M3 L2. Resumen. PJ

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M3. L2.

El órgano de gobierno: la asamblea de accionistas.


Definición y caracteres.
La asamblea es el órgano de gobierno de la Sociedad Anónima, donde se reúnen los
accionistas conforme los procedimientos establecidos por la ley y el estatuto para
decidir los asuntos atinentes a la Sociedad para la cual ha sido convocada.
Las características de la asamblea de accionistas son las siguientes:
 Es el órgano de gobierno de la Sociedad.
 Es un órgano no permanente, ya que no funciona ininterrumpidamente, sino
que sus decisiones surgen como consecuencia de la convocatoria, deliberación,
votación y decisión.
 Posee facultades indelegables con competencia exclusiva, por lo que otros
órganos de la Sociedad no pueden suplir su competencia. Es por ello que se
puede decir que la asamblea es soberana, porque sus decisiones, pese a que
pueden ser impugnadas por los socios, están por encima de los demás órganos
societarios, los que quedan subordinados a sus acuerdos. Sin embargo, esa
sumisión no es incondicional, ya que nunca podrá validarse una decisión
ilegítima o contraria a los intereses de la sociedad.
 La validez de sus decisiones implica el respeto a las formas para permitir la
participación y evitar el abuso por parte del grupo de control. Debe cumplir los
recaudos de convocatoria, deliberación y votación previstos en el estatuto,
conforme lo dispuesto por la Ley General de Sociedades.
 Sus decisiones, en tanto se hayan adoptado respetando la ley, son obligatorias.
Es importante notar que la voluntad de la asamblea sustituye las voluntades
particulares de sus integrantes, formándolas y transformándolas para lograr la
voluntad de la sociedad.

Clases de asambleas: ordinarias, extraordinarias y especiales.

La competencia de la asamblea no es ilimitada, sino que se circunscribe a los asuntos


que la propia Ley General de Sociedades indica.

Hay distintos tipos de asambleas:

Las asambleas especiales son aquellas en las cuales se adoptan resoluciones que


afectan los derechos de una clase de acciones y requieren el consentimiento o
ratificación por parte de esa clase. Se rigen por las normas respectivas de la asamblea
ordinaria (artículo 250 LS).

Por el contrario, las asambleas generales se caracterizan porque incluyen la


participación de todos los accionistas. 

Las asambleas ordinarias definen su competencia conforme los temas previstos en el


artículo 234 de la Ley 19550, por lo que su carácter es otorgado por la naturaleza de
los temas a tratar: la aprobación de las cuentas de los administradores; la designación,
retribución y remoción de los administradores; la determinación de su
responsabilidad; y el aumento de capital dentro del quíntuplo. 

En la asamblea extraordinaria se tratan todos los temas que no están comprendidos


en las asambleas ordinarias, por lo que su competencia se define por exclusión
(artículo 235 LS). 

En primera y segunda convocatoria.

La asamblea en segunda convocatoria tiene lugar cuando ha fracasado la primera


convocatoria.

Conforme lo dispone el artículo 237 de la Ley General de Sociedades, debe celebrarse


dentro de los 30 días siguientes y las publicaciones correspondientes se deben hacer
por 3 días, con 8 de anticipación como mínimo. 

Asamblea Unánime.

Las asambleas unánimes son aquellas que se celebran sin la exigencia de la publicación
de la convocatoria, por lo que su validez queda supeditada a la presencia de la
totalidad de los accionistas, representantes del total del capital social. Sus decisiones
sólo pueden adoptarse por unanimidad.

Funcionamiento de la asamblea.

Convocatoria. Forma, medios y plazos.

En cuanto al régimen dispuesto para la convocatoria de las asambleas, el artículo


2365 faculta al directorio o al síndico, en los casos previstos por la ley, cuando lo
consideren necesario o cuando les sea requerido por los accionistas que representen
por lo menos el 5% del capital social (siempre y cuando el estatuto no establezca una
representación menor). 

