Tabula 12
Tabula 12
Tabula 12
12 TABULA
2009
Archivos híbridos
Las transformaciones en materiales,
procesos y productos
12 TABULA
2009
TABULA
ESTUDIOS ARCHIVÍSTICOS
DE CASTILLA Y LEÓN
ISBN: 978-84-613-6968-3
ISSN: 1132-6506 = TABULA (Salamanca)
Depósito Legal: S.671-1992
Edita Director
Asociación de Archiveros de Luis Hernández Olivera
Castilla y León
Pozo Amarillo 1 Editor de este volumen
37001 Salamanca Luis Hernández Olivera
tel. 650 336 756 (Universidad de Salamanca)
www.acal.es
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Luis Crespo Arcá (Restaurador de
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Tabula es la revista anual de la Nacional, Ministerio de Cultura, Madrid,
Asociación de Archiveros de Castilla y España);
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profesional y científica que trabaja en el miento de Cartagena, Cartagena, España);
ámbito de la gestión de los archivos y Alfonso Díaz Rodríguez (Archivero del
documentos. Gobierno del Principado de Asturias,
En Tabula tienen cabida artículos Oviedo, España);
originales tanto sobre trabajos de Lluis Esteve Casellas i Serra (Jefe de la
investigación como de difusión de Sección de Gestión Documental y Archivo
experiencias profesionales. Además de (GDA) del Ayuntamiento de Girona,
los artículos recibidos y admitidos cada Girona, España);
número aborda monográficamente un Raquel Gómez Díaz (Departamento de
tema de interés archivístico. Biblioteconomía y Documentación,
La publicación tiene el objetivo de Universidad de Salamanca, Salamanca,
contribuir al desarrollo de una nueva España);
Archivística en la que se integren el Antonio González Quintana (Archivo del
tratamiento de la documentación Tribunal de Cuentas, Madrid, España);
histórica y la gestión de los documentos Vicent Jiménez Chornet (Departamento
administrativos, una Archivística abierta de Comunicación Audiovisual,
a las aportaciones de otras disciplinas, Documentación e Historia del Arte.
una Archivística autónoma y con un Universidad Politécnica de Valencia,
corpus propio de principios y métodos Valencia, España);
que pueda hacer frente a los problemas M. Paz Martín Pozuelo (Departamento de
de los archivos. Biblioteconomía y Documentación, Univer-
sidad Carlos III, Getafe, Madrid, España);
Los títulos, resúmenes y palabras clave Montserrat Sebastià i Salat
de los artículos se publican también en (Departamento de Biblioteconomía y
lengua inglesa. Documentación, Universidad de
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Suscripción anual (1 número y Valladolid, España);
4 números de Archivamos): 60€. Jordi Serra Serra (Responsable de gestión
Ejemplar: 25€. La publicación se documental, Departamento de Innovación,
distribuye de forma gratuita a los Universidades y Empresa, Generalidad de
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Francisco Javier Fito Manteca Los trabajos se someterán a un proceso
Las fotografías de esta edición
de revisión por pares debiendo obtener proceden de:
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Cubierta y contracubierta, Alberto Fernández;
Verónica Fernández de Cabo menos dos expertos del tema.
p. 15, 16, 32, 48, 62, 84, 102, 114, 130, 156, 172,
Los originales enviados para la publicación 188, Transformers;
Revisión de textos deben ajustarse a las directrices para los p. 31, Centauro / Indigo;
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“Textos para publicar” en el apartado p. 52, Ibm650de1953b / Mikel Agirregabiria;
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Helvética edición y diseño Gary Hunt;
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Los sumarios de la publicación están p. 129, Vote For Hybrids / Svadilfari - Sean;
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(France) / Philippe Leroyer;
Teléfono 650 336 756 www.acal.es/Publicaciones/Tabula/tabid/
p. 155, DSCF0008 / Kevin Goebel;
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p. 171, IAA 2009 - Toyota Prius Plug-In Hybrid /
Bindermichi;
La revista se indiza en diversas bases p. 187, Amphibian Vehicle © Mlenny Photograhy;
de datos (Dois, Cida, Compludoc y p. 204, Letters/ Nate Steiner;
Datathéke). p. 235, Cottesloe Beach / Kim Davies
p. 236, Astronauta en la catedral de Salamanca /
Nota de copyright Civilon
Algunos contenidos de Tabula están p. 252, Catedral de Salamanca / Saulo Alvarado
protegidos por copyright: p. 268, Torre de Santo Tomé. Toledo, España /
© de los textos los autores, Francisco Javier Martín Fernández
11 Introducción
studia
summaria
285 Resúmenes analíticos
Hybrid archives
The transformations in materials,
processes and products
11 Introduction
studia
131 The hybrid memory. From the crisis of the taxonomical model to
the gestation of the macro-appraisal proposals
Luis Hernández Olivera
summaria
293 Analitic summary
INTRODUCCIÓN
12 Introducción
provocar problemas en cuanto a la valoración de la prueba. Otra consecuencia de
los entornos digitales es la propiedad de invisibilidad, que tienen documentos y
archivos y que choca radicalmente con la materialidad con las que se estaba ha-
bituado a trabajar, que analizan Eric Ketelaar y Alejandro Delgado. Y Alejandro
Delgado examina en otro texto la influencia que tiene la creación digital en la
gestión de los documentos y los peligros que esta situación entraña para la mis-
ma existencia de la profesión.
En los temas más metodológicos Jef Schram estudia una de las nuevas pro-
puestas híbridas: en concreto el Modelo de Requisitos para la gestión de docu-
mentos electrónicos de archivo (MoReq2). Por otra parte, Luis Hernández tras
reseñar los déficits del actual modelo valorativo español, propone el recurso a la
macrovaloración para conseguir una memoria de la sociedad sin marginados ni
excluidos. Y de gran importancia son las nuevas posibilidades que tienen los ar-
chivos de prestar sus servicios al público que son desarrolladas por Vicent Gimé-
nez. En los archivos híbridos se tiene que proceder a la reasignación de priorida-
des desarrollando procesos que tengan un mayor valor añadido para el servicio a
los usuarios. Y por ultimo los retos de la preservación, que tiene que enfrentarse
a nuevas responsabilidades y a nuevas necesidades, son abordados por Raquel
Goméz, Luis Crespo y Lucía Ferrero.
A esta colección de análisis hemos decidido atribuirle el título de Archi-
vos híbridos a sabiendas de que con este término se hace generalmente referen-
cia a la miscelánea de documentos y bytes. Sin embargo, nuestra concepción va
más allá de la convivencia de soportes. Calificamos como archivos híbridos a
aquellas instituciones archivísticas que evolucionan y que llevan a cabo un pro-
ceso de fusión de lo nuevo con lo viejo. Las transformaciones que se producen en
esos archivos híbridos, efectivamente, afectan a los soportes, pero las más impor-
tantes están relacionadas con los métodos de trabajo y con los principios. Y, por
supuesto, también están todos los desarrollos tecnológicos que agilizan esas in-
novaciones.
Según Darwin, los individuos que progresan y que son capaces de trans-
mitir esos desarrollos habrían adquirido, en la lucha por la supervivencia, una im-
portante ventaja sobre sus semejantes. Por el contrario, los menos favorecidos se
encaminarían hacia una gradual pero inexorable desaparición. Los archivos tam-
bién están sometidos a las mismas leyes: o evolucionan o desaparecen. Los archi-
vos híbridos son aquellos que están en la buena dirección adaptándose al entor-
no en el que se desarrollan. El ornitorrinco, a pesar de todo su arcaísmo, puede
ser una adecuada representación de los archivos híbridos caracterizados por la
profunda mezcla pues, como nos lo describen, es un mamífero pero pone huevos,
tiene pico y extremidades palmeadas como los patos, pero su pico no es rígido y
Archivos híbridos 13
su cuerpo carece de plumas. De la misma manera, en los archivos híbridos se
unen diferentes materiales, distintos métodos y se abren a las nuevas propuestas
teóricas.
El editor desea agradecer a los autores la posibilidad de disponer de tan in-
teresante experiencia de aprendizaje. Expresamos también nuestro agradecimien-
to a los miembros del consejo editorial por la gran ayuda que sus comentarios y
críticas nos han prestado, así como a todos los que con la revisión, traducción, ma-
quetación etc. han cooperado con entusiasmo en la realización de esta obra.
14 Introducción
studia
MONTSERRAT SEBASTIÁ SALAT
La transformación
de los archivos
y de la Archivística
el nuevo paradigma desde
la hibridez a la metadisciplina
y la metacomunidad profesional
As archivists we need, I believe, to re-examine how our present and emerging culture
organizes its necessary information and wisdom at the macro level.
H. Taylor. 1987-1988, p. 14
En los últimos años, las sucesivas aportaciones de los archiveros y de los proyec-
tos de investigación han puesto en evidencia que el cambio de paradigma en el
actual contexto digital es una de las preocupaciones más relevantes de la comu-
nidad archivística. La reformulación intelectual de los archiveros ha dado visibi-
lidad al colapso de muchos conceptos y de alguno de los principios básicos de la
ciencia archivística. Actualmente, el cambio de paradigma en la ciencia archi-
vística es conceptual, multimodal y multifuncional. Los archiveros son profesio-
nales con competencias híbridas que han cambiado los conceptos y los princi-
pios; y los archivos son sistemas híbridos que mantienen un doble estatus de ges-
tión y acceso a sus colecciones: el tradicional y el digital.
Entre los conceptos y principios que cambian destacan el concepto de ar-
chivo con la aparición del archivo híbrido, la nueva definición de archivo y su
tratamiento como sistema de información. Esta nueva conceptualización explica
la evolución de la función de los archivos y la ampliación de su tipología con los
archivos de empresa y organizaciones. Y todo ello pone en evidencia la mutación
funcional de la identidad y de la memoria como factor social con respecto a la
cultura del patrimonio, que cumplían los archivos hasta la aparición de la infor-
mación digital. Asimismo, el concepto de documento se redefine y se introduce
el nuevo concepto de registro que plantea contradicciones con el principio de
procedencia, la evidencia, la valoración y la autenticación.
Otro factor del cambio es la introducción de la transparencia en la gestión
de las colecciones que comporta la reformulación de metodologías e introduce el
ciclo vital del documento, la auditoria de los flujos de información y los estánda-
res. Y para culminar con este cambio multimodal y multifuncional, la custodia y
la preservación dejan de ser principios nucleares y exclusivos de la Archivística,
porque pasan a formar parte de los métodos de digitalización de los sistemas de
información. Por otro lado, el éxito del paradigma centrado en el usuario impo-
ne a los archiveros el diseño de los sistemas de acceso a la información y la crea-
ción de los servicios orientados a diversos perfiles de usuarios en el marco de la
The paradigms of any of the information professions come up short when com-
pared with the scope of the issues continuously emerging in the digital environ-
ment. An overarching dynamic paradigm –that adopts, adapts, develops, and
sheds principles and practices of the constituent information communities as ne-
cessary– needs to be created. Such a paradigm must recognize and address the
distinct societal roles and missions of different information professions even as
boundaries between their practices and collections begin to blur in the digital en-
veronment. (GILLIAND-SWETLAND, A. J., 2000, p. 4)1.
Contexto Disciplinar
Archivos híbridos 19
gía disciplinar empezó a enfrentarse a nuevos documentos, nuevos formatos, nue-
vos usos y usuarios, nuevos métodos de gestión, nuevas herramientas y nuevas
tecnologías y, ante todo, debía integrar un cambio de paradigma de la informa-
ción y sus funciones, y del concepto de archivo.
Así pues, entra en crisis el mapa disciplinar vigente durante las épocas ca-
racterizadas por el papel, el uso limitado de los ordenadores, el acceso local a la
información sin las redes de comunicación, una tipología restringida de usuarios,
y unos principios básicos centrados en los núcleos del principio de procedencia y
de custodia. Dando paso a un nuevo contexto que preconiza la transformación de
la cultura archivística descriptiva hacia una nueva cultura funcional que es hí-
brida y multidisciplinar, y que Taylor preconiza ya en 19872.
Durante la última década del S. XX esta reacción disciplinar se orienta ha-
cia la adaptación del nuevo paradigma digital y Web. Se promueve la implanta-
ción de la transparencia frente a la opacidad imperante en otras épocas.
DE LA OPACIDAD DE LA OPACIDAD
A LA TRANSPARENCIA A LA TRANSPARENCIA
Superación de las primeras etapas de la automa- Sistemas Web de etiquetaje y difusión de la in-
tización de los archivos e incorporación de las formación para la mayoría de los archivos.
redes.
Los archivos incorporan la gestión digital en la Un importante incremento de la digitalización
mayor parte de los procesos. de las colecciones archivísticas.
La aparición de una compleja cultura basada en Comprensión del uso social de los web archivos
los proyectos de investigación y los estándares para la toma de decisiones sobre las políticas de
para implementar archivos digitales y de acceso digitalización, y para el diseño de nuevos servi-
en línea. cios.
Nuevos métodos de preservación digital. Estudios sobre quién utiliza y cómo se utilizan
los web archivos para la mejora de las interfaces
de usuario.
Los archivos crean nuevos modelos de sistemas El uso de recursos informativos no exclusivos de
de información con el cambio de los métodos y la Archivística que ponen de manifiesto la inter-
adecuación de los principios. disciplinariedad y el trabajo colaborativo.
Generación de informes sobre el uso de la infor- El constante acceso en línea de los web archivos
mación y las colecciones, y los problemas lega- y la solución a los problemas de actualización y
les de la difusión de la información y las colec- obsolescencia..
ciones.
Análisis e incorporación de la accesibilidad Visibilidad de los archivos como referente del
Web, sus métodos de indización y de recupera- patrimonio, la identidad colectiva, la identidad
ción de información Visibilidad de los archivos corporativa de las organizaciones.
como referente del patrimonio, la identidad co-
lectiva, la identidad corporativa de las organiza-
ciones.
Archivo híbrido: convivencia del sistema tradi- Heterogeneidad de la información, en la gestión,
cional y sistema digital: funciones, procesos y en los procesos y en los servicios.
principios en difícil convivencia.
At the heart of the new paradigm is a shift away from viewing records as static
objects, and towards understanding them as dynamic virtual concepts; a shift
away from looking at records as the passive products of human or administrative
activity and towards considering records as active agents themselves in the
formation of human and organization memory; a shift equally away from seeing
the context of records creation resting within stable hierarchical organizations to
Archivos híbridos 21
situating records within fluid horizontal networks of work-flow funcionality. For
archivists, the paradigm shift requires moving away from identifying themselves
as passive guardians of an inherited legacy to celebrating their role in actively
shaping collective (or social) memory. Stades another way, archival theoretical
discourse is shifting from product to process, fron structure to function, from
archives to archiving, form the record to recording context, from the “natural”
residue or passive by-product of administrative activity to the consciously
constructed and actively mediated “archivalisation” of social memory. (COOK,
T. 2001, p. 4)4.
Since 1987, when Hugh Taylor first alerted archivists to the paradigm shift
taking place in the archival world, the nature and direction of that shift has
become a little clearer. From our present perspective, archival methods seem
to be moving toward a closer alignment with archival theory. The principle
shaping the new paradigm is respect des fonds; practical adherence to the
principle increasingly involves the analysis of the various contexts of documents’
creation in order to better reveal their relation to one another. This analysis is
being adopted for the purposes of appraisal and description and is of considera-
ble significance to the archives-records management relationship.
When coupled with accountability, the principle may also provide insights into
archives as unique expressions of socio-historical value; and, in that way,
assist archivists in determining what is essential to preserve. In the end,
whether theory and method are closely aligned and actualized in practice will
depend not on the power of the theory, but on the power of individuals,
professional organizations, and institutions. Individually and collectively,
archivists need to explore the substance of archival work and out of that explo-
ARCHIVÍSTICA
CAMBIO M HIBRIDEZ M
PARADIGMA E
T E
T
R T
A
A A
D CONTEXTO D
I REDES C
DIGITAL I
C O
S
I M
C
O U
I
N N
P
A TRANSPARENCIA HETEROGÉNEO I
L
L D
I
A
N
D
A
Archivos híbridos 23
Contexto profesional
Identidad profesional:
- La disparidad de tipo de profesionales.
- La visión distinta de la función de los archivos.
- Las competencias muy diversas de los archiveros/as.
Formación de profesionales:
- La hibridez de competencias y habilidades curriculares.
- La interdisciplinariedad.
- La renovación de las competencias profesionales según la dinámica de pro-
greso de la disciplina.
Investigación:
- Las nuevas áreas de trabajo y experimentación que han pasado de las nueve
identificadas por Couture y Ducharme en 1998 a las 19 identificadas por GI-
LLILAND, A. & S. MCKEMMISH (2004).
- Emergencia del doctorado como contexto de capacitación de investigadores
y como taller de pruebas en nuevas áreas de investigación.
- La aparición de empresas y grupos profesionales que favorecen la investiga-
ción y experimentación.
- La proliferación de proyectos de investigación.
Archivos híbridos 25
Por lo tanto, los archiveros/as no solo deben centrarse en la gestión de re-
gistros electrónicos. Los riesgos de la gestión (autentificación, descripción, elimi-
nación y preservación) no son las únicas competencias de los profesionales. En
lenguaje económico existen muchas otras áreas de trabajo e investigación que en
la gestión de archivos aseguran factores básicos como son la eficacia, el coste-efi-
cacia del archivo y el coste-beneficio de los profesionales. A nuestro parecer, el
nuevo paradigma archivístico depende de la visibilidad de estas áreas de trabajo
y de conflicto que hemos sistematizado, y que aún tienen pendiente el consenso
disciplinar de la comunidad profesional.
Conclusión
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Archivos híbridos 29
Notas
1
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Perspective in the Digital Environment. Washington: CLIR, 2000. p. 4. Disponible: http://www.clir.org/pubs
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2
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The Journal of Association of Canadian Archivists, (Winter1987-1988), núm. 25, pp. 12-28.
3
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mation Science, V. 50 (1999), núm. 12, pp. 1043-1050.
4
COOK, T. Archival science and postmodernims: new formulations for old concepts. Archival science, V. 1
(2001), pp. 3-24.
5
H. MACNEIL. Archival Theory and Practice: Between Two Paradigms, Archivaria, v. 37, Spring 1994, pp.
6-7.
Los recursos electrónicos han sido consultados durante el mes de septiembre de 2009.
La profesión
en tiempos de cambio
Archivos híbridos 35
sido el esfuerzo por consolidar unas bases teóricas sobre las cuales desarrollar nues-
tra práctica profesional. Aun así, y más allá de la teoría, ¿podemos afirmar que
existe una visión homogénea sobre lo que debemos hacer sobre el terreno y, sobre
todo, cómo hacerlo? Personalmente creo que no, o no en todos los ámbitos de la
gestión de documentos y archivos.3 En este sentido cabe reconocer que el nivel de
exigencia en los archivos históricos es, al menos por el momento, menor que en
el ámbito específico de la gestión de documentos, puesto que dicha exigencia se
centra principalmente en la comunicación de la información hacia el exterior, ya
sea hacia los usuarios o hacia otros centros de archivo o servicios de información.4
Actualmente, el principal problema de la profesión es la normalización de
nuestras actuaciones en el ámbito de la gestión de documentos, desde el con-
vencimiento que la consolidación de nuestra labor en la Administración Elec-
trónica pasa por una visión homogénea y sólida de los requisitos necesarios para
la gestión de los documentos de las organizaciones. Es más, a la vista de los re-
sultados, la reivindicada visibilidad social de la profesión se conseguirá más por
las funciones que desempeñemos en nuestras organizaciones que no por las que
estamos llevando a cabo desde hace años en los archivos históricos.
La irrupción de la microinformática en la década de los 80 del pasado si-
glo supuso el fin de las fichas en papel más o menos normalizadas, principalmen-
te, por el paso del tiempo y por la escasez de medios. Este cambio radical, en be-
neficio de una explotación más exhaustiva de la información, supuso también
una manera más individualizada y aislada de explotación en relación con otros
archivos, e incluso entre distintas intervenciones en el tratamiento documental
de un mismo centro. Por este motivo, la publicación de la norma ISAD(G) en el
año 2000 fue recibida por el sector profesional con cierto alivio, a pesar de no re-
solver todas las necesidades planteadas por la descripción. Al año siguiente, la
aparición de la norma ISO 15489, sobre gestión de documentos, supuso nuevas
expectativas para la profesión, aunque no estuvo exenta de críticas ni de cierta
incomprensión. En el mismo año también se publicó la primera versión de Mo-
del Requirements for the Management of Electronic Records (MoReq), que pasó casi
desapercibida. Posteriormente, la publicación de innumerables normas y la apa-
rición de múltiples y diversas iniciativas en torno a la gestión de documentos y
archivos puede habernos llevado a una sensación de cierto exceso y saturación,
difícilmente digerible en el día a día del profesional de trinchera. En este senti-
do, la organización por parte de la Asociación de Archiveros de Castilla y León
(ACAL) en 2008 del congreso “Ahogados en un mar de siglas” ilustra perfecta-
mente la situación.
En este contexto, ¿cuál debe ser el papel del profesional?, ¿cómo afrontar la
praxis?, ¿bajo qué normas y modelos? La publicación en 2008 de la versión revisa-
da de MoReq ha proporcionado una nueva y eficaz herramienta. Incluso hay quien
en tono coloquial opina que la reconocida modelización de relaciones de MoReq2
Archivos híbridos 37
- Normas y modelos instrumentales: normas ISO sobre formatos PDF,
PDF/A, ODF, modelos como METS, PREMIS, lenguajes XML, o proto-
colos de comunicación como OAI-PMH o SRU, etc.
Archivos híbridos 39
cia es una herramienta indispensable. Por ello, un primer obstáculo es no poder
dar una respuesta consensuada a las necesidades que las organizaciones nos plan-
tean en relación con los datos requeridos sobre los subsistemas de descripción, de
clasificación, de conservación (eliminación, transferencias y preservación inclui-
das) y de acceso, además de la selección de datos a conservar para garantizar la
trazabilidad de acciones archivísticas y de los datos que contribuyan a reforzar la
cadena de custodia en el caso de los documentos electrónicos.
Sin embargo, debemos reconocer que sin una respuesta archivística en el
momento adecuado, para la organización el problema no es tanto la descripción
de sus documentos sino cómo los organiza y los rentabiliza. Esta circunstancia
convierte el sistema de clasificación y su principal componente, el cuadro de cla-
sificación, en un instrumento de un alto valor estratégico. Tradicionalmente, el
cuadro de clasificación se ha defendido como instrumento de organización y re-
cuperación de la documentación, como radiografía de las competencias, funcio-
nes y actividades de la organización y también por su supuesta estabilidad a lo lar-
go del tiempo. No obstante, en la mayoría de casos estas buenas razones no de-
ben haber sido suficientemente convincentes, y prueba de ello es el número de
organizaciones desorganizadas documentalmente hablando. En un entorno tec-
nológico, la tentación de caer en la simplicidad de la recuperación informática es
muy elevada a pesar de ser una solución a muy corto plazo. En este contexto, es
imprescindible plantearse cuál es el valor añadido del cuadro de clasificación y
cómo puede o tiene que desarrollarse en el seno de una organización para que sea
plenamente valorado.
Desde el punto de vista de su contribución a la gestión de procesos, el de-
sarrollo del sistema de clasificación y su relación con los sistemas de gestión ad-
ministrativa pueden desempeñar una importante labor como bisagra en múltiples
funciones de carácter operativo: utilizando las unidades funcionales o de gestión
y las series documentales como base para la definición de diagramas de tramita-
ción, la tipificación de modelos y plantillas de documentos asociados, la imple-
mentación de dispositivos de selección automática y control de firmas, la elabo-
ración de catálogos de trámites, el diseño de dispositivos de clasificación auto-
mática en trámites de registro de entrada, etc.
Para ello son imprescindibles dos premisas: la primera, ir más allá del cua-
dro de clasificación, es decir, construir un sistema de clasificación en el cual el cua-
dro se situará en el centro, y la segunda, hacerlo sobre bases consensuadas. El sis-
tema de clasificación puede relacionarse con muchos elementos de información y
de gestión, pero su vinculación con el organigrama y con la relación de personas
usuarias de los sistemas de gestión administrativa son indispensables. Por otra par-
te, el contenido de la serie debe concretarse en tipos de expedientes y sus relacio-
nes de dependencia o continuidad, el tipo o tipos de tramitación que puedan ori-
ginarse, la tipificación de trámites, la definición de modelos y de plantillas de do-
Archivos híbridos 41
de la identificación de su vigencia administrativa y de los plazos de retención
cautelar a que deban estar sometidos. Evidentemente, algo tan omitido en la Ad-
ministración Pública como la incorporación de la fecha de finalización adminis-
trativa de los expedientes se convierte en un elemento crucial para el cómputo
de los plazos de conservación y acceso. En este contexto, resulta incuestionable
que hablar de los valores de la documentación en correspondencia con las eda-
des teóricas de los documentos no aporta ni información necesaria ni útil para
nuestras organizaciones. El ciclo de vida de los documentos no puede depender
de estadios fijados por el depósito en el cual se encuentren físicamente, ni admi-
te calificaciones confusas como “documentación semiactiva” (¿qué significa se-
miactivo jurídicamente?), sino unicamente plazos de vencimiento, prescripción
y fiscalización establecidos mediante el marco legal vigente.
Consecuentemente, vigencia administrativa y retención cautelar tienen
una relevancia absoluta en la valoración documental y esta, bajo esta perspecti-
va, no puede aplicarse sino desde una clasificación consensuada y normalizada
para ámbitos sectoriales de la misma naturaleza. Dicha normalización va a facili-
tar también un desarrollo más homogéneo de los sistemas de descripción y con-
trol de la documentación, de manera que en el contexto de la gestión de los do-
cumentos electrónicos la valoración documental y el régimen de acceso puedan
también aplicarse sistemática y selectivamente a documentos individuales con-
tenidos en expedientes administrativos, algo impensable en el entorno papel.
Archivos híbridos 43
tante tiempo que el investigador profesional ha ido cediendo paso al ciudadano
de a pie, más interesado en la autorrealización personal que en la historia en ma-
yúsculas. En 20079 publicaba la siguiente tipología:
- Ciudadanos en general, que únicamente pretenden realizar una consulta
administrativa.
- Ciudadanos “investigadores”, que han descubierto en el servicio de archi-
vo una forma más de autorrealización personal, de formación o de satis-
facción personal.
- Estudiantes de primaria, secundaria y bachillerato a la búsqueda de infor-
mación para la elaboración de trabajos de curso.
- Estudiantes universitarios, que se inician en la investigación a partir de
documentación original como fuente primaria.
- Investigadores universitarios, tanto profesores como licenciados en proce-
so de doctorado o de realización de proyectos de graduación especializada.
- Genealogistas, como grupo específico incipiente pero con una clara ten-
dencia ascendente.
- Editoriales, productoras audiovisuales e instituciones culturales, que utili-
zan el servicio como fuente de información y reproducción para la comu-
nicación pública en cualquier formato de documentos originales.
No creo que el perfil del usuario internauta difiera en exceso de esta apro-
ximación, sino únicamente su ubicación geográfica por la disponibilidad que
ofrecen las tecnologías. Aun así, los tres primeros grupos serán principalmente un
público potencial de proximidad, mientras que los demás grupos sí pueden verse
incrementados por la deslocalización tecnológica. No obstante, debemos com-
partir nuestro público potencial con otros proveedores de información que tam-
bién intentan atraerlo, por lo que debemos garantizar nuestra visibilidad.
La planificación de la web (identificación de unidades de información,
servicios y tipo de público específicos, necesidades informativas del público, ám-
bito territorial potencial, etc.) resultará un instrumento eficaz, pero puede no ser
suficiente. El factor descubrimiento de nuestros recursos debe ser nuestra si-
guiente prioridad y la mejor manera es la interrelación con otros centros: los por-
tales. Sin embargo, los portales deben estar orientados a segmentos de público
concretos para asegurar la rentabilización de resultados. Por ejemplo, además de
la integración en portales especializados en archivos, en el ámbito municipal será
conveniente facilitar información a nuestro público de proximidad también a
través de un portal de información de la ciudad, incluso de carácter administra-
tivo mediante la explotación del sistema de gestión de documentos del ayunta-
miento. Estas opciones no excluyen compartir información con otros portales es-
Conclusiones
Archivos híbridos 45
7.- Promover el conocimiento de nuestros usuarios en línea y la evaluación
de los servicios que prestamos.
8.- Incentivar y participar en portales sectoriales, especializados y generalistas para
aumentar el público potencial de nuestros servicios en línea y presenciales.
Notas
1
Sobre la visibilidad de los archivos y de nuestra profesión por parte de la sociedad resulta indispensable
el estudio encargado por la Associació d’Arxivers de Catalunya y presentado en el 3r Laboratori d’Arxius
Municipals: LAPORTE, Antoni (ARTImetria). 2004. “El coneixement i la imatge dels arxius a Catalun-
ya”. Lligall; Revista d’Arxivística Catalana. n. 22, 485-502. <http://www.arxivers.com/cat/lligall.asp> [Con-
sulta diciembre 2009].
