Fortuity Transcend 3 - Jewel E Ann PDF
Fortuity Transcend 3 - Jewel E Ann PDF
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Gracelyn
La playa. ¿Te gusta la playa?
Gabe se encoge de hombros sin mirarme. Estudio el cartel de Se renta , las
casas que se alinean en el largo tramo de playa, y la sólida dosis de vida que se siente
tan profunda y vasta como el agua que llega al horizonte.
Si no te gusta, seguiremos buscando. Los tres escalones de madera de la
cubierta crujen, anunciando nuestra llegada, mientras me acerco a la puerta de
pantalla. Nos dijo que fuéramos por detrás. Todas estas casas frente a la playa tienen
terrazas cubiertas con preciosos muebles de patio y algunas con columpios como
este. Un amplio y erosionado paseo marítimo separa las terrazas de la arena.
Después de dos golpes y diez segundos, la puerta se abre.
¡Hola! Tú debes ser Elvis. El anciano de pelo blanco tipo Einstein, que se
parece a Christopher Lloyd; en particular en su papel de Doc Brown en Regreso al
Futuro; sonríe claramente hasta las esquinas de sus expresivos y ligeramente
psicóticos ojos. Si no fuera un poco jorobado, mediría por lo menos metro ochenta
de altura.
Soy Gracelyn, no Elvis.
¡Ja! Sí, querida, pero cuando dijiste tu nombre por teléfono, imaginé que era
un ligero guiño a Elvis.
Eso es Graceland1.
Papa, patata. Entra. Se hace a un lado.
Me tomo unos segundos extra considerar mi instinto.
Los amplios ojos psicóticos.
Su camisa blanca medio abotonada con la parte inferior de la misma
sobresaliendo de su bragueta parcialmente cerrada.
Sandalias marrones.
Calcetines grises con el dedo gordo del pie derecho saliendo de un agujero.
Mi esposa murió hace cinco años. Mueve el dedo del pie desnudo.
Mi mirada se dispara para encontrar la suya.
No he comprado ropa nueva desde que murió. Ella hacía todas las compras.
Arreglaba las cosas en la casa. Puedo arreglar goteras y colgar cuadros, pero no he
descubierto cómo coser agujeros en mis calcetines… ¿o tal vez parchear los
calcetines? No estoy seguro.
Eh, creo que solo necesitas conseguir calcetines nuevos. Gabe se une a la
conversación.
¿Eso crees? Inclina la cabeza a Gabe . Hugh Hans. ¿Cómo te llamas,
joven? Hugh le ofrece su mano a mi sobrino, mi nueva y muy inesperada
responsabilidad.
Estos dos meses no han sido fáciles. Finjo que Kyle y Emily siguen de
vacaciones y yo simplemente estoy cuidando a Gabe. Me siento segura como niñera.
Cuando me detengo en el pequeño hecho de que soy la única responsable de
criarlo… todo en mi pecho comienza a estrecharse.
Gabriel. Le da la mano a Hugh.
1Graceland es una casa situada en Memphis. Es la mansión donde El Rey del Rock Elvis Presley ,
vivió.
“h… Gabriel. Un nombre tan grande. Significa Dios es mi fuerza . Bravo a
tus padres por darte un nombre tan grande. La voz áspera, pero entusiasta de
Hugh parece mantener la atención de Gabe, provocando una rara sonrisa de él
mientras desliza su teléfono en su bolsillo.
Increíble. Está comprometido, listo para prestarle atención a este extraño.
Necesito el hechizo secreto del señor Hans. No estoy segura de haber visto a Gabe
sonreír más de una o dos veces desde la tragedia.
Gabe no quería quedarse en la casa más que yo. Eso me sorprendió. Pensé que
se sentiría reconfortado y cerca de sus padres allí. Pensé mal. La casa se vendió ayer.
Tenemos treinta días para encontrar un lugar.
Mis padres murieron. Gabe me sigue a la casa.
Lo siento mucho. Hugh cierra la puerta mientras Gabe y yo nos quitamos
los zapatos.
No es tu culpa murmura Gabe.
Hugh me lanza una pequeña sonrisa y un guiño.
Gracias a Dios.
Revuelvo el cabello oscuro de Gabe, y él me quita la mano mientras seguimos
el paso de caracol de Hugh por las escaleras.
El segundo piso sería tuyo. La cocina del piso principal es comunitaria, pero
he añadido una nevera en el garaje donde pueden guardar sus productos
perecederos si les preocupa que me los coma. Se detiene en lo alto de las escaleras,
sacando un pañuelo de su bolsillo trasero para limpiarse la frente . Eran cuatro
habitaciones y dos baños. Como pueden ver, convertí dos de los dormitorios en una
sala de estar con una lavadora y secadora detrás de esas puertas plegables. Hay un
balcón justo al lado del dormitorio principal. En un día más o menos, terminaré con
las escaleras para que tengan una entrada directa al segundo piso si no quieren
arriesgarse a verme cada vez que vayan y vengan.
Gabe asoma la cabeza a un dormitorio y luego al otro, sin mostrar ninguna
reacción.
Arrastra sus pies a la ventana del dormitorio más pequeño.
¿Quién es esa?
Hugh y yo lo seguimos y miramos por la ventana.
Oh… sí. Esos deben ser los inquilinos de al lado. Se suponía que llegarían
hoy. No los he conocido todavía. Padre e hija. Solo están aquí por el verano.
La mirada de Gabe permanece en la joven que lanza sus chanclas sobre el
hombro y corre hacia el agua. Se detiene abruptamente y mira hacia atrás, tal vez
hablando con alguien, pero no puedo asegurarlo. Después de unos segundos,
continúa hacia el agua, deteniéndose donde las olas se estrellan en la playa,
cubriendo solo sus pies.
Parece de tu edad. Le doy un codazo al brazo de Gabe.
Siento que está ocurriendo un romance de verano añade Hugh en una
canción.
Gabe gira hacia Hugh y le lanza una mirada de nariz arrugada.
¿Qué quieres decir?
Quiere decir que puede que te enamores de la chica de al lado. Descanso
mis manos en los hombros de Gabe.
Nop. Gabe sacude la cabeza varias veces.
Hugh se ríe.
Bueno, les daré un poco de tiempo para que le den una mirada al lugar. Si
tienen alguna pregunta, estaré abajo.
¿Dónde duermes? ¿Hay un dormitorio en el nivel principal? pregunto.
Sillón reclinable de lujo. No duermo bien. Aparentemente algo de apnea del
sueño. Si me quedo quieto cuando duermo, dejo de respirar. Me han dicho que eso
no es bueno. Probé con una máquina de alta tecnología, pero no era lo mío. Mi ropa
está en una pequeña oficina. Desaparece a la vuelta de la esquina.
Entonces… ¿qué piensas? No será para siempre. Solo hasta que encontremos
algo más permanente y veamos cómo va mi nuevo trabajo.
Gabe se encoge de hombros. Supongo que es lo que hacen los niños de diez
años: encogerse de hombros ante todas sus respuestas. He recibido muchos
encogimientos de hombros en los últimos dos meses.
¿Es eso un encogimiento de hombros de un sí? ¿Un encogimiento de
hombros de no me importa ? ¿O un encogimiento de hombros de necesito
pensarlo ?
No está cerca de la casa de Tyler.
Lo sé, pero no creo que debamos gastar tus ahorros para la universidad solo
para estar cerca de Tyler. ¿Y si me aseguro de que puedas ver a Tyler tanto como sea
posible este verano? Su madre dijo que se irían tres semanas de vacaciones. Tal vez
cuando lleguen a casa Tyler pueda venir a quedarse aquí unos días. Pueden jugar
en la playa… hacerse amigos de la chica linda de al lado…
Gabe suspira.
Mis amigos de la escuela son chicos. Las chicas son…
¿Las chicas son qué?
Se gira y pone los ojos en blanco.
Bueno, chillan sobre cosas estúpidas y dicen oh Dios mío por cualquier
cosa.
Me río.
Me parece justo. No hay presión para que te hagas amigo de la chica de al
lado. Pero… ¿crees que debería decirle al señor Hans que tomaremos este lugar?
Otro encogimiento de hombros.
Bien. Le diré que sí, a menos que me digas que no con más de un
encogimiento de hombros en los próximos cinco segundos.
No hay palabras.
No más encogimientos de hombros.
Pasan cinco segundos.
En un suspiro, me desinflo, apoyándome en mi trasero con la espalda contra la
pared.
Tírame un hueso, Gabe. Abrazando mis rodillas al pecho, le lanzo una
mirada suplicante. ¿Cómo no puede ver la desesperación que sale de mí?
¿Como un perro? Frunce el ceño.
Sí. Como un perro. Y lo perseguiré. Te lo devolveré. Me sentaré. Daré la pata.
Daré la vuelta. Haré lo que quieras, si me dejas entrar en tu cabeza. Dime lo que
estás pensando. Solo puedo imaginar lo que estás sintiendo. Nunca lo he
experimentado. Así que adivinar es todo lo que tengo si no me hablas.
Se pica las uñas, dándoles el doble de atención de la que me da a mí.
¿Qué quieres que diga?
Me abstengo de vomitar una larga lista de preguntas que tengo para él.
Sí o no. ¿Quieres vivir aquí por ahora? Es solo temporal. La respuesta puede
ser no. No preguntaré por qué, y no te haré más preguntas hoy. Seguiremos
buscando mañana.
No me importa.
¡No! Me tambaleo hacia adelante, arrastrándome hacia él.
Sus ojos se abren con mi acercamiento.
Me pongo de rodillas y cruzo las manos frente a mi pecho.
Por favor, por favor, por favorcito, por favor… un sí o un no. Necesito un sí
o un no.
Sus labios se mueven, y después de unos segundos no puede ocultar su sonrisa.
Es como la salvación, un recordatorio necesario de que no lo he roto. Todavía es
pronto. Tengo ocho años más para arruinar a este chico.
Sí. Se ríe.
¡SÍ! Lanzo mis brazos al aire.
Eres tan rara.
Me pongo de pie.
Está en la familia Glock. No hay nada que puedas hacer para detenerlo. Un
día… tú también serás raro. Guiño el ojo y salgo de aquí antes de que cambie de
opinión o me llame algo más extremo que rara, algo así como menopáusica.
Dando un último paseo por la habitación principal, me asomo al dormitorio
principal y al baño antes de bajar las escaleras
Lo tomaremos, si nos aceptas.
Hugh silencia la TV desde su elegante sillón.
Lo tienes, Elvis.
Sonrío. No soy Elvis. Sin embargo, el señor Hans es extravagante y entrañable,
así que dejaré pasar lo de Elvis. Este lugar no es ideal, o donde me imaginaba hace
unos meses, pero estoy haciendo algo importante, tal vez por primera vez en mi
vida.
Gabe estará bien. Resolveré las cosas por nosotros. Por ahora, esta casa de la
playa con suelos de baldosas de color arena, paredes beige y alfombras moteadas en
blanco y marrón es una propiedad frente a la playa que nunca podría permitirme
por mi cuenta. Y está a quince minutos de la escuela de Gabe y a treinta minutos de
mi nuevo trabajo.
El contrato de alquiler está en el mostrador de la cocina. Puedes dejar un
cheque o pagar en efectivo y mudarte el viernes. Tendré las escaleras del balcón del
dormitorio principal terminadas para entonces.
Suena perfecto. Gracias. Mientras firmo el contrato de alquiler y relleno
un cheque, Gabe baja las escaleras.
Vaya a explorar la playa, señor Gabriel. Hugh tose sobre sus palabras unas
cuantas veces antes de aclararse la garganta.
Sí, vamos a verla. Doblo mi copia del contrato de alquiler y sigo a Gabe
hasta la puerta principal . Gracias, Hugh. Volveremos el viernes por la tarde con
algunas cajas y con suerte conseguiremos que alguien de la mudanza traiga las cosas
grandes.
Si el buen Dios no me lleva para entonces, estaré aquí.
No estoy segura de cómo responder a eso, así que opto por una sonrisa sin
palabras. A veces el buen Dios toma indiscriminadamente a quien elige, o eso he
aprendido. Tan pronto como cierro la puerta detrás de nosotros, Gabe saca su
teléfono de su bolsillo y me sigue a varios metros de distancia hasta la playa.
Yo me quitaría los zapatos si no quisiera que hubiera arena en ellos. Saco
mis pies de mis zapatillas de lona blanca cuando llegamos a la arena.
Gabe sigue caminando, metiendo la nariz en su teléfono, la arena seguramente
llenando sus zapatos.
O… déjatelos puestos murmuro . ¿No quieres mojar los dedos de los pies
en el agua?
Sacude la cabeza y se detiene a mitad de camino hacia el agua.
No, gracias. No es exactamente mi primera vez en la playa. Cae de rodillas
en la arena, cerniéndose sobre su teléfono para sombrear la pantalla mientras
entrecierra los ojos para ver.
Continúo hacia el agua, parando justo antes de llegar a la arena mojada para
enrollar las piernas de mis vaqueros.
¡Hola! La joven rubia de cabello ondulado camina por la arena hacia mí.
Hola. Me pongo la mano en la frente para bloquear el sol de mis ojos.
¿Qué está haciendo? Señala con la cabeza hacia Gabe . ¿Viven en esa
casa? Mi padre y yo acabamos de llegar. Nos quedaremos tres meses. Luego nos
mudaremos a Madison… que está en Wisconsin, donde nací. Empezaré en una
escuela de verdad, bueno… una pública, este otoño. Estaré en quinto grado por
ahora, pero mi papá dice que podría ser demasiado inteligente para el quinto grado.
No sé cómo lo sabe, ya que nunca he estado en ningún grado.
¡Vaya! De acuerdo… es bastante habladora. Buena con las palabras, no como
mi sobrino que tiende a murmurar todas sus palabras, tartamudea ocasionalmente,
y habla con gruñidos y encogimiento de hombros. Es posible que esté un poco
avanzada para los diez años, pero conozco a otro niño de diez años, así que la
comparación no es la mejor.
Ese es mi sobrino, Gabriel… Gabe. Y sí, estamos alquilando el último piso de
la casa del señor Hans. Gabe también estará en quinto grado este otoño.
Pero, ¿qué está haciendo? Arruga su nariz y lo mira fijamente con los ojos
entrecerrados.
Está jugando algo en su teléfono.
Oh… Su cabeza se echa hacia atrás, y abre sus ojos azules hacia mí . No
dejes que mi padre lo vea en eso. Él aborrece la tecnología.
“borrecer…
Definitivamente no es una palabra para alguien de diez años.
No la aborrezco.
Mi mirada se fija en la voz profunda y…
¡Jamie!
No es realmente James Alexander Malcolm MacKenzie Fraser Jamie de mi
obsesión por Outlander, sino su doble.
¿POR QUÉ?
Estoy retirada de los hombres. Una serie de eventos desafortunados me
obligaron a retirarme anticipadamente.
Muerte.
Engaño.
Houdini en el altar.
Soy así de afortunada.
Ahora, veo vitrinas, pero nunca compro. Ya ni siquiera me pruebo cosas.
El pelo ondulado de Jamie el vecino, rubio-rojizo oscuro, del color de la arena
al atardecer; se ondula con el viento, y su piel bronceada casi me ciega porque… él
no está. Usando. Camisa.
Los labios carnosos se fruncen en un pequeño mohín.
—Hola, sassenach… —susurra.
Está bien. En realidad no, pero me encantaría escucharlo.
Hola, soy Nathaniel Hunt, el padre de Morgan. Su acento americano
pisotea mis fantasías escocesas mientras extiende la mano.
Si le lamo la mano, ¿será raro? ¿Demasiado desesperado? ¿Demasiado
personal para un primer encuentro? ¿Demasiado inmaduro para alguien de
cuarenta y un años?
Probablemente.
Gracelyn. Le doy la mano como si estuviera enfadada. Y lo estoy. Estoy
tan enojada de que sea mi vecino por los próximos tres meses. ¿Dónde estaba cuando
lo necesité durante mi activa vida sexual, antes de mi prohibición de hombres?
De verdad, exijo una respuesta.
Estrecha sus ojos un poco antes de que lo libere. Luego se recupera
rápidamente con una sonrisa.
Morgan. Aclaro la ira de mi garganta . Bueno, Morgan y Nathaniel, es
un placer conocerlos. Gabe es mi sobrino, pero…
Y aquí está, el momento incómodo. Por favor, dime que esto será más fácil. No
quiero pasarme toda la vida explicando nuestra relación a todos los que conocemos.
Sin embargo, requiere alguna explicación.
Sus padres murieron, así que ahora está conmigo.
Supongo que la respuesta es sí. Sí, como alguien en una silla de ruedas
explicando un millón de veces cómo terminó en una silla de ruedas.
Es una mierda explicarlo.
Apesta que haya sucedido.
¡Oh Dios mío! La mano de Morgan vuela a su boca . Mi madre murió
mientras me daba a luz. Nunca la conocí, así que es difícil echarla de menos. Debe
tener el corazón completamente roto. No puedo imaginarme cómo me sentiría si mi
padre muriera.
Fuerzo una sonrisa.
Es triste, pero está aguantando. Deberías ir a presentarte. Apuesto a que le
gustaría.
Oh… Su mano cae de su boca y cubre su pecho . Por supuesto. Sube a
la playa hacia Gabe.
Nathaniel se muerde el labio con un ligero encogimiento.
Es muy habladora.
Puedo ver eso. Es refrescante. Tengo que sacar las palabras de Gabe. No
puedo encontrar un buen lugar para poner mis manos, así que trato de meterlas en
mis bolsillos delanteros, pero estoy un poco hinchada con mi inminente ciclo
menstrual, así que es un apretón de manos.
Miramos a Gabe y Morgan haciendo presentaciones, una buena distracción. Si
me concentro en Nathaniel Hunt demasiado tiempo, es muy probable que me
derrita un síntoma de SPM. No tiene nada que ver con sus vaqueros rotos, sus pies
desnudos y su torso escultural.
No. Eso no me hace nada.
Mis dedos no tienen ningún deseo de hacer un viaje lento por su pelo.
Dato curioso… el síndrome premenstrual para mujeres de cuarenta años es un
juego mental. Algunos días odio a todos los hombres que veo, y otros días me
imagino besándome con todos los hombres que se cruzan en mi camino.
Otro hecho divertido… el miércoles, ombligo de la semana.
¿Te escuché decir que le estás alquilando al señor Hans?
Sí. Solo el último piso y una cocina compartida. ¿Y tú? ¿Vacaciones de
verano?
Nate desliza sus dedos en los bolsillos delanteros de sus vaqueros, con
facilidad. No debe estar hinchado como yo.
Sí, supongo que se puede decir eso.
Asiento, contemplando la posibilidad de hacer más preguntas para que se
explaye. Es posible que tenga una historia sobre la muerte de su esposa que haya
contado un millón de veces, así que no me entrometo.
¿Es cierto que aborreces la tecnología?
Sonríe, vigilando de cerca a su hija.
Solo crie a Morgan para que experimente la vida de una forma más práctica.
Orgánicamente.
Miro a los niños, los labios de Morgan se mueven sin parar y Gabe la ignora
como un molesto bicho volando alrededor de su cabeza.
Bueno, eso es probablemente algo bueno. Gabe está con la tecnología todo el
tiempo.
Eso es… Se encoge de hombros . Probablemente bastante típico.
¿Típico? Supongo que sí. No estoy segura. Sin embargo, me siento juzgada. Es
probable que sea una respuesta irracional, pero figura postiza materna se siente
como si Nathaniel, el señor Aborrezco la Tecnología, la juzgara en silencio por dejar
a Gabe en un móvil jugando.
Perdió a ambos padres. Si la tecnología evita que se sienta triste o deprimido,
entonces me parece bien.
Se ríe.
No estoy seguro de que ese teléfono le impida sentirse triste y deprimido.
Pero oye… tienes que hacer lo que tienes que hacer.
Es la camisa. Lo sé. Si se hubiera puesto una camisa, no me sentiría tan enojada.
Enojada por la muerte de Kyle y Emily.
Enojada porque me he alejado de los hombres.
Enojada porque probablemente esté arruinando mi nuevo papel en la vida.
Empiezo a defender el pasatiempo de Gabe cuando Morgan corre hacia
nosotros, arrastrando a Gabe por el brazo detrás de ella y frustrando mis palabras
antes de que las haga realidad.
Papá, deberías invitarlos a cenar esta noche.
No decimos Nathaniel y yo al mismo tiempo.
Mis cejas se fruncen. Ya lo sé. Yo también lo dije, pero solo porque no quiero
que se sienta presionado. ¿Cuál es su excusa para una reacción tan precipitada?
Se rasca la mandíbula desaliñada y tuerce los labios.
No tenemos comida, Morgan. Ni una rebanada de pan o un grano de sal.
Esta noche haremos la compra y podrás invitar a Gabe a cenar otra noche.
Gabe.
Ya veo cómo va a resultar esto. ”ien… me parece bien. Los hombres están en
mi lista de prohibidos, junto con los bocadillos de queso y los caramelos. Además,
tengo una nueva temporada de Outlander para ver.
Y a Gracelyn, así tienes una amiga. De verdad, papá, te vendría bien un
amigo. El medidor de incomodidad se maximiza con su comentario.
Nate mira fijamente a Morgan, pero ella está demasiado concentrada en los
dedos de los pies, curvándolos en la arena. Cuando me mira, me muerdo los labios
y desvío la mirada al agua. Mis manos no caben en mis bolsillos de manera casual,
así que las dejo colgar a mis lados.
Es tan incómodo.
Estoy seguro de que Gracelyn tiene muchos amigos responde entre risas.
No conoce a nadie porque es de Ohio murmura Gabe, con la barbilla
inclinada hacia su teléfono.
Es curioso, solo que no realmente, cuánta atención presta a lo que pasa cuando
preferiría que no dijera nada.
Idaho. Lo corrijo, dándole a Nathaniel una sonrisa de oreja a oreja.
Su mirada está demasiado preocupada por mi cabello para notar mi expresión
facial. Los ojos azules revolotean en pequeños incrementos, y cuando finalmente se
encuentra con mis ojos, aclara su garganta y hace esa cosa extraña de sacudir la
cabeza como si saliera de un sueño.
¿Está juzgando mi cabello?
Es cabello. Solía ser largo y todo castaño oscuro como la melena ondeando al
viento de la portada de Black Beauty2... si Black Beauty tuviera pelo castaño. Me lo
corté a la altura de la barbilla, lo teñí de negro, y le añadí algunas mechas rubias
porque… bueno, es cabello. De acuerdo, no es tan simple. Había una boda y alguien
dejó a otro en el altar. Lo que sea…
Las cosas cambiaron, así que yo cambié.
Deberíamos irnos. Gabe y yo tenemos que hacer algunas maletas.
¿Puedes venir a cenar mañana por la noche? pregunta Morgan, la cabeza
ladeada a Gabe como si fuera su decisión.
Nathaniel apoya su mano en el hombro de ella. Antes de que pueda hacer otra
objeción, intercedo.
Nos mudaremos el viernes por la tarde, así que mañana no funcionará.
¡Sí! El viernes por la noche es noche de pizza. Mi papá ordenará pizza, y te
ayudaremos a desempacar tus cosas.
Morgan… Nathaniel mueve su otra mano a su otro hombro y le da un
apretón . Deja que se instalen. No necesitan nuestra ayuda para desempacar.
Habrá mucho tiempo para que tú y Gabe coman pizza otra noche.
Morgan y Gabe.
Definitivamente me está excluyendo. De nuevo… está bien. ¡Hola! Prohibición
de hombres, me recuerdo a mí misma.
—Y Gracelyn. Morgan pone los ojos en blanco . Cielos, papá, deja de ser
tan grosero.
Realmente tenemos que irnos. Agarro la muñeca de Gabe, dándole un
tirón, mientras que la cara de Nathaniel se retuerce un poco.
Encantado de conocerlos a los dos dice a pesar de la vergüenza en su rostro.
A ustedes también. Me giro en la arena para hacer una salida rápida, pero
mi pie izquierdo no coopera. La arena mantiene mi pie en su lugar mientras el peso
de mi cuerpo cae a un lado, torciendo mi tobillo.
Mierda… rayos. Me alcanzo el tobillo . Lo siento. Quise decir…
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
2Black Beauty, es una novela de 1877 escrita por la inglesa Anna Sewell. En sus diferentes portadas
aparece un caballo negro cuya melena ondea en el viento.
¡Oye! ¿Estás bien? Gabe mete su teléfono en el bolsillo y se arrodilla a mi
lado con su mano en mi brazo.
¡Mi papá es médico! Morgan se arrodilla junto a Gabe.
No soy médico. Nathaniel se pone en cuclillas junto a mi pie.
Lo eres. Tienes un doctorado. Y dijiste que eso te convierte en el Doctor Hunt.
Siseo mientras me siento.
Nate me ayuda a poner mi pierna en una mejor posición, sujetando mi tobillo
con su gran mano callosa.
Se está hinchando. Me temo que te lo has torcido.
Está bien. Si puedo salir de la arena, puedo caminar.
Su otra mano se apoya en mi pantorrilla mientras sonríe.
No creo que caminar con un esguince sea una buena idea. Pero el hielo es una
gran idea. Ven. Veamos si puedes ponerle peso.
Vamos, Gabe, la llevaremos al otro lado. Morgan salta para ayudarme
mientras su padre guía mi brazo alrededor de su cuello y su brazo alrededor de mi
cintura.
Vamos a sacarte de la arena. Lleva la mayor parte de mi peso ya que
Morgan y Gabe no hacen mucho porque no quiero herirlos con mi ser hinchado.
Lo siento. Es difícil saltar con un pie en la arena.
Solo cárgala, papá.
¡No! Soy pesada. Solo… ayúdame a salir de la arena.
¡Papá! Cárgala. La incesante ayuda de Morgan hace que mis mejillas
ardan en diez tonos de vergüenza.
Te harás daño en la espalda. Soy más pesada que… ¡no! ¡Tu espalda!
protesto mientras me levanta.
Mi espalda es vieja, pero no tanto. Se ríe, dando pasos seguros hacia la
casa del señor Hans.
Esto no podría ser más embarazoso murmuro, negándome a mirarlo
incluso con su cara tan cerca de la mía. Los cítricos y el océano se aferran a su piel,
una bonita combinación… no es que esté intentando olerlo. Está inevitablemente
cerca.
Y es firme.
Firme y con el pecho desnudo.
Brazos firmes y muy capaces.
Chupo mi estómago hinchado como si este simple acto me hiciera bajar cinco
kilos.
Con cuidado. Me pone de pie junto al Land Rover de Kyle.
¿Mi Land Rover? No sé de quién es esta vida en este momento.
Gracias. Trato de soportar peso sobre mi pie izquierdo y me acobardo .
Está… Cojeo unos pasos . Delicado, pero no horrible. Estaré bien. Gracias. Gabe,
¿podrías por favor traer mis zapatos?
Nathaniel cruza sus muy capaces brazos sobre su pecho y asiente una vez.
Ponle hielo en cuanto llegues a casa.
Claro, doctor Hunt.
Profesor. Y por lo tanto solo Nathaniel.
Deberías conseguir muletas dice Gabe, abriendo la puerta del pasajero
mientras yo abro la del conductor.
¡Oh! No, no, no… consigue uno de esos scooters elegantes en los que te
arrodillas como lo hizo mi padre. ¿Verdad, papá? El entusiasmo de Morgan me
sorprende. A Gabe le vendría bien que se le pegara un poco.
La cabeza de Nathaniel se balancea de lado a lado.
Tal vez. Ponle hielo primero y ve cómo se siente en un día o dos.
Gracias.
Sonríe, mostrando algunos dientes blancos.
Dijiste eso, más de una vez. No fue gran cosa.
Me sacaste de la playa. Es gran cosa del tipo te mereces todo lo que quieras .
Necesito comprarte una pizza, no al revés.
Su mirada se aleja de la mía, a menudo y rápidamente, como si no pudiera
mantener el contacto visual conmigo. Es… extraño. No capto la vibración coqueta o
tímida. Es otra cosa. ¿Qué? No lo sé.
¿Estás bien para conducir? pregunta de nuevo, dándome una mirada de
dos segundos.
Me acomodo y asiento
Es mi pie izquierdo. Estoy bien. Grac… Me interrumpo y termino con una
sonrisa silenciosa.
Nathaniel
s tan lindo. Y me encanta la forma en que habla. Es como
tú, papá. Morgan se enjuaga los pies en la espita al
costado de la casa mientras yo sostengo una toalla para
ella.
Alzo una sola ceja.
¿Debería sentirme culpable de que mi hija estadounidense esté tan
enamorada de un acento estadounidense? Tú también lo tienes.
Ella más o menos lo tiene. Es más un acento de camaleón que cambia según la
ubicación. Soy parcial con su acento italiano.
Dijo amigo una docena de veces, cada vez que intentaba agarrar su
teléfono. “migo… dice con énfasis, como si lo estuviera probando . Es genial.
Querido Dios, por favor… no.
La he protegido del uso excesivo de rellenos como, por ejemplo , mmm y
eh . Si nuestro tiempo aquí en California transforma a mi hija en una chica del valle,
no seré feliz.
Se seca y flota en la casa con una sonrisa soñadora que no he visto en su rostro
en… tal vez nunca. Nuestra última parada no incluyó vecinos. Parpadeé y ella se
lanzó a la pubertad temprana.
Después de cambiarse a leggings, una camiseta y chanclas limpias, nos
subimos a nuestro auto de alquiler azul, un convertible BMW de dos puertas, y
pasamos una eternidad comprando comestibles y reponiendo artículos de tocador
mientras ella habla sin respirar.
¡Amigo! Eso es mucho dinero dice cuando el cajero anuncia nuestro total
de trescientos cincuenta dólares.
“migo…
Simplemente genial.
Vaya se puede usar en lugar de amigo en ese escenario.
Lo que sea, papá. Pone los ojos en blanco mientras empujo el carrito de
comestibles hacia el auto.
Como digas. Mi corrección me consigue otros ojos en blanco.
Mientras nos dirigimos a la casa de la playa, miro a través del espejo retrovisor
a Morgan sonriendo, su cabello azotando al viento, sus manos sobre su cabeza como
montando una montaña rusa. Extraño a mi esposa todos los días, incluso después
de una década sin ella. Saber que le mostré a nuestra hija el mundo, que hice
exactamente lo que habíamos planeado hacer, me trae una sonrisa agridulce a la cara.
¿Crees que volverás a casarte? pregunta Morgan.
Diez años.
Llegué diez años sin que su curiosidad picara hasta el punto de contemplar mi
futuro aparte del de ella. Fue bueno mientras duró.
Nop. Tú eres mi chica. Eres todo lo que necesito.
Papá… no puedes casarte conmigo. Y si me caso, ¿con quién vas a estar?
No es suficiente que tenga la cara de su madre y el nombre de mi primer amor
para atormentarme a diario. Tiene que señalar todos los pequeños hechos que he
elegido ignorar, como el casarse y dejarme algún día.
Podría conseguir un perro.
¡Oye! Se inclina hacia adelante y me pellizca la nuca . No es justo. Yo
también quiero un perro.
Me encojo de hombros, entrando en el camino de entrada.
Entonces será mejor que te quedes conmigo en lugar de perseguir sueños
locos como casarte.
Esta chica.
Ella es la vida.
Ella bombeó mi corazón cuando no pensé que pudiera seguir latiendo. Me
llenó los pulmones cuando pensé que había tomado mi último aliento. Se arrastró
por mi cara y me mostró que todavía tenía una sonrisa.
Pienso en todas estas cosas increíbles sobre ella mientras llenamos el
refrigerador y los armarios con comida y leemos libros en los extremos opuestos del
sofá. Tres meses más hasta que nos acomodemos en algo considerado normal: no
quiero apurarme ni un solo momento.
En los próximos días, exploramos San Diego, buscamos restaurantes favoritos,
heladerías, observamos ala delta en Torrey Pines Gliderport y buscamos estrellas de
mar y anémonas de mar en las piscinas de mareas de Point Loma. Luego Morgan
me arrastra a la casa del señor Hans para encontrarse con él, para que pueda hacerle
un millón de preguntas sobre Gabe y Gracelyn. Compramos bicicletas, sillas y
sombrillas para la playa, y una silla tipo bean bag. Al tratar de criar a una niña sin
el entretenimiento constante de las pantallas, tuve que hacer sacrificios. Le gusta leer
libros en esas sillas rellenas desde que tuvo una en un hostal en Israel. Y si le digo
que no a la silla, quiere un iPad, como si tuviera derecho a repartir un ultimátum.
Entonces… su nueva silla es de color rosa claro, su color favorito, y el de más
de la mitad de su ropa.
¡Están de vuelta! ¡Oh Dios mío!, ¡Oh Dios mío!, ¡Oh Dios mío! Morgan baja
corriendo las escaleras mientras preparo sándwiches para nuestro almuerzo del
viernes por la tarde.
¿Bichos? ¿Ballenas? ¿Pájaros migratorios? Tienes que dar más detalles.
¡Gabe y Gracelyn!
Oh… es cierto. Se mudarán hoy. Pongo su plato sobre la pequeña mesa
redonda de la cocina . Vaya… espera. Necesitas comer. Frunzo el ceño mientras
ella mete sus pies en sus chanclas rosas.
¡Papá! Literalmente se están mudando ahora, y ella tiene una cojera. Creo que
aún le duele la pierna.
¿Qué te he dicho sobre literalmente?
Su cara se pone agria.
Lo sé. Lo sé. La mayor parte de lo que digo es y debería ser literal, por lo que
no necesito decirlo. En cambio, debería enfatizar si algo es más figurativo pero
podría confundirse con literal.
Mi pecho se hincha de orgullo. ¿Estará demasiado avanzada para que su edad
encaje en una escuela pública? No solo académicamente, a veces me pregunto si será
demasiado madura.
Guarda mi sándwich.
Abriendo la boca, empiezo a protestar nuevamente, pero el brillo de esperanza
en sus ojos mata mis palabras antes de que salten de mi lengua.
Solo ayuda. Si no necesitan ayuda, entonces solo estarás en el camino.
¡Entendido! Sale corriendo por la puerta y la dejo ir.
Déjala ir…
¿Eso es lo que estoy haciendo? ¿Dejándola ir lentamente? En ocho años, será
legalmente adulta. Podría necesitar ocho años para arrancar la curita. Mi miedo
paralizante envía oleadas de náuseas a través de mi estómago. ¿Qué va a pasar
cuando me deje con más frecuencia para ir a lugares con amigos? ¿Manejar un auto
sola? ¿Ir a citas?
Perderla se siente como si estuviera perdiendo el control, o tal vez es al revés.
De cualquier manera, es tortuoso.
Gracelyn
s muy pesado. Gabe y yo podemos llevarlo protesto
cuando el señor Hans lleva mi maleta sobrecargada a la
casa. Los de la mudanza dejaron las cosas grandes:
camas, un sofá y dos sillas una hora antes. Pensé que
podríamos llevar el resto por nuestra cuenta. Podría haber sobreestimado mis
capacidades físicas desde el incidente del tobillo torcido.
El señor Hans niega con la cabeza.
Está bien. Me operaron la hernia el año pasado. Lo deja justo antes de los
escalones, colocando las manos en las caderas para recuperar el aliento mientras
Morgan y Gabe pasan junto a él, cada uno con una pequeña caja de las pertenencias
de Gabe.
Puedo subirla por las escaleras. Cojeo hacia la maleta con el tobillo
envuelto y metido en mi bota de estilo militar. Es la única forma en que puedo
caminar sin ayuda. Vi a un médico, solo para asegurarme de que no fuera una
ruptura. Me dijo que es un esguince malo y que debería reposar. Sigo las órdenes
del médico… cuando puedo.
