Los 7 Hábitos de La Gente Altamente Efectiva - Síntesis y Aplicabilidad

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LOS 7 HÁBITOS DE LA GENTE

ALTAMENTE EFECTIVA
SÍNTESIS Y APLICABILIDAD

Danna Weeber Orozco | Habilidades gerenciales | 10/04/2021


INTRODUCCIÓN.

Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva es un


STEPHEN COVEY
libro de liderazgo y autoayuda del escritor
estadounidense Stephen Covey. Este libro es
uno de los más influyentes sobre gestión
empresarial de todos los tiempos y busca Stephen R. Covey (1932 –
brindarnos las herramientas para convertirnos 2012) ha sido una
en personas exitosas en todas las áreas de autoridad
nuestra vida mediante la transformación de 7 internacionalmente
hábitos poco proactivos para alcanzar el éxito. respetada en materia de
liderazgo. El Dr. Covey
El objetivo principal que tiene la obra de Covey dedicó su vida a enseñar
es mostrar a los lectores cómo liderar diferentes una forma de vida y de
liderazgo basada en
áreas de la vida, basándose en unos principios
principios para construir
altamente efectivos a nivel personal e tanto familias como
interpersonal y construir las bases para la organizaciones.
efectividad organizacional. Escribió varios libros de
éxito, entre ellos el
Los tres primeros hábitos: se proactivos, bestseller internacional
empezar con un fin en mente y establecer Los 7 hábitos para la
primero lo primero son los hábitos que nos gente altamente efectiva,
llevan a tomar el control de nuestra vida, a nombrado el “Libro de
imaginar nuestros propósitos y luego a negocios más influyente
del siglo XX.” y uno de
jerarquizar nuestras actividades de manera
los diez libros de gestión
efectiva para que día a día nos dirijan a lo que empresarial más
queremos alcanzar. relevantes de todos los
tiempos.
Los siguientes tres hábitos: pensar en
ganar/ganar, entender luego ser entendido y Recuperado de:
sinergizar, son los hábitos que nos llevan a la https://n9.cl/iyoog
interdependencia, a formar relaciones
sinérgicas, que sean de beneficio colectivo para
lograr objetivos más grandes.

Y finalmente se encuentra el hábito número 7


llamado afilar la sierra, que busca la constante
reinvención de las dimensiones para poder
continuar poniendo en práctica los 7 hábitos
aprendidos.

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I. PRINCIPIOS Y PARADIGMAS.
En primera instancia Covey en Los 7 hábitos nos transmite los subjetivas que son
las percepciones y como si queremos transformar actitudes o conductas, debemos
analizarnos de adentro a fuera y cambiar nuestras percepciones.

Habitualmente “no vemos el mundo como es, sino como somos nosotros, como se
nos ha condicionado para que lo veamos”. Nos dejamos llevar de lo que nosotros
creemos es la percepción correcta de las cosas y nos limitamos a actuar y
condicionarnos en base a nuestros principios, esos que fuimos adquiriendo desde
niños. Aquí es donde entra a colación un concepto fundamental: los paradigmas,
que son “la percepción que tenemos de la realidad, el modelo o concepto que
tenemos de determinadas situaciones o casos.” Tanto es así que nuestros
paradigmas, correctos o no, son el cimiento de nuestras actitudes y conductas, no
obstante, hay que percibir que hay diferentes percepciones de la realidad y que
estas están basadas en los valores y principios de cada persona.

Entonces, en nuestra vida cotidiana siempre vamos a tener desacuerdos con los
puntos de vista de otras personas, y eso no está mal, el problema viene cuando
nuestros paradigmas están basados en los principios o valores equivocados. En este
punto, debemos preguntarnos si tomamos nuestras decisiones basándonos en la
ética de la personalidad o la ética del carácter. La ética de la personalidad busca
una solución superficial a los problemas y sale a flote en nuestras actitudes,
conductas y habilidades; no obstante, esta no nos lleva a alcanzar la efectividad.
Por otro lado, la ética del carácter es duradera y está determinada por nuestros
hábitos los cuales son la mezcla entre conocimiento (qué, por qué), capacidad
(cómo) y deseo (querer).