2
Memoria 2009 del Servei de Gestió Documental, Arxius i Publicacions, del Ayuntamiento de Girona,
<http://www.girona.cat/sgdap/cat/recurs_documents.php>. Es especialmente significativa la comparación
estadística de las consultas presenciales y vía web entre el Archivo Municipal de Girona, los Archivos Esta-
tales del Ministerio de Cultura y los Servicios de Archivo Públicos de Francia aportada en BOADAS,
Joan. 2009. “Què necessita la ciutadania? Adaptar-se o desaparèixer!” XLI International Conference of the
Round Table on Archives (CITRA): Imagining the twenty first century archivist: New Strategies for Education
and Training. Malta, 2009. <http://www.girona.cat/sgdap/cat/arxiu_textos.php> [Consulta diciembre 2009].
3
Un ejemplo de una propuesta interesante sobre aspectos básicos por dónde empezar aunque en su mo-
mento tuvo un impacto muy relativo es ALBÀ, Marta; CASELLAS, Lluís-Esteve; MAURI, Alfred; PAS-
TELLER, Pere; PERPINYÀ, Remei; SOLÀ, Fina; ZAMORA, Jaume E. 2002. “Recursos informàtics als
serveis d’arxiu municipals: requisits bàsics per a la informatització d’un sistema de gestió de documents”.
Lligall; Revista d’Arxivística Catalana. n. 19. 267-309. Disponible en castellano en:
<http://www.girona.cat/web/sgdap/docs/requisitos_informatizacion_SGD.pdf> [Consulta diciembre 2009].
4
Un ejemplo encomiable en la normalización de la gestión de un archivo es MERINO FLECHA, Eva.
2008. “Una gestión de calidad: el sello 300+ de la EFQM del Archivo Histórico Provincial de León”. Tá-
bula: revista de Archivos de Castilla y León. n. 11. 279-289.
5
<http://www.moreq2.eu/> [Consulta diciembre 2009].
6
Un buen ejemplo de los posibles resultados a conseguir es el trabajo del GRUP D’INNOVACIÓ TEC-
NOLÓGICA. 2008. Vocabularis de metadades. [Recurso electrónico]. Generalitat de Catalunya, Subdirec-
ció General d’Arxius. <http://www.girona.cat/sgdap/cat/arxiu_textos.php> [Consulta diciembre 2009.
También en www.gencat.cat, sección de archivos, pero con URL variable].
7
A principios de los años 90 mi experiencia inicial como consultor privado me permitió constatar la ne-
cesidad de adaptar el cuadro de clasificación a las necesidades reales de las organizaciones, más allá de los
planteamientos tradicionales, para poder integrar la gestión archivística en la gestión administrativa dia-
ria. En el Ayuntamiento de Girona trabajamos desde hace años sobre la base de dos presentaciones, una
orgánica y otra funcional, de la clasificación y estamos trabajando en otro tipo de presentaciones, a pesar
de que en algunos momentos este planteamiento no ha estado exento de críticas por “heterodoxo” por
parte de de un sector del mismo colectivo profesional.
8
Los avances en el reconocimiento de imágenes, por ejemplo de personas, o incluso de voces, o los logros
de los traductores automáticos como Google constituyen ejemplos que no podemos obviar.
9
CASELLAS, Lluís-Esteve. 2006 “Los servicios de archivo en la Sociedad de la Información.” Cursos so-
bre el patrimonio histórico, 11. Actas de los XVII cursos monográficos sobre el patrimonio histórico. Reinosa:
Universidad de Cantabria. 387-403. <http://www.girona.cat/sgdap/docs/Reinosa.pdf> [Consulta diciembre
2009].
10
Sobre la interrogación a nuestros usuarios presenciales y sus necesidades la ponencia presentada por
MERINO FLECHA, Eva. 2009. “Sistemas de evaluación y herramientas de mejora en la gestión de archi-
vos.” IV Jornadas Técnicas de Archivos en la Administración Local. Herramientas de Calidad y Modernización.
Málaga. [Inédita].
El valor probatorio
de los archivos
electrónicos
Archivos híbridos 51
52 Paloma Llaneza, Francisco Lázaro > El valor probatorio de los archivos electrónicos
nico o a causa de un desastre o los mismos son manipulados por una actuación
malintencionada ¿cómo podremos probar nuestras operaciones si nos las discu-
ten? ¿Con una impresión de la web que he podido yo mismo modificar en mi casa
con el ordenador personal? ¿Qué le llevo a un Juez? Esta es una cuestión que, hoy
en día, solo se puede responder de una manera compleja. La volatilidad de la in-
formación que se maneja exige a las organizaciones, como contrapartida a los
ahorros obtenidos, la obligación de aplicar un control interno de los Sistemas de
la Información (SI) especialmente robusto que asegure la generación de pruebas
electrónicas con valor legal, esto es, que permita controlar las fases de genera-
ción, mantenimiento, almacenamiento y recuperación de información con el ob-
jeto de que sean fuentes de prueba veraz. Pero lo cierto es que no hay una obli-
gación legal que asegure este comportamiento.
La fragilidad de los medios de prueba en soporte digital (que no solo con-
siste en su volatilidad sino en la facilidad con la que son reproducibles y falsifi-
cables) obliga a plantearse de manera muy sería la protección de la información
de los SI, no solo en vistas a que esa información sea veraz y oponible a terceros
(clientes, trabajadores, outsourcers, etc.), sino que permita dar una imagen fiel
internamente a auditores y controlers. Así la integridad y la continuidad (cade-
na de custodia) que se predica en el “computer forensics” ha de producirse mu-
cho antes de la extracción para el análisis de la evidencia electrónica. Hablemos
de ello.
Recordemos que son fuentes de prueba todas aquellas realidades susceptibles de,
o bien convencer al juez de una afirmación de hechos realizada por una de las par-
tes en un proceso, de la autoría de unos hechos susceptible de sanción, o bien de
fijar determinados hechos como ciertos. Son medios de prueba2 todo el conjun-
to de trámites procesales necesarios para introducir válidamente cualquiera de es-
tas realidades en el proceso, bien referido a su formato bien a que la obtención de
la misma no se haya efectuado con infracción de derechos fundamentales.
Cualquier prueba se valora por el juez según las normas de la sana crítica.
Pero no cualquier prueba sino solo de la que se le presenta y es válida. Ni el juez
se puede inventar lo que no hay ni puede tener en consideración en su decisión
otra prueba que la que llegan al proceso conforme las normas procesales que es-
tablecen plazos preclusivos y medios tasados para su aportación.
Por lo tanto, la prueba electrónica no aportada o aportada fuera de tiem-
po o forma requeridas corre la misma suerte que la analógica: no existe a efectos
judiciales. Aquí nos topamos con uno de los problemas específicos de las pruebas
electrónicas: que hayan sido obtenidas sin vulneración de derechos, cosa dudosa
Archivos híbridos 53
cuando algunos derechos, como el del secreto de las comunicaciones, suele estar
en discusión.
El segundo elemento diferenciador de la prueba electrónica es, como ya
hemos adelantado, la complejidad de su valoración. Las pruebas altamente tec-
nológicas, requieren del auxilio del perito, cualificación, por cierto, inexisten-
te en nuestro país. Mientras que el papel es un territorio definido, que no re-
quiere de un software de lectura para desentrañar su contenido, ya que el juez
lo lleva incorporado “de serie”, el documento electrónico –entendido en su
acepción legal3 o considerado como un agregado de información electrónica–
requiere de un número indeterminado de elementos que son para el juez tan
ajenos como el propio documento electrónico: un hardware en el que corre un
sistema operativo en el que, a su vez, se ejecuta un programa que permite la
apertura y la lectura del documento, así como –en la mayor parte de los casos–
su modificación. Llegamos, de nuevo, a lo ya apuntado sobre la desconfianza
probatoria de los documentos electrónicos o información en este formato: que
las falsificaciones son iguales que los originales, sin traza de las maniobras o ac-
tos de falsificación, lo que crea incertidumbre en cuanto a su contenido y el he-
cho que pretenden probar, lo que rebaja su nivel de confiabilidad. Para el juez
la mera consideración de un documento electrónico se convierte bien en un
acto de fe o en un baile de pericias y contrapericias que muy bien pueden ser
todas ciertas y acertadas.
Por el lado de la generación/creación, tratamiento, mantenimiento, reco-
gida, captura y almacenamiento del dato-documento electrónico, son pues mu-
chos los retos a los que nos enfrentamos:
- La prueba electrónica ha de responder a un hecho-acción cierto: no de-
ben ser datos generados de propósito, aleatoria o automáticamente que no
representan un hecho o no recojan una actuación humana. Resultarían
aceptables como hechos ciertos los datos generados por aplicaciones que
toman decisiones automáticamente (por ejemplo, determinadas órdenes
en mercados continuos de compra-venta cuando se dan parámetros pre-
determinados) siempre que sea posible establecer como cierta la acción de
generación y mantenimiento.
- Ha de poder atribuirse de manera inequívoca a una persona. Esto es esen-
cial en procesos penales, aunque resulta igualmente necesario en procesos
laborales que lleven aparejada sanción o despido, y en procesos civiles o
mercantiles en los que sea necesario demostrar la capacidad de actuar o de
obrar de quien actúa. Para la detección de los usos o alteraciones malin-
tencionadas, fraudes, etc... es necesario identificar la identidad virtual que
los ha llevado a cabo y rellenar el salto entre la esta identidad virtual y la
real.
54 Paloma Llaneza, Francisco Lázaro > El valor probatorio de los archivos electrónicos
- Tiene que mantenerse la causalidad (relación causal entre acción y resul-
tado sin la intervención de concausas que alteren el resultado o la atribu-
ción inequívoca del resultado).
- Ha de producirse en un entorno de control.
Los datos-documentos electrónicos han de mantener inalterados los he-
chos acciones originales, aunque puedan sufrir modificaciones técnicas durante
su tratamiento, recogida, captura o almacenamiento. Por seguridad jurídica, hay
que demostrar que las alteraciones técnicas no han modificado ni el hecho o ac-
ción cierta que documentan o representan, ni su autoría ni el nexo causal. Las
modificaciones producto de operaciones mecánicas tienen que ser identificadas,
trazadas, fechadas, se tiene que identificar el proceso/aplicación que las afecta/ge-
nera y se ha de poder demostrar que no han afectado al hecho-acción original.
Todo esto apunta a que hay que trabajar en el terreno de la confiabilidad.
Archivos híbridos 55
temas, procesos y procedimientos confiables, lo que implica la triple pareja cita-
da que desarrollamos a renglón seguido
- Autenticación e integridad
La autenticidad e integridad del documento custodiado garantizan la per-
sistencia a lo largo del tiempo de las características originales del docu-
mento respecto al contexto, la estructura y el contenido. Por lo tanto se
garantiza que el documento no ha sufrido alteración o modificación, así
como la certeza de autor o firmante del documento. En el caso de prove-
nir la información de una captura de otro soporte o sistema se debe ga-
rantizar que se recoge fidedignamente la información original.
Por ejemplo, pensemos en un documento que debe ser escanea-
do. El documento es de tamaño mucho mayor al tamaño que puede pro-
cesar de una vez el escáner, presenta diferentes tonos de color, anotacio-
nes manuscritas, correcciones con tipex y un par de post-it adheridos. El
procedimiento de escaneado y los controles que deben ser aplicados en
el proceso de captura deben garantizar la autenticidad e integridad. Ob-
viamente durante todo el ciclo de vida se debe mantener tal garantía.
- Disponibilidad y complitud
Proporcionan la garantía de acceso y utilización, en los tiempos requeri-
dos y comprometidos, así como que aporta el contexto total al docu-
mento. Por ejemplo, si solicitamos un contrato podremos solicitar y ob-
tener todos los anexos, versiones y anulaciones referidas a este contrato,
junto con sus metadatos. La información debe ser por tanto accesible, in-
teligible, identificable, recuperable y comprensible.
La inteligibilidad y la recuperabilidad hace referencia a disponer
del software correcto a lo largo del tiempo para leer la información y al
mantenimiento de lectores –incluido su renovación– y soportes siempre
operativos, con especial cuidado en la obsolescencia de programas, hard-
ware, formatos y a su renovación, y todo ello manteniendo la autentici-
dad, integridad y calidad.
- Calidad y gestión
Proporcionan la garantía de que el producto obtenido es conforme a lo
esperado pues se han gestionado y utilizado procedimientos que han sido
previamente planificados, posteriormente establecidos, y son exhausti-
vos, repetitivos, controlados, medibles y auditables.
Los sistemas de gestión que están implicados son: Gestión de la
Documentación, Gestión de la Seguridad de los Sistemas de Informa-
ción y Gestión de la Calidad.
56 Paloma Llaneza, Francisco Lázaro > El valor probatorio de los archivos electrónicos
Una vez determinadas las triples parejas de la confiabilidad, dos son, a nues-
tro entender, los caminos que podemos recorrer para llevarlas a efecto. Uno es el
del intrépido profesional que desbroza el sendero sin más guía que su intuición y
busca que el mundo reconozca la vía por él creada. Otro es el de servirnos de los
caminos ya reconocidos tanto a nivel nacional como internacional y centrarnos en
alcanzar nuestro objetivo, simplemente aplicándonos en seguir el camino ya traza-
do: el de la normalización.
La buena noticia es que el mundo normativo ha creado un conjunto ex-
tenso de normas que aportan guías y metodologías para, por ejemplo:
- gestionar la seguridad de la información.
- gestionar la información –documentos–.
- capturar con calidad la información –por ejemplo aquella que es transfor-
mada en imágenes electrónicas–.
- formatos de los ficheros para la conservación a largo plazo.
- guiar los procesos de trabajo en relación con la documentación.
- tecnologías para garantizar la autenticidad, integridad y confidencialidad,
y un largo etc.
La mala noticia viene como consecuencia de ese largo “etc”. Las normas
han sido creadas por grupos de expertos de áreas diferentes, en esfuerzos diferen-
tes y con objetivos diferentes. Sirva como ejemplo que bajo el concepto de nor-
mas de evidencias electrónicas encontramos dos grupos diferentes de expertos
que en el marco ISO están desarrollando sus trabajos. Uno es el comité nacional
50 “Documentación” y el otro el subcomité 27 “Seguridad de la información” del
comité 71 “TIC”. Precisamente de este SC27 son coordinadores de dos grupos de
trabajo los autores del presente artículo. Esta variedad normativa requiere que los
responsables de los sistemas de información y de la información que gestionan es-
tén al día, planifiquen y se les dote de los medios adecuados para aplicar eficaz y
eficientemente ese “saber hacer”. Pero además para que el trabajo dé su fruto, la
confianza debe ganarse. Lo que exige del concurso de la parte a la que se le pre-
senta la evidencia, la cual debe estar también formada en al menos los principios
básicos de la metodología y saber hacer.
Y no es sencillo. Supongamos que de un escenario de un crimen se toma
una fotografía. En el momento de la toma fotográfica el fichero RAW es firmado
digitalmente por la cámara (ya hay modelos que lo hacen), más tarde es volcada
la memoria SD a un sistema informático añadiendo la información de, por ejem-
plo, el funcionario que ha tomado la fotografía y la referencia del caso, fecha y
hora de la incorporación al ordenador y todo ello se firma nuevamente y electró-
nicamente conformando un documento que llamaremos A. Pues bien, podríamos
decir que hemos incorporado una evidencia electrónica (el documento A) de un
Archivos híbridos 57
crimen al sistema, y a su vez los registros que se generen con los accesos, copias y
posibles borrados serían evidencias. Todo esto ha de ser adecuadamente gestiona-
do y documentado desde la perspectiva de la triple pareja de la confiabilidad, todo
un reto para el mundo de la normalización y el de la gestión diaria del sistema.
La guía
Hace ya 12 años, en 1997, el Consejo Internacional de Archivos publicó la Guide
for Managing Electronic Records from an Archival Perspective (en adelante, la Guía)
elaborada por el Comité sobre Documentos Electrónicos (1993-1996). Esa Guía sir-
ve de contexto e inspiración al Manual de Documentos electrónicos publicado desde
la Dirección General del Libro, Archivo y Bibliotecas en el 2005. Tal y como dice
dicho manual “La Guía se diseñó para ayudar a las instituciones archivísticas a reu-
bicarse con respecto a la gestión de los documentos electrónicos de conservación
permanente, ante desafíos organizativos y tecnológicos cada vez más complejos”.
En la Guía y en el Manual se identifican cuatro principios:
- Los archivos deberían facilitar el establecimiento de políticas, procedi-
mientos, sistemas, normas y prácticas diseñadas para ayudar a los produc-
tores de documentos a crear y conservar documentos auténticos, fiables y
susceptibles de conservación a largo plazo.
- Los archivos deberían participar en todo el ciclo de vida de los documen-
tos (concepción, producción, conservación) para garantizar la incorpora-
ción al sistema de archivo, conservación y disponibilidad de los docu-
mentos de valor permanente.
- Los archivos deberían ser responsables de la valoración de los documen-
tos para identificar aquellos que tengan valor permanente.
- Los archivos deberían articular los requisitos de conservación y accesibili-
dad para garantizar que los documentos de archivo sigan estando disponi-
bles y sigan siendo accesibles e inteligibles a lo largo del tiempo.
En esos principios están presentes, en ocasiones expresado con otro tér-
mino, las condiciones que se deben dar para la confiabilidad de los documentos
para que puedan ser evidencias e incluso alcanzar el valor de prueba electrónica.
Procedimientos y obligaciones
Hemos mencionado en varias ocasiones los términos: procedimientos y procesos.
Unos que nos parecen paradigmáticos de la correcta gestión de los documentos
electrónicos son los referidos en la UNE-ISO/TR 15801 que destaca los siguientes:
58 Paloma Llaneza, Francisco Lázaro > El valor probatorio de los archivos electrónicos
- Captura de documentos (incluido su preparación, el escaneado –si pro-
cede–,...).
- Captura de datos (datos nuevos, migración, reformateo).
- Indización.
- Procedimientos de salida autenticados (incluyendo el cambio a soporte no
electrónico).
- Transmisión de ficheros.
- Conservación de la información (normal, retención, largo plazo).
- Destrucción de la información (borrado y/o expurgado).
- Copia de seguridad, recuperación y restauración del sistema.
- Mantenimiento del sistema.
- Plan de continuidad.
- Seguridad.
- Contratación de servicios.
- Flujo de tareas.
- Sellado de tiempo (fecha y hora).
- Control de versiones.
- Mantenimiento de la documentación del sistema de gestión.
Archivos híbridos 59
Esta proliferación ha hecho que surjan regulaciones, leyes y reglamentos
comunitarios, nacionales y sectoriales, normas administrativas, códigos de bue-
nas prácticas de aplicación voluntaria, códigos éticos y de conducta de aplica-
ción voluntaria, y expectativas de la sociedad que vienen a imponer obligacio-
nes en relación con la generación, tratamiento, conversión de formatos o me-
dios, acceso adecuado, conservación, no alteración y destrucción de documen-
tos electrónicos, control de versiones, así como con la autenticidad e integridad
de estos y en los casos que lo exigen, confidencialidad y protección de la inti-
midad.
Valga como ejemplo los requerimientos y obligaciones que se establecen
para la factura electrónica (La Orden 962/2007, de 10 de abril, desarrolla deter-
minadas disposiciones sobre facturación telemática y conservación electrónica
de facturas, contenidas en el Real Decreto 1496/2003). Estas obligaciones no son
solo para las organizaciones sino que en ciertos casos se extienden a los profesio-
nales y responsables de la gestión de los documentos, de los sistemas o del nego-
cio u organismo.
Referencias normativas
60 Paloma Llaneza, Francisco Lázaro > El valor probatorio de los archivos electrónicos
ISO/IEC / 27002:2007 Information technology –Security techniques– Code of practice
for information security management.
BS 10008, Evidential weight and legal admissibility of electronic information – Specifi-
cation.
Y los trabajos que actualmente se están desarrollando a nivel Nacional para nor-
malizar las evidencias electrónicas.
Notas
1
Lunes 19 de febrero de 1900. Gaceta de Madrid.
PARTE OFICIAL. PRESIDENCIA DEL CONSEJO DE MINISTROS.
SS.MM. el Rey y la Reina Regente (Q.D.G.) y augusta Real Familia continúan en esta Corte sin novedad
en su importante salud.
REAL ORDEN.
Excmo. Sr.:
Vista la petición formulada por D. Antonio Comyn en instancia fecha primero del corriente solicitando que en
todas las oficinas del Estado, de las provincias y los municipios se admitan las instancias y demás documentos
hechos con maquinas de escribir, en los mismos términos y con los mismos efectos de los escritos o copiados a
mano:
Considerando que no existe ninguna razón administrativa ni de otra índole que aconseje no admitir en las ofi-
cinas anteriormente citadas las instancias y demás documentos que en ellas se presenten hechos con máquinas
de escribir, siendo más clara y fácil su lectura que muchos que los escritos a mano, y cuya legalidad consiste en
la autenticidad de la firma que los suscribe y no en que estén hechos precisamente con letra manuscrita;
S.M. el Rey (Q.D.G.) y en su nombre la Reina Regente del Reino, ha tenido a bien disponer que en todas las
Oficinas del Estado, provinciales y municipales cuantas instancias y documentos se presenten hechos con má-
quinas de escribir, en los mismos términos y con iguales efectos de los escritos o copiados a mano.
De Real Orden A.V.S. para su conocimiento y efectos consiguientes.
Dios guarde a V.S. muchos años.
Madrid 12 de Febrero de 1900
FRANCISCO SILVELA
2
El artículo 299.2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil (en adelante LEC), indica que se considerarán prue-
bas: “los soportes técnicos e informáticos que permiten archivar y reproducir la palabra, el sonido, la ima-
gen y datos de cualquier otra clase”.
3
La ISO 19005-1:2005 define el documento electrónico como la representación electrónica de un con-
junto orientado a página de datos de un texto o datos gráficos, y de los metadatos útiles para identificar,
entender y representar los datos que podrán reproducirse en papel o en microforma óptica sin pérdida sig-
nificativa de su contenido de información. Si bien esta definición aporta un buen punto de partida quizás
se queda corta. Por ejemplo el artículo 3, apartado 5, de la ley de Firma (modificada por la 56/2007 “Me-
didas de Impulso de la Sociedad de la Información”) establece como documento electrónico: “la informa-
ción de cualquier naturaleza en forma electrónica, archivada en un soporte electrónico según un formato
determinado y susceptible de identificación y tratamiento diferenciado”. Por lo tanto, un documento elec-
trónico para la administración y por lo tanto para todos nosotros, no es solo un documento de texto orien-
tado a página, sino también un email, un fichero de registro de acciones o accesos –log–, un fichero de so-
nido, video, datos codificados para un sistema automático, etc. En la terminología inglesa se engloban to-
dos estos tipos de documentos electrónicos bajo el término “registro” (record), tal y como recoge la re-
ciente BS 10008:2008.
Archivos híbridos 61
studia
ERIC KETELAAR, ALEJANDRO DELGADO GÓMEZ
64 Eric Ketelaar, Alejandro Delgado Gómez > El reto de los archivos intangibles
panorama, el modo en que un entorno digital intangible condiciona nuestras
conductas como individuos que crean y gestionan documentos en sociedad; así
como nuestra práctica profesional, como garantes de documentos que, a diferen-
cia de los documentos creados por las organizaciones durante siglos y utilizados
como evidencia en diferentes ámbitos, no se pueden tocar7.
Como bien saben los psiquiatras, los psicoanalistas, los neurólogos, la mente hu-
mana constituye por sí misma un archivo con sus propias reglas de juego acerca
de cómo ejecutar procesos archivísticos y acerca de cómo documentar acciones:
qué debiera ser capturado como documento y qué no; qué debiera transmitirse
desde el almacenamiento activo de la memoria a corto plazo al almacenamiento
permanente de la memoria a largo plazo; qué debiera describirse añadiendo capas
de contexto; qué debiera valorarse y cuál sería su destino último; cómo acceder a
qué y qué debiera ser condenado al olvido... Ciertamente, estos archivos nunca
son “registros de simple verdad y precisión” acerca de lo que realmente sucedió8:
la memoria es selectiva y tiene sus propias reglas, a menudo aparentemente de-
sordenadas y fortuitas. Nada se recuerda nunca de la misma manera, nada se re-
activa como se reactivó por primera, o por segunda, o por tercera vez; aunque esto
no significa, por supuesto, que este aparente desorden no se corresponda con cier-
tas reglas que forman y re-conforman la memoria, si es que hemos de creer a la
técnica del psicoanálisis. Diríamos que, en tales archivos personales, los docu-
mentos siempre se están construyendo y reconstruyendo, lo que, a primera vista,
parece poner en cuestión el principio de punto final, necesario para que cualquier
tipo de documento se convierta en un documento de archivo. Sin embargo, si
prestamos atención a la definición académica de archivo como “acción y efecto
de archivar” 9, que, por otra parte, no es exclusiva de la tradición española, no en-
contraremos en estos archivos nada que esté en desacuerdo con esta definición,
ni con las prácticas archivísticas oficiales. Más bien, resultaría sugerente reflexio-
nar acerca del énfasis de nuestra tradición sobre el efecto más que sobre la ac-
ción10. Quizá un análisis en profundidad de los archivos convencionales rendiría
resultados similares: por decirlo de manera breve, el punto final es una conforta-
ble falacia que permite que las burocracias funcionen; pero no hay nada similar a
un expediente terminado y archivado; lejos de ello, el archivo es un complejo de
acciones que construyen y reconstruyen el documento-como-efecto, de manera
más o menos explícita. En último extremo, sugeriríamos que el negocio del ar-
chivero no es el documento-como-efecto, un producto, sino, más bien, el proce-
so de documentar o registrar, así como las reglas que, en diferentes contextos, go-
biernan el modo de documentar este proceso11. Por ejemplo, la enorme cantidad
Archivos híbridos 65
de expedientes que reflejan los procesos de depuración en el primer período fran-
quista tuvo un significado en los años cuarenta del siglo veinte; pero actualmen-
te han sido reactivados por la Ley de Memoria Histórica, y han adquirido un sig-
nificado muy diferente. Toda interacción, intervención, interrogación, e inter-
pretación por parte del creador, del usuario y del archivero es una activación del
documento. Cada activación deja huellas que son atributos del significado infi-
nito del archivo. Todas estas activaciones son actos de coautoría que determinan
el significado del documento (Ketelaar, 2001). Esto no es decir, por supuesto, que
sean “malos” documentos ni en sentido técnico ni en sentido ético; fueron crea-
dos para reflejar un proceso aceptable, en un contexto dado, lo cual no evita que,
en otros contextos, reflejen otros procesos, como por ejemplo la restitución de
derechos. En este sentido, la aserción foucaultiana acerca de la necesidad de es-
tudiar los archivos desde su exterioridad, desde el contexto de su ocurrencia, de-
viene esencial a la ciencia y a la práctica archivísticas (Foucault, 2005 y 2009)12.
Esta aproximación es particularmente explícita en la conceptualización
del modelo del continuo de los documentos; de acuerdo con esta aproximación,
los objetos de gestión de documentos “están marcados por sus procesos de forma-
ción y formación continuada” (Upward, 2005). Un documento nunca está ter-
minado, nunca está completo, el documento “siempre está en proceso de llegar a
ser” (McKemmish, 1994). Como escribe Brien Brothman: no se puede reducir la
producción de documentos “a un contexto original o momento creativo singu-
lar...ni alcanzan los documentos simplemente un estado o condición final. Más
bien, los objetos y procesos están enredados en una dinámica de partida y retor-
no, emergiendo de la mismidad y la diferencia, de la repetición y la recursión,
junto con el distanciamiento y la diferenciación” (Brothman, 2006). Este es el
motivo por el que el archivo nunca está cerrado. Está abierto a y “de regreso al
futuro” (Derrida, 1996, 68).
Si avanzamos un paso más allá, la acción más que el efecto es particular-
mente obvia en sociedades y tradiciones no escritas, cuyos archivos no son, y no
pueden ser por naturaleza, espacios físicos, loci, lieux de memoire, sino, más bien,
interacciones entre individuos y sistemas, entendidos en un sentido amplio, que
progresivamente conforman las reglas para construir y almacenar los archivos
orales, esto es, los archivos de la sociedad. Aunque la literatura ha enfatizado,
quizá por motivos políticos y como una de las consecuencias positivas de la glo-
balización, la existencia de tales archivos intangibles en civilizaciones y culturas
no occidentales, o alejadas de la noción eurocéntrica de archivo13, estos archivos
colectivos intangibles también existen en Occidente, por ejemplo en comunida-
des de práctica o comunidades rurales con escasa aproximación a los centros ur-
banos de población, donde se producen los documentos14. La institución donde
trabaja cotidianamente uno de los autores del presente artículo lanzó hace algu-
nos años el proyecto “Archivo de la Palabra y de la Imagen” 15, que ha permitido
66 Eric Ketelaar, Alejandro Delgado Gómez > El reto de los archivos intangibles
a la ciudadanía revelar, en comunidades rurales, prácticas colectivas de gestión
de documentos, de gestión de la memoria, que se alejan de las prácticas oficiales,
pero que, al mismo tiempo, cuentan una historia que no está contada en los do-
cumentos que son resultado de tales prácticas oficiales.
En este sentido, debemos tener en cuenta que en el año 2003 la UNES-
CO adoptó la Convention for the Safeguarding of the Intangible Cultural Heritage,
que entró en vigor en el año 200616. De acuerdo con esta convención, el “patri-
monio cultural intangible” significa las prácticas, representaciones, expresiones,
conocimientos, habilidades –así como los objetos, artefactos y espacios culturales
asociados con los mismos– que las comunidades, los grupos y en algunos casos los
individuos reconocen como parte de su patrimonio cultural. Este patrimonio cul-
tural intangible, transmitido de generación a generación, es constantemente re-
creado por comunidades y grupos en respuesta a su entorno, a su interacción con
la naturaleza y su historia, y les proporciona un sentido de la identidad y la con-
tinuidad, promoviendo así el respeto por la diversidad cultural y la creatividad
humana. Este “patrimonio cultural intangible” se manifiesta inter alia en tradi-
ciones y expresiones orales, artes escénicas, prácticas sociales, rituales y eventos
festivos, conocimientos y prácticas concernientes a la naturaleza y el universo, y
en artesanías tradicionales.
