Prolapso Genital

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DIAPO 1 PRESENTACIÓN

DIAPO 2 Definición

El prolapso genital se define como la protrusión de una de las paredes de la vagina en el conducto
vaginal debido a un defecto de suspensión o de soporte. Donde los mecanismos responsables del
prolapso genital no están dilucidados. Esta es una patología compleja y multifactorial en cuya
atención participan tres disciplinas médico-quirúrgicas. En este sentido, cualquier modificación de
las movilidades de la pelvis puede afectar a las funciones urinarias, genitales y rectales.

Se trata de una patología funcional que compromete la calidad de vida de muchas mujeres.
Aunque sobre todo se observa en mujeres ancianas, también puede afectar a pacientes jóvenes.
Debido al envejecimiento de la población, es probable que el número de pacientes afectadas por
un prolapso genital se incremente, hasta tal punto que el 11-20% de ellas necesite una operación
por esta causa

El tratamiento es quirúrgico en la mayoría de los casos, con muchas controversias respecto al uso
de material protésico. Las recidivas y, por tanto, la necesidad de una reintervención quirúrgica son
relativamente frecuentes (30%).

Diapo 3 Epidemiologia diapo 3 leer…


DIAPO 4 ANATOMÍA: MEDIOS DE SUSPENSIÓN, DE SOPORTE Y DE COHESIÓN DE LOS ÓRGANOS
PÉLVICOS

El prolapso genital se define como la protrusión a través del conducto vaginal de una de las
paredes vaginales. La alteración de uno de los medios de suspensión y/o de soporte puede ser
responsable de la aparición de un prolapso. Sin embargo, la anatomía de la pelvis no está
perfectamente definida, sobre todo en lo que se refiere a las fascias y los ligamentos, ya que en las
disecciones anatómicas es difícil identificarlos. A pesar de los avances de las técnicas de imagen,
sobre todo de la resonancia magnética (RM), todavía no se ha conseguido una descripción
consensuada.

El piso pélvico, representado por los músculos elevadores del ano, sostiene como una hamaca los
distintos órganos. Este piso tiene una hendidura denominada hiato urogenital, que es un sector de
debilidad. Está delimitado por el fascículo pubovisceral y rectal del músculo elevador del ano
lateralmente, el pubis por delante y el centro tendinoso del periné por detrás. Los órganos están
sostenidos por el piso pélvico y suspendidos por las fascias y ligamentos que los conectan a la
pared pélvica. Todos estos elementos son móviles entre sí. Cuando uno de ellos falla, el
desequilibrio generado puede conducir a la aparición de un prolapso.

Fascias y ligamentos

Fascia pélvica

La fascia pélvica es una membrana que tapiza el piso pélvico, situado un poco por encima del
plano de los elevadores, y se prolonga sobre los órganos pélvicos. Esta fascia tiene algunas zonas
más gruesas. Lateralmente, el fascículo iliococcígeo del músculo elevador del ano se inserta en el
músculo obturador interno al nivel del arco tendinoso del elevador del ano, que es un
engrosamiento de la fascia pélvica sobre el obturador interno. El arco tendinoso del elevador del
ano se extiende de la espina isquiática al pubis. Un poco más medialmente se sitúa el arco
tendinoso de la fascia pélvica, otro engrosamiento de la fascia con el mismo origen que el anterior
y un trayecto más medial en dirección al pubis (. Estos arcos tendinosos son los puntos de fijación
de la porción media de la vagina a la pared pélvica.

Ligamentos uterosacros

Tal vez no sea correcto denominarlos «ligamentos», ya que más bien se trata de un engrosamiento
de la fascia pélvica que permite el paso de estructuras vasculonerviosas. La descripción anatómica
e histopatológica del ligamento uterosacro es imprecisa. Se inserta al nivel del tercio superior de la
vagina frente al fondo de saco vaginal lateral y sobre el borde posterior del cuello uterino, donde
se confunde con el paracolpos y el paracérvix. Se dirige lateralmente y termina sobre la fascia
presacra frente a las vértebras sacras S2-S4. El ligamento uterosacro no estaría presente en el
nacimiento, sino que se desarrollaría de forma progresiva como consecuencia de las fuerzas de
tracción en posición de pie.

Ligamentos cardinales

Son láminas de tejido conjuntivo que se extienden desde el mismo nivel que el ligamento
uterosacro hasta el origen de los vasos ilíacos.

