SINTÉSIS HISTÓRICA DE LA Masoneria.2

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1. Los orígenes.

Los ideales de la francmasonería fueron difundidos en América del Sur por personas
procedentes de Europa, especialmente Inglaterra, España, Francia y Portugal.

A juzgar por documentos encontrados en la ciudad de Buenos Aires y por otros


existentes en el archivo de la Gran Logia de Inglaterra, esta última, con fecha 17 de
abril de 1735, siendo su Gran Maestre Tomás, se gundo vizconde de Weymouth,
designa al caballero Randolph Took como Gran Maestre Provincial para América del
Sud (en 1730 era miembro de la logia "Emulación nº 21" de Londres).

En la ciudad de Buenos Aires encontramos a Took entre 1735 y 1737, ocupándose


aparentemente de negocios, ya que realiza varios viajes entre la ciudad de Buenos
Aires y la regióndel Caribe y Brasil.

Pero los primeros testimonios fiables del funcionamiento de logias masónicas


aparecen a finales del siglo XVIII. En Buenos Aires nos encontramos con la logia
"Independencia", la primera fundada en Argentina, con protocolos de autorización
otorgados por la Grande Loge Generale Ecossaise de France, de aproximadamente
1795. La Grande Loge Generale sería absorbida el 8 de enero de 1805 por el Gran
Oriente de Francia, quedando la antes mencionada logia en libertad de acción sobre
su futuro.

A fines también del siglo XVIII (otros autores lo fechan en marzo de 1803), el
portugués Juan de Silva Cordero funda la logia ―San Juan de Jerusalén de la Felicidad
de esta parte de América‖, con Carta Constitutiva de la Gran Logia de Maryland.
Había sido iniciado en la logia "Matritense" de Madrid (España) y era grado 33º, que
le fue otorgado en 1799 en Baltimore. Esta logia abatiría columnas en 1810, luego del
fallecimiento del fundador.

Durante las Invasiones Inglesas, en el seno de los regimientos que llegaron a Buenos
Aires había logias que funcionaban con Carta Constitutiva de la Gran Logia de
Irlanda. Los miembros de esas logias constituyeron en Buenos Aires las logias "Hijos
de Hiram" y "Estrella del Sur", ambas también con Carta Constitutiva de la Gran
Logia de Irlanda, y en cuyo seno fueron iniciados muchos criollos.

Al producirse la Revolución de Mayo existía en 1810 en Buenos Aires una logia


presidida por el doctor Julián B. Álvarez.

Se desconoce con exactitud el nombre de la referida logia, ya que unas veces aparece
con el de "San Juan" y otras con el de "Independencia". Hay discrepancias entre los
investigadores sobre si era una logia de nueva creación o la que ya funcionaba desde
finales del siglo anterior, aunque el testimonio del coronel inglés Santiago Florencio
Burke, que contó que cuando se fue de Buenos Aires, en 1809, fueron a despedirlo
"un número de las principales personas del lugar, mis viejos amigos de
Independencia", refiriéndose indudablemente a la logia, pueda inducir a pensar que
seguía trabajando.. Esta logia estaba presidida por el doctor Álvarez, y de entre sus
miembros fueron seleccionados aquellos que secundarían a Alvear, San Martín,
Zapiola y demás masones viajeros que llegaron en la fragata Jorge Canning, para la
fundación de la logia "Lautaro" de Buenos Aires. José de San Martín (iniciado el 6 de
mayo de 1808 en la logia "Integridad" de Cádiz, España), junto con Carlos María de
Alvear y Matías Zapiola (ambos también iniciados en Cádiz) fundan un triángulo
masónico que, en 1812, se convertirá en la logia "Lautaro". Alguno de sus miembros
fueron Julián Álvarez, Antonio Záenz, Bernardo Vélez, Bernardo Monteagudo,
Manuel Pintos, Manuel S. Anchorena, Tomás Guido...
Dentro de la "Lautaro" existían dos cámaras: una para los tres grados simbólicos y
otra para los grados superiores, que San Martín creó con el nombre de Gran Logia de
Buenos Aires. La Constitución de esta GranLogia se aprobó el 23 de julio de 1812.

Estaba presidida por San Martín (que, sin embargo, nunca ocupó ningún cargo de
oficial en la "Lautaro"), y lo acompañaban Carlos María de Alvear, José F.Agrelo,
Tomás Guido, Hipólito Vieytes, entre otros.

Sus integrantes formaron posteriormente las logias lautarinas de las ciudades de San
Fe, Córdoba y Mendoza en la Argentina, y las de Santiago de Chile y Lima.

Además de las lautarinas, durante las guerras de la independencia hubo sendas logias
en el Ejército de los Andes y en el Ejército del Norte.

El general Belgrano funda además la logia "Argentina" de la ciudad de Tucumán,


denominada posteriormente "Unidad Argentina" y que trabajó con Carta Constitutiva
otorgada por la Masonería de Nueva Granada.

Acerca de esas Logias se ha entablado una polémica, mas de una vez apasionada,
sobre si eran o no masónicas. Los que les negaron tal carácter sostienen que "aparte
del formulismo masónico esas agrupaciones tenían fines patrióticos y que sus
componentes eran profundamente católicos".

Al argumento de que siendo los patriotas de 1810 y de la independencia argentina


profundamente cató1icos no podrían ser masones, ya que la Iglesia había "condenado
la secta", se puede contestar que con ese criterio esos mismos hombres, ante la
aparición de las bulas de Pío VII, del 30 de enero de 1816, y las de León XII, del 24
de septiembre de 1824 y del 10 de febrero de 1825, en que se condenaba a los
movimientos libertadores de América, debían abandonar las armas y volver a
someterse a Fernando VII y sus sucesores.
En 1821 un grupo de constitucionalistas españoles llega a Buenos Aires, fundando la
logia "Aurora", bajo los auspicios de la Masonería española. Con la muerte del
general Rafael del Riego y Núñez, varios de sus partidarios llegaron a Buenos Aires,
formando otra logia con el titulo distintivo de "Libertad", bajo los auspicios del Gran
Oriente Nacional Español. De esa época datan también la logia "Fénix", fundada bajo
los auspicios de la Gran Logia de Maryland, así como la "Valeper", fundada por
Lafinur.

En 1825 un grupo de súbditos estadounidenses organizan "Southern Star nº 205" con


Carta patente de la Gran Logia de Pennsylvania. En esa logia se integró Bernardino
Rivadavia. La logia siguió trabajando hasta que en 1829, ya bajo la influencia rosista,
fueron perseguidos sus integrantes, viéndose obligados muchos de ellos a emigrar a
Montevideo, donde formaron la logia "Asilo de la Virtud", también con patente de la
Gran Logia de Pennsylvania.

Durante la tiranía surgieron numerosas logias, conocidas con la denominación


genérica de Unitarias, ya que la mayoría se oponían al régimen de Rosas; logias de
las que formaron parte incluso parientes del dictador. Algunas de ellas llegaron hasta
nuestros días: la de "San Juan de la Frontera", de la ciudad de San Juan; la "Constante
Unión", de la ciudad de Corrientes; y la "Jorge Washington", de la ciudad de
Concepción del Uruguay (Entre Ríos) (ésta en 1822, permaneciendo bajo obediencia
de la Gran Logia de Uruguay hasta 1888).

No parece cierto, por otra parte, que Giuseppe Garibaldi, durante su estancia en Entre
Ríos, en 1837, fundase una logia en Gualeguaychú, porque está documentado que fue
iniciado el 8 de agostode 1844 en Montevideo. En junio de 1837 se funda una
sociedad secreta, la "Asociación de Mayo" (que algún autor califica de logia
masónica), para combatir la dictadura de Rosas. Entre sus miembros está
documentado que varios eran masones. Ante las persecuciones, se tendrían que
exiliar a Montevideo.

Después de la caída de Rosas (derrotado por Justo José de Urquiza en Caseros, el 3


de febrero de 1852) los masones siguen agrupándose y surgen varias logias
argentinas y algunas extranjeras. Entre las primeras cabe mencionar la logia
"Fraternidad" de San Nicolás de los Arroyos, fundada por José A. Melián, y las logias
"Concordia", fundada en 1852, "Constancia",en 1855, "Unión del Plata", de Buenos
Aires (el 9 de marzo de 1856, y que recibió su regularización del Supremo Consejo
del Uruguay el 11 de diciembre de 1857), y "Confraternidad Argentina", de Buenos
Aires (27 de noviembre de 1856, Gran Oriente de Uruguay). .

En el transcurso de 1857 se fundarán nuevas logias en Buenos Aires: ―Consuelo del


Infortunio‖ (25 de mayo), ―Tolerancia‖ (25 de junio), ―Regeneración‖ (1 de julio),
―Constancia‖ (25 de julio), y otras fuera de la ciudad: "Unión y Filantropía", en
Gualeguaychú, y "San Juan de la Fe", en Paraná.
Entre las logias dependientes de potencias europeas aparecen "Amie des Naufrages",
de Buenos Aires (3-2-1852), integrada por franceses y que trabajaba baja los
auspicios de la Masonería francesa; la logia "Excelsior nº 617", de residentes ingleses
(carta constitutiva de 10-6-1853 de la Gran Logia Unida de Inglaterra, con Rito de
York) y la logia "Verdadera Iniciación nº23", de Buenos Aires (filial de la Logia
Simbólica Española de San Juan del Oriente de Barcelona; trabajaba desde l857 bajo
el Rito Moderno Francés), 2. La fundación de la Gran Logia El nacimiento de la Gran
Logia de Argentina se produjo en medio de los enfrentamientos de dos destacados
francmasones, ambos jurisconsultos: Miguel Valencia (1799-1870) que provenía de
una familia unitaria que había retornado del Brasil, luego de un extenso exilio, y José
Roque Pérez (1815-1871), un federal que había sido funcionario diplomático durante
el gobierno de Rosas. Ambos eran jurisconsultos. Valencia tenia poderes conferidos
por la masonería brasileña, ajena a la tradición argentina, y Pérez, relaciones
estrechas con la Gran Logia de Montevideo, que era el centro masónico fundamental
en el Río de la Plata.

Al retornar a Buenos Aires, Miguel Valencia mantuvo diferencias con José Roque
Pérez, creaando, a principios de 1857, el Gran Oriente de la Confederación
Argentina. Por su parte, José Roque Pérez y la amplia mayoría de los masones de la
época no querían una masonería unitaria sinoque pretendían otra que impulsara la
unidad nacional. En pocos meses, Pérez recorrió las tres logias que reconocían el
liderazgo de Valencia y lo dejó sin base de sustentación. Con las que le apoyaban
antes, y con las que se habían sumado a Valencia , Pérez fundó la actual Gran Logia
de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, que levanta columnas el 11 de
diciembre de 1857, con 7 Logias:

"Unión del Plata, nº 1" de Buenos Aires (29-12-1855; 9-3-1856).


"Confraternidad Argentina, nº 2", de Buenos Aires (24- 7-1856; 27-11-1856).
"Consuelo del Infortunio, nº 3"(12-2-1857; instalada 25-5-1857).
"Tolerancia, nº 4" (25-6-1857).
"Regeneración, nº 5" (1-7-1857).
"Lealtad, nº 6" (2-7-1857).
"Constancia, nº 7" (25-7-1857).

El cuadro inicial de Grandes Oficiales quedó así:


Pro Gran Maestre: Pedro Díaz de Vivar.
Gran Primer Vigilante:
Nicanor Albarellos.
Gran Segundo Vigilante: Santiago Rufino Albarracín.
Gran Orador: Eustaquio J. Torres.
Gran Secretario: Fernando Cruz Cordero.
Gran Tesorero: Federico Álvarez de Toledo.
Gran Hospitalario: Alejandro Brown.

Menos de dos años después de su fundación (según un cuadro de 25 de julio de


1859), la Gran Logia de Argentina contaba con casi 900 miembros y 15 Logias.

Además de las 7 ya citadas, funcionaban las siguientes:

"Sol de Mayo, nº 8" (24-8-1858) (ciudad de Buenos Aires).


