Cuidados en La Etapa Intraparto

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 9

INTRODUCCIÓN

Este material investigativo trata sobre los cuidados en la etapa intraparto,


en ella se estará viendo la evolución clínica del parto como el trabajo de parto,
los signos y síntomas del trabajo de parto y los factores de riesgo durante el
parto.

La asistencia y el control fetal durante el parto tienen como principal


objetivo disminuir la morbimortalidad fetal, destinando sus esfuerzos al
diagnóstico del sufrimiento fetal en el parto teniendo en cuenta que éste en su
fase final supone la alteración del equilibrio, que podría producir una asfixia
perinatal, con el consiguiente daño neurológico posterior.
CUIDADOS EN LA ETAPA INTRAPARTO

Período en el cual transcurre el nacimiento de un feto, desde el trabajo de


parto hasta la expulsión de la placenta. Puede referirse tanto a la madre como
al feto.

EVOLUCIÓN CLÍNICA DEL PARTO

La única forma de diferenciar el trabajo de parto en su etapa temprana del


verdadero trabajo de parto es por medio de un examen interno del cuello del
útero. Las contracciones del verdadero trabajo de parto se tornan más fuertes,
es difícil hablar en el transcurso de las mismas, tienen una duración más larga
y se vuelven más frecuentes a medida que el trabajo de parto avanza. Estas
contracciones harán que el cuello del útero se vaya borrando y dilatando, así
motivarán al feto a bajar más a través de la pelvis.

Aquí hay algunas formas de ayudarle a diferenciar entre dolores de trabajo de


parto verdaderos y falsos (o de “práctica”), también llamados contracciones
Braxton-Hicks.

El trabajo de parto real

Contracciones

 Pueden ser irregulares al principio

 Generalmente se tornan regulares

 Se van haciendo más prolongadas, más fuertes y más frecuentes

 Caminar, generalmente las hace más fuertes

 Recostarse no hace que desaparezcan

 Casi siempre comienzan en la espalda y se mueven hacia el frente


Cuello del útero

 Cambia al hacerse más delgado (borrado) y empieza a abrirse


(dilatarse)

Trabajo de parto falso (o de “práctica”)

Contracciones

 Generalmente son irregulares y cortas

 No se hacen más largas, más fuertes ni más frecuentes

 Pueden durar varios minutos

 Recostarse puede hacer que desaparezcan

 Se pueden sentir más en el frente y en la ingle

 Sirven de ayuda para prepararse para el trabajo de parto real

Cuello del útero

 Muy poco cambio o nada de cambio; el cuello del útero no se adelgaza


ni se abre

SIGNOS Y SÍNTOMAS DEL TRABAJO DE PARTO

Periodo de dilatación

El periodo de dilatación del parto vaginal comienza con las contracciones


regulares y dura hasta la completa apertura del cuello del útero. Es el periodo
más largo del parto y la dilatación completa se alcanza cuando el cuello del
útero mide aproximadamente 10 cm. En las madres primerizas esta fase de
dilatación dura entre siete y diez horas; en las multíparas, suele durar entre dos
y cuatro horas. Tras la fase de dilatación se rompen las membranas ovulares
(ruptura oportuna de la bolsa amniótica). Si la bolsa amniótica se rompe antes
de que la dilatación sea completa, se denomina ruptura prematura de la bolsa
amniótica.

Es durante esta fase cuando la mayoría de las mujeres acuden al hospita.


Es deber del asistente al parto examinar y preguntar a la embarazada para
determinar si el parto se presenta de forma normal o se prevea que va a haber
complicaciones y tomar las medidas adecuadas, según el caso.

Periodo de expulsión o nacimiento

El periodo de expulsión comienza cuando el cuello del útero ya está


completamente dilatado y finaliza con el nacimiento del bebé. En las madres
primerizas dura entre 60 y 75 minutos, en las multíparas este se abrevia
durando entre 20 y 30 minutos. Si rompen aguas en esta fase, se habla de una
ruptura oportuna de la bolsa amniótica.