Ahora bien, ¿Cuál es la esencia de la efectividad? La respuesta es sencilla, el


equilibrio P/CP, el paradigma sobre el que se construyen los 7 hábitos.

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II. VICTORIA PRIVADA
En este capítulo nos expone que es necesario iniciar un proceso de adentro hacia
afuera para alcanzar la efectividad personal. Conjunto a esto, manifiesta la
importancia de evolucionar de la dependencia a la independencia.

Por ejemplo, hace dos años estaba en la mitad de mi bachillerato y me encontraba


presionada por las personas que me rodeaban y ansiosa ya que no tenía clara la
carrera quería estudiar, además, no tenía los recursos para entrar a una universidad
privada y no me creía tan buena como para ser admitida en una pública. Así que
me frustre al no tener algo concreto como el resto de mis compañeros y culpe de
esto a factores externos como el dinero, poco apoyo, mis capacidades, etc.
Entonces, debí asumir la responsabilidad de mi vida y mis elecciones así que
intenté salir de mi zona de confort e intentarlo.

Lo que ahora entiendo, es que estaba en un estado de dependencia y efectivamente


era necesario progresar a la independencia y adquirir disciplina para lograr mis
objetivos. Ahora bien, si hubiera tenido conocimiento de este libro antes, hubiera
tenido la oportunidad de analizar y poner en práctica los primeros 3 hábitos.

Primer habito: se proactivo.

Normalmente estamos acostumbrados a que factores externos tengan control sobre


nosotros y que de una forma u otra nos limiten en nuestra vida; es aquí donde
estamos siendo reactivos al no asumir la responsabilidad de tomar esas malas
circunstancias y aplicar las acciones necesarias para darles solución. Debemos
empezar a ser proactivos y acoger la responsabilidad de hacer que las cosas
ocurran, no por impulso externos sino por conducción y principios; es decir, no
dejar que el entorno nos controle.

Continuando con el ejemplo anterior, descubrí que “No soy producto de mis
circunstancias, soy producto de mis decisiones.” Y lo que decidiera o no hacer iba a
repercutir en mi futuro, así que debía poner manos a la obra para cambiar mis
circunstancias y dejar de lado mis inseguridades para ser una persona próspera.

Segundo habito: empiece con un fin en mente.

Habiendo ya decidido que debemos hacernos cargo de nuestro destino, el segundo


habido nos invita a programar nuestro futuro. Nos invita a rescribir él quien de
nuestras vidas por medio de la imaginación y la conciencia moral. Para ello es

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necesario comenzar con un fin en mente. Plantearnos de que manera queremos ser
recordados, construir una misión personal, para luego planificar metas claras
basadas en nuestros paradigmas y principios de lo que nos gustaría lograr y así
desarrollar actividades diariamente que tengan como intención cumplir el
propósito de nuestras vidas.

Este hábito está basado en el principio “todas las cosas se crean dos veces”. La
primera creación es mental (imaginación), mientras que la segunda es física
(material). Es decir, primero imaginamos lo que deseamos hacer y luego ponemos
todo en marcha para hacerlo realidad.

Retomando, a pesar de todo yo ya tenía idealizados mis objetivos: graduarme del


bachillerato, entrar a la universidad de Antioquia, conseguir un título. Ahora bien,
debía pasar a materializar esas metas. Entonces pensé en la frase célebre de Walt
Disney “Pregúntate si lo que estás haciendo hoy, te llevara a dónde quieres llegar
mañana.” Y me pregunté ¿Qué acciones son necesarias para alcanzar lo que deseo?
Aquí entra en juego el tercer habito.

Tercer habito: establece primero lo primero.

Ya habiendo culminado los dos primeros hábitos, en el tercer habito procedemos a


ejecutar las metas que nos hemos propuesto en el segundo habito “estableciendo
primero lo primero”, o sea, jerarquizar nuestras prioridades y organizar el tiempo
de forma efectiva, para lograr hacer realidad nuestras metas.

Para esto, se presentan dos conceptos: urgencia e importancia. La urgencia son


actividades que necesitan tu atención inmediata y la importancia son actividades
que debemos hacer, pero no tienen la premura de las primeras. Al cruzar estos dos
conceptos se presenta la matriz de la administración del tiempo.

