3.1 ¿Que Es Acción Constituciónal?
3.1 ¿Que Es Acción Constituciónal?
Estas acciones facilitan la participación de todos e las decisiones que los afectan y en la vida
económicas, política, administrativa y cultural de la nación.
El régimen jurídico de cada una de ellas, enmarcado por sus desarrollos legales, se ha ido
perfilando principalmente por vía juripsrudencial, al hilo de su uso por la ciudadanía. Se trata,
por tanto, de mecanismos judiciales con una inusitada dinámica procesal, cuyos avances deben
ser analizados con rigor e imparcialidad desde la academia, para advertir los progresos que
contiene ya nuestro sistema jurídico y que en ocasiones pasan inadvertidos, así como también
para alertar sobre los desafíos y los errores que se han cometido en su funcionamiento.
Es comprensible que los mayores esfuerzos doctrinales en estos años se hayan enfocado hacia
el análisis del contenido sustancial de los derechos, construído en buena parte por medio de
estos mecanismos procesales, pero es hora ya de prestar atención específica a las
peculiaridades procesales de cada uno de esos procesos, de modo tal que se presenten a la
comunidad jurídica sus características y alcances actuales con claridad y con rigor, y así se
afiance aquello que les ha permitido servir como importantes herramientas ciudadanas, y por
otro lado, que se arroje claridad sobre lo que ha obstaculizado su desarrollo, en especial en
aquellas garantías que ho han tenido la utilidad esperada, como ocurre, por ejemplo, con la
acción de cumplimiento.
1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo
ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente
Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus
funciones oficiales.
La acción de protección se instituye como una garantía jurisdiccional que tiene por objeto el
amparo directo y eficaz de los derechos, es decir, como un mecanismo a disposición de las
personas para la protección de sus derechos fundamentales o humanos frente al poder del
Estado e incluso frente al poder de particulares.
Para alcanzar tal protección es necesario que dentro del proceso se compruebe la vulneración
de derechos constitucionales y el daño causado, observando el principio de carga de la prueba.
En las referidas materias, se ha desarrollado una teoría de la prueba que les permite el auxilio
suficiente en la aplicación normativa probatoria en los diferentes procesos, mas esta teoría es
insuficiente e incluso no puede aplicarse totalmente a las garantías jurisdiccionales debido a
que estas operan bajo otros principios procesales.
Por otro lado, la indeterminación de los derechos reconocidos en las normas constitucionales
genera un problema adicional en cuanto a la delimitación del objeto de prueba. Los derechos
son reconocidos en la Constitución o en instrumentos internacionales de DDHH de forma
general, es decir sin especificar la medida exacta de la prestación o abstención que debe
observar el estado. La determinación de los derechos está dada por la ley, en esta se establece
la forma como el estado ha de brindar sus prestaciones y como ejercerá las potestades. De esta
manera, el legislador determina el alcance de los derechos constitucionales, estableciendo las
obligaciones del estado. La indeterminación aparece cuando se cruzan estos umbrales de
protección y corresponde llenarlos a los jueces en los casos concretos. Será el juez en los casos
puntuales quien determine qué es lo que se debe probar dentro de una acción de protección en
relación a la alegación de los derechos vulnerados, partiendo de la identificación del contenido
del derecho, constitucionalmente protegido.
Por tanto, es necesario determinar qué son los derechos constitucionales como objeto de
protección de la acción de protección, identificar a esta garantía jurisdiccional como mecanismo
idóneo para la protección de derechos constitucionales y, analizar la prueba dentro de estos
procesos una vez accionados.
Para tal cometido, se analizará la dogmática sobre la prueba, y las sentencias dictadas por la
Corte Constitucional desde el año 2011 hasta 2020 sobre la temática planteada, incluidas
algunas del año 2021, para identificar las características del tema probatorio dentro de la
acción de protección.
El reconocimiento del estado como de derechos y justicia se constituye en el eje transversal “en
todas y cada una de las instituciones reconocidas y reguladas por esta Carta Política”,
determina a los derechos como límite y vínculo del poder con la sociedad, se caracteriza por
una constitución rígida y, la presencia de principios como el de directa aplicabilidad. La
constitución es una auténtica norma jurídica con eficacia directa sobre el conjunto del
ordenamiento jurídico, esto es, tiene carácter normativo.