Fisiopatología

La fisiopatología de los prolapsos genitales todavía no se conoce bien. Se han postulado


numerosas hipótesis y pistas de investigación, pero el componente multifactorial del prolapso
genital dificulta los avances en este campo. Una de la siguientes teoria es

El punto de inicio es una lesión del músculo elevador del ano, Estas lesiones producen un aumento
del área del hiato urogenital y Se produce estiramiento y ruptura de los elementos de sostén,
como son las fascias y los ligamentos, Dependiendo de cuál es la estructura que se rompe, será la
manera en que se manifestará el prolapso.

Digamos que cada mujer tiene un riesgo propio, hasta la fecha no evaluable, de desarrollar un
prolapso. El factor de riesgo común a todas las mujeres es el envejecimiento. Sin embargo, una
paciente joven puede desarrollar un prolapso debido a factores de riesgo sobreañadidos. Existen
factores de riesgo inevitables (raciales, genéticos, anatómicos) a los que se añaden factores de
riesgo adquiridos durante la vida. Cuanto más numerosos sean los factores de riesgo, mayor es la
posibilidad de que el prolapso aparezca a una edad más temprana.

DIAPO 6 FACTORES DE RIESGO leer y complementar con la diapositiva.

Edad

El prolapso genital es una patología que afecta sobre todo a la mujer anciana; el envejecimiento es
uno de los factores de riesgo más importantes. El 74% de las mujeres mayores de 70 años tienen
un prolapso de un grado superior o igual a . Sin embargo, la mujer joven no está exenta de sufrir
esta patología, ya que el 27% de las mujeres de 18-29 años presenta un prolapso anatómico de
grado superior o igual a 2, aunque no todas las pacientes son sintomáticas.
La menopausia también podría desempeñar un papel significativo al modificar la impregnación
hormonal de los tejidos. Sin embargo, no se ha demostrado el nexo entre la menopausia y el
prolapso genital independientemente de la edad.

Factores de riesgo obstétricos

Paridad

La paridad es un factor de riesgo bien identificado en comparación con las nulíparas. El riesgo
aumenta con el número de partos.

Vía de parto

El parto por cesárea sería un factor protector en comparación con el parto por vía baja. Sin
embargo, no existe ningún estudio prospectivo con un buen nivel de evidencia. El carácter
protector de una cesárea efectuada antes del inicio del trabajo de parto no está demostrado.

El parto por vía baja con fórceps aumentaría el riesgo de desarrollar un prolapso genital. El parto
asistido con ventosa no aumentaría este riesgo. La episiotomía no parece ser un factor de riesgo.

Embarazo

Es probable que el embarazo sea un factor de riesgo en sí mismo. Esto puede deberse a la
impregnación hormonal que prepara los tejidos blandos para el parto y a las cargas sobre el periné
y el piso pélvico por el peso fetal, sobre todo en la medida que el eje de las presiones es
modificado por la basculación fisiológica de la pelvis durante el embarazo.

Factores de riesgo iatrogénicos

La histerectomía suele ser considerada como un factor de riesgo de prolapso genital, y con
frecuencia las pacientes hacen preguntas al respecto en la consulta preoperatoria [32 37] . La
sección de los ligamentos cardinales y uterosacros podría explicar el prolapso después de una
histerectomía total. Por lo tanto, se podría pensar que la histerectomía subtotal previene el riesgo
de prolapso genital. El único factor de riesgo de prolapso después de histerectomía sería la
presencia de un prolapso en el momento de la cirugía

Otros

Un peso al nacer de más de 4.000 g sería un factor de riesgo de prolapso genital.

La obesidad es un factor de riesgo de prolapso genital.

El estreñimiento y las enfermedades pulmonares crónicas también podrían ser factores de riesgo
de prolapso debido a los esfuerzos para defecar o a las toses repetidas.

Diapo 7 Clasificación leer diapooo..

Se trata de la clasificación POP-Q, que estadifica el prolapso según las medidas de los puntos fijos
con relación al himen. El examen puede efectuarse en cualquier posición. Esta clasificación tiene la
ventaja de ser reproducible, pero hay que comprenderla bien.

Diapo 8 Estadios leer diapooo…


Diapo 9 clasificacion según órganos prolapsado.. leer diapooo

Diapo 10 HISTEROCELE
Se define el histerocele o prolapso uterino como el descenso del útero a través de la vagina.