Desde que entendí la importancia de materializar mis metas, asimilé lo


fundamental que es priorizar mis actividades, me parece útil constantemente
revisar que es lo que verdaderamente te aporta a tu vida y que es lo que debes
eliminar de tus prioridades; a forma de ejemplo la apliqué a mi vida cotidiana:

 Urgente e importante: tareas urgentes sin posibilidad de planificar


 No urgente pero importante: tareas que se deben planificar y programar
 Urgente pero no importante: satisfacer las prioridades y satisfacciones de los
demás.
 No urgente y no importante: actividades personales en nuestro tiempo libre.

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Para concluir, el autor afirma que para lograr una administración efectiva de
nuestro tiempo debemos invertir la mayor parte de nuestro tiempo en el cuadrante
II, en aquellas actividades importantes, pero aún no urgentes. Con estos tres
primeros hábitos habremos concluido la victoria privada la que nos convierte en
individuos independientes.

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III. VICTORIA PÚBLICA.
Habiendo ya consolidado los anteriores tres hábitos, donde aprendimos a hacernos
cargos de nosotros mismos para poder relacionarnos con otros, podemos proseguir
con la victoria publica, la cual hace referencia a los hábitos que nos llevan a
desarrollar de manera exitosa nuestra relación con los demás y a crear una
interdependencia.

Hoy en día muchas empresas exitosas utilizan un modelo de gestión basados en


equipos de trabajo, buscando hacerse más productivas y lograr una mayor
competitividad en el mercado. Eso significa, que en un futuro yo como profesional
debo aprender a trabajar en equipo y para hacer esto de forma exitosa implica que
debo saber crear relaciones fructíferas con los demás.

En este punto, Covey nos menciona siete aspectos que nos ayudaran a aumentar la
confianza que tienen los demás en nosotros: comprender a los demás como
nosotros quisiéramos ser comprendidos, no pasar por alto esos pequeños aspectos
importantes para la otra persona, cumplir lo que prometes, aclarar todos los
aspectos así se sobreentiendan para no crear falsas expectativas, demostrar
integridad personal, saber disculparse sinceramente y actuar de manera
desinteresada siempre siendo fiel a tus creencias.

Cuarto habito: pensar en ganar.

Este hábito es una “síntesis de la interacción humana afectiva”. Covey nos invita a
tener relaciones interpersonales donde todas las partes involucradas se beneficien,
cualquier otro tipo de transacción que no sea ganar/ganar es destructiva. Ahora
bien, hay que tener en cuenta los siguientes tipos de paradigmas:

 Ganar/ganar: Con el acuerdo que se tome se busca llegar al beneficio mutuo,


así mismo, implica aspectos como carácter (tener integridad, madurez y
mentalidad en abundancia), relaciones (positivas), acuerdos (mutuos),
sistemas (que garantice las condiciones de lo acordado) y procesos
(beneficiosos para ambos).
 Gano/pierdes: Uno obtiene beneficio a costa de otro.
 Pierdo/ganas: Una de las partes renuncia a su voluntad y acepta las
imposiciones la otra parte.
 Pierdo pierdes: Se busca la competencia y el conflicto y no se permite llegar
a un acuerdo.
 Gano: Se logra objetivo, no hay confrontación.
 Pierdo: No se logra el objetivo.
Continuando con lo mencionado anteriormente, al momento de formar parte de
un equipo de trabajo debo aplicar este hábito para estar en la capacidad de tener
relaciones basadas en ganar/ganar, donde yo aporte beneficios a mis compañeros e
igualmente de manera recíproca ellos me aporten algo a mí.

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Quinto habito: Entender luego ser entendido.

Usualmente queremos ser comprendidos primero y no nos ponemos en el lugar del


otro, no escuchamos y cuando lo hacemos, simplemente estamos preparados para
contradecir lo que nos comunicó la otra persona, además, modelamos nuestra
opinión en base a experiencias personales y no vemos más allá de nuestro
paradigma.

