Sa Asambleas

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Clase 01/06/2021

Sociedad Anónima
Las Asambleas

Desde una teoría organicista de la ley general de sociedades, Las sociedades comerciales
fueron dotadas de órganos que tienen ciertas competencias en cada caso.

La SA cuenta con una estructura funcional y diferenciada, hay una órgano para cada función,

 EL ORGANO DE GOBIERNO (ASAMBLEA)


 EL ORGANO DE ADMINISTRACIÓN (DIRECTORIO)
 EL ORGANO DE REPRESENTACIÓN (EL PRESIDENTE DEL DIRECTORIO)
 EL ULTIMO ORGANO EL DE FISCALIZACIÓN (A CARGO DE LA SINDICATURA O
CONSEJO DE VIGILANCIA).

CONCEPTO

Es la reunión de accionistas organizada para su funcionamiento en forma de colegio, de acuerdo


con lo establecido en la ley y los estatutos a fin de tratar y resolver, en interés social, sobre los
asuntos de su competencia fijada por la ley y el orden del día, con efecto de obligatoriedad para
la sociedad y los accionistas (Zaldívar).
La asamblea es un órgano colegiado que constituye el medio técnico por medio del cual expresa
su voluntad el ente, que se conforma con la voluntad mayoritaria de los so cios y se concreta en
una decisión asamblearia, que representa la voluntad social y no la de los accionistas -quienes
participan con su voto-.
Es decir, la asamblea no representa -en sentido jurídico- sino que expresa la voluntad de la
sociedad y las resoluciones que adopta, basadas en el principio parlamentario de la mayoría,
son obligatorias para la sociedad -accionistas y directorio-, sobre las materias de su
competencia específica incluidas en el orden del día (Roitman), con las situaciones
excepcionales contempladas por el art. 245, LGS -párr. 3° , art. 233— Es un mandatario que
debe obrar en los límites fijados por la ley (Zaldívar).
Las resoluciones asamblearias contienen dos requisitos comunes:
a) Deben tutelar el interés social, es decir, enmarcarse dentro de lo que conviene al ente y
no necesariamente a los accionistas individualmente considerados (art. 248, LGS). La
voluntad social es distinta de la voluntad individual de los socios, pero estos puestos en
contacto en razón de un fin común y sometiéndose al régimen de la mayoría, conforman
la voluntad colectiva.

b) Es soberana dentro del marco legal establecido por la ley y el estatuto social.
La integran, principalmente, los accionistas o los representantes que es tos designen (art. 239,
LGS). También pueden participar con voz, pero sin voto quienes integran la sociedad mediante
otros títulos (v.gr., los titulares de bonos de goce, de participación y de participación para el
personal -arts. 229 y 230, LGS-, los representantes de los debenturistas -art. 345, párr. 2o, LGS-
y de los obligacionistas -art. 13, ley 23.576-), ya que poseen un in cuestionable interés en asistir
para poder informarse pues tienen participación en las ganancias de la sociedad. Por último,
tienen derecho y obligación de asistir con voz a todas las asambleas los directores, los síndicos y
los gerentes generales, quienes solo tendrán voto en la medida en que les corresponda como
accionistas (art. 240, LGS).
CARACTERISTICAS DE LA ASAMBLEA
a) Es el órgano de gobierno de la sociedad. No es asamblea cualquier reunión de los
socios sino la celebrada y convocada de acuerdo con la ley y el estatuto y cuyas
decisiones son obligatorias para todos los integrantes.

b) Es un órgano no permanente pues no funciona ininterrumpidamente durante toda la


existencia de la sociedad, sino cuando la convoca el órgano de administración, que
deberá hacerlo por lo menos una vez por año, dentro de los cuatro meses del cierre del
ejercicio (para analizar los balances y estados contables, políticas de ganancia, gestión
de los directores y síndicos y su remuneración).

c) Tiene facultades indelegables pues su competencia es exclusiva y sus decisiones no


pueden ser tomadas por otros órganos de la sociedad. A su vez, no puede invadir
esferas reservadas a otros órganos sociales.

d) La validez de sus decisiones implica el respeto de la legalidad en todas y cada una de


las etapas formativas de la voluntad social, a fin de lograr la participación de todos y
evitar el abuso por parte del grupo de control.

e) Sus decisiones, siempre que respeten el estatuto y el ordenamiento legal, son


obligatorias para todos
CLASES DE ASAMBLEA
La ley atribuye a cada clase de asamblea una competencia determinada y, por ello, requiere
distinto quorum y mayorías para, de este modo, asegurar que en los asuntos más relevantes
participen una mayor cantidad de socios y, por el contrario, disminuir las exigencias para tratar
aquellas cuestiones relativas a la gestión de la sociedad. Las asambleas, entonces, no se
clasifican según la época en que se reúnen sino por los temas a tratar -que delimitarán su
competencia-
1) Asambleas ordinarias. Se convoca a todos los accionistas, sin distinción de clase, para
tratar los temas de interés común inherentes a la marcha de la sociedad, pero que no
inciden en su existencia ni en su estructura interna (Vanasco). Se reunirán de acuerdo
con el quorum y mayorías que están determinados en el art. 243 de la LGS