 El prolapso ocurre cuando los ligamentos que soportan el útero se vuelven tan débiles que el
útero no se sujeta y desciende de su posición habitual. Estos ligamentos son: el ligamento redondo
del útero, los ligamentos recto-uterinos, el ligamento ancho del útero y el ligamento útero-
ovárico.

La causa más común es trauma al dar a luz, en particular en partos múltiples o complicados.
Alrededor del 50% de las mujeres que han tenido hijos desarrollan alguna forma de prolapso
uterino en su vida. Es más común conforme las mujeres envejecen, particularmente en las que han
pasado la menopausia.

El prolapso uterino se corrige quirúrgicamente. Las opciones incluyen la histerectomía completa


(extracción del útero y su cuello junto con las trompas y los ovarios) y otras técnicas que
conservan el útero como sacrohisteropexia2 (suspensión del útero con una malla sintética)

Diapo 11 Grados de histerocele leer diapoo…

Diapo 12 RECTOCELE:

El rectocele es la caída o descolgamiento del recto (la parte final del colon, intestino grueso) sobre
la vagina, como consecuencia del debilitamiento de los músculos de la pelvis. Puede
acompañarse del descolgamiento de otros órganos pélvicos. Es una enfermedad muy frecuente en
mujeres.

Causas del Rectocele


El rectocele se debe a un debilitamiento de los músculos que separan la vagina del recto. Esto
puede ocurrir en mujeres de edad avanzada que:

 Han tenido varios partos por vía vaginal, han tenido niños muy grandes o han necesitado
de forceps en el momento del parto.
 Son obesas.
 Padecen estreñimiento.
 Les han extirpado el útero (histerectomía).

El rectocele puede acompañarse de cistocele, prolapso rectal y de prolapso uterino.

Diapo 13
El rectocele puede no producir síntomas o puede provocar:

 Ocupación de la vagina por un tejido que a veces puede incluso salir por la abertura de la
misma.
 Sensación de pesadez en la zona de la pélvis.
 Estreñimiento que para solucionarlo puede requerir introducir el dedo por la vagina para
empujar al recto y poder hacer de vientre.
 Incontinencia fecal (se escapan las heces).
 Dolor en la parte baja de la espalda que suele ceder al acostarse.
 Dolor al orinar o al mantener relaciones sexuales.

Tratamiento del Rectocele


En los casos de rectocele en los que no existan síntomas se suele recomendar:

 Una dieta rica en fibra y líquidos abundantes, todo ello dirigido a reducir el estreñimiento.


 Reducción del peso.
 Realizar una serie de ejercicios dirigidos a endurecer la musculatura pélvica (ejercicios
de Kegel).
 También puede intentarse reforzar la musculatura con la toma de estrógenos en pastillas
o mediante aplicación de cremas de estrógenos en la vagina.
 Evitar levantar cosas pesadas y evitar la tos.

En los casos más graves:

 Puede colocarse un pesario de caucho o plástico dentro de la vagina que impida que el
recto u otros órganos caigan hacia su interior. Los pesarios pueden ser fijos (solo los puede
quitar el médico) o pueden quitarse, limpiarse y reintroducirse por la propia paciente.
 La cirugía, con o sin colocación de una malla, está indicada en los casos más graves,
generalmente en aquellos casos asociados a cistocele o prolapso uterino.

Diapo 14 CISTOCELE:

Un cistocele es una afección en la que los tejidos de sostén alrededor de la vejiga y la pared
vaginal se debilitan y estiran, permitiendo que la vejiga y la pared vaginal se hundan en el canal
vaginal.

Qué causa un cistocele

Los músculos y tejidos conectivos debilitados o dañados que sostienen la vejiga y las paredes
vaginales causan un cistocele. Diversos factores pueden contribuir al estiramiento o
debilitamiento de estos músculos y tejidos, ente ellos:

 embarazo y parto, particularmente el parto vaginal


 condiciones que tensan o aumentan repetidamente la presión en la zona pélvica,
como estreñimiento grave, obesidad, levantar objetos pesados o tos crónica
 cirugías reconstructivas pélvicas previas, como histerectomía o cirugía para reparar el
prolapso de órganos pélvicos
 genes hereditarios
 ciertos trastornos del tejido conectivo  , como el síndrome de Ehlers-Danlos 
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Síntomas del cistocele

Los síntomas pueden variar dependiendo del grado en el que se encuentre. En casos leves, los
síntomas no suelen ser visibles. Sin embargo, en grados superiores sí que suelen manifestarse y los
síntomas pueden ser los siguientes:

 Sensación de pesadez o presión en la pelvis y en la vagina

 Molestias al hacer fuerza: toser, estornudar...