Con la ruptura de la bolsa se produce un efecto succionador en la cabeza


del bebé que puede dar lugar a un caput succedaneum (bolsa inflamada
prominente en la cabeza del bebé producida por una extravasación de sangre).
Esta inflamación es inofensiva y desaparece pocos días después del parto.

Cuando la cabeza del bebé ya está tan abajo que presiona sobre los
órganos pélvicos, es cuando comienza la necesidad de empujar. Esta
necesidad de empujar durante las contracciones es la que ayuda al bebé a
salir. La fase de expulsión es la más crítica para el bebé durante todo el parto.
Por eso se controla la frecuencia cardíaca del feto continuamente (al menos
tras cada contracción). El peligro está cuando el bebé pierde suministro de
oxígeno por bajada del abastecimiento sanguíneo de la placenta o del cordón
umbilical o cuando su cabeza se presiona más debido a una elevada
resistencia del suelo pélvico.

En estos casos, el ginecólogo deberá realizar un corte en el periné


(episiotomía) para evitar que el suelo pélvico se sobredilate o desgarre y evitar
así la presión sobre la cabeza del bebé, con lo que el periodo de expulsión
también se acorta.
En el caso de niños con peso normal, una vez que ha salido la cabeza, el
resto le sigue sin problemas, ya que suele tener un diámetro menor que esta y
además se puede manipular muy bien. Seguidamente se corta el cordón
umbilical y en caso necesario se limpia, succionando, la zona nasofaríngea. Si
así lo desean los padres, en algunas clínicas permiten cortar el cordón más
tarde.

Periodo de alumbramiento o postparto

El periodo de alumbramiento o postparto, comienza cuando se le corta el


cordón umbilical al recién nacido y termina con la expulsión de la placenta. Esta
fase es para la madre la más crítica debido al peligro de fuertes hemorragias.
Con las contracciones postparto, la matriz se va contrayendo paulatinamente
de manera que el lugar donde está adherida la placenta se reduce de tamaño.
Es precisamente este desplazamiento de sitio el que permite que la placenta se
desprenda de la matriz.

Una vez que la placenta se ha soltado completamente, es expulsada con la


ayuda de las contracciones de la mujer. Este proceso dura por término medio
unos 20 minutos. Si las contracciones abdominales de la madre no resultaran
suficientes, la matrona o el ginecólogo pueden ayudar presionando
exteriormente la pared abdominal o tirando del cordón umbilical.

Para evitar en lo posible la pérdida de sangre o mantenerla al mínimo


(menos de 500 mililitros), es recomendable que el periodo postparto no dure
más de 30 minutos. El 93 por ciento de las placentas se expulsan 15 minutos
después del nacimiento del niño y el 97 a los 30 minutos. Cada vez es más
frecuente realizar lo que se conoce como una inducción activa del periodo
postparto. Con este fin, se estimulan las contracciones con medicamentos
hasta que se expulsa la placenta y luego se provoca una contracción
continuada de la matriz, igualmente con medicamentos, para parar la
hemorragia. De esta forma se logran acortar 10 minutos a esta fase y la
pérdida de sangre se reduce a unos 200 mililitros.
Es muy importante comprobar que la placenta salga entera, ya que si
permanecieran restos en la matriz podrían provocar hemorragias e infecciones.

Un parto natural se considera finalizado dos horas después de la expulsión


de la placenta. Durante ese tiempo, se vigila que la hemorragia de la matriz
haya finalizado. Además, se examinan las partes blandas del canal del parto
(cuello uterino, vagina, suelo pélvico y periné) para reconocer y tratar a tiempo
posibles lesiones en estas zonas.

FACTORES DE RIESGO DURANTE EL PARTO

En muchos casos, las complicaciones en el momento del parto son


inesperadas e imprevisibles: surgen de forma espontánea durante el parto, en
la fase de dilatación, en la expulsión o en el alumbramiento. Este tipo de
problemas, por tanto, pueden afectar a cualquier mujer, independientemente de
sus características.

