El Discurso Hegemónico Nacional Uruguayo y Los Efectos de La Crisis, 1998-2004
El Discurso Hegemónico Nacional Uruguayo y Los Efectos de La Crisis, 1998-2004
El Discurso Hegemónico Nacional Uruguayo y Los Efectos de La Crisis, 1998-2004
Aquesta tesi doctoral està subjecta a la llicència Reconeixement- NoComercial 3.0. Espanya de
Creative Commons.
Esta tesis doctoral está sujeta a la licencia Reconocimiento - NoComercial 3.0. España de
Creative Commons.
This doctoral thesis is licensed under the Creative Commons Attribution-NonCommercial 3.0.
Spain License.
1
CAMBIOS Y PERMANENCIAS
CAMBIOS Y PERMANENCIAS
Directores:
Dr. Andreu Mayayo Artal
Dra. Gabriela Dalla-Corte Caballero
Junio de 2016
4
5
CAMBIOS Y PERMANENCIAS
INDICE
Agradecimientos……………………………………………………………............ 9
Introducción……………………………………………………………................... 13
Capítulo 1.
De un Uruguay: ¿con o sin uruguayos?
Introducción……………………………………………………………...................... 29
1.1. La construcción del relato fundacional uruguayo……………………………. 33
1.2. Crisis y cambios en el imaginario colectivo nacional……………………….. 35
1.3. 1998-2004: permanencias y transformaciones después de la
38
catástrofe…………………………………………………………….............................
1.4. Las posturas extremas entre el independentismo y el anexionismo……….. 41
1.5. El Independentismo visto desde la interdisciplinariedad…………………….. 49
1.6. Las influencias del revisionismo argentino……………………………………. 52
Conclusiones………………………………………………………………………….. 58
Capítulo 2.
Discurso del centenario: el relato nacional negociado
6
Introducción……………………………………………………………………………. 63
2.1. Nativismo y romanticismo: vaivenes de un Estado y “raíces históricas”…... 71
2.2. Del Nativismo al Cosmopolitismo: dos etapas de un mismo proceso……… 81
2.3. Políticas de poblamiento y estrategias de asimilación……………………… 84
2.4. Cosmopolitismo, progreso y vida cotidiana…………………………………… 96
Capítulo 3.
Rupturas del discurso fundacional: tres momentos históricos
Introducción………………………………………………………………………….. 109
3.1. Primer acto. crisis de los años 1960, Uruguay se aproxima a Latino
110
América…………………………………………………………………………………
3.1.1. La cuerda se rompe por la economía…………………………………. 112
3.1.2. El Estado no encuentra respuestas democráticas………………….. 114
3.1.3. El Uruguay latinoamericano…………………………………............... 117
3.1.4. Las expresiones de la identidad……………………………................ 120
3.1.5. De una sociedad homogénea a una radicalizada…………………… 125
3.2. Segundo acto: el quiebre democrático, la construcción del discurso
127
autoritario y la exclusión………………………………………………………………
3.2.1. El intento de fundar una nueva nacionalidad oriental………............ 131
3.2.2. La educación como creadora de identidad…………………………… 134
3.2.3. Otros ámbitos de propaganda…………………………………………. 137
3.2.4. La persecución del “otro” interno…………………………….............. 138
3.2.5. El velo comienza a descubrirse……………………………………….. 141
3.3. Tercer acto: el retorno a la democracia ¿qué relato nacional elegimos
146
ahora? …………………………………………………………………………………
3.3.1. La reconstrucción de la memoria colectiva………………………….. 149
3.3.2. ¿Qué relato nacional elegimos ahora? ………………………………. 153
3.3.3. El proyecto socio-económico de la post- dictadura…………………. 158
Conclusiones………………………………………………………………………….. 163
Capítulo 4.
Personas detrás de los números: situación socio-económica (1998-2004)
Introducción…………………………………………………………………………… 169
4.1. Las propuestas del paradigma Neoliberal para América Latina…………… 175
4.1.1. El caso uruguayo………………………………………………………. 178
7
Capítulo 5.
¿Estado-céntrico o mercado-céntrico? En busca de la identidad política
Introducción…………………………………………………………………………… 230
5.1. Contra viento y marea: el intento por desarmar el Estado batllista……….. 237
5.2. La política post- dictatorial: el liberalismo redobla la apuesta……………… 241
5.3. El principio del fin………………………………………………………………… 249
5.4. El gobierno de la crisis………………………………………………………….. 250
5.5. La izquierda y su camino al poder político……………………………………. 280
5.5.1.- Triunfo y gobierno progresista………………………………………… 299
5.6. Cambios y permanencias en el imaginario político de la Nación…………… 292
5.7. ¿Qué pilares políticos de la identidad nacional han “soportado” los
296
embates de la crisis? …………………………………………………………………
5.7.1. Los relatos del caudillo en el presente……………………………….. 298
5.7.2. El viejo orden simbólico del Estado batllista………………………….. 309
Conclusiones…………………………………………………………………………... 311
Capítulo 6:
Crisis y Cultura: las expresiones de la incertidumbre.
Introducción……………………………………………………………………………. 318
6.1. Debatiendo el discurso hegemónico…………………………………………… 320
6.2. Música y literatura como antecedentes culturales revisionistas……………. 324
6.3. Reflejos de la sociedad fragmentada………………………………………….. 329
6.4. La cultura de la crisis y la post-modernidad…………………………………... 331
6.5. La banda sonora del desastre………………………………………………….. 334
6.6. La Murga, teatralización cantada y satírica del “nosotros”………………….. 360
6.7. El paradigma literario y sus interpretaciones de la realidad………………… 371
8
Agradecimientos
encontré en mi camino por estas tierras, por suerte esta lista también sería
interminable.
A mi querida América Latina, en especial a mi país, Uruguay, al que tanto
añoré y al que necesitaba entender para entenderme.
13
Introducción
1
ANDERSON, Benedict. Las comunidades imaginadas, Barcelona, FCE, 2002.
15
habían sido creados a finales del siglo XIX, había que fortalecer el relato, darle
orden y coherencia, incluir en él el aporte inmigrante y crear una estructura de
símbolos y festejos nacionales que fueran asimilados por los nuevos
integrantes. Es allí que entran en acción los mecanismos de asimilación a partir
de la educación pública, los actos patrióticos nacionales, los partidos políticos,
los sindicatos, los medios de comunicación, el fútbol.
La construcción del relato fundacional se termina de configurar en los
festejos del centenario de la independencia y la jura de la primera Constitución
(1925-1930), es a partir de allí que el relato nacional se marca un doble
objetivo, la posesión común de un legado de recuerdos y orígenes comunes, el
deseo y consentimiento del devenir presente y la voluntad de continuar una
vida colectiva manteniendo esa herencia del pasado. El doble objetivo se
corresponde entonces con el fortalecimiento de los orígenes y con el
compromiso por la construcción de un futuro en común.
El imaginario que sobrevuela cualquier debate o afirmación es el del
“Uruguay batllista”, “el Uruguay feliz o excepcional”, que se ha convertido en un
termómetro en donde los uruguayos establecen las similitudes y diferencias
entre el imaginario colectivo y su realidad, ya sea para añorarlo, rechazarlo o
ironizarlo es un horizonte siempre presente, un anclaje simbólico trascendente
más allá de las dinámicas transformaciones que se operan en el discurso
identitario nacional.
La temática desarrollada está dividida entre los capítulos de la tesis, en el
capítulo uno: ”De un Uruguay, ¿con o sin uruguayos? Desarrollo la idea del
debate identitario del Uruguay como una constante histórica de
enfrentamientos, en especial el debate sobre los orígenes de la Nación,
marcado por dos posturas, los anexionistas y los independentistas. Los
primeros afirmaban que antes del Estado político ya existía una nación y
encontraban evidencias de esta afirmación en las acciones de los charrúas y
de los gauchos, en el ideario artiguista de principios del siglo XIX o en las
gestas libertadoras anteriores a la conformación del Estado. La otra opción, la
anexionista defendía la idea del Uruguay como una construcción arbitraria
sostenida desde la conveniencia comercial y política de Argentina, Brasil e
Inglaterra como principal potencia económica de la época. Las raíces de ambos
17
2
KOHN, Hans. "Nacionalismo". En: Enciclopedia Internacional de las Ciencias
Sociales, Madrid, Aguilar, 1974, vol. VII, p. 306.
20
3
GAMBARINO, Mario. "La cultura nacional como problema". Nuestra Tierra, núm. 46,
Montevideo, Nuestra Tierra, 1970, p. 58.
4
ANDERSON, Benedict. Las comunidades imaginadas, Barcelona, FCE, 2002.
21
Por lo tanto estos tres elementos serán los analizados durante esta
investigación: la negociación entre las concepciones abiertas y cerradas, los
acentos y las síntesis, la nación como la búsqueda de la integración social y la
articulación necesaria entre el pasado común y la búsqueda de un futuro viable.
5
Ibídem, pp. 21-25.
6
GELLNER, Ernest. Naciones y nacionalismos, Madrid, Alianza, 2008.
7
HOBSBAWN, Eric. Naciones y nacionalismos desde 1780, Barcelona, Crítica, 2009.
8
CAETANO, Gerardo. Los uruguayos del Centenario, Nación, ciudadanía, religión y
educación, 1910-1930, Montevideo, Taurus, 2000.
22
9
FERRE, Methol. El Uruguay como problema, Montevideo, EBO, 1971.
24
10
JACOB, Raúl. Modelo batllista: ¿variación sobre un viejo tema? Montevideo,
Proyección, 1988.
25
“Es posible considerar que los partidos políticos (…) tienen el carácter de
actores y garantes del pacto social fundante para el imaginario social; en
esta medida operan también como representantes de la continuidad
social”.11
11
BEISSO, Rosario y CASTAGNOLA, José. "Identidades sociales y cultura política en
Uruguay. Discusión de una hipótesis". Cuadernos del CLAEH, núm. 44, Montevideo,
1987, pp. 15-16.
26
12
BARRAN, José y NAHUM, Benjamín. Crisis y radicalización (1913-1916),
Montevideo, EBO, 1985, p. 236.
27
CAPITULO 1
Introducción
13
ZARUR, George. Etnia y Nación en América Latina, Brasil, Centro Editorial OEA,
vol. II, 1996, pp. 18-19.
14
ANDERSON, Benedict. Las comunidades imaginadas, Barcelona, FCE, 2002, p. 27.
15
LACLAU, Ernesto. Contingencia, hegemonía, universalidad, Buenos Aires, FCE,
2003.
31
16
MARKARIAN, Vania y COSSE, Isabella. Memorias de la Historia. Una aproximación
al estudio de la conciencia histórica nacional, Montevideo, Trilce, 1994, pp. 33-34.
17
Ibídem, p. 8.
32
“Por diferentes que los miembros de una nación puedan ser en términos
de clase, género o raza, una cultura nacional busca unificarlos dentro de
una identidad cultural, representarlos como pertenecientes a la misma
gran familia nacional...ofreciéndoles otras pautas de identificación”. 18
18
Ibídem, p. 12.
19
BHABHA, Homi K. Nación y Narración, Buenos Aires, Siglo XXI, 2010.
33
20
CAETANO, Gerardo. Los uruguayos del Centenario, Nación, ciudadanía, religión y
educación, 1910-1930”, Montevideo, Taurus, 2000, p. 10.
35
se conjuntaron dos situaciones: una grave crisis económica y social que tuvo
en el quiebre del sistema financiero uno de sus principales efectos y la falta de
apoyo popular a la propuesta política del gobierno militar que a pesar del uso
del terror no logró imponerse en el plebiscito de 1980, en donde la dictadura
realizó una propuesta constitucional que la población rechazó. A partir de ese
momento histórico, el Uruguay silenciado por el miedo comenzó a manifestarse
de innumerables maneras dentro y fuera de fronteras, en definitiva parecía que
las características identitarias del Uruguay Batllista estaban presentes, aún en
el imaginario de los propios militares que necesitaron de la legitimidad electoral
para fortalecerse.
En 1985 comenzaba una nueva etapa democrática, la transición fue
atravesada por muchos imaginarios nacionales: el que dejó la dictadura militar
entre las generaciones que nacieron y vivieron durante ese período, el de los
exiliados políticos y económicos, aquellos emigrantes forzados que esperaban
retornar al país de los ’60. Los presos políticos y los familiares de las víctimas y
desaparecidos por la dictadura, que buscaban en el nuevo gobierno Verdad y
Justicia; los in-exiliados, aquellos que se habían “camuflado” para sobrevivir
dentro de fronteras, los que habían mantenido la lucha y la militancia política
desde la clandestinidad, etc. Los imaginarios y las expectativas eran muy
diversas.
El fin de la transición plantea un momento clave que nos explica en buena
medida lo que sucedió después, entre 1989 y 1990 se procesaron
determinados hechos nacionales e internacionales que fortalecieron un rumbo
político, económico y social que dejó sin respuestas ni posibilidades a muchos
uruguayos. En el ámbito internacional el final de la Guerra Fría y la supremacía
absoluta del capitalismo, permitieron la implementación del modelo liberal y la
economía de consumo sin límites ni filtros.
En Latinoamérica, dicho proceso se estructuro en base a un documento
llamado Consenso de Washington en el cual el Departamento del Tesoro de los
Estados Unidos y las principales organizaciones internacionales de crédito
establecían una serie de pautas económicas que tenían como objetivo liberar
mercados, garantizar los pagos de la deuda y generar crecimiento macro-
económico en base a las estrategias que establecidas por el modelo neoliberal:
38
21
Disponible en: https://sip21-
webext.parlamento.gub.uy/temporales/leytemp7282898.htm
39
22
METHOL FERRÉ, Alberto. El Uruguay como problema: geopolítica de la Cuenca del
Plata y el Atlántico Sur, Montevideo, Editorial Diálogo, 1967.
42
23
BAUZÁ, Francisco. Historia de la dominación española en Uruguay, Montevideo, El
demócrata, tomos I al III, 1929.
43
24
BLANCO ACEVEDO, Pablo. Centenario de la Independencia. Informe de la
Comisión parlamentaria. EN: La independencia Nacional, tomo II, Montevideo,
Ministerio de Educación y Cultura, 1975.
25
PIVEL DE VOTO, Juan Ernesto. Historia de la República Oriental del Uruguay,
1830-1930, Montevideo, Editorial Raúl Artagaveytia, 1945.
26
REAL DE AZÚA, Carlos. Los orígenes de la nacionalidad uruguaya, Montevideo,
Arca, 1991, p. 60.
27
Ibídem, p. 62.
44
“La Banda Oriental no sólo tenía límites políticos poco claros, sino que
carecía de una población que pudiera distinguirse por alguna
especificidad étnica, religiosa, lingüística o cultural. Desde el punto de
vista étnico, a lo largo del siglo XVIII se fue consolidando el mestizaje de
población: europea, indígena y negra que podía encontrarse en amplias
zonas de lo que hoy es Argentina y el sur del Brasil. La etnia indígena
dominante en términos cuantitativos y culturales fue la guaraní
(especialmente tras la destrucción de las Misiones Jesuíticas), lo que
implicaba un importante aspecto en común con Paraguay. En el terreno
religioso, y al igual que ocurría en el resto de la región, el catolicismo era
la confesión casi monopólica. Desde el punto de vista lingüístico, si bien
en Montevideo se hablaba mayoritariamente el castellano, a medida que
se avanzaba hacia el norte del país se iba consolidando un fuerte
fenómeno de fusión con el portugués. Algunos de los usos sociales más
extendidos en la Banda (el predominio del caballo y el modo de
emplearlo, el consumo regular del mate y el atuendo de la población
49
28
COLOM GONZÁLEZ, Francisco. Relatos de Nación. La construcción de las
identidades nacionales en el mundo hispánico, Madrid, Editorial Iberoamericana, 2005,
p. 17.
29
BLANCO ACEVEDO, Pablo. “Centenario de la Independencia. Informe de la
Comisión parlamentaria”. EN: La independencia Nacional, tomo II, Montevideo,
Ministerio de Educación y Cultura, 1975.
50
30
QUIJANO, Carlos. Cuadernos de Marcha entre 1964-1974, Montevideo, s/d.
31
ACEVEDO DIAZ, Eduardo. Anales históricos del Uruguay, tomos I y II, Montevideo,
Editorial Barreiro y Ramos, 1933.
32
ACEVEDO, Eduardo. Notas y apuntes, contribución al estudio de la historia
económica y financiera de la República Oriental del Uruguay, Montevideo, Editorial El
Siglo Ilustrado, 1903.
52
33
ZUM FELDE, Alberto. Proceso histórico del Uruguay. Esquema de una sociología
nacional, Montevideo, Editorial El siglo ilustrado, 1919.
34
REYES ABADIE, Washington, BRUSCHERA, Oscar y MELOGNO, Tabaré. El Ciclo
artiguista, Montevideo, Universidad de la República, tomo I y II, 1968.
35
REYES ABADIE, Washington, BRUSCERA, Oscar y MELOGANO, Tabaré. Bando
Oriental: pradera, frontera, puerto, Montevideo, Editorial Banda Oriental, 1974.
36
HALPERIN DONGHI, Tulio. El revisionismo histórico argentino como visión
decadentista de la historia nacional, Buenos Aires, Siglo XXI, 1970, p. 25.
53
Uno de los elementos de análisis más importantes son los que fundan la
alteridad de la Banda Oriental en la rivalidad con Buenos Aires, los argumentos
alternativos a los clásicos determinan que la misma encarnaba una lucha de los
patriciados comerciales portuarios, y que no tenían relación con los intereses
del resto de la provincia.
El otro punto fuerte es el que distingue a la figura de Artigas como el
fundador de la nacionalidad oriental, según Real de Azúa Carlos María
Ramírez en 1884, y setenta años después Eugenio Petit Muñoz, sostuvieron
historiográficamente que: "los antecedentes del período artiguista
eran…favorables a la permanencia de los orientales en el seno de la familia
rioplatense con las garantías del pacto que salvaguardara su autonomía”. 37
Con respecto al período clave que se extiende desde 1825 a 1828, los
revisionistas afirman que la voluntad de unión de la Banda Oriental a la
República Argentina, se hace evidente a través del análisis documental y los
hechos acaecidos durante ese lapso “no se encontrará ninguna declaración,
ningún acto de autoridad, ninguna protesta en la que se vea la intención de
separarnos de las Provincias Unidas”. Siguiendo a Real de Azúa: “no hubo en
nuestro país, ni sostuvo nadie, la idea de constituir un Estado independiente”.38
La postura anexionista pone énfasis en la idea de integración como
vertebradora del futuro que los revolucionarios orientales asumían como
deseable. La independencia del adversario para unirse al resto de la Provincias
con la que compartían lazos históricos.
Uno de los argumentos fuertes de los independentistas se basa en la
inexistencia real de la Argentina como Estado-Nación, si bien el Estado como
estructura jurídica sufrió un importante contratiempo con la caída del gobierno
unitario de Rivadavia. La llegada de Dorrego a la gobernación porteña y su
relación con el resto de las provincias propició un clima de respeto y
entendimiento mutuo.
Para los anexionistas existía una idea de nación a pesar de que esta
fuera frágil, y que el llamado “egoísmo porteño” no fue más que un momento de
37
REAL DE AZÚA, Carlos. Los orígenes de la nacionalidad uruguaya, Montevideo,
Arca, 1991, p. 246.
38
Ibídem, p. 294.
54
39
Ibídem, p. 326.
40
DEMASI, Carlos. La lucha por el pasado. Historia y nación en Uruguay (1920-1930),
Montevideo, Trilce, 2004, p. 13.
56
41
Ibídem, p.16
42
MALLO, Susana, "Conflictos y armonías en épocas de refundción social y cultual.
Una lectura desde Carlos Real de Azúa". Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS,
Montevideo, vol. 25, núm. 31, diciembre 2012, pp. 125-143, cita de p. 138.
57
política de la población con las mismas hizo inviable este proyecto y los
conflictos continuaron instalándose, naturalizando la guerra como una forma
legítima de debate político y lucha por el poder. Recordemos que Andrés
Lamas había nacido en Montevideo en 1817. Fue abogado, escritor y político
colorado uruguayo. En 1844, después de la Guerra Grande, escribió el
“Manifiesto dirigido a mis compatriotas”, el cual sirvió como base teórica para la
política de fusión. Dicha política negaba los partidos blanco y colorado
responsabilizando a los caudillos del constante enfrentamiento civil que vivía el
país.43
El segundo intento de unificación buscó esquivar la influencia partidaria,
por fuera del discutible sistema democrático, y llevando a los militares al poder
político. En 1876 comenzó este período denominado “Militarismo” que marcó
una nueva etapa político-administrativa confluyendo con un proceso de
modernización económica y social que se había iniciado 20 años antes por
nuevas inversiones agropecuarias, conocido como la Revolución del Lanar.
La historiografía uruguaya establece una conexión entre el militarismo, la
modernización y la suscripción del Uruguay al mercado comercial capitalista.
La necesidad de mitigar los efectos de la inestabilidad política sobre los logros
económicos de las clases terratenientes y la oligarquía comercial supuso la
búsqueda de un nuevo actor político, los militares como garantes de paz y
estabilidad que posibilitara el desarrollo que exigía el nuevo orden económico
dominante, el decimonónico binomio de “Orden y Progreso”.
El poder se establece fuera de la lucha entra las divisas con el objetivo de
organizar el Estado-Nación, a fin de marcar unos objetivos comunes por fuera
de las contradicciones internas. Pero este largo período militarista (1876-1886)
no logró extinguir los enfrentamientos partidarios ni los alzamientos
revolucionarios dirigidos por los caudillos. Siguiendo a Susana Mallo:
“El ideal moderno del progreso se expresaba para nuestra América Latina
como promesa de desarrollo, entendida como sinónimo del nivel de vida
delos países centrales. Y el desarrollo estaba, a su vez, ligado a la
43
LAMAS, Andrés. Manifiesto de Andrés Lamas a sus compatriotas, Río de Janeiro,
Imprenta J. de Villeneuve, 1855.