"Verdadera Iniciación, nº 9" (ciudad de Buenos Aires).
"Fraternidad y Beneficencia, nº 10" (actualmente ―Unión y Amistad‖) (San Nicolás
de los Arroyos).
"Filantropía, nº 11" (ciudad de Rosario).
"Unión Italiana, nº 12" de Buenos Aires (24-12-1858).
"Obediencia a la Ley, nº 13" (ciudad de Buenos Aires).
"Verdad, nº 14" (ciudad de Mercedes).
"Dios y Libertad, nº 15" de Ranchos (hoy General Paz), provincia de Buenos Aires
(17-8-1859).
En las décadas siguientes se fundarán, o reconstituirán, otras nuevas logias, como
"Les Amie de la Verité, nº 16", "Unión, nº 17" (Rosario); "Asilo del Litoral, Unión y
Trabajo, nº 18", "Germania, nº 19", "Humanité, nº 20" , "Caridad, nº 22" (Santa Fe),
"Piedad y Unión, nº 34" (Córdoba), "Rectitud, nº 24" (Concordia), "Egalité, nº 31",
"Moralidad, nº 38" (Buenos Aires), "Luz del Sur, nº 39" (Tandil), "Libertad, nº 48",
"Rivadavia, nº 51" (Buenos Aires), "Unión y Filantropía, nº 56" (Gualeguaychú).
"Concordia, nº 59" (Gualeguaychú), "XV de Septiembre, nº 67" (Dolores) o "La
Plata, nº 80, de la ciudad de La Plata".

2. Las crisis de la primera mitad del siglo XX.

A la altura de los años 30 del siglo XX existían en la francmasonería argentina dos


organizaciones principales: la ―Gran Logia Argentina del Rito Escocés Antiguo y
Aceptado‖ y la ―Gran Logia Nacional Argentina‖. Pero funcionaban también una
Filial Hispano Argentina del G.O.E., la ―Gran Logia Provincial de Santa Fe‖, las
logias bajo jurisdicción del Rito de Menfis Mizraim y otras de ultramar, bajo la
jurisdicción de los Orientes de Inglaterra, Italia y Francia.

Hacia 1932 las logias de la Gran Logia Nacional ingresaron en la Gran Logia
Argentina del R.E.A.A; a finales de ese año, mediante el llamado ―Pacto de Unión‖,
también lo harán las logias de obediencia española. Pero dos años después se
producirá un nuevo cisma, liderado por un grupo de logias republicanas provenientes
de la ya desaparecida Gran Logia Filial, acompañadas por un importante número de
logias italianas de base librepensadora y algunas de la Gran Logia Argentina,
creándose provisionalmente la ―Gran Logia Federal Argentina‖, denominada luego
―Gran Oriente Federal Argentino‖ (GOFA). En 1957 se produjo la reunificación, al
fusionarse el GOFA con la Gran Logia.

LA MASONERÍA ARGENTINA EN LA ACTUALIDAD.

-Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones: Es la obediencia


mayoritaria. Dispone de un centenar de logias: 51 en Buenos Aires, 11 en el Gran
Buenos Aires y 40 en las provincias argentinas.
-District Grand Lodge of South America, Southern Division: De esta Obediencia
inglesa dependen algunos otros cuerpos masónicos asentados en países vecinos.
-Gran Logia Simbólica Argentina del Rito de Memphis-Mizraim: Tiene logias en
varias ciudades y dispone también de una Gran Logia Femenina de la República
Argentina del Antiguo y Primitivo Rito de Memphis y Mizraim.
-Orden Real de Heredom de Kilwinning: Comenzó su actividad a mediados de la
década de 1980. Sigue los planteamientos de René Guénon.
-Orden Masónica Mixta Internacional "Le Droit Humain": Instalada en Argentina
hace varias décadas, su actividad está regulada por la Jurisdicción Argentina de la
Orden "Le Droit Humain".
-Gran Oriente Federal de la República Argentina: Tiene cuatro logias en Mendoza y
tres triángulos.
-Alto Consejo Masónico de Argentina. Antigua y Honorable Fraternidad de Masones
Libres y Aceptados: Fundado el 20 de Julio de 2006 con Carta Patente de la Gran
Logia Regular de Inglaterra. Tiene cinco logias.
-Gran Logia Femenina de Argentina: Funciona desde hace varios años. Forma parte
de CLIPSAS
LA MASONERÍA: UNA INSTITUCIÓN ESENCIALMENTE FILOSÓFICA,
FILANTRÓPICA Y PROGRESISTA

Es Filosófica

Porque orienta al hombre hacia la investigación racional de la leyes de la Naturaleza;


invita al esfuerzo del pensamiento que va desde la simbólica representación
geométrica hacia la abstracción metafísica; busca la reflexión filosófica , la
penetración del sentido espiritual del movimiento de la Historia; contempla en cada
tiempo histórico las nuevas inspiraciones doctrinarias y asimila, de cada sistema
filosófico, lo que pueda significar el aporte al patrimonio de la Verdad abstracta, más
allá del tiempo y del espacio.

Es filantrópica

Porque practica el altruismo, desea el bienestar de todos los seres humanos y no está
inspirada en la búsqueda de lucros personales de ninguna clase. Sus esfuerzos y sus
recursos están dedicados al progreso y felicidad de la especie humana, sin distinción
de nacionalidad, razas, sexo ni religión, para lo cual tiende a la elevación de los
espíritus y a la tranquilidad de las conciencias, algunos apóstoles de la Orden han
expresado en frases sintéticas el espíritu ecuménico que anima a la Masonería: "Toda
la especie humana es una sola familia dispersa sobre la faz de la tierra; todos los
pueblos son hermanos, y deben amarse unos a otros como tales. "Desdichados los
impíos que buscan una gloria cruel en la sangre de su hermano!" (Ramsey, 1725).

Es progresista

Porque enseña y practica la solidaridad humana y la absoluta libertad de conciencia.


La Masonería tiene por objeto la búsqueda de la Verdad, desechando el fanatismo y
abordando sin prejuicios todas las nuevas aportaciones de la invención humana;
estudia la moral universal y cultiva las ciencias y las artes y no pone obstáculo alguno
en la investigación de la Verdad.

¿Es la Masonería una Religión?

La Masonería no está afiliada ni puede afiliarse a ninguna religión determinada.


Elevándose sobre toda clase de discusiones, ofrece a los amantes de la Verdad el
terreno más apropiado para la inteligencia mutua y la unión fraternal. No reconoce en
la investigación científica ninguna autoridad superior a la Razón Humana y rechaza,
por tanto, las verdades reveladas que aceptan las religiones positivas. Admite en su
seno a personas de todos los credos religiosos, sin distinción, siempre que sean
tolerantes y respeten todas las opiniones sinceramente profesadas; es decir: exentas
de fanatismos, egoísmos y supersticiones.

¿Es Tolerante la Masonería?

La Masonería es eminentemente tolerante y exige de sus miembros la más amplia


comprensión. Todos los masones, de cualquier país que sean y cualquiera que sea el
rito que profesen, constituyen una sola familia universal, porque la fraternidad
Humana es uno de sus principios y la tolerancia el principal de sus deberes. En la
Masonería caben todos los hombres libres y honrados y de buenas costumbres sin
distinción de razas, religión, ideas políticas y sociales, profesiones, categorías y
posición en el mundo profano.

He Aquí Algunas Máximas del Código Moral Masónico

 Quiere a todos los hombres como si fueran tus propios hermanos.


 Estima a los buenos, ama a los débiles, huye de los malos, pero no odies a
nadie.
 No adules a tu hermano, porque es una traición; si tu hermano te adula, teme
que te corrompa.
 Escucha siempre la voz de tu conciencia.
 Evita las querellas, prevé los insultos, procura que la razón quede siempre de tu
lado.
 No seas ligero en airarte, porque la ira reposa en el seno del necio.
 El corazón de los sabios está donde se practica la virtud, y el corazón de los
necios, donde se festeja la vanidad.
 Si tienes un hijo, regocíjate; pero tiembla del depósito que se te confía. Haz
que hasta los diez años te admire, hasta los veinte te ame y hasta la muerte te
respete. Hasta los diez años sé su maestro, hasta los veinte su padre y hasta la
muerte su amigo. Piensa en darle buenos principios antes que bellas maneras;
que te deba rectitud esclarecida y no frívola elegancia. Haz un hombre honesto,
antes que un hombre hábil.
 Lee y aprovecha, ve e imita, reflexiona y trabaja, ocúpate siempre en el bien de
tus hermanos y trabajarás para ti mismo.
 Sé entre los profanos libre sin licencia, grande sin orgullo, humilde sin bajeza;
y entre los hermanos, firme sin ser tenaz, severo sin ser inflexible y sumiso sin
ser servil.
 Habla moderadamente con los grandes, prudentemente con tus iguales,
sinceramente con tus amigos, dulcemente con los pequeños y eternamente con
los pobres.
 Justo y valeroso defenderás al oprimido, protegerás la inocencia, sin reparar en
nada de los servicios que prestares.
 Exacto apreciador de los hombres y de las cosas, no atenderás más que al
mérito personal, sean cuales fueren el rango, el estado y la fortuna.

Declaración de Principios

Son sus principios: La Libertad, la Igualdad y la Fraternidad


y su Lema: Ciencia, Justicia y Trabajo.

Se propone la investigación de la verdad, la perfección del Individuo y el progreso de


la Humanidad.

Considera que la moral es tanto un arte racional, como un fenómeno evolutivo propio
de la vida colectiva, que obedece a leyes naturales. Reconoce al Gran Arquitecto del
Universo como símbolo de las supremas aspiraciones e inquietudes de los hombres,
que anhelan captar la esencia, el principio y la causa de todas las cosas. Para el
esclarecimiento de la verdad, no reconoce otro límite que el de la razón humana
basada en la ciencia. Exige de sus adeptos la más amplia tolerancia y por ello respeta
las opiniones políticas y las creencias religiosas de todos los hombres. Reconoce que
todas las comuniones religiosas y políticas merecen igual respeto y rechaza toda
pretensión de otorgar situaciones de privilegio a ninguna de ellas en particular.

La Francmasonería, Institución esencialmente humana, trabaja sin tregua por el logro


de sus fines, buscando una más armónica estructuración de la vida sobre bases de
amor y de justicia social.

Viene actuando, por ello, desde el fondo de los tiempos, como el tenso resorte que
acelera la evolución teniendo en cada etapa de la historia una finalidad determinada
de acuerdo con las necesidades y aspiraciones del ambiente.

Flecha de un anhelo proyectado al porvenir, sus esfuerzos del pasado han contribuido
a los progresos que goza del presente. Aspira por la evolución y el esfuerzo
organizado de la sociedad al perfeccionamiento cada vez mayor de la instituciones
sociales, transformándolas en las que satisfagan, dentro de un régimen de libertad,
justos anhelos de mejoramiento.

Procura por todos los medios lícitos a su alcance, dignificar al hombre capacitándolo,
por un desarrollo superior de la conciencia, para el mejor y más amplio uso de sus
derechos y libertades.

Condena la intolerancia, abomina el fanatismo y declara su repudio por los regímenes


de fuerza y de violencia como contrarios a la razón y denigrantes para la especie.

Reconoce la fraternidad la condición primordial del género humano; es


substantivamente pacifista y considera a la guerra como un crimen horrendo.

Estima que el trabajo es un deber esencial del hombre, y como tal le dignifica y le
honra, sin establecer distingos ni categorías, pero juzga que el descanso es un derecho
y se esfuerza porque la vejez, la invalidez, la infancia y la maternidad gocen de los
beneficios del amparo al que son acreedores.

Libertad, Igualdad, Fraternidad

Libertad de la persona humana y de los grupos humanos ya sean instituciones, razas


o naciones, y en todos sus aspectos, es decir, libertad de pensamiento y de
movimientos.

Igualdad de derechos y obligaciones de los individuos y grupos humanos sin


distinción de religión, raza o nacionalidad.

Fraternidad de todos los hombres, y de todos los pueblos y naciones; porque todos
los seres humanos nacen libres e iguales en derechos y en dignidad. Un alto espíritu
de fraternidad inspira los actos de la Masonería.

Ciencia, Justicia, Trabajo


La Ciencia logra el esclarecimiento del espíritu y la jerarquización de los valores
intelectuales, así como la discriminación del saber humano, armonizando la
aspiración a la Verdad con el reconocimiento de las posibilidades del hombre. Es
fuente de modestia, cualidad que se opone al orgullo y al dogmatismo intelectivo que
muchas veces separan a los hombres.

La Justicia es necesaria para equilibrar las relaciones humanas y para educarnos en la


adaptación a las evoluciones sociales.

El Trabajo, que es condición fundamental de la existencia humana, debe ser para el


masón un mecanismo creador de vida espiritual. Por el trabajo, el hombre se dignifica
y se hace económicamente independiente dentro de la sociedad civilizada. En
síntesis: la Masonería postula el mejoramiento intelectual, moral y social del hombre
y el progreso de la sociedad humana; lograr una evolución dinámica del hombre y del
mundo sin menoscabar las tradiciones, la experiencia y los ritos del pasado, y olvidar
las pasiones y los interese materiales para alcanzar la serenidad del juicio y de acción
tan necesaria en los momentos decisivos de toda labor humana.

