Tema 9
Tema 9
1
Servicios a la Comunidad 2017/2018
Todo programa, para su elaboración debe pasar por las siguientes fases:
Determinación del ámbito de aplicación.
Detección de las necesidades de los usuarios del mismo.
Análisis de la viabilidad (necesidades que se cubren, actividades que podrían ser oportunas,
recursos necesarios, etc.)
En caso de resultar viable, se pasaría a la fase de diseño del programa.
Diseño del programa, que contemplará como mínimo los siguientes elementos:
Objetivos, contenidos, áreas de intervención, actuaciones-actividades, y evaluación.
Implementación del programa, teniendo en cuenta la realización de una evaluación de
carácter continuo y formativo para mejorar el proceso en curso, si fuera necesario.
Evaluación. Se llevará a cabo una doble evaluación: la del impacto provocado en los
usuarios y la evaluación del propio programa. Para ambos extremos se tendrán, como
referencia, los objetivos y se llevará a cabo a lo largo de todo el proceso, para
reconducir cualquier tipo de desfase que pudiera producirse.
Se denomina “centro de recursos” a aquella institución pública o privada que tiene a
disposición del público en general (usuarios) o de una parte de ello, una serie de materiales en
distintos soportes mediante las modalidades de préstamos, uso directo o consulta, ya sea
presencial o por otros medios a distancia.
Existen tipos de centros de recursos de carácter general y específicos, según el tipo de
información de que dispongan. También los hay vinculados a determinados ámbitos:
profesorado, de atención a minorías étnicas, de educación especial, literarios, etc.
Por su parte, el autor MARTIN KNAPP (2003) habla sobre los recursos sociales y su
organización, considerando dos tipos de “inputs” o recursos con los que un proyecto social debe
contar: inputs tangibles e intangibles.
Los inputs tangibles hacen referencia a la plantilla, el capital físico, las provisiones y
otros recursos consumibles. En cuanto a los inputs intangibles, se entiende a las condiciones del
entorno sobre el que se pretende intervenir, las características de la institución, la actitud del
personal, etc. que son recursos de gran valor aunque la mayoría de las veces no tienen expresión
monetaria.
Por ello, en la intervención socioeducativa, se ha de tener en cuenta que:
Los recursos son medios escasos. Por tanto, hay que preocuparse por su organización,
economización o maximización.
Otorgan principio de realidad y determinan la viabilidad del proyecto.
Son garantía de éxito. Toda intervención social va a estar determinada por los recursos que tiene
a su servicio. Los recursos tangibles e intangibles con los que contamos son los que nos van a
permitir o no, un adecuado desarrollo del proyecto.
Suponen un coste y generan un coste de oportunidad. En intervención socioeducativa el coste de
los recursos o los servicios no puede calcularse meramente en función de su precio, sino que
debe ser calibrado en función de lo que se da, y del valor de alternativas o de oportunidades que
se han dejado perder o se han dejado de desarrollar.
Entrando de lleno en los recursos, encontramos en primer lugar la (2) BIBLIOTECA:
SELECCIÓN, CATALOGACIÓN Y ORGANIZACIÓN. Según la Ley 16/1985, de 25 de
junio, del Patrimonio Histórico Español, una biblioteca es una “institución donde se conservan,
reúnen, seleccionan, clasifican, catalogan y difunden conjuntos o colecciones de libros,
manuscritos y otros materiales bibliográficos o reproducciones por cualquier medio para su
lectura en sala pública o mediante préstamos temporal, al servicio de la educación, la
investigación, la cultura y la información.
2
Servicios a la Comunidad 2017/2018
3
Servicios a la Comunidad 2017/2018
4
Servicios a la Comunidad 2017/2018
el cupón correspondiente del calendario que se proporciona con el tríptico. Cuando finalice el
mes firmará y recortará dicho cupón y los niños se lo entregarán al maestro o maestra encargado
de la campaña de su colegio. Cuando finalice la campaña, aquellas familias que hayan cumplido
el compromiso recibirán un diploma de Familia Lectora.
No obstante, la animación a la lectura es una de las modalidades que pueden incluirse
en las acciones de promoción de la lectura, pero no la única. El concepto de animación a la
lectura abarca un amplio abanico de acciones, todas ideadas, diseñadas, organizadas y
propuestas desde la biblioteca.
Por ello, desde un nivel más exhaustivo podemos enumerar los siguientes objetivos:
Desarrollar la imaginación y la creatividad.
Crear un clima positivo, ameno, lúdico y favorable hacia la lectura, fomentando el interés hacia
la lectura y los libros.
