García Márquez, La Violencia Americana

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García Márquez: la violencia americana.

Ángel Rama

 Gabriel García Márquez es uno de los principales renovadores de la narrativa


americana: Narra la auténtica y reconocida crónica de la historia contemporánea de
Colombia a través de las vicisitudes de un conjunto de seres típicos instalados en
situaciones típicas.
 Su objetivo: entender el porqué del destino de sus pequeños personajes pueblerinos,
encontrar la clave que explique sus vidas frustradas. En el fondo, lo que le molesta es
no poder solucionar la situación de las vidas reales a las que se refiere.
 Su método: trabaja obsesivamente sobre ellos, lo que lo acerca a Faulkner y lo aleja de
Balzac (en cuanto a referentes pasados en el trabajo del realismo literario).

Lo fundamental es que un fragmento de lo real contiene, expresa o implica la totalidad


humana.

Ya no le bastan las razones sociológicas y políticas. Por esto, apuesta por un ámbito metafísico
y se desplaza:

A la búsqueda de la
Del realismo A la fantasmagoría
verdad última

Su obra se instala en un “realismo alucinado”.

Para Rama, el germen originario de su estilo se encuentra en “Un día después del sábado”, de
gran influencia faulkeriana. Se trata de un pueblecito que compendia todos los pueblecitos
costeños bajo la dictadura, la violencia o el nuevo estancamiento, sobre el que se desplomará
una caliente lluvia hasta que fermente con insoportable hedor la pudrición interna que lo
corroe.

Las características de este lugar revelan una gran ambivalencia:

 Por un lado, una radiografía rigurosa y certera de una sociedad históricamente dotada.
 Por otro, la visión ahistórica, casi mítica, del universo, invadido por concepciones
tradicionales del catolicismo popular.

Estatismo y fragmentación.

Primera virtud narrativa de GM.

 Su extremada concisión (influencia norteamericana y europea, en especial de Chéjov).

Radica en la rígida y austera selección del hecho. La cosa aludida queda presa y revelada en la
pura enunciación.

Utiliza condiciones de simplicidad, rigor, exactitud, que configuran la línea moderna de un


estilo donde los adjetivos son reclamados cuando definen categóricamente. Las opiniones
sobre la acción novelesca son erradicadas.

 Su arte se rige por el presentismo.


Las acciones, objetos, frases, están poderosamente incrustados en el instante presente, al que
ocupan por entero. Todo queda recortado con precisión y las escenas suelen yuxtaponerse no
concatenarse. Se trata de apresar en vivo a sus creaturas.

 Hay un perfecto ajuste entre tema y expresión.

La sensación de tiempo detenido se aprecia desde lo temático (pueblecitos abandonados por


la historia) y desde los recursos literarios (sistema formal que ha forjado para expresar ese
mundo). El infierno ese ese presente siempre repetido, la pérdida de la esperanza. Un mismo
gesto, una misma frase, se repite en diferentes modulaciones y no permite lugar el cambio.

Como no hay episodios de causa-consecuencia, se pierde el sentido de la vida en esa


fragmentación agónica y repetitiva. No hay explicación ni justificación para el sufrimiento y
tampoco hay esperanza.

Una explicación secreta

Pero este estatismo y fragmentación están solo en apariencia. Son formas expresivas para
producir con rigor una realidad apresada en su nivel más apariencial.

 El centro animador de este universo fragmentario, el motor, es el lector.

Esta obra convoca a la libertad del lector, lo hace posible al reclamar su participación creadora
porque no hay opiniones sobre los hechos y los personajes, sino que se dan narrados en sí
mismos.

No hay en García Márquez nada del novelista-ensayista que practicó la vanguardia europea de
los “twenties”, y él austeramente ha querido atenerse siempre a la más concreta —real o
fantástica— enunciación literaria, limitándose a fatalizar sus criaturas en precisas situaciones
para que apunten sobriamente al centro energético de donde fluye su razón de ser en tales
determinados modos de vida.

La violencia deformante

Este es el tema que predomina en GM desde La hojarasca (1955) hasta La mala hora (1962).

 Se trata de que la violencia, al continuar invariable, se hace estado natural.

En 1918 se produce el Bogotazo, cuando GM tenía veinte años. La violencia puede admitir
variadas explicaciones causales, pero tiende a canalizarse de un solo modo en el plano
concreto: a través de las manifestaciones políticas.

Es una violencia que de algún modo está gastada por la persistencia de la opresión política y se
reviste de un carácter institucional. Los personajes se sorprenden cuando se vuelven
autoconscientes de la violencia, pero no por esta en sí misa, ya que se haya naturalizada.
(Podemos ver un ejemplo de ello en el personaje del coronel Aureliano Buendía).

Descomposición y resistencia

 Hay una corrupción interior que se extiende de modo implacable.

Puede verse en la codicia en que todos tratan de sacar partido de la violencia, o en la


corrupción moral, entre otros.

 Pero también hay una resistencia de tesón infatigable


Simbolizada en el gallo de pelea.

Vitalidad y verdad

 En los personajes hay una vitalidad irrefrenable que los recorre y muchas veces se ve
reflejada en la alegría de la sensualidad que los atraviesa.

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