Entonces, continuando con el escenario donde me toque hacer parte de un equipo


de trabajo; basándome en este hábito y para lograr resultados eficientes debo:
escuchar y tener seguridad que he comprendido lo que me han comunicado antes
de dar mi opinión. No oponerme a lo que escucho, ponerme en el lugar de la otra
persona y abrir mi mente más a allá de mi perspectiva. De este modo habré
aplicado el quinto habito que, en resumen, se basa en la comunicación empática,
que no es más que ser comprensivo y procurar comprender antes de esperar ser
comprendido.

Sexto habito: sinergizar.

En este sexto habito ponemos a prueba los dos hábitos anteriores: interacción
humana afectiva y comunicación empática. La sinergia no es más que trabajo en
equipo. Cuando Covey dice “la valoración de las diferencias (mentales, emocionales,
psicológicas) es la esencia de la sinergia. Y la clave para valorar esas diferencias
consiste en comprender que todas las personas ven el mundo, no como es, sino como
son ellas mismas” está totalmente en lo cierto, al momento de producir una
sinergia en un equipo de trabajo, en la familia, con la pareja, etc., es fundamental
entender que no todos pensamos igual y que resulta favorable unir nuestras
perspectivas para lograr una comunicación empática y llegar a un común acuerdo
que beneficie a todos. El poder de un todo es mayor que el de las partes.

Este punto, lo considero el corazón del trabajo en equipo donde yo como individuo
que hace parte de un algo debo primero escuchar, para luego reflexionar, así
responder y por ultimo cooperar. Pero, sobre todo, hay que aceptar las diferencias y
unificar fuerzas para vencer.

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IV. RENOVACIÓN.
Séptimo habito: afila la cierra.

Etapa en la que debemos tomarnos un tiempo y cuidar de nosotros mismos física,


emocional, espiritual y mentalmente, para potencializar cada uno de los otros seis
hábitos.

No hay mejor forma de mostrar más agradecimiento con nosotros mismos que
tomándonos el tiempo de renovarnos, además que esto ayudara a aumentar
nuestra productividad en la gestión de nuestras actividades. Vivimos tan inmersos
en la rutina que no nos detenemos a pensar en las cosas importantes de la vida,
actuamos sin pensar, ni organizar. Personalmente, estoy de acuerdo que si nos
tomamos así sea una hora para reinventarnos estamos progresando hacia una
mejora continua.

El Hábito 7 es el hábito de lograr un equilibrio. Es el hábito de cuidar del cuerpo y


su salud: comiendo saludablemente, haciendo ejercicio con regularidad y
durmiendo bien. Es el hábito de pasar tiempo con la familia, los amigos, en la
iglesia y con todo aquello que saca lo mejor de nosotros. Es el hábito de enriquecer
nuestro intelecto aprendiendo de muchas maneras y en muchos lugares. Es el
hábito de dedicar tiempo a encontrar formas significativas para ayudar a la gente.

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CONCLUSIONES.

Este libro nos aporta unas grandes herramientas para enriquecernos en los todos
los aspectos de nuestra vida personal y laboral. Es una lectura que se disfruta y a
medida que se avanza te hace cuestionar y analizar diversos ámbitos tanto
personales como de nuestro entorno o nuestras acciones; nos deja una invitación a
la transformación de adentro hacia afuera, no solo para ser más efectivo sino para
alcanzar el éxito y sentirnos realizados como persona.

Muchas veces nos cuestionamos porque si lo intentamos muchas veces seguimos


sin conseguir el resultado deseado, nos agobiamos al no encontrar la respuesta a
nuestras preocupaciones, pero no analizamos que, si “seguimos haciendo lo que
estamos haciendo, seguiremos consiguiendo lo que estamos consiguiendo”. En
momentos, es necesario hacer una pausa y tomarse el tiempo de reflexionar la
manera en la que vemos el problema y qué es aquello que necesitamos cambiar
para poder alcanzar nuestras metas, lo que nos lleva a reflexionar de un modo
diferente con el enfoque de adentro hacia afuera. Eso es lo que este libro nos
ofrece, un cambio radical en todos los ámbitos de nuestra vida, por lo que es
fundamental comprenderlo, integrarlo y aplicarlo en nuestra cotidianidad.

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