La Moral Masónica

La moral de la Masonería no está directamente ligada a ningún sistema filosófico, ni


a ningún credo religioso. La constituye el fondo común de preceptos universales que
enseñan al hombre a ser mejor y a amar a sus semejantes. En todas las religiones y en
todas las filosofías se encuentran escencias de una sabiduría elaborada por los más
grandes apóstoles y profetas de la Humanidad, inspirados en los más sublimes
sentimientos del corazón humano y empleados en las duras experiencias de la vida y
de la historia. La Masonería busca la solidaridad de los valores intelectuales, éticos y
estéticos para lograr la consistencia armónica de la conducta.

La Virtud Masónica

Masonería entiende por virtud la capacidad de hacer el bien en su más amplio sentido
y el cumplimiento de nuestros deberes para con la sociedad y la familia sin egoísmo
ni vanidad. La Masonería enseña a practicar la virtud como calidad suprema de la
moral y como lealtad de la conducta para el ideal, que debe conducir hasta el
sacrificio cuando sea necesario para el cumplimiento del deber. Considera la virtud
como una realización siempre perfectible, porque sabe que el hombre no es
inaccesible a las tentaciones y debilidades; pero el permanente esfuerzo del espíritu
se convierte en eficaz baluarte de la virtud.

El Deber Masónico

La Masonería entiende por deber el respeto hacia los derechos del individuo y de la
sociedad así como el estricto cumplimiento de las obligaciones que ello envuelve.
Pero también tiene el hombre sus deberes para consigo mismo. La Masonería induce
al hombre a ser fiel con sus ideales ajustando su conducta a los principios que
proclama. El deber masónico consiste en adoptar las normas de conducta adecuadas
en cada momento de acuerdo con la palabra empeñada, con el ideal proclamado y con
el bien por íntima decisión, llegando al sacrificio, sin necesidad del presiones
externas y aún en contra de obstáculos poderosos de orden exterior. El deber
masónico es la vocación inquebrantable del espíritu para la virtud.

La Masonería, ¿Es una Asociación Secreta ?

La Masonería no es hoy una sociedad secreta en cuanto a la Institución legalmente


constituida; las autoridades argentinas le tienen concedida la personería jurídica
desde el año 1879, y sus fines son igualmente conocidos por cuanto están
enumerados en los Estatutos aprobados por el Gobierno de la Nación y ampliamente
difundidos en diccionarios, enciclopedias y publicaciones históricas. Pero, en épocas
de cruenta persecución que en algunos paises se ha lanzado contra la Masonería, es
lógico que se hayan constituido grupos de masones discretamente reservados, lo
mismo que hicieron los cristianos perseguidos por el Imperio Romano. Sin embargo,
no es esta la verdadera motivación del llamado secreto masónico. Ese se refiere al
estudio e interpretación de los símbolos y ritos de la Orden, de los cuales surge la
utilidad de los trabajos realizados en las Logias. Recordemos que hay dos categorías
muy distintas de sociedades secretas: 1) Las organizaciones secretas (clandestinas)
políticas, cuya acción y ejercicio son de duración limitada y cuyos fines son
concretos. Nada tienen que ver con la Masonería. 2)Las sociedades iniciáticas que de
ningún modo intentan ocultarse, pero cuyo secreto consiste en reservar el
conocimiento de los ritos y ceremonias a los iniciados porque se trataba de un método
de perfeccionamiento espiritual. La Masonería es, por excelencia, una sociedad
iniciática.

La Masonería y la Política

La Masonería no es una asociación política ni puede confundir su actividad con la de


ningún partido político; pero el masón no debe estar al margen de los grandes
problemas políticos de los pueblos y del mundo entero. En el seno de la Orden
Masónica conviven hombres de diversos partidos y de diversas concepciones
sociológicas mientras sean respetuosos y democráticos.

A la influencia de la Masonería y de sus miembros se deben los grandes movimientos


libertadores de Europa y América. La propia Revolución Francesa estuvo muy
empapada de los principios masónicos, encarnados en la misma fórmula que todavía
irradia luz con la trilogía de IGUALDAD, LIBERTAD, FRATERNIDAD.

El masón conserva fuera de la Logia toda su libertad de ciudadano y puede dedicar el


ardor de su entusiasmo al servicio de sus ideales. En la Argentina, la Masonería y sus
miembros dilucidaron las dudas y erigieron los pedestales en que la conciencia
pública venera las figuras inmarcesibles de San Martín, Belgrano y Rivadavia. Fue la
Masonería Argentina la que consiguió el apaciguamiento definitivo de las luchas
internas después de Caseros y hasta la organización Constitucional y la federalización
de Buenos Aires. Los Masones argentinos lucharon contra la fiebre amarilla,
asistieron a los heridos del Paraguay (creando así la Cruz Roja Argentina),
promovieron las leyes del registro civil y del matrimonio civil, y desde hace décadas
predica la equiparación de los derechos de la mujer además de otras numerosas obras
de asistencia social y cultural.
Los Hombres Ilustres en la Masonería

Consultando la Historia de la Humanidad se adquiere el convencimiento de que la


Masonería es una de las Organizaciones que más ha contribuido al progreso moral,
intelectual y social de los pueblos. Ninguna ha realizado trabajos y sacrificios tan
importantes ni ha sido tan perseguida por los déspotas, fanáticos y enemigos de la
luz. Pero ninguna sociedad ha reunido en su seno a tantos hombres ilustres que más
se han distinguido como estadistas, filósofos, artistas, científicos, militares, etc. en
todos los paises del globo.

Han sido masones: Filósofos como Voltaire, Goethe y Lessing; músicos como
Beethoven, Hayden y Mozart; genios rectores como Federico el Grande, Napoleón,
Garibaldi, Martí, Miranda, Cavour y Bolívar, poetas como Byron, Lamartine y Víctor
Hugo; escritores como Castelar, Bacon, Mazzini y Kipling; científicos como Lalande,
Condorcet y d´Alembert, etc.

También han pertenecido a la Orden Masónica algunos ilustres prelados católicos,


entre otros: el cura Hidalgo, paladín de la libertad mejicana; el padre Calvo, fundador
de la Masonería Centroamericana; el Doctor Ramón Ignacio Méndez, arzobispo de
Venezuela, y , en la Argentina, Julián Segundo Agüero, Aurelio Herrero, Pedro
Perdriel, Cayetano y Gregorio Rodriguez, Santiago Figueredo y muchos otros.

Masones Ilustres Argentinos

He aquí algunos de nuestros antecesores ilustres que han honrado la Masonería


Argentina, cuyos pasos tratamos de seguir.

Sorprenderá a muchos comprobar que militaron en ella, al igual que ahora, la más
destacadas figuras de la nacionalidad.

José de San Martín, quien nos dio patria y libertad. Manuel Belgrano, creador de
nuestro pabellón nacional. Vicente López y Planes quien nos legara el Himno
Nacional.

En la nómina de los presentes en la Convención Nacional Constituyente de 1860


(reformadora de la Constitución de 1853) buena parte de los miembros firmantes del
despacho, eran masones. Así Mariano Fragueiro (su presidente), Domingo F.
Sarmiento, José Benjamín Gorostiaga, Nicasio Oroño, José María Gutierrez, Irineo
Portela, Salvador María del Carril, José Francisco Seguí, José Mármol, Benjamín
Victorica, Wenceslao Paunero, Nicanor Albarellos y el de los actores directos:
Bartolomé Mitre, Santiago Derqui y al Gral. Urquiza, también masones.

Formaron parte del máximo tribunal argentino, Suprema Corte de Justicia, Salvador
María del Carril, José Barros Pazos, José Benjamín Gorostiaga, José Figueroa
Alcorta, Benjamín Victorica, Antonio Bermejo, Roberto Repetto y Antonio Sagarna.

Masones fueron varios presidentes de la República Argentina:


Rivadavia, López y Planes, Urquiza, Santiago Derqui, Bartolomé Mitre, Sarmiento,
Juárez Celman, Pellegrini, Manuel Quintana, Figueroa Alcorta, R. Sáenz Peña,
Victorino de la Plaza, Hipólito Yrigoyen, Agustín P. Justo.

Prestigiaron nuestro Congreso Nacional: Leandro N. Alem(ex-Gran Maestre),


Aristóbulo del Valle, Joaquín Castellanos, Emilio Gouchón(ex-Gran Maestre),
Belisario Roldán, Luis María Drago, Valentín Alsina, Delfín Gallo, Juan Balestra,
Carlos Conforti, Juan Luis Ferrarotti y Lisandro de la Torre, en unión de cientos de
otros legisladores masones.

Fueron masones los bardos de nuestra poesía gauchesca: Hilario Ascasubi, Estanislao
del Campo y José Hernández.

Dentro de la cultura, la literatura y el pensamiento argentino recordamos a : Eduardo


Wilde, Olegario V. Andrade, Onésimo Leguizamón, José Mármol, José María Ramos
Mejía, Eugenio Cambaceres, Joaquín V. González, Agustín Alvarez, Leopoldo
Lugones, Alejandro Korn, José Ingenieros, Diego Fernandez Espiro, Esteban
Echeverría, Miguel Cané, Santiago Fitz Simón, Juan J. Garcia Velloso, Eusebio
Gómez.

En las ciencias y la educación, encontramos a hombres como : Florentino Ameghino,


Nicanor Albarellos, Manuel Augusto Montes de Oca, José María Moreno, Martín
Spuch, Lucio V. López, Manuel Ricardo Trelles, Antonio Zinny, Amancio y Diego
Alcorta, Eugenio Bachmann, Samuel Gache, José María Gutiérrez, Ricardo
Gutiérrez, Guillermo Rawson, Alejandro Rosa, Eduardo L. Holmberg, Cristóbal
Hicken, Eliseo Cantón, Carlos Durand. José Penna, Cosme Argerich, Ignacio
Pirovano, Telémaco Susini, Carlos F. Melo, Rodolfo Rivarola, Víctor Mercante,
Rodolfo Senet, Pedro Scalabrini, Pablo Pizzurno, Manuel Hermenegildo
Langenheim, Manuel José Langenheim y César S. Langenheim.

Entre los cultores de las artes plásticas y pictóricas debemos mencionar a: Prilidiano
Pueyrredón, Ignacio Manzoni, Carlos F. Pellegrini, Martín Boneo, Rogelio Yrurtia,
Ernesto de la Cárcova.

Entre los autores y actores del teatro rioplatense sólo citaremos los nombres de
Florencio Sánchez, Emilio Onrubia, Roberto Casaux, Enrique García Velloso y
Enrique Muiño.

Algunos de los militares y marinos que pertenecieron a la Masonería: Nicolás Vega,


Juan Gelly y Obes, Wenceslao Paunero, Emilio Mitre, Félix Benavidez, Donato
Alvarez, Bartolomé Cordero, Mariano Cordero, Luis Cabassa, Julio Fonrouge,
Eduardo Broquen, Emilio Conesa, Rudecindo Roca, Nicolás Levalle, Eleodoro
Damianovich, José María Galán, Pedro Mallo, Rosendo María Fraga, Teodoro
García, José L. Garmendia, José M. Francia, Eduardo Racedo, Zacarías Supisiche,
Guillermo Brown, Francisco J. Reynolds, Joaquín Viejobueno, Luis Piedrabuena,
Luis Pi, Erasmo Obligado, Clodomiro Urtubey, Martín Rivadavia, Santiago J.
Albarracin, Enrique Howard, Juan A. Golfarini, José Murature, Carlos O´Donnel.

Palabras Finales
Es fin esencial de la Masonería, el perfeccionamiento integral de cada uno y de todo
los masones. Principio normativo de esa ética es conservar la objetividad en todo
momento, apartando los odios y buscando la solución racional de los problemas. Es
por eso que los masones, como tales, no irrumpimos a la vida pública en corporación,
sino cuando se hace necesaria nuestra acción conjunta para atemperar los espíritus y
fijar la senda del progreso dentro de la fraternidad y convivencia humana.

Orígenes de la Masonería Argentina

Viajeros, comerciantes, militares, intelectuales procedentes de Inglaterra, España,


Francia y Portugal, difundieron las logias en América del Sur. En Buenos Aires, las
primeras noticias de la hermandad se remontan a fines del siglo XVIII. La primera
logia en territorio argentino fue la "Logia Independencia", con protocolos de
autorización otorgados por la Gran Logia General Escocesa de Francia. Dicha
autorización data aproximadamente de 1795 y su sola denominación acusaba en sus
integrantes una concepción autonomista para las tierras americanas.