58
Conclusiones
Para entender la compleja formación del Uruguay como país
independiente, debemos partir de la realidad de un país cuya construcción
estatal y “nacional” están siempre en discusión. Esta característica marcó el
proceso de la formación de los estados modernos latinoamericanos. En general
puede afirmarse que el análisis sobre el relato nacional comienza a construirse
hacia finales del siglo XIX y principios del XX. El Uruguay no fue una
excepción. De acuerdo a Silveira: “un país que debió enfrentar el problema de
su identidad después de haber obtenido su independencia política”. 45
Es en esa búsqueda en donde se desarrollan y se confrontan los primeros
relatos. En la opinión de Pablo Silveira la construcción de un sentido de
pertenencia nacional fue una tarea compleja, a la confrontación de los relatos
(independentista y anexionista) establecidos desde mediados del siglo XIX se
sumó la llegada constante de fuerte corrientes migratorias. Un nuevo grupo
44
MALLO, Susana. "Conflictos y armonías en épocas de refundción social y cultual.
Una lectura desde Carlos Real de Azúa". Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS,
Montevideo, vol. 25, núm. 31, diciembre 2012, pp. 125-143, cita de p. 126.
45
SILVEIRA, Pablo. “La nacionalidad uruguaya con problema. Entre Habermas y San
Agustín”. EN: GONZÁLEZ, Fernando (coord.). Relatos de Nación. La construcción de
las identidades nacionales en el mundo hispánico, Madrid, Editorial Iberoamericana,
vol. II, 2005, p. 915.
59
46
Ibídem, p. 910.
60
47
DEMASI, Carlos. La lucha por el pasado. Historia y nación en Uruguay (1920-1930),
Montevideo, Trilce, 2004, p. 12.
48
MALLO, Susana, "Conflictos y armonías en épocas de refundción social y cultual.
Una lectura desde Carlos Real de Azúa". Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS,
Montevideo, vol. 25, núm. 31, diciembre 2012, pp. 125-143, cita de p. 143.
61
identidad nacional, se afirmó desde la academia, las artes, los homenajes, los
discursos políticos y la enseñanza de la historia en los centros educativos.
No era el único discurso pero se transformó en el políticamente correcto,
fundamentaba la excepcionalidad uruguaya en la región buscando esos rasgos
únicos e irrepetibles, expresaba la idea de un país que se auto-contemplaba
viable y próspero. El discurso fundante que resultó de la síntesis negociada no
obtuvo unanimidades, pero aquellas posturas (como la anexionista o
revisionista) que se interpusieron como posición crítica a la hegemónica,
quedaron relegadas en el relato unificador.
Es recién en los años 1960 cuando la revisión del discurso a hegemónico
toma fuerza, la coyuntura comienza a mostrarse desfavorable y las similitudes
de Uruguay con el resto de Latinoamérica comienzan a evidenciarse, nuevas
ideologías políticas y discursos americanistas cobran protagonismo desde y
fuera de la academia contestando a la visión homogeinizadora del centenario.
Existieron al menos cuatro “revisiones” del modelo hegemónico en los
últimos 100 años. Cada uno de ellos se corresponde con coyunturas históricas
concretas que determinaron transformaciones al mismo. Lo que este trabajo
quiere establecer es la revisión del discurso que se forja a partir de la crisis
económica y el cambio político de los últimos año, el modelo de construcción
de la idea de nación que tiene como base el derrumbamiento de símbolos
identitarios mantenidos a lo largo del siglo XX y cuyo proceso de cambio se
desarrolló entre 1998 y 2006.
Por ello identificamos los siguientes elementos: en primer lugar, el
discurso homogenizador o del centenario, que incluye la síntesis entre el
nativismo y el cosmopolitismo. En segundo lugar, el discurso crítico y de crisis
de 1960, que aproxima a Latinoamérica. En tercer lugar, el discurso autoritario
que genera la exclusión para conformar la “orientalidad”. En cuarto lugar, el
discurso Neo-liberal y la aceptación de la pluralidad. Finalmente, en quinto
lugar, el discurso de la crisis y la diáspora que generan la transición.
Estos discursos se pueden ordenar en el tiempo, pero no son excluyentes
entre sí. Los relatos, símbolos y mitos se intercalan, son interdependientes y
tienen como referente al mito del primer discurso hegemónico como el relato
62
CAPITULO 2
Introducción
49
WALLERSTEIN, Immanuel y BALIBAR, Etienne. Raza, Nación y clase, Madrid,
IEPALA, 1988 p. 128.
50
Ibídem, p. 128.
64
51
HOBSBAWN, Eric. Naciones y Nacionalismo desde 1780, Barcelona, Crítica, 1991,
p. 19.
65
52
FREGA, Ana e ISLAS, Adriana. “Identidades uruguayas: del mito de la sociedad
homogénea al reconocimiento de la pluralidad”. En: FREGA, Ana (compiladora)
Historia del Uruguay en el Siglo X (1890-2005). Montevideo, FHCE-UDELAR, 2006,
pp. 230-231.
66
53
DEMASI, Carlos. La lucha por el pasado. Historia y nación en Uruguay (1920-1930),
Montevideo, Trilce, 2004, p. 17.
67
54
CAETANO, Gerardo. Los uruguayos del Centenario, Nación, ciudadanía, religión y
educación (1910-1930), Montevideo, Taurus, 2000, p. 9.
55
Ibídem, p. 10.
68
56
Ibídem, p. 11.
69
57
DEMASI, Carlos. La lucha por el pasado. Historia y nación en Uruguay (1920-1930),
Montevideo, Trilce, 2004, p. 57. .
58
BARRÁN, José Pedro. “Apogeo y crisis del Uruguay pastoril y caudillesco, 1839-
1875”. Historia Uruguaya, tomo IV, Montevideo, Editorial Banda Oriental, 1982.
70
59
FREGA, Ana e ISLAS, Adriana. “Identidades uruguayas: del mito de la sociedad
homogénea al reconocimiento de la pluralidad”. En: FREGA, Ana, RODRÍGUEZ
AYÇAGUER, Ana María, RUIZ, Esther, PORRINI, Rodolfo, ISLAS, Ariadna;
BONFANTI, Daniele, BROQUETAS, Magdalena, CUADRO, Inés. Historia del Uruguay
en el Siglo XX (1890-2005) Montevideo, FHCE-UDELAR, 2006, p. 231.
71
60
TRÍAS, Vivian. El Imperialismo en el Río de la Plata, Buenos Aires, Coyoacán, 1960,
p. 68.
61
FLORO COSTA, Ángel. Nirvana. Estudios sociales, políticos y económicos sobre la
República Oriental del Uruguay, Montevideo, Dornalecha y Reyes, 1899, pp. 412-413.
73
62
MENDEZ VIVES, Enrique. “El Uruguay de la Modernización 1876-1904”. En: Historia
Uruguaya, Montevideo, Editorial Banda Oriental, tomo V, 1998, p. 44.
63
CAETANO, Gerardo y GARCÉ, Álvaro. “Ideas, política y Nación en el Uruguay del S.
XX”. En: TERÁN, Oscar (coord.), Ideas en el Siglo XXI, Buenos Aires, Siglo XXI, 2004,
p. 362.
74
Militarismo, de los años 1876 a 1886, fue el marco político donde se gestó el
Estado Moderno y sus primeros intentos de construcción de un relato nacional
unificado. El primer presidente del período militarista el coronel Latorre decía lo
siguiente:
64
MENDEZ VIVES, Enrique. “El Uruguay de la Modernización 1876-1904”. En Historia
Uruguaya, Montevideo, Editorial Banda Oriental, tomo V, 1998, pp. 9-10.
65
Ibídem, p. 10.
75
66
BARRAN, José Pedro y NAHUM, Benjamín. Historia rural del Uruguay Moderno,
Montevideo, EBO, tomo II, p. 86.
67
CAETANO, Gerardo y GARCÉ, Álvaro. “Ideas, política y Nación en el Uruguay del S.
XX”. En: TERÁN, Oscar (coord.). Ideas en el Siglo XXI, Buenos Aires, Siglo XXI, 2004,
p. 361.
68
ZORRILLA DE SAN MARTÍN, Juan. Conferencias y discursos, Montevideo, Barreiro
y Ramos, 1905, p. 59.
76
69
MENDEZ VIVES, Enrique. “El Uruguay de la Modernización 1876-1904”. En: Historia
Uruguaya, Montevideo, Editorial Banda Oriental, tomo 5, 1998, p. 44.
77
70
RAMÍREZ, José Pedro. Historia y política en Uruguay, Montevideo, Derberes y Arce,
1886, p. 63.
78
estados” del siglo XIX. El caudillo reúne todos esos atributos a los que suma la
templanza y el carácter del dirigente de masas. Para entender los rasgos que
caracterizan a un caudillo es interesante la descripción que realiza Alfredo
Castellanos en su libro sobre el último caudillo tradicional, dice el autor sobre
Aparicio Saravia:
71
CASTELLANOS, Alfredo. Saravia el caudillo y su tiempo, Montevideo, Editorial Arca,
1976, p. 112.
79
72
MENDEZ VIVES, Enrique. “El Uruguay de la Modernización 1876-1904”. En: Historia
Uruguaya, Montevideo, Editorial Banda Oriental, tomo V, 1998, p. 46.
80
TABARÉ Canto II
"(...) Es la raza charrúa
De la que el nombre apenas
Han guardado las hondas y los bosques
Para entregar sus notas al poema;
Nombre que aun reproduce
La tempestad lejana, que se acerca
Formando los fanales del relámpago
Con las pesadas nubes cenicientas.
Es la raza indomable
Que alentó en una tierra
Patria de los amores y las glorias,
Que al Uruguay y al Plata se recuesta;
La patria, cuyo nombre
Es canción en el arpa del poeta,
Grito en el corazón, luz en la aurora,
Fuego en la mente, y en el cielo estrella".73
73
ZORRILLA DE SAN MARTÍN, Juan. Tabaré, Montevideo, Panamericana Editorial,
2003, p. 25.
81
Para entender este nuevo discurso –que parece contrario pero se fusiona
con el nativista–, es preciso aclarar que a finales del siglo XIX el Estado
Militarista dio paso a gobiernos civiles que continuaron el proceso de
modernización, pero encontraban inconvenientes de funcionamiento debido a
un sistema político obsoleto que trababa el desarrollo del progreso.
A finales del siglo XIX el país contaba con una propiedad privada
organizada y protegida que permitía la incorporación de avances científicos –
mestizaje de ganado–, y tecnológicos –incorporación de nuevas herramientas
74
COLOM GONZÁLEZ, Francisco. Relatos de Nación. La construcción de las
identidades nacionales en el mundo hispánico, Montevideo, Editorial Iberoamericana,
2005, p. 19.
82
75
MENDEZ VIVES, Enrique. "El Uruguay de la Modernización 1876-1904”. En: Historia
Uruguaya, Montevideo, Editorial Banda Oriental, tomo V, 1998, p. 122.
84
76
VIDART, Daniel y PI HUGARTE, Renzo. “El legado de los inmigrantes II”. Nuestra
Tierra, núm. 39, Montevideo, pp. 6-7
77
TAKS, Javier. “Migraciones internacionales en Uruguay: de pueblo trasplantado a
diáspora vinculada”. Theomai, Montevideo, 2006, p. 3. Disponible en: http:// www.
redalyc. org/articulo .oa? id= 12401412
86
78
PELLEGRINO, Adela. Caracterización demográfica del Uruguay, Programa de
población, Montevideo, FCS-UCELAR, 2003, pp. 10-11.
79
VIDART, Daniel y PI HUGARTE, Renzo. “El legado de los inmigrantes II”. Nuestra
Tierra, vol. 39, Montevideo, 1969, p. 55.
87
del siglo XIX. Comienza una abierta y organizada política migratoria, con la
aplicación de la Ley de Fomento de la Inmigración, núm. 2.096, del 19 de junio
de 1890. Esta ley fue inspirada por la Ley núm. 817, del año 1876, proyectada
en la República Argentina por Nicolás Avellaneda. Dicha ley otorgó a los
cónsules uruguayos establecidos en el extranjero, facultades para intervenir a
favor de aquellos inmigrantes que deseasen venir al país a través de un
sistema de franquicias, anticipos de pasajes y otras facilidades; fueron la
expresión material del interés manifiesto del Estado por recibir caudal
inmigratorio de origen europeo. El espíritu de la ley, y sus leyes
complementarias posteriores, apuntaban al ingreso de una determinada clase
de inmigrantes, era por lo tanto restrictiva, tenía el objetivo de seleccionar
aquellos inmigrantes funcionales al cambio de matriz productiva que se quería
concretar incentivando el crecimiento de la agricultura para diversificar la
producción económica y poblar las zonas rurales.
La Ley núm. 2.096 del año 1890, marcó el comienzo del control estatal
sobre la inmigración, que hasta entonces carecía de una normativa establecida
que definiera las reglas de juego para las autoridades de inmigración, las
empresas navieras o los extranjeros que llegaban al país en busca de mejor
fortuna. Hasta ese momento la inmigración era espontánea, regulada sólo por
las redes establecidas entre los que estaban en la tierra de origen y aquellos
coterráneos decididos a probar suerte a estas nuevas tierras. La ley número
2096, de 1890, establecía en su artículo número 7 que debía considerarse
como inmigrante "a todo extranjero honesto y apto para el trabajo, que se
traslade a la República Oriental del Uruguay en buque de vapor o de vela con
pasaje de segunda o tercera clase y con ánimo de fijar en ella su residencia". 80
Este enunciado conduce a pensar en una ley de amplio alcance, pero en
el capítulo correspondiente a “los buques conductores de inmigrantes y a las
visitas de inmigración”, en los artículos 26 y 27, se aludía a los inmigrantes que
debían rechazar los capitanes de los buques debían identificarlos antes de
embarcar y negarles el pasaje. El artículo número 26 marginaba a los enfermos
de mal contagioso, mendigos e individuos que por vicio orgánico o defecto
físico, que fuesen absolutamente inhábiles para el trabajo, así como a “los
80
Disponible en: www.impo.com.uy/bases/leyes-originales/16603-1994.
88
81
ARTEAGA, Juan y PUIGROS, Ernesto. “Legislación y política inmigratoria en el
Uruguay, 1830-1939”. En: Inmigración y política inmigratoria en el Cono Sur de
América: Argentina, Brasil y Uruguay, México, OEA / Inst. Panamericano de Geografía
e Historia, 1987 p. 441.
82
RODRÍGUEZ VILLAMIL, Silvia y SAPRIZA, Graciela. La inmigración europea en el
Uruguay. Los italianos, Montevideo, Editorial Banda Oriental, 1982, p. 26.
89
83
JULIANO, Dolores. El discreto encanto de la adscripción étnica voluntaria, Buenos
Aires, Editorial Búsqueda, 1987, p. 86.
84
FREGA, Ana e ISLAS, Adriana. “Identidades uruguayas: del mito de la sociedad
homogénea al reconocimiento de la pluralidad”. En: FREGA, Ana, RODRÍGUEZ
AYÇAGUER, Ana María, RUIZ, Esther, PORRINI, Rodolfo, ISLAS, Ariadna,
BONFANTI, Daniele, BROQUETAS, Magdalena, CUADRO, Inés. Historia del Uruguay
en el Siglo XX (1890-2005). Montevideo, FHCE-UDELAR, 2006, p. 233.
90
“...Es muy lindo este país: lindo para vivir, para negociar y hacer fortuna y
para pasear...Se cree estar en una ciudad europea, pues aquí no hay
raza indígena ni tipos propios y se oyen hablar todos los idiomas...Nuestro
cosmopolitismo ha borrado las fronteras para formar una sociedad
uruguaya en la que se refunden todas las razas, unidas por iguales
aspiraciones...”. 85
85
MAESO, Carlos. El Uruguay a través de un siglo. La jornada civilizadora realizada
en la República Oriental del Uruguay y el brillante porvenir de esta nación americana,
Editorial Medina, Montevideo, 1910, p. 14.
91
86
ARAUJO, Orestes. Tierra uruguaya. Descripción geográfica de la República Oriental
del Uruguay, Montevideo, La Nación, 1913, p. 48
87
ESPALTER, José. El problema nacional, Montevideo, La Tribuna Popular, 1905, p.
18.
92
88
CAETANO, Gerardo y GARCÉ, Álvaro. “Identidades uruguayas: del mito de la
sociedad homogénea al reconocimiento de la pluralidad”. En: FREGA, Ana,
RODRÍGUEZ AYÇAGUER, Ana María, RUIZ, Esther, PORRINI, Rodolfo, ISLAS,
Ariadna, BONFANTI, Daniele, BROQUETAS, Magdalena, CUADRO, Inés. Historia del
Uruguay en el Siglo XX (1890-2005). Montevideo, FHCE-UDELAR, 2006, p. 390.
89
ARAUJO VILLAGRAN, Hugo. Estoy orgulloso de mi país, Sociedad Uruguaya de
Publicaciones, Montevideo, 1915, p. 12.
93
90
JULIANO, Dolores. El discreto encanto de la adscripción étnica voluntaria, Buenos
Aires, Editorial Búsqueda, 1987, p. 94.
91
BEISSO, Rosario y CASTAGNOLA, José Luis. “Identidades sociales y cultura
política en Uruguay. Discusión de una hipótesis”, Cuadernos del CLAEH, núm. 44,
Montevideo, 1989, p. 14.
94
92
CAETANO, Gerardo. “Lo privado desde lo público. Ciudadanía, nación y vida
privada en el Uruguay del Centenario”. Revista socio-histórica, núm. 7, Universidad
Nacional de la Plata, La Plata, 2000, p. 10.
93
FREGA, Ana e ISLAS, Adriana. “Identidades uruguayas: del mito de la sociedad
homogénea al reconocimiento de la pluralidad”. En: FREGA, Ana, RODRÍGUEZ
AYÇAGUER, Ana María, RUIZ, Esther, PORRINI, Rodolfo, ISLAS, Ariadna,
BONFANTI, Daniele, BROQUETAS, Magdalena, CUADRO, Inés. Historia del Uruguay
en el Siglo XX (1890-2005), Montevideo, FHCE-UDELAR, 2006, p. 233.
95
94
MACHADO, Carlos. Historia de los orientales, Montevideo, Editorial Banda Oriental,
tomo 1, 1984, pp. 134-135.
95
Ibídem, p. 135.
96
Ibídem, p. 135.
96
Notable los elementos que componen este relato: acto patriótico, himno
nacional, cura criollo (léase: uruguayo antiguo), naranjero italiano (léase:
uruguayo nuevo). La “manotada” y el aplauso del público se convirtieron en los
símbolos de una sociedad que castiga a aquel que no reconoce las tradiciones
históricas, los símbolos patrios y los héroes indiscutibles. Es un brillante
resumen de la política de asimilación llevada a cabo por el Estado y toda la
sociedad. Sin embargo, la anécdota se convirtió en debate, desde el propio
gobierno el diario oficialista “El Día”, dice al respecto:
97
La Tribuna Popular, Montevideo, 29 de Mayo de 1911, p. 1.
98
El Día, Montevideo, 27 de Mayo de 1911, p. 3.
98
“Todo lo que hoy nos envanece, todo lo que hoy nos eleva ante nuestros
ojos y ante los ojos del mundo, todo lo que hoy nos da presencia para
mirar el pasado... es la obra del Partido colorado... y es la obra de Batlle
que, sobre la masa amorfa de la patria vieja, modeló la depurada
grandeza de la patria futura... Parados en la cúspide de un siglo, podemos
mirar al futuro con el alma henchida de optimismo”. 99
99
El Dia, Montevideo, 19 de mayo de 1925, p. 53.
100
La Democracia, Montevideo, 13 de agosto de 1921, p. 1.
99
102
BOLLO, Luis. Geografía de la República Oriental del Uruguay, Montevideo, Editorial
Barreiro y Ramos, 1919, pp. 75-76.
101
“El arraigo popular del club inglés del ferrocarril, el Central Uruguay
Cricket Club, localizado en el pueblo de Peñarol, en tanto el carácter de
obrero de sus jugadores, despierta una lógica atracción en los sectores
proletarios y populares del pueblo Peñarol y del propio Montevideo. Esta
103
Disponible en: http://retiradasalvarogarcia.blogspot.com.es/p/retirada-1990-nuestro-
homenaje-la-murga.html
105
104
Disponible en: http://www.futbolypasion.com/futbol-uruguayo/historia-futbol-
uruguayo/
106
"El fútbol ofrecía al criollo el escenario ideal donde exhibir la fiera entereza
que heredara del gaucho, ya próximo a desaparecer ahuyentado por la
maquinaria gubernamental basada en el cambio de la realidad
económica...Este secreto fermento gaucho hallaría en la taba de la
cancha el sitio ideal para pasear sin ataduras el valor y la destreza, medir
su gallardía, exhibir el gesto audaz, la temeridad y la nobleza...El fútbol
constituye una pequeña guerra, una batalla caliente, dura. Las ‘masacres'
frente a los arcos estaban en la cartilla del juego".106
105
Disponible en: http://www.futbolypasion.com/futbol-uruguayo/historia-futbol-
uruguayo/
106
MORALES, Franklin. "Fútbol: mito y realidad", Nuestra Tierra, núm. 22, Montevideo,
1969, cita de p. 6.
107
CAPITULO 3
Introducción
107
DEMASI, Carlos. La lucha por el pasado. Historia y nación en Uruguay, 1920-1930,
Montevideo, Trilce, 2004, p. 10.
112
108
COSSE, Isabel y MARKARIAN, Vania. Memorias de la Historia. Una aproximación
al estudio de la conciencia histórica nacional, Montevideo, Trilce, 1994, pp. 47- 48.
109
COLOM GONZÁLEZ, Fernando. La construcción de la identidad uruguaya,
Montevideo, Taurus, 2001, p. 20.
113
110
MACHADO, Carlos. Historia delos orientales, Montevideo, Editorial Banda Oriental,
1997, tomo III, pp. 202-203.
114
En 1958 llegan al gobierno Los Blancos, el partido político que hasta ese
momento se había constituido como la eterna oposición, el Partido Blanco o
Nacional, y más específicamente, el grupo herrerista, que formaban el ala más
conservadora y nacionalista. Este elemento es interesante porque la
reformulación identitaria durante este período de crisis, no basará su discurso
en un paradigma cosmopolita e integrador, sino en uno que marca la
construcción de la identidad en contraposición con “el otro”, el diferente, la
alteridad como mecanismo de auto-afirmación.
111
PANIZZA, Fernando y MUÑOZ, Carlos. “Partidos políticos y modernización del
Estado”. En: CAETANO, Gerardo y RILLA, José (coord.). Historia Contemporánea del
Uruguay, Montevideo, Taurus, 1994, pp. 165-166.