2) Asambleas extraordinarias. Tienen atribuciones de gobierno pro piamente dichas. Se


convoca a todos los accionistas, sin distinción de clase, para considerar asuntos
relativos a la modificación de su régimen jurídico interno -v.gr., reforma del estatuto
social- y para adoptar decisiones relevan tes para los accionistas y para la misma
sociedad, que exceden las cuestiones relativas a la marcha de la sociedad. Se reúnen de
acuerdo con el quorum y deciden según las mayorías establecidas en el art. 244 de la
LGS (Vanasco).
Respecto de supuestos especiales, la asamblea extraordinaria, para resolver los temas
así calificados por la ley de sociedades en el párr. 4o del art. 244, debe contar con la
aprobación de “la mayoría de las acciones con derecho a voto, sin aplicarse la
pluralidad de voto”, y sin tener en cuenta si se trata de primera o segunda convocatoria.
Estos temas tienen gran trascendencia para la sociedad, por eso la ley exige un quorum
agravado y más calificado que el previsto para la asamblea extraordinaria común, ya
que deben computarse todas las acciones -aun las que tengan preferencia patrimonial-,
las cuales tienen derecho a un voto (arts. 216 y 217, LGS), menos las que se encuentren
en poder de la sociedad o en mora en cuanto a su integración (arts. 192 y 221, párr. 2o,
LGS).
La resolución social debe ser aprobada por aquella mayoría, modifican do también,
sustancialmente, lo previsto en el párr. 3o del art. 244 antes citado.

3) Asambleas especiales. Son las reuniones en las que participan los integrantes de
determinada clase de acciones (según las clases o categorías creadas por el estatuto -
arts. 207, párr. 1°, y 262, LGS-) y cuando mediante una decisión de la asamblea general
pudieran verse afectados los derechos de clase (art. 250, LGS). Debe destacarse que
estas asambleas especiales no resguardan derechos diferenciales de acciones, sino de
accionistas (Richard - Muiño).

4) Asambleas unánimes. Son aquellas en las que la convocatoria se halla presunta, es


decir, pueden celebrarse sin publicación de la convocatoria y exige que se reúna la
totalidad del capital social, resolviendo por unanimidad todos los puntos del orden del
día (art. 237, LGS).
Desde este punto debe señalarse que el art. 158 del Cód. Civil y Comercial prevé la auto
convocatoria, es decir, permite que los miembros que deban participar en una asamblea,
o los integrantes del consejo, pueden autoconvocarse para deliberar, sin necesidad de
citación previa. Las decisiones que tomen son válidas, si concurren todos y el temario a
tratar es aprobado por unanimidad.
COMPETENCIA
La competencia de las asambleas ordinarias está delimitada en el art. 234 de la LGS que es una
norma de orden público y, en consecuencia, es inderogable para los socios. La enumeración que
los asuntos allí establecidos, los que se refieren sustancialmente a la gestión y fiscalización de la
sociedad.
Según la norma citada, en la asamblea ordinaria se considerarán:
a) Los balances, estados de resultados, distribución de ganancias, memoria e informe del
síndico y toda otra medida relativa a la gestión de la sociedad que le compete resolver
conforme a la ley y el estatuto o que sometan a su decisión el directorio, el consejo de
vigilancia o los síndicos, tales como actos de aprobación de gestión específica (art. 271,
LGS), o actos de gestión genérica (arts. 274 y 275) o que le competa resolver conforme
a la ley o el estatuto.

b) Designación, remoción, remuneración y declaración de responsabilidad de los


directores, síndicos y miembros del consejo de vigilancia

c) El aumento del capital dentro del quíntuplo de su valor, en caso de que estuviera
autorizado en el estatuto.
Las asambleas extraordinarias tienen competencia residual y el art. 235 de la LGS
realiza una enumeración ejemplificativa de los asuntos sobre los que trata. Se reúnen de
acuerdo con el quorum y mayorías establecidos en los tres primeros párrafos del art.
244 de la LGS y se requieren quorum y mayorías agravadas para aprobar los supuestos
especiales incluidos en el inc. 4o de esa norma
Entre ellos se destacan la modificación del estatuto o reglamento de la sociedad, la decisión de
ciertos actos de trascendencia económica (aumento y reducción del capital social) o financiera
para la sociedad (emisión de debentures, emisión de bonos, rescate, reembolso y amortización
de acciones) o algunas cuestiones encaminadas a la extinción de la sociedad (disolución,
nombramiento, remoción y retribución de los liquidadores). Los supuestos especiales
refieren, sustancialmente, a la adopción de las decisiones que implican “la transformación,
prórroga o reconducción, excepto en las sociedades que hacen oferta pública o cotización de
sus acciones; de la disolución anticipada de la sociedad; de la transferencia del domicilio al
extranjero; del cambio fundamental del objeto y de la reintegración total o parcial del capital
[...] Esta disposición se aplicará para decidir la fusión y la escisión, salvo respecto de la
sociedad incorporante que se regirá por las normas sobre aumento de capital’’ (art. 244, párr.
4o, LGS).
CONVOCATORIA
Por tratarse de un órgano no permanente, se convoca y reúne en las circunstancias y
oportunidades previstas en el estatuto social y en la ley. Es decir, para poder reunirse debe ser
convocada por las autoridades societarias que tengan facultades legales o estatutarias para
hacerlo. La ley dispone imperativamente la forma en que deben anunciarse las convocatorias a
asambleas y ello debe ser respetado, so pena de nulidad de la asamblea
a) Primera y segunda convocatoria.
Las asambleas de accionistas pueden ser citadas en una primera o en una segunda convocatoria,
para lo cual existen distintos requisitos de convocatoria y varían las condiciones para adoptar las
decisiones. Si fracasare la asamblea en la primera convocatoria por no concurrir los accionistas
requeridos para lograr el quorum mínimo exigido por el art. 243 de la LGS, la ley permite que el
órgano que convoca cite nuevamente a los accionistas para que se reúnan a considerar el mismo
orden del día, pero en una segunda convocatoria. Entonces, los requisitos para que pueda
realizarse la segunda convocatoria de la asamblea son: que la primera convocatoria hubiera
fracasado por falta de quorum y que sea convocada para considerar los mismos temas.
La ley exige que la asamblea en segunda convocatoria se reúna dentro de los treinta días
corridos de haber fracasado la anterior y los edictos de convocatoria deben publicarse por tres
días -en lugar de cinco días como es en la primera convocatoria-.
Con respecto a la convocatoria simultánea, el art. 237 de la LGS autoriza a que las sociedades
incorporen en su estatuto una cláusula permitiendo que ambas convocatorias sean simultáneas y
también que la asamblea en segunda convocatoria se celebre el mismo día en que fue convocada
la primera, mediando entre ambas convocatorias, por lo menos, una hora de diferencia
b) Requisitos de la convocatoria a asamblea. Son los siguientes

