16 Fallo Tutela 202201569

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JUZGADO CUARENTA DE PEQUEÑAS CAUSAS Y COMPETENCIA MÚLTIPLE

Bogotá D.C., siete (07) de diciembre de dos mil veintidós (2022)

Radicado: 2022-01569
Accionante: JEISON DARIO ROJAS HERRERA
Accionado: COLOMBIA TELECOMUNICACIONES S.A. E.S.P.

Procede el Despacho a resolver sobre la acción de tutela de la referencia.

ANTECEDENTES

HECHOS

Manifiesta el accionante que, el día 16 de noviembre del presente año,


presentó derecho de petición ante la entidad accionada, porque se encuentra
reportado negativamente ante las centrales de riesgo.

Indica que no fue notificado de dicho reporte como lo dispone el art. 12 de la


ley de habeas data.

Que el 23 de noviembre la accionada en respuesta a su petición le informó


que realizará la actualización del reporte en las centrales de riesgo, toda vez que,
no dio cumplimiento a la ley de habeas data, empero, alega el accionante que a la
fecha de radicación de la presente tutela no se ha efectuado tal actualización.

LA PETICIÓN

Solicita que se tutele su derecho fundamental al habeas data, al debido


proceso y al buen nombre y, en consecuencia, ordenar a la accionada, “(…) que se
elimine de manera inmediata los reportes en data crédito como pago voluntario sin
histórico de mora ya que nunca me di por enterada del reporte y se incumplió el
derecho fundamental al habeas data y al debido proceso.”

TRAMITE DE LA INSTANCIA

Por auto del 28 de noviembre hogaño, se admitió la acción de tutela y se


ordenó notificar a la accionada, otorgándole un plazo de dos (2) días para que
brindara una respuesta al amparo.
CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA

COLOMBIA TELECOMUNICACIONES S.A. E.S.P., a través de su


apoderado judicial solicitó negar por improcedente la presente acción tutelar, toda
vez que, “(…) a la fecha de contestación de esta acción de tutela, no existe
información negativa reportada por parte de mi poderdante y por lo tanto no se
evidencia información alguna que afecte los derechos invocados como vulnerados
por la parte accionante.”

CONSIDERACIONES DEL DESPACHO:

En Sentencia T-143/22 la H. Corte Constitucional con ponencia del H.


Magistrado ALEJANDRO LINARES CANTILLO, al hablar del derecho fundamental
al habeas data expresó:

“El derecho fundamental al habeas data y sus mecanismos de protección

50. La Corte tiene un precedente consolidado sobre el contenido y


alcance del derecho al habeas data[109]. En la sentencia C-032 de 2021, reiteró que,
de acuerdo con el artículo 15 de la Constitución, el derecho al habeas data tiene
dos contenidos principales: “faculta a todas las personas a conocer, actualizar y
rectificar la información que sobre ellas se haya recogido en bancos de datos y en
archivos de entidades públicas y privadas; a la vez que somete los procesos de
recolección, tratamiento y circulación de datos al respeto de la libertad y demás
garantías consagradas en la Constitución”.

51. Inspirado en el precedente constitucional en la materia, y en


respuesta al fenómeno de la globalización de la información y el auge del poder
informático, el Legislador estatutario ha expedido cuerpos normativos con el fin de
regular el contenido del derecho fundamental al habeas data y crear instancias y
mecanismos para su protección, atendiendo al tipo de dato, el sector en el que se
recolectan y los agentes que intervienen en su administración. En ese sentido, son
referentes las Leyes Estatutarias 1266 de 2008 [110] y 2157 de 2021[111], en el ámbito
del habeas data financiero, y la Ley Estatutaria 1581 de 2012[112], en el régimen
general de tratamiento de datos[113]. Por las particularidades del caso concreto, la
Sala se concentrará en el estudio de esta última normatividad.