No. Frunce el ceño ante mi pie . Te veo cojeando, Elvis. Morgan me dijo
que te lastimaste el tobillo.
Simplemente lo torcí un poco.
Rechaza mi intento de agarrar la maleta.
Solo dame un minuto para recuperar el aliento, y la subiré por las escaleras.
Mi papá puede subirla. Iré a buscarlo. Morgan corre escaleras abajo.
No. De verdad. En el peor de los casos, simplemente la desempaquetaré aquí
y llevaré mi ropa arriba en dos o tres cargas.
Nathaniel me cargó hasta mi auto. No voy a dejar que suba mi maleta por las
escaleras.
Es muy fuerte. Todavía puede levantarme y arrojarme al aire hasta tocar las
nubes. Morgan se da vuelta cuando ella abre la puerta de la pantalla. Sus labios se
tuercen por unos segundos . En sentido figurado tocar las nubes. Es una hipérbole.
Su cabello se revuelve en una mancha rubia mientras corre al lado.
Las cejas gruesas y oscuras del señor Hans se deslizan por su frente como
orugas, en sentido figurado. Un símil… creo.
Pequeña sabelotodo.
Me muerdo los labios y asiento.
Estoy vaciando mi maleta aquí.
Paciencia, Elvis. La ayuda está en camino.
Odio sentirme como una damisela en apuros.
Estúpida arena. ¿Por qué pensé que sería divertido alquilar una casa frente al
mar?
Nathaniel Hunt, el hombre más fuerte en un radio de dos casas, llega sesenta
segundos después. Gracias a Dios que lleva una camisa hoy.
¿Cómo puedo ser de ayuda? Muestra la sonrisa de un héroe.
Elvis no quería dejarme recuperar el aliento antes de subir esta maleta arriba,
así que la señorita Morgan te ofreció de voluntario.
Puedo vaciarla aquí mismo. Mi voz tiene un pequeño filo. No estoy
enojada estoy frustrada por… tantas razones.
La muerte.
Mi nuevo trabajo.
Mi nueva responsabilidad.
Mi tobillo débil.
Mi periodo.
La mirada de Nathaniel se pega a mi cabello, otra vez. ¿Cuál es su problema?
¿Nunca ha visto reflejos antes? De acuerdo, son un poco más gruesos de lo que
esperaba. Me paso los dedos por el pelo y su foco de ojos azules baja a mi cara.
¿Elvis? Su cabeza se inclina a un lado.
Le hago una mala cara al señor Hans.
Sonríe.
Graceland… Elvis.
Oh. Nathaniel asiente ante la explicación de dos palabras del señor Hans
para mi apodo.
¡Correo! Morgan y Gabe caminan por la entrada con dos cajas pequeñas
más y un montón de correspondencia encima de la caja de Gabe . La mujer de
correo tiene un diente de oro. Gabe dijo que cree que es genial, pero le dije que
significa que perdió parte de un diente o que se descompuso. El molar de papá se
rompió en Alemania, y consiguió una corona, pero no es oro.
Gabe deja caer su caja al pie de las escaleras y recoge el correo.
¿Huge Hands? Entrecierra los ojos leyéndolo antes de entregárselo a Huge
Hands.
Morgan se ríe, mirando por encima del hombro de Gabe al correo.
Es Hugh Hans. La G es muda. Conocimos a un buzo llamado Hugh cuando
visitamos Devil's Tears en Indonesia. Exploró el agua y saltó desde los acantilados
más altos mientras sostenía una cámara en un poste largo. Tenía el bronceado más
oscuro, cabello hasta los hombros y muchos bigotes en la cara. Sus músculos eran
grandes como los de mi papá, pero Hugh tenía tatuajes. Igual que su novia. Ella hizo
un millón de trenzas en mi cabello para que se pareciera a su cabello. Y dijo que
Hugh era el hombre más guapo del mundo y que algún día encontraría a mi propio
Hugh que me besara hasta que me desmayara. ¿Te imaginas desmayarte por un
beso?
Simplemente no puedo dejar de pensarlo. Esta. Niña. Tiene. ¡Diez!
Nathaniel entrecierra la mirada hacia ella.
¿Cuándo tuvo esta conversación, señorita?
Pone los ojos en blanco.
Te lo dije, cuando Steffi me trenzó el cabello mientras saltabas del acantilado
con Hugh. También dijo que probablemente te parecías mucho a Hugh cuando eras
más joven.
Fantástico.
Mi nuevo vecino se parece a un clavadista de acantilados y a Jamie Fraser.
Nathaniel niega.
Morgan. Morgan. Morgan. Agarra el asa de mi maleta, haciendo que las
gruesas venas de sus brazos exploten junto con cada músculo, y la sube por las
escaleras.
Un paso lento a la vez, lo sigo. Arriba con el pie bueno, arrastrando el malo.
¿Qué cuarto? Se da vuelta, esperándome.
El que está al final. Mi ritmo de caracol rígido me lleva a mi habitación
justo cuando la pone en la cama . Muchas gracias.
Se da vuelta, nuevamente inspeccionando mi cabello.
¿Puedo preguntarte por qué me miras tanto el cabello? Termino mi
pregunta con una leve risa para que no piense que estoy ofendida o molesta.
Él desvía la mirada hacia un lado y sacude la cabeza.
Es… nada.
¿Hay algo en mi cabello? Lo aliso con ambas manos.
No. Se encuentra con mis ojos, y una tristeza aparece en su rostro . Tú
solo… bueno, tu cabello me recuerda a alguien. Eso es todo. Lo siento. No estoy
tratando de hacerte sentir incómoda.
Oh. No estoy realmente incómoda.
Totalmente incómoda.
Me recuerdas a alguien también le digo.
¿Oh? ¿A quién?
Jamie Fraser, mi enamorado de Outlander.
Solo… este chico. No es de por aquí. En realidad es de Escocia.
Nathaniel asiente.
¿Necesitas ayuda con algo más?
Nop. Lo tengo.
Mira mi pie por unos segundos.
Déjame reformular. ¿Queda algo en la parte trasera de tu vehículo?
Solo unas pocas bolsas y cajas. Gabe y yo podemos con eso. Ya has hecho
suficiente.
¡Papá! ¿Puedes ayudar? Hay una caja muy pesada grita Morgan desde el
pie de las escaleras.
Sonríe.
Desempaca tus cosas. Descansa el tobillo. Tengo esto.
Me desinflo.
Lo siento. Deberíamos haber hecho que la empresa de mudanzas
transportara todo, pero la mayor parte de mis cosas están almacenadas, y estamos
vendiendo los artículos más grandes que pertenecían a mi hermano y su esposa. Yo
solo… no estaba pensando en mi tobillo.
No te disculpes murmura mientras me pasa para bajar las escaleras.
Soltando un largo suspiro, abro mi maleta y empiezo a desempacar mi ropa,
haciendo una pausa cuando veo la suave seda.
No estás aquí susurro, cerrando los ojos y abrazando un camisón de encaje
blanco y seda contra mi pecho.
Nunca usaré este camisón. Debería ir a la basura, no viajar a todas partes
conmigo, pero no puedo dejarlo ir. No puedo dejar que él se vaya. Aún no. Pasando
las manos sobre el material delicado, lo moldeo a las curvas de mis senos,
imaginando cómo habría sido lucirlo. Imaginando la expresión de su rostro.
El profundo tono de una voz me hace saltar, y mis ojos se abren.
¿Dónde quieres esta caja? pregunta Nathaniel, mirando la lencería sexy
presionada contra mi cuerpo sobre mi camiseta blanca.
Hago una bola con el camisón y la meto en el bolsillo del pantalón. Sí, mi
pantalón. Hay cajones y una maleta donde podría esconderlo, donde no parecería
un gran problema.
No. Lo guardo en mi bolsillo donde no cabe completamente, dejando una de
las tiras colgando a la vista.
Quien dijo que no puedes ser soltero, de unos cuarenta años, y completamente
increíble al mismo tiempo… bueno, tenían razón.
Nathaniel arrastra su mirada de mi bolsillo abultado a mis ojos saltones.
Lo siento. No quise asustarte.
Está bien. Solo estaba… Cruzó mis manos delante de mí para esconder el
bolsillo abultado . Solo, eh… decido qué guardar y qué regalar. Estoy indecisa
sobre esto. Me acaricio el bolsillo . “sí que lo guardaré… Froto mis labios para
evitar reírme mientras mis mejillas arden … en mi bolsillo. Las últimas tres
palabras chirrían.
Nathaniel coloca sus dientes en su labio inferior y asiente lentamente, su
mirada revoloteando entre la mía y mi bolsillo.
Está bien, pero supongo que no quieres esta caja en tu otro bolsillo. Entonces,
¿dónde la quieres?
Una pequeña risa se escapa cuando inclino la barbilla y me cubro la cara.
Solo… ponla en cualquier lugar.
Deja caer la caja en la esquina junto a la puerta del balcón y las escaleras que el
señor Hans terminó de construir.
Tu habitación da a la mía, pero no tengo escaleras desde mi balcón.
Oh Dios. Mi habitación da al Jamie clavadista. Solo… perfecto.
Papá, voy a llevar a Gabe a nuestra casa a almorzar. Dijo que tiene hambre y
que todavía no tienen comida. Morgan y Gabe aparecen en la puerta, ella con una
sonrisa en la cara y él con la nariz en el teléfono.
Gabe, podemos ir a almorzar ahora mismo y luego ir a la tienda
interrumpo antes de que mis vecinos demasiado generosos hagan una cosa más para
hacerme sentir completamente incompetente hoy.
Ahora tengo hambre.
Dije que podemos irnos ahora.
Amiga, es solo un sándwich. Morgan levanta ambas manos, los ojos muy
abiertos. Esos grandes ojos vagan mientras ella se arrastra hacia mí . ¿Qué es esto?
Antes de darme cuenta de sus intenciones, saca el camisón de mi bolsillo.
¡Oh! Eso es… Intento agarrarlo, pero ella es demasiado rápida, girando
hacia su padre.
¡Mira este hermoso vestido, papá! Se ve de mi talla. Morgan lo sostiene
contra su ágil cuerpo durante dos segundos antes de deslizarlo sobre su cabeza .
¿Por qué tienes un vestido de niña? Gira en un círculo, a continuación, pasa la
mano por la parte delantera de la prenda.
Es su pijama. Mi madre solía tenerlas en diferentes colores murmura Gabe,
echándome un rápido vistazo . ¿Es de mi madre?
¿Qué? Mi conmoción se precipita como un aliento débil . No. Por
supuesto no. Nunca usaría la lencería de una mujer muerta.
¡Vaya! ¡Quiero una camisa de dormir como esta! ¡Por favor, papi!
Me estremezco, forzando mi mirada hacia Nathaniel mientras levanta la
barbilla y se rasca la mandíbula.
Cuando seas mayor.
¿Por qué cuando sea mayor?
Porque no los hacen para niñas pequeñas. Salto y deslizo al camisón por
su cuerpo y sobre su cabeza . Las niñas de tu edad deberían usar divertidas
prendas de algodón con princesas de Disney.
Ella levanta los brazos y se quita el camisón.
Papá dice que Disney está demasiado comercializado.
Empujo al camisón debajo de mi otra ropa todavía en la maleta y le disparo a
Nathaniel una mirada de ojos estrechos que dice: ¿En serio? ¿Sin tecnología y sin
Disney? .
Se encoge de hombros.
Es verdad.
Fui a Disney el año pasado. Me encanta allí. El brillante respaldo de Gabe
a Disney no ayuda a la situación. Por supuesto, lo amó. ¿A qué niño no le gusta
Disney?
Me pregunto si me gustaría. Morgan se golpea la barbilla con el dedo y le
da a su padre una expresión curiosa.
Lo harías. Es el lugar más feliz de la Tierra La tranquiliza Gabe.
Mi mirada hace ping-pong entre Nathaniel y Morgan.
¿Espera? ¿El lugar más feliz de la tierra? ¿Dijiste que no me gustaría Disney,
pero es el lugar más feliz de la Tierra? ¡Tenemos que ir, papá!
Así es. Tenemos que ir a hacer un sándwich para Gabe. Apoya sus manos
sobre sus hombros y la saca de la habitación . ¿Vienes, Gabe?
Sin darme una segunda mirada, Gabe sigue la carreta del almuerzo.
Gracelyn, ¿puedo traerte algo de comer? pregunta Nathaniel justo antes
de bajar las escaleras detrás de los niños.
No, gracias. Podría aprovechar esta oportunidad para ir a comprar
comestibles. O… espera… Cojeo hacia él . Eso no está bien, ¿verdad?
Su frente se arruga.
¿Qué?
Dejar a Gabe con extraños. No quiero decir extraños, pero acabamos de
conocerte hace unos días. Supongo que no estoy segura de cuál es el proceso de
investigación para esta situación. Madre primeriza… tutora o lo que sea. Arrugo
mi nariz.
Nunca se puede ser demasiado protector dice.
No estoy segura de ir tan lejos. Creo que no llevar a una niña de diez años a
Disney, si tienes los medios para hacerlo, es un poco sobreprotector.
Puedo hacerle un sándwich para llevar, o puedes investigarme ahora mismo.
Cruza los brazos sobre el pecho.
No sé cómo investigar a un niñero.
¿Qué clase de profesor eres?
Anatomía.
¿Alguna vez has sido arrestado?
No.
¿Alguna vez has matado a alguien?
Duda. Mierda, duda por una fracción de segundo antes de sacudir la cabeza.
Quizás consigamos el sándwich para llevar. Mis labios se curvaron en una
sonrisa apretada.
Apuesto a que un profesor de anatomía sabría todas las formas de matar a
alguien. Y qué mejor fachada para un asesino en serie que el viudo con una hija
pequeña. Vi un documental sobre asesinos en serie. Son alarmantemente
encantadores y carismáticos.
¿No pasé el proceso de investigación? Se ríe.
No. Sí. No estoy segura. Quiero decir… ¿dejarías a Morgan conmigo?
Me mira por unos segundos antes de que una leve sonrisa arquee sus labios
carnosos.
Por supuesto no.
Cojeo escaleras abajo detrás de él.
¿En serio?
El señor Hans nos da un leve asentimiento mientras riega los helechos junto a
la ventana. Persigo, perseguir podría ser una exageración, cojeo detrás de Nathaniel
hacia la otra casa.
Tienes que elaborar.
Mira por encima del hombro cuando llega a los escalones de su porche, abre
su buzón y lo encuentra vacío.
¿Elaborar sobre qué? Se gira para enfrentarme.
¿Por qué no dejarías a Morgan conmigo?
No sé lo suficiente sobre ti. Es así de simple.
Mi cabeza se mueve hacia atrás mientras permanezco quieta al pie de las
escaleras mientras el señor Aborrezco la Tecnología me mira, literal y en sentido
figurado mientras imagino que Morgan podría decir.
Solo soy una mujer con mi vida patas arriba porque mi hermano y su esposa
murieron y me dejaron con su hijo. No tengo hijos propios. No tengo idea de cómo
ser una madre. Solo trato de mantener mi cabeza fuera del agua y no arruinar nada
sin remedio.
Nathaniel no reacciona con más que parpadeos perfectamente sincronizados.
Cuando las palabras que acabo de vomitar a sus pies alcanzan el retraso de
cinco segundos en mi cabeza, cierro los ojos.
Bueno. Acabo de darte todas las razones por las que deberías sentirte
incómodo dejando a tu hija conmigo. Mirando con un ojo, lo miro de reojo .
Podría apestar en esto… pero mejoraré.
Después de unos segundos, se da vuelta, da dos pasos hacia la puerta y se
detiene de espaldas a mí.
Después de la muerte de mi esposa, no tenía idea de qué hacer con una bebé
recién nacida. No sabía cómo sostenerla adecuadamente, cambiarle los pañales o
alimentarla. Era un desastre. Un tipo con un doctorado, pero completamente
ignorante sobre cómo cuidar a un bebé. Lo resolverás. Abre la puerta de la pantalla
y desaparece.
Nathaniel
h… ¿papá? llama Morgan desde la ventana de mi
habitación mientras me paso los dedos por el cabello
mojado.
Pasamos la primera mitad del día montando en
bicicleta y construyendo castillos de arena en la playa. Quería ducharse y cambiarse
de ropa antes de que Gabe llegara a casa.
Han sido dos semanas de espiar a Gabe. Obsesionándose con por qué no está
en casa a tiempo . Preguntarse qué está haciendo. Suplicándome por un iPad para
que puedan jugar juntos. Le dice una y otra vez que va a la casa de un amigo
mientras Gracelyn está en el trabajo. Eso hace poco para controlar su ansiedad.
¿Qué pasa? Apago la luz del baño y me encuentro con ella en la ventana
que da a la habitación de Gracelyn . Oh. ¡Vaya! Cubro los ojos de Morgan.
Papá… Me quita la mano . Soy una chica.
No hay señales de Gabe, pero Gracelyn está abajo del balcón de su habitación,
parcialmente escondida detrás de un arbusto ornamental, desnudándose hasta el
sujetador y las bragas. Los mete en una bolsa de plástico, asoma la cabeza del arbusto
para mirar a izquierda y derecha, emerge de la cubierta de hierba y se precipita hacia
el balcón, moviéndose claramente mejor en su tobillo. Después de cerrar la puerta
francesa, tira de las persianas para cerrarlas detrás de ella.
Eh… Eso es todo. Esa es mi mejor reacción.
¿Por qué se quitó la ropa afuera?
No lo sé.
Bueno, cuando llegaron a casa, señaló a Gabe para que entrara por la puerta
de la terraza. Así que voy a ir a verlo. Si veo a Gracelyn, le preguntaré por qué se
desnudó. Salta hacia las escaleras.
¡Morgan! La persigo . No le preguntes sobre eso. Si sabe que la vimos,
podría ser muy embarazoso. No queremos avergonzarla. ¿De acuerdo?
Bien. Lo que sea. No diré nada.
No he tenido ninguna conversación profunda con Gracelyn desde que se
mudaron hace dos semanas. Nos sentamos en las escaleras de su casa o la mía y
vemos a los niños jugar en la playa, normalmente hablando de ellos. No sé lo que
hace, pero no puedo mentir… lo de desnudarse hace unos segundos despertó mi
curiosidad.
Veinte minutos después, dos niños pasan por la ventana delantera hacia la
playa. Plantan una de las sombrillas en la arena, se dejan caer en las sillas de playa
y se cubren con toallas para la playa. Esto es nuevo.
Gracelyn aparece unos segundos después, tomando asiento en el escalón
inferior de mi terraza con su teléfono en la mano. Observo la situación durante unos
minutos antes de abrir la puerta.
Ella me mira de vuelta.
Hola. Puedo vigilarlos si tienes cosas que hacer.
¿Qué es exactamente lo que están haciendo? Me siento a su lado,
recordándome a mí mismo que debo evitar que mi mirada se quede en su cabello.
Es difícil. Lo hago mucho, y puedo decir que ella lo nota porque alisa sus manos
sobre su cabello cuando dejo que mi mirada permanezca demasiado tiempo.
El rostro de Gracelyn se contrae, se le forman pequeñas arrugas en los ojos.
No quieres saber lo que están haciendo.
Es un código para necesito saber.
Cuando me paro para ver lo que aparentemente no quiero saber, me agarra la
muñeca.
Están jugando un juego en la tableta de Gabe.
Empiezo a retirarme de su agarre, y ella aprieta su mano. Nos quedamos
mirando en silencio hasta que me suelta con un profundo suspiro.
Estará rodeada de niños que tienen celulares, computadoras y tabletas.
Según Gabe, la mayoría de las escuelas dan a los niños computadoras o tabletas que
pueden llevar a casa. Si estás planeando enviarla a una escuela pública, mejor
prepárate para que tenga mucha exposición a ello.
Entrecierro los ojos contra el sol para verlos acurrucados bajo las toallas antes
de volver al peldaño junto a Gracelyn.
Lo odio.
Se ríe.
Puedo ver eso.
Miramos fijamente el agua durante varios minutos antes de que me vuelva
hacia ella.
¿Cómo va tu nuevo trabajo?
Se pone rígida, manteniendo la mirada en el agua.
Bien. Gracias.
¿A qué te dedicas?
Eh… Se muerde el interior de la mejilla durante varios segundos .
Trabajo en una cli… bueno, un salón.
¿Haces el cabello?
Más mordiscos en las mejillas antes de una lenta inclinación de cabeza.
Sí.
¿Es eso lo que hacías en Idaho?
No. Se ríe un poco . Trabajé en ventas. Anuncios en la radio.
Ahora estás haciendo lo que fuiste capacitada para hacer. Eso tiene que ser
gratificante.
Otra pausa y una lenta inclinación de cabeza.
Sí. Fui capacitada para hacer este trabajo. ¿Y tú? Mueve su cuerpo para
enfrentarse a mí . ¿Volverás a ser profesor este otoño?
Probablemente no este otoño. He estado trabajando en un libro, y puede que
vea la posibilidad de publicarlo.
¡Vaya! ¿De qué trata tu libro? ¿Anatomía?
No. Me río . Se trata de mi vida. Pasé mucho tiempo escribiendo un
diario cuando viajamos, así que escribí sobre mis experiencias. La primera mitad del
libro cubre cosas que pasaron antes de que Morgan naciera, y la segunda mitad es
sobre nuestras aventuras.
¿Una historia de un padre soltero?
De algún modo. Es bastante irónico. Nunca he sido un gran lector… por
placer. Más por necesidad. Sin embargo, cuando decidí que quería que Morgan
experimentara la vida y aprendiera lejos de Internet, tuve que dar un buen ejemplo.
Así que empecé a leer por placer.
¿Pero tienes un teléfono?
Sí.
¿Y solo lo usas para hacer llamadas? ¿No hay correo electrónico? ¿No hay
redes sociales? ¿Juegos? ¿Fotos?
Lo uso para tomar videos y fotos.
¿No estás en ninguna red social?
Sacudo la cabeza.
Estoy… Gracelyn inclina la cabeza, estrechando los ojos . Creo que tengo
envidia. Y estás mirando mi cabello otra vez.
Cielos… Cierro los ojos, arrugando la nariz . Lo siento.
¿Ayudaría si me pongo un sombrero?
No. Sonrío, descansando mis antebrazos en mis rodillas mientras desvío
mi mirada al suelo . Mi esposa…
¿Tu esposa?
Sí. Cuando conocí a mi esposa, ella tenía tu cabello. El largo, el color, las
iluminaciones… o rayas como yo las llamaba.
Puedo cambiarlo. He estado pensando en hacer un cambio.
Eso sería genial. Gracias.
Moviendo mi mirada hacia los niños, espero que responda, trabajando duro
para contener mi sonrisa. Por el rabillo del ojo, veo su mandíbula colgando y sus
ojos sin parpadear.
Es… Se aclara la garganta … ¿hay algo más que pueda hacer para que su
tiempo aquí sea menos estresante, profesor Hunt? ¿Ropa diferente? ¿Un tono
diferente de brillo de labios?
Con el puño en la boca, resoplo una risa.
Estoy bromeando.
Imbécil. Ella me empuja el brazo y me balanceo un poco hacia el lado.
Bueno, te ofreciste.
Estaba siendo amable.
¿Ofreciendo algo que realmente no ibas a hacer?
Gracelyn frota la sonrisa de su cara.
Yo estaba siendo… Tamborilea con los dedos sobre sus labios …
agradable. Amable.
Una mentirosa. Le doy un empujón en la pierna con la mía.
No esperaba que me dijeras que era mentira. ¿Alguna vez alguien te ha
llamado grosero?
Nunca. Sonrío.
¡Papá! Morgan tira la toalla de su cabeza y corre hacia nosotros . ¿Puede
Gabe quedarse a cenar?
¿Por qué? Le quito la arena de la mejilla.
No puedo decírtelo. Solo di que sí.
¿Por qué? La agarro y la abrazo de vuelta a mi pecho, acariciando mi rostro
barbudo en su cuello.
Trata de escabullirse de mi abrazo.
¡Papá! Se ríe . ¡Para! Solo quiero que Gabe se quede a cenar.
Gabe camina por la arena, llevando las toallas y el paraguas.
Quiere que la haga un avatar en este juego.
¡Gabriel Guacamole! Te dije que no dijeras nada o mi padre diría que no.
¿Guacamole? preguntamos Gracelyn y yo al mismo tiempo.
¡Mala suerte! grita Morgan . Ambos dijeron guacamole al mismo tiempo.
Gabe pone los ojos en blanco.
Ella cree que mi apellido suena como guacamole.
No es agradable, Morgan. Entrecierro los ojos hacia ella.
Es solo por diversión. Él llamó al señor Hans Huge Hands. Y el señor Hans
llama a Gracelyn Elvis. A veces me llama Mocosa, lo cual es asqueroso porque
escuché a Rocco decir que le salió de eso en sushi en mal estado. Básicamente, me
llamas la palabra con M que termina en IERDA, cuando me dices Mocosa . “sí que
Gabriel Guacamole no puede ser malo, papá. Nos encanta el guacamole. ¿Verdad?
He creado un monstruo. Un monstruo de diez años, demasiado listo para su
propio bien. Gracelyn se cubre la boca para ocultar su sonrisa, pero no dejo de notar
sus hombros rebotando en una risa silenciosa.
Gabe se encoge de hombros.
Me gusta el guacamole. Está bien. Pero ten cuidado… pensaré en un nombre
para ti. Le dispara a Morgan una mirada maligna que hace que la sonrisa de su
rostro aumente al cien por ciento.
Ahora, solo necesitamos encontrar un apodo especial para tu padre.
Gracelyn enrosca sus labios, entrecerrando los ojos hacia mí . Mmm…
Nate. Ese es su apodo. No es divertido, pero solo deja que ciertas personas
lo llamen Nate. ¿Pueden llamarte Nate? Morgan se planta en mi rostro, aspirando
el oxígeno y mirándome con ojos saltones . ¿Eh? ¿Eh? ¿Pueden?
No. Nathaniel es mejor.
Bueno… Gracelyn se pone las manos en las piernas justo antes de ponerse
de pie . Será Nate. Me guiña el ojo . Hasta que pueda encontrar algo aún mejor.
Genial. ¿Cómo es que dos personas adultas se enredaron con apodos
infantiles? ¿Y por qué me da placer saber qué pensará tanto en mí y en mi apodo?
Tal vez porque me recuerda a mi esposa. Y extraño a mi esposa. Ese hueco se siente
tan vacío hoy como se sentía hace una década. No quiero pasar mi vida de luto, pero
tampoco quiero reemplazar su espacio en mi corazón. Se lo di a ella. Siempre será
suyo.
Entonces, ¿sí o no a que Gabe se quede a cenar?
A mi hija le gusta ponerme en un aprieto. Necesitamos discutir su pobre
etiqueta social. Estoy seguro de que me hará ganar unos cuantos ojos en blanco y tal
vez incluso un como sea o dos.
Bien. Gabe puede quedarse a cenar, pero no quiero que esto se convierta en
horas mirando una pantalla. Tenemos juegos a los que pueden jugar que no implican
mirar una pantalla.
“burrido… Morgan frunce el ceño a Gabe, pero él solo asiente lentamente.
Me gustan los juegos. Solíamos jugar juegos en la víspera de Año Nuevo.
Solo dices eso porque siempre puedes estar en tu teléfono. Algunos de
nosotros no tenemos teléfonos murmura.
De nuevo, Gracelyn se ríe, enmascarándolo como una tos.
Lo enviaré a casa a las ocho digo.
Gracelyn asiente.
A las ocho está bien.
¡Nueve, papá! Son vacaciones de verano.
Toda tu vida han sido unas vacaciones de verano, Mocosa.
Levanto una ceja.
Entonces no es justo. Vamos, Guac, podemos jugar el juego en tu tableta
hasta que papá termine de hacer la cena. Sube las escaleras y él la sigue como un
animal manso. El chico tiene tiempo para crecer un par de pelotas, pero será mejor
que empiece si tiene la intención de enfrentarse a todas las Morgan de fuerte
voluntad en el mundo.
¿Alguna alergia que necesite saber? pregunto después de que los niños se
escapen a la casa.
Los ojos de Gracelyn se abren de par en par.
Mmm…
¿Eres la tutora de Gabe ahora y no sabes si tiene alguna alergia?
Bueno, todavía está vivo, y hemos tenido muchos tipos de comida: trigo,
lácteos, nueces, mariscos. Creo que está bien. Siéntete libre de preguntarle. Hazme
saber si te revela alguna alergia. Tomaré nota de ello para futuras referencias.
Tú… Sacudo la cabeza pero no puedo ocultar mi sonrisa … están locos.
Loco del bueno, ¿verdad? Se pone en marcha y vuelve a casa.
¿La locura es buena alguna vez? digo en voz alta tras ella.
Es la única clase que es buena. Buenas noches, Nate.
Gracelyn
odría estar fuera de mi juego si tuviera uno, lo cual no sé, pero estoy
segura de que Nate estaba coqueteando conmigo la semana pasada
cuando Gabe se quedó a cenar. Sin embargo, si eso fuera cierto,
entonces me habría invitado a quedarme a cenar también… ¿Verdad?
No importa. Es todo lo que necesito recordar. Prohibición de hombres. ¿A
quién le importa si está coqueteando? No tengo ningún deseo de corresponder.
Bueno, eso no es cierto. Me alejé balanceando mi trasero como un péndulo. La frase
exacta es: No tengo ningún deseo de estar en una relación nunca más.
Tres strikes.
Estoy fuera del juego.
Muerte.
Infidelidad.
Gallina.
Suena como un granjero volviéndose vegetariano. No. Es la historia corta de
mi vida amorosa, que es una larga historia que se extiende por más de veinte años.
¿Te importa si te pregunto por qué no estás casada? El señor Hans mete
un burrito de desayuno en el microondas mientras preparo café y hago huevos
revueltos para Gabe.
Desafortunada en el amor. Sonrío, revolviendo los huevos en la sartén.
¿Significa eso que nunca has estado enamorada?
No. He estado enamorada tres veces.
¿Y te han roto el corazón tres veces? Saca su burrito del microondas y se
sienta en la mesa de la cocina junto a la ventana.
Se podría pensar así, pero en retrospectiva, solo me han roto el corazón una
vez. ¡Gabe! llamo por la escalera.
Corre abajo, agarra su plato de huevos y tostadas, y vuelve a subir.
Buenos días a ti también murmuro.
El señor Hans se ríe de Gabe mientras me siento a la mesa con mi café y
tostadas con mantequilla.
¿Eres bueno guardando secretos?
Creo que sí. Hace una pausa en su movimiento de cortar y me mira.
Escucho gente muerta… bueno, solo una. Escucho a una persona muerta. O
solía hacerlo. Ha estado callado últimamente, pero fue un infierno para mi vida
amorosa.
Si es Elvis Presley, me habrás alegrado el día entero.
Sonrío.
Siento desilusionar. Brandon Alan, mi primer y verdadero amor. Murió de
una enfermedad cardíaca congénita cuando tenía veintidós años. Pasó su último año
en la lista de trasplantes. No hubo suerte. Lo conocí cuando él tenía once años y yo
diez.
El señor Hans sonríe y yo también.
Sí. La edad de Gabe y Morgan. Una locura, ¿verdad?
Conocí a mi esposa cuando ni siquiera teníamos edad para gatear. Nuestras
madres eran las mejores amigas. Me llevó diecisiete años convencerla de que yo era
su alma gemela. La terca pensó que tenía que salir con todos los hombre menos
conmigo para asegurarse de que no se perdía nada mejor. ¿Puedes creerlo?
Sonrío, sabiendo que tiene al menos dos dedos del pie que salen de los agujeros
de sus calcetines mientras hablamos.
Inimaginable.
Así que este tipo Brandon, ¿lo escuchabas?
Sí. Bueno, no lo he hecho en años, pero creo que es porque no he salido con
nadie en años. Solo me habla cuando estoy en una relación. Y antes de que me
denuncies a los servicios sociales como una tutora no apta para Gabe, déjame decir
que sé que no es realmente su voz. Es esta parte sobrante de su espíritu dentro de
mí. Es mi conciencia disfrazada de él.
Termina de masticar y se limpia la boca con un pañuelo. He notado que usa un
pañuelo para todo.
Me gusta más la escena en la que su fantasma te habla que cuando tú finges
que no es realmente su voz.
Una sonrisa irónica se desliza por mi rostro mientras rompo mi tostada en
pequeños pedazos, poniéndolos en mi boca con la misma precaución que mi
confesión.
A mí también me gusta. Es como si estuviera conmigo.
Margie no me habla, pero dijo muy pocas palabras incluso antes de morir.
Miradas… ella me daba miradas. La mayoría eran ceños fruncidos, pero
ocasionalmente sonreía con las mejillas rosadas, agitando sus pestañas hacia mí
como lo hacía cuando éramos más jóvenes. ¿Cuántas personas pueden decir que han
conocido al amor de su vida durante toda su vida? Nacimos con un día de diferencia,
casi al minuto exacto.
Me gusta esta historia.
¿Quién es el mayor?
Bueno, yo por supuesto. Ella murió.
Sacudo la cabeza y sonrío.
Ya sabes lo que quiero decir.
Ella era un día mayor, y tampoco dejé que la vieja murciélago lo olvidará.
Me duele el rostro por el tamaño de mi sonrisa.
Me encanta eso. Brandon y yo estábamos locos, y él era tan intratable.
Siempre gastándome bromas. Me avergonzaba mucho, pero solo éramos nosotros.
Inventó mi juego, siempre buscando una mejor venganza Suspiro, dejando que mi
sonrisa se desvanezca . Justo antes de morir, dijo: Tú ganas, Grace. Ahora ve a
buscar otro digno oponente . Qué imbécil. Tenía que ser increíble hasta su último
aliento, lo que claramente lo convertía en el ganador. Y creo que lo sabía muy bien.
Eso fue hace veinte años, y todavía escucho esas palabras como un eco eterno.
Hay un buen hombre en la casa de al lado que podría ser un buen compañero
para ti. Un viudo. Bien parecido. De edad apropiada.
No. Me levanto, tirando mi tostada a la basura y rellenando mi taza de
café . Ya he terminado. No más hombres para mí. No más citas. No más catástrofes.
Tengo cuarenta y un años y ya… he terminado.
Oh, Elvis, te queda más de media vida. ¿Realmente vas a pasarla sola?
Apoyándome en el mostrador, me tomo mi café.
No. Me quedan al menos ocho años con Gabe. Más allá de eso, no puedo
imaginarme necesitar nada más que un carné de biblioteca y dos o tres gatos.
Mientras mis padres sigan vivos, los tendré. Hago amigos con bastante facilidad…
incluso podría mudarme a Idaho donde viven la mayoría de dichos amigos.
Oh, Dios… no puedes hablar en serio. ¿Libros, gatos e Idaho?
Mmm… Me froto los labios . Suena increíble, ¿verdad?
Tres golpes en la puerta me hacen saltar, apretando la faja a mi bata.
¿Compañía? Me estremezco, pensando que podría necesitar llevar mi
trasero arriba.
Una entrega. Me imagino. Se desliza lentamente desde la silla y se arrastra
hasta la puerta . Buenos días.
Vacío el resto del café en el fregadero y enjuago mi taza.
Entra. ¿Puedo traerte un poco de café?
¿Espera? Me congelo. ¿A quién invita a entrar en la casa? No puedo llegar a las
escaleras desde la cocina sin pasar por la puerta principal.
Claro. La voz de Nate.
Mi cuerpo entra en modo de pánico. Estoy atrapada en una bata corta de tela
de felpa con conejos y una capucha. Sí, tengo una capucha con orejas de conejo. No
me hagas empezar con mi cabello que seguramente tiene una fiesta en la parte de
atrás.
