Romanticismo

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ROMANTICISMO

El Romanticismo surgió como movimiento contrario al racionalismo neoclásico, este


movimiento artístico e intelectual se desarrolló en Inglaterra, Alemania y Francia a
finales del siglo XVIII y principios del XIX y luego se extendió por todo el mundo.
Europa atravesaba una profunda crisis social e ideológica, y con ella llegó la idea de
que la razón no bastaba para explicar la cruda realidad, así que surgió una corriente
completamente distinta, que ponía en primer plano la subjetividad y la emoción. Se
manifiesta en una ruptura con los principios de la Ilustración (que consideraba que la
razón era la base de todo conocimiento) y glorifica la libertad del individuo y su
capacidad intuitiva.

El movimiento romántico se caracteriza por la sensibilidad emocional y la


subjetividad de sus obras, además del rechazo del concepto de orden, calma y
racionalidad de las épocas clásica y neoclásica de finales del siglo XVIII.

Los románticos glorificaron la belleza y los ideales y dieron rienda suelta a las
emociones, de hecho en algunos casos el artista se encerraba en sí mismo y se aíslaba
de la sociedad. El espíritu creativo era más importante que la estricta observancia de
las reglas de la sociedad, pues el artista romántico quería escapar de la realidad
inmediata que le oprimía y preocupaba. Por esta razón, sus obras suelen representar
épocas pasadas o lugares lejanos.

El Romanticismo se caracteriza por :

➔ subjetividad. El movimiento elevaba las emociones y los estados de ánimo por


encima de la racionalidad. El miedo, la pasión, la locura y la soledad fueron
algunos de los temas más comunes en las obras románticas.

➔ Grandeza. El movimiento se refiere al concepto de belleza como ideal de


grandeza absoluta, incomparable en su grandeza y capacidad de movimiento.
De ahí el uso de símbolos que reflejan la idolatría de un genio, héroe o
personaje excepcional.

➔ La naturaleza. El movimiento aportó un nuevo carácter al paisaje, en el que la


naturaleza era una metáfora del mundo interior del individuo y no representa
simplemente un contexto en la escena. Por ejemplo, un volcán podría
simbolizar la pasión, una montaña nevada, la soledad y la melancolía.

➔ Nacionalismo. Este movimiento se caracterizó por la búsqueda de la identidad,


no sólo del individuo, sino también del patrimonio y del sentido de
pertenencia. El concepto de cultura popular está muy presente en la literatura
y el arte románticos.

➔ Nostalgia del pasado. El movimiento se opone al dramático progreso de la


Revolución Industrial, que amenaza con destruir la unidad entre el hombre y la
naturaleza. En consecuencia, las obras románticas idealizan épocas pasadas y
se sitúan en el pasado, concretamente en la Edad Media.
➔ Individualismo. Este movimiento exaltaba la autoexpresión, en el sentido del
reconocimiento de la identidad individual. Consideraba al individuo como
único y diferente, que, a su vez, formaba parte de una colectividad en la que
cada individuo gozaba de igual reconocimiento.

➔ El genio incomprendido. El movimiento conserva la imagen del genio


romántico, caracterizado por la imaginación, la creatividad y una vida
atormentada, en contraposición al genio renacentista, distinguido por un
dominio impecable de la técnica en el arte.

➔ El carácter onírico. La obra describe situaciones y emociones asociadas a


sueños, pesadillas y fantasías. Describe situaciones en las que la imaginación
se libera de la razón, concretamente a través de temas tabú, oscuros y
malignos.

Georg Wilhelm Friedrich Hegel

Georg Wilhelm Friedrich Hegel (Stuttgart, 27 de agosto de 1770 - Berlín, 14 de


noviembre de 1831) fue un filósofo y teólogo del idealismo alemán, el último de la era
moderna. La ambición más general de su filosofía puede definirse como la de explicar
lógicamente el proceso por el que se constituyen la realidad y la verdad como tales, y
ello mediante la exposición sistemática de la racionalidad interna de todo lo dado en
el mundo. En el famoso prefacio a los Principios de la filosofía del derecho (1817),
afirma que la tarea de la filosofía es "comprender lo que es, pues lo que es es razón", y
que, así como el individuo es "hijo de su tiempo, la filosofía es su tiempo captado en el
pensamiento", Hegel defiende un tipo de razón que resulta de la relación dialéctica
entre la razón individual y los hechos imprevisibles de la realidad, y cuya sustancia
sólo puede ser comprendida a posteriori, es decir, una razón histórica, colectiva y
providencialista. De ahí su expresión "perspicacia de la razón", porque difícilmente
una sola persona podría tener en cuenta todas las variables pertinentes para realizar
en el mundo, de forma previsible, una ideología de la conciencia: la razón produce
resultados que escapan a las predicciones que se podrían hacer sobre su
funcionalidad real, y se desenvuelve según una predestinación que le es a priori
inaccesible.

Se educó en el Stift de Tubinga, donde entabló amistad con el futuro filósofo Friedrich
Schelling y el poeta Friedrich Hölderlin. Admiraba las obras de Platón, Aristóteles,
Descartes, Spinoza, Kant y Rousseau, así como la Revolución Francesa, que acabó
rechazando cuando cayó en manos del Terror jacobino. Aunque se ha supuesto que
fue víctima de una epidemia de cólera que asoló su país durante el verano y el otoño
de 1831, estudios recientes indican que la causa de su muerte es desconocida y no el
cólera, lo que descarta esta última posibilidad. Fue el padre del historiador Karl von
Hegel (1813-1901).