 Sensación de querer orinar incluso después de haber ido al baño

 Infecciones en la vejiga

 Dolor y/o incontinencia urinaria en las relaciones sexuales

Dependiendo del grado los síntomas pueden variar, además pueden llegar a condicionar el día a
día de las mujeres afectando a su calidad de vida.

El tratamiento depende del grado en el que se encuentre el cistocele. En general, los grados leves
no requieren tratamiento, pero si es un grado más severo optamos por técnicas quirúrgicas.

Diapo 15 Manifestaciones clínicas a nivel general.

Leer diapositiva……….
DIAPO 16 DIAGNÓSTICO ( en esta vaina se leen lo que dice en teoría, pero la explican con
parla -diapo)

El prolapso puede detectarse en la exploración física sin que la paciente presente síntomas.
También puede ser el motivo principal de consulta debido a la molestia que provoca o a los
síntomas urinarios o anorrectales asociados.

Anamnesis

La anamnesis tiene suma importancia porque permite orientar las posibles pruebas
complementarias y la decisión terapéutica. Sabiendo que los trastornos de la estática pélvica
tienen repercusiones urinarias, genitales y digestivas, por lo que es fundamental buscar síntomas
asociados.

Factores de riesgo

Se buscan los factores de riesgo de prolapso: edad, IMC, paridad, peso al nacer de los niños, vía del
parto, extracción instrumental y posibles antecedentes quirúrgicos. También es importante
descartar estreñimiento o tos crónica, ya que tratar el prolapso sin tener en cuenta estos factores
de riesgo aumentaría la posibilidad de fracaso o de recidiva.

Sintomatología genital

El síntoma principal es la molestia generada por la sensación de sentir un bulto vaginal y vulvar.
Este bulto puede estar presente a diario de manera constante o, al contrario, aparecer al final del
día, con desaparición de los síntomas por la mañana, cuando el prolapso se ha reducido. A veces,
las pacientes también describen una sensación de pesadez pélvica o de presión perineal.

Sintomatología urinaria

Siempre deben buscarse signos clínicos urinarios como incontinencia, urgencia miccional,
disuria, sensación de vaciado vesical incompleto, polaquiuria.

También se busca la presencia de una incontinencia urinaria de esfuerzo previa a la aparición del
prolapso y que habría cesado tras la aparición de éste. Es un dato esencial porque, asociado a la
exploración física, puede ser predictivo de la aparición de una incontinencia urinaria de esfuerzo
después de la corrección del prolapso.

Sintomatología digestiva

Un rectocele puede generar trastornos de la evacuación rectal cuando es de tipo retencionista.


Mediante la anamnesis se busca un estreñimiento terminal con dificultades de evacuación o
disquecia. Es fundamental preguntar a la paciente si debe efectuar maniobras digitales para
evacuar las heces de forma directa o empujar el prolapso con objeto de vaciar el recto.

La investigación de la sintomatología urinaria debe completarse con la exploración física y una


evaluación urodinámica.

Diapo 17 Ayudas diagnosticas


El diagnóstico del prolapso genital es clínico. Sin embargo, en algunos casos se necesita una ayuda
diagnóstica, sobre todo en presencia de sintomatología urinaria y/o anorrectal y/o de
antecedentes quirúrgicos.

Ecografía

La ecografía pélvica debe efectuarse antes del tratamiento quirúrgico para no pasar por alto una
patología endometrial. También puede ser útil en presencia de una complicación o de una recidiva
para visualizar la posición de la prótesis y adaptar el tratamiento a su localización.

En caso de prolapso de grado 4, una ecografía vesicorrenal permite verificar la ausencia de


repercusión del prolapso sobre las vías excretoras urinarias.

Resonancia magnética

La RM no debe efectuarse de manera sistemática. El diagnóstico de prolapso es ante todo clínico.


Sin embargo, la RM se puede hacer en caso de discordancia entre los síntomas y la exploración
física, o bien en caso de antecedente de histerectomía o de cirugía del prolapso. Después de una
histerectomía puede ser difícil precisar los compartimentos afectados por el prolapso, sobre todo
si éste es voluminoso.

