo que es la profesión
misma y también del profesional sus fundamentos de justicia social, equidad,
libertad y hermandad entre otros seres humanos. A partir de ahí, lo social se
manifiesta como una apuesta en la que marca un conflicto que se sitúa a nivel de
las condiciones y de lo simbólico en su reproducción. Y desde hace varias
décadas, la investigación ha sido reconocida como un elemento constitutivo del
método profesional y también como un método complementario al trabajo social. Y
en esta etapa del desarrollo del servicio social a lo largo del siglo, un reflejo de
esta naturaleza parece que defendemos la necesidad de tematizar ampliamente
los servicios sociales, tanto teóricos como prácticos.
Referencias
(7 de Febrero del 2012).

Administrador. (21 de Julio del 2009).

Carballeda, A. (22 de Octubre del 2016). El sujeto y el poder .

Midgley. (Agosto del 2008). Trabajo Social, capitalismo y el mundo unipolar. .

Robertis, C. d. (2009). Función y Profesionalidad del Trabajo Social.

Zamnillo, T. (28 de noviembre del 2003).

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