SILVA A., JN 3, 16-18. Tanto Amó Dios Al Mundo
SILVA A., JN 3, 16-18. Tanto Amó Dios Al Mundo
SILVA A., JN 3, 16-18. Tanto Amó Dios Al Mundo
Jn 3,16-18
El texto que la Iglesia nos propone para profundizar y rezar en este domingo de la Santísima Trinidad está
ubicado en el capítulo tres del evangelio de Juan. Es parte del encuentro y dialogo de Jesús con el Fariseo
Nicodemo, que vino a su encuentro cuando llego la noche, v. 2. Consciente de que el Evangelio de Juan
tiene una estructura en espiral, y que los versículos que hoy vamos a rezar vienen como síntesis de la
primera parte del capítulo tres, a continuación les presento un pequeño esquema con la intención de
ayudarnos a percibir el contexto temático que viene preparando las afirmaciones de los vv. 16 al 18.
Jesús en este capítulo comienza a explicarle a Nicodemo que hay que nacer de nuevo, nacer del agua y
del Espíritu para poder ver y entrar en el Reino de Dios. Porque nuestra fe se apoya en un
TESTIMONIO, el testimonio del Hijo del hombre: Jesús de Nazaret que ha sido enviado, entregado y
elevado para que todos los que crean en él tengan vida eterna. El testimonio que Jesús nos ofrece es
el testimonio de su elevación en la cruz. “…del mismo modo que Moisés elevó la serpiente en el desierto,
así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga en él la vida eterna”.1 Este es
el signo por excelencia que pone de manifiesto el gran amor que Dios nos tiene. “Porque tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida
eterna”. V. 16
-vv. 3. 5 y 11: “En verdad, en verdad te digo”; esta expresión típicamente judía que hace alusión a lo
que es firme y seguro, es utilizado por el evangelista para marcar las etapas de este proceso de
revelación, en el que Nicodemo ha iniciado yendo al encuentro de Jesús. Esta persona aún
permaneciendo en la oscuridad, simbolizada por la noche, aun así ha captado algo diferente en Jesús y lo
busca con sinceridad de corazón. Mas explícitamente podemos afirmar que la expresión: “En verdad, en
verdad te digo”; es el prefacio que utiliza Jesús para proponer a Nicodemo y a los lectores del Evangelio
el ir adentrándonos cada vez más en lo único que es seguro y firme, el amor que Dios nos tiene.
-v. 3: “nacer de nuevo”: La palabra (anothen) puede significar: a) "nacer físicamente por segunda vez";
(b) "nacer desde los orígenes" o c) "nacer de arriba," esta es la significación que se ajusta más al
contexto de este texto2. Posiblemente se trata de otro ejemplo de cómo Juan utiliza los términos con doble
significado. Se trata más bien de nacer de esa fuerza que proviene de Dios, que es Espíritu: “Pneuma”,
“Ruaj” aliento de vida en nosotros. Tenemos que tener presente que el evangelio de San Juan también es
una respuesta evangélica, de la comunidad cristiana a las herejías gnósticas, que afirmaban que existían
personas espirituales y otras carnales, que ya estaban destinadas a esa realidad. Según esta postura solo
los espirituales se salvarán, si son fieles. Dicha fidelidad pasa por el desprecio a la materia y la
corporeidad, que es percibida como cárcel del alma que debe ser liberada. Según esta filosofía Jesús no
“Tanto amó Dios al mundo” | Hna. Adriana Silva
Para comprender quién es Jesús, es necesario nacer desde arriba, nacer del Agua y del Espíritu Santo,
ofrecidos en el Bautismo. Para comprender quién es Jesús se necesita hacerse su discípulo. Dar el paso y
hacer su apuesta vital en el seguimiento de Jesús de Nazaret. De alguna manera Jesús le está diciendo a
Nicodemo, mientras que no decidas seguirme, poner tu confianza en mí, en el testimonio de Dios Padre
que yo te estoy dando, no podrás ver. No podrás entrar en el Reino de Dios3, que es otra forma de
decir entrar en la vida eterna, en lo que realmente permanece y ya está en medio nuestro.