1. Que la efectúe un órgano autorizado (artículo 236, LGS). Veremos aquí cuáles
son estos órganos.
a) El directorio es el órgano natural llamado a convocar a asambleas y puede hacerlo por
decisión propia cuando lo estime necesario para la gestión de la sociedad. Sin embargo, está
obligado a convocarla dentro de los cuatro meses del cierre del ejercicio, para tratar los
temas enunciados en los dos primeros incisos del art. 234 -considerar y resolver balance
general, estado de resultados, distribución de ganancias, memoria e informe de la sindicatura
y toda otra medida tendiente a la gestión de la sociedad que por la ley o el estatuto deba
resolver o se lo someta el directorio, la sindicatura o el consejo de vigilancia-.

b) Los accionistas que individualmente o en conjunto representen por los menos el 5 % del
capital social, siempre que los estatutos no fijen una representación menor (el directorio
puede agregar temas a tratar), pueden requerirle al directorio, sindicatura o consejo de
vigilancia que convoque a asamblea ordinaria o extraordinaria. El órgano al que le fue
requerido tiene un plazo máximo de cuarenta días para convocar a la asamblea y el llamado
debe respetar los temas propuestos por los peticionantes -teniendo la posibilidad de agregar
nuevos asuntos para ser considerados de la asamblea-. Ante la omisión del órgano de
convocar a la asamblea en el plazo indicado, los accionistas están habilitados a solicitar la
convocatoria al órgano jurisdiccional o a la autoridad administrativa de control.

c) El síndico y el consejo de vigilancia pueden convocar a asamblea


extraordinaria cuando lo juzguen necesario (p.ej., para remoción del
director y ante la renuncia de este, si no hay suplente) y a asamblea
ordinaria cuando el directorio omitiere hacerlo (art. 294, LGS). En el caso
del consejo de vigilancia, también puede convocar cuando existiera
disidencia entre consejeros.

d) La autoridad administrativa de control y el juez están facultados a convocar


a asamblea en el supuesto en que le hubiera sido requerido por los
accionistas que representen por lo menos el 5 % del capital social y ante el
incumplimiento de la sindicatura o el consejo de vigilancia o el directorio,
vencido el plazo de cuarenta días desde que se formulara el pedido. Ello,
previa constatación de que se encuentre acreditada la calidad de accionista
y la omisión de los órganos de la sociedad de dar curso a su solicitud.
La finalidad del pedido de convocatoria judicial a asamblea es suplir la
inactividad -culposa o no- de los administradores (arg. art. 236, LGS).
Bastará, entonces, la acreditación por el accionista de su condición de tal,
que su tenencia es representativa del 5 % del capital social (o el porcentaje
que fijare el estatuto), que ha formulado en tiempo y forma el requerimiento
de convocatoria al directorio y-o al síndico, y que ha transcurrido el plazo
de cuarenta días fijado por el ordenamiento en la materia (si es que no se
verifican circunstancias especiales que autorizaren a prescindir de tal
extremo). Con la comprobación de tales recaudos, el juez debe automática
mente disponer la realización del acto (cfr. Matta y Trejo; Sasot Betes -
Sasot; CNCom, Sala F, 3/3/11, “Bertoncello, Egidio c/Boscherino, Antonio,
y otro s/ medida precautoria”).

La Inspección General de Justicia cuenta con una norma que le permite


convocar a una asamblea de accionistas de oficio, cuando constatare graves
irregularidades y estimare conducente la medida en resguardo del interés
público. Tal disposición presenta alguna controversia en punto a su
aplicación, en tanto no respondería a una previsión legal explícita de la
LGS.

e) La propia asamblea también puede convocar.

f) El interventor puede hacerlo, si está dentro de sus facultades, lo cual es


inequívoco si ha desplazado al director.

2. Que se cumpla la publicidad dispuesta por el artículo 237 de la LGS


Para las sociedades que no están incluidas en el art. 299 de la LGS, la
convocatoria a asamblea deberá anunciarse mediante edictos que deben
publicarse en el diario de publicaciones legales correspondientes a la
jurisdicción del domicilio de la sociedad durante cinco días consecutivos en que
dicho periódico aparezca, con diez días corridos de anticipación, por lo menos,
al día en que la asamblea debe celebrarse y no más de treinta días. El plazo
mínimo se fija para que los socios tengan la oportunidad de prepararse para el
acto y prever su comparecencia.
En las sociedades incluidas en el art. 299 las publicaciones de la convocatoria
deberán realizarse, además, durante los mismos días y con idénticas

anticipaciones, en alguno de los diarios de mayor circulación general de la


República.
Para el cómputo de los días no se cuenta el día de la última publicación de
edictos ni el día de la celebración de la asamblea. Se cuentan días hábiles y,
según la resolución de la Inspección General de Justicia, el sábado es día hábil
(la res. 7/15 excluye los domingos y los feriados. Se cuentan los plazos desde
las 00 hasta las 24 horas).

La ley no permite que la notificación por edictos sea reemplazada por algún
otro medio de comunicación. Tales anuncios deberán contener el carácter de la
asamblea, el lugar de reunión y la hora a la que comenzará, así como los puntos
del orden del día.

