Corrientes Literarias
Corrientes Literarias
Corrientes Literarias
Secularización de la sociedad: fue el proceso mediante el cual los sectores civiles de la sociedad
fueron ganando mayor influencia política, económica y, especialmente, cultural, con respecto al
poder detentado hasta entonces por la clase clerical.
Aparición de la idea del gentilhombre: el Renacimiento creó el ideal del hombre múltiple y docto
que debía conocer sobre todas las materias.
Racionalismo y cientificismo: los renacentistas estaban convencidos de que todo puede ser
explicado a través de la razón y la ciencia. Por ello florecieron las ciencias y destacaron científicos
como Nicolás Copérnico, Galileo Galilei, Alonso de Santa Cruz, Miguel Servet y el propio Leonardo
Da Vinci.
Individualismo: el Renacimiento favorece la idea de la autoconcepción, autovaloración,
autocalificación y autodistinción del hombre. No debe confundirse con el individualismo
consumista.
Humanismo antropocéntrico
El humanismo es un movimiento intelectual, filosófico y cultural que tiene estrecha relación con el
Renacimiento. Se trata de una doctrina filosófica que consiste en la valoración del hombre y la
búsqueda de su bien. Este había nacido en la Edad Media, pero para entonces se concebía como un
humanismo teocéntrico. El Renacimiento, en cambio, propuso el humanismo antropocéntrico, que
consistía en la valoración del ser humano como individuo y sujeto, con independencia de
justificaciones externas. Entre sus principales promotores se puede mencionar a Erasmo de
Rotterdam, Tomás Moro y Leonardo Bruni, entre otros.
Mecenazgo
Durante el Renacimiento, no solo se retomaron los valores de la Antigüedad Clásica, sino algunas
costumbres. Entre ellas, fue fundamental el desarrollo del mecenazgo, una forma de patrocinio de
la producción artística o científica, que trae beneficios, tanto materiales como simbólicos, al
inversionista. El término proviene de Cayo Cilnio Mecenas, quien vivió en tiempos del emperador
César Augusto, célebre en la historia por promover y patrocinar de las artes. Sin embargo, la
iniciativa privada del patrocinio artístico desapareció con el imperio, y recayó casi totalmente en la
Iglesia cristiana hasta el Renacimiento, cuando los civiles asumieron el protagonismo.
Los artistas del Renacimiento investigaron y reinterpretaron los valores plásticos del arte
grecorromano, lo que les permitió aplicarlos no solo a las técnicas ya conocidas, sino a las nuevas
técnicas y soportes de su tiempo, motivo por el cual la pintura destacó particularmente.
En literatura
Considerado uno de los mayores dramaturgos de todos los tiempos, figura el inglés William
Shakespeare, quien escribió tragedias como Romeo y Julieta y Hamlet, y comedias como La fierecilla
domada o El sueño de una noche de verano.
En España, se conoce como Siglo de Oro a un período de elevadísima fecundidad literaria, que
coincidió con buena parte del Renacimiento, y se extendió hasta el siglo XVII aproximadamente. Son
del Siglo de Oro los escritores Miguel de Cervantes, Sor Juana Inés de la Cruz, Lope de Vega,
Francisco Quevedo, Góngora, Garcilaso de la Vega, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Ávila, entre
otros.
La principal característica de la literatura renacentista es el regreso a la cultura clásica grecolatina
que se experimenta en todo el campo de las artes, el pensamiento y la filosofía europea. La
revalorización del humanismo, relativamente dejado de lado durante la Edad Media, constituye así
un “renacimiento” cultural, de allí el nombre con que se conoce esta época.
Conviene apuntar que, en la difusión de las ideas del Renacimiento, participó como hecho clave la
invención de la imprenta, hacia 1440, por el alemán Johannes Gutenberg.
En este periodo, además, surgen nuevas formas literarias, como la novela, tal como es actualmente
conocida; aparecen nuevos géneros, como el ensayo; y se crean nuevos modelos, como el soneto y
el verso endecasílabo. Algunos de los géneros literarios más cultivados de la época son la poesía
lírica y la poesía mística de temática religiosa; la novela de caballerías, la pastoril y la pícara, así como
el teatro y el ensayo.
