U4 Apuntes de Catedra
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Hasta el momento, hemos estudiado una serie de teorías criminológicas que ayudaron
a dar forma a esta ciencia. Pudimos ver, además, como éstas posicionaban la génesis
criminal desde la individualidad de las personas estudiadas, quedando por fuera otros
factores externos a ellas, que pueden impulsarlos a la comisión de un hecho delictivo.
Sin embargo, mientras esto ocurría en Europa, en Estados Unidos se dieron una
serie de acontecimientos que impulsarían a estudiar a las ciudades desde una
perspectiva sociológica. En primer lugar, en todo el país ocurrió un cambio en los
procesos migratorios: si bien, hasta el año 1870, los inmigrantes que ingresaban a al
país provenían del norte y este de Europa (desde los países nórdicos, ingleses,
escoceses, etc.), luego de la conclusión de la Guerra Civil en Estados Unidos, estos
comenzarían a inmigrar desde países europeos del oeste y el sur del continente (como
Polonia, Italia, Rusia, etc.), los cuales atravesaban una serie de crisis económicas y
sociales.
1) La irrupción de la sociología:
Hacia finales del Siglo XIX la ciudad de Chicago se caracterizaba por estar en pleno
apogeo, debido a que funcionaba como nexo entre los polos industriales de Estados
Unidos y la capital del país. De esta manera, la ciudad se convirtió en un centro de
pujanza industrial y de acumulación de capital, que terminó por atraer una ola
inmigratoria, tanto interna (desde otras partes del país) como externa (desde otros
países), la cual llegaba en busca de mejores oportunidades de vida y atraídos por la
alta demanda de mano de obra, debida del crecimiento poblacional.
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población sin hogar. Las consecuencias de este evento repercutirían de forma más
negativa en los sectores más empobrecidos de la sociedad: Chicago comenzó, luego
del incendio, un proceso de reconstrucción edilicia que se dio de manera acelerada,
pero que fue posible a cuesta de la reducción en la calidad de vida de los trabajadores.
Con todo este bagaje, durante la década de los ’20 se funda en la Universidad de
Chicago, financiado por las altas esferas en su desesperación por encontrar el foco de
la crisis delictual, el Departamento de Sociología, en el cual se comenzarían a realizar
diferentes estudios enfocado al entendimiento de la desorganización social y
desarrollando, posteriormente, lo que conocemos como las teorías ecológicas del
delito.
Pero ¿Qué sucede en esta zona de transición? ¿Qué pasa cuando los trabajadores,
que planeaban mudarse a futuro, no pueden o no quieren hacerlo y se quedan
“varados” en la zona de transición? Esto “atentaba” contra los valores del trabajo y la
familia que se imponían en esa época, además, se decía que está perdida de la
“cultura del trabajo” podía contagiar a los demás obreros.
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Tomando como fuente de investigación social un conjunto de cartas que eran
intercambiadas entre trabajadores polacos y sus familias, que permanecían en su país
de origen, Park concluye que está perdida de valores está relacionada a la poca
recepción que brinda el conjunto estadounidense a los extranjeros, ya que al
segregarlos éstos no tienen relación con los grupos sociales autóctonos, los cuales
terminan por impulsarlos al aislamiento. El autor indica además, como bien sabemos
hoy, que el control social es impulsado mediante los “cuerpos sociales” o las
instituciones, si tomamos en cuenta al conjunto social como una gran agencia de
disciplinamiento, observamos que, al no ser integrados al mismo, el control social
decaerá, puesto que las personas “desviadas” han sido expulsadas del mismo,
el cual se supone debería enseñarles las normas y valores propias de esta sociedad
estadounidense.
De esta manera, es obvio que la ciudad dejó de ser un lugar con una cultura
homogénea, compuesta por individuos que comparten las mismas tradiciones, usos y
costumbres, sino que la sociedad se convierte en un conjunto de diferentes
valores y tradiciones que se van transmitiendo, ya sea entre pares o de
generación a generación.
Y es así como Park llega al que será uno de los conceptos más centrales de su teoría:
la desorganización social. Ésta es vista por el autor no como un factor contrario a la
sociedad, sino como parte de la misma, puesto que todas las sociedades cuentan
con una cuota de desorganización. Sin embargo, la misma puede frenarse, no
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mediante métodos normativos/penales (puesto que hay personas que no comparten el
valor de las leyes y normas), sino mediante la integración, la comunicación y la
educación.
