El Crack Del 29

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Oriana Corrales, Frank David Castañeda, Santiago Betancur e Isabella Muñoz

El crack del 29: causas y consecuencias


Después de la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos pudo posicionarse como la primera
potencia mundial debido a que la producción de sus fábricas era el sustento de la vieja Europa, la
cual aún trataba de recuperarse. Por esa época también se le presentó al público el concepto de la
inversión por medio de los bonos libertad, los cuales, al ser comprados para costear la guerra,
eran devueltos con intereses. Así, ya con un interés general en invertir, el banquero Charles
Mitchell presentó los bonos corporativos o acciones, mientras que los bancos también abrieron
un mecanismo de crédito a unos intereses históricamente bajos. Ambos fueron bien acogidas, y
el público comenzó a utilizar dichos créditos para comprar acciones.

Rápidamente la demanda comenzó a crecer exponencialmente, las personas se volvían ricas


de la noche a la mañana y la tendencia a la actividad bursátil se volvía cada vez mucho más
predominante que la economía real, mientras que más de 2/3 de las acciones de Wall Street eran
compradas a crédito. Así se comenzó a crear una burbuja financiera, los precios de las acciones
comenzaron a alzarse hasta un punto en el que se comenzaron a volver inasequibles, bajando la
bolsa social casi en un 7% en una sola sesión el 23 de octubre de 1929, invirtiéndose la tendencia
por el pánico que esto ocasionó.

Al día siguiente, en el llamado Jueves Negro, las calles de Wall Street se infestaron de
personas vendiendo sus acciones a casi un tercio de su precio real, pero la demanda de estas era
prácticamente nula, por lo que no se pudo encontrar comprador alguno. Los agentes de bolsa
pedían garantías para los títulos que se habían comprado con anterioridad a crédito, pero nadie
podía cubrirlos. La pérdida de la confianza que esto causó fue irremediable, y ni siquiera una
intervención por parte de las personas más poderosas de Estados Unidos pudo contrarrestarlo.

En consecuencia, mucha gente se arruinó, y más de 5000 bancos también cerraron al no


poder recuperar el dinero prestado, por lo que las personas perdieron los ahorros que allí tenían.
El desempleo proliferó, e incluso las personas que consiguieron mantener su empleo vieron sus
salarios drásticamente reducidos, y la desigualdad social también se acentuó considerablemente.

La crisis afectó también al resto del mundo, principalmente a Europa, se perdieron los
préstamos, inversiones e importaciones americanas de las cuales dependían debido a que Estados
Unidos adoptó una política proteccionista para contrarrestar la crisis. Entre los más afectados
Oriana Corrales, Frank David Castañeda, Santiago Betancur e Isabella Muñoz

estaban Alemania y Austria, lo cual se extendió también a Gran Bretaña, la cual tenía inversiones
allí, devaluando la libra. A nivel social, países como Alemania e Italia comenzaron a ver el
totalitarismo como una ideología viable, lo cual permitió que las ideas de Adolf Hitler o Benito
Mussolini fuesen acogidas.

De este modo podemos ver cómo las acciones individuales de los ciudadanos
estadounidenses pueden afectar el espectro macroeconómico a nivel global, dejando también
repercusiones sociales y políticas. Esto nos deja una lección sobre el exceso de confianza en la
actividad bursátil y sobre la importancia de tener una economía predominantemente real.

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