Según refirió Francisco Guilló en su libro Episodios patrios, la logia funcionaba en


un semiarruinado caserón, donde tiempo atrás el presbítero Juan Gutierrez Gonzalez
y Aragón había levantado la Capilla de San Miguel, que posteriormente fue
abandonada ante las dificultades que los grandes zanjones oponían para que los
feligreses pudieran llegar a ella durante y después de las lluvias.

Por lo que toca a la "Logia Independencia", con ese nombre apareció otra logia,
presidida por Julián B. Alvarez, en 1810, y es probable que no haya tenido
continuidad con la homónima anterior. Esta logia dirigida por Alvarez es la que
suministró los elementos básicos para la constitución de la Logia Lautaro, con la cual
se inició el historial más importante de la masonería en la Emancipación

El historiador Juan Canter negó la existencia de la "Logia Independencia", pero el


coronel inglés Santiago Florencio Burke masón confesó, conto que cuando se fue de
Buenos Aires, en 1809, fueron a despedirlo "un número de las principales personas
del lugar, mis viejos amigos de Independencia", refiriéndose indudablemente a la
logia.

Lappas refutó a Canter sosteniendo que "contrariamente a las afirmaciones


contundentes de eruditos historiadores, hemos podido comprobar como cierta la
existencia en Buenos Aires de una Logia denominada "Independencia", fundada a
fines del siglo XVIII y que obtuvo Carta Constitutiva de la Gran de Loge Generale
Ecossaise de France, cuerpo este que fue absorbido el 8 de enero de 1805 por el Gran
Oriente de Francia, quedando la antes mencionada Logia en libertad de acción sobre
su futuro".

Desde luego, existe en el tema masónico una enorme dificultad para lograr
documentos y pruebas fehacientes. Esto es por la propia naturaleza de las sociedades
cerradas o secretas, a lo que se suman las políticas represivas de particular violencia
que se han empleado en su contra, al constituirse en baluarte de la revolución
democrático-burguesa contra el absolutismo.
Lo ha señalado el español Miguel Morayta quien, al escribir la primera historia
sistemática de la masonería peninsular, decia: "La historia interna de la masonería
española no se ha escrito aún y seguramente no se escribirá nunca; faltan y faltaran
siempre los documentos del caso necesario. Durante muchos años las logias no
extendieron actas de sus tenidas, ni firmaron siquiera expedientes de iniciación, se
hacía indispensable no dejar rastros de sus actos. ¿Cómo, sin existir archivos narrar
las vicisitudes de la Orden? Más hacedero, si bien no del todo fácil, es historiar sus
manifestaciones externas, sus actos públicos, es decir, sus trabajos intentados o
cumplidos en el mundo profano".

Morayta sostuvo esta tésis después que la historiografía había comenzado a efectuar
una severa crítica a la manía documentalista. Los documentos son importantes, pero
mucho más lo es la facultad de comprensión del historiador. E1 eminente Leopoldo
von Ranke lo explicó al señalar que la misión del historiador "no consiste tanto en
reunir y acoplar hechos como en comprenderlos y explicarlos. La historia no es,
como algunos piensan, obra de la memoria exclusivamente, sino que requiere ante
todo agudeza y claridad de inteligencia. No lo pondrá en duda quien se dé cuenta de
cuán difícil es distinguir lo verdadero de lo falso y escoger entre muchas referencias
la que pueda ser considerada como la mejor, o quien conozca aunque sólo sea de
oídas aquella parte de la crítica que tiene su asiento en los aledaños de la histografía".

Bibliografía

La Masonería
Política y Sociedades Secretas
Emilio Corbière
Editorial Sudamericana
Páginas 162, 163, 164.
Quiénes son, qué actividades realizan y cuáles son los valores y las tradiciones que
mantienen vivas después de siglos. Explican la relación con la Iglesia Católica y la
separación de las mujeres

Existe un gran velo de misterio que rodea a las logias masónicas. El carácter secreto
impuesto hace siglos, en gran medida para protegerse de quienes los perseguían, y la
excomulgación que la Iglesia Católica impuso a todos los miembros produjeron en
gran parte de la sociedad un cierto resquemor. En Santa Fe existen en la actualidad
tres logias –una de las cuales trabaja de manera ininterrumpida desde hace más de
120 años– cuyos integrantes han aportado algunos de los cambios más importantes en
la construcción de un Estado progresista.

Desde que la masonería apareció en Europa a fines del siglo XVII poco ha cambiado.
Se siguen manteniendo los rituales de iniciación, la defensa del laicismo, la búsqueda
constante del conocimiento y las jerarquías dentro del templo. Sin embargo, desde
hace algunos años, a nivel nacional, se promueve uno de los cambios más
importantes para los masones, asumirse como tales ante el resto de la sociedad.
Aunque sigue siendo voluntad de cada masón dar a conocer su condición en ―la vida
profana‖ (todo lo que sucede fuera del templo y los encuentros masónicos).

La historia está plagada de conquistas impulsadas por masones. En la Argentina hay


que partir desde la lucha por la independencia hasta la creación de escuelas públicas,
entre otros tantos avances. Entre los cambios que promovieron los masones en Santa
Fe hay que destacar la creación del Registro Civil y el Cementerio municipal.
Además participaron activamente en la creación de la Universidad Nacional del
Litoral y del Colegio Nacional.

Hoy la labor sigue teniendo los mismos horizontes: libertad, igualdad y fraternidad.
Los masones santafesinos son hombres vinculados a la militancia y los cargos
políticos, así como también profesionales de diferentes campos del conocimiento que
trabajan desde sus campos en pos de los valores masónicos.

Sin embargo, hay deudas pendientes. Pese a los avances y la defensa de la igualdad,
en la Argentina no existen logias mixtas y hace muy poco tiempo que comenzaron a
funcionar las primeras agrupaciones de mujeres (una en Buenos Aires y la otra en
Mendoza), que dependen de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados
Masones.

Los inicios de la Nº 99

El presidente de la Logia Armonía –que fue fundada el 25 de enero de 1890 y lleva el


número 99– se llama Daniel y, pese a que sus allegados saben que es masón, prefiere
que su apellido no sea publicado. ―Cada uno decide cuándo y hasta qué punto quiere
hacerlo público‖, indicó. En la sede histórica de las logias –sobre calle 9 de Julio,
frente a la plaza San Martín– hay una biblioteca que está siendo restaurada y donde se
guarda gran parte de la historia de la masonería local.

Pero la parte más interesante del inmueble se halla detrás de las estanterías: el templo.
El recinto conserva la distribución que requiere la simbología masónica y está
adornado con espadas e inscripciones antiquísimas. Allí se realizan las tradicionales
ceremonias.

―Surgió como una logia de inmigrantes con la impronta que dejó de la Generación del
80. Nació a partir de la inquietud que tenían los inmigrantes de tener un espacio de
encuentro para poder cultivar algunas cuestiones que tenían que ver con la libertad, la
igualdad y la fraternidad‖, comentó Daniel.

La logia Armonía con 120 años nunca batió columnas, o sea, nunca dejó de
funcionar. Aunque fue variando en la cantidad de miembros. Las otras dos logias que
existen en la actualidad son Estrella del Progreso –fundada por Nicasio Oroño, que
volvió a la actividad hace algunos años– y Alicia Moreau de Justo.

―Revisando el Libro de Oro, encontramos que personalidades como Luis Bonaparte,


Alejandro Grüning Rosas, Raúl Villaroel (que donó casi toda la biblioteca y fue uno
de los fundadores del Colegio Nacional). Alcides Greca y Baldomero Banús
formaron parte de la logia‖, comento el presidente de Armonía.

Según indicó el maestro masón, la logia crece a partir de que sus miembros entienden
que en Santa Fe faltaba ese espacio de libertad y, sin oponerse a la cuestión católica,
buscaban un espacio laico, prescindente en materia religiosa.

La iniciación y los requisitos

En la actualidad tomar contacto con las logias masónicas se ha vuelto mucho más
sencillo, no así el ingreso que sigue suponiendo que el aspirante comparta los ideales
de ese grupo. Al entrar en internet se puede acceder a los sitios web de las diferentes
logias donde existen formularios on line. Una vez completo, la logia envía un
cuestionario que el aspirante (tiene que ser mayor de 18 años) debe completar y
devolver. Si supera esa instancia, luego comienza el camino dentro de la masonería
que será para toda la vida.

Respecto al formulario que deben completar, el masón comentó que se busca tener
información ―acerca de cuestiones que tienen que ver con las ideas y la existencia
para ver el perfil del candidato. Después hay una iniciación por la que hemos pasado
todos porque ésta es una institución filosófica, filantrópica, progresista e iniciática‖.

Daniel no quiso brindar detalles sobre los ritos porque pertenecen al secreto masónico
que juró cuidar. Sin embargo aclaró que ―no tienen nada que ver con sacrificios de
humanos, ni de gallinas, ni de corderos. No hay sangre (risas). Antiguamente se decía
que se le imprimía a los miembros masónicos una marca con un hierro caliente pero
son leyendas, no pasa nada de eso‖.

Los masones pagan una cuota mensual con la que mantienen las instalaciones y un
hogar de niños y adolescentes en Máximo Paz (Buenos Aires), una institución que
sostienen los masones de todo el país. Además, como se trata de una organización
filantrópica, después de cada encuentro lo miembros de la logia Armonía realizan una
pequeña colecta entre ellos y lo recaudado se entrega a una mujer que tiene ocho
hijos. ―No es mucho lo que juntamos, pero ayuda‖, indicó Daniel.

En cuanto a las condiciones que tienen que reunir quienes quieran ser aceptados,
indicó que deben tener la capacidad de entender la enseñanza simbólica que poseen,
ya que la masonería enseña, entre otras cosas, a través de los símbolos.

Uno de los mitos que rondan ese tipo de sociedades es la posibilidad de heredar la
membresía. Sin embargo, en la actualidad no es demasiado común que los padres
decidan iniciar a sus hijos en las logias a no ser que los mismos expresen la voluntad
de hacerlo y cumplan los requisitos planteados.

Una vez que se es aceptado como masón existe una jerarquía en la que puede ir
avanzándose en función del estudio y el trabajo para comprender las enseñanzas
simbólicas de la francmasonería. Se inicia como aprendiz, luego se puede ser
compañero y llegar a maestro. Para los que desean seguir creciendo existen grados de
perfeccionamiento que van del cuatro al 33.

Los encuentros

Las Tenidas masónicas (nombre que reciben las reuniones de la logia) se realizan de
manera periódica y están divididas en tres etapas. Primero se realizar una tertulia en
el Salón de los Pasos Perdidos. Luego comienza el Taller con presentación de
Planchas –escritos que presenta cada hermano, se ponen a consideración de los demás
y se debaten; se llaman así porque en la antigüedad eran talladas, hoy usan páginas
impresas en computadora–; y el tercer espacio es un Banquete Fraternal.

Durante todos los encuentros, los masones visten de manera tradicional. Traje y
corbatas negras sobre los que se colocan un cuello con una medalla y un mandil, que
es el símbolo del trabajo.

―En el taller trabajamos sobre cuestiones que tienen que ver con lo que nos rodea.
Muchos de los que integramos el cuadro somos militantes y dirigentes políticos o
sociales. También hay intelectuales, escritores, científicos, médicos y otros
profesionales. Lo que permite el ritual masónico es que personas con distintos
caracteres puedan reunirse en un mismo espacio y discutir en un ámbito de respeto,
tolerancia y confraternidad‖, indicó.

La mayoría de los temas que se analizan en el Taller no se expresan desde la


institución a la sociedad, sino que se busca que cada masón –enriquecido en su
conocimiento por los demás– trabaje desde su campo en la vida profana.
―Hemos hecho pronunciamientos en muy raras ocasiones como la reforma del
sistema de educación y otras cuestiones que son muy sensibles para la sociedad. En el
resto de los temas trasladamos la impronta de carácter masónico a nuestra labor en la
comunidad‖, comentó.
Y en cuanto a la línea con la que se analizan los diferentes temas agregó: ―Nosotros
vemos que en el espacio público no se puede tratar de imponer una imagen que tenga
que ver con una religión determinada, cualquiera sea. Vemos que muchas veces se
invade el espacio público con cuestiones que tienen que ver con la simbología
religiosa de un sector determinado y eso puede causar alguna inquietud en quienes no
profesan esa religión‖.

La relación con la Iglesia

Los referentes del catolicismo han condenado durante siglos a quienes se asumen
como masones y aún hoy son excomulgados. Pronunciamientos de la Iglesia desde
1793 hasta 1960 remarcan que quienes forman parte de las logias no pueden
pertenecer a esa religión.