¿Dónde está la señorita Morgan? pregunta el señor Hans.
Tomando una ducha.
Unos segundos antes de que los dos hombres entren en la cocina, me lamo las
manos y me peino la parte posterior de mi cabello.
Elvis, mira quién se une a nosotros para el café.
Antes de que Nate entre en la cocina, tengo un segundo para lanzarle al señor
Hans un ceño fruncido.
B-buenos días. Nate se tropieza con sus palabras mientras sus cejas
permanecen atentas, mirando fijamente mi bata.
Conejos. ¿Y qué? Mis hombros se deslizan hacia atrás, la barbilla
simultáneamente se inclina hacia arriba para demostrar que tengo confianza en mi
propia piel y en una bata de conejo.
Buenos días. Iba a subir a ducharme.
El señor Hans le da a Nate una taza de café mientras mi confianza se tambalea
bajo la amplia sonrisa de Nate.
¿No trabajas hoy? pregunta Nate.
Me aclaro la garganta.
Esta tarde.
¿Cómo se llama el salón? Necesito un corte.
Es solo para mujeres.
Él entrecierra los ojos.
Nunca he oído hablar de eso. ¿Pueden hacer eso?
Eh… sí. Han existido barberías solo para hombres durante años.
Bueno, eso es un fastidio. Esperaba que pudieras cortarme el cabello.
Lo siento. Me encojo de hombros.
Tengo tijeras y pinzas. Margie solía cortarme el cabello. Elvis puede cortarte
el cabello en tu casa o aquí mismo en mi cocina. Incluso tengo una capa.
¡Genial!
¡No! protesto contra el genial de Nate.
Se ríe.
Te pagaré.
Vamos, Elvis, córtale el cabello al tipo. Te ayudó a mudarte. Es lo menos que
puedes hacer.
Ya no me gusta el señor Hans. No, en absoluto.
Solo un pequeño recorte alrededor de las orejas y en el frente. Nate se pasa
las manos por el cabello.
Dios… es sexy.
Me imaginé que lo estabas dejando crecer para ponerlo en una cola de
caballo. Sonrío como si quisiera decir eso en voz alta.
Nate bebe su café y se sienta a la mesa con el señor Hans.
¿Por qué haría eso?
Porque así es como Jamie Fraser lleva el cabello, excepto cuando está en la
cama, haciendo cosas muy sexys para… sacudo la cabeza, tratando de borrar los
pensamientos ridículos que aparecen en ella.
No hay razón. Me voy a duchar. No sabía que vendrías a tomar un café.
Vine a pedir prestadas unas cuantas herramientas dice Nate.
El café primero. El señor Hans sostiene su taza y Nate la golpea, como dos
tipos en un bar.
Saco mis pies descalzos de la cocina, sin ganas de brindar por nada en mi corta
bata de conejo.
No te preocupes por mi cabello. Si no te sientes cómoda haciéndolo,
encontraré a alguien más.
Mi cuerpo se detiene a pesar de que mi cerebro me dice que diga educadamente
bien y siga moviéndome. No. Yo no soy así. Me ofende que esté insinuando que
no puedo cortarle el cabello.
Una estilista corta el cabello.
Cree que soy una estilista.
Debería poder cortarle el cabello.
Mañana por la mañana. En tu casa. Me gusta mi café negro. Continúo
subiendo las escaleras, radiante de orgullo durante diez segundos. No es hasta que
estoy detrás de la puerta cerrada de mi dormitorio que me asusto. ¿Qué acabo de
hacer?
Oh, Dios mío.
Oh, Dios mío.
¡OH DIOS MÍO!
Paso el resto de la mañana pegada a la pantalla de mi teléfono, como Gabe,
viendo videos sobre cómo cortar el cabello de los hombres…
Nathaniel
organ y yo pasamos el día nublado escribiendo cartas a amigos
que hemos conocido por todo el mundo, cartas reales con papel y
bolígrafos. Luego ella lee en el sofá mientras yo trabajo en mi
libro, el libro que está escrito a mano en seis diferentes cuadernos
argollados. Es difícil pasar horas escribiendo en una computadora portátil mientras
le predico a mi hija los males de la pantalla todopoderosa.
Ahí va ella de nuevo. Morgan, desde su nido de mantas en el sofá, mira
por la ventana, la que está debajo de la ventana de mi habitación. Se ha convertido
en un evento regular.
Gracelyn y Gabe llegan a casa.
Gabe entra por la puerta de la terraza.
Gracelyn se desnuda hasta quedar en bragas y sujetador detrás de las plantas,
mete la ropa en una bolsa y sube corriendo las escaleras hasta su dormitorio.
No mentiré… no odio exactamente su rutina. Sin embargo, mi curiosidad crece
con cada episodio.
No les has dicho nada a Gabe o a ella, ¿verdad?
Morgan sacude la cabeza.
Dijiste que no queríamos hacerla sentir avergonzada. Tira su libro a un
lado . Voy a ir a ver a Gabe.
Me lo imaginaba. Me quedo enfocado en la ventana como si Gracelyn
siguiera desnudándose. Como si no hubiera tenido sexo en mucho tiempo. Como
si…
¿Crees que sería genial si Gabe fuera mi novio y Gracelyn fuera tu novia…
solo por el verano?
¿Qué? Mi cabeza se mueve en su dirección mientras se pone los zapatos
. N-no. Sacudo la cabeza como el torso de un perro mojado. ¿De dónde sacó esa
ridícula idea?
Se encoge de hombros.
Nunca he tenido un novio. Y tú no has tenido novia desde mamá. Sería
bueno practicar un poco antes de empezar la escuela este otoño.
¿Practicar? Inclino la cabeza a un lado.
Sí. Si consigo un novio en la escuela, no quiero que piense que no sé lo que
hago.
Mátame. Ahora.
Y… Me aclaro la garganta . ¿Qué quieres decir con lo que haces?
Ojos en blanco. Impactante.
¡Solo eso! No lo sé. Gabe puede enseñarme.
¿Enseñarte qué? Me enderezo, dejando caer mi cuaderno y lápiz en el cojín
a mi lado, mi presión arterial en el rango no saludable.
¡Papááááá! No. Lo. Sé. Es como cuando intentas que pruebe algo nuevo para
comer y yo digo que no me gusta. Dices que no puedo saberlo hasta que lo pruebe.
”ueno… necesito probar un novio.
¡No! No lo necesitas.
Abre la puerta y me muestra un gesto amargado sobre su hombro antes de irse.
En sentido figurado.
La puerta se cierra.
Pierdo cinco años más de mi vida.
Y ahora tenemos una situación de novio.
A la mañana siguiente, Gracelyn llega a tiempo con una bolsa de plástico y una
extraña sonrisa. Es más bien un encogimiento, pasando sus dientes por la esquina
de su labio inferior mientras Gabe se deja caer en una de las sillas del porche con su
tableta para esperar a Morgan. La chica que solía prepararse para el día en menos
de cinco minutos ahora tarda cincuenta minutos.
Adelante le digo a Gracelyn, mirando a Gabe. No es que no me guste.
Parece bastante agradable. No estoy seguro sobre él siendo el objeto del afecto de
Morgan, su obsesión . Café. Negro. Asiento con la taza en el mostrador mientras
ella pone la bolsa en la mesa de la cocina.
Gracias. Su mano tiembla cuando se la lleva a los labios.
¿Pasa algo malo? Miro fijamente su mano temblorosa durante unos
segundos más antes de encontrarme con su mirada de ojos muy abiertos.
No. ¿Por qué?
Tu mano está temblando.
Ella estabiliza la taza levantando la otra mano para ayudar a ponerla en el
mostrador.
Estaba un poco nerviosa. No sabía lo caliente que estaba. No quería
quemarme la lengua.
Devuelvo una lenta inclinación de cabeza.
Entonces, ¿quieres mi cabello mojado o seco?
Es mejor que esté seco mientras uso la maquinilla.
Solo lo quiero recortado. No necesito maquinilla a menos que pienses que la
parte de atrás de mi cuello está demasiado peluda.
Sus labios se separan, pero no salen palabras.
Solo córtalo un poco con tijeras para no tener el cabello tapándome los ojos.
El orden es maquinilla y luego tijeras.
Me río.
No quiero que me rapen.
La maquinilla tienen cuchillas de diferentes longitudes. Luce… ¿molesta?
Con los nervios de punta. Es extraño.
Está… bien. Tú eres la experta. Saco una silla y me siento mientras ella
saca el contenido de la bolsa sobre la mesa. Después de enchufar la maquinilla,
inspecciona las cuchillas y una pequeña sonrisa aparece en su rostro cuando me
atrapa mirándola.
Hagamos esto. Empuja una de las cuchillas en la maquinilla y acciona el
interruptor . ¡Oh! Se sobresalta cuando vibra . Eso me hace cosquillas en la
mano.
Quizás debería quitarme la camiseta o ir por una toalla.
¿Qué? Oh… mierda. No. Apaga la maquinilla y agarra la capa doblada
que está junto a la bolsa . Lo siento, me olvidé de la capa. Solo estoy… fuera de mi
elemento.
Pero haces esto para ganarte la vida.
No en las cocinas de la gente. Envuelve la capa a mi alrededor.
Tira un poco del cuello.
¿Demasiado apretado? Ella estrecha sus ojos.
Está bien. Respirar está sobrevalorado.
La maquinilla vuelve a la vida.
Solo un recorte le recuerdo.
Sí, Nate. Guía mi cabeza hacia adelante para que mi barbilla se incline hacia
mi pecho mientras lleva la maquinilla a mi nuca y la mueve hacia arriba . ¡Mierda!
¿Qué?
Apaga la maquinilla.
Mmm… nada. Sabes… creo que usaré las tijeras. Claramente es lo que has
querido que haga. ¿Y sabes lo que dicen?
¿Qué es eso?
Gracelyn desenchufa la maquinilla, metiendo todas las piezas de nuevo en la
bolsa antes de tomar las tijeras y el peine.
El cliente siempre tiene la razón.
Asiento con la cabeza.
Supongo que recibes muchas peticiones de estilos y colores que temes que
no terminarán gustándole al cliente.
Lo adivinaste.
Llené un atomizador por si quieres mojarme el cabello. Está sobre el lavabo
junto a una toalla.
Lo que el cliente quiera. Toma la botella y me moja el cabello… mucho.
Vaya… usaste toda la botella de agua.
¿Demasiada? Frunce su nariz mientras me limpia furiosamente el rostro,
el cuello, la capa e incluso el suelo.
No… me gusta mojado. Me río.
Se detiene, mirándome con las cejas levantadas y las mejillas sonrojadas.
Mi cabello. Me gusta que mi cabello esté mojado. Cuidado con esa mente
sucia, Elvis.
Sus ojos se estrechan.
No tengo la mente sucia. Solo estaba… mirando tu cabello. Moviendo su
mirada a mi cabello, se adelanta y pasa sus dedos por él, poniendo su pecho a
centímetros de mi rostro.
No me debería gustar su pecho en mi cara, pero lo hace. Al igual que me gusta
verla desnudarse y subir corriendo las escaleras de su balcón. Y la maldita bata corta
de conejo… también me gusta.
Tienes razón. No necesito cortar tanto. No está cortando nada. Solo me está
peinando el cabello con los dedos.
Cierro los ojos porque esto, ella, se siente bien. Por supuesto, he tenido mujeres
cortándome el cabello antes, pero nunca lo han hecho con una pierna entre las mías
y sus pechos tan cerca. No está claro por el momento si está intentando cortarme el
cabello o seducirme.
Ella toma las tijeras y hace su primer corte.
Corte.
Corte.
Corte.
Mantengo los ojos cerrados. Todo lo que hace es lento y suave. Después de
cada pocos cortes, me pasa los dedos por el cabello un poco más. Si este corte de
cabello dura todo el día, me parece bien. No necesito una novia, a pesar de la no tan
brillante idea de Morgan.
Un buen corte de cabello hace mucha magia. Podría optar por cortes más
frecuentes mientras estemos aquí este verano.
¿Por qué la sonrisa? Me saca de mis pensamientos abruptamente.
Enderezo mis labios y abro un ojo.
Nada.
Creo que debería darlo por terminado. Ella retrocede, ladeando la cabeza
para inspeccionar mi cabello.
¿Terminado? Me río . ¿Suena como si te rindieras o alguien murió? ¿Es
eso lo que les dices a todos tus clientes cuando terminas?
¡Oh, Dios mío, papá! ¿Vas a hacerte un mohawk? Morgan entra en la
cocina.
Miro a mi hija por encima del hombro con su cabello alaciado y sus labios
completamente brillosos. En un instante, me arrepiento de haberle dejado que se
comprara el bálsamo para labios con color.
Ningún mohawk. Lamento decepcionarte. Solo un recorte.
Entonces, ¿por qué Gracelyn afeitó parte del cabello en la parte de atrás?
Me estiro hacia la parte de atrás de mi cabeza al mismo tiempo que miro a
Gracelyn de nuevo. Ella hace una mueca cuando mis dedos sienten la franja de
cabello rapado.
¿Qué has…?
Escucha… la cuchilla se aflojó en la maquinilla. Creo que porque son muy
viejas. Volverá a crecer en poco tiempo. En serio. Si usas una gorra en público, no
será gran cosa. Y honestamente el resto de tu cabello es lo suficientemente largo y
ondulado como para que puedas peinarlo para cubrir la mayor parte. O… Su
miedo se convierte en algo parecido a la excitación . Puedes llevarlo en una cola de
caballo. Está totalmente de moda ahora mismo.
Morgan se lleva la mano a la boca y sale de la cocina con los ojos bien abiertos.
¡Gabe! Gracelyn arruinó el… El portazo corta su voz.
Mientras parpadeo sin palabras hacia Gracelyn, ella se muerde los labios,
retorciendo las manos delante de ella.
Lo siento tanto. Esto nunca había sucedido antes. Solo dime qué quieres que
haga.
”ueno… arréglalo.
Puedo llevarte a un lugar, pero no volveré a tocar esa maquinilla. No confío
en ella.
Mis labios se separan e intento evitar que mi mandíbula llegue al suelo.
La maquinilla. ¿No confías en la maquinilla?
Me siento terrible.
Mmm… puedo ver eso. Me arranco la capa.
Sus frenéticas disculpas y su rostro angustiado me hacen creer que no tiene
intención de arreglar mi cabello. No estoy seguro de querer que lo intente en este
momento. Gracelyn es muchas cosas en este momento, pero confiada no es una de
ellas.
¿Qué estás haciendo? Retrocede unos pasos.
Voy a cortarme el cabello. Arrojo la capa sobre la mesa y me sacudo los
vaqueros antes de salir de la cocina para buscar una gorra en mi habitación.
Yo… bueno… Me sigue arriba . Me quedaré aquí y vigilaré a los chicos.
No. No lo harás. Reviso media docena de gorras en el cajón de la cómoda.
Por favor, no dejes que esto arruine tu verano aquí. No quiero que Gabe y
Morgan se vean afectados por un mal funcionamiento del equipo.
Gruño una risa, tirando de mi gorra de béisbol hacia atrás para conseguir más
cobertura para la parte de atrás de mi cabeza. Maldita sea… desearía que esta mujer
no se pareciera a mi Jenna. Incluso discute como ella, la cantidad perfecta de
terquedad para equilibrar con su miedo. Cuando nos conocimos, Jenna temía que
cada pequeña pelea acabaría con nosotros.
Estás mirando fijamente mi cabello otra vez. ¿Es tu esposa? ¿O estás
contemplando afeitarme la cabeza mientras duermo? Gracelyn cruza sus brazos
sobre su pecho.
Elimino el espacio entre nosotros, mirándola hasta que traga con fuerza bajo
mi mirada. Me ha estropeado el cabello. Me merezco unos segundos de hacerla
retorcerse.
Sí.
Sus labios rosados y rellenos se separan.
Eh… ¿sí, qué? ¿Sí, estás mirando mi cabello y pensando en tu esposa o sí,
estás contemplando afeitarme la cabeza mientras duermo?
Las pecas a lo largo de su nariz y sus mejillas me recuerdan que no es Jenna…
eso y sus pechos más grandes y sus caderas ligeramente más curvadas.
Tengo una estricta prohibición de hombres dice con voz entrecortada.
Es hermosa. Mi habilidad para estar tan cerca de ella y pensar eso sin sentirme
culpable significa que no soy un hombre roto. Estoy fuera de mi elemento, fuera de
práctica y tal vez un poco fuera de mi mente.
¿Qué es una prohibición de hombres?
Otra vez traga con fuerza.
Significa que me he retirado de las citas y de los hombres en general.
¿Y me dices esto porque…?
Después de mojarse los labios, los frota entre ellos.
Porque estás parado muy cerca de mí.
Sonrío y doy un largo paso hacia atrás.
¿Mejor?
Sus hombros se relajan.
Mejor.
No he salido con nadie desde que mi esposa murió. Así que no interpretes
nada de lo que hago como una amenaza a tu prohibición de hombres. Y si soy honesto,
un mal corte de cabello no hace que me emocione.
Se rasca la garganta, torciendo los labios hacia un costado.
Parecías disfrutarlo hasta que Morgan señaló el pequeño defecto. Escuché
varios suspiros de satisfacción e incluso un breve tarareo.
Frotándome la boca, escondo mi sonrisa.
Bien. Estaba bien hasta que no lo estuvo. Ahora, tengo que ir a arreglarlo, lo
que probablemente implique perder la mayor parte de mi cabello. Mmm… eso no
suena increíble. Suspiro después de mi tarareo para hacerle saber que no todos los
suspiros y tarareos son buenas señales.
Pero… sí disfruté de sus dedos en mi cabello. ¿Valió la pena? Eso está por ser
determinado. Tomaré esa decisión cuando me mire al espejo esta noche antes de
irme a la cama.
¿Mencioné que lo siento mucho? Enrolla su cabello detrás de su oreja y
frunce su nariz pecosa.
Paso por un costado de ella y me dirijo hacia las escaleras.
Sí. Has sido muy generosa con las disculpas y la gratitud. Eres eternamente
bienvenida y lo más probable es que siempre te perdone. ¿Cuánto más podrías
estropear en las próximas ocho semanas?
Por favor, no lo digas así. Me sigue a la cocina . Es mucha presión para
que sea perfecta. Podrían pasar muchas cosas en ocho semanas.
Me río mientras barro el desastre de cabello. “unque… no es mucho más que
esa tira inicial de cabello en la parte de atrás de mi cabeza. ¿Qué cortó con las tijeras?
Como si pudiera leerme la mente, Gracelyn toma de la mesa la bolsa llena de
suministros para el cabello y me muestra una sonrisa nerviosa.
Le prometí a Gabe que lo llevaría a ver a su amigo hoy. Se retira unos
pasos . Entonces… yo… Su pulgar hace un gesto sobre su hombro … solo voy
a irme.
Bien. Vacío el recogedor en el bote de basura debajo del fregadero.
No tienes que agradecerme por mi tiempo.
De espaldas a ella, me congelo, con los ojos entrecerrados. ¿De verdad acaba
de decir eso?
Pero aun así te agradeceré por el café. “sí que… gracias por el café.
Me vuelvo lentamente hacia ella. Ella desliza sus manos en los bolsillos traseros
de sus deshilachados shorts. Mantengo mis labios neutrales, pero por dentro tengo
la más grande sonrisa que se abre paso hasta la superficie. La felicidad viene en
pequeños paquetes. No es tanto un estado de ánimo, sino un momento.
En este momento, quiero borrar esa sonrisa de su rostro. Arruinó mi cabello.
Al mismo tiempo, quiero mirarla, intentar entender las pequeñas cosas como…
desnudarse afuera y meterse la lencería en los bolsillos. Ha pasado mucho tiempo
desde que tuve algún tipo de deseo por entender a una mujer.
De nada. La sonrisa se abre paso a lo largo de mi rostro como el sol
ardiendo entre las nubes. No puedo detenerla. Normalmente, puedo detenerla. Todo
lo que tengo que hacer es pensar en Jenna y cuánto la extraño o en Daisy, mi mejor
amiga que murió cuando éramos niños.
Hoy no. Gracelyn se gana esta sonrisa de mí y no tiene ni idea del gran avance
que es esto en mi vida.
Bueno, de nada para ti también. Estrecha un poco los ojos.
Sí, Elvis… sé que estás pescando un agradecimiento de mi parte, pero no siento
la gratitud por el corte de cabello en este momento.
Mientras me ajusto la gorra como un recordatorio de lo que sucedió esta
mañana, su mirada revolotea de mi mano haciendo el ajuste a mis ojos no
parpadeantes.
Aclara su garganta.
Bueno… nos vemos por ahí. Girando sobre sus talones, sale corriendo de
la casa, dejándome con esta ridícula sonrisa.
No puedo esperar a verla por ahí. Si puedo hacer una petición específica, me
gustaría ver más de su rutina después del trabajo y menos de ella con la maquinilla
en la mano.
Gracelyn
unca lo he visto así. Ni siquiera lo reconozco. La voz
de Morgan flota a través de las paredes delgadas.
Tomo mi teléfono de la mesa de noche para ver la
hora. Faltan unos minutos para las ocho de un sábado
por la mañana. ¿Ya no duermen los niños? Solía dormir los fines de semana cuando
tenía su edad. Las más de tres décadas que tengo sobre ellos no cambian mi deseo
de dormir el fin de semana.
Se parece a alguien en el ejército. Quiero decir… tiene cabello, es realmente
muy corto continúa Morgan sin usar su voz de biblioteca.
Me apresuro a sentarme, pasándome las manos por el cabello. El corte de
cabello del fiasco de ayer.
¡Mierda! Tuvieron que cortar el cabello de Nate… por mi culpa. De eso es de
lo que ella está hablando; tiene que ser de lo que ella está hablando.
Poniéndome shorts y una camiseta en un tiempo récord, abro la puerta del
dormitorio.
Hola, Gracelyn. Morgan sonríe desde su lugar habitual en el sofá de cuero
marrón al lado de Gabe. A ella le gusta verlo jugar videojuegos y hablarle. Creo que
en el fondo le gusta, pero lo está haciendo bien.
¿Gabe? Me ignora. Su comportamiento habitual en la mañana cuando está en
la zona. No puedo esperar a que comience la escuela, así no me siento tan mal
dejándolo jugar todo el día.
Buenos días, Morgan. Le devuelvo una sonrisa.
Traté de decirle que se pudriría el cerebro y que debería tomarse un descanso
y dejarme jugar un poco. Morgan pone los ojos en blanco.
Gabe no reacciona.
Me acomodo en el sillón reclinable al lado del sofá, metiendo las piernas debajo
de mí.
No creo que tu padre quiera que tengas un turno para pudrir tu cerebro.
“migo… Gabe suspira sin apartar los ojos de la televisión . Puedo oírte.
No me estoy pudriendo el cerebro.
Le guiño un ojo a Morgan y ella se ríe.
¿Qué está haciendo tu padre? Tengo que preguntar.
Acaba de llegar a casa de trotar, así que probablemente esté en el porche
haciendo flexiones y cosas así. Espera hasta que veas su cabello. ¡Se fue! Todo se ha
ido.
Me estremezco.
”ueno… tuerce la boca … no todo se ha ido literalmente. Es muy corto.
El tipo que lo arregló dijo que no tenía más remedio que dejarlo corto después de
que arruinaste en la parte trasera. Él dijo… espera… Se cubre la boca con la
mano . No importa.
¿Dijo qué? Inclino mi cabeza, abrazando mis brazos contra mi pecho.
Se supone que no debo decírtelo. Es difícil esconder tantos secretos de ti.
Libero una risa fácil.
¿Tantos secretos? ¿Cuántos secretos me ocultas?
Con los ojos muy abiertos, Morgan se muerde los labios y se encoge de
hombros.
Si compartes uno o dos de esos secretos conmigo, Gabe te dejará jugar eso
durante quince minutos.
No. No lo haré. Gabe niega mi promesa.
Sí. Lo hará. Si quiere que lo lleve al parque más tarde para jugar a Fishy con
sus amigos, te dejará tener un turno.
¿Fishy? Morgan dirige su atención a Gabe . ¿Qué es Fishy? Puedes
invitarme. Amo los juegos.
¿Qué dijo tu papá que se supone que no debes decirme? Realmente no me
importa Fishy. Quiero saber los secretos de Nate.
Solo cosas para no hacerte sentir mal. Dijo que está bien guardar secretos si
es para proteger los sentimientos de alguien.
No tienes que proteger mis sentimientos. Puedo soportarlo.
Bien. Suspira . Pero no le digas que te lo dije.
Hago una X sobre mi pecho.
Dijo que siente lástima por tus clientes si alguna vez tienes que usar las
tijeras. El chico que le cortaba el pelo se echó a reír. Cuando papá notó que lo
escuché, dijo que no lo repitiera. Dijo que no debería haberlo dicho, pero creo que
ese es el código para decir que no cree que debería haberlo dicho frente a mí. Como
cuando usa una palabrota.
Por supuesto, él y algún otro tipo disfrutaron de una risa en mi nombre. Tan
típico.
¿Eso es todo? ¿Eso es lo que le preocupaba que me dijeras?
Su nariz se arruga.
Bueno, tal vez otra cosa. Él piensa que te haría sentir mal si supieras que te
vemos desvestirte cuando llegas a casa del trabajo.
¿Qué? Gabe hace una mueca sin apartar la vista de la pantalla.
¿Mal? No. No me siento mal. ¿Avergonzada? Seguro. Es bastante vergonzoso.
Siempre miro alrededor antes de hacerlo. Y lo hago lo más rápido posible. El lado
de la casa no es visible para tanta gente, excepto Morgan y Nate con las dos ventanas
que dan a mi balcón. Siempre me aseguro de que no estén mirando por la ventana.
Te vi primero y se lo dije a mi papá. Me cubrió los ojos, pero dije ¡Papá!
¡También soy una chica! . Pone los ojos en blanco.
Frotando mis labios, asentí lentamente.
¿Se cubrió los ojos?
Sacude la cabeza.
Le diré que cierre los ojos si vuelve a ocurrir.
Gabe lanza el controlador del juego sobre el regazo de Morgan y se levanta.
Voy a tomar el desayuno.
Mientras lo sigo bajando las escaleras, me mira.
¿Por qué no cierras las persianas? Mi mamá se olvidó de cerrar las persianas
una vez que estaba en el baño, y mi papá la vio desnudarse para meterse en la ducha
cuando estacionó en el camino de entrada. No estaba feliz.
Puedo ver eso. Kyle era un poco posesivo con Emily. La buena noticia para mí
en este momento, si puede haber buenas noticias después de la confesión de
Morgan, es que Gabe cree que me desnudo en mi habitación con las persianas
abiertas, no afuera bajo el balcón.
Buenos días. ¿Morgan los despertó a ustedes dos? pregunta el señor
Hans . Me despertó. Sirve una taza de café.
Sonrío.
Esta generación no duerme.
Esto funciona. Gabe toma una bolsa de papas fritas del mostrador y se
dirige hacia las escaleras.
De ninguna manera, amigo. No vas a comer patatas fritas en el desayuno.
Le quito la bolsa de la mano cuando vuelve a la cocina.
Bien. Huevos con queso.
Nos hemos quedado sin huevos. Tengo que decepcionarlo nuevamente.
Bien. Entonces me comeré las patatas fritas.
Empujo la bolsa detrás de mí cuando va a buscarla otra vez.
Tengo unos huevos cocidos en la nevera. Hervidos y en escabeche. Sírvete.
Mmm… no, gracias. La cara de Gabe se contrae con disgusto.
¡Ve a pedirle huevos a mi papá! ¡Comimos anoche! Morgan escucha a
todos y todo. Es un poco espeluznante.
Asiento hacia la puerta.
Ve y pide prestados dos huevos y dile que los reemplazaré esta tarde.
¿Puedes hacerlo, por favor? Si no regreso arriba, va a estropear algo en mi
juego porque no tiene idea de lo que está haciendo.
¡Escuché eso! dice Morgan.
Le devuelvo la expresión exasperada que generalmente me da. No hace nada.
Gabe se da vuelta y corre escaleras arriba.
Pregúntale si ha terminado con mi buscador de gemas agrega el señor
Hans.
Bien. Iré a peinarme y cepillarme los dientes.
Se ríe.
¿Por qué? ¿Vas a besarlo?
¿Qué? Estrecho mis ojos hacia él.
Tu cabello está bien. Y a menos que te acerques a él, no olerá tu aliento.
No lo estoy besando.
En la vida real.
No puedo controlar lo que sucede mientras duermo. Es posible que Nate tenga
un acento escocés en mis sueños.
Mis zapatos están arriba. Tengo que ir allí de todos modos.
Por supuesto. Sonríe antes de tomar su café.
Te lo dije, no estoy interesada en ningún hombre.
Claro, Elvis.
Me doy por vencida en la pelea y me lavo los dientes rápidamente, me lavo la
cara, me recojo el pelo en una pequeña cola de caballo, me pongo desodorante, me
pongo loción en las piernas y me cambio la camisa por una menos arrugada.
No es que me haya cambiado a lencería sexy. “demás… ya la ha visto.
En lugar de enfrentarme nuevamente al entrometido señor Hans, salgo por mi
habitación y bajo las escaleras que él construyó para mí. Toco el marco de la puerta
de cubierta de pantalla de Nate.
¡Adelante! dice en voz alta.
La puerta rechina cuando la abro. Después de quitarme los zapatos de lona,
me acerco de puntillas a la cocina, al menos creo que de ahí acaba de salir la voz de
Nate.
Buenos… ¡vaya! Echo la cabeza hacia atrás.
Nate me da una sonrisa forzada mientras termina de hacer flexiones en una
barra asegurada en la puerta entre la cocina y la sala de estar.
Sin camisa.
Sudoroso.
Bronceado.
Pantalones cortos de ejercicio.
Músculos por días.
Y… cabello terriblemente corto.
Tu cabello susurro.
Termina cinco dominadas más y cae al suelo. Limpiándose la cara con una
toalla blanca, se ríe.
Hank dijo que la sugerencia de la cola de caballo me haría ver como un actor
en una serie de viajes en el tiempo de Escocia. Me aseguró que no querría eso a pesar
de que las mujeres se volvieran locas por eso Así que la única alternativa era dejarlo
realmente corto en la parte de atrás y en los costados. Se revuelve la parte superior
de su cabello, que es un poco más largo, pero no mucho . Me dejó un poco de
cabello en la cima.
¿Jamie?
Nate arroja la toalla sobre su hombro.
¿Qué?
¿Implicaba que te parecerías a Jamie de Outlander?
Levanta los hombros lentamente.
Mmm, tal vez. No veo el programa, y él no recordaba su nombre.
¿Qué tiene de malo Jamie? Cruzo los brazos sobre mi pecho.
La mirada de Nate sigue mis brazos, y él sonríe.
Eres una de esas mujeres, ¿verdad? Una sonrisa tira de las comisuras de
su boca.
No sé qué estás insinuando con esas mujeres. Sí, he visto a Outlander. Y he
leído los libros. Es realmente una historia brillante con ricas referencias históricas. El
programa tiene un paisaje impresionante y algunas escenas de batalla bastante
impresionantes.
¿Pero no te atrae este personaje de Jamie?
Escucha, James Fraser es un personaje fantástico. Disfruto viéndolo porque
es un actor excelente.
Hank dijo que su novia mira el programa y está lleno de escenas de sexo
gráficas.
Pfft… lleno es un poco exagerado.
Ya veo. Entonces… ¿qué pasa?
Quito mi mirada de su pecho y estrecho mis ojos.
¿Qué quieres decir?
Estás aquí. ¿Hay una razón? ¿O querías tomar un café conmigo? Tengo calor
en este momento, así que probablemente tomaré un poco de agua, pero te prepararé
un café.
”ueno… Sacudo la cabeza en dirección a mi casa . Los niños están por
allá.
Está bien. No beben café. Déjame ponerme una camisa.
Sí. Por favor, ponte una camisa.
Corre escaleras arriba y yo… está bien, no mentiré. Lo veo correr escaleras
arriba. Luego suspiro, cerrando los ojos y reproduciendo esas últimos cinco
dominadas.
¿Cómo está Gabe? He tenido la intención de preguntar. Nate baja
corriendo las escaleras unos segundos después.
Oh. Está bien. Creo. No estoy completamente segura. Ve a un terapeuta cada
dos semanas, pero no tengo idea de lo que hablan porque no quiere hablar de eso
conmigo.
Es difícil lidiar con perder a alguien, o en su caso, a las dos personas más
importantes en su vida. Quizás tu papel no sea ser su terapeuta. Deja ese papel al
terapeuta real. Deberías dejarte ser su amiga. Su descanso de pensar en ellos o hablar
de ellos. Me da una taza de café y se sienta a la mesa frente a mí con su vaso de
agua, una manzana y un cuchillo.
Es difícil imaginar que cortar una manzana podría sentirse como una lenta
seducción, sin embargo… Nathaniel Hunt con sus manos venosas musculares,
cortando una manzana medio lo es para mí.
Porno de manzana.
¿Qué sigue? ¿Me empezarán a temblar las piernas cuando tome un sorbo de
agua?
¿Honey Crisp? Me ofrece una rodaja de manzana.
Cierro mi mandíbula colgante y me trago la saliva de su pornografía de
manzana mientras renuncio a un pequeño asentimiento y un débil gracias .
Siento lo de tu cabello. Mordisqueo el borde de la rodaja de manzana.
Nate sonríe.
¿Por qué? ¿Se ve mal?
No. Te ves bien, bien, quiero decir… tu cabello, está bien.
Bien Gracelyn. Súper tranquila.
Pausa su vaso de agua a unos centímetros frente a sus labios y me inspecciona
con ojos intensos.
¿Has estado casada alguna vez?
Bueno. Vamos para allá. No lo vi venir tan rápido. ¿Sabe que estoy fantaseando
con él?
¿Es esta una cita? ¿Estamos teniendo una cita de café y manzana?
Casi. Distraídamente paso la manzana por mis labios.
Después de unos segundos, noto que su mirada está fija en la manzana o en
mis labios.
Se me cae de la mano porque me hace cosas raras con una sola mirada. Esto
saca una pequeña risa de él cuando la tomo de la mesa y la meto en mi boca tanto
como sea posible, que resulta ser toda la rodaja de manzana.
Es más manzana de la que puedo manejar, pero ahora he demostrado cuánto
puedo meter en mi boca. ¿Está pensando lo que yo estoy pensando? Dios… espero
que no. Los hombres no pasan por extraños secuestros hormonales en sus cuarentas
como lo hacen las mujeres. ¿O sí?
¿Compromiso roto? pregunta.
Mastico.
Y mastico.
Traga. Traga. Traga.
Mi nivel de asombro está fuera de serie esta mañana. Sacudo la cabeza varias
veces. Luego, asiento con la misma cantidad de veces.
Buena pregunta murmuro con mi mano en frente de mi boca mientras
trago lo último de la manzana.
Suave como el papel de lija más arenoso.
Me dejó en el altar. Así que técnicamente fue antes de casarnos. Doblo los
labios . Supongo que es un compromiso roto.
Maldición. Hace una mueca.
Sí, creo que el ministro susurró la misma palabra justo después de que
Michael cerró los ojos por unos segundos, los abrió, se inclinó hacia adelante, besó
mi mejilla y me susurró al oído Lo siento. Simplemente no puedo , antes de dar
largos pasos fuera de la iglesia.
Vaya… eso es… Se come el último trozo de manzana y sacude la cabeza
lentamente.
Tercer strike. Exhalo lentamente . Fue el tercer strike. Tres hombres me
han aplastado. Me he retirado oficialmente de las citas. Lo llamo una prohibición de
hombres.
Si tiene alguna ilusión de que esta es una cita de café y manzana, creo que acabo
de aplastarla.