La omisión de las formalidades para convocar la asamblea puede dar lugar a la


nulidad del acto asambleario si ello ha provocado un agravio razonable a los
accionistas -p.ej., si el error le impidió ejercer algún derecho (Vanasco).

3. Que se indique el lugar de celebración.


La asamblea debe realizarse en la sede o lugar que corresponde a la jurisdicción
del domicilio social. Si la sede social no es apta, puede realizarse en otro lugar,
pero dentro del ámbito territorial de su jurisdicción con justificación en el acta
que habrá de labrarse.

 Fecha y hora de la reunión. Se trata de un requisito obvio para


permitir la asistencia de los socios al acto asambleario.

 Transcripción del orden del día. Es necesario que los accionistas


cuenten con información para poder emitir su voto con conocimiento
pleno (art. 55, LGS), es decir, que conozcan los temas que se someterán
a deliberación y que puedan anoticiarse de las causas o circunstancias
para así decidir sobre el punto que se trate.
Ello les permitirá prepararse para el tratamiento de los temas (realizar consultas previas) y no
verse obligados a decidir sobre cuestiones que desconocen si se pretendiera incluir temas que no
estaban previstos y, por otro lado, les impide actuar de mala fe con los socios ausentes (que
quizás por el des interés en los temas que se tratarían hubieran decidido no asistir) (Roitman)
La reticencia a suministrarle la información al socio es justa causa de impugnación de la
decisión asamblearia adoptada, pues no contar con la documentación necesaria para debatir y
votar los puntos del orden del día (v.gr., contar los estados contables para deliberar y decidir
sobre el aumento del capital, cambio del valor nominal, canje y emisión de acciones y
modificaciones del estatuto) les impide a los accionistas formar su voluntad válida mente. Tal
cuestión es requisito de validez de toda deliberación, ya que “el accionista informado acerca de
los negocios sociales puede deliberar, discutir y formar su opinión para decidir el sentido de su
voto’’ (CNCom, Sala B, 13/8/97, “Noel, Carlos M., y otros c/Noel y Compañía SA s/ordinario”,
ED, 168-471).
El derecho de información de los accionistas no se limita solo a obtener las copias de la
documentación indispensable para considerar algún punto del orden del día, sino que, en caso
de que fuere insuficiente su contenido, pue de solicitar aclaraciones al órgano que hubiera
confeccionado los informes. La jurisprudencia ha considerado que se afecta este derecho cuando
se les exhiben a los accionistas los libros societarios con poco tiempo de anticipación a la
reunión y no se les permite revisarlos acabadamente, o cuando se íes entrega un balance sin
concluir y se les manifiesta que el libro de inventario y balances se les exhibiría el día de la
asamblea (CNCom, Sala B, 5/2/04, “Errecart, Susana L. c/La Gran Largada SA y otros
s/ordinario”, LL, 2004- C-440).
El orden del día delimita la competencia material de la asamblea. Es el temario de lo que
se tratará en la reunión, lo redacta el órgano que dispone la convocación a asamblea y
debe publicarse.
Generalmente es el directorio el que convoca a la asamblea y fija el temario a tratar,
determinando los puntos del orden del día, que pueden ser completados con los que incorporase
la sindicatura (art. 294, inc. 8o, LGS). Lo mismo ocurre en el caso inverso, contando el
directorio con la facultad de incluir temas en el orden del día de la asamblea convocada por la
sindicatura.
Los accionistas que representen al menos el 5 % del capital social y antes de que comience la
publicidad de la convocatoria, pueden incluir nuevos temas. Y cuando la convocatoria se hace a
pedido de los accionistas que superen ese porcentaje, estos deben indicar el temario a tratar. En
ese caso la convocatoria la realiza el directorio, que puede incluir nuevos puntos en el orden del
día (Roitman).
Cuando se trata de convocatoria judicial, el tribunal no podrá inmiscuirse en la gestión de la
sociedad y debe fijarse el temario según lo requerido por los actores. La autoridad de control no
cuenta con total libertad para fijar el temario, sino que debe limitarse a los temas cuya solución
resulta.
El temario debe estar suficientemente determinado dado que es el objeto para el cual el órgano
es llamado a deliberar. Por consiguiente, es necesario que el orden del día esté redactado de
modo tal que se detalle la materia a tratar con el pormenor suficiente como para que los socios,
con relación a ella, puedan con conocimiento de causa y libertad no disminuida por la
ignorancia o la improvisación utilizar en forma adecuada sus derechos de información y de
determinación, procediendo, de lo contrario, si se impugnase, la anulación de los acuerdos que
se adopten (CNCom, Sala D, 1/6/12, “Batista, Hugo R., y otro c/Batista e hijos SRL
s/ordinario’’, elDial, AA78D3).
Se ha decretado judicialmente la nulidad de la asamblea que en su convocatoria no incluyó en el
orden del día algunos puntos que luego fueron puestos a consideración del órgano (p.ej.,
aprobación de balance y pedido de disolución de la sociedad).
Sin embargo, la regla que sanciona con la nulidad a todas las decisiones sobre cuestiones no
incluidas en el temario tiene sus excepciones:
7) La decisión en la que esté presente la totalidad del capital -incluso las acciones sin derecho a
voto- y se adopte por unanimidad de votos.
2) La elección de los encargados de suscribir el acta (arts. 249 y 73, LGS).
3) La decisión de iniciar una acción social de responsabilidad contra los directores, si esta es
consecuencia directa de un punto del orden del día, pues se trata de cuestiones conexas o
consecuentes (art. 276, LGS). Ello en tanto la limitación de la competencia no excluye las
decisiones que se encuentren relacionadas con el asunto indicado en el orden del día (Halperin).
Se incluyen en este supuesto, entonces, aquellas cuestiones conexas o consecuentes con el punto
que está incluido en el temario de la asamblea, por ejemplo:
a) la medida implica los medios para realizarla (v.gr., la consideración de la obtención de
nuevos recursos autoriza a disponer la emisión de debentures);
b) permite tomar las resoluciones que sean incidentales o con secuencia de la principal
considerada (v.gr., la deliberación sobre la gestión posibilita disponer la remoción de los
directores y del síndico, y su reemplazo, o con la consideración del balance puede examinarse la
gestión comercial), y
c) designación de comisiones asesoras e investigadoras.
4) El llamado a cuarto intermedio es posible por única vez y debe celebrarse dentro de los
treinta días siguientes (participando quienes cumplieron con lo dispuesto por el art.238 de la
LGS). Este llamado no hace nacer una nueva asamblea ni permite pasar a la segunda