Podemos efectuar al respecto las siguientes observaciones:


1)El artículo es aplicable tanto a las asambleas ordinarias como a las extraordinarias.
2)La convocatoria no es, pese a su apariencia, una facultad exclusiva del órgano de
administración o de control, ya que la sindicatura podrá efectuarla solo cuando omita
hacerlo el directorio, lo que implica la previa intimación para que realice la
convocatoria requerida. 

3)También pueden llamar a asamblea los accionistas que cuenten con el 5% del capital
social, si los estatutos no fijaran una representación menor, debiéndose indicar los
temas que serán motivo de tratamiento.

Recibida esta solicitud, el directorio o el consejo de vigilancia deberá convocar a


asamblea para que se celebre en un plazo máximo de cuarenta días, obligación que
también corresponde a la sindicatura, si el directorio hizo caso omiso de su previa
intimación al respecto. 

Si el directorio o el síndico omitiesen la convocatoria pese al pedido, puede realizarse


por la autoridad de contralor o judicial. 

Las asambleas deberán convocarse por publicación de edictos durante cinco días, con
una antelación de diez días de anticipación por lo menos y no más de 30 en el diario de
publicaciones legales. Se debe hacer constar en el respectivo edicto el carácter de la
asamblea, fecha, hora y lugar de reunión, orden del día y recaudos especiales que
deberán cumplir los concurrentes.

Depósitos de acciones. Comunicación de asistencia.

Conforme lo establece el artículo 238, para la asistencia a las asambleas es necesario


que los accionistas realicen el depósito de sus participaciones.
El objeto del depósito es que aquellas personas que concurran a las asambleas puedan
acreditar su carácter de socio, procurando de esa manera identificar a los titulares de
las acciones. 

El libro donde deberá registrarse su concurrencia es el registro de asistencia a las


asambleas, que reviste una particular importancia por dos motivos:

1) Pre-constituye una forma incontrovertible de prueba de la presencia en


asamblea de accionistas y acciones en número suficiente para que sea válida y
pueda deliberar. 
2) Permite al accionista tomar conocimiento de quiénes son los socios
concurrentes, y eventualmente sus representantes, y el monto de las tenencias
declaradas, junto con los derechos que derivan de estas (Nissen, 2010).

El accionista no solo tiene derecho a la exhibición del libro, sino también, en mérito de
su derecho de información, a solicitar copias de sus constancias. 

Orden del día. Quorum. Mayorías. Celebración. Presidencia. Cuarto


intermedio.

El orden del día constituye el temario que se impone al tratamiento de la asamblea.


Reviste tal importancia que los temas no contenidos en el orden del día que sean
objeto de decisión son nulos, excepto en el caso de aprobación unánime. 

El quorum constituye el número mínimo de capital que debe estar representado en la


asamblea que autoriza la deliberación válida.

El régimen de mayorías se encuentra establecido en los artículos 243 y 244 de la Ley


19550, que imponen una cantidad determinada para la aprobación de los asuntos
tratados.
La unanimidad en la votación no se exige generalmente como forma decisoria, salvo en
los siguientes casos: 

1) para las asambleas unánimes (artículo 237, último párrafo, LS); 


2) decisiones no incluidas en el orden del día;
3) reconducción del contrato social, con plazo de duración vencido y
encontrándose ya inscripta registralmente la designación del liquidador. 

Diferencias entre asambleas extraordinarias y ordinarias.

¿Cómo debe computarse el voto del accionista que se abstiene?

La respuesta no surge de la ley, pero en general la doctrina entiende que debe tenerse
como voto negativo.
Al respecto, Nissen (2006) acertadamente pone en evidencia una clara contradicción
del legislador: no puede considerarse como voto negativo, en tanto la Ley General de
Sociedades no le permite ejercer su derecho de receso, lo que solo acontece cuando el
socio se ha manifestado en contra de la decisión asamblearia.
En cuanto a la celebración del acto, los accionistas pueden ser representados en las
asambleas, resultando suficiente a tal efecto el mandato por instrumento privado con
firma certificada, salvo que el estatuto disponga lo contrario (artículo 239 LS).