116
112
Ibídem, p. 166.
117
política donde el Estado plural y democrático era el espacio donde resolver los
conflictos y aunar criterios; otros históricos partidos de izquierda –socialistas,
comunistas y democristianos–, se sumaron a dirigentes progresistas de los
partidos tradicionales para formar una coalición de izquierdas en 1971, el
Frente Amplio, que rompía la hegemonía blanqui-colorada, pero respetando las
leyes de juego democrático.
En tercer lugar, el núcleo de poder que, lenta pero progresivamente, fue
tomando protagonismo en la escena política fueron las Fuerzas Armadas.
Estas se auto-proclamarán como salvadoras del sistema ante la inoperancia de
los partidos tradicionales y el peligro de guerrilleros y comunistas. Basados en
el recuerdo histórico de un período militarista que había permitido fundar el
Estado Moderno entre 1876 y 1885, los militares, con el poder que da la
posibilidad de reprimir, se convierten en protagonistas del proceso. Este
período de ruptura y búsqueda, lanzará a nuevos actores políticos y sociales a
la palestra en la construcción de una nueva identidad nacional. En esta
búsqueda, las propuestas serán contradictorias y en el proceso no se
encontrará un consenso ni un discurso unificador.
algunos creían que la solución sería insistir en el mismo pues era el único hasta
el momento que había construido una estructura política y económica “exitosa”.
Pasado el “mal momento” volvería a proyectarse a futuro una vez la situación
coyuntural negativa se solucionara. Aquellos que continuaban ensalzando las
bondades del batllismo y sus logros, buscando en los elementos constitutivos
de ese discurso los rasgos que seguían siendo característicos de la nación
uruguaya se concentrarán en algunos grupos políticos tradicionales. Sin
embargo desde esas propias fuerzas políticas surgirán agrupaciones, que en
conjunción con el aparato represivo del estado, planteará una tercera opción de
salida diametralmente opuesta a las dos planteadas con anterioridad. Esta
nueva opción se llevará a la práctica durante el período autoritario entre 1968 y
1973, y la posterior dictadura entre 1973 y 1985. No solo los nuevos núcleos de
poder reclaman la mirada latinoamericanista del país, desde el gobierno blanco
el subsecretario de Hacienda, Héctor Lorenzo Ríos, afirmó durante una
conferencia interministerial en 1965. Refiriéndose a las víctimas de la segunda
Guerra Mundial:
113
Citado en: MACHADO, Carlos. Historia de los orientales, Montevideo, Editorial
Banda Oriental, 1997, tomo III, pp. 202-203.
120
Nadie era ajeno a la nueva realidad del país, era evidente para la mayoría
de la población la velocidad a la que nos alejábamos del “modelo de la
excepcionalidad batllista” y nos acercábamos al “Uruguay latinoamericano”. La
verificación de este postulado marcaba esa doble visión de crítica/añoranza. La
diferencia con procesos de crisis posteriores es que en la década de 1960 la
misma crisis es vista como posibilidad, la ruptura como inicio para la creación
de un nuevo discurso nacional mirando hacia “adentro” y no en función del
“afuera”.
“…que el país próspero que miraba hacia Europa despreciaba lo que hoy
parecería detectarse como su condición latinoamericana. Esta tensión
entre `destino latinoamericano’ y `matriz europea’ se manifiesta en que, al
mismo tiempo se reconoce la realidad del país como latinoamericana, se
admiran los modelos europeos, la herencia inmigrante y también
diferentes países de Latinoamérica...procesar la elaboración de una
inserción tercermundista del país”.114
114
COSSE, Isabel y MARCARÍAN, Vania. Memorias de la Historia. Una aproximación
al estudio de la conciencia histórica nacional, Montevideo, Trilce, 1994, p. 38 y p. 41.
121
transitoria. Esto desechó la historia oficial, e intentó hacer una “nueva historia”,
revisando el tema de la independencia, adecuándola al marco regional y
americano, al tiempo que redibujó la figura de Artigas al que destronó como
"héroe de bronce”. El hecho de redimensionar su figura como revolucionario,
suponía otorgar mayor énfasis a su proyecto económico y social. El historiador
Methol Ferré escribe en 1971 su obra llamada El Uruguay como problema, en
que explicitó claramente esta visión revisionista del país:
115
METHOL FERRE, Alberto. El Uruguay como problema, Montevideo, EBO, 1971, p.
88.
122
Artigas
Se las arregló para ser contemporáneo de quienes nacieron
medio siglo después de su muerte
creó una justicia natural para negros, zambos, indios y criollos pobres
tuvo pupila suficiente como para meterse en camisa de once varas
y cojones como para no echarle la culpa a los otros
así y todo pudo articularnos un destino
inventó el éxodo esa última y seca prerrogativa del albedrío
tres años antes que naciera Marx
y ciento cincuenta antes de que roñosos diputados
La convirtieran en otro expediente demorado
borroneó una reforma agraria que aún no ha conseguido
El homenaje catastral
lo abandonaron, lo jodieron, lo etiquetaron
pero no fue por eso que se quedó para siempre en tierra extraña
por algo nadie quiere hurgar en su silencio de viejo firme
no fue tosco como Lavalleja ni despótico como Oribe ni astuto como Rivera
fue sencillamente un tipo que caminó delante de su gente
123
116
BENEDETTI, Mario. A ras del suelo/Quemar las naves, Montevideo, Colección
Mario Benedetti, 1998, p. 15.
124
A desalambrar
Yo pregunto a los presentes ¡A desalambrar, a desalambrar!
si no se han puesto a pensar que la tierra es nuestra,
que esta tierra es de nosotros tuya y de aquel,
y no del que tenga más. de Pedro, María, de Juan y José.
Yo pregunto si en la tierra Si molesto con mi canto
nunca habrá pensado usted a alguien que ande por ahí
que si las manos son nuestras le aseguro que es un gringo
es nuestro lo que nos den. o un dueño del Uruguay.
117
COSSE, Isabel y MARCARÍAN, Vania. Memorias de la Historia. Una aproximación
al estudio de la conciencia histórica nacional, Montevideo, Trilce, 1994, pp. 35-36.
127
118
CAETANO, Gerardo y RILLA, José. Breve Historia de la Dictadura, Montevideo,
Editorial Banda Oriental, 1998, p. 26.
128
119
FREGA, Ana, RODRÍGUEZ AYÇAGUER, Ana María, RUIZ, Esther, PORRINI,
Rodolfo, ISLAS, Ariadna; BONFANTI, Daniele, BROQUETAS, Magdalena, CUADRO,
Inés. Historia del Uruguay en el Siglo XX (1890-2005), Montevideo, Departamento de
Historia del Uruguay, FHCE-UDELAR, 2006, p. 240.
129
visión de los militares sobre el golpe, reproduciendo así las palabras que
salieron en octubre de 1978 en revista "El Soldado", y que luego abordarían
Gaetano y Rilla:
120
CAETANO, Gerardo y RILLA, José. Breve Historia de la Dictadura, Montevideo,
Editorial Banda Oriental, 1998, p. 87.
130
121
La Revista del Soldado citado en:CAETANO, Gerardo y RILLA, José. Historia
Contemporánea del Uruguay, Montevideo, Editorial Fin de Siglo, 2001, pp. 249-251.
131
122
FREGA, Ana e ISLAS, Adriana. “Nuevas miradas en torno al Artiguismo”. En:
FREGA, Ana, RODRÍGUEZ AYÇAGUER, Ana María, RUIZ, Esther, PORRINI,
Rodolfo, ISLAS, Ariadna, BONFANTI, Daniele, BROQUETAS, Magdalena, CUADRO,
Inés. Historia del Uruguay en el Siglo XX (1890-2005), Montevideo, Departamento de
Historia del Uruguay, FHCE-UDELAR, 2006, p. 240.
133
“La Patria funda en sus hijos más jóvenes la más caras expectativas de
progreso y de conservación de su acervo como Nación soberana, libre e
independiente, con un estilo y cariz propios e insoslayables. La función del
educador en nuestro país –ya en la enseñanza pública como privada-
debe recoger entonces principios básicos y fundamentales. Estos, por su
lado, importan una ética, una filosofía y sagradas convicciones. La
profesión de fe del educador oriental, que consignamos bien recoge los
elementos fundamentales de esta ética.
Creo en la superación del espíritu sobre la materia.
Creo en la excelsa dignidad de la persona humana, ontológicamente
libre, y en la Educación como actividad formativa de la misma.
Creo en los valores esenciales de la cultura mediterránea, greco-latina-
cristiana y en la Educación encuadrada en esa cultura y en esos valores.
Creo en la Educación como Paideia, como dotación del instrumental
espiritual y físico habilitante para la formación de la cultura personal y
social, suprema riqueza espiritual del ser humano y de las naciones.
Creo que descristianizar es desnacionalizar, y en último término,
esclavizar.
Creo en la eminente importancia de la educación de la voluntad, picana
del carácter y pértigo del rumbo vital del adolescente.
Creo que la educación que no se basa en la idea del Ser resulta
fallida....no puede cimentarse en el ateísmo, el agnosticismo o el
relativismo.
Creo que la educación que desecha y omite el ámbito cultural de la
Nación, convierte al nativo en, cosmopolita, mecanizado y pasivo, súbdito
sumiso de un futuro super-gobierno mundial.
Creo en la íntegra y permanente vitalidad del Ideario Artiguista.
Creo que para las toxinas marxistas, el mejor anticuerpo es una
correcta educación.
134
123
CAETANO, Gerardo y RILLA, José. Historia Contemporánea del Uruguay,
Montevideo, Editorial Fin de Siglo, 2001, pp. 87-89.
135
124
Historia Nacional, texto escolar, sexto año, segunda Parte, CONAE, Montevideo,
1980, p. 96.
125
Ibídem, pp. 208-209.
136
demostrar al mundo, como ayer, de qué son capaces los orientales. Al ser
derrotada la sedición, una nueva campaña a nivel mundial se iniciará, la
de la propaganda de desprestigio contra nuestra República”.126
El papel de las Fuerzas Armadas era necesario para erradicar todos los
factores que favorecían el desarrollo del comunismo y la sedición: “durante la
lucha contra la sedición se pudo comprobar que para erradicarla no bastaba
destruirla militarmente sin que era menester hacer desaparecer los factores
que permitían su desenvolvimiento”. 128 Este texto escolar de historia era de uso
obligatorio en todas las escuelas públicas y privadas del país. Eran utilizadas
en los cursos de sexto grado escolar: niños y niñas, entre 11 y 12 años. La
obsesión del régimen fue la aniquilación de las ideologías de izquierda. Las
Fuerzas Armadas sostenían que:
126
Ibídem, p. 213.
127
Ibídem, p. 222
128
Ibídem, p. 231.
137
129
PADRÓS, Enrique. “Del Pachecato al golpe de Estado: Terror de Estado en
gestación (1968-1973)”, Brasil, UFRGS, Porto Alegre, Tesis de doctorado, 2005, p. 34.
130
CAETANO, Gerardo y RILLA, José. Historia Contemporánea del Uruguay: de la
Colonia al Mercosur, Montevideo, Editorial Fin de Siglo, 1994, p. 51.
138
desde el poder para crear una identidad. El control de la memoria se hace vital
para el efectivo ejercicio del poder: “desde 1973 a 1985, la política de la
amnesia impuesta por la dictadura intentó restaurar la monumentalidad de la
memoria histórica, amenazada por entonces por el revisionismo histórico de
izquierda”. Este olvido obligado, forzó recuerdos, conmemoraciones,
festividades históricas carentes de cualquier visón crítica, se vaciaron los
contenidos limpiando la memoria, silenciándola intencionalmente. Es este quizá
el punto más crítico y traumático para la conciencia histórica nacional, “no por
lo que pretendía hacer olvidar, sino por lo que obligó a recordar”. 131
131
BROQUETAS, Magdalena; “Liberalización económica, dictadura y resistencia
(1966-1985)”. En: FREGA, Ana, RODRÍGUEZ AYÇAGUER, Ana María, RUIZ, Esther,
PORRINI, Rodolfo, ISLAS, Ariadna, BONFANTI, Daniele, BROQUETAS, Magdalena,
CUADRO, Inés. Historia del Uruguay en el Siglo XX (1890-2005), Montevideo,
Departamento de Historia del Uruguay, FHCE-UDELAR, 2006, p. 119.
139
132
CAETANO, Gerardo y RILLA, José. Historia Contemporánea del Uruguay: de la
Colonia al Mercosur, Montevideo, Editorial Fin de Siglo, 1994, pp. 90-91.
144
A redoblar
Volverá la alegría a enredarse con tu voz
a medirse en tus manos y a apoyarse en tu sudor.
Borrará duras muecas pintadas sobre un frágil cartón de silencio
y un aliento de murga saldrá.
A redoblar muchachos esta noche,
cada cual sobre su sombra / cada cual sobre su asombro.
A redoblar, desterrando
desterrando la falsa emoción,
el la la lá, el beso fugaz, la mascarita de la fe.
A redoblar que la noche nos presta sus camiones
y en su espalda de balcones y zaguán nos esperan
nos esperan otros redoblantes, otra voz
harta de sentir la mordedura del dolor.
A redoblar muchachos la esperanza
que su latido insista en nuestra sangre
para que ésta nunca olvide su rumbo
porque el corazón no quiere entonar más retiradas".
“El gobierno de facto al que la República fuera sometida hace más de diez
años, se halla hoy agotado. No responde a ningún sector de la ciudadanía
y constituye un elemento artificial, incrustado por la fuerza en la vida
colectiva. Su aislamiento en el seno de la sociedad uruguaya es total,
como lo es también su aislamiento internacional ante el conjunto de las
Naciones democráticas del mundo… ¡COMPATRIOTAS!: proclamemos
bien alto y todos juntos, para que nuestro grito rasque el firmamento y
resuene de un confín a otro del terruño, de modo que ningún sordo de
esos que no quiere oír diga que no lo escuchar: ¡VIVA LA PATRIA! ¡VIVA
LA LIBERTAD! ¡VIVA LA REPÚBLICA! ¡VIVA LA DEMOCRACIA!”. 133
133
Disponible en: //www.youtube.com/watch?v=ODdVAYG3aHc
146
“En el fondo eran las Fuerzas Armadas, por lo menos resignadas a una
salida, y que procuraban tener las mayores garantías para no ser luego
víctimas de revanchas o de un desmantelamiento. Ese era todo el tema. A
ellos les preocupaba mucho las designaciones de Generales, de
Comandantes, eran temas capitales para ellos”.136
134
Semanario Búsqueda, Montevideo, 8 de agosto de 1984, p. 15.
135
ACHARD, Diego. La Transición en Uruguay, Montevideo, IWFA, 1992, pp. 152-153.
136
Ibídem, p. 219.
148
"Si la cultura uruguaya siguió viva es porque fue capaz de dar respuestas
de vida a la maquinaria del silencio y de la muerte. Ella respiró en quienes
se quedaron y en quienes tuvimos que irnos, en las palabras que
circularon de mano en mano, de boca en boca, en la clandestinidad o de
contrabando, escondidas o disfrazadas, en los actores que decían
verdades de ahora a través del teatro griego, y en los que fueron
obligados a peregrinar por el mundo como cómicos de la legua; en los
trovadores desterrados y en los que en el país cantaron desafiando; en
los científicos y artistas que no vendieron el alma, en los periódicos que
morían y renacían; en los gritos escritos en las calles y en los poemas
escritos en las cárceles en papel de fumar, en las respondonas murgas
del carnaval".138
137
Disponible en: http://www.albumcancionyletra.com/retirada-falta-y-resto-82_de_100-
anos-de-murga___199777.aspx
138
GALEANO, Eduardo. Contraseña, Montevideo, ARCA, 1986, p. 72.
150
contarse en voz alta. Ante los ojos de muchos jóvenes, se abría una dimensión
desconocida de la realidad del país.
La memoria personal y colectiva se activó de formas abrumadoras. Los
recuerdos comenzaron a re-andar un camino de recuperación de la identidad
perdida o adormecida. Los relatos se confundieron, se mezclaron. El discurso
fundante del Estado batllista fue paradigma a alcanzar, pero éste se
entreveraba con los reclamos de los militantes de los años 1960 que mantenían
la lucha por el derecho de los desplazados. El marco donde se reavivaron los
discursos identitarios, fue un país anestesiado durante once años, que se
desperezaba en medio de la euforia entre imágenes de nación reencontrada.
La democracia se reconfiguraba como un elemento constitutivo de nuestra
identidad nacional, único mecanismo válido donde la sociedad encuentra y
renueva las razones para mantenerse juntas. Es el espacio político y social
heredado de las antiguas síntesis de identidad y de sus anclajes imaginarios.
En el discurso de apertura democrática del 1 de Marzo de 1985, el Dr. Julio
María Sanguinetti lo explicaba de la siguiente manera en su discurso
presidencial de asunción del mando, que fue registrado en el Diario de
sesiones parlamentarias núm. 2, tomo 60, en su página 16:
con las cuales nos hemos criado y educado, aquel pueblo ya fue una
democracia en marcha, ya fue una democracia espontánea y ya fue una
democracia asentada antes de que existiera mismo nuestro estado”.
139
Ibídem, p. 18.
153
140
VVAA, Uruguay Nunca más. Informe sobre la violación de los Derechos Humanos
(1972-1985), Montevideo, SERPAJ, 1986 .
154
141
Disponible en: https://sip21-
webext.parlamento.gub.uy/temporales/leytemp8599452.htm
142
Disponible en:
http://www.lasmurgas.com/html_07/murgas_concurso2007/aracalacana/aracalacana_l
etras.htm.
155
143
Disponible en: http://www.corteelectoral.gub.uy/gxpsites/page.aspx?3,26,282,O,S,0,
156
Este relato, similar a los optimistas de principio de siglo XX, marcaba las
grandes posibilidades productivas del país, e hizo un llamado al despertar
social y político que pudiese fomentar el desarrollo económico. Bajo esta
proclama, el gobierno blanco planteó durante su mandato los cambios más
drásticos en la implementación del proyecto neoliberal. La hoja de ruta a seguir
era la siguiente. En primer lugar, la apertura comercial del país: se redujeron
las barreras arancelarias y se firmó el Tratado de Libre Comercio
(MERCOSUR) con la región. En segundo lugar, la reforma del Estado
intentando “achicar” su participación económica. Para lograrlo se planteó la
privatización de empresas estatales, al trabarse la vía de la privatización se
utilizaron otros mecanismos: empresas mixtas, tercerización, reducción de
empleados públicos. En tercer lugar, el equilibrio del sistema financiero. Se
aplicó el ancla cambiaria, para incentivar créditos y depósitos. Se saneo la
banca pública y privada y se pagó en tiempo y forma todos los intereses de la
deuda externa. En cuarto lugar, el flexibilización laboral, cuando el Estado se
retira de las mesas de negociación salarial del sector privado. Y en quinto y
último lugar, la disminución del déficit fiscal. Se implementan aumentos
impositivos que gravan el consumo, el IVA, y se reducen los de la producción y
las finanzas. La argumentación política de este proyecto es explicada desde el
comienzo de la nueva legislatura en 1990 por el propio presidente Lacalle, en la
documentación señalada más arriba, página 21:
“Convocamos a los jóvenes, a los que están aquí y a los que están lejos
que para escuchar estas ceremonias tendrán que alterar el horario de sus
vidas. Quizás más que a nadie convocamos a ellos, sangre de nuestro
ser, presencia oriental en todas las latitudes del mundo, donde dan
testimonio de honestidad, de espíritu de trabajo y de decencia, que nos
llenan de orgullo. Sabemos que es a ellos, a los que están y a los que no
están, a quienes más castiga la crisis de un país, con la educación no
adecuada a los tiempos que corren, con la falta de empleo y de vivienda
cuando se inician en la vida y querrán formar el hogar, y por ello deben
levantar vuelo hacia otras tierras. Pero por encima de todo los castiga
aniquilándoles la esperanza. Para ellos creemos y queremos”.
cada vez más evidente, al igual que la socialización del déficit fiscal mediante
las políticas tributarias que gravan el consumo y los salarios. La injusticia social
se agudiza y la clase media potencial se pauperiza. Las consecuencias de
estas políticas confluyen en el desencanto y la desesperanza, se acentúan los
rasgos de “autismo consumista”, y de “cultura pop mediática y global”, junto a
una visión post-moderna de la realidad. La crisis económica y social que el país
ya experimentaba, trae como consecuencia la crisis de identidad y un
descreimiento preocupante del sistema democrático como herramienta de
cambio.
Conclusiones
144
GONZALEZ, Carolina. La Construcción de la identidad uruguaya, Montevideo,
Editorial Taurus, 2001, pp. 21-22.
145
BAYCE, Roberto. Cultura y Política uruguaya. Desde Batlle hasta 1988,
Montevideo, FCU, 1989, p. 39.
165
de Nos”, la banda de música rock y pop de finales de los años 1980 hasta la
actualidad, que aparecen en el disco "Barranca abajo" (Ayuí, 1995):
Apocalipsis Now
Quien les vota que hagan su función
quien les dice que está bien su actuación
quien los deja salir en televisión
quien los manda a la puta que los parió
Si preguntan por mi, mamá yo no estoy
deciles que me fui porque por suerte ya empezó.
Quien apaga la luz antes de salir
quien va a luchar con ellos hasta morir
quien convierte a esto en Chernobyl
quien va a ser el Sandino del 2000.
Quien les tira a la basura su religión
quien les tira su moral y su pudor
quien los manda a un campo de concentración
quien va a usar mi traje de Vietcong.
Si preguntan por mi,
mamá yo no estoy
deciles que me fui porque por suerte ya empezó
el Apocalipsis now”.
quieren volver a la Edad de Oro de los sesenta. ¿Fue Edad de Oro? ¿No
estará sucediendo que a falta de un proyecto cultural para este Uruguay
de hoy se vuelve a lo que existió, bueno o malo, antes de la dictadura?
¿No será que quienes detentan el poder cultural –y que en esta país es
compartido por la derecha, dueña del aparato estatal y por la izquierda,
hegemónica a nivel intelectual– pertenecen en su mayoría a los cuadros
dominantes de hace un par de décadas?”.146
146
ACHUGAR, Hugo. “Para un debate sobre la cultura nacional”. Cuadernos de
Marcha, núm. 11, Montevideo, 1986, p. 12.