convocatoria, sino que se trata de la misma y para que pueda reanudarse es necesario que el
quorum se haya mantenido
CELEBRACIÓN DE LA ASAMBLEA. PARTICIPANTES
Para participar de la asamblea debe acreditarse la calidad de accionista. Esto se realiza mediante
el depósito de las acciones (certificado de depósito o constancia de cuenta de las acciones
escritúrales) y se le entrega un recibo a cambio.
Deben comunicar fehacientemente su asistencia con una anticipación mayor a tres días hábiles
anteriores a la realización de la asamblea, para evitar situaciones conflictivas como el ejercicio
del voto acumulativo.
Cualquier acto de disposición patrimonial de las acciones será válido entre las partes, pero
tendrá efectos solo después de la asamblea y no altera la legitimación del anterior.
En caso de que participara en la asamblea un falso titular, deberá responder por los daños y
perjuicios a la sociedad, los socios y terceros. El accionista puede asistir personalmente o por
mandatario (no pueden ser mandatarios los directores, gerentes o empleados de la sociedad). El
mandato se otorga mediante un instrumento privado con firmas certificadas o en un instrumento
público.
a) Libro de depósito de acciones y registro de asistencia.
Este libro es obligatorio y debe ser firmado al cierre del registro de asistencia o identificar a los
accionistas que participaron en la asamblea. Resulta conveniente dejar en el acta constancia de
los accionistas que participaron, las acciones de las que son titulares y el número de votos que le
correspondía a cada uno.
b) El acto asambleario.
Con posterioridad a la conclusión de la acreditación de los accionistas o sus representantes
asistentes a la asamblea y habiendo verificado la existencia de quorum suficiente, la asamblea
debe constituirse (Vanasco).
Preside la asamblea el presidente del directorio o su reemplazante, salvo que el estatuto designe
a otro o que la asamblea hubiera sido convocada por la IGJ o el juez, caso en que será quienes
estos designen, o quien elija la asamblea.
Las funciones del presidente de la asamblea sustancialmente se relacionan con declarar la
asamblea legalmente constituida, ordenar el debate, informar sobre el número de asistentes,
votos y capital presente, poner a con sideración los puntos del orden del día, conceder la palabra
a los asistentes, poner a votación las distintas mociones que se susciten, proclamar los
resultados que cada a uno obtiene y leer la resolución adoptada. Interviene en la redacción del
acta y tiene voto si es accionista.
La deliberación de los puntos del orden del día es un derecho de todos los accionistas, aun los
que tengan interés contrario con el tema sometido a su consideración y deben ser tratados en el
orden o en la secuencia con la que fueron aprobados por el órgano convocante.
Después de la deliberación y de las propuestas se vota
Medios de comunicación simultánea.
Si todos los que deben participar en el acto lo consienten, pueden participar en una asamblea o
reunión del órgano de gobierno, utilizando medios que les permitan a los participan tes
comunicarse simultáneamente entre ellos. El acta debe ser suscripta por el presidente y otro
administrador, indicándose la modalidad adoptada, y se deberán guardar las constancias, de
acuerdo con el medio utilizado para comunicarse (art. 158, Cód. Civil y Comercial).
Quorum” y mayorías. El voto
La asamblea es un órgano colegiado que debe reunirse y sesionar conforme al quorum previsto
por la ley o el estatuto, y cuyas resoluciones deben ser aprobadas por las mayorías allí
dispuestas. Ambos requisitos constituyen herramientas técnicas para el funcionamiento de los
órganos colegiados que, como las asambleas, deben adoptar decisiones vinculantes para
quienes las integran -que pueden alcanzar con sus efectos a terceros que no sean socios-
(Vanasco).
Es el número de acciones mínimas necesarias que deben participar para que la asamblea pueda
constituirse, deliberar y resolver (Roitman; art. 243 y 244, LGS). El quorum debe mantenerse
durante toda la reunión; si se quiebra, la asamblea se juzga fracasada respecto de los temas del
orden del día no votados y a su respecto se realiza la segunda convocatoria, que varía según el
tipo de asamblea que se trate.
a) En las asambleas generales ordinarias el quorum que requieren los dos primeros párrafos del
art. 243 de la LGS será, en la primera convocatoria, la presencia de accionistas que representen,
por lo menos, la mayoría de las acciones con derecho a voto sobre el total de acciones que la
sociedad haya emitido -el cual no puede ser aumentado ni disminuido-. Para la segunda
convocatoria, el párr. 2o del artículo referido dispone que la reunión podrá celebrarse sin
exigirse ningún quorum mínimo -con la presencia de accionistas que representen cualquier
cantidad de acciones-
b) En las asambleas generales extraordinarias el quorum está previsto en el art. 244 de la LGS,
que para la primera convocatoria exige un quorum reforzado, pues requiere que estén presentes
accionistas que representen, por lo menos, el 60 % de las acciones con derecho a voto sobre el
total de acciones de esa categoría emitidas por la sociedad -no pudiendo por medio del estatuto
reducirse, aunque sí ampliarse-. En la segunda convocatoria, el párr. 2° del mencionado artículo
exige un quorum del 30 % de las acciones con derecho a voto, salvo que el estatuto fije uno
mayor o menor.
En caso de que se votaran sobre alguno de los supuestos especiales con templados en el párr. 4o
del art. 244 de la LGS, para que las resoluciones se consideren aprobadas deben obtener el voto
favorable de la mayoría de las acciones con derecho a voto, sin aplicarse la pluralidad de votos -
más de la mitad del capital social, incluyendo en el cómputo a las acciones preferidas, si las
hubiere-
En algunos casos, y por las materias que se tratan, existen disposiciones específicas que por vía
indirecta imponen un quorum mínimo (supuestos especiales de los arts. 244, párr. 4o, y 70,
LGS; Vanasco).
La asamblea actúa en forma colegiada, por cuanto las decisiones se adoptan de conformidad
con el principio mayoritario, ya que se considera que la voluntad de la mayoría es la más apta
para proteger el interés social. En nuestro sistema esta mayoría es la mayoría absoluta de los
votos presen tes, que puedan participar en la votación de la cuestión concreta (art. 243, LGS;
Roitman). Según establecen los arts. 243, párr. 3o, y 244, párr. 3o, de la LGS, tanto en la
primera como en la segunda convocatoria las decisiones se adoptarán por mayoría absoluta de
votos presentes que puedan emitirse en la respectiva decisión -la mitad más uno de los
accionistas-, salvo que el estatuto exija un mayor número.