La RM permite un estudio morfológico. Se visualizan el útero, los anexos, la vejiga, los riñones, el
rectosigmoides y algunos músculos (elevadores del ano, esfínter anal).

La paciente se coloca en decúbito supino con las piernas semiflexionadas. Se efectúan distintas
secuencias: reposo, contracción, empuje gradual y empuje máximo. Es necesario que el radiólogo
motive a la paciente durante todo el examen. La evacuación del gel es indicio de la eficacia del
empuje y permite visualizar el conducto anal. El procedimiento dura unos 15-20 minutos.

Permite precisar si existe un eritrocele, un hedrocele o un prolapso rectal interno que han pasado
inadvertidos en la exploración física. También se puede determinar el carácter retencionista de un
rectocele. Ante una recidiva del prolapso después del primer tratamiento quirúrgico, en algunos
casos la RM hace posible la visualización de la prótesis y del segmento afectado por el prolapso, lo
que puede ayudar a comprender las razones de la recidiva.

 Ecografía translabial (evaluación dinámica de POP, menor costo. Evalúa morfología y


función muscular. Evaluación menos invasiva del esfínter anal)
 Endosonografía anal.
 Ecografía TV

Exámenes complementarios para el estudio de prolapso:

● Urocultivo
● Función renal
● Uroflujometría/ residuo post miccional
● Estudio urodinámico multicanal (se recomienda previo al tratamiento de POP estadío II o mayor
dado presencia de IOE oculta).

diapo 18 TRATAMIENTO
Cabe señalar que cualquier tratamiento, con más razón si es invasivo, sólo debe proponerse a las
pacientes con síntomas vinculados al prolapso.

Tratamiento médico

Este tratamiento se prescribe a veces en pre y postoperatorio para mejorar la calidad de los
tejidos vaginales. Sin embargo, no se ha efectuado ningún estudio con alto nivel de evidencia, y se
dispone de muy pocos datos publicados sobre este tratamiento. En un estudio aleatorizado se ha
comparado el grosor de la vagina con o sin estrogenoterapia tópica preoperatoria en pacientes
con un prolapso de grado POP-Q superior o igual a 2 [73] . No se observó ninguna diferencia entre
ambos grupos. Una revisión de la Cochrane Database concluyó en la necesidad de evaluar este
tratamiento con ensayos aleatorizados. La estrogenoterapia no se recomienda para la prevención
de las exposiciones protésicas en ausencia de datos fiables.

Pesarios

Una de las alternativas al tratamiento quirúrgico del prolapso es la colocación de un pesario.


Existen diversos tipos de pesarios (anillo, cubo, dónut, etc.). Unos se dejan colocados durante
algunos meses y otros son insertados y retirados a diario por la paciente. Históricamente, se
proponían a pacientes mayores a las que no se quería exponer al riesgo quirúrgico. Si bien existen
numerosos prejuicios respecto a estos dispositivos, también se pueden proponerse a pacientes
jóvenes. Sin embargo, el pesario es mejor aceptado por las mujeres ancianas. Una de las
dificultades es encontrar el tamaño adecuado para cada paciente. Pueden ser necesarios varios
ensayos hasta encontrar el dispositivo correcto. El pesario debe ser colocado en la consulta. Se
solicita a la paciente que se ponga de pie y haga fuerza para verificar que esté bien colocado.
Cuando el tamaño es adecuado y el pesario se conserva en su sitio al menos 1 mes, el 86% de las
pacientes continúa el tratamiento.

Una de las indicaciones principales es el prolapso anterior o medio. En este sentido, la mayoría de
estos dispositivos, que tienen forma de anillo, se colocan en el fondo de saco vaginal por detrás y
debajo de la sínfisis del pubis por delante. Por esta razón, resultan poco eficaces en las pacientes
con un prolapso posterior de grado 3 o 4.

Uno de los obstáculos para la colocación de un pesario puede ser la vida sexual. El pesario podría
alterar la imagen de la feminidad y afectar la vida sexual, que a menudo ya está perturbada a
causa del prolapso.

Un pesario se puede usar para predecir los resultados de una corrección quirúrgica del prolapso o
la aparición postoperatoria de una incontinencia urinaria.