167
147
COSSE, Isabel y MARKARIÁN, Vania. Memorias de la Historia. Una aproximación
al estudio de la conciencia histórica nacional, Montevideo, Trilce, 1994, p. 44.
168
148
FREGA, Ana e ISLAS, Adriana. “Identidades uruguayas: del mito de la sociedad
homogénea al reconocimiento de la pluralidad”. EN: FREGA, Ana, RODRÍGUEZ
AYÇAGUER, Ana María, RUIZ, Esther, PORRINI, Rodolfo, ISLAS, Ariadna,
BONFANTI, Daniele, BROQUETAS, Magdalena, CUADRO, Inés. Historia del Uruguay
en el Siglo XX (1890-2005), Montevideo, FHCE-UDELAR, 2006, p. 243.
169
CAPITULO 4
Introducción
149
BERTINO, Magdalena, BERTONE, Reto, et al. El desempeño económico global:
del modelo agro-exportador a la Industrialización sustitutiva de importaciones. La
economía uruguaya 1900-1955, Montevideo, Facultad de Economía-UDELAR, 2001,
p. 8.
150
Ibídem, p. 28.
171
151
BERTOLA, Luis, ISABELLA, Fernando, y SAAVEDRA, Carola. El ciclo económico
del Uruguay, 1998-2012, Montevideo, Facultad de Ciencias sociales, UDELAR, 2014.
152
NOTARO, Jorge, La batalla que ganó la economía, 1972-1984. Uruguay,
Universidad de la República, 2001, p. 95.
172
fue objeto de debate social y político, algunos sectores relacionados con las
políticas de izquierda argumentaban que los elevados intereses de la deuda
maniataban las cuentas del estado elevando el déficit y retrasando la inversión
productiva, para otros era una obligación irrenunciable ya que al país le
otorgaba confiabilidad para la inversión productiva y financiera y le permitía
continuar en el círculo económico del capitalismo.
Las restricciones derivadas de la situación socio económica contrastaban
con las expectativas de una población esperanzada en que el regreso a la
democracia marcaría un cambio profundo y positivo en las condiciones de vida
de forma inmediata, pero la situación deficitaria y crítica que dejaba la dictadura
era demasiado compleja.
Después de cinco años en stand bye, en los cuales el gobierno de
transición intentó mantener el equilibrio, fue en los noventa cuando se
consolida en Uruguay, como en el resto de América Latina, el paradigma
denominado "Nuevo Modelo Económico" o "Consenso de Washington". Esto se
planteó a finales de los años 1980, cuando confluyeron varios elementos
relevantes: la caída del mundo socialista, la configuración de un nuevo orden
mundial, la hegemonía indiscutible de Estados Unidos, el avance del
liberalismo ortodoxo en los países de centro y la gravísima crisis de
endeudamiento de los países latinoamericanos, todos esos elementos dieron
como resultado la aplicación continental de un paquete de reformas
neoliberales.
En este contexto los organismos ideólogos del consenso fueron el
Departamento del Tesoro de los EEUU, el Fondo Monetario Internacional, el
Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Los países
industrializados como principales accionistas de los organismos financieros
internacionales, en especial el Departamento de Tesoro de los Estados Unidos
de América, fueron quienes marcaron el rumbo de la economía mundial post-
guerra fría: “...el Tesoro de los Estados Unidos es el accionista mayoritario del
FMI y el único con poder de veto que cumple un papel crucial en la
determinación de las políticas de dicho organismo internacional”.153
153
MARTINEZ RANGEL, Rubí y SOTO REYES, Ernesto. “El Consenso de
Washington: la instauración de las políticas neoliberales en América Latina. EM:
173
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S018877422012000100003
&lng =es&nrm=iso.
175
John Williamson, profesor del Instituto Mundial de Economía, fue autor del
resumen de las reformas que los principales organismos internacionales, como
FMI, BM y BID, proponían para América Latina. En el Consenso de Washington
no se previeron las especificidades de cada país, ni se tomaron en cuenta los
trayectos políticos y económicos de los mismos, así como se ignoraron los
rasgos socio-culturales de cada uno. En el recetario establecido, se
desarrollaron diez propuestas concretas. En primer lugar, los gobiernos debían
regirse por el principio de la disciplina fiscal, logrando un equilibrio sostenido
entre el ingreso y el gasto público. En segundo lugar, para obtener buenos
resultados, era necesario reordenar las prioridades del gasto público. En este
caso, los modelos económicos anteriores habían redimensionado el papel del
Estado convirtiéndolo en uno de los principales agentes económicos,
distorsionando el libre funcionamiento del mercado y generando un elevado
157
WILLIAMSON, John. The Political Economy of Policy Reform, Washington, Institute
for International Economics, 1994, p. 327.
176
gasto público. El Estado debía reducir sus funciones dando mayor participación
a los agentes privados y reforzando el gasto en aquellos servicios en donde el
Estado fuera imprescindible y/o más eficiente.
En tercer lugar, la necesidad de una reforma fiscal, para reducir el peso
impositivo en los sectores de producción y comercialización, agilizar los
sistemas de cobro, eliminar burocracia, y evitar la evasión. En cuarto lugar, la
liberalización financiera, que era otro de los puntos claves para el crecimiento
económico, eliminar los sistemas proteccionistas y permitir la libre acción del
mercado y circulación comercial reduciendo al máximo las intervenciones del
Estado. En quinto lugar, un cambio competitivo a nivel cambiario, ya que la
libre flotación del valor del dólar permitía que las exportaciones lograran buen
grado de competitividad en el mercado internacional y un importante margen de
ganancias en el mercado interno.
En sexto lugar, la liberalización del comercio: ésta es una de las más
antiguas premisas del liberalismo, la eliminación de las barreras aduaneras y la
libre circulación de capitales, productos y servicios. En América Latina se
crearon mercados regionales, como ALCA y MERCOSUR, para incentivar el
comercio regional. En séptimo lugar, la liberalización de la inversión extranjera
directa, entrada y circulación de capital incentivando la inversión de capital
extranjero con ventajas fiscales. En octavo lugar, las políticas privatizadoras,
que permitían reducir el Estado, aumentar la libre competencia y promover la
actividad privada. Según este supuesto, las empresas públicas monopólicas
impedían la libre competencia, generaban malos servicios y grandes pérdidas
económicas.
En noveno lugar, el planteo que apunta a impulsar a la empresa privada
como el gran motor de crecimiento económico, para ello había que eliminar
todas las barreras que impidieran su desarrollo. Uno de los factores de mayor
peso en las empresas es el costo trabajo, en este aspecto el proyecto es la
desregularización laboral para reducir la intervención del estado en la
contratación y promover los acuerdos bilaterales entre las empresas y los
trabajadores. A la idea de desregularización, se le suma la de flexibilización
laboral, nuevas formas de contratación en situación ventajosa para las
177
158
FILGUEIRA, Fernando, FURTADO, Magdalena y KAZTMAN, Ruben. “Nuevos
desafíos para la equidad en Uruguay”. Revista CEPAL, diciembre, 2000, pp. 79-97.
Disponible en: http://www.cepal.org/es/publicaciones/10708-nuevos-desafios-para-la-
equidad-en-uruguay.
179
159
ANTÍA, Fernando. “La crisis bancaria de 2002 y las perspectivas de corto plazo de
la economía uruguaya”. EN: NAHUN, Benjamín (coordinador). Medio siglo de historia
Uruguaya, Montevideo, Editorial Banda Oriental, 2012, p. 125 y p. 139.
180
160
Disponible en: http://www.impo.com.uy/bases/leyes/16211-1991
161
DEMASI, Carlos, RICO, Álvaro, y ROSALES, Marcelo. “Transición y post.transición
1980 -2002: Hechos y sentido de la política y la post-política". EN: BRANDO, Oscar
(compilador). Uruguay hoy. Paisaje después del 31 de octubre, Montevideo, Editorial
del Caballo Perdido, 2004, p. 322.
181
”Asumir la carga del cambio, porque si estamos todos hartos de que las
cosas no cambien, vamos a animarnos a cambiarlas entre todos, a
romper los tabúes de 60 o 70 años, los monopolios que enferman la
economía. ¡Qué se termine el monopolio del Banco de Seguros para que
los seguros sean más baratos!…¡Qué se termine con el monopolio de
alcoholes que impide a las agroindustrias primarias la elaboración de
alcohol, que se enajenen aquellos entes autónomos que están mejor en
manos privadas…tendrá que privatizarse Pluna, Antel, tendremos que
liberar al Estado de las cosas que hace mal”.162
162
GARRIDO, Atilio. Lacalle con alma y vida, Montevideo, Editorial Garrido, 2001, p.
99.
183
Esta postura intermedia fue la que captó los votos suficientes para
convertirlo nuevamente en el presidente de los uruguayos en el período que va
de 1995 al año 2000. Durante este período, el gobierno continuó aplicando
reformas con el objetivo de achicar el déficit fiscal, y la participación económica
del Estado, aunque con mayores consensos políticos, y menor virulencia.
Entre las decisiones más importantes se encuentra la Reforma de la
Seguridad Social, que permitía que capitales privados pudieran crear sistemas
de ahorro previsional, en donde los ahorristas, es decir, todos los trabajadores
que aportan a la seguridad social, debían elegir obligatoriamente una de las
opciones de ahorro, tanto públicas como privadas. De esta manera, las
reformas que se venían gestando desde los comienzos de los noventa abrían
al mercado sectores de la economía que eran históricamente reservados a la
órbita pública.
Otro de los cambios graduales planteados por este gobierno fue la propia
reforma del Estado: todos los gobiernos de corte liberal consideraban
imprescindible reducir el aparato estatal y el número creciente de empleados
públicos, pero el propio estado ponía muchas trabas legales para el despido,
además se hacía una utilización política de estas contrataciones que eran una
especie de mecanismo de clientelismo político utilizado para generar fidelidad
electoral. Durante el período mencionado, se alentaron las jubilaciones
163
Ibídem, p. 113.
184
164
CAETANO, Gerardo. “Introducción general. Marco histórico y cambio político en
dos décadas de democracia. De la transición democrática al gobierno de izquierda".
En: CAETANO, Gerardo (compilador). 20 años de democracia, Uruguay 1985-2005:
miradas múltiples, Montevideo, Taurus, 2005, p. 25.
165
DEMASI, Carlos, RICO, Álvaro y ROSALES, Marcelo. “Transición y post-transición
1980-2002: Hechos y sentidos de lo político y lo post-político”. EN: BRANDO, Oscar
(compilador). Uruguay hoy. Paisaje después del 31 de Octubre, Montevideo, Editorial
del Caballo Perdido, 2004, p. 154.
185
partir de esa fecha el efecto rebote fue inevitable en una economía que
fácilmente podía contagiar la situación regional:
166
ANTÍA, Fernando. “La crisis bancaria de 2002 y las perspectivas de corto plazo de
la economía uruguaya”. En: NAHUN, Benjamín (coordinador). Medio siglo de historia
Uruguaya, Montevideo, Editorial Banda Oriental, 2012, p. 144.
186
167
BERTOLA, Luis, ISABELLA, Fernando y SAAVEDRA, Carola. El ciclo económico
del Uruguay, 1998-2012. Montevideo, Programa de Historia económica y social,
Facultad de Ciencias sociales, UDELAR, 2014, p. 12.
168
CAETANO, Gerardo. “Introducción general. Marco histórico y cambio político en
dos décadas de democracia. De la transición democrática al gobierno de izquierda".
En: CAETANO, Gerardo (compilador). 20 años de democracia, Uruguay 1985-2005:
miradas múltiples, Montevideo, Taurus, 2005, p. 31.
187
169
PELLEGRINO, Adela y VIGORITO, Andrea. “Emigración uruguaya durante la crisis
del 2002”. Serie documentos de trabajo DT, 03/05. Instituto de Economía, UDELAR,
2005, p. 6. Disponible en: www.colibri.udelar.edu.uy/bitstream/123456789/4300/5/dt-
03-05.pdf
188
170
WILLIAMSON, John y KUCZYNSKY, Pedro Pablo. After the Washington
Consensus Restarting Growth and Refrom in Latin America, Washington, Institute for
International Economics, 2003.
171
DE ARMAS, Gustavo. “De la sociedad hiperintegrada al país fragmentado”. En:
CAETANO, Gerardo (compilador). 20 años de democracia, Uruguay 1985-2005:
miradas múltiples, Montevideo, Taurus, 2005, p. 7.
172
LANZARO, Jorge. La segunda transición en Uruguay, Montevideo, FCU, 2000, p.
265.
189
173
DE ARMAS, Gustavo. “De la sociedad híper-integrada al país fragmentado”. EN:
CAETANO, Gerardo (compilador). 20 años de democracia, Uruguay 1985-2005:
miradas múltiples, Montevideo, Taurus, 2005, p. 47.
174
CAETANO, Gerardo y RILLA, Jose. Historia contemporánea del Uruguay: de la
colonia al Mercosur, Montevideo, Editorial Fin de Siglo, 2005 (apéndice documental).
175
Disponible en:
http://www.ine.gub.uy/documents/10181/37924/ECH+2002.pdf/03534c70-3502-4b19-
b177-cb0eccf89f36
191
176
KAZTMEN, Ruben y FILGUEIRAS, Fernando. Panorama de la Infancia y la familia
en Uruguay, Montevideo, UCU-IPES-INN, 2001.
177
GARCÍA, Verónica, PEREZ, Marcelo y RAK, Gabriela. Memoria que es vida abierta:
dialogo de saberes a 40 años de la Huelga General, Montevideo, PIM-UDELAR, 2013.
192
178
DEMASI, Carlos y RICO, Álvaro y ROSALES, Marcelo. “Transición y post.transición
1980 -2002: Hechos y sentido de la política y la post-política". En: BRANDO, Oscar
(compilador). Uruguay hoy. Paisaje después del 31 de octubre, Montevideo, Editorial
del Caballo Perdido, 2004, p. 36.
193
población uruguaya descansa cada vez en mayor medida en los sectores más
carenciados".179
La fecundidad de las mujeres pobres duplica la de las mujeres con el
Nivel Básico de Sustentación (NBS), con una brecha de 10 años entre los
momentos en que ambos grupo maximizan su reproducción –19 años en los
sectores más carenciados, 29 en las clases medias y trabajadoras–, generando
un mayor período reproductivo que da como resultado la duplicación del
crecimiento poblacional en los sectores más carenciados.180
El crecimiento incesante de los sectores excluidos crea una situación
compleja que ya no puede solucionarse únicamente con inversión económica,
o con políticas sociales tardías y de poca incidencia. La población comienza a
sentirse dividida entre un nosotros, y un ellos. Cada uno en grupos opuestos e
irreconciliables. El índice general de delitos se incrementa notoriamente.
Nuevos delitos aparecen en nuevos delincuentes, con cada vez una franja
etaria menor:
179
CALVO, Juan y PELLEGRINO, Adela. “20 años no es nada”. En: CAETANO,
Gerardo (coordinador). 20 años de Democracia: Uruguay 1985-2005, miradas
múltiples, Montevideo, Taurus, 2005, p. 253.
180
Ibídem, p. 258.
181
La República, XIV, núm. 4.964, Montevideo, 15 de Junio de 2002, portada.
194
182
"El miedo es el mensaje". La Diaria, Nacionales, 29 de Octubre de 2014. Disponible
en: http://ladiaria.com.uy/articulo/2014/10/el-miedo-es-el-mensaje/.
183
LANZARO, Jorge. La segunda transición en Uruguay, Montevideo, FCU, 2000, p.
25.
195
184
"El orgullo de ser plancha". El Observador, Montevideo, 2 de Setiembre de 2011.
Disponible en: http://www.elobservador.com.uy/el-orgullo-ser-plancha-n208544.
185
CAETANO, Gerardo “Marco histórico y cambio político en dos décadas de
democracia. De la transición democrática al gobierno de izquierda, 1985-2005". En:
196
187
La República, XIV, núm. 4.996, Montevideo, 30 de Julio de 2002, portada.
198
188
La República, XIV, núm. 4.996, Montevideo, 30 de Julio de 2002, p. 22.
199
Dentro de las capas medias, los pequeños empresarios, las PYMES, sufrieron
graves consecuencias, ante la retracción del mercado interno, y la triplicación
de su endeudamiento. Muchos debieron cerrar sus puertas. Desde el diario “La
República”, en su separata titulada “Trato-Hecho”, el suplemento de avisos
clasificados, aparece la siguiente editorial:
“Uruguay, el país del `tuvo´. Es frecuente por estas épocas, que al indagar
por la suerte de algún amigo o conocido al que no vemos desde hace
algún tiempo, obtengamos por respuesta... ¡Cómo! ¿No te enteraste?
¡Está re-fundido! ¡Y pensar que tuvo esto y aquello! Vale decir, los
blasones en que se basa nuestra sociedad para decidir si somos
`triunfadores´ o `fracasados´....189
189
La República, XIV, núm. 4.994, 28 de Julio de 2002, p. 11.
200
190
Semanario Búsqueda, Montevideo, 22 de Agosto de 2002, p. 13
191
BONINO, Nicolás; ROMÁN, Carolina; y WILLEBALD, Henry. “PIB y estructura
productiva en Uruguay (1870-2011)". Revisión de series-históricas y discusión
metodológica, Montevideo, 2014.
201
Con el título “IMM aceptará trueque para cobrar servicios”, el periódico "El
País" explicaba cómo las mismas instituciones públicas comienzan a legitimar
esta nueva forma de transacción, ante el quiebre de la cadena de pagos, por
falta de liquidez. La nota presentada a "El País", continúa explicando que la
Intendencia Municipal de Montevideo propuso, a través de la modificación
presupuestal presentada por el director del Departamento Jurídico, Adolfo
Perez Piera, aplicar “el mecanismo del trueque como forma de cobro de
permisos y habilitaciones que realiza la comuna a cambio de bienes y
servicios”.193
Otra de las características del Uruguay de la crisis del año 2002, fueron
los comedores estatales y también los privados, muchas personas de forma
solidaria organizaban comedores improvisados para los más carenciados, esa
fue otra de las nuevas imágenes del Uruguay de la crisis, en ese período
crítico, gobierno y oposición, desde la IMM, competían para ver quien ofrecía
mayor cantidad de ayudas caritativas a los más desposeídos:
192
La República, XIV, núm. 5.018, Montevideo, 15 de Agosto de 2002, p. 4.
193
La República, XIV, núm. 5.002, Montevideo, 30 de Julio de 2002, p.12.
202
194
El País, Montevideo, 2 de Agosto de 2002, p. 6.
203
195
Semanario Búsqueda, Montevideo, 17 de julio de 2002, p. 18
205
196
Semanario Búsqueda, Montevideo, 17 de julio de 2002, p. 18.
197
Semanario Búsqueda, Montevideo, 1 de agosto de 2002, p. 35.
206
207
Ante una crisis económica de las dimensiones que sufrió Uruguay entre
1998 y 2004, podría analizarse el proceso emigratorio como un elemento
positivo para lograr la descompresión social, diluyendo posibles focos de
tensión socio-política, y aportando ingresos económicos a través de las
remesas. Desde este enfoque existiría una relación directa entre la migración
internacional y la posibilidad de desarrollo de los países de origen, la
emigración como una solución a la situación de crisis socio-económica. Sin
embargo, dicho análisis no toma en cuenta el cúmulo de pérdidas que sufre un
país exportador, de fuerza de trabajo.198
Si alejamos el foco de la situación específica del Uruguay en esos años,
constatamos el aumento de las corrientes migratorias desde los países
periféricos hacia las potencias centrales. En los últimos 30 años el nuevo orden
capitalista estableció políticas económicas neoliberales que han intensificado el
desarrollo desigual, y la polarización económica entre los países. En este
contexto globalizado, la división del trabajo internacional establece que los
países periféricos son los principales abastecedores de los recursos naturales y
de la mano de obra barata, éste último item es esencial para el abaratamiento
de los costos de producción, la fuerza de trabajo se convierte entonces en una
de los principales elementos que permiten crecimiento y desarrollo, dicho de
otro modo, la migración masiva es funcional a las exigencias del mercado. La
emigración internacional masiva se profundizó a finales 1998. De acuerdo al
documento sobre Emigración Reciente, elaborado en Montevideo por el
Instituto de Estadística y Censo correspondiente al año 2007, se estimaba
entonces que existían unos 630.000 uruguayos en el exterior. Eso equivalía al
15,52% de la población estimada durante el año anterior.
Resulta mayor si se agregan los hijos de uruguayos nacidos en el exterior.
Este fenómeno ha ganado el nombre de diáspora, emigración masiva de
198
DELGADO WISE, Raúl, MARQUEZ ROMERO, Humberto y RODRIGUEZ
RAMIREZ, Héctor. “Seis tesis para desmitificar el nexo entre migración y desarrollo".
Migración y desarrollo”, núm. 12, Zacatecas, enero, 2009, pp. 27-52.
208
uruguayos al exterior que, partiendo del exilio político y económico de los años
pre-dictatoriales, se acentuó de forma alarmante en los albores del siglo XXI.
El alto porcentaje de emigración trajo graves problemas económicos y
sociales por las características demográficas que tiene Uruguay y que la
convierten en un caso excepcional en América Latina, es, junto con Cuba, el
país con menor crecimiento poblacional del continente. Si nos atenemos a
estos porcentajes el Uruguay comienza a tener saldos negativos de
crecimiento. La estructura demográfica uruguaya, tiende históricamente a la
disminución de la natalidad, esta reducción de nacimientos se acentúo en los
sectores medios de la población que comenzaron a perder poder de compra
por el crecimiento inflacionario.
Frente a esa realidad se expone la de una población anciana que
mantiene, a pesar de la crisis, una esperanza de vida alta, 75 años promedio.
El resultado es una sociedad demográficamente estancada y etariamente
envejecida. Pero en los últimos años, el escaso margen de crecimiento ha ido
desapareciendo por causa de la emigración masiva. 199
Según las estadísticas oficiales, el crecimiento natural del país, la
diferencia entre defunciones y nacimientos, se encontraría entre 20.000 a
22.000 personas anuales. Si tomamos en cuenta que el número contabilizado
de emigrantes, durante los años más difíciles de la crisis de 2000 a 2003,
rondan los 30.000 emigrados anuales. La conclusión es clara: Uruguay pierde
población. Reproduzco la tabla de crecimiento demográfico correspondiente a
los años que van de 1996 a 2006, a partir de los datos aportados por el
documento titulado Emigración Reciente, que fue publicado por el Instituto de
Estadística y Censo de Uruguay, con sede en Montevideo, en el año 2007. En
el caso de población, identificamos que se trata de una población registrada al
30 de junio de cada año (población). Sobre tasa de crecimiento, se calcula en
(%). Finalmente, se identifican la tasa bruta de natalidad, y la de mortalidad,
calculadas por mil personas.