Cabe aclarar que no pueden ser mandatarios los directores, síndicos, integrantes del
consejo de vigilancia, gerentes y empleados de la sociedad. 
La presidencia de las asambleas (artículo 242 LS) tiene facultades ordenadoras del
desarrollo de la asamblea y, por lo general, se encuentra a cargo del presidente, el
directorio o la autoridad que la haya convocado.

Durante la celebración de la asamblea, todos los accionistas tienen derecho a voz.

En los casos en que la convocatoria haya sido judicial o realizada por la autoridad de
contralor, la presidencia estará en cabeza del funcionario que se haya designado a tal
fin.

Si la asamblea no ha completado el orden previsto y necesita prolongarse, puede pasar


a un cuarto intermedio por una vez, para continuar dentro de los 30 días siguientes
(artículo 247 LS).

El derecho a voto de los accionistas. La sindicación de acciones.

El derecho a voto en las asambleas es el principal derecho político que involucra la


participación; por lo tanto, les compete a todos los accionistas, excepto en los casos
que tengan un interés contrario al social.

El derecho a voto es indivisible. Además, el voto debe ser puro y simple, sin
condiciones y ser ejercido en presencia en la asamblea, ya que no existe la posibilidad
de votar por correspondencia o adherir posteriormente (Roitman, Aguirre y Chiavassa,
2009).

Entre las clases de sindicación de acciones destacamos las siguientes:

 El sindicato de voto, gestión o administración: agrupa a los accionistas y los


somete a votar de determinada manera conforme la directiva pactada.
 El sindicato de bloqueo: los accionistas se comprometen a no transferir sus
acciones o sujetarlas a ciertas condiciones.

La intervención de los directores, síndicos y consejeros. Inhabilitaciones.

La intervención de los directores, síndicos y consejeros está prevista en el artículo 240


de la Ley 19550, el que regula la obligación y el derecho de asistir con voz a todas las
asambleas.

En cuanto al derecho a voto, sólo les corresponde en la medida de que posean


participación accionaria. Se establece la nulidad de toda cláusula que establezca lo
contrario en el estatuto o reglamento.

Asimismo, el artículo 241 dispone que los directores, síndicos, miembros del consejo
de vigilancia y gerentes generales se encuentran imposibilitados de votar en las
decisiones que tengan vinculación con la aprobación de actos de su gestión y en las
que se relacionen con su responsabilidad o remoción con causa. 
Formalidades. Actas, firmas y copias.

Debe labrarse un acta dentro de los cinco días posteriores a la clausura de la asamblea.
Su contenido refiere a un resumen de lo acontecido en cuanto a las manifestaciones
vertidas por los participantes, las votaciones y los resultados de lo decidido.

Todos los accionistas tienen derecho a obtener una copia del acta (artículo 249 LS).

Las decisiones asamblearias.

Efectos.

Las decisiones asamblearias son obligatorias y deben ser cumplidas por el directorio
(artículo 233 LS).

Este principio sufre excepciones:


1) cuando el socio disconforme ejerce el derecho de receso;
2) cuando las decisiones fuesen contrarias a la ley, el estatuto, reglamento o
adoptadas para perjudicar a un grupo de accionistas en un abuso de las
mayorías.

Impugnación de las resoluciones.

Una de las excepciones a la obligatoriedad de la decisión de la asamblea se produce


cuando la resolución ha sido adoptada en violación de la ley, el estatuto o el
reglamento. Del respeto a las normas deviene su exigibilidad, para los accionistas, los
directores y eventualmente los terceros.

La acción de impugnación de la decisión asamblearia del artículo 251 de la Ley 19550


regula el procedimiento y los requisitos para su ejercicio.

Los legitimados para su interposición son:

 accionistas que votaron en contra de la decisión, ausentes o que se hubiesen


abstenido;
 directores;
 integrantes del consejo de vigilancia o sindicatura, pues tienen a su cargo el
contralor de la sociedad;
 autoridad de control.

