Objetivo Desarrollo Sostenible No 5

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UNIVERSIDAD PANAMERICANA

Facultad de Ciencias Médicas y de la Salud

Licenciatura en Enfermería y Gestión de la Salud

Licda. Patrick Oliva

Desarrollo Sostenible

Las mujeres y los Objetivos de Desarrollo Sostenible

La participación de la mujer en los distintos sectores económicos, políticos, sociales y


ambientales constituye la pieza clave para alcanzar el desarrollo humano sostenible que
tanto anhelamos. Su fortaleza, inteligencia, capacidad para gestionar los recursos, así como
su capacidad de cuidado de los demás y del medio que la rodea la convierten en el motor de
desarrollo humano sostenible. Sin embargo, uno de los obstáculos a los que se tienen que
enfrentar millones de mujeres en todo el mundo es el escaso reconocimiento de sus
derechos en todos los ámbitos, lo que la hace susceptible a padecer situaciones de
discriminación, violencia y exclusión social. Si bien en los últimos 40 años se ha producido
un gran avance en la incorporación de la perspectiva de género en las agendas
internacionales, todavía existen importantes retos en torno a su participación igualitaria y
plena en la sociedad internacional. Por ello, este trabajo tiene como propósito analizar los
sucesos históricos que ha posibilitado el reconocimiento de los derechos de la mujer
después distintos enfoques o metodologías, así como determinar la posible incorporación de
la perspectiva de género en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), destacando la
importancia de la participación de la mujer en cada uno de dichos objetivos. Todo ello
basado en una metodología de análisis cuantitativo de revisión de bibliográfica existente
sobre dicha temática y cuantitativo sobre la revisión de los indicadores contenidos en el
documento de ONU MUJERES “Hacer las promesas realidad: la igualdad de género en la
agenda 2030 para el desarrollo sostenible”

Las mujeres, pieza clave en el desarrollo sostenible.


 

La igualdad de género no es solo un derecho, es una necesidad.


Con la pandemia las brechas en el mundo se agigantaron, y en una realidad llena de ellas, la
equidad es necesaria en muchos ámbitos, uno de los más importantes es en materia de
género. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los 17 Objetivos de Desarrollo
Sostenible tienen como propósitos en común la igualdad y el empoderamiento de las
mujeres. En este escenario, las mujeres son pieza clave para lograr el desarrollo sostenible.

Casi siempre vinculamos la palabra sostenibilidad con temas ambientales, y efectivamente


esta es una de las aristas del concepto, pero sostenibilidad también hace alusión a todas
aquellas acciones y relaciones que permiten que la vida continúe, ya sean estas políticas,
sociales, ecológicas o incluso económicas.

Con sostenibilidad nos referimos al proceso que busca las condiciones adecuadas para
lograr la calidad de vida y el bienestar de todas las poblaciones alrededor del planeta, no
solamente la humana. Así que, difícilmente podemos hablar de sostenibilidad sin
mencionar la equidad.

La mayoría de los hombres identificaron valores como madera y caza, mientras que las
mujeres señalaron la importancia del agua y los medicamentos.

● Las mujeres tienen mayor sensibilidad en la gestión de los recursos naturales,


especialmente en zonas rurales, para ellas los recursos son un tesoro digno de preservarse y
no desperdiciarse.

● En el campo, son las primeras en sentir los efectos del cambio climático cuando tienen
que recorrer distancias cada vez más largas para encontrar lo que necesitan para alimentar a
sus familias.

● Las mujeres desempeñan un papel fundamental en la conservación, explotación y


aprovechamiento de los recursos naturales como consumidoras y educadoras. A diario,
mujeres de todo el mundo hacen uso de los recursos naturales y enseñan a las generaciones
futuras.

● En América Latina, apenas el 20% de las mujeres indígenas son dueñas de las tierras que
trabajan. Los datos demuestran que, de tener el mismo acceso que los hombres, la
producción agrícola aumentaría considerablemente.
● Las mujeres representan entre el 60 y el 80 por ciento de toda la producción de alimentos
en los países en vías de desarrollo. Y contribuyen al desarrollo sostenible de sus
comunidades, así como al mantenimiento de los ecosistemas, la diversidad biológica y los
recursos naturales.