¿Sin explicación? Solo ¿lo siento, no puedo?
Es una pregunta complicada que es imposible de responder sin explicar todo.
Nate no quiere escucharlo todo.
Solo esas cuatro palabras. Me encojo de hombros. Es verdad. Eso es todo
lo que dijo Michael. Es lo que hizo unos segundos antes de decir esas palabras lo que
lo dijo todo.
Nate sacude la cabeza y se recuesta en la silla, entrelazando las manos detrás
de la cabeza. Hace cosas bonitas a sus brazos y pecho.
Morgan quiere que encuentre a alguien. Creo que le preocupa que esté solo
cuando vaya a la universidad. No es tan simple. Y creo que puedo mantenerme
ocupado sin encontrar a alguien que me haga compañía. Cuando murió mi esposa,
sabía que Morgan sería la última mujer que amaría. Entonces… Su mirada cae a
la mesa mientras su ceño se frunce.
¿Entonces?
Con un pequeño movimiento de cabeza, murmura:
Nada.
Creo que es un error pensar que todo ser humano necesita tener un ser
significativo para ser feliz.
Sus ojos azules se alzan para encontrarse con mi mirada. Después de unos
segundos, asiente.
Absolutamente.
Es un gran mundo. Mucho que hacer.
Nada. No tengo nada que hacer excepto criar a Gabe y morir con una casa llena
de gatos.
¿Cuántos años tienes? ¿Puedo preguntar eso? Sonríe.
Sí. Me reí entre dientes . Puedes preguntar. Tengo cuarenta y uno.
¿Puedo preguntar tu edad?
¿Cuantos años crees que tengo?
¿Qué? Mi cabeza retrocede . No. No puedes preguntar mi edad y luego
hacerme adivinar tu edad.
Podrías haberme pedido que adivinara tu edad. Esa sonrisa suya es…
peligrosa.
¿Y qué habrías adivinado?
Cuarenta y uno.
Mentiroso. Lo miro de reojo.
Algo delicioso baila en sus ojos. Ha pasado mucho tiempo desde que un
hombre me ha mirado como Nate me está mirando. Mi cuerpo reacciona de una
manera que sabe que no debería reaccionar ante ningún hombre: cálido y
hormigueante en regiones del sur, e incluso las áreas más montañosas de mi cuerpo
han decidido animarse un poco. Tiro de mi camiseta ajustada porque mi sujetador
delgado no parece suficiente para manejar esos ojos azules sobre mí.
Cincuenta. Sonrío.
Las cejas de Nate se alzan en su frente.
¿Cincuenta? Después de unos pocos parpadeos, se acaricia la mandíbula
y la barbilla desaliñadas . ¿Es el gris en mi barba?
Es la expresión de tu cara. No creo que tengas cincuenta años, pero después
de ponerme en el lugar para adivinar tu edad, cincuenta soy yo siendo amable.
Se ríe. Vibra en el fondo de mi vientre, asentándose como un pedazo de pastel
caliente con helado de vainilla.
Cuarenta y seis.
Morgan tiene razón. Necesitas a alguien.
¿Oh, pero tú no? Puedes abandonar el juego, declarar tres strikes y prohibir
a los hombres de tu vida, pero ¿debería seguir jugando?
¿Cuántos strikes tienes? Tamborileo con los dedos sobre la mesa.
Sus labios se fruncen por unos segundos.
Dos.
Ves. Le señalo con un dedo . Tienes una oportunidad más. No dejes que
se desperdicie.
Mmm… si ese es el caso, creo que guardaré mi tercera oportunidad para el
hogar de ancianos.
Me río.
¿De verdad? ¿El hogar de ancianos?
Levanta un hombro y lo deja caer con la misma rapidez.
¿Por qué no? Una mujer más joven, por supuesto. Algún bombón de unos
ochenta años con sus propios dientes y que todavía use lápiz labial rojo.
Mi sonrisa amenaza con romper mi cara.
Yo no. Si tuviera la última oportunidad de usarlo en el hogar de ancianos,
seduciría a un enfermero. Seríamos el tema de todos los chismes, y las demás viejas
me odiarían, siempre frunciéndome el ceño detrás de sus coños.
¿Qué? Nate tose de risa, los ojos muy abiertos, los labios abiertos.
Me río hasta el punto de las lágrimas, escondiendo mi rostro detrás de mis
manos mientras tiemblo de risa y recuerdos.
Mi… Intento recuperar el aliento mientras me limpio las lágrimas de las
comisuras de los ojos . Dios… ha pasado tanto tiempo desde que pensé en eso. Mi
abuela tenía un caminador, del tipo con las pelotas de tenis en las patas traseras.
Después de la cena de Navidad, le pidió a mi hermano Kyle que fuera bueno y que
le agarrara el coño. Resoplo, cayendo de nuevo en un ataque de risa cuando la
expresión de Nate se profundiza con sorpresa.
»Kyle tenía quince años en ese momento. Ella… se sintió tan frustrada con él
porque se quedó allí sentado con la boca abierta, mirando a nuestros padres. La
abuela seguía gritándole a Kyle. ¡Kyle! Espabílate. “garra mi coño. Necesito usar
el baño . Finalmente, mi tía Jean tradujo para la abuela. “parentemente, la abuela
llamaba a su andador su coso, pero también carecía de enunciación de buenas
palabras, por lo que el coso sonaba exactamente como coño.
Nate suelta una carcajada y se lleva la mano con el puño a la boca mientras su
cara se pone roja de risa.
Así que ahora no puedo ver a uno de esos caminadores sin pensar en que la
abuela le grite a Kyle que agarre su coño.
Debe haber quedado marcado de por vida.
Sí. Suspiro . Nunca lo olvidamos. Kyle se rompió la pierna cuando tenía
poco más de veinte años antes de conocer a Emily. Cuando lo vi por primera vez
cojeando con muletas, hicimos contacto visual y frunció el ceño. Luego dijo ¿Sabes
lo que podría usar ahora? Lo miré por unos segundos, pero tan pronto como sonrió,
supe lo que iba a decir. Dijimos un coño al mismo tiempo. Extraño esos días de
reírme de las cosas más locas. Echo de menos…
La mirada de Nate cae sobre mi pecho y la palma de mi mano frotando círculos
sobre él.
A él. Extrañas a tu hermano.
Más lágrimas queman mis ojos, pero ya no son lágrimas de risa.
Sí susurro.
Se vuelve más fácil, pero nunca desaparece. Todavía pienso en tantos
momentos divertidos que compartí con mi esposa. Simplemente no pienso en ellos
con tanta frecuencia. Y cuando lo hago, no me ponen tan triste. Después de traer a
Morgan a casa, me encontré diciendo el nombre de Jenna en voz alta cuando Morgan
hacia algo lindo. Quería compartirlo con ella.
Exactamente… Me peino el pelo detrás de las orejas . Una semana antes
de mudarnos aquí, no pude encontrar el llavero de repuesto para el Land Rover de
Kyle, así que lo llamé. Lo llamé. Llamé. Al. Teléfono. De. Mi. Hermano. Muerto.
¿Qué tan loco es eso? Y no puedo decirte cuántas noches me siento junto a Gabe en
el sofá, viendo una película, y por una fracción de segundo mi mente realmente
piensa Me pregunto si estarán en casa pronto . Porque cuando solía visitarlos,
cuidaba a Gabe para que pudieran pasar una noche solos.
Asiente varias veces, la sonrisa en su rostro se desvanece una fracción como la
mía. Supongo que no hay una manera fácil de hablar sobre esposas y hermanos
perdidos sin que roben algo por el momento.
Está bien. ¿Correcto? La muerte debería robar un pequeño pedazo de felicidad
de los vivos durante aproximadamente la eternidad. Significa que la vida de una
persona significa algo para alguien. Me pregunto si robaré un pedazo de la felicidad
de alguien cuando muera.
Debería volver. ¿Cuánto sabemos realmente sobre el señor Hans? Estamos
aquí y él está solo con nuestros hijos.
Los ojos de Nate brillan.
Mierda. Tienes razón.
Nos paramos al mismo tiempo y nos dirigimos directamente hacia la puerta.
Me pongo mis zapatos de lona, pero Nate no se molesta en ponerse los zapatos.
Eres una mala influencia murmura, siguiéndome por la puerta.
Me doy la vuelta antes de llegar a las escaleras del porche.
¿Yo? ¡De ninguna manera, amigo! Metí mi dedo en su pecho.
Él sonríe, agarrando mi mano y solo… sosteniéndola contra su pecho mientras
reflejamos la sonrisa más contagiosa. La cálida sensación en mi vientre vuelve a la
vida. Ni siquiera me acuerdo de mi prohibición de hombres porque después de
pensar en Kyle y Emily, después de extrañarlos una vez más, necesito este
sentimiento. Una curita temporal en mi corazón.
El pulgar de Nate roza sobre mi muñeca, deteniendo mi aliento cuando una
oleada de piel de gallina me sube por los brazos. Por un segundo, nunca pensaré en
eso otra vez, me pregunto cómo se sentiría besarlo.
Uno.
Está bien… he terminado de pensar en eso.
Deslizo mi mano de la suya y le ofrezco una sonrisa temblorosa justo antes de
dar la vuelta y saltar los escalones del porche.
Mala influencia, mi trasero digo lo suficientemente fuerte como para que
me escuche.
Elvis, tu trasero es muchas cosas, pero una mala influencia no es una de ellas.
Mierda. Mierda. Mierda. ¡Mierda!
Me detengo.
Él se detiene.
Nos quedamos en silencio, una pequeña línea de dos.
El sudor brota de mis axilas, así que sostengo mis brazos cerca de mi cuerpo.
Mierda. “cabo de hacer las cosas incómodas. Yo… lamento decir eso. Solo
salió. Y nada de eso ha salido de mi boca en muchos años. No desde… bueno…
muchos años habla a mi espalda.
Hablo con mis pezones y mi región inferior, diciéndoles que se enfríen.
Quietos. Quieto. Quietos.
Necesito responder. ¿Qué digo? Se siente mal. Me siento como un volcán. Fue
inapropiado
Sin embargo, secretamente quiero bombear el puño en el aire, correr a mi
habitación y hacer un baile extraño que solo haría una joven vertiginosa.
Aclarando mi garganta, obligo a mis piernas a llevarme a la casa.
No es tu culpa que tenga un gran culo.
La mentira más grande que he jamás se dijo. No creo que tenga un gran culo.
Ni siquiera uno bueno. Es adecuado en el mejor de los casos. Sin embargo, no tengo
nada que perder cuando estoy en una prohibición de hombres, así que lo poseo como
si nunca hubiera tenido nada antes de este momento. Y agrego un poco de pavoneo
adicional por si acaso.
Ya era hora. El señor Hans apaga la televisión y se sienta en su silla . Lo
siento, Elvis, no pude evitar que Gabe comiera papas fritas para el desayuno porque
te tomaste demasiado tiempo.
¡Maldita sea!
La mirada de Hugh cae sobre mis manos y luego hacia Nate parado detrás de
mí.
¿No hay huevos? ¿Trajiste mi buscador de gemas?
Girándome para enfrentar a Nate, me estremezco.
¡Oh, Dios mío! Yo… olvidé totalmente mi razón para ir a tu casa. Estabas
haciendo ejercicio… sin camisa, pero no importa eso … y me ofreciste café. Y
empezamos a hablar, y lo olvidé por completo.
En pocas palabras, olvidé más que el buscador de gemas debido a Nate sin
camisa. También olvidé hablar sobre mis incidentes de desnudez.
Entonces… iré a buscar los huevos…
Dos, por favor. Le lanzo una sonrisa con dientes . Te pagaré después de
ir a la tienda más tarde.
Dos huevos y el buscador de gemas.
Le devuelvo un fuerte asentimiento.
Y tú irás a ver a los niños.
Sí, iré a ver a los niños.
Los revisé hace diez minutos dice el señor Hans.
Miro por encima de mi hombro.
Gracias, pero los revisaré de todos modos.
Te preocupa que les haya hecho algo. Chica inteligente. Nunca puedes ser
demasiado cuidadosa.
Me muerdo el labio inferior con los ojos muy abiertos.
”ien entonces. Estoy… señalo las escaleras … voy ahora.
Nate se dirige a la puerta principal mientras me dirijo hacia las escaleras. Tres
pasos adentro, me asomo por encima del hombro. Él todavía está en la puerta,
mirándome.
¿Qué? pregunto.
Sacude la cabeza, esa sonrisa me provoca con todo lo que no dice.
Nada. Nada en absoluto.
Nathaniel
e gusta Gracelyn? pregunta Morgan mientras
construimos un castillo de arena unos días después
del café, la conversación de la anciana y el coño, y el
comentario imbécil y fuera de lugar de mi parte.
La miro por encima de mis gafas de sol que se han deslizado hasta la mitad de
mi nariz. Las conversaciones aleatorias con mi hija son mis momentos favoritos de
todos los días. Me ha encantado nuestro tiempo viajando juntos en los últimos ocho
años. Ningún tema ha sido nunca vetado.
La muerte de Jenna.
Religión.
Sexo.
¿Por qué dos hombres se besaban en el metro de Londres?
Cada encuentro de manifestantes.
Cada persona sin hogar que hemos encontrado.
Hablamos de todo.
La ayudo a darle sentido a su mundo.
Ella me ayuda a darle sentido al mío.
Me cae muy bien Gracelyn. ¿Por qué?
Porque tienes una extraña sonrisa en tu rostro cuando estás con ella.
Sonrío cuando estoy contigo.
Voltea el cubo al revés, pero la arena se desmorona porque no está lo
suficientemente húmeda. Uno de nosotros necesita hacer un viaje al agua para llenar
un balde.
La sonrisa que tienes para mí es diferente.
¿Diferente cómo? Agarro el cubo de agua vacío y camino a través de la
arena hasta el agua.
Morgan me sigue.
Me sonríes como si fuera tu hija. Como si me fueras a amar para siempre.
Como… si tu cara me hubiera sonreído miles de millones de veces.
Me río, llenando el cubo.
¿Y le sonrío a otras personas de manera diferente?
Sí. Todos los demás consiguen tu sonrisa amigable. Está bien, nada especial
a cómo me sonríes. Pero… cuando sonríes a Gracelyn, haces así primero. Morgan
humedece sus labios y se los frota . Entonces sonríes un poco así. Ella intenta
una extraña media sonrisa, pero se ve bastante aterradora . Y finalmente se vuelve
grande… realmente grande, como así. Muestra todos sus dientes, y da más miedo
que la media sonrisa distorsionada.
Sé que no le sonrío a nadie así.
¡Vaya! Llevamos el cubo a nuestro elaborado castillo en el que hemos
estado trabajando durante dos horas . No tenía idea de que eras tan experta en
sonrisas.
Se encoge de hombros.
Sé más de lo que piensas.
Suelto una pequeña risita mientras mojo la arena.
No lo dudo.
Si quieres que Gracelyn sea tu novia, estoy de acuerdo.
Frunciéndole el ceño, detengo mis movimientos por unos segundos.
Te das cuenta de que estamos aquí temporalmente. Por dos meses más.
Entonces nos vamos a casa. Gracelyn y Gabe viven aquí. Se quedarán cuando nos
vayamos.
Papá… Pone los ojos en blanco . Podría ser solo por dos meses. Entonces
podrían escribirse cartas. Tal vez podrían visitarse. La ausencia hace crecer el cariño.
Arrojo arena sobre sus piernas y empiezo a enterrarlos. Se ríe.
¿Puedes actuar de acuerdo a tu edad? Los niños de diez años no dicen cosas
como la ausencia hace crecer el cariño.
¡Detente! Se ríe más cuando empujo tanta arena cómo puedo juntar sobre
sus piernas, arruinando parte de nuestro castillo en el proceso.
La ausencia también hace que el corazón duela. Extrañar a la gente duele.
Cuando vayas a la universidad, seré un viejo destrozado que echará de menos a mi
pequeña.
Se somete a tener la mitad de su cuerpo enterrado en la arena porque está
demasiado ocupada dándome esa mirada, aquella en la que actúa como la madre y
me trata como a un niño.
No me extrañarás tanto si tienes a alguien más.
Con un suspiro, me siento, descansando mis manos en la arena detrás de mí.
Disparates.
¡Grr! Hace un gruñido mientras sale de la arena . Voy a ducharme. El
señor Hans dijo que su nieta vendrá esta noche y se quedará unos días. ¡Finalmente,
otra chica!
Le doy mi mejor sonrisa, aparentemente mi sonrisa de Morgan bien practicada.
Báñate con la manguera antes de entrar en la casa.
Sí, sí… Lleva sus chanclas a un lado de la casa mientras yo recojo los cubos
y las palas.
Frunzo el ceño mientras pongo todo en el porche. Huellas húmedas conducen
a la casa. Se enjuagó los pies, pero no los secó antes de entrar a bañarse.
Buen trabajo, Morgan.
Cuando doblo la esquina de la casa para enjuagarme los pies y las piernas, me
detengo, incluso mi respiración se detiene en mi pecho. No hay señales de Gabe,
pero Gracelyn, de espaldas a mí, se quita la camisa y se quita los vaqueros,
metiéndolos en una bolsa de plástico, deteniéndose el tiempo suficiente para mirar
a través de las plantas de hierba y mirar hacia la ventana para mirar a mi habitación
y la que está justo debajo. Está revisando para ver si alguien la está mirando.
Realmente no debería estar observándola, pero me temo que si me muevo un
centímetro, podría escucharme. Con los zapatos y el bolso en una mano y la bolsa
de plástico en la otra, se apresura a subir las escaleras, pero en el último segundo
echa una mirada más por encima del hombro. A. Mí.
Lanzándome por la manguera, muevo la mirada hacia mis pies cubiertos de
arena, esperando que no se dé cuenta que la estoy mirando. Haciendo movimientos
rápidos con la manguera, me quito el noventa por ciento de la arena de mis pies y
piernas antes de desaparecer en el porche para secarme, sintiéndome culpable. Ella
me atrapó mirándola. No estoy cien por ciento seguro, pero hay un noventa y nueve
por ciento de posibilidades de que tenga problemas para mirarla a los ojos
nuevamente.
¡Ella está aquí! chilla Morgan, pegada a la ventana mientras trabajo en mi
libro desde el sofá.
Tal vez deberías esperar hasta que te inviten antes de ir con ellos.
Papá… solo voy a ver a Gabe. “ctuaré con normalidad con Hunter.
¿Hunter?
Pone los ojos en blanco.
Sí. Así se llama la nieta del señor Hans. Tiene trece años.
No me gusta que solo vayas allí para tener tiempo en la pantalla y con sus
juegos. Desearía que tú y Gabe encontraran algo que hacer como… jugar al frisbee.
Se desinfla en un largo suspiro.
Lo sé, papá. Sé que lo deseas. La puerta se cierra detrás de ella.
Ya la he perdido murmuro para mí mismo mientras vuelvo a mi libro.
Anticipo un par de horas a solas antes de arrastrarla a casa para cenar. Para mi
sorpresa, entra por la puerta menos de veinte minutos después.
El señor Hans y Hunter van a comprar tacos para la cena. Me invitaron a ir.
¿Puedo ir? Por favor, por favor, ¿puedo ir? Sus palabras salen volando de su boca,
dejándola sin aliento.
Pensé que estabas pasando tiempo con Gabe. Me siento y tapo mi
bolígrafo.
Está pasando la noche con un amigo. El señor Hans dijo que tú también
podías venir, pero yo dije que estabas ocupado trabajando en tu libro.
¿Entonces no necesito comer? Levanto mi cabeza hacia ella.
”ien… tú también puedes venir. Lo que sea…
Sacudo la cabeza.
Ve. Que te diviertas. De todos modos, podría usar algo de tiempo lejos de ti.
Ella me da una sonrisa torcida.
Todavía te quiero. Le guiño un ojo
Corre hacia mí y me abraza con el mayor abrazo, tomándome tan desprevenido
que tengo que luchar contra las lágrimas.
Te amo, papá.
Esto es por lo que nunca necesitaré a nadie excepto a ella. Incluso si es una vez
cada pocos meses, un abrazo y un Te amo, papá es todo lo que necesitaré.
Que te diviertas. La beso en la mejilla antes de que vuelva a ponerse los
zapatos y desaparezca por la puerta. Esa fue toda la investigación sobre Hans. Sonrío
por lo lejos que he llegado con ella. Es difícil dejarla ir, centímetro a centímetro, pero
es injusto retenerla. No seré su ancla cuando necesite volar.
Corté un poco de queso y salchicha de pavo y lo coloqué en un plato con
galletas saladas. Cena para uno. La puerta de la pantalla gime cuando la abro para
cenar en la terraza, mirando la puesta de sol. Cuando me agacho para sentarme en
la mecedora acolchada, el movimiento a mi derecha me llama la atención.
Gracelyn, sentada en el columpio del porche del señor Hans con las piernas
extendidas y una copa de vino en la mano, levanta la copa y me sonríe.
Me veo humedeciéndome los labios, tal como Morgan dijo, justo antes de
sonreírle a Gracelyn. Ella no dice nada, yo tampoco. Durante los siguientes diez
minutos más o menos, me concentro en mi cena cursi mientras mi aguda visión
periférica sigue sus movimientos lentos, el columpio se balancea mientras que su
vestido blanco se agita en la ligera brisa.
Justo cuando me convenzo de que debería ser amigable e invitarla, se dirige a
mi terraza.
¿No hay tacos? Sonríe, sube las escaleras con los pies descalzos, las uñas
pintadas de negro como la mitad de su cabello, su copa de vino en una mano y la
botella en la otra.
Nop. Creo que Morgan quería ir sin mí.
Gracelyn se acomoda en la silla a mi lado, trayendo su aroma cítrico con ella.
No estoy seguro si es un perfume, loción o champú, pero siempre huele a naranja
dulce y tal vez a toronja.
Pone la botella de vino en el piso de madera entre nosotros.
“sí que… sobre más temprano y todos los días antes…
Miro mi plato, apilando el último trozo de salchicha y queso en la última
galleta, temiendo hacia dónde se dirige esta conversación.
Se me enreda mucho pelo en el trabajo. Y es desordenado y me da picazón.
Entonces, me quito la ropa antes de entrar.
Asiento lentamente, mi cara siente una cantidad inusual de calor.
Bueno. Sí, eso es lo mejor que tengo.
Me imagino que es como ver a alguien en bikini, ya sabes, sujetador y bragas.
Estás viendo la misma cantidad de piel. No debería ser un gran problema, ¿verdad?
Nada. No tengo nada. Sigo trabajando el lento movimiento de cabeza. Ella está
en lo correcto. La misma cantidad de piel, pero hay un elemento psicológico de saber
que no es un bikini. Es su sostén y bragas. Tal vez sea cosa de hombres, pero el encaje
de seda y algodón tiene un efecto diferente al del poliéster y la lycra. Sé que es
estúpido, pero no hago las reglas. Estoy genéticamente conectado para seguirlas.
¿Entonces estamos bien?
Me rio entre dientes, finalmente mirándola, hipnotizado por sus pecas y lo
mucho más prominentes que parecían con el sol iluminando su rostro.
Estamos bien.
Bien susurra antes de arrastrar los dientes por su labio inferior.
¿No Gabe es igual a vino para cenar? Me apresuro y encuentro algo que
decir, algo que me distraiga de sus labios. Después de cuatro semanas y media,
encuentro algo más que sus labios como una distracción.
Sí. No bebo cerca de Gabe. No estoy segura de por qué. Simplemente no lo
hago. Quiero decir… sé que Kyle y Emily consumieron alcohol a su alrededor.
Tenían este enorme bar en su sótano abastecido con todo tipo de alcohol que puedas
imaginar. Simplemente no quiero estar intoxicada en lo más mínimo si algo le
sucediera a él.
Te das cuenta de que podría romperse un hueso o cortarse la cabeza mientras
está en la casa de un amigo. Y si llamaran, no estarías en condiciones de reunirte con
ellos en el hospital con el vino corriendo por tus venas le digo mientras toma otro
sorbo de vino.
Lo escupe de nuevo en la copa y tose.
¡Oh Dios mío! ¡Tienes razón! ¿Qué estaba pensando?
Estoy bromeando. Me río . Estará bien.
¿Bromeando? Me fulmina con la mirada . Quieres decir que estás
tratando de hacerme sentir inadecuada y mal conmigo misma. Eso es lo que estás
haciendo. No. Es. Genial. ¡Amigo! Sale disparada de la silla y arroja el contenido
de su copa en la hierba de la playa al otro lado de la barandilla, dándome la espalda.
Gracelyn. Lo siento. Realmente estaba bromeando…
Su cuerpo tiembla.
Mierda.
La hice llorar.
Por favor no… Descanso una mano sobre su hombro, guiándola para que
se vuelva hacia mí.
Ella… no está llorando. Se está riendo.
Estoy bromeando. Bromear es divertido. ¿Correcto? La sonrisa en su rostro
se extiende hasta sus ojos . Pero… Me señala . La expresión de tu cara no tiene
precio.
Intento actuar como si supiera que ella bromeaba, pero no lo sabía.
Eres pura maldad. Mi cabeza se mueve de lado a lado con total
incredulidad. Me recuerda a Jenna de muchas maneras que me deja sin palabras .
Quiero besarte creo que digo esas palabras en voz alta, pero no estoy seguro.
Definitivamente las pienso. ¿Quise decirlas? No estoy seguro de eso tampoco.
Toda diversión desaparece de la cara de Gracelyn. Estoy fuera de práctica y no
solo besando. Estoy fuera de práctica en todo lo relacionado con cualquier cosa más
allá de la amistad. No podemos ser más que amigos debido a desafíos geográficos
y… ella ha terminado con los hombres.
No voy a besarte. Trago el nudo de la garganta y retrocedo un paso . Y
como no voy a hacerlo, probablemente debería haberme guardado ese pensamiento
para mí.
Te vas susurra.
Asiento.
Y yo… Sus cejas se fruncen.
Acabaste con los hombres término por ella.
Sí.
Deslizando mis manos en los bolsillos traseros de mis pantalones cortos grises
y descoloridos, giro mis labios hacia un lado, sintiéndome tan emocionado como
incómodo, tan vivo como la noche que invité a Jenna a nuestra primera cita.
Entonces está arreglado. No te besaré.
Gracelyn frota sus labios, haciéndome querer besarla aún más.
Yo debería irme.
Siguiendo su ejemplo, retrocedo un paso más para darle espacio para tomar su
botella de vino. Recupera la botella y arrastra los pies descalzos hacia los escalones
del porche.
No tienes que irte. Siento que mi confesión incontrolada del beso solo
abrió una brecha entre nosotros. Con un poco menos de dos meses más aquí, y
Morgan y Gabe encontrando una amistad cercana, no quiero que sea incómodo.
Gracelyn apoya su mano en la barandilla, bajando la mirada al suelo.
Debo hacerlo. O si no…
Espero. Ella no termina. No se mueve.
¿Si no?
Hay algo increíblemente sexy en la forma en que me mira por encima del
hombro. Lo ha hecho varias veces, y cada vez creo que mi corazón da un vuelco al
siguiente latido.
Una pequeña sonrisa, que parece guardar un secreto, curva sus labios.
Si me quedo, podría olvidar que se supone que no quiero que me beses.
No solo un latido. Mi corazón se dispara durante los siguientes cinco latidos,
lo que hace que sea difícil respirar e imposible hablar.
Gracelyn
o estoy borracha, pero me tropiezo en casa, subo las escaleras y entro
en mi habitación. Colapsando sobre la cama, abrazo mi brazo
izquierdo contra mi pecho, dejando que mi pulgar e índice derecho
masajeen el broche del brazalete de oro blanco que mi reloj oculta
fácilmente.
Di algo susurro, cerrando los ojos . Deberías tener algo que decir sobre
Nate. “sí que solo… dilo.
Brandon no dice una palabra. Sé que está pensando en todo tipo de cosas, como
por qué no tengo razón para tener ningún tipo de pensamientos íntimos sobre un
hombre que se va en dos meses. He logrado arruinar todas mis relaciones desde que
Brandon murió. Sé que está pensando en eso. Me dijo que buscara un oponente
digno, pero he fallado. Él era mi oponente más digno. Tengo que creer que me está
esperando en mi próxima vida.
Sin embargo, en este momento, en esta vida, es difícil no sentir esta atracción
hacia Nathaniel Hunt, especialmente cuando me mira como Brandon solía mirarme
y cuando dice que quiere besarme.
¡Agh!
Quiero ser besada por él. Solo una vez. ¿Contaría si fuera un beso? ¿Tendría
que significar algo más que un beso? Una sonrisa se apoderó de mi rostro, pensando
en su sonrisa cuando lo dijo. La forma en que sus hombros se alzaron a sus orejas,
emitiendo una vibra juvenil incluso con un poco de canas a lo largo de su mandíbula
desaliñada.
Elvis, estamos de vuelta. Y tenemos postre grita el señor Hans desde abajo.
Esperaba privacidad, el piso de arriba era un apartamento. En cambio, mi
casero grita como mi papá, y la vecina prácticamente vive aquí. Y por alguna razón
me encanta. Se sienten como una familia, y creo que tanto Gabe como yo necesitamos
eso ahora. No durará. Morgan y Nate irán a casa a Wisconsin, y eventualmente
necesitaré encontrar un lugar para criar a Gabe que no implique una cocina
compartida.
Echo de menos a Gabe cuando no está aquí. Aunque siempre lo amé, no
recuerdo haber sentido que lo extrañaba cuando vivía en Idaho. No tardó mucho en
sentir que era mío, tal vez no mi hijo, pero mi responsabilidad y mío para amar de
una manera que se siente más profunda de lo que lo amaba antes. El tipo de amor
que me hace extrañarlo cuando no está aquí.
¿Escuchaste al señor Hans? Morgan asoma la cabeza por mi habitación. Sí,
no hay privacidad.
Sonrío, sin moverme un centímetro de mi lugar en la cama.
Sí. Lo escuché. Gracias.
¿Qué estás haciendo? Deja caer su trasero en el borde de la cama y se
acuesta a mi lado.
¿Qué estoy haciendo? Gran pregunta. Extraño a Gabe y sus padres para el caso.
Estoy escuchando la voz de mi novio muerto. Y estoy pensando en tu papá
besándome. Estoy segura de que le encantaría que dijera todo esto en voz alta, pero
no lo hago.
En cambio, ruedo hacia ella y ella rueda hacia mí.
¿Cómo fue viajar por el mundo durante tantos años en lugar de estar en la
escuela como los niños de tu edad?
Sus labios se tuercen mientras sus ojos giran hacia un lado por unos segundos.
Mmmm… no lo sé. Nunca he estado en la escuela pública. Salimos de
Wisconsin cuando tenía dos años. Viajar por el mundo es todo lo que he conocido.
Estoy emocionada de ser normal por una vez, pero papá cree que me sentiré
atrapada. Creo que voy a encontrar un novio y muchas amigas para hablar sobre mi
novio. Quiero enamorarme.
Sonrío.
Tienes diez años.
Levanta un hombro.
Mi papá era más joven que yo cuando conoció a Daisy.
¿Daisy?
Sí. La primera chica que amó. Murió. Y él me nombró como ella, Morgan
Daisy.
Dejé que eso jugara en mi mente unos momentos. Nate perdió a su esposa y
nombró a su hija como su primer amor. Interesante.
Tu papá dijo que te gustaría que encontrara a alguien para que no se sienta
solo cuando vayas a la universidad. ¿Él…? Me muerdo el labio inferior mientras
busco la forma correcta de preguntar esto . ¿Alguna vez tuvo una amiga, una mujer
de su edad, mientras viajabas?
¿Como una novia?
Sonrío.
Sí.
No.
Asiento lentamente.
¿Te gusta mi papá? Pienso que le gustas. O al menos le gusta mirarte y darte
una sonrisa especial. No nos quedaremos aquí y no te mudarás a Wisconsin, así que
creo que él piensa que eres una mala elección para ser su novia.
Sus palabras y su brutal honestidad me hacen sonreír.
Ya terminé de tener novios. He tenido mala suerte con ellos. Estoy segura
que tendrás mucha mejor suerte.
Morgan frunce el ceño.
No estoy segura. Cuando le pregunté a Gabe si quería besarme, su nariz se
arrugó así. Arruga su nariz . No creo que sea una buena señal.
Vaya… está bien. A ella le gusta mucho Gabe. O quiere saber cómo es besar a
un niño. Nunca me mencionó esto. Estoy muy loca ahora con esta jovencita
esperando que diga algo.
Eres joven.
¡Ugh! Rueda sobre su espalda y se cubre con un brazo la cara . Ahora
suenas como mi papá. Sé que todos piensan que diez es joven, pero no me siento
joven. ¿Por qué diez es demasiado joven para besar a un niño? ¿Qué edad tenías la
primera vez que besaste a un chico?
Me reí, rodando sobre mi espalda también.
Bueno, probablemente no debería decirte esto, pero tenía nueve años. Un
vecino de diez años me besó en el pasillo de atrás de nuestra iglesia justo antes de
bautizarse. Me quedé impactada. Fue solo un rápido beso en mis labios cuando
nadie estaba mirando, pero estaba sorprendida. Me dio esta sonrisa diabólica y dijo:
Mi último pecado antes de que se hayan lavado . Y nunca volvimos a hablar de
eso. Y para que conste… Me vuelvo hacia ella, y su cabeza cae a un lado para
mirarme … tenía catorce años antes de que otro chico me besara.
Los ojos de Morgan se abren.
No puedo esperar hasta los catorce años. Simplemente no puedo. Quiero
saber cómo se siente. Quiero saber si se sentirá como Romeo y Julieta.
¿Has leído a Shakespeare? Arqueo una ceja.
Oh, sí. He leído Romeo y Julieta más de una vez. Y Orgullo y prejuicio de Jane
Austen. Sin embargo, me gustan aún más las historias modernas, como Bajo la Misma
Estrella, aunque es triste. Y me encantan Crepúsculo y Los Juegos del Hambre.
¡Tiene diez años! Creo que estaba leyendo a Judy Blume3 a los diez.
Definitivamente no Shakespeare y romances de vampiros.
Mi papá está escribiendo un libro. Son unas memorias. Dice que es una
historia de amor sobre él y yo.
Sonrío.
Tienes un gran padre. Espero que lo sepas.
Lo sé. Es el mejor. Entonces… ¿bajas para el postre? Es pastel de terciopelo
rojo. El señor Hans lo recogió de una panadería. Es el favorito de Hunter.
El pastel suena perfecto.
Morgan salta de la cama y extiende su mano. La tomo. Tenía la esperanza de
encontrar amigos aquí; Nunca imaginé que sería una niña de diez años y un hombre
de setenta años.
¿Qué les tomó tanto tiempo? No se preocupen, les guardamos un poco de
pastel. El señor Hans sonríe desde su sillón reclinable con Hunter en el sofá, sus
pulgares bailando a lo largo de la pantalla de su teléfono. Gabe se llevará bien con
ella.
¿Pastel, Morgan?
Mis pasos vacilan cuando escucho la voz de Nate desde la cocina.
El señor Hans me guiña un ojo.
Invité a Nate para el pastel también.
Asiento lentamente.
Ya veo. ¿De quién es el cumpleaños?
3Judith Sussman, más conocida bajo el seudónimo de Judy Blume, es una autora de novelas para
niños y jóvenes adultos estadounidense.
La vida es una celebración. No necesitas excusa para un pastel.
Hasta aquí lo de tener tiempo para digerir lo que Nate me dijo y mi reacción
coqueta a su comentario del beso. Pongo una cara neutral y arrastro mi tímido
trasero a la cocina.
¿Pastel, Gracelyn? Nate levanta la vista del mostrador, con un cuchillo en
una mano y un plato en la otra.