199
PELLEGRINO, Adela. Caracterización demográfica del Uruguay, Montevideo,
Programa de Población FCS-UDELAR, 2003, p. 29.
209
migratoria que continúa acentuándose con las crisis cíclicas propias del
sistema y la acentuación de las políticas liberales.
Esta coyuntura histórica impactó sobre las decisiones personales y/o
familiares, ya que emigrar, sea por causas económicas y/o políticas, depende
generalmente de dos variables: la reducción de oportunidades para el
desarrollo de las condiciones materiales y subjetivas en el país de origen, por
un lado, y la posibilidad de que esas oportunidades se encuentren en otro
lugar, por el otro.
A las motivaciones que expulsan a los uruguayos del país, existen
aquellas que los llevan a determinados polos de atracción migratoria. La
demanda de mano de obra en amplias ramas de la economía –servicios,
comercio, construcción, agricultura–, de los países desarrollados es en
definitiva una variable exógena que se agrega a la anterior:
200
DELGADO WISE, Raul, MARQUEZ ROMERO, Humberto y RODRIGUEZ
RAMIREZ, Héctor. “Seis tesis para desmitificar el nexo entre migración y desarrollo".
Migración y desarrollo, núm. 12, Zacatecas, p. 34.
211
“Se nos van más de 2 uruguayos por hora. 30.000 en 18 meses, 1.666
por mes, 55 por día, y 3 por hora. Son los uruguayos que se fueron. El
Uruguay no tiene futuro, salvo que se le siga sacando la plata a los
trabajadores y jubilados...son los uruguayos queridos que se nos van, en
su enorme mayoría jóvenes ¡vaya a saber a dónde! Mejor dicho, sí, lo
sabemos. ¿Cómo nos juzgará la historia, si es que la hay? ¿Cómo la
generación que olvidó a sus queridos viejos? ¿La que mató la esperanza
de sus hijos y que los enfrentó a sus padres? ¿La que enterró a gran
parte de sus contemporáneos?”.201
201
La República, XIV, núm. 4.979, 11 de julio de 2002, p. 19.
216
que se puede medir son los giros o transferencias por empresas, al estilo
Western Union. Se crean nuevos mecanismos de transferencia de dinero: por
ejemplo, abrir una cuenta bancaria y dar una tarjeta de crédito. Los grandes
comercios inauguran novedosos sistemas para enviar por Internet ropa,
comida, electrodomésticos… Las grandes superficies estimaron sus ventas al
exterior en unos 10 millones de dólares de promedio. El mercado multiplica las
ofertas de banda ancha con telefonía gratuita al exterior, y las asociaciones de
familiares y amigos de emigrantes son cada vez más numerosos. Nunca antes
el país había mirado el afuera desde esta perspectiva, no solo como modelo
político y económico a imitar, sino que, literalmente, lo entendieron como un
lugar a donde huir. En medio de la disgregación social, muchos uruguayos solo
esperaban una oportunidad en la salida.
En este contexto, la identidad, el sentido de pertenencia a un grupo, fue
un elemento flexible. Empieza a ser mucho más intenso para el que emigró, y
que se encontraba inserto en una nueva sociedad. El dislocamiento, el no-lugar
del que habla Bhabha, es el de la construcción de un lugar diferente, entre dos
espacios y dos tiempos. Esta situación se hace cada vez más evidente, en
virtud de los adelantos tecnológicos que permiten una aceleración del tiempo,
junto a la posibilidad de estar virtualmente en más de un lugar a la vez,
permitiendo contactos entre el lugar de origen, y el de llegada. Por lo tanto,
nuevas formas de construcción de identidad.
En el emigrante, la pertenencia a la comunidad imaginada, se vive
paralelamente a la integración a una nueva sociedad, mientras que “el que se
queda”, se convierte en observador y protagonista directo de la crisis. Es parte
de la reconstrucción de una comunidad que se re-imagina desde la catástrofe.
Existen en la sociedad uruguaya, ciertas ideas y representaciones creadas
desde el discurso identitario y fundacional: “Como el Uruguay, no hay”; “La
garra charrúa”; “La Suiza de América”. Refuerzan el imaginario de la sociedad
homogénea, alejada en el tiempo. Ideales de un pasado, construidos y
217
202
BENGOECHEA, Jorge. “Emigración: una acercamiento a la subjetividad del joven
uruguayo”. En: DICONCA, Beatriz y CAMPODONICO, Gerardo (coord.). Migración
uruguaya: un enfoque antropológico, Montevideo, FHUCE-UDELAR, 2007.
218
se daba una doble corriente migratoria: por un lado, muchos uruguayos que
emigraban a los países fronterizos, Argentina y Brasil; por el otro, miles de
europeos que llegaban al territorio, huyendo del hambre y de la guerra.
La migración como fenómeno es un aspecto estructural de la sociedad
uruguaya desde su construcción identitaria. El discurso fundacional también se
sustentaba en la idea de la acogida masiva de inmigración europea. La
excepcionalidad de sus características étnicas, con respecto al resto de
América Latina, sirvió para considerar que esa diferencia motivaba una
superioridad socio-económica y política. Es decir: un modelo de progreso único
en el continente. Esta característica convirtió a la emigración en una especie de
práctica inter-generacional. Bourdieu lo explica como uno de esos los pliegues
psicológicos, en donde se guardan los relatos familiares, los deseos personales
y las representaciones sociales (Bourdieu, 1986).
El proceso modernizador, y su contrapartida en el crecimiento
demográfico uruguayo –cuyas características también forman parte de nuestra
identidad–, reforzaron la idea de la excepcionalidad pues el crecimiento
poblacional era asemejarse al de los países europeos cuya naturaleza era la
baja natalidad y la alta mortalidad. Esto promovía la creencia entre los elencos
gobernantes del Uruguay: era un síntoma de desarrollo, y no un problema
demográfico.
El hecho de que el flujo de emigrantes europeos fuese el principal factor
de crecimiento poblacional –sustituyendo así al crecimiento natural–, fue
considerado un beneficio en el afán de desarrollo, modernización y creación de
excepcionalidad. Es por ello que, durante décadas, no se implementaran
políticas de población desde la administración pública.203
El proceso comienza a balancearse en la década de 1960, cuando las
cuentas migratorias empezaron a dar números rojos. Al bajo o nulo crecimiento
natural, que continuó caracterizando al Uruguay, se sumó una emigración
masiva por motivos económicos y políticos. El cambio en los flujos migratorios
internacionales, convirtió a América Latina en un espacio de expulsión de la
203
CALVO, Juan José y PELLEGRINO, Adela. “Veinte años no es nada”. En:
CAETANO, G. (compiladora). 20 años de democracia. Uruguay1985-2005: miradas
múltiples. Taurus, Montevideo, 2005.
219
población local, como el resto de las zonas periféricas del mundo, aportando al
sistema económico la mano de obra barata que necesitaba. En esta
oportunidad, Uruguay no pudo ser una excepción.
La postguerra, y la rápida recuperación europea, impulsaron el cambio y
el crecimiento económico acelerado en los Estados Unidos de América y en la
novedosa Unión Europea. Todo ello sumado a las crisis estructurales de la
economía latinoamericana, y a su modelo de industrialización, que modificaron
el mapa de flujos migratorios de forma radical.
Uruguay no pudo escapar a esta realidad demográfica en los años 1960 y
1970, que transformaron paulatinamente la vida en una diáspora de gran
tamaño y dispersión.204 Las actuales características demográficas del país
comienzan a perfilarse en esos años: crecimiento nulo o negativo, y estructura
etaria envejecida: "a partir de la post-guerra, al histórico bajo crecimiento
natural del país se agrega un saldo migratorio inter-censal negativo, lo que
plantea un crecimiento nulo o negativo, y una estructura de edades
envejecida".205
Durante este primer período de emigración masiva, la conflictividad
política que vivía el país –que culmino con un período dictatorial de doce años–
, se presentó como el principal motivo de emigración, aunque el deterioro
acelerado de las condiciones socio-económicas, por la crisis del modelo
industrializador, fue igualmente importante. La persecución política y la
violación sistemática de los derechos humanos, junto a las garantías
constitucionales que acontecieron antes del golpe de Estado de 1973, se
convirtieron en las principales causales del exilio. Muchos países, en particular
los europeos, abrieron sus puertas a todos los exiliados políticos provenientes
de América Latina. Estos emigrantes jóvenes, con una elevada formación
educativa, o con una calificación laboral, eran en general estudiantes o
profesionales universitarios. Gozaban de una importante experiencia en
204
PELLEGRINO, Adela. La propensión migratoria de los jóvenes uruguayos. Estudio
en base a datos de la Encuesta Nacional de Juventud 1989-1990 del Instituto Nacional
de Estadística, Montevideo, INJU-CEPAL-OIM, 1994, p. 6.
205
VARELA PETITO, Carmen (coord.). Demografía de una transición: La población
uruguaya a finales del siglo XXI, Montevideo, Trilce, 2008, p. 8, p. 14.
220
206
Ibídem, p. 8.
221
207
PELLEGRINO, Adela y VIGORITO, Andrea. La emigración uruguaya en la crisis del
2002, Montevideo, Instituto de Economía, 2005.
208
MACADAR, Daniel y DOMINGUEA, Pablo. “Migración interna”. En: VARELA
PETITO, Carmen (compiladora): Demografía de una transición: La población uruguaya
a finales del siglo XXI, Montevideo, Trilce, 2008, p. 84.
223
que había dejado, con el que había imaginado desde el exilio. Junto con la
realidad del país receptor, que en la mayoría de los casos eran países
desarrollados. Es entonces cuando se refuerza la frase “la movilidad territorial
de la población es un fenómeno profundamente arraigado en la sociedad
uruguaya".209
Lo que transforma la movilidad en una característica identitaria. Una
especie de cultura emigratoria, que empieza a construirse con fuerza hasta
convertirse en una característica marcada por el sentimiento de desarraigo.
Una añoranza y una nostalgia que permiten combinar la perfección con nuestra
identidad melancólica, ya que estas decisiones, también “están orientadas por
la costumbre, aquello que llamamos, a falta de expresión mejor, una específica
cultura migratoria, que no es más que la reproducción de ciertos mecanismos
de relación social a través del tiempo”. 210
Al decir de Bordieu, la emigración internacional se convierte entonces en
un habitus para los uruguayos211. Es una opción dentro de la estructura objetiva
de la sociedad uruguaya y sus posibilidades. ¿Qué significado tiene para los
uruguayos la correlación entre crisis socioeconómica y emigración aluvional?
Esta relación es fácilmente detectable en los últimos cuarenta años.
Ya hemos analizado la pérdida económica, social y política que
constituye, para un país como el Uruguay, la pérdida de población joven y
económicamente activa, pero desde la perspectiva de la construcción
identitaria, una ruptura irreparable, o la construcción de un nuevo espacio
desde donde sentir la pertenencia.
Uno de los principales objetivos de los relatos identitarios es la creación
del sentido de alteridad y la construcción de un futuro compartido ¿Qué
horizonte compartido pueden imaginar los uruguayos ante un proceso de crisis
profunda y emigración masiva? A pesar de las distancias geográficas
209
PELLEGRINO, Adela y LUJÁN, Carmen La propensión migratoria de los jóvenes
uruguayos. Montevideo, Organización Internacional de la Migración, Instituto Nacional
de la Juventud, Uruguay, Comisión Económica para América Latina, Naciones Unidas,
1994, p. 9.
210
DEVOTO, Fernando. Historia de la inmigración argentina. Buenos Aires,
Sudamericana, 2003, p. 108.
211
BOURDIEU, Pierre. "Estructuras sociales y estructuras mentales, Prólogo". EN:
Bourdieu, Pierre. La nobleza de Estado. Grandes Ecoles y espíritu de cuerpo, Paris:
Minuit, 1989, pp. 7-24.
224
212
La República, XIV, núm. 4.973, Montevideo, 7 de julio de 2002, portada.
225
Conclusiones
213
BARTH, Frederik. Los grupos étnicos y sus fronteras, México, FCE, 1976.
229
214
PELLEGRINO, Adela. La propensión migratoria de los jóvenes uruguayos. Estudio
en base a datos de la Encuesta Nacional de Juventud 1989-1990 del Instituto Nacional
de Estadística, Montevideo, INJU-CEPAL-OIM, 1994.p18
215
Ibídem, p. 22.
230
CAPITULO 5
Introducción
216
ANDERSON, Benedict, Las comunidades imaginadas, Barcelona, FCE, 2002, p.
27.
231
217
LEVI-STRAUSS, Claude. Mito y significado, Madrid, Alianza Editorial, 2002.
232
218
BHABHA, Homi. Nación y Narración, Buenos Aires, Siglo XXI, 2010, p. 45.
219
CAETANO, Gerardo, PÉREZ, Romeo, RILLA, José. “Cambios recientes y desafíos
en el sistema político uruguayo concebido como una partidocracia”. EN: CAETANO,
Gerardo et al (coord.). Partidos y electores. Centralidad y cambios, Montevideo,
CLAEH, EBO, 1992, p. 123.
233
220
ALSINA RODRIGUEZ, Miquel y MEDINA BRAVO, Pilar; “Posmodernidad y crisis de
la identidad”, Sevilla, 2006, p. 126 en Revista científica de información y comunicación,
N°3 pp 124-144.
234
221
HALL, Stuart. La identidad cultural en la post-modernidad, Buenos Aires, Siglo XXI,
2002, p. 9.
235
222
CAETANO, Gerardo y ALFARO, Milita. "La Suiza de América y Sus Mitos”. En:
CAETANO, Gerardo (compilador). Historia del Uruguay Contemporáneo: Materiales
para el Debate, Montevideo, EBO, 1995, p. 189.
223
Ibídem, p.191
236
“Es por eso que pasamos a ser un país muy auténtico, muy país, y no por
la influencia de una raza común, en sentido genético, no por
consecuencia de la geografía, sino porque constituimos una comunidad
espiritual. Consiste en el culto de algunas cosas: igualdad ante la ley,
carácter representativo de los órganos de gobierno, elección periódica de
los gobernantes, supeditación de toda autoridad o centro de poder al
gobierno civil, rígida observancia de un sistema de garantías de la
libertad, de la libertad política y de la libertad individual…Entre nosotros,
cuando se atenta contra la sobrevivencia de estos valores espirituales se
224
DEMASSI, Carlos, RICO, Álvaro y ROSALES, Marcelo. “Transición y post-
transición 1980-2002. Hechos y sentidos de la política y la post-política”. EN:
BRANDO, Oscar (compilador). Uruguay hoy Paisaje después del 31 de Octubre,
Montevideo, Editorial del caballo perdido, 2004.
237
está poniendo en riesgo la existencia misma del país, que es eso, y si no,
no es un país”.225
La figura política del senador Wilson Ferreira fue una de las más
destacadas del Uruguay de las últimas décadas. Líder indiscutido del Partido
Nacional, durante su largo exilio político por la dictadura, se convirtió en el
referente de los exiliados, sin importar el partido político de pertenencia.
También fue una figura destacada en el proceso de transición y legitimación del
sistema político durante los primeros años de restauración democrática. La
interpretación que sugiere en su discurso desde el exilio, demuestra su
intencionalidad política pero también su convencimiento que las bases de la
nación uruguaya se basan en la estructura política más que en los mitos
originarios, en buena medida viene a sustituir a estos otros. La forma en que se
continuaron o transformaron estas características políticas tan esenciales para
la afirmación identitaria de los uruguayos en lo que analizaremos en este
capítulo.
225
DEMASI, Carlos. “La dictadura militar: Un tema pendiente”. EN: RICO, Álvaro
(coord.). Uruguay: Cuentas pendientes, Montevideo, 1995, pp. 47-48.
238
226
CAETANO, Gerardo. Los uruguayos del Centenario, Nación, ciudadanía, religión y
educación (1910-1930), Montevideo, Taurus, 2000.
239
227
YAFFE, Jaime. "Los dos ciclos del Estado uruguayo". En: NAHUM, Benjamín y
CAETANO, Gerardo (coord.). El Uruguay del siglo XX, Montevideo, EBO, 2000, tomo
II, p. 189.
240
abría el viejo debate ideológico del siglo XIX, caracterizado por principistas y
caudillistas, y desde las páginas del periódico Marcha, se hizo énfasis en que la
política criolla o caudillista –liderada por los sectores más conservadores–,
volvía a imponerse con fuerza sobre el racionalismo político establecido desde
los albores del siglo XX, imponiendo así a los gobiernos batllistas. Los procesos
de expansión y retracción del Estado se fueron sucediendo a lo largo del siglo
XX.228
Desde principios de siglo XX hasta el año 1959, el primer batllismo se
caracterizó como proceso político, liderado por el presiente José Batlle y
Ordoñez. Luego, el terrorismo, gobierno constitucional y de facto de Gabriel
Terra. Y el Neo-batllismo, liderado por Luis Batlle Berres. Estos grupos políticos
moldearon la silueta del Estado paternalista made in Uruguay. Hablamos de un
modelo político y socio-económico, que se dirigió a la construcción del primer
relato identitario. Su impronta está fuertemente arraigada al imaginario colectivo,
sobre la visión política que tenemos de nosotros mismos. Pero su agotamiento
impulsó entonces a las políticas contrapuestas ante las cuales debieron aplicar,
de forma gradual, un modelo con una estructura estatal muy fuerte y muy
arraigada en el imaginario colectivo, con respecto al rol del Estado.
El proceso generó múltiples resistencias, limitando, durante la dictadura de
la década de 1970, la posibilidad de un rápido avance del proyecto liberal. El
gradualismo –creencia según la cual el cambio ocurre, o debe ocurrir, en forma
de pasos graduales– intentó imponerse en el ámbito liberal, el cual llevó
décadas para establecerse a base de constantes marchas y contramarchas,
frenos e impulsos. El modelo se fue construyendo por etapas, y en palabras de
Jaime Yaffe, “…es el Estado regulador el que primero se repliega; más tarde lo
harán; y en forma más tímida, el estado social y el estado empresario”.229
Es probable que estas dos últimas características del Estado paternalista
sean las que más se relacionan con el Estado batllista. El debate fue
permanente entre estas dos visiones del papel del Estado. El predominio político
de uno no significó en ningún momento la anulación definitiva del otro. El debate
se hizo prioritario en tiempos de crisis, y durante esas coyunturas los uruguayos
228
Ibídem, p. 191.
229
Ibídem, p. 202.
241
230
CAETANO, Gerardo. “Introducción general. Marco histórico y cambio político en
dos décadas de democracia. De la transición democrática al gobierno de izquierda”.
EN: CAETANO, Gerardo (compilador). 20 años de democracia. Uruguay 1985-2005:
miradas múltiples, Montevideo, Taurus, 2005, pp. 19-48.
242
231
Disponible en: https://sip21-webext.parlamento.gub.uy/temporales/
leytemp3343771.htm
232
DEMASSI, Carlos, RICO, Álvaro y ROSALES, Marcelo. “Transición y pos-transición
1980-2002, hechos y sentido de la política y la pos-política". EN: BRANDO, Oscar
243
235
Ibídem, p. 125.
236
Disponible en: "http://www.corteelectoral.gub.uy" http://www.corteelectoral.gub.uy
/gxportal/gxpfiles/ elecciones/ Eleccion%20Naciona %201989 %20.htm
245
237
CAETANO, Gerardo. Los uruguayos del Centenario, Nación, ciudadanía, religión y
educación, 1910-1930. Montevideo, Taurus, 2000, p. 24.
238
DEMASI, Carlos, RICO, Álvaro y ROSALES, Marcelo. “Transición y pos-transición
1980-2002. Hechos y sentido de la política y la pos-política". EN: BRANDO, Oscar
(compilador). Uruguay hoy. Paisaje después del 31 de octubre, Montevideo, Editorial
del Caballo Perdido, 2004, p. 38.
246
239
GEISING, Carolina, PEREZ, Cecilia, ROSTAN, Elina y SILVA, Marisa. “La
restauración democrática, 1985-2005". EN: NAHÚM, Benjamin (compilador). Historia
uruguaya, Montevideo, EBO, 2011, tomo XII, pp. 29-33.
247
resultado para los trabajadores fue que durante este período de gobierno los
salarios de los funcionarios públicos se fijaran por decreto del Poder Ejecutivo y
los trabajadores privados quedaron librados a las negociaciones bipartitas sin
participación estatal. Estas decisiones provocaron un aluvión de conflictividad
sindical, lo que a su vez propició el intento por parte del gobierno de regularizar
el derecho a huelga, propuesta que no hizo más que aumentar el malestar entre
el gobierno y los trabajadores.240
El movimiento sindical se vio perjudicado al perder poder negociador con la
suspensión de los Consejos de Salarios, en un momento histórico en donde la
apertura de los mercados generaba un proceso de desindustrialización masiva.
Ante la pérdida de competitividad, la principal lucha de los trabajadores fue el
mantenimiento de las fuentes de trabajo, quedando postergada la lucha salarial,
una lucha que se negociaba de forma bipartita con la patronal. La Central
Sindical redirigió su accionar, ya que su principal objetivo durante la década de
1990, fue frenar el impulso neoliberal. Fueron años de masivas manifestaciones
y movilizaciones públicas y sociales. Por ello, aunque los números
macroeconómicos fueron positivos durante este período señalado más arriba,
los índices que afectaron directamente a la masa trabajadora no mejoraron
notoriamente. Durante ese período se mantuvo una tasa de desempleo más
bien similar al período anterior, que rondaba el 9%, mientras el salario real había
registrado un leve aumento de 1,77% en todo el período señalado.241
El índice socio-económico más trascendente fue el descenso de la
pobreza: si en el año 1986 se colocaba que el 46,2% de la población total no
tenía trabajo, hacia el año 1994, al final del gobierno Lacalle, rondaba el 15,3%,
como señalaran oportunamente Gerardo Caetano y José Rilla en el apéndice
documental de su obra publicada en el 2005.242
La segunda presidencia de Sanguinetti abarcó el período 1995-1999.
