Sobre La Perversión Gay Del Imaginario Social Peruano

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Sobre la perversión gay del imaginario social peruano

Este artículo fue publicado el 17 de marzo de 2014 en la revista Almiar. La cadena de


cines Cineplanet advirtió sobre la ideología de género en la película Lightyear. Lightyear
es la película recién estrenada de Disney, donde se cuenta la historia de Buzz Lightyear,
el guardián espacial de “Toy Story”. La cadena de cines Cineplanet Perú añadió el
siguiente aviso (Sinopsis): “La historia del origen de Buzz Lightyear, el héroe que inspiró
el juguete, y que nos da a conocer al legendario Guardián Espacial que acabaría
contando con generaciones de fans. (Contiene escenas con ideología de género)”.

Por Raúl Allain (*)

El mes pasado una entrañable amiga me solicitó estrepitosamente una exégesis


sobre «¡Contra la doblegación del contingente gay!» que lograse asimilar.
Considerando la propagación del discurso y un adecuado establecimiento en la
psiquis de la población, actuar socioculturalmente en nuestro particular imaginario
social se hace necesidad. Bajo estas características es que la estruendosa
ofensiva mediática «parejas imaginarias» ha generado resultados.
El lobby homosexual regenta percepciones a su favor.

En el 2005 esta campaña no habría sido autorizada pues durante este año
INDECOPI dictaminó que no era ilícito discriminar a parejas homosexuales en
locales abiertos al público si había menores de edad. Se consideraba que podía
afectar psicológicamente a los menores. Sin embargo, para este año el mismo
INDECOPI revirtió sus precedentes y sancionó la discriminación a gays en
situaciones similares. De hecho, en Gran Bretaña hasta hace una década estaba
prohibido realizar propaganda homosexual en escuelas, en televisión en horario
de protección al menor o cerca de colegios. Hoy en día consiguieron aprobar el
matrimonio gay con el respaldo del primer ministro conservador, cuando su propio
partido había promovido dicha ley veinticinco años antes (este año han pasado
una ley similar en Rusia, dándole la contra al lobby homosexual internacional).
El lobby homosexual toma prestados sus paradigmas de las sociedades
culturalmente más «avanzadas» (USA y Europa).

La concepción común para «enajenación» suele asociar «locura» y «agresividad»


sin considerar el riguroso planteamiento que pueda relacionar eficazmente la
privación del juicio con fenómenos producidos por instrumentos de la
telecomunicación. Debemos diferenciar rigurosamente entre consecuencias
ocasionadas en situaciones de alienación o enajenación. La comprensión de un
psicosocial no puede remitirse a los idearios que se implantan en el imaginario
social. En el comportamiento intersubjetivo influyen lesiones psíquicas que en
interpretaciones próximas son efectos telecomunicacionales. Una condición
enajenante no corresponde al carácter que desarrolla naturalmente una persona,
es la actuación por causa de doblegación. En el imaginario podemos descubrir
impregnado el discurso de aceptación de alteridad homosexual. Las «parejas
imaginarias» no solo pueden concebirse comprendidas por idearios que se
adoptan a causa de una apremiante aceptación que, en ciertas ocasiones y
remitiéndonos a sus inicios, se ha desarrollado por métodos alienantes y
enajenantes como «escuchar voces»: doblegar la conciencia de un individuo por
medio de acciones telecomunicacionales. La realidad puede ser manipulada por
medio de acciones comunicativas como telecomunicativas, siendo este
complemento la generación del psicosocial que manifiesta nuestra sociedad.

La búsqueda del establecimiento de las «parejas imaginarias» data de dos


décadas atrás. Existían impresiones con el mismo discurso, es más con la
descripción que aparece en la celebrada página de Facebook. Aún no se han
considerado los efectos telecomunicacionales sobre el cuerpo humano en relación
al establecimiento de un ideario y en consecuencia su influencia y asimilación en
generaciones venideras. Es decir, se puede generar un discurso a través de
fenómenos como el de «escuchar voces» y sensaciones exuberantes en nuestro
organismo. El carácter imaginario de las parejas con que se sustenta el derecho a
la unión entre dos personas del mismo sexo, pervierte la concepción prístina que
promueven las «parejas reales». La causa homosexual en su riguroso
establecimiento puede alterar la conciencia individual, familiar y en consecuencia
social sin remordimiento alguno. La alteridad que sustenta su tesis ha prostituido
el engendramiento del término como en demás planteamientos vitales para el
desarrollo humanístico.

(*) Escritor, sociólogo y analista político. Consultor Internacional en


Derechos Humanos para la Asociación de Víctimas de Acoso Organizado y
Tortura Electrónica (VIACTEC).

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