Mmm… sí, Gracelyn. ¿Quieres pastel? Morgan rueda los ojos mientras
mastica lentamente un bocado, de pie junto a Nate.
¿Cómo se supone que debo mirarlo cuando lo vi hace apenas una hora y dijo
que quería besarme, y le devolví el deseo sin el beso real? Supongo que vamos a ser
dos personas que quieren besarse, pero saben que nunca sucederá.
Gracias. Tomo el pastel y le doy a Nate una mirada de dos segundos. Es
todo lo que puedo darle sin quemarme completamente en una pila de cenizas.
Señor Hans… esto es muy bueno. Morgan sale de la cocina.
Es bueno. No he comido pastel en mucho tiempo. Lentamente lamo el
glaseado del tenedor.
Nate mira al suelo, entrecierra los ojos y se encorva. Después de unos
segundos, me muevo a su lado de la isla.
¿Se te cayó algo?
Inclinado como un receptor de béisbol, con la mirada aún en el suelo, me señala
con el dedo.
Puse mi plato en el mostrador.
¿Perdiste una lente de contacto? Me pongo en cuclillas junto a él detrás del
mostrador.
Levanta su mirada para encontrarse con mis ojos entrecerrados. La comisura
de su boca se curva justo cuando su mano se desliza detrás de mi cabeza y sus labios
presionan los míos.
¿Qué demonios?
Mis pulmones se congelan mientras mi corazón se detiene y mi mente explota.
No hay lengua para este beso, solo labios hambrientos. Me quita el equilibrio y caigo
de rodillas, descansando mis manos sobre sus hombros.
Nate retrocede un par de centímetros, dejando que sus labios se ciernan en los
míos, el calor de su aliento cubriendo mi boca atónita.
Ni siquiera estoy arrepentido. Se encoge de hombros.
Mi boca se abre como si quisiera hablar, pero no tengo idea de qué decir.
Papá…
Nate se levanta, dejándome de rodillas.
¿Sí?
¿Puede Hunter usar…? Los ojos de Morgan se estrechan hacia mí, mi
cabeza apenas se asoma sobre el mostrador . Gracelyn, ¿qué estás haciendo?
Estoy… Le doy una sonrisa tensa.
Recogiendo algunas migajas dice Nate.
Al mismo tiempo, digo:
Atando el zapato de tu papá.
Su explicación es mucho mejor.
Morgan se ríe.
Mmm, está bien. Los dos están actuando de forma extraña.
Me pongo de pie.
¿Puede Hunter usar qué? pregunta Nate.
Tu bicicleta para que podamos dar un paseo.
¿Se quedaran cerca?
Morgan asiente.
Promesa de meñique. No iremos demasiado lejos.
Tendré que bajar el asiento para ella.
¡Sí! Gracias Papá. Iré a decirle. Morgan sale corriendo de la cocina.
Nate cubre el pastel con envoltura de plástico y asiente con la cabeza hacia mi
plato con el pedazo de pastel a medio comer.
¿Vas a terminar eso?
Pastel. ¿Quiere hablar sobre el pastel?
Mi cabeza se mueve de lado a lado.
Demasiado bueno para dejar que se desperdicie. Levanta el plato y
termina mi pastel.
¡ME BESASTE!
Por cierto… Su mirada permanece en el plato mientras toma el último
bocado . Morgan sabe qué sé cómo atar mis propios zapatos.
¡Me besaste! susurro.
Lo hice. Pone el plato en el fregadero y se da vuelta para mirarme .
Todavía no me arrepiento, pero no lo volveré a hacer si no te gusta.
Eso es... eso es… Sacudo la cabeza . No es el punto en absoluto.
¿No? Ladea la cabeza.
Estoy en problemas. Casi dos meses más con este tipo: saltador de acantilados,
Jamie doppelgänger, ladrón de besos.
Nunca puede ser más que un beso. Levanto la barbilla.
¿Ni siquiera un segundo?
¿Papá? ¿Vienes? llama Morgan desde la otra habitación.
Se aleja del mostrador y pasa junto a mí, inclinándose junto a mi oreja por una
fracción de segundo y susurrando una palabra:
Piénsalo.
Nathaniel
la cama, Mocosa.
Morgan desliza su marcador de libros en el interior
de su libro desde su asiento relleno mientras doblo un
montón de ropa limpia en el sofá.
No tienes que arroparme si no quieres hacerlo. Ella abraza su libro contra
su pecho.
¿Qué te haría pensar que no quiero arroparte?
Frunciendo sus labios, se encoge de hombros.
No quiero que pienses que necesito que lo hagas… que tienes que hacerlo.
Es oficial. Me está rompiendo el corazón. Trato de que no se me note en el
rostro.
¿Sientes que eres demasiado mayor para que te arrope en la cama?
Ni siquiera me mira. Su mirada está fija en sus pies descalzos mientras se
balancea en ellos.
No quiero hacerla sentir mal. Mi corazón quiere darle alas, no cortárselas. Pero,
maldita sea… es difícil.
Entonces, ¿estás pensando en un abrazo aquí mismo?
Su cabeza se levanta un par de centímetros cada vez. Grandes ojos azules se
encuentran con los míos y sonríe, aun cuando su labio inferior está atrapado entre
los dientes.
Definitivamente. Pasa el libro a su mano derecha y me rodea el cuello con
sus brazos.
La abrazo un poco más fuerte, durante un poco de más tiempo.
Buenas noches. Te quiero.
Yo también te quiero, papi.
Papi.
Me quedaré con eso. La mayoría de las veces me llama papá delante de otras
personas, pero todavía recibo un papi cuando me abraza.
Sube las escaleras y yo guardo las toallas, pongo en marcha el lavavajillas y
cierro las puertas. Después de lavarme los dientes, me quito la camisa y empiezo a
cerrar las persianas de la puerta de mi balcón. Justo antes de que se cierren
completamente, me detengo. Apagando la luz para poder ver mejor, acuno mis
manos en mi rostro contra el vidrio.
Hay un cuerpo de espaldas en el balcón de Gracelyn. Espero que sea ella y
espero que esté viva. Salgo a mi balcón y pongo mis antebrazos sobre la barandilla.
¿Estás bien?
Síp. No se mueve. Su mirada permanece dirigida hacia el cielo, con las
manos juntas sobre su estómago.
Mi cabeza cae hacia atrás y veo la noche estrellada.
¿Vas a dormir afuera?
No.
¿Ya me has perdonado?
Es difícil perdonar a alguien que no se arrepiente de nada.
Sonrío aunque ella no pueda verlo.
Es tu esposa, ¿cierto? Me parezco a ella. ¿Beso como ella?
”ajando la cabeza, paso mis manos por mi cabello… o la falta de él.
Está bien dice ella . Es difícil dejar ir a alguien cuando se siente… Ella
suspira . Cuando se siente como si no lo hubieras dejado ir. Como si los tuvieras
agarrados y simplemente desaparecieran sin que los soltaras. Y ellos… se llevaron
un pedazo de ti con ellos. Todos los demás son solo una pieza de un rompecabezas
diferente.
Sus palabras se reproducen en mi cabeza por unos segundos.
Supongo, pero para mí, han pasado diez años. No me siento como si
estuviera buscando una pieza de un rompecabezas.
¿Puedes decir honestamente que cuando me besaste, no estabas pensando
en tu esposa? Porque yo estaba… yo estaba comparándote con todos los hombres
que he besado antes de ti.
¿Sí? Bueno, ¿cómo me comparé con ellos?
No puedo ver su rostro, pero quiero creer que sonríe tanto como yo.
No estoy segura. Fue demasiado inesperado.
Suena como una razón sólida para intentarlo de nuevo.
Gracelyn se ríe.
Entonces, ¿dos? ¿Nos besamos una vez más, y luego terminamos de
besarnos? Esto es tan… raro. Nunca he discutido besarme con ningún chico antes de
ti.
¿No?
No. Más risitas . No es algo que discutas. Simplemente… lo haces.
Anotado.
Se sienta, girándose para quedar de frente a la barandilla, cruzando las piernas
delante de ella.
Anotado, ¿eh? ¿Así que ahora estás tomando notas sobre mí? ¿Llegaré a ser
parte de uno de tus futuros libros? Tal vez una novela sobre tu verano en San Diego.
¿Utilizarás mi verdadero nombre? ¿Mencionarás mi gran trasero?
Gran Trasero será el capítulo justo después del Desastre de la Maquinilla.
Muy gracioso.
Me siento en el balcón, apoyando mi espalda contra la puerta y deslizando las
rodillas hacia mi pecho.
¿Sobre qué piensas… aquí afuera, sola, mirando a las estrellas?
Deja salir un pesado suspiro.
Solo sobre… mi vida. Cómo llegué a este punto. Cómo se supone que debo
navegar por el futuro con un jovencito. Kyle y Emily me dejaron con esta
responsabilidad que va más allá de alimentarlo tres veces al día y llevarlo a la
escuela. Tengo que considerar los amigos que tiene y su influencia. Tengo que
pensar en su vida después de la escuela preparatoria. ¿Tendré lo necesario para
asegurarme de que tenga todo lo que necesita para tener éxito en la vida? Mírame a
mí. No soy exactamente la imagen del éxito.
Estarás bien.
Eso no lo sabes.
Ella tiene razón. No lo sé.
Apoyando la cabeza contra la puerta, busco mis propias respuestas en las
estrellas.
Jenna y yo acordamos que viajaríamos por el mundo con Morgan mientras
fuera joven. La educaríamos dejándola aprender de la vida y de las diferentes
culturas. Queríamos que fuera mucho más grande, que tuviera más conocimiento y
conciencia de lo que jamás hubiera recibido dentro de cuatro paredes con una
enorme manada de sus compañeros. Así que lo hice… honré nuestro sueño para
Morgan incluso después de que Jenna muriera. Ahora, tengo a esta joven que es
demasiado inteligente para su propio bien, demasiado madura en algunos aspectos
y más culta de lo que el noventa y nueve por ciento de los niños de su edad podrían
imaginar. Me enfrento a la posibilidad muy real de que no encaje cuando vaya a la
escuela. Y por mucho que me ponga a la defensiva y ponga excusas, como que los
niños que no la quieren son estúpidos y no valen su tiempo, la verdad es que ella
quiere encajar. Morgan no quiere ser diferente, más inteligente, más culta. Quiere
amigas que le pinten las uñas y novios que la hagan sonreír.
Nate… ella te agradecerá lo que hiciste. Tal vez no en el primer día en la
escuela pública, pero algún día te agradecerá por darle el mundo en los primeros
diez años de su vida. El futuro de Morgan va a ser tan brillante. No puedo imaginar
lo profundamente diferente que sería mi vida si mis padres me hubieran dado lo
que tú le has dado a Morgan.
Sonrío aunque ella no pueda verme.
¿Lo dices solo para hacerme sentir mejor?
Absolutamente. ¿La dura verdad? Ella va a conseguir una computadora, un
teléfono móvil y un novio y tú serás una ocurrencia de último momento.
Dejando salir una carcajada, sacudo la cabeza.
Recuérdame no acudir a ti cuando necesite mi próxima charla de ánimo.
Te recordaré que no vengas a mí para nada. Todos mis buenos consejos y
mis dignas palabras de ánimo están guardados para Gabe. Todos los demás reciben
el lodo de mi cerebro, la perspicacia de la moral de mis historias trágicas.
Lo único trágico sobre ti, Elvis, es que has renunciado a los hombres.
Se agarra a la barandilla y se pone de pie, tamborileando sus dedos en la
barandilla unas cuantas veces.
No renuncié a ellos… ellos se dieron por vencidos conmigo. Buenas noches,
Nate. Gracelyn desaparece en su dormitorio. La cerradura de la puerta hace clic
detrás de ella dos segundos antes de que cierre las persianas.
Buenas noches, Gracelyn susurro, disfrutando de la ligera y fresca brisa
bajo una manta del claro cielo nocturno.
Gracelyn
e extrañaste? le pregunto a Gabe cuando salta
al vehículo con su bolsa de viaje.
Fue una noche. Cierra la puerta y se
abrocha el cinturón de seguridad.
Bueno, yo te extrañé.
Ahora suenas como mi mamá.
Lo siento. Salgo del camino de entrada y me dirijo a casa. Después de unos
minutos de pensarlo, no puedo mantener la boca cerrada . En realidad, no siento
haber sonado como tu mamá. He estado tan preocupada que estoy haciendo todo
mal. Tal vez extrañarte si te has ido por una noche es realmente hacer algo bien.
Mmm… lo que sea.
Apuesto a que él le decía esas mismas tres palabras a Emily y Kyle mucho. Eso
me hace sentir bien. Hasta ahora, no lo he dañado irreparablemente.
Ocho años más, Gracelyn. Puedes hacer esto.
¿Qué quieres hacer hoy? Tengo el día libre.
No me importa. Estoy seguro de que Morgan decidirá lo que haré hoy.
Sonrío.
¿No te gusta Morgan?
Se encoge de hombros.
Ella está… bien. Diferente.
Bien es bueno, ¿verdad?
Otro encogimiento de hombros.
Está bien. Ella solo… no lo sé. Hace muchas preguntas
¿Cómo qué?
No lo sé…
No estoy segura de por qué él comienza cada oración con No sé y luego sigue
con una respuesta que demuestra que sí lo sabe.
Ella siempre quiere saber qué hago con mis otros amigos. Y cuando le digo,
pregunta por qué. Siempre está flotando sobre mi hombro cuando juego. Y ella me
preguntó hace unos días si tenía novia.
”ueno… tal vez le gustas.
No lo creo.
¿Por qué dices eso?
No lo sé.
¿Te gusta ella?
Ella está… bien. Lo que sea.
¿Te gustan las chicas?
Él mueve la cabeza en mi dirección.
¿Crees que soy gay?
Mierda…
No. Yo… Está bien. Llámame ingenua, pero no lo vi venir. ¡Vaya! Acabo
de mostrar mi edad y falta de conocimiento sobre su generación. Supongo que los
niños de diez años están más informados sobre la sexualidad que yo a su edad. No
estoy segura de saber lo que significaba la palabra gay a los diez. Estoy tan… fuera
de onda.
»No estaba insinuando que pensara que fueras gay. Yo… está bien si lo eres. Y
eso es solo una nota al margen. Pero quería decir ¿estás interesado en las niñas o los
niños o lo que sea en este momento? No recuerdo completamente cómo era mi vida
a los diez. Solo recuerdo que las niñas estaban interesadas en los niños o en tener
novios antes que los niños que conocía miraran a las niñas como algo más que una
elección forzada en un equipo de dodgeball en educación física.
He tenido novia.
Está bien. ”ueno. Excelente. Yo… me callaré ahora.
Tan pronto como llegamos a casa, Morgan sale corriendo de su casa y se
encuentra con Gabe en la puerta principal.
¿Cómo estuvo tu fiesta de pijamas?
Pijamada. No fiesta de pijamas. Él le pone los ojos en blanco antes de abrir
la puerta de la terraza.
¿Qué hiciste? ¿Se quedaron despiertos toda la noche? ¿Durmieron en sacos
de dormir?
Gabe arroja su bolso en el escalón inferior antes de dirigirse a la cocina. Miro a
mi alrededor buscando al señor Hans y Hunter, pero no están aquí. Creo que
mencionó llevarla de compras hoy.
¿Quieres que te haga un sándwich? le pregunto a Gabe.
Yo le haré uno. ¿Qué quieres? pregunta Morgan.
Gabe toma una bebida deportiva de la nevera.
Gracias, pero yo puedo hacerlo.
Mi ceño se frunce cuando los veo a los dos moverse alrededor de la cocina,
buscando comida. ¿Desde cuándo Gabe aprendió a hacer su propio sándwich?
Haré el almuerzo para los dos. Ella alcanza los platos en el segundo estante
flotante junto a la estufa . Gabe, tráenos los platos. Él pone su bebida en el
mostrador y estira su brazo hacia los platos.
Sonrío. Él tampoco puede alcanzarlos.
Quizás en otro año serán lo suficientemente altos. Estiro mi brazo sobre
ellos y saco dos platos . Vayan a jugar. Haré tu sándwich.
Morgan suspira.
Vamos, Guac. Ella lo agarra del brazo y tira de él.
Él me lanza una mirada y le guiño un ojo. Pone los ojos en blanco, pero no antes
de esbozar una pequeña sonrisa. Sí… le gusta ella.
Preparo dos sándwiches de pavo y corto una manzana para que compartan.
¿Quieres escuchar un secreto? le pregunta Morgan a Gabe mientras subo
las escaleras con sus platos en la mano.
Supongo responde Gabe sin entusiasmo.
Esta mañana mi papá y yo pasamos por la tienda para recoger algunas cosas.
Me dejó comprar este enorme muffin de chispas de chocolate y fue tan bueno, pero
de cualquier manera… estábamos en la fila para pagar nuestros comestibles, y me
dejó sostener su teléfono. Me dijo que revisara las imágenes y encontrara algunas
que me gustaría imprimir en un álbum.
¿Ese es el secreto?
Me detengo en la parte superior de las escaleras, pero el piso cruje y dos
cabezas giran en mi dirección.
Aquí tienen. Después de entregarles los platos, me meto en el sillón
reclinable. La mirada de Morgan se mueve entre su plato y yo, pero no continúa su
historia. Tomando la señal de incomodidad, tomo un vaso vacío de la mesa auxiliar
y hago mi salida, una salida parcial. Descendiendo tres escalones, justo fuera de la
vista, me siento y espero a que Morgan continúe con su historia.
Ella no decepciona.
Mientras me desplazaba por las fotos en el teléfono de mi padre, levanté la
vista justo cuando él estaba poniendo una caja de algo… oh, Dios mío… nunca vas
a creer qué… en el mostrador. Yo estaba como ¿qué? Y le pregunté al respecto tan
pronto como subimos al auto, pero dijo que los compraba para el señor Hans y que
no debería decir nada. Hagas lo que hagas… no te atrevas a decírselo a nadie. ¿Está
bien?
Lo que sea.
¡Guac! Tienes que jurar por el meñique.
Me aguanto la risa porque ella es tan dramática y reservada, pero Gabe no
muestra ninguna curiosidad por su secreto.
Bien. Lo juro.
Probablemente sea una crema laxante o para hemorroides. No estoy segura de
que sepa cuáles son esas cosas, pero no tengo dudas de que la señorita Sabelotodo
lo informará por completo. Me hace pensar en todas las conversaciones que necesito
tener con él. No tengo idea de lo que Kyle y Emily le enseñaron o lo que aprendió
en la escuela o a través de amigos. Por un lado, no quiero compartir demasiado
pronto, pero tampoco quiero que se encuentre con demasiadas Morgan en el mundo
y se sienta estúpido cuando no sepa algo.
¡Condones!
Thump.
Crack.
Thump.
Crack.
Bang.
El vaso que se cae de mi mano sobrevive a las escaleras alfombradas, pero sufre
un destino malo en la parte inferior con el piso de baldosas. Ahogo mi jadeo con una
mano sobre mi boca y bajo las escaleras.
¿Qué fue eso? grita Gabe.
Mmm… nada. “cabo de dejar caer un vaso. Sigue comiendo. No es gran
cosa. Recojo las piezas mientras la palabra condones resuena en mi cabeza.
Nate compró condones. De ninguna manera los compró para el señor Hans.
De ninguna manera.
Mi cabeza está lista para explotar con pensamientos chocándose entre sí.
Nos besamos.
Él compró condones.
Morgan los vio.
Ella le dijo a Gabe.
¿Gabe sabe qué son los condones?
¿Por qué compró condones?
Tal vez no son para mí. ¿Con cuántas mujeres se está besando?
Vaya, ¿qué pasó? El señor Condones entra por la puerta de pantalla.
La copa resbaló. Mi culpa.
¡Tú culpa!
Llevo los pedazos más grandes a la cocina y los tiro a la basura antes de agarrar
la escoba y el recogedor del garaje.
Déjame sostenerlo. Nate me quita el recogedor.
No hago contacto visual cuando lo dejo recoger el desorden y vuelvo a la
cocina.
¿Dónde está Hugh? pregunta después de que devuelva la escoba y el
recogedor al garaje.
No estoy segura. Creo que aceptó llevar a Hunter al centro comercial. Me
lavo las manos sin mirar a Nate y su sonrisa sexy, su camiseta gris ligeramente
ajustada o sus musculosas pantorrillas.
Ya veo. Bueno, voy a llevar a Morgan a la pista de hielo. ¿A Gabe le gusta
patinar sobre hielo?
Mi cabeza se levanta, mi mirada láser centrada en él ahora.
¿Patinar sobre hielo?
Sí.
¿Tú patinas sobre hielo?
Se ríe, cruzando sus brazos venosos sobre su amplio pecho.
Jugué hockey por años. Me gusta encontrar ligas para adultos que me
permitan ingresar y sustituir cuando necesiten a alguien. Hoy hay patinaje abierto,
y a Morgan le encanta patinar. Es más una patinadora artística. No hay interés en el
hockey.
También jugué hockey.
¿Tú? Sus cejas gruesas se mueven por su frente.
Mmm… sí. ¿Y esa mirada? Las chicas también pueden jugar hockey.
No. Él sacude su cabeza . Quiero decir… lo sé. Soy de Wisconsin.
Conozco a muchas chicas que jugaban hockey o simplemente patinaban sobre hielo
en general. Yo solo… Su cabeza sigue sacudiéndose . No estoy seguro de por
qué estoy sorprendido por esto.
Me doy la vuelta y levanto la parte de atrás de mi cabello para que pueda ver
mi nuca.
Maldición… tienes un tatuaje. Se acerca, inspeccionando los palos de
hockey entrecruzados tatuados donde nadie los ve a menos que me levanten el
cabello.
Solía usarlo en una cola de caballo o un moño desordenado mucho… cuando
era más largo como el de Black Beauty. Me vuelvo hacia él.
Para tu información, tengo más de un tatuaje. Sonrío.
Se humedece los labios y me da la sonrisa más sexy. Siento que me hace
cosquillas en el vientre y un poco más abajo también.
¿En serio?
Devolviendo una risa temblorosa, retrocedo. Hace demasiado calor para estar
tan cerca.
Sí. Lo es.
Arrastrando sus dientes a lo largo de su labio inferior y su mirada hacia mi
cuerpo, suelta un profundo ruido.
No puedo esperar para verlos.
Condones. Condones. ¡CONDONES!
No son visibles cuando estoy vestida.
Su mirada hace un lento retiro hacia la mía.
¿Qué pasa con tu sujetador y bragas?
Reprimiendo mi sonrisa, sacudo la cabeza lentamente.
Bueno… joder… susurra.
Siento esas palabras susurradas como si su lengua se estuviera arrastrando a
lo largo de las partes más íntimas de mi cuerpo.
Cuando hago un esfuerzo para dar otro paso atrás, mi trasero golpea el
mostrador. Mis manos descansan a ambos lados y me aclaro la garganta.
¡Gabe! Ven aquí, por favor.
Nate sonríe. Él sabe que estoy desesperada por terminar este momento.
Simplemente no es necesario que deje que mi cuerpo hormonal sufra otro segundo
bajo su mirada, la que le gusta mirar fijamente mi cabello y otras partes de mi cuerpo.
¿Sí? Gabe y Morgan se dirigen directamente hacia la nevera para tomar
dos botellas de jugo.
Gabe. ¿Alguna vez tu padre te enseñó a patinar sobre hielo?
Sí, pero no soy bueno en eso.
¡Oh, papá! Llevemos a Gabe y Gracelyn con nosotros. La súplica de
Morgan a Nate está llena de su entusiasmo habitual.
Demasiado tarde, Mocosa. Ya se me ocurrió esa idea.
¡Sí! Gabe, espera a ver a mi papá. Podría haber jugado en la NHL. Es muy
bueno.
Una sonrisa arrogante se posa en la cara de Nate. No lo odio exactamente.
Gabe se encoge de hombros.
Gracelyn tiene palos de hockey tatuados en la nuca. Ella y mi papá también
jugaron, pero probablemente sea tan buena como tu papá.
Frunzo el ceño a Gabe.
Nunca me has visto jugar. ¿Cómo puedes llegar a esa horrible conclusión?
Gabe sonríe detrás de su botella de jugo.
¡Oh! ¿Déjame ver tu tatuaje? Quiero tanto un tatuaje, pero papá dice que
tengo que esperar hasta que él esté muerto. Sé que es solo el código para dieciocho
años.
Me giro y me levanto el cabello otra vez. La longitud más corta apenas lo cubre.
Eso es tan genial. Mira, papá, no todas las personas que se hacen tatuajes
están locas.
Nate encuentra su propio ceño fruncido, y Morgan le frunce el ceño.
Ve a prepararte.
Ve a cambiarte de ropa, Guac. Voy a cambiarme.
Se escapan, dejándome para tratar con un tipo que aborrece la tecnología y
posiblemente los tatuajes.
Loca, ¿eh? Me aparto del mostrador y me planto justo en frente de él.
Mirándome, sus labios se contraen.
Si no creyeras que están un poco locos, entonces el tuyo no estaría oculto.
Me los hice en mis veintes. Y su ubicación tiene mucho que ver con que mi
madre no los viera. No pensé que fueran locos en ese momento; simplemente no
quería que ella se volviera loca. Son íntimos. Muy pocas personas han visto los tres.
Brandon los vio una semana después de que me hice el último. La presentación fue
muy seductora y condujo a una larga noche en la que no mostró signos de un
corazón débil.
Mmm… i atención se centra en sus labios … tal vez tengas razón. Tal vez
te equivocas.
¿Qué son? ¿Un disco? ¿Corazones? ¿Un símbolo de infinito con el nombre
de tu primer amor?
Nunca lo sabrás. Voy a cambiarme de ropa… tal vez miraré mis tatuajes
secretos por un tiempo. Paso junto a él.
Bien dice, siguiéndome hacia las escaleras . Mientras espero que todos se
preparen, también podría mirarme a mí mismo en el espejo. Empuja la puerta para
abrirla.
En el último segundo, a mitad de la escalera, miro por encima del hombro.
Ahí está. Él sonríe como si estuviera esperando que me diera la vuelta.
Ve antes de que tu cabeza no entre por la puerta. Sigo subiendo las
escaleras.
amos, Guac. Te tomaré de la mano. Morgan le toma la
mano. No estoy segura de que necesite su ayuda, pero no
se aparta. Tal vez le gusta más de lo que se preocupa por
admitir.
Termino de atarme los patines y me quedo de pie mientras Nate me sigue.
Muéstrame tus movimientos, Elvis. Se detiene en la entrada del hielo y
espera que vaya yo primero.
Para ser justos, hace varios años que no estoy en el hielo Tiro mi sudadera
rosa hacia abajo, sintiéndome un poco cohibida en mis mallas negras.
Parece que a Nate le gustan. Cada vez que lo miro, está mirando mis piernas.
Deja las excusas. Asiente para que me mueva.
Pongo los ojos en blanco y me voy. Solo hay otras cuatro personas aquí además
de nosotros. Un hombre y una mujer con sus dos hijas que parecen unos años más
jóvenes que Gabe y Morgan. Avanzan por el hielo y giran en círculos como si
hubieran salido del útero haciendo saltos y brincos de pies. La madre se cuelga de
la pared como si no fuera muy firme en los patines mientras el padre se desliza con
confianza, sosteniendo su teléfono para grabar a las niñas.
Afortunadamente, me siento segura incluso con el lapso de tiempo. Gabe se ha
escapado del control de Morgan, permaneciendo a pocos metros detrás de ella
mientras ella patina hacia adelante y hacia atrás, hablando sin parar.
¿Cómo está el tobillo? Nate me alcanza.
Le doy un vistazo y me encojo de hombros.
Está bien.
Una carrera, papá. Morgan hace un acercamiento al lado de Nate.
Uno… dos… ¡ya! grita antes de correr hacia el otro lado de la pista.
¡No dijiste tres! ¡Tramposo! Ella lo persigue. Él va más despacio en el
último minuto para dejarla ganar.
Me doy la vuelta y espero a Gabe.
Así que tu padre te enseñó a patinar.
Algo. Me gusta más el patinaje sobre ruedas.
A mí también me gusta. Deberíamos hacerlo juntos alguna vez.
Otro encogimiento de hombros.
Bien.
¡Levántame, papá! Morgan patina hacia Nate, y él la agarra por la cintura,
levantándola por encima de su cabeza mientras patina hacia atrás. Ella estira sus
brazos y piernas en una larga línea.
Eso es bastante genial murmura Gabe.
¿Puedes levantarme? pregunto.
Resopla y sacude la cabeza.
Si quieres matarnos a los dos.
¿Me has visto, Guac? Morgan se precipita hacia nosotros después de que
Nate la baje.
Sí. Lo vi. Le resta importancia a su reacción hacia ella.
Jadeó y dijo que era bastante genial. Le guiño un ojo a Morgan.
Su rostro se ilumina. Gabe sacude la cabeza.
No lo hice. Me da una mirada de muerte antes de que patinen en la otra
dirección.
Me han pedido que les consiga pretzels suaves dice Nate mientras apoya
su mano en la parte baja de mi espalda . ¿Vienes conmigo?
Solo si también me compras uno.
Eso es… ¿no es así?
Cuando salimos del hielo y nos sentamos para quitarnos los patines, le doy un
vistazo rápido.
¿Qué?
No es un tatuaje de infinito lo que tienes en la tu nalga derecha. Es un pretzel.
Me río.
Sí. Con sal extra.
Lo sabía. Mete sus pies en sus zapatos a medio atar y estira la mano.
La tomo y dejo que me ponga de pie, demasiado cerca de su pecho. Una ligera
pausa se convierte en unos buenos diez segundos de solo mirarnos el uno al otro.
Tomo la decisión responsable de asentir hacia el puesto de refrescos.
Pretzels.
Nate tiene una forma de sonreírme como si supiera exactamente lo que estoy
pensando. Dios… espero que no.
Cuatro pretzels con sal ordena Nate y paga.
Mientras esperamos a que el adolescente nos traiga los pretzels, paseamos por
las cajas llenas de patines y otros equipos para comprar.
Ahorré una eternidad para comprar mi primer par de patines nuevos Nate
sacude la cabeza . Mis padres no tenían mucho dinero, así que quemé tantos pares
de patines usados de amigos que parecían recibir un nuevo par de patines cada seis
meses. Aún recuerdo lo increíble que fue meter los pies en un par nuevos.
Sonrío.
Apuesto a que también recuerdas lo que se siente soportar las ampollas
mientras se estrenan los nuevos patines.
Eso también podría ser cierto. Se ríe mientras su mano roza la mía. Su dedo
índice se agarra al mío, y nos quedamos parados lado a lado mirando los patines.
Aquí tienen llama el chico del mostrador.
Enrosca su dedo alrededor del mío como si no quisiera que me alejara mientras
me lleva de vuelta al mostrador.
Estoy en una prohibición de hombres, pero me siento extrañamente
decepcionada cuando me suelta el dedo para que cada uno pueda llevar dos pretzels
hacia una mesa vacía, están todas vacías desde que la pareja y sus dos chicas se
fueron.
¡Morgan! Nate sostiene un pretzel.
Miro mi reloj.
¿Te das cuenta de que cierran en quince minutos?
Sí, lo sé. Sus labios se tuercen como si estuviera luchando con una sonrisa,
pero su mirada se queda en Morgan y Gabe dirigiéndose hacia nosotros . Coman
les dice a los niños y me guiña un ojo antes de desaparecer a la vuelta de la esquina
hacia la entrada.
¿A dónde va? pregunta Morgan con la boca llena.
Me encojo de hombros, dando un lento mordisco al pretzel caliente.
Unos minutos después, Nate regresa.
Hagamos esto, Elvis. Lleva dos palos y una pila de discos.
¿Hacer qué? Frunzo el ceño.
Mirar quien dispara mejor. Asiente con la cabeza hacia la pista y el chico
colocando una portería en un extremo y varios conos en una línea.
¡Sí! Apuesto a que mi padre ganará.
Frunzo el ceño a Morgan. Se ríe, quitando la sal de su pretzel.
Nate continúa adelante.
Andando, Elvis.
Pongo los ojos en blanco y tomo un último bocado de pretzel antes de seguir a
Nate. Nos ponemos los patines y pisamos el hielo.
Tres tiros cada uno. Tienes que pasar entre esos seis conos y hacer tu tiro
antes de la línea.
¿Qué obtiene el ganador? Me detengo unos metros antes del primer cono.
Si ganas, te enviaré a un día al spa.
Un día de spa me anima un poco.
¿Y si ganas?
Sonríe, dirigiendo su mirada por un breve segundo a los niños que están
comiendo pretzels.
Puedo ver tus otros tatuajes.
Suelto una risa nerviosa.
Mmmm…
¿Qué pasa? ¿Te preocupa que sea el mejor jugador de hockey?
No debería haber aceptado cortarle el cabello. Al igual que no debería estar de
acuerdo con esta pequeña competencia, pero soy terrible en hacer lo que no debería
hacer.
Trato hecho.
La sonrisa de Nate llega a sus orejas.
Fantástico. Las damas primero. Deja caer tres discos cerca de mis pies.
Giro mi cuello unas cuantas veces y mantengo mi palo hacia fuera, girando mi
torso de lado a lado unas cuantas veces.
Me vendría bien un día de spa. Mejor que incluya una manicura y pedicura
también.
Todo lo que tu corazón desee. Guiña el ojo.
Deslizó el disco dentro y fuera de los conos y aterrizó mi primer tiro en la red
por un par de centímetros como mucho.
Nate no dice nada cuando vuelvo a la salida de los conos con una sonrisa
arrogante.
Mi velocidad aumenta junto con mi confianza mientras llevo el segundo disco
a través de los conos y hago mi segundo tiro justo en el medio.
Quiero un masaje con piedras calientes… al menos noventa minutos. Le
guiño un ojo mientras patino en círculos a su alrededor dos veces.
Cuidado… siento que se acerca una derrota.
Nunca. Voy a toda velocidad con el último disco, y rebota en el travesaño.
Tan cerca. Nate me recibe con una sonrisa diabólica.
No se ha acabado. Finjo confianza.
Oh… se acabó, Elvis. Nate se abre camino entre los conos y usa una mano
para disparar.
Gol.
Suerte digo, manteniendo mi cabeza en alto.
Suerte, ¿eh? Maneja el disco como un ebrio antes de hacer otro disparo con
una sola mano.
Gol.
¿Quieres que me frote contra ti…? tal vez mi suerte se te pegue para la
próxima vez.
¿Qué pasa si hay un empate? Golpeo mi palo en el hielo.
Si es empate, tú ganas.
No. No me gusta eso. Frunzo los labios . No hay nada. No hay día de
spa. No hay tatuajes.
Suena aburrido… Patina hacia atrás, maniobrando expertamente el disco
a través de los conos sin romper el contacto visual conmigo. Entonces… porque he
tenido un poco de mala suerte de todos modos… se mantiene de espaldas a la
portería y dispara.
Hijo de puta.
Nate no se da la vuelta. Ni una sola mirada hacia atrás. Patina hacia mí
sabiendo muy bien que ha hecho el disparo.
Hora de irnos, niños. Pasa a mi lado, agarrando mi palo.
Mis dos tatuajes no vistos crean esta brecha entre nosotros. En el camino a casa,
no nos hablamos, solo a los niños. Siento su ocasional mirada lateral sobre mí
durante el viaje, pero cierro los ojos y lo ignoro, optando por concentrarme en la
brisa que me baña en su fresco convertible.
¿Puede Gabe venir a cenar? pregunta Morgan al segundo que salimos del
auto.
Claro. Tengo pescado que podemos asar a la parrilla. ¿Les gusta el pescado?
pregunta Nate, su atención se divide por igual entre Gabe y yo.