Respecto al asunto de este monográfico, tales conductas de gestión de do-
cumentos, de procesos de archivar, personales y sociales, digamos, aparentemen-
te no regulados, han adquirido un nuevo significado en un entorno digital, tanto
mediante las llamadas tecnologías de la información como, significativamente,
mediante las llamadas tecnologías de convergencia universal, es decir, el uso
combinado de Internet, los dispositivos móviles y la televisión (Veltman, 2005a
y 2005b). Como dijimos, la memoria, tanto individual como colectiva, tiene sus
propias reglas de formación y transformación. Básicamente, los individuos o las
comunidades de práctica, en un entorno basado en papel, eran, consciente o in-
conscientemente, ordenados17, buenos gestores de documentos, como sugerirían,
por ejemplo las enormes cantidades de libros copiadores de correspondencia, las
conductas como la compulsiva necesidad de conservar documentos por parte, por
ejemplo, de la poetisa española Carmen Conde, o los procesos de ordenación y
clasificación de fotografías personales en cajas de galletas por parte de las más
arriba mencionadas comunidades rurales. Sin embargo, herramientas como el co-
rreo electrónico, un chat o un sistema de mensajería instantánea, productos de
Google como Docs, GMail o Talk; la transmisión de ficheros entre móviles; la
creciente capacidad de almacenamiento en servidores o en ordenadores persona-
les; las copias ad infinitum de “los mismos” ficheros en diferentes máquinas, las
folksonomías, los blogs, el RSS, etc., están cambiando los modos de documentar
de los individuos, digamos, desordenándolos, o, aún mejor, reconstruyendo sus
reglas, reglas que, ahora, fían en estas herramientas para delegar la memoria, con
Archivos híbridos 67
independencia de la capacidad de estas herramientas para ser, o para llegar a ser
en algún momento, gestores fiables y almacenes estables de esta memoria18. El
principal motivo para esta redefinición de los modos contemporáneos de docu-
mentar es el hecho de que los documentos digitales son por definición invisibles:
lo que se ve en pantalla es solo una reconstrucción de los bits y bytes que son in-
visibles, y no solo invisibles, sino también variables: cuando se lee un documen-
to, una representación de un documento, el lector ya no es un lector pasivo, sino,
más bien, un coprotagonista, junto con el documento, en el proceso de recons-
truirlo (Ketelaar, 2006, 11).
Estas nuevas conductas documentales, así como las nuevas posibilidades
de la gestión y el almacenamiento virtual, desencadenan interesantes reflexiones
acerca de la posibilidad de que la noción de memoria, cruzada con un cultura de
la prisa y la fugacidad, y con una inflación informativa sin precedentes, cambia-
rá hacia una noción de memoria más fluida, más inestable, quizá incluso menos
importante para los individuos19.
En cualquier caso, estas reflexiones no son el principal asunto de esta sec-
ción. La cuestión es que tales modos de documentar se trasladarán también a en-
tornos colectivos y organizativos: la reclamación, por parte de empleados en or-
ganizaciones, de sistemas que repliquen sus conductas personales cotidianas, sis-
temas que les resulten familiares y que no creen complicaciones del estilo de co-
pias de seguridad, encendido y apagado de servidores, o gestión de caídas, es solo
una cuestión de tiempo, como el reciente fenómeno del Cloud Computing20, o los
seminarios IIR España acerca del uso de la Web 2.0 en compañías privadas, ven-
drían a sugerir21. De hecho, el ejemplo canónico y bien consolidado del uso del
correo electrónico para la toma de decisiones, y para gestionar y almacenar estas
decisiones en miles de ordenadores personales, potencialmente existentes en una
organización, habla a favor de tal tendencia al cambio hacia lo intangible: el co-
rreo electrónico ha delegado los archivos de la organización en la mesa de cada
empleado, que deviene, así, en creador y gestor de documentos que, no solo no
pueden tocarse por su propia naturaleza; además, y dependiendo de las regulacio-
nes sobre privilegios y restricciones de acceso de usuarios en diferentes entornos
organizativos, no pueden tocarse “por ley”.
Como dijimos más arriba, la película que sirve como pretexto de este artículo
muestra un mundo en el que los documentos y, en consecuencia, los archivos, no
son, es decir, no tienen una forma fija ni un contenido estable; más bien, se van
construyendo a medida que una nueva percepción, más perfecta que las anterio-
res, llega al cerebro de los precogs, una especie aún no reconocida de gestores de
68 Eric Ketelaar, Alejandro Delgado Gómez > El reto de los archivos intangibles
documentos. Es decir, en el entorno digital, los documentos no solo son intangi-
bles; además son fluidos, nunca están terminados, o, hablando en sentido estric-
to, los documentos-como-acción mediante los que el producto, el documento-
como-efecto, es generado, nunca están terminados, son siempre susceptibles de
reactivación, y no en un punto, sino de manera simultánea en muchos. Estamos
hablando, es claro, acerca de un mundo en el que el archivero, o el gestor de do-
cumentos, dependiendo de las tradiciones, ha perdido el control de tales docu-
mentos sin que, paradójicamente, pueda dejar de gestionarlos.
Como ejemplo, mostraremos el escenario donde uno de los autores de este
artículo lleva a cabo su trabajo cotidiano. En este escenario, el ciudadano, en su
casa, inicia su expediente desde el sitio web de la organización. Este sitio web tie-
ne que conectar adecuadamente con un sistema de registro conforme con la úl-
tima versión estable del módulo SICRES del Consejo Superior de Administra-
ción Electrónica22. Además de ello, este sistema de registro ha tenido que migrar
datos de un sistema obsoleto, con el riesgo de incoherencias y pérdidas que todo
proceso de migración implica; y conectar tanto con otros sistemas de registro de
la organización como con diversos sistemas de gestión de documentos dentro y
fuera de ella. Por tanto, el sistema de registro tiene que enviar datos a uno o va-
rios sistemas de gestión de documentos, o permitir que estos recuperen datos del
sistema de registro. La organización también tiene sistemas relativamente re-
cientes, todavía en uso y útiles; así como sistemas obsoletos o legacy, que también
deben ser migrados al nuevo sistema. Este sistema está formado por cierto núme-
ro de componentes, de naturaleza diversa, pero todos ellos esenciales para per-
mitir que el sistema funcione: herramientas de flujo de tareas, formularios HTML
para introducir datos por parte tanto del personal como de la ciudadanía; bases
de datos en diferentes formatos; herramientas de control de versiones; herra-
mientas de conversión a PDF, así como mecanismos para insertar y encapsular
metadatos; directorios LDAP y otros sistemas de autenticación; imágenes estáti-
cas y dinámicas en varios formatos, etc. Además, el sistema de registro tiene que
conectar con sistemas externos, dado que utiliza firma electrónica avanzada y cer-
tificada y DNI electrónico23. Finalmente, el hecho de que la ley esté promovien-
do el uso de medios electrónicos no significa que el papel haya quedado exclui-
do: existe una masa crítica de ciudadanos, aún no familiarizados con las nuevas
tecnologías, como sugeriría el primer informe del Plan Avanza (2006), que ex-
plicaba que en España las transacciones electrónicas todavía inspiran un cierto
grado de desconfianza. Con todo, el sistema está ahora entre paréntesis, dado que
a nivel nacional el Gobierno está desarrollando tres proyectos con status regula-
dor –el Esquema Nacional de Interoperabilidad24, el Esquema Nacional de Segu-
ridad25, y la Red Sara26–, que pueden obligar a modificar el escenario.
De este complejo entramado extraeremos dos ejemplos que consideramos
significativos, en lo que concierne a la fluidez que es asunto de la presente sec-
Archivos híbridos 69
ción. Primero, exploraremos el modo en que se definen y utilizan los flujos de ta-
reas. Puesto que, por una parte, la organización mencionada más arriba lleva a
cabo una enorme cantidad de actividades, relacionadas tanto con la provisión de
servicios a la ciudadanía como con su propia gestión administrativa y financiera
interna27; y, por la otra, el régimen para la creación de documentos que reflejen
esas actividades es razonablemente uniforme y viene reglado por ley28, el equipo
responsable del sistema ha desarrollado un solo flujo de tareas para todo tipo de
actividades. Se pretende que este macro-flujo represente algo parecido a “el pro-
cedimiento administrativo regulado por la legislación de carácter general”. No
obstante, puesto que, por una parte, existen características especiales derivadas
de necesidades sectoriales; y, por otra, algunas porciones o secuencias de transac-
ciones, como una notificación o un requerimiento, son susceptibles de aparecer
en cualquier punto y en cualquier proceso, también se han desarrollado micro-
procesos, bajo la forma de sub-procesos o procesos paralelos, que se incorporan a
una secuencia dada de las transacciones del macro-proceso, cada vez que resultan
relevantes. El resultado es un gran documento, en el sentido de documento-
como-acción, cuyos conocimiento, consciencia, acceso, son siempre parciales y
solo para partes interesadas, o para personal autorizado, en un cierto tipo de ac-
tividad, que conocen, modifican, gestionan; incluso más, las partes interesadas en
instancias particulares del macro-flujo, o de tipos de actividades en el macro-flu-
jo, conocen una parte incluso más restringida –no el proceso, sino, más bien, una
de sus instancias–, de tal modo que el macro-proceso es continuamente reactiva-
do, copiado, redefinido, representado, de maneras diferentes y en puntos remo-
tos, desconocidos los unos por los otros, pero que determinan, de manera inde-
pendiente y de acuerdo con sus propios intereses, la viabilidad y las nuevas rutas
del proceso. Es decir, el documento, o la consoladora representación que cada
usuario ve en pantalla, es solo un conocimiento parcial del documento real, que
por sí mismo no es nada, salvo una mezcla de código fuente, hojas de estilo, da-
tos y XML; y que desaparece una vez que la reactivación ha terminado, que se
cierra la sesión en el navegador, o que el ordenador personal se apaga. Los archi-
veros australianos expresan esto como sigue:
Los documentos digitales dejan así de ser objetos físicos y en lugar de ello son el re-
sultado de la mediación de tecnología y datos. La experiencia del objeto sólo dura
mientras la tecnología y los datos interactúan. Como resultado, cada visionado de
un documento es una nueva “copia original” del mismo –dos personas pueden ver
el mismo documento en sus ordenadores al mismo tiempo y experimentarán “eje-
cuciones” equivalentes de ese documento (Heslop, Davis, Wilson 2002, 8)–.
70 Eric Ketelaar, Alejandro Delgado Gómez > El reto de los archivos intangibles
En segundo lugar, exploraremos el ejemplo de la firma digital (o de las mu-
chas firmas digitales) que intervienen en una instancia particular, en una repre-
sentación dada, de este macro-proceso. Es un ejemplo mucho más aburrido, bien
conocido, y repetido hasta la saciedad. En España, imprudentemente optimista
en el pasado, mucho más cuidadosa en la actualidad, se ha convertido, en parte
por resignada aceptación de hechos pasados irreversibles, en parte por el implíci-
to reconocimiento de que no todo lo que se ha hecho se ha hecho bien, en tema
tabú o, en el mejor de los casos, en un asunto incómodo29. No obstante, por una
parte, aún nos proporciona algunas ideas acerca de la noción de fluidez que esta-
mos tratando de transmitir en la presente sección; y, por la otra, nos permite in-
troducir las espinosas cuestiones de admisibilidad social y evidencia, que discuti-
remos posteriormente en este artículo. El problema de la conservación a largo
plazo de firmas digitales como componentes que atestiguan la autenticidad de un
documento ha sido ampliamente explorado y no esperamos decir nada que pue-
da ser original a este respecto. En este párrafo, por tanto, utilizaremos en gran me-
dida la literatura. Así, por ejemplo, Filip Boudrez (2005), a partir del examen de
la compleja estructura de las firmas digitales avanzadas y procesos asociados, con-
cluye que estas no pueden garantizar ni la identidad ni la integridad de un docu-
mento. De acuerdo con el autor belga, una firma digital avanzada no es un obje-
to simple, sino, más bien, un conjunto de objetos y procesos, tanto internos como
externos: una clave pública y una clave privada, una autoridad externa de certi-
ficación que valida ese par de claves, el proceso de convertir un fichero a un cier-
to tipo de código basado en un algoritmo externo, ese algoritmo el valor hash pro-
ducido por el algoritmo, el proceso de encriptar el valor hash y la clave privada,
el objeto-firma resultante, el proceso de asignar una firma a un documento, el
proceso de transmisión, el proceso de desencriptación, el proceso de recalcular el
valor hash y de verificarlo, el certificado digital que asegura que las claves perte-
necen a este distribuidor y no a otro, la autoridad externa con capacidad para dis-
tribuir estos certificados digitales, una base de datos de certificados revocados,
etc. Probablemente, de esta enumeración han desaparecido algunos objetos y
procesos, pero esto no es lo relevante. En el complejo procedimiento para gene-
rar y utilizar una firma digital, lo que realmente interesa es el hecho de que esta
firma digital que debe validar objetos distribuidos, compuestos y perecederos es
ella misma un objeto distribuido, compuesto y perecedero. A pesar de esto, el le-
gislador español, probablemente ignorante de algunas otras alternativas en uso,
ha previsto la conservación a largo plazo del objeto-firma, junto con el docu-
mento, como garantía de la autenticidad perdurable del mismo. Por tanto, y a pe-
sar de que una firma digital es claramente una parte de los archivos-como-acción,
y no puede considerarse nunca terminada, el sistema que estamos utilizando
como ejemplo también prevé el almacenamiento estable de tales firmas, junto
con los documentos a los que validan en un punto del tiempo. Las respuestas del
Archivos híbridos 71
estilo del refirmado o el sello de tiempo no son de hecho respuestas, dado que su-
fren los mismos condicionamientos tecnológicos que las firmas que tratan de ga-
rantizar. Por decirlo de manera breve, también son parte del mismo proceso, de
los mismos archivos-como-acción, tan infinitos como el objeto cuya estabilidad
pretenden. Este hecho, además, no es en absoluto sorprendente: el refirmado,
después de todo, es la contrapartida digital de la confirmación de un privilegio, y
un sello de tiempo no se diferencia demasiado de un sello analógico estampado
sobre la notificación de un decreto, ambos potenciales procesos ad infinitum. La
distancia fundamental reside en el hecho de que el privilegio y el decreto origi-
nales siguen siendo legibles, con o sin firmas y sellos; en un entorno digital, los
objetos anteriores ya no pueden leerse sin los posteriores; lo que equivale a decir
que la autenticidad ya no es estable, sino más bien un nuevo proceso de reacti-
vación continuada.
La cuestión es: ¿es socialmente aceptable este proceso en un mundo que
todavía recuerda el papel y su confortable misericordia? Debemos tener en cuen-
ta que, aunque la tecnología cambia los modos en que una sociedad o cultura
dada documenta sus acciones, la inversa también es cierta: una sociedad o cultu-
ra dada domestica la tecnología en búsqueda de su propio beneficio, y para fines
distintos a sus fines originales; es decir, la tecnología condiciona a una sociedad
o una cultura; pero, al mismo tiempo, una sociedad o una cultura se apropia de
la tecnología, se rebela contra ella, en un proceso continuado de alimentación
mutua30.
72 Eric Ketelaar, Alejandro Delgado Gómez > El reto de los archivos intangibles
Por otra parte, la evidencia comportada por el documento no solo es de-
pendiente del contenido del documento mismo, ni de su contexto de creación,
gestión y uso, ni de las condiciones técnicas viables en cada momento. Más bien,
la noción de evidencia es susceptible de cambio, y de hecho cambia, bajo dife-
rentes circunstancias, y para individuos, grupos, disciplinas y sociedades dados32.
Tal y como ha sido estudiado por Clifford Lynch (2002), existe un límite, a los
efectos de determinar las propiedades de confiabilidad de los documentos, entre
lo que es técnicamente posible en términos objetivos, y lo que depende de las
condiciones subjetivas de confiabilidad que un grupo dado está de acuerdo en
asumir. Por ejemplo, Luciana Duranti ha explicado el modo en que los ciudada-
nos medievales creían que sus derechos estaban a salvo, aunque no existiera el
documento “perfecto” que los expresara, simplemente porque la imbreviatura con
los datos acerca de esos derechos era conservada por un notario33. Respecto al
asunto que nos preocupa, la cuestión, por tanto, sería: ¿qué grado de confianza es-
tán dispuestas a conceder las sociedades contemporáneas a documentos fluidos e
inestables, validados además por tecnologías igualmente fluidas e inestables? En
otras palabras, dada nuestra noción convencional de evidencia como un signo
que está por un hecho, ¿son los signos generados por las nuevas tecnologías so-
cialmente aceptables como evidencia?
De la combinación de ambas circunstancias, la inestabilidad objetiva y la
admisibilidad subjetiva, parece que, al menos, debiera derivarse la hipótesis de tra-
bajo de que nuestra noción de evidencia tiene que cambiar. Esto no es, en princi-
pio, ni bueno ni malo, sino simplemente otra manifestación histórica de la con-
tingencia de los archivos, de la necesidad de comprenderlos desde su exterioridad.
Por supuesto, se han desarrollado o se están desarrollando muchas recomendacio-
nes, principios, técnicas y buenas prácticas respecto al modo de identificar la evi-
dencia en un ámbito digital34. Sin embargo, estas iniciativas adoptan, en términos
generales, una perspectiva unidimensional, a saber, el descubrimiento de eviden-
cia digital a efectos legales, con valor en un tribunal. Esta perspectiva, como es
bien sabido, no es necesariamente la perspectiva archivística, fuertemente multi-
dimensional y variable35, vigilante de los diferentes valores de la evidencia, y en
diferentes ámbitos privados, sociales y organizativos. Esto tiene algunas interesan-
tes consecuencias. En primer lugar, viene a significar que quizá el archivero no tie-
ne su propio espacio en la nueva distribución de responsabilidades con respecto a
la evidencia, su negocio tradicional; por tanto, si le falta su propio espacio, le fal-
ta su espacio tout court. En un entorno digital, la jenkinsoniana pasividad de un
conservador neutral, al final del proceso, el custodio de los archivos-como-efecto,
simplemente no tiene sentido, lo cual no sería preocupante, en el supuesto de que
alguna otra profesión jugara el rol de garante de evidencia a lo largo del tiempo.
Resulta más interesante para nosotros la segunda consecuencia: si, en un mundo
que está sufriendo la peor crisis global jamás conocida, donde prioridades como el
Archivos híbridos 73
ciberterrorismo o la deportación más o menos explícita de inmigrantes a sus paí-
ses de origen, la evidencia digital viene informada básicamente por la perspectiva
jurídica y policial, entonces no podemos prever los usos no orientados por la so-
ciedad que estos actores pueden hacer de las tecnologías: privacidad, ciberidenti-
dad, vigilancia, transparencia, son términos cada vez más frecuentes en nuestro
vocabulario profesional36. En cualquier caso, reales o no, estos potenciales malos
usos parecen urgir a una redefinición de evidencia digital, una definición que nos
permita reactivar el rol del archivero en este entorno.
Conclusión
En la película que sirve como pretexto para este artículo, los precogs, que consti-
tuyen el sistema de gestión de documentos, se retiran de la tecnología, dimiten
de ella. Sin embargo, como esperamos haber sido capaces de mostrar en estas pá-
ginas, las conductas de gestión de documentos, con o sin tecnologías, y a nivel
privado, social y organizativo, nunca son inocentes, siempre se corresponden con
reglas bien determinadas y, por supuesto, no existe la posibilidad, y ni siquiera es
deseable, de dar marcha atrás. Si el análisis de las circunstancias de su ocurren-
cia en el ámbito digital nos interesa, esto se debe a que las tecnologías de la in-
formación y de convergencia universal han permeado todas las esferas de las so-
ciedades contemporáneas, hasta devenir invisibles (Ketelaar, 2007b), como algu-
nos de los ejemplos mencionados anteriormente sugieren. Esta invisibilidad o in-
tangibilidad altera, por una parte, nuestra conducta como creadores y gestores de
documentos; y, por otra, se vincula directamente a nociones que nosotros, como
archiveros, siempre hemos gestionado, colocándonos en una situación bastante
complicada. La revisión de nuestros fundamentos en un mundo de documentos
intangibles, de archivos intangibles, cuya intangibilidad no les priva de su capa-
cidad como instrumentos de poder, deviene una necesidad urgente para nuestra
ciencia y nuestra práctica, particularmente en un discurso nacional que aparen-
temente ha renunciado a esta revisión a favor de otras disciplinas no tan intere-
sadas en negociar las reglas que gobiernan la aceptación de la evidencia, el ejer-
cicio de la memoria.
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Notas
1
Minority Report, directed by Steven Spielberg. Twentieth Century Fox, 2002. Basada en Philip K. Dick:
The Minority Report.
2
En España, por ejemplo, la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, define, en su
artículo 49.1, “documento” como “todo tipo de expresión en lenguaje natural o convencional, y cualquier
otra expresión gráfica, sonora o en imagen, registrada sobre cualquier tipo de soporte material, incluidos los
soportes informáticos”. En: BOE: Boletín Oficial del Estado. URL: http://www.boe.es/aeboe/consultas/bases
_datos/doc.php?coleccion=iberlex&id=1985/12534 (Consulta: 12-7-2009). Muchas legislaciones autóno-
mas replican más o menos esta definición. Por ejemplo, la Ley de Patrimonio Cultural de Galicia, en su ar-
tículo 76.2 se refiere al documento como “todo testimonio de funciones y actividades humanas recogidas en
un soporte perdurable y expresado en lenguaje oral o escrito, natural o codificado”. En: antropologiasocial.org.
URL: http://www.antropologiasocial.org/contenidos/tutoriales/patrimonio/textos/leypatrihcogalicia.pdf
(Consulta: 12-7-2009). La Ley de Patrimonio Cultural de Euskadi define documento como “toda informa-
ción registrada, con independencia de su forma y de sus características físicas, recibida, creada o conserva-
da por una institución, entidad o individuo en la ejecución de sus funciones. En: antropologiasocial.org. URL:
http://www.antropologiasocial.org/contenidos/tutoriales/patrimonio/textos/leypatrihcopaisvasco.pdf (Con-
sulta: 12-7-2009). La Ley de Patrimonio Cultural de Valencia reproduce prácticamente la definición nacio-
nal, mientras que la Ley de Extremadura define documento como “todo testimonio de funciones y activi-
dades humanas recogido en un soporte perdurable, incluso informático, y expresado en lenguaje oral o es-
crito, natural o convencional, así como cualquier otra expresión gráfica, sonora o en imagen”. En: antropo-
logiasocial.org. URL: http://www.antropologiasocial.org/contenidos/tutoriales/patrimonio/textos/leypa
trihcoextremadura.pdf (Consulta: 12-7-2009). Existen otros ejemplos, pero es interesante investigar lo que
estas leyes entienden por soporte material o perdurable en el actual entorno digital. Eric Ketelaar (2006, 5)
también ha hecho notar la irrelevancia del soporte.
3
Véase, por ejemplo, Wallot, 1996.
4
Por ejemplo, los Estados Unidos tienen las Federal Rules of Evidence. URL: http://federalevidence.com
/downloads/rules.of.evidence.pdf (Consulta: 12-7-2009); en los Estados Unidos, California tiene su propio
Evidence Code. URL: http://caselaw.lp.findlaw.com/cacodes/evid/1520-1523.html (Consulta: 12-7-2009); Ca-
nadá también tiene su Evidence Act. URL: http://laws.justice.gc.ca/en/showdoc/cs/C-5//20090712/en? com-
mand=home&caller=SI&fragment=evidence%20act&search_type=all&day=12&month=7&year=2009&s
earch_domain=cs&showall=L&statuteyear=all&lengthannual=50&length=50&offset=2 (Consulta: 12-7-
2009), y éste también es el caso para Australia –URL: http://www.comlaw.gov.au/ComLaw/legislation /act
Archivos híbridos 81
compilation1.nsf/framelodgmentattachments/35F214CFEAE22E62CA2575C300186272 (Consulta: 12-7-
2009)– y alguno de sus estados, como Victoria –URL: http://www.parliament.vic.gov.au/sarc/Evidence
_Act/evidence_act.htm (Consulta: 12-7-2009). Desde 2006, Nueva Zelanda también tiene una Evidence Act.
URL: http://www.legislation.govt.nz/act/public/2006/0069/latest/DLM393463.html (Consulta: 12-7-2009)–.
5
Precisamente, la investigación acerca de “dónde están” la forma fija y el contenido estable en un entorno
digital gobierna parte del esfuerzo desarrollado hasta el momento por el bien conocido Proyecto InterPA-
RES, que define “forma fija” como “la cualidad de un documento que asegura que su contenido sigue sien-
do completo e inalterado”. URL: http://www.interpares.org/ip2/ip2_terminology_db.cfm (Consulta: 12-7-
2009). El mismo proyecto define “estable”, en relación con el contenido, como “no modificable o modifi-
cable de acuerdo con reglas fijas, esto es, con variabilidad delimitada”. URL: http://www.interpares.org
/ip2/ip2_terminology_db.cfm (Consulta: 12-7-2009).
6
En efecto, las definiciones académicas aparentemente indican que, para que algo sea considerado como
evidencia, otro “algo”, del cual es evidencia, tiene que existir previamente. Por ejemplo, la Real Academia
Española, en su Diccionario de la Lengua, nos proporciona dos acepciones no cualificadas de evidencia: “1.
Certeza clara y manifiesta, de la que no se puede dudar. 2. Prueba decisoria en un proceso.” En acepción ca-
lificada, la Academia define “evidencia moral” como “Certeza de algo, de tal modo que sentir o juzgar lo
contrario se considera una temeridad”, definición que abre, en cierto modo, una puerta a esa evidencia ante
litteram, aunque esa certeza sea bastante contraria a nuestra noción de evidencia jurídica o científica. URL:
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=evidencia (Consulta: 12-7-2009). La pri-
mera acepción de evidencia proporcionada por Merriam-Webster Online llama nuestra atención: “un signo
externo”. URL: http://www.merriam-webster.com/dictionary/evidence (Consulta: 12-7-2009). Por defini-
ción, un signo está por alguna otra cosa; de lo contrario, caemos bajo el imperio del significante, ya revela-
do por Michel Foucault a comienzos de los años setenta del siglo veinte (Foucault, 1999). La archivística
entiende convencionalmente la evidencia como “1. Algo utilizado para apoyar una comprensión o argu-
mento.- 2. Derecho. Un documento, objeto, testimonio u otros materiales utilizados para probar o rebatir
un hecho” (Pearce-Moses, 2005). A partir de esta definición puede deducirse que, para que exista eviden-
cia, es necesaria la existencia previa de un hecho, una comprensión, un argumento.
7
Véase, por ejemplo, Davis, 2005.
8
Por otra parte, ningún archivo, ningún documento, lo es: en estos últimos años ha devenido casi axiomá-
tica la aserción de que los archivos no son jenkinsonianas entidades neutrales, sino, más bien, constructos
que son el resultado de la percepción de una sociedad, una cultura, un individuo dados, acerca de lo que me-
rece la pena registrar y cómo registrarlo. Véase, por ejemplo, Trace, 2002; Schwartz, 2000 y Delgado Gó-
mez, 2008b. Eric Ketelaar, en el texto anteriormente mencionado, ha explorado los momentos del archivo:
la archivalización, o el momento en el que, consciente o inconscientemente, y a nivel cultural, organizati-
vo o personal, se decide que merece la pena convertir algo en documento; la archivación, o el momento en
que algo es inscrito como documento; y el archivar, en sentido estricto, o el momento en que el documen-
to así inscrito se conserva como valioso. Véase también, Ketelaar 1999.
9
Esta es la tercera acepción del Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia. URL: http://bus
con.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=archivo (Consulta: 13-7-2009). Véanse también
las anotaciones de Eric Ketelaar acerca de otras lenguas que también distinguen proceso y producto (Ke-
telaar, 2006).
10
Véase, por ejemplo, López Gómez, Gallego Domínguez, 2007. Se trata de una excelente taxonomía de los
documentos, comprendidos como objetos pasivos, sometidos a acciones, no como acciones por derecho pro-
pio. Desde la introducción, se subraya esta percepción: “[el documento] es el objeto sobre el que el archive-
ro realiza sus actividades profesionales”. P. 9. Subrayado por los autores originales.
11
Terry Cook ha investigado en profundidad esta diferencia entre el archivo-como-producto y el archivo-
como-proceso, o entre el documento-como-producto y el documento-como-proceso, en varios textos semi-
nales. Véase, por ejemplo, Cook 2001a, 2001b y 1997.
12
También en el discurso programático anteriormente mencionado el autor francés codifica, entre otros, el
principio de exterioridad.
13
Véase, por ejemplo, Albada, 2001 y Katuu, 2003.
82 Eric Ketelaar, Alejandro Delgado Gómez > El reto de los archivos intangibles
14
Véase, por ejemplo, Lund, 2006 y Alexander, 2006.