Daniel comentó que hay muy pocas razones por las cuales se le impediría a alguien
ser masón, pero la religión no es una de ellas. ―Si el candidato tiene un perfil
autoritario o defiende extremos políticos como el stalinismo o el nazismo no puede
pertenecer a ninguna logia. Pero nosotros tenemos católicos practicantes y personas
de otras religiones‖, indicó y agregó que la excomunión es un decreto de la Iglesia
Católica que los excluye de participar en las misas y sacramentos.

Sobre las relaciones actuales indicó que se dan en la superestructura, del Gran
Maestre Jorge Clavero con el cardenal Bergaglio. Y agregó que en Santa Fe no se
busca el diálogo pero que se respetan ―todas las ideas, creencias y valores que el ser
humano tenga. No tenemos por qué oponernos a la religión, sólo sostenemos la
separación del Estado‖.

La mujer, aún excluida

Pese a sus ideales progresistas y de igualdad, la masonería argentina tiene todavía una
deuda pendiente con las mujeres. Si bien hace poco tiempo se iniciaron dos logias
femeninas en el país, aún está en debate el papel de las mujeres dentro de la
masonería y la posibilidad de que las logias sean mixtas. El debate se da porque la
corriente masónica que se adoptó en el país no permite su incorporación y sería
necesario hacer modificaciones.
Hay otros orientes –nombre que se le da a las grandes regiones donde hay logias,
generalmente incluyen a todo un país– donde se acepta a las mujeres. Algunos
ejemplos son Francia, Uruguay y Chile (se dice que Michelle Bachelet es masona).

―No hay resistencia (a la integración de la mujer) pero es tema de debate. Hay que
esperar los tiempos que no son los de la vida profana‖, manifestó el maestro.

El secreto y la responsabilidad

—¿Qué significa ser un masón hoy?

—Hay cuestiones que quedaron inconclusas en la historia. Trabajar por la igualdad,


por la inclusión social y tratar que las 100.000 personas que están en la pobreza
puedan integrarse socialmente. Eso es ser masón hoy, defender las libertades. Por
ejemplo, hoy la ley del matrimonio igualitario permite tener más libertad. Si bien la
masonería no tomó una determinación por esa ley en particular, individualmente
todos trabajamos un poco para transmitir a nuestros legisladores argumentos que
permitan propiciar esa normativa. Por otro lado, la educación siempre fue un desvelo
de la masonería. La ley Nº 1.420 fue propiciada por la logia docente que levantó
columna (volvió a funcionar) recientemente en Buenos Aires y que integró Leandro
Alem. Uno ve la educación hoy y se percibe que lo público se deteriora. Eso nos
produce una profunda angustia pero, por otro lado, nos renueva el compromiso por
restablecer la lucha por la excelencia de la educación pública. Un lema importante es
Ciencia, Trabajo y Justicia, entonces propiciamos el desarrollo científico. Todo eso es
ser masón hoy.

—De un tiempo a esta parte se ha dado una apertura para mostrarse al resto de la
sociedad y dejar de ser una sociedad secreta. ¿Qué ha cambiado?

—Después de 27 años de democracia, sin dudas que en la Argentina se puede trabajar


con mayor libertad. Porque los gobiernos totalitarios a los primeros que persiguen es
a los que presentan una oposición. Durante el nazismo los masones fuimos
perseguidos, Franco en España y Stalin en Rusia hicieron lo mismo. Sí queda en pie
la masonería en Cuba porque José Martí, el ícono de la cultura cubana, era hermano.
Fidel Castro no pudo contra la masonería cubana porque tenía una impronta
demasiado fuerte y estaba muy irradiada en toda la cultura. Por eso hoy es una
decisión individual dar a conocer que se es masón. Es una tendencia que está
tomando fuerza.

La mirada sobre la actualidad

—En los Talleres ¿hay coincidencia con las políticas a nivel nacional?

ada compañero tiene la libertad de pensar y analizar la realidad según sus criterios.
Pero en general no vemos con mucha simpatía alguna escalada autoritaria del
Gobierno Nacional. Vemos que se intenta concentrar demasiado el poder y no
respetar a las instituciones. Preferimos al respecto a la Justicia, la división de poderes.
Son cuestiones que nos preocupan y debatimos.

—¿Y a nivel provincial?

—Tenemos buena relación con las autoridades provinciales y municipales. Se ve una


buena gestión dentro de los límites que tiene.
La masonería es una sociedad filantrópica, filosófica y progresista. Sus objetivos son:
la exaltación y el perfeccionamiento de las más elevadas virtudes humanas.
La Orden asienta sus principios en los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad y
considera que el hombre puede alcanzar su realización a través de la Ciencia, la
Justicia y el Trabajo (trilogía que constituye su lema). Estos ideales, que en el seno de
nuestra Institución no sólo se expresan sino que se hacen realidad, fueron los que
inspiraron a hombres de todos los tiempos a la hora de enfrentar y combatir
regímenes opresores, despóticos o que negaban la dignidad de la condición humana.
Valiéndose de una tradición iniciática compuesta por símbolos y alegorías, el
lenguaje masónico trata de operar en lo profundo de la conciencia para sacar a la luz
aquellos arquetipos que distinguen a los hombres cabales. De esta forma la Masonería
se erige en defensora del progreso de la humanidad, y se manifiesta acérrima enemiga
de la ignorancia, el fanatismo y la codicia.
La ciudad de Santa Fe no escapó a las corrientes políticas que actuaron en la
Revolución de Mayo. Pareciera -según Lappas- que algunos de los integrantes de la
Logia Lautaro "formaron con posterioridad a 1812 las "lautarinas o lautarias" de las
ciudades de Santa Fe, Córdoba y Mendoza, en la Argentina" para proseguir luego en
Santiago (Chile) y en Lima (Perú) su labor propagandística en favor de la
Independencia. Fuera de este dato aislado, durante la época de las luchas civiles no
hay noticias de la existencia de ninguna logia, política o masónica. Es recién después
de Caseros cuando comienzan a proliferar estas asociaciones, imbuidas por el espíritu
liberal imperante.

En 1857 surge la llamada Gran Logia de la Argentina, fundada en la ciudad de


Buenos Aires, constituida por la unión de las logias Unión del Plata, Confraternidad
Argentina, Consuelo del Infortunio, Tolerancia, Regeneración y Lealtad y
Constancia. Esta Gran Logia, entonces presidida por el Dr. José Roque Pérez, ha
perdurado hasta nuestros días. Figuraron entre sus presidentes, Domingo Faustino
Sarmiento, Bartolomé Mitre, Vicente Fidel López y Leandro N. Alem. Y entre los
Pro Gran Maestre, Leopoldo Lugones.

En Santa Fe, después de Pavón se logra fundar -en 1864- una logia denominada
"Estrella del Progreso N° 21". Uno de sus propulsores -o fundadores- fue Nicasio
Oroño. Este gobernante, al parecer, había ya actuado, siendo joven, en la formación
de algunas logias en la ciudad de Rosario. Durante su gobierno -como es sabido- la
sanción de las leyes de matrimonio civil, de cementerios públicos y el decreto de
crear una escuela de agronomía en el convento de San Carlos (San Lorenzo),
provocaron un largo pleito de carácter político-religioso. Con este motivo el obispo
Gelabert manifestó que el gobernador había incurrido en la pena de excomunión.
Oroño, por su parte, declaró mediante un decreto, como atentatoria a la soberanía
provincial y nacional la protesta formulada por el obispo, ordenando que los
antecedentes fueran remitidos a la justiFue su principal iniciador el Ilustre H. de
Caminos, como así también su primer Venerable Maestro. Esta fecha (12 de julio de
1889) es considerada como la de la primera "tenida" (así llaman a sus reuniones)
teniendo carácter ordinaria.

A este periodo de "inconstitución" sigue el definitivo, es decir, cuando el Gran


Oriente establece la fecha mencionada como de la fundación o establecimiento oficial
del Taller. Sus primeras autoridades fueron las siguientes: Venerable Maestro, D.
Ignacio de Caminos; Francisco Vitali, como primer Vig.; N. Schiaffino, como 2°
Vig.; Hermenegildo Basualdo, como Orador; Andrés Socias, Secretario; Juan Meldi,
Tesorero; Pedro Petersen, Hospitalario; y José Lecour, Guardador de Sellos. El 25 de
enero de 1890 este Taller, obtuvo su regularización y carta constitutiva. El 6 de enero
de 1898 tuvo lugar la ceremonia de la colocación de la piedra fundamental del
templo. Presidió el acto el Pod. H. Juan W. Richards (Grado 30); y el 24 de julio fue
inaugurado el templo y el primitivo edificio social, situado en calle 9 de Julio 523,
frente a la plaza San Martín (lugar que ocupa actualmente, desde hace casi un siglo).

En 1890 se crea, apoyado por la logia, un centro denominado Bernardino Rivadavia,


y posteriormente un instituto cultural o ateneo. En octubre de 1891 se reúnen en
sesión especial para recibir al "Ilustre H."Leandro Alem, quien llegó a Santa Fe en
una de sus giras partidarias. En setiembre de 1894 los H.H. Juan W. Richards y
Tomás de Panfils compran a su nombre, pero con destino a la logia, el terreno donde
estaba el templo, en la suma de 6.000 pesos, aprobándose la compra. En 1895 y 1896,
juntamente con las logias Unión y Trabajo de Paraná y las de Rosario, Esperanza, Sa
Pereira, Reconquista y Cañada de Gómez se apoya un proyecto de ley de D. Nicasio
Oroño relacionado con el Registro Civil. Al comenzar el siglo la logia Armonía, N°
99 colabora eficazmente con el grupo de hombres fundadores del Espíritu Nuevo,
órgano periodístico de "El Libre Pensamiento", de reciente creación, que congrega -
como lo dice el rótulo de la institución- a los librepensadores de la época. En el grupo
fundador y redactor del nuevo periódico se observa la presencia del Dr. Raúl
Villarroel, Luis Bonaparte, Dr. Mariano Quiroga, Dr. Horacio Rodríguez, Juan Julián
Lastra, Víctor Pesenti, Carlos Alberto Leumann, Pro. José Amavet, Dr. Eduardo
Gschwind, Dr. Miguel Trucco y Félix Barreto, entre otros. Se suman al grupo
librepensador, numerosos egresados del profesorado de Paraná, y dirigentes de los
movimientos obreros, sindicalistas, anarquistas y socialistas sólo alguno de ellos
formaron parte de la logia masónica. Según los datos que se consignan en el "Álbum
Biográfico de los Libres Pensadores de la República Argentina" editado por el
periódico racionalista "El Progreso" en 1910 (Buenos Aires), la logia Armonía, N° 99
de nuestra ciudad, participó en la concreción de numerosas obras de bien público,
destacándose entre ellas, la colaboración prestada para la creación del Colegio
Nacional, la Escuela Normal, el hospital Italiano, la Sociedad Roma Nostra, la
Universidad Nacional del Litoral y a otras obras de beneficencia en general.

La logia santafesina, también actuó con motivo de la sanción de la Constitución de


1921 en nuestra provincia. En efecto: en la sesión del 15 de marzo de ese año,
reunida Santa Fe la Convención Constituyente, se dió lectura a una nota presentada
por aquel Taller. Decía el acta: "La Logia Armonía de la capital de la provincia
solicita la desvinculación de la Iglesia Católica con el Estado; se concedan derechos
políticos a la mujer; se liberalicen los derechos electorales de los extranjeros; se
mejore el régimen del trabajo para beneficio del obrero, y se desligue a la justicia de
toda finalidad política". Apoyó también la logia otros pedidos formulados por la
Biblioteca Popular Monteagudo, el Centro Provincial de Libre Pensamiento, la logia
Unión y Libertad del Rito Escocés de Rosario, la Liga de Libre Pensamiento Comité
Nicasio Oroño de San Lorenzo y otras logias provinciales.