Me gusta el pescado. Gabe sigue a Morgan hasta la puerta.
¿Qué hay de ti? Nate sonríe, dejando que sus ojos hagan su habitual y lenta
inspección de mi cabello antes de que su mirada recorra mi cuerpo.
Miro mi reloj.
En realidad tengo algo que necesito hacer. ¿Lo dejamos para otro día?
Mira al cielo.
No parece que fuera a llover, pero lo pospondremos por el clima.
Grandioso. Así que… gracias por alimentar a Gabe. Sacó el llavero del
Land Rover de mi bolso.
Supongo que he sido investigado a fondo… te parece bien dejar a Gabe
conmigo.
No confío en ti, pero confío en Morgan. Le doy una sonrisa tensa antes de
girar y caminar por el césped hacia la camioneta . Envíalo a casa después de la
cena. Tengo la sensación de que estuvo despierto casi toda la noche en su fiesta de
pijamas.
Buena maternidad.
Lo miro mientras subo al Land Rover. La sonrisa de Nate es genuina, y creo
que su cumplido también lo es.
Gracias. Empiezo a cerrar la puerta y luego me detengo . ¿Nate?
Deja de retroceder a la casa y se vuelve.
No me estoy entrometiendo. Y espero que no sea cruzar una línea
preguntarte esto, pero ¿de qué color era el cabello de tu esposa cuando estaba
embarazada de Morgan?
Entrecierra los ojos, sin decir nada durante varios segundos.
Eh… castaño. ¿Por qué?
Por nada. Buenas noches.
Nathaniel
a tarde siguiente, trabajo en mi libro desde mi cama mientras Morgan
teje en su habitación. Ella es una experta tejedora. Poco sabían Gabe,
el señor Hans y Gracelyn… que iban a recibir regalos tejidos antes de
que volvamos a casa en agosto y Hunter también va a recibir algo.
Me alejo de la vista cuando veo a Gabe dirigirse hacia la terraza. Unos
segundos más tarde, mmm… bien. Supuse que la persona que se escabullía debajo
de la terraza sería Gracelyn, pero no lo es. Me acerco a la ventana pero me quedo a
un lado. La mujer se quita la ropa y la mete en una bolsa de plástico antes de vigilar
la zona para ver si no hay moros en la costa. ¿Quién es esta…?
Vaya… susurro. Sí, es Gracelyn después de todo, pero con el cabello rojo.
Como el cabello rojo de Ed Sheeran, que en realidad tiene un aspecto más
anaranjado. Lo mete detrás de su oreja en un costado y sube las escaleras.
¡Voy a la casa de Gabe! Claramente no soy el único que se ha concentrado
en su llegada.
¿Por qué no juegan afuera por un rato? Está agradable.
Ugh… bien. Le diré que tenemos que estar afuera… pero solo por una hora.
Estuve afuera casi toda la mañana con Hunter y lo sabes.
¿Cuándo empezaste a hacer las reglas? grito hacia abajo, sabiendo que ya
está a mitad de camino de salir por la puerta.
Clic.
Finjo que no me escuchó, pero tengo la sensación de que me ignoró. Realmente
necesita volver a los nueve años y quedarse allí para siempre. Después de tapar mi
bolígrafo, me dirijo hacia abajo. Si soy honesto, quiero que jueguen afuera porque sé
que eso también hará salir a mi nueva vecina pelirroja.
La puerta pantalla cruje cuando la abro con facilidad y miro a la vuelta de la
esquina. En el momento justo… los tres chicos corren hacia la playa con un frisbee y
un balón de voleibol. Gracelyn está sentada en el columpio del porche, con un
vestido corto de verano azul que luce increíble con su nuevo color de cabello.
Mientras me acerco al porche, ella sonríe. Es un poco más reservada que la
sonrisa que estoy acostumbrado a recibir de ella.
Me encanta el nuevo color.
Sí. Estoy segura de que sí. Desvía su mirada hacia los chicos mientras yo
me siento en el columpio junto a ella.
Supongo que no te gusta.
Se encoge de hombros.
Está bien.
¿Está todo bien?
Al inclinar su cuerpo hacia mí, me muestra la misma sonrisa tensa. Es raro,
como si estuviera esperando que yo responda a la misma pregunta que acabo de
hacer.
¿Supongo que todo no está bien? digo lentamente.
Vaya… mírate, pasando menos tiempo mirando mi cabello ahora mismo…
mi cabello recién teñido… a favor de encontrarte con mi mirada. Apunta sus
dedos índice y medio a sus ojos.
Acabo de decir que me gusta tu cabello.
Mmm… sí. Se aparta de mí otra vez, dirigiendo su atención a los chicos
que juegan al frisbee.
Gracelyn, no soy bueno para los juegos de adivinanzas. Solo dilo. No sé lo
que hice.
Escucha, esto no tiene ningún lugar a donde ir de todos modos. Te vas en
menos de dos meses y yo he terminado con los hombres. Así que aunque el beso fue
agradable, bueno, tal vez más que agradable y el coqueteo y la apuesta tonta de ver
mis tatuajes fue divertida, es hora de una revisión de la realidad.
Está… bien. ¿Y qué es eso de una revisión de la realidad?
No soy tu esposa.
Mi cabeza se sacude.
¿De qué estás hablando? ¿Qué tiene que ver Jenna con esto?
Esta atracción comenzó porque mi cabello te recordaba a ella cuando se
conocieron por primeva vez. Siempre miras fijamente mi cabello antes de mirarme a
los ojos o cualquier otra cosa, pero justo ahora… miraste mi rostro y mi vestido,
después miraste mi cabello por menos de un segundo. Y la decepción en tu rostro fue
tan obvia. Ya no soy ella. Razón por la cual… Ella pasa sus manos por su cabello
anaranjado … le cambié el color. Ya he lidiado con suficientes fantasmas en mi
vida. Lo último que necesito es ser el fantasma de tu esposa muerta.
Abro la boca para hablar, pero no sale nada. No hay palabras. ¿Debería
disculparme? ¿Enojarme? Honestamente no lo sé porque no lo vi venir. Es imposible
darle sentido a todo lo que acaba de decir.
Yo… me temo que lo has malinterpretado…
Está bien, Nathaniel.
Ahora es Nathaniel. Definitivamente está disgustada.
Está bien aferrarse a ella. Está bien si nunca sigues adelante. Está bien si
nunca encuentras esa clase de amor otra vez porque ella era la indicada y nadie más
se le acercará. Toma un sabio consejo de alguien que lo sabe… los tríos no funcionan.
Si tu corazón no puede dejarla ir, entonces la llevarás contigo en cada nueva relación.
Y aunque esté muerta y nadie pueda verla… la sentirán.
Ahora está claro. El hombre que la dejó en el altar debe haber perdido a
alguien. Y él no podía dejar ir a ese alguien. Esa es la mirada que ella vio en sus ojos
antes de que él la abandonara.
Lo siento digo con total sinceridad . Creo que leí todo esto de forma
equivocada. Después de años de mudarme de un lugar a otro, hacer amigos, dejar
amigos, pero vivir en el momento con Morgan, asumí que nosotros, tú y yo,
podríamos tener este momento. Un momento divertido que se sintiera
emocionalmente seguro porque ambos sabíamos que no habría expectativas al final
del verano.
Suspiro, redirigiendo mi atención a los chicos en la playa ya que Gracelyn no
me mirará.
No tengo enormes acantilados de los que tirarme en Madison, pero
aproveché el momento en que tuve la oportunidad. Quería hacer el recuerdo.
Morgan y yo hemos experimentado tanto que probablemente no volvamos a
experimentar nunca más. Y por mucho que extrañemos algunas de esas experiencias
y a la gente que hemos conocido en el camino, no hay arrepentimiento. Me pongo
de pie, alejándome del columpio, dándole la espalda . Te besé, Gracelyn Glock. Y
lo hice sin arrepentirme. Lo hice sin pensar en Jenna.
Bajando los pocos escalones, vuelvo a mi terraza y tomo asiento para ver a los
chicos. No tenía idea de que Gracelyn estaba tan atrapada emocionalmente en su
pasado.
A la mañana siguiente, me despierto con algo de claridad. Si soy
completamente honesto, el parecido con Jenna era casi espeluznante cuando conocí
a Gracelyn. He visto otras mujeres con rasgos que me recordaban a Jenna. Eso no
cambia el hecho de que besé a Gracelyn, no a un fantasma de mi esposa.
Tampoco cambia la situación actual. Nos vamos a ir en menos de dos meses y
Gracelyn tiene su plato lleno con Gabe, la pérdida de sus padres, su nuevo papel en
la vida y un pasado que incluye la desgracia en el amor.
¡Papááá! Mi alarma favorita suena justo cuando termino de ponerme mis
pantalones cortos para correr y una camiseta.
¡Mooorgan! llamo desde el baño mientras me aplico desodorante.
¡Oh, Dios mío! ¡Oh, Dios mío! ¡Oh, Dios mío! Entra rebotando en la
habitación lista para explotar de emoción . Hunter y el señor Hans están abajo. Se
suponía que no debía decirme esto porque el señor Hans quiere discutirlo primero
contigo, pero lo hizo. Y ahora tienes que prometerme que dirás que sí. Tienes que
decir que sí o nunca te lo perdonaré.
Estrechando mis ojos ante su completa locura, inclino la cabeza hacia la puerta.
¿Están abajo ahora mismo?
Sí.
Me muevo hacia la puerta.
No. ¡Detente! Déjame decírtelo primero.
Frunzo el ceño.
Hazlo rápido.
Deja salir una lenta respiración, sus manos agarrando mis dos brazos mientras
me mira.
El señor Hans y Hunter se reunirán con sus padres en Disneylandia.
¡Alquilan un lugar por cuatro días y hacen todas las cosas divertidas en los parques!
Y el señor Hans dijo que Gabe y yo también estamos invitados. ¡Oh, Dios mío! ¡POR
FAVOR, di que sí! ¡TIENES que decir que sí!
Morgan…
¡Papááá! ¡POR FAVOR! Se pone de rodillas y dobla las manos delante de
ella. He visto muchos lados de mi hija, pero este nivel de súplica y completa
desesperación es nuevo.
En diez años, me he alejado de ella por la noche solo una vez. La dejé con su
niñera mientras iba a una conferencia, pero confiaba completamente en su niñera. Y
ellas estaban confinadas en la casa. Disneylandia con el señor Hans y los padres de
Hunter, a quienes no he conocido, es un escenario muy diferente.
Mientras recoges los pedazos de tu yo desmoronado, yo voy a bajar a hablar
con el señor Hans. Doy un paso hacia la puerta y ella se lanza contra mi pierna,
envolviéndola con sus brazos.
¿Quién es esta chica?
Sigo moviéndome con ella pegada a mi pierna. Me suelta cuando llegamos a
las escaleras, pegada a mis talones mientras bajo hacia una sonriente Hunter y el
señor Hans que esperan en la entrada.
Buenos días. Devuelvo una sonrisa . Así que he escuchado que ha habido
una gran invitación a Disneylandia.
El señor Hans se ríe.
Sí. Mi audición no es la mejor, pero escuché a Morgan dándote los detalles.
Asiento lentamente, echando un vistazo rápido a Morgan. Su rostro está rojo,
su nariz fruncida, como si esto fuera una tortura.
Nos vamos esta tarde. Sé que es poco tiempo para avisar, pero cuando los
padres de Hunter decidieron alquilar un lugar que alberga a seis, ella se apresuró a
hacer las cuentas y me preguntó si Morgan y Gabe podrían venir también, ¿ya que
Morgan aparentemente nunca ha ido? Frunce el ceño como si no pudiera creer
que eso es cierto.
No. No ha visto Disney. Me abstengo de mencionar todas las maravillas
del mundo que ella ha visto que son un millón de veces mejores que Disney.
Bueno, nos encantaría que viniera, pero solo si estás cómodo con ello. No
estoy intentando presionarte.
¿Gabe va a ir?
Gracelyn dijo que si Morgan va, él puede ir dice Hunter, apretando su
larga y rubia cola de caballo.
Genial. Ahora el destino divertido de Gabe también está en mis manos. Qué
amable es Gracelyn al dejar caer esta decisión en mi regazo.
Bueno, necesito correr y aclarar mi mente antes de tomar esta decisión.
Gracelyn se va a trabajar al mediodía, así que tienes que tomar tu decisión
antes de que ella se vaya. Hunter hace una mueca mientras pone el reloj en cuenta
regresiva.
Miro mi reloj.
Son las ocho. Volveré a las nueve y tomaré mi decisión para las diez. ¿Eso
funciona para todos?
El señor Hans se ríe, apoyando su mano en el hombro de Hunter.
Está bien. Y está bien si no te sientes cómodo con ello. Encontraremos
muchas otras cosas divertidas que hacer para más tarde si Hunter vuelve a
visitarnos.
No está bien murmura Morgan a mi lado.
Disfruta de tu carrera. Vamos, Hunter. ¿Cómo suena hacer panqueques para
hoy?
¿Con arándanos como los que solía hacer la abuela?
Veré qué se me ocurre. La lleva a la puerta.
Tan pronto como están al final de las escaleras de la terraza, busco mis zapatos
para correr.
Va a ser un no, ¿verdad? Siempre es un no. Nunca quieres que haga nada sin
ti. Siempre te preocupa que me pase algo.
Quieres decir, te amo murmuro como respuesta mientras término de
atarme los zapatos.
¿Por qué no me metes en una pecera o en una jaula para pájaros? ¿Por qué
no me encierras en mi habitación? Así no tendrás que preocuparte de que haga
amigos o me raspe la rodilla o bese a un chico. No tienes que preocuparte porque
me enamore, me case y muera como lo hizo mamá.
Morgan… Me giro justo cuando sube corriendo las escaleras y cierra de
golpe la puerta de su habitación.
De pie en la puerta de pantalla con mis manos a cada lado, veo la variedad de
aves marinas que llegan a la orilla, graznando y picoteándose unas a las otras y los
restos de comida y basura que han ensuciado partes de la costa. Pienso en lo duro
que trabajé para pasar la escuela, para convertirme en profesor… lo duro que trabajé
para convencer a Jenna de que debería salir conmigo. Pienso en cuánto tiempo
esperamos para tener a Morgan porque queríamos estar listos. Esperamos por el
momento perfecto .
Luego pienso en la muerte de Jenna. Pienso en mi mejor amiga muriendo
trágicamente antes de que yo alcanzara la edad de la razón. Pienso en todo lo que
he intentado controlar en mi vida y a dónde me ha llevado. Si quisiera mantener a
Morgan en una caja de cristal, no habría hecho nuestras maletas y me habría puesto
a conquistar el mundo.
No se te puede dar algo sin que tengas que dejarlo ir.
Llamo a su puerta varias veces antes de abrirla lentamente. Morgan se limpia
rápidamente el rostro y cuelga las piernas del lado opuesto de la cama, dándome la
espalda y sin dirigirme la palabra.
Podrían tener un accidente de auto fatal de camino a Disneylandia. Alguien
podría llevársela si se pone demasiado curiosa y se aleja por su cuenta. Un juego
mecánico podría romperse y matarla. Podría intoxicarse con comida, extrañar su
casa, un hongo carnívoro de una piscina… o un millón de otras cosas que me
aterrorizan.
O… podría sentir la adrenalina de una montaña rusa. Podría deslumbrarse con
las princesas y los fuegos artificiales increíbles. Podría pintarse el rostro y comer
panqueques con forma de ratón con sus nuevos amigos. Podía ganar una sensación
de confianza lejos de mí. Podía desplegar sus hermosas alas.
No sé si el lugar que alquilan tendrá lavadora y secadora, así que empaca
suficiente ropa interior.
Morgan se da la vuelta rápidamente, con la boca en forma de O en un enorme
jadeo.
¿Puedo ir?
Asiento con la cabeza una vez. Antes de que pueda respirar, ella está en mis
brazos, abrazándome tan fuerte que casi me arranca las lágrimas de los ojos.
Papi… gracias. Gracias. Gracias. Te quiero taaanto. ¡Eres el mejor papá de
todos los tiempos!
¿Puedo tener eso por escrito?
Se aparta.
Limpio sus lágrimas residuales.
Voy a darle una lista kilométrica llena de advertencias y precauciones que
quiero que tomes. Ya las ha escuchado antes, pero tienes que dejarme decirlas de
todas formas.
Absolutamente. Yo empaco y tú haces lo de ser papá. Ella saca su bolso de
debajo de la cama.
Amo a esta chica. Ella es mi mundo. Mis manos la liberarán… la pondrán en
libertad. Pero mi corazón no puede soltarla, lo que significa que ella lo arrancará de
mi pecho y se lo llevará con ella para siempre. Y esperaré a que ella regrese… a que
mi corazón regrese.
Ella hace las maletas. Yo rezo.
Entonces ella corre al lado para decirle a Gabe que también haga su maleta.
Soy. Un. Desastre.
Gracelyn
a dejó ir.
Nunca esperé que Nate dejara ir a Morgan. Su impactante
decisión significó que yo también tenía que dejar ir a Gabe. No tengo
idea si Kyle y Emily hubieran dicho que sí. Mi querido hermano
probablemente me está mirando con desaprobación en este mismo momento.
Pongo mi cena de microondas en la mesa y sirvo una copa de vino. Si voy a ser
irresponsable, bien podría hacerlo bien. El silencio me persigue. Olvidé lo que es
comer sola… estar sola.
Incluso cuando Gabe va a la casa de un amigo, el señor Hans está aquí. Debería
abrazar este momento, pero es extrañamente deprimente. Sin embargo, no es un
sentimiento extraño. No soy ajena a la soledad. Después del fiasco de mi boda, la
abracé.
Seguramente puedo manejar cuatro días de mi vida anterior.
Después de la cena, salgo a caminar por la playa, encrespando los dedos de los
pies en la arena húmeda mientras las olas armoniosas de la marea se arrastran hacia
la orilla. Dando la vuelta, a una kilometro más o menos por la costa, regreso antes
de que el sol se extinga por la noche. Salgo al paseo marítimo y me quito la arena de
los pies, el crujido de una tabla me hace levantar la mirada.
Nate estira una botella de cerveza y me mira desde la silla en su terraza. Sacudo
mis manos y me dirijo al pie de sus escaleras.
La dejaste ir.
Apoyando la botella en el brazo de la silla, asiente.
La dejé ir. Él suena… diferente. Monótono. Deprimido.
Aunque yo también me preocupé por la decisión, de ahí la razón por la que se
la dejé a él, creo, espero, que fue la correcta. Les envié un mensaje a mis padres al
respecto, por supuesto, después de que él se fue. Acordaron que era lo correcto.
Considero compartir esta información algo reconfortante con Nate, pero no
estoy segura de que esté listo para escucharla.
Buenas noches. Ofrezco una pequeña sonrisa y me dirijo a casa para
terminar mi botella de vino y ver a Jamie, quiero decir, Outlander.
Palomitas de maíz.
Vino.
Sin sujetador.
Jamie al aire.
Al final del segundo episodio, mi vino se acabó, mis mejillas se sonrojaron y
me siento súper relajada.
Toc.
Toc.
Toc.
Toc…
Los golpes continúan a un ritmo lento pero constante, como un pájaro
carpintero borracho.
¿Quién… es? No le digo a nadie mientras subo las escaleras lentamente,
como si estuviera borracha, pero no lo estoy. Solo estoy… súper relajada.
No quedan más cosas que dar.
Me río de mi cerebro de ardilla. Luego me río de mi cerebro llamándose cerebro
de ardilla. Finalmente, abro la puerta con una mano mientras sostengo lo que ahora
es solo la botella de vino en la otra mano.
Nathaniel. Sonrío. Se siente como una buena sonrisa. Al menos creo que
todavía puedo sentir mi sonrisa.
No me mira el pelo. Nop. Comienza con mis pies descalzos y sube por mi
cuerpo: piernas desnudas, shorts de mezclilla con bordes con flecos y una camiseta
negra sin mangas. Luego fija su mirada en mi cabello.
Nop. Lo siento. Todavía soy pelirroja. No tú esposa muerta. Me muerdo
los labios. ¿Acabo de decir esposa muerta? Seguramente no. Continúo . ¿Eso es
todo lo que querías?
Entrecierra los ojos y ladea la cabeza.
¡Ya es suficiente con mi cabello!
¿Qué es eso? Se estira a la parte superior de mi cabeza, pero tropieza en el
umbral.
Agarro su torso para estabilizarlo, pero me hace tambalear un poco. ¿Está
borracho? Qué irresponsable de su parte.
¿Qué es qué?
Nate hace un segundo intento de alcanzar la parte superior de mi cabeza.
¡Ay! Mi mano intenta detenerlo, pero es demasiado tarde.
Se ríe, colgando mi sostén entre nosotros con varios de mis cabellos pegados al
gancho.
Tu sujetador colgaba de tu cabello. Se ríe un poco más.
Sí, él está ebrio.
Se lo arrebato de la mano y lo escondo detrás de mi espalda… como si no lo
hubiera visto. Me quité la cosa asesina durante el primer episodio de Outlander y la
arrojé sobre mi hombro. Debe haberse enganchado en mi cabello.
¿Estás borracho?
Sacude su cabeza.
No. No ebrio. No lo suficientemente sobrio para conducir, pero no borracho.
¿Tú? Agarra mi muñeca y levanta mi mano, la que sostiene la botella de vino.
No estoy borracha. Solo estoy relajada.
Ya extraño a Morgan. Él frunce el ceño. Es un ceño adorable. La versión
realmente relajada de mí quiere besarlo en la cara
»Y no puedo hablar con ella porque no tiene teléfono porque soy un padre
paranoico imbécil que soñó demasiado para la realidad.
¿Quieres que le envíe un mensaje de texto a Gabe para obtener una
actualización? Levanto la botella hacia mi boca y me inclino hacia atrás. Mierda…
está vacía. Echo un vistazo a la silla, justo dentro de la sala de estar, y tomo la terrible
decisión de tirar la botella sobre la silla.
¡Crash!
No lo logra. En cambio, se rompe en el suelo de baldosas.
”ien… Nate levanta las cejas, estudiando el desorden en el suelo . Creo
que has roto el azulejo.
Oops. Mierda. Me estremezco . Bueno suspiro . Lo bueno es que sé
dónde están la escoba y el recogedor. Doy una vuelta amplia para evitar los
vidrios rotos con mis pies descalzos y agarro la escoba y el recogedor del garaje.
Siento que acabo de ayudarte a limpiar un desastre en este piso.
Lo hiciste. Barro el desorden y me pongo en cuclillas junto a Nate, que está
sosteniendo de nuevo el recogedor.
Levanta la cabeza, dejándonos a una corta distancia.
No creo que seas Jenna susurra . No la besé a ella ese día en la cocina.
Mis labios se frotan, recordando ese beso.
No tengo la capacidad emocional de enamorarme de ti le digo, mirando
su boca por un segundo antes de arrastrar mi mirada ya lenta hacia sus ojos . Y
simplemente no quiero hacerlo. El amor duele demasiado.
Entonces no lo hagas. Cierra el pequeño espacio y me besa.
Dejo caer la escoba. Él deja caer el recogedor.
Las manos de Nate enmarcan mi rostro, guiándome a ponerme de pie mientras
profundizo el beso. Temerosa del desastre acumulado a nuestros pies, rompo el beso
y miro hacia abajo. Engancha su brazo alrededor de mi cintura y me levanta, dando
un gran paso hacia la sala de estar con su alfombra beige y un sofá cubierto con una
manta.
Él se sienta en él, posicionándome a horcajadas sobre su regazo. Sonrío un
segundo antes de besarlo. Sus manos se posan en mis caderas para un largo beso.
Cuando tarareo, él mueve sus manos hacia mi trasero, acercándome a él. El cerebro
de ardilla hace un intento de enfocarse en no montar en seco a mi vecino. Es solo un
beso. Sabíamos que habría un segundo beso.
Es un segundo beso realmente genial. Técnicamente, es un tercer beso, pero
como el vaso interrumpió el segundo beso, estoy declarando este el Beso 2.1.
El Beso 2.1 es mejor que el segundo beso original. Tal vez sea su lengua
exploradora o sus manos agarrando mi trasero. Quizás son mis pezones sin
sujetador duros y frotándose contra su pecho. Pero lo más probable, es su erección
presionada entre mis piernas.
No. Lo. Montes. En. ¡Seco!.
El cerebro de ardilla sabe de lo que está hablando.
Me levanto en mis rodillas para obtener un mejor ángulo… solo en la boca.
¡Ay! Me alejo.
Nate alivia su control sobre mí.
¿Qué? Lo siento. ¿He hecho algo?
Inclinándome hacia la derecha, levanto mi pierna izquierda para mirar mi
rodilla. Algo afilado lo cortó.
¿Qué es…?
Oh, Dios mío… ¡quítala! Me estremezco como si pudiera desconectar el
resto de mi cuerpo de mi pierna y la enorme y gruesa uña de pie amarilla
parcialmente incrustada en mi piel . ¡Qué asco! ¡Quítala! La golpeo, pero no se
mueve.
Nate se ríe.
Quédate quieta. Pellizca el extremo y lo tira. Una gota de sangre se
acumula en mi rodilla.
¡Ugh! Salgo volando de su regazo y salgo corriendo a la cocina, saltando
sobre el mostrador junto al fregadero y abro el agua mientras me mojo la pierna con
jabón y la froto con una esponja.
Nate entra a la cocina, todavía sosteniendo el arma entre sus dedos. Casi
vomito. La tira a la basura.
¡Lávate las manos! Eso es tan asqueroso. ¿Quién deja en el sofá sus uñas de
hongos nudosas y afiladas?
Frota el jabón en su mano. Dejo de fregar por un segundo para frotar el jabón
de espuma tres veces más.
¿Estamos bien? ¿Será esto suficiente para eliminar los gérmenes de hongos
de las uñas de los pies? Sonríe, frotando sus manos en el otro lado del fregadero.
Me pinchó la piel. Probablemente debería recibir una vacuna contra el
tétanos o algo así.
Se muerde los labios y entrecierra los ojos ante mis frenéticos movimientos de
fregado mientras se seca las manos con una toalla de papel.
Creo que lo tienes cubierto. Simplemente cortó la piel.
¡Era como una daga en mi rótula! Paso mi pierna bajo el agua caliente.
Quema, pero necesito matar las bacterias, los hongos, el ébola… lo que sea que haya
estado viviendo en esa uña del pie.
Arrancando varias toallas de papel más, Nate cierra el agua y guía mi pierna
sobre el borde del mostrador. Sus ojos encuentran los míos mientras presiona las
toallas contra mi rodilla, donde la lesión es indetectable. Trato de mantener una cara
seria después de mi colapso sobre una uña, pero una sonrisa minúscula tira de mis
labios. Nate ni siquiera trata de contenerse.
No estoy seguro de que te reembolse el depósito cuando vea el azulejo roto,
pero es posible que puedas incluso defenderte si le cuentas sobre la uña del pie y le
muestras el daño extenso a tu rótula.
Cállate. Pongo los ojos en blanco.
Se mueve hacia un lado y se acurruca entre mis piernas abiertas, manteniendo
una mano presionada contra la toalla en mi rodilla mientras su otra mano aleja unos
mechones de cabello de mis ojos.
Estoy… Miro hacia otro lado . Un poco sobria. “hora estoy un poco…
Mis dientes se clavan en el labio inferior y las arrugas de la nariz.
Estás un poco qué… Él pasa sus labios sobre mi mejilla, dejando que su
mano se deslice hacia la parte posterior de mi cabeza.
Respiro temblorosamente y susurro:
Nerviosa.
¿Has pasado una década sin tener relaciones sexuales?
Me alejo un centímetro con los ojos entrecerrados.
No. ¿Tú?
Asiente lentamente. Me duele el pecho.
¿Por qué?
Levanta un hombro encogiéndose de hombros.
Morgan. Cuando ella cumplió dos años, nos fuimos. Y no hemos vuelto a
Madison en ocho años. Viajar con una hija pequeña no brinda tantas oportunidades
para tener intimidad. Y nunca quedarse en un lugar por mucho tiempo lo hace aún
más difícil.
Entonces… ¿ni una vez? ¿Ningún polvo rápido después de que ella se fuera
a la cama? ¿Nada?
Se ríe.
Nada.
Incluso… no puedo decirlo. No estoy segura de por qué incluso comencé
a hacer la pregunta. Por su puesto que lo hace. ¿Correcto? Seguramente todos los
hombres lo hacen.
Su rostro adquiere un tono vulnerable de rosa mientras se rasca la frente y baja
la barbilla.
Oh… sí. He hecho… eso. Deja a un lado el fajo de toallas de papel y
juguetea con el broche de mi pulsera de oro blanco que Brandon me dio.
Seguramente mi novio muerto tiene algo que decir ahora. Espero su voz en mi
cabeza, aunque nunca suena como si estuviera en mi cabeza. La claridad y el
volumen siempre suenan como si estuviera en la misma habitación donde cualquier
otra persona en la habitación podría escucharlo fácilmente.
¿Cómo va tu libro?
Los labios de Nate se mueven mientras continúa jugando con el brazalete, con
la cabeza inclinada.
Estoy tratando de descubrir cómo terminarlo. Pensé que el final podría ser
nuestra llegada a Madison a fines del verano. A veces me pregunto si el libro termina
cuando Morgan se va a la universidad, pero tendría que cortar mucho del libro si
ese fuera el caso, y solo incluir los principales eventos y aspectos destacados.
¿Gabe, el señor Hans y yo estaremos allí? ¿Pasaremos el corte?
Con una sonrisa deslizándose por su rostro, levanta la cabeza.
No estoy seguro de hacer el corte, pero ustedes tres han hecho una aparición.
¿Cuál es mi nombre?
Me da una mirada divertida. Lo reconozco como la cara de descanso de Gabe.
Gracelyn.
¿Qué pasó con el cambio de los nombres para proteger las identidades de los
inocentes?
Eso requeriría que seas inocente.
Imbécil. Estrecho mis ojos.
Sonríe un segundo antes de besarme nuevamente. No es una versión mejorada
de nuestro segundo beso. Es un tercer beso. Uno independiente. Y es lento, como el
deslizamiento de sus manos sobre mis piernas desnudas.
Lento como el roce de sus pulgares a lo largo de mis muslos internos.
Lento como la necesidad que se construye entre mis piernas.
Tal vez él haya pasado una década sin tener relaciones sexuales, pero estos
labios carnosos suyos sí saben besar. Yo debería ser mejor en esto… menos nerviosa.
Sin embargo, no lo estoy. Él no muestra falta de confianza.
Soy un desastre.
Las inseguridades forman una sola fila en la puerta de mi conciencia, cada una
con un caso para defender. La última vez que tuve relaciones sexuales, mi cuerpo
estaba mejor, mi confianza menos vacilante, mi dirección más clara. Incluso sin abrir
la puerta, puedo escuchar las inseguridades parlanchinas.
Más celulitis.
Pechos menos respingones.
Aparecen puntos rojos a lo largo de mi pecho: angiomas cereza según internet.
Mi trasero no es tan firme.
Tengo vello púbico del que apenas me encargo, pero no estoy segura de que
esté arreglado en la configuración correcta. Quizás Nate prefiera que no haya vello
púbico. Bueno, le espera una sorpresa.
¿Él tiene vello púbico? Michael siempre se afeitaba el área.
¿Trajo un condón?
¿Asume que estoy tomando la píldora? No lo hago.
¿Me preocupan las ETS con un hombre que no ha tenido relaciones sexuales en
más de una década?
¿Tendremos sexo aquí mismo?
No hice mi cama esta mañana.
Seguramente no pensará que podemos reanudar en el sofá infestado de uñas
de pies.
Tal vez perdamos nuestros pantalones aquí y solo acabemos con el asunto. Eso
es lo que hacen Jamie y Claire en Outlander.
Hace bastante calor.
“nal… oh dios… y si le gusta el anal. Leí que es bastante común. No tengo
lubricante. Supongo que necesitaría una ducha, pero nunca he hecho una ducha a
ese agujero. En realidad, tampoco he hecho una ducha vaginal al otro agujero. Mi
médico recomienda no hacerlo.
Me alejo, sin aliento y ardiendo. No es mi típico sofoco pre menopáusico. Es
uno inducida por Nate.
Mi cerebro está listo para explotar.
Sus cejas se fruncen.
¿Estás pensando demasiado en esto?
No. Froto mis labios juntos. Sí. Dejo caer la barbilla y sacudo la
cabeza . Hace cinco minutos, lo pensé demasiado. Ahora, estoy en la ciudad locura.
Podemos hablar sobre eso.
No… Dios no. Me río mientras crecen más piscinas de calor en mis
mejillas.
No hay nada de qué preocuparse. Prometiste no enamorarte de mí. Voy a
devolver el favor. Si nos hacemos buenos amigos, podemos ser amigos por
correspondencia cuando me vaya. Morgan y yo tenemos muchos amigos por
correspondencia en todo el mundo.
Él compró condones… ¿y ahora sugiere que seamos amigos por
correspondencia?
Estoy pensando en el peinado de mis partes femeninas, y él está pensando en
papelería y sellos. Esta brecha puede ser demasiado amplia para cerrar.
Vaya… Trazo el logotipo de su camiseta con el dedo . Si ese beso no nos
hizo amigos, me temo que aparecer en tu lista de amigos por correspondencia podría
ser una hazaña imposible.
Envuelve su mano alrededor de la mía, acercando mi dedo errante a sus labios
y dándole un suave beso.
Me temo que el fiasco del corte de pelo descarriló momentáneamente nuestra
amistad.
Dios… es muy sexy. No sexy como Jamie. Nathaniel Hunt trae su propia marca
de sexy, y estoy completamente hechizada.
Seis semanas.
Puedo hacerlo por seis semanas.
Hechizada no tiene que conducir al amor. Besar a mi vecino no rompe la
prohibición de hombres si técnicamente ni siquiera somos amigos.
Dejando que mantenga mi mano izquierda al lado de sus labios, froto mi mano
derecha a través de su cabello trágicamente corto.
¿Mostrarte mis otros tatuajes me devolvería a la zona de la amistad?
Él levanta una ceja.
Me inclino a decir que sí.
Está bien.
Suelta mi mano y da un paso atrás. Me deslizo hacia arriba mi camisa,
cubriendo mis senos sin sujetador mientras le muestro el tatuaje dos pulgadas
debajo de mi axila; generalmente cubierto por un sujetador.
Es una cereza con el tallo. Se ríe . ¿Tu tercer tatuaje es un aguacate a la
mitad en tu trasero? ¿O es un pretzel salado?
No. Sonrío, empujando mi camiseta sin mangas hacia abajo.
Él cruza los brazos sobre el pecho. Nate con una camiseta ajustada con
pantalones cortos grises que cuelgan perfectamente de sus caderas estrechas es
estimulante para mí. Él es estimulante para mí.
¿Por qué una cereza con el tallo?
Me gustan.
Él pone los labios juntos.
Ya veo. Tendrás que dar más detalles.
Tenía veinte años cuando me los hice. Cuando tienes veinte años, que te
gusten las cerezas es una razón sólida para hacerte un tatuaje.
Bien. Lo creeré. Parece que estamos a un tatuaje de la zona de amigos.
Me temo que te decepcionarás. Tuve que equilibrar las cosas. Levanto mi
camisa del otro lado, la misma área debajo de mi axila.
La sonrisa de Nate hace cosas graciosas en mi estómago y hace que mi corazón
se acelere en mi pecho. Cuando se ríe, quiero besar sus labios nuevamente, llamarlo
nuestro primer beso y prometer un millón más antes de que se vaya en seis semanas.
Déjame adivinar… te gustan los elefantes.
Mucho. Tal vez incluso más que las cerezas.