● De acuerdo a la ONU, las mujeres tienden a considerar el bienestar de sus familias y de
sus comunidades al momento de tomar decisiones. Lo mismo sucede cuando son decisiones
políticas o de inversión pública donde hay una marcada preocupación por el desarrollo
social.

La discriminación de género sigue siendo un obstáculo para las mujeres, pero también es un
obstáculo para el desarrollo de nuestro mundo. Lograr la equidad de género y poner fin a la
discriminación contra las mujeres y niñas no es solo un derecho humano básico, sino que
además es clave para acelerar el desarrollo sostenible.

Las mujeres a nivel mundial realizan en forma desproporcionada labores no remuneradas


como las de cuidado y del hogar. Estos trabajos continúan siendo “invisibles” y
subvalorados, lo que impide que mujeres y niñas puedan explotar todas sus habilidades.

Ha sido demostrado más de una vez que empoderar a las mujeres y niñas ayuda a promover
el crecimiento económico y el desarrollo social y ambiental de las sociedades a nivel
mundial.

Garantizar el respeto de los derechos de las mujeres y niñas es la única


vía para:
● lograr la inclusión,

● conseguir economías que beneficien a todas las personas y,

● cuidar nuestro medio ambiente, tanto ahora como en las generaciones futuras.

La pregunta es ¿cómo hacerlo?

Con el objetivo de que más mujeres se involucren en temas de sostenibilidad, es importante


promover e impulsar la creación de oportunidades de educación para alentar a más mujeres
a trabajar en el sector STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas
en inglés), así como mujeres ejerciendo liderazgo y tomando decisiones a nivel de dirección
empresarial y en puestos de gobierno.

Los problemas del medio ambiente se encuentran directamente relacionados con los de la
pobreza, la satisfacción de necesidades básicas de alimentación, salud y vivienda, las
fuentes renovables de energía y el proceso de innovación tecnológica. Por tanto,

● El desarrollo en el aumento de producción, equivale al crecimiento económico,

● La distribución apropiada de los recursos es una forma de combatir la pobreza,

● Y, el mantenimiento del ecosistema tiene que ver con la sostenibilidad ecológica.

¿Qué podemos hacer como organización para lograr un desarrollo social y económico
sostenible?

● Implementar medidas para fortalecer y estimular instituciones, organismos no


gubernamentales y grupos de mujeres para su capacitación en el uso y manejo de los
recursos.

● Promover la reducción de la enorme carga de trabajo de las mujeres a través del


establecimiento de guarderías, la división igualitaria de las tareas domésticas entre varones
y mujeres y la utilización de tecnologías ambientalmente sanas.

● Implementar programas para establecer y fortalecer servicios de salud preventiva y


curativa que sean dirigidos a las mujeres y manejados por ellas e incluyan servicios de
planificación familiar que sean seguros, baratos y voluntarios.

● Fomentar la plena participación de la mujer, la igualdad y la equidad entre la mujer y el


hombre en nuestras comunidades laborales.

● Contemplarlas en los programas y proyectos ambientales, ya que son un importante


“instrumento” de protección ambiental dadas las distintas formas de organización que han
desplegado ante los cambios ambientales.

● Invertir más en las mujeres, fundamentalmente en su educación, como el recurso


principal para mejorar el medio ambiente.
La igualdad de género es un derecho. La realización de este derecho es la mejor
oportunidad que existe para afrontar algunos de los desafíos más urgentes de nuestro
tiempo, desde la crisis económica y la falta de atención sanitaria hasta el cambio climático,
la violencia contra las mujeres y la escalada de los conflictos.

Las mujeres no sólo se ven más seriamente afectadas por estos problemas, sino que tienen
ideas y la capacidad de liderazgo para resolverlos. La discriminación de género, que sigue
obstaculizando a las mujeres, es también un obstáculo para nuestro mundo.

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus 17 Objetivos de Desarrollo


Sostenible (ODS), aprobados por los dirigentes mundiales en 2015, propone una hoja de
ruta para lograr progreso sostenible que no deje a nadie atrás.

Lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres forma parte integral de


cada uno de los 17 ODS. Garantizar el respeto de los derechos de las mujeres y niñas por
medio de todos estos objetivos es la única vía para obtener justicia, lograr la inclusión,
conseguir economías que beneficien a todas las personas y cuidar nuestro medio ambiente,
ahora y en las generaciones venideras.

En este paquete editorial se presenta el informe de referencia de ONU Mujeres para 2018,


“Transformar las promesas en acción: la igualdad de género en la Agenda 2030”. Incluye
información, historias, vídeos y publicaciones que ilustran la importancia que reviste la
igualdad de género en cada uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, así como la
forma en que estos influyen en la vida real de las mujeres y niñas de todo el mundo.

Se ha hablado mucho del papel de la mujer en el Desarrollo Sostenible, pero no ha sido


hasta la declaración de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la ONU en
la Agenda 2030 que se ha consolidado la relevancia de la misma.

Las mujeres tienen el papel protagonista en lo que llamamos gestión ambiental, también en


la producción de alimentos y en la acción social.
El papel de la mujer en el Desarrollo Sostenible es clave. La igualdad de género es un
derecho fundamental y debemos hacerlo realidad para afrontar desafíos tan urgentes como
la violencia contra las mujeres, el aumento de conflictos entre países e internos, múltiples
crisis como la alimentaria, energética, financiera y, por supuesto, la crisis climática.

Todo ello genera desigualdades y mayores riesgos ambientales para las poblaciones pobres,
en las cuales hay más porcentaje de mujeres y niñas que de hombres.
Lograr el empoderamiento femenino y la igualdad de género forma parte integral de cada
uno de los 17 ODS. Todos ellos promueven garantizar los derechos de las mujeres y las
niñas. Esto supondrá la única ruta para conseguir justicia y que, por tanto, las economías
beneficien a todas las personas. Es algo importante a tener en cuenta porque cuando
hablamos de feminismo, precisamente nos referimos a la IGUALDAD de derechos, de
TODOS, con independencia de su sexo.

El organismo de la ONU MUJERES desarrolló un informe “Transformar las promesas en


acción: la igualdad de género en la Agenda 2030”. Este informe incluye información,
vídeos, publicaciones e historias que ilustran la importancia de la igualdad de género que
subyace en cada uno de los objetivos y cómo afecta a las mujeres y niñas del mundo.

La agenda 2030 es muy clara, el Desarrollo Sostenible no será posible sin igualdad de
género.
Las mujeres llevan a cabo un papel fundamental en la gestión, conservación, explotación y
aprovechamiento de los recursos naturales como educadoras y como consumidoras. Y ello
a pesar de que cuentan con muchas limitaciones para su acceso y ya no hablemos de su
control. 
Si lo considerásemos desde el punto de vista más frío de una empresa que quiere vender sus
productos, la igualdad real supondría un público objetivo de millones de personas…

Solo tenemos que fijarnos en la transformación de los mensajes de la banca. Hasta hace
muy poco se dirigían a ellos. “El hombre tiene el dinero y por tanto tengo que hablarle a él”
pensaban… hasta que se les ocurrió mirar los datos y es que, en países enriquecidos, como
pueda ser España, EEUU, Alemania..., prácticamente la mitad de sus clientes, eran mujeres.

Si consideramos la igualdad real desde el punto de vista correcto, estamos hablando de


derechos universales. Nadie tendría que ver condicionada su situación laboral, mermado su
crecimiento personal ni, mucho menos, ver peligrar su vida por el hecho de ser mujer.
Cuando impedimos que una persona viva en condiciones que garanticen la salud y el
bienestar, no sólo cortamos su desarrollo, sino que limitamos muchísimo nuestra capacidad
evolutiva como especie.

En el mundo, 15 millones de niñas nunca tendrán la oportunidad de aprender a leer y


escribir, en comparación con los 10 millones de niños. ¿Cómo podemos asegurar si
algunas de esas mujeres o niñas que han perdido su vida (por la falta de alimentos, agua o
por no tener acceso a la educación) no era la científica más brillante que hubiera
descubierto la cura contra el cáncer, la energía con cero impactos ecológicos o la vacuna
contra la COVID19?