Para César Landa, la fuerza normativa de la Constitución identifica como sus elementos
centrales a las dos funciones del estado democrático constitucional. El primero, garantizar la
supremacía jurídica de la Constitución y, el segundo, proteger los derechos fundamentales de
las personas.
La conformación del estado constituye el precio que los individuos tienen que pagar para poder
disfrutar pacíficamente de sus derechos naturales.
Para el autor, el paso de los derechos naturales a derechos constitucionales se da el momento
que son incluidos en la Constitución Federal de los Estado Unidos de América a través de las
diez enmiendas, estableciendo que no son derechos naturales sino derechos constitucionales,
en la medida en que formaban parte de una Constitución basada en la soberanía popular. Se
tornan en derechos indisponibles para el poder constituido como el legislativo, deben ser
protegidos frente a los actos de este último por el poder judicial, en virtud de su eficacia
directa, es decir, la facultad para ser alegados ante los tribunales de justicia.
El principio de soberanía parlamentaria que habían heredado las colonias, pasó a constituirse
en el principio de soberanía popular, donde la voluntad del pueblo [poder constituyente] es
autónoma de la voluntad del parlamento [poder constituido], afirmando de esta manera el
principio de constitucionalidad que hacía posible el control de los actos del legislador.
En sentido contrario, en Europa, si bien, la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano se fundamentó en la soberanía nacional, en este continente se consolidó la
soberanía parlamentaria, imposibilitando así la implantación del principio de
constitucionalidad, “Esta ausencia de límites para la manifestación de voluntad del legislador
afecta también a los derechos. Los derechos no son derechos de configuración constitucional,
sino de configuración legal”.
Este fenómeno duró hasta después de la Primera Guerra Mundial cuando varios países, como
Alemania y España, entre otros, iniciaron procesos de constitucionalización de derechos,
marcando un hito la Constitución de Weimar, cuyo debate versó sobre la inclusión de derechos
en la Constitución como fundamento del estado democrático, proceso que se consolidó al final
de la Segunda Guerra Mundial con la inclusión de la doctrina de la naturaleza de los derechos
fundamentales en la Ley Fundamental de Bonn.
Para Ramiro Ávila, “en la Constitución de 2008, todos los derechos humanos tienen una doble
dimensión: la individual y la colectiva, y se denomina doctrinariamente como derechos
fundamentales (no subjetivo)”, asumiendo así, la doctrina alemana de los derechos
fundamentales como derechos públicos subjetivos. De esta manera el autor identifica a los
derechos contenidos en nuestra Constitución como derechos humanos, y a estos como
sinónimos de derechos fundamentales.
A decir de Antonio Pérez Luño, los derechos humanos son “un conjunto de facultades e
instituciones que, en cada momento histórico, concretan las exigencias de la dignidad, la
libertad y la igualdad humanas, las cuales deben ser reconocidas positivamente por los
ordenamientos jurídicos a nivel nacional e internacional”, mientras que los derechos
fundamentales “son aquellos derechos humanos garantizados por el orden jurídico positivo, en
la mayor parte de los casos en su normativa constitucional, y que suelen gozar de una tutela
reforzada”.
Esta visión reconoce a los derechos como naturales, por tanto, inmanentes al ser humano.
Previa a su positivización, serían derechos humanos en la medida que devienen de la dignidad
humana; una vez positivizados, se los denominará como derechos fundamentales, marcando su
diferencia principal en su positivización, sin que este sea un óbice para su reconocimiento y
tutela.
[…] aquellos derechos subjetivos que le son propios a la persona en cuanto tal, que por
la importancia de los bienes jurídicos que representan, tienen reconocimiento constitucional,
de ahí que de dicho reconocimiento se derivan consecuencias de tipo jurídico, tales como la
tutela judicial efectiva y el contenido esencial.
Para Ferrajoli:
El profesor Juan Francisco Guerrero, identifica tres fuentes de los derechos. A los derechos
contendidos en la Constitución y en los instrumentos internacionales de derechos humanos, se
suman aquellos “derivados de la dignidad humana, que no consten en la Constitución ni en los
instrumentos de derechos humanos” y que serán incluidos en virtud de la cláusula abierta
reconocida en el artículo 11 numeral 7 de la Constitución.
Para la Corte Constitucional la noción de derechos se origina en la dignidad de las personas, por
tanto, reconoce que su titularidad recae en los individuos o colectivos, mas no en el Estado.