En el caso de las asambleas extraordinarias, debe distinguir la mayoría que se exigirá según los
temas que se vayan a tratar. El art. 244 de la LGS establece que, si se votaran asuntos comunes
de competencia de la asamblea extraordinaria, las resoluciones se aprobarán tanto en primera
como en segunda convocatoria con la mayoría absoluta de votos presentes o, en su caso, con la
mayoría reforzada que establezca el estatuto (art. 244, párr. 3o, LGS).
El voto es inherente a la calidad de accionista, es individual e inderogable. Es, también, un
derecho de naturaleza patrimonial y, por ende, disponible. El presidente tomará nota de la forma
en que votó cada uno de los accionistas, dejando constancia de su nombre y cantidad de votos
que representan las acciones que posean (Vanasco).
a) Es público, para identificar al accionista y verificar que no esté in habilitado ni sea contrario
al interés social (cfr. arts. 241 y 248, LGS).
b) Es inderogable, por cláusula estatutaria o pactos privados y no puede ser reglamentado de
manera que se dificulte su ejercicio.
c) Es incondicional, no puede subordinarse a ninguna condición.
d) Es indivisible, no puede votar con parte de sus acciones en un sentido y con parte en otro.
El “interés contrario” es todo interés distinto, en conflicto con el interés social, toda ventaja o
utilidad que pueda obtener el accionista en perjuicio de la sociedad. A fin de preservar el interés
social, el accionista debe abstenerse de votar cuando tenga un interés contrario al social y tiene
la obligación de informarlo (arts. 241, 248 y 272, LGS).
Dicha abstención alcanza tanto al accionista como a su representante, es decir que, para evaluar
la incompatibilidad de intereses, debe tenerse en consideración también el interés propio del
representante y su conflicto con el interés social.
El que se abstenga de votar se computa en la base del cálculo de la mayoría necesaria para
formar la voluntad social. Es un no voto, pero no dificulta la obtención de la mayoría.
Si pese a no estar habilitado, el accionista votara, puede ser condenado a pagar los daños y
perjuicios que hubiera ocasionado cuando con su voto
se hubiera logrado la mayoría necesaria para adoptar una decisión válida (ventaja que pueda
obtener el accionista en perjuicio de la sociedad). Por el contrario, la norma nada dice en orden
a la validez de la decisión que se hubiera alcanzado con su voto, encontrándose dividida la
doctrina en cuanto a si se trataría de un supuesto que daría sustento a una impugnación de
nulidad en los términos del art. 251 de la LGS, por no haberse respetado la mayoría de los votos
presentes que podían emitirse en esa decisión o, por el contrario, debe interpretarse en el sentido
de no sancionar con la nulidad la decisión por conflicto de interés.
Con respecto a la abstención voluntaria, puede ocurrir que el accionista decidiera libremente
abstenerse de votar y en ese caso no se computará su voto, pero a diferencia de la abstención
impuesta por la ley, no serán deducidos del quorum existente de la asamblea.
RESOLUCIONES ASAMBLEARIAS
Las resoluciones asamblearias son las decisiones que expresan la voluntad de la asamblea
tomada con el quorum, la mayoría y demás recaudos exigidos por la ley y el estatuto social.
Existen tres clases de actos asamblearios:
á) Actos puramente internos, cuyos efectos se circunscriben al ámbito interno de la sociedad.
b) Actos cuyos efectos se reflejan inmediatamente hacia fuera de la sociedad.
c) Actos con eficacia interna que ayudan a perfeccionar otros externos que serán actuados por
los representantes frente a terceras personas.
Estas decisiones, impugnadas o no, pueden ser dejadas sin efecto por otra asamblea posterior, si
no afecta derechos adquiridos. Por ejemplo, la decisión asamblearia que decide la distribución
de dividendos es irrevocable porque a partir de ella nace un derecho del accionista a un crédito
con la sociedad, salvo que aprobare la revocación.
Las resoluciones adoptadas por la asamblea, de acuerdo con la ley, el estatuto y el reglamento,
son obligatorias para los accionistas y de cumplimiento obligatorio de los directores, con
excepción del derecho de receso de los accionistas disconformes con asuntos de importancia
trascendente de re tirarse de la sociedad, mediante su declaración unilateral recepticia e
inequívoca de voluntad, con reembolso del valor de sus acciones (Vanasco).
Las decisiones se registran en el acta que debe labrarse dentro de los cinco días de clausurada la
asamblea (art. 73, LGS). En ella se escribe la decisión que se adoptó y el resumen de la
deliberación. En caso de que hubieran participado en la reunión no de modo presencial sino a
través de me dios que les permitieran la comunicación simultánea, debe indicarse en el acta la
modalidad adoptada y guardarse las constancias, de acuerdo con el me dio utilizado para
comunicarse (art. 158, Cód. Civil y Comercial).
Cualquiera de los accionistas puede pedir una copia. El acta que se hizo conforme a la ley y al
estatuto, firmada por el presidente y los accionistas designados, prueba en forma fehaciente la
decisión asamblearia. Se agrega en el libro de asambleas, rubricado
IMPUGNACIÓN DE LAS DECISIONES ASAMBLEARIAS
El art. 251 de la LGS establece que “toda resolución de la asamblea adoptada en violación de la
ley, el estatuto o el reglamento, puede ser impugnada de nulidad por los accionistas”.
Está legitimado a impugnar judicialmente la decisión social que viole la ley, el estatuto o el
reglamento societario, el accionista que votó en contra de aquella o el ausente, para que se la
declare nula.
Los que votaron favorablemente podrán impugnarla si su voto es anula- ble por vicio de la
voluntad (p.ej., aprobación de una decisión sustentada en información falsa, como sería un
balance que no refleje la realidad siempre que ello fuera desconocido por el accionista al votar)
y también podrán ha cerlo quienes se abstuvieron de votar en la asamblea.
También pueden impugnarlas los directores, síndicos, miembros del consejo de vigilancia o
la autoridad de contralor.
La acción debe ser dirigida contra la sociedad y se debe promover ante el juez con competencia
comercial que corresponda a la jurisdicción del domicilio social.
El plazo para interponer la impugnación judicial es de tres meses contados desde el día que se
clausuró la asamblea. Vencido ese plazo legal, caduca el derecho a impugnar la decisión social
viciada.
a) Causas de nulidad de las decisiones asamblearias. Al respecto puede acudirse a la
clasificación de Zaldívar.
1) Existencia de vicios formales o de procedimientos. Veamos algunos ejemplos.
a) En la convocatoria, que no se respeten los recaudos y términos del art. 237 de la LGS (v.gr.,
falta de publicación).