A principios de siglo, 1905, para ser más exactos existían en nuestra ciudad tres
logias masónicas: Armonía, Verdad y Vida Nueva. A este último Taller pertenecían
los hermanos Bonaparte, el Dr. Villarroel, Coria, Gimelli y Vitali (según un recorte
periodístico de ese año). También en 1905 tuvo lugar una interesante fiesta, con la
cual los masones suelen celebrar el solsticio de invierno. Estuvieron presentes las tres
logias mencionadas. El H. Repeto representa al Taller Verdad y el H. Vitali a
Armonía. Alrededor de 80 comensales asistieron a la fiesta, servida por la confitería
Los Chinos -dice el diario- "celebrando los progresos de la idea liberal". Hace un
tiempo, hubo invitados a visitar el local que ocupa el Taller de calle 9 de Julio, frente
a la plaza San Martín, presidido, entonces, por el V.M.H. Juan de Dios Ramos (33°).
La sede contaba con una nutrida biblioteca, formada sobre la base de una importante
donación de libros del Dr. Raúl Villarroel. Lo que más le llamó la atención a los
visitantes, fue el salón -o templo- destinado para las "tenidas" o reuniones, donde se
podía observar una serie de objetos ceremoniales, cuyo uso proviene de las antiguas
logias de la Edad Media. Cada cosa, desde el cielo raso hasta el piso, como así
también el mobiliario, obedecen a una particular simbología -como es la disposición
de todo en torno del número 3-; y cada objeto ubicado en un determinado lugar, tiene
su razón de ser. Otros símbolos pertenecen a los rituales secretos, que se van
conociendo a medida que el aspirante asciende grado o categoría. Al mirar el compás,
la escuadra y otras piezas del oficio de la "construcción", llamado el Arte Real, el
pensamiento se remontaba a las primitivas guildas medievales, con sus misterios y
esoterismos. Y finalmente, les sorprendió - al revisar los libros de afiliados-,
comprobar que gran parte de los ingresantes -conforme a su manifestación-
pertenecían a la religión católica.

LOGIA ARMONÍA Nº 99

Historia de la Masonería en Santa Fe

Hay discrepancias entre los autores sobre los posibles orígenes de la masonería.
Algunos encuentran sus raíces en los Misterios de la Antigua Hélade; otros, en los
primitivos pueblos de Oriente; y los más acertados buscan su inicio en los collegia
romanos o las agrupaciones de los constructores comacinos, insistiendo
especialmente en las guildas de los arquitectos de la Edad Media. Estas agrupaciones
de artesanos no sólo se ocupaban de su oficio sino dirigían sus inquietudes hacia
diversos aspectos del conocimiento. Se agrupaban en logias o guildas, porque así se
llamaban los lugares en que trabajaban; tareas éstas construcción de palacios, fuertes
o iglesias que los fijaban por años en un mismo lugar.

Estas logias eran celosas guardadoras de los secretos del oficio y de los fueros o
derechos del gremio. "Para poder ingresar era menester demostrar la posesión de
ciertas condiciones morales y pasar por una ceremonia de iniciación, en la que el
candidato juraba no revelar a nadie ajeno a la corporación los secretos del Arte Real.
Así se llegaba desde aprendiz a maestro. Este primer período abarca,
aproximadamente, desde el siglo X hasta el XV. Posteriormente, ya en el
Renacimiento surgen las llamadas logias "especulativas", que se integran a las
corrientes ideológicas, siendo clara expresión del individualismo reinante en la época.
Desde entonces asumen determinadas posiciones que le valen un decidido ataque de
la Iglesia. A su vez, las grandes logias sostienen una firme postura racionalista,
proclamando su lucha contra "la dominación espiritual reinante".

En nuestros días, entre otras declaraciones formuladas en otros países, el Episcopado


Argentino, en 1959, en un extenso documento expresó: "Desde Clemente XII en su
encíclica ´In Emminenti´ de 1738 hasta nuestros días, reiteradamente los soberanos
pontífices han condenado las sectas masónicas, y el Código de Derecho Canónico
señala: ´Los que han dado su nombre a la secta masónica o a otras asociaciones del
mismo género, incurren en excomunión´. Su S.S. Pío XII ya señaló como raíces de la
apostasía moderna, el ateísmo científico, el materialismo dialéctico, el racionalismo,
el laicismo y la masonería, madre común de todas ellas".

En respuesta a estas afirmaciones, el Gran Maestre Ian Drysdale (de la Gran Logia
Argentina) manifestó: "La Masonería es una institución filosófica, educativa,
benéfica y filantrópica, de carácter ecuménico, al servicio de la libertad y de la
dignidad del hombre. No es atea. No actúa en la clandestinidad. No existen en ella
distinción de raza ni religiones... Entre masonería y comunismo, y masonería y
fascismo no hay, ni hubo, ni puede haber alianzas o pactos, por ser incompatibles...
La masonería está proscripta en la URSS".

Culminando su defensa señala una extensa nómina de próceres argentinos, hombres


públicos e intelectuales que han pertenecido a la masonería argentina durante el siglo
pasado y el presente.

Autores masones destacan el hecho de que una considerable parte de los hombres que
han integrado las logias argentinas han pertenecido a la iglesia católica.

Al margen de las controversias o de posiciones encontradas la iglesia ha condenado a


través de numerosas bulas a la masonería. Baste citar la "Providas Romanorum" de
Benedicto XIV (1751); la "Ecclesiam a Jesu Christo" de Pío VII; la "Quo Graviora"
de León XII (1825); "Traditi Humilitati nostrae" de Pío VIII (1829); "Mirari vos" de
Gregorio XVI (1832); "Quild Pluribus" (1846), "Syllabus" (1864); "Multiplicer Inter"
(1865); "Ex epístola" (1865), y "Apostolica Sedis" (1869) de Pío IX; "Humanun
Genus" (1884) de León XIII y un extenso documento del Santo Oficio, denominado
"De Secta Massonum" (1884), entre otros, del pasado siglo.

La masonería argentina

Si bien pudo haber existido alguna logia en el Río de la Plata durante el siglo XVIII,
es evidente que el punto de partida del movimiento logístico argentino está en el siglo
pasado, con motivo, especialmente, de la Revolución de Mayo, al fundarse en 1812 la
conocida Logia Lautaro, directamente relacionada con los planes políticos de nuestra
Independencia. En ella, desde San Martín en adelante, figuraron las más destacadas
figuras de la época revolucionaria.

Diversos autores sostienen que tanto la Logia Lautaro como asimismo las sectas
españolas, como los Caballeros Racionales, de Cádiz, el Gran Oriente regional de
Sevilla o la llamada Gran Reunión Americana, no fueron propiamente logias
masónicas, en su restringida acepción sino logias políticas, enderezadas a lograr y
sostener la independencia americana.

De acuerdo con las publicaciones, un autor argentino, Patricio Maguire, transcribe en


"Informaciones sobre masones y otras sociedades secretas" (N° 3, año 1981, Bs. As.)
una nota que envió a la Gran Logia Unida de Inglaterra, en agosto de 1979,
requiriendo datos sobre el carácter de la Logia Lautaro y de su posible existencia en
la Francmasonería regular de aquella época. En contestación a esta nota, se le
informó, por intermedio del Gran Secretario, en 1979, que "la Logia Lautaro era una
sociedad secreta política, fundada en 1812 y que no tenía relación alguna con la
Francmasonería regular. Las logias que usted menciona (Lautaro, Caballeros
Racionales y Gran Reunión Americana) jamás aparecieron anotadas en el registro o
en los archivos, ni de los antiguos ni de los modernos... Y las seis personas
mencionadas en su carta (San Martín, Miran da, O´Higgins, Alvear, Bolívar y López
Méndez), de acuerdo con nuestros archivos, nunca fueron miembros de logias bajo la
jurisdicción de la Gran Logia Unida de Inglaterra". Agosto 21 de 1979. Gran Logia
U. de Inglaterra. Freemasons Hall-Great Queen Street-London.

Otros autores han sostenido que a las logias masónicas les estaba vedado, como hoy,
mezclarse en problemas políticos; y que la Logia Lautaro, contrariamente, fue creada
con fines eminentemente políticos, como lo demuestra su actuación durante la época
de la Independencia. Por eso - agrega Maguire — la Gran Logia Unida de Inglaterra
le niega carácter masónico, insistiendo en su carácter político.

Por su parte, Boleslao Lewin, Alcibiades Lappas y otros historiadores sostienen la


filiación masónica de la Logia Lautaro.

Sin detenernos en la abundante bibliografía que analiza el tema directa o


indirectamente, diversas publicaciones han dado el nombre de los próceres que —
según ellos—pertenecieron a la masonería argentina. Señalan en este sentido que,
además de San Martín, Belgrano y otros más, 14 presidentes de la Nación, fueron
masones: Rivadavia, López y Planes, Urquiza, Derqui, Mitre, Sarmiento, Juárez
Celman, Pellegrini, Quintana, Figueroa Alcorta, Sáenz Peña, de la Plaza, Yrigoyen y
el Gral. Justo. Publican además el nombre de 7 vicepresidentes de la República y de
miembros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (doctores del Carril, Barros
Pazos, Gorostiaga, Figueroa Alcorta, Victorica, Bermejo, R. Repetto y A. Sagarna).
Entre los escritores, científicos e intelectuales en general, destacan a José Hernández,
Olegario Andrade, Ascasubi, del Campo, Eduardo Wilde, Joaquín V. González,
Leopoldo Lugones, José Ingenieros, Florentino Ameghino, Luis María Drago, Pablo
Pizzurno, Rodolfo Rivarola, Augusto Montes de Oca y otros más. Entre los militares
citan al Gral. Juan Gelly y Obes, Emilio Mitre, Wenceslao Paunero, Nicolás Levalle,
Emilio Conessa, José María Galán y otros.

En nuestro tiempo, de acuerdo con una publicación, existen en el país 78 logias


masónicas con un total de 7.150 afiliados (informe del año 1977); pero el dato no
proviene de la masonería

La masonería en Santa Fe

La ciudad de Santa Fe no escapó a las corrientes políticas que actuaron en la


Revolución de Mayo. Pareciera — según Lappas — que algunos de los integrantes de
la Logia Lautaro "formaron con posterioridad a 1812 las `lautarinas o lautarias´ de las
ciudades de Santa Fe, Córdoba y Mendoza, en la Argentina" para proseguir luego en
Santiago (Chile) y en Lima su labor propagandística en favor de la Independencia.

Fuera de este dato aislado, durante la época de las luchas civiles no tenemos noticias
de la existencia de ninguna logia, política o masónica. Es recién después de Caseros
cuando comienzan a proliferar estas asociaciones, imbuidas por el espíritu liberal
imperante. En 1857 surge la llamada Gran Logia de la Argentina, fundada en la
ciudad de Buenos Aires, constituida por la unión de las logias Unión del Plata,
Confraternidad Argentina, Consuelo del Infortunio, Tolerancia, Regeneración y
Lealtad y Constancia. Esta Gran Logia, entonces presidida por el Dr. José Roque
Pérez ha perdurado hasta nuestros días. Figuraron entre sus presidentes, Domingo
Faustino Sarmiento, Bartolomé Mitre, Vicente Fidel López y Leandro N. Alem. Y
entre los Pro Gran Maestre, Leopoldo Lugones.

En Santa Fe, después de Pavón se logra fundar en 1864 una logia denominada
Estrella del Progreso, N° 21. Uno de sus propulsores o fundadores fue Nicasio Oroño.
Este gobernante, al parecer, había ya actuado, siendo joven, en la formación de
algunas logias en la ciudad de Rosario.

Durante su gobierno — como es sabido— la sanción de las leyes de matrimonio civil


y de cementerios públicos, y el decreto de crear una escuela de agronomía en el
convento de San Carlos, de San Lorenzo, provocaron un largo pleito de carácter
político-religioso. Con este motivo el obispo Gelabert manifestó que el gobernador
había incurrido en la pena de excomunión. Oroño, por su parte, declaró mediante un
decreto como atentatoria a la soberanía provincial y nacional la protesta formulada
por el obispo, ordenando que los antecedentes fueran remitidos a la justicia federal.

Todo esto creó un clima de verdadera revolución, produciéndose manifestaciones


callejeras que, al grito de "¡Mueran los masones!" pedían la renuncia de Oroño;
significan la cadena de unión que existe mientras tanto en Rosario eran detenidos
Eudoro Carrasco y Servando Bayo por "haber reimprimido" la protesta obispal.

Este problema religioso fue aprovechado entonces por los partidos de la oposición
para generar un golpe revolucionario — vinculado más bien con la inminente
campaña presidencial- que desalojó a Oroño del poder.

Al trasladarse más tarde Oroño por sus funciones parlamentarias a la ciudad de


Buenos Aires actuó en la logia Regeneración, N° 5; y a fines del siglo (en 1896),
ingresó a la logia Libertad, N° 48.

Como heredera de la Estrella del Progreso, surge en la ciudad de Santa Fe la logia


Armonía. En efecto: el 12 de julio de 1889 los H.H. Ignacio de Caminos (grado 30),
Francisco Cardona, José Lecour, Pedro Petersen, Alejandro Lamothe, Nicolás
Schiaffino, Antonio Hernández, Domingo Infante, Diego González; Francisco Vitali
y Justo Mello, "levantan las Columnas de este Augusto y Resp. Taller" — segun
comenta una crónica—.