Solo lo verán quienes creen en el hijo del Hombre. Creen que este que tiene apariencia humana, carnal y
material, es el Hijo unigénito4 de Dios. Que por amor ha asumido la materialidad, la corporeidad en toda su
1
Jn 3,14-15
2
Cfr. Jn 3, 7.31; 19,11
3
Esta frase solamente San Juan lo usa en toda su obra solo dos veces y lo hace en este texto (v. 5), aunque es una frase clave en los evangelios
Sinópticos. Para este evangelista la "vida eterna" es un término clave y una metáfora, equivalente al termino Reino de Dios. El Reino de Dios la
vida eterna ha entrado en la historia de la humanidad con el Encarnado en Belén.
4
Significa uno de la misma clase, de la misma condición.
1
integridad. El amor de Dios se ha hacho en Jesucristo lenguaje humano, concreto y frágil pero compresible
al ser humano. El amor de Dios es amor humano llevado más allá de los límites de la material, y es amor
divino que ha santificado la material. Por lo tanto nuestro cuerpo humano no es una cárcel sino un templo,
que se ha hecho una sola cosa con el Espíritu de Dios que lo habita.
La filosofía gnóstica ha impregnado nuestra mentalidad por eso nuestras concepciones espirituales pecan
con frecuencia de cierto idealismo. No cuentan suficientemente con la corporeidad y su poder de secundar u
oponerse a las decisiones de nuestro espíritu. Muchas veces creemos que es suficiente con meditar,
reflexionar, desear y manifestar verbalmente nuestras opciones. Así es como llegamos a pensar que, si
nuestro mundo interior se convierte al Señor, ya está asegurada nuestra vida espiritual, nuestra vocación y
seguimiento a Cristo.
¡Yo sé que no es así! Lo cierto es que si mi sensibilidad no sigue también ella al Señor, no va a suceder en la
práctica ningún seguimiento auténtico y fiel. La sensibilidad tiene sus dinámicas propias y no siempre
coinciden con las de una discípula de Cristo. Por eso es necesario que también la sensibilidad en tanto
corporeidad sea situada en un proceso de configuración con Cristo, si queremos ser verdaderas seguidoras
de Jesucristo desde la integralidad de nuestro ser y no tan solo a “medias tintas”.
Dicho a la manera de Ignacio de Loyola, para una ordenación total de la persona hacia el Señor, no basta
con ejercitarse en “cosas interiores” (oración, meditación, vida sacramental, acompañamiento “espiritual”,
etc.) sino que se requiere algo más. Que el cuerpo se entere de las decisiones que ha tomado nuestro
espíritu y colabore con ellas; que las secunde en vez de oponerle resistencia. Es necesario que mis ojos y
oídos participen de mis opciones espirituales y vocacionales para que puedan seleccionar lo que escuchan y
miran en internet, en la TV, en los celulares y en las Tablet… Es necesario que mis manos sepan qué y a
quienes tocar y sobre todo como tocar desde la opción que hice. Tal es el sentido que tiene la ascesis
personal, comunitaria y pastoral particularmente las referidas al cuerpo: la asistencia en el patio, el dormir lo
necesario, el comer con disciplina, el servir y acompañar a los más pobres, el realizar los servicios más
incómodos en la comunidad, el “vado io” salesiano, la “amorevolleza”. Los recreos comunitarios, el ejercicio
físico…
Hay que desconfiar de las conversiones o “experiencias espirituales” solo interiores, ya que la vivencia de los
santos dice que dichas experiencias no son tales. Porque, si afirmamos que el ser humano es una unidad
que se manifiesta hacia afuera y se abre hacia dentro desde una diversidad ámbitos, difícilmente podremos
hablar de una persona espiritual si la opción espiritual y religiosa no ha alcanzado a tocar a toda la persona.
Solo cuando mis sentidos miren, toquen, oigan, huelan y se dejen afectar como los de Jesús, saldrá de mi
corazón una reacción semejante a la suya ante lo que veo, oigo, huelo y toco. La castidad salesiana vivida
hace a la HMA ”transparentar el amor de Dios y reflejar la bondad materna de María”5
V, 16: "de tal manera amo Dios". Esta expresión literaria habla de un método, no de una emoción. Dios
demostró su amor6 dándose (v. 16) y enviando a Su Hijo (v. 17).