B) En los actos a realizarse entre la convocatoria y la reunión, la omisión del accionista de


depositar sus acciones dentro del término legal proscripto (CNCom, Sala C, 28/12/84, “Augur
SA s/quiebra c/Sumampa SA”, LL, 1985-E-12).
c) En la constitución del acto y en la reunión en sí, verbigracia, iniciación de la asamblea sin
quorum legal.
d) En la deliberación, por ejemplo, orden del día incompleto o impreciso, o intervención de
personas ajenas.
e) En la votación y en la proclamación del resultado, como, por ejemplo, cuando se anuncian
decisiones que no alcanzaron las mayorías legales o estatutarias, es decir, mayorías aparentes
que incluyen votos nulos o anulables, como sería el de accionistas que votan pese a existir un
conflicto de intereses
f) En la confección del acta, por ejemplo, falta de firma.
2) Existencia de vicios de fondo. Aquí se encuentran supuestos como los siguientes.
a) Por falta de capacidad de la sociedad.
b) Por falta de competencia de la asamblea.
c) Por vicios en los votos decisivos (cuando no se realiza la proclamación púbica del voto de
cada accionista).
d) Por ilicitud del contenido de la resolución, categoría en la cual cabe incluir las resoluciones
violatorias de los derechos de los accionistas, o las que infringen la ley, o las que aprueban un
balance sin las reservas correspondientes y-o con error, fraude, etc. (Halperin - Otaegui).
La nulidad que emane de la violación de una norma específica aparejará una nulidad absoluta o
relativa, según sea la índole de la causa que determine dicha nulidad (arts. 386 y ss., Cód. Civil
y Comercial).
Las nulidades absolutas se refieren a decisiones que transgredan normas de orden público. Está
en duda la doctrina respecto a la existencia de un “orden público societario” que conlleve una
nulidad absoluta o afecte derechos inderogables de los accionistas (Richard - Muiño). No
obstante, determinar qué tipo de nulidad es, adquiere relevancia con relación a los titulares de la
acción y al plazo que se aplicará para la deducción o inicio de la acción
Suspensión preventiva de la ejecución.
El juez puede, como medida cautelar y a pedido de parte, suspender los efectos de la resolución
asamblearia siempre y cuando exista un motivo grave y se acrediten en forma razonable y a
simple vista los siguientes requisitos:
1) Que no medie perjuicio a terceros.
2) Que el impugnante efectivamente cumpla con garantizar en forma suficiente los posibles
daños que pudiese causar la suspensión de la resolución social a la sociedad.
3) Que haya promovido la acción de nulidad o impugnatoria contra la decisión asamblearia.
Si la resolución asamblearia es declarada nula por el juez interviniente, los accionistas que
votaron favorablemente son responsables en forma personal, ilimitada y solidaria por los
perjuicios ocasionados a la sociedad, a los demás accionistas y a terceros (art. 254, LGS).
Además, una asamblea posterior puede revocar el acuerdo impugnado, subsistiendo la
responsabilidad por los efectos producidos o que sean su consecuencia directa
SINDICACIÓN DE ACCIONES
Los pactos de sindicación de acciones son convenios que realizan los accionistas entre sí
(algunos o todos) por fuera de la sociedad para regular los vínculos entre ellos o con terceros (en
relación con la sociedad o lo órganos sociales) reglamentando ciertas conductas (Verón).
Estos acuerdos para sociales, regularmente lícitos, si bien orientados a influir sobre la marcha de
la sociedad de acuerdo con las directrices marca das por el grupo sindicado, se verifican
paralelamente al ordenamiento societario y no integran el esquema de la génesis ni del
funcionamiento de la sociedad (Butty).
El objeto de estos contratos se traduce en la concertación de voluntades para intervenir en el
gobierno de la sociedad emisora de las acciones sindicadas, mediante la consolidación de una
mayoría estable, su formación o la defensa organizada de minorías (López Tilli). Se trata de
concentrar el poder de decisión (derecho a voto) en las asambleas para imponer (o resistir)
políticas de conducción, de financiación o de dividendos (Verón).
De tal conceptualización se desprende que estos pactos son generadores de vínculos
obligacionales y que de su licitud no se sigue necesariamente la oponibilidad a la sociedad (art.
959, Cód. Civil y Comercial). Esto se sigue del efecto vinculante que tienen los contratos, lo
que implica que son obliga torios para las partes, es decir, no pueden oponerse a terceros ni ser
invoca dos por estos, salvo en los casos en los que esté expresamente previsto.
En opinión de algunos autores y de fallos judiciales, estos acuerdos para sociales no integran el
esquema de la génesis ni del funcionamiento del sujeto societario, por lo que resulta, como tal,
inoponible a la sociedad de la que participan los celebrantes y no tienen eficacia vinculatoria
respecto de ella (Verón).
En el contrato de sindicación de acciones se genera un nexo asociativo solo entre los
accionistas, con total prescindencia de la sociedad, y el interés dominante es el de los socios
(Ojea Quintana - Aguirre Saravia).
Los pactos de sindicación de acciones pueden asumir las modalidades de “mando o de voto” y
“bloqueo”, aunque lo habitual es que estén presentes ambas modalidades en un mismo acuerdo.
La legitimidad de estos pactos fue impuesta en nuestro país legislativamente mediante la ley
23.696 de reforma del Estado y admitida jurisprudencialmente mediante el voto de Anaya
(“Sánchez, Carlos J. c/Banco de Avellaneda SA y otros”, LL, 1983-B-257).
En ese precedente se decidió, entre otras cosas, que si no se configura la situación concreta
subsumible en el art. 248 en el sentido que de la convención no resultaba que los sindicados se
hubiesen obligado a votar en sentido antisocial o que el pacto se encontrara preordenado a
satisfacer intereses en conflicto con los de la sociedad, el agravio del actor carecería de
andamiaje.
Nuestra legislación se enrola en una línea permisiva en cuanto a la negociabilidad del voto, la
cual se avizora a través de la posibilidad abierta de la constitución de un usufructo de acciones
(art. 218, LGS) o de la existencia de aquellas normas que dan validez al pacto por el que se
admite la constitución de un socio del socio (art. 35, LGS).
Además, se consideró que el hecho de que los socios sindicados hubieran predeterminado su
voluntad no implicó que hubieran conformado la voluntad social fuera de la asamblea, ya que
esta se expresaría en la reunión asamblearia.

