NUTRICION Cuestionaio

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NUTRICION

1) ¿Cuáles son los indicadores de la Evaluación Nutricional?


2) ¿Cuáles son los tipos de datos, que se obtiene en las Evaluaciones Nutricionales?
3) ¿Qué significa Malnutrición?
4) ¿Cuáles son los objetivos de la Evaluación Nutricional?
5) ¿Cuáles son las medidas objetivas para la evaluación nutricional?
6) ¿Cómo se calcula la actividad física en las personas enfermas?
7) ¿En qué consiste la Evaluación Nutricional Bioquímica?
8) ¿En que consiste las medidas antropométricas?
9) ¿Qué es el balance nitrogenado y para que os sirve?

TERAPIA NUTRICIÓNAL EN PACIENTES QUIRÚRGICOS Evaluación del estado nutricional y del riesgo
nutricional en pacientes quirúrgicos: ¿Por qué, cuándo y cómo realizarlas? Claudia Bordón Instituto
Nacional de Alimentacion y Nutrición, Asunción, Paraguay. Sociedad Paraguaya de Nutrición.
Introducción: La identificación de desnutrición mediante indicadores nutricionales tiene serias
implicaciones en los pacientes hospitalizados, especialmente en aquellos que serán sometidos a
alguna cirugía. Es bien conocida la alta prevalencia de desnutrición en los pacientes hospitalizados
encontrándose una prevalencia de 30 a 50% en general, siendo estos pacientes clínicos o
quirúrgicos. Dada la relación entre desnutrición y complicaciones postoperatorias y mortalidad, la
valoración del estado nutricional se considera fundamental. Si se identifican los pacientes
quirúrgicos que están desnutridos o presentan riesgo de desnutrición y reciben un soporte
nutricional adecuado, pueden reducirse las complicaciones postoperatorias, el tiempo de
hospitalización, los costes de la atención y, finalmente, la mortalidad. En este sentido, teniendo en
cuenta la alta prevalencia y las implicancias que conlleva en la morbimortalidad de los pacientes
quirúrgicos el objetivo de la revisión es determinar el momento adecuado para la realización de la
evaluación nutricional y cuáles son las herramientas actuales disponibles que han mostrado ser
útiles en la práctica clínica. Desarrollo: El proceso de asistencia nutricional inicia con la detección de
los pacientes que cursan con algún grado de desnutrición y la evaluación nutricional objetiva
posterior. Esta detección de pacientes en riesgo nutricional debe realizarse dentro de los primeros
días de ingreso del paciente. La evaluación nutricional tiene como objetivo identificar y cuantificar
las causas y consecuencias de la malnutrición en el individuo, valorar la morbimortalidad que
presenta y si el enfermo se beneficiará de un soporte nutricional. Por tanto, el tamizaje nutricional
debe formar parte de la evaluación clínica-quirúrgica preoperatoria de cualquier paciente que va a
ser sometido a una cirugía mayor. Existen varios métodos y herramientas de tamizaje nutricional
que detectan el riesgo nutricional. Los más utilizados en Latinoamérica son el ¨Nutrition Risk
Screening (NRS) 2002¨ y la ¨Valoración Global Subjetivo (VGS)¨. Ambos métodos son validados para
utilización en pacientes quirúrgicos. Una vez identificados los pacientes con algún riesgo de
desnutrición, es necesaria una evaluación nutricional objetiva más completa, la cual incluye datos
bioquímicos, antropométricos y de ingesta de nutrientes. Es mandatorio que la evaluación
preoperatoria incluya datos de ingesta de nutrientes, pérdida de peso reciente, Índice de Masa
Corporal (IMC), presencia de comorbilidades, y marcadores objetivos como los valores de albumina,
prealbúmina y proteína C reactiva (PCR) como indicador de inflamación. Todo paciente que presente
los valores citados a continuación son considerados pacientes con riesgo de complicaciones; dosaje
de albúmina 40 Kg/m2, porcentaje de peso ideal 5% en 1 mes, >7.5% en 3 meses o >10% en 6 meses.
La hipoalbuminemia es considerada un valor pronóstico válido de riesgo preoperatorio ya que se
correlaciona significativamente con la mayor estancia hospitalaria, infección y mortalidad. Sin
embargo, hay que tener en cuenta que el uso de la albúmina, prealbúmina y transferrina para
determinar el estado de nutricional es controversial, ya que representan ‘ proteínas de fase aguda’
que sus niveles son alterados por estrés, lesiones y/o infecciones. Por tanto, la albúmina,
prealbúmina sérica y la PCR reflejan mejor la respuesta metabólica de la cirugía y no el estado de la
nutrición en el postoperatorio. Actualmente hay un interés cada vez mayor en la estimación de la
composición corporal como parte de la evaluación nutricional de los pacientes ya que se ha
determinado que las herramientas de evaluación utilizados más frecuentemente (IMC y % de
pérdida de peso) no discriminan la masa libre de grasa, compartimento corporal relacionado con
mejor pronóstico. Las herramientas disponibles para este fin son la antropometría; la bioimpedancia
eléctrica; la absorciometría dual de rayos X; la tomografía computarizada; entre otras, siendo las
primeras las más accesibles en la práctica clínica. La evaluación de la composición corporal permite
tener una evaluación cualitativa de las variaciones del cambio de peso permitiendo documentar la
eficiencia del soporte nutricional en distintas situaciones clínicas, una de ellas los pacientes
quirúrgicos. Conclusiones: La prevalencia de desnutrición es elevada en el ambiente hospitalario y
demanda atención por parte de los profesionales de salud responsables del cuidado y asistencia del
paciente. El paciente con desnutrición tiene peor evolución clínica que el paciente que presenta un
adecuado estado de nutrición. La detección precoz utilizando alguna herramienta de tamizaje de
riesgo nutricional es recomendada, como así también la realización posterior de una evaluación
nutricional completa objetiva en la cual se incluya la determinación de la composición corporal.
Referencias: 1. Study. Correia I, Campos AC. Prevalence of hospital malnutrition in Latin America:
The Multicenter ELAN. Nutrition 2003;19:823- 825. 2. Federación Latinoamericana de Terapia
Nutricional, Nutrición Clínica y Metabolismo. Evaluación del estado nutricional en paciente
hospitalizado. FELANPE; 2008. 3. Mueller Ch, Compher Ch, Ellen DM. A.S.P.E.N. Clinical Guidelines:
Nutrition Screening, Assessment, and Intervention in Adults. JPEN 2011 35: 16. 4. McClave S, Kozar
R, Martindale R, Heyland D, Braga M, Carli F, et al. Summary Points and Consensus
Recommendations from the North American Surgical Nutrition Summit. JPEN 2013; 37(1):99-105. 5.
Thibault R, Pichard C. The Evaluation of Body Composition: A useful tool for clinical practice. Ann
Nutr Metab 2012; 60:6-16.