En literatura
En arte
En arquitectura
Música
Neoclasicismo
Corriente literaria y artística nacida en Europa en el siglo XVIII, inspirada en los valores y el arte de
la Antigüedad clásica o grecorromana. Tuvo manifestación en las distintas disciplinas artísticas,
como la literatura, la arquitectura, la pintura, la escultura y la música. Fue la expresión estética
del Iluminismo o Ilustración, motivo por el cual se le acogió en muchos países de América, como
Estados Unidos, que encontraban en los valores políticos de este movimiento la inspiración para la
independencia. Pretendía desarrollar un arte comprometido con valores universales, especialmente
el racionalismo (culto a la razón) y la secularización del Estado, de manera que inicialmente el
neoclasicismo se percibía a sí mismo como un movimiento revolucionario.
Así como los pensadores de la Ilustración, los artistas neoclásicos entendieron el racionalismo como
una bandera para combatir el fanatismo que había causado las recientes guerras de religión en
Europa. En ese sentido, la Antigüedad Clásica era vista una vez más como un modelo a imitar, ya
que en ese momento de la historia nacieron la filosofía, la ciencia y la democracia. Aquel renovado
interés por el pasado grecorromano surgía de los recientes descubrimientos de las ruinas de
Herculano y Pompeya, ocurridos en 1738 y 1748 respectivamente.
Por ello, para oponerse al arte barroco (arte de la Reforma y la Contrarreforma), caracterizado por
una decoración excesiva (horror vacui), el abuso de la línea curva y las formas abiertas y el uso de
múltiples puntos de fuga, el neoclasicismo preferiría el orden, la proporción y la simetría. Sin
embargo, cuando el Estado secular comenzó a mostrar rasgos autoritarios e irracionales, y
especialmente cuando Francia (Napoleón) pretendió extender su dominio al resto de Europa, el arte
del neoclasicismo sufrió un serio descrédito y fue juzgado como proselitista, frío y sin alma. Fue así
como el Romanticismo hizo su aparición, cuyo precedente inmediato fue el movimiento Sturm und
Drang hacia finales del siglo XVIII.
En la literatura
En la pintura
La muerte de Marat, Jacques Louis-David, 1793
En la escultura
En la arquitectura
Asimismo, proliferaron los edificios civiles, como palacios de gobierno, parlamentos, museos,
academias, etc., pues todos los nacientes gobiernos del siglo XVIII en adelante aspiraban a integrarse
en la universalidad de los valores modernos que representaba el racionalismo neoclásico.
Romanticismo
Como Romanticismo se conoce el movimiento cultural que se desarrolló desde las últimas décadas
del siglo XVIII y que se prolongó durante buena parte del siglo XIX. Surgió principalmente en
Alemania, el Reino Unido y Francia, y de allí se extendió a otros países de Europa y América.
En literatura
• los alemanes Johann Wolfgang von Göethe (1749-1832) y Friedrich Schiller (1759-1805),
• el estadounidense Edgar Allan Poe (1809-1849),
• el francés Víctor Hugo (1802-1885),
• los británicos Lord Byron (1788-1824), Walter Scott (1771-1832) y John Keats (1795-1821),
Y en nuestra lengua:
Realismo
Es una corriente filosófica, artística y literaria que ha tenido expresiones en las más diversas esferas
de actividad humana, como en la pintura, la literatura y en el derecho. Se sitúa a mediados del siglo
XIX y se caracterizó por una acelerada transformación como consecuencia del triunfo de la
revolución industrial, la aparición del proletariado, la división de la burguesía, el desarrollo de la
prensa y la concurrencia de nuevas teorías sociales e ideologías (nacionalismo, liberalismo,
socialismo, positivismo, marxismo, etc.). La aparición de la prensa en el siglo XIX, favorecida por la
alfabetización de la sociedad, le dio a la novela realista amplia difusión. Divulgada inicialmente por
capítulos, la novela realista encontró buena acogida, pues trataba los temas que preocupaban a los
lectores, principalmente burgueses, y al periodismo. El realismo se propuso representar y analizar
la realidad de manera objetiva y crítica, en oposición al idealismo romántico. Los escritores realistas
se detenían a observar las contradicciones surgidas en su contexto y deseaban mostrar la realidad
en ciernes. Por ello, rechazaban el idealismo del movimiento romántico, considerado evasivo y
egocéntrico. La novela fue la expresión más difundida y popular del realismo literario. Sin embargo,
también se expresó en el cuento, el teatro y la poesía. En todas sus manifestaciones, reivindicaba el
lenguaje directo y la realidad concreta como tema.