Mejorar los hábitos lectores, la calidad y la comprensión lectora.
Ampliar sus horizontes culturales.
Desarrollar su capacidad creativa y recreativa a partir de la lectura.
Experimentar el juego como herramienta de aprendizaje.
Enseñar a valorar, respetar y cuidar el material bibliográfico de la biblioteca.
Utilizar el diálogo, la puesta en común.
Ejercitar el pensamiento crítico.
Asimismo, para que la animación a la lectura resulte efectiva, debe cumplir ciertas
condiciones, como por ejemplo:
No deben ser acciones aisladas, sino formar parte de un programa gradual y continuado.
Debe ser voluntaria: el usuario debe querer participar.
Debe ser activa y participativa: el usuario escucha, lee, juega, observa, etc.
No competitiva
A la hora de realizar cualquier actividad de animación a la lectura, conviene tener en
cuenta los siguientes aspectos:
1. Pedir la máxima colaboración de todo el personal implicado.
2. Establecer el horario adecuado para la actividad.
3. Determinar y establecer una programación realista, programada, continuada y gradual de
actividades.
4. Conocer los hábitos lectores de nuestros usuarios, contar con ellos a la hora de adquirir nuevos
fondos y solicitar su colaboración para llevar a cabo nuestra programación.
5. Publicitar al máximo todo lo que hagamos mediante carteles, en la prensa local, internet, etc.
6. Solicitar la colaboración en la actividad de las familias, asociaciones, ongs, voluntarios, etc.
Los programas de animación a la lectura, por lo general, forman parte de un proceso
sociocultural más global, ya que por medio de ella los niños y adultos toman contacto con el
mundo que les rodea, dando rienda suelta a su imaginación y creatividad.
Por otro lado, también encontramos los (4) GÉNEROS LITERARIOS, que son los
distintos grupos o categorías en los que se pueden clasificar las obras literarias atendiendo a su
contenido.
La retórica clásica los ha clasificado en tres importantes grupos: lírico, narrativo y
dramático. No obstante, hay que tomar en cuenta que las obras literarias se realizan en
diferentes épocas y, a veces, no se circunscriben a uno de esos tres géneros.
De manera más concreta, el género lírico expresa sentimientos y pensamientos, donde
predomina la subjetividad del escritor. Suele escribirse en versos pero también en existen en
prosa. Las características más destacadas de la lírica son:
5
Servicios a la Comunidad 2017/2018
El centro del poema está en la intimidad del poeta, sus gustos, afectos y emociones, y el deseo
de expresarlos.
El poeta expresa esos sentimientos a través de una realidad física, la cual es utilizada como
símbolo que representa la propia interioridad del poeta.
Escritura en verso (también hay prosa lírica).
Lenguaje repetitivo.
Dentro de la lírica (poesía) distinguimos cinco subgéneros:
Oda: Poema de cierta extensión destinada a la exaltación de una persona o cosa (tema noble y
elevado).
Elegía: Composición que manifiesta un sentimiento de pesar ante una desgracia individual o
colectiva, como es el caso de las Coplas de Jorge Manrique a la muerte de su padre.
Égloga: Composición poética del género bucólico. El poeta pone sus sentimientos amorosos en
boca de pastores, como hace Garcilaso de la Vega.
Sátira: Composición lírica en verso o prosa que censura vicios o defectos.
Canción: Poema en verso de tema amoroso, pero puede exaltar otras cosas.
También encontramos el género narrativo, que son aquellas obras que relatan una
historia y poseen una dimensión artística. Una narración depende de la figura del narrador que
la constituye y desarrolla alrededor de unos personajes, situaciones y hechos. En cuanto a los
subgéneros narrativos, en verso y prosa, encontramos:
En verso:
La Epopeya: Narra una acción memorable y de gran importancia para la humanidad o un
pueblo.
La épica: Relata sucesos reales o imaginarios que le han sucedido al poeta o a otra persona, son
normalmente hazañas heroicas.
El romance: Tanda de versos octosílabos con rima asonante que describe acciones guerreras y
caballerescas.
En prosa:
El cuento: Popular y anónimo, o literario. Es un relato breve de una pericia inventada, sucedida
a uno o a varios personajes, con argumento muy sencillo. Las características esenciales son la
brevedad, la concisión y la concentración del relato. A veces tiene finalidad moral y se llama
apólogo.
La novela: Es un relato largo, con un argumento más desarrollado que el del cuento. Al lector le
interesa no sólo lo que le ocurre a los personajes, sino también lo que piensan y sienten, cómo
evolucionan espiritualmente y cómo influye en ellos la sociedad donde viven.
