Bioseguridad

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Bioseguridad

Revisión de tiempos de lavados de manos: De 40 a 60 segundos.


MOMENTOS DE LAVADOS DE MANOS:
1. Antes de tocar al paciente.
2. Antes de realizar una tarea limpia/aséptica.
3. Después del riesgo de exposición a líquidos corporales.
4. Después de tocar al paciente.
5. Después del contacto con el entorno del paciente.

MANEJOS DE RESIDUOS SEGÚN PROTOCOLO CLINICA CHIA:

RREVISION PRINCIPALES MICROORGANISMOS DE AMBIENTES


HOSPITALARIO Y ENFERMEDADES QUE PRODUCEN GENERAR
BIBLIOGRAFIA:
El ambiente hospitalario constituye un reservorio y una fuente de infección para el
paciente ingresado. Existen varias áreas que rodean al paciente: el aire, el agua
sanitaria que entra en contacto con el propio paciente, con el personal y con los
dispositivos médicos, la comida, las superficies, los instrumentos que contactan
con piel y mucosas del paciente y las soluciones estériles que le son
administradas por inoculación. Existen patógenos clásicamente asociados con
cada modo de transmisión y reservorio ambiental, pero también microorganismos
multirresistentes que recientemente se han asociado con adquisición ambiental.
Palabras clave:
Control ambiental
Infección nosocomial
Contaminación cruzada

El ambiente hospitalario como fuente de infección

Las infecciones hospitalarias se producen por el contacto del paciente con 3


posibles fuentes: su propia flora, los patógenos presentes en otros pacientes o en
el personal sanitario y, por último, patógenos presentes en el ambiente
hospitalario. Desde hace más de 20años se considera que el origen más
importante de infección nosocomial es la flora endógena, pero se estima que el
20-40% de las infecciones se adquieren de forma horizontal de otros pacientes o
personal y el 20%, del ambiente 1. A pesar de que el ambiente hospitalario
constituye un importante reservorio para un amplio rango de infecciones
nosocomiales, veremos a continuación que solo existen recomendaciones por
parte de organismos oficiales, instituciones o sociedades científicas para algunos
patógenos, como es el caso de Legionella spp. Y Aspergillusspp., y para algunos
procedimientos, como el reprocesamiento de endoscopios y el control de salas
para la preparación de fluidos o fármacos estériles.

El aire como fuente de infección


Hasta la fecha no se ha llegado a establecer de forma clara el rango de patógenos
que, potencialmente, podrían diseminarse a través del aire hospitalario y producir
infección. Existe cierta confusión entre los tipos de partículas (según tamaño), los
modos de dispersión aérea de cada patógeno y los riesgos de infección debido a
la heterogeneidad de los estudios realizados. Es importante el tamaño de la
partícula que vehiculiza al patógeno (núcleos de Wells y gotitas de Flügge), pero
también hay que considerar factores dinámicos como el número de partículas en
suspensión, su velocidad y su carga microbiana, la longevidad de dichos
microorganismos y la proximidad a los pacientes. La supervivencia de los
diferentes microorganismos en el aire va a depender de factores como la
humedad, la temperatura, la radiación ultravioleta y el polvo ambiental.

El agua como reservorio y fuente de infección

Los sistemas de distribución del agua sanitaria pueden servir como reservorios
dónde se multiplican o permanecen viables microorganismos, principalmente
hongos y bacterias. Clásicamente se ha considerado que estos patógenos
oportunistas son transmitidos por: a)contacto directo (ducha de pacientes con
catéteres centrales, hidroterapia); b)ingestión de agua y de hielo; c)contacto
indirecto (reprocesamiento de dispositivos, como endoscopios); d)inhalación de
aerosoles, y e)aspiración de agua contaminada .

Los agentes vehiculizados por el agua y que con más frecuencia causan
infecciones nosocomiales pueden clasificarse en 2 grupos: microorganismos que
habitualmente pueden encontrarse en el agua sanitaria (Legionellaspp.,
micobacterias no tuberculosas, como M.mucogenicum o M.chelonae, y hongos,
como Aspergillus y Fusarium) y oportunistas que contaminan los grifos o los
desagües a partir del lavado de fómites o de las manos del personal sanitario
(Pseudomonas aeruginosa y otros no fermentadores, como Acinetobacter
baumannii, Stenotrophomonas maltophilia y Burkholderia cepacia, y
enterobacterias como Klebsiella pneumoniae).