Durante las elecciones del año anterior, 1994, se reflejó con claridad el concepto
de “país dividido en tercios”. Se trataba de un empate técnico entre los tres
240
Ibídem, p. 35.
241
Ibídem, pp. 35-37.
242
CAETANO, Gerardo y RILLA, José. Historia contemporánea del Uruguay. De la
Colonia al siglo XXI, Montevideo, CLAEH-Fin de Siglo, 2005, p. 457.
248
243
Disponible en: http://www.corteelectoral.gub.uy/ gxportal/gxpfiles elecciones/ele
cciones _nacionales_1994.html
244
CAETANO, Gerardo. Los uruguayos del Centenario, Nación, ciudadanía, religión y
educación, 1910-1930. Montevideo, Taurus, 2000 p. 25.
249
245
Ibídem, p. 27.
250
en este período. Hacia finales del período gubernamental, es decir, entre los
años 1998 y 1999, dio comienzo un proceso de estancamiento y posterior
recesión económica, cuyas principales consecuencias se desarrollaron en el
gobierno de Jorge Batlle. Comenzaban así las repercusiones internas del
agotamiento del modelo liberal en toda la región.246
246
KAZTMAN, Ruben y FILGUEIRA, Fernando. Panorama de la infancia y la familia en
Uruguay”, Montevideo, Facultad de Ciencias Sociales y Comunicación Universidad
Católica del Uruguay, 2001, p. 92.
247
FRENCH DAVIS, Ricardo. Reformas comerciales, exportaciones y crecimiento,
Santiago de Chile, CEPAL, 2001, p. 35.
251
248
MOREIRA, Constanza. Elecciones en Uruguay 1999: comportamiento electoral y
cultura política, Montevideo, Departamento de Ciencia Política de FCS-UDELAR,
2000, pp. 2-5.
249
Disponible en: www.corteelectoral.gub.uy /gxportal/gxpfiles /elecciones
/elecciones_internas_1999.html
252
250
Disponible en: www.corteelectoral.gub.uy /gxportal/gxpfiles/elecciones
/elecciones_nacionales_1999.html
251
Disponible en: www.corteelectoral.gub.uy /gxportal/gxpfiles /elecciones
/elecciones_internas_1999.html, p. 10.
253
252
Disponible en: www.corteelectoral.gub.uy/gxportal/gxpfiles/elecciones
/elecciones_nacionales_1999.html
254
253
BOTINELLI, Oscar. Elecciones 1999-2000, Montevideo, EBO, 2000, p. 346.
255
“El Uruguay ha sufrido desde las postrimerías de 1998, y durante 1999 los
efectos negativos de acontecimientos ajenos –totalmente ajenos–, a
nuestra voluntad: la crisis asiática, que determinó la baja de los precios de
los productos primarios; la suba desmedida de los precios del petróleo;
las crisis cambiarias en la región y, finalmente, una tremenda sequía de
primavera. Todo ello produjo la pérdida de ingresos a la Tesorería, así
como la disminución general de nuestras actividades económicas,
causándonos las dificultades que hoy estamos decididos a enfrentar y a
resolver con éxito".254
254
Diario de Sesiones de la Asamblea General Legislatura, XLV, n° 3, tomo 78, 1 de
marzo de 2000.
256
Es probable que los síntomas de crisis que ya se hacían sentir, y que eran
alarmantes en los países vecinos, pudiesen devaluar la moneda en Brasil, junto
a la inestabilidad financiera y política de la República Argentina. También, que
todo ello obligara a suavizar el discurso liberal, presentando al Estado como
impulsor económico e integrador social. Como hemos visto, una de las
características derivadas de las políticas aperturistas, fue la fragmentación y
polarización de la sociedad. Era necesario recuperar el papel integrador del
Estado para superar los antagonismos anacrónicos, término utilizado en la
época.
255
Ibídem.
257
256
Disponible en: https://marianorinaldi.com/2011/12/20/el-argentinazo-viacrucis-al-19-
y-20-de-diciembre-de-2001/
258
257
CAETANO, Gerardo. “Introducción general. Marco histórico y cambio político en
dos décadas de democracia. De la transición democrática al gobierno de izquierda".
EN: CAETANO, Gerardo (compilador). 20 años de democracia, Uruguay 1985-2005:
miradas múltiples, Montevideo, Taurus, 2005, p. 41.
260
de una clase política experimentada y prestigiosa, una clase que tendría que
sortear los obstáculos coyunturales con cintura política.
La crisis económica fue el abrupto final del romance: supuso la caída
vertiginosa de la popularidad y de la credibilidad del presidente uruguayo Batlle.
Esa verborragia que había utilizado para enamorar a la opinión pública,
proponiendo una presidencia cercana y campechana con la sociedad civil,
terminó siendo su talón de Aquiles. En momentos de alta tensión política, sus
opiniones no contribuían a la calma. Por el contrario, generaban rispideces
dentro de la coalición: contra la oposición, contra la prensa, e incluso contra
personalidades políticas fuera de las fronteras uruguayas.
Muy conocido a nivel internacional, fue el caso de una entrevista realizada
por un periodista de la cadena Bloomberg TV, al presidente Jorge Batlle en el
palacio presidencial. En un diálogo of de record con el mismo periodista, que
fue grabado por los técnicos presentes, el presidente uruguayo, muy enojado,
expresó abiertamente su enojo ante la comparación que pretendía hacer la
cadena Bloomberg TV, sobre la crisis económica, tanto argentina como
uruguaya. Ese enojo lo llevó a asegurar que “los argentinos son una manga de
ladrones del primero hasta el último, entiende", agregando ese 3 de junio de
2002, que no debía comparar: “la Argentina con el Uruguay, o usted es un
ignorante absoluto de la realidad argentina y de la realidad uruguaya…¿Sabe
el grado y volumen de corrupción que hay en Argentina?”.258
La emisión de esta entrevista a través de medios audiovisuales,
expuestos a nivel nacional e internacional, junto a las múltiples publicaciones
que se hicieron en la prensa escrita local, generaron no pocos inconvenientes
diplomáticos entre ambos Estados, obligando a un pedido público de disculpas,
como puede comprobarse en la edición política del martes 4 de junio de 2002 a
través de "Clarín".259
Este tipo de situaciones, sumadas a las reiteradas excusas sobre la crisis
económica que ponía el acento en las influencias externas, no planteaba ni
autocríticas ni soluciones claras. La población comenzó a retirar su confianza
ante Batlle. La falta de criterio en las declaraciones públicas, lo mostraban
258
Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=QuJzJadl1Nw
259
Disponible en: http://edant.clarin.com/ diario/2002/06/04/p-01201.htm
261
260
Disponible en: http://edant.clarin.com/ diario/2002/06/04/p-01201.htm, p. 7.
261
Semanario Búsqueda, Montevideo, XXXI, núm. 1.157, portada, 4 al 10 de julio de
2002.
262
262
Ibídem.
263
una pose electoral o de circunstancia, les dejamos las manos libres y los
obligamos”.263
Dentro de la izquierda se empiezan a proyectar dos opciones: la
minoritaria está representada por las alas radicales, las cuales plantean una
rebelión popular, vinculándose a los movimientos "piqueteros" de la República
Argentina, junto a los "sin tierra" del Brasil. Por otro lado, la mayoría que se
alinea con la sustentabilidad del sistema político y social, considerando así que
la vía de cambio está compuesta por las elecciones, y no por la rebelión
popular en un momento de crisis económica. Estos argumentos sostenidos por
Mujica –senador de izquierda, además de ex guerrillero–, fueron significativos
en el momento de avalar la estrategia del Frente Amplio durante los momentos
más álgidos de la crisis. La senadora Marina Arismendi, miembro del Partido
Comunista dentro del Frente, argumentó que “...para la izquierda es muy fácil
encender la pradera en estos días, pero no lo hace porque ese extremo no le
sirve al país, a las grandes mayorías que no logran nada ni viven mejor con
eso”.264
El miedo al pasado reciente, comienza a utilizarse como argumento para
el análisis político, ante el descrédito, y por el inmovilismo. Desde todos los
sectores políticos –y con ciertas posibilidades electorales–, se tenía como
objetivo el mantenimiento del sistema, para evitar así las grandes
confrontaciones y las movilizaciones masivas de la población. El miedo no era
otro que el estallido social. Desde el partido del gobierno, el senador Pablo
Millor afirmó que la izquierda utilizaría cualquier estrategia para desprestigiar a
la coalición de gobierno, porque su intención era quedarse con el poder
político. De esta manera, Millor puso en tela de juicio cualquier acción
reivindicativa que se quisiera proponer en Uruguay, ya que su idea era allanar
el camino para las supuestas irregularidades. En el marco de las "noticias
nacionales" del diario La República, señaló: “…no tengo ninguna duda que está
preparando el Frente Amplio para las próximas elecciones, porque los grandes
263
Ibídem.
264
La República, XIV, núm. 4.981, Montevideo, 15 de Julio de 2002, p. 5.
264
265
El País, LXXXIV, núm. 20.071, 16 de Julio de 2002, p. 6.
265
“En medio de la crisis del sistema productivo del país, decíamos que de
manera absolutamente irremediable dicha crisis le iba a pegar al sistema
financiero, de una forma u otra. Aunque no hubiera habido robos, era
irremediable que la crisis productiva, a cierta altura, terminaría golpeando
al sistema financiero. Por lo tanto, esos elementos se podían prever.
Entonces, es consecuencia directa de una concepción. Además, el señor
Ministro ratificó en Sala que van a seguir adelante. No importa si es el
contador Bensión, si fue el economista Mosca, si es el contador Davrieux
266
266
ARISMENDI, Mariana. Cámara de senadores, tercer periodo ordinario de la XLV
legislatura, 33º sesión extraordinaria, 16 de julio de 2002, tomo 412, p. 186.
267
Semanario Búsqueda, XXXI, núm. 1.159, Montevideo, 24 de julio de 2002, p. 8.
267
Durante los primeros meses del año 2002, las discrepancias de buena
parte del Partido Nacional se produjeron ante la conducción y las propuestas
del gobierno, las cuales se hicieron cada vez más evidentes. Existía una
especie de tensión permanente: los votos del Partido Nacional eran decisivos
para aplicar las propuestas restrictivas del gobierno, y el punto culminante fue
la votación parlamentaria en el marco de la rendición de cuentas. El herrerismo
tenía la llave de la gobernabilidad, y la utilizó de manera ambivalente, en
particular entre el apoyo y la crítica. Lacalle dejó claro en más de una
oportunidad, que el apoyo al gobierno no provenía de las coincidencias, sino de
la necesidad de mantener el sistema ante la grave situación que atravesaba el
Uruguay. Los acuerdos se debatieron a nivel parlamentario, pero también las
críticas tuvieron lugar desde algunos sectores del Partido Nacional. A pesar del
rumbo que tomaba la situación financiera ante la corrida de los capitales
bancarios, el apoyo al gobierno de Lacalle se cristalizó a partir del
mantenimiento de su equipo económico.
Entre los meses de julio y agosto de 2002, este hecho fue el que
determinó los apoyos verdaderos, y más bien funcionales. Dentro del Partido
Colorado, la posición del Foro Batllista fue el de la unidad. Fue un apoyo
permanente que llegó a las manos del presidente Batlle. El líder Sanguinetti
declaró al respecto que en el país existía un gobierno y un presidente elegidos.
Y que ese gobierno, y ese presidente, tenían que ser defendidos, para “apoyar
en las circunstancias más difíciles. Cuando acierte, aplaudámoslo. Cuando no
acierte, digámosle en privado porque pensamos que está equivocado. Pero en
privado”.268
La posición del líder era clara, en particular ante la opinión pública que
debía mantenerse. La imagen de unidad dio apoyo a los ámbitos privados, a
aquellos a los cuales ni los ciudadanos, ni las medidoras de riesgo, podían
acceder. Solo en ellos se podían expresar las críticas. A este respecto la
posición del presidente Lacalle fue diferente a la de Sanguinetti, ya que las
críticas no se hicieron esperar a medida que la situación se agravaba: “Lacalle
a Batlle. Que no hable, que oiga, que mire y que aprenda”.269
268
Semanario Búsqueda, XXXI, núm. 1.160, Montevideo, 25 de julio de 2002, p. 6.
269
La República, XIV, núm. 4.964, Montevideo, 15 de julio de 2002, p. 6.
268
270
El País, LXXXIV, núm. 20.071, Montevideo, 16 de julio de 2002, p. 8.
271
PEREIRA, Carlos Julio. Diario de sesiones de la Cámara de Senadores, tercer
periodo ordinario de la XLV Legislatura, 33º Sesión extraordinaria, tomo 412, 16 de
Julio de 2002, p. 188.
270
272
CAETANO, Gerardo. "Introducción general. Marco histórico y cambio político en
dos décadas de democracia. De la transición democrática al gobierno de izquierda.
EN: CAETANO, Gerardo (compilador). 20 años de democracia, Uruguay 1985-2005:
miradas múltiples, Montevideo, Taurus, 2005, p. 37.
271
273
El País, LXXXIV, núm. 20.070, Montevideo, 20 de julio de 2002, p. 7 y p. 39.
272
“El empujón final que le dio el presidente del directorio del Partido Blanco,
Luis A. Lacalle al exministro de Economía, Alberto Bensión, para que
dimitiera, genero malestar y críticas en el sistema financiero, mientras que
algunos dirigentes blancos impulsan su renuncia a la dirección partidaria.
Ejecutivos bancarios, corredores bursátiles y fuentes del Edificio Libertad
dijeron a Búsqueda que Lacalle será visto como el responsable político si
Uruguay no puede salir de la crisis”.274
274
Semanario Búsqueda, XXXI, núm. 1.158, 26 de julio de 202, p. 11.
275
El País, LXXXIV, núm. 20.081, Montevideo, 25 de julio de 2002, p. 12.
273
276
La República, XIV, núm. 4.979, Montevideo, 31 de julio de 2002, p. 1.
277
La República, XIV, núm. 4.985, Montevideo, 5 de agosto de 2002, p. 1.
278
El País, LXXXIV, núm. 20.091, Montevideo, 5 de agosto de 2002, p. 1.
276
6 de agosto del 2002, el presidente Batlle –más bien pletórico y aliviado ante
una situación dramática–, expreso la famosa frase: We are fantastic. Mientras
tanto, Paul O’neill, en rueda de prensa, explicaba los motivos por los cuales el
gobierno estadounidense decidía confiar en las posibilidades de que Uruguay
saliese de la crisis.
Mientras tanto, miles de uruguayos y de uruguayas vivían una situación
socio-económica devastadora. Otros miles de uruguayas y uruguayos decidían
huir del país, ante la anunciada debacle. La expresión del presidente fue como
un balde de agua fría para la población. Terminó de romper la poca credibilidad
que poseía. Desde ese instante, hasta el momento en que tuvo que entregar la
banda presidencial a quien sería el nuevo presidente, Tabaré Vázquez, la
imagen de Jorge Batlle se mantuvo en un plano muy relegado del
protagonismo político.
277
279
La República, XIV, núm. 4.966, Montevideo, 6 de agosto de 2002, p. 8.
278
280
AMORÍN BATLLE, José. Diario de sesiones de la Cámara de Representantes, núm.
3.052, 4 de agosto de 2002, 42º sesión extraordinaria, Montevideo, p. 12.
279
281
El País, LXXXIV, núm. 20.082, 27 de julio de 2002, p. 1.
280
282
Disponible en: http://www.corteelectoral.gub.uy/gxportal/gxpfiles/elecciones/
Eleccion_nacional_1971.htm
282
283
YAFFÉ, Jaime. Al centro y adentro. La renovación de la izquierda y el triunfo del
Frente Amplio en el Uruguay, Montevideo, Linardi y Risso, 2005, p. 186.
284
Ibídem, p. 186.
283
285
Ibídem, p. 186.
286
Ibídem, p. 189.
287
Ibídem, p. 190.
285
288
GARCÉ, Álvaro y YAFFE, Jaime. La era progresista, Montevideo, Fin de Siglo,
2004, p. 67.
286
“El próximo gobierno progresista tiene que apreciarse como una etapa
dentro de un proyecto de cambio y por lo tanto deberá evaluarse en una
perspectiva histórica. Es necesario tener absolutamente claro que no se
trata de limar las aristas más negativas del modelo liberal y concentrador
vigente, como tampoco que aspiramos a poner en marcha un programa
de revolución social. Se trata de avanzar en la dirección de un modelo de
desarrollo que permita ir compatibilizando sus componentes
fundamentales, es decir: crecimiento, distribución de la riqueza con
justicia social, soberanía nacional y regional, realización integral de
mujeres y hombres, libertad y la más amplia participación política”. 290
289
Disponible en: http://www.frenteamplio. org.uy//index .php?Q=articulo&ID=1024
290
GARCÉ, Álvaro y JAFFÉ, Jaime. La era progresista, Montevideo, Fin de Siglo,
2004, p. 92.
287
291
YAFFÉ, Jaime. Al centro y adentro. La renovación de la izquierda y el triunfo del
Frente Amplio en el Uruguay, Montevideo, Linardi y Risso, 2005, p. 188.
288
292
MOREIRA, Constanza. Elecciones en Uruguay 1999: comportamiento electoral y
cultura política, Montevideo, FCS-UDELAR, 2000, p. 58.
293
Disponible en:
http://www.corteelectoral.gub.uy/gxportal/gxpfiles/elecciones/Elecciones%20Nacionale
s%202004.htm.
290
Todos los atributos del imaginario batllista de principios del siglo XXI, se
advierten en el discurso. Nuevamente se invocan los aspectos geográficos, la
identidad cultural y artística, la educación, la tolerancia, el amor a la libertad y la
democracia, una gran esperanza en el futuro: “somos un pequeño gran país".
En tiempos de crisis profunda, y de un desasosiego posnacional, sigue más
vigente que nunca, en lo político, el imaginario de la República Modelo, una
república modelo a la que sólo le faltaría un buen gobierno para resurgir como
el Ave Fénix. El apego a ese modelo del Uruguay Batllista, es la mirada a un
Uruguay posible.
Con el ideal batllista –como salvapantalla de la realidad–, se reclama
controlar la desigualdad y crear mecanismos robustos de integración. Es
indispensable volver a crear cohesión social. Para ello, el nuevo gobierno se
embarcó en políticas de corte asistencial, para atender situaciones de urgencia,
y para crear un Estado de alivio rápido y efectivo. Para la población, la
elaboración de planes de emergencia, distribución de alimentos, programas de
alfabetización nacional, re-estructura de la salud pública, comedores escolares.
La situación de fractura socio-económica que vivió el país, aceleró el
proceso de desconstrucción identitaria. Estado y sociedad buscaban crear la
idea de que existe una comunidad que preservar, y que ante la catástrofe, la
única vía posible de salida era la solidaridad organizada desde el Estado.
Si bien esta crisis social es de hechura propia, las grandes catástrofes
naturales, y las guerras desatadas hasta ahora, son un buen ejemplo de las
profundas heridas que quedan en el tejido social, si las élites económicas y
294
ANDACHT, Fernando. La realidad muestra la cara, Montevideo, IDEO, 2006, p. 59.
292
295
RICO, Álvaro. La Nación entre el olvido y la memoria. Hacia una narración
democrática de la Nación, Montevideo, Trilce, 1995, pp. 17-18.
294
296
VIÑAR, Marcelo y VIÑAR, Maren. Fracturas de memoria. Crónicas de una memoria
por venir, Montevideo, Trilce, 1993, p. 113.
295
297
Ibídem, p. 115.
297
298
BOLLO, Luis. Geografía de la República Oriental del Uruguay, Montevideo, Editorial
Barreiro y Ramos, 1919, pp. 75-76.
298
Suárez y Reyes con cara de preocupación. Unas horas antes Batlle los
había convocado a una reunión urgente para brindarles información sobre
las medidas que adoptaría el gobierno con el objetivo de procurar evitar
una profundización en la crisis económica…Batlle abrió el encuentro
agradeciendo la presencia de los líderes de los distintos partidos políticos
y en especial la de Vázquez… Dijo que la reunión por la que estaban
atravesando era políticamente muy importante porque la crisis por la que
atraviesa el Uruguay es dramática. Dirigiéndose a sus interlocutores,
Batlle dijo `Algunos de ustedes podrán ser candidatos presidenciales en el
2004´; pero advirtió que si el país no logra superar la crisis económica por
la que atraviesa, `no van a tener país para presidir´”.299
299
Semanario Búsqueda, XXXI, núm. 1.161, Montevideo, 8 de agosto de 2002, p. 17.
299
300
Disponible en: www.laredota.com.
300
301
DEMASI, Carlos. “Conviviendo con la caducidad. Democracia, República y
Derechos humanos en Uruguay”. EN: FRIED, Gabriela y LESSA, Francesca
(compiladoras). Luchas contra la impunidad. Uruguay 1985-2011”, Montevideo, Trilce,
2012, p. 78.
301
“Estamos hablando del más grande revolucionario que haya pisado estos
confines y se me hace, señor Presidente, que hoy también debemos estar
atentos a la fogata de Artigas...Estoy absolutamente convencido de que el
punto crucial de nuestra Revolución, y por lo tanto del nacimiento de
nuestra Patria, estuvo en 1811 y fue obra de tres cosas: una derrota, una
302
divisorias. Termino señor Presidente, creyendo que hoy estamos ante uno
de esos momentos de la Historia en el que Artigas sería más necesario
que nunca...Agradezco el honor inmenso de haberme dado la palabra hoy
y de haberme escuchado. Pido disculpas por mis evidentes limitaciones y
hago votos para que se cumpla la esperanza de Artigas: `YO LLEGARÉ
MUY EN BREVE A MI DESTINO CON ESTE PUEBLO DE HÉROES´.
Gracias, señor Presidente”.302
302
FERNANDEZ HUIDOBRO Eleuterio. Discurso ante la Cámara de Senadores, diario
de sesiones, Primer período ordinario de la Legislatura XLV, 26º Sesión Extraordinaria
y Solemne, n° 27, tomo 402, 21 de junio de 2000.
304
los indios y los criollos pobres´ –estamos hablando de aquellos que nada
tenían–, `todos podrán ser agraciados con suerte de estancia si con su
trabajo y hombría de bien propenden a su felicidad y a la de la Provincia´.