La acción se promueve contra la sociedad ante el juez del domicilio en el plazo de 3


meses de clausurada la asamblea. Cabe aclarar que el juicio prosigue (excepto que se
haya solicitado medida cautelar) cuando se encuentre vencido el plazo del artículo
251.
Esta solución se justifica en una cuestión de práctica procesal necesaria a fin de
acumular las acciones que pudieran ser objeto de impugnación de una misma
resolución asamblearia. 

Las causales de impugnación pueden ser muy variadas y tienen que ver con un vicio en
la resolución.

En cuanto a la responsabilidad de los accionistas, el 1° párrafo del artículo


25415 dispone que quienes hayan votado a favor de la resolución que se declare nula,
responden ilimitada y solidariamente por las consecuencias de estos. Ello además de la
responsabilidad que pudiere corresponder a directores y síndicos .

La suspensión provisoria de la ejecución de la decisión asamblearia.

La suspensión provisoria de la ejecución de una resolución asamblearia impugnada


contenida en el artículo 252 es una medida cautelar específica tendiente a impedir la
ejecución de una resolución que ha sido cuestionada, con el fin de evitar un perjuicio a
la sociedad, derivado de su aplicación.

El derecho de receso.

El derecho de receso es uno de los más claros ejemplos de carácter contractual de la


Sociedad y un remedio contra el poder ilimitado de las asambleas, a las que no se les
impide alterar las bases del contrato, en la medida en que, a su vez, se le permita al
socio disconforme el derecho de retirarse, previo reembolso del valor de su
participación. 

Definición. Legitimación.

El derecho de receso puede definirse como la facultad de todo socio de separarse de la


sociedad, previo reembolso del valor de su participación social, cuando el órgano de
gobierno resuelve reformar el estatuto alterando las bases que se tuvieron en cuenta
al constituir o incorporarse a la misma, o bien cuando se modifica sustancialmente el
ejercicio de sus derechos. (Nissen, 1998, p. 18)

Se encuentran legitimados para ejercer el derecho de receso los accionistas presentes


en la asamblea correspondiente que votaron en contra de la decisión −debiendo
ejercerlo en el plazo de cinco días− y los accionistas ausentes que acrediten
debidamente el carácter en el plazo de 15 días (Gulminelli, 2017).

Procedimiento de ejercicio.

El derecho de receso requiere de la declaración del socio unilateral y expresa su


voluntad de receder.

El requisito primordial lo constituye la temporalidad de su ejercicio (5 días para los


presentes que votaron en contra y 15 días para los ausentes).
A su vez, podemos efectuar las siguientes consideraciones incorporadas por la
jurisprudencia en relación con la existencia de algunas lagunas en la ley:

1) El derecho de receso es indivisible, debiendo ejercerse por la totalidad de las


acciones que posee el recedente.
2) No se requieren fórmulas sacramentales para el ejercicio del derecho, sino sólo
notificación fehaciente.
3) En el plazo mencionado, la declaración debe llegar a conocimiento de la
Sociedad.
4) La manifestación de la voluntad debe dirigirse a la sociedad, representada por
su representante legal.

Plazo. Caducidad. Efecto.

Los plazos establecidos por la ley para los socios recedentes son los siguientes:

 En el caso de los accionistas, que hayan estado presentes y hayan votado en


contra de la decisión, dentro del quinto día.
 Para quienes hayan estado ausentes y acrediten su condición de socios al
momento de la asamblea, hasta 15 días de su clausura.

Además, “el derecho de receso y las acciones emergentes caducan si la resolución que
los origina es revocada por asamblea celebrada dentro de los sesenta (60) días de
expirado el plazo para su ejercicio por los ausentes

Para el accionista, el efecto del ejercicio del derecho de receso es que, una vez
notificada la sociedad, queda separado de ella y desligado del vínculo de derechos y
obligaciones que lo unían. En efecto, pasa a ser un tercero con un derecho crediticio al
reembolso del valor de su participación. Cesa también su legitimación para ejercer
cualquier derecho inherente a la calidad de socio.

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