52. Con la Ley Estatutaria 1581 de 2012 se incorporó al ordenamiento


jurídico una completa, más no exhaustiva, regulación de la actividad de
administración de datos personales. De esta se destaca, entre otros aspectos, la
previsión de los principios orientadores en materia de habeas data, en consonancia
con el precedente constitucional (art. 4); la identificación de los sujetos que
intervienen en el proceso de administración de datos personales (titular del dato,
responsable, encargado) (art. 3); el reconocimiento de los derechos y deberes de
aquellos (arts. 17 y 18); la habilitación al titular o sus causahabientes para consultar
la información personal que repose en cualquier base de datos, sea esta del sector
público o privado (art. 14); la creación de un mecanismo de defensa ante los
responsables y/o encargados del tratamiento de datos cuando los titulares o sus
causahabientes consideren que la información contenida en una base de datos
debe ser objeto de corrección, actualización o supresión, o cuando adviertan el
presunto incumplimiento de cualquiera de los deberes contenidos en esta ley (art.
15); y la consolidación de un órgano de control especializado en materia de habeas
data, en cabeza de la SIC, a través de su Delegatura de Protección de Datos
Personales (art. 19 y siguientes).

53. En lo que respecta a la reclamación del titular del dato ante el


responsable y/o encargado del tratamiento, la Sala resalta que esta fue diseñada
por el Legislador estatutario como un mecanismo de protección que asegura una
respuesta eficaz cuando se pretenda hacer efectivos, entre otros, la rectificación,
actualización, corrección, oposición y supresión, y en general, otras dimensiones
del derecho de habeas data[114]. En efecto, nótese que el artículo 15 de la Ley 1581
de 2012 fija un procedimiento sumario y términos perentorios para el trámite del
reclamo, así: (i) la reclamación debe incluir la identificación del titular, la descripción
de los hechos que dan lugar al reclamo, la dirección, y los documentos necesarios
que lo sustenten; (ii) la autoridad debe requerir al solicitante si el reclamo está
incompleto para que lo subsane en un término de 5 días y si transcurridos 2 meses
desde la fecha del requerimiento, sin que el solicitante presente la información
requerida, se entenderá que ha desistido del reclamo; (iii) si la autoridad no es
competente para tramitar el reclamo debe remitirlo al competente e informar al
titular; (iv) si el reclamo está completo, junto al dato se debe incluir la leyenda
"reclamo en trámite" y el motivo del mismo, en un término no mayor a 2 días hábiles,
que debe mantenerse hasta tanto el reclamo se decida; (v) el reclamo se debe
decidir en un término máximo de 15 días, pero si no es posible resolverlo en este
término, se debe informar al reclamante[115].

54. Refuerza la idoneidad y eficacia de este mecanismo lo dispuesto


en el artículo 16 de la ley estatutaria en cita, de acuerdo con el cual sólo se podrá
elevar queja ante la SIC como la autoridad de protección del dato, una vez se haya
agotado el trámite de consulta o reclamo ante el responsable o encargado del
tratamiento. En la sentencia C-748 de 2011, la Corte encontró ajustada a la
Constitución esta medida al considerar que “permite al titular del dato agotar las
instancias correspondientes de una forma lógica, dado que no tiene sentido acudir
al órgano de protección del dato para que active sus facultades de vigilancia, control
y sanción, por señalar solo algunas, en relación con el responsable o encargado del
dato, cuando éste ni siquiera conoce las pretensiones del titular y no ha tenido la
oportunidad de decidir si le asiste o no razón, porque no ha hecho uso de los
mecanismos para consulta y reclamo que debe implementar todo responsable y
encargado del tratamiento, según los artículos 17 y 18, literales k) y f),
respectivamente”.