También las mujeres suelen promover mucho más el conocimiento que contribuye al uso
consciente de los recursos naturales como el suelo, el agua y la energía. Impulsar esta
sensibilidad desarrollando programas que puedan transformar de forma exponencial este
conocimiento para convertirlas en técnicas del Desarrollo Sostenible es primordial.

Actualmente, las mujeres rurales son las principales productoras agrícolas por lo que son
indispensables para asegurar la alimentación de todos los países. Es curioso que luego sean
ellas las que más mueren de hambre. 

330 millones de mujeres y niñas viven con menos de 1,9$ al día, esto son 4,4millones
más de mujeres que de hombres. Asimismo, muchas mujeres no tienen ingresos propios. En
la actualidad, hay el doble de mujeres que hombres en esta situación. También las que
ocupan puesto de trabajo relacionados con la alimentación ganan un 38% menos que los
hombres a pesar de tener jornadas laborales más amplias.
Debemos de tener en cuenta también los trabajos no remunerados como es el de
cuidados. Sector que según todos los informes va a empezar a regularse mejor y en el que
van a introducirse muchos más hombres. Esto se debe no sólo a protocolos y legislación en
materia de igualdad sino a la trascendente evolución que va a suceder en el mercado laboral
y que por tanto va a dejar en paro a muchas personas que tendrán que reinventarse. El
sector de cuidados dará salida a muchos de ellos (hombres) y, por tanto, se revalorizarán
también los salarios.

Otro trabajo no remunerado es el de autoconsumo, el cual lo realizan generalmente


mujeres, especialmente la recolección de leña, el acarreo de agua y la alimentación. En los
países empobrecidos, el número de mujeres que se dedican sólo al autoabastecimiento es el
doble con respecto al número de hombres. Si una mujer tiene como prioridad buscar agua y
alimento para ella y su familia, su futuro se reduce al día siguiente.
Por su parte, el cambio climático también afecta de manera desproporcionada a las mujeres,
niñas y niños, pues tienen 14 veces más de probabilidades que los hombres de morir
durante
un desastre.
 Cambiando el paradigma con el que valoramos y analizamos la riqueza de un
país. El PIB debe de morir ya que no contempla nada fuera de las importaciones y
exportaciones de un país. No valora la calidad de vida de sus habitantes, la
complejidad de los procesos productivos, las relaciones sociales ni lo que es
esencial para la vida humana y la sostenibilidad ambiental.

 Necesitamos acciones públicas, políticas y programas que combatan la


desigualdad y la discriminación, teniendo en cuenta de forma estratégica las
necesidades de las mujeres actuales y de las generaciones venideras en su conjunto.

 Obteniendo más y mejores datos para determinar si lo que estamos haciendo es de


verdad beneficioso para las mujeres y las niñas.
 Logrando que todos los países, instituciones y empresas rindan cuenta de sus
promesas.
 Incluyendo a las mujeres como actores clave en el diseño e implementación de
las políticas y programas.

 Promover la formación en sectores que aún siguen siendo masculinos y que son
claves en la lucha contra la crisis climática que también es una crisis social y
económica. Debemos incluir a la mujer de forma más acusada en sectores como la
biotecnología, las financias éticas, patentes, la arquitectura ecoeficiente, la ciencia y
la tecnología.

 Convertir la igualdad de género en una realidad concreta, no en un ideal


teniendo siempre presente que la igualdad de género no solo está incluída en un
ODS en sí mismo, sino que forma parte fundamental de los demás.
 
Como dijo Mary Wollstonecraft “La igualdad no significa que las mujeres tengamos
poderes sobre los hombres, sino sobre nosotras mismas”

¿Por qué el desarrollo sostenible depende de las mujeres?

Las mujeres desempeñan un papel fundamental en la gestión, conservación, explotación y


aprovechamiento de los recursos naturales como consumidoras y educadoras, a pesar de
contar con serias limitaciones para su acceso y control.

Las mujeres rurales son las principales productoras agrícolas, por ello, son imprescindibles
para sostener la seguridad alimentaria de los países. También son las que trabajan más y
ganan menos, 38% no tiene ingresos propios.

En América Latina, las mujeres poseen menos del 20% de la tierra. Los datos demuestran
que, de tener el mismo acceso que los hombres la producción agrícola aumentaría
considerablemente.