Nace en Francia, pero se extendió a otros países de Europa occidental y América. Entre ellos,
Inglaterra, Rusia, España, Portugal, Alemania y Estados Unidos, entre otros. El programa del
realismo penetró también las artes plásticas. Sin embargo, la pintura realista no tuvo la misma
receptividad que la literatura, que influyó en otras corrientes como el naturalismo y se mantuvo
vigente por varias décadas.
Realismo y naturalismo
Características
Compromiso moral, político y humanitario. Preocupado por los problemas sociales, el realismo
literario se caracteriza por un declarado compromiso moral, político y humanitario. Piensa en el
escritor como alguien con la responsabilidad de denunciar las contradicciones sociales y las
injusticias.
Representación de la realidad. La realidad concreta es vista como materia de creación, sin excluir
los elementos desagradables. Los escritores prefieren aquellos aspectos evadidos frecuentemente
en el arte romántico, tales como los problemas y contradicciones sociales.
Para el realismo, todo elemento de la realidad es digno de representación. No se oculta nada solo
porque pueda parecer desagradable, pobre, feo, escandaloso o inmoral. Esto no quiere decir que el
realismo sea grotesco o vulgar. Por el contrario, la objetividad en la descripción favorece el cuidado
de la forma del discurso.
Cientificismo y objetividad. La investigación científica fue parte de los recursos que utilizaban los
escritores para garantizar la objetividad. Ningún detalle podía quedar sujeto a la especulación. Un
ejemplo es Flaubert, quien para narrar con detalle la muerte de Madame Bovary, se documentó en
la literatura médica de la época.
Predominio del narrador omnisciente. La literatura realista prefiere el narrador omnisciente. Esto se
debe a dos factores. Por un lado, el narrador omnisciente sabe más que los personajes y esto
permite abundar en detalles o enfoques. Por otro lado, como el narrador omnisciente no participa
en la acción, favorece la sensación de objetividad, sea que se limite a narrar los hechos o que los
sancione.
Linealidad narrativa. La estructura narrativa del realismo suele ser lineal. Significa que la línea
temporal del relato acostumbra a ser cronológica, sin saltos temporales. Esto no impide que puedan
ser presentados al lector antecedentes, recuerdos o pensamientos del pasado que expliquen una
determinada acción.
Lenguaje claro, objetivo y directo. Los escritores del realismo optan por el uso del lenguaje directo.
Prefieren describir las cosas de manera clara y objetiva, aun cuando puedan abundar en detalles
explicativos y descripciones pormenorizadas. Se prescinde de la ambigüedad discursiva y se
exponen claramente las cosas tal como son entendidas por el autor.
Personajes comunes. El realismo fija su atención en los personajes comunes. Suele preferir los
personajes de la clase media y burguesa o de los sectores populares. Los personajes nobles dejan
de ser centrales o reciben un tratamiento diferente. Los personajes mitológicos o legendarios, tan
presentes en la literatura del pasado, son retirados del realismo.
Temas del realismo. Los realistas se ocupan de representar la realidad social. Sin embargo, el tema
que concentrará la mayor atención será la burguesía. Son presentes asuntos como las
transformaciones sociales, la pobreza y la exclusión; las tensiones entre la aristocracia y la
burguesía; la ambición y el ascenso social; la crisis de las instituciones sociales –como el matrimonio
(adulterio y divorcio)–; el rol social de la mujer; etc.
Rojo y negro, de Stendhal: es la historia de Julien Sorel, un joven hijo de un humilde carpintero que
destaca por sus habilidades intelectuales. En medio de la transición entre el Antiguo Régimen y la
revolución, la historia muestra a un Sorel ansioso por ascender socialmente.
Eugenia Grandet, de Honorè Balzac: Eugenia Grandet es hija de un rijo inversionista. Su corazón
pertenece a su primo Charles, pero dos familias de alcurnia se disputan la mano de la joven. Eugenia
se rebela contra el dictamen social.
Madame Bovary, de Gustave Flaubert: Madame Bovary, de posición económica modesta, es una
infatigable lectora. Deseosa de una vida cosmopolita y apasionada, como los personajes librescos,
se casa con el médico Charles Bovary. Pronto, descubre que está condenada al mundo doméstico.