15
Cartageneros en blanco y negro. URL: http://archivo.cartagena.es/jopac/visitas/cartageneros.htm (Consul-
ta: 13-7-2009); Archivo de la Palabra y de la Imagen: Perín. URL: http://archivo.cartagena.es/jopac/visitas/
monografias/archivos/perin.pdf (Consulta: 13-7-2009); Archivo de la Palabra y de la Imagen: La Puebla. URL:
http://archivo.cartagena.es/jopac/visitas/monografias/archivos/lapuebla3.pdf (Consulta: 13-7-2009). Véase
también, Delgado Gómez, 2008. También, Eric Ketelaar ha investigado el modo en que incluso los archivos
oficiales son siempre susceptibles de relectura, ocultando siempre significados lejos del significado oficial.
Véase, por ejemplo, Ketelaar, 2002, 2007a y particularmente 2001.
16
http://unesdoc.unesco.org/images/0013/001325/132540e.pdf. El 14 de junio de 2009 los estados han rati-
ficado la convención.
17
Frank Upward ha hecho notar que el desorden no es una propiedad de los individuos ni de las organiza-
ciones, sino, más bien, un problema de nuestro siglo. Véase Upward, 2005.
18
Barbara Reed previó de un modo bastante peculiar el modo en que podrían ser tales archivos virtuales.
Véase, Reed 1999a. De manera más reciente podemos encontrar una reflexión sobre los modos privados de
documentar en: O’Sullivan, 2005.
19
Véase, por ejemplo, Ignatieff, 1992; Simmel, 1988 y 1977 y Delgado Gómez, 1991.
20
Véase, por ejemplo, Take, 2009.
21
Véase, por ejemplo, Web 2.0 Meeting Point. Madrid, 22 y 23 de septiembre de 2008. URL: http://www.iir.es/
Evento/eventonew_clean_v1_00.asp?idConvocatoria=4355&idEvento=4459 (Consulta: 15-7-2009).
22
SICRES: Sistema de Información Común de Registros de Entrada y Salida. URL: http://www.csae.map.es
/csi/pg5s40.htm (Consulta: 14-7-2009).
23
Una aproximación parcial a este sistema puede encontrarse en: Delgado Gómez, Rodríguez Gutiérrez, Tor-
nel Cobacho, 2009.
24
Esquema Nacional de Interoperabilidad. URL: http://www.ctt.map.es/web/proyectos/eni (Consulta: 14-7-2009).
25
Esquema Nacional de Seguridad. URL: http://www.ctt.map.es/web/ens (Consulta: 14-7-2009).
26
Red SARA. URL: http://www.ctt.map.es/web/redsara (Consulta: 14-7-2009).
27
Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local. URL: http://www.boe.es/
boe/dias/1985/04/03/pdfs/A08945-08964.pdf (Consulta: 17-7-2009); Ley 57/2003, de 16 de diciembre, de
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28
Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedi-
miento Administrativo Común. URL: http://www.boe.es/boe/dias/1992/11/27/pdfs/A40300-40319.pdf
(Consulta: 17-7-2009).
29
Véase, por ejemplo, Delgado Gómez, 2004.
30
Véase, por ejemplo, Ketelaar, 2007b.
31
Véase, por ejemplo, Hurley, 2004 y Nesmith, 2002.
32
La variabilidad de la noción de autenticidad ha sido explorada, por ejemplo, en MacNeil, Mak, 2007. Vé-
ase también, por ejemplo: Stoler, 2002 y Brothman, 2002.
33
Véase, Duranti, Luciana, 2005.
34
Véanse, por ejemplo, Good Practice, 2002; Galves, Galves, 2004; United States Department of Justice,
2002 y Carrier, 2002.
35
Véase, por ejemplo, Furner, 2006; o el clásico McKemmish, 1996.
36
A este respecto, Richard J. Cox mantiene una valiente batalla en las listas de correo contra la falta de
transparencia en la administración de los Estados Unidos; respecto a la confrontación entre el derecho a la
privacidad y el derecho a saber, véase, por ejemplo, Iacovino, 2008. La autora ya trató en fecha temprana
algunas cuestiones legales en entornos web en Iacovino, 1999. Algunas otras tempranas reflexiones pueden
encontrarse en Reed, 1999b.
Archivos híbridos 83
studia
M. PAZ MARTÍN POZUELO
El futuro inmediato de la
investigación archivística
cuestiones de prospectiva para
una redefinición de la disciplina
M. Paz Martín-Pozuelo
Universidad Carlos III de Madrid
Observatorio de prospectiva archivística y sociedad
E-mail: [email protected]
Este articulo tiene su origen y recoge algunas de las ideas expuestas en el texto El futuro inmediato de la investigación y
la formación en Archivística: tres decálogos para el debate, ponencia invitada al I Encuentro Internacional de docentes e
investigadores en archivología celebrado en la Universidad de Córdoba, Argentina, en septiembre del 2004. Una versión
ampliada se discute en el VIII Congreso de la Asociación de bibliotecarios, archiveros y documentalistas portugueses, cele-
brado en Estoril en mayo del mismo año. Lo que aquí se presenta es una versión revisada y ampliada de ese mismo texto.
Archivos híbridos 87
4. La aparición de los documentos y entornos electrónicos ha obligado a la
archivística a repensar todos sus principios y conceptos, también a incor-
porar otros de nuevo cuño y a plantearse la sustitución de unos por otros.
5. Le obliga también a replantearse su metodología pensada fundamental-
mente para documentos en papel.
6. Los entornos electrónicos y virtuales representan nuevos retos que requie-
ren estrategias, metodologías y técnicas, en mayor o menor medida, dife-
rentes respecto a las que hoy están actuando. Esto, no obstante, en abso-
luto quiere decir que las anteriores deban ser desechadas.
7. En cuanto a los profesionales, existe un consenso en torno a la idea de que
el archivero debe ser mucho más activo en los procesos de gestión y su
participación debe estar presente en la fase de concepción y diseño de la
estructura y la circulación de los documentos.
8. Por este motivo en aquellos países donde se encuentran separadas las figu-
ras del archivero y del gestor se reabre el debate sobre el papel que cada
cual tiene sobre el control de estos documentos
9. Para asumir este control, de producción y recuperación de la información
que contienen estos documentos, el archivero debe desarrollar habilida-
des muy relacionadas con el manejo y la recuperación de la información
y, en consecuencia, también con el uso de las tecnologías que intervienen
en el proceso.
10. Al margen del debate sobre el modelo, la preocupación por la formación
de estos profesionales, enfrentados a novísimos retos, ha llevado a sus res-
ponsables a plantear la necesidad de un cambio tanto en los contenidos
como en la metodología y a los propios profesionales a la demanda de ofer-
tas formativas nuevas y relevantes.
Estas conclusiones, que como señalo más arriba son resultado de las in-
vestigaciones y los debates presentados en los diferentes encuentros científicos,
tienen mucho que ver también con diferentes iniciativas y proyectos, algunos de
los cuales empiezan a contar ya con resultados significativos3.
8. Identidad
III. DESARROLLO
9. Competencias y perfiles
PROFESIONAL
10. Formación
Archivos híbridos 89
nen en la información su objeto de estudio. Es obligado mencionar aquí la for-
mulación del nuevo paradigma, máxima expresión de una verdadera “revolu-
ción” intelectual, que podemos entender como la principal respuesta o reacción
de los profesionales a todos los cambios sugeridos por las tecnologías de la infor-
mación. Nuevo paradigma que data de 1987 cuando Hugh Tylor expresa la ne-
cesidad de un cambio en la archivística para poder afrontar el reto del documen-
to electrónico. Su propuesta no era otra que la integración de las teorías de Tho-
mas Khun en torno a la estructura de las revoluciones científicas en un nuevo
modelo teórico en la ciencia archivística. Le sigue después el nuevo paradigma
de la post-custodia de la mano de Terry Cook4, especialmente entendido en el
ámbito australiano. Las reacciones y respuestas a esta propuesta siguen siendo
bien distintas, de apoyo o rechazo, pero incluso en sus detractores encontramos
implícita la necesidad de un replanteamiento5.
Información
Archivística
Archivos híbridos 91
con las tres preguntas claves respecto a la gestión de documentos, sean en papel
o en soporte electrónico: su creación e identificación, su validez y autenticidad y
su gestión y conservación. Veamos con un poco más de detalle cada uno de ellos.
GRUPO DE
PROBLEMAS
c) Validez y autenticidad
Si el asunto de la conservación continúa abriendo interrogantes el de su validez
va avanzando hacia la normalidad, en tanto la legislación lo hace también. La fir-
ma electrónica nos ayuda a resolver muchas de las cuestiones relacionadas con la
autenticidad de estos documentos, pero su éxito depende en gran medida de la
implantación de un sistema de gestión documental; así lo asegura el NARA y lo
recoge en sus Recomendaciones para la implantación de sistemas de firmas digitales.
En España contamos con @firma como la solución tecnológica en la que se basa
la implementación de la Plataforma de validación y firma electrónica del Minis-
terio de la Presidencia de España10.
Por lo que hace a la autenticidad no me detendré por cuanto está siendo
ampliamente estudiado en el proyecto The International Research on Permanent
Authentic Records in Electronic Systems (InterPARES) del que tenemos sobradas
referencias11.
Archivos híbridos 93
III. Desarrollo profesional
Los cambios tecnológicos a los que desde el principio me estoy refiriendo alcan-
zan también al ámbito profesional. Identidad, perfiles y formación son los tres
elementos claves en el desarrollo de los profesionales de archivos y que de un
modo más claro reciben el impacto de los cambios en la tecnología y en la socie-
dad. Veamos las cuestiones que plantea cada uno de ellos.
a) Identidad
De antiguo el profesional de archivos arrastra un problema de identidad, proble-
ma que hasta el momento no ha sido profusamente estudiado. Así, urge el plan-
teamiento de estudios que nos ayuden a determinar la cultura identitaria de los
profesionales de archivos. No es ya el asunto sobre sus peculiaridades respecto de
profesionales a los que tradicionalmente se le ha venido relacionando (bibliote-
carios, documentalistas, museólogos); la cuestión es mucho más amplia y al tiem-
po mucho más concreta y específica. Urge determinar el lugar, las funciones, la
naturaleza de una profesión desde la cual pueden ejercerse muchas otras. No en
vano la cultura de archivo está siendo de interés también en contextos extra ar-
chivísticos: el arte y la antropología, además de la historia, se revelan como los
contextos de mayor interés por el archivo12. A esto, sin duda, están contribu-
yendo los cambios tecnológicos que contagian la sensación de que “cualquiera”
puede ser archivero. También desdibuja los límites entre profesionales preocupa-
dos por el pasado, la memoria y en su conjunto todas aquellas cuestiones que per-
miten aproximar datos sobre identidades y patrimonio13.
b) Perfiles
Con todo, los problemas de identidad han de ser primeramente analizados den-
tro de la propia profesión con objetivos y finalidades diferentes. Son necesarios
estudios que revelen el grado de satisfacción o insatisfacción de los archiveros, es-
tudios que nos permitan identificar los factores claves que favorecen o dificultan
la incorporación del elemento o los elementos tecnológicos al ámbito profesio-
nal de la archivística. Desde esta premisa, ¿se han modificado las funciones del
archivero?, ¿cómo?, ¿en qué sentido?, ¿cuáles son hoy los perfiles profesionales de-
finidos?, ¿en qué medida pueden definirse otros nuevos? De los resultados de es-
tas investigaciones dependerá en gran medida el planteamiento de su formación
que, a su vez, exige investigaciones independientes.
a) La demanda
El asunto de la demanda debe ser doblemente planteado. Por un lado interesa co-
nocer las cifras reales de la demanda profesional. Conviene saber si la misma se
ha visto, se está viendo o se verá afectada por la nueva realidad tecnológica15:
- ¿Ha crecido?
- ¿Ha disminuido?
- En ambos casos, ¿qué hechos lo han motivado?
Por el otro, interesa también conocer cuál es el interés real por la profesión:
- ¿Qué número de jóvenes demandan estos estudios en la universidad?
- ¿Cuál es la demanda de estudios universitarios en esta área?
- ¿Cuál es el perfil de los alumnos que la demandan y cuál el de los alumnos
que la cursan?
Archivos híbridos 95
Por lo que hace al método:
- ¿Dónde reside el equilibrio entre los aspectos teóricos y prácticos durante
la formación?
- ¿Qué herramientas y soportes pedagógicos son ahora los más adecua-
dos?
- ¿Cuáles los medios bibliográficos y tecnológicos?
d) Los criterios de evaluación: ¿cómo dar una indicación del nivel de prácticas?
Indicadores de resultados, medios de evaluación a distancia y evaluación global
Cada uno por separado exige un estudio para el que aquí no queda tiem-
po. No una y sí diferentes perspectivas de análisis nos darán la oportunidad de
plantear diferentes alternativas.
Archivos híbridos 99
La archivística se convierte de este modo en una disciplina con capaci-
dad para dar respuestas a demandas de la sociedad, de la política, de la ciencia,
de la cultura y la economía de un país. Es obvio que ese conocimiento requeri-
do y ese proceso específico se refieren a los documentos que generan las organi-
zaciones y estas, ha sucedido siempre, generan su información desde diferentes
procedimientos y en muy diferentes soportes. Con ser muy diferentes a los que
ahora si podemos llamar ya tradicionales, principalmente el papel, quizás los
electrónicos sean una versión muy básica de los soportes que devendrán en un
futuro más o menos próximo. Así, la archivística deberá estar preparada para
asumir esta circunstancia y considerar entonces cualquier cambio en el futuro
inmediato y lejano.
Finalmente, y para concluir, subrayo el hecho de que para que esta disci-
plina pueda ser reconocida por su relevancia política, social y económica debe
empezar por defender un profesional al que no podemos definir solo por sus fun-
ciones sino también por sus responsabilidades, muy relacionadas de acuerdo con
esta definición con la satisfacción de demandas muy concretas de la sociedad, de
la cultura, la ciencia y la economía de un país.
Notas
1
El efecto de los cambios sociales sobre la archivística está siendo objeto de mi atención a través del Ob-
servatorio de prospectiva-archivística y sociedad de la Universidad Carlos III de Madrid [http://observatorio-ar-
chivistica.uc3m.es] de cuya creación soy responsable. Sus líneas de investigación y principales proyectos
fueron presentados en el XVI Congreso Internacional de archivos celebrado en Kuala Lumpur en el mes de
julio del pasado 2008, en el Congreso nacional de Arquivología celebrado en Rio de Janeiro en septiembre
del mismo año, en el V Congreso de archiveros de Castilla –León celebrado en León en noviembre del mis-
mo año y en la II Conferencia Internacional: Brecha digital e inclusión social organizo por la Universidad Car-
los III y celebrado en Leganés a finales de octubre de este mismo año.
2
Existieron iniciativas anteriores pero carecieron de la formulación real del problema.
3
Un primer compendio en Grupo Foris. ¿Evolución o revolución? Nuevas perspectivas en la gestión de do-
cumentos electrónicos. Tabula n. 5 (2002), p. 7-77.
4
Terry Cook, “Electronic Records, Paper Minds: The revolution in information management and archi-
ves in the post-custodial and post-modernist era” Archives and Manuscripts, Vol. 22, No 2, 1995, pp. 300-
328. En articulos anteriores ya había avanzado sobre la misma idea: Archival science and postmodernism:
new formulations for old concepts. Archival Science, v.1, n 1, marzo 1987
5
En España ha dado lugar a una publicación que reúne interesantísimas reflexiones sobre el archivo y la
postmodernidad de diferentes culturas geográficas y archivísticas. L. Hernández y T. Cook (edit.) Comba-
tes por la memoria: archivística de la posmodernidad. Tabula,Acal, 2007.
6
Un excelente planteamiento hizo en su momento Eduardo Peis Redondo. “Sistemas de gestión de archi-
vos electrónicos”. En: Actas de las IV Jornadas de archivos electrónicos. 2002 p. 1-19 También incluye el plan-
teamiento en su introducción Rosa M. López Alonso. “El documento electrónico en Europa” En: Actas de
las IV Jornadas de archivos electrónicos, p. 45-57.
Conclusiones
Bibliografía
ALBADA, Joan van (2001): “Archives, Particles of Memory or More”. En: Comma: In-
ternational Journal on Archives. 2001.1-2. P. 13-18.
BEARMAN, David (1989): Archival Methods. Archives and Museum Informatics Technical Re-
port #9. Pittsburgh: Archives and Museum Informatics, 1989. URL: http://www.achi
muse.com/publishing/archival_methods/index.html.
BEARMAN, David (1994): Electronic Evidence: Strategies for Managing Records in Con-
temporary Organizations. Pittsburgh: Archi ves & Museum Informatics, 1994.
COOK, Terry (1997): “What is Past is Prologue: A History of Archival Ideas Since 1898,
and the Future Paradigm Shift”. En: Archivaria. N. 43 (Spring 1997). P. 17-63.
DELGADO GÓMEZ, Alejandro (2007): El centro y la equis: una introducción a la descrip-
ción archivística contemporánea. Cartagena: Ayuntamiento: 3000 Informática, 2007.
MOREQ2
Desarrollo de una norma europea
de Gestión de Documentos
de Archivo
Jef Schram
Secretariado General de la Comisión. Coordinación del proyecto de desarrollo de MoReq2. Junta de Gobernanza de MoReq.
Observador para la Comisión Europea en el Comité Ejecutivo del DLM.
E-mail: [email protected]
Traducción de Verónica Fernández de Cabo, con la colaboración de Blanca Llinas Teres y Alfonso García Miguel Casanueva.
Las opiniones expresadas en este artículo representan únicamente el punto de vista de su autor y no podemos
considerar que representen la posición oficial de la Comisión Europea.
2. MoReq
116 Jef Schram > MOREQ2. Desarollo de una norma europea de Gestión de Documentos de Archivo
Europa, y de hecho, en todo el mundo. MoReq satisfizo completamente una se-
rie de necesidades, entre las que destacan como más importantes las siguientes:
1. MoReq ayudó a los gestores de documentos de archivos a transmitir sus nece-
sidades. Mientras que los gestores de documentos generalmente conocían lo
que se necesitaba para conseguir una buena gestión de documentos, no siem-
pre eran capaces de plasmarlo de forma exhaustiva en un conjunto de requi-
sitos a respetar por cualquier sistema de gestión de documentos electrónicos
de archivo (ERMS en sus siglas en inglés). Igualmente, no siempre eran ca-
paces de traducir sus necesidades en un idioma o sintaxis que los técnicos in-
formáticos pudieran comprender. MoReq les ayudó a lograr este objetivo.
2. MoReq permitió a los usuarios de ERMS el formular y personalizar el con-
junto de requisitos sistémicos que tenia que tener una aplicación. Moreq fue
lanzado en un formato electrónico editable para permitir a los usuarios elegir
los requisitos que necesitaban y añadir algunos de propios si era necesario. De
esta forma, MoReq podía utilizarse como una lista de control para fijar el de-
sarrollo de una aplicación de gestión de documentos de archivo, ya fuera a
ser desarrollada internamente o por una entidad externa mediante contrato.
3. Desde el punto de vista de proveedores y programadores, MoReq permitió
una mejor comprensión de los requisitos que debía cumplir todo sistema de
gestión de documentos de archivo. Esto ayudó a los proveedores a desarro-
llar productos y servicios de gestión de documentos de archivo que respon-
dieran mejor a las necesidades de sus clientes.
4. MoReq fue utilizado frecuentemente en las escuelas de archivística como
instrumento de formación .
118 Jef Schram > MOREQ2. Desarollo de una norma europea de Gestión de Documentos de Archivo
Una actualización de MoReq iba a proporcionar, además, un conjunto de re-
quisitos más completos y rigurosos. El Foro DLM, de hecho, argumentó que los re-
quisitos actualizados serian evaluables. Esto mismo se expuso posteriormenteen el
informe de evaluación publicado por el Foro DLM en septiembre de 2005, un mes
antes del congreso del Foro DLM celebrado en Budapest.10 Una serie de requisitos
evaluables ayudaría a los proveedores de software a desarrollar ERMS conformes con
MoReq. Además, si MoReq conseguía su aceptación como norma para la gestión de
documentos electrónicos de archivo en al menos algunos de los estados miembros
de la UE, esto podría servir potencialmente para promocionar la integración del
mercado de software ERMS. Aunque era evidente que este objetivo sería difícil de
conseguir, también estaba claro que a largo plazo, su potencial se hallaba ahí.
No es de extrañar, por lo tanto, que la Recomendación del Consejo de 14
de noviembre de 2005 sobre la Cooperación entre archivos en Europa pidiera
una actualización y ampliación de los requisitos vigentes para los sistemas de ar-
chivos y documentos electrónicos, como MoReq.11 La Recomendación del Con-
sejo instó también a la creación del Grupo Europeo de Archivos (EAG -Europe-
an Archives Group-) para supervisar la ejecución de la Recomendación. El EAG
reúne a representantes de alto nivel provenientes de los Archivos Nacionales de
los estados miembros de la UE, a menudo los Archiveros Nacionales o sus ad-
juntos. La presidencia del Foro DLM informa con regularidad al EAG de los pro-
gresos que se realizan con respecto al desarrollo y gestión de MoReq. Esto permi-
te a los Archivos Nacionales de los estados miembros estar totalmente al co-
rriente de MoReq y, en caso necesario, enviar sus comentarios.
Tras la Recomendación del Consejo, la Comisión acordó en 2006 finan-
ciar el desarrollo de MoReq2 en el marco del programa IDABC .12 La licitación
posterior remitió explícitamente al informe de evaluación y al papel que el Foro
DLM jugaría durante el desarrollo de MoReq2. Posteriormente, el Foro DLM
nombró a Ian Macfarlane de los Archivos Nacionales de Reino Unido, en Lon-
dres, como asesor de la Comisión Europea en relación al proyecto. El Foro tam-
bién designó un grupo de corrección integrado por expertos provenientes de un
número representativo de estados miembros de la UE para examinar los docu-
mentos provisionales y finales en nombre de la Comisión.
A finales del 2006 la Comisión Europea otorgó el contrato de desarrollo
de MoReq2 a los consultores Cornwell Management Consultants del Reino Uni-
do. Cornwell ya había participado en la creación de MoReq y tenía una amplia
experiencia en el área de gestión de documentos electrónicos. Para compensar su
falta de experiencia en el área de testado de software, Cornwell propuso subcon-
tratar a Imbus AG, empresa especializada en Alemania, el desarrollo de este ma-
terial de testado.
Si bien Cornwell se fusionó con Serco en el transcurso del proyecto, el
equipo, y en particular los autores, continuaron siendo en su mayoría los mis-
Paneles de Evaluación
120 Jef Schram > MOREQ2. Desarollo de una norma europea de Gestión de Documentos de Archivo
cer una organización para conseguirlo, tratando cuestiones como la necesidad de
definir normas y asignar responsabilidades a directores, gestores de documentos
de archivo y otras personas relacionadas con la gestión de documentos de archi-
vo de una organización. Por otro lado, MoReq2 expone lo que todo sistema de
gestión de documentos electrónicos de archivo (ERMS) debe ser capaz de hacer.
En este sentido, Moreq2 proporciona una serie completa de requisitos a respetar
por un ERMS para garantizar una buena gestión de documentos de archivo. Mo-
Req2 se dirige a los proveedores y vendedores de software así como a las organi-
zaciones que deseen comprar, desarrollar o usar un sistema de gestión de docu-
mentos electrónicos de archivo. Se trata de una especificación genérica que no
se limita a un sector o a un tipo o tamaño de organización. Un software confor-
me con MoReq2 debería poder usarse en cualquier organización y configurarse se-
gún las necesidades específicas de dicha organización.
MoReq2 se desarrolló teniendo en cuenta normas y buenas prácticas que
ya existían con el objetivo de substituirlas y convertirse es una especificación más
exhaustiva y completa que su predecesora y que otras normas de gestión de do-
cumentos electrónicos de archivo. Esto explica en parte el gran tamaño de la es-
pecificación. Puesto que MoReq2 necesitaba tener en cuenta todas las posibili-
dades y describir todas las funciones de un ERMS, es un documento más exten-
so que otras especificaciones y directrices que normalmente son menos exhausti-
vas y/o tienen un alcance más limitado.
Respondiendo a los objetivos originarios, MoReq2 no solo contiene una
versión actualizada y ampliada de los requisitos originales, sino también scripts de
pruebas diseñados para permitir el testado del software de gestión de documentos
de archivo de modo a evaluar la conformidad del mismo con la especificación.
Además MoReq2 contiene un modelo de metadatos que permite el intercambio
de documentos de archivo entre aplicaciones conformes, sin perder la obligada
funcionalidad relacionada con MoReq2, así como un esquema XML para dichos
metadatos.19
3. Gobernanza de MoReq
122 Jef Schram > MOREQ2. Desarollo de una norma europea de Gestión de Documentos de Archivo
lar, la traducción de MoReq2 en los idiomas oficiales de la UE, y la inserción
de capítulos cero nacionales que tuvieran en cuenta las tradiciones y el marco
legislativo nacional. También solicitaba al Foro DLM que estableciera y con-
trolara un régimen de certificación europeo y una prueba de conformidad para
MoReq225.
Desde los comienzos del proyecto MoReq2, la Comisión Europea dejó
claro que una vez que se finalizara su desarrollo, la gobernanza de MoReq2 co-
rrería a cargo del Foro DLM. En consecuencia, en verano de 2008, el Foro DLM
creó un Comité Director de MoReq (MGB - MoReq Governance Board-), que
se instauró formalmente el 11 de diciembre en el congreso del Foro DLM de
Toulouse.
El MGB difiere bastante del Comité Ejecutivo del Foro DLM en su com-
posición. Mientras que el segundo estaba integrado en su mayoría por expertos de
los Archivos Nacionales, en el MGB solo tres de los once miembros provienen
del sector público, incluyendo un miembro de la Comisión Europea. Los otros
ocho miembros proceden del campo de la consultoría de gestión (de documentos
de archivo), del suministro y desarrollo de software así como del campo de testa-
do de software.
Las principales tareas del MGB se centran en asegurar la consistencia y
calidad de las traducciones y capítulos cero de MoReq, en promocionar el uso y
la adopción de MoReq en la UE y en establecer un programa de mantenimiento
y evaluación de MoReq.
124 Jef Schram > MOREQ2. Desarollo de una norma europea de Gestión de Documentos de Archivo
por el MGB y publicadas posteriormente. El grupo mantendrá el equilibrio entre
los distintos interesados y será representativo de las diferentes partes de Europa
que a su vez representan las distintas tradiciones en la gestión de documentos de
archivo.
Mientras que el Foro DLM es responsable de la gobernanza de MoReq, la
Comisión Europea tiene interés en asegurar la integridad de la especificación. Por
este motivo se ha propuesto al Foro DLM que el grupo de revisión actue como un
grupo de expertos de la Comisión bajo los auspicios del Grupo Europeo de Ar-
chivos.
Puesto que las pruebas (tests) y la certificación son algo nuevo para Mo-
Req2, el Foro DLM tuvo inicialmente algunos problemas a la hora de establecer
un régimen al respecto. A finales de 2008, pero, el Foro DLM firmó un Memo-
rando de Acuerdo con Imbus AG (Alemania) para asumir la prueba de confor-
midad de MoReq2. El acuerdo acreditaba a Imbus como el primer centro de prue-
bas para MoReq2 por un periodo de 2 años que, a menos que uno de los socios
objete, se verá prolongado de forma automática por otro año. El acuerdo con Im-
bus no es exclusivo, y en principio está abierto a cualquier otra organización que
desee y sea capaz de realizar la prueba de conformidad de MoReq2.
Dentro de este contexto, el Foro DLM pudo anunciar una primera certi-
ficación exitosa de un ERMS el 15 de septiembre de 2009.28 Sin embargo, en la
actualidad no queda claro el alcance que logrará esta prueba voluntaria. Todavía
quedan muchas cuestiones por resolver en este tema y quizá esto sea el reto más
difícil al que tendrá que enfrentarse el MGB. MoReq2 todavía tiene que demos-
trar su valía como norma técnica europea, pero ahora que las primeras aplicacio-
nes de gestión de documentos de archivo han sido probadas y certificadas, quizá
otras le seguirán.
4. Conclusión
Sin lugar a dudas, MoReq2 puede ser considerado un éxito como demuestra la
progresión de la especificación por toda Europa. Ya se han realizado traducciones
de MoReq2 al francés y al checo, y están actualmente en proceso las traduccio-
nes al español, esloveno, polaco y ruso. En Noruega, la nueva norma Noark5 de-
sarrollada por los Archivos Nacionales se inspira en MoReq2.29
La República Checa no solo es uno de los primeros países en haber tradu-
cido MoReq2, sino que el 1 de julio de 2009 aprobó la traducción checa como
norma nacional para la gestión de documentos electrónicos de archivo.30
En Eslovenia MoReq2 tendrá un papel incluso más relevante que la espe-
cificación original. La traducción eslovena, que finalizará en octubre de 2009, no
se introducirá en los requisitos de software como fue el caso de MoReq (ver más
Notas
1
El Acrónimo DLM significa “Documents Life-cycle Management” (en español Gestión del Ciclo de vida
de los Documentos). Hasta 2002 provenía de la expresión francesa “Données Lisible par Machine”, es de-
cir Datos de lectura Automática.
2
“Ten follow-up points on the DLM-Forum Electronic Records - Cooperation Europe wide”, en: Procee-
dings of the DLM-Forum Conference on electronic records, Brussels 18-20 December 1996; Luxemburgo,
1997, pp. 353-354.