Por otro lado, existe también el género dramático, que se caracteriza por el predominio
del diálogo sobre las otras formas de expresión. Es el tipo de género que se usa en el teatro, en
el que por medio del diálogo y algunos personajes, el autor plantea conflictos diversos.
En algunos casos, el personaje puede hablar consigo mismo, entonces aparece el
monólogo. Puede estar escrito en verso o en prosa. Su finalidad esencial es la representación
ante el público. A su vez, encontramos los siguientes subgéneros dramáticos o del teatro:
La comedia: Es la representación, a través de un conflicto, del aspecto alegre y divertido de la
vida humana, cuyo desenlace tiene que ser feliz.
La tragedia: Es la representación de un conflicto real con problemas graves, con intervención a
veces de elementos cómicos y su final suele ser sombrío.
Ópera: Composición dramática en la que los personajes cantan sus papeles, ambientados por
música.
6
Servicios a la Comunidad 2017/2018
7
Servicios a la Comunidad 2017/2018
carácter funcional, uniendo de manera indisociable los aspectos teóricos con su aplicación
práctica.
Desde mediados del siglo XX, se viene utilizando también de modo cada vez más
sistemático y recurrente en los campos de diversas terapias para la reeducación personal y la
inserción social, por ejemplo, a través de talleres ocupacionales. Es, por tanto, una técnica
común para llevarla a cabo en los ámbitos de la educación infantil (formal y no formal), en el de
la integración social y en el de animación sociocultural.
Pocas de las actividades que se realizan en cualquiera de los ámbitos citados, son tan
satisfactorias, sugestivas y gratificantes como las que proporcionan las propuestas de trabajo
llevadas a cabo mediante talleres. Éstos reafirman la identidad y posibilidades de las personas al
tiempo que facilitan la socialización y expresión creativa. Ello se debe a que el taller da
respuesta a su necesidad de:
Seguridad: En ellos se encuentra un espacio organizado, tiene una actividad concreta y
planificada para realizar, y sabe lo que ha de hacer en cada momento.
Socialización: Comparte con su grupo de iguales tiempo que facilita la socialización
actividades, experiencias, materiales y espacios.
Expresión creativa: Cada propuesta de actividad requiere ser desarrollada de modo personal, y
original sobre el esquema básico que se facilita.
Para los niños es fácil y divertido aprender en talleres, y ha de serlo, igualmente para el
profesorado enseñar. De ese modo, los talleres ofrecen al alumnado/usuarios la ocasión de
autoorganizarse para llevar a cabo una tarea común que resulta de una actividad compartida y
no de una suma de trabajos yuxtapuestos. Son la ocasión por excelencia para superar el
individualismo y entrar en una dimensión social. Por tanto, fomentan y favorecen entre otros:
El desarrollo de la autonomía.
Respeto al ritmo personal de cada uno.
Procesos de socialización que suponen compartir, cooperar, colaborar, reparto de tareas y
asunción de responsabilidades.
Dominio de la comunicación e intercambio de puntos de vista.
Curiosidad y afán de investigar: necesidad de experimentar, tantear, comparar, mediar, contrastar,
etc. y a través de las experiencias desarrolladas facilitar el acceso a la adquisición de nociones y a
conceptualizar.
El desarrollo y mejora de destrezas y habilidades.
Práctica y adquisición de normas y desarrollo de actividades.
Capacidades de relación y autoevaluación.
Las propuestas de actividades los talleres son cerradas en sí, y planificadas por el
profesor/agente de intervención, de manera minuciosa y exhaustiva. No es cerrado el modo de
realizarla por los usuarios/alumnos ni todos los materiales a utilizar ni la elección de los
mismos.
El aprendizaje que cada persona realiza mediante esas actividades propuestas en cada
taller, fácilmente puede ser evaluado, ya que al final de la programación de cada uno, en el
apartado que corresponde, se determinan unos criterios básicos de evaluación que concretan y
se corresponden con los objetivos didácticos establecidos previamente y así podremos ir
constatando en cada taller en qué grado/medida se desarrollan sus capacidades.
Para los talleres se establecen objetivos didácticos, ya que las actividades que se
proponen se pretende que se realicen en un tiempo determinado, ajustado previamente por la
persona responsable al adecuar la programación y, por tanto, que contribuyan al desarrollo de
las capacidades en un grado de complejidad previsto, pues se pretende un “producto” acabado
(poema, libro, mural, collar, etc.) y no sólo la mera manipulación, experimentación espontánea
con materiales, objetos y situaciones (propio de las experiencias).
