La Ciudadanía Multicultural. Arriola
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Nuevas tendencias y nuevos desafíos de la migración internacional
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ingreso. Se verá así nacer una competencia por los trabajos poco
calificados entre los migrantes tradicionales del sur y aquellos del
este, para gran ventaja de los dadores de trabajo. La presencia de
una inmigración legal o ilegal "invisible" constituye un factor parti-
cularmente precioso. "En Occidente, la invisibilidad es la piel blan-
ca y, secundariamente, la pertenencia a una cultura lo más cristiana
posible. Es ya posible aquí y allá ver esta tendencia al 'emblanque-
cimiento'. Por ejemplo, después de las rebeliones racistas en El Eji-
do, hemos asistido a parciales empleos sustitutivos" (Alaux).
Otro ejemplo espectacular de sustitución de inmigrados se produjo
en la primavera del 2000 en Huelva, una región andaluza célebre por la
producción de fresas. Todos los años, 55 mil obreros temporales son
empleados de marzo a junio. Tradicionalmente, estos obreros son jor-
naleros españoles, pero desde hace algunos años están presentes tam-
bién 10 mil inmigrados, casi todos magrebinos no asumidos legalmen-
te. En 2001, después del gran movimiento de los sans papiers en Espa-
ña, cinco mil de ellos recibieron permisos de trabajo limitados a la
cosecha de fresas en esta provincia. Al inicio de la temporada, espera-
ron en el lugar, confiados porque tenían documentos oficiales. Pero
con gran sorpresa vieron llegar jóvenes mujeres polacas y rumanas que
comenzaron a recoger la fruta, con frecuencia menos pagadas de lo que
fueron ellos. El gobierno español decidió ofrecer contratos para ese
mismo trabajo a 6 500 polacos y mil rumanos, la mayoría mujeres. 2
Millares de magrebinos se encontraron así en la calle, carentes
de todo, sin trabajo, casa y esperanza. La situación era muy tensa y
provocó una ola de racismo contrn "los moros", acusados de ser
sucios, desafeitados y holgazanes. Cuatro mil personas marcharon
en manifestación en Huelva contra "la inseguridad civil", y por
primera vez hubo manifiestos de extrema derecha, del Partido de la
Democracia Nacional.
Los magrebinos al final participaron en la cosecha de las fresas.
En la búsqueda desesperada de un trabajo, cualquiera que fuese éste,
permanecieron en la región.
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que no estaban dispuesto~ [a] hacer los trabajadores del Este. Los úni-
cos beneficiados de esta situaci6n fueron los empresarios, que se decla-
raron muy satisfechos de la. temporada, una de las más rentables {en-
trevista a Decio Machado, 2002).
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cos en los lugares donde las personas y los grupos han sido "arroja-
dos", sea por la historia y por la economía, constituye la otra
cara indisociable. Los migrantes (sea "refugiados" o "trabajadores",
dado que las dos categorías no están separadas) no son una masa
indiferenciada; son viajeros (forzados, "liberados", discriminados)
que ponen en relación entre sí a las comunidades extranjeras (y por
consiguiente contribuyen objetivamente a relativizar y no a abolir
su encierro) y territorios más o menos lejanos (contribuyendo a
hacer más cortas las distancias y a construir la contraparte humana
de la universalización de las comunicaciones y de los flujos econó-
micos). En su experiencia vivida y en su contribución a la emergen-
cia de una "subjetividad" política de la globalización (sobre la que
debe prevalecer la idea de la igualdad o "igual-libertad"), el aspecto
de la diáspora no es menos fundamental que la del nomadismo.
Esto significa que los migrantes exigen circular en varios lugares
del mundo, entre varios "mundos", sea en el sentido de ir o el de regre-
sar, contribuyendo en ambos aspectos a una real "descolonización" y a
la construcción de una ciudadanía sin fundamento antropológico ra-
cista -lo que no significa carente de conflictos entre las culturas y los
intereses, o sin luchas de poder. Se trata, entonces, de saber en qué
horizonte más amplio se coloca el "volverse sujeto" político de los
migrantes (y su contribución específica en la emergencia de los sujetos
políticos hoy día).
En este sentido es que se debe construir de manera creativa un
nuevo derecho global para el "hombre móvil", para el migrante. Sólo
así se podrá proteger en la nueva sociedad que viene el derecho a la
cultura, a la salud. Los migrantes tienen un papel extremadamente
importante porque favorecen el desplazamiento del capital de un sec-
tor a otro. Por ello, lo más rápidamente posible, se debe insistir en el
derecho de residencia. O sea, definir reglas precisas sobre los flujos,
como lo hacen ya algunos países industrializados como Canadá, pero
con una afirmación de los derechos sociales de quien escoge perma-
necer en un país distinto al de su nacimiento. Los migrantes no son
objetos para explotar y desechar cuando ya no se les necesita. Ello
hace necesario derechos que la administración pública aplique y que
las confederaciones patronales respeten.
Otros dos procesos acompañan a la globalización: la pérdida de
la tradición o la emergencia de un orden postradicional, y la
reflexividad tradicional.
La pérdida de la tradición alude al divorcio del histórico matri-
monio entre modernidad y tradicionalismo, a la forma en que el
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Bibliografta
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Entrevista a Decio Machado, responsable de la Organizaci6n De-
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