El trabajo no remunerado de autoconsumo lo realizan en general las mujeres,


especialmente la recolección de leña y el acarreo de agua. En el Ecuador y Guatemala las
61,8% y 43,7% de las mujeres ocupadas en áreas rurales se dedican a la producción de
autoconsumo, comparado con el 47,8% y el 31,7% de los hombres.

A pesar de que los desastres naturales refuerzan y aumentan la desigualdad de género, las
contribuciones potenciales de las mujeres a la reducción del riesgo y el liderazgo femenino
para enfrentar los desastres son frecuentemente ignorados

¿Cómo construir el desarrollo sostenible igualitario?

Se debe modificar el paradigma con el que se analiza el desarrollo y la valoración del


producto interno bruto. La agenda de género y la de medioambiente plantean que el PIB no
captura la complejidad de los procesos productivos y de las relaciones sociales, tanto desde
el punto de vista del impacto ambiental, como del trabajo no remunerado de las mujeres.

Acordar un pacto global que solidarice con las generaciones venideras, lo que, sumado al
proceso de transición demográfica ubique de manera estratégica los problemas que afectan
particularmente a las mujeres, como las necesidades de cuidado. Ello requiere mejorar
integralmente la inserción femenina en el empleo y generar políticas públicas de cuidado,
que permitan a las mujeres mayor autonomía económica.

Incluir a las mujeres como actores claves en los procesos de desarrollo, las consultas, el
diseño y la implementación de políticas y programas, considerando sus necesidades. Esto
significa que se tome en cuenta el tiempo de las mujeres en los procesos de planeación y
desarrollo urbano, el suministro de servicios (como agua, energía, transportes), la
privatización del agua, las políticas agrícolas, entre otras. También implica considerar sus
necesidades de acceso a créditos, activos, capacitación, tecnología, derechos de propiedad y
patentes.

Reconocer que los objetivos de desarrollo sostenible deben incluir la igualdad de género y
el empoderamiento de las mujeres tanto como un objetivo en sí, como siendo una parte
fundamental de los demás objetivos.

Metas del objetivo 5

5.1 Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en
todo el mundo
5.2 Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los
ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de
explotación

5.3 Eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la
mutilación genital femenina

5.4 Reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerados mediante


servicios públicos, infraestructuras y políticas de protección social, y promoviendo la
responsabilidad compartida en el hogar y la familia, según proceda en cada país

5.5 Asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades


de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública

5.6 Asegurar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva y los derechos


reproductivos según lo acordado de conformidad con el Programa de Acción de la
Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, la Plataforma de Acción de
Beijing y los documentos finales de sus conferencias de examen

5.a Emprender reformas que otorguen a las mujeres igualdad de derechos a los recursos
económicos, así como acceso a la propiedad y al control de la tierra y otros tipos de bienes,
los servicios financieros, la herencia y los recursos naturales, de conformidad con las leyes
nacionales

5.b Mejorar el uso de la tecnología instrumental, en particular la tecnología de la


información y las comunicaciones, para promover el empoderamiento de las mujeres

5.c Aprobar y fortalecer políticas acertadas y leyes aplicables para promover la igualdad de
género y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas a todos los niveles

La feminización de la pobreza La pobreza vista desde la perspectiva de género sugiere que


las mujeres son pobres a consecuencia de la discriminación. El sometimiento de la
participación de la mujer en la sociedad disminuye la posibilidad de acceder a la propiedad
y al control de los recursos económicos, sociales y políticos.

La discriminación contra mujeres y niñas es causa y consecuencia de la desigualdad que