8
Servicios a la Comunidad 2017/2018
El desarrollo del funcionamiento del taller también ha de ser evaluado, y para ello,
observamos aquellos aspectos que en mayor medida determinan el desarrollo fluido de la
actividad, como son:
1. Elección de la actividad por el usuario: Si es fluida o atropellada, y por tanto provoca
aglomeraciones o ausencia de personas que demanden uno o varios talleres. Si las normas son
claras, el acceso bueno, etc.
2. Desarrollo de la actividad: Si está clara la tarea a realizar, si es adecuada para su grado de
dificultad, si se disponen de todos los materiales, si la actividad es solicitada por el usuario, etc.
3. Relaciones y conductas de los usuarios: Si se realiza la actividad sola o con otros, si se
demanda ayuda, si el responsable ofrece su ayuda, etc.
4. Relaciones y conductas del profesor: Fluidas, calidad, lúdicas, impositivas, de apoyo, etc.
5. Organización del espacio: Si es suficiente y está bien organizado, sí se sabe dónde están las
cosas, si hay varios talleres simultáneos, si se reúnen las condiciones necesarias para la
actividad, etc.
Todo ello, lo deberá tener en cuenta el profesional del ámbito socioeducativo que quiera
conseguir la implicación general e individual, así como el cambio en el caso que se requiera.
Por último, y como CONCLUSIÓN a este tema, recordar que es necesario que la
metodología “planificadora” se utilice para establecer una acción eficiente que no suponga un
elemento rutinario e inútil, pues aunque la tendencia actual es que los programas se someten a
procesos de evaluación, tanto interna como externa y con una finalidad sumativa y formativa, la
realidad es que hay tantas opciones de evaluación como tipos de programas.
Por ello, lo más importante es siempre conocer la opinión de los destinarios del
programa, pues a través de ellos conseguiremos saber realmente si hemos conseguido nuestros
propósitos y han mejorado, obteniendo un mayor bienestar y calidad de vida, pues les habremos
dado herramientas para el desarrollo tanto personal como colectivo, contribuyendo a la mejora
de las relaciones sociales y a la realización de actividades motivadoras y atractivas que les
posibiliten nuevas vías y cambios en sus vidas.
BIBLIOGRAFÍA
Ander-Egg, E. (1983). Introducción a la planificación. Buenos Aires: Humanitas.
Ander-Egg,E. (1984). Metodología y práctica de la animación sociocultural. Buenos Aires:
Humanitas.
Calvo, Ana. (2002). La Animación Sociocultural. Una estrategia educativa para la
participación. Madrid: Alianza.
Cembranos, F., Et. Al. (1988).La animación sociocultural: una propuesta metodológica. Madrid:
Popular.
Colomer, J. (1981). Iniciativas para el tiempo libre. Cuadernos de Pedagogía, n. 84, pp.60-63.
Gómez, M. (1993). Indicadores de la compresión lectora. Washington: Interamer.
Gómez, J. (1999). Biblioteconomía. Conceptos básicos de gestión de bibliotecas. Murcia: Diego
Marín.
León, L. & Martín, M. (1998). Cómo organizar una biblioteca escolar. Madrid: Escuela
Española.
López De Cevallos, P. (1987).Un método para la investigación - acción - participativa Madrid:
Popular.
Pedregosa, J., & Lladós, G. (2008). El animador/a sociocultural: apuntes "sui generis" para su
definición actual. Revista de Educación Social. (9).
Pérez, G. (2000). Modelos de investigación cualitativa en educación social y animación
sociocultural. Aplicaciones prácticas. Madrid: Narcea.
Rueda, L. (1999). Métodos para la animación sociocultural. Madrid: CCS.
9
Servicios a la Comunidad 2017/2018
WEBGRAFÍA
http://bibliotecasescolares.educarex.es/principal-leer-en-familia/
http://bibliotecasescolares.educarex.es/principal-4/rebex/
http://www.eduso.net/
https://librarium.educarex.es/opac/
http://pinakes.educarex.es/index.php
REVISTAS
Revista Pinakes: El principal objetivo de esta revista es difundir experiencias y trabajos sobre
bibliotecas escolares, así como ofrecer información sobre la situación actual de las bibliotecas
escolares en general y de Extremadura en particular. La revista se encuadra dentro de las
actividades de difusión que la Consejería de Educación ha puesto en marcha para el apoyo y
fomento de las bibliotecas escolares.
10