55. En esa misma dirección, en la referida sentencia la Corte continuó


refrendando la validez constitucional de la reclamación prevista en el artículo 15 de
la Ley Estatutaria 1581 de 2012, y su agotamiento como requisito de procedibilidad
para acudir ante la SIC (art. 16), por dos razones que, por su pertinencia para el
análisis de la subsidiariedad en el caso en concreto, se traen a colación. Primero, el
reclamo ante el responsable y/o encargado del tratamiento, como condición de
acceso ante la SIC, no riñe con la Constitución, porque “la mayoría de deberes que
el legislador le fijó a cada uno de estos sujetos se fundamenta en el hecho de que
el titular del dato acuda ante ellos para la efectiva protección de sus derechos”.
Segundo, es proporcional y razonable calificar dicho reclamo como un requisito de
procedibilidad, por cuanto “(i) no fija términos o plazos irrazonables para que los
agentes del tratamiento respondan las consultas y reclamos,” y “(ii) se regula con
detalle el procedimiento a seguir, lo que le garantiza al titular del dato que para
obtener la respuesta a una consulta o a un reclamo, el sujeto requerido no podrá
ponerle trabas que impidan el ejercicio de su derecho, y en el evento en que así
suceda, pues ello será suficiente para acudir ante la autoridad de protección del
dato.” Todo lo anterior, advirtió la Corte en la sentencia C-748 de 2011, “sin perjuicio
de acudir a la acción de tutela como mecanismo judicial de protección del derecho
fundamental al habeas data”.

56. Agotado el requisito de procedibilidad de que trata el artículo 15


del cuerpo normativo bajo estudio, ya sea por la respuesta negativa o la falta de
pronunciamiento del responsable o encargado dentro de los términos previstos en
la ley, el titular del dato o sus causahabientes pueden solicitar a la SIC que, en
calidad de autoridad de protección de datos y a través de su Delegatura de
Protección de Datos Personales (art. 19), inicie la investigación del caso en contra
de la autoridad pública o particular, por la presunta violación de los principios de
tratamiento de datos personales, incumplimiento de los deberes de los
responsables o encargados, y en general, desconocimiento de las disposiciones de
la ley precitada (arts. 21, lit. b, y 22).

57. Surtido el procedimiento contemplado en el Título III de la Ley


1437 de 2011[116], la Delegatura profiere una decisión administrativa, por medio de
la cual, entre otras cosas, puede (i) adoptar las medidas que sean necesarias para
hacer efectivo el derecho de habeas data (art. 21, lit. b, en concordancia con art.
22); y/o (ii) ejercer sus potestades sancionatorias contra la persona de naturaleza
privada (art. 23, parágrafo), si hubiere lugar a ello. En el supuesto de que el infractor
sea una autoridad pública, remitirá la investigación a la Procuraduría General de la
Nación para que adelante la investigación respectiva (art. 23, parágrafo).

58. En punto al tipo de medidas que puede ordenarle la autoridad de


protección de datos a la autoridad pública, la Delegatura informó en sede de revisión
ante la Corte que, aun cuando no cuenta con facultades de policía administrativa
cuando la norma es vulnerada por una entidad de naturaleza pública, en todo caso,
conserva frente a ellas las funciones señaladas en el artículo 21 de la Ley
Estatutaria 1581 de 2012, razón por la cual, puede ordenarles, entre otras cosas, el
acceso, la rectificación, actualización y supresión de los datos personales que esté
tratando. La muestra de ello, de acuerdo con la información aportada por la
Delegatura, es que la SIC ha impartido al menos 105 órdenes administrativas a
entidades públicas nacionales, departamentales y municipales relacionadas con el
deber de seguridad consagrado en la ley estatutaria [117].

59. A partir de lo anterior, es dado colegir que la reclamación ante el


responsable o encargado del tratamiento, así como el subsiguiente procedimiento
administrativo dispuesto ante la Delegatura de Protección de Datos Personales de
la SIC, son mecanismos dotados de idoneidad y eficacia para la protección de los
contenidos adscritos al derecho de habeas data.