La comida como fuente de infección

De forma similar a los otros apartados, cuando analizamos la


comida como fuente de infección podemos considerar 2 grupos
de patógenos: los habitualmente relacionados con
gastroenteritis (Salmonella enterica, Bacillus cereus y Listeria
monocytogenes) y los adquiridos mediante la ingesta de
comida, pero que producen infecciones no intestinales.
Respecto a los enteropatógenos, hay que tener en cuenta la especial situación de
susceptibilidad de los pacientes ingresados en un hospital, afectados por
diferentes situaciones que facilitan la infección intestinal, como: a)los tratamientos
inmunosupresores; b)las comorbilidades; c)la edad avanzada, y d)el uso de
antibióticos y supresores del ácido gástrico. En una revisión de 52 brotes
nosocomiales por S. enterica, el 60% de las ocasiones la transmisión había sido a
través de la comida hospitalaria, incluso con recuentos bajos en los alimentos
contaminados.

El papel de las superficies

La contaminación de las superficies en torno a los pacientes es uno de los


aspectos más controvertidos del control de infección nosocomial. Hay varios
puntos a tener en cuenta: a)la capacidad de supervivencia en superficies
inanimadas; b)la dificultad de eliminación de estos patógenos, y c)la falta de
estándares de control de limpieza de superficie para patógenos nosocomiales.
Tradicionalmente, el CDC no recomendaba el estudio de superficies excepto en
situaciones de brote14, por lo que la información que disponemos procede de
análisis de superficies en estas situaciones y existen pocos estudios
experimentales de intervenciones de control de transmisión.

Persistencia de agentes nosocomiales en superficies secas inanimadas:

Tipo de microorganismo  Duración de la persistencia (rango) 


Bacterias gramnegativos
Acinetobacter spp.  3 días-5 meses 
P. aeruginosa  6 h-16 meses 
E. coli  1,5 h-16 meses 
Klebsiella spp.  2 h->30 meses 
S. marcasen  3 días-2 meses 
Bacterias Gram positivas Instrumentos y
C. difícil (esporas)  5 meses 
Enterococcus spp.  5 días-4 meses  dispositivos
S. áureas  7 días-7 meses 
Levaduras Entre los instrumentos más
C. albicas  1 día-120 días 
C. parasitosis  14 días  frecuentes causantes de brotes
Virus
nosocomiales y también
Rotavirus  2 meses 
Norovirus  42 días  «pseudoinfecciones» se
encuentran los endoscopios
flexibles, tanto los gastrointestinales como los respiratorios. Estos dispositivos se
contaminan con una gran cantidad de sangre, secreciones y microorganismos
durante su uso. El reprocesamiento de estos instrumentos incluye varias fases
(limpieza y cepillado, desinfección, enjuague y secado) que requieren un estricto
cumplimiento de los procedimientos recomendados por el fabricante. Son difíciles
de limpiar y los desinfectantes y cepillados pueden dañar el complicado sistema
de canales de que están compuestos. Hay que considerar que pueden ser usados
en cualquier momento del día y el personal de todos los turnos debe conocer el
procedimiento de reprocesado.

Soluciones estériles
Las soluciones estériles que se administran de forma intravenosa, ingratica,
intramuscular o intraocular pueden ser de origen comercial, preparadas por una
empresa farmacéutica o, en muchas ocasiones, mezclas de diversos compuestos
estériles. Estas mezclas deben ser preparadas en salas limpias con aire
controlado (filtros de alta eficacia) y por personal con formación específica. En la
literatura existen un gran número de descripciones de brotes asociados a la
contaminación de estos preparados, bien a partir de componentes ya
contaminados o bien durante su procesamiento. El más reciente incluye más de
741 casos de meningitis fúngica a partir de una solución de prednisona preparada
en un servicio de Farmacia.

Control microbiológico

A pesar de las múltiples fuentes de infección que constituye el ambiente


hospitalario, existen, como hemos visto, pocas situaciones en las que se hayan
elaborado recomendaciones de control preventivo y niveles de actuación
(Aspergillus en aire, Legionella en agua, endotoxinas en líquido de hemodiálisis,
enteropatógenos en comida, control de reprocesamiento de endoscopios y control
de sala limpia). La mayoría de los controles ambientales se producen en
situaciones de brote y motivado por el equipo de control de infección nosocomial
para encontrar un determinado patógeno. Con este objetivo, lo importante es
realizar la toma de muestras ambientales tras una limpieza profunda, porque de
otra forma se corre el riesgo de detectar reservorios secundarios transitorios y,
además, sirve como evaluación de la eficacia de la limpieza.

Conclusiones

El ambiente hospitalario constituye una fuente importante de infecciones


nosocomiales y hay que considerar desde los procedimientos que entran en
contacto directo con tejidos, sangre o mucosas del paciente, hasta el aire y las
superficies en torno a él. Los protocolos preventivos de este tipo de infecciones
previstos por organismos oficiales abarcan solo algunos agentes y situaciones, y
queda todavía mucho trabajo que realizar en la sistematización del control
ambiental. 

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