SIMPOSIO: TERAPIA NUTRICIONAL EN PACIENTES QUIRÚRGICOS Manejo nutricional de los


pacientes quirúrgicos en la edad pediátrica con síndrome de intestino corto. Rosa Anchila Mayor
Oxilia Hospital Central del Instituto de Prevision Social. Instituto de Medicina Tropical. Ministerio de
Salud Pública y Bienestar Social, Asunción, Paraguay. Objetivos. Estimar las posibilidades de
adaptación intestinalDelinear el abordaje clínico-nutricional. Introducción: La insuficiencia intestinal
es la incapacidad del tracto intestinal para cumplir con las funciones digestivas y absortivas
necesarias para mantener la integridad nutricional, metabólica e hidroelectrolítica del individuo y,
en los niños lograr un crecimiento adecuado. La clasificación depende del diagnóstico etiológico y
el tiempo de evolución; pudiendo ser esta transitoria o permanente y a su vez de acuerdo a la
gravedad de la falla intestinal puede reconocerse con el tipo de soporte nutricional en leve,
moderado o grave. Las necesidades y la evolución del paciente con insuficiencia intestinal pueden
cambiar de acuerdo a la evolución de la enfermedad de base y modificar asi su gravedad y
tratamiento. Desarrollo: En cuanto a las causas de intestino corto la frecuencia es mayor en los
prematuros, estas pueden ser de origen congénito como la atresia intestinal, gastrosquisi; en la edad
neonatal las NEC, trombosis vascular y en la edad postneonatal, vólvulo de intestino medio, trauma
y enteritis radiante. El pronóstico de estos pacientes depende de la edad de presentación de la
enfermedad, extensión y tipo de resección, función de mucosa intestinal residual, motilidad
intestinal, presencia o ausencia de la válvula ileocecal. El tratamiento de estos pacientes debe de
ser con un enfoque multidisciplinario y un conjunto de estrategias que colabore para lograr la
autonomía intestinal y mejorar la función del intestino remanente con un adecuado enfoque
nutricional, farmacológico o quirúrgico evitando la necesidad del trasplante intestinal y mejorando
la sobrevida .Se debe promover una adaptación, recuperación y autonomía intestinal, iniciar
precozmente la alimentación enteral que promueve la hiperplasia de la mucosa, mejora la
absorción, ya sea por contacto directo, liberación de factores humorales y pancreaticobiliares y
lograr un destete precoz de la nutrición parenteral,siendo las complicaciones de esta las infecciones
por catéter, enfermedad hepática, trombosis venosa profunda, tromboembolismo pulmonar,
complicaciones metabólicas, anemia y raquitismo. Conclusiones: El síndrome de intestino corto
constituye un trastorno complejo que produce múltiples alteraciones nutricionales, infecciosas y
metabólicas. El prevenir las complicaciones, favorecer la rehabilitación intestinal y como último
recurso el trasplante intestinal. Referencias: Goulet et al, JPGN, 38 (3), Mar 2004. Cole CR, Hansen
NI, Higgins RD, et al. Pediatrics. 2008;122:e573-82. Duro D et al. J Pediatr 2010; 157: 203e1-8e1. 170
SIMPOSIOS Terapia nutricional en el post-operatorio: ¿a quiénes, cómo, cuándo y por qué? Ana
Maria Ferreira Heyn Hospital de Clinicas, Asunción, Paraguay. Introducción: Todos los pacientes que
se encuentran ante la situación de una recuperación posterior a un estrés quirúrgico deben recibir
medidas de tratamiento dirigidas a mejorar las posibilidades de recuperación en la brevedad
posible, para lograr la reintegración a sus actividades previas a la cirugía. Muchos estudios han
demostrado que el estado nutricional constituye con seguridad uno de los factores independientes
que más influyen en los resultados post-operatorios en operaciones tanto electivas como de
urgencia, por lo que el soporte metabólico y nutricional debe considerarse como parte fundamental
en el tratamiento integral de dichos pacientes. Aquellos pacientes que se encuentran desnutridos o
en riesgo de desnutrición y que son candidatos a cirugía, la respuesta orgánica al trauma quirúrgico
tiene mayores repercusiones e influye negativamente en los resultados. Por estas razones, el