60. No obstante, advierte la Sala que estos no son los únicos medios
para conseguir tal cometido, pues la acción de tutela está instituida, en esencia,
para la protección de los derechos fundamentales, entre ellos, el habeas data y las
garantías de la misma raigambre que están estrechamente relacionadas con este
(intimidad, buen nombre, entre otros). Por ello, en el examen del requisito de
subsidiariedad, le corresponde al juez constitucional determinar cuándo el titular del
dato debe acudir a uno u otro mecanismo. Para tal efecto, la Sala estima que al
menos deben tenerse en consideración los siguientes postulados.

(i) La presentación de la reclamación ante el responsable o encargado


del tratamiento de datos, en los términos del artículo 15 y 16 de la Ley 1581 de
2012, es una condición sine qua non para que el titular del dato o su causahabiente
pueda acudir ante la autoridad de protección de datos. Para la Corte es así, porque
“no tiene sentido acudir al órgano de protección del dato para que active sus
facultades de vigilancia, control y sanción, por señalar solo algunas, en relación con
el responsable o encargado del dato, cuando éste ni siquiera conoce las
pretensiones del titular y no ha tenido la oportunidad de decidir si le asiste o no
razón”[118].
(ii) Bajo esa misma lógica, la jurisprudencia constitucional ha extendido
la aplicación del anterior requisito de procedibilidad al ejercicio de la acción de tutela.
En concreto, ha determinado que “la solicitud, por parte del afectado, de la
aclaración, corrección, rectificación o actualización [o supresión] del dato o de la
información que se considera errónea, previa a la interposición del mecanismo de
amparo constitucional, constituye un presupuesto general para el ejercicio de
la acción de tutela.”[119] (negrillas fuera del texto original). Si este no se acredita,
se impone en consecuencia la declaratoria de improcedencia de dicha acción.

(iii) Una vez se agota el requisito de la reclamación ante el responsable o


encargado del tratamiento, el interesado puede acudir ante la Delegatura de
Protección de Datos Personales de la SIC, autoridad especializada y competente
para defender los contenidos del derecho de habeas data frente a las actuaciones
de sujetos de derecho público y privado, por medio de la imposición de las medidas
adecuadas para hacer efectiva dicha garantía. La configuración legal de este
mecanismo, como quedó demostrado, no se limita al ejercicio de poder sancionador
del Estado en contra de particulares.

(iv) La Corte reconoció la validez constitucional de la reclamación ante el


responsable o encargado, así como del posterior procedimiento ante la Delegatura,
fundada en la capacidad de estos mecanismos para hacer efectivas las distintas
facetas del derecho al habeas data. Lo anterior, sin desconocer que el interesado
también puede acudir a la acción de tutela como mecanismo judicial de protección.
En ese sentido, precisó que el carácter autónomo del derecho al habeas
data comprende unas garantías diferenciables y directamente reclamables por
medio de la acción de tutela, “sin perjuicio del principio de subsidiariedad que rige
la procedencia de la acción”[120].

(v) En estos términos, entiende la Sala que cuando se pretenda la


protección del habeas data a través de la acción de tutela, el juez deberá examinar
las circunstancias particulares del caso concreto, a fin de determinar si el accionante
está en condiciones de agotar los mecanismos ordinarios de defensa o si, por el
contrario, existen circunstancias excepcionales que justifican el ejercicio directo de
la acción constitucional. Ello, con un doble propósito: (i) preservar la eficacia a los
mecanismos creados por el Legislador estatuario (Ley 1581 de 2012), y avalados
por la Corte Constitucional (sentencia C-748 de 2011); y (ii) asegurar el carácter
subsidiario y residual de la acción de tutela (art. 86 constitucional).

