Realismo Jurídico
Realismo Jurídico
Realismo Jurídico
Otra corriente filosófica que explica el “ser” del Derecho es la del Realismo Jurídico. Ésta,
sostiene que el Derecho debe comprenderse a partir de los hechos, la experiencia y las
actuaciones de los operadores jurídicos.
En sus inicios, el realismo jurídico buscaba alejar al Derecho de los rezagos “metafísicos”. Las
críticas de los realistas escandinavos, respecto de los derechos subjetivos, coinciden con el
reproche del pensamiento místico, mágico y metafísico. Este movimiento ha tenido su
momento de predominancia, luego crisis, y un nuevo surgimiento, como en Génova, París,
Girona, Chicago, teniendo como representantes actuales a Riccardo Guastini, Michel Troper,
Jordi Ferrer, Brian Leiter.
Sostienen que el Derecho es una acción, una constante lucha entre fuerzas. Es el positivista
Rudolf Von Ihering, en su nueva versión, quien va a sostener que el Derecho consiste en su
efectiva realización, y que aquello que no sucede en la realidad es solo una mera
apariencia del Derecho. Por tanto, sostiene que el Derecho es una IDEA PRÁCTICA que
indica un fin y un medio. Ihering señala que la PAZ es el fin del Derecho, y la LUCHA es su
medio o camino. Entonces, el Derecho es el hacer, es el trabajo, tanto de los poderes
públicos como de un pueblo (“todo hombre lleva en sí la obligación de mantener su
Derecho, toma parte en este trabajo nacional, y contribuye en lo que puede a la
realización del Derecho sobre la tierra”).
Por su parte, Oskar Von Bullow, afirma que la ley determina en un grado muy escaso el
contenido de las resoluciones de los jueces, y que es el juez quien tiene un papel central en
la construcción del Derecho. Que es en la judicatura donde el texto legal adquiere su
forma definitiva. Sostiene que la ley no es Derecho vigente, sino, solo un plan, un proyecto
de futuro ordenamiento. Es el juez quien va a decidir qué es el Derecho, en cada caso
concreto.
Oliver Wendell Holmes, fue un juez norteamericano, que afirmó que el Derecho no es
lógica sino experiencia, y es precisamente el estudio de esa experiencia el que conduce a la
esencia del Derecho y su aplicación a los casos concretos. Para Holmes, el Derecho es el
conjunto de profecías de los que los tribunales resolverán.
Consideraba que el Derecho en efecto tiene una estructura lógica, pero al ser un
instrumento para la vida social, su eficacia debía medirse de acuerdo a su capacidad para
realizar fines humanos, por lo que el juez debe encontrarse en libertad para buscar la
solución más justa, en lugar de estar sometido a la voluntad del legislador y a la exégesis
que obstaculiza el cambio social.
Karl Llewellyn, profesor de Columbia y Chicago distingue entre las “reglas en el papel” y
“reglas efectivas”.
Las primeras están referidas a las normas contenidas en leyes, reglamentos y sentencias.
Las segundas son las utilizadas por los jueces para decidir el litigio. Las “reglas de papel” en
general son tomadas en cuenta por los jueces, pero algunas no, como las leyes que se
consideran “letra muerta” o precedentes judiciales que se consideran caducos.
Para este movimiento la naturaleza del derecho se identifica con un conjunto de hechos,
en lugar de un conjunto de normas o comandos. El Derecho no es otra cosa que los hechos
sociales, y dentro de estos, se destaca que el Derecho es una maquinaria creada con el
propósito de proteger a la sociedad. Sostienen que la discusión sobre el contenido de los
principios de justicia es meramente ilusorio.
La justicia es parte del Derecho, solo cuando el orden jurídico o social es eficaz o realmente
aplicado, cumplido u observado por la sociedad.
Alf Ross, jurista danés, expone que el Derecho es un marco a partir del cual trabajará el
juez, quien lo interpretará y le dará vida, y hará que la norma surta sus efectos. Señala que
las normas jurídicas deben entenderse como directrices que pretenden provocar en su
destinatario un determinado actuar. Su funcionalidad no radica en la comunicación de
verdad alguna, sino en dirigir el comportamiento de los hombres.