3
Ian Macfarlane, “Report of the DLM-Monitoring Committee and progress on functional requirements
for electronic records management systems”, en: Proceedings of the DLM-Forum Conference on electro-
nic records. Brussels 18-19 October 1999; Luxemburgo, 2000; p. 141-150.
126 Jef Schram > MOREQ2. Desarollo de una norma europea de Gestión de Documentos de Archivo
4
El MoReq fue financiado bajo el programa IDA ‘Interchange of Data between Administrations’, en es-
pañol ‘intercambio de datos entre administraciones’, que estuvo en vigor entre 1999 y 2004. 146 Jef Sch-
ram > MOREQ2. Desarollo de una norma europea de Gestión de Documentos de Archivo
5
Comisión Europea, Modelo de Requisitos para la gestión de documentos electrónicos de archivo, marzo
de 2001. Edición en papel: Luxemburgo, Oficina de publicaciones oficiales para las Comunidades Europe-
as, 2002.
6
Conclusiones del Foro DLM 2002, en: Proceedings of the DLM-Forum Conference on electronic records,
Barcelona 6-8 May 2002; Luxemburgo 2002, p. 594-595.
7
Softwarespecificaties voor Records Management Applicaties voor de Nederlandse Overheid, Amsterdam
2004. ReMANO ha sido sustituido actualmente por NEN 2082/2008 basado en su predecesor.
8
Información facilitada al autor por parte de Jose Skofljanec, Archivos de la República de Eslovenia.
9
Archivos Nacionales de Australia, Functional Specifications for Electronic Records Management Sys-
tems Software, 2006.
10
Scoping Report for the development of the Model Requirements for the management of electronic re-
cords (Mo-Req2), dirigido por el Grupo de Trabajo del Foro DLM para el desarrollo del MoReq, presenta-
do en el congreso del Foro DLM, Budapest, 5-7 de octubre de 2005.
11
Recomendación del Consejo (2005/835/EC) de 14 de noviembre de 2005 relativa a medidas prioritarias
para aumentar la cooperación en el ámbito de los archivos en Europa, OJEU (diario oficial de la UE) L312
del 29.11.2005, p. 55.
12
El acrónimo IDABC significa ‘Interoperable Delivery of European eGovernment Services to public Ad-
ministrations, Businesses and Citizens’ (en español: Prestación Interoperable de Servicios Paneuropeos de
Administración Electrónica a las Administraciones Públicas, a las empresas y a los Ciudadanos). Entró en
vigor en enero de 2005 y finalizará en 2009. IDABC es un programa comunitario gestionado por la Co-
misión Europea que apoya una implementación de la legislación de la UE que facilite el intercambio de
información entre las administraciones públicas de la UE mediante el uso de sistemas informáticos.
13
El principal autor del MoReq2, Marc Fresko, también jugó un papel importante en la autoría del Mo-
Req original y en la actualidad es miembro de la Junta de Gobernanza del MoReq.
14
El grupo de evaluación del Foro DLM está formado por los siguientes miembros: Richard Blake, Reino
Unido; Dolores Carnicer Arribas, España; Olivier de Solan, Francia; Andrea Hänger, Alemania; Paivi
Happonen, Finlandia; Toivo Jullinen, Estonia; Göran Kristianson, Suecia; Ian Macfarlane, Reino Unido;
Atle Skjekkeland, Noregua; Jose Skofljanec, Eslovenia; Malcolm Todd, Reino Unido, presidencia; Martin
Waldron, Reino Unido.
15
Model Requirements for the management of electronic records. Update and extension, Luxemburgo,
OPOCE (Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas), 2008, Apéndice 2.
16
M. Fresko, MoReq2 and how to use it, exposición presentada en el 5º congreso del Foro DLM, Toulou-
se Francia 2008.
17
ISO 15489, Información y Documentación - Gestión de Documentos, Organización Internacional para
la Normalización, 2001
18
Para una comparación detallada de las normas pertinentes al ERMS, véase el Apéndice 7 de la Especi-
ficación del MoReq2 (Luxemburgo 2008), pp. 195-202.
19
Metadata Model, Apéndice 9 de la especificación del MoReq2. Durante el transcurso del proyecto, la
Comisión Europea solicitó la elaboración de un esquema XML para el modelo de metadatos, disponible en
septiembre de 2008, varios meses después de la finalización del propio MoReq2.
20
ISO/IEC Guide2 Ed. 8.0, Standardization and related activities - General vocabulary, 2004. Véase:
http://www.iec.ch/ourwork/iecpub-e.htm.
21
Ibíd.
22
Piers Cain, MoReq: the standard of the future?, en: Information Management Journal, 1 marzo de 2003.
23
Comisión Europea, Modernizar la Normalización de las TIC en la UE - El camino a seguir COM (2009)
324, Bruselas 2009.
128 Jef Schram > MOREQ2. Desarollo de una norma europea de Gestión de Documentos de Archivo
studia
LUIS HERNÁNDEZ OLIVERA
La memoria híbrida
De la crisis del modelo
taxonómico de selección
a la gestación de propuestas
de macrovalorativas
La inspiración quebequense
Una de las vías de desarrollo profesional es la que facilitan los programas de for-
mación continua. En el contexto español, resultaba esencial que los archiveros
pudieran acceder a programas formativos que garantizasen un conocimiento ade-
cuado para poder ejercer la selección de documentos dadas, por una parte, las la-
gunas de la formación inicial, que la incorporación de la archivística a la univer-
sidad ha paliado, pero no resuelto, y la imposibilidad de acudir a los conoci-
mientos que aporta la experiencia. Una formación de este tipo, en la que se se-
ñalasen las bases conceptuales de la valoración y selección de documentos y se
añadiesen una serie de conocimientos experimentales, solo podía ser abordada
con profesionales foráneos. Así lo entendieron las Asociaciones de Archiveros de
Cataluña y Castilla y León que recurrieron a los archiveros de Québec para ase-
gurarse una formación adecuada. Fueron numerosas las participaciones de Michel
Roberge, Carol Couture y de otros coterráneos suyos en algunos de los programas
formativos desarrollados en Castilla y León y en Cataluña.
Otro de los medios, que consideramos puede ofrecer una imagen bastante próxi-
ma de la realidad, es el estudio de la literatura profesional, un análisis cuantitati-
vo de lo que los autores españoles han escrito sobre este tema. Ello nos va a per-
mitir conocer las líneas por las que se desenvuelve la valoración española y, en
alguna medida, insinuar el futuro de esta intervención archivística.
Según las conclusiones de un estudio de la documentación publicada en
España sobre esta función (Hernández Olivera, 2005)11 se aprecia un crecimien-
to de la producción a partir de mediados de los años ochenta, que se intensifica-
rá en las siguientes décadas. Es significativo resaltar que el 90% de la producción
bibliográfica se concentraba en los últimos quince años. En los primeros treinta
A pesar de su popularidad son muchas las razones que nos llevan a desconfiar de
la valoración taxonómica que impera en la práctica archivística española.
En primer lugar, el arquetipo español, inclinado a la valoración tradicio-
nal, es arcaico. Se trata de un modelo que fue desarrollado para una época muy
diferente a la actual, en la cual el volumen de documentos era relativamente es-
caso y en la que las tecnologías, para la creación, almacenamiento y conserva-
ción, eran elementales.
En segundo término, como modelo centrado en el documento, es en estos
momentos inabordable. Este fracaso de la metodología tradicional ya fue señala-
do por Bearman (1995, 381) cuando comparó los objetivos de la Archivística
con los recursos para llevarlos a cabo y concluyó que los archiveros eran incapa-
ces de hacer frente al enorme volumen de documentos que generaba la sociedad.
La ingente cantidad de documentos que se producen y la multiplicidad y diversi-
dad de instituciones que los generan convierten la valoración de esta documen-
tación en una tarea inabarcable para las actuales posibilidades de los archivos. Es
una propuesta que podría valer para contextos de reducida producción pero con
los actuales parámetros de generación y un análisis de los documentos enorme-
mente exigente se dificulta considerablemente su viabilidad.
Es, además, una propuesta que, al insistir en el contenido de los docu-
mentos, es decir, la información que tienen sobre su productor (origen, funcio-
nes, evolución) y aquellos otros datos que en el desarrollo de sus actividades se
recopilan sobre personas, movimientos, tendencias, acontecimientos, resalta la
relación con la Historia. La de Schellenberg es una proposición arbitraria que se
orienta solo hacia un tipo de usuarios. Los archivos, según él, se concentran en
la documentación histórica; se anhela descubrir los documentos con un valor real
o potencial para la investigación. El objetivo de esta propuesta valorativa se cen-
tra más en satisfacer los intereses de los investigadores que en reflejar las activi-
dades de la sociedad. Y la escasa fiabilidad de esta tendencia de la valoración vin-
culada a los deseos de los historiadores pronto quedó demostrada con el variable
devenir de la historiografía. La versatilidad de las demandas de los historiadores
hizo muy difícil acometer la selección de documentos en función de la investiga-
ción del momento e imposible realizarla atendiendo a especulaciones sobre cuá-
les serán las futuras necesidades de la investigación. Al mismo tiempo al hacer
hincapié en los valores históricos del documento el modelo español está sesgan-
¿Cómo salir de esta situación? ¿Cómo hay que valorar para no incurrir en más
errores? La escapatoria ya la señalaba Booms en la mencionada ponencia. Si
coincidíamos con él cuando diagnosticaba que los archiveros no habían podido
conseguir una solución a los temas del valor y de la valoración de documentos te-
nemos que volver a convenir con el archivero alemán cuando señala que el fu-
turo de la valoración deberá girar en torno al interés social, buscando construir
un patrimonio documental que sea el retrato de la sociedad. Si aceptamos que los
documentos son el resultado de los ciudadanos e instituciones que constituyen la
sociedad, tenemos que asumir que la selección de los documentos debe empren-
derse de manera que el archivo resultante sea un fiel reflejo del ámbito donde fue-
ron creados los documentos18. La necesidad de una consideración del contexto,
de una mejor comprensión del fin y el como de la creación de los documentos an-
tes de acometer su valoración que plantea la propuesta alemana es el camino.
Son muchas las vías que, en esta misma dirección, se están explorando
para abordar la valoración y selección de documentos. Este es también el rumbo
que promueven los archiveros postmodernistas cuando sugieren contextualizar
los documentos situándolos en sistemas funcionales que describan la creación y
utilización de los documentos, exploren su gestión y documenten las interven-
ciones a las que son sometidos por los archiveros19. Como señala Cook la valo-
ración postmoderna determinará el “valor” según la teoría social basada en la na-
rrativa del contexto de creación más que en el contenido. Valorar se convertirá
en un análisis macrovalorativo de las funciones, los programas y actividades del
creador, y de la interacción ciudadana con ellos, para a continuación determinar
los documentos que de la forma más concisa reflejen esas funciones, y buscar (¿o
crear?) en el sector privado las fuentes que complementen la documentación pú-
blica (Cook, 2007a, 76).
Sería un error señalar que esta formulación postmoderna de la valoración
conocida como macrovaloración es una propuesta teórica y metodológica que re-
suelve definitivamente el problema y determina correctamente el patrimonio ar-
chivístico. Pero creemos firmemente que es uno de los modelos que mejoran no-
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Notas
1
El texto original de Booms: Gesellschaftsordnung und Uberlieferungsbildung: Zur Problematik Archiva-
risher Quellenbewertung. Archivalische Zeitschrift, numéro 68, 1972, p. 3-40 adquirió repercusión tras su tra-
ducción al inglés por la Asociación de Archiveros de Canadá (Archivaria, n. 24, 1987, p. 69-107). Unos años
más tarde, por iniciativa de Carol Couture, la Asociación de Archiveros de Quebec publicaba la versión
francesa (Archives, vol. 33 n. 3-4, 2001-2002, p. 7-44). Finalmente la Associació d’Arxivers Valencians asu-
mió su publicación en español (Revista d’Arxius, n. 3, p. 11-59), atendiendo a una sugerencia que le hicimos
de traducir las principales aportaciones que en el ámbito de la valoración se habían publicado en revistas
norteamericanas y que por las dificultades lingüísticas no habían tenido la debida repercusión en España.
2
Entre los años veinte y los treinta los alemanes Karl Otto Müller, Heinrich Otto Meisner habían apunta-
do la importancia del organismo creador pero fue en 1957 cuando George Wilhelm-Sante y Wilhelm Rhor
formularon la valoración basada en la posición del productor, lo que determina una escala de valores de los
documentos deducidos de la posición del productor en la jerarquía administrativa (Couture, 2003, 26).
Como se ha señalado la relación entre jerarquía y valor es un criterio formal, esquemático y poco eficaz que
no permite resolver la cuestión de la valoración al considerar exclusivamente las élites y al elevar a rango
de testimonio una imagen truncada que excluye a muchos componentes de la sociedad.
La prioridad de la jerarquía en la sociedad socialista era un criterio que también había sido asumido por
la archivística soviética y así lo manifestaba Belov: “El valor de los documentos es una consecuencia inme-
diata de la significación de uno u otro productor de fondos y su posición en la sociedad”, citado por Booms,
2004, 46.
3
Tenemos que señalar que ha habido prácticas de valoración con interesantes aportaciones, como las reali-
zadas, con documentación judicial, en la Real Audiencia de Galicia. Pero el reconocimiento de la valía de
estas experiencias no puede llevarnos a concluir, como hace Pedro López, “la existencia de una tradición ar-
chivística española, que a lo largo del s. XIX elabora toda una teoría sobre la materia” (López Gómez, 1998, 95)
Consideramos que las experiencias de selección de documentos que se han desarrollado en España úni-
camente facilitaban un método para practicar la valoración, pero no hemos encontrado una articulación de
conceptos que determinen el valor, ni, tampoco, hemos localizado enunciados con las propiedades de los
conceptos que se deben aplicar para determinar los documentos a conservar indefinidamente.
4
Como al resto de archiveros europeos, nos interesa más especular sobre los posibles usos que vayan a tener
los documentos en el futuro que reflexionar sobre la idoneidad de los métodos de valoración para conseguir
una representación de la sociedad en la que se han creado estos documentos (Cook, 1992, 49).
5
Son unos trabajos que cumplen perfectamente la función del inventario físico con un modelo descriptivo
que, en gran medida, hemos seguido muchos. Los estudios tipológicos proporcionan información sobre la
documentación, el productor, el procedimiento, el marco regulador y el contenido necesarios para poder va-
lorar la serie. Pero si estos datos son trascendentes de cara a la valoración, más significativa es la inclusión
La responsabilidad
archivística
en la gestión de la preservación
de los documentos electrónicos
158 Raquel Gómez Díaz > La responsabilidad archivística en la gestión de la preservación de los documentos electrónicos
gestionar los documentos, superando las dificultades de épocas pasadas en las que
no se permitía a los archiveros participar en el diseño de documentos electróni-
cos y en la planificación del diseño de la gestión. En este sentido Serra (2008) in-
dica que la ISO 15489 establece claramente los momentos y el sentido de la par-
ticipación archivística en el diseño e implantación de los sistemas de gestión de
documentos electrónicos, cuestión que debe verse como una oportunidad de de-
sarrollo de la profesión.
Debemos abordar el reto de la conservación de los documentos desde dis-
tintas perspectivas: la legislativa, la de los propios procedimientos y la organiza-
ción en la que se llevan a cabo y, por supuesto, también desde la tecnología. Con-
sideramos que este campo es demasiado amplio para un solo artículo, por lo que
limitaremos nuestro objetivo a marcar aquellos elementos fundamentales que ser-
virán para poner de manifiesto algunos aspectos clave en la toma de decisiones
en materia de conservación, y si bien no podremos dar recetas mágicas que re-
suelvan los problemas, pensamos que la simple llamada de atención sobre los
puntos críticos puede ser el punto de arranque para la toma de decisiones apro-
piadas.
160 Raquel Gómez Díaz > La responsabilidad archivística en la gestión de la preservación de los documentos electrónicos
ticas y provocando la necesidad de cambiar la manera de conservar, administrar
y migrar los soportes y/o formatos documentales, al tiempo que se promovían
nuevos modos de acceso. Este cambio, muy importante para la Archivística con-
temporánea, no es el único que se ha introducido en los archivos de la mano de
los DEA. Esta nueva realidad plantea muchos interrogantes relacionados con la
conservación que necesitamos resolver: ¿qué está ocurriendo en el momento ac-
tual con la aparición de documentos en soportes distintos de los usados hasta
ahora?, ¿pueden ofrecerse las mismas garantías –en cuanto a conservación se re-
fiere– que con otro tipo de documentos?, ¿tienen los usuarios la misma confianza
en que la Administración conserva y custodia los documentos en los nuevos so-
portes igual que lo hacía con los tradicionales?, ¿durante cuánto tiempo podemos
garantizar la conservación de esos documentos?, por tanto, ¿dónde están las prin-
cipales diferencias en el desarrollo de la conservación?, ¿podemos separar la con-
servación de la seguridad?... Cuestiones sin duda que nos preocupan como archi-
veros y ciudadanos.
162 Raquel Gómez Díaz > La responsabilidad archivística en la gestión de la preservación de los documentos electrónicos
El uso de distintos formatos tiene también otra serie de consecuencias en
lo que a conservación se refiere. Por un lado su uso no es perdurable en el tiem-
po, ya que evolucionan, caen en desuso y en el caso de los propietarios al no es-
tar las especificaciones en abierto nos obliga a la utilización de un software con-
creto del que no tenemos garantías de su vigencia a lo largo del tiempo. Ade-
más, es necesario tener en cuenta que el software que permite la lectura, gene-
ralmente solo permite la compatibilidad retrospectiva de versiones próximas; en
ocasiones, mantener la legibilidad de los documentos pasa por mantener tam-
bién los equipos, solución que no siempre es posible por la dificultad para en-
contrar piezas de recambio en el caso de fallos en los ordenadores (Rottenberg,
2000). Además, aunque existe el PDF/A (ISO 19005) como formato para la
conservación definitiva, este formato puede ser incompatible con documentos
dinámicos, por lo que aunque sirva para conservaciones definitivas quizá puede
no resultar útil para el mantenimiento de documentos en otra etapa. Por ello,
antes de cambiar de programa y/o equipo informático debemos asegurarnos que
los formatos de los documentos que tenemos se pueden seguir consultando sin
que haya pérdidas de ningún elemento esencial y es que tenemos que tener en
cuenta que en el caso del documento archivístico la información que nos apor-
ta el documento va más allá de su contenido. Cuando se cambia de versión de
programa sería conveniente que se chequeara todo lo que se tiene para evitar
que haya pérdidas o cambios que alteren el documento, pero ¿realmente se asu-
me esta responsabilidad? ¿Sobre quien recae la responsabilidad de hacer estas
comprobaciones? ¿Se tienen en cuenta aspectos relacionados con la estabilidad
del documento?
En lo que se refiere a los soportes, aunque en otros ámbitos distintos del
archivístico podemos afirmar que gestionar información es prácticamente equi-
valente a gestionar documentos, en el caso de los DEA esta afirmación no es co-
rrecta. En Archivística, por un lado, sabemos que en sí mismo el soporte no tie-
ne mucha relevancia; si un documento es copiado en otro soporte siempre que se
mantenga la identidad no hay alteración (Duranti 1997, Duranti, Thibeau,
2006).Esto afecta a que en los soportes electrónicos no podemos hacer la distin-
ción de original y copia que hacíamos con los documentos en soporte papel. Por
otro lado, necesitamos asegurarnos que el contexto, contenido y estructura del
documento permanecen de alguna manera ligados. No podemos aislarlos de su
contexto de creación –quién y por qué los creó– y debemos incluir los mecanis-
mos que nos indiquen que ese documento no ha sido modificado, y todo esto
debe ser así a lo largo de su ciclo vital, ya que es el modo para que quien custo-
die pueda dar fe de la autenticidad del documento y hacer una correcta valora-
ción de su destino final. Esta consideración hace que no podamos desligar el do-
cumento de su medio físico, ya que es lo que garantiza la unión de los elementos
y lo que lo configura como documento. Este hecho hace que elegir un tipo u otro
164 Raquel Gómez Díaz > La responsabilidad archivística en la gestión de la preservación de los documentos electrónicos
se van renovando, el nivel de normalización de los documentos, el nivel de com-
plejidad de los formatos, la vigilancia tecnológica... un amplio conjunto de va-
riables que dificultan su estimación10.
La responsabidad de la conservación
Una vez dibujado el marco en el que se desarrolla la conservación, necesitamos
adentrarnos en el tema de la responsabilidad. Según el Diccionario de la RAE,
en su cuarta acepción, por responsabilidad entendemos “la capacidad existente en
todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho
realizado libremente”. Según esta definición, la responsabilidad en cuanto a man-
tenimiento y conservación de los DEA pasa, en primer lugar, por conocer cada
uno de los aspectos que afectan al documento, –unos propios de cualquier docu-
mento de archivo– (quién, por qué y para qué se crea el documento) y otros es-
pecíficos de los electrónicos, como el caso del formato en el que crean o el so-
porte en el que se fijan, y en segundo lugar las consecuencias que tendrá nuestra
organización derivadas de la gestión y o conservación adecuada o no de los do-
cumentos.
Para conocer qué implica hacerse responsable de la conservación de los
DEA podemos partir de un análisis de riesgos donde se determinen las conse-
cuencias adversas que se producirían en nuestra institución en caso de la pérdi-
da, vulnerabilidad o deterioro de los documentos. Hasta aquí es independiente
del soporte en el que estén, el problema deriva de los propios riesgos a los que se
ven sometidos los documentos electrónicos, más variados y menos predecibles
–no olvidemos que la tecnología a la que están asociados los DEA evoluciona
muy rápido– que con otro tipo de soportes.
Una de las primeras cuestiones que tenemos que analizar es la seguridad11
de los documentos, ya que este es uno de los aspectos más sensibles de la gestión
de los DEA. También debemos delimitar la responsabilidad de su mantenimien-
to y conservación. Y aunque hablamos de responsabilidad en singular debemos
entender esta como una cadena de acciones donde cada eslabón es imprescindi-
ble para conseguir cumplir con el objetivo final. Por tanto, cada responsabilidad
puede estar asignada a una persona o a un equipo, de hecho, parece aconsejable
que por la naturaleza tecnológica y documental de los DEA, la responsabilidad
sea compartida. De este modo tendremos mayores garantías de optar por la deci-
sión adecuada, favoreciendo el aumento de la eficacia de las medidas. También
hay que definir el marco temporal de la responsabilidad, ya que puede variar lo
largo del tiempo.
Según lo que hemos visto con anterioridad, la simple elección del forma-
to en el que se crea el documento o el soporte en el que se fija tendrá conse-
cuencias en la conservación. Es cierto que podemos crear el documento en un
166 Raquel Gómez Díaz > La responsabilidad archivística en la gestión de la preservación de los documentos electrónicos
la Organización para procesos de evaluación, auditoría, certificación o acreditación, se-
gún corresponda en cada caso12. En todo caso una u otra metodología lo que pre-
tende es conocer los riesgos con el objeto de minimizarlos, estableciendo para
ello una serie de medidas equilibradas entre el contenido de los documentos y el
tratamiento que se les haga, así como determinar las medidas de seguridad que se
les apliquen.
La asignación de responsabilidades
El único documentos que hemos encontrado donde se especifica cómo asignar
responsabilidades es La Carta para la conservación del Patrimonio de la Unesco
(2004). Si bien puede resultarnos útil, no debemos olvidar que está pensado para
el patrimonio documental en general, por lo que en principio simplemente nos
servirá para la asignación de las responsabilidades en aquellos documentos con
valor patrimonial. Aun así, es recomendable conocer el cuadro 9-1 que ayudará
a determinar si existe un fundamento para aceptar la responsabilidad y también
el cuadro 9-2 sobre los grados de responsabilidad. Relacionado con este tema está
la duración de la conservación, que no tiene por qué coincidir con la duración
de la responsabilidad. En este punto se plantea un problema: ¿es preferible asu-
mir la responsabilidad por un periodo corto de tiempo o no asumirla? Aquí tene-
mos que valorar qué hacer si durante el tiempo comprometido no encontremos
financiación para la continuidad del programa de preservación, provocando que
todos los esfuerzos y recursos no hayan servido para nada. Aunque también de-
bemos considerar que puede ocurrir también que por no comprometernos a un
periodo corto pongamos en peligro la conservación a largo plazo.
Finalmente, no debemos olvidar que en el caso de los archivos, el mante-
nimiento y la conservación requiere una actuación coordinada que involucre a
las instituciones políticas, organizaciones que trabajan con documentos electró-
nicos y los centros donde se han de conservar los documentos. Cada uno de los
niveles tendrá que asumir su parte de responsabilidad mediante compromisos ex-
plícitos perfectamente engarzados que permitan asegurar a las generaciones futu-
ras que la huella administrativa de los ciudadanos se mantenga y conserve en per-
fectas condiciones.
168 Raquel Gómez Díaz > La responsabilidad archivística en la gestión de la preservación de los documentos electrónicos
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170 Raquel Gómez Díaz > La responsabilidad archivística en la gestión de la preservación de los documentos electrónicos
studia
LUIS CRESPO ARCÁ, LUCÍA FERRERO JIMÉNEZ DE CASTRO
Nuevos soportes
desafíos en su
preservación
Un nuevo panorama
174 Luis Crespo Arcá, Lucía Ferrero Jiménez de Castro > Nuevos soportes: desafíos en su preservación
dos, realizados a partir de materias muy dispares, se ven conectados por compar-
tir zonas de almacenamiento o por servir como soportes de duplicado; de este
modo empiezan a compartir problemas comunes en la estrategia de su conserva-
ción hacia el futuro. Las técnicas y los tiempos pausados de acción empleados en
la conservación pasiva (contenedores adecuados; control climático de diverso
tipo de los depósitos; etc.) aun siendo imprescindibles, ya no son la única refe-
rencia para contarnos qué podemos esperar que suceda con nuestras colecciones
y fondos de forma precisa. Es necesario crear líneas de actuación que se comple-
menten y permitan tomar decisiones críticas en su preservación.
La cantidad de información que se genera diariamente es tal que supera las capa-
cidades de cualquiera para emplearlas con eficiencia e inteligencia. Las bibliote-
cas y archivos se encuentran con la forzosa necesidad de tener que almacenar y
aprender a manejar una gran diversidad de materiales de naturaleza bien distinta
entre sí. Basándose en las experiencias del pasado, los bibliotecarios y archiveros
saben que hay dos cosas ciertas relacionadas con los fondos y colecciones que cus-
todian: en primer lugar que no todo lo guardado sobrevivirá, y en segundo lugar
que no pueden predecir qué será importante para los investigadores –esto es, para
la sociedad– en el futuro. El legítimo esfuerzo conservador de un soporte tradi-
cional valioso, como puede ser un libro en forma de códice, es el de mantener ín-
tegros sus valores históricos, sociológicos o estéticos para la sociedad. Esos valo-
res se reconocen en sus aspectos técnicos: elaboración de los múltiples compo-
nentes de la estructura de su encuadernación, el tipo de pieles sobre el que se re-
alizó, tipos de hilos, telas, cordeles, pigmentos, etc.; pero también por permitir el
estudio de aquellos otros aspectos estéticos y antropológicos que aparecen refle-
jados en sus textos e ilustraciones. La sociedad actual también revela su tecnolo-
gía y gustos culturales pero empleando nuevas representaciones: es el caso de los
contenidos de las películas o de las carátulas de una colección de discos de vini-
lo. Tanto los objetos antiguos como los contemporáneos son ejemplos y manifes-
taciones de un momento social que merecen el esfuerzo conservador para retar-
dar su desaparición. Sin embargo, la mentalidad occidental – la oriental tiene
matices diferenciadores significativos en este sentido– tiende a otorgar más im-
portancia a aquellos objetos que ya han adquirido una pátina de valor producto del
paso del tiempo; ello genera esfuerzos conservadores disímiles entre objetos anti-
guos y contemporáneos.
Los expertos dedicados a estudiar la complejidad del mundo de los regis-
tros sonoros y los audiovisuales son bien sabedores de los incalculables valores
históricos, educacionales y culturales que hacen de este tipo de documentos una
176 Luis Crespo Arcá, Lucía Ferrero Jiménez de Castro > Nuevos soportes: desafíos en su preservación
versión primitiva de los sistemas operativos de los años ochenta que permita leer
documentos que no fueron migrados a nuevos sistemas en su momento. Son do-
cumentos, en la mayoría de los casos, simplemente no reproducibles y por ello la
información que con ellos se generó puede quedar condenada al olvido. Enfren-
tarse a la preservación de estos nuevos medios únicamente con aquellos concep-
tos que son válidos para una colección de libros raros, sitúa de antemano la ac-
ción en un contexto quijotesco, mal planteado y de desperdicio económico.