Pasa el dedo sobre mis tres elefantes sencillos. Pequeño. Mediano. Grande.
Incluso el grande no es muy grande. Están entrelazados, de cola a tronco. Y se
esconden muy bien debajo de mi sostén cuando llevo uno.
Hockey. Cerezas. Elefantes. Entendido. En lugar de retirar su dedo de mi
tatuaje, lo baja por mi costado.
Mi corazón ordena a mis pulmones que dejen de respirar. Creo que lo saben
solos. Es imposible respirar con él tocándome.
¿No tienes tatuajes? Me las arreglo para chillar tres palabras sin usar
oxígeno. Libero mi camisa, pero su mano permanece a mi lado, conteniendo la
respiración como rehén.
Nah. Lo he pensado, pero creo que he esperado demasiado. Debes comenzar
a una edad más temprana, cuando elegir qué poner permanentemente en tu piel es
tan fácil como tu fruta o animal favorito. Él desliza sus dedos hacia atrás de mi
camisa hacia mis tres elefantes, y peligrosamente cerca de mi pecho desnudo.
Es una muestra sutil de intimidad, una paciente seducción. Tal vez no ha
tenido relaciones sexuales en más de una década, pero Nathaniel Hunt sabe cómo
excitar a una mujer, y es fácil.
Piel sin manchas. Trago fuerte . Eso es intimidante. O aburrido.
Renuncio a una sonrisa que oscila entre mueca y nervios.
¡Mano cerca de mi pecho!
Su sonrisa confiada se apodera de su rostro.
Tengo una marca de nacimiento.
¿Dónde?
Se inclina hacia mí, pasando sus labios a lo largo de mi oreja mientras susurra:
Tendrás que buscarla.
Aprieto su camisa, alejándolo lo suficiente como para ponernos cara a cara.
Eres un provocador. Creo que ocultas tus inseguridades bajo esta falsa
confianza. Le doy otro empujón, me bajo del mostrador y regreso a la botella rota
de vino.
¿Cuáles son mis inseguridades? Me sigue.
Recupero el recogedor lleno de vidrio y la escoba, vuelvo a la cocina y le dedico
una sonrisa con los labios cerrados al pasar
Mmm… veamos. Creo que estás fingiendo confianza. Vacío el vidrio y
devuelvo la escoba y el recogedor al garaje.
¿Fingiendo? ¿Qué te hace pensar eso? pregunta tan pronto como cierro la
puerta del garaje.
Me recuesto contra ella y cruzo los brazos sobre mi pecho, reflejando su
postura contra la isla.
Porque no tienes una porción de pizza tatuada en el bíceps o un disco de
hockey en la pantorrilla. Porque lo dijiste tú mismo: las cosas importan más ahora
que hace veinte años. Entonces robas besos. Me miras como si fuera la chica de la
clase de ciencias que llamó tu atención, pero cuando me tocas, siento tus
inseguridades. La disfunción eréctil no es nada de qué avergonzarse. No eres el
hombre joven y viril que una vez fuiste. Ya no soy la seductora ágil que solía ser.
Me encojo de hombros
Vaya… Echa la cabeza hacia atrás y presiona una mano contra su pecho
como agarrando las perlas de su abuela . Me siento un poco violado. ¿Cuándo pasó
esto de un beso a disfunción eréctil? Estás saltando muchas bases. Estás asumiendo
que planeo tener sexo contigo. Nos conocemos desde hace un mes. Yo… Deja la
mandíbula abierta mientras sacude su cabeza lentamente . No sé qué decir. Abre
los labios varias veces, con los ojos muy abiertos y rodando hacia un lado . Creo
que mejor me voy. Te he tentado demasiado. Necesitas refrescarte un poco.
Es oficial.
Estoy en problemas.
Primero, sabes muy bien que soy fresca como una lechuga o tu deseo sexual
que se ha congelado en el tiempo. En segundo lugar, tengo que trabajar por la
mañana porque soy una adulta de verdad con un trabajo de verdad. Tercero, tengo
que terminar mi episodio de Outlander. “sí que… sí, será mejor que llegues a casa y
te pongas el pijama de franela de viejo, tomes tu Sports Illustrated Edicion de Vestidos
de Baño y una botella de lubricante. Lanzo una sonrisa mostrando todos los
dientes, sintiendo orgullo hinchándose en mi ego despierto.
La sonrisa de Nate muestra moderación encomiable. Luego se frota los labios,
humedeciéndolos. La sonrisa completa estalla segundos después, un incremento a
la vez, como una flor floreciendo o el sol despertando en una mañana despejada.
Duermo desnudo.
Yo también.
Yo no. Nop. Me pongo unos shorts, camisetas raídas y medias suaves. En
invierno, duermo con un traje de sudadera completo, con capucha.
La mirada de Nate da un tranquilo paseo por mi cuerpo antes de alejarse del
mostrador.
Ha sido divertido. Buenas noches, Elvis.
Manteniendo una distancia segura, lo sigo hasta la puerta.
Buenas noches, vecino.
Nathaniel
organ me llama usando el móvil del señor Hans la tarde siguiente.
Trato de actuar tranquilo, pero de nuevo, me rompe el corazón
cuán rápido ha madurado.
Pasamos todo el día en las atracciones. Fui a la Torre del
Terror, y esta atracción que te hace sentir como si estuvieras volando. Me saqué una
foto con todas las princesas y con Goofy también. ¡Papá! Es increíble aquí. Estabas
tan equivocado. ¿Cómo no sabías que me encantaría estar aquí? Gabe monta con el
señor Hans en la mayoría de las atracciones, y yo me siento con Hunter. Papá, ella
es tan genial. Tiene un novio. ¡Un novio! Así que le he estado haciendo muchas
preguntas para que no tengas que fingir que no sabes las respuestas cuando te
pregunto.
Mátame. Ahora.
Me alegro de que la estés pasando bien. Te echo de menos. Me
avergüenzo. ¿Está bien decir eso? ¿O la estoy asfixiando? Ya no lo sé.
Yo también te extraño. Ojalá hubieras podido venir también. Te encantaría.
¿Has estado en una montaña rusa antes? ¡Son increíbles!
Me río.
Sí, he estado en una montaña rusa. Algunas personas les tienen miedo.
Hunter les tiene miedo. Así que subo con Gabe. Tienes que medir ciento
veinte centímetros. No hay problema. Soy alta como tú, papá.
Me recuesto en el sofá y dejo mis cuadernos a un lado mientras una sonrisa se
forma en mi cara. Por supuesto, a mi hija le encantan las montañas rusas. A mí
también me encantan y a Jenna también. Es el producto de dos personas muy
aventureras. Me imagino a Jenna dándome su aprobación por dejar que nuestra
pequeña abra sus alas y se lance a una nueva aventura, aunque sea sin mí.
A tu madre también le encantaban las montañas rusas.
¿Le gustaban? Lo sabía. Siempre supe que era increíble.
Sí… susurro mientras sus palabras se clavan en mi corazón como un tren
de carga.
Me tengo que ir. Vamos a cenar y luego a ver un desfile y fuegos artificiales.
¡Estoy tan emocionada!
Estoy emocionado por ti. Te quiero.
Yo también te quiero, papi.
Papi…
Me derrito.
Adiós.
Después de colgar la llamada, tiro mi teléfono a un lado, justo cuando Gracelyn
llega a casa, tomando su habitual posición donde se desnuda bajo el balcón y detrás
de los arbustos. Un hombre mejor haría la vista gorda y la dejaría hacer lo suyo en
la intimidad.
Soy muchas cosas, pero después de anoche, no estoy seguro de ser un hombre
mejor. Confirmando mi falta de caballerosidad, me dirijo a un lado de la casa,
encontrando mi mejor sonrisa para cuando levante la vista después de meter la ropa
en la bolsa de plástico.
Elvis. Me inclino hacia el lado de mi casa, cruzando una pierna sobre la
otra mientras deslizo mis manos en los bolsillos de mis pantalones cortos,
negándome a parecer que estoy haciendo otra cosa que no sea observarla.
Ella frunce el ceño, abrazando la bolsa de plástico en su pecho.
Pervertido.
Observando aves.
No hay pájaros en estos arbustos.
Aún no, pero la observación de aves requiere paciencia.
Ahí está… la sonrisa que no quiere darme. Robaré todo lo que pueda…
sonrisas… besos.
Date la vuelta.
¿Por qué? No es diferente a llevar un bikini. Eso fue lo que dijiste. ¿Verdad?
Respirando hondo y rápido, pone los ojos en blanco, casi tan expertamente
como Morgan. Sale con más confianza de la que siento que realmente siente.
Sujetador blanco básico y ropa interior naranja estilo bóxer, del mismo color naranja
que su pelo. Se ve como en Halloween unos meses por adelantado.
Pervertido total… Pisotea hacia las escaleras.
Ni siquiera lo siento.
Cuando llega a la cima, hace una pausa.
Aquí está tu pájaro. Me enseña el dedo medio sin mirar atrás.
Me río cuando cierra la puerta y cierra las cortinas. Volviendo sobre mis pasos,
tomo el correo del buzón y me siento en la mecedora del porche. Hay varias cartas
para Morgan de amigos por correspondencia y una postal para los dos de Swayze,
la niñera que contraté poco después de que Morgan naciera. La única chica, además
de Morgan, que he besado desde que Jenna murió. ”ueno… y ahora Gracelyn está
en esa corta lista. Mi relación con Swayze fue complicada, trascendental.
Siempre he querido lo mejor para ella. Y cuando veo a sus dos niñas, ambas
con su pelo rubio y sus ojos azules, jugando en la playa en México, me recuerda lo
frágil que es la vida, cómo algunos amores nunca mueren. Me da la esperanza de
que esta vida mía tiene más para dar de lo que probablemente me doy cuenta.
Morgan y Nate,
Espero que encuentren la magia.
~Swayze, Griff, Eloise, & Harley
Querida Gracelyn,
Tenemos una casa, un hogar de verdad. No tengo que marcar días hasta que
nos mudemos de nuevo, y papá puso un columpio de neumáticos en el patio trasero.
Dije que quería una piscina, pero supuestamente hay demasiados árboles. Está
pensando en una casa en el árbol. Supongo que él y su mejor amiga, Daisy, tenían
una cuando eran jóvenes, pero no era de su propiedad. Quiere que esté donde pueda
vigilarme . Algunas cosas nunca cambian.
Mi maestra es la señora Calloway. Fue mi niñera después de que yo naciera.
Mi papá trató de explicar que ella tiene parte del alma de Daisy dentro lo cual le da
algunos de los recuerdos de Daisy. Dijo que lo hizo creyente de la reencarnación.
Eso me gusta. ¿No sería genial si uno de mis amigos resultará ser mi madre
reencarnada? Espero que no sea Candace. Ella no es agradable. Ha pasado una
semana, y ya tuvo que ir dos veces a la oficina del director. Eleanor, se hace llamar
Elle, es mi mejor amiga ahora mismo, pero es pronto. Papá me dijo que sea amable
y que conozca a todos mis compañeros, excepto a los chicos. Dijo que debería
alejarme de los chicos. Le he echado el ojo a Able ahora mismo porque se sienta a
mi lado en el almuerzo ya que su apellido es Iqbal y nos sentamos en el orden
alfabético. ¿Qué tan loco es eso? Cuando se lo dije a papá, dijo: ”ienvenida a la
manada .
Es todo lo que tengo por ahora. Deberías escribirme y decirme si Gabe tiene
problemas en la escuela porque sé que no me lo dirá. Además, asegúrate de seguirme
en TikTok e IG. He posteado muchas fotos y videos con mis nuevos amigos. Por
supuesto, tienen teléfonos reales que no requieren Wi-Fi para funcionar.
Abraza al señor Hans por mí.
Con cariño,
Morgan Hunt
Querido Nate,
Te extraño.
Demasiado directo.
¿Cómo va todo?
Demasiado genérico.
Demasiado acusador.
Vi fotos tuyas colocando el columpio de neumáticos, te ves muy sexy.
Demasiado cachonda.
Demasiado desesperada.
Demasiado acosador.
Los seis pedazos de papel envueltos aterrizan en la basura. Empiezo de nuevo
con la carta fácil.
Querida Morgan,
La emoción en tus palabras salta de la página. Gracias por la carta. El
columpio del árbol parece divertido, y tu patio trasero es hermoso. ¡Una casa en el
árbol sería increíble! Me encantaría ver más fotos de tu nueva casa.
Parece que la escuela va bien, y tienes una gran maestra. Apuesto a que la
señora Calloway está tan emocionada de tenerte en su clase como tú de tenerla como
tu maestra. Acabo de seguirte en las redes sociales. Me hace sonreír el verte tan
increíblemente feliz con tantos amigos. Eres una joven tan inspiradora. Sabía que
los niños se sentirían atraídos por ti, excepto Candace, que suena como un problema.
Le compré al señor Hans calcetines nuevos en Costco. Dice que le asfixian los
dedos de los pies, así que ha vuelto a sus viejos calcetines con agujeros. Creo que
extraña a su esposa, y sabe que ella se los compró.
Hablando de gente desaparecida, te extraño mucho. Gabe no me deja trenzarle
el cabello o pintarle las uñas. No le digas que te lo dije, pero leyó tu carta antes que
nada cuando llegó a casa del entrenamiento de fútbol. Antes de la merienda. Antes
de jugar a los videojuegos. Lo admita o no (y no lo hará porque es un chico), también
te echa de menos.
Publicaré algunas fotos y videos de Gabe jugando fútbol. Hasta ahora no se
ha metido en problemas en la escuela, pero te mantendré informada.
Con cariño,
Gracelyn
Gracelyn
El correo está en el mostrador dice el señor Hans tan pronto como bajo las
escaleras después de tirar mi ropa de trabajo en la lavadora . Una carta de un tipo
de Madison, Wisconsin.
¿Un tipo? Le lanzo una sonrisa torcida mientras paso por el salón de
camino a la cocina . Te refieres a Morgan.
Esta vez no.
Tomó la carta con el nombre de Nate en la esquina superior izquierda y la
abrazó en mi pecho. Cerrando los ojos, saltó arriba y abajo, gritando en silencio
dentro de mí con emoción.
Yo también estaba emocionado. El señor Hans me asusta.
¡Mierda! Salto por mi reacción de colegiala, completamente avergonzada
de que lo haya visto.
Guiña el ojo, arrastrando los pies hacia la nevera.
Estoy… Me aclaro la garganta como si de repente volviera a ser adulta, no
es que importe en este momento . Solo voy a leerla arriba.
Después de sacar una lata de agua con gas de la nevera, abre la tapa y sonríe.
Me lo imaginaba.
Asiento, dándole una sonrisa forzada mientras doy pasos lentos hacia las
escaleras, manteniendo ese ritmo hasta los últimos cinco escalones. Luego corro el
resto del camino hacia mi dormitorio, cierro la puerta y saltó a mi cama. Sacó el
teléfono de mi bolsillo y compruebo la hora. Tengo que salir en una hora para
recoger a Gabe del entrenamiento.
Respirando profundamente y soltando el aire, abro la carta y la despliego. Una
sonrisa golpea mi rostro tan rápidamente; casi me trae lágrimas a los ojos. Su carta
es un desastre. Es un laberinto de palabras, algunas garabateadas, otras dejadas para
que las lea. Claramente, eligió ahorrar en papel, a diferencia de mí y de todo el
bosque de árboles que he tirado a la basura sin enviar una… ni una de las muchas
cartas que le he escrito.
Gracelyn,
Creí que escribirte facilitaría las cosas, que cubriría la distancia de tres mil
kilómetros entre nosotros. Pensé que me haría sentir menos solo mientras Morgan
llena su tiempo libre con nuevos amigos, patinaje artístico, escuchando música y
practicando el piano. Ha querido tomar clases de piano durante años, pero estoy
seguro de que ya te lo ha dicho.
No es más fácil… escribirte. Nada es fácil por el momento. Estamos
establecidos. Morgan está feliz. Mis padres y la familia de Jenna están encantados
de tenerla de vuelta en sus vidas. Estoy a unos días de terminar de editar mi
manuscrito. Los fines de semana he trabajado en la construcción de una casa en el
árbol para Morgan, pero hace frío, así que quizá deba esperar a la primavera para
terminarla. Tengo planes para sorprender a Morgan con un cachorro para Navidad.
Mi vida es perfecta en este momento. Sin embargo, no puedo ser feliz. Es
complicado.
¿Cómo están tus padres? ¿El señor Hans? ¿Gabe? ¿Quién está alquilando la
casa de al lado? Supongo que estoy preguntando quién es la persona afortunada que
te ve desnudarte todos los días.
¿Estoy celoso?
Joder, por supuesto.
Un profesor de mi antiguo departamento en la universidad se retirará al final
del año escolar. Voy a solicitar su puesto. Probablemente sea una posibilidad
remota. Echo de menos la enseñanza. Tal vez un trabajo a tiempo completo le dé
más normalidad a mi vida.
Es curioso lo fácil que fue para Morgan entrar en una rutina. Le encanta, lo
cual no esperaba. Soy yo quien parece no poder adaptarse. Durante ocho años
vivimos bajo el lema: ¿Qué aventura podemos encontrar hoy? Ahora vivimos según
un calendario, nos movemos como robots en piloto automático, y nos apresuramos
a no llegar tarde.
Nunca aproveché la oportunidad para agradecerte por arreglar nuestra
situación con los piojos. Era lo último que necesitaba justo dos días antes de irme.
En lugar de mostrar mi gratitud, actué como un idiota. Lo lamento.
Con suerte, no me llevará cuatro meses volver a encontrar las palabras
adecuadas para escribirte. Si es así, espero que tus vacaciones vayan bien. Espero
que Gabe no sufra un resurgimiento de la pérdida, pero no te sorprendas si lo hace.
Probablemente ya lo sabes por experiencia. Las vacaciones son duras.
Con amor,
Nate
Gabe tuvo una gran temporada de fútbol. Produjo un promedio de dos goles
por partido. Le ofrecí meterlo al baloncesto, pero dijo que no sería muy divertido
sin un aro afuera. ¿Adivina a quién le instalaron un aro en la entrada tres días
después? Lo adivinaste. El señor Hans es el mejor. Sé que tengo que pensar en
encontrar un lugar propio, pero me entristece pensar en dejarlo. Siento que ha
crecido y nos necesita de una manera emocional. ¿Es una locura?
Vamos a Montana a pasar la Navidad con mis padres. Creo que tienes razón
en lo duro que serán estas fiestas para Gabe. Ayudará tener tanta familia a su
alrededor como sea posible. El señor Hans va a ir a casa de su hija para el Día de
Acción de Gracias, así que solo seremos Gabe y yo. Planeo hacer la cena completa.
¿Alguna vez mencioné que tengo grandes habilidades culinarias? Creo que sí.
Quizá deberíamos consultar con el soltero sexy de al lado para ver si tiene
planes. Apuesto a que apreciará mi cocina. No tiene el aspecto de un soldado
escocés, solo unos pocos de élite pueden conseguirlo; pero tiene unos treinta años,
conduce un Tesla, lleva trajes a medida, y se dice en el barrio que le gustan las
mujeres mayores.
¿Qué has estado haciendo?
He oído que la profesora de Morgan era tu niñera. También se mencionó la
reencarnación de tu novia de la infancia. Siento que hay una historia ahí que podría
haber sido compartida cuando te conté mis secretos más profundos.
Me siento tan honrada de que Kyle y Emily me hayan elegido para cuidar de
su hijo. Amo a Gabe hasta la luna y de regreso. Aquí es donde necesito estar. Es
donde quiero estar. Sin embargo, no puedo ser feliz. Es complicado.
Leí un libro de autoayuda la semana pasada. Enfatizaba el poder de la
intención y los pensamientos. Las palabras nos moldean de manera que nos afectan
a nivel celular.
Afortunadamente, no te echo de menos. De hecho, no extrañarte me ha agotado.
Es casi tan agotador como no amarte. No pensar en ti. No sentir tu toque persistente.
No me cuesta respirar ante la idea de no volver a verte.
Supongo que espero que no me eches de menos también.
Tu ex-vecina no enferma de amor,
Gracelyn
Me inclino hacia atrás en mi silla y paso los dedos por mi cabello que es más
largo otra vez y tan desaliñado como mi barba.
¿El soltero sexy de al lado? Ni siquiera puedo pensar en eso ahora mismo. Me
dan ganas de subirme a un avión, golpear su puerta, tirarla sobre mi hombro y
robarla para siempre.
Saco la foto de ella de mi bolsillo. Sí, la llevo conmigo. Solo… la quiero.
No es que no vaya a esperar ocho años o toda una vida por ella. Lo haría. Solo
que no quiero. Mi amor por ella me pone nervioso y completamente inquieto. ¿Cómo
borro la distancia entre nosotros para que dejemos de no extrañarnos?
Gracelyn
uieres ayudar? Miro por encima del hombro a
Gabe mientras mezclo el relleno. La casa huele a
tomillo fresco, perejil, cebolla, ajo, pavo, manzanas
y canela.
Se encoge de hombros.
Sonrío.
Lo tomaré como un sí. Lávate las manos. Te mostraré algunas habilidades
de cocina que te convertirán en un gran esposo algún día.
Mi papá no sabía cocinar.
Me reí entre dientes.
Lo sé. La abuela trató de enseñarle, pero él era realmente imposible de
enseñar.
Él podía hacer otras cosas dice Gabe en un tono sombrío que coincide con
su ceño parcial.
Me limpio las manos con una toalla y me apoyo en el mostrador mientras se
lava las manos.
Sí. Tu papá tenía mucho talento. Era bueno en todos los deportes. Fue un
buen fotógrafo. Podía hacer cualquier cosa en una computadora. Y sabía cómo
moverse alrededor de un automóvil. El abuelo lo hizo cambiar los neumáticos y el
aceite de los autos a una edad temprana. No mucho mayor que tú.
Con su enfoque dirigido a la toalla en sus manos, asiente lentamente.
Lo sé, dijo que cuando cumpliera doce años me enseñaría cómo hacerlo…
cambiar una llanta y el aceite. Se encoge de hombros . Supongo que eso no va a
suceder.
Presiono mi dedo debajo de su barbilla, y Nate haciendo lo mismo conmigo
destella en mi cabeza.
Amable.
Amoroso.
Un simple gesto que dice mírame. Mírame. Te tengo.
Estoy aquí para ti. Si algún día tenemos que ver algunos videos en YouTube
y resolver esto juntos, lo haremos. No tengo miedo de aprender cosas nuevas. Tú
tampoco deberías tenerlo. Tampoco debes tener miedo de tener un momento.
Mueve su mirada de mi barbilla a mis ojos.
¿Un momento?
Un momento. Muchos momentos. Lo que sea que necesites. Cuando las
emociones te golpean así, cuando te das cuenta de que tu padre no cumplirá la
promesa que hizo, cuando tu tía loca es la única familia que tienes en Acción de
Gracias, o simplemente por ninguna razón en particular en un momento dado, no
tengas miedo de decir estoy triste. Estoy enojado. Estoy deprimido.
»No necesitas una excusa. Perdí al primer hombre que amaba hace más de
veinte años, y todavía tengo días en los que quiero quedarme en la cama y solo…
extrañarlo. No podemos controlar cómo nos sentimos en un día determinado, solo
cómo lidiamos con esos sentimientos. Prométeme que no los ignorarás. Prométeme
que les darás la atención que se merecen. Si quieres golpear algo, te compraré un
saco de boxeo. Si quieres llorar, seré la primera en darte un pañuelo. Si quieres ver
tu película favorita con un tazón de palomitas de maíz y una bolsa entera de
regaliz… soy la persona indicada. ¿Está bien?
Quiero ver sus tumbas. Morgan dijo que llevó flores a la tumba de su madre.
No he visto sus tumbas desde el funeral.
Por supuesto. Lo abrazo, descansando mis labios en la parte superior de
su cabeza.
Me ayuda a terminar la cena de Acción de Gracias. Dejamos el desorden en la
cocina, nos ponemos los abrigos y encontramos una tienda de comestibles que esté
abierta. Las cosechas para las flores son escasas, pero buscamos un pequeño ramo
que funcione.
Cuando llegamos al cementerio, dejo que Gabe lidere el camino. Él sabe
exactamente dónde se encuentran sus lápidas. De pie entre ellos, murmura:
¿Dónde pongo las flores?
Donde quieras. La parte superior de las lápidas, la parte inferior. Tú decides.
¿Debo decir algo? Morgan dijo que le leyó un poema a su madre.
¿Tienes un poema?
Sacude su cabeza.
Sonrío y me siento frente a la lápida de Kyle. Gabe sigue mi ejemplo y se sienta
frente a Emily.
Hola, Kyle… Em… feliz Día de “cción de Gracias. Gabe les trajo flores, pero
no les guardó nada de pastel.
Gabe sonríe. Una pequeña risa incluso se escapa.
Tía Gracelyn hace un buen pastel, pero no tan bueno como el tuyo, mamá.
Le devuelvo la misma sonrisa. Puede con esto. Mi experiencia en el cementerio
es bastante extensa. Solía visitar Brandon semanalmente. Cenaba con él. A veces
traía una manta y una almohada y me acostaba a su lado, leía algunos capítulos del
libro que estaba leyendo. Cuando la vida se puso realmente difícil, traía mi
planificador y le pedía su consejo sobre lo que debería hacer con mi vida. Me ayudó
a hacer planes que me negué a hacer sin su ayuda. A veces me recordaba que debía
incluir afeitarme las piernas.
Inclinando la cabeza hacia atrás contra el granito frío, cierro los ojos y escucho
a Gabe contarle a sus padres sobre su verano con Morgan, su viaje a Disneylandia y
todos los goles que hizo durante el fútbol de otoño. Se ríe mientras les cuenta sobre
el señor Hans y la camioneta que revisó sus partes privadas.
No puedo evitar reírme también.
Cuando desaparecen todas las risas, el silencio toma su momento. Luego
susurra:
Los extraño a los dos.
Mis lágrimas no tienen autocontrol, pero cuando lo miro de reojo, veo que las
suyas tampoco. Es su primera visita desde el funeral. Alcanzando, aprieto su mano.
Se hace más fácil… las visitas… se vuelven más fáciles.
Cuando llegamos a casa, envío a Gabe arriba para que simplemente se relaje…
juegue, lo que sea, mientras limpio el desorden. Mientras estoy secando el último
plato, escucho su voz. No es su grito habitual en la pantalla durante un juego. Es
una voz conversacional. Cuelgo el paño de cocina para que se seque y subo las
escaleras lentamente.
Fue extraño hablar con ellos. ¿Crees que me escucharon? pregunta.
Sí. Creo que sí. Es la voz de Morgan.
Sonrío cuando llego a la cima de las escaleras.
Aquí está Gracelyn. Gira su iPad hacia mí.
Morgan sonríe y saluda.
Hola. Feliz día de “cción de Gracias. Ugh… estoy tan llena. Frunce el ceño
y presiona su mano contra su estómago.
Feliz día de Acción de Gracias para ti también. Me acerco un poco más y
miro de reojo la pantalla . ¿Estás en tu casa?
Sí. Esta es mi habitación. Mueve su teléfono en un círculo lento, mostrando
su habitación rosa adornada con luces blancas y LED que recubren el techo.
Es bonita.
¿Quieres ver a todo lo demás?
Eh… no… mmm… Retrocedo.
Son Gabe y Gracelyn. Su voz está un poco apagada mientras la cámara se
mueve desde sus pies saliendo de su habitación hacia los altos techos a una gran sala
llena de gente reunida alrededor de un impresionante muro de piedra y chimenea.
Hola, Gabe. Feliz día de Acción de Gracias dice la madre de Nate.
Feliz día de Acción de Gracias. Gabe vuelve a girar el iPad hacia él.
Hola, amigo. La voz de Nate me envía a un paro cardíaco. Extraño su
voz . Te echo de menos. ¿Estás bien?
Gabe se encoge de hombros.
Supongo que sí.
¿Tuviste una buena cena de Acción de Gracias?
Asiente.
Gracelyn hizo un montón de comida. Fue realmente bueno. Ayudé con los
pasteles.
Nate se ríe y casi me pone de rodillas. El estado de estar bien es frágil. Bien es
equilibrar una mesa en el extremo de un alfiler. El más mínimo movimiento puede
terminar en catástrofe. Escuchar la voz de Nate no es un ligero movimiento; es un
terremoto.
Tengo que usar el baño muy rápido. Toma… puedes hablar con Gracelyn.
Sacudo la cabeza una docena de veces realmente rápido.
Demasiado tarde.
Gabe simplemente coloca el iPad en el sofá, dándole a Nate una linda vista del
techo, mientras hace una línea recta hacia el baño. Tomando una respiración larga e
inestable, me siento en el sofá y lentamente alcanzo el iPad. La anticipación
desentraña mi corazón.
Han pasado cuatro meses, o cuarenta años, desde que lo vi. Mi corazón no lo
sabe porque se siente como la eternidad desde el día en que se alejó bajo la lluvia.
Levanto el iPad y la emoción me quema los ojos en el momento en que aterrizan
sobre él: su cabello grueso y ondulado, el brillo en sus ojos azules, esa barba que está
un poco más corta que la última foto que vi de él, y el suéter rojo.
Observa mi cabello desaliñado, mi cara cansada sin maquillaje y la sudadera
blanca que no me he quitado desde que regresamos del cementerio. Básicamente,
soy lo opuesto a sexy en este momento.
No lo disuade de sonreír como siempre me sonrió: una sonrisa que crece
lentamente, como los tulipanes que se abren en la primavera.
Hola, tú dice.
Hola, tú. Mi sonrisa tiene menos control. Va de la nada al cien por ciento
en menos de un segundo, muy parecido a mi ritmo cardíaco.
Está en una habitación llena de familia. ¿Qué podemos decir realmente?
Entonces… ¿la cena de “cción de Gracias estuvo bien?
Asiento, presionando mis labios porque mi sonrisa perdió el control por unos
segundos.
¿La tuya?
Sí. Asiente.
Asiento más.
Somos buenos para asentir.
¿Tu vecino se unió a ti para la cena? pregunta de una manera que nadie
más preguntaría porque no saben sobre la carta.
Mi boca se tuerce hacia un lado por unos segundos solo para hacerlo retorcerse.
Sé que ha alcanzado su límite cuando pasa una mano por su cabello antes de frotarse
la mandíbula.
No pudo venir. Tal vez para el año nuevo.
¡Oh! Morgan agarra el iPad y Nate desaparece en un borrón . En Año
Nuevo, a medianoche puedes besar a alguien.
Sonrío.
Eso he oído. ¿A quién besas en la víspera de Año Nuevo?
Pone los ojos en blanco.
Solo a mi papá. Siempre es un beso baboso. Luego me hace cosquillas hasta
que tengo que hacer pipí. Baja la voz y se acerca a la cámara . Realmente no tengo
que orinar. Solo digo eso para que deje de hacerme cosquillas.
Me río.
Solía hacer eso también cuando mi padre o hermano me hacían cosquillas.
Gabe sale del baño.
Gabe ha vuelto. Les dejaré hablar a los dos. Me alegro mucho de poder verte.
Igualmente.
Gabe toma el iPad y vuelve a sentarse en el sofá. Cuando comienzan a parlotear
de nuevo, me dirijo al baño para darme un baño caliente y no extrañar a Nate.
os semanas antes de Navidad, recibo un paquete de Nate. Lo rasgo
y leo la breve nota:
“hora lo sabrás…
Xo Nate
Transcend
Por Nathaniel Hunt
Es su manuscrito.
Presiono mi mano contra mi boca. En una hora, tengo que recoger a Gabe de la
casa de su amigo, pero no puedo resistirme a leer unas pocas páginas.
Gracias.
Es un honor ser amada por ti.
Siempre,
G.
Doblo la nota por la mitad y la deslizo en un sobre.
Durante las próximas dos semanas antes de Navidad, escucho a Gabe y
Morgan charlando mucho, pero no pido saludar o ver a Nate.
Cuando se fue, pensé que el destino podría volver a unirnos. Parecía lo
correcto. Después de leer su manuscrito, no lo sé. El final fue agridulce, hermoso y…
perfecto.
Tal vez no todo en la vida muere con un aliento final.
Quizás algunas cosas simplemente… terminen.
Quizás no sea para siempre.
Quizás sea por ahora.
Dejar ir no duele tanto como el miedo a dejar ir. Llevé un brazalete alrededor
de la muñeca durante más de veinte años porque temía dejarlo ir. Arruinó todas las
relaciones después de Brandon.
Cuando estaba lista para dejarlo ir… dejé ir también el miedo. Y ahora no siento
el dolor. Me siento libre. El amor sigue ahí; simplemente ya no es el tipo de amor
que duele.
Si me aferro a Nate, el dolor me paralizará. La esperanza no debería encadenar
el corazón; debería liberarlo. En este momento, lo quiero tanto, que el miedo a no
volver a verlo nunca más me hace sentir que estoy empezando a llorar por Brandon
por segunda vez.
Vamos a Montana para Navidad. Vierto mi corazón en mi familia.
Te ves bien dice mi madre . No sé si es el cabello más largo… o que
vuelves a tu color castaño natural… Tuerce los labios . No, es otra cosa. Solo
tienes un brillo en ti.
Sonrío.
Su mirada cae sobre mi muñeca.
Dejaste ir a Brandon. Una triste sonrisa adorna su rostro.
Meses atrás, mi mano habría ido a mi muñeca, necesitando esa seguridad del
brazalete. Ahora no. Deslizo mis manos en mis bolsillos traseros.
Dejé ir la falsa esperanza.
Sus ojos se estrechan un poco. Después de unos segundos, ella asiente.
¿También dejaste ir a Nathaniel?
Asiento, respirando profundamente. El dolor sigue ahí. Es como arrancar una
curita; la picadura persiste por unos segundos.
Extrañar a la gente duele jodidamente demasiado.
Sus cejas se alzan por su frente. Normalmente no uso ese tipo de lenguaje
delante de ella, pero es exactamente cómo me siento. Supongo que quiero que ella
no me entienda simplemente; quiero que me sienta. Robando las palabras de Nate:
Entonces ella sabrá…
Durante los próximos seis meses, Morgan me envía tres cartas. Respondo a
todas ellas. Sigo siguiéndola en las redes sociales, pero no me concentro en las fotos
que publica con Nate. Me envió una carta justo después de Año Nuevo. No la abrí.
Yo solo… no pude.
Han pasado seis meses desde que tuvimos contacto por escrito, siete meses
desde que hablé con él y casi once meses desde que lo toqué.
Morimos sin un último aliento.
Sin nadie a quien culpar.
Solo… la vida.
Te voy a extrañar.
Gabe me da una media sonrisa.
Te voy a extrañar también. Me abraza.
No sé cuánto abrazaron Kyle y Emily a Gabe. Quiero creer que fue a menudo.
Durante el año pasado juntos, lo abracé más y más cada día. Y cada día me abraza
un poco más. Ahora, me aprieta tanto que lo siento en mis huesos.
Diviértete. Sonríe mamá.
Ella y papá se ofrecieron a llevar a Gabe a unas vacaciones de dos semanas este
verano, un viaje por carretera hasta Seattle. No podía tener dos semanas de
descanso, pero me voy a tomar una semana de vacaciones pagadas y voy a Chicago
para la boda de una amiga. No la he visto desde la secundaria, pero nos hemos
mantenido en contacto en las redes sociales. Este es su primer matrimonio. Supongo
que no soy la única persona que no se enganchó y tuvo dos niños antes de los treinta.
Es mi primera vez en Chicago. Definitivamente me divertiré.
Qué no te asalten.
Gracias, mamá. Buen consejo.
¿Listo? Papá entra después de cargar las cosas de Gabe en la camioneta
que alquilaron.
Adiós. Les doy abrazos a mis padres.