En un parto normal, el periodo expulsivo, que transcurre desde que se


completa la dilatación hasta el nacimiento del R.N, puede durar desde 18
minutos hasta cuatro horas. Sin embargo, en ocasiones el feto se encuentra
con algunas dificultades en el camino hacia el exterior provocadas por las
siguientes complicaciones:

 Obstrucción del canal de parto. Para que la cabeza del feto atraviese
el canal de parto es necesario que exista el suficiente tamaño. Una
pelvis más estrecha de lo normal, o un feto con la cabeza algo más
grande de lo previsto, puede impedir la expulsión.

 Feto mal colocado. En un parto normal, lo primero que se vislumbra por


el canal de parto es la cabeza del pequeño. Sin embargo, en ocasiones
el feto decide llegar al mundo en otra postura y se presenta de nalgas,
de cara o incluso de pie.

 Hombros estancados. Una vez que la cabeza ha salido, lo normal es


que el resto del cuerpo salga de forma espontánea. Pero en ocasiones
se produce la denominada distocia de hombros, una complicación de
alto riesgo que provoca que el parto se detenga porque los hombros
quedan obstruidos en la pelvis.

Todas estas situaciones pueden implicar riesgos para el feto y la madre,


como hemorragias, falta de oxígeno o lesiones y desgarros en el canal de
parto. Para evitarlos, los especialistas pueden optar por distintas
intervenciones, desde la práctica de una episiotomía, la utilización de fórceps o
ventosas o una cesárea.

Las hemorragias tras el parto

La hemorragia está asociada a un tamaño grande del feto o a los


embarazos gemelares; también es más frecuente en las cesáreas frente al
parto vaginal. Las mujeres con miomas también son más propensas a sufrir
hemorragias.

La edad es otro factor que aumenta el riesgo de hemorragia. “Las mujeres


mayores de 40 años tienen más dificultad para que se contraiga el útero tras el
parto, un factor que favorece la aparición de hemorragias. Otros factores que
dificultan la contracción del útero son los partos muy largos. La obesidad de la
madre es también un factor prevenible que aumenta el riesgo de hemorragia”.

Infecciones

Las infecciones se producen con más frecuencia en gestantes que han


permanecido con la bolsa rota durante mucho tiempo.

Una de las situaciones que aumenta el riesgo de infección con respecto al


parto vaginal son las cesáreas. Unidos a estos factores también incrementa la
posibilidad de infección el parto instrumental y la obesidad materna.

Presencia de hipertensión arterial

“La hipertensión en gestantes no tiene por qué asociarse a una


hipertensión previa y se puede desarrollar exclusivamente durante la
gestación”. Llevar un adecuado control gestacional es la principal herramienta
para impedir que aparezcan complicaciones.
CONCLUSIÓN

Desarrollar este trabajo ha sido de gran utilidad en el aprendizaje de los


cuidados en las etapas de intraparto, se ha visto que el proceso de parto es un
trabajo que requiere de mucha atención y concentración de parte de los
profesionales intervinientes, ya que durante el proceso se deben tener en
cuenta una serie de normas a ser aplicadas en el cuidado y monitoreo al
paciente ya que existe el riesgo de sufrir complicaciones y por ende uno debe
estar preparado para enfrentarlas.

Como futuros profesionales es importante conocer y comprender cada uno


de los pasos vistos en este material ya que será de gran importancia en el
desenvolvimiento profesional.
BIBLIOGRAFÍA

http://dev.bri.cl/sogia/wp-content/uploads/2015/05/V1factores.pdf

http://www.consumer.es/web/es/bebe/parto/riesgos/2013/08/01/217448.php

https://es.slideshare.net/djpachoncito/factores-riesgo-parto-puerperio

También podría gustarte