Como último eje importante a señalar de estas teorías, Park centra su atención en
aquellos lugares de la localidad que podrían representar “zonas de contagio”, las
cuales no transmiten necesariamente conductas criminales, pero si valores
divergentes o desviados de la “normalidad”.
2) La asociación diferencial
Uno de los mayores exponentes de la Escuela de Chicago fue Edwin Sutherland,
quien comenzaría a plantear una serie de críticas a los estudios que se realizaban
hasta entonces, así como nuevas teorías que buscaban explicar las causas de la
cuestión criminal.
Es así como, durante la década de 1930, el autor realiza su trabajo La prisión como
laboratorio criminológico, en el cual apunta a criticar el uso de las cárceles como
núcleo de estudio de la conducta delictiva, identificando dos principales problemas:
primero, no todos los delincuentes se encuentran privados de su libertad y, segundo,
que el delincuente en la prisión no se encuentra en su “hábitat natural”, haciendo difícil
estudiar su “verdadera naturaleza”.
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buenos modales y provenientes de familias acomodadas, los cuales ingresan a una
organización que cuenta con una serie de técnicas y gestiones que los diferencian de
los ladrones comunes: por ejemplo, una formación mafiosa tendrá determinados
rituales de ingreso, una serie de códigos, una cadena de mando, y demás elementos
que no tendrá alguien que cometa arrebatos por su propia cuenta. Además, logra
describir las formas en las que los individuos entran a estas organizaciones
delictuales, así como las características necesarias para ser considerado un verdadero
profesional dentro de este ámbito1.
Pero hay una característica de estos grupos criminales que guiará las investigaciones
de Sutherland: la conducta criminal dentro de estos grupos es aprendida, un
individuo ingresa a una organización criminal como un aficionado que, a través
del aprendizaje de diferentes técnicas, perfecciona su habilidad para delinquir,
por lo que la conducta criminal es aprendida, no es inherente del individuo. Y no
solamente esto, sino que dentro de estas organizaciones hay presente un espíritu de
equipo, el cual surge de los valores de compañerismo, puntualidad y fidelidad ante una
acusación que se inculcan e que impulsan sentimientos de solidaridad entre sus
miembros.
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Para ser considerado un verdadero ladrón profesional, un individuo deberá: 1) usar su ingenio
por encima de la fuerza física y robos no planificados; 2) ser inteligentes; 3) tener buena
disposición para los negocios; y 4) poseer un buen status social.
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de cometidos por setenta de las mayores corporaciones de Estados Unidos y en el
cual estudia en profundidad los crímenes cometidos por las altas esferas sociales.
En segundo lugar, hay que mencionar que el autor considera al poder como el factor
determinante en la motivación de estos delitos, el dinero solo constituye un factor
relativo, pero que no es el fin último de los mismos.
Es así, con todo lo anterior visto, que Sutherland encuentra una serie de similitudes
entre este tipo de delitos y aquellos cometidos por organizaciones criminales
profesionales:
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a) En primer lugar, el delito es persistente, lo que quiere decir que estas
conductas se sostienen en el tiempo
b) En segunda instancia, la conducta criminal de este tipo es mayor y más
frecuente de lo que podemos observar en los tribunales, es decir, que
estos actos en general, no llegan a ser juzgados, por lo que no tenemos
conocimiento de su magnitud.
c) En tercer lugar, aquellos que cometen estos actos sienten desprecio hacia el
gobierno, la ley y la policía, aunque mantienen tratos con ellos.
Pero también encuentra dos grandes diferencias, los cuales lo apartan del rol de
criminal profesional:
Edwin Sutherland terminaría por desaparecer en el año 1950, solo un año después de
que “El delito de cuello blanco” fuera publicado.
Para sintetizar todo lo anterior visto, señalaremos las nueve premisas principales de
la teoría del autor:
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6) La asociación se dará cuando exista un exceso de estas definiciones:
cuando dentro de un grupo las personas critican permanentemente a las leyes
y autoridades, planteando lo injustas que son para ellas y su estilo de vida, se
reforzarán las relaciones entre pares y se producirá una asociación entre ellos,
por considerar que pertenecen al mismo grupo damnificado.
7) Estas asociaciones tienen diferentes grados de frecuencia, duración e
intensidad
8) Este proceso de aprendizaje posee las mismas características de cualquier
otro proceso del mismo tipo.
9) La conducta criminal aprendida es reflejo de las necesidades y valores que
se planteen dentro del grupo donde se ésta se gesta.