Fue su principal iniciador el Ilustre H. de Caminos, como así también su primer


Venerable Maestro. Esta fecha (12 de julio de 1889) es considerada como la de la
primera "tenida" (así llaman a sus reuniones) teniendo carácter ordinaria. A este
periodo de "inconstitución" sigue el definitivo, es decir, cuando el Gran Oriente
establece la fecha mencionada como de la fundación o establecimiento oficial del
Taller.
Sus primeras autoridades fueron las siguientes: venerable maestro, D. Igancio de
Caminos; Francisco Vitali, como primer Vig.; N. Schiaffino, como 2° Vig.;
Hermenegildo Basualdo, como Orador; Andrés Socias, Secretario; Juan Meldi,
Tesorero; Pedro Petersen, Hospitalario; y José Lecour, Guardador de Sellos.

El 25 de enero de 1890 este Taller, obtuvo su regularización y carta constitutiva. El 6


de enero de 1898 tuvo lugar la ceremonia de la colocación de la piedra fundamental
del templo. Presidió el acto el Pod. H. Juan W. Richards (30°); y el 24 de julio de ese
año fue inaugurado el templo y el primitivo edificio social, situado en calle 9 de Julio
523, frente a la plaza San Martín (lugar que ocupa actualmente, desde hace casi un
siglo).

En 1890 se crea, apoyado por la logia, un centro denominado Bernardino Rivadavia,


y posteriormente un instituto cultural o ateneo.

En octubre de 1891 se reúnen en sesión especial para recibir al "Ilustre H." Dr.
Leandro N. Alem, quien (lega a Santa Fe en una de sus giras partidarias.

En setiembre de 1894 los H.H. Juan W. Richards y Tomás de Panfils compran a su


nombre, pero con destino a la logia, el terreno donde estaba el templo, en la suma de
6.000 pesos, aprobándose la compra.

En 1895 y 1896, juntamente con las logias Unión y Trabajo de Paraná y las de
Rosario, Esperanza, Sa Pereira, Reconquista y Cañada de Gómez se apoya un
proyecto de ley de D. Nicasio Oroño relacionado con el Registro Civil.

Al comenzar el siglo la logia Armonía, N° 99 colabora eficazmente con el grupo de


hombres fundadores del Espíritu Nuevo, órgano periodístico de "El Libre
Pensamiento", de reciente creación, que congrega —como lo dice el rótulo de la
institución — a los librepensadores de la época.

En el grupo fundador y redactor del nuevo periódico se observa la presencia del Dr.
Raúl Villarroel, Luis Bonaparte, Dr. Mariano Quiroga, Dr. Horacio Rodríguez, Juan
Julián Lastra, Víctor Pesenti, Carlos Alberto Leumann, Pro. José Amavet, Dr.
Eduardo Gschwind, Dr. Miguel Trucco y Félix Barreto, entre otros. Se suman al
grupo librepensador, numerosos egresados del profesorado de Paraná, y dirigentes de
los movimientos obreros, sindicalistas, anarquistas y socialistas en gran parte de
extracción extranjera o hijos de inmigrantes, que comienzan en nuestra ciudad a
fundar sus centros culturales o ideológico. Es de aclarar que sólo alguno de ellos
formaron parte de la logia masónica.

Según los datos que se consignan en el "Album Biográfico de los Libres Pensadores
de la República Argentina‖ editado por el periódico racionalista "El Progreso‖ en
1910 (Buenos Aires), la logia Armonía, N° 99 de nuestra ciudad participó en la
concreción de numerosas obras de bien público, destacándose entre ellas la
colaboración prestada para la creación del Colegio Nacional, la Escuela Normal, el
hospital Italiano, la Sociedad Roma Nostra, la Universidad Nacional del Litoral y a
otras obras de beneficencia en general.
Actúa también la logia santafesina con motivo de la sanción de la Constitución de
1921 en nuestra provincia. En efecto: en la sesión del 15 de marzo de ese año,
reunida Santa Fe la Convención Constituyente se da lectura a una nota presentada por
aquel Taller. Dice el acta: "La Logia Armonía de la capital de la provincia solicita la
desvinculación de la Iglesia Católica con el Estado; se concedan derechos políticos a
la mujer; se liberalicen los derechos electorales de los extranjeros; se mejore el
régimen del trabajo para beneficio del obrero, y se desligue a la justicia de toda
finalidad política". Apoya también la logia otros pedidos formulados por la Biblioteca
Popular Monteagudo, el Centro Provincial de Libre Pensamiento, la logia Unión y
Libertad del Rito Escocés de Rosario, la Liga de Libre Pensamiento Comité Nicasio
Oroño de San Lorenzo y otras logias provinciales.

A principios de siglo, 1905, para ser más exactos existían en nuestra ciudad tres
logias masónicas: Armonía, Verdad y Vida Nueva. A este último Taller pertenecían
los hermanos Bonaparte, el Dr. Villarroel, Coria, Gimelli y Vitali (según un recorte
periodístico de ese año).

También en 1905 tiene lugar una interesante fiesta con la cual los masones suelen
celebrar el solsticio de invierno. Están presentes las tres logias mencionadas. El H.
Repeto representa al Taller Verdad y el H. Vitali a Armonía. Alrededor de 80
comensales asistieron a la fiesta, servida por la confitería Los Chinos —dice el
diario— "celebrando los progresos de la idea liberal".

Hace un tiempo fuimos invitados a visitar el local que ocupa el Taller de calle 9 de
Julio, frente a la plaza S. Martín, presidido actualmente por el V.M.H. Juan de Días
Ramos (33°). La sede cuenta con una nutrida biblioteca, formada sobre la base de una
importante donación de libros del Dr. Raúl Villarroel.

Lo que más nos llamó la atención fue el salón o templo destinado para las "tenidas" o
reuniones, donde se puede observar una serie de objetos ceremoniales, cuyo uso
proviene de las antiguas logias de la Edad Media. Cada cosa desde el cielo raso hasta
el piso, como así también el mobiliario, obedecen a una particular simbología —
como es la disposición de todo en torno del número 3—; y cada objeto ubicado en un
determinado lugar, tiene su razón de ser. Otros símbolos pertenecen a los rituales
secretos, que se van conociendo a medida que el aspirante asciende grado o categoría.

Cuando mirábamos el compás, la escuadra y otras piezas del oficio de la


"construcción", llamado el Arte Real, nuestro pensamiento se remontó a las
primitivas guildas medievales, con todos sus misterios y esoterismos. Y finalmente,
nos sorprendió — al revisar los libros de afiliados del pasado siglo—, comprobar que
gran parte de los ingresantes —conforme a su manifestación— pertenecían a la
religión católica.

Nuestra misión, desde el suplemento, es hacer que los santafesinos conozcan nuestro
pasado, a las instituciones y a sus hombres, en todos sus aspectos y dedicaciones;
respetando a estos últimos en sus ideas. Algo de eso, hemos hecho en esta nota.
Los Hombres Ilustres en la Masonería

Consultando la Historia de la Humanidad se adquiere el convencimiento de que la


Masonería es una de las Organizaciones que más ha contribuido al progreso moral,
intelectual y social de los pueblos. Ninguna ha realizado trabajos y sacrificios tan
importantes ni ha sido tan perseguida por los déspotas, fanáticos y enemigos de la
luz. Pero ninguna sociedad ha reunido en su seno a tantos hombres ilustres que más
se han distinguido como estadistas, filósofos, artistas, científicos, militares, etc. en
todos los paises del globo.

Han sido masones: Filósofos como Voltaire, Goethe y Lessing; músicos como
Beethoven, Hayden y Mozart; genios rectores como Federico el Grande, Napoleón,
Garibaldi, Martí, Miranda, Cavour y Bolívar, poetas como Byron, Lamartine y Víctor
Hugo; escritores como Castelar, Bacon, Mazzini y Kipling; científicos como Lalande,
Condorcet y d´Alembert, etc.

También han pertenecido a la Orden Masónica algunos ilustres prelados católicos,


entre otros: el cura Hidalgo, paladín de la libertad mejicana; el padre Calvo, fundador
de la Masonería Centroamericana; el Doctor Ramón Ignacio Méndez, arzobispo de
Venezuela, y , en la Argentina, Julián Segundo Agüero, Aurelio Herrero, Pedro
Perdriel, Cayetano y Gregorio Rodriguez, Santiago Figueredo y muchos otros.

Masones Ilustres Argentinos

He aquí algunos de nuestros antecesores ilustres que han honrado la Masonería


Argentina, cuyos pasos tratamos de seguir. Sorprenderá a muchos comprobar que
militaron en ella, al igual que ahora, la más destacadas figuras de la nacionalidad.

José de San Martín, quien nos dio patria y libertad.

Manuel Belgrano, creador de nuestro pabellón nacional.

Vicente López y Planes quien nos legara el Himno Nacional.

En la nómina de los presentes en la Convención Nacional Constituyente de 1860


(reformadora de la Constitución de 1853) buena parte de los miembros firmantes del
despacho, eran masones. Así Mariano Fragueiro (su presidente), Domingo F.
Sarmiento, José Benjamín Gorostiaga, Nicasio Oroño, José María Gutierrez, Irineo
Portela, Salvador María del Carril, José Francisco Seguí, José Mármol, Benjamín
Victorica, Wenceslao Paunero, Nicanor Albarellos y el de los actores directos:
Bartolomé Mitre, Santiago Derqui y al Gral. Urquiza, también masones.

Formaron parte del máximo tribunal argentino, Suprema Corte de Justicia, Salvador
María del Carril, José Barros Pazos, José Benjamín Gorostiaga, José Figueroa
Alcorta, Benjamín Victorica, Antonio Bermejo, Roberto Repetto y Antonio Sagarna.

Masones fueron varios presidentes de la República Argentina: Rivadavia, López y


Planes, Urquiza, Santiago Derqui, Bartolomé Mitre, Sarmiento, Juárez Celman,
Pellegrini, Manuel Quintana, Figueroa Alcorta, R. Sáenz Peña, Victorino de la Plaza,
Hipólito Yrigoyen, Agustín P. Justo.
Prestigiaron nuestro Congreso Nacional: Leandro N. Alem(ex-Gran Maestre),
Aristóbulo del Valle, Joaquín Castellanos, Emilio Gouchón(ex-Gran Maestre),
Belisario Roldán, Luis María Drago, Valentín Alsina, Delfín Gallo, Juan Balestra,
Carlos Conforti, Juan Luis Ferrarotti y Lisandro de la Torre, en unión de cientos de
otros legisladores masones.

Fueron masones los bardos de nuestra poesía gauchesca: Hilario Ascasubi, Estanislao
del Campo y José Hernández.

Dentro de la cultura, la literatura y el pensamiento argentino recordamos a : Eduardo


Wilde, Olegario V. Andrade, Onésimo Leguizamón, José Mármol, José María Ramos
Mejía, Eugenio Cambaceres, Joaquín V. González, Agustín Alvarez, Leopoldo
Lugones, Alejandro Korn, José Ingenieros, Diego Fernandez Espiro, Esteban
Echeverría, Miguel Cané, Santiago Fitz Simón, Juan J. Garcia Velloso, Eusebio
Gómez.

En las ciencias y la educación, encontramos a hombres como : Florentino Ameghino,


Nicanor Albarellos, Manuel Augusto Montes de Oca, José María Moreno, Martín
Spuch, Lucio V. López, Manuel Ricardo Trelles, Antonio Zinny, Amancio y Diego
Alcorta, Eugenio Bachmann, Samuel Gache, José María Gutiérrez, Ricardo
Gutiérrez, Guillermo Rawson, Alejandro Rosa, Eduardo L. Holmberg, Cristóbal
Hicken, Eliseo Cantón, Carlos Durand. José Penna, Cosme Argerich, Ignacio
Pirovano, Telémaco Susini, Carlos F. Melo, Rodolfo Rivarola, Víctor Mercante,
Rodolfo Senet, Pedro Scalabrini, Pablo Pizzurno, Manuel Hermenegildo
Langenheim, Manuel José Langenheim y César S. Langenheim.

Entre los cultores de las artes plásticas y pictóricas debemos mencionar a: Prilidiano
Pueyrredón, Ignacio Manzoni, Carlos F. Pellegrini, Martín Boneo, Rogelio Yrurtia,
Ernesto de la Cárcova.

Entre los autores y actores del teatro rioplatense sólo citaremos los nombres de
Florencio Sánchez, Emilio Onrubia, Roberto Casaux, Enrique García Velloso y
Enrique Muiño.