19. Tratamiento quirúrgico leer diapo agregar lo siguiente:

El 11-20% de las mujeres serán operadas de un prolapso. Las recidivas siguen siendo frecuentes y
generan la necesidad de una reintervención en alrededor del 30% de los casos. No existe una
solución quirúrgica única para todas las pacientes. El tipo de cirugía depende de muchos factores
como la edad, la actividad sexual, los antecedentes, el deseo de preservar la fertilidad, los
compartimentos afectados por el prolapso, el grado de éste, los síntomas, etc.
20. leer diapo, meter parla

21. leer diapo, meter parla

Diapo 22 Complicaciones

Complicaciones postoperatorias

Hematoma postoperatorio

Un hematoma puede formarse a partir de una hemorragia en los planos de disección. Si la


paciente se encuentra hemodinámicamente estable, no tiene infección y el hematoma no
comprime los órganos adyacentes, basta con una vigilancia simple. En caso de hemorragia activa
detectada mediante una tomografía computarizada con inyección de medio de contraste, la
embolización del vaso lesionado es la primera opción terapéutica. La prótesis puede dejarse en su
sitio si no hay infección.

Oclusión intestinal

La oclusión intestinal puede ser una complicación postoperatoria, sobre todo de la


promontofijación. Para evitarla se recomienda realizar una peritonización correcta por encima de
la prótesis. Según las publicaciones, las oclusiones después de una promontofijación alcanzan el
0,3-4%.

Exposición de la prótesis

Al colocar una prótesis, la complicación postoperatoria más frecuente es la exposición vaginal


protésica, con índices que serían superiores cuando la prótesis se coloca por vía vaginal. Esto
probablemente se explique por la abertura vaginal.

Estas exposiciones se pueden diagnosticar mediante una exploración física sistemática o a partir
de sintomatología orientadora, como leucorrea abundante, dispareunia o dolor pélvico. Puede
prescribirse tratamiento médico con estrógenos tópicos si la superficie expuesta es limitada y no
hay síntomas. El tratamiento quirúrgico consiste en retirar por vía vaginal la mayor cantidad de
material expuesto. En un primer tiempo no sería necesario extraer toda la prótesis si ésta es de
polipropileno, ya que el riesgo infeccioso es bajo.

Erosión en un órgano hueco

La exposición de la prótesis en la vejiga o el recto es un accidente infrecuente. Hay que pensar en


una erosión vesical en caso de infecciones urinarias de repetición, de cálculos vesicales, de
hematuria o de urgencia miccional después de una cirugía protésica. El diagnóstico se establece
mediante una cistoscopia. El tratamiento consiste en una exéresis amplia de la prótesis para evitar
el riesgo de recidiva o de síntomas persistentes.

Retracción protésica/dispareunia/compresión rectal

El material protésico puede retraerse sobre sí mismo hasta provocar una recidiva, incluso dolor. El
diagnóstico es clínico y se establece al palpar la zona retraída, a veces con reproducción del dolor.
El tratamiento de las retracciones es la exéresis amplia de la zona de retracción.
Una complicación excepcional es la compresión rectal por la prótesis. Esto puede ocurrir en caso
de tensión excesiva sobre los brazos protésicos posteriores. El tratamiento es quirúrgico y consiste
en la ablación del material protésico responsable de la compresión.

Las dispareunias postoperatorias pueden deberse o no a la retracción del material protésico. La


prótesis no siempre es la causa del dolor, y la cirugía no protésica con tejidos autólogos no
previene esta complicación. Por el contrario, en la revisión Cochrane es significativamente mayor
la cantidad de dispareunias después de sacroespinofijación que de promontofijación [85] . No
habría ninguna diferencia entre el tratamiento de un cistocele con prótesis vaginal o mediante
colporrafia anterior.

Infección protésica

En una cirugía por vía vaginal, la prótesis debe ser de polipropileno monofilamento debido a su
bajo riesgo de infección. Por vía alta pueden usarse dos tipos de material: polipropileno y
poliéster. La infección de la prótesis es un accidente infrecuente. En una serie de 524 prótesis
colocadas por vía vaginal se ha encontrado un solo caso (0,2%). Cuando la prótesis está infectada,
el tratamiento es la exéresis completa del material. El mayor riesgo infeccioso es la
espondilodiscitis, una infección del cuerpo y el disco vertebral después de promontofijación. Esta
complicación es infrecuente, pero puede provocar graves secuelas funcionales. El diagnóstico es
clínico, ante una paciente con dolores lumbares y un antecedente de promontofijación. El
diagnóstico se puede confirmar con una RM.

diapo 23. gracias

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