Así Cristo crucificado permanece como símbolo del amor de Dios sin medida. Su cruz demuestra cuán
lejos es capaz de ir Dios por amor a la humanidad entera; por amor a ti, a mí y a cada una de las
hermanas y hermanos, inclusos aquellos que nos parecen más molestosos e inoportunos. En Jesús Dios
se jugó por ti: ¿Y tú que eres capaz de entregar por amor a Dios y a su proyecto de comunión? “Tanto amó Dios al mundo” | Hna. Adriana Silva
En Jesús que es elevado en la cruz Dios responde a nuestros interrogantes: ¿Será que Dios me ama? ¿A
Dios le interesa mi destino, lo que pasa conmigo? ¿Fuimos creados pero luego abandonados a la
impasibilidad de las leyes de la naturaleza y al mezquino juego de poder de los más fuertes? Y el Señor
vuelve a decirnos aquí estoy por amor a ti!!!
El evangelista San Juan enfatiza la venida escatológica del Jesús7 y habla raramente acerca de la
resurrección y el juicio final "en los últimos días"8; aunque en este evangelio la vida eterna, el juicio y la
resurrección son realidades ya presentes9 en la historia.
5
Const. art 14
6
Cfr. Rm 5, 8
7
Cfr. Jn 14,3.18. 28; 16,16.22.
8
Cfr. Jn 5,28; 6,39. 44.54; 11,24; 12,48.
2
v. 16. “para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna”. En respuesta a las
posturas gnósticas que afirmaba que solo algunos se salvarán y lo harán por virtud de negar la material, el
evangelista San Juan, pone en boca de Jesús la afirmación de la entrega del hijo de Dios que fue
realizada para que TODO el que crea en él no perezca, sino que tengan vida eterna. El amor de Dios es
una invitación a la humanidad entera10. ENTRARAN en la Vida eterna quienes CREAN en el testimonio de
Jesús. Testimonio realizado en la cruz, desde el abajamiento, la humildad y la renuncia a todo tipo de
violencia. Ama gratuitamente sin pedir ni exigir nada, ama hasta las últimas consecuencias. La única
condición es entrar en el dinamismo de la confianza en Dios, en su amor, como lo único firme y seguro, lo
único a lo que se puede decir: EN VERDAD, EN VERDAD LES DIGO, DIOS ME AMA Y HA QUEMADO
TODAS LAS NAVES POR MI, PARA QUE VIVA EN PLENITUD AHORA Y POR SIEMPRE.
v. 18: “El que cree en él no es juzgado; pero el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el
nombre del Hijo unigénito de Dios” Este versículo repite y confronta la oferta gratuita y abierta a todos de la
salvación ofrecida por Cristo Jesús frente a la auto condenación. Según este versículo: creer es una
acción continua: "creyendo" es un participo presente activo y así también la incredulidad: "no creyendo”,
Se trata no solo de una acción sino de una actitud, una acción prolongada y sostenida en el tiempo. La fe y
la incredulidad se identifican con esas características. Son esas acciones prolongadas y sostenidas las
que nos juzgaran.
2. Acogiendo la semilla
a. Leo pausadamente el texto de Jn 14, 15- 21, y dejo que el Espíritu me sugiera sus palabras.
“Tanto amó Dios al mundo” | Hna. Adriana Silva
9
Cfr. Jn 3,18; 4,23; 5,25; 6,54; 11, 23; 12,28.31; 13,31; 14,17; 17,26.
10
Cfr. Is 55,1-3; Ez 18, 23.32.
3
13
Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo:
el Hijo del hombre.
14
Y, del mismo modo que Moisés elevó la serpiente en el desierto,
así tiene que ser elevado el Hijo del hombre,
16
Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo unigénito,
para que no perezca, sino que
17
Porque Dios a su Hijo al mundo
al mundo, sino para que el
18
; pero
en el nombre
del Hijo unigénito de Dios.
11
Cf DC 15.
12
Cf 1 Co 10, 17.
13
Hch 4, 32; cf MB IX 356.
14
Cf Jn 13, 34-35.