Oliver Twist; de Charles Dickens: Oliver Twist es un niño huérfano que se enfrenta a un mundo
hostil. Oliver escapa a la ciudad de Londres, y allí conoce el submundo del hampa. El joven
demostrará sus inconmovibles valores éticos.
Guerra y paz, de León Tolstoi: la novela inicia en el contexto de la invasión napoleónica a Rusia. Se
trata de una novela de dimensiones monumentales, en la que se registran las experiencias de varias
familias nobles rusas a lo largo de medio siglo.
El jardín de los cerezos, de Antón Chejov: es una pieza de teatro que retrata a una familia
aristocrática rusa arruinada. Deberán decidir entre rematar su hacienda o convertirla en un centro
vacacional, lo que implica destruir el jardín de los cerezos, símbolo de la tradición familiar.
Doña Perfecta, de Benito Pérez Galdós: Doña Perfecta es viuda y madre de Rosario, decide casarla
con su sobrino Pepe. Entre los jóvenes nace un natural afecto, pero Pepe, ingeniero citadino, choca
con la intolerante Doña Perfecta y el cura del pueblo, vigilante de sus propios intereses.
El crimen del padre Amaro, de Eça de Queirós: Amaro es un joven sacerdote encomendado a una
parroquia tradicional portuguesa. Amparado en el clericalismo de la aristocracia local, se entrega a
sus pasiones y corrompe a Amelia, una joven devota e ilusa, arrastrada al sufrimiento.
Las aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain: el joven huérfano Tom Sawyer vive en un pueblo de
Misisipi a cargo de su tía Polly. Tom choca con el orden establecido de los adultos. La experiencias
que vive junto a su amigo Huckleberry Finn, lo llevarán a convertirse en un adulto.
Con el tiempo, el espíritu crítico del realismo puso en duda la objetividad del movimiento. Esto dio
lugar a una nueva corriente llamada naturalismo. El naturalismo no significó el fin del realismo, sino
que ambas corrientes convivieron.
En el arte
El modernismo
Como movimiento literario, el modernismo tuvo su
origen en 1880 en América Latina; fue el primer
movimiento dentro de este arte que adquiriría tal fuerza
que contagiara a muchos países, contándose los
principales núcleos de creación literaria de Europa,
como lo eran España y Francia.
El objetivo de este nuevo estilo literario, era desprenderse de los modelos españoles y se apoyaron
mayoritariamente en modelos de corriente subversiva como el simbolismo y el parnasianismo
francés. Algunos de los autores más seguidos por los modernistas eran Théophile Gautier, Paul
Verlaine, Walt Whitman y Edgar Allan Poe. Al modernismo también se lo conoce como Art Nouveau.
Sus objetivos
La base del modernismo se encontraba en una intención rupturista con los estilos predominantes
de la época. La búsqueda de una nueva estética, inspirada en la naturaleza y con elementos de la
revolución industrial, marcó el cambio de paradigma. El modernismo buscaba impulsar el cultivo del
arte más natural, separado de las construcciones burguesas. De hecho, el culto a la belleza y la
utilización de imágenes armoniosas son una de las características más destacadas de este giro
literario. Se buscaba el acercamiento de la belleza artística a los objetos cotidianos, de modo tal que
el arte fuera accesible a todas las clases sociales. No apelaba, de todas formas, a las técnicas de
producción masiva.
Otras características del modernismo fueron el uso de líneas curvas, la asimetría, la utilización de
motivos exóticos y la tendencia a la sensualidad y a los placeres de los sentidos. En este
movimiento, el tema del amor adquirió un tono más erótico y sensual, alejándose de las imágenes
románticas, tan de moda en aquella época.
Otra cuestión bastante significativa en la creación poética fue la evocación de lugares lejanos y de
tiempos arcaicos, y la utilización de elementos propios de la mitología grecolatina, así como también
de personajes de épocas pasadas.
Por otro lado, se hizo hincapié en la perfección de la forma y el esteticismo, así como también en el
lenguaje culto. Todas herencias del parnasianismo. En lo que respecta a la musicalidad de los versos,
solían utilizarse como recursos poéticos el ritmo, la aliteración y la onomatopeya.
Entre los autores más destacados del modernismo hispanoamericano podemos mencionar a
Delmira Agustini, Julián del Casal, José Asunción Silva, Julio Herrera y Reissig, Amado Nervo,
Leopoldo Lugones y los citados Martí y Gutiérrez Nájera.