genera la pobreza. Todo esto sumado a otras causas como la clase social, etnia, orientación
sexual, edad, religión, etc. A pesar de la amplia difusión sobre la necesidad de respetar los
derechos de las mujeres, los altos niveles de disparidad extrema que hay en el mundo tienen
graves consecuencias en sus vidas. La pobreza tiene una marca directa y cruel en la vida de
las mujeres. Según datos de ONU Mujeres (2) la diferencia de condición social dentro de la
sociedad representa para las mujeres menos poder, menos dinero, menos tierras, menor
protección ante la violencia, menor acceso a la educación y a la sanidad y mayor dificultad
para participar en la vida política y la toma de decisiones. La mayoría de las mujeres en los
países en desarrollo se enfrentan a problemas similares cuando desean incrementar su poder
económico: la ausencia de tiempo “libre” para invertir en un trabajo adicional que les
genere ingresos, la falta de acceso a créditos comerciales y el adiestramiento en destrezas
“tradicionalmente” femeninas, que en su mayoría conducen a empleos mal remunerados,
son algunos de los principales obstáculos. Estas limitaciones marcan una diferencia entre
las experiencias laborales de hombres y mujeres, exacerban la pobreza de éstas y mantienen
un círculo vicioso de pobreza que pasa de una generación a otra. También ayudan a
explicar una perturbadora tendencia que viene observándose ya desde hace unos años en
todo el mundo: la “feminización” de la pobreza. Las cifras sugieren que las mujeres
representan un porcentaje cada vez mayor de aquellas personas consideradas pobres si se
toma como base el ingreso. Esta feminización de la pobreza debería considerarse como una
legítima preocupación en el campo de la política mundial.

Mujer y desarrollo: participación de la mujer en la generación de riqueza

Como hemos dicho, la pobreza afecta de distinta manera a las mujeres y a los hombres.
Tradicionalmente, la mujer se ha visto relegada a un papel muy secundario en la actividad
económica, dedicándose a tareas domésticas y quedando al margen de la participación
activa como trabajadora por cuenta ajena o por cuenta propia. Ese rol ha ido cambiando de
forma lenta pero paulatina en los últimos años con la incorporación de la mujer en las
empresas, sobre todo para ciertas tareas menores. Al respecto, un problema generalizado es
el de conseguir una igualdad efectiva en el acceso de la mujer a puestos directivos. Los
puestos directivos de mayor responsabilidad están ocupados en su gran mayoría por
hombres: es el llamado techo de cristal. Según datos de ONU Mujeres, en 2014 solo había
un 24% de mujeres en puestos de alta dirección en todo el mundo.

En términos generales, la mujer se ha venido beneficiando cada día más de programas


realizados en el sector social, como lo demuestra el gran aumento en la matrícula escolar de
la población femenina en todos los niveles de enseñanza y la mayor esperanza de vida. El
Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reconoce que para que las mujeres se conviertan
en agentes efectivos en el desarrollo del capital humano, se debe prestar especial atención a
intensificar su contribución y a tener en cuenta sus necesidades, sus diferentes roles y sus
cambiantes circunstancias económicas y familiares. Esto significa que se debe reconocer
más su contribución actual y potencial como productora, como individuo capaz de tomar
decisiones y como generadora de ingresos.

En los últimos años se ha dado un incremento de emprendimientos liderados por mujeres


que cuentan normalmente con un doble componente diferenciador: por un lado, actividad
económica generadora de riqueza y empleo directo y, por otro, capacidad para llevar a cabo
incidencia política de cara a conseguir alcanzar mejoras efectivas en los derechos de las
mujeres. Ese empoderamiento económico de las mujeres tiene importantes beneficios
sociales que debemos resaltar:

 Cuando el número de mujeres ocupadas aumenta, las economías crecen. Según estudios
efectuados en países de la OCDE y en algunos países no miembros, el aumento de la
participación de las mujeres en la fuerza de trabajo, o una reducción de la disparidad
entre mujeres y hombres en la fuerza laboral, produce un crecimiento económico más
rápido.

• Incrementar la proporción de los ingresos del hogar controlados por las mujeres modifica
los patrones de gasto en formas que benefician a hijas e hijos.
EGRAFÍA

En la mira: Las mujeres y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) | ONU Mujeres
(unwomen.org)

El papel de la mujer en el Desarrollo Sostenible - GenÉthico (genethico.com)

nota_para_la_igualdad_4_rio_20_final.pdf (cepal.org)

Las mujeres, pieza clave en el desarrollo sostenible. | Saint Gobain (saint-gobain.com.co)

Igualdad de género y empoderamiento de la mujer - Desarrollo Sostenible (un.org)


Informe_Mujer_y_Desarrollo_2018_web.pdf (copade.es)

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