O sea que iba a haber tierras, pero tendría que existir una contrapartida.
Aquellos indios, aquellos zambos, aquellos negros libres, aquellos criollos
pobres, iban a tener estancia, pero como contrapartida tendrían que
trabajar…En este sentido, debemos rescatar este valor de la identidad de
Artigas, la necesidad de la tolerancia, de la convivencia pacífica, de que
los orientales o los uruguayos podamos resolver nuestros problemas en el
marco del respeto de todos los derechos y dirimir nuestras diferencias a
través de las urnas. Esto sólo puede hacerse en el cabal sentido del
respeto de cada uno de nosotros y, sobre todo, del de las minorías, del de
los diferentes, del de los que nadie acepta…Ese respeto al diferente, ese
levantar la voz por el que nadie escucha, porque no tiene palabras o voz,
es una asignatura pendiente que los uruguayos tenemos con Artigas”. 303
303
MICHELINI, Rafael. Discurso ante la Cámara de Senadores, diario de sesiones,
Primer período ordinario de la Legislatura XLV, 26º Sesión Extraordinaria y Solemne,
n° 27, tomo 402, 21 de junio de 2000.
305
304
LENA, Ruben. “`A don José´, interpretada por `Los Olimareños´”. EN: Estadio
Centenario. Mayo de 1984, Montevideo, Orfeo, 1999.
306
305
Semanario Búsqueda, XXXI, núm. 1.167, Montevideo, 15 de septiembre de 2002, p.
5.
307
306
El País, LXXXIV, núm. 20.104, Montevideo, 19 de agosto de 2002, p. 23.
308
“Ni la derrota del batllismo ni la erosión lenta pero firme de los pilares de
su modelo de desarrollo crearon condiciones inmediatas para un
dislocamiento traumático del viejo orden simbólico y, menos aún, para la
implantación efectiva de contra- modelos alternativos”. 308
307
La República, XIV, núm. 4.967, 18 de julio de 2002, p. 4.
308
CAETANO, Gerardo. “Introducción general. Marco histórico y cambio político en
dos décadas de democracia. De la transición democrática al gobierno de izquierda”.
EN: CAETANO, Gerardo (compilador). 20 años de democracia. Uruguay 1985-2005:
miradas múltiples, Montevideo, Taurus, 2005, p. 49.
310
La llegada del Frente Amplio al poder, gracias a las elecciones del año
2004, se relaciona con la moderación ideológica y programática que caracterizo
a la izquierda a partir de 1994. El presidente Tabaré Vázquez llegó a afirmar
que el Frente Amplio era el batllismo del siglo XXI y esta idea también ha sido
sugerida por varios analistas, académicos e incluso algunos políticos
opositores. Existen múltiples evidencias para convalidar esta afirmación, la
combinación de crecimiento económico y redistribución de ingresos, la defensa
de las empresas estatales, la validación y reutilización de mecanismos
institucionales creados por el Estado batllista como los consejos de salarios o
el régimen de asignaciones familiares, como piezas claves en las políticas de
desarrollo social, entre otras.
Estas similitudes del con el batllismo se diferencia de la postura
fundacional del Frente Amplio, la coalición había sido concebido como una
forma de superación de la política batllista. La izquierda tradicional consideraba
al batllismo como un tipo de flexibilización política que enmascaraba el objetivo
de mantener una sociedad capitalista, criticaba su discurso populista porque
captaba a la clase trabajadora, alejándola de sus verdaderos intereses
clasistas. Además, no había enfrentado a la oligarquía terrateniente y
financiera, que eran las responsables de la situación económica del país, al
apropiarse de los beneficios, y ampliando a la sociedad civil como
responsables de los gastos.
Después de la dictadura, los valores democráticos del batllismo fueron
revalorizados, reconvirtiéndose en un imaginario de aspiraciones, que diversos
actores políticos intentaron apropiarse. Tras la caída del Muro de Berlín y de
sus ideologías, que se produjeron en pleno contexto de contraofensiva
neoliberal, la izquierda se posicionó como defensora de los restos económicos
que quedaban, y que provenían del modelo batllista. Esta moderada estrategia
sirvió para ampliar el electorado. Finalmente: victoria electoral del Frente
Amplio en el año 2004.
Conclusiones
311
“El presidente del Frente Amplio, el Dr. Tabaré Vázquez instó a los
partidos tradicionales a que dejen de lado transitoriamente su concepción
del sistema capitalista y les sugirió imitar al presidente de los Estados
Unidos, Franklin Delano Roosevelt, quien tras el crac financiero de 1929
propició una mayor intervención del Estado para salir de la depresión
económica…Qué no se diga que la intervención o la regulación del
Estado en esa materia es cosa de soviéticos o delirio nuestro ¿Cómo
salió Estados Unidos de la crisis del ’29?¿Cómo se reconstruyó Europa
después de la Segunda Guerra Mundial?…En su audición radial Vázquez
dijo que el Uruguay necesita ser reconstruido y convocó a un amplio
acuerdo político y social en torno a un programa urgente de
reconstrucción nacional para sacar al país del colapso económico y
social”.309
309
BUSQUEDA, jueves 12 de Setiembre de 2002, Año XXXI, N° 1168, p.7
312
nuevas propuestas políticas hasta las elecciones del 2004. Más allá de haber
experimentado procesos políticos, económicos y sociales negativos, durante
más de medio siglo las narraciones políticas dominantes continuaron
idealizando el statu quo, intentando conservar y legitimar una propuesta
ideológica para deconstruir parte del ideario del Estado batllista, sin lograr una
propuesta alternativa exitosa.
En lo que respecta a la idea excepcionalidad del Uruguay, que continúa
siendo un imaginario permanente en la sociedad, el discurso identitario sirvió
para subrayar la alteridad con respecto a la región. También ha cumplido la
función de legitimar el poder político, en el cual el sistema se representa en el
imaginario como una organización excepcional, más allá de la dictadura militar.
La concepción político-céntrica del relato identitario tradicional, respecto al
Estado Batllista, es otro de los argumentos políticos fundacionales, como el
papel del Estado central, la conformación de los partidos políticos, y el diseño
de la clase gobernante. Estos espacios forman parte de una estructura
indivisible. Es así que, a pesar de la dictadura y de las crisis socio-económicas,
los partidos políticos y los gobernantes del Estado no fueron cuestionados, ni
después del período de facto, ni al restituirse el sistema democrático.
Sin críticas ni revisiones, se relegó la importancia de la sociedad civil en el
proceso de transición a través de un supuesto fortalecimiento democrático. Esa
misma concepción estableció un papel central a los partidos políticos. Los
negociadores legitimados del proceso de restauración democrático, olvidaron
sus responsabilidades en el establecimiento del propio golpe de Estado. Por
ello la palabra pública autorizada supuso el proyecto político aceptado, que era
aquel que establecía los consensos, el buen sentido, la forma de hacer política,
la fijación de ciertos consensos entre las elites, el papel de los gobernantes, y
las ideas de tolerancia, pacificación, gobernabilidad y economía de mercado.
Este discurso era considerado correcto, el que permitía la reconstrucción del
imaginario nacional, y el que se visualizaba como el único posible. El discurso
mostraba otras propuestas como rupturistas, antidemocráticas, utópicas, fuera
del orden natural de las cosas:
313
310
RICO, Álvaro. Como nos domina la clase gobernante. Orden político y obediencia
social en la democracia post-dictadura Uruguay, 1985-2005, Montevideo, Trilce, 2005,
p. 20.
314
311
MOULIAN, Tomas. Chile actual. Anatomía de un mito, Santiago, Arcis Universidad,
1997, p. 43.
312
RICO, Álvaro. Como nos domina la clase gobernante. Orden político y obediencia
social en la democracia post-dictadura, Uruguay, 1985-2005, Montevideo, Trilce, 2005,
p. 73.
315
313
Ibídem, p. 101.
316
otro más que el Uruguay que las uruguayas y los uruguayos hemos
podido construir a lo largo de generaciones…El nombre de José Artigas
nos impulsa y convoca; su ejemplo nos inspira y compromete y, en
nombre de ese compromiso, al expresar ante ustedes mi fidelidad
constitucional como Presidente de la República, los invito desde mis
sentimientos, mis convicciones y mis responsabilidades a trabajar juntos
en la construcción de un Uruguay donde nacer no sea un problema,
donde ser joven no sea sospechoso, donde envejecer no sea una
condena”.314
314
VAZQUEZ, Tabaré. Discurso de asunción al mando, del Diario de Sesiones de la
Asamblea General, 1º periodo ordinario de la XLVI Legislatura, 2º Sesión Solemne, 1
de marzo de 2005, de la Asamblea General, tomo 84, pp. 10-12.
318
CAPITULO 6
Introducción
315
GEERTZ, Cliffortd. La interpretación de las culturas, Barcelona, Ed. Gedisa, 1992,
p. 20.
316
CASTELLS, Manuel. La era de la información, Buenos Aires, Siglo XXI, volumen II,
2001, pp. 28-29.
317
GIDDENS, Anthony. Modernidad e identidad del yo, Barcelona, Península, 1995.
320
318
BARRAN, José Pedro. Historia de la sensibilidad en el Uruguay, Montevideo, Ed.
Banda Oriental, Tomo II, 2001.
322
319
VIGLIETTI, Daniel. Vigencia de la nueva canción: raíz, rama y otros vuelos,
Montevideo, La del Taller, 1985, p. 22.
324
320
Ibídem, p. 24.
321
Ibídem, p. 34.
325
322
ZITARROSA, Alfredo. Adagio para mi país en el disco Antología (1939-1989),
Buenos Aires, Sony Music, 1996.
326
“Uruguayos, Uruguayos
dónde fueron a parar?
por los barrios más remotos
de Colombes o Amsterdam
Antes éramos campeones les íbamos a ganar
hoy somos los sinvergüenzas
que salen a picotear
trabajador inmigrante es la nueva profesión
al que lo agarran sin papeles
lo fletan en un avión
…Volver no tiene sentido
tampoco vivir allí
El que se fue no es tan vivo
el que se fue no es tan gil
por eso si alguien se borra
Qué le podemos decir
No te olvides de nosotros
Y que seas muy feliz...”. 324
323
AHARONIÁN, Coriún. Músicas populares del Uruguay, Montevideo, UDELAR,
2007.
324
ROOS, Jaime. Los olímpicos en el disco Aquello, Ed. Ayuí, 1981.
327
325
SERRAT, Joan Manuel Y BENEDETTI, Mario. El sur también existe, en el disco El
sur también existe, Barcelona Ariola Records, 1985
328
326
Disponible en: http://atenasdigital.com/2014/05/29/la-biblioteca-juan-carlos-onetti-
del-instituto-cervantes-de-atenas/
329
327
HALL, Stuart. La identidad cultural en la post-modernidad, Buenos Aires, Siglo XXI,
2002. p. 12.
330
328
HOBSBAWN, Eric. Historia del siglo XX, Buenos Aires, Grijalbo, 1998.
333
329
LECHNER, Norbert. Desafíos de un desarrollo humano: individualización y capital
social, Bogotá, Mimeo, 1999, p. 2.
334
330
FILGUEIRA, Fernando. El largo adiós al país modelo: políticas sociales y pobreza
en Uruguay, Montevideo, Ed. Arca, 1994
331
AHARONIÁN, Coriún, Músicas populares del Uruguay, Montevideo, UDELAR,
2007.
335
332
ALENCAR PINTO, Guilherme. Razones locas: El pasaje de Eduardo Mateo por la
música uruguaya, Montevideo, Editorial Del Tump, 1995.
333
Disponible en: http://www.montevideo.com.uy/auc.aspx?276774,316,1391
336
334
UBAL, Mauricio y OLIVERA, Ruben. A redoblar en el disco Para abrir la noche,
Montevideo, Editorial Ayuí-Tacuabé, 1980.
338
335
MASLIAH, Leo. No revuelvan el pasado en el disco Persianas, Montevideo, Orfeo,
1990.
339
336
Disponible en: http://www.rollingstone.com.ar/1774684-no-te-va-gustar-agrega-
segunda-fecha-en-velez
340
337
"Tupamaros", disco "Barranca abajo", Cuarteto de Nos, Montevideo, Ayuí/Tacuabé,
1995.
338
"El primer oriental desertor, disco "Navidad en las trincheras", Cuarteto de Nos,
Montevideo, Ayuí/Tacuabé, 1994.
342
339
"El día que Artigas se emborrachó", disco "Tren Bala", Cuarteto de Nos,
Montevideo, Manzana Verde, 1996.
343
Otros cantantes solista, emigrante dese hace varios años, Claudio Taddei,
también expresa esa contradicción migratoria de un país pensado para
inmigrantes que ahora observa como los descendientes de los mismos
emprenden el regreso como una especie de círculo migratorio. El autor maneja
una idea de un país que está a oscuras y contrapone la idea de que el último
que apague la luz, con la de que el último que prenda la luz, así posibilita la
vuelta de aquellos que se van, expresando la recurrente idea emigrante del
regreso:
“Escribime si podés,
yo sigo acá, clavado acá
Como en el mapa un puñal
Te vas, no podes siempre perder
Te vas, buscando el futuro que acá no tenés
Te vas, no te aferra nada más
Te vas, la cosa está brava
340
"Todo el mundo tiene", disco Pobres poderosos, de Tabaré Cardozo, Montevideo,
Bizarro, 2005.
341
"Chau chau”, disco Para el Sur el Norte está lejos, de Claudio Taddei, Montevideo,
Sony Music, 2005.
344
342
"La Trampa, Santa Rosa", disco Caída Libre, Montevideo, Koala Records, 2002.
343
"No te va a gustar, No era cierto", disco "Sólo de noche", Montevideo, Productora
independiente, 1999.
344
"Nunca pasa nada", disco "Tren Bala", El Cuarteto de Nos, Montevideo, Koala
Records, 1996.
345
345
"La trampa, Nada pasa y todo queda", disco "Toca y obliga", Montevideo, Orfeo,
1994.
346
"Al sur del sur", disco “Frontera” de Jorge Drexler, Madrid, Parlophone Spain, 1999.
346
347
"Caos", disco "18 años vivos", La Tabaré Riverock Band, Montevideo, Ayuí, 2004
348
"No es fácil huir", disco "18 años vivos", La Tabaré Riverock Band, Montevideo,
Ayuí, 2004.
347
Una de las canciones más impactantes con respecto a esta temática fue
la del Cuarteto de Nos, “Pueblo Podrido”, donde se expresa con crudeza e
ironía parte de los sentimientos colectivos que vivieron muchos uruguayos, la
convivencia cotidiana con la crisis socio-económica que provoca un sentimiento
de rebeldía y descreimiento:
349
"Caos", disco "18 años vivos”, La Tabaré Riverock Band, Montevideo, Ayuí, 2004
348
350
“Pueblo Podrido” disco “Raro”, El cuarteto de Nos, Montevideo, Bizarro Records,
2006.
351
"Autos nuevos", disco “Raro”, El cuarteto de Nos, Montevideo, Bizarro Records,
2006.
349
352
"Haciéndose pasar por luz", disco "A contraluz", La vela puerca, Montevideo,
Universal, 2004.
350
Le piden al señor
Que cambie de la noche a la mañana
Si hasta al padre de la patria tuvieron que correr”. 353
353
"Padre de la patria", disco "Este fuerte viento que sopla", No te va a gustar,
Montevideo, Bizarro, 2002.
354
"Un país con el nombre de un río", disco "Sea", Jorge Drexler, Madrid, Parlophone
Spain, 2001.
351
355
"La trampa", Santa Rosa, disco "Caída libre", Montevideo, Koala Records, 2002.
354
“La patria, como entelequia del país, como justificación última de las
fronteras, quizá esté pasablemente representada por esa imposibilidad de
volverse ajeno a una determinada realidad. Más allá que una bandera, un
escudo o un himno, la patria es la casa y la mujer propias, la cadena de
amigos, el sabor del cansancio, la voz de los hijos, el hueco del colchón,
la playa en invierno, el plato predilecto. Cuando se está en el extranjero,
no es imprescindible detentar el monopolio de la nostalgia para echar de
menos esa suerte de patria individual, casi privada. Entonces, la distancia
borra lo accesorio, el derroche cotidiano de lo que no sirve; en la
economía casi mágica de la nostalgia, lo que queda es lo auténtico; lo
irremediable. La pasión inesperada por el lejano y propio alrededor, la
emoción a mansalva con que se recibe la noticia doméstica, otorgan al
viajero una lucidez premonitoria, un talento provisional y especializado
que lo habilita para saber desde ya que a su regreso tendrá otros ojos
para mirar lo suyo”. 356
356
BENEDETTI, Mario. El país de la cola de paja, Montevideo, Editorial Ciudad Vieja,
1961, pp.117 -118.
355
357
"Frontera", disco "Frontera", Jorge Drexler, Madrid, Parlophone Spain, 1999.
358
"De amor y de casualidad", disco "Llueve", Jorge Drexler, Madrid, Parlophone
Spain, 1998.
356
359
RIBEIRO, Darcy. El dilema de América Latina Estructuras de poder y fuerzas
insurgentes, México, Siglo XXI, 1978.
360
SILVEIRA, Pablo, "La nacionalidad uruguaya con problema. Entre Habermas y San
Agustín". En: GONZÁLEZ, Francisco (coord). Relatos de Nación. La construcción de
las identidades nacionales en el mundo hispánico, Madrid, Editorial Iberoamericana,
2005, vol. II, p. 122.
357
361
PASAVENTO, Sonia. Alem das Fronteiras en: MARTINS,F Fronteras culturales,
Porto Alegre, Ed. Atelié, 2002 pp. 36 y 37.
358
362
"Mi país", disco "Quién va a cantar", Rubén Rada, Montevideo, Universal, 2000.
359
363
"Cielo de un solo color", disco "Aunque cueste ver el sol", No te va a gustar,
Montevideo, Bizarro, 2004.
361
364
FORNARO, Marita. "La murga uruguaya: encuentro de orígenes y lenguajes".
Revista Antropología, núm. 15 y núm. 16, marzo, 1999. Disponible en:
http//www.sibetrans.com/trans/trans6/fornafo/htm.
362
uruguayos. Por este motivo no puede hablarse de cultura e identidad sin pasar
por el carnaval y en especial por el estilo murguero, como la murga "Agarrate
Catalina".365
365
Disponible en: http://agoracultural.com.uy/musica/agarrate-catalina-por-direct-tv-
para-toda-latinoamerica-desde-el-auditorio/
366
CAPAGORRY, Juan y DOMINGUEZ, Nelson. La murga. Antología y notas,
Montevideo, Cámara del Libro, 1984. p. 6.
363
saludos o retiradas, que han quedado en la memoria colectiva sin tener muy
claro de que murga es, o a que año pertenece:
367
Ibídem, p.9
368
ALFARO, Milita. Memorias de la Bacanal Vida y milagros del Carnaval
montevideano, Montevideo, Editorial Banda Oriental, 2008, p. 66.
364
Empiezan a aplastar
Feriado con marcha militar
Fingir la identidad
Homenajear sin cuestionar…369
La murga las considera tan irreales como la nieve en navidad (en el cono
sur). En este mismo estilo entre irónico y burlón la Murga “La Margarita”
cantaba en su retirada del 2002:
369
"La Mojigata", parte del couplé, disco "Murgas 2006", Montevideo, Editorial La
República, 2006.
366
Chitón chirivín
Donde habrás ido a parar
Paisito de mis amores
Qué fue de aquellos valores
Dónde han quedado?, atrás?
Yo te voy a decir una cosa,
Botija de mi país,
que has de buscar tu raíz
debajo del pavimiento
Esta tierra que te alberga
No está haciendo pamento
Le duele mucho esta situación
Y es por ella que debemos
Buscando, todos, así juntos
El país que se perdió
Andá a saber lo que hay ahí adentro
Mil sueños, dolores, tico tico y alfajores
Riñones, vejigas
Y algún órgano que lo anda preparando
Pal día que alguien le diga
“Ya no busques que es en vano
Despedite que no vamos
A la mierda de las calles
Del país de los ancianos”.370
370
"La Mujigata", Retirada, disco "Murgas 2006", Montevideo, Editorial La República,
2006.
367
371
"Agarrate Catalina", Sueños imposibles en el disco Los sueños, Montevideo,
Montevideo Music Group, 2005.
368
372
"Falta y Resto", Retirada 2001, disco "Murgas 2001", Montevideo, Editorial La
República, 2001.
369
373
"Los 8 de Momo", Uruguayo que te has ido, disco "Mil despedidas", Montevideo,
Music-group, 1989.
370
“…Aquella mudanza
Los hizo mover
Amores, recuerdos y dolor
De un tiempo que se fue
374
"Los diablos verdes", La retirada, “Murgas 2002”, Montevideo, Editorial La
República, 2002.
371
Mudanza es cambiar
Es salir a jugarse entero
Buscar nuevos colores
Mudar es crecer
Mudar y romper rutinas
Así es la vida…”.375
375
"Contrafarse", Retirada 2001, disco "Murgas 2001", Montevideo, Editorial La
República, 2001.
372
376
ALZUGAT, Alfredo. 40 años de literatura uruguaya, Montevideo, Colección Nuestro
Tiempo, Comisión del Bicentenario, 2013, p. 15.
373
377
VARANI, Hugo. De la vanguardia a la posmodernidad: narrativa uruguaya, 1920-
1995, Montevideo, Trilce, p. 44.
374
378
LIPOVETSKY, Gilles. La era del vacío: ensayos sobre el individualismo
contemporáneo, Barcelona, Anagrama, 2000, p. 8.
375
379
PEVERONI, Gabriel. El éxodo según Nicolas, Montevideo, Editorial Punto de
lectura, 2005, p. 9.
380
Ibídem, p. 25.
376
“Acá, si tenés más de veinticinco años no tenes nada para hacer más que
mirar la televisión como un idiota. Nada, nada. Si me quedo voy a
terminar matando a alguien, a uno de esos que te piden un peso para el
vino, a un boliviano de los que se suben a los ómnibus con la
guitarrita”.381
381
Ibídem, p. 24.
377
382
Ibídem, pp. 24-25.
383
Ibídem, p. 26 y p. 175.
384
Ibídem, p. 179.