Generalmente se considera que la primera obra verdaderamente importante de Hegel


es su Fenomenología del espíritu (1807), mientras que otras obras pre-
fenomenológicas, como La Constitución de Alemania (1802), tratan del triste estado
del Sacro Imperio Romano Germánico a principios del siglo XIX. En 1802 publicó por
primera vez en la Kritische Zeitschrift für Philosophie, en la que colaboró con
Schelling, su antiguo colega en el Seminario de Tubinga.

Además de la Fenomenología del espíritu, se considera que las obras más importantes
de Hegel son la Ciencia de la lógica (1812-1816), la Enciclopedia de las ciencias
filosóficas (1817, con varias reimpresiones posteriores) y la Filosofía del derecho
(Grundlinien der Philosophie des Rechts, 1821). Además, hay otras obras que son
recopilaciones de sus conferencias sobre diversos temas, publicadas póstumamente
como volúmenes temáticos, que también pueden ser muy relevantes para estudios
más específicos.

La filosofía de Hegel afirmaba que todo lo que es real es también racional y que todo lo
que es racional es real y que el fin de la historia es la parusía del espíritu y el
desarrollo histórico puede compararse al desarrollo de un organismo, en el que cada
componente actúa sobre el resto y tiene determinadas funciones.

Hegel afirma que es una norma divina, que en todo está la voluntad de Dios que debe
conducir al hombre a la libertad; por eso se le considera panteísta. Justifica así las
desgracias históricas: toda la sangre y el dolor, la pobreza y las guerras son "el precio"
que hay que pagar por la libertad de la humanidad.

Hegel estudia el arte como la manifestación de la idea en la belleza, distinguiendo


entre belleza natural y artística. La belleza artística es superior a la natural porque en
la primera hay espíritu, libertad, que es lo único verdadero. La belleza en el arte es
una belleza producida por la mente, y por tanto una parte de ella, a diferencia de la
belleza natural, que no es digna de estudio estético precisamente porque no es una
parte de la mente, que es el fin último del conocimiento.

En el campo de la estética o filosofía del arte, Hegel distingue el arte libre del arte
servil, que tiene una finalidad ajena a él, como la decoración. Es el arte libre el que
será estudiado, porque tiene una finalidad propia, es libre y verdadero, porque es una
posibilidad de expresar lo divino de forma sensible. De este modo, el arte se aproxima
al modo de manifestación de la naturaleza, que es necesario y serio y obedece a leyes.

Puesto que el arte tiene como esencia el espíritu, se deduce que su esencia es el
pensamiento, de modo que los productos del arte bello, aparte de la libertad y
discreción que puedan tener como partícipes del espíritu, son esencialmente para la
propia forma artística son limitados. Hay un momento en que el arte satisface las
necesidades de la mente, pero debido a su carácter limitado, ya no lo hará.

Por eso los productos de las bellas artes son una alienación del espíritu en lo sensible.
La verdadera misión del arte es dar a conocer los verdaderos intereses del espíritu, y
por eso el arte, pensado por la ciencia, logra su propósito.

Hegel distingue tres formas de arte: la forma de arte simbólico, la forma de arte
clásico y la forma de arte romántico. Éstas marcan el camino de la idea en el arte; son
relaciones diferentes entre contenido y forma.
El arte simbólico es una simple búsqueda de una forma para un contenido aún
indeterminado. La figura es deficiente, no expresa la idea, porque el hombre parte del
material sensual de la naturaleza y construye una forma a la que atribuye un
significado por medio de símbolos, y esto en su carácter ambiguo llena todo arte
simbólico de un misterio que sitúa la forma por encima del contenido. Hegel compara
esta forma de arte con el arte de la construcción, que no muestra lo divino, sino su
exterior, su morada, y se refiere a la arquitectura de culto, más concretamente a la
arquitectura egipcia, india y judía.

La forma artística clásica crea un equilibrio entre forma y contenido, la idea no sólo
se determina sino que se agota en su manifestación, el arte y la escultura griegos son
el arte de la forma clásica. Para los griegos, las esculturas griegas no eran imágenes
del dios, sino el dios mismo que expresaba su espíritu absoluto y su religión en el
arte. El arte, por su propia naturaleza, pertenece siempre al pasado porque se realiza
a sí mismo en el pasado; en el arte griego alcanza su fin último, la representación
total de la idea, Esto es lo que Hegel quiere decir cuando habla del carácter pasado del
arte.

Pero es precisamente debido al carácter limitado del arte que este equilibrio debe
romperse, y aquí es donde entra en juego la forma artística romántica. También aquí
hay un desequilibrio entre forma y contenido, ya no encajan perfectamente, pero es la
forma la que no representa el espíritu porque el contenido supera a la forma. Las
artes de esta forma son la pintura, la música y la poesía.

La idea pasa de la más material, la pintura, a la menos material, pasando por la


música, que tiene como material el sonido, hasta la poesía, que es el arte universal del
espíritu porque tiene como material la bella imaginación. La poesía pasará por todas
las demás artes.