objetivo de esta presentación es definir a quiénes, cuándo, por cuál vía y por qué iniciar la
alimentación en este tipo de pacientes. Desarrollo: Mediante la modulación de la respuesta
inflamatoria y el estímulo de los mecanismos anabólicos durante la fase de recuperación, el soporte
nutricional debe ser considerado durante todas las fases evolutivas de los pacientes quirúrgicos. En
la fase inicial, donde se desarrolla la respuesta metabólica al estrés con la consecuente respuesta
inflamatoria, el tratamiento nutricional es imprescindible. durante la fase aguda, la disponibilidad
de sustratos es de gran importancia en la configuración de las respuestas del organismo ante los
diferentes problemas que puedan desarrollarse y en la prevención de las consecuencias de la
desnutrición. Finalmente, en la fase de convalecencia, la recuperación no puede desarrollarse
correctamente sin un correcto aporte de nutrientes. El planteamiento de un adecuado soporte
nutricional debe tener en consideración tanto los aspectos cualitativos como los cuantitativos en lo
referente al aporte de nutrientes. De manera igualmente importante debe considerar la vía más
adecuada para su administración (enteral o parenteral) y llevar a cabo un estrecho seguimiento del
cumplimiento de los requerimientos nutricionales en cada paciente concreto y en cada situación
particular. Dentro de la población de pacientes quirúrgicos, es bien conocida la alta incidencia de
desnutrición hospitalaria con las implicancias clínicas negativas que ella acarrea, por lo tanto, el
inicio precoz del soporte nutricional en el post-operatorio comparando al inicio tardío, disminuye la
morbilidad infecciosa y el tiempo de internación en los pacientes quirúrgicos, incluso ante la
presencia de anastomosis digestivas. En cuanto a qué vía utilizar, es preferible, siempre que sea
posible, el uso del tubo digestivo, sea oral o por medio de sondas; dejando la utilización de la
nutrición Parenteral cuando no pueda utilizarse el aparato digestivo, o cuando este sea insuficiente
para cubrir los requerimientos nutricionales del paciente. Existen programas y proyectos para
mejorar y acelerar la recuperación en el post-operatorio, así como también recomendaciones
basadas en evidencias científicas que nos ayudarán a tomar las mejores y más adecuadas decisiones
para nuestros pacientes. Conclusiones. Esta suficientemente demostrado que la desnutrición
constituye un factor independiente que influye negativamente en los resultados post-operatorios
de los pacientes quirúrgicos. El inicio precoz del soporte nutricional en el post-operatorio, no sólo
es seguro, sino que disminuye las complicaciones y los días de internación. La vía de elección para
la re-alimentación en el post-operatorio es la enteral, siempre que el tubo digestivo sea funcionante,
sin retrasar el inicio por vía parenteral, cuando sea imposible utilizar la vía digestiva o incluso
complementar cuando no se logre cubrir los requerimientos nutricionales de los pacientes. Existen
protocolos y guías con evidencia científica que nos ayudarán a tomar las mejores decisiones clínicas
para el bien de nuestros pacientes. Referencias. Braga, M, Gianotti L, Gentilini O, Liotta S, Di C.
Feeding the gut early after digestive surgery: results of a nineyear experience. Clin Nutr 2002; 21:59-
65. Guidelines for the use of parenteral and enteral nutrition in adult and pediatric patients. J
Parenter Enteral Nutr 2002;26(1Suppl.):1SA138SA. Lassen K, Dejong CHC, Ljungqvist O, Fearon K,
Andersen J, Hannemann P, et al. Nutritional support and oral intake after gastric resection in five
northern European countries. Dig Surg 2005; 22:346-52. Aguilar-Nascimento JE, Bicudo-Salomão A,
Caporossi C, Silva RM, Cardoso EA, Santos TP. Acerto pós-operatório: avaliação dos resultados da
implantação de um protocolo multidisciplinar de cuidados perioperatorios em cirurgia geral. Rev
Col Bras Cir 2006; 33:181–8. Ljungqvist, O, et al. ERAS, Enhanced Recovery After Surgery. Moving
Evidence-Based Perioperative Care to Practice. JPEN J

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