(vi) Por último, el artículo 86 de la Constitución Política, en consonancia


con lo dispuesto en el artículo 6º del Decreto Ley 2591 de 1991, dispone que la
acción de tutela no será procedente cuando existan otros medios de defensa
judicial, salvo que exista evidencia de la configuración de un perjuicio irremediable.
La aplicación aislada, irreflexiva y literal de estos preceptos normativos conduciría
a pensar que la acción constitucional es el único medio dispuesto para la protección
del derecho al habeas data, a pesar de que, como quedó demostrado en líneas
anteriores, existen otros mecanismos que, sin perjuicio de que sean de naturaleza
administrativa, son idóneos y eficaces en esta materia. Por ello, la Sala considera
que, a fin de evitar que se vacié de contenido las competencias y el mecanismo
administrativo previsto por el Legislador estatuario para la salvaguarda de los datos
personales, el requisito de subsidiariedad de la acción de tutela debe interpretarse
de manera sistemática con lo dispuesto en la Ley Estatutaria 1581 de 2012.

(vii) Sin perjuicio de la idoneidad y eficacia de los mecanismos dispuestos


en la Ley Estatutaria 1581 de 2012, de conformidad con el artículo 86 constitucional,
la acción de tutela procede como mecanismo transitorio de amparo cuando se
compruebe la existencia de un perjuicio irremediable, en los términos de la
jurisprudencia constitucional[121].”

Pues bien, una vez revisada la contestación allegada por la parte accionada,
se logró establecer que no reposa información negativa bajo el nombre y cédula del
accionante en las centrales de información financiera Datacrédito Experian y
Transunión (Cifin)1, se advierte entonces que, dentro del asunto se configuró
carencia actual de objeto por hecho superado, puesto que las circunstancias que
originaron la presunta transgresión a los derechos fundamentales tutelados ya
desaparecieron.

En punto de lo anterior, entre otras, la sentencia T-249 de 2021 MP. GLORIA


STELLA ORTIZ DELGADO, indicó al respecto:

“… Análisis sobre la configuración de carencia actual de objeto por hecho


superado[62]

5. Esta Corporación ha sostenido de manera reiterada que el objeto de la


acción de tutela es la garantía de los derechos fundamentales. Sin embargo,
durante el proceso de amparo pueden presentarse distintas circunstancias que
permitan inferir que la vulneración o amenaza invocada cesó porque: (i) se conjuró
el daño alegado; (ii) se satisfizo el derecho fundamental afectado; o, (iii) se presentó
la inocuidad de las pretensiones de la solicitud de amparo [63].

Estas situaciones generan la extinción del objeto jurídico de la tutela, por lo


que cualquier orden de protección proferida por el juez caería en el vacío [64]. Este
fenómeno ha sido denominado “carencia actual de objeto”, el cual se presenta por

1
Folios 3 y 4 del PDF 14
la ocurrencia, respectivamente, de (i) un hecho superado; (ii) un daño consumado;
o, (iii) cualquier otra situación que haga inocua la orden de satisfacer la pretensión
de tutela[65]. De este modo, la eliminación de la causa de la interposición de la
solicitud de amparo, que al mismo tiempo es el fundamento de la intervención del
juez constitucional, anula la vocación protectora que le es inherente a la acción de
tutela. Por ende, cualquier intervención respecto de las solicitudes de quien formula
la acción no tendría efecto alguno.

6. El hecho superado se configura cuando, en el trámite constitucional, las


acciones u omisiones que amenazan al derecho fundamental desaparecen por la
satisfacción de la pretensión perseguida a través de la acción de tutela. Bajo estas
circunstancias, la orden que debe impartir el juez pierde su razón de ser porque el
derecho ya no se encuentra en riesgo[66].

En este sentido, la jurisprudencia de esta Corporación ha incluido el hecho


superado dentro del contexto de la satisfacción de lo pedido en la acción de tutela.
Lo anterior, permite suponer que la obtención de las pretensiones devino de una
conducta positiva por parte de la persona o entidad demandada, orientada a
garantizar los derechos del accionante[67].