En el caso del cuidado del Patrimonio Bibliográfico y Documental, estos
adelantos tecnológicos han propiciado algunas de las nuevas modas en preserva-
ción como son los procesos de digitalización de ciertos libros y/o documentos ele-
gidos por una serie de valores consensuados: corta expectativa de vida por su de-
plorable estado de conservación; frecuencia de uso/consulta; valor intrínseco del
fondo/colección; expurgo; etc. Las actuales políticas de digitalización de archivos
y bibliotecas parecen tender a abarcar dos objetivos primordiales: la difusión y la
preservación de la información. En el caso del objetivo de la difusión el fin pare-
ce claro: poner lo custodiado al alcance de un amplio espectro de necesidades so-
ciales y de un número mayor de individuos permitiendo crear, entre otras finali-
dades, una conciencia en la población al poner de manifiesto tanto el ingente vo-
lumen de libros y documentos como su trascendencia social. De este modo se
consigue, además, aportar una demostración extra que sustente la demanda eco-
nómica de las instituciones que albergan fondos documentales y bibliográficos
para que se financien sus necesidades (inversiones en edificios mayores y mejor
dotados tanto en medios técnicos como de recursos humanos, por ejemplo). En
el caso de la preservación, sin embargo, el objetivo no está tan bien delimitado:
desde el punto de vista de la preservación de los libros y documentos hay varios
factores o frentes de riesgo potencial que ponen en tela de juicio la efectividad
de la digitalización como pilar de un plan de preservación. Queremos destacar
tres frentes en concreto:
En el primer frente se encuentra la falsa percepción/ilusión de que un fon-
do/colección se mantiene conservado de cara al futuro por el hecho de haber sido
digitalizado. No se debería perder de vista que lo que se tiene son las imágenes del
objeto original, no el objeto en sí. Esta afirmación puede parecer obvia pero quere-
mos incidir especialmente en la misma. Cuando se consigue digitalizar un fondo
se corre el riesgo de caer en cierta ralentización o relajación en el cuidado físico
de los originales pues la mente asocia como segura una captura digital de la infor-
mación que contienen. De ahí que se observen en ocasiones conductas laxas a la
hora de destinar fondos económicos para aquellas actuaciones imprescindibles en
una política de preservación: formación de los trabajadores y usuarios, compras de
materiales de uso y almacenamiento adecuados, políticas de control ambiental co-
rrectas, etc. Los proyectos de digitalización absorben una parte importante del pre-
supuesto anual de las instituciones culturales para su puesta en marcha –ya sea que
178 Luis Crespo Arcá, Lucía Ferrero Jiménez de Castro > Nuevos soportes: desafíos en su preservación
sonal eliminar manchas, corregir los llamados “ruidos” (en imagen o en sonido),
modificar colores, etc. Cierto es que siempre se recomienda mantener una captura
“en bruto” (como el formato RAW que indican las cámaras fotográficas digitales de
calidad medianamente profesionales) y trabajar sobre una copia del original, con-
servando esta última sin modificar. Sin embargo, no siempre existe la certeza de que
este procedimiento se haga de forma sistemática y controlada.
Las preguntas sobre cómo conservar estos nuevos materiales no varían en
esencia de las aplicadas a los soportes tradicionales: ¿cuáles son las estrategias de
preservación más adecuadas?, ¿cómo deben conservarse estos materiales?, ¿la apa-
rición de nuevos soportes y medios implica que los métodos tradicionales de pre-
servación y restauración ya no son necesarios o útiles?, ¿qué papel juegan las nue-
vas tecnologías en la conservación?
180 Luis Crespo Arcá, Lucía Ferrero Jiménez de Castro > Nuevos soportes: desafíos en su preservación
definición de la imagen en los registros sonoros o de vídeo. Al no establecerse un
criterio de intervención claro el riesgo latente radica en que las restauraciones di-
gitales pueden generar confusiones a los investigadores futuros sobre qué era in-
formación en el registro o documento original y qué no lo era. Para poder eva-
luar lo restaurado es imprescindible que se aporten datos tales como tipo de soft-
ware empleado en la restauración, parámetros establecidos por el técnico, siste-
ma de captura elegido, etc.
182 Luis Crespo Arcá, Lucía Ferrero Jiménez de Castro > Nuevos soportes: desafíos en su preservación
ro biológico en un ambiente determinado. Permite comparar las condiciones de
diferentes áreas así como estudiar diversas combinaciones de estos parámetros
(temperatura y humedad relativa) con el fin de determinar anticipadamente
cuáles son los más adecuados o qué efecto pueden tener ciertas variaciones so-
bre las condiciones ya existentes en nuestros depósitos y salas. Con esta misma
idea, el IPI ha diseñado para este programa el DewPoint Calculator, que estudia
en este caso la interrelación de la temperatura, la humedad relativa y el punto
de rocío (conociendo dos de los parámetros, esta herramienta nos permite co-
nocer el tercero).
Un aspecto innovador del sistema es la base de datos que incorpora, pues
abarca el extenso espectro de materiales que se pueden encontrar tanto en de-
pósitos de museos como en bibliotecas o archivos; en el caso del Patrimonio Do-
cumental y Bibliográfico la relación de datos introducidos incluye desde los so-
portes tradicionales hasta los de registros sonoros o audiovisuales más actuales.
Se hace una descripción estructural de cada tipo de material, así como su evo-
lución según sea el ambiente en el que son guardados, precisando aquellos lími-
tes mínimos y máximos en las condiciones de temperatura, humedad relativa y
de envejecimiento natural que se consideran aceptables. Así, el programa va a
determinar rangos de alerta específicos relativos al deterioro mecánico, químico
y biológico que se está produciendo sobre cada objeto. Esta base de datos no es
una base cerrada, sino que el programa ofrece la posibilidad de introducir modi-
ficaciones e incluso añadir nuevos materiales no descritos en la misma, de ma-
nera que cada institución tiene la posibilidad de adaptarlo a sus propias necesi-
dades. La visualización de los datos se puede realizar tanto en una tabla, con los
registros numéricos, como en gráficas. Igualmente es posible visualizar los regis-
tros realizados simultáneamente en diversas zonas de la institución, aspecto es-
pecialmente interesante para comparar, por ejemplo, las condiciones ambienta-
les en diferentes salas de un espacio expositivo o varias plantas de un mismo de-
pósito; esto permite comprobar si los sistemas están funcionando correctamen-
te o si, por el contrario, existen variaciones o diferencias que habría que estu-
diar con detenimiento para ser mejoradas. Este tipo de programas constituyen
una herramienta fundamental para conocer y comprender el comportamiento y
la reacción de aquellos materiales con una composición química especialmente
inestable ante los cambios de los parámetros ambientales o los efectos que una
exposición prolongada a un ambiente inapropiado pueden provocarles –a veces
de forma irreversible–.
Creado independiente del programa Climate Notebook, pero como un
software de apoyo complementario muy interesante a los valores que registra y
permite evaluar este sistema, la Universidad de Columbia ha desarrollado una
herramienta de preservación centrada específicamente en los soportes de los me-
dios audiovisuales: la Audio and Moving Image Survey Tool (AVDb) (Instrumen-
184 Luis Crespo Arcá, Lucía Ferrero Jiménez de Castro > Nuevos soportes: desafíos en su preservación
Bibliografía
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Bibliothèque Nationale de France and the International Federation of Library As-
186 Luis Crespo Arcá, Lucía Ferrero Jiménez de Castro > Nuevos soportes: desafíos en su preservación
studia
VICENT GIMÉNEZ CHORNET
El impacto tecnológico
en los servicios
archivísticos
190 Vicent Giménez Chornet > El impacto tecnológico en los servicios archivísticos
Catálogos online
Digitalización
192 Vicent Giménez Chornet > El impacto tecnológico en los servicios archivísticos
de los documentos históricos. Además del Ministerio de Cultura de España,
también la han implantado otros países, como los archivos del Reino Unido
(en algunos casos mediante pago)18, los archivos de Estados Unidos o el Ar-
chivo General de la Nación de la República Dominicana19. En otros casos la
digitalización sirve para que los ciudadanos puedan acceder a documentos ad-
ministrativos para resolver necesidades de carácter legal (valor primario),
como el acceso al Catálogo de Bienes Raíces y Expedientes Judiciales del Ar-
chivo Nacional de Chile, del que se puede solicitar documentación utilizando
la firma digital20.
La digitalización de los fondos archivísticos interesa también como un ser-
vicio de copia de documentos que se ofrece en el archivo a sus usuarios. El ciu-
dadano, al disponer de ordenadores, rechaza cada vez más las copias en microfilm,
dada la inaccesibilidad a los lectores de los mismos. Es una tecnología obsoleta,
no por la perdurabilidad del microfilm, sino por dejar de fabricarse los lectores e
incluso las mismas películas.
Un RSS (Rich Site Summary) es un archivo en formato RDF o en XML que sir-
ve para enviar noticias o notificaciones de texto corto. Los archivos RSS son úti-
les para crear canales de publicación simples que son leídos por programas espe-
cíficos de lector de noticias. En la web suele constar “Syndicate this site” o un
logo indicativo.
Netscape fue quien creó en 1999 el formato RSS 0.9 para ofrecer un ca-
nal de contenidos en su portal, sindicando datos y ofreciendo una forma simple
de publicar contenidos. Dicho proyecto fue abandonado por Netscape, lo que
propició la aparición de diferentes formatos RSS, algunos basados en ficheros
RDF (RSS 1.0) y otros en XML (RSS 2.0, 0.92 y 0.91).
El Ministerio de Cultura de España ha creado un servicio de canales RSS
para recibir información actualizada de los contenidos web. Entre sus áreas te-
máticas dispone de un canal para archivos24. Se puede suscribir al canal para re-
cibir dicha información desde dos opciones: creando un enlace en nuestro nave-
gador web (debe ser compatible, como Firefox, Explorer, Safari, etc.), o creando
un Gadget o icono en nuestro servicio web gratuito, como Bloglines, iGoogle.
MyYahoo, Windows Live, o Netvibes.
Otros ejemplos concretos de archivos que permiten la Sindicación de
Contenidos mediante RSS son el Archivo Nacional de Australia, admitiendo
añadir un feed o Gadget en el servicio web como iGoogle, o como una fuente
RSS en nuestro navegador25, o el Archivo del Estado de Nueva York, con igua-
les servicios26.
Blogs
FAQ
FAQ es el acrónimo del inglés Frequently Asked Questions, preguntas más fre-
cuentes. Actualmente muchas organizaciones con servicios al ciudadano crean
unas listas preparadas de preguntas más frecuentes con las respuestas idóneas para
orientar a los ciudadanos. Estas FAQs se publican en los sitios web y permiten no
solo dar respuesta a las posibles preguntas de los ciudadanos, sino también com-
pletar la información de los ciudadanos que posiblemente no se hubiesen plan-
teado los posibles servicios a los que tienen acceso. En definitiva las FAQs tam-
bién sirven para dar a conocer con más precisión los servicios de la institución.
Un buen ejemplo de FAQs lo tenemos en el Archivo de Arganda del
Rey30, donde el conjunto de respuestas da información sobre la localización del ar-
chivo, su horario, los tipos de fondos que custodia, qué requisitos se piden para su
consulta y acceso, qué servicios se pueden realizar a través del sitio web y qué tipo
de documentos puede encontrar el ciudadano de su interés cultural o patrimonial.
El Archivo de la ciudad de Edimburgo ha creado unas FAQs con cuatro
preguntas donde resume el tipo de servicios que puede encontrar el ciudadano en
su archivo municipal: sacar una copia del plano de la casa, registro de nacimien-
tos, matrimonios y defunciones de algunas iglesias parroquiales. También me-
diante las respuestas a las FAQs se explica qué tipo de información no da el ar-
chivo y dónde la pueden obtener, como acudir al archivo del cementerio para
consultar el registro de las defunciones31.
El Archivo del Estado de Indiana (Estados Unidos) ha seleccionado unas
FAQs (de un conjunto más grande de todo el sitio web del Estado de Indiana) re-
lacionadas con lo que puede hacer o encontrar el ciudadano, incluyendo organi-
zar visitas o realizar cursos de capacitación32.
Los Archivos Nacionales de Estados Unidos disponen de un largo cuestio-
nario donde se da información a los ciudadanos de qué pueden encontrar y dón-
de lo pueden encontrar, debido a sus diferentes sedes, o qué no pueden encontrar,
como los fondos de los tribunales federales. Da referencia sobre los registros cap-
turados en Berlín, relacionados con los afiliados al partido nazi, los censos de po-
blación, las actas del Congreso, documentos esenciales sobre la independencia e
identidad de los Estados Unidos, fuentes para estudios genealógicos, proyectos que
lleva el archivo (digitalización, documentos electrónicos, etc.) o en qué otros si-
tios pueden encontrar los documentos que no están en este archivo33.
196 Vicent Giménez Chornet > El impacto tecnológico en los servicios archivísticos
Exposiciones virtuales, vídeos, visitas virtuales
Una forma de difundir los fondos del archivo es realizando visualizaciones del
mismo desde el sitio web mediante exposiciones virtuales, vídeos digitales o visi-
tas virtuales. Diferentes archivos realizan un vídeo explicativo que sirve de guía
sobre sus fondos, sus instalaciones, localización, funciones y servicios que puede
encontrar el ciudadano, si decide realizar una visita presencial.
El Archivo Histórico Nacional dispone de un vídeo que realiza una visita
virtual del archivo, mostrando sus instalaciones, fondos, los trabajos técnicos,
etc.34. La Red de Archivos de Escocia hace una visita virtual de las sedes de los
archivos, de sus instalaciones y trabajos técnicos mediante aplicación web, sin re-
currir al vídeo35. El Archivo del Estado de Croacia ha efectuado en su sitio web
una visita virtual mediante imágenes tridimensionales, en java, disponiendo un
recorrido de las instalaciones mediante un listado de imágenes, o por hiperenla-
ce de la misma imagen que se está visualizando36. El Archivo Nacional de Ho-
landa ha realizado un documental dramatizado que se desarrolla en un futuro pró-
ximo, en un archivo digitalizado, permitiendo de esta forma exponer los futuros
servicios del archivo, además de informar sobre sus fondos. Se dispone de dife-
rentes versiones de vídeo, uno para personas con deficiencias visuales y otro con
subtítulos en inglés37.
Diferentes archivos realizan exposiciones virtuales independientemente
de las presenciales. La exposición virtual permite, mediante aplicación web, di-
fundir el patrimonio documental del fondo archivístico relacionado con un tema.
Tiene la ventaja de sus bajos costes (sin mantenimiento físico ni seguro de las
piezas expuestas) y su gran difusión (a todo el mundo, con horario abierto). El
Archivo General de Indias presenta una exposición virtual sobre “Paisajes urba-
nos de América y Filipinas” que permite ver diferentes planos que se conservan
en el archivo38. El Archivo de Massachusetts realiza exposiciones de documentos
a través del sitio web del Museo Commonwealth39, donde se realiza una exposi-
ción virtual sobre “Le Grand Derangement. The acadian exile in Massachusetts,
1775-1766”, con documentos digitalizados y con la posibilidad de ver la trans-
cripción40.
Actividades educativas
La tecnología web permite que los archivos realicen cursos virtuales que faciliten
difundir sus fondos, poniendo de relevancia el valor patrimonial de los mismos,
o que efectúen talleres o cursos para profesionales de la gestión documental.
La Red de Archivos de Escocia mantiene cuatro cursos virtuales para apo-
yar el aprendizaje y la enseñanza de la historia en las escuelas escocesas o, también,
Oficina Virtual
198 Vicent Giménez Chornet > El impacto tecnológico en los servicios archivísticos
Archivos híbridos 199
to de Murcia ha creado una carpeta personal a los ciudadanos a la que se puede
acceder mediante el DNI-e o por contraseña. En dicha carpeta el ayuntamiento
permite realizar trámites relacionados con el padrón municipal (darse de alta, re-
alizar cambios de domicilio, modificar datos personales o solicitar un certificado
de empadronamiento), el censo electoral, acceder a la información fiscal (modi-
ficar datos fiscales, solicitar domiciliación bancaria para el pago de impuestos, ac-
ceder a certificados de pago de tasas, multas o impuestos de años anteriores, o pa-
gar impuestos y tasas) o consultar si se tienen sanciones de tráfico48.
Mensajería instantánea
Wikis
Una Wiki es un sitio web para cuya creación se utiliza software de Wiki, que per-
mite la creación de páginas web interrelacionadas, utilizando un lenguaje de mar-
cas y un editor de textos WYSIWYG en el navegador. La principal utilidad de las
wikis es permitir hacer trabajo colaborativo por una comunidad. Ward Cunning-
ham fue quien desarrolló el primer software de Wiki (el WikiWikiWeb), siendo
la enciclopedia Wikipedia uno de los mayores éxitos.
El Archivo Nacional del Reino Unido ha creado una Wiki para contribuir
a difundir los fondos de dicho archivo o de otros archivos del Reino Unido. La
Wiki, Your Archives, está diseñada para que cualquier usuario pueda ofrecer in-
formación adicional a lo que ya se encuentra en los catálogos, guías, inventarios
o documentos online del Archivo. La Wiki permite también iniciar contenidos
sobre discusiones técnicas, sobre proyectos, sobre políticas existentes o proponer
políticas, o sobre asuntos editados. Actualmente la Wiki tiene cuatro secciones:
noticias, nuevos artículos, artículos destacados y proyectos51.
200 Vicent Giménez Chornet > El impacto tecnológico en los servicios archivísticos
La archivera Linda Clark Benedict también ha iniciado una Wiki en el ar-
chivo de Hobart and William Smith Colleges para la comunidad de dicha uni-
versidad52. En fase experimental, lo que se pretende es permitir a los estudiantes
mostrar las investigaciones que realizan en el archivo.
Conclusión
Notas
1
Gibbons, Paul (1999): “Casting the ’Net: the Records Management intranet pages”, Records Management
Journal, vol. 9, no. 1, pp. 21-32.
2
Barratt, Nick (2009): “From memory to digital record: Personal heritage and archive use in the twenty-
first century”, Records Management Journal, vol. 19, no. 1, pp. 8-15.
3
Jaén García, Luis Fernando: “Los servicios digitales de archivo como medios de difusión de la informa-
ción”, Seminario Internacional Archivos y Documentos Electrónicos. Bogotá, 11 a 13 de marzo de 2009, Uni-
versidad de La Salle.
4
Aún no ha llegado a los archivos la preocupación por el buen posicionamiento web, algo que en otras or-
ganizaciones ya se tiene en cuenta, especialmente en universidades, pero también en instituciones cultu-
rales como museos. El buen posicionamiento web es un indicador del uso y servicios de un sitio web.
5
Este término ha sido propuesto por Tim O’Reilly en 2004 para diferenciar una segunda generación de la
web que, incorporando tecnologías web, se pueden crear una serie de servicios que originen una interac-
ción entre los usuarios. Oreilly, Tim, “What is Web 2.0: Design Patterns and Business Models for the Next
Generation of Software”. Communications & Strategies, No. 1, p. 17, First Quarter 2007. Disponible en
SSRN: <http://ssrn.com/abstract=1008839> [Consulta: 20/07/2009].
6
Margaix Arnal, Dídac, “Conceptos de web 2.0 y biblioteca 2.0: origen, definiciones y retos para las bi-
bliotecas actuales”, El Profesional de la Información, Vol. 16, no. 2, marzo-abril 2007, p. 95-106.
202 Vicent Giménez Chornet > El impacto tecnológico en los servicios archivísticos
31
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cil_Business/City_archives/FAQs/CEC_faqs> [Consulta: 15/08/2009].
32
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[Consulta: 15/08/2009].
33
The National Archives. Frequently Asked Questions. Disponible en: <http://www.archives.gov/faqs/>
[Consulta: 15/08/2009].
34
Archivo Histórico Nacional. Visita Virtual. Disponible en: <http://www.mcu.es/archivos/MC/AHN/Vi-
sitasVirtuales.html> [Consulta: 15/08/2009].
35
Scottish Archives Network. Virtual Tour. Disponible en: <http://www.scan.org.uk/tour/index.htm>
[Consulta: 15/08/2009].
36
Hrvatski Državni Arhiv. Virtualna oj Šetnja. Disponible en: <http://www.arhiv.hr/hr/qtvr/index.html>
[Consulta: 15/08/2009].
37
Nationaal Archief. Digitaal Nationaal Archief. Disponible en: <http://www.nationaalarchief.nl/archief-
beheer/DNA/> [Consulta: 15/08/2009].
38
Archivo General de Indias. Paisajes urbanos de América y Filipinas. Disponible en: <http://www.mcu.es
/archivos/CE/ExpoVisitVirtual/urbanismo/index.html> [Consulta: 16/08/2009].
39
Massachusetts Archives. Programs. Disponible en: <http://www.sec.state.ma.us/arc/arcpro/proidx.htm>
[Consulta: 16/08/2009].
40
Commonwealth Museum. The Museum of Massachusetts History. Le Grand Derangement. The acadian
exile in Massachustts, 1775-1766 Disponible en: <http://www.sec.state.ma.us/mus/exhibits/onlineexhi-
bits/acadianonline/acaidx3.htm> [Consulta: 16/08/2009] Le Grand Derangement. The acadian exile in
Massachustts.
41
Scottish Archive Network. Scan Education. Disponible en: <http://www.scan.org.uk/education/index
.html> [Consulta: 16/08/2009].
42
The National Archives. Educators and Students. Disponible en: <http://www.archives.gov/education/>,
y <http://www.archives.gov/education/> [Consulta: 16/08/2009].
43
California State Archives. Educational Resources. Disponible en: <http://www.sos.ca.gov/archives/
ed-resources/index.htm> [Consulta: 16/08/2009].
44
Archivo Nacional de Chile. Catálogo de Documentos de Bienes Raices y Expedientes Judiciales del Archivo
Nacional de Chile. Disponible en: <http://documentos.archivonacional.cl/cyberdocs/cyberdocs.asp> [Con-
sulta: 15/09/2009]. Agradezco esta información a la archivera Marcela Cavada, que gentilmente me mos-
tró este interesante proyecto.
45
North Carolina State Archives. Requesting Information by Mail. Disponible en: <http://www.archives.
ncdcr.gov/mail.htm> [Consulta: 16/08/2009].
46
North Carolina State Archives. Reference Questions via E-Mail. Disponible en: <http://ncrec.dcr.sta-
te.nc.us/ArchivesMailer/ArchivesMailer.asp> [Consulta: 16/08/2009].
47
Ayuntamiento de Oviedo. Oviedo.es. Ciudadanos. Disponible en: <https://online.ayto-oviedo.es/pu-
blic/login.aspx?returnurl=e-participa/carpeta/errorbrowse.aspx AppScope=CIUDADANO> [Consulta:
17/08/2009].
48
Ayuntamiento de Murcia. Carpeta del ciudadano. Disponible en: <https://www.murcia.es/carpetacc/>
[Consulta: 17/08/2009].
49
Meebo. Meebome. My widget. Disponible en: <http://www.meebome.com/?w> [Consulta: 18/08/2009]
50
Hobart and William Smith Colleges. Archives. Disponible en: <http://library.hws.edu/archives/> [Con-
sulta: 18/08/2009].
51
The National Archives. Your Archives. Disponible en: <http://yourarchives.nationalarchives.gov.uk/in-
dex.php?title=Home_page> [Consulta: 18/08/2009].
52
Hobart and William Smith Colleges. HWS Archives. Disponible en: <http://hwsarchives.
pbworks.com/> [Consulta: 18/08/2009].
Camino a Ítaca
El papel de la normalización
en el periplo profesional
del archivero para la
construcción de su identidad
Konstantinos Kaváfis
Fragmentos de Ítaca
Este artículo es el texto de la conferencia inaugural del V CONGRESO DE ARCHIVOS DE CASTILLA Y LEÓN
que se desarrolló en León los días 1, 2 y 3 de octubre de 2008.
Richard Cox advertía en 2004 de las nuevas formas en que las organizaciones
buscan adaptarse a la mejora en su competitividad y en la prestación de sus ser-
vicios, a las que necesariamente debía amoldarse el archivero: la reingeniería, la
reinvención y la gestión del conocimiento12.
La primera de ellas, la “reingeniería”, incide en transformar radicalmente
los principios de la gestión del siglo pasado, centrados en las “tareas” sobre las que
reposa el principio de la división de trabajos, en los denominados “procesos de
gestión coherentes” 13. La tecnología es una herramienta fundamental en la rein-
geniería, al proporcionarle un cauce para inventar nuevas maneras de llevar a
cabo la gestión (no se trata de hacer que los antiguos procesos trabajen mejor,
sino que las organizaciones corten con las viejas reglas y creen nuevas maneras
de trabajar). Una premisa fundamental es que, en orden a satisfacer las deman-
das contemporáneas de calidad, servicio, flexibilidad y bajo coste, los procesos
deben mantenerse simples, combinando varios trabajos en uno.
Un modo que tenemos los archiveros para responder a la exigencia de
simplificación de los procesos consiste en agrupar la evaluación, organización y
descripción, conservación y uso de los documentos en una versión más simplifi-
3. Nuevas preguntas
3.1. Identidad
Nuestra identidad profesional (¿qué somos? ¿para qué servimos? ¿cómo nos ven?)
es algo que hoy nos preocupa con especial intensidad15. Es evidente que durante
generaciones no hemos sido capaces de transmitir qué es un archivo, ni quién es
un archivero, ni siquiera en los momentos en que los archivos, por una u otra ra-
zón, están de moda o gozan de un cierto protagonismo16.
Los archiveros permanecemos generalmente invisibles a la sociedad, in-
cluso para aquellos que utilizan a menudo los archivos17. Una causa puede ser
nuestra incapacidad en influir en los medios de comunicación en cuestiones re-
lativas a los archivos18. Nos guste o no, los archivos permanecen irremediable-
La norma ISO 15489, aprobada en 2001, tiene como objeto regular la organiza-
ción del sistema de gestión documental llamado a respaldar la parte documental
de las normas de calidad, ISO 9001 y 14001 fundamentalmente (los denomina-
dos “documentos de calidad”)58. Sin embargo, no es una norma de certificación,
sino que procura unas directrices orientadas a que las organizaciones, tanto pú-
blicas como privadas, se doten de sistemas de gestión documental. Esta caracte-
rística es determinante, porque la norma por sí misma surge como modelo inter-
nacional de gestión de documentos en un contexto dominado por tradiciones na-
cionales muy distintas entre sí y difícilmente compatibles, en muchos casos.
Otras características de la norma son las siguientes:
- Supone el mayor hito mundial hasta el momento, como referente para
“buenas prácticas” profesionales, si bien excluye, en cuanto a su alcance,
la gestión de la documentación histórica.
- Es, en principio, neutral en cuanto a tecnología, aunque su orientación
apunta hacia un entorno automatizado, como se observa con mayor clari-
dad en los ámbitos que abordan las otras normas de la “familia ISO
15489”: metadatos (ISO 23081, partes 1 y 2) y procesos de trabajo en ges-
tión de documentos (ISO/TR 26122).
- La norma no supone la adopción de una nueva metodología archivística,
sino que adopta los principios metodológicos de la archivística, las carac-
terísticas esenciales del documento, el análisis funcional, la clasificación,
la evaluación, etc.
- Los implicados clave en la aplicación de la norma son los directivos de las
organizaciones, quienes pueden no estar familiarizados con las ventajas de
una buena gestión documental, o no ser conscientes de las consecuencias
de su inexistencia59.
- Proporciona una visión excelente de los conceptos de gestión de docu-
mentos a los expertos en tecnologías de la información, por lo que los ar-
chiveros podemos construir con ellos las oportunas alianzas basadas en un
mejor entendimiento profesional.
- La primera parte (ISO 15489-160) es el corazón de la norma, utilizada para
establecer los principios fundamentales y el modelo para la creación de un
programa de gestión de documentos.
Entre los rasgos más sobresalientes de la norma podemos señalar los si-
guientes: (1) orientación a las actividades y procesos de trabajo de las organiza-
ciones; (2) valor de los conceptos de riesgos / responsabilidades / rendición de
cuentas / marco de confianza; (3) importancia de la evaluación y la medición; (4)
documentación; y (5) utiliza el records continuum, centrado en la evidencia,
como referente metodológico.
Actualmente, el Subcomité de gestión de documentos y archivos de ISO
(formalmente ISO/TC46/SC11) está trazando una nueva estructura para el aco-
plamiento de las normas vinculadas y relacionadas con la norma ISO 15489, y
orienta su trabajo hacia los siguientes ámbitos: esquemas de metadatos, conver-
sión de documentos digitales, guía de implantación de digitalización de docu-
mentos y preservación de los documentos digitales. Es importante señalar la re-
lación entre el trabajo de este Subcomité internacional y el de otro Comité de
ISO, el ISO/TC171, orientado a las aplicaciones de gestión de documentos, res-
ponsable de la aparición de normas tan relevantes como ISO/TR 15801 (reco-
mendaciones sobre veracidad y fiabilidad en la digitalización de documentos),
ISO/TR 18492 (conservación a largo plazo de la información basada en docu-
mentos) e ISO 19001-1 y 32000 (relativas a los formatos PFD 1.4 y PDF 1.7, res-
pectivamente).
Según Richard Cox, el principal valor de los archiveros para tener un lugar en el
nuevo siglo es la educación: nuevas estrategias, ideas y métodos, junto con una
elevada dosis de imaginación y capacidad para la toma de riesgos. Necesitamos
estar muy versados en teoría archivística y metodología, pero con una clara
orientación a la práctica66.
Es evidente que necesitamos un cambio de tendencia. Por lo general, los
puestos de archiveros están resultando cada vez más difíciles de cubrir, debido al
bajo nivel de partida de los salarios y la falta de posibilidades de progreso. Por su
parte, el trabajo con documentación administrativa está considerado a menudo
como una función de poco valor que requiere pocas capacidades. La educación es
un factor fundamental para invertir la tendencia.