Viajen con cuidado. El señor Hans alborota el cabello de Gabe.
Puse una cara valiente. Está con mis padres. No podía estar en mejores manos,
excepto las mías. Sí, pasé del desastre hormonal que pensaba que no tenía por qué
criar a un hijo, a una mamá oso. Aún hormonal.
¿A qué hora es tu vuelo? pregunta el señor Hans cuándo cierro la puerta.
Cuatro horas. Será mejor que termine de empacar. Sonrío.
Eso se ve bien en ti.
Me detengo a medio camino de las escaleras.
¿Qué?
Emoción. No he visto eso en tus ojos en muchos meses.
Necesito este viaje. Se siente bien.
a escena de boda no es nada nuevo para mí. A los cuarenta y dos, he
estado en incontables bodas. Diría siempre una dama de honor ,
pero eso no es cierto. He usado el gran vestido blanco una vez.
¿Sobrevalorado?
Tristemente… no.
Era el día más emocionante y especial de mi vida… hasta que no lo fue.
Un día.
Por un día me sentí como una princesa. No tenía idea de que sentirme como
una princesa era un deseo secreto mío hasta que me hicieron mi peinado y
maquillaje, las piernas afeitadas, las partes de chica depiladas, manicura, pedicura,
y un gran vestido blanco encajado perfectamente en mi cuerpo.
Velo.
El collar de Michael.
Una iglesia llena de familia y amigos mirando con adoración. Un hombre
esperando al frente de la iglesia con tanto amor en sus ojos, como si nunca hubiera
visto nada tan hermoso.
Era un sueño.
Irreal.
La boda es mañana en Grant Park. La recepción es en el hotel donde me estoy
quedando. Hoy… estoy comprando un nuevo vestido para llevar. Nada ostentoso.
Es el día de Danni y Aaron. Solo quiero encontrar algo que me haga sentir como de
veinticinco con posibilidades infinitas, no cuarenta y dos con siete años más antes
de declárame señora de los gatos oficialmente.
Después de registrarme en mi hotel, recorro The Magnificent Mile7, entrando
y saliendo de boutiques, esperando a que algo atrape mi atención. Finalmente, un
radiante vestido rosado de chifón y encaje con hombros descubiertos y hasta los
tobillos salta hacia mí.
Me lo pruebo. No solo encaja, me hace sentir un poco más hermosa, lo que dice
mucho ya que estoy sin maquillaje y mi ahora largo cabello está amarrado en una
cola de caballo. Arrastro mis dedos sobre el corpiño con lentejuelas y escote corazón.
Está casado.
Voy a dar por terminada la noche. Gracias por la compañía. Los veo por la
mañana. Me pongo de pie.
Mi teléfono vibra de nuevo.
923
Respondo.
Su respuesta es instantánea.
De nada.
Entiendo que esto es un poco a posteriori, pero ¿esta es la cama que tenías
con Jenna? Camino desnuda desde la cama hasta su vestidor. La luz se enciende
automáticamente . Voy a husmear. Echo un vistazo sobre mi hombro.
Rueda sobre su costado, su cabeza apoyada sobre su brazo doblado, la sabana
apenas cubriendo los bienes.
Puedes husmear. Y no. Es una nueva.
Abro varios cajones y saco una suave camisa suya, trayéndola a mi nariz y
luego colocándomela. Husmeando entre unos cuantos cajones más, solo porque sí,
salgo del vestidor.
Un chico de Winsconsin con una camiseta de los Bears. Bajo mi barbilla
hacia la camisa de fútbol azul y naranja . Interesante.
¿Es extraño que quiera follarte en ella y nunca lavarla de nuevo?
No. Deambulo hacia la puerta y la abro . Es extraño que creas que no me
la llevaré de regreso a California conmigo… porque totalmente lo haré. Ahora que
estoy completamente satisfecha, vuelvo a revisar las otras habitaciones, baños, su
oficina, y finalmente la cocina.
A su refrigerador le vendría bien más comida, pero su fantástica despensa tiene
bastante comida. Agarrando lo que sea que parece que tiene potencial, coloco
ingredientes para cenar. Una barra de granola y dos emparedados no empiezan a
reponer calorías después de tener sexo dos veces.
¿Puedo ayudar? Nate hace su camino hacia la cocina en pantalones… solo
pantalones. Su cabello luce casi tan bien follado como me siento.
Lo dudo. Abro y cierro cajones y puertas hasta que encuentro lo que
necesito . ¿Te gusta la pasta marinara?
Si la haces, me gustará.
Bien. Levanto la mirada de la tabla de cortar y cebolla.
Su rostro se vuelve serio cuando se sienta sobre el taburete en la isla.
Es hora.
¿Hora? Pico la cebolla.
Pensé… la otra noche hubo un intercambio de miradas. Se sintió claro en ese
momento. “l menos para mí. “hora… no estoy tan seguro.
¿Seguro de qué?
Pasa sus manos por su cabello.
Gracelyn… no hagas esto.
Dejo de cortar y coloco el cuchillo sobre la tabla.
No estoy tomando la píldora susurro, manteniendo mi mirada sobre él,
buscando la más mínima mueca, el mínimo parpadeo de arrepentimiento o
preocupación . Dime que no asumiste que lo hacía.
Permanece neutral mientras sacude la cabeza.
No lo asumí.
Metiendo cabello detrás de mis orejas, levanto mi hombro en un encogimiento.
Entonces… ¿qué asumiste?
Aparta la mirada, en algún lugar sobre mi hombro. Y lo odio porque por
primera vez desde esa noche, siento como si simplemente no nos arriesgamos;
cometimos un error. ¿Y si no puede ser deshecho?
Después de demasiados segundos de silencio que abre la puerta a todas mis
inseguridades reprimidas, me rio.
Es una risa loca.
Una risa nerviosa.
Y una risa malditamente asustada.
¡Di algo! ¡Di LO QUE SEA! Mi voz explota fuera de control a medida que
mis respiraciones se aceleran en total hiperventilación, plagadas de pánico. Agarro
mi cabeza, curvando mis dedos en mi cabello, dando unos pocos pasos hacia atrás
. Podría estar embarazada. POR FAVOR dime que no son noticias para ti. Por favor
dime…
¿Estás embarazada? Morgan aparece en la esquina desde la puerta trasera
del garaje.
No escuché nada. ¿Cuándo entró? ¿Cuánto escuchó? ¿Por qué está aquí?
Morgan… Nate vuela del taburete y se apresura hacia ella, jalándola a un
fuerte abrazo . ¿Qué estás haciendo aquí, cariño?
Jalo la camiseta, intentando tirar de ella hacia abajo. No llevo nada debajo. Esta
es la segunda vez que me ha atrapado en nada más que la camisa de su papá… en
una cocina. Solo que esta vez no se la estoy chupando. Honestamente, creo que
preferiría eso a la conversación del embarazo. Tal vez…
Podría ser un empate.
¿Qué estás haciendo tú aquí? Se aparta . ¿Gracelyn está embarazada?
¿Voy a ser una hermana mayor? Por favor di que sí. Por favor. Por favor. ¡Por favor
di que sí! Corre alrededor de la isla y me da un abrazo . Oh Dios mío… ¡estoy
tan emocionada! ¿Gabe sabe? ¿Puedo ser la que se lo diga? Espero que sea una niña
o un niño… realmente no me importa. Soltándome, brinca de arriba abajo
chocando sus manos frente a ella.
¡Mor-gan! dice Nate su nombre en un tono realmente duro.
Su emoción se desploma como un pájaro muerto cayendo del cielo.
¿Por. Qué. Estás. Aquí? Posa sus manos ligeramente sobre sus caderas.
Oh… Su frente se arruga . Olvidé mi traje de baño y la abuela y el abuelo
van a llevarme a la piscina. Están esperando en el auto.
Ve a tu habitación. Espera por mí. Apunta hacia su habitación.
Frunce el ceño, arrastrando sus pies por el pasillo.
Suspira.
Necesito decirles que solo serán unos minutos.
Presionando mis labios, sintiéndome completamente fuera de lugar, asiento,
cruzando mis brazos en mi estómago.
Las cejas de Nate se fruncen, y camina hacia mí, acunando la parte trasera de
mi cabeza y dándome un beso duro. Se aleja solo un centímetro, quedando al nivel
de mis ojos.
Quiero un bebé contigo. Un hogar. Una vida contigo. ¿De acuerdo?
Me trago mis emociones.
Está bien… susurro.
Sale por la puerta delantera. Vuelvo a recoger el cuchillo y estabilizo mi
temblorosa mano antes de continuar con mis cortes. Unos pocos minutos después,
entra de regreso y se dirige directo a la habitación de Morgan.
Nathaniel
or qué estás enojado? Morgan hace un puchero,
sentándose en el borde de su cama sin mirarme
después de que cerré la puerta de su habitación.
No estoy enojado. Pensé que necesitabas un
tiempo fuera. Estabas enloqueciendo allá afuera y, sinceramente, creo que estabas
asustando a Gracelyn.
¿Tú…? Me mira … ¿tuviste sexo con ella? Prometiste que nunca me
mentirías sobre el sexo. Dijiste que podía preguntarte cualquier cosa y me dirías la
verdad.
Le he ocultado muy poco a lo largo de los años, pero era más fácil cuando era
más joven y no hacía tantas preguntas que me llevaran al límite de mi zona de
confort. Sí, le dije que nunca le mentiría sobre el sexo, pero también pensé que
cuando le explicara el sexo, lo ignoraría y no volvería a preguntar por… tal vez
nunca. Y la parte realista de mi cerebro que sabía que ella preguntaría algo
simplemente asumió que sería sobre su propia vida sexual: pedir que le pusieran un
método anticonceptivo. Por supuesto que diría que no.
Esto… nunca pensé que estaríamos hablando de mi vida sexual porque nunca
pensé que volvería a tener una.
Sí.
Mantenlo simple.
¿Usaste condón?
Joder…
Porque la gente responsable usa condones. Y tú eres el responsable.
Entonces, si no usaste uno, eso significa que quieres tener un bebé con Gracelyn,
¿verdad?
Cuando Morgan tenía cinco años, me preguntó cómo murió su mamá. Le dije.
Luego preguntó si había matado a su madre. Le aseguré que no. Años más tarde,
volvió a preguntar por eso. Nuevamente, le dije la verdad, pero en ese momento,
ella tenía su propia opinión. Y esa opinión fue que ella fue la razón por la que murió
su madre. No era la verdad. Tampoco fue una mentira.
Eso llevó a una conversación sobre los riesgos y lo que se considera un riesgo
aceptable. La otra noche, no pensaba que quisiera que Gracelyn quedara
embarazada. Tampoco estaba pensando que no quería que ella quedara embarazada.
Es complicado.
Me arrodillo frente a ella, descansando mis manos en sus piernas.
“mo a Gracelyn, pero eso ya lo sabes. Y… Sopeso mis palabras durante
unos segundos . Puede que esté embarazada, pero puede que no. Cuando las
personas no saben, no se lo dicen a nadie hasta que lo saben con certeza. Es comenzar
un rumor que no necesita iniciarse.
No quieres que se lo diga a Gabe.
Asiento con la cabeza.
No solo a Gabe. No quiero que le digas a nadie. Ni a tus amigos. Ni a la
abuela ni al abuelo. Nadie. ¿Puedes hacer eso? ¿Puedes fingir que nunca escuchaste
eso? Porque realmente no lo sabemos.
Si está embarazada, ¿se van a mudar aquí? Una sonrisa esperanzada
florece en su rostro.
Niego con la cabeza.
No lo sé. Tenemos mucho que discutir.
¿Puedo nombrarlo?
Me río.
¿Nombre qué?
¿El bebé?
Levanto una ceja.
¿Qué bebé?
Ella pone los ojos en blanco y suspira.
Bien. Sus dedos se mueven por sus labios como una cremallera . ¿Qué
bebé?
Guiño.
Exactamente.
¿Sacaste a Joby del asiento trasero? ¿La abuela y el abuelo se fueron a casa?
Mis cosas todavía están en su casa.
Están afuera. Vas a volver allí por la noche.
Pero estás en casa.
Me paro.
Sí. Pero necesito más tiempo para hablar de cosas con Gracelyn. Mañana por
la tarde, después de que vayas a nadar, iré a buscarte a ti y a Joby, y le mostraremos
a Gracelyn nuestras cosas favoritas aquí en Madison.
Bien. Salta de la cama y agarra su traje de baño del armario.
Oye… La detengo antes de que abra la puerta de su habitación.
Ahuecando su rostro, sonrío . Te quiero hasta el infinito. Y pase lo que pase, seré
honesto contigo. ¿Bueno?
Envuelve sus brazos alrededor de mi cintura.
También te quiero, papi.
Papi…
La sigo hasta la cocina. Gracelyn todavía tiene puesta mi camisa, pero también
se puso los pantalones cortos.
Morgan corre hacia ella y le da otro abrazo. Ella no dice nada. Simplemente la
abraza. Los labios de Gracelyn se abren y sus ojos se elevan para encontrarse con mi
mirada. No paso por alto las lágrimas en ellos.
Por un segundo, tal vez dos, dejo que mi mente vaya allí. Me imagino pasar de
dos a cinco. Y me gusta.
¡Buenas noches! dice Morgan mientras corre hacia la puerta.
Buenas noches, cariño.
Gracelyn se limpia rápidamente los ojos y agrega la pasta al agua hirviendo.
Cuando se da vuelta, la abrazo.
¿Por qué se fue?
Porque tenemos más de qué hablar. Mis manos se deslizan hacia su
trasero . Tenemos que hacer más cosas.
Presiona sus labios contra mi esternón.
¿Qué estamos haciendo? susurra.
Vivir. Estamos viviendo. Beso su cabeza.
¡Vaya! Gracelyn saber cocinar. Cocinar de verdad.
Devoro dos platos de pasta con su salsa casera que preparó sin seguir la receta.
Limpiamos la cocina, damos un paseo y terminamos en mi gran bañera un poco
antes de la medianoche.
Trascender… dice, apoyando la cabeza hacia atrás contra mi hombro
mientras deslizo mis dedos sobre su esternón que está justo por encima de la fina
capa de espuma . ¿Fue difícil de creer realmente? ¿Entender la idea de que la joven
amiga que perdiste a una edad tan temprana estaba… al menos en parte… dentro
del cuerpo de la mujer que contrataste para que fuera la niñera de Morgan?
Sí y no. La reencarnación no fue difícil para mi mente. Era el hecho de que
era alguien a quien conocía.
Ella asiente, frotándose los labios.
Brandon me hablaba. Escuchaba su voz. Solo se lo dije a algunas personas, y
cuando lo hice, siempre me aseguré de que supieran que yo sabía que no era
realmente él… como un fantasma. Solo su voz en mi cabeza. Pero no era así. Creo
que era él. Era demasiado real. ¿Crees que es una locura?
Deslizo mi mano por su pecho hasta su estómago.
No.
¿Pensaste que amabas a Swayze? No la parte de ella que era Daisy, sino la
joven graduada universitaria. La mujer que pasó tanto tiempo cuidando de Morgan.
¿Empezaste a pensar que te estabas enamorando de ella? ¿Las líneas se volvieron
borrosas?
Sí, pero era una combinación tóxica de extrañar a mi esposa, ver Morgan en
los brazos de una mujer maternal, y todos los elementos de ella que lo hicieron sentir
como mi amiga.
Lloré tantas veces. No solo la pérdida que experimentaste. Lloré cuando
dejaste ir a Swayze. Cuando dijiste Creo que una parte de ti será mía para amar en
cada vida . Dios… solo lloré. También lloré cuando fuiste tan sincero con Morgan
sobre la vida y la muerte. Cuando le permitiste sentir dolor emocional, cuando no
trataste de quitárselo porque dijiste que nunca conocerá la verdadera felicidad si no
deja que el dolor entre en su corazón. Le dijiste que los arcoíris más hermosos
provienen de las tormentas más duras.
Sí… Me río entre dientes . Eso no es científicamente cierto. Pasó por una
gran fase de arco iris y unicornios, así que trabajé con lo que tenía en ese momento.
Acomoda su cuerpo hacia el otro lado, con cuidado de no salpicar agua de la
bañera. Tomo su pie y lo froto mientras se instala en el extremo opuesto.
Eres un hombre hermoso. Pero… no tengo palabras para describir cómo eres
como padre. No estoy segura de que existan las palabras. Mirándote con ella…
leyendo tus palabras… me quedo sin palabras. Y la idea de tener un bebé contigo
también me deja sin palabras.
Sonrío. Ella me deja sin palabras… sin aliento.
Más… Me siento y paso mis manos por la parte exterior de sus piernas .
Tienes que preguntarte. Sé que lo haría. Me lo pregunté, hasta ese día bajo la lluvia
cuando dejaste caer el brazalete al suelo… cuando lo dejaste desaparecer sin darle
una sola mirada porque estabas demasiado ocupada viéndome. Entonces la respuesta
es más. Te amo más de lo que amaba a Daisy.
Las lágrimas llenan sus ojos.
Te amo más de lo que amaba a Jenna. No porque no las amara con todo mi
corazón. Lo hice. Es solo que mi tiempo con Morgan me ha enseñado una cosa.
Nuestra capacidad de amar crece con el tiempo. Crece con cada nueva persona que
toca nuestras vidas. Así que te amo más porque mi corazón es más grande.
Parpadea, liberando las lágrimas.
¿La verdad?
No sé cómo terminará este capítulo de nuestra historia. La primera regla de un
médico es no hacer daño. Mientras Morgan y yo llevamos a Gracelyn de regreso al
aeropuerto de Chicago, pienso en lo divertido que la pasamos. Les tomé un millón
de fotografías en la casa del árbol. Los tres, tomados de la mano, llevamos a Joby a
pasear. Comer en los restaurantes favoritos de Morgan. Noche de juegos en la que
Morgan nos llevó a la bancarrota a Gracelyn y a mí en Monopoly.
Gracelyn enseñándole a Morgan cómo hacer puré de papas perfecto y las
galletas con chispas de chocolate más masticables.
Morgan practicando su técnica de trenzado en Gracelyn.
Gracelyn pintando las uñas de las manos y los pies de Morgan en un tono
rosado brillante.
Las risitas femeninas.
Las sonrisas entrañables.
Simplemente todo.
Pero… Gracelyn se dirige de regreso a San Diego a su trabajo y a esperar su
próximo período y a Gabe, cuando regrese en una semana. Acordamos que le
preguntaría cómo se siente con respecto a la mudanza y yo lo llamaría si necesitaba
un refuerzo. Acordamos que no le haríamos daño ni a él ni a su todavía frágil estado,
sabiendo que pasarán años antes de que deje de sentir el vacío de su pérdida.
Descargo su equipaje mientras ella y Morgan bajan por la terminal.
Abraza a Gabe y al señor Hans por mí. Morgan la abraza.
Lo haré. Cuida de ti y tal vez vigila a tu papá también. Te voy a extrañar
como una loca.
Morgan mantiene sus brazos alrededor de la cintura de Gracelyn mientras la
mira.
Nos veremos pronto. ¿Correcto?
Gracelyn besa la cabeza de Morgan.
Yo espero que sí. Siempre hay video llamadas y bailes en TikTok.
Mi hija asiente.
Está bien. Adiós. Subiré al auto por si mi padre quiere despedirse de ti con
un beso.
Sonreímos mientras ella salta al asiento trasero.
Veo el dolor y el terror en su rostro, a pesar de la valiente sonrisa que me está
dando.
¿Qué pasa si no estoy…?
Niego con la cabeza y acuno su rostro entre mis manos.
No cambia nada.
Asiente.
No más cartas. Quiero… necesito tu voz y esta cara. Sus manos presionan
mis mejillas, imitando las mías en las de ella.
Su pulgar frota mis labios, haciéndome sonreír aún más.
Muchas llamadas telefónicas. Video llamadas. Y mensajes sucios.
Una sonrisa más grande ahuyenta su miedo vacilante.
Seguro.
Estoy a un viaje en avión. Tomaré un vuelo y estaré allí si me necesitas.
Lo sé.
Nos miramos fijamente, ninguno de los dos quiere soltarse.
Tengo que tomar un vuelo. Si vas a robar un beso… ahora es el momento.
“garro su muñeca y muevo su mano sobre mi boca, besándola… besándola
donde solía estar encadenada a su pasado. Luego beso sus labios, sabiendo que los
ojos jóvenes son demasiado curiosos para no estar sobre nosotros. No me importa.
Le prometí honestidad a Morgan. Esto es eso. Así es como se ve amar a alguien
profundamente… locamente… hasta lo más profundo de tu alma. Tanto que te
arranca el puto corazón del pecho dejarlo ir. Mi hija nunca debería conformarse con
menos si considero a un chico digno de ella… dentro de veinte años.
Gracelyn se aleja, sin aliento, manteniendo los ojos cerrados.
Adiós, mi amor. Se vuelve, agarra su maleta y se dirige a la entrada de la
terminal.
Me meto las manos en los bolsillos delanteros y espero.
Dámelo…
En el último segundo, mira por encima del hombro.
Ahí está me susurro a mí mismo.
Gracelyn
e voy a casa.
No sé a quién extraño más: a Nate y Morgan o Gabe.
Probablemente a Gabe. He estado lejos de él por más
tiempo.
No hacemos video llamadas porque siempre están donde la conexión es
terrible. Aparte de unos mensajes de texto, recibo una llamada telefónica con él y
mis padres todas las noches. No les he dicho que fui a la casa de Nate, y como Gabe
no lo ha mencionado, sé que Morgan también ha logrado mantenerlo en secreto.
El señor Hans pasa mucho tiempo mirándome con una mirada extraña y
preguntando por Chicago. Esquivo preguntas con respuestas vagas y rápidos
cambios de tema. Me temo que se huele algo.
Nate y Morgan hablan por video conmigo todos los días. Luego, cuando
Morgan se va a la cama, Nate me llama. Me acurruco bajo mis sábanas y me duermo
con su voz tranquilizadora todas las noches. A la mañana siguiente, me envía un
mensaje de texto y me pregunta qué es lo último que recuerdo que dijo. Nunca
recuerdo lo que dijo. Solo recuerdo cómo me hizo sentir su voz en mi oído.
¡Ya están aquí! grita el señor Hans el viernes siguiente. Enciendo la
lavadora con mi ropa de trabajo dentro y corro escaleras abajo y salgo por la puerta.
Mi corazón estalla con destellos y purpurina porque Gabe sale corriendo en mi
dirección cuando me ve.
¡Ah! Te extrañé.
También te extrañé dice, abrazándome con fuerza.
Mis padres sonríen mientras se dirigen hacia nosotros con la bolsa y la
almohada de Gabe.
Nos acomodamos para cenar y hablar de todas las historias de su viaje. Una
vez más, como hice con el señor Hans, desvío todas las preguntas que tienen sobre
mi viaje en respuestas breves y más preguntas sobre su viaje.
Al día siguiente, mis padres se van a casa. Y como tengo el día libre, aprovecho
la oportunidad para tener una conversación sincera con Gabe.
Oye, amigo. ¿Podemos hablar? Me siento en el sillón reclinable adyacente
al sofá donde él está sentado viendo la televisión.
Por supuesto. Mantiene su atención en la televisión.
¿Podemos hablar sin la televisión encendida?
Me mira enarcando las cejas como si fuera la petición más loca de todas.
Por favor.
Con su habitual suspiro, apaga la televisión.
Quiero hablar contigo sobre Nate y Morgan.
Está bien dice lentamente.
Nunca hablamos de relaciones, bueno, al menos no tanto. Eres un poco
joven. Pero…
Esto no va bien. Es difícil explicarle el amor de un adulto a un niño de once
años. No tengo ni idea de qué emociones ha tenido o si incluso puede comenzar a
comprender. Entonces… voy en una dirección diferente.
Cuando Morgan y Nate estuvieron aquí el verano pasado, Nate y yo nos
enamoramos. ¡Boom! Ahí está.
Está bien. Las mismas palabras de nuevo en cámara lenta.
Cuando los adultos están enamorados, quieren estar juntos. El verano
pasado no parecía el momento adecuado para que intentáramos estar juntos porque
Morgan estaba muy emocionada de volver a casa con el resto de su familia y quería
estar cerca de la tumba de su madre. Y… bueno… había muchas cosas y mucha
incertidumbre.
»Pero lo más importante en ese momento, al menos para mí, eras tú. No podía
imaginarme pedirte que cambiaras tu vida más de lo que ya había cambiado.
Entonces no dije nada. Ni siquiera quería que tuvieras el estrés de tomar una
decisión o que sintieras que decepcionabas a alguien si no tomas la decisión
correcta . Y no sé si hubo una decisión correcta. “sí que tomamos la decisión sin
discutirla contigo ni con Morgan. Elegimos no estar juntos, no interrumpir sus vidas
pidiéndoles que renuncien a algo o se muden de su hogar.
La confusión se refleja en su rostro y en el permanente entrecerrar de sus ojos.
Espero preguntas que nunca llegan. Espero a que lea hacia dónde va esto, pero
no lo hace.
Inclinándome hacia adelante, apoyo los brazos en las piernas y cruzo las
manos, apretándolas varias veces.
Me encontré con Nate en el hotel donde me alojé en Chicago. Los
sentimientos que tuvimos el verano pasado… el amor… todavía están ahí. Quizás
incluso más fuertes. Así que en lugar de quedarme en Chicago todo el tiempo, fui a
su casa en Wisconsin y me quedé unos días con él y Morgan.
¿Lo hiciste?
Asiento.
Morgan no me dijo eso.
Le pedimos que no te lo dijera.
¿Por qué?
Porque…
¿Porque podría estar embarazada?
¿Pero sobre todo porque podría no estar embarazada?
No sé cómo responder a eso. Tiene once años. No puedo verlo realmente
entendiendo. Aun así, tengo que intentarlo. ¿Cómo se supone que aprenderá y
entenderá cosas nuevas si no se le da la oportunidad?
¿Sabes cómo se hacen los bebés?
Su cara se pone roja. Lo tomo como un sí.
¿Por qué?
Eso no es un sí.
Porque supongo que en el próximo año o dos lo hablarán en la escuela, si es
que aún no lo han hecho. Y no sé qué hablaron tu papá y tu mamá contigo, pero
como ahora somos tú y yo… creo que debería saber lo que sabes y lo que no sabes.
Choco mi mano conmigo misma internamente.
Vi un video.
Asiento con la cabeza.
¿En la escuela?
No. En la casa de un amigo.
Oh Jesús…
No es realmente un video. Un gif. Varios gifs.
Me aclaro la garganta. ¡Estoy tan fuera de mi liga, mi zona de confort, mi
mente!
¿Gifs sobre bebés? Mi cara se encoge un poco.
Bueno, supuestamente cómo se hacen.
Mierda. Mierda. Mierda.
Es extraño, pero lo entiendo.
¿Lo haces?
Asiente.
Entonces… primero, tengo que decir que lo que sea que viste es algo que no
debiste haber visto. Hay muchas cosas en Internet que no deberías ver, que la mayoría
de los adultos no deberían ver.
Fue en la casa de Jacob, pero fue el año pasado justo después que…
Su mamá y su papá murieron. Sí, todavía hago una pausa antes de decir las
palabras reales también. Asiento con la cabeza para hacerle saber que lo entiendo, y
no tiene que decirlas.
La mamá de Jacob se enteró y se lo contó a los padres de TJ y Cole, pero…
Asiento de nuevo.
Ella no sabía a quién acudir si tú también lo viste.
Sí.
Escucha, estoy un poco preocupada de que lo que viste no sea exactamente
correcto, pero podría serlo. Quiero que tengas un conocimiento saludable del sexo.
¿Sabes…?
Sé cómo se llama. Pone los ojos en blanco y niega con la cabeza.
Bueno. ¿Crees que deberíamos hablar de eso?
No.
Bueno. Me río . No tenemos que hacerlo ahora, pero para volver a lo que
estábamos hablando… podría estar embarazada.
Los ojos de Gabe se convierten en platos.
Nate y yo tuvimos… sexo. Y hay mucho que discutir sobre eso y los bebés y
no quedar embarazados por tener relaciones sexuales, pero no tenemos que
discutirlo ahora si no quieres. Sin embargo, será necesario discutirlo cuando seas
mayor y comiences a mostrar más interés en las chicas. ¿Bueno?
No se mueve.
¿Vas a tener un bebé?
Niego con la cabeza.
No lo sé todavía. Pero tal vez. Por eso quiero hablar contigo sobre Nate y
Morgan. ¿Cómo te sentirías viviendo con ellos?
¿Quieres decir que se están mudando al lado de nuevo?
No… quiero decir, ¿cómo te sentirías si te mudas a Wisconsin?
Niega.
No quiero mudarme.
Suelto un suspiro lento.
Lo sé. Pero si estoy embarazada, entonces Nate y yo debemos estar juntos.
Este también sería su bebé.
Entonces, ¿qué me va a pasar?
La tensión se instala en mi rostro. Me está rompiendo el corazón. Me acerco al
sofá y apoyo la mano en la suya.
Gabe, no te va a pasar nada. Ahora somos una familia. Tú y yo. Entonces, si
estoy embarazada, no nos cambia, solo se suma a nuestra familia. Técnicamente, será
tu primo, pero crecerás con él o ella como un hermano mayor.
¿Quieres que me mude?
Sí. Quiero que te mudes.
¿Tengo que hacerlo?
No lo está poniendo fácil en absoluto.
Quiero decir… qué pasa si no estás embarazada. Entonces no tenemos que
mudarnos, ¿verdad? Quiero decir… tengo amigos aquí. Mi equipo de futbol. Esta es
mi casa.
Lo sé, pero las cosas cambian en la vida. Creo que te gustaría Wisconsin. Y
aunque extrañarías a tus amigos, harías nuevos. Encontrarías un nuevo equipo de
fútbol. Eres joven y te quedan muchos años escolares y mucho tiempo para hacer
nuevos amigos.
Se pone de pie, sacudiendo la cabeza una y otra vez.
No quiero ir si no tengo que ir.
¿Y si estoy embarazada?
Se detiene a medio camino de su habitación.
Entonces me iré. Pero si no lo estás, nos quedamos. La puerta se cierra de
golpe.
Mierda… susurro.
Bajo las escaleras. El señor Hans me entrega un vaso de limonada y asiente con
la cabeza hacia el porche.
¿Estabas escuchando a escondidas? Lo sigo.
Él sonríe y se sienta en el columpio.
Solo tenía mi audífono demasiado alto.
Sonrío y tomo asiento a su lado.
Deja que lo asimile unos días. Dale tiempo para pensarlo. Entrará en razón.
Miro hacia el agua.
¿Y si no lo hace?
Descubrirás algo. No se va a romper.
Pero ha perdido mucho.
Todos sufrimos pérdidas. Sí, fue una gran pérdida a una edad temprana,
pero está rodeado de amor y eso es lo que lo convertirá en un joven fuerte. Será
resistente, más que otros jóvenes de su edad que no tuvieron que sufrir tal pérdida.
¿Y si no estoy embarazada? susurro mi mayor miedo. Es una locura. Tengo
cuarenta y dos. Estar embarazada debería ser mi mayor temor.
Cruza un puente a la vez. Es todo lo que Gabe puede hacer ahora mismo.
Asiento.
Gracias.
engo mi período.
Las lágrimas vienen instantáneamente con mucha ayuda de mis
hormonas. Sabía que vendría. He tenido sudores nocturnos durante
días y siempre ocurren antes de mi período. Por supuesto, no estoy
embarazada. Mi útero sin usar probablemente se arruinó hace años. Ahora solo
sangra lágrimas de sangre una vez al mes para recordarme lo épica que ha sido mi
vida.
Sí… las hormonas son fuertes.
Después de que le conté a Nate sobre mi conversación con Gabe, él dijo que si
no estaba embarazada, volaría aquí y hablaría con Gabe de hombre a hombre. No
debería tener que hacer eso.
Con estrógenos de alto octanaje, salgo a la sala de estar y me paro frente al
televisor de Gabe el sábado por la mañana.
Muévete por favor. Estira la cabeza para ver a mi alrededor.
Tomo el control remoto y apago la televisión.
Escucha, quiero ser tu amiga. No me gusta cuando tengo que actuar como
una adulta contigo. Es mucho más divertido ir a patinar y jugar juntos. Pero me dejas
sin elección. Nos mudamos a Wisconsin. Fin de la discusión.
Lo sé. Agarra el control remoto de la mesa e intenta girarlo alrededor de
mí para volver a encender la televisión.
Espera… ¿qué? ¿Cómo puedes saberlo? Me acabo de enterar de que no estoy
embarazada, pero eso no cambia nada porque amo a Nate y a Morgan, y Nate te
adora y todos seremos muy felices juntos y… Dejo de divagar mientras mi cerebro
repite sus palabras de nuevo . Espera… ¿cómo supiste que nos mudamos? ¿Y por
qué no estás argumentando que te quedas?
No hay razón. Se las arregla para volver a encender la televisión .
¿Puedes moverte?
¿Nate te llamó?
Resopla.
No. Nos estamos mudando. ¿No eres feliz?
Sí. No. ¡Maldita sea! ¿Qué está pasando? Me estoy ahogando emocionalmente
en la devastación por no estar embarazada. Y al mismo tiempo, Gabe ha cedido a la
mudanza, que es exactamente lo que quería. La oscilación extrema del péndulo me
deja mareada, pero las hormonas de cuarenta y tantos ganan, y solo necesito un buen
llanto. Así que me encierro en mi habitación, me dejo caer en la cama, entierro la
cara en una almohada y lloro.
Cuando las lágrimas se detienen y dejo que mis pensamientos pasen por alto
el hecho de que no estoy embarazada, desde hace dos semanas no sabía que quería
estar embarazada, me salpico agua en la cara y llamo a Nate.
No responde. No estoy segura de que un mensaje de texto sea la forma de
decírselo, pero tengo que decírselo.
Hola.
Gabe ha aceptado mudarse, pero solo seremos nosotros dos.
Tengo cuarenta y dos. Tiene cuarenta y siete. ¿Es una buena idea comenzar un
proceso de dieciocho años en esta etapa de nuestras vidas?
“un así…
Dejo que mi corazón vaya allí. Dejo que se lance por el acantilado a lo más
profundo de mi imaginación, despertando viejos sueños con una nueva luz brillante.
Y ahora…
Siento la pérdida de algo que nunca tuve. Siento la pérdida de un sueño de
nuevo y… duele.
Cuando salgo de mi habitación, Gabe asoma la cabeza fuera de su habitación.
¿Quieres ir a patinar?
Gabe… Gabe… Gabe…
Los hombres de mi vida son bastante espectaculares: mi padre, el señor Hans,
Nate y Gabe. Cuando uno no puede estar aquí para mí, otro interviene.
Sí. Sonrío . Me encantaría ir a patinar.
Conducimos a Mission Bay y nos subimos al sendero.
¿Estaré en la clase de Morgan… en la escuela?
Lo miro. ¿De dónde viene esto?
No lo sé. Estoy segura de que depende del tamaño de la escuela.
Probablemente tendrán diferentes maestros y diferentes grupos de niños para cada
clase. Así que existe la posibilidad de que tengas al menos una clase con ella. ¿Eso
está… bien?
Sí. Lo que sea.
Después de unos pocos kilómetros, encontramos un banco y tomamos una
bebida, viendo a los bañistas cubrir casi cada centímetro de arena.
Mi teléfono vibra y lo saco del bolsillo de mis pantalones cortos. Es Nate. Lo
envío al buzón de voz. Si escucho su voz, lloraré.
Unos segundos después, mi pantalla se ilumina con un mensaje de texto suyo.
Morgan me dijo que dijo que sí a venir. Supuse que eso significaba sí a la otra
pregunta. Llámame.