García Márquez, La Violencia Americana
García Márquez, La Violencia Americana
García Márquez, La Violencia Americana
Ángel Rama
Ya no le bastan las razones sociológicas y políticas. Por esto, apuesta por un ámbito metafísico
y se desplaza:
A la búsqueda de la
Del realismo A la fantasmagoría
verdad última
Para Rama, el germen originario de su estilo se encuentra en “Un día después del sábado”, de
gran influencia faulkeriana. Se trata de un pueblecito que compendia todos los pueblecitos
costeños bajo la dictadura, la violencia o el nuevo estancamiento, sobre el que se desplomará
una caliente lluvia hasta que fermente con insoportable hedor la pudrición interna que lo
corroe.
Por un lado, una radiografía rigurosa y certera de una sociedad históricamente dotada.
Por otro, la visión ahistórica, casi mítica, del universo, invadido por concepciones
tradicionales del catolicismo popular.
Estatismo y fragmentación.
Radica en la rígida y austera selección del hecho. La cosa aludida queda presa y revelada en la
pura enunciación.
Pero este estatismo y fragmentación están solo en apariencia. Son formas expresivas para
producir con rigor una realidad apresada en su nivel más apariencial.
Esta obra convoca a la libertad del lector, lo hace posible al reclamar su participación creadora
porque no hay opiniones sobre los hechos y los personajes, sino que se dan narrados en sí
mismos.
No hay en García Márquez nada del novelista-ensayista que practicó la vanguardia europea de
los “twenties”, y él austeramente ha querido atenerse siempre a la más concreta —real o
fantástica— enunciación literaria, limitándose a fatalizar sus criaturas en precisas situaciones
para que apunten sobriamente al centro energético de donde fluye su razón de ser en tales
determinados modos de vida.
La violencia deformante
Este es el tema que predomina en GM desde La hojarasca (1955) hasta La mala hora (1962).
En 1918 se produce el Bogotazo, cuando GM tenía veinte años. La violencia puede admitir
variadas explicaciones causales, pero tiende a canalizarse de un solo modo en el plano
concreto: a través de las manifestaciones políticas.
Es una violencia que de algún modo está gastada por la persistencia de la opresión política y se
reviste de un carácter institucional. Los personajes se sorprenden cuando se vuelven
autoconscientes de la violencia, pero no por esta en sí misa, ya que se haya naturalizada.
(Podemos ver un ejemplo de ello en el personaje del coronel Aureliano Buendía).
Descomposición y resistencia
Vitalidad y verdad
En los personajes hay una vitalidad irrefrenable que los recorre y muchas veces se ve
reflejada en la alegría de la sensualidad que los atraviesa.