El problema reside en cómo orientar la educación y la formación del pro-
fesional de los archivos67. Existe una visión internacional, defendida por algunos
docentes universitarios, como José Bernal Rivas, que sostienen que en la actual
era de la información es preciso ubicar la archivística en el conjunto de las cien-
cias de la información. La archivística formaría parte, como otras ciencias como
la biblioteconomía, la informática, el periodismo y la comunicación de una nue-
va ciencia en formación, donde cada una de ellas tendría definido su propio in-
terés, objeto, tipo de información que analiza, usuarios y métodos. De acuerdo
con esta perspectiva, el modelo de la archivística centrada en los fondos y docu-
mentos históricos está en crisis. Los archiveros tratan hoy información más que
documentos, y su trabajo consistirá más en almacenar y recuperar información
que documentos68.
Sin embargo, para otros autores, como Elio Lodolini, la inclusión de la
archivística entre las ciencias de la información supondría un retroceso de dos
siglos.
Es evidente que el marco para la educación del profesional debe ser la
Universidad. Lo difícil es ajustar, al menos en el caso español, unas necesidades
específicas en cuanto a competencias, habilidades y capacidades en el marco de
una titulación específica. De no disponer de titulación específica no nos queda-
ría, como señala Richard Cox para Norteamérica, sino “conformarnos con el
Bibliografía
Propuestas de organización
para archivos eclesiásticos (3)
el cuadro de clasificación de los fondos
del Archivo Catedral de Salamanca
238 Pedro José Gómez González > Propuestas de organización para archivos eclesiásticos (3)
ción eclesiástica pero también civil10, etc. Destacan catedrales señeras como San-
tiago de Compostela en su especial sentido de peregrinación, Toledo siendo pri-
mada de España... o muy particulares como la Catedral Castrense de Madrid, en
base a su carácter militar.
Desde el siglo IX vino perfilándose un modelo de vida en las sedes cate-
dralicias. El obispo junto con un grupo de clérigos, constituidos en su senado
mantendrán una convivencia común, o vida canónica, frecuentemente supedi-
tada a una regla monacal. Este sistema de vida conllevará la administración co-
mún de bienes del obispo y su cabildo. El caso de la Catedral de Salamanca no es
muy diferente, probablemente desde que se da la primera merced a la Iglesia sal-
mantina en 110211, y de forma más evidente desde que se conoce la existencia
documental de su cabildo en 112612, obispo y clerecía estarán bajo la canónica
observando la regla de San Agustín.
Algunos autores consideran que en los reinos de León y de Castilla se pro-
ducirá el ocaso de la vida común a finales del siglo XII, y la consiguiente separación
de mesas de las iglesias diocesanas (episcopal y capitular). Para el caso de Sala-
manca, desconocemos cuándo tendrá lugar este momento. La distinción de dos ad-
ministraciones patrimoniales podría implicar la separación de los archivos del obis-
po con respecto de los del cabildo13. Al contrario de lo que hasta el momento se
venía diciendo, los archivos eclesiásticos salmantinos permanecerán unidos aún en
1275. Un inventario14 de este momento nos da muestra de la primera referencia al
archivo de la catedral, y a la custodia conjunta con el archivo del obispo15.
Los documentos del archivo de la catedral se guardarán desde los prime-
ros momentos en arcas, junto con el tesoro y libros, sobre todo litúrgicos16. Di-
chos arcones estarán repartidos por el recinto catedralicio. En 1525 se nos des-
cubre la colocación de las tres arcas que había en la seo: una de tres llaves se cus-
todiaba junto al sagrario de la iglesia, otra en la sacristía, y una última permane-
cía en la Capilla de Talavera17.
Otro inventario del archivo del siglo XVI18, refleja de forma similar la
guarda de los documentos en arcas. La organización de la documentación dentro
de cada arca está condicionada por diferentes criterios, y en base a ello fraccio-
nada en fardeles o legajos (también llamados archivos). Estas pautas de clasifica-
ción vienen dadas por: las funciones que realizan los distintos productores; desde
aquí por entidades geográficas para gestión de propiedades y derechos, tipos de
tributos y rentas; origen de las disposiciones superiores (Roma, corte real...), etc.
Por parte de las instituciones eclesiásticas ha existido siempre gran dili-
gencia en la expedición y registro de documentos y una preocupación por custo-
diar convenientemente sus archivos. Prueba de ello es que son las entidades que
histórica y cuantitativamente más documentación han conservado. Este celo lo
mostrarán aisladamente muchas iglesias durante el medievo, pero con la llegada
de la Edad Moderna esta política cancilleresca se irá propagando. Con el Conci-
“- Apeos fº 1.
- Scrituras de heredades del Armuña fº 5.
- Scrituras de heredades de Alba fº 7.
- Scrituras tocantes a la de Medina del Campo fº 8.
- Scrituras de heredades de Peña de Rey fº 9.
- Scrituras de heredades de Vaños fº 11.
- Statutos antiguos fº 12.
- Statutos tocantes a la Valdobla fº 12 vta.
- Scrituras de heredades de Ledesma fº 13.
- Scrituras de heredades de Valdevilloria fº 15.
- Scrituras de casas y haçeñas y Rentas de Salamª fº 17.
- Bullas de diversos Summos Pontífices fº 19.
- Executorias a favor del cabº fº 27.
- Sentencias a favor del cabº fº 29.
- Çenços a favor del cabº y fábrª fº 31 y concordias24 juros.
- Concordias entre el cabº y universidad y otras personas fº 32.
- Privilegios de Reyes fº 33.
- Processos de Provisiones de canonicatos y otras causas fº 35 buelta.
240 Pedro José Gómez González > Propuestas de organización para archivos eclesiásticos (3)
- Testamentos de differentes personas fº 39.
- Libros de la Iglª fº 4325.
- Kalendarios fº 45.
- Registros fº 4626.
- Fábrica fº 47.
- Cartas de Reyes fº 48.
- La visita del Sr. Obispo en qto. a la catedral y sus capillas fº 44”.
242 Pedro José Gómez González > Propuestas de organización para archivos eclesiásticos (3)
Nacional de Madrid, creado por Real Decreto de 28 de marzo de 1866 para este
concreto fin. Pero no toda la documentación eclesiástica llegará al nuevo archi-
vo. Algunas partes quedarán en los organismos por los que pasó, o se custodiarán
en archivos locales y regionales, en no pocas ocasiones debido a la presión que
ejercieron algunas geografías (Galicia, Cataluña o Valencia). Todas las institu-
ciones, incluidas las catedralicias, sufrirán esta pérdida en mayor o menor medi-
da, dependiendo de los casos. Salamanca no será una excepción, por el contrario
será una de las seis catedrales españolas que más documentos perderá. Dicho pa-
trimonio pasará al Archivo Histórico Nacional y al histórico provincial40.
Años después, concretamente en 186941, con el Sexenio Revolucionario,
se producirá una nueva incautación de patrimonio eclesiástico, en este caso solo
de tipo artístico, documental y bibliográfico, con el fin de apropiarse de material
que sirviera al desarrollo científico, artístico y literario42. Esta nueva disposición
no se aplicará en todos los sitios con la misma exhaustividad, ni tendrá una du-
ración permanente, ya que se derogará al comienzo de la Restauración borbóni-
ca43. Bien es cierto que una importante parte del patrimonio incautado no vol-
verá a su origen como son los casos de las catedrales de Toledo, Ávila, Jaén, Se-
villa o Tarragona. Para nuestro caso no disponemos de datos que constaten la pér-
dida en esta última ocasión de documentos de la seo.
La dispersión en estos procesos por diferentes centros estatales de fondos
de las distintas instituciones eclesiásticas será un hecho habitual. La pérdida de
patrimonio en todos estos trasiegos tampoco será algo infrecuente, por desgracia.
Con el Régimen Liberal decimonónico, la asistencia social también sufri-
rá un cambio radical. La función de beneficencia desarrollada por las institucio-
nes eclesiásticas, acabará por realizarla las instituciones públicas. Así lo marca la
legislación del primer tercio de siglo44. Ayuntamientos y diputaciones provincia-
les darán el relevo a la Iglesia, ente ahora incapaz de poder cumplir con estos fi-
nes después de ser desamortizada. Este hecho producirá la cesión de documenta-
ción, cuando menos la administrativa, ya que debía facilitarse una parte para per-
mitir la gestión corriente de la nueva institución gestora45.
No conocemos otros momentos dignos de reseña que hayan supuesto no-
ticia destacable para la custodia documental catedralicia. Por ello, para terminar
este apartado, nos centraremos en detallar los organismos principales que han
participado en la conformación de fondos documentales del Archivo Catedral de
Salamanca46.
La catedral controla un amplio abanico de instituciones con entidad jurí-
dica propia que actúan en su seno, sobre las cuales suele ejercer el derecho de pa-
tronazgo. El cabildo catedral gestiona y condiciona el desempeño de funciones
del resto de estas entidades. Para su conocimiento podemos decir que son más de
sesenta personalidades jurídicas tales como la Casa de Aprobación, Capellanes
de Santa Bárbara, Colegio de Niños de Coro, Colegio de Carvajal, Hospital de
244 Pedro José Gómez González > Propuestas de organización para archivos eclesiásticos (3)
Sobre 1781 ya tendremos noticia del estado en que se hallaba el archivo
de música. El canónigo doctoral Joaquín Mariano Monsagrati, entonces comisa-
rio de la Capilla de Música, expondrá en un cabildo la situación tan penosa que
sufre en la capilla de Santa Teresa51. El canónigo doctoral propone bien que se
seleccionen y se quemen los documentos que no valgan, o por el contrario si son
todos de interés, se pusiesen “...en legajos con la separación correspondiente, ha-
ciendo formal inventario de todos ellos, y para esto una alazena curiosa...” en el
mismo arco donde ahora se encontraban o en lugar similar y “decente”. El cabil-
do acuerda se cumpla la segunda propuesta.
Años después, en un inventario de papeles de música entregados al cabildo
por la testamentaría del maestro de capilla Manuel Doyagüe en 1843, se dispone que
estos queden en “un archivo inmediato a la contaduría”52, en el claustro alto. Es po-
sible que por fin este fuera el emplazamiento definitivo del archivo de música.
Por otro lado, los libros de canto llano o cantorales se han conservado de
forma continua en una estancia del coro de la Catedral Nueva, posiblemente
bajo la custodia del sochantre y los salmistas. La sala es un cuarto pequeño que
aún hoy contiene un mobiliario especial con cajones verticales para su guarda.
El archivo parroquial de la catedral (1534-1887) es el fruto de las funcio-
nes que tuvo encomendadas la catedral como parroquia. No hay noticias respec-
to de su existencia durante las épocas de gestión de la parroquia. Nos queda la
evidencia de sus documentos. Es muy lógico que dadas sus funciones pudiera con-
servarse en dependencias de la Sacristía y custodiarse por personal adscrito a la
misma hasta que la catedral perdió tal función en 1887. Asumidas estas funcio-
nes por la Parroquia de San Sebastián, que a partir de este momento será la Pa-
rroquia de la Catedral, el archivo parroquial pasará a sus dependencias, después
de no pocos periodos de alternancia entre la Sacristía de la Catedral Vieja y la
Iglesia de San Sebastián. Allí finalmente permanecerá hasta pocos meses después
de septiembre de 1986, cuando es trasladada a las dependencias del archivo dio-
cesano donde se concentraron todos los archivos parroquiales de la diócesis53.
Los distintos comisionados, agentes y administradores del cabildo en dife-
rentes asuntos y lugares (Roma, Madrid...), también irán generando documenta-
ción en el desempeño de las funciones encomendadas. Debido a la necesidad de
realizar diversas gestiones custodiarán documentos y libros en sus propios domi-
cilios o residencias, cuando menos en el tiempo del ejercicio de su cargo.
246 Pedro José Gómez González > Propuestas de organización para archivos eclesiásticos (3)
guirán importantes series documentales de otros apartados como actas capitula-
res, provisión de puestos, procesos judiciales, etc. Hay otra serie de documentos
que tampoco desmerecen en entidad como bulas, breves y otros documentos pon-
tificios; privilegios, reales cédulas, provisiones y demás escritos oficiales; sínodos,
edictos, cartas pastorales, licencias episcopales; documentos en Sede Vacante... y
un largo etcétera.
Especial mención merecen los archivos musicales59, parte importante den-
tro de cualquier archivo catedral. Si bien la tradición les ha concedido el título de
archivos, son una sección o subsección dentro del archivo de la institución co-
rrespondiente. Tienen su propia idiosincrasia al estar a caballo entre lo que son
fondos de un archivo, una biblioteca o un centro de documentación. Su función
dentro de una catedral no fue la música por la música. Serán un elemento capital
sustento de la liturgia en el templo. Dentro de estos fondos de la Catedral de Sa-
lamanca hay un nutrido número de libros de facistol (códices de canto gregoriano
y libros de canto polifónico); pero también se conservan partituras musicales en
importante cantidad de cerca de doscientos compositores, relativas a géneros li-
túrgicos o musicales como misas, villancicos, oficios de difuntos, salmos, etc.
248 Pedro José Gómez González > Propuestas de organización para archivos eclesiásticos (3)
solo fondo, generalmente de limitadas proporciones. Este puede ser el caso de un
archivo parroquial, municipal, de cofradía... En segundo lugar, puede darse un
cuadro de una institución de cierta relevancia, que domina en su círculo de in-
fluencia a otras entidades, y de las que acaba siendo custodia. Este puede ser el
caso de productores como el del presente trabajo, catedrales, o monasterios, di-
putaciones, etc. Y por último tendremos una estructura creada para el centro
donde se custodian múltiples fondos de indudable entidad; coincidente este gru-
po con el ya tratado dentro del concepto de archivalía. Ejemplos de este último
tipo de estructura la podemos ver entre otros en archivos históricos provinciales,
generales o diocesanos.
En el segundo caso, término intermedio, se puede crear un cuadro donde
haya dos apartados, uno principal que incluye la documentación de la institución
principal, y un segundo grupo donde se engloben los fondos de instituciones di-
gamos “satélite”. El último grupo quedará determinado por una estructura forma-
da por secciones bien definidas, dependiendo del tipo de entidad que albergue en
cada una de ellas (fundaciones pías, cofradías, colegios...).
El caso de los archivos catedralicios es algo complejo. Normalmente estos
centros, podrán encasillarse en el segundo grupo, como ya se aludió, aunque pue-
de haber casos de extrema complejidad o situaciones particulares, como el ejem-
plo de Santiago61, que puedan clasificarse en el tercero.
Cuando exista un conjunto de fondos de la misma naturaleza (capellaní-
as y memorias, cofradías, parroquias...), es recomendable dar unas estructuras ho-
mogéneas a cada mismo tipo de fondos. Si en un archivo se ha establecido una
sección de fondos municipales, por ejemplo, deberán contar con la misma clasi-
ficación, aunque después cada fondo concreto tenga particularidades que haya
que reseñar. Esta es la realidad de la Catedral salmantina para fondos de funda-
ciones pías o cofradías.
Hay que considerar con la debida precaución fondos de instituciones que
en uno o varios momentos han cambiado de estatus jurídico, y comparten docu-
mentación de estas dos situaciones. Nos referimos a los casos en los que una co-
legiata adquiere rango de catedral o al contrario, cuando comience a compartir o
finalice una situación de concatedralidad, obtenga o pierda la condición parro-
quial... En estos casos, deberá obrarse de la forma más racional y práctica posible,
respetando en todo momento el origen de los fondos, salvo que la gestión admi-
nistrativa de forma puntual recomiende otra decisión.
Una problemática con la que se encuentran muy frecuentemente este tipo
de archivos está relacionada con la aplicación para algunos casos del principio de
procedencia. La complicación estriba en saber distinguir si un grupo de docu-
mentos generado por un sujeto productor presenta capacidad institucional para
ser considerado como fondo de archivo, al margen del de la catedral. Desde nues-
tra perspectiva, para que un organismo tenga entidad jurídica propia, debe reunir
250 Pedro José Gómez González > Propuestas de organización para archivos eclesiásticos (3)
bién da cabida a los de entidades sobre las que la seo ha ejercido su derecho de
patronazgo. En base a esta situación se determinó crear un cuadro con un apar-
tado principal (A) para el ente por excelencia, y una segunda parte accesoria
donde se incluyeran instituciones con entidad jurídica propia del ámbito cate-
dralicio (fondos de colegios, fundaciones pías, asociaciones de fieles, canónigos,
etc.). Al respecto quisiéramos hacer una advertencia; en el cuadro se incluyen
dentro del apartado de cabildo catedral series relativas a la gestión de estas fun-
daciones y otras instituciones. Esto sucede solo cuando dicha gestión se hace en
conjunto para todas las entidades de su ramo. El grueso de la documentación de
cada una de estas instituciones, de forma independiente, se encontrará reflejada
en el grupo B de otras instituciones externas.
A continuación estudiaremos la parte más compleja y principal del cua-
dro (A), referida a la catedral. La segunda es una simple enumeración de fondos,
donde después cada tipo tendrá una estructura más o menos estándar.
Se ha querido presentar un elemento no excesivamente complejo, en aras de
su mayor operatividad, teniendo en algunas ocasiones que sacrificar apartados se-
cundarios. De aquí que se haya dado al cuadro un desarrollo de tan solo tres niveles.
Para cada uno de los tres estadios se ha tomado un criterio uniforme. El
superior lo ocupan funciones genéricas, el medio órganos y el inferior series do-
cumentales (actividades/funciones).
Dentro del primer nivel se han establecido funciones comunes a cualquier
entidad (gobierno, administración general o administración económica), y otras tal
vez más particulares o propias de una catedral (culto o administración señorial).
Dentro de este apartado principal, incluye el cuadro una última sección dentro de
la parte de catedral, referida a colecciones facticias, si bien no se han tomado cri-
terios muy archivísticos para la creación de la misma debe quedar reflejada66.
En lo que se refiere a la gestión patrimonial (situada en la Administración
General), en ocasiones es clasificada conjuntamente con la económica. En el
caso de la catedral, se ha entendido que no existe base suficiente para englobar-
las en un mismo grupo, tal vez por el alto grado de complejidad de la economía
capitular, aunque estén muy relacionadas.
El estadio segundo, referido a los organismos dentro de la catedral, ha sido
tal vez más complicado de fijar. Una institución con cerca de nueve siglos de exis-
tencia, a pesar de haber tenido una gran estabilidad organizativa, es lógico que
haya sufrido numerosos cambios en el organigrama. Al igual que ocurrirá con las
series documentales, ha habido que encontrar un denominador común, (o más
importante) para poder delimitar cada caso, o incluso aportar varios nombres que
ayudasen a identificar el ámbito de acción.
Por último, el tercer nivel corresponde a las series documentales. Se ha re-
alizado un concienzudo estudio de las tipologías documentales, acentuando el in-
terés en el órgano productor y la función. A pesar de la falta de normalización en
5. Conclusiones
254 Pedro José Gómez González > Propuestas de organización para archivos eclesiásticos (3)
modificando su contenido. La perspectiva que nos ofrecen estas estructuras no se
logra con otros elementos y resulta muy útil.
Dificultades no han faltado en el desarrollo del trabajo sobre los fondos de
la Catedral de Salamanca, dada la complejidad de una institución de esta natu-
raleza, con tantos años de historia, con sus correspondientes mutaciones. Véase
este instrumento, pues, con la debida precaución, teniendo en cuenta que no es
un elemento definitivo. El trabajo diario nos marcará aún posibles pautas de de-
sarrollo o modificación de cara a poder resultar lo más parecido al organigrama
de la institución.
Nuevamente con esta aportación queremos contribuir a crear un clima de
discusión que anime a la comunidad de archivos eclesiásticos a consensuar pos-
turas que lleven a la confección de un cuadro de catedrales, base para la estruc-
tura de cada archivo.
Aún han quedado muchas cosas por decir. Con el trabajo en el centro es-
peramos seguir aportando experiencias para la difusión de los fondos y el desa-
rrollo de la archivística eclesiástica.
Anexo
A. CATEDRAL
1. GOBIERNO
1.3. Deán
Nombramientos de puestos y comisiones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . s.XVII-XX
Juramentos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . s.XIX-XX
Correspondencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . s.XVIII-XX
256 Pedro José Gómez González > Propuestas de organización para archivos eclesiásticos (3)
2. CULTO
2.2. Coro
Protocolo de distribución de asientos en coro.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . s.XIII-XVIII
Calendarios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1480-1888
Registros de faltas a coro. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1827-1970
Certificados médicos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1883-1969
2.3. Sacristía
Inventarios de objetos sagrados y reliquias.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1275-1995
Memorias e informes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . s.XVIII-XIX
2.6. Parroquia
Actas parroquiales.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . s.XIX
Registros de bautismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1534-1887
Registros matrimoniales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1587-1887
Registros de defunciones.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1749-1887
Índices sacramentales (bautismo...). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1668-1870
258 Pedro José Gómez González > Propuestas de organización para archivos eclesiásticos (3)
3.6. Administración del Patrimonio
Donaciones y cesiones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1098-s.XX
Ventas y demás adquisiciones de bienes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1161-s.XX
Censos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . s.XVI-XIX
Juros. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . s.XVI-XVII
Permutas.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1173-s.XIX
Particiones de bienes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1608-1730
Autos testamentarios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . c.1150-s.XX
Arrendamientos (anuales y perpetuos).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1280-s.XX
Apeos, deslindes, amojonamientos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1401-s.XIX
Inventarios y declaraciones de propiedades y derechos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1376-s.XIX
Títulos de deuda pública (vales reales...). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . s.XIX
Expropiaciones, desamortizaciones (secularizaciones). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . s.XIX
4. ADMINISTRACIÓN ECONÓMICA
260 Pedro José Gómez González > Propuestas de organización para archivos eclesiásticos (3)
5. ADMINISTRACIÓN SEÑORIAL / JURISDICCIONAL (Valdobla...)
5.1. Administración Señorial (gobierno y administración)
Fueros. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1173-1248
Visitas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1565-1592
Creación, unión y supresión de beneficios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . s.XVIII
Edictos, anuncios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . s.XVIII-XIX
Licencias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1559-s.XIX
Solicitudes, reclamaciones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . s.XVIII
Provisión de piezas eclesiásticas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . s.XVI-XIX
Escrituras de propiedad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . s.XVII-XIX
Autos testamentarios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . s.XVII-XVIII
Cuentas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . s.XVII-XIX
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VICENTE BAZ, Raúl. Los libros de actas capitulares de la Catedral de Salamanca (1298-
1489)
Salamanca: Cabildo Catedral, 2008.
264 Pedro José Gómez González > Propuestas de organización para archivos eclesiásticos (3)
19
Para profundizar en este tema véase: Rubio Merino, Pedro. Archivística eclesiástica. Nociones básicas. Se-
villa, 1999, p. 161-175; y Sastre Santos, Eutimio. Ensayos de archivística eclesial hispana. Roma: Ediurcla,
2005, especialmente el segundo ensayo “El público archivo de la Iglesia Catedral y del Cabildo: un malo-
grado capítulo de reforma del Concilio de Trento”, 1563, p. 47-97.
20
ACS. Cj. 5 lg. 1 nº14-2º. Traslado de una ejecutoria de Juan I a favor del Cabildo de Salamanca.
21
ACS. Alacena (Alac.) 4 lg. 1 nº2.
22
En los sistemas de organización de los archivos antiguos, lo más común era que coincidiera la clasifica-
ción intelectual con la localización de los distintos grupos o tipos de documentos.
23
ACS. Alac. 4 lg. 1 nº3. “Libro índice de los legajos antiguos y de los papeles que contenían”, siglo XVII.
24
Tachado en el original.
25
En concreto se refiere con esta denominación a libros contables de hacienda, subsidios, raciones, obras
pías..., contratos, etc.
26
Libros de actas capitulares.
27
Prueba de ello, es que muchos inventarios del archivo, desde el siglo XVI son exclusivamente de docu-
mentos de propiedades y derechos patrimoniales; véase: Gómez González, P. J.; Vicente Baz, R. “El Archi-
vo de la Catedral...”, op. cit. p. 92.
28
Este hecho queda fácilmente constatado en los inventarios antiguos del Archivo Catedral de Salaman-
ca, incluso en los del siglo XVIII. Frecuentemente vienen rotulados con títulos como: “Indice de los ins-
trumentos de la hazienda”, “libro de arrendamentos y contratos” “libro de zensos”; para ello véase: Gómez
González, Pedro José; Vicente Baz, Raúl. “El Archivo de la Catedral de Salamanca”. En: Ieronimus... op.
cit. p. 92.
29
El “archivo”, según la concepción de la época.
30
Iglesias Ortega, Arturo. Guía del Archivo de la Catedral de Santiago. Santiago de Compostela: Catedral,
2007, p. 54.
31
Chacón Gómez-Monedero, Francisco Antonio. Guía del Archivo de la Catedral de Cuenca. Cuenca: Obis-
pado de Cuenca, 2001, p. 45.
32
Casares Hervás, Manuel. Archivo Catedral. Inventario general. Granada: Archivo Diocesano,1965, p.
XII-XV.
33
González Sánchez, Vidal. Archivo Histórico del Cabildo de la Sta. Iglesia Catedral de Málaga. Catálogo ge-
neral de la documentación. Málaga, 1994, p. 18 y ss.
34
Según el: “Índice de los instrumentos de la Hazda. que los Sres. Deán y Cauildo de la Sta. Iglesia Cate-
dral de Salamca. Tienen en su Archivo, así pertenecientes a su Mesa Capitular, como a su Fábrica, Capp-
nes. y Mozos de su Choro, Niños Expósitos y demás Memas. y Patronatos fundadas en ella. Hízose en el
Aº de 1740. Sig: ACS. Cj. 66 lg. 4 nº2”.
35
ACS. Alac. 4 lg. 1 nº4; “Yndice por abecedario de todos los lugares en donde el Cabildo y sus Memo-
rias, y demás Patronatos deven tener hacienda. Y asimismo de todos los papeles y demás que por caxones
constan en este Archivo echo en el año de 1769”, siendo archivero Pedro José de Rubalcava.
36
El índice de esta clasificación pertenece al citado inventario de 1969 (así como queda reflejado en los
rótulos de las puertas de los cajones de la Sala de Archivo Histórico), y puede verse completo en Gómez
González, P. J.; Vicente Baz, R. “El Archivo de la Catedral...”, op. cit. p. 74-75.
37
Las desamortizaciones de Godoy, Trienio Liberal, Madoz y sobre todo la de Mendizábal. Un precedente
de estas será la expulsión de los Jesuitas en 1767; merced a este hecho pudieron llegar códices y otros li-
bros a los archivos catedrales, como el de Salamanca.
38
Por Real Decreto de 29 de julio de 1837.
39
Como se podrá comprobar más adelante en el cuadro de clasificación del Archivo Catedral, hay series
documentales, especialmente de tipo económico y patrimonial que terminan sobre los años 40. Estos, en-
tre otros, pueden ser los casos de libros contables de Capellanes de Coro, cuentas de Señores Capitulares,
libros de cuentas de Mesa Capitular, libros de reparos de casas, contratos y cuentas de rentas de propieda-
266 Pedro José Gómez González > Propuestas de organización para archivos eclesiásticos (3)
59
Véanse: Gómez González, Pedro José. “La organización de archivos musicales”. En: El archivo de los so-
nidos: la gestión de fondos musicales. Salamanca: ACAL, 2008, p. 123-154; Montero García, Josefa; Gómez
González, Pedro José. “Catalogación del archivo de música de la Catedral de Salamanca”. En: Música y ar-
chivos de la iglesia. Santoral hispano-mozárabe en las Diócesis de España. Actas del XXI Congreso de la Asocia-
ción celebrado en Santander (12 al 16 de septiembre de 2005). Memoria Ecclesiae XXXI. Oviedo: Asociación
de Archiveros de la Iglesia en España, 2008, p. 685-696; Burgueño Rioja, Patricia. “Pautas para el trata-
miento de archivos musicales. El Archivo catedral de Salamanca”. El archivo de los sonidos: la gestión de fon-
dos musicales. Salamanca: ACAL, 2008, p. 155-176.
60
López Gómez, Pedro. “La representación de las agrupaciones de fondos documentales”. En: Homenagem
ao professor doutor José Marques. Porto: Universidade, 2003, p. 99-140, “...el Archivo como conjunto de
fondos y colecciones...”.
61
Iglesias Ortega, Arturo. Guía del Archivo..., op. cit. p. 74-75; en dicho cuadro se establecen secciones de
fondos privados y públicos, subdivisiones como clero, fundaciones pías, asociaciones religiosas... judiciales,
de la fe pública, etc.
62
Fernández Collado, Ángel. Guía del Archivo y Biblioteca Capitulares de la Catedral de Toledo. Toledo: Ins-
tituto Teológico San Ildefonso, 2007, p. 54-55.
63
Baptista, Júlio César. “Os pergaminos dos Bacharéis da Sé de Évora”. Évora: Separata de A cidade de Évo-
ra, nº 65-66, 1982-1983.
64
Rubio Merino, Pedro. Archivo de la Santa Metropolitana y Patriarcal Iglesia Catedral de Sevilla. Inventario
General. Madrid: Fundación Ramón Areces, 1987, vol. 1 p. 28.
65
Que confluyan en una serie documental normalizada.
66
Dentro del apartado A, el epígrafe 6.
67
Vicente Baz, Raúl. Los libros de actas capitulares de la Catedral de Salamanca (1298-1489). Salaman-
ca: Cabildo Catedral, 2008.
68
Tellechea Idígoras, José Ignacio. “El Cabildo Catedral salmantino ante el estatuto de limpieza de sangre.