Temas como el matrimonio igualitario, la eutanasia o la despenalización del aborto son temas
que para una solución se fundamentan en el análisis de la dignidad humana. A partir de la
concepción de lo que la sociedad considera digno para el ser humano, cada sociedad resolverá
estos temas que generan gran debate por las diferentes posiciones adoptadas por la
comunidad.
Las garantías
Para Ferrajoli, el garantismo no en más que la otra cara del constitucionalismo, aquella que
trata de asegurar su cumplimiento mediante la introducción y la actuación de las garantías de
los derechos constitucionalmente establecidos. Las garantías son las técnicas con las que se
tutelan y satisfacen los derechos, clasificándolas en garantías primarias y secundarias. Las
garantías primarias constituidas por las expectativas de no lesión de los derechos por parte del
estado (prohibiciones) y, las expectativas positivas de prestación, asistencia del estado para el
reconocimiento de los derechos (obligaciones); y, las garantías secundarias, que consisten en la
intervención de los jueces a fin de reparar o sancionar la violación de las garantías primarias.
Las garantías jurisdiccionales de derechos son mecanismos que permiten a las personas exigir
directamente a los jueces la adopción de decisiones que protejan sus derechos vulnerados o en
riesgo de afectación y que no pueden ser tutelados a través de los mecanismos ordinarios. La
acción de protección es una garantía de derechos por excelencia, constituye el mecanismo
idóneo y eficaz para su protección.
Para la Corte Constitucional, las garantías jurisdiccionales tienen como objeto central, la tutela
y reparación integral de derechos de manera sumaria y expedita, mientras que los procesos de
justicia ordinaria, si bien tutelan derechos, lo hacen a partir del control de legalidad. La
reparación integral permite concretar la característica del estado ecuatoriano como estado
constitucional de derechos y justicia. La Corte Constitucional ha reconocido a la reparación
integral como un verdadero derecho constitucional y como un principio orientador que permite
la protección integral de los derechos.
La acción de protección
Es la garantía jurisdiccional que tutela los derechos constitucionales de manera general, excluye
únicamente aquellos derechos para los cuales la Constitución reconoce garantías específicas de
protección.
260. La Corte ha considerado que el Estado está en la obligación de proveer recursos judiciales efectivos a las
personas que aleguen ser víctimas de violaciones de derechos humanos (artículo 25), recursos que deben ser
sustanciados de conformidad con las reglas del debido proceso legal (artículo 8.1), todo ello dentro de la
obligación general, a cargo de los mismos Estados, de garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos
reconocidos por la Convención a toda persona que se encuentre bajo su jurisdicción (artículo 1.1).
Acción de tutela: Acción que asiste a toda persona para reclamar ante los jueces, en todo
momento y lugar, mediante un procedimiento preferente y sumario, por sí misma o por quien
actúe en su nombre, la protección inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales,
cuando quiera que estos resulten vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de
cualquier autoridad pública.
«La protección consistirá en una orden para que aquel respecto de quien se solicita la tutela,
actúe o se abstenga de hacerlo. El fallo, que será de inmediato cumplimiento, podrá
impugnarse ante el juez competente y, en todo caso, este lo remitirá a la Corte Constitucional
para su eventual revisión».
Acciónes populares y de grupos: Las acciones populares se consideran el medio expedito para
defender los intereses colectivos; y las acciones de grupo, para la protección de los intereses
individuales de un número plural de personas.
• El Presidente de la República
• El fiscal de la Nación
• Los presidentes de región con acuerdo del Consejo de Coordinación Regional o los alcaldes
provinciales
https://www.funcionpublica.gov.co/eva/gestornormativo/norma.php?i=338#:~:text=La%20Acci
%C3%B3n%20de%20Cumplimiento%20proceder%C3%A1,el%20cumplimiento%20de%20las
%20mismas.
https://prezi.com/dkmvnxthtou-/acciones-constitucionales/?
frame=8b60665206c514824152dc67f3a35d75a3970838
https://revistas.usfq.edu.ec/index.php/lawreview/article/view/2171/3033
https://www.google.com/search?q=acci%C3%B3n+constitucional&oq=Acci
%C3%B3n+Const&aqs=chrome.2.69i57j69i60j0i512l6.12550j0j7&client=ms-android-
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