Algunos de los militares y marinos que pertenecieron a la Masonería: Nicolás Vega,


Juan Gelly y Obes, Wenceslao Paunero, Emilio Mitre, Félix Benavidez, Donato
Alvarez, Bartolomé Cordero, Mariano Cordero, Luis Cabassa, Julio Fonrouge,
Eduardo Broquen, Emilio Conesa, Rudecindo Roca, Nicolás Levalle, Eleodoro
Damianovich, José María Galán, Pedro Mallo, Rosendo María Fraga, Teodoro
García, José L. Garmendia, José M. Francia, Eduardo Racedo, Zacarías Supisiche,
Guillermo Brown, Francisco J. Reynolds, Joaquín Viejobueno, Luis Piedrabuena,
Luis Pi, Erasmo Obligado, Clodomiro Urtubey, Martín Rivadavia, Santiago J.
Albarracin, Enrique Howard, Juan A. Golfarini, José Murature, Carlos O´Donnel.
ARMONÍA

El término «armonía» deriva del griego ἁρμονία (harmonía), que significa ‗acuerdo,
concordancia‘ y éste, del verbo ἁρμόζω (harmozo) o también «hermoso»: que puede
entenderse como ‗ajustarse, conectarse‘. De esto se desprende que armonía, hermoso,
y conectado, de alguna manera, son similares en su significado, o derivan hacia la
misma idea general. Se concluye, de lo anterior, que lo armónico es bello y que lo
bello a su vez nos ―conecta‖. Ahora bien, ¿con que nos conecta la armonía? Parecería
correcto decir que, la armonía nos conecta con el mundo sublime y sutil de la belleza
y nos permite entrar en un estado de paz interior que nos deja mirar más allá de lo
evidente; esta paz parece devenir de la conciencia de la unidad, que nos hace sentir
que hay un orden. Este orden nos brinda paz porque, en el orden, dejamos de lado la
incertidumbre y adquirimos certeza. Con ella, la comprensión se hace manifiesta. Así
también, decimos que armonía es orden y orden es paz y paz es seguridad. Pero el
orden implica comprensión y por tanto conocimiento. Se está seguro cuando se
comprende el suceso, cuando se conoce el terreno y se siente dominio sobre el
acontecimiento que nos rodea. Así lo armónico es bello, es ordenado, es
comprensible y por tanto conocido o al menos factible de conocer y por ello seguro y
apacible.
En la mitología, Harmonía es hija de Afrodita, diosa de la belleza y el amor y Ares,
dios de la guerra. Zeus decide que la bella joven se desposara con Cadmo, hermano
de Europa y fundador de Tebas, celebrándose la boda en la nueva ciudad. Todos los
dioses asisten a la boda y llevan presentes a los novios, entre los que había un
impresionante vestido tejido por las tres Gracias y obsequiado por Atenea, diosa de la
sabiduría y un majestuoso collar que llevo Hefesto, dios del fuego. Pero ambos
obsequios habían sido envenenados, pues tanto Atenea como Hefesto estaban
furiosos por la relación de los padres de Harmonía.

Otra versión del mito tiene origen samotracio y en ella se señala que Harmonía es hija
de Zeus y Electra. Esta versión comparte con la anterior el matrimonio de Cadmo,
pero señala que esta rapta a Harmonía con ayuda de Atenea. Posteriormente, Cadmo
y Harmonía fueron transformados en serpientes y se instalaron en los Campos
Elíseos.
El estudio de la armonía presenta dos
versiones: el estudio descriptivo (es decir: las observaciones de la práctica armoniosa)
y el estudio prescriptivo (es decir: la transformación de esta práctica armoniosa en un
conjunto de normas de supuesta validez universal). Este estudio de la armonía, en sus
dos versiones, tiene un alcance relativo y condicionado culturalmente; puesto que
aparente mente, puede estar sujeto a condicionamientos aprendidos en la práctica
relativos a las destrezas y el gusto. Sin embargo, oculto bajo esa estructura relativa a
factores externos, hay de hecho un esqueleto que pasa desapercibido a través del
sentido físico y afecta nuestro mundo interior, actuando sobre nuestros centros
emocionales superiores que se ubican más allá de nuestra cultura y nuestra
experiencia.

Hay entonces, una estética colectiva, que está por encima de la estética individual
aprendida, que va mas allá de la practica y la destreza, justamente basada en las
proporciones que, habiéndose combinado adecuadamente, actúan sobre ese esqueleto
común a todos y que nos hacen conectarnos, de alguna manera, con una combinación
precisa que llamamos armonía. Las proporciones que configuran esta fórmula,
necesaria para la armonía, son de hecho exactas y conocidas, quizá intuitivamente, ya
que además de conectar al individuo con el colectivo y constituirse en un hilo
conductor del orden, en un momento determinado, también nos conectan con nuestro
pasado lejano, ya que no está sujeta al tiempo. Así, la belleza producida por la
armonía en el pasado, es la misma belleza que produce hoy y que es común a todas
las culturas, al igual que lo fue en las culturas pasadas y lo seguirá siendo en las
culturas venideras. A esta belleza, producto de la armonía, la denominamos clásica,
misma que por tanto es inmortal y universal, pues su accionar no está sujeto al
devenir de acontecimientos externos, sino más bien procede de nuestro interior.

La armonía entonces, así descrita, no es otra cosa que un orden común que no deriva
de normas explicitas, pero que tiene normas implícitas, perceptible por los sentidos,
pero dirigida a afectar nuestra sensibilidad y no nuestra razón. La armonía, en
definitiva y por ser común a todos es, en esencia la norma que nos muestra la unidad
y que comprendemos como propia aun cuando sea percibida desde el exterior; aún
cuando no hayamos participado de su ejecución, sentimos que nos es conocida y por
tanto la identificamos como nuestra.
Con seguridad, todos convenimos en que la naturaleza es armónica, nada en ella es
puesto al azar y nada en ella se comporta en contraposición agresiva con el resto,
todas sus partes tienen el único fin de ir bajo el gobierno del ritmo común. Así pues,
si el hombre quiere ser armónico debe comprender que su marcha por la vida debe ser
en unidad con el resto de la naturaleza. Si logra esto, el hombre entonces será
armónico y desaparece en él, ese Yo individualista que lo hace pensar que está
separado y que es especial o que está por encima del resto de la creación. Ejemplos
de esto suceden a cada momento en nuestra vida cotidiana y son apreciables para
cualquiera que observe el detalle de las cosas. Basta observar el hombre diestro en
cualquier oficio, arte o deporte, que demuestra con su accionar, una habilidad en el
oficios que nos hace sentir que es fácil lo que hace. El hombre diestro no muestra
signos de dificultad alguna en la ejecución de su tarea, aun cuando esta tarea implique
esfuerzo titánico, ya sea físico o mental. Tal cosa hace que el hombre común sienta
admiración por el hombre diestro; admiración que no es otra cosa que el anhelo de
poder hacer lo que ve en el diestro tan aparentemente fácil.

Durante la expulsión y en la sentencia que condenó al hombre a la caída, se le indico


que labrara la tierra, lo cual es una alusión directa a que si desea el fruto de esta, debe
hacer uso de la voluntad sobre ella. Así pues, la armonía para el hombre común, solo
es alcanzable por la voluntad, por el esfuerzo persistente y por la intención reiterada.
De allí que alcanzar la armonía, para el hombre necesariamente es un esfuerzo y un
trabajo de voluntad y de conciencia. Mientras el hombre se entienda, a sí mismo,
como una entidad distinta y separada del resto, irremediablemente desarmonizará, de
allí la importancia de la conciencia de la unidad, ya que es el primer paso para
comprender, a su vez, la necesidad de volver a unificarse con lo que lo rodea y por
tanto ser armónico.

No extraña el mito de Cibeles, que en su carro llevaba al héroe a que se asome por el
óculo y pueda percibir, así fuera momentáneamente, la belleza. Hoy vemos este mito
ya oculto por el tiempo, en el podio de premiación, que ubica al ganador en el escalón
más alto y que lo reviste con su cabeza adornada con una corona de laureles,
colocándole una medalla colgada al cuello, que representa, la elevación de Cibeles, y
el acceso al óculo representado tanto en la corona como en el circulo que forma la
cinta de la medalla. De la misma forma el graduado académico con su medalla al
cuello, tiene esta connotación.

Belleza y armonía, a través de la constancia y la voluntad, son pues meta y vía al


hombre común. La fuente de la armonía, en el hombre parece ser, la conciencia de la
unidad. El hombre consiente de esta unidad, deja de oponerse al universo, tal como
constantemente no lo hace el hombre común, que al sentirse diferente de todo lo que
lo rodea, cree ser capaz de ejercer un gobierno tiránico mediante el cual se supone
dotado de la posibilidad de hacer que la naturaleza le obedezca. Nada en la
manifestación es perpetuo, a excepción de la naturaleza misma, que como organismo
único y permanente ejerce su poderosa influencia, sobre todo lo manifestado. El
hombre por el contrario, apenas nace tiene sus días contados, tiene su tiempo
señalado, tal como es una pieza de motor, que por efecto del uso se desgasta, hasta
colapsar, lo cual solo puede ser resuelto por la sustitución. La manifestación entonces
puede ser vista como un gran motor en permanente funcionamiento, cuyas piezas son
todo lo que conforma el universo, que constantemente se desgastan y son sustituidas,
manteniendo en funcionamiento la gigantesca máquina. La armonía, estaría
representada por el funcionamiento adecuado de la máquina, ya que ella implica que
cada pieza está haciendo lo que debe y no ofrece ninguna resistencia.

De todo lo expuesto, es claro que el primer acercamiento a la armonía desde lo


humano, es el establecimiento de un orden capaz de hacer una emulación del orden
superior, traducido en reglas que, al seguirlas, necesariamente llevan al hombre hacia
la perdida de la individualidad y a su integración colectiva, bajo el mismo objetivo.
Así el hombre sigue normas, reglas, leyes y mandamientos que lo mantienen dentro
de un comportamiento que es posible predecir y por tanto, entra en el terreno de lo
conocido, brindando así seguridad y confianza en su accionar, lo cual va generando
en él la paz necesaria que va progresivamente, haciendo el acercamiento a la armonía.

Estas reglas de emulación del orden superior, no son otra cosa que los rituales que
son la manifestación de los ritos. El hombre que busca la armonía, hace entonces un
acercamiento al rito a través de un ritual, que si se hace a cubierto, en un ambiente
que está aislado del resto del mundo, tal como sucede en los templos, percibe la
seguridad necesaria que genera la confianza y por tanto la paz necesaria para alcanzar
cierta armonía en su ser. La repetición permanente del ritual va progresivamente
dando el conocimiento que le permite hacer análisis de los símbolos y ese análisis va
dejando en él su mensaje, lenta e inexorablemente.

Se pudiera asegurar, en algún sentido, que la armonía se presenta o se percibe,


cuando el acontecimiento, o hecho que pretendemos sea armonioso, se encuadra
dentro de las leyes matemáticas naturales, que gobiernan el mundo manifestado. Así
vemos que la música, es un tipo de armonía, la arquitectura, en función de la
geometría es armonía, el ejercicio del oficio en manos del maestro, es otra de las
múltiples formas de armonía. De la misma manera, podemos citar infinidad de
formas de manifestación de la armonía, porque ella está siempre frente a nosotros,
pero solo perceptible al hombre que la conoce y no al común; aun cuando el hombre
común, la percibe como belleza, cuando es capaz de apreciarla. Cuantas más formas
de armonía, es capaz de percibir el hombre, mayor es la paz interior que este
manifiesta, dado que el poder de la belleza armónica, sutiliza en el hombre los
sentidos, haciendo que estos se aparten de las pasiones, derivadas de nuestra raíz
animal y al mismo tiempo, se aparten también de los dictámenes de la razón, por lo
que la regla, que en un principio era impuesta, de alguna manera, ahora es derivada
de la conciencia y no del esfuerzo voluntarioso y vigilante, que va estableciendo
niveles de conocimiento de la regla y por tanto, facilidades para su acatamiento. Es
decir, que la armonía es mucho más perceptible, al hombre que ha sobrepasado, el
simple conocimiento y la comprensión de la regla natural, convirtiéndola en parte del
ser mismo y por ello, extensión de este.

Armonía y virtud, parecen ser términos muy cercanos, en cuanto a nuestra forma de
percibirlos, al punto de que cuando vemos un hombre realizar sus tareas de forma
armoniosa, nos es dado llamarlo virtuoso, quizá erróneamente, dado que la
virtuosidad es una condición verdaderamente difícil de alcanzar por el hombre. Pero
si es cierto, que el contacto permanente con la armonía, en sus diferentes formas,
acerca ciertamente al hombre a la virtud; pero el tema de la virtud y su relación con la
armonía es tema de otro artículo futuro.

José Nicolás Quiles Pérez

M:.M:.P:.M:.

Ex V:.M:. (2012-2013)

G:.T:.I:. (2012-2013)

H:.R:. A:.C:.L:. (2012-2014)

Or:.Fis:. (Adjunto) A:.C:.L:. (2012-2014)

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