7. El daño consumado corresponde a la situación en la que se afectan de


manera definitiva los derechos del accionante antes de que el juez constitucional
logre pronunciarse sobre la petición de amparo. Es decir, cuando ocurre el daño
que se pretendía evitar con la acción de tutela. En este escenario, la parte accionada
no redirigió su conducta para el restablecimiento de los derechos y cuando, en
efecto, se constata la afectación denunciada, ya no es posible conjurarla[68].

8. Finalmente, cuando se presenta cualquier otra circunstancia que haga


inocua la orden de satisfacer la pretensión de la tutela, la Corte ha manifestado que
“es posible que la carencia actual de objeto no se derive de la presencia de un daño
consumado o de un hecho superado sino de alguna otra circunstancia que
determine que, igualmente, la orden del/de la juez/a de tutela relativa a lo solicitado
en la demanda de amparo no surta ningún efecto”[69].

9. Ahora bien, el acaecimiento de la carencia actual de objeto genera que la


solicitud de amparo pierda su razón de ser. Sin embargo, es posible que, en esta
circunstancia, el juez de tutela adelante el estudio del asunto sometido a su
conocimiento[70]. La Sentencia SU-522 de 2019[71] unificó las diferentes posturas de
las Salas de Revisión sobre el deber de pronunciamiento del juez de tutela ante la
configuración de la carencia actual de objeto por hecho superado, daño consumado
o situación sobreviniente. En aquella oportunidad, la Corte precisó que solo está
obligada a hacer un análisis de fondo cuando se presenta un daño consumado. En
los demás supuestos, podrá estudiar la utilidad de un pronunciamiento adicional
según las particularidades del expediente.

En particular, cuando existe un hecho superado, no es perentorio que el juez


de amparo se pronuncie de fondo. Sin embargo, podrá hacerlo, y en especial la
Corte en sede de revisión, cuando sea necesario, por ejemplo: (i) llamar la atención
sobre la falta de conformidad constitucional de la situación que originó la tutela y
tomar medidas para que los hechos vulneradores no se repitan [72]; (ii) advertir la
inconveniencia de su repetición, so pena de las sanciones pertinentes [73]; (iii)
corregir las decisiones judiciales de instancia [74]; (iv) avanzar en la comprensión de
un derecho fundamental[75]; y (v) desarrollar su función de pedagogía constitucional
y garantizar la supremacía de la Carta[76](…)”

Para el caso en estudio, advierte el Despacho, se configuró la carencia actual


de objeto por hecho superado, toda vez que, del escrito de contestación de la
acción, se logró establecer que no reposa información negativa bajo el nombre y
cédula del accionante en las centrales de información financiera Datacrédito
Experian y Transunión (Cifin), cesando así la conducta que dio origen a la acción
interpuesta.

De esta manera, al desaparecer las causas que motivaron la interposición de


la presente acción, carece de objeto examinar si los derechos invocados por el
accionante fueron vulnerados y proferir órdenes de protección, pues no se trata de
un asunto que plantee la necesidad de formular observaciones especiales sobre la
materia.

Por lo anterior, se negará el amparo constitucional pretendido por


improcedente, en atención a las consideraciones aquí dispuestas.

DECISIÓN

El JUZGADO CUARENTA DE PEQUEÑAS CAUSAS Y COMPETENCIA


MÚLTIPLE DE BOGOTÁ D.C., administrando justicia en nombre de la República y
por autoridad de la Ley,

RESUELVE:

PRIMERO: DECLARAR la carencia actual de objeto por hecho superado, en


relación con los derechos fundamentales aquí alegados.

SEGUNDO: COMUNIQUESE, a las partes la anterior determinación, dejando


constancia de ello (Art. 30 y 5 Decretos 2591/91 y 306/92).
TERCERO: En caso de no ser impugnado este fallo remítase a la Corte
Constitucional para su eventual revisión.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE,

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