Historia de una doble tentativa fallida (1548 y 1559)”. Separata de Salmanticensis, sept-dic 1986, vol.
XXIII, facs. 3, p. 343-369.
69
Gozan de gran cantidad de protocolos notariales especialmente las catedrales del antiguo Reino de Aragón.
70
Puede aportar buena información de este apartado, el siguiente artículo en el caso de Sevilla: Hernán-
dez Borreguero, José Julián. “El Cabildo Catedral de Sevilla: organización económica y sistema contable
en el siglo XVII”. En: Iglesia y religiosidad en España: historia y archivos: actas de las V Jornadas de Castilla-La
Mancha sobre Investigación en archivos: Guadalajara, 8-11 mayo 2001. Guadalajara: Anabad Castilla-La
Mancha, 2002, vol. III, p. 1679-1698.
71
En esta serie y en la siguiente se incluyen las actas de cabildos ordinarios, extraordinarios y espirituales,
pues son fruto del mismo órgano.
72
Aquí solo se tienen en cuenta las actas que están separadas de las del Cabildo Pleno.
73
Para más información: Calles Hernández, Claudio. Inventario de la documentación real del Archivo Catedral
de Salamanca. Una contribución a la historia medieval y moderna de España, Salamanca, 2002-2004. Inédito.
Archivos parroquiales
El caso de dos pueblos
segovianos: Collado Hermoso
y La Salceda
Parte de nuestra vida y ocio transcurre en el pueblo que nos vio nacer, Collado
Hermoso, que salvo la memoria viva de sus mayores y alguna cita del mismo en
obras de antiguos cronistas y de algún historiador moderno, carece de historia
escrita. En agosto de 2006, interesadas en conocer qué documentación parro-
quial se conservaba en él, hablamos con D. José Antonio Velasco, su cura pá-
rroco. Vista la rica documentación parroquial nos ofrecimos para organizarla
como voluntarias. Se aceptó el ofrecimiento y se nos dio facilidades para acce-
der a la casa parroquial, en una de cuyas habitaciones, en estanterías metálicas,
estaba ubicada la documentación. Al acercarnos a “los papeles” descubrimos
que las iglesias de Collado y La Salceda, el pueblo vecino en dirección sur, ha-
bían estado vinculadas como matriz y aneja respectivamente. Interesadas por el
tema, el cura confirmó que había documentación de Collado y de La Salceda en
la iglesia de este último pueblo, y se nos avaló ante la vecina que custodia las
llaves de la parroquia para que nos las proporcionara cuando se necesitara. Esta
facilidad y confianza que nos dio el párroco en ambos pueblos allanó el camino
270 Begoña de Vicente Sanz, Angelines Huerta Isabel > Archivos parroquiales
Anabella Barroso, abriéndose nuevas posibilidades, por el interés que tomó ella
misma al hablarle del trabajo que estábamos realizando, y por facilitarnos el con-
tacto con Cristina Castillo. Castillo realizó una primera actualización/normaliza-
ción parcial de los datos sobre una base de datos en FileMaker con la informa-
ción proporcionada en Excel, importada directamente. Después de una primera
depuración, estos datos fueron exportados a otra base y ubicados en los campos
propuestos por la ISAD (G) adaptando alguno de ellos como ejemplo de norma-
lización a la hora de su introducción. Nos proporcionó todo este material y nos
resolvió las dudas dando respuesta a las preguntas que le planteábamos mientras
ha durado el proceso de completar la descripción de la documentación encon-
trada, tanto en lo referente al programa, como a la propia descripción.
Anabella Barroso se ha acercado a ambos pueblos y ha comprobado en di-
recto la marcha del trabajo, el estado de conservación de la documentación y las
condiciones de instalación. Esta colaboración nos ha hecho sentir parte de un
equipo y nos ha proporcionado seguridad en cuanto a la normalización y la rigu-
rosidad del trabajo que realizábamos.
Identificación
Estamos ante tres fondos (cuadro 1). El primero de ellos corresponde al Archivo
Histórico Parroquial de San Nicolás de Bari de Collado Hermoso y Nuestra
Señora de la Asunción de La Salceda, su aneja, en adelante fondo 1. La
documentación se extiende desde enero de 1590 a abril de 1868, 616
documentos de archivo (Heredia, 2007, 94-100) instalados en 22 cajas.
El segundo fondo, Archivo Parroquial de San Nicolás de Bari de Collado
Hermoso, fondo 2, consta de 353 documentos en 9 cajas. Se inicia en julio de
Contexto
Historia institucional
Como ya se ha expresado, se conserva documentación desde enero de 1590, fe-
cha esta alejada de la creación de las parroquias. Sobre el momento de su fun-
dación solo conocemos aproximaciones. Maximiliano Barrio resume que los orí-
genes y límites de la Diócesis de Segovia se fijan en 1190 y que se mantienen sin
variación hasta la época moderna (Barrio, 1982, 34). También se ha señalado
272 Begoña de Vicente Sanz, Angelines Huerta Isabel > Archivos parroquiales
que “...la escasez de datos concretos sobre su estructura geográfica han propicia-
do que hasta el momento no se haya realizado un mapa detallado de la Diócesis
durante la Edad Media, siendo el primero de interés referido al siglo XVIII”
(Bartolomé, 1999, 295). De Collado Hermoso se sabe que el obispo Pedro de
Agen la dio para repoblar en 11396. Un siglo después, en el documento de dis-
tribución de las rentas en el cabildo catedralicio de 1247, se nombra “... En Pe-
draza: El Collado...”, “El Collado de Sotosalvos...” y otros lugares desaparecidos
que pueden tener que ver con las actuales poblaciones, “En Pedraza: Robrerie-
llo...” (Villar, 1990, 201-240). La Salceda, de aparición más tardía en la docu-
mentación, parece que fue depositaria del Robledillo, lugar del que hay noticia
ya en 1247, como hemos señalado, y que aún existía cuando se inició el archi-
vo al que nos estamos refiriendo en 15917.
Estas parroquias formaban parte de la vicaría de Pedraza y del arcediana-
to de Sepúlveda (Barrio, 1982, 38), la de Collado Hermoso como matriz, bajo la
advocación de San Nicolás de Bari, la de La Salceda como aneja, bajo Nuestra
Señora de La Asunción, situación que no se vio afectada por la reorganización
del Plan beneficial de 1783 (Barrio, 1982 371-377). Porque hubiera malestar en
la atención a la comunidad8, o porque los intentos de reforzar al párroco9 no ha-
bían resultado suficientes, el caso es que en el Auto de arreglo y demarcación de
la Diócesis de Segovia se las separa, “Collado Hermoso sin el anejo...” y “La Sal-
ceda, separada de su antigua matriz...”10. Desde julio de 1868 se refleja en la do-
cumentación esta nueva situación jurídica, pero también que ambos pueblos si-
guieron compartiendo cura párroco, al menos durante amplios períodos de tiem-
po. En el Sínodo diocesano de 1911 se produce nueva demarcación de arcipres-
tazgos y tanto Collado Hermoso como La Salceda pasaron a formar parte del Ar-
ciprestazgo de la Cuesta (Sínodo, 1911, 254), quedando reflejada en la docu-
mentación esta reorganización11.
Actualmente el párroco, que atiende ambas parroquias más la de Santiuste
de Pedraza y la de Requijada, ocupa ocasionalmente la casa parroquial de Collado,
esto no siempre ha sido así. Por motivos que desconocemos, tal vez de gusto perso-
nal, o bien porque se ofreciera en La Salceda una casa nueva y más cómoda, el cura
se trasladó a La Salceda en el último cuarto del siglo XIX12. No fue ese el único tras-
lado documentado. Avanzando el tiempo, la casa del curato de Collado, deshabi-
tada, se hundió13; en la década de 1940 se derribó la antigua y levantó una nueva.
Parece que el párroco volvió a instalarse en Collado quedando deshabitada la vi-
vienda de La Salceda, así en 1948 se informa que la casa del cura en La Salceda
“está totalmente arruinada”14. Estos cambios de residencia del párroco debieron de
llevar aparejado el movimiento de la documentación. Cuando se inició la descrip-
ción de los archivos se comprobó que el fondo 1, que corresponde a su vinculación
como matriz y aneja, estaba repartido. En el fondo depositado en Collado se con-
servaban libros sacramentales, matrículas y colecturía fundamentalmente, algún li-
Normativa reguladora
Si en el Concilio de Trento se reguló universalmente que las parroquias debían
de disponer de su propio archivo y se estableció qué se debía de anotar y cómo
hacerlo (Represa, 1978, 94-95), la práctica de los registros parroquiales es ante-
rior “En España... la obligatoriedad de los libros de bautismo ya había sido esta-
blecida por el sínodo de Talavera... en 1498” (Nadal, 1966, 19-20). En la Dióce-
sis de Segovia, parecen poco frecuentes las referencias a la documentación en las
sinodales anteriores a Trento; no hemos encontrado ninguna en el Sinodal de
Aguilafuente de 1472, pero sí en el Sínodo de Segovia de 1586, “...tenga [el cura
o sacerdote] un libro en buena guarda en el que escriba sus nombres, y el día mes
y año acabada la solennidad (sic) del baptismo” (Sínodo, 1586, 23), y “que los
curas avisen a sus feligreses que hagan confirmar sus hijos y los escriban...” (Sí-
nodo, 1586, 24)16. Sin embargo, a la vista de los datos que figuran en los diver-
sos registros parroquiales, debía de existir comunicación sobre la forma y el con-
tenido de dichas inscripciones. Asimismo, en las visitas pastorales se hacen co-
rrecciones y recomendaciones para hacerlas más precisas y claras. Constatamos el
traslado de las normas de Trento en su Sínodo diocesano de 1648 estableciendo
en varias constituciones la obligación de que “en cada iglesia aya un archivo en
que esten la escrituras e inventario de los bienes della, beneficios y causas pias”
(Sínodo, 1648, 174-175) y cómo debían de hacerse las inscripciones de bautis-
mo, las de confirmación, matrícula, y casados. También se dan instrucciones re-
feridas a los bienes, sean heredades, “qué se apeen las heredades de la iglesia y de-
mas obras pias de diez en diez años”, (Sínodo, 1648, 176-177), o legados en tes-
tamentos “forma de escribir los testamentos” (Sínodo, 1648, 183-184). En el Sí-
nodo diocesano de 1911 se trata, en las constituciones dedicadas a la parroquia y
a cada sacramento, lo referido a las inscripciones en sus libros, para las que se pide
“summa diligentia” y al cuidado del archivo “congruentiori loco aptent” (Síno-
do, 1911, 34-35). Las instrucciones debieron de seguirse bastante fielmente, tan-
to en lo que se refiere a la producción como al cuidado, por los diferentes párro-
cos que atendieron los pueblos que nos ocupan a la vista de la cantidad y el esta-
do de la documentación conservada17.
274 Begoña de Vicente Sanz, Angelines Huerta Isabel > Archivos parroquiales
En el Boletín Eclesiástico de la Diócesis de Segovia (BEDS), que inicia su
publicación en 1856, se dan algunas orientaciones referidas a la documentación
y al archivo parroquial. Se publican modelos para extender las matrículas, para
formar los índices de los libros de bautizados y de casados (BEDS, 1858, 1-4) y
pautas para la formación de los expedientes matrimoniales (BEDS, 1858, n. 22).
El control y la constatación de las cuentas de fábrica preocuparon también entre
1856 y 1891, comprobadas las recomendaciones y las circulares del obispo. Se re-
fleja celo en cuanto a la custodia y el acceso a los archivos parroquiales frente a
la autoridad civil, así, constatándose la obligación de autorización del Vicario, se
permite excepcionalmente la exhibición por los párrocos “sin sacarlos de la ha-
bitación en que esté el archivo” de los “que se reclamen por los tribunales civiles
en causas criminales y de oficio” (BEDS, 1856, 179-180). Reiterado y reconoci-
do por la autoridad civil, años más tarde, tras otro conflicto “para exhibir el pá-
rroco... los documentos objeto de las visitas, es imprescindible orden de su supe-
rior jerárquico” (BEDS, 1890, 438-439).
En cuanto a las fechas de generación de los documentos, como ya se ha
indicado, el fondo 1 abarca el arco cronológico que se extiende de enero de1590
a abril de 1868. El fondo 2 y el 3 se inician en julio de 1868. Ya se ha señalado
que la separación de ambas iglesias se publica en diciembre de 1867 y que no se
hace efectiva en la documentación hasta julio de 1868. Entre abril y julio de di-
cho año, realizadas diversas catas, no hemos encontrado inscripciones en los do-
cumentos. El archivo se mantiene vivo en la actualidad.
Contenido y estructura
Alcance y contenido
El fondo se ha organizado siguiendo la clasificación de fondos parroquiales del
Archivo Histórico Eclesiástico de Bizkaia, AHBE/BEHA. Al hilo de esta clasifi-
cación en los fondos que nos ocupan encontramos las siguientes secciones: Ad-
ministración de Sacramentos, Gobierno y Acción Pastoral, Administración de
Bienes y Rentas, Organismos Supraparroquiales e Instituciones Civiles.
La sección de Administración de Sacramentos es la de mayor volumen
documental. Reúne en el fondo 1, 293 documentos, en el fondo 2, 184 docu-
mentos (cuadro 2). En el fondo 3, 225 documentos. Abarca el arco cronológico
más amplio, de 1590 a abril de 1868 para el fondo 1 y desde julio de 1868 a la ac-
tualidad para los fondos 2 y 3, con una salvedad: los libros sacramentales del fon-
do 1 se utilizaron para las inscripciones de la parroquia de San Nicolás de Bari de
Collado Hermoso, esto es, son comunes con el fondo 2. Los documentos en cada
subsección están indicados en el cuadro 2. De las inscripciones de confirmación
Documentos
Secciones y subsecciones
F1 F2 F3
Administración de sacramentos
Sacramentales
Bautismo y confirmación 12 3 3
Matrimonios 274 180 221
Defunciones 7 1 1
Organismos supraparroquiales
Curia diocesana 3 - -
Arciprestazgos - 4 2
Instituciones civiles
Reino-Corona 12 - -
Municipales 66 51
276 Begoña de Vicente Sanz, Angelines Huerta Isabel > Archivos parroquiales
La sección de Gobierno y Acción Pastoral agrupa 129 documentos en el
fondo 1, 9 documentos en el fondo 2 y 27 en el fondo 3. Subrayamos la subsec-
ción de cofradías con 72 documentos en el fondo 1. En total seis cofradías dis-
tintas: cuatro pertenecen a Collado Hermoso y dos a La Salceda. La más antigua
es la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario de Collado, de la que se dispone de
libros de cuentas de 1614 a 170020. Otras cofradías en Collado fueron: Cofradía
del Santísimo Sacramento, Cofradía de la Santa Vera Cruz y Cofradía de Nues-
tra Señora de la Salud. Además de cuentas, estos libros de cofradía pueden in-
cluir: constituciones, nombramientos, acuerdos, relación de hermanos, etc. Se
conservan algunos libros de Matrícula parroquial o “status animarum”. Contie-
nen información sobre: número de almas, número de familias, nombre, apellidos,
estado civil, edad y observaciones sobre el cumplimiento del precepto21. En la
subsección de Culto Parroquial, el documento de colecturía más antiguo es de
1632. Los registros contienen información sobre: día, aplicación (“por mi inten-
ción”, “pro pópulo”, “devotos de la Virgen...”), limosna, observaciones (rezada,
solemne, cantada, novena, oficio mayor, etc.).
En la sección de Administración de Bienes y Rentas hay en total 374 do-
cumentos, distribuidos así: en la subsección de Fábrica y Junta parroquial hay 33
en el fondo 1, 82 en el fondo 2 y 93 en el fondo 3 (cuadro 2). Cada pueblo lleva-
ba sus libros de fábrica, el más antiguo es de 1624. Algunas inscripciones en los li-
bros de fábrica revelan la relación de la parroquia de Collado con los religiosos del
monasterio cisterciense de Santa Mª de la Sierra, ubicado en su término. El Mo-
nasterio, fundado a instancias del obispo Pedro de Agen en el año 1133 (Martín
Postigo 1982, 12-14), parece que contribuyó, a lo largo de los siglos, en la cura de
almas de Collado. En la visita pastoral de 1446 se constata “que un monge sirve el
beneficio curado con licencia”, (Bartolomé 1995, 325). Seguramente esto respon-
de a que el citado monasterio poseyera jurisdicción eclesiástica ordinaria o “cu-
mulativa”, esto es, “jurisdicción especial... en virtud de privilegios reales y ponti-
ficios, como son la cura de almas y la percepción de los diezmos y primicias en sus
territorios y parroquias agregadas”. La abadía de Santa Mª de Sacramenta, de la
que dependía este priorato, poseía esa jurisdicción especial (Barrio 1982, 619-
620). Unos siglos después, se refleja documentalmente la colaboración, “...marzo
de 1743 se juntaron el padre Prior de la Sierra, teniente actual deste lugar de Co-
llado...”22. En la subsección de Diezmos, Tazmías y Primicias hay 18 documentos,
todos ellos en el fondo 1, destacamos un “Auto de interim sobre diezmos”23, y el
reflejo, en un libro de tazmías, del “modo de cómo reparten las cillas en el lugar
de Collado Hermoso, cabeza que es del lugar de La Salceda”24. Resaltamos la
abundancia de testamentos y de la existencia de obra pía, en este caso, un molino
para sostener la escuela de primeras letras25 (Martín Postigo 1982, 80-82).
En la sección de Organismos Supraparroquiales, en la subsección de Cu-
ria Diocesana, los documentos conservados pertenecen al fondo 1, destacan: un
Organización
El cuadro de clasificación que se ha seguido es, como se ha señalado, el de los ar-
chivos eclesiásticos del País Vasco. Cuadro que refleja el organigrama jerarquiza-
do de la entidad generadora y unas funciones concretas que quedan reflejadas en
diferentes series documentales (Barroso, Castillo y Romero 2008, 210-221).
278 Begoña de Vicente Sanz, Angelines Huerta Isabel > Archivos parroquiales
Hasta aquí la norma, la realidad actual en la Diócesis de Segovia es que
no hay medios, ni materiales ni humanos, para atender el correcto gobierno de
los papeles y facilitar un acceso digno para investigar sobre estos fondos, más allá
de la buena voluntad de los párrocos que atienden las iglesias rurales. Tristemen-
te, esta situación no es exclusiva de esta Diócesis (Sastre 1999, 73-74).
La lengua de los documentos es el castellano. El estado de conservación
es bueno, en general, y el soporte es el papel. Como instrumento de descripción
se ha creado una base de datos en FileMaker que se va a poder consultar en la pa-
rroquia. Este artículo y diversos índices impresos de la base citada contribuirán a
facilitar el conocimiento y el acceso a la documentación.
Conclusiones
280 Begoña de Vicente Sanz, Angelines Huerta Isabel > Archivos parroquiales
JEDIN, Hubert (1981): Historia del Concilio de Trento. Pamplona: Ediciones de la Univer-
sidad de Navarra
MANUAL de descripción multinivel: propuesta de adaptación de las normas internacio-
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http://www.jcyl.es/scsiau/Satellite/up/es/CulturaTurismo/Page/PlantillaN3SinHi
jos/1160377252545/_/_/_?asm=jcyl&paginaNavegacion=&seccion=&tipoLe-
tra=x-small [Consulta: 13/10/2008]
MARTÍN POSTIGO, Maria de la Soterraña (1982): El Monasterio de ‘Santa María de la
Sierra’ (Sotosalbos). Valladolid: María Soterraña Martín Postigo
MADOZ, Pascual (1849): Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus po-
sesiones en ultramar. XIV, SEA-TOL. Madrid: Imprenta del Diccionario Geo-
gráfico
NADAL, Jordi (1966): La población española (siglos XVI a XX). Barcelona, Arial
NORMA Española de Descripción Archivística (NEDA) (2005). 1ª versión. Madrid: Minis-
terio de Cultura, <http://www.aefp.org.es/PDF/NormasDescriptivas/NEDA/NE
DA_v1_2005_completa.pdf> [Consulta: 13/10/2008]
PÉREZ MOREDA, Vicente (1980). La crisis de la mortalidad en la España interior, siglos
XVI-XIX. Madrid: Siglo XXI
REGLAMENTO de los archivos eclesiásticos españoles (1975). Madrid, Asociación Españo-
la de Archiveros Eclesiásticos
REPRESA RODRÍGUEZ, A (1978): “Valoración histórica de los archivos parroquiales”.
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RUBIO HERNÁNDEZ, Pedro (1981): “Tipología documental en los archivos parroquia-
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RUBIO MERINO, Pedro (1999): Archivística eclesiástica, nociones básicas. Sevilla: [s.n.],
SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, Arsenio (1999): Políticas de conservación en archivos biblio-
tecas. Madrid: Fundación Tavera
SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, Arsenio (2004-2005): “20 preguntas sobre conservación.
Lo que el bibliotecario y el archivero deben saber”. Anaquel: boletín de libros, ar-
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jccm.es/dglab2/public_dglab/aplicaciones/archivos/anaquel_pdfs/2005012518697
37836.pdf [Consulta: 13/11/2008] y n. 29 (en./marzo), p. 30-32. http://j2ee.jccm.
es/dglab/Anaquel?opc=2&codb=5&cods=17&coda=227 [Consulta: 13/11/2008]
SASTRE SANTOS, Eutimio (1991): “La formación archivística de los párrocos en los
manuales de procedimientos”. Boletín de ANABAD, n. 2 (1991), pp. 77-117
SASTRE SANTOS, Eutimio (1999): Manual de archivos. El sistema archivístico diocesano.
Madrid: ANABAD
SÍNODO DIOCESANO DE SEGOVIA (1472): Sinodal de Aguilafuente. [Burgos]: Funda-
ción Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, [2003]
SÍNODO DIOCESANO DE SEGOVIA (1587). Constituciones sinodales del obispado de
Segovia, hechas por Don Andrés Cabrera y Bovadilla, obispo de Segovia del Consejo de
su Majestad..., año de 1586. Barcelona: Casa de Hubert Gotard,
SÍNODO DIOCESANO DE SEGOVIA (1649). Sínodo diocesano que celebró el ilustrísimo
y reverendíssimo señor don fray Francisco de Araujo, obispo de Segovia del Consejo de
su Majestad, año de 1648. Madrid.
Notas
1
CENSO-GUÍA de los Archivos de España e Iberoamérica, http:aer.mc.es/sgae/index_censo_guia.jsp
[Consulta 01/09/2007]
2
Nuestro primer contacto profesional al iniciar esta tarea fue Eduardo Pedruelo Martín, director del Ar-
chivo de la Real Chancillería de Valladolid, que escuchó pacientemente el relato de la tarea que nos ha-
bíamos impuesto. Nos dio algunas recomendaciones y nos facilitó el contacto con la Jefa de Sección de
Restauración, Elena Trenco Urquijo, y su compañera, Elisabet Monclús Gómez. Providencialmente cono-
cimos en FESABID 2007 a Anabella Barroso Arahuetes, directora del Archivo Histórico Eclesiástico de
Vizcaya (AHEB/BEHA), que interesada en el tema nos puso en contacto con Cristina Castillo Pérez, res-
ponsable del Área de Catalogación, Normalización y Automatización. Maximiliano Barrio Gozalo nos
orientó en los aspectos históricos con indicaciones sobre las fuentes y la bibliografía. Sin todas estas apor-
taciones no podría haberse realizado el trabajo con rigurosidad.
3
Las restauradoras nos recomendaron el material más adecuado, así adquirimos pliegos de cartulina blan-
ca del mismo tipo que utilizan en el Archivo, 250 gr., con los que confeccionamos subcarpetas, el hiladi-
llo blanco para atarlas, también en cuanto a las cajas de archivo recibimos ayuda.
4
ESPAÑA. Auto de arreglo y demarcación, supresión y erección de las parroquias de la Diócesis de Sego-
via de 12 de diciembre de 1867. Boletín Eclesiástico de la Diócesis de Segovia, Año 12, n. 34 (dic. 1867), pp.
347-349
5
SEGOVIA (Diputación), http://www.dipsegovia.es/index.php/municipios/vermunicipio/id_munici-
pio/54 y http://www.dipsegovia.es/index.php/municipios/vermunicipio/id_municipio/303 [Consulta
16/09/2009]
6
Se utilizan en este punto las obras de Diego Colmenares, 1982, 252-253; Julián García Hernando, 1975,
2393-2402; Soterraña Martín Postigo, 1982, 14; y Luís Miguel Villar 1990, 74-75.
7
Libro de testamentos del lugar de Robredillo y La Salceda, de 1591 a 1620. (CC 02, libro 2-4d).
8
En el Libro de bautizados de la Nuestra Señora de la Asunción de La Salceda, de 1761 a 1845, se han cosido
13 fs de certificados de bautismo correspondientes datados entre 1843 y 1845, que corrigen y completan
inscripciones de bautismo (Caja SC 2, libro 3-1).
9
ESPAÑA. Real decreto del Ministerio de Gracia y Justicia, de 16 de septiembre de 1866, dado en Ávila
concediendo “coadjutor ad nutum que desempeñe el ministerio parroquial en Collado Hermosos, por ha-
llarse imposibilitado de hacerlo el cura propio”. Boletín Eclesiástico de la Diócesis de Segovia, Año 11, n. 21
(oct. 1866) pp. 206-207.
10
ESPAÑA. Auto de arreglo y demarcación, supresión y erección de las parroquias de la Diócesis de Se-
govia de 12 de diciembre de 1867. “Collado Hermoso, sin el anejo. Titular San Nicolás de Bari... le clasi-
ficamos de entrada... La Salceda, separada de su antigua matriz Collado Hermoso, parroquia independien-
te. Titular la Asunción de Nuestra Señora... le clasificamos de entrada”. Boletín Eclesiástico de la Diócesis de
Segovia, Año 12, n. 34 (dic. 1867), pp. 347-349.
11
Hay copia, en diferentes libros parroquiales del archivo, del Acta de constitución y del Reglamento de
la Hermandad Sacerdotal del Arciprestazgo de La Cuesta constituida el 3 de junio de 1912, (CC 1, libro
1; CC 6, libro 2 y SC 8, libro 1).
282 Begoña de Vicente Sanz, Angelines Huerta Isabel > Archivos parroquiales
12
Inventarios, actas de entrega y certificado de propiedad de la casa parroquial y huerto de Nuestra Señora de la
Asunción de La Salceda, de 1877 a 1912 (SC 7, carp 1). Libro de cuentas de la nueva casa rectoral de la parro-
quia Nuestra Señora de la Asunción de La Salceda , de 1881 a 1929 (SC 2, libro 4).
13
Cuentas de fábrica de la parroquia de San Nicolás de Bari de Collado Hermoso, de 1917 a 1946. Desde 1935
hay anotaciones del tipo “no se habita” o, “la casa está en ruinas” (Caja CC10, carp. 11).
14
Cuentas de fábrica y casa rectoral la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de La Salceda, de 1906 a
1951 (SC 9, carp. 11, doc. 4, 1928). “... casa rectoral de la expresada parroquia en regular estado de con-
servación, excepto el tejado del edificio que necesita un retejo general” (SC 9, carp. 11, doc. 6,1948).
15
Algún testigo dice que vio y ojeó la documentación en el patio exterior de la iglesia y que se la rescató
del abandono tras una llamada al obispado.
16
“... y que confirmandose en otro pueblo, haga traer por escripto, los que ansi fueren confirmados, para
que los curas los escriban en su libro” (Sínodo, 1586, 24)
17
El documentos más antiguo, Libro de bautismos de la parroquia de San Nicolás de Bari de Collado Hermoso
y su aneja La Salceda, de 1590 a 1655, contiene registros de bautismo, confirmación, matrimonios, velados
y testamentos. (CC 02, libro 0)
18
Libro 3º de difuntos de la parroquia de San Nicolás de Bari de Collado Hermoso y Nuestra Señora de la Asun-
ción de La Salceda, su aneja, de 1732 a 1775 (CC 02, libro 3)
19
Libro de testamentos del lugar de Robredillo y La Salceda, de 1591 a 1620, (CC 02, libro 2-4d); Libro de tes-
tamentos de la parroquia de San Nicolás de Bari de Collado Hermoso, de 1632 a 1773, (CC 04, libro 2-2); Li-
bro de testamentos de la parroquia de San Nicolás de Bari de Collado Hermoso y Nuestra Señora de la Asunción
de La Salceda, su aneja, de 1670 a 1739, (SC 04, libro 3).
20
Cuentas de la Cofradía del Rosario de Collado Hermoso, de 1614 a 1622 (CC 07, libro 2).
21
Libro de matrículas de San Nicolás de Bari de Collado Hermoso, de 1857 a 1910 (CC 01, libro 4).
22
Libro de cuentas de fábrica de la parroquia de San Nicolás de Bari de Collado Hermoso, de 1743 a 1772.
(CC11, libro 2,01).
23
Documentos de la cilla, diezmos, tazmías y primicias de la parroquia de San Nicolás de Bari de Collado Her-
moso, de 1712 a 1856. (CC 10, carpeta 05).
24
Libro de tazmías de la parroquia de San Nicolás de Bari de Collado Hermoso y Nuestra Señora de la Asunción
de La Salceda, su aneja, de 1640 a 1655. (CC 05, libro 1).
25
Documentos de la obra pía de la Escuela de primeras letras y cuentas del molino de la Cañada de Collado, de
1790 a 1843.
26
SC 08, libro 3.
Resúmenes analíticos
Analitic summary