378
“El tipo seguía diciendo las mismas cosas que podría haber dicho un año
o mil años atrás en este mismo sitio del planeta. Que todo está difícil, que
capaz que mejora, que la culpa la tiene el gobierno, que igual acá no va a
llegar. Esto último es lo más trágico”.385
385
Ibídem, p. 180.
379
re-encontrándose con otros discursos del ser nacional que habían sido
clausurados por el régimen.
Entre las obras se destacan en este período: “El enemigo del Pueblo” de
Ibsen en 1980, “Prometeo encadenado” de Esquilo 1982, o “Electra” de
Sófocles en 1984, entre otros. El teatro retomó su lugar de resistencia
ideológica, aparecen en la escena obras cuyos textos insisten en temas como
el poder, la arbitrariedad, la censura, el miedo y la libertad utilizando metáforas
y símbolos más o menos transparentes y legitimados por ser obras del teatro
clásico. Los acentos, los silencios, las miradas, la creación de un nuevo
lenguaje discursivo en el que se puso en juego toda la perspicacia, la ironía y el
humor ácido, buscando en el texto, y en la puesta en escena, la segunda
interpretación o intención, tan típica del identitario colectivo.
Esto creaba una relación de complicidad entre los intérpretes y
espectadores, una pequeña batalla ganada en cada función contra la censura y
la represión:
386
MIRZA, Roger y SILVEIRA, Silvana. Teatro y Danza en Nuestro Tiempo,
Montevideo, Publicación del Bicentenario, tomo 19, 2014, p. 16.
382
387
FUKUYAMA, Francis. El fin de la Historia y el último hombre, Madrid, Davinci, 2010.
383
reclamar un teatro menos discursivo y textual por uno más expresivo y visual
en donde además se escenifique el imaginario de la sociedad marginal y
polarizada, un teatro de sensaciones en donde se ofrezca una mirada irónica y
desconfiada frente a las instituciones y a los valores identitarios tradicionales,
un teatro consciente de la desarticulación que el imaginario colectivo nacional
estaba sufriendo.
El teatro respondió al desencanto colectivo generalizado con el uso
constante de la ironía y el sarcasmo y un perfil más individualista y minimalista
con respecto a los personajes. Las obras sobre textos que reflexionaban sobre
situaciones sociales y/o políticas irán cediendo espacios a los espectáculos que
apuestan por el análisis de los personajes en cuanto individuos, comienza a
expresarse en el teatro esa conciencia de la separación o fractura del tejido
social y la intensificación de la desconfianza con respecto al otro, la ruptura del
nosotros, como colectivo, el trabajo ideológico de la dictadura seguía dando
frutos.
La ironía, la burla, la visión distorsionada del grotesco, el anti-naturalismo,
la fragmentación, la ambigüedad de personajes y objetos, la revisión de
múltiples puntos de vista contradictorios, la fractura del sujeto y la distorsión de
la gestualidad, la revisión irónica de la historia, lo paródico y lo burlesco, el
kitsch y el pastiche, como formas devaluadas y ridiculizadas de la
representación, la mezcla del circo, el music-hall, el cabaré, la estética under
de los boliches, los recursos de la publicidad, la televisión, el cómic o el
videoclip, deben considerarse en relación con la fracturada de la conciencia
social colectiva, a la vez que responden a nuevos modelos de representación
desde la “estética de la disolución”.388
Dicha estética buscaba crear espacios subjetivos e individuales frente a la
globalización dominante. En medio de la cultura de lo inestable y lo efímero, el
teatro ha creado espacios de libertad y creación que permiten la exploración de
la identidad en medio de la incertidumbre que plantea la sociedad de principios
de milenio. Una estética que promueve nuevas formas de apropiación
388
MIRZA, Roger y SILVEIRA, Silvana. Teatro y Danza en Nuestro Tiempo,
Montevideo, Publicación del Bicentenario, tomo 19, 2014, p. 23.
384
389
MAGGI, Carlos. Esperando a Rodó, Los ángeles, Inciertos y Mascaradas,
Montevideo, Santillana, 1998.
386
390
VIDAL, Luis. "La mitología y la identidad nacional en el teatro uruguayo". Anuario de
Antropología social y cultural del Uruguay, Montevideo, Nordan Comunidad, 2000, p.
77.
387
391
COURTOISIE, Rafael. "El cine uruguayo contemporáneo Desde el lugar del huma
hasta Whisky: Crónica de un nacimiento anunciado". Revista Nuestra América, núm. 6,
Montevideo, agosto-diciembre, 2008, p. 179.
388
392
STOLL, Pablo y REBELLA, Juan Pablo, 25 WATTS, Montevideo, Distribuidora
Cinema Tropical, 2001.
390
de invitarla a salir. Miran la televisión durante todo el día sin interés por nada en
particular, parece que todo les da lo mismo y tienen sus primeras experiencias
fumando marihuana y viendo porno. Ir a comprar cerveza, o abrir la puerta son
acciones que se disputan echando una moneda a la suerte, y pueden demorar
varios minutos en concretar la acción más mínima
No tienen interés por conocer cosas nuevas, o vivir experiencias
reconfortantes (salvo a través de fumar marihuana); se sienten seguros y no
desean salir de ese circuito repetido de acciones repetidas, una vida circular y
rutinaria, acentuada por varios elementos de la película: el hámster y su rueda,
el mismo muro repetido del encuentro, el auto que da vueltas con la misma
publicidad una y otra vez. Existe un temor enorme en el futuro, no hay
posibilidades de reflexionar o reaccionar ante la inmovilidad. La actitud
dominante es de un estado casi depresivo, no se observan elementos
placenteros o de disfrute, no saben qué hacer para salir del aburrimiento y del
tedio, predominando un sentimiento de vacío en relación con el entorno, como
si los estímulos no fuesen los suficientes para sacarlos de ese estado.
De los mismos realizadores de “25 Watts”, se llevó adelante “Whisky”
(2004 por Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella). Es una película estrenada en el
2004 con una gran convocatoria de público dentro de Uruguay y fue elogiada y
multipremiada en varios festivales y galardones internacionales, como el
premio Goya a largometraje extranjero. Es una ficción inspirada en el mundo
onettiano, el mundo de los perdedores interpretado desde una esté-tica
contemporánea en donde la lentitud se presenta desde el ritmo de la película
que es exageradamente pausada. Desde el relato muestra algunos de los
elementos de esa identidad de la desazón ya que la película se escribió y
realizó durante el período más virulento de la crisis 2002.
La historia relata y describe la existencia de unos personajes cuya vida
silenciosa y rutinaria se trastoca temporalmente con la visita de Herman,
hermano de Jacob un judío uruguayo que heredó de su familia una fábrica de
calcetines. Herman se fue a Brasil en donde tiene una vida exitosa, con una
familia establecida mientras y una fábrica de calcetines moderna. Jacob se
quedó a cuidar a su madre hasta su muerte quedándose con la vieja fábrica
familiar. Cuando llega Herman a visitar a su hermano por el fin de semana,
391
Jacob le pide a Marta, una empleada antigua de la fábrica, que se haga pasar
por su esposa para crear frente a su hermano un vida que no tiene.
La película se mueve entre silencios y vacíos que son muy expresivos,
que logran traspasar la pantalla haciendo sentir al espectador el hastío y la
desazón que inunda a los personajes. Los silencios expresan lo que los
personajes se niegan a expresar con palabras. En la película los personajes y
su condición representan la desintegración y la crisis de la identidad uruguaya.
Con la decadencia de los mitos del pasado, el debate sobre la identidad
uruguaya, está entre el agotamiento del imaginario nacionalista y los
constantes intentos por resignificarlo. Jacob representa una vida estancada en
el pasado, conservadora, envejecida, llena de objetos y recuerdos vacíos,
internado en un profundo silencio y dispuesto a hundirse irremediablemente
(podría representar la imagen que refleja la sociedad uruguaya de la crisis).
Herman por su parte se siente culpable por no haber estado presente en la
enfermedad y posterior muerte de su madre, intenta enmendar su error
ofreciéndole dinero a Jacob para mejorar la ruinosa fábrica.
Herman personaliza al emigrante que debió desarraigarse para poder
sobrevivir, construir una familia y continuar con sus proyectos personales.
Cerca del final de la película Jacob juega en el casino el dinero que le dio su
hermano y gana una (que le permitiría invertir en la fábrica) pero negándose la
posibilidad de futuro decide darle todo el dinero a Marta como compensación
por su “actuación”. Jacob vuelve nuevamente a la rutina luego que su hermano
regresa a Brasil, quien no regresa es Marta, ese golpe de suerte le dio la
posibilidad de huir de esa realidad agobiante, se muestra la opción de migrar
como la única salida. Nuevamente se vuelve a la imagen inicial del ritual, las
máquinas averiadas, el silencio, la rutina. Los personajes como maquinas
averiadas que no pueden cambiar, el pasado que amordaza el presente, la
ausencia de lo que fue y ya no es, el rencor en el silencio, y la huida como una
vía de supervivencia de esa máquina averiada.
Un país que creó su imagen de excepción (entre otras cosas) desde los
triunfos deportivos, busca en este ámbito gran parte de su reafirmación. El
fútbol como pasión de multitudes se ha constituido en todo el mundo en un
fenómeno de masas ampliamente estudiado por antropólogos, sociólogos y
psicólogos sociales. Las emociones colectivas e individuales que se expresan a
través del fútbol forman parte de los rasgos de pertenencia en casi todos los
países del mundo.El fenómeno uruguayo es interesante y complejo, desde que
a finales del siglo XIX el fútbol llegó de la mano de los capitales ingleses como
objeto cultural implantado, se convirtió en un espacio “mestizo” de intercambio
cultural y síntesis de lo nacional. En una etapa fermental de la construcción de
lo nacional, en donde se debatían las cosmovisiones del nativismo y el
cosmopolitismo, entre lo criollo y lo foráneo, el fútbol como expresión (más que
como deporte) logró fusionar de manera exitosa el relato hegemónico,
exaltando los principales elementos mitológicos de la nación y la idea de
hiperintegración social que había forjado el batllismo:
“Todos jugaban al fútbol, sin ningún tipo de exclusión, ya sea por posición
social, nacionalidad, razas o credos religiosos. En un mismo cuadro podía
estar “el indio”, “el negro”, “el japonés”, “el gringo”, “el ruso”, el “turco”, “el
yoni”, “el tano”, “el chino”, “el vasco” o “el gallego”. Independiente de todo
credo religioso”.393
393
MENDIONDO, Leonardo. "Algunos apuntes sobre fútbol e identidades en Uruguay".
Cuadernos de historia 8, A romper la red, Montevideo, Biblioteca Nacional, 2012, p. 86
393
“Tal vez para un pequeño y joven país, que aún no ha podido concluir el
debate político e historiográfico acerca de la fecha de su propia
independencia, podríamos afirmar que el fútbol nos define más
inmediatamente como uruguayos que nuestra mejor tradición épica, real o
ilusoria”.394
394
Ibídem, p. 87.
396
395
Disponible en: http://www.taringa.net/posts/deportes/17170507/Obdulio-Varela-El-
Capitan-Leyenda.
397
396
La República, Año XIV, N° 4.976, 3 de Julio de 2002, Suplemento Bitácora, pp. 8-
10.
398
397
Ibídem, p. 9
399
Conclusiones
398
HOBSBAWM, Eric, Naciones y nacionalismos desde 1870, Madrid, Crítica, 1998, p.
8.
400
399
GARCÍA DELGADO, Daniel, "Globalización y crisis del Estado-Nación". En: Estado-
Nación y globalización, Buenos Aires, Editorial Ariel, 1998.
402
403
REFLEXIÓNES FINALES
400
GONZALEZ, Carolina. La Construcción de la identidad uruguaya, Montevideo, Ed.
Taurus, 2001, pp. 21-22.
401
AROCENA, José. Desarrollo local en América Latina, propuesta metodológica para
el estudio de procesos de desarrollo local. CLAEH, 1998, p. 457.
407
402
RICO, Álvaro. Como nos domina la clase gobernante. Orden político y obediencia
social en la democracia posdictadura Uruguay (1985-2005). Montevideo, Trilce, 2005,
p. 73.
403
Ibídem, p. 101.
410
permitan ligarla a las vivencias colectivas de forma significativa, es por ello que
no podemos hablar de identidad sino de identidades, que buscan puntos de
contacto sin esquivar la diversidad.
Levi-Strauss exponía que la identidad nacional no es una esencia sino un
“fondo virtual,”404 y en el caso uruguayo esa escenografía contenía los
elementos de un colectivo prospero, igualitario y civilizado “a la europea”, la de
la “Suiza de América” de principios del siglo XX, que parece ser la única
alternativa distinta a la aceptación de la cruda realidad. Muchas veces la
contradicción entre la escenografía y los protagonistas se hace evidente y el
relato queda descontextualizado. Ese imaginario del “Uruguay feliz” que opera
de salvapantallas ¿es un punto de apoyo o un lastre que no permite construir
otra salida o refundar la identidad desde otras perspectiva?, probablemente
ambos, el desafío a partir del 2004 fue una construcción identitaria más
consensuada, dejando de lado las imposiciones y los miedos, utilizando el
pasado como marco de referencia pero entendiendo que las experiencias
históricas no se repiten y que todos los hechos acontecidos durante las últimas
décadas han dejado huella en nuestra imagen como uruguayos.
Otro característica viene a complejizar aún más el tema de la identidad
nacional, es la que sufre nuestro tiempo social durante y después de la
dictadura y a partir de que la emigración uruguaya se hace masiva y
estructural. Si bien hablar de identidad nacional, de patria, de uruguayidad, de
nacionalidad, nunca fue fácil para los uruguayos bien podemos decir que la
identidad uruguaya ya no puede ser limitada por sus fronteras geográficas, por
una unidad de territorio. Es claro que si alrededor del 13% de los uruguayos se
encuentran viviendo en el extranjero, debemos hoy considerar a ese otro país
que está afuera y reconsiderar la noción de patria, de nación, de identidad,
como doble conceptos que oscilan entre el país que está adentro y el que está
afuera. Si la nación se reconstruye hoy fuera de las fronteras nacionales, debe
ser pensada entonces, ya no como un estado nacional organizado
territorialmente, sino como un fenómeno trans-local.
404
LEVI-STRAUSS, Claude. Mito y significado, Madrid, Alianza Editorial, 2002, p. 81.
412
413
BIBLIOGRAFÍA
ACEVEDO DIAZ, Eduardo. Anales históricos del Uruguay, tomos I y II, Montevideo,
Editorial Barreiro y Ramos, 1933.
ACEVEDO, Eduardo. Notas y apuntes, contribución al estudio de la historia económica
y financiera de la República Oriental del Uruguay, Montevideo, Editorial El
Siglo Ilustrado, 1903.
ACHARD, D. La Transición en Uruguay, Montevideo, IWFA, 1992
ACHUGAR, Hugo y CAETANO, Gerardo. Identidad uruguaya, ¿mito, crisis o
Afirmación?, Montevideo, Trilce, 1992.
ACHUGAR, Hugo. Cultura(s) y nación en el Uruguay de fin de siglo, Montevideo,
Trilce-FESUR, 1991
ACHUGAR, Hugo. Para un debate sobre la cultura nacional. Montevideo, Cuadernos
de Marcha, núm. 11, 1986.
AHARONIÁN, Coriún. Músicas populares del Uruguay, Montevideo, UDELAR, 2007.
ALENCAR PINTO, Guilherme. Razones locas: El pasaje de Eduardo Mateo por la
música uruguaya, Montevideo, Editorial Del Tump, 1995.
ALFARO, Milita. Carnaval: una historia social de Montevideo desde la perspectiva de
la fiesta, tomo II, 1873-1904, Montevideo, Trilce, 1998
ALFARO, Milita. La Murga es el imán fraterno, La Lupa de Brecha, 1996.
ALFARO, Milita. Memorias de la Bacanal Vida y milagros del Carnaval montevideano,
Montevideo, Editorial Banda Oriental, 2008.
ALONSO, Rosa y DEMASI, Carlos. Uruguay 1958-1968. Crisis y estancamiento,
Montevideo, EBO, 1986.
ALSINA RODRIGUEZ, Miquel y MEDINA BRAVO, Pilar; “Posmodernidad y crisis de la
identidad”. Revista científica de información y comunicación, núm. 3, Sevilla,
2006, pp. 124-144.
ALZUGAT, Alfredo. 40 años de literatura uruguaya, Montevideo, Colección Nuestro
Tiempo, Comisión del Bicentenario, 2013.
ANDACH, Fernando. La realidad muestra la cara, Montevideo, IDEO, 2006
ANDACHT, Fernando, “Integración, desintegración nuevos signos de identidad en el
Mercosur”. En: DE SIERRA, G. (comp.), Los rostros del Mercosur. El difícil
camino de lo comercial a lo social, Buenos Aires, CLACSO, 2001
ANDERSON, Benedict. Comunidades imaginadas, Barcelona, FCE, 2002
ANTÍA, Fernando. “La crisis bancaria de 2002 y las perspectivas de corto plazo de la
economía uruguaya”. EN: NAHUN, Benjamín (coordinador). Medio siglo de
historia Uruguaya, Montevideo, Editorial Banda Oriental, 2012, pp. 125-139.
ARAUJO, Oscar. Tierra uruguaya. Descripción geográfica de la República Oriental del
Uruguay, Montevideo, La Nación, 1913.
ARTEAGA, Juan y PUIGROS, Ernesto. “Legislación y política inmigratoria en el
Uruguay, 1830-1939”. EN: Inmigración y política inmigratoria en el Cono Sur
de América: Argentina, Brasil y Uruguay, México, OEA/Inst. Panamericano de
Geografía e Historia, 1987, pp. 467-566.
BALBIS, José. El primer batllismo. Cinco enfoques políticos, Montevideo, Claeh-
Ediciones de la Banda Oriental, 1985.
BARRAN, José Pedro y NAHUM, Benjamín. Batlle, los estancieros y el imperio
británico, Montevideo, Ediciones de la Banda Oriental, 1987, 8 tomos.
BARRAN, José Pedro y NAHUM, Benjamín. Historia política e historia económica,
Montevideo, Ediciones de la Banda Oriental, 2002.
BARRÁN, José Pedro. “Apogeo y crisis del Uruguay pastoril y caudillesco, 1839-1875”.
Historia Uruguaya, tomo IV, Montevideo, Editorial Banda Oriental, 1982.
414
MORALES, Franklin. "Fútbol: mito y realidad", Nuestra Tierra, núm. 22, Montevideo,
1969.
MOREIRA, Constanza. Elecciones en Uruguay 1999: comportamiento electoral y
cultura política, Montevideo, Departamento de Ciencia Política de FCS-
UDELAR, 2000.
MOULIAN, Tomas. Chile actual. Anatomía de un mito, Santiago, Arcis Universidad,
1997.
NOTARO, Jorge, La batalla que ganó la economía, 1972-1984, Uruguay, Universidad
de la República, 2001.
OLESKER, Daniel. Crecimiento y exclusión: Nacimiento, consolidación y crisis del
modelo de acumulación capitalista en Uruguay (1968-2000), Montevideo,
Trilce. 2001.
ONETTI, Juan Carlos. El Pozo, Barcelona, Seix Barral, 1982.
PADRÓS, Enrique. “Del Pachecato al golpe de Estado: Terror de Estado en gestación
(1968-1973)”. Porto Alegre, UFRGS, Tesis de doctorado defendida en
diciembre de 2005.
PANIZZA, Fernando y MUÑOZ, Carlos. “Partidos políticos y modernización del
Estado”. En: CAETANO, Gerardo y RILLA, José (coord.). Historia
Contemporánea del Uruguay, Montevideo, Taurus, 1994, pp. 77-91.
PANIZZA, Fernando. Uruguay, batllismo y después. Pacheco, militares y tupamaros en
la crisis del Uruguay batllista, Montevideo, Ediciones de la Banda
Oriental,1990
PASAVENTO, Sonia. “Alem das Fronteiras” EN: MARTINS, M.H. (ed.). Fronteras
culturales, Porto Alegre, Ed. Atelié, 2002.
PELLEGRINO, Adela y VIGORITO, Andrea. “Emigración uruguaya durante la crisis del
2002”. Serie documentos de trabajo DT, 03/05, Montevideo, Instituto de
Economía, UDELAR, 2005.
PELLEGRINO, Adela. Caracterización demográfica del Uruguay, Programa de
población, Montevideo, FCS-UCELAR, 2003.
PELLEGRINO, Adela. La propensión migratoria de los jóvenes uruguayos. Estudio en
base a datos de la Encuesta Nacional de Juventud 1989-1990 del Instituto
Nacional de Estadística, Montevideo, INJU-CEPAL-OIM, 1994.
PEVERONI, Gabriel. El éxodo según Nicolás, Montevideo, Editorial Punto de lectura,
2005.
PIVEL DE VOTO, Juan Ernesto. Historia de la República Oriental del Uruguay, 1830-
1930, Montevideo, Editorial Raúl Artagaveytia, 1945
PORZECANSKI, Raúl.Tipos de democracia, política, economía y desigualdad social
en América Latina, Buenos Aires, Clacso, 2002
QUIJANO, Carlos. Cuadernos de Marcha entre 1964-1974, Montevideo, s/d.
RAMA, Germán. La democracia en el Uruguay, Montevideo, Arca. 1989,
RAMÍREZ, José Pedro. Historia y política en Uruguay, Montevideo, Derberes y Arce,
1886.
REAL DE AZUA, Carlos. El impulso y su freno. Tres décadas de batllismo,
Montevideo, Ediciones de la Banda Oriental, 1964.
REAL DE AZUA, Carlos. Legitimidad, apoyo y poder político. Ensayo de una tipología,
Montevideo, Fundación de Cultura Universitaria, 1970.
REAL DE AZÚA, Carlos. Los orígenes de la nacionalidad uruguaya, Montevideo, Arca,
1991
REYES ABADIE, Washington, BRUSCERA, Oscar y MELOGANO, Tabaré. Bando
Oriental: pradera, frontera, puerto, Montevideo, Editorial Banda Oriental,
1974.
REYES ABADIE, Washington, BRUSCHERA, Oscar y MELOGNO, Tabaré. El Ciclo
artiguista, Montevideo, Universidad de la República, tomo I y II, 1968.
419
ZUM FELDE, Alberto. Proceso histórico del Uruguay. Esquema de una sociología
nacional, Montevideo, Editorial El siglo ilustrado, 1919.