 Sindicato de voto.
Combina el poder de voto de los accionistas sindicados, agrupa los diferentes accionistas unidos
por el pacto y los somete a una disciplina en el ejercicio del derecho de voto o, más
concretamente, son convenios que tienen por objeto la emisión por los socios de su derecho de
voto, para influir en la vida social de acuerdo con las directivas predeterminadas por el grupo
sindicado (Vanasco).
Afecta o influye sobre la política de dirección (el directorio) de la sociedad. Obtiene la
conducción de la sociedad, o restringe o suprime la revocabilidad de los cargos directivos. Lo
constituyen, en general, los accionistas mayoritarios.
Varía según si los sindicados depositan (pueden designar un representante o síndico para que
vote por los accionistas sindicados) o no sus acciones (quedan en poder de sus titulares quienes
están obligados a asistir a las asambleas), o si se refiere a acciones ordinarias, de voto plural,
etc., o si el compromiso es por una sola asamblea o por un tiempo determinado.
Este convenio -se recuerda- no puede coactivamente imponerse a los accionistas no sindicados y
no tiene efectos frente a la sociedad.
Con este pacto, los accionistas minoritarios mejoran su posición en la sociedad y frente a los
accionistas mayoritarios, pues al actuar sindicados pueden acceder a derechos que en forma
individual no alcanzarían. Por ejemplo, al porcentaje establecido por el art. 236 de la LGS, o
acceder a cargos en el directorio por medio del voto acumulativo (art. 263, LGS).

 Sindicato de bloqueo.
Tiende al mantenimiento del cuadro de accionistas. Se apoya sobre un convenio por el cual los
accionistas se comprometen a no transferir sus acciones, o a sujetar la transferencia a ciertas
condiciones y es un presupuesto necesario al sindicato de mando.
Esta modalidad de sindicación puede formar parte del contrato social, en virtud de lo dispuesto
en el art. 214 de la LGS: “El estatuto puede limitar la transmisibilidad de las acciones
nominativas o escritúrales, sin que pueda importar la prohibición de su transferencia. La
limitación deberá constar en el título o en las inscripciones en cuenta, sus comprobantes y
estados respectivos”.
Es decir, la restricción a la circulación de acciones puede originarse en un contrato de
sindicación de bloqueo, del que formen parte algunos accionistas, y después aplicarse a todos
los titulares de acciones, si la restricción se incorpora al contrato o estatuto social, y se deja
constancia de ella en los títulos o en los registros de las cuentas